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Algunos aspectos fundam eYitales del diseño de

encuestas: Muestre o probabilístico y muestreo


por c uotas
1'^^^ r J. L. ^A1i Ci íE`I. - CRL^I'U
Institt^to Nacional de Estadí3tica

Este artícz^lu, en el qtte se han ^^vitado expr^.^siones matemáti-


cas, no va dirigido a los estadístieos pro f esic^nales, sino c^ los
usuarios de datos obtenidos mediante encuestas. Stt objetiva es
la descrip^ción de las princi^ios búsicos, uentajas z^ limitaciones
dc^l muestreo probabilístico ^ del muestreo p^or cuotas. El que
utilizr^ tos reszcltados de una encuesta debe conocer el grado
de confianza que en ellos puede dep^ositar.

1. POBLACION Y MUESTRA.

Denominaremos "población" a un conjunto de unidades, del que se desea


obtener cierta informacián. Las unidades pueden ser personas, familias, vivien-
das, escuelas, fábricas, etc., y la información deseada, el consumo medio por fa-
milia, la proporción de viviendas con servicios sanitarios, el número de pers^-
nas en paro, la razán o cociente de dividir el número^ de varones por el de mu-
jeres, etc. A estos valores, que pretendemos conocer, consistentes en medías,
proporciones, totales y razones, les llamaremos valores verdaderos. En la prác-
tica, debido a imperfecciones o limitaciones en el procedimiento proyectado para
obtenerlos, así como a errores cometidos tanto en la obtencián de 1os datos
primarios como en las operaciones a que son sometidas posteríormente, nos obli-
gan a considerar valores que no coinciden con los ^ erdaderos y a los que deno-
minaremos c^bservadUS. Diremos que éstos son tanto más act.^rados cuanto mas
práximos estén a los verdaderos.
Hemos introducido la palabra acz^racidad para indicar, en un sentido amplio,
proximidad al valor verdadero. Este concepto admite grados, Io que no ocurre
con la palabra exactitud. Tampoco Ia palabra precisión hubiese sido adecuada
pues, aparte de tener un signíficada estadístico universalmente aceptado, tam-
24 ESTADISTICA ESPAÑOLA

poco en el sentido vulgar se adapta al concepto que se pretende expresar : así,


por ejemplo, una balanza puede ser muy precisa si acusa un peso muy pequeño,
pero sus mediciones pueden diferir mucho del valor verdadero por un defecto
de construcción que origine un error sistemática, Diremos en este casa que la
balanza es rnuy precisa pero poco acurada. A los errores de carácter sistemático
se les denomina, en estadística, sesgos.
En muchos casos puede no ser factible o conveniente obtener la información
de todas las unidades de la población, limitándose las observaciones a una parte
de ella a la que, en principio, denominaremos muestra. Con los datos obtenidos
a partir de las unidades que constituyen la muestra se trata de obtener conclu-
siones para los valores de la población en su totalidad. E1 hecho de utilizar sólo
una parte de la población origina un tipo específico de error al que denomina-
remos error de rnuestreo. Su origen reside en que para distintas muestras, los
valares obtenidos serán también distintos. A estos valores se les llama estima-
ciones y el error de muestreo indica su variabilidad con relación al valor medio
de todas las estimacianes que podrían obtenerse siguiendo el mismo procedi-
miento. Cuanto menor sea la variabilidad mencionada, diremos que es mayor la
precisión de las estimaciones, o también que a mayor error de muestrea corres-
ponde menor precisión.
A primera vista puede parecer, que los errores de muestreo imponen una
seria limitación a 1a utilización de muestras. E^sta primera impresión es por
campleto injustificada. En primer lugar, porque el error de muestreo es sólo una
parte del error total y además se dispone de métados para controlarlo y medirlo.
Existe un procedimiento científico, que permite establecer a priori el error
de muestreo que estamos dispuestos a tolerar y elegir 1a muestra de tal forma
que permita afirmar, práticamente con certeza, que las conclusiones que haga-
mos sobre los valores de la población no vendrán afectadas por errores de mues-
treo superiores a 1os límites previamente establecidos. El procedimiento indica-
do se denomina muestreo probaóilístico.
El muestreo probabilístico requiere que la muestra sea obtenida, utilizando
un procedimiento de selección que respete la probabilidad asignada a cada uni-
dad de muestreo. Las estimaciones han de obtenerse teniendo en cuenta las
mencionadas probabilidades.
Como fase previa al planeamiento de una encuesta, han de fijarse claramen-
te cuáles son los objetivos que se persiguen y qué información se necesita para
cumplirlos.
Tambiét^ dtbería considerarse como afectarían los posibles resultados de la
ALGUNOS ASPECTOS FUNDAMENTALES DEL DISEI^iO DE ENCUESTAS , ^J
^

encuesta a las decisiones que pudiesen tomarse, asi como la relación entre la
utilidad que proporcionaría la información y el coste necesario para obtenerla.
E1 plan de una escuesta se canoce, en la literatura sobre muestreo, eon el nom-
bre de diseño de la eneuesta.

2. DISE1^0 DE UNA ENCUESTA POR MUESTREO.

E1 diseña^ de una encuesta comprende varios aspectos íntimamente ligados,


ya que el fallo de cualquiera de ellos puede invalidar 1a encuesta en su totali-
dad. A continuación intentaremos dar una visión de con j unto sobre el conte-
nido de los más importantes.

El cuestionaria.

Los datos que tratan de obtenerse en una encuesta, san recogidos de las per-
sonas que han de proporcionarlos mediante una serie de preguntas que forman
el cuestionario. Zarkovich lo califica como "uno de los más impartantes instru-
mentos del trabaja^ estadístico "y añade cuya preparación requiere un cuida-
doso estudio, experimentación y contraste de proyectos alternativos en condi-
ciones diferentes".
El cuestionario puede ser fuente de errores y sesgos, y causa de falta de coo-
peración por parte de las personas que han de propt^rcianar los datos. De él de-
pende, en gran parte, el éxito o fracasa de una encuesta.
Entre los aspectos a tener en cuenta a1 preparar un cuestionaria citaremos :
a) Forma de presentar 1as preguntas (de una alternativa, de varias alter-
nativas, de eontestación abierta}.
b} Redacción correcta de las preguntas (evitando la ambigiiedad, palabras
cuyo significado sólo conoce un número reducido de personas, interpretacio-
nes incorrectas).
c) Evitar las preguntas tendenciosas (que orienten al entrevistadc^ a un
cierto sentido y puedan a su vez condicionar las restantes preguntas).
d} E1 interés que el tema pueda tener, para la comunidad, así como la
campaña publicitaria con que se presente puede, hasta cierto punto, permitir
un cuestionario más amplio.
e) E1 orden de las preguntas (se suele prestar más atención a las pregun-
tas coloeadas a1 principio y al final del cuestionario : debería seguirse un or-
den lógico de acuerdo con Ia importancia de los temas).
26 ESTADiST ICA ESPAÑO[^A

f) Existe un cierto tipo de preguntas que pueden no ser contestadas, o


lo que es peor falseadas, por diversos motivos como la repercusión fiscal o el
ternor del entrevistado a su difusión con carácter individual. Esto último pue-
de evitarse merced al secreto estadístico, al que está sujeto el I. N. E.

Necesidad de deterrninclr ' 'a priori" el mvdel© de tablus.

Es muy corriente que al encargado de realizar el diseño de una muestra se


le haga la siguiente pregunta : ^Cuántas unidades se necesitaría incluir en la
muestra para. ..? Difícilmente se puede contestar a eila, si, entre otras co^sas,
no se presenta un modelo esquemático de las tablas que se desea obtener.

El rnarco.

La formación de 1a lista de unidades a muestrear, que se conoce con el


nombre de marco, es una de las operacianes más delicadas en el diseño inues-
tral. También puede tener un impacto importante en el coste de una encuesta.
Si, por ejemplo, el marco viene dado por una lista de áreas, es esencial que
sus límites estén inequívocamente determinados y sean, por supuesto, identi-
ficables sobre el terreno. Si esta condición no se cumpliese, se producirían omi-
^ siones, duplicaciones, sesgos y alteraciones en las probabilidades de selección.
La población perteneciente a las áreas rnencionadas debe estar actualizada.
Así, por ejemplo, si se utiliza una lista de hogares, la falta de actualización
podría praducir una muestra sesgada si los hogares nuevos, de mayor movi-
lidad, se perdiesen y la muestra quedase viciada por una proporción grande
de hogares viejos más estables.

Inf ormación suplernentaria.

Denorninaremos infarmación suplementaria, aquélla que, siendo ajena a la


obtenida en la encuesta, puede y debe utilizarse para mejorar el diseño en los
procesos de estratificación, selección o estimación, de los que trataremos más
adelante.
Con mucha frecuencia se comparan, c^ pasterivri, 1as estimaciones obteni-
das a partir de la muestra, con información disponible para algunas caracte-
rísticas (sexo, edad, etc.), procedente de otras fuentes. Si bien es aconsejable
esta comparación, no debe de interpretarse la concordancia entre anzbas cifras
ALGUN(^S ASPFCTC)S FUNDAMENTALE:S DEI, DISF_,tiO I)E Etil;l.^rSTAS ^7

en el sentido de poder afirmar que la muestra es buena. Una muestra puede


ajustarse muy bien con relación a ciertas características y diferir por comple-
to con relación a otras. Sería muy fácil construir una muestra cuya distribu-
ción por grupos de edad, sexo y categorias socio-económicas, coincidiese exac-
tamente con el censo y discrepase por completo en cuanto a opiniones políti-
cas, prefencias por ciertos bienes, etc.

Al^unc^s tipos de muestreo.

En la práctica no suele disponerse de un marca eonsistente en una lista


actualizada, de las unidurdes elementales (unidades de las que se trata de ob-
tener la información) como escolares, obreros, familias, viviendas, etc. Incluso
si tal lista existiese, una muestra de estas unidades estaría rnuy dispersa par
todo e1 territorio y, aun cuando esto es muy deseable para reducir los errores
de muestreo, es decir, aumentar la precisión, el coste de despiaza^r^iento de los
agentes entrevistadores sería prohibitivo.
En general, es necesario recurrir a una muestra de grt^pos de unidades elemen-
tales (escuelas, fábricas, edificios, etc.), denominados conglc^merados y cuando los
conglomerados se determinan por límites geográficos, el muestreo se denomina
de áreas. Si en la muestra de conglomerados se entrevista a todas las unida-
des elementales que los forman, se dice que el muestreo es sin submuestreo o en
Z^na etapa. Si por el contrario, dentro de los conglomerados de 1a muestra se
prepara una lista de unidades elementales, a partir de la cual se obtiene una
muestra de éstas, el muestreo se denomina bietápico o con subxnuestreo. El
procedimiento puede generalizarse fácilmente a cualquier número de etapas :
en cada una de éstas existe un tipo de unidades de muestreo, denominándose
primarias a las de 1a primera etapa, secundarias a las de ta segunda, etc. Este
tipo de muestreo se denomina polietápico o en varias etapas y en él es nece-
sario establecer una jerarquía de unidades de muestreo.
Es posible que las unidades elementales que pertenecen a una unidad pri-
maria, se parezcan entre sí con respecto a un cierta^ número de características,
hecho que puede afectar a 1a precisión y, para mantenerla, será necesario aumen-
tar el número de unidades de primera etapa, reducir el de las restantes eta-
pas, así como tener en cuenta los costes para obtener un equilibrio entre pre-
cisián y coste. Existen procedim ientos maternáticos que perm iten determ inar
el tamaño de la muestra que para un coste fijo proporcio^ne precisión máxr-
rT^a o un coste minimo para obtener una precisión prefijada.
28 ESTADISTICA ESPAÑOLA

Estratif icación.

Con la estratificación o división de la población en subpoblaciones o es-


trat©s, obteniéndose posteriorrnente muestras independientes de cada estrato,
pueden perseguirse diversos fines, como por ejemplo :
a) Dar estimaciones separadas para ciertas subpoblaciones.
b) Agrupar en estratos unidades de muestreo homogéneas entre sí, con
objeto de mejorar la precisión de las estimaciones globales.
c) Utilizar métodos diferentes de muestreo en los distintos estratos (se-
gún el marco de que se dispflnga, coste, etc.).
Aun cuando en cada estrato el tamaño de la muestra puede ser cualquie-
ra, siempre que se disponga de dos unidades p^or estrato para calcular los
errores debidos al muestreo, el criterio más conveniente en cuanto a facilidad
de aplicación y tabulación, es el denominado afijación praparcianal o distr^-
bución de la muestra proporcionalmente a los tamaños de los estratos. Con él
se obtiene una muestra global que resulta simplemente de agregar, sin pon-
deración alguna, las muestras de los distintos estratos. Los resultados de ella
obtenidos, se elevan utilizando un solo factor y por ello la muestra se deno-
mina auto-ponderada.
Este procedimiento puede no ser conven iente si se considera la precisión
y el coste, lo que ha dado lugar a la llamada a f ijación óptima. Con este cri-
terio se deberán muestrear con más intensidad 1os estratos que presentan ma-
yor variabilidad interna, menor coste o un tamaño superior al medio. Tam-
bién en este caso existen expresiones matemáticas que determinan el tamaño
óptimo de la muestra en cada estrato.
Cuando se desea obtener estimaciones a nivel nacional y provincial, es ne-
cesario, en general, utilizar la af ijación uni f arme (muestras de igual tamaño en
todos los estratos), pudiendo, no obstante, llegarse en la práctica a una solu-
ción de compromiso entre las diversas posibilidades de afijación de la mues-
tra a los estratos.
En la estratificación, el interés se centra en obtener unidades homogéneas
dentro de los estratos y heteroóéneas entre ellos, mientras que en 1a formación
de conglomerados, éstos debieran ser, en lo posible, heterogéneos dentro y ho-
mogéneos entre.

Selección de la muestra.

E1 proceso de selección es de la máxima importancia ya que, fácilmente,


puede ocasionar una muestra sesgada. Es conveniente distinguir la componen-
ALC.GUNUS ASPECTUS FUNDAMENTALES DEL D[SEÑU DE ENCUESTAS 29

te de variabilidad de muestra a muestra, que en media se compensa, de otra


posible componente sistemática que al no compensarse vicia la muestra.
A continuación, presentamos algunos ejemplos de selección que originan
muestras sesgadas :
a) Selección de familias utilizando una lista de personas, e incluyendo en
la muestra las familias a que pertenecen las personas seleccionadas. Es eviden-
te que las familias numerosas tendrán una probabilidad mayor de selección y
la muestra contendrá una proporción indebida de familias de esta clase.
b) Selecci©n de familias utilizando una lista no actualizada. Las farnilias
nuevas, o una proporción importante de ellas, pueden no figurar en la lista. par
su mayor movilidad, y si difieren de las más estables en las características que
se traten de estudiar, la muestra será sesgada.
c) Selección de viviendas a partir de una lista dc éstas, sustituyendo las
vacantes seleccionadas por 1as siguientes en la lista. Con este método, las vi-
viendas que figuran en la lista a continuación de una vacante, tendrán su pro-
pia probabilidad de figurar en la muestra, más la probabilidad que le corres-
pondiese a 1a vivienda vacante. Si estas últimas están concentradas en barrios
o zonas con caracteristicas especiales, la muestra resultaria sesgada.
d) Selección sistemática de una muestra de personas, partiendo de una
lista de familias consecutivas del mismo tamaño. La muestra podría estar cons-
tituida sólo por niños, sólo por madres o únicamente por padres.
Ciertos sesgos, introducidos en la muestra por conveniencia, pueden corre-
girse en el proceso de selección. Así, par ejemplo, si Ia selección se realiza en
dos etapas y en la primera se eligen las unidades primarias con probabilidad
proporcional a su tamaño, medido en número de habitantes, las persor.as p^er-
tenecientes a unidades grandes tendrían una probabilidad rnayor de figurar en
la muestra que las pertenecientes a unidades pequeñas. Este efecto puede co-
rregirse seleccionando Ias unidades de segunda etapa con probabilidades inver-
samente proporcionales al tamaño.

Estimación.

En el proceso de estimación, lo primero a decidir es la clase de estima^dor,


o expresión matemática que proporciona, para cada muestra, las estimaciones.
Así, por ejemplo, para estirnar un total, lo más simple es multiplicar el total
muestral por el recíproco de la f raccir^n de rnuestrec^ (cociente entre el tama-
ño de la muestra y el de 1a población). Pero éste, ni es el único procedimiento
disponible, ni necesariamente el más aprapiado. Es conveniente consic^erar la
información suplementaria disponible, antes de elegir el tip^o de estimador.
También en el proceso de estimación se pueden controlar ciertos efectos del
3() ES'i'ADISTICA E^SPAÑOLA

pr^^ceso cie setección mediante ponderaciones adecuacias, Por ejemplo, en el


muestreo de unidades primarias con probabilidades desiguales y sin submues-
treo, se puede ponderar la estimación con los inversos de dichas probabilidades.
Existen ciertos tipos de estimadores, que sólo pueden aplicarse mediante
el uso de potentes ordenadores electrónicos.

Nc^-respuesta.
Utro problema al que debe prestarse la máxima atención, es el de la falta
de cooperación o"no-respuesta", ya se refiera a la totalidad del cuestionario
o a una parte de él. Una proporción importante de no-respuesta, puede hacer
que una muestra probabilistica deje de serlo, si las personas que se niegan a
contestar tienen caracteristicas diferentes a las que contestan. Este prablema
ha despertado el interés de muchos estadísticos en toda el mundo y existen
diversos métodos para su tratamiento. No obstante, el mejor es sin duda el cie
realizar varios intentos para reducir la no-respuesta a límites tolerables y pro-
ceder a una imputación automática utilizando el ordenador,
t.Jn método muy empleado, sobre todo en las encuestas por correo, es el
de visitar con agentes entrevistadores a una muestra de los que no contesta-
ron después de dos o tres intentos.

,,^rrores de muestreo.

Para determinar la precisión de las estimaciones se requiere el cálculo de


los errores debidos al muestreo. Estos errores deben siempre calcular^ e con
las fórrnulas apropiadas a cada diseño muestral. A partir de los errnres de
muestreo pueden calcularse los llamados intervalos de conf ia+nza que, con una
probabilidad prefijada cubren el valor poblacional. Así, por ejemplo, puede
afirmarse que dentro de cierto intervalo de confianza estaria el valor pflbla-
cional en 99 de cada 100 muestras que hubiésemos obtenido siguiendo el mis-
mo diseño muestral.

Trabajos de campo.
No es necesario extenderse mucho en cuanto a la importancia de los traba-
jos de campo. Ningún diseño muestral, por muy eficiente que sea, ni ningún
ordenador por muchas que sean sus posibilidades, podrán ser capaces de con-
vertir en buenos los datos de mala calidad, u ohtenidos mediante instruccio-
nes que se aparten de las especificadas en el diseño teórico.
Tan importante corno el propio cuestionario son las instrucciones para la
rec^gida de los datos.
A[.GU^ti()S ASPEC'T()s FLINUAMF.NTALF:5 Df^I. A1Sf: ^ () DE f^tiC^l:f:51 AS 3

I.as instrucciones deben ser :


a) De texto claro, con palabras sencillas de sign ificacic^n inec^uívc^ea c^ue
evite interpretacianes subjetivas por parte de los agentes cntrevistadores.
b) Completas^ considerando todos los casos que puedan presentarse y con
una extensión apropiada p^ara cada tipo particular de encuesta.
c) Redactadas de acuerdo con el nivel cultural de los aKentes entrevista-
dores y de las personas a que van dirigidas.

Errores a^enos al muestreo.


Existen, finalmente, los denom inados errores aj enos al rn uestreo. Es tos se
presentan tanto en las encuestas como en las investigaciones exhaustivas, aun-
que con mucha mayor intensidad y menos posibilidades de control en éstas
últimas. De un modo amplio, podríamos clasificarlos en errores de cvntenido
y errores de eobertura, Es totalmente irnprescindible estabiecer programas de
evaluación que permitan obtener indicadores sobre la magnitud de los ^nismos.
Por atro lado, los métodos de control de calidad, ^nuy utilizados en la in-
dustria, se aplican hay en las encuestas para determinar la calidad del traba-
jo de campo asi como e1 de otras operaclones realizadas en la aíicina (codifi-
cación, perforación, etc.).
Los diversas aspectos mencionados pueden representarse con el siguien-
te esquem a :

T ra.baj os prel i mi na^res.


Definiciones, modelo esquemático de tablas y cuestionario.

Diseño de la muestra.

Plan de rnuestreo.
Formació^n o actualización del marco, utilización de información suplemen-
taria, establecimiento de una jerarquia de unidades de muestreo, tamañ^ de
la muestra, estratificación y selección.

M^todos de estimaeic^n.
Tipos de estimadores y fórmula.s para la estimadón de los errores debidos al
muestreo. Normas para el tratamiento de la falta dc respuesta.

Trabajo de campo.
Procedimiento de recagida de datos, selección y adiestramiento de agentes
y supervisores, manuales de instruccic^nes.
32 ESTAD15TICA ESPAÑOLA

Tubutación.

Proceso y depuración automática de cuestionarios. Ajuste de la no-respues-


ta. Control de calidad para los errores de perforación. Preparación de tablas.

Eval uación d e resul tados.

Discrepancias entre el diseño teórico y su aplicación. Estimaciones de los


errores de muestreo. Evaluación de los errores ajenos al muestreo. Compara-
ción con fuentes externas. Comparación con diseños alternativas. Análisis de
castes.

3. ALGUNAS VENTAJAS Y LIMITACIONES DE UNA ENCUESTA PoR


MUESTREO,

Aparte del caso límite en el que un presupuesto fijo no permita llevar a


cabo una investigación exhaustiva, existen muchas situaciones (entrevista de
larga duración, personas muy especializadas para recoger los datos, etc.), en las
que la encuesta por muestreo resulta imprescindible.
La aplicación del muestreo proporciona un ahorro en dinero y tiempo, aun
cuando el coste por unidad es superior en una muestra que en una investiga-
ción al 100 por 100.
Lo^ errores ajenos al muestreo son más fáciles de controlar en una muestra
y como éstos son, en general, superiores a los de muestreo, los resultados ob-
tenidos pueden ser más acurados.
Incluso cuando se disponga de información al 1UU por 100, es posiblc obte-
ner un ahorro considerable en dlnero y tiempo si sólo se codifica y tabula una
muestra.
También resulta ventajosa la aplicación del muestreo para obtener avan-
ces o para ampliar cierta información.
Un caso límite en el que el muestreo no es aplicable, es aquél en que se
necesita información para cada uno de los individuos que constituyen ]a pobla-
ción.
El hecho de que la precisión de un estimador dependa, en general, de1 ta-
rnaño de la muestra y no de la fracción de muestreo, puede ser considerado,
hasta cierto punto, como una limitación ya que, en ciertos casos, puede necesi-
tarse una muestra prácticamente del mismo tamaño para obtener datos de una
provincia, que la que se necesitaría para la totalidad de la nación.
Finalrnente, el coste que implica la formación del marco y la necesidad de
ALGUNOS ASPECT05 FUNDAMENTALES DEL DISEtitJ DE E^vCUESTAS 33

un equipo muy especializado pueden hacer impracticable una encuesta por mues-
treo probabiltstico,

4. EJEMPLO^ DE UN D^ISE1^0 I3E ENCUESTA POR 11^IUES'rREO PRO-


BABILISTICO.

A continuación presentamos en forma muy resumida el diseño de la En-


cuesta General de Población (E. G. P.), introducida por el Instituto I^Tacional
de Estadística en noviembre de 1969.

Objetivos.
E1 I.N.E., ha pretendido disponer de un diseño eficiente, flexible y operati-
va, en el que pueden insertarse todas las encuestas dirigidas a las familias (po-
blación activa, presupuestos familiares, gastos de consumo, nivel cultural, cues-
tiones sanitarias, equipamiento, características de las viviendas, intenciones de
compra, opiniones, etc.^.
La E.G.P. se realiza de forma contínua y es capaz de proporcionar estima-
ciones independientes bimensuales, estando la muestra total, extendida de un
modo uniforme a l0 largo de un semestre. Por un procedimiento cie rotación,
la sexta parte de las viviendas es reemplazada en el semestre siguiente. Las
3.aaa unidades de primera etapa proceden de 163 estratos.
Las unidades primarias, con un tamaño medio de 4^a farnilias, están defini-
das por sus límites geográficos. El tamaño de la muestra, para la Encuesta de
Población Activa, es de 6U.a(}0 familias en un semestre. E1 mismo diseño nos
permite tomar, para otras encuestas, una muestra que puede oscilar entre 6.O^Oo
y 1.20^o.a00 familias, según se elij an 2 0 1as 40^0^ familias que pertenecen a cada
unidad primaria.
Dependiendo de las particularidades de cada encuesta, ésta puede ir dirigi-
da a las mismas o a distintas familias dentro de las 3.aoa unidades primarias.

Diseño de ta encuesta.

Para la formación del marco se ha investigado la totalidad de las secciones


censales. De cada sección se disponia de informacicín suplementaria sobre la
población, procedente del empadronamiento municipal de 1965. Esta informa-
ción COT1S1St1C?, fundarnentalmente, en cifras de población activa clasifrcada en
10 grupos de actividad que, posteriormente, se agruparon en tres tipos que,
en general, corresponden al ambiente rural, 1os obreros y las clases de p ^obla-
ción con nivel cultural y económico superior al medio. También se disp^one,
3
34 r.s^ranrs-r^rca rsr^ a;'vo^a

entre otras, de información suplementaria respecto al número de habitantes,


viviendas, servicios públicos y crecimiento respecto al censo de 1960.
Las unidades primarias se han estratificado, dentro de las provincias, con
arreglo a los siguientes criterios :
a) Importancia demográfica de los municipios a que pertenecen las uni-
dades primarias, dentro de cada província, así como la influencia que sobre el
mismo ejerce la capital.
b) Proporción de población activa perteneciente a cada una de las tres
agrupaciones ya mencionadas.
c) Crecimiento en 1965 respecto a 196U.
d) Proporción específica de rnineros.
Por atro Iad.o, se ha decidido que ciertos municipios importantes entren
con certeza en la muestra (auto-representados).
En cuanto a la afijación por provincias, se ha optada por una solución de
compromiso entre la uniforme y la proporcional, utilizándose esta última den-
tro de 1as provincias. A esta solución se ha llegado teniendo en cuenta los as-
pectas siguientes :
a) Dar estimaciones, siempre que sea posible, tanto a nivel provincial
como naeional.
b) Utilización óptima del equipo de agentes entrevistadores, que son em-
pleados con carácter permanente por e1 I.N.E.
A cada agente entrevistador se le ha asignado un grupo de 18 secciones (6
cada bimestre) al que se denomina "blaque". Gada agente trabaja, por térrnino
medio, dos semanas en el campo y una en la oficina.
Las unidades primarias de la muestra se han seleccionado dentro de cada
estrat© con probabilidad proporcianal al número de viviendas. Dentro de las
unidades asi obtenidas se procedió a la selección de un número fijo de vivien-
das utilizando un rnecanísmo sistemático con arranque aleatorio a partir de
una lista de viviendas, que se actualizará en los años intercensales añadiendo
a1 final de la misma Ias nuevas vivrendas. Las bajas (destruidas, deshabitadas,
etcétera}, se obtendrán por los agentes al efectuar el trabajo de campo.
I7entro de las viviendas seleccianadas no se efectúa submuestreo, pero se
excluyen los traseúntes.
La actualización de las unidacies primarias y de las probabilidades de se-
lección, así como de la revisión de la estratificación y afijación se realizará
cada cinco años.
E1 método de estimación a utílízar consistirá en la obtención de un estima-
dor compuesto basado, para cada estrato, en cuatro estimadores simples.
ALGUN(}S ASPECTOS FUNi3AMENTALES DEL DISEÑO DE FtCUESTAS 3S

EI procedimiento de estimación no permite concesiones a la no-respuesta


(afortunadamente sólo existe un 1 por 100 de negativas), reduciéndola al mí-
nimo e imputando sistemáticamente aquellos datos que na puedan conseguirse.
Los errores de muestreo se calcularán por medio de las estimaciones obte-
nidas a pa^rtir de 40 reiteraciones independientes.
Para la evaluación de errores en el trabaja de campo, se utilizarán entre-
vistas repetidas, es decir, se rep^etira parte del trabaja de campo de cada agen-
te por un equipo esp^ecialmente adiestrado. Con este métoda se analizarán los
errores de contenido y los de cobertura.

5. MUESTREt^ FC^R CLJ(3TAS Y SUS ASPECTOS FUNDAMENTALES.

El denominado muestreo por cuotas, desarrollado en los años treinta, p^or


Cherington, Roger, Gallup y Crossley, ha sido adoptado por muchos organis-
mos dedicados a realizar encuestas sabre opinión pública, investigaciones de
mercados, etc.
No existe una definición del muestreo por cuotas. Sus variantes son tantas,
que incluso para decidir si dos de ellas se parecen, es necesario ñacer una des-
cripci©n detallada de los distintos aspectos del diseño y, especialmente, de la
selección final de las personas que pertenecen a la muestra, ya que la selec-
ción en la última etapa sigue constituyendo el punto débil del muestreo por
cuotas, a pesar de los esfuerzos realizadas para tratar de convertir al entrevis-
tador, imponiéndole restricciones, en un dispositivo probabilístico de selección.
Supondremos que el diseño de la encuesta ha seg,uido lo^s principios del
muestreo probabilístico hasta 1legar al rnomento de seleccionar las personas
que han de ser entrevistadas. Esta etap ^a final consiste, en e1 muestreo por cuo-
tas, en asignar a cada entrevistador un número de entrevistas a personas en un
determinado grupo de edad, sexa, nivel económ ico, lugar y posiblemente atras
características sociológicas o económicas. Sujeto a estas restricciones, se deja
en libertad al entrevistador para que éste elija a las personas que cumplan di-
chos requisitos. El margen de libertad dado al entrevistador puede introducir
sesgos en el proceso de selección, que no son detectables.
Po^r otro lado, el desconocimienta de las probabilidades de selección no
permite evitar 1os errores producidos por ponderaciones incorrectas en el pro-
ceso de estimación, Finalmente, por el desconocimiento de las mencionadas
probabilidades, no pueden estimarse los errores debidos al muestreo. Estas li-
mitaciones hacen que no sea p^osible comparar el coste del muestreo por cuo-
tas con el muestreo probabilístico ya que, como dice Deming, se trata de "mer-
cancías diferentes que no so^n intercambiables".
ÉSIADISTICA ESPAÑOL.A

Especialmente en las encuestas sobre opiniones o sobre deseos de los con-


sumidores, puede acurrir que la muestra represente muy bien a la poblacián,
de la que fue elegida, para ciertas variables y no la represente en absaluto en
cuantv a ©piniones o deseos.

^Itiliaación del rnuestreo por cuotas.

Si sólv se necesitan estimaciones toscas, a partir de las que no se piensa


tomar una decisión importante, en este caso el coste de la encuesta deb4ria ser
pequeño, lo que limitaría el tamaño de la muestra. A su vez, una muestra pe-
queña proporcionará estimaciones con errores de muestreo quE pueden ser si-
milares al efecto conjunto de Ios sesgos y errores de una muestra por cuotas.
En el supuesto que estamos considerando, no merecería la pena aumentar el
coste con el único objetivo de medir el error de muestreo.
Una muestra por cuotas puede praporcionar estimaciones muy útiles, pero
no existe fundamento teórico alguno para conocer a pricari si van a serlo o na.
En las encuestas estatales se considera hoy indispensable la utilización de
muestras probabilísticas que permitan una evalución de resultados. Aunque
el precio de una encuesta de este tipo es grande, siempre seria menor que el
que habría de pagarse como consecuencia de una decisión equivocada basada
en resultados sesgados. Por otro lado, eI usuario de los datos procedentes de
una encuesta debe conocer sus limitaciones, para lo que necesitará errores de
rnuestreo medibles e información sobre la calidad de los datos y los posibles
sesgos.
Ya hemos mencionado en secciones anteriores que una encuesta por mues-
treo prvbabilístico puede, en ciertas ocasiones, resultar impracticable por su
elevado coste. Existen otros casos en +que el mejor diseño probabilístico podría
perder este carácter, debido a la imposibilidad tanto de reducir la no-respues-
ta como a extender a la misma 1os resultados de los que contestarón. Entre ^s-
tos podemos citar las encuestas sobre conduta sexual, determínadas enferme-
dades, etc. Otro caso en el que podría no^ presentar graves lnconvenientes el
muestreo no probabilístico, es aquél en que la poblac^ón objeto de estudio se
cree muy homogénea.
En general, para ciertas investigaciones en las que la alternativa sea dejar
de realizarlas o utilizar una muestra por euotas, en principio, podría ser mejor
disponer de alguna información que carecer en absoluto de ella.
Por las razones mencionadas, el muestreo por cuotas ha j ugado y seguirá
^ ugando un papel imp^artante en algunas de las investigaciones realizadas por
organismos dedicados a estudios de opinión y análisis de mercados.

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