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“Los Hechos
de los
Apóstoles” Pr. Jhon Alex. Pérez
Departamento de Educación UN
UNIC
ICOL
OL
El Llamado
¡Antes de continuar
lee con cuidado el
siguiente apunte!
Es imposible calcular los buenos resultados de una hora, o aun media hora,
cada día, dedicadas de una manera gozosa y sociable a la Palabra de Dios.
COES 46
“Los jefes judíos se consideraban a sí mismos demasiado sabios para necesitar instrucción,
demasiado justos para necesitar salvación, demasiado altamente honrados para necesitar
el honor que proviene de Cristo. El Salvador se apartó de ellos para confiar a otros los
privilegios que ellos habían profanado y la obra que habían descuidado”
(Los hechos de los apóstoles, pág. 14).
Ampliación Testimonial
El designio del Salvador era que una vez que él hubiese subido al cielo, para allí interceder en favor de los seres
humanos, sus discípulos continuasen la obra emprendida por él. ¿No se preocuparán los hombres por dar el
mensaje a los que moran en tinieblas? Hay quienes están listos para ir hasta los extremos de la tierra, a llevar a
los hombres la luz de la verdad; pero Dios quiere que toda alma que conozca la verdad se esfuerce por infundir
a otros el amor a la verdad. ¿Cómo podremos ser estimados dignos de entrar en la ciudad de Dios si no estamos
dispuestos a realizar verdaderos sacrificios para salvar a las almas que están por perecer? 9TI 84
Dios no escoge, para que sean sus representantes entre los hombres, a ángeles que nunca cayeron, sino a seres
humanos, a hombres de pasiones semejantes a las de aquellos a quienes tratan de salvar. Cristo se humanó a
fin de poder alcanzar a la humanidad. Se necesitaba un Salvador a la vez divino y humano para traer salvación
al mundo. Y a los hombres y mujeres ha sido confiado el sagrado cometido de dar a conocer “las inescrutables
riquezas de Cristo.” Efesios 3:8. HAp 109.
Dios podría haber alcanzado su objeto de salvar a los pecadores, sin nuestra ayuda; pero a fin de que podamos
desarrollar un carácter como el de Cristo, debemos participar en su obra. A fin de entrar en su gozo—el gozo de
ver almas redimidas por su sacrificio,—debemos
debemos participar de sus labores en favor de su redención.
redenció DTG 116.
Hemos de colaborar con los ángeles celestiales para presentar a Jesús al mundo. Con avidez casi impaciente, los
ángeles aguardan nuestra cooperación; porque el hombre debe ser el medio de comunicación con el hombre. Y
cuando nos entregamos a Cristo en una consagración de todo el corazón, los ángeles se regocijan de poder ha-
blar por nuestras voces para revelar el amor de Dios. DTG 264
Debemos ser colaboradores de Dios; pues él no terminará su obra sin los instrumentos humanos.
humanos The Review
and Herald, 1 de marzo de 1887. SC 13
Ampliación Testimonial
En tiempos pasados Dios ha usado a hombres humildes, y por su fe y devoción, a menudo han logrado más que
muchos obreros pretenciosos. Aceptaron sus debilidades y su dependencia de Dios; y mediante cartas, folletos,
y esfuerzo personal en apelaciones y advertencias, y mediante una vida bien ordenada y conversación santa,
trajeron a muchos del error a la verdad; del camino de transgresión a la obediencia de la ley de Dios. El poder
maravilloso de la gracia obró en ellos, y el éxito asistió sus esfuerzos. “Antes lo necio del mundo eligió Dios, para
avergonzar a los sabios; lo débil del mundo eligió Dios, para avergonzar a lo fuerte; y lo vil del mundo y lo me-
nospreciado eligió Dios, y lo que no es, para deshacer lo que es; para que nadie se jacte en su presencia”.
The Review and Herald, 24 de junio de 1884. MPa 185.
Debido al orgullo y la ambición de los hijos de los hombres, Dios ha preferido realizar sus grandiosas obras por
medio de los instrumentos más sencillos y humildes. Dios no elige a los hombres a quienes al mundo honra
como grandes talentosos o brillantes. Elige a los que desean trabajar en humildad y sencillez,
sencillez reconociéndolo
como su Guía y la fuente de su fortaleza. El anhela que lo convirtamos en nuestro Protector y Guía en todos los
deberes y asuntos de la vida. . .
Marcos 7:24-30.
24. “Levantándose de allí, se fue a la región de Tiro y de Sidón; y entrando en una casa, no quiso que nadie lo
supiese; pero no pudo esconderse.
25. Porque una mujer, cuya hija tenía un espíritu inmundo, luego que oyó de él, vino y se postró a sus pies.
26. La mujer era griega, y sirofenicia de nación; y le rogaba que echase fuera de su hija al demonio.
27. Pero Jesús le dijo: Deja primero que se sacien los hijos, porque no está bien tomar el pan de los hijos y echarlo a
los perrillos.
28. Respondió ella y le dijo: Sí, Señor; pero aun los perrillos, debajo de la mesa, comen de las migajas de los
hijos.
29. Entonces le dijo: Por esta palabra, ve; el demonio ha salido de tu hija.
30. Y cuando llegó ella a su casa, halló que el demonio había salido, y a la hija acostada en la cama“.
Ampliación Testimonial
En su primera jira misionera, los discípulos debían ir solamente a “las ovejas perdidas de la casa de Israel.” Si
entonces hubiesen predicado el Evangelio a los gentiles o a los samaritanos, habrían perdido su influencia sobre
los judíos. Excitando el prejuicio de los fariseos, se habrían metido en una controversia que los habría desanima-
do en el mismo comienzo de sus labores. Aun los apóstoles fueron lentos en comprender que el Evangelio debía
darse a todas las naciones. Mientras ellos mismos no comprendieron esta verdad, no estuvieron preparados para
trabajar por los gentiles. Si los judíos querían recibir el Evangelio, Dios se proponía hacerlos sus mensajeros a los
gentiles. Por lo tanto, eran los primeros que debían oír el mensaje.
Por todo el campo de labor de Cristo, había almas despertadas que comprendían ahora su necesidad y tenían
hambre y sed de la verdad. Había llegado el tiempo en que debían mandarse las nuevas de su amor a esas almas
anhelantes. A todas éstas, debían ir los discípulos como representantes de Cristo. Los creyentes habían de ser in-
ducidos a mirarlos como maestros divinamente designados, y cuando el Salvador les fuese quitado no quedarían
sin instructores. DTG 317.
Hemos de ser conductos consagrados, por los cuales la vida del cielo se comunique a otros. El Espíritu Santo
debe animar e impregnar toda la iglesia, purificando los corazones y uniéndolos unos a otros. Los que han sido
sepultados con Cristo por el bautismo deben entrar en una nueva vida, y dar un ejemplo vivo de lo que es la vida
de Cristo. Una comisión sagrada nos ha sido confiada. Esta es la orden que nos ha sido dada: “Por tanto, id, y
doctrinad a todos los Gentiles,
Gentiles bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo: enseñán-
doles que guarden todas las cosas que os he mandado: y he aquí, yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin
del mundo.” Mateo 28:19, 20. La obra a la que os habéis consagrado consiste en dar a conocer el Evangelio de la
salvación. Vuestro poder está en la perfección celestial. 3JT 289.
Discipulos
“En estos primeros discípulos había notable
diversidad. Habían de ser los maestros del - Notable diversidad
mundo, y representaban muy variados tipos de - Variedad de Plan de
Carácter Cristo para
carácter. A fin de realizar con éxito la obra a la - Diferentes caracte- unirlos
cual habían sido llamados, estos hombres, de risticas naturales
- Diferentes hábitos
diferentes características naturales y hábitos de de vida Unirlos él mismo
vida, necesitaban unirse en sentimiento,
pensamiento y acción. Cristo se propuso Resultado
conseguir esta unidad. Con ese fin trató de
unirlos con él mismo. La mayor preocupación
- Unidad en senti-
de su trabajo en favor de ellos se expresa en la miento, pensamiento
oración que dirigió a su Padre” y acción
- Unidad de espíritu,
(Los hechos de los apóstoles, pág. 17). propósito y creencia
El Señor desea que sus siervos escogidos aprendan a unirse en esfuerzo armonioso. Puede ser que a algunos les
parezca que el contraste entre sus dones y los de algún colaborador suyo es demasiado grande para permitirles
unirse en un esfuerzo armonioso; pero cuando recuerden que hay diversas mentes que alcanzar, y que algunos
rechazarán la verdad según la presente un obrero, tan sólo para abrir su corazón a la verdad de Dios según la
presente de diferente manera otro obrero, procurarán con esperanza trabajar juntos en unidad. Sus talentos, por
diversos que sean, pueden hallarse todos bajo la dirección del mismo Espíritu. En cada palabra y acto, se revela-
rán bondad y amor; y al desempeñar fielmente cada obrero el cargo que le ha sido señalado, la oración de Cristo
por la unidad de sus discípulos quedará contestada, y el mundo sabrá que son discípulos suyos. OE 498.
PRECIOSAS PROMESAS
Cuando Cristo estaba en la tumba, los discípulos recordaron estas palabras. Meditaron en ellas, y lloraron porque
no pudieron medir su significado. Ninguna fe ni esperanza alivió el corazón de los afligidos discípulos. Única-
mente acertaron a repetir estas palabras: “Vendré otra vez, y os tomaré a mí mismo, para que donde yo estoy,
vosotros también estéis”.
Hay mansiones preparadas para todos los que se sometan a la obediencia de la ley divina. Y para que la familia
humana no tuviera excusa a causa de las tentaciones de Satanás, Cristo se humanó. El único Ser que era uno con
Dios vivió la ley en su humanidad, descendió a la humilde familia de un obrero común, y trabajó en el banco de
carpintero con su padre terrenal. Vivió la vida que pide de todos los que pretenden ser sus hijos. Así suprimió el
poderoso argumento de Satanás de que Dios requiere de la humanidad una abnegación y sujeción que él mismo
no está dispuesto a prestar... AFC 361,362
El lenguaje humano no alcanza a describir la recompensa de los justos. Sólo la conocerán quienes la contemplen.
Ninguna inteligencia limitada puede comprender la gloria del paraíso de Dios. HC 490.
Ampliación Testimonial
Tenemos que recibir el Espíritu Santo. Hemos tenido la idea de que este don de Dios no es para seres como no-
sotros, y de que el Espíritu Santo es demasiado sagrado o por demás santo para nosotros; pero es el Consolador
que Cristo prometió a sus discípulos para hacerles recordar todo lo que él les había dicho. Entonces, cesemos
de mirarnos a nosotros mismos y miremos a Aquel de quien viene toda virtud. Ninguno puede mejorarse a sí
mismo, pero sí ir a Jesús tal como es, deseando sinceramente ser limpiado de toda mancha de pecado y recibir el
don del Espíritu Santo. No debemos dudar de su misericordia, y decir: “No sé si estoy salvado, o no”. Con una fe
viva debemos aferrarnos de su promesa, porque él dijo: “Si vuestros pecados fueren como la grana, como la nieve
serán emblanquecidos; si fueren rojos como el carmesí, vendrán a ser como blanca lana”. RP 298.
La promesa del Espíritu Santo no se limita a ninguna edad ni raza. Cristo declaró que la influencia divina de su
Espíritu estaría con sus seguidores hasta el fin. Desde el día de Pentecostés hasta ahora, el Consolador ha sido
enviado a todos los que se han entregado plenamente al Señor y a su servicio. A todo el que ha aceptado a Cristo
como Salvador personal, el Espíritu Santo ha venido como consejero, santificador, guía y testigo. Cuanto más
cerca de Dios han andado los creyentes, más clara y poderosamente han testificado del amor de su Redentor y
de su gracia salvadora. Los hombres y mujeres que a través de largos siglos de persecución y prueba gozaron de
una gran medida de la presencia del Espíritu en sus vidas, se destacaron como señales y prodigios en el mundo.
Revelaron ante los ángeles y los hombres el poder transformador del amor redentor. MGD 204
Cuando Cristo estaba por dejar a sus discípulos, buscó el mayor consuelo que les podía dar. Les prometió el
Espíritu Santo—el Consolador—para que se combinara con el esfuerzo humano. ¿Qué promesa se experimenta
menos, se cumple menos en la iglesia que la promesa del Espíritu Santo? Cuando esta bendición, que trae todas
las demás bendiciones tras ella, es retirada, el resultado seguro es la sequía espiritual. Este es el reproche que
necesita el que sermonea largo. La iglesia debe levantarse, y no quedar conforme por más tiempo con un escaso
rocío. 3MS 214
Pr Jhon Alexander Pérez (Jhalpero)
¿Cuál es el significado de la ferviente petición de
20. »No pido sólo por ellos, sino también por los que
creerán en mí cuando escuchen su mensaje.
21. Te pido que se mantengan unidos entre ellos, y
que así como tú y yo estamos unidos, también ellos
se mantengan unidos a nosotros. Así la gente de este
mundo creerá que tú me enviaste. TLA
Jesús no oró por lo que están fuera de nuestro alcance. Y si la unidad es posible, ¿por qué los seguidores de Cristo
no luchamos con más intensidad para alcanzar este don de su gracia? Cuando seamos uno con Cristo, llegaremos
a ser uno con sus otros seguidores. Nuestra mayor necesidad es Jesús, la esperanza de gloria. Mediante el Espíritu
Santo es posible lograr dicha unidad; con ella abundará el amor entre los hermanos, y la gente reconocerá que
lo aprendimos al estar con Jesús. Nuestras vidas serán un reflejo de su carácter santo si representamos su man-
sedumbre de espíritu y su delicadeza de comportamiento. Individualmente, la iglesia de Dios debe responder la
oración de Cristo hasta que todos lleguemos a la unidad del Espíritu. RP 89.
Dios quiere que su pueblo sea una unidad; que sus hijos tengan un mismo parecer, un mismo ánimo y un mismo
criterio. Esto no puede lograrse sin un testimonio claro, recto y vivo en la iglesia. La oración de Cristo era que los
discípulos fuesen uno como él era uno con su Padre. “Mas no ruego solamente por éstos, sino también por los
que han de creer en mí por la palabra de ellos. Para que todos sean una cosa; como tú, oh Padre, en mí, y yo en ti,
que también ellos sean en nosotros una cosa: para que el mundo crea que tú me enviaste... 3TS 160.
Los que se niegan a trabajar en armonía con los demás deshonran a Dios. El enemigo de las almas se regocija
cuando ve a ciertos hermanos contrariándose unos a otros en su trabajo. Tales personas necesitan cultivar el
amor fraternal y la ternura de corazón. Si pudiesen apartar el velo que cubre el porvenir y percibir las consecuen-
cias de su desunión, ciertamente se arrepentirían.
El mundo mira con satisfacción la desunión de los cristianos. La impiedad se regocija. Dios desea que un cambio
se realice en su pueblo. La unión con Cristo y los unos con los otros constituye nuestra única salvaguardia en
estos últimos días. No dejemos a Satanás la posibilidad de señalar con el dedo a nuestros miembros de iglesia,
diciendo: “Mirad cómo éstos, que se hallan bajo el estandarte de Cristo, se aborrecen unos a otros. Nada necesi-
tamos temer de ellos, puesto que gastan más energías luchando unos contra otros que combatiendo a mis fuer-
zas.” 5TS 106.
Estudio de la lección
• No se limite a la información que provee la lección. Busque ayuda en diccionarios, diccionarios bíblicos,
comentarios, mapas, etc.
• El maestro siempre debe saber todas y cada una de las respuestas.
• El maestro debe siempre tener claro el tema a tratar.
• No conteste las preguntas como si fuera un cuestionario. La lección es un tema, y por lo tanto debemos
olvidarnos de las preguntas a la hora de estudiarla.
• Los textos de la lección deben analizarse, parafrasearse y escribirse completamente porque los detalles que
encontramos en ellos nos servirán para que al terminar la lección, podamos buscar la palabra clave.
• Se deben hallar la palabra clave tanto de los textos bíblicos como del Espíritu de Profecía.
• Como tema la lección debe estudiarse bajo la luz tanto del título de la cartilla como de la lección.
• Es más importante el contexto de la cartilla y de la lección que una sola pregunta. Esto nos ayudará a saber
cuál es la línea de la lección para mantenernos dentro del tema. Si no tenemos en cuenta eso, podemos salirnos
del tema al contestar esas preguntas que no tienen nada que ver con el contexto.
• Después de haberse estudiado con anterioridad, se debe repasar durante la semana para analizarla comparando
esa lección con la anterior y encontrar un análisis externo.
• Después de captar los puntos sobresalientes de la lección, la palabra clave y el tema en general, se puede variar el
orden de las preguntas, teniendo en cuenta el título y la mayoría de las preguntas.
Palabra clave
La palabra clave es aquella que mejor describe el tema de la lección y es la llave para no desviarse del tema
central. Por lo general se encuentra a lo largo de toda la lección, tanto en los textos bíblicos como en las notas, o
puede deducirse da las ideas centrales de los mismos.
Verdad central
Es importante para el maestro fijar una verdad central en cada lección. Teniendo el tema general de la cartilla y
la palabra clave de la lección debe escribir una frase que no sea muy larga y que sea facil de memorizar, la cual
encierre el tema central de la lección. Esta frase o verdad central le ayudará a no desviarse del hilo de la lección.
Durante la clase se debe repetirse a menudo y escribirse en el pizarron para que los alumnos puedan mantenerse
dentro del tema.
Objetivos
Despues de tener la palabra clave de la lección y haber planteado la verdad central de la misma, deben fijarse los
objetivos que persigue la lección. Estos objetivos deben descubrirse luego de haber estudiado cuidadosamente la
lección, teniendo en cuenta el tema general de la cartilla.
Los objetivos deben apuntar a tres areas importantes del ser: El área cognitiva o intelectual (Conocimientos,
hábitos intelectuales, habilidades intelectuales); el área afectiva o actitudinal (valores, actividades, emociones); y
el área procedimental o de acción (Hábitos, actos, habilidades).
Los objetivos están correctamente formulados cuando: Expresan los cambios deseados, Tienen en cuenta al
alumno, Apuntan a un solo cambio del alumno, Expresan la situación en la que el cambio se va a lograr o el
contenido que el alumno debe conocer, Son realistas, Son razonables en número, Están claramente expresados,
Son coherentes y tiene todos el mismo enfoque.
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Pr Jhon Alexander Pérez (Jhalpero)