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FORO 4 NEURO

¿De qué forma las feromonas, el aprendizaje y la innovación modifican a la conducta


sexual?

FEROMONAS
Las feromonas son substancias químicas que envían señales de olor
subconscientemente a las personas del sexo opuesto que de forma natural dispara los
sentimientos de atracción sexual, mejorando tu vida sexual.
Las señales de las feromonas son detectadas a través de un órgano que se encuentra
3 pulgadas dentro de la nariz y que es llamado Órgano Vomeronasal y cuando detecta
las feromonas, envía una señal de respuesta sexual al cerebro.
El poder y la flexibilidad del aprendizaje humano, hecho posible por el gran cerebro
humano, ha permitido una sorprendente variedad de patrones sexuales entre las
sociedades y subculturas humanas. No se trata de ignorar los apremios fundamentales
para la reproducción, sino más bien de que las capacidades biológicas humanas
pueden ser usadas con gran flexibilidad y pueden ser incorporadas en sistemas
culturales que interpretan la sexualidad en forma más ampliamente diferentes. Cuando
Kinsey publicó sus descripciones de la conducta sexual en Estados Unidos en los años
cuarenta y cincuenta mucha gente se vio sorprendida por las diferencias de cada
región, educación y religión. Pero los antropólogos habían descrito diferencias mucho
más extremas.
Pueden encontrarse actitudes casi opuestas hacia la sexualidad: en algunas culturas la
sexualidad es evaluada negativamente y el contacto sexual está restringido
exclusivamente a la procreación. En otras culturas la expresión de la sexualidad es
altamente valorada y estimulada; se celebra mediante el arte y las canciones, y todo
tipo de belleza se asocia con el sexo.
Dos temas han suscitado gran controversia en los últimos tiempos siendo éstos la
eyaculación femenina y el punto “G”. Se ha descrito la existencia de glándulas uretrales
en las mujeres, localizadas en la porción distal de la uretra y que pudieran ser
homólogas a la próstata masculina; estudiando la pared anterior de la vagina, se
observó que de manera análoga a la uretra masculina, la uretra femenina parece estar
rodeada de tejido eréctil del tipo de los cuerpos cavernosos presentes en el pene del
hombre; en el curso de la estimulación sexual, la uretra femenina crece y se hincha
ostensiblemente al final del orgasmo, conociéndose esta zona como la mancha de
Grafenberg o punto “G”; asimismo se reconoció la existencia de una relación entre el
punto “G” y la expulsión orgásmica, en algunas mujeres, de grandes cantidades de un
fluido transparente proveniente de la uretra, que no poseía las características de la
orina, concluyendo que el líquido es secretado por las glándulas intraarteriales. (ELSA,
2013)
CONDUCTA SEXUAL
La conducta sexual es muy importante para la super- vivencia de las especies animales
pluricelulares que se reproducen sexualmente. Los individuos de estas especies se
aparean sin poder evitar las consecuencias, pues el organismo de las hembras se
prepara fisiológicamente en ciertos periodos para copular y tener descendencia.
Para algunas especies la cópula es placentera. El deseo de copular puede ser
desencadenado por estímulos internos o externos como la búsqueda de placer y de
acercamiento. En el reino animal el deseo de copular en los machos aparece cuando la
hembra está receptiva, o sea en el periodo en que sus condiciones hormonales y
fisiológicas son adecuadas para reproducirse. Pero el deseo de sentir placer en los
machos y hembras del reino animal puede no estar asociado a la cópula ni a la
reproducción.
En estas especies, a las que pertenece el ser humano, la sexualidad no sólo tiene la
finalidad de la reproducción, sino que también es fundamental en la adhesión social y la
búsqueda de placer. Los seres humanos y algunos animales copulamos porque esta
actividad nos da placer y nos permite relacionarnos afectivamente con otros.
LA ORIENTACIÓN SEXUAL
Un aspecto importante de la sexualidad es la orientación sexual, la cual se puede definir
como la atracción sexual que siente un individuo hacia otro del sexo contrario o del
mismo sexo. Alfred Kinsey diseñó en la década de los noventa una escala de
orientación sexual basándose en 12 000 entrevistas (6300 hombres y 5700 mujeres).
En ella definió como 0 al comportamiento exclusivamente heterosexual es deseo por
individuos del sexo opuesto, como 1 al contacto incidental homosexual es la atracción
sexual por individuos del mismo sexo, ya sea físico o psicológico, como 3 al contacto
físico y psicológico igual de frecuente con hombres y mujeres, como 5 al contacto
incidental heterosexual físico o psicológico y como 6 al contacto exclusivamente
homosexual.
En la actualidad es importante agregar a la escala de orientación sexual de Kinsey a los
individuos sin ninguna orientación sexual, los cuales se han denominado asexuales.
Este grupo está constituido por hombres y mujeres que al llegar a la madurez sexual y
sin presentar trastornos emocionales o físicos aparentes, no muestran ningún tipo de
interés o deseo sexual por ningún individuo. En el caso de que estos sujetos hayan
tenido relaciones sexuales no las reportan como placenteras y no muestran disposición
a buscar nuevas experiencias. Sin embargo, los individuos asexuales sí manifiestan
interés por la parte romántica de una relación y el componente afectivo de compañía.
Más aún, los individuos asexuales atribuyen beneficios a su orientación sexual, ya que
reportan que la asexualidad los mantiene alejados de los problemas comunes de las
relaciones íntimas, disminuye el riesgo de enfermedades venéreas y embarazos no
deseados, experimentan menos presión de encontrar una pareja y reportan tener más
tiempo libre.
Las causas de la orientación sexual han sido ampliamente estudiadas y desde una
perspectiva biológica pueden caracterizarse en ellas tres influencias fundamentales:
hormonal, neuronal y genética.
INFLUENCIAS HORMONALES
Las hormonas sexuales están presentes a lo largo de toda nuestra vida y desde antes
del nacimiento. Son sustancias que se producen principalmente en las gónadas
(ovarios y testículos), la placenta, la glándula adrenal y el cerebro. Entre las hormonas
sexuales más importantes están las consideradas femeninas: el estradiol y la
progesterona. La hormona masculina es la testosterona. Todas ellas están presentes
en hombres y mujeres, sin embargo, sus concentraciones son diferentes en ambos
sexos y cambian a lo largo de nuestra vida. Por ejemplo, los hombres adultos tienen 15
veces más testosterona que las mujeres, y estos niveles son más altos en los hombres
adultos que en los niños y los ancianos. El estradiol está de 5 a 10 veces más
concentrado en las mujeres que en los hombres.
Las hormonas sexuales intervienen en la diferenciación sexual del cerebro en las
etapas tempranas de la vida, en la formación de los órganos sexuales externos y,
durante la adolescencia, en la generación de las características sexuales secundarias.
La diferenciación sexual del cerebro incluye cambios en la organización neuronal, en el
volumen de algunas estructuras denominadas núcleos sexualmente dismórficos, pues
son áreas que varían de tamaño en los hombres y en las mujeres. Estos cambios se
deben a un incremento en el número de células o al establecimiento de más
conexiones. (PORTILLO WENDY, 2010)
Con lo expuesto en líneas arriba, podemos darnos cuenta lo importante que son las
feromonas y cómo actúan en la relación humano o de los animales, al estar en
contraste contacto con las células sexuales, como se van reproduciendo y como de
acuerdo al carácter, o situaciones hay haya vivido el individuo puede ser o deseas un
estado sexual o preferencia sexual de acuerdo a sus gustos o incluso necesidades
como quien decide ser asexual.

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