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DOMINGO 4 DE ADVIENTO (B)

MONICIÓN INICIAL

Hermanas y hermanos: Celebramos hoy el último domingo de Adviento. Y para


este último tramo del camino, la Palabra de Dios nos invita a fijarnos de nuevo en
María, la Virgen de la esperanza. Ella nos enseñará cómo merece la pena
escuchar a Dios, fiarnos de Él y acogerle, para que Cristo pueda seguir naciendo
en medio de este mundo.

Iniciamos la celebración unidos en el canto.

MONICIÓN A LA 1ª LECTURA

Según el relato de la primera lectura, David quiere levantar un templo a Dios para
fortalecer su dinastía. Es entonces cuando Dios reveló su designio: Él mismo dará
a David una casa, una descendencia real cuya gloria permanecerá para siempre.
Jesús es el cumplimiento de esta profecía.

MONICIÓN A LA 2ª LECTURA

En la segunda lectura, se nos ofrece una profunda reflexión del apóstol Pablo,
quien proclama que el Evangelio es una buena noticia para la humanidad.

ORACIÓN UNIVERSAL

1. Por la Iglesia, que construya la casa de Dios poniéndose al servicio de los


pueblos, sobre todos de los más pobres, con amor y desinterés, y los lleve
así a la obediencia de la fe. Roguemos al Señor.

2. Por el pueblo de Israel de quien ha nacido Jesús, que se realice para él la


profecía de Natán. Que encuentre por fin una tierra de paz. Roguemos al Se-
ñor.

3. Por todos aquellos que todavía no conocen a Jesucristo el Salvador, que su


misterio que fue guardado en secreto desde la eternidad les sea ahora mani-
festado por el Evangelio. Roguemos al Señor.

4. Por nuestra comunidad que reúne la espera de la venida de Jesús, que este-
mos siempre listos para repetir con la Virgen María: “Yo soy la servidora del
Señor, que se haga en mi según tu Palabra”. Roguemos al Señor.
5. Por todas las mujeres que esperan un hijo, que lo acojan con gozo como la
Virgen María acogió a Jesús. Que vean en su niño otro Cristo por dar a luz.
Roguemos al Señor.

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