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Ysy A

Si dijera que este era un concierto que había esperado con ansias, en el cual tenía todas mis
expectativas depositadas y cero dudas, mentiría. Una hora antes de ir estaba buscando una
excusa para no hacerlo, la perspectiva de ir sola no me motivaba. De todas formas, fui y fue
la mejor decisión que pude tomar.
El concierto tuvo lugar el domingo 10 de diciembre en el Antel Arena. A mí me tocó ir
al nivel 3, el cual estaba bastante vacío, con solo 3 personas en mi fila. Las otras ubicaciones
estaban repletas. El show estaba programado para las 21 horas, pero empezó media hora más
tarde.
Cuando finalmente pisó el escenario hubo un escalofrío entre el público, el cambio fue
instantáneo, había empezado el show. A mi alrededor, veía a la gente saltando y gritando,
sumamente emocionada como el propio artista, sentí que el show había comenzado hacía una
hora, que estábamos en el auge, en la mejor parte, aunque acababa de empezar.
La primera parte estuvo destinada al álbum que le da nombre a su tour El after del
after, duró alrededor de 40 minutos y se disfrutó a pleno. Ysy A saltaba y pedía al público, al
que cautivó desde el comienzo, que lo acompañara. Una vez terminada la primera mitad del
show hubo un break de alrededor de 5 minutos en el cual Ysy A dejó el escenario y volvió
con otro outfit para dar comienzo a la segunda parte del show que abarcaba el resto de su
discografía. En este punto el Antel Arena estaba completamente poseído por el joven músico
de 25 años que estaba en el escenario, sonriendo, conectando con los espectadores solo con
su música y expresándole al público la importancia que tiene para él: «Somos una familia
gigante, ya sabes, mi amor. Ustedes son lo más importante que tenemos los artistas, yo puedo
hacer lo mejor acá arriba, pero son ustedes…» a lo que la gente respondió con gritos de
aliento y gozo.
Ysy A dejó el escenario a eso de las 23 horas, dándose el show por terminado luego de
una hora y media en la que el joven artista se apoderó él solo del escenario, sin banda, sin
bailarines ni invitados, solo un micrófono y su actitud le fueron suficientes para fascinar a
10.000 personas. Algo que me gustaría destacar, que sumó mucho al concierto, fue el
espectáculo visual, las luces y, principalmente, las imágenes en las pantallas que cambiaban
constantemente y eran un show en sí mismas. Personalizadas para cada canción, captaron mi
atención varias veces a lo largo de la presentación y le dieron el toque final a un gran
concierto.
En mi opinión, si tienen la posibilidad de ir a un concierto de Ysy A, háganlo, incluso si
no son fanáticos. En mi caso, lo comencé a escuchar verdaderamente un par de días previo al
concierto. Ahora, más de una semana después, aún estoy consumiendo sus “poemas”, como a
él le gusta llamarlos, y agradeciendo mi decisión de haber ido, no me arrepentí ni un segundo.

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