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LA MÁS URGENTE NECESIDAD DEL PUEBLO DE LA ESPERANZA

Reavivamiento y reforma en la Iglesia Remanente


Pr. Adolfo Suárez

INTRODUCCIÓN: UNA COSA LES FALTA1

George Whitefield, pastor anglicano, ayudó a difundir el gran despertar


espiritual en Gran Bretaña y en las colonias británicas norteamericanas.
Era conocido como el “príncipe de los predicadores al aire libre”, y fue
el evangelista más conocido del siglo XVIII. Cuando se hospedaba en la
casa de alguien, solía conversar sobre el futuro de la vida espiritual de
cada miembro de la familia anfitriona, hablaba personalmente con cada
uno de ellos.

Sin embargo, cierta vez pernoctó en la casa de un coronel que era todo
lo que alguien podría desear, pero no era cristiano. Whitefield quedó
tan satisfecho con la hospitalidad y tan encantado con las cualidades
del buen coronel, de su esposa y de sus hijas, que consideró difícil
decirles que tenían que tomar una decisión por Jesús; después de todo,
ellos habían sido muy amables.

Permaneció una semana allí y durante su última noche el Espíritu de


Dios lo visitó, de modo que no pudo dormir. “Esas personas”, dijo
Whitefield consigo mismo, “han sido muy amables conmigo, y yo no he
sido fiel con ellas; tengo que decirles que, a pesar de todas sus buenas
cualidades, si no creen en Cristo estarán perdidas”.

Entonces, se levantó y oró. Después de orar, todavía sentía una lucha en


su mente. Su vieja naturaleza decía: “No puedo hacer esto”. Pero el
Espíritu Santo parecía decir: “No salga de aquí antes de avisarles del
peligro”. Finalmente, pensó en un artificio y oró a fin de que Dios
aceptara su idea. Tomó su anillo y escribió con él las siguientes palabras
en uno de los vidrios romboidales de la ventana: “Les falta una cosa”.

Él no logró hablar con la familia, pero siguió su camino orando mucho


por la conversión de esas personas. Poco después de haber salido, la
buena señora anfitriona de la casa, gran admiradora de Whitefield, dijo:
“Voy hasta el cuarto de huéspedes porque quiero ver el lugar donde
estuvo el hombre de Dios”. Al llegar al cuarto, vio que él había escrito en
el vidrio: “Una cosa les falta”. Esas palabras la tocaron inmediatamente
con la convicción del arrepentimiento. “¡Ah!”, exclamó. “Pensé que él no
se había preocupado mucho por nosotros, porque sabía que, por donde
quiera que pasaba, argumenta con sus anfitriones, y no había hecho lo
mismo con nosotros. Llegué a pensar que habíamos incomodado al
señor Whitefield, pero ahora me doy cuenta cuan amable fue con
nosotros al hablarnos de esa manera.

En seguida llamó a sus hijas: “Suban, chicas, vean lo que el hombre de


Dios escribió en el vidrio de la ventana: ‘Una cosa les falta’. Llamen a su
padre”. El coronel subió a la habitación de huéspedes y también leyó la
frase: “Una cosa les falta”. Así, alrededor de la cama donde el hombre
de Dios había dormido, se arrodillaron y pidieron a Dios que les diera la
cosa que faltaba. Y allí mismo, antes de dejar la habitación, encontraron
lo que les faltaba; y toda la familia pudo regocijarse en Jesús.

“Una cosa les falta”.

Hermanos y hermanas. Nos falta una cosa. ¿Cómo es eso? Nosotros ya


tenemos a Jesucristo, entonces, ¿qué nos falta? ¡Nos falta
reavivamiento y reforma!
¿QUÉ ES REAVIVAMIENTO Y REFORMA?

“Reavivamiento y reforma son dos cosas diferentes. El reavivamiento


significa una renovación de la vida espiritual, una vivificación de los
poderes de la mente y del corazón, una resurrección de la muerte
espiritual”. 2
En otras palabras, reavivamiento es un renacimiento
espiritual; es volver a la vida, después de haber estado muerto
espiritualmente hablando.

Por otro lado, “La reforma significa una reorganización, un cambio en las
ideas y las teorías, en los hábitos y las prácticas”. 3 Como se puede notar,
la reforma tiene como foco la parte práctica de la vida.

Para ser didácticos y claros, podemos decir que el reavivamiento se


produce internamente, mientras la reforma se manifiesta externamente.
Gracias a un cambio interno, entonces es posible un cambio externo
auténtico; ambos por obra del Espíritu Santo.

En verdad, toda transformación duradera de vida necesita de esos dos


aspectos: el reavivamiento y la reforma. ¿Por qué? Porque “La reforma
no traerá los buenos frutos de la justicia a menos que esté vinculada
con el reavivamiento del espíritu. El reavivamiento y la reforma han de
realizar la obra señalada, y al hacer esta obra ambas deben
combinarse”. 4

¿ NECESITAMOS REALMENTE UN REAVIVAMIENTO Y UNA REFORMA?

Una de las invitaciones bíblicas más poderosas e impactantes para el


reavivamiento y la reforma está en el libro de Joel 2:12-17:
“[...] ahora, dice Jehová, convertíos a mí con todo vuestro
corazón, con ayuno y lloro y lamento. Rasgad vuestro corazón, y
no vuestros vestidos, y convertíos a Jehová vuestro Dios; porque
misericordioso es y clemente, tardo para la ira y grande en
misericordia, y que se duele del castigo. ¿Quién sabe si volverá y
se arrepentirá y dejará bendición tras de él, esto es, ofrenda y
libación para Jehová vuestro Dios? Tocad trompeta en Sion,
proclamad ayuno, convocad asamblea. Reunid al pueblo,
santificad la reunión, juntad a los ancianos, congregad a los
niños y a los que maman, salga de su cámara el novio, y de su
tálamo la novia. Entre la entrada y el altar lloren los sacerdotes
ministros de Jehová, y digan: Perdona, oh Jehová, a tu pueblo, y
no entregues al oprobio tu heredad, para que las naciones se
enseñoreen de ella. ¿Por qué han de decir entre los pueblos:
¿Dónde está su Dios?

El profeta Joel nos convoca a un cambio total, y en el versículo 13 pone


las bases para el reavivamiento y la reforma. Dice: “Rasgad vuestro
corazón”.

“Cuando un judío rasgaba sus vestidos, expresaba un gran dolor.


Significaba que le había sobrevenido una gran calamidad (Gén. 37:34;
Lev. 13:45; 2 Crón. 34:27; Jer. 36:24). Sin embargo, puesto que era posible
manifestar esas muestras externas de pesar sin que hubiera un
verdadero sentimiento íntimo de dolor, se le ordenó al pueblo que no
cayera en ese fingimiento y que, en cambio, rasgara su corazón”. 5 Con
eso, el profeta Joel estaba enseñando que el cambio interno, el
reavivamiento, produce auténticos cambios externos; y que, sin un
cambio real interno, las manifestaciones de piedad externa no pasan de
comportamientos hipócritas, espiritualidad fingida.

Elena de White dice que “Un reavivamiento de la verdadera piedad


entre nosotros es la mayor y más urgente de todas nuestras
necesidades. El buscar esto debe ser nuestro primer trabajo”. 6

Y al argumentar sobre la necesidad de estos cambios internos y


externos en nuestra vida, la mensajera del Señor escribió “Cada uno
necesita buscar al Señor ahora. El pueblo de Dios no pasará la prueba a
menos que se produzca un reavivamiento y una reforma”. 7 “Los
ministros deben convertirse antes de que puedan fortalecer a sus
hermanos”.

Sobre esta última cita, quiero resaltar dos cosas. La primera es que, si
queremos enfrentar los días terribles al final del tiempo del fin,
necesitamos experimentar el reavivamiento y la reforma; de lo
contrario, nuestra fe será débil y no resistirá a la primera prueba. La
segunda: amigos pastores, el reavivamiento y la reforma deben
comenzar en nosotros, los cambios internos y externos que esperamos
ver en los hermanos y hermanas de nuestras iglesias, ellos necesitan
verlos primero en nosotros. Fe auténtica, vida espiritual fuerte,
comunión con Dios, apego a la Palabra, estilo de vida de un pueblo
remanente, eso es lo que los hermanos necesitan ver en nosotros los
pastores. De lo contrario, ¿qué pastores somos nosotros que esperamos
la transformación que nosotros mismos no demostramos?
¿QUÉ NOS HACE CREER QUE NECESITAMOS DE REAVIVAMIENTO Y
REFORMA EN NUESTROS DÍAS?

Heber Carlos de Campos, un teólogo protestante brasileño, hace


afirmaciones fuertes sobre la realidad del cristianismo de nuestros días,
analizando la adoración débil que caracteriza a muchas
denominaciones. Él afirma:

“Como la evangelización moderna ha sido antropocéntrica, dice al


oyente lo que se piensa que el incrédulo quiere oír, también la
forma de culto ha sido elaborada de modo que atraiga a las
personas para adorar a Dios. La adoración moderna está
planeada para atraer a personas (los consumidores de música
contemporánea) en vez de promoverla para que las personas
levanten los ojos al cielo para rendir un culto correcto al
verdadero Dios, para aprender sobre el verdadero Dios y de la
vida eterna en Jesucristo, estamos estimulando a esas personas
a acostumbrar el paladar a lo que el entretenimiento moderno ya
les presentó. Antes que verdaderos adoradores, estamos viendo
a personas preocupadas por el consumo musical y litúrgico,
queriendo oír lo que les agrada, y no lo que agrada a Dios”. 8 (TL)

Sí, amigos, ese es un retrato triste, pero fiel de la vida religiosa y de la


adoración, de mucha gente. Las cosas no pueden continuar así. Es
necesario que haya un cambio radical.

Cuando el profeta Joel, hace más de 27 siglos, inspirado en la visión


divina, se refirió al día de Dios, escribió:
“Tocad trompeta en Sion, y dad alarma en mi santo monte; tiemblen
todos los moradores de la tierra, porque viene el día de Jehová,
porque está cercano.

Día de tinieblas y de oscuridad, día de nube y de sombra” (Joel 2:1, 2).

Si bien estas palabras tienen una aplicación histórica inmediata a los


tiempos del Antiguo Testamento, cuando Israel sería invadido por un
pueblo enemigo, la razón por la cual fueron conservadas y que se
refieren particularmente al tiempo del fin, al “día del Señor", víspera del
regreso de Cristo a la Tierra. El mensaje del profeta Joel invita a que se
toque la trompeta en Sion, o sea, en la iglesia; a dar alarma en el monte
santo de Dios, o sea, a su pueblo; porque ocurrirán acontecimientos de
tal magnitud que harían temblar a todos los habitantes del mundo.

En vista de los tremendos acontecimientos que están por ocurrir en el


“día del Señor”, la iglesia debe despertarse por una voz de alarma, y el
pueblo debe recibir el llamado a una conversión auténtica, profunda, y
de todo corazón. En otras palabras, debe efectuarse una reforma
espiritual profunda dentro de la iglesia, en preparación para los
grandiosos acontecimientos del fin.

No hay dudas de que llegamos a la misma víspera de la hora suprema,


y de que este llamado a una conversión genuina y una reforma cabal en
la vida de cada uno debe resonar por todos los rincones de Sion, por
todos los rincones de todas las iglesias.
CARACTERÍSTICAS DE LA PERSONA QUE EXPERIMENTÓ EL
REAVIVAMIENTO Y LA REFORMA

1. La persona que experimentó el reavivamiento y la reforma tiene


una vida de oración y acción

En el tiempo del fin, “precisamente antes de la segunda venida de


Cristo en las nubes del cielo, debe hacerse una obra como la de
Juan [el Bautista]. Dios necesita a hombres que preparen a un
pueblo que se mantenga firme en el gran día del Señor... A fin de
dar un mensaje como el que dio Juan, debemos tener una
experiencia espiritual como la suya. La misma obra debe
efectuarse en nosotros. Debemos contemplar a Dios y, al
contemplarlo, perderemos de vista el yo”. 9

¿Y por qué contemplar a Dios es importante? “La comunión con


Dios ennoblecerá el carácter y la vida. Los hombres verán que
hemos estado con Jesús como lo notaron en los primeros
discípulos. Esto comunicará al obrero un poder que ninguna otra
cosa puede dar. No debe permitir que cosa alguna le prive de este
poder. Hemos de vivir una vida doble: una vida de pensamiento y
de acción, de silenciosa oración y fervoroso trabajo. 10

Hermanos y hermanas. “La oración y el esfuerzo serán el centro de


vuestra vida. Orad como si la eficiencia y los elogios se debieran
únicamente a Dios; trabajad como si sólo a vosotros
correspondieran todos los deberes”. 11

No solo debemos trabajar, ni solo orar. Las dos cosas deben ir


juntas, porque “El que no hace nada más que orar, pronto dejará
de hacerlo”. 12 El que no hace nada más que trabajar, en breve no
sentirá más gracia en eso. Necesitamos cultivar un espíritu
abnegado y generalizado de trabajo misionero, y una vida de
oración y de total dependencia de nuestro Padre celestial.

2. La persona que experimentó el reavivamiento y la reforma tiene


su vida modelada por el Espíritu Santo

“El corazón humano no puede conocer la felicidad hasta que se


somete para ser moldeado por el Espíritu de Dios. El Espíritu
conforma el alma renovada según el modelo, Jesucristo. Mediante
su influencia, la enemistad contra Dios se cambia en fe y en amor,
y el orgullo en humildad. El alma percibe la belleza de la verdad, y
Cristo es honrado en la excelencia y la perfección del carácter”.13

“El Espíritu ilumina nuestras tinieblas, informa nuestra ignorancia,


y nos ayuda en nuestras múltiples necesidades. Pero la mente
debe buscar a Dios en forma constante. Si se permite que la
mundanalidad entre en ella, si no tenemos deseos de orar, ni
deseos de estar en comunión con él, quien es la fuente de la
fortaleza y la sabiduría, el Espíritu no permanecerá en nosotros”. 14

3. La persona que experimentó el reavivamiento y la reforma tiene


su vida regida por la Palabra de Dios

“Nuestra fe debe estar afirmada en la Palara de Dios”. 15 ¿Por qué?


Porque vivimos días solemnes. “Los cristianos deben prepararse
para lo que pronto ha de estallar sobre el mundo como sorpresa
abrumadora, y deben hacerlo estudiando diligentemente la
Palabra de Dios y esforzándose por conformar su vida con sus
preceptos”. 16 “Solo los que hayan fortalecido su espíritu con las
verdades de la Biblia podrán resistir en el último gran conflicto”. 17
Sí, hermanos y hermanas. “Solo los que hayan estudiado
diligentemente las Escrituras y hayan recibido el amor de la
verdad en sus corazones, serán protegidos de los poderosos
engaños que cautivarán al mundo”. 18

Sepan que “Llegará el tiempo cuando muchos serán privados de


la Palabra escrita. Pero si esta Palabra está grabada en la memoria,
nadie puede quitarla de vosotros”. 19 Por eso, estudiemos la
Palabra de Dios en profundidad. Atesoremos en la memoria sus
preciosas promesas, para que cuando la Biblia sea quitada de
nuestras manos, permanezca en nuestra mente y corazón.

4. La persona que experimentó el reavivamiento y la reforma


guarda correctamente el sábado

“El cuarto mandamiento de la inmutable ley de Dios requiere la


observancia del séptimo día, sábado, como día de reposo,
adoración y ministerio en armonía con las enseñanzas y la práctica
de Jesús, el Señor del sábado. El sábado es un día de agradable
comunión con Dios y con nuestros hermanos. Es un símbolo de
nuestra redención en Cristo, una señal de nuestra santificación,
una demostración de nuestra lealtad y una anticipación de nuestro
futuro eterno en el reino de Dios. El sábado es la señal perpetua
del pacto eterno entre él y su pueblo. La gozosa observancia de
este tiempo sagrado de una tarde a la otra tarde, de la puesta de
sol a la puesta de sol, es una celebración de la obra creadora y
redentora de Dios”. 20
5. La persona que experimentó el reavivamiento y la reforma es
fiel en los diezmos y las ofrendas

“El diezmo es sagrado, reservado por Dios para sí. Ha de ser traído
a su tesorería para ser empleado en el sostén de los obreros
evangélicos en su obra”. 21 Por eso, “El Señor llama hoy a los
adventistas del séptimo día, en todo lugar, para que se consagren
enteramente a él, haciendo todo lo que esté a su alcance para su
obra, según las circunstancias en que se encuentren. Él desea
verlos mostrar, por medio de dones y ofrendas generosas, cuánto
aprecian sus bendiciones y cuánta gratitud sienten por su
misericordia”. 22

¿Y saben una cosa? “Las necesidades de la causa aumentarán


continuamente a medida que nos acercamos al fin del tiempo”. 23
Entonces, no deje para devolver el diezmo en el futuro; no deje
para ofrendar en el futuro. ¡Hágalo ahora! “Dios nos prueba aquí
entregándonos posesiones temporales a fin de que el uso que
hagamos de ellas demuestre si se nos pueden confiar las riquezas
eternas”. 24

6. La persona que experimentó el reavivamiento y la reforma


valora su salud física

“Debemos presentar el té, el café, el tabaco y el alcohol como


complacencias pecaminosas. [...] no deben tomarse [ni]
moderadamente, sino que deben ser descartadas”. 25

“La verdadera temperancia nos enseña a abstenernos por


completo de todo lo perjudicial, y a usar cuerdamente lo que es
saludable”. 26 “Dios procura llevarnos de vuelta paso a paso a su
designio original, que el ser humano debiera subsistir a base de
productos naturales de la tierra. Entre los que están esperando la
venida del Señor, desaparecerá con el tiempo el uso de carne; la
carne dejará de formar parte de su régimen alimentario”. 27

7. La persona que experimentó el reavivamiento y la reforma debe


tener su culto personal y familiar diario

El culto, en la primera hora del día, es esencial para la vida


espiritual. Comenzar el día con Dios es la garantía de permanecer
con él a lo largo del día. Estudiar la Biblia, estudiar la lección de la
Escuela Sabática, estudiar libros del Espíritu de Profecía, orar,
meditar, todo eso es la respiración de la vida espiritual.

8. La persona que experimentó el reavivamiento y la reforma no


debe involucrarse con el mundo

“Aquellos que están velando y esperando la aparición de Cristo en


las nubes del cielo, no se mezclarán con el mundo en
asociaciones de placer y en reuniones donde meramente buscan
divertirse”. 28

9. La persona que experimentó el reavivamiento y la reforma se


diferencia en su manera de vestir

Si somos cristianos, seguiremos a Cristo, aunque el camino que


tengamos que recorrer sea contrario a nuestras inclinaciones
naturales. Por eso, no es necesario decir: “No use eso”; o “use
esto”; no es necesario, porque si el deseo del corazón es usar ropa
indecorosa, indecente, mundana, permanecerá allí. Y ese cambio
no lo hará una ley humana. Lo que necesita es una renovación de
las inclinaciones del corazón natural; la persona que le gusta
vestirse como lo hace el mundo, realmente necesita nacer de
nuevo, para que su gusto sea santificado.

Sin embargo, quiero recordar algo esencial especialmente a las


hermanas: “Vístanse nuestras hermanas sencillamente, […] y que la
cuestión del vestido no llene la mente. Debieran vestirse con una
ropa modesta, y con pudor y sobriedad. Dad al mundo una
ilustración viviente del adorno interno de la gracia de Dios”. 29 Al
final, “La apariencia exterior es un índice de lo que hay en el
corazón”. 30

10. La persona que experimentó el reavivamiento y la reforma está


dispuesta a una vida de renuncia y a una religión con
compromiso.

“El deseo de llevar una religión fácil, que no exija luchas, ni


desprendimiento, ni ruptura con las locuras del mundo, ha hecho
popular la doctrina de la fe, y de la fe sola; ¿pero que dice la
Palabra de Dios? El apóstol Santiago dice: (Santiago 2:14-24). 31

“Hermanos míos, ¿qué aprovechará si alguno dice que tiene fe,


y no tiene obras? ¿Podrá la fe salvarle? [...] ¿Mas quieres saber,
hombre vano, que la fe sin obras es muerta? ¿No fue
justificado por las obras Abraham nuestro padre, cuando
ofreció a su hijo Isaac sobre el altar? ¿No ves que la fe obró
con sus obras, y que la fe fue perfecta por las obras? [...] Veis,
pues, que el hombre es justificado por las obras, y no
solamente por la fe”.
¿Saben lo que sucede? “Muchos rehúsan obedecer los
mandamientos de Dios, mas hacen mucho hincapié en la fe.
Empero la fe debe tener un fundamento. Todas las promesas de
Dios son condicionales. Si hacemos su voluntad, si caminamos en
la verdad, entonces podemos pedir lo que queramos, y nos será
dado. Cuando tratamos fervorosamente de ser obedientes, Dios
escucha nuestras peticiones; pero él no nos bendecirá si estamos
en desobediencia. Si escogemos desobedecer sus mandamientos,
podemos gritar “Fe, fe, solamente fe”, y la respuesta vendrá de la
segura Palabra de Dios: “La fe sin obras es muerta”( Santiago 2:20).
Una fe tal sólo será como metal que resuena y címbalo que
retiñe”. 32

¡NECESITAMOS VIVIR EN SANTIDAD!

¿Qué significa vivir en santidad? ¿Qué significa una vida de


santificación?

• Vivir en santidad significa vivir en consagración a Dios, caminando


diariamente, por su gracia, en busca de una vida más madura y
plena, en Cristo. El apóstol Pablo captó muy bien la vida en
santidad en 1 Cor. 6:9-11:

“¿No sabéis que los injustos no heredarán el reino de Dios? No erréis;


ni los fornicarios, ni los idólatras, ni los adúlteros, ni los afeminados,
ni los que se echan con varones, ni los ladrones, ni los avaros, ni los
borrachos, ni los maldicientes, ni los estafadores, heredarán el reino
de Dios. Y esto érais algunos; mas ya habéis sido lavados, ya habéis
sido santificados, ya habéis sido justificados en el nombre del Señor
Jesús, y por el Espíritu de nuestro Dios”.
• Vivir en santidad es la obra continua del Espíritu Santo, por
medio de la cual la santa disposición concedida en el nuevo
nacimiento se mantiene y fortalece.
• Santificación es la cristianización del cristiano. Se puede traer
el barco al puerto y atarlo al muelle cuando está averiado;
allí estará a salvo, pero no está curado. El arreglo demanda
mucho tiempo. Cristo se propone salvarnos y sanarnos. La
justificación concede la salvación; la santificación concede la
cura.
• Santificación es la “obra libre de la gracia de Dios, por la cual
somos renovados en todo nuestro ser, según la imagen de
Dios, y habilitados a morir más y más al pecado y vivir para la
justicia”.
• Santificación es el proceso mediante el cual el pecado y las
acciones pecaminosas van perdiendo fuerza en nuestra vida.
Aunque el santo esté en un mundo de pecado y cometa
pecados, su vida sigue otro rumbo, pues mientras “el pecado
habita en un creyente, el mismo pecado reina en un no
creyente”.
• Santidad consiste en despojarse de la vieja naturaleza y
revestirse de la naturaleza nueva.
• Así, podemos decir que “la santificación consiste en dos
cosas: primera, la eliminación progresiva de los principios del
mal que todavía infectan nuestra naturaleza, y la destrucción
de su poder; y, segunda, el crecimiento del principio de vida
espiritual hasta controlar los pensamientos y actos, y
conformar la vida según la imagen de Cristo”.
Entonces, ¿está usted viviendo en santidad? Si está viviendo en
santidad, entonces ya experimentó el reavivamiento y la reforma. ¿Y
cómo sabemos si estamos viviendo en santidad?

Hágase estas preguntas, y deténgase para oír sus respuestas:

1. ¿He andado diariamente en los caminos de Dios, haciendo su


voluntad en todo?
2. ¿He desarrollado hábitos que hacen madurar mi vida cristiana
(lectura de la Biblia, una vida de oración, una vida de testimonio, una
vida de servicio)?
3. ¿Siento que cada día estoy más cerca de Cristo y más lejos del
pecado?
4. ¿Disfruto de la seguridad de la salvación en/por Cristo?

CONCLUSIÓN

Para terminar, me gustaría leer Apocalipsis 3:14 al 16:

“Y escribe al ángel de la iglesia en Laodicea: He aquí el Amén, el


testigo fiel y verdadero, el principio de la creación de Dios, dice
esto: Yo conozco tus obras, que ni eres frío ni caliente. ¡Ojalá
fueses frío o caliente! Pero por cuanto eres tibio, y no frío ni
caliente, te vomitaré de mi boca”.

“El mensaje del Testigo fiel no es solo un mensaje de justificación y


perdón; no es solo un llamado al arrepentimiento, sino también un
mensaje de conversión total, de santificación, de reforma de vida. Esta
es la verdadera reforma que debe ocurrir entre el pueblo de Dios, y que
acelerará el derramamiento del poder divino, en la forma de la lluvia
tardía, y la predicación del evangelio eterno y el sellamiento. Esta es la
reforma de vida que cada uno de nosotros necesita para atravesar
triunfante el tiempo de angustia y recibir al Señor con gran alegría. Esta
es la experiencia que nos permitirá estar preparados para vivir con Dios
y con Cristo por la eternidad”. 33 (TL)

Hermanos y hermanas. “Reforma y reavivamiento están relacionados


con el regreso a las antiguas y sanas doctrinas y a un celo ardiente y
lleno de amor por ellas y por el pueblo de Dios. ¿No es eso lo que
necesitamos nuevamente?”. 34 (TL)

¿Recuerdan la ilustración que conté al comienzo? “Una cosa les falta”.


¿Saben qué es? Sometamos nuestra vida a Dios y él obrará en nosotros
el Reavivamiento y la reforma que necesitamos y que nos falta. ¡Amén!
1
Extraído del sitio https://www.sitedopastor.com.br/falta-lhes-uma-coisa/. Ingreso el 15 de junio
de 2020.
2
Elena de White. Servicio cristiano, p. 53.
3
Elena de White. Ibíd.
4
Elena de White. Ibíd.
5
CBA, t. 4, p. 967-968.
6
Elena de White. Servicio cristiano, p. 53.
7
Elena de White. Testimonios para la Iglesia, t. 7, p. 269. – TI, t.1, 413.
8
Heber Carlos de Campos. “Crescimento de Igreja: Com Reforma ou com Reavivamento?”. Em
Fides Reformata 1/1, 1996. Disponible aquí: https://cpaj.mackenzie.br/wp-
content/uploads/2019/02/4_Crescimento_de_Igreja_Com_Reforma_ou_com_Reavivamento_Heber_Ca
mpos.pdf. Ingreso el 15 de junio de 2020.
9
Elena de White. Eventos de los últimos días, p. 64.
10
Elena de White. El ministerio de curación, p. 409-410.
11
Elena de White. Testimonios para la iglesia, t. 4, pág. 538.
12
Elena de White. El camino a Cristo, p. 101.
13
Elena de White. Nuestra elevada vocación. MM, 1962, p. 154.
14
Elena de White. Nuestra elevada vocación. MM, 1962, p. 156.
15
Elena de White. El evangelismo, p. 267.
16
Elena de White. Profetas y reyes, p. 461.
17
Elena de White. El conflicto de los siglos, p. 580.
18
Elena de White. El conflicto de los siglos, p. 609.
19
Elena de White. Eventos de los últimos días, p. 68.
20
Creencias de los adventistas del séptimo día, p. 280.
21
Elena de White. Obreros Evangélicos, p. 238.
22
Elena de White. T Joyas de los testimonios, t. 3, p. 350.
23
Elena G. White. Testimonios para la Iglesia, t. 5, p. 146.
24
Elena de White. Consejos sobre Mayordomía cristiana, p. 24.
25
Elena de White. Mensajes selectos, t. 3, p. 328.
26
Elena de White. Patriarcas y profetas, p. 605.
27
Elena de White. Consejos sobre la salud, p. 447.
28
Elena de White. Eventos de los últimos días, p. 86.
29
Elena de White. Consejos para la iglesia, p. 322.
30
Elena de White. Eventos de los últimos días, p. 90.
31
Elena de White. Reavivamiento verdadero, p. 25.
32
Elena de White. Reavivamiento verdadero, p. 43.
33
Fernando Chaij. Preparação para a Crise Final [preparación para la crisis final]. Tatuí, SP:
Casa Publicadora Brasileña, 2007, p. 47.
34
Heber Carlos de Campos. “Crescimento de Igreja: Com Reforma ou com Reavivamento?”. En
Fides Reformata 1/1, 1996. Disponible aquí: https://cpaj.mackenzie.br/wp-
content/uploads/2019/02/4_Crescimento_de_Igreja_Com_Reforma_ou_com_Reavivamento_Heber_Ca
mpos.pdf. Ingreso el 15 de junio de 2020.

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