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Obligaciones
Obligaciones
DOCENTE: BACHILLER:
3º AÑO SECCIÓN 9
OCTUBRE, 2023
ÍNDICE
INTRODUCCIÓN..............................................................................................3
EFECTOS DE LA MORA................................................................................11
CESACIÓN DE LA MORA..............................................................................13
CONCLUSIÓN................................................................................................15
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS................................................................16
INTRODUCCIÓN
En toda obligación de origen contractual es posible distinguir un objeto real de
otro ideal, siendo este último el relevante para apreciar el fenómeno del
incumplimiento y sus efectos. El problema del incumplimiento se reduce a si el
deudor desplegó, o no, la conducta debida y esta es la que inicialmente proyectaron
las partes. El deudor junto con obligarse a dar o a hacer alguna cosa, debe emplear en
la ejecución de su prestación una diligencia promotora del cumplimiento, que se
materializa en la adopción de medidas concretas para la superación de obstáculos o
impedimentos que afecten el fiel desarrollo de la prestación, sean o no previsibles.
El incumplimiento es un hecho objetivo que se identifica con cualquier
desviación del programa de prestación respecto de la conducta desplegada por el
deudor en cumplimiento del contrato. Ese incumplimiento, carente de una valoración
subjetiva, es el que permite articular el sistema de los remedios de que dispone el
acreedor y entre los cuales puede optar más o menos libremente.
Las cosas tornan un poco más complejas cuando se desciende a la práctica
contractual y se detectan supuestos en los que si bien el deudor ha desplegado alguna
actividad en ejecución de su obligación, ella no coincide plenamente, al menos a
juicio del acreedor, con el programa inicial e ideal de prestación y ello hace que el
acreedor declare su interés insatisfecho y se dirige en contra del deudor.
Las disposiciones, aunque escasas, sobre esta clase de obligaciones,
interpretadas en conexión con las generales sobre los efectos de las obligaciones y del
incumplimiento, ofrecen soluciones que resultan lo suficientemente amplias como
para dar una adecuada salida a los problemas de insatisfacción del interés de
acreedor, sin tomar en cuenta concretamente la clase de obligación incumplida
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TEMA 11.- EL INCUMPLIMIENTO INVOLUNTARIO DE LA
OBLIGACIÓN.
CONCEPTO
Es la falta de realización de la acción u omisión acordada en origen de la
relación jurídica, tanto por realización incompleta, defectuosa o irregular, dando lugar
a consecuencias jurídicas para el deudor. La falta de realización de la prestación
debida por el deudor conlleva el incumplimiento de la obligación.
CLASES
La causa extraña no imputable se divide en las siguientes categorías:
1. Caso fortuito o fuerza mayor: El artículo 1272 del Código Civil dispone: El
deudor no está obligado a pagar daños y perjuicios cuando a consecuencia de
un caso fortuito o fuerza mayor, ha dejado de dar o de hacer aquello a que
estaba obligado o ha ejecutado lo que estaba prohibido.
2. Hecho del príncipe: El hecho del príncipe, expresión muy en boga durante la
Edad Media, comprende todas aquellas disposiciones prohibitivas o
imperativas emanadas del Estado por razones de interés público general que
necesariamente deben ser acatadas por las partes y causan un incumplimiento
sobrevenido de la obligación
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3. Pérdida de la cosa debida: Constituye otra de las especies de la causa
extraña no imputable. La pérdida de la cosa debida hace imposible el
cumplimiento del deudor y no siendo imputable a éste, produce los efectos
liberatorios consiguientes. Por pérdida de la cosa debida se entiende cuando
en una obligación que tiene por objeto una cosa determinada, ésta perece,
queda fuera del comercio o se pierde, de modo que se ignora absolutamente su
existencia, sin culpa alguna por parte del deudor. La pérdida de la cosa debida
debe ocurrir después que las partes han asumido sus obligaciones y no antes,
porque de ser así, la obligación sería inexistente por falta de objeto.
4. Hecho del acreedor: La negativa injustificada del acreedor contractual a
recibir la prestación lo constituye en mora (Mora Accipiendi) y el
cumplimiento de la obligación del deudor puede quedar en un período de
letargo, aunque con consecuencias adversas al acreedor. Ello sólo justifica el
incumplimiento temporal del deudor. En cambio, si el acreedor obstaculiza e
impide definitivamente el cumplimiento de la obligación, esta conducta
imposibilita en forma absoluta el cumplimiento de la obligación y debe ser
considerada como una causa que lo exime de responsabilidad
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integran el género limitado lleguen a perecer totalmente. En las obligaciones de
hacer: si bien la figura en tales obligaciones es más extraña no deja de ser posible.
Podría darse por efecto de la muerte del deudor y por incapacidad física o mental
sobrevenida de éste, cuando se trate de una prestación de hacer personalísima.
En las obligaciones negativas: Es perfectamente posible la causa extraña no
imputable en obligaciones negativas que consisten en una omisión o en un tolerar.
Ejemplos si alguien asume la obligación de no utilizar las escaleras, ciertamente ello
cede ante un siniestro como incendio o terremoto. Si alguien se obligó a no levantar
una pared, pero las lluvias torrenciales se lo imponen para salvaguardar su hogar. Si
alguien se obligó a un no hacer, como no vender un producto, pero por imperativo del
Estado que se constituye en hecho del príncipe es obligado a ello, queda exonerado de
responsabilidad ante el acreedor.
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liberatorios temporales: en este caso el deudor se encuentra impedido de cumplir su
obligación mientras exista el obstáculo, la causa extraña no imputable; pero una vez
que cese el obstáculo o la causa extraña no imputable, puede cumplir la prestación.
2. Efectos restitutorios: Se trata en este caso de establecer qué sucede con las
prestaciones ya cumplidas o ejecutadas por el deudor, es decir las prestaciones
adelantadas, para el momento de ocurrir la imposibilidad motivada por la causa
extraña no imputable; las reglas de esa restitución podrían regularse por las normas
del pago de lo indebido, por cuanto es la misma fuente del enriquecimiento sin causa,
y es materia análoga de conformidad con el art. 4 CC. Radica en determinar entonces
cuál suerte van a correr las prestaciones ya ejecutadas por el deudor: si el deudor las
pierde o si bien puede reclamar su devolución al acreedor. Los efectos restitutorios
están íntimamente ligados a la teoría de los riesgos, que es uno de los temas de la
teoría del contrato bilateral, razón por la cual consideramos más apropiado su estudio
al desarrollar el capítulo de las obligaciones contractuales.
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contratos que tienen por objeto la transferencia de la propiedad u otro derecho real, el
efecto acontece solo consensu sin necesidad de alguna otra actuación. Y si la cosa
perece en tal caso, aplica la regla “res perit dominus”.
EL RETARDO EN EL CUMPLIMIENTO.
Se manifiesta por cuanto la obligación no se cumple en el momento en que fue
previsto ese cumplimiento, sino posteriormente. Pero observemos que toda mora
implica un retardo en el cumplimiento de la obligación, pero no todo retardo en el
cumplimiento de la obligación constituye mora, ya que para que ésta se dé, dicho
retardo debe ser imputable al deudor, debe ser culposo.
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CASOS EN LOS CUALES EL RETARDO EN EL CUMPLIMIENTO
EQUIVALE AL INCUMPLIMIENTO DEFINITIVO.
Se presentan situaciones en las cuales no se concibe una situación de retardo
en cumplir. Y en las cuales, por lo tanto, el retardo en el cumplimiento equivale a un
incumplimiento definitivo. Entre tales ejemplos la doctrina tradicional suele colocar
el caso de las obligaciones negativas con base a que el artículo 1269 CC no las
incluye expresamente: “si la obligación es de dar o de hacer, el deudor se constituye
en mora por el solo vencimiento del plazo establecido en la convención…”. Se
pretende señalar que tales obligaciones se cumplen o se incumplen, pero no se
concibe retraso en el cumplimiento. La generalidad de la doctrina sostiene que en las
obligaciones de no hacer el deudor no puede incurrir en mora, pues su
incumplimiento consiste en realizar aquello que estaba prohibido, bajo el alegato que
en las obligaciones de no hacer no puede existir jamás el retardo en el cumplimiento
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poder hablar de exigibilidad; es decir, no debe estar sometida a término o condición
suspensiva aún no cumplidas, porque aquí el cumplimiento no debe ser exigido
todavía al deudor.
El cumplimiento de la obligación debe ser posible: por el contrario, cuando el
cumplimiento es imposible, no se debe hablar de tardanza, sino simplemente de
incumplimiento definitivo.
El retardo debe ser culposo: el retardo debe obedecer a una causa que sea
imputable al deudor; ya que, si no le es imputable, porque proviene de una causa
extraña no imputable, entonces no habrá mora, sino incumplimiento involuntario.
Es necesaria la interpelación: es decir, debe darse el requerimiento o
intimación por parte del acreedor para que el deudor quede constituido en mora. Por
lo tanto, debemos entender por interpelación el acto mediante el cual el acreedor
manifiesta al deudor su voluntad de que la obligación que ha asumido le sea cumplida
de inmediato.
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requisitos para que opere la regla supone que se trate de un término cierto,
expreso y establecido en interés del deudor.
2. Caso en el que se haya estipulado expresamente que el deudor quedará
constituido en mora al vencimiento sin que en ninguna situación deba hacerse
el requerimiento. No es necesario el requerimiento para que el deudor se
constituya en mora cuando en el contrato se haya estipulado de manera
expresa que el deudor quedará constituido en mora al simple vencimiento de
la obligación, sin necesidad alguna de que se practique requerimiento alguno.
Se trata de una manifestación de la autonomía de la voluntad en materia de
mora.
3. Caso en que la deuda derive de un hecho ilícito. La doctrina admite no
obstante la inexistencia de norma legal al respecto que no se precisa
requerimiento ante la deuda derivada de un hecho ilícito extracontractual. Ello
por aplicación de la norma general del artículo 1185 CC que establece el
deber o principio general de no dañar a los demás. Por lo que quien incurre en
un ilícito extracontractual está en la necesidad de reparar el daño de
inmediato.
4. Caso de la llamada “mora del ladrón” No es necesario el requerimiento para
constituir en mora al deudor en la denominada “mora del ladrón”.
Entendiendo ladrón como aquel que sustrae ilícitamente una cosa y por
consiguiente está en la obligación de devolverla puesto que se ha apoderado
de ella sin el consentimiento del dueño. Al efecto indica en su parte final el
artículo 1344 CC .De manera que, encontrándose la cosa en manos del ladrón,
si la cosa perece por caso fortuito o fuerza mayor debe pagar el equivalente
monetario.
5. Obligaciones recíprocas o sinalagmáticas Otro caso en que no es necesaria
tampoco la intimación o requerimiento, según indica la doctrina extranjera, es
en el supuesto de las obligaciones recíprocas, esto es, aquellas en que ambas
partes son a la vez deudor y acreedor en virtud de un mismo nexo contractual.
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6. Caso en que el deudor admite que está en mora Se admite que tampoco se
precisa la figura en estudio cuando el propio deudor admite el retardo culposo
de la obligación. Así se aprecia sentencia que señala que “cuando el deudor
reconoce que estaba en mora, no es necesario hacer la interpelación”.
EFECTOS DE LA MORA.
La perpetuatio obligationis: éste es un principio que establece la perpetuidad
de la obligación; consistente en que el deudor queda siempre obligado a cumplir y el
acreedor podrá exigirle el cumplimiento en todo momento; como consecuencia de
éste principio, el deudor deberá responder de los riesgos y perecimiento de la cosa;
aún en el caso de que la misma perezca o se destruya por una causa extraña no
imputable; a menos que el deudor demuestre que la cosa de todos modos se hubiese
destruido o deteriorado en manos del acreedor y demostrar que el acreedor no hubiese
podido trasladarla a otro sitio, ni enajenarla, evitando así la causa extraña.
En las obligaciones de dar, el deudor está obligado a cancelar los daños y
perjuicios causados por la tardanza en el cumplimiento (art. 1271 CC). Cuando se
trata de sumas de dinero se sigue lo establecido en el art. 1277 CC. En las
obligaciones de hacer, el deudor queda obligado únicamente a la indemnización de
daños y perjuicios por su tardanza.
El resarcimiento del daño por el retardo: el interés legal La mora es una
institución jurídica fundamental del Derecho de la responsabilidad civil, por lo que
media el deber de resarcir el daño. A pesar de la mora, el deudor continúa obligado a
cumplir la prestación y además a indemnizar al acreedor de los daños originados por
ésta.
La indexación de las obligaciones que tienen por objeto una cantidad de
dinero (artículo 1.737 CC) en torno a las deudas de dinero y la posibilidad de daño
mayor que la doctrina tradicional a propósito del artículo 1277 CC que la
indemnización allí prevista es una indemnización fija que constituye a la vez el
mínimo y el máximo de lo que el acreedor tiene derecho a exigir.
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Traslación de los riesgos (perpetuatio obligationis), esto es, a partir de la
mora, el deudor corre con los riesgos derivados del perecimiento de la cosa o de la
imposibilidad sobrevenida de incumplimiento total o parcial. Se afirma que la mora
perpetúa la obligación de cumplir (mora perpetua), supone que producida la pérdida
de la cosa en poder del deudor que se halla en mora no se produce su liberación, sino
que se transforma en un deber de reparación de daños y perjuicios. La mora hace
responder por los riesgos y perecimiento, puede dar lugar a la excepción de
incumplimiento; debe soportar el deudor el riesgo de una excesiva onerosidad1
CESACIÓN DE LA MORA.
Cuando el deudor cumple con su obligación: es la forma más común de
extinción de la mora.
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3. En el supuesto en que el acreedor renuncia a hacer valer ante el deudor los
efectos de la mora.
4. En el caso de que el deudor cumple su obligación u ofrece cumplirla pagando
simultáneamente el resarcimiento de los daños causados por el retardo
culposo en cumplir.
5. Finalmente, cesa la mora del deudor cuando el mismo acreedor incurre en
mora, esto es, cuando acontece la denominada mora del acreedor.
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CONCLUSIÓN
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REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
Maduro L., E. (1987). Curso de obligaciones, Derecho Civil III. Caracas, Venezuela:
Fondo Editorial Luis Sanojo.
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