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COLPSIC

Consejo Directivo Nacional

Presidencia
Bernardo Ignacio Useche Aldana

Vicepresidencia
Juan José Cañas Serrano

Miembros Consejo Directivo Nacional


Carmelina Paba Barbosa
Martha Restrepo
Nancy Marina Vargas Espinosa
Rodrigo Mazo Zea
Santiago Trujillo Lemus
Wilson López López

Junta Directiva Capítulo Bogotá y Cundinamarca


Ever Jose Lopez Cantero
Presidente

Manuel José Alejandro Baquero Sierra


Secretario Ejecutivo

Luz Danny Moreno Torres


Coordinación relación con colegiados y no colegiados

Flor Angela León Grisales


Coordinacion de Campos, Programas y Proyectos

Edgar Andrés Barreto Agudelo


Vocal

Dirección Ejecutiva Nacional


Camilo Giraldo Giraldo

Dirección de Campos, Programas y Proyectos


Milena Martínez Rudas

Autores
Myriam Ocampo Prado
Rosa Suárez Prieto
Julián Neira Carreño
Napoleón Villarreal Sánchez
Beatriz Ospina Calderón
Luis Eduardo León Romero
Paola Andrea Pérez Gil
Carlos Arango Cálad

Comité editorial
Myriam Ocampo Prado
Editora

Rosa Suárez Prieto


Compiladora

Julián Neira Carreño


Asistente de edición y compilación
Teléfono: (571) 7451470
Dirección de Comunicaciones y Mercadeo Correo: colpsic@colpsic.org.co
Diana Ximena Espinosa Serna

Revisión de estilo www.colpsic.org.co


María Paula Arteaga Avendaño Bogotá, D.C., Colombia

Diseño y Diagramación ISBN: 978-958-59476-5-8


Leonardo A. Aldana
4
El psicólogo social en la realidad
contemporánea colombiana, caminando entre
desafíos y constataciones

Editora: Myriam Ocampo Prado


Compiladora: Rosa Suárez Prieto
Asistente de edición y compilación: Julián Neira Carreño
Autores
Myriam Ocampo Prado. Psicóloga egresada de la Universidad del
Valle, Cali, Colombia. Doctora en Psicología de la Escuela de Altos Estu-
dios en Ciencias Sociales de Paris, Francia. Docente-investigadora de varias
universidades en Colombia y en México. Investigadora en el campo de la
psicología política y de la cultura política en Colombia, y en el campo de
la psicología social ambiental y la construcción de territorialidades. Exper-
ta en diseño de políticas públicas y seguimiento a programas estatales de
atención a poblaciones afectadas por la violencia en el marco del conflicto
armado colombiano. Correo electrónico: myriamocampo@yahoo.com.mx

Rosa Suárez Prieto. Psicóloga egresada de la Universidad Nacional


de Colombia, Bogotá, D.C., Colombia. Candidata a Doctora en Ciencias
Sociales, Niñez y Juventud. Experta en interculturalidad, etnopsicología,
culturas indígenas y culturas juveniles. Investigadora durante 20 años en
el Instituto Colombiano de Antropología en acompañamiento psicosocial
a comunidades en el Valle del Sibundoy y en el suroccidente colombiano
(Nariño y Macizo Colombiano). Correo electrónico: rosuar52@yahoo.com

Julián Neira Carreño. Psicólogo egresado de la Universidad Nacional


de Colombia, Bogotá, D.C., Colombia. Candidato a Magister en Investiga-
ción e Intervención Psicosocial y Comunitaria de la Universidad Autónoma
de Barcelona, España. Investigador en los campos de la psicología social del
espacio y el territorio, educación intercultural, migraciones y construcción de
subjetividades. Experiencia de trabajo en atención psicosocial con poblacio-
nes rurales. Correo electrónico: julianneira0530@gmail.com.

Napoleón Villarreal Sánchez. Filósofo y psicólogo. Magister en


Psicología Comunitaria con estudios doctorales en ciencias sociales, niñez y
juventud. Docente de programas de posgrados Universidad Distrital Fran-
cisco José de Caldas, Universidad Pedagógica Nacional, Pontificia Univer-
sidad Javeriana, Universidad Católica de Colombia y Universidad El Bos-
que. Consultor de la Organización de Naciones Unidas en prevención del
uso indebido de sustancias psicoactivas y asesor de la Secretaría Distrital
de Integración Social en políticas públicas en Bogotá. Correo electrónico:
jonavisan@hotmail.com

Beatriz Ospina Calderón. Pedagoga reeducativa. Magister en su-


pervisión y administración educativa, diplomada en construcción de paz.
Asesora empresarial en Psicoaxiología, Docente de posgrados en la Uni-
versidad Iberoamericana, El Bosque y Javeriana. Directora de proyectos de
investigación en la Universidad El Bosque, Especialista en Prevención del
consumo de sustancias psicoactivas. En permanente trabajo con comunida-
des. Email: caosabe@hotmail.com

Luis Eduardo León Romero. Hijo y caminante del territorio y su


saber de ancestralidad indígena. Psicólogo de la Universidad Antonio Nari-
ño. Magister en Filosofía Latinoamericana de la Universidad Santo Tomás,
Bogotá, Colombia. Posgrado en salud mental para población migrante, refu-
giados y minorías de la Universidad de Barcelona y posgrado en Desarrollo
Humano de la Universidad Distrital. Autor de los libros: Chamanismo Ancestral
Indígena en el Encuentro del Sí Mismo, Descripciones de una Psicología Ancestral Indí-
gena y El Camino de Bochica, la Ruta del sol, una Cosmogonía de la Psique, Preludios
Filosóficos para una Psicología Ancestral Indígena. Docente investigador grupo Bou-
lomai, Facultad de Psicología de la Universidad Cooperativa de Colombia.
Cofundador de la corporación TIGUAIA, comunidad de ciencias ancestra-
les. Investigador en psicología ancestral indígena y psicología integral. Psico-
terapeuta en prácticas integrales, ancestrales y perennes. Correo electrónico:
origenancestral@hotmail.com

Paola Andrea Pérez Gil. Psicóloga de la Universidad Cooperati-


va de Colombia. Magister en Desarrollo Educativo y Social de CINDE y
Universidad Pedagógica Nacional, Especialista en Desarrollo Humano de la
Universidad Distrital Francisco José de Caldas, docente investigadora grupo
Boulomai en la Facultad de Psicología de la Universidad Cooperativa de Co-
lombia. Cofundadora de la Corporación TIGUAIA, comunidad de ciencias
ancestrales. Correo electrónico: paola.perez@campusucc.edu.co

Carlos Arango Cálad PhD. Psicólogo de la Universidad Nacional


de Colombia, Bogotá, D. C., Colombia. Master en Psicología Comunitaria
y Doctor en Psicología Social y de las Organizaciones de la Universidad de
Valencia, España. Siendo estudiante fue inspirado por la política de puertas
abiertas del Hospital Psiquiátrico de Boyacá y el movimiento mundial antip-
siquiátrico. Desarrolló la Psicología Comunitaria de la Convivencia y en la
actualidad lidera la conformación de la Red Colombiana de Psicología Co-
munitaria. Correo electrónico: carlosarango68@gmail.com

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Índice del libro

Presentación

Parte I - Marcos y Reflexiones


1. Miradas interpretativas frente a la realidad del país. Perspecti-
vas teóricas y marcos comprensivos construidos desde la psi-
cología social latinoamericana
Rosa Suárez Prieto, Myriam Ocampo Prado,
& Julián Neira Carreño

1.1. Sobre la noción de psicosocial. De lo individual a lo colectivo


1.2. Lo psicosocial como una mirada interpretativa

2. Psicología social en diálogo con las condiciones creadas por el


conflicto violento en Colombia. Una mirada psicosocioantro-
pológica y política de la situación de confrontación
Rosa Suárez Prieto, Myriam Ocampo Prado,
& Julián Neira Carreño

3. Una epistemología a partir de la práctica. Aportes a la cons-


trucción de la noción de sujeto desde la psicología social
Rosa Suárez Prieto, Myriam Ocampo Prado, & Julián Neira Carreño

3.1. La psicología social como campo transdisciplinar con miras a la com-


prensión de la realidad social intersubjetiva: constatación, reflexión y
autorreflexión

bbbbbbbbbbbbbbbbbbbbb
Parte II - Reconocimiento de saberes
construidos por los psicólogos sociales

4. Psicología social latinoamericana: hacia una visión comprensiva


José Napoleón Villarreal Sánchez & Ana Beatriz Ospina Calderón

5. Paso a paso por los senderos de la psicología transcultural. Diálo-


go con los saberes populares de la interculturalidad
Rosa Suárez Prieto

6. El espacio de vida, construcción del habitar humano. Proceso de


subjetivación y proyección de la acción social
Myriam Ocampo Prado

7. Radicales, elementales, razonantes y corazonantes de la psicología


ancestral indígena. Mink’a de conocimiento
Luis Eduardo León Romero & Paola Andrea Pérez Gil

8. La atención psicosocial en el escenario del posconflicto colombiano


Carlos Arango Cálad

9. Conclusiones. Psicología de lo social: El campo y perfil de los


profesionales
Rosa Suárez Prieto & Myriam Ocampo Prado

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(Prólogo a: R. Suárez, M. Ocampo y J. Neira –Edits.: Psicología social en Colombia.
Teorías, aprendizajes y experiencias desde el campo)

Pablo Fernández Christlieb

E
ste libro se parece mucho a El paraíso perdido (o es Colombia
la que se parece) donde se habla de los desterritorializados
del Edén, y que también termina en un acuerdo de paz y
un posacuerdo que no acaban de cumplirse, ya que, aunque esta
versión aquí presente le gana a la de Milton en cantidad de adje-
tivos, también habla de lo que debe, quiere y va a hacer pero no lo
hace, porque no sabe cómo y entonces mejor sigue hablando. Pero
hablar, escribir, leer, es de repente lo más interesante que tenemos,
algo que siempre podemos hacer en tanto no podamos hacer otra
cosa. Nos consolamos hablando.

Parece que de lo que se trata este libro es de hacer una psicología


social latinoamericana: lo de psicología social ya era de por sí abstru-
so, pero lo de latinoamericana viene a complicar el asunto, porque está
difícil que la psicología social pueda descolonizarse, y no sólo porque
sus profesionales colombianos y latinoamericanos estudiaron en París o
Barcelona, o porque la psicología social que usan fue hecha en Pennsyl-
vania o Chicago, como puede verse en la mayoría de las referencias, sino
porque el solo hecho de que haya psicología social, de que haya ciencia,
ya es de por sí colonización, ya es la colonia. O sea que si nos descolo-
nizamos nos quedamos sin libro. Y no nos conviene, porque cualquiera
que lo lea sabrá que vale la pena que exista este libro estremecedor.

A la mejor basta con que seamos humildes y nos preguntemos


qué hacer con la psicología social comunitaria, pedagógica, la que sea
que ya tenemos, que está mal en sí misma pero que está muy bien que la
tengamos. Y averiguar cómo volverla latinoamericana. Da la impresión
de que todo el libro, todos los autores (que no son tantos pero sí muy
repetidos), es eso lo que se están preguntando, con muchas ideas, unas
muy interesantes y todas muy acuciantes, como dolidas con razón, o do-
lidas de razón.

Y la respuesta de los psicólogos sociales colombianos es ir adonde


está la gente, la desplazada, la asustada, la desesperada, la desaparecida,
la muerta, la solitaria, porque aunque uno no sepa qué hacer no puede
quedarse sin hacer nada. Y como dicen los entrevistados de este libro,
no van para salvarla ni para enseñarla ni para ayudarla, sino para acom-
pañarla. Hoy por hoy, la labor de la psicología social es acompañar, cosa
que se cumple con nada más estar ahí con la misma cara espantada y de
incertidumbre que todos; y estarse ahí todo el tiempo que haga falta. Y al
parecer eso es lo que están haciendo los psicólogos sociales colombianos de
una manera tenaz, fatal, admirable; y eso a la mejor es todo lo que se puede
pedir, porque eso es todo lo que hay para dar. Y no ha de ser muy importan-
te si eso que hacen acompañar es psicología social o no, ya que fuera lo que
fuera de todos modos lo harían, y no por ser psicólogos sociales sino por ser
colombianos. Porque, también, aunque ninguno de los autores o entrevista-
dos lo mencione, se puede adivinar que muchos de los psicólogos, adonde
van es a su propio pueblo, donde nacieron y de donde salieron para irse a
estudiar; van a su comunidad y con su gente. Es decir, vuelven, regresan,
y ahí se están, con los suyos. Y acompañan. Y aunque no fuera el caso, de
todos modos se invierte la relación, de manera que si bien es cierto que los
psicólogos sociales van a acompañar a la gente, también van a que la gente
los acompañe a ellos porque se han de sentir verdaderamente solos con su
ciencia cosmopolita y colonizada que no les está sirviendo de mucho cuando
las horas y los años han sido tan difíciles. Gentes acompañándose las unas a
las otras: eso es algo que ya quisieran en el primer mundo: no será psicolo-
gía social, pero sí es latinoamericana.

Quizá donde se note más la utilidad profesional de los psicólogos so-


ciales en tiempos de posacuerdo es en el hecho de que por sólo haber pasa-
do por las universidades, eso los hace usuarios de ciudad, esto es, que saben
moverse en el laberinto de los horarios, las oficinas y los trámites con buena
presencia y cierta seguridad. Y entonces, por decirlo así, los psicólogos so-
ciales están funcionando como el brazo urbano de las comunidades, sitas o
desplazadas, porque, al igual que los demás profesionales, tienen la habili-
dad para moverse dentro y enfrente de las instituciones, con el vocabulario
apropiado, con la Constitución en ristre, peleando las necesidades, los dere-
chos y las solicitudes de quienes no saben hacerlo.

Son los abogados del pueblo, pero no saben si son sociólogos, antro-
pólogos, psiquiatras, pedagogos o un sancocho de todo eso, y buscan con
alguna ansia una identidad y según dicen textualmente en este libro una
mirada interpretativa propia que sea creativa e innovadora: tal vez lo inno-
vador creativo y propio sería tratar de ser psicólogos sociales. Después de
probar por todos lados desde los experimentales hasta los esotéricos, podría
intentarse que la psicología social consista no en buscar el pensamiento de
los sujetos, de los agentes, de los grupos o de las comunidades, sino en ima-
ginar cuál es el pensamiento de la situación, de eso inasible donde todos se
encuentran y que los atraviesa y los deja transidos en medio del calor o so-

14
La Psicología Social en Colombia. Teorías, Aprendizajes y Experiencias desde el Campo

litarios en medio del gentío. Esto es, que para la psicología social no sean
los agentes individuales o colectivos los que piensen y sientan, sino que
sean las situaciones, los ambientes, los que lo hacen, porque entre todas las
gentes, hay algo que ninguna tiene pero que está ahí: hay algo en medio,
muy sutil, muy etéreo, flotando en el día, que no encarna en ninguna per-
sona, que no concreta en ninguna cosa, no se manifiesta en ningún dato,
no se menciona en ninguna noticia, que es, efectivamente, como un pen-
samiento, como un sentimiento, que la psicología social no ha alcanzado
a condensar ni a transcribir, pero que, en cambio, sí aparece en Macondo
o en Comala: esa capa de aire donde empiezan las cuatro de la tarde, esas
voces que cruzan el pueblo entre las tumbas, que nos hacen comprender
desde dentro cómo es la vida en Latinoamérica: es probable que leyendo a
Onetti o a Carpentier, a Galeano o a Ernesto Cardenal, los psicólogos so-
ciales lográramos captar la respiración psicosocial y aprendiéramos cómo
piensa el aire, cómo piensa Latinoamérica, y qué se siente en ese pensa-
miento.

Algún entrevistado menciona que no se ha desarrollado una cultu-


ra de la escritura, y también se habla de ser capaces de un lenguaje coti-
diano; y sin embargo, lo más colonizado que tenemos en la academia, en
las universidades, en los grados y posgrados, es el lenguaje, porque, dado
que se sigue creyendo, muy extrañamente, que el lenguaje no forma parte
de la realidad, sino que solamente la describe o la sobrevuela, entonces
no importa cómo sea ni cómo se use (y se emplea una terminología cien-
tifizoide altamente técnica de muy mal español). Es raro, porque parece
que lo más real que tenemos, lo más maravilloso que tenemos, lo real ma-
ravilloso que tenemos, y los colombianos muy especialmente escucharlos
hablar es una delicia y una sorpresa, es el uso del idioma para configurar
realidades, la capacidad de la literatura dicha y escrita con la que se pue-
de dar cuenta de una realidad que rebasa a los datos. La manera de lati-
noamericanizar la psicología social es con menos grandilocuencia y más
literatura: el lenguaje no es una etiqueta sino una cualidad de las cosas, y
según el que usemos así se aparecerán las cosas. El lenguaje importado o
traducido nunca será capaz de hacer aparecer la realidad psicosocial lati-
noamericana; y por eso ésta se escabulle.

Tiene ya muchas cosas y muy buenas, la psicología social latinoa-


mericana, pero puede decirse que lo que le falta para cuajar es la manera
de escribirla, el estilo, porque ése sería su teoría, su método y su profesión,
o, como les dijeron a los que perdieron el paraíso, su tierra prometida.

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16
La Psicología Social en Colombia. Teorías, Aprendizajes y Experiencias desde el Campo

PhD Bernardo Useche Aldana, Presidente Colegio Colombiano de Psicólogos - Colpsic

L
a lectura del Libro “Psicología social en Colombia. Teorías,
aprendizajes y experiencias desde el campo” inmediatamente
evoca la formación en psicología social que recibimos muchos
de quienes nos formamos en las universidades colombianas hace ya
50 años.
En esa formación predominó la influencia de la psicología norteameri-
cana, así algunos de nuestros profesores fueran franceses. Aprendimos psicolo-
gía social a partir de las investigaciones experimentales de Salomon Asch y su
aporte a la comprensión del conformismo de las personas ante la presión del
grupo; de los experimentos sobre obediencia a la autoridad de quien fuera su
estudiante: Stanley Milgram; y de los trabajos de Leon Festinger acerca de la di-
sonancia cognoscitiva. Las primeras noticias sobre el experimento realizado por
Philip Zimbardo en una prisión simulada en predios de la Universidad de Stan-
ford, nos sorprendieron al proporcionar la evidencia de como en pocos días, los
roles impuestos cambian radicalmente las actitudes y el comportamiento (ni los
estudios de Milgram, ni el de Zimbardo serían aprobados hoy por un comité
de ética institucional). Durante nuestras clases, interiorizamos que la psicología
social estudiaba temas como el liderazgo, la discriminación, el cambio de actitu-
des, la comunicación, o el comportamiento de grupos específicos como las mul-
titudes que asisten a un evento deportivo o participan de un concierto.

Paradójicamente, al mismo tiempo que la psicología social se enseña-


ba principalmente en la tradición del enfoque empírico y funcionalista de las
ciencias sociales en Estados Unidos, la realidad del momento histórico nacional
e internacional concitaba a una mayoría de los estamentos universitarios al
compromiso por cambiar las situaciones de injusticia social al interior y las de-
pendencias económicas al exterior de la nación. Esto conllevó un acercamiento
con las corrientes políticas y de pensamiento que llegaban con fuerza de Europa
y otros continentes. En psicología, sectores de la izquierda promovían la lectura
de autores soviéticos como Rubinstein y Leontiev; o de intelectuales franceses
como Henry Wallon quien había adoptado la filosofía marxista en sus estudios
sobre el desarrollo infantil y había ejercido el influyente cargo académico de
director de la Escuela Práctica de Altos Estudios de París. Pero quizá, el más
influyente entre nosotros fuera el suizo Jean Piaget, cuyos experimentos clínicos
y teoría evolutiva sobre la cognición infantil y adolescente se alimentaban del
enfoque estructuralista y de la epistemología genética. No obstante, el conoci-
miento psicológico y la militancia política no siempre lograron fundirse en una
sola concepción teórica o en una misma práctica.

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En contraste, éste libro de psicología social se fundamenta en una intensa
búsqueda por integrar la conceptualización teórica y sus raíces epistemológicas
con el actuar de los psicólogos sociales en comunidades marginadas y sus territo-
rios; en comunidades que han sido testigo de la violencia y del conflicto armado
en Colombia. Se puede afirmar entonces que este libro permite bucear en las pro-
fundidades del encuentro entre el sujeto y el objeto de estudio en un área en que
la psicología de lo individual se entreteje con la psicología de lo colectivo.

En esa perspectiva, cobran sentido los cuestionamientos histórico filo-


sóficos al funcionalismo en el interior de las ciencias sociales norteamericanas y
europeas y adquiere relevancia, solo a manera de ejemplo, el interaccionismo
simbólico de la Escuela de Chicago, escuela que revolucionó la antropología,
la sociología y la psicología al centrar su interés en la interacción social como
mecanismo a través del cual, evocando a Irving Hoffman: la “persona” con-
vertida en actor practica “rituales” cotidianos en un escenario de mutuas inter-
pretaciones y significados. El interaccionismo simbólico reelabora las teorías de
la comunicación humana y redimensiona el papel del lenguaje como lo haría
también Lacan en Francia, con lo que el discurso de la psicología social adquie-
re herramientas para abordar la intersubjetividad como parte de su objeto de
indagación.

Es evidente también en el plano de lo teórico, la conexión en el texto


con el construccionismo social y las filosofías de la postmodernidad. Ya en las
largas discusiones sobre Piaget en los años 70’s se criticaba su idealismo Kan-
tiano y su constructivismo cognoscitivo desde el punto de vista de Vigotsky y de
la dialéctica materialista que no acepta la negación construccionista del conoci-
miento ontológico. En otras palabras, se retomaba el viejo debate filosófico so-

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La Psicología Social en Colombia. Teorías, Aprendizajes y Experiencias desde el Campo

bre el ser y el pensar, el mismo en que los constructivistas radicales terminaron


por definir su posición afirmando simplemente que “la verdad no existe”. Éste
debate continúa inconcluso dentro y fuera del ámbito de la psicología social.

Desde el trabajo de campo y la experiencia de los psicólogos sociales con


desplazados, victimas del conflicto armado y otras comunidades, el libro con
justeza honra el legado de Ignacio Martí-Baró, su pasión por trabajos como el
de Freire; y su psicología de la liberación emanada de la práctica en el fragor
del conflicto salvadoreño que finalmente fue el contexto trágico de su muerte
violenta. De igual manera, se recogen las contribuciones de Orlando Fals Bor-
da, el estudioso de la violencia en Colombia y desarrollador de la Investigación
– Acción – Participación, metodología que funde la indagación con el compro-
miso con las comunidades y la opción política. Finalmente, por su importancia,
no es posible omitir una mención a la recuperación de la “indígeneidad”, es-
fuerzo innovador que supera las viejas miradas del racismo abierto y encubier-
to. Por último, pero no menos importante el texto hace un reconocimiento del
impacto emocional que causa en el psicólogo el sufrimiento de personas y co-
munidades y la necesidad de compartirlo y elaborarlo, así como de implemen-
tar una nueva concepción de la salud mental y de la atención psicosocial.

Uno de los grandes méritos de esta obra, coherente con su concepción y


metodología es el provocar en el lector una respuesta inmediata de reflexión, un
llamado a pensar críticamente sobre la psicología social en Colombia.

Gracias a Myriam Ocampo, Rosa Suárez, Julián Neira, Napoleón Villa-


rreal, Beatriz Ospina, Luis E. León, Paola A. Pérez y Carlos Arango por su tra-
bajo. Con esta obra, la psicología social en América Latina continúa abriendo
camino.

19
Presentación

E
l Colegio Colombiano de Psicólogos - Colpsic, el Capítulo
Bogotá y Cundinamarca de Colpsic y la Asociación Colom-
biana de Facultades de Psicología - Ascofapsi han apoyado la
investigación emprendida desde el Campo de la Psicología Social,
Ambiental y Comunitaria, acerca del papel del psicólogo social
en el contexto de la realidad colombiana. Como producto de esta
iniciativa se desarrolló el proyecto de investigación El Psicólogo
Social: Perfil, Teorización y Prácticas, el cual contó con la colabo-
ración de psicólogos sociales en diferentes regiones del país que
compartieron sus experiencias de trabajo profesional, personal y
académico. Este libro, escrito a varias manos, da cuenta de algu-
nas propuestas y avances, construidos en este campo del saber,
dirigidos a visibilizar el conocimiento creado por los psicólogos
sociales de cara a la realidad en la cual participan, no solo como
profesionales sino también como gestores de visiones y propues-
tas de intervención.
Este trabajo ofrece una aproximación al capital del conocimiento en
psicología social, constituido por los saberes teóricos y aplicados creados, así
como las reflexiones y el quehacer de los psicólogos sociales. Este discurrir per-
mite conocer las propuestas conceptuales dentro del abordaje de problemáticas
sociales, da forma a una perspectiva que da cuenta de la elaboración de visio-
nes y sirve como referencia al desarrollo de prácticas en el marco de la realidad
colombiana.
La historia social y política del país exige una lectura plural desde el
punto de vista de las ciencias sociales y humanas, e indiscutiblemente desde
el punto de vista de la psicología social. No obstante, esta lectura parece estar
silenciada o no ha sido clara de manera que revele la postura que los profesio-
nales de este campo aportan en relación con la crisis humanitaria generada
por la afectación a las personas y a las comunidades debido a la violencia y los
fenómenos sociales que han marcado nuestra historia como país.
La confrontación armada interna sucedida durante años tanto como
las condiciones inéditas generadas por la realización de diálogos y acuerdos
con un grupo armado de marcada incidencia en la vida de los pobladores co-
lombianos, constituyen un escenario y un proceso político que convoca al pro-
fesional en psicología a interpelar su hacer, compromiso y mirada en el marco
de la responsabilidad histórica y política como ciudadano y como agente que
juega un rol preponderante en la construcción de la sociedad. La creación de
condiciones de vida pacífica y la urgencia de promover la reconciliación cons-
tituyen un horizonte en la labor de los psicólogos sociales y originan preguntas
fundamentales sobre su hacer en el marco de la responsabilidad política y ética
como ciudadanos y como profesionales en el escenario colombiano.
El desconocimiento que existe sobre el quehacer del psicólogo so-
cial, su papel, sus estrategias y su producción de conocimiento problema-
tiza la reflexión acerca de la relación que existe entre esta realidad tanto
coyuntural como de largo aliento histórico (con frecuencia inaprensible
y retadora), concebida como objeto de estudio y la intervención con ca-
rácter performativo que los psicólogos sociales profesionales ejercen cons-
tantemente sobre ella. Sin duda, las particularidades del contexto social
colombiano alimentan el capital de saberes frente al papel transformador
que, desde el punto de vista ético, podemos ejercer sobre la realidad y su
devenir histórico.
La investigación base contó con la participación de un conjunto de
psicólogos sociales considerados pioneros en el ejercicio de la psicología
social en Colombia teniendo en cuenta su formación y su práctica a través
de 30 años de ejercicio profesional, así como de psicólogos egresados du-
rante los últimos 10 años, que han desarrollado una trayectoria destacable
en el área psicosocial y además representan los intereses, preocupaciones
y retos del campo en la Colombia de hoy. Como producto de este trabajo
preliminar se elaboraron los primeros tres capítulos que constituyen la
primera parte del libro, en éstos se plasma propuestas teóricas y concep-
tuales que pretenden abrir debates, suscitar reflexiones, generar preguntas
y contribuir a la construcción de una comunidad de psicólogos sociales.
En el primer capítulo se presentan las perspectivas teóricas y mar-
cos analíticos construidos en la práctica profesional de los psicólogos so-
ciales con respecto a la realidad del país, para ello se aborda la noción de
lo psicosocial desde su carácter polisémico que va de lo individual a lo
colectivo para concluir en una propuesta conceptual sobre lo psicosocial
como una mirada interpretativa. En el segundo capítulo se enuncia una
aproximación epistemológica y aplicada de la psicología social en rela-
ción con las condiciones creadas por el conflicto violento en Colombia,
aportando una mirada psicosocioantropológica y política de la situación
de confrontación. En el tercer capítulo se trata la noción de sujeto desde
una epistemología que parte de la práctica desarrollada por los psicólo-
gos sociales y se realiza una elaboración sobre la psicología social como
campo transdisciplinar enfocado a la comprensión de la realidad social
intersubjetiva.
Los capítulos del cuarto al noveno conforman la segunda parte del
libro y son producto de miradas interpretativas frente a la realidad del
país leída desde perspectivas teóricas y marcos comprensivos y analíticos,
construidos por psicólogos sociales pioneros en el campo de conocimiento
a través de su práctica profesional y por participantes en la investigación
que da fundamento a este libro.

22
La Psicología Social en Colombia. Teorías, Aprendizajes y Experiencias desde el Campo

El cuarto capítulo “Psicología Social Latinoamericana: hacia una Visión


Comprensiva”, es un texto escrito por Napoleón Villarreal Sánchez y Beatriz
Ospina Calderón. El autor dialoga con la noción de persona como ser rela-
cional y multidimensional trascendiendo las concepciones paradigmáticas
europeas que reducen lo humano a la dimensión cognitiva, donde la razón
es entrenada o   “educada” para pensar analíticamente (ciencias empíri-
co analíticas),  dialécticamente (ciencias histórico hermenéuticas), comu-
nicativa y críticamente (ciencias sociales críticas). La visión comprensiva
plantea que toda persona es capaz de acciones e interacciones que surgen
de la activación de potencialidades en diferentes dimensiones humanas y
sociales, retomando lo que ha empezado a plantear la teoría del desarro-
llo a escala humana desde 1989 al distinguir y relacionar las dimensiones
axiológica y existencial. La visión comprensiva transita desde el conoci-
miento racional a la comprensión multidimensional de las relaciones intra-
subjetivas, intersubjetivas y de los sujetos con sus entornos. Considera lo
económico, lo social, lo cultural, lo político y lo ambiental, como ámbitos
de transformación orientados al ejercicio pleno de la ciudadanía. Por esto
la importancia de transitar de la lectura de hechos aislados a una compren-
sión de las complejidades inmersas en hechos históricos, que exige adoptar
la lente de la psicología social y política (actores, procesos, relaciones, de-
beres, derechos y libertades).
El capítulo quinto “Paso a Paso por los Senderos de la Psicología
Transcultural. Diálogo con los Saberes Populares de la Interculturalidad”
es un texto de la profesora Rosa Suárez Prieto. A partir de un recorrido
completo por la historia, desarrollo, intenciones y posibilidades de futuro
de la psicología transcultural como apuesta propia, propone una visión
diferente dentro del abanico teórico y metodológico de la psicología dis-
ciplinar tradicional. Desde incursionar en miradas que parten de la etno-
grafía de la reflexividad, la comprensión del “otro” es indagación sobre el
mundo de las interrelaciones culturales y la conformación de alteridades.
Esta psicología transcultural se erige en expresión de elaboraciones con-
ceptuales dentro de la psicología social en Colombia, que el texto busca
visibilizar.
El capítulo sexto “El Espacio de Vida: Construcción del Habitar Hu-
mano Como Proceso de Subjetivación y Proyección de la Acción Social”,
escrito por la profesora Myriam Ocampo Prado, aborda la relación del
sujeto y el espacio e introduce la reflexión acerca de la relación de los seres
humanos con su espacio de vida como dimensión de la existencia. El te-
rritorio y el lugar como dimensiones del espacio que ocupan las personas
en el mundo, se constituyen en contenidos y significados que concretan la
noción de sí mismo y de un nosotros. Estos espacios vividos y simbolizados

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dan cuenta de una noción de habitar como sistemas de relaciones con el
espacio de prácticas cotidianas, poder y utopías, protección y apego que
dan forma a una noción de hogar para el habitante en su espacio de vida.
En el capítulo séptimo “Radicales, elementales, razonantes y cora-
zonantes de la psicología ancestral indígena. Mink´a de conocimiento” es-
crito por los profesores Andrea Pérez y Luis Eduardo León, los autores nos
introducen en una mirada del orden de lo filosófico, apertura de rutas y ca-
minos que implican un desprendimiento de lo conocido, de lo codificable,
del paradigma positivista, e incluso del dialéctico para arribar al mundo de
la multiplicidad, de lo complejo, caótico, como un “afuera” del paradigma
de la modernidad. A través de preguntas tales como: “¿Es posible una filo-
sofía indígena y consecuente con ella una ciencia del mismo orden?” nos
invitan a recorrer el mundo de las geografías sagradas Mhuysqas e indagar
por el concepto de identidad y alteridad, del mito y cosmogonía ancestral
como un “movimiento de la fuerza de los ancestros como empuje del alma
(cuerpo y alma) que en potencia despliega su misión de curación propia,
naturaleza de su gran tarea de perfección”, ésta nos brinda un espacio de
diálogo de saberes y el de creación del campo de una psicología ancestral.
El capítulo octavo “La Atención Psicosocial en el Escenario del Pos-
conflicto Colombiano”, escrito por el profesor Carlos Arango Cálad, se
propone explorar la manera como “el escenario del posconflicto ha dado
lugar a la necesidad de implementar una atención psicosocial para enfren-
tar realidades y problemas complejos, y sobre la manera como las institu-
ciones y la psicología han respondido y pueden responder para satisfacer
esta demanda”. Hace un panorama de los 60 años de conflicto armado en
Colombia durante el cual nuestras clases políticas e instituciones no han
tenido el control y se ha tenido una enorme dificultad para “caracterizar
psicosocialmente las situaciones, para delimitar con claridad los actores y
los significados o posiciones en conflicto, para reconocer la naturaleza de
los problemas, para esclarecer las causas por las cuales éstos se mantienen
y para construir soluciones eficaces que hagan posible superar las situacio-
nes”. Igualmente nos introduce en el surgimiento de la psicología comu-
nitaria y la salud mental en Europa y Norte América y cómo predominó
una mirada clínica para luego introducir el enfoque psicosocial. Finaliza
enfatizando la importancia de que nuestras instituciones públicas y priva-
das se informen sobre los aportes que tanto en lo epistemológico, como en
lo teórico y metodológico puede brindar el pensamiento psicosocial y la
psicología comunitaria con el fin de comprender de manera ética y técnica
adecuada la demanda de atención que requiere nuestra realidad social.
Finalmente, este texto presenta unas conclusiones en clave de ge-
neralización de la interpretación realizada y los aportes propuestos por los
coautores.

24
interpretar
la realidad
PARTE I

1. Miradas interpretativas frente


a la realidad del país. Perspectivas
teóricas y marcos comprensivos
construidos desde la psicología
social latinoamericana

Rosa Suárez Prieto, Myriam Ocampo Prado, & Julián Neira Carreño 1
“El mexicano no quiere ser ni indio ni español. Tampoco descender de ellos. Y no
se afirma en tanto que mestizo sino como abstracción: es un hombre. Se vuelve hijo de la
nada. Él empieza de sí mismo” (Paz, 1950, p. 79).

C
omo señala el escritor Octavio Paz, el mexicano como el
latinoamericano construye su identidad en medio de un
juego de herencias y negaciones único, un mapa complejo
que lo obliga a reconocer su multidimensionalidad cultural así
como su posibilidad o necesidad de conformarse como un sujeto
social más allá del mero resultado del mestizaje: como construc-
ción inédita y singular de lo que es ser latinoamericano (Guerra,
1997). Bajo esta premisa, el continente ha podido apreciar el naci-
miento, la llegada y la destrucción de múltiples grupos humanos,
algunos junto a sus culturas originarias, otros trayéndolas enci-
ma y defendiéndolas a muerte.
Comunidades indígenas, comunidades afro y europeos se han hibri-
dado durante siglos creando variadas expresiones de gran riqueza cultural
que hacen posible nombrar nuestra identidad como un horizonte de posibili-
dad en construcción: como una afirmación de la diversidad y una búsqueda
de unidad en el ser mestizo. Sobre este panorama cada una de las naciones
latinoamericanas ha vivido historias particulares de confrontación interna,
procesos revolucionarios, apuestas por el desarrollo económico, condiciones
profundas de desigualdad social y situaciones de dictaduras militares. Así como
también ejercicios sistemáticos de violencia política que plantean preguntas fun-
damentales sobre las formas de ser sujeto en estas sociedades, sus repertorios de
acción e interacción, y sus dinámicas sociales y culturales. Estas últimas, anuda-
1 Correo electrónico de Myriam Ocampo Prado: myriamocampo@yahoo.com.mx
Correo electrónico de Rosa Suárez Prieto: rosuar52@yahoo.com
Correo electrónico de Julián Neira Carreño:julianneira0530@gmail.com
Índice

das al ejercicio del poder, han dado como imagen social prevalente el dolor
de las víctimas (culturales, políticas y económicas) y experiencias de exclusión
e injusticia social de personas y poblaciones actores de la historia latinoame-
ricana ligada a los aspectos físicos, culturales y sociales de este territorio.
La psicología social se enmarca de esta manera “en la disyuntiva de
responder a una realidad, [esta realidad] y plantearse no sólo dar respuesta
sino además plantearse las preguntas, en lugar de asumir soluciones dadas. Anali-
zar de forma concreta las aproximaciones teóricas a la psicología producidas
en la región latinoamericana apela a una lectura de la producción elaborada
con la intención de aportar una interpretación al sujeto cultural, ecológico y
político en el marco de nuestra historia y de nuestras condiciones materiales,
en sus expresiones sociales e individuales. Es decir, la formulación de pers-
pectivas teóricas desde una psicología social latinoamericana, que como en
cualquier disciplina, se produce como resultado de una lectura del arreglo es-
pecial de relaciones sociales, políticas y económicas en un momento histórico
y en un espacio determinado; lectura producida en los contextos especializa-
dos de la academia y de la profesión. En ello, el entendimiento de la identidad
latinoamericana por medio de los sujetos de nuestra historia, narrándose a sí
mismos, demarca un sendero para comprender la construcción de una rea-
lidad en equilibrio inestable que emerge y se transforma permanentemente
(Guerra, 1997); y en la que el estudioso y observador-participante de lo social
requiere comprender adecuadamente la psicología de estas relaciones socia-
les, nacida en su territorio o entretejidas en relación con este.
Las aproximaciones indigenista, europeizante y de mestizaje son
ejemplos de elaboraciones realizadas sobre la identidad de América Latina.
Sin embargo, no se trata de mostrar una tipología sino de poner en relie-
ve una comprensión que involucre los componentes que han determinado
nuestra historia apelando a un marco conceptual generativo y abierto. Di-
chos componentes están relacionados con los pueblos originarios, la cultura
afro, la conquista y colonización europea (i.e., España y Portugal) como
elementos movilizadores del devenir particular de nuestras sociedades. En
este sentido, se hace relevante reconocer que a pesar del amplio consenso
sobre el papel crucial de las culturas originarias del continente americano
y africano por cuanto hace a los pobladores arrancados de su territorio y
esclavizados, en la configuración de lo que comprendemos como sujeto la-
tinoamericano, es consideración cultural que no ha tenido un impacto sufi-
ciente en el lenguaje público y científico. La construcción de una identidad
que rescate de forma reivindicativa y positiva esta herencia no es evidente
en las políticas públicas de inclusión e interculturalidad adoptadas por los
países de la región, a excepción de casos recientes como el de Bolivia y
Ecuador (Walsh, 2007).

28
La Psicología Social en Colombia. Teorías, Aprendizajes y Experiencias desde el Campo

Aunque la perspectiva decolonial ha abierto un campo de construcción


teórica sobre las implicaciones de las prácticas coloniales europeas en Améri-
ca Latina, en cuanto a las dimensiones de la producción y re-producción del
conocimiento, al ejercicio del poder y la formación del ser (Castro-Gómez,
2005), la disciplina psicológica y de manera particular la psicología social
parecieran ausentes al considerar esta perspectiva. Así, la pregunta de uno de
los participantes en esta búsqueda de referentes para una conceptualización
de la condición del sujeto humano en Colombia cobra vital importancia:
Entonces para mí la pregunta frente a la psicología social es primero
una gigante pregunta epistemológica y ontológica, porque creo que
ni siquiera [ha comprendido] el problema mismo de lo social, si antes
no resuelve el problema ontológico de qué es el psiquismo. Lamenta-
blemente esta pregunta que nos recuerda el sentido de nuestra raíz,
se niega constantemente. (…).

Una psicología que al mirarse también va a tener que pasar por el


problema enorme de una patria colonial, tampoco se ha mirado y no
se sabe qué es realmente (…). Es una psicología social que tiene que
mirar a sus ancestros y si no, no va a poder porque en los ancestros
está la fuerza (LE –GF) en Ocampo, Et al., 2015, Matriz de sistema-
tización, p. 42-43.

Surge entonces la inquietud por las herencias culturales que han


dado sentido y contenido simbólico a la realidad social; las raíces originarias
que remiten a las formas de existencia tradicional configurada en primer
lugar por los pueblos indígenas, el enraizamiento:
Nuestro conflicto es de raíz, nuestro conflicto es de fuerza, no hay
de dónde agarrarse, generación tras generación lo que se siembra
cada vez nace con más debilidad porque precisamente la mirada de
los abuelos está ausente, la mirada de las tradiciones y los mitos está
ausente, y entonces en la pregunta veo yo dos problemas de construc-
ción, dos problemas de fuerza: el de la realidad en la que estamos y el
de la psicología.

Y veo dos ausencias de raíz: el del humano deshumanizado que


somos hoy día (…) Y eso en términos un poco de sentido cultural/
simbólico, pues lo que implica es una realidad que se ha desconecta-
do del mito y de los principios que el mito nos otorga como humanos
(…) al interior de la psicología [que tenemos como referente] no hay
un piso cosmogónico que de sentido a la realidad social (LE –GF) en
Ocampo, Et al., 2015, Matriz de sistematización, p. 46.

29
Índice

La vinculación con las raíces no ha sido considerada en la construc-


ción de la disciplina psicológica, omisión que hace evidente la ausencia de
la dimensión ancestral como constitutiva de la unidad antropológica2 de los
pobladores que habitamos en el territorio latinoamericano. Pareciera que
estos orígenes son invisibles a la psicología en su acepción institucional; en
este plano la enseñanza de la psicología parece concentrarse en asumir un
papel a-crítico en sus teorías y métodos y en establecer una distancia volunta-
ria que la desvincula de los problemas estudiados y de la realidad social en
donde estos surgen (Vázquez, 2012). Este estado de cosas perdura aún hoy en
las formas de hacer psicología que decididamente se sitúan en una posición
de cientificidad omitiendo la importancia antropológica, ética y política de
los pueblos originarios en la expresión cultural creada dentro del continente
americano. Las cosmovisiones y sistemas de valores de estos pueblos han sido
pasados por alto (De Souza Santos, 2011). Ideologías y estructuras sociales
injustas han hecho y hacen parte de un proceso histórico occidentalizado que
ha definido desde posiciones eurocéntricas la forma de vivir y de concebir el
mundo, las alternativas válidas para conocerlo y la manera como nos relacio-
namos con los otros y con la naturaleza.
Durante la conquista la definición del mundo evidenciado en el terri-
torio de América fue creada a partir de esta herencia eurocéntrica que descri-
bió la vida indígena a través de lentes etnocéntricos y narrativas que significaron
al indígena como salvaje e inferior (Angarita-Ossa & Nilton, 2015). Trascender
esta representación implica reconocer los términos en los que los pueblos
indígenas definen su realidad y sus luchas mediante conceptos tales como
“dignidad, respeto, territorio, autogobierno, buen vivir, la Madre tierra”
(De Souza Santos, 2011, p. 26) en un clamor que defienda lo material y las
formas de producción y el uso de lenguajes reivindicativos de lo autóctono
para crear y describir la realidad social. Este estado de cosas que perdura
después de cinco siglos reitera la exigencia de abrir la mirada para incluir los
componentes étnicos de los pueblos originarios en la percepción del sujeto
humano latinoamericano.
Dentro de la psicología social el reencuentro con la herencia cultural
tiene un primer acercamiento en el cambio metodológico que sufre la disci-
plina a partir de los cuestionamientos frente a la pertinencia social de un co-
nocimiento construido y de su práctica. De manera específica en la psicología
que comenzó a hacerse visible a partir de la década de los años 80 del siglo
XX, empieza a surgir un conjunto de elaboraciones teórico-prácticas que to-
man en cuenta los escenarios comunitarios y, en concreto, la experiencia vital
de los sujetos en sus contextos sociales e históricos. Esta aproximación pone
la mirada en las comunidades y su cotidianidad situando el hacer psicológi-
2 Como filosofía que reconoce en el ser humano dos principios, uno material y otro
espiritual inseparables y constitutivos de la unidad humana.

30
La Psicología Social en Colombia. Teorías, Aprendizajes y Experiencias desde el Campo

co desde la práctica y desde la reflexión pobreza, la opresión y la exclusión de


que surge de ella en el marco de las sectores populares y el efecto que estas
condiciones micro y macrosociales que prácticas tienen en la formación de las
condicionan el devenir cotidiano de los subjetividades y el tejido social (Dobles,
sujetos en sus espacios de vida y en sus 2015).
formas de ser y estar. La condición especial de violen-


cia política que vivía El Salvador exigió
La perspectiva que defende-
dirigir la indagación psicosocial hacia el
mos, al hacerlo, es la de una
abordaje de las afectaciones emociona-
psicología de la praxis, una
les que generaba el impacto de las estra-
psicología situada, capaz,
tegias de guerra que eran ejercidas por
como hacía una y otra vez
diferentes actores armados sobre orga-
Ignacio Martín-Baró, de an-
nizaciones sociales y comunidades. En
clarse en los contextos espe-
atención a esta situación, en un princi-
cíficos y los dilemas históricos
pio, la psicología social latinoamericana
de su tiempo, con posicio-
tuvo como principal contribución los de-
namientos sociopolíticos y
sarrollos de la psicología de la liberación
responsabilidades históricas
y la psicología social comunitaria como
definidas y en interlocución,
propuestas de talante crítico, alternativo
no ingenua, con los actores
y de compromiso con la realidad políti-
populares fundamentales. Se
ca y social latinoamericana (Montero en
trata de una especie de cor-
Vázquez, 2012).
popolítica: se piensa y se hace


Este origen de la psicología la-
desde donde se es (Dobles,
tinoamericana propiamente social en
2015, p. 128).
los años 80 coincide con un período de
El pensamiento de Ignacio Mar- crisis de la psicología social en los esce-
tín-Baró ha contribuido como referente narios académicos de Europa y Estados
fundamental a la psicología social y co- Unidos. Las bases epistemológicas y
munitaria con mirada latinoamericana. metodológicas de la psicología social de
En el contexto de conflicto armado in- tradición anglosajona fueron cuestio-
terno que vivía El Salvador, Martín-Ba- nadas a partir de la década de los años
ró (1986) desarrolló los presupuestos 80 por una crítica profunda respecto a
teóricos de la psicología de la liberación la pertinencia del modelo experimen-
desde una perspectiva marxista que re- tal y cientificista en el estudio del suje-
conoce la importancia de la praxis como to humano en sus contextos sociales y
medio para la construcción de conoci- culturales, así como el generalizado in-
miento a partir de y en consecuencia con las dividualismo metodológico y a-histórico
realidades sociales concretas. Su postu- de la disciplina, lo cual se convirtió en
ra crítica resalta el compromiso con un definitiva, en una interpelación acerca
análisis ético y político de las proble- de la función social del psicólogo y de
máticas sociales caracterizadas por la su inserción en las dinámicas de la cul-

31
Índice


tura declaradas por psicólogos como K. can solo como “patologías”.
Gergen, (2007); Tomás Ibáñez,(2001); (Dobles, 2015, p. 124).
Joel Vázquez, (2012).
El pensamiento crítico de la filo-
La formulación de preguntas
sofía de la liberación con sus expresiones
dirigidas a la disciplina por estos au-
en la teología y la psicología conllevan a
tores respecto a la situación social de
situar la reflexión acerca del sujeto de la
los países latinoamericanos sienta las
práctica psicosocial por fuera de los lími-
bases para un cuestionamiento más
tes del marco institucional de la clínica o
amplio de los fundamentos teóricos y,
de los escenarios controlados del labo-
en especial, inaugura la concepción
ratorio, para ubicarlo en la periferia de
del sujeto situado en un marco histó-
los centros de poder social, en las fron-
rico y espacializado en correlato con un
teras de la política cultural y los medios
contexto de relaciones intersubjetivas.
de producción, en donde viven su coti-
Se evidencia, por lo tanto, el requeri-
dianidad las comunidades oprimidas y
miento de re-pensar la psicología social
excluidas socialmente. Las relaciones de
tomando como punto de partida una
poder implicadas en la producción de
explicita orientación crítica a las for-
estos sujetos condicionan sus formas de
mas de entender lo psicológico como
ser y habitar los territorios en los que se
se había venido afianzando en las es-
despliega la historia de sus vidas, por lo
cuelas de conocimiento norteamerica-
que analizar al sujeto concreto en su ca-
nas y europeas, que en amplia medida
rácter situado e histórico representa una
privilegiaron una orientación positivis-
necesidad epistemológica y metodológi-
ta y normalizadora de las insuficiencias
ca de la psicología social latinoamerica-
y negaciones impuestas a nivel indi-
na, más aun dentro de una reflexión po-
vidual y social a los pobladores de los
lítica y ética que precede a la praxis y da
países latinoamericanos.
sentido al conocimiento construido por


(…) Una psicología pre- los psicólogos en su labor profesional.
tendidamente liberadora La perspectiva decolonial con-
tendría que avanzar en un fluye con la psicología social latinoa-
descentramiento de la mericana en el énfasis crítico puesto
disciplina, en la construc- en las formas de producción subjetiva
ción de una nueva episte- mediadas por relaciones de poder y por
mología que se aleje del la creación de la “otredad” excluida y
positivismo y del hedonismo el oprimido marginado. Relaciones sos-
como presupuestos de la na- tenidas, en el primer caso, por el esta-
turaleza humana. Debería, blecimiento de la diferencia colonial y
asimismo, confrontar [con] el encubrimiento o segregación del ra-
una visión homeostática de dicalmente diferente: indio o negro y,
la sociedad humana (Mar- en el segundo caso, por la importancia
tín-Baró, 1986), que los do- dada a la clase social como concepto
lores y las rebeliones aparez- explicativo que distingue la exclusión de

32
La Psicología Social en Colombia. Teorías, Aprendizajes y Experiencias desde el Campo

comunidades enteras al expulsarlos a los transformado en el marco concreto


escenarios externos (o periféricos) de la espacio-temporal de múltiples senti-
sociedad (Restrepo & Rojas, 2010). dos proyectados por la intencionali-
El acercamiento a las viven- dad de los sujetos (Zemelman, 1997).


cias de las comunidades asediadas por
El hombre como concien-
problemas que dificultan el desarrollo
cia remite a la idea de
de una vida plena en condiciones de
sujeto actuante en momen-
dignidad aporta miradas acerca de la
tos concretos del devenir
manera como los psicólogos sociales,
histórico. La conciencia,
tanto agentes de investigación como
como visión del propio ser
agentes de intervención, han asumi-
social y sus horizontes de
do la construcción del conocimiento
acciones posibles, trans-
psicológico y de la acción profesional.
forma al hombre histórico
Estas miradas remiten a una escentra-
en sujeto, de manera que
ción, como plantea Hugo Zemelman
este último deviene en la
(1998), de mover los supuestos epis-
historia transformada, en


temológicos con los que tradicional-
voluntad de acción (Ze-
mente se concibe la acción del psi-
melman, 1997, p. 26).
cólogo social, cuestionar los criterios
de validez científica que sostienen el Martín-Baró (2006) señalaba
saber y el hacer psicosocial, abrir el como una conciencia el (…) “Involu-
marco de comprensión desde la dis- crarnos en una nueva praxis, una ac-
ciplina psicológica a inteligibilidades tividad transformadora de la realidad
alternativas. que nos permita conocerla no sólo en lo
Desde la psicología social lati- que es, sino en lo que no es, y en ello en
noamericana se ha planteado un ho- la medida intentamos orientarla hacia
rizonte innovador para la compren- lo que debe ser” (p. 12). Lo cual conlle-
sión de los fenómenos sociales y sus va a asumir una visión ética sobre las
correlatos individuales, a partir del posibilidades de futuro que encarna la
acercamiento a las realidades socia- praxis, articulación de acción e inten-
les concretas y a las formas especiales ción que da forma a escenarios de lo
cómo los sujetos construyen sus pro- deseado y lo correcto en el plano de
blemáticas en un momento histórico. lo social y subjetivo. La aproximación
Un conocimiento que se origina y co- derivada de volcar la mirada psicoso-
bra sentido en la praxis psicosocial; cial de un objeto de estudio aislado a
en el conocimiento que fluye de la un sujeto histórico y en relación, con-
reflexión a partir de la práctica pro- duce a abrir la psicología social a la
fesional de manera que la realidad diversidad de significados que consti-
social es potencialidad caracterizada tuyen identidades diversas en Latinoa-
por la dialéctica continuidad-discon- mérica. Es partir de una perspectiva
tinuidad entre lo dado y lo que se ha que rescata lo que sucede en un ámbi-

33
Índice

to más local como fuente de sentidos, con las comunidades pues la pertinen-
es una perspectiva capaz de interpelar cia y su sentido de verdad es resultado
la teoría misma y las dinámicas ma- del diálogo de saberes entre el investi-
crosociales: puntos de vista situados, gador y el sujeto de investigación (Fals
tanto del investigador como de los su- Borda, 2009).
jetos que intervienen en esta realidad, Ibáñez (2001) denota esta
que al entrar en contacto se represen- relación como un construir cono-
tan al mirar a su alrededor y hablar cimiento que representa dar forma
desde su condición experiencial. a los objetos que se pretende cono-
Situar el centro de la indaga- cer y apropiarse de ellos en un jue-
ción psicosocial por fuera del escena- go mutuamente incluyente. La IAP
rio controlado del laboratorio corres- como referente de las metodologías
ponde a asumir una posición política participativas supone una búsqueda
por acudir a las condiciones reales de propia, radicalmente diferente y ale-
los grupos humanos por los cuales se jada del eurocentrismo, para enfren-
interesa la disciplina, y no solamente tar la colonialidad del conocimiento
en una actitud investigativa sino tam- legitimado por occidente e impuesto
bién en un compromiso con la acción sobre Latinoamérica, aporta una op-
y la participación social. En este sen- ción teórico-práctica consecuente con
tido, la psicología social latinoame- nuestras condiciones sociales (Restre-
ricana se ha nutrido de los trabajos po & Rojas, 2010).
realizados por autores como Orlando R. Suárez (2015) en diálogo
Fals Borda que han permitido llevar al con fines de la investigación que ge-
psicólogo social a un nivel de reflexión nera este escrito, comenta hallazgos
política y ética en conexión con su en- producidos en su quehacer:


torno. La investigación-acción parti-
El diálogo de lógicas ya no
cipativa (IAP) constituye un referente
se hace solamente entre el
para la labor profesional en psicología
sujeto investigador y el sujeto
social en el sentido metodológico de
investigado, en condiciones
la intervención y en una perspectiva
de existencia del segundo sino
política de la acción, pues como lo se-
una relación fluida en donde
ñala Fals Borda (2009) “el propósito
las fronteras epistemológicas se
de la IAP es producir conocimiento
desvanecen. El punto de vista
que tenga relevancia para la práctica
del investigado se vuelve puntos
social y política: no se estudia nada
a observar, las narrativas y los
porque sí (p. 228)”. Para la IAP la va-
textos comienzan a mostrar sus
lidez epistemológica del conocimien-
flaquezas al no dar cuenta de
to construido por las ciencias sociales
las condiciones de producción
proviene del sentido pragmático que
del saber. Implica que en el
se le otorga a la acción profesional,
momento de encuentro entre
en el marco de relaciones establecidas
investigador e investigado se ge-

34
La Psicología Social en Colombia. Teorías, Aprendizajes y Experiencias desde el Campo

nera un proceso de observación y autocrítica, desencadenó


endógena sobre la comunidad una reflexión como in-
y su relación con ella [consigo vestigadores puesto que
misma]desencadenada por el participamos en ese campo


propósito de la conversación discursivo-relacional indí-
(Cap. 6, p. 107). gena y no-indígena. Por
esta razón la reflexividad
La relación surgida entre in-
emergió como perspectiva
vestigador y sujeto investigado permea
investigativa, en la medida
las posibilidades del conocimiento en
que permitía calibrar (sope-
construcción y lo orienta dentro de
sar) nuestra colonialidad y
un marco de voluntad política y ética;
la posible reproducción [de
por ello la validez de reflexionar sobre
relaciones] de subalternidad
la manera en que nombramos y asu-
indígena.
mimos al otro, sujeto de intervención
y de comprensión. Desde esta visión el Sin duda los psicólogos so-
construccionismo, a partir de la crisis ciales y comunitarios partici-
de relevancia social de la psicología a pan de manera inevitable y
finales de los años 70 y durante los años frecuente con la indigeneidad,
80, abogó por los diálogos horizonta- tomada como las relaciones
les con las comunidades buscando es- de poder indígena, no-in-
tablecer relaciones colaborativas más dígena y profesional-co-
incluyentes de modos de vida diversos, munidad que a su vez son
acentuando una mirada relacional, contenidos que requieren
mutuamente incluyente, e inacabada mantener una constante y
dada su condición de estar siendo, de viva reflexión (RS-AB) en


devenir en el tiempo. De esta forma, Ocampo, Et al., Matriz de
temas como lo indígena en el cons- sistematización, 2017, p. 23.
truccionismo se plantea de manera
Como enfoque la reflexividad se
no aislada, pues su identidad social e
fundamenta en una fuerte crítica al in-
histórica depende de la creación de
telectualismo, entendido como un ob-
significados compartidos. Desde esta
mirada lo indígena se acerca a formu- jetivismo ingenuo que pretende obviar
laciones contemporáneas recogidas en la relación del investigador con la te-
la noción de indigeneidad, un campo de mática que trata de estudiar. Reflexión
relaciones donde la alteridad y la filia- constante sobre las determinaciones y
ción están constantemente hilvanándo- constreñimientos a la postura teórica
se (De la Cadena & Starn, 2010). adoptada; “epistemocentrismo” versus


“regreso a sí mismo”; y crítica a la ob-
La adopción de este giro
jetividad en un cuestionamiento cíclico
construccionista, y especial-
a los determinantes sociales, políticos,
mente su mirada relacional
culturales e históricos del investigador.

35
Índice

Bourdieu y Wacquant (1995) plantean la adopción de la reflexividad como


proceso indispensable toda vez que el investigador no solo hace trabajo
“de” campo sino que trabaja “en el” campo social, entendido como espacio
de fuerzas, disputas y poderes entre sujetos.
Ahora bien, no basta con acoger un enfoque emic3 en psicología so-
cial, pues reconocer la voz de los sujetos no constituye moverse-con-ellos sino
que implica con-moverse desde la comprensión de la afectividad como fuente
de sentido e interpretación del mundo. El enfoque involucra asumir una
posición política de acción y participación en la que somos conscientes de
que construimos la realidad en comunión, como lo afirma Freire (2010), y
así mismo nos construimos a nosotros mismos. “(…) trabajar en el ámbito
de la psicología social debe implicar no ser insensible al sufrimiento y dolor
humanos que se desprenden de las situaciones que prevalecen en nuestra
región” (Vázquez, 2012, p. 30).
La sensibilidad del psicólogo social, enfrentado al sufrimiento hu-
mano suscitado por acciones violentas o por condiciones de pobreza extre-
ma, plantea preguntas sobre el contenido emocional que comparten tanto
el profesional en psicología social como el poblador en el escenario de la
experiencia humana cotidiana. La psicología social latinoamericana desta-
ca la sensibilidad hacia la naturaleza afectiva de la acción humana y su pa-
pel fundamental en la significación de la realidad psicológica, hibridación
de la racionalidad-sensibilidad donde la perspectiva del ser es correlato de
la perspectiva del hacer (Ocampo, 2017).
Los aportes de la psicología comunitaria, que propiciaron un giro
político en el marco disciplinar de la psicología social, la arrancan del frío y
aséptico ambiente del laboratorio que había contribuido a su crisis epistemo-
lógica y metodológica, para luego llevarla al tenso y complejo campo de la
realidad social (Vázquez, 2012). En este giro la psicología social se llena de
vida cotidiana de los procesos propios de los grupos humanos en cuanto a sus
formas de ser y estar en el mundo y a las maneras en que intentan solucionar
sus problemas. La psicología social que surge en latinoamericana lleva una
condición política inherente al compartir con los sujetos que trabajan para
tramitar su futuro, su relacionamiento con otros en sociedad, sea esto otras
instituciones o pares. En este sentido la psicología social y la psicología co-
munitaria comparten una historia común que hace posible identificar puntos
de encuentro. Maritza Montero nos recuerda en la definición de la psicología
3 Por emic se entienden a los modelos nativos y por etic los del etnógrafo. Desde la
perspectiva del método dos herramientas fueron fundamentales para llegar a conclu-
siones. …(…) La diferenciación entre dos componentes de la hermenéutica en el siglo
XX: el ontológico y el metodológico o procedimental. De ahí que exija la corrección
de los esquemas del etnógrafo que tienen que entender el comportamiento de los
actores y, en adelante, incluir este tipo de comportamiento en sus propios esquemas
(González Echevarría, 2009).

36
La Psicología Social en Colombia. Teorías, Aprendizajes y Experiencias desde el Campo

comunitaria elementos que involucran ria, conduce a romper con enfoques psi-
el campo amplio de una psicología so- cológicos individualistas dominantes. El
cial volcada a la inclusión, a las relacio- abogar por un enfoque multi-sistémico
nes horizontales dentro de un proceso o multinivel en análisis y miradas a la
fluido de interacciones que envuelven realidad micro tanto como a la realidad
lo político, lo social y lo cultural en un macro de las personas, la familia o la red
marco de acciones creadoras de senti- social, las normas sociales, los sistemas
dos, movilizadoras y transformadoras: económicos y políticos dan cuenta de la


diversidad de influencias que actúan so-
La psicología comunitaria
bre ellas en contextos sociales. Lo ante-
nace de una práctica trans-
rior dado en diferentes etapas de sus vi-
formadora, enfrentada en
das, en los niveles personales, relaciona-
situación, que apela a una
les y colectivos por los cuales la psicolo-
pluralidad de fuentes teó-
gía social y la psicología comunitaria se
ricas para intentar luego
interesan en la búsqueda de horizontes
elaborar modelos teóricos
de conocimiento y de ejercicio de accio-
propios que respondan a
nes por el bienestar. En ello se evidencia
las realidades con las que
la confluencia en torno a la intención
se trabaja. Busca generar
de conocer para responder preguntas
metodología basada en la
inquisitivas sobre el contenido de la rea-
acción y la participación,
lidad circundante y también sobre el
que sea una respuesta al-
cómo transformar las condiciones des-
ternativa a los modos con-
humanizantes u opresivas que pueden
vencionales de estudiar esos
caracterizar dicha realidad como marco
grupos sociales específicos
de vida de los sujetos.
que son las comunidades.
Volviendo a la psicología social
Se plantea entonces como
revisemos algunas miradas interpretati-
una psicología de la acción
vas de dicha realidad que nos cuestiona.
para la transformación, en
la cual investigadores y suje-
Miradas interpretativas desde lo
tos están del mismo lado en
social en la realidad colombiana

A
la relación de estudio, pues
unque la psicología social en Co-
ambos forman parte de la
lombia se presenta como una


misma situación (Montero,
disciplina relacionada con el contexto
2004, p. 23).
histórico en el que se desarrolla, surgen
Reconocer el papel de los siste- dificultades al tratar de definir quiénes,
mas que rodean a las personas en cuan- cómo y qué hacen los profesionales de
to al lugar donde habitan, la historia, la esta disciplina en la construcción del
cultura y el acontecer político prepara conocimiento y en la intervención en
para entender igualmente la confluen- marcos de la realidad social. En ese
cia de la perspectiva social y comunita- sentido, la definición del campo de la

37
Índice

psicología social cobra importancia, parte de la realidad social como investi-


por ello Bourdieu la ha propuesto en gador social y como actor participante
términos de “una red o configuración inmerso en un proceso de reflexividad,
de relaciones objetivas entre posicio- proceso en los términos referidos por
nes (p. 64)”, las cuales se interrela- algunos autores, entre ellos Bourdieu
cionan a partir de: (a) el análisis de y Wacquant (1995), Gergen y Warhus
la posición del psicólogo social en el (1993), Guber (2001) e Ibáñez (2001).
campo de poder, (b) la estructura de Es un profesional que crea reflexiones
las relaciones que se genera entre las críticas y propositivas a los criterios de
posiciones de los agentes y/o las ins- la sociedad, a las formas de existencia y
tituciones en el interior del campo, y de pensar que se imponen y predomi-
(c) los habitus de los agentes, o trayec- nan intentando subvertir el orden esta-
toria dentro del campo incluyendo las blecido. En ese sentido, los psicólogos
disposiciones del sistema económico y sociales entrevistados como referente
social mediante las cuales los agentes de esta reflexión construyen objetos de
se adentran y participan en el campo. saber y de hacer en contraposición a los
En el campo de la psicología aparatos científicos mediante los cuales
social intervienen las instituciones al opera el sistema económico dominante
igual que los agentes, pues se recono- (Deleuze, 1987). Esta inmersión crea el
ce como una ciencia de la interacción sentido de lo que Gergen (2007) ha de-
entre individuos situados en el marco nominado “teorías generativas”.
de la sociedad y la cultura. De mane- Específicamente en el sentido
ra que, la sensibilidad y racionalidad de una vocación generativa este texto
del investigador psicólogo social, como se ha propuesto evidenciar debates
agente que construye un saber, radica dentro del campo de la psicología so-
en la potencialidad de comprender las cial que cuestionan la forma como se
condiciones que enmarcan la vida de está construyendo conocimiento en
personas, grupos, comunidades, orga- psicología en cuanto compete al ám-
nizaciones y también en la sensibilidad bito de la vida colectiva y cotidiana y
y capacidad para dar respuesta a las también se promueve miradas que pri-
problemáticas e incidir con el fin de vilegian referentes de dicha realidad
contribuir a generar procesos transfor- social que parecen anquilosados de
madores de dichas condiciones contex- cara a la comprensión de hechos de la
tuales y de las dinámicas de los grupos historia que está sucediendo. Indagar
y sujetos que los constituyen. acerca de la ritualización de los refe-
El psicólogo social se presenta rentes creados por individuos y grupos
como un agente inmerso en un entra- que permanecen ausentes respecto a la
mado de relaciones que le permiten co- conciencia de preguntarse por su pro-
nectarse con la realidad social, no solo pio papel en el contexto que les ha co-
desde lo académico sino también desde rrespondido vivir, exige plantear la in-
lo afectivo y emocional; entrar a hacer dagación desde considerar la realidad

38
La Psicología Social en Colombia. Teorías, Aprendizajes y Experiencias desde el Campo

situada temporal y espacialmente, local nerativa, dentro de esta coyuntura se


y globalmente, despertar la mirada crí- mueve buscando cimentar una identi-
tica frente a actores y hechos definidos dad plural, entre perspectivas diversas
desde tradiciones de conocimiento que que dotan de criterios éticos y políti-
omiten el dinamismo de lo social. cos la construcción de conocimiento y
Estas consideraciones acerca el desarrollo de la acción psicosocial
del estado del campo de conocimiento en el marco del contexto contemporá-
en psicología social en el contexto de neo colombiano.
la realidad social colombiana han sido Al preguntarse por el carácter
discutidas con psicólogos sociales vin- epistemológico y metodológico de la
culados a instituciones de educación psicología social como campo especí-
superior y a organizaciones guberna- fico de conocimiento en Colombia los
mentales y no gubernamentales. A par- psicólogos que se orientan en esta ruta
tir de sus planteamientos se ha explora- interpelan las líneas teóricas estructu-
do acerca de discusiones académicas y rales y plantean preguntas fundamen-
programáticas que se generan respecto tales que dan sentido a los supuestos
a la realidad social del país, promovien- ontológicos en la psicología como dis-
do la construcción de conocimiento, la ciplina.


intervención y la incidencia sobre vi- Un campo que se teje entre
siones que tienden a ser adoptadas —a individuo y sociedad, cam-
veces de forma ingenua— en la socie- po de las interacciones, que
dad y por los grupos humanos. prefiero llamar campo de las
Visualizar esta diversidad de ex- relaciones intrasubjetivas,
periencias invita a pensar la psicología intersubjetivas, de los suje-
social como una ciencia en devenir con tos y subjetividades con sus
potencial generativo en su construc- territorios, entornos y con-
ción teórica y en su quehacer práctico, textos específicos donde se
una disciplina en constante interpela- configuran y des-configuran
ción de sí misma, en situación in-cómoda las identidades individuales
no a pesar de, sino gracias a la retadora y colectivas; campos donde
realidad social a la que nos enfrenta- se logran las comprensiones,
mos a diario. Una psicología que a pe- transformaciones y crea-
sar de la amplitud en objetos de estu- ciones de nuevos sentidos
dio, técnicas y referentes conceptuales, y realidades. Comprensio-
pareciera dejar de lado el análisis del nes, transformaciones y
sujeto y su relación con la realidad so- creaciones que necesitan
cial. Desconoce, en algunos casos, los lecturas multidimensionales
notables avances que han demostrado histórica, social, cultural y
las ciencias sociales en la elaboración y ambientalmente situadas
reflexión sobre el tema la subjetividad. donde podamos conversar
La psicología social con vocación ge- con otros campos de la

39
Índice

psicología, otras disciplinas producción de los centros


y otros saberes (NV-AB) en académicos y del desfase


Ocampo, Et al., Matriz de en la lectura de realidades
sistematización, 2017, p. 33. (MA-GF) en Ocampo et al,


Matriz de sistematización,
Ante la ausencia de referentes
2017, p. 66.
ontológicos en el estudio de lo social
dentro de la disciplina, los psicólogos Las preguntas vitales de los
entrevistados reconocen en las carac- psicólogos sociales e intentar dar
terísticas del conflicto y violencia en respuesta a las complejas afectacio-
el país una historia determinante de nes vividas por las violencias que
las dinámicas culturales de relación han atravesado nuestros territorios
y convivencia, un tejido social con y desgarrado a nuestras poblacio-
múltiples suturas, y un sujeto huma- nes, implica entretejer elaboraciones
no cuya construcción en la trama de conceptuales rigurosas que permitan
la sociedad colombiana, no ha sido avanzar en la construcción y desa-
plenamente reflexionado ni com- rrollo de un saber hacer psicosocial.
prendido por la psicología. Las pre- Este proceso representa un esfuerzo
guntas de investigación y la reflexión por abrir la psicología tradicional al
psicosocial —no obstante su impor- estudio de otras dimensiones de la
tancia y pertinencia— están aún por relación del sujeto con su entorno,
ser discutidas, así como su impacto aproximaciones epistemológicas di-
en la transformación de condiciones ferentes y, sobre todo, un visión que
de vida concretas. reconozca y al mismo tiempo haga vi-


sible a todos la complejidad inmersa
El contexto colombiano
en las dinámicas colectivas mediadas
imprime una huella dentro
por una historia de violencia en la
de la práctica de la discipli-
desbordante realidad colombianan.
na, ¿pero implica un capital
Igualmente involucra disponerse de
de conocimiento? Es decir,
manera sensible a la magnitud de los
existe un acumulado enor-
hechos que agreden y vulneran a las
me de producciones e inter-
poblaciones, hechos que trasgreden
venciones muy juiciosas en
sus formas de habitar el mundo y las
distintos ámbitos pero esto
obligan a asumir una vida inestable
no necesariamente se ha
y precaria donde la pérdida de refe-
traducido en una escuela
rentes físicos y emocionales disloca
de psicología con sello co-
la cohesión psíquica y moral de los
lombiano. La pregunta [en
sujetos afectados por la guerra.


este sentido] es necesaria
y pertinente; esta situación Somos hijos de la guerra
también habla del lugar porque hemos vivido acá,
de los desarrollos en la a unos les ha afectado más

40
La Psicología Social en Colombia. Teorías, Aprendizajes y Experiencias desde el Campo

que a otros pero a todos nos (1997). Así, en una mirada integral,
ha tocado, entonces creci- los psicólogos sociales han asistido a
mos escuchando o viendo la constatación de un dinamismo im-
esa realidad. Hay gente a preso por seres humanos colombianos
la que le tocó mucho más conscientes y sensibles a sus derechos
de cerca, como la gente con y a sus deberes, con capacidad para
la que yo trabajo, entonces asumir un rol político, moral y ético
lo que empecé a identificar encaminado a la obtención de condi-
fue que era necesario una ciones dignas de vida.


perspectiva psicológica
Estoy trabajando el tema de
que entendiera la afecta-
emociones morales desde
ción psíquica, emocional,
Martha Nussbaum. Es otra
relacional de esa persona
concepción distinta porque
y entonces ahí yo me paré
es la filosofía política liberal,
(…). Acompañar a la gente
hay unos elementos muy
desde perspectivas clásicas
interesantes en términos de
de la psicología requiere
reivindicación de derechos
[primero] la comprensión
y de condiciones mínimas
del sujeto, de la afectación
para la vida digna, entonces
no solo psicosocial sino la
es una pregunta que siem-
afectación psicológica como
pre me ha tenido en vilo.
tal y los problemas en salud
¿Qué significa la dignidad
mental que eso puede tener
para la gente —la dignidad
(LM-GF) en Ocampo, Et


en los contextos en los que
al., Matriz de sistematiza-
yo trabajo— si es el equipo
ción, 2017, p. 36.
de sonido o es tener lo bási-
La pregunta por el sujeto em- co para no estar angustiado,
pieza a ser central puesto que se re- o que sus hijos estudien o
conoce la existencia no de individuos que tengan alimentación?
aislados y pasivos, sino de sujetos co- ¿Qué es lo que significa
lectivos que en su cotidianidad sien- la dignidad ahí? Entonces
ten, sufren y ríen, tanto en su condi- siempre ha sido una pregun-
ción física como también en su estado ta que media lo que yo hago
emocional, cognitivo y espiritual. Un (WH-GF) en Ocampo et al,
sujeto ubicado en relaciones territoria- Matriz de sistematización,
les, en redes familiares o en formacio- 2017, p. 14.
nes colectivas de diversa índole, sujetos
Ahí caigo entonces en la
en interacción que construyen social-
pregunta de vamos a estu-
mente la realidad y la dotan de senti-
diar psicología, y por esa vía
do a través de su concreción histórica,
es que llego a la psicología;
como ha puntualizado H. Zemelman

41
Índice

preguntarme por la educa- pertinentes y humanizados, responsa-


ción, preguntarme por qué bles concientemente del propósito de
ese muchacho rompe en continuar la vida.


llanto y nadie puede decirle
Yo me encuentro con colecti-
algo para intentar que se
vos juveniles muy vinculados
calme. Lo que digo es que
a la [Universidad] Nacional
no voy a ser psicopedagogo,
y a la INCCA, en otras uni-
no voy a ser sociólogo; voy
versidades es muy raro que
a hacerme una pregunta
[ellos] estén comprometidos
desde la psicología con las
con el trabajo de base con las
herramientas de la clínica y
comunidades. [Jóvenes con]
desde el campo de la edu-
un sueño de autonomía im-
cación, desde la pedagogía,
presionante; esto ha sido mi
qué es lo que dicen los psi-
pasión. Digamos que esa pa-
cólogos sobre la educación
labra [comunidad] ha sido el
(WH-GF) en Ocampo et al.,


motor en mi vida para vincu-
Matriz de sistematización,
larme a la psicología comuni-
2017, p. 3.
taria (NV-GF) en Ocampo et
La inquietud por el sujeto al, Matriz de sistematización,
implicado en un mundo social que 2017, p. 13.
lo encuadra en condiciones frecuen-
En esa experiencia de co-
temente alienantes, determinadas
munidad con jóvenes y con
por su exclusión de los escenarios de
padres de familia y con do-
decisión por medio del despojo y la
centes y directivos nació el
opresión, permite la apertura a nue-
concepto de potencialidad que
vos interrogantes. Estos interrogantes
para mí es muy importante
encuentran salida en la intervención
en mi trabajo en comunidad.
comunitaria y en el trabajo con co-
Digamos que siento que las
munidades de base, desde allí se pue-
ciencias sociales y humanas
de observar las dinámicas reales de
se orientaron a [identificar]
vida en las que se desenvuelven los
necesidades como carencia,
sujetos en búsqueda de salvaguardar
no al reconocimiento de la
su dignidad. En la pregunta primaria
potencia que habita a las per-
por aquello que determina la auto-
sona (NV-GF) en Ocampo


nomía de los seres humanos, su dife-
et al., Matriz de sistematiza-
renciación y afirmación de relación
ción, 2017, p. 56.
con otros, surge la voluntad y poten-
cia que mueve a la psicología social Los psicólogos sociales retoman
a reflexionar y nutrirse de propósitos temas de reflexión teórica provenientes
comunitarios en el trasegar hacia la de las ciencias sociales, han construido
construcción de saberes alternativos, saberes que parten de una visión amplia

42
La Psicología Social en Colombia. Teorías, Aprendizajes y Experiencias desde el Campo

de la psicología, miradas sobre lo social La creatividad en la elabora-


que se encaminan a reconocer concep- ción conceptual hace posible apre-
tos emergentes en la labor psicosocial hender la complejidad de los mundos
como potencialidad. Conceptos que enfa- que habitan diferentes poblaciones en
tizan el impulso generativo del ser hu- la realidad contemporánea del país, la
mano y su capacidad de construir por creación de saberes según los contex-
medio del acto de significar con otros tos en los que se aplica una capacidad
realidades diversas, esta lectura inspira- para interpretar la cotidianidad de las
da en Bruner, (1990) y así mismo, la esté- comunidades y en los que diferentes vi-
tica como práctica y marco de reflexión, vencias y preocupaciones crean nuevos
se convierte en concepto y herramienta heurísticos. Las dinámicas de relación
para dilucidar facetas del uso político en el entorno urbano; las experiencias
de la violencia (Barrero 2011); cons- juveniles de descubrimiento, contesta-
trucción teórica que favorece pensar al- ción o resistencia al orden establecido,
ternativas para resignificar la actividad sus desarrollos en una lógica de trans-
política en diferentes contextos. gredir las dinámicas y estructuras so-


ciales instituidas para establecer otras
A mí me ha permitido ha-
nuevas desde premisas de valor alter-
cer unas teorizaciones con
nativas (Castoriadis, 2000); la violencia
el asunto. Me parece por
ejercida por actores organizados y la
ejemplo importante el con-
desigualdad económica y social ligada
cepto de estética de lo atroz,
a manifestaciones del conflicto arma-
que cuando se iba a lanzar
do interno en Colombia, han exigido
todo el mundo me decía que
el uso de conceptos abarcadores y pro-
estaba loco, pero que ahora
positivos para leer lo social. Por esto
se volvió objeto de discusión
los psicólogos sociales entrevistados
fuerte (EB-GF) en Ocampo
resaltan la experiencia del trabajo de
et al., Matriz de sistematiza-
campo valorando la acción con las co-
ción, 2017, p. 58.
munidades en sus territorios.


Nació un compromiso con
La palabra comunidad la voy
la psicología política desde
también abriendo a una
la estética porque los jóvenes
palabra más bella que esa;
no quieren saber nada de la
gracias a Gustavo Montañés,
política desde la política, si
quien llegó de la Nacho a la
no desde las artes, la músi-
Alcaldía, aprendí a ahondar
ca, la poesía, la danza, des-
en la palabra que Myriam
de el grafiti y creamos desde
me ha abierto más, esta pa-
ahí alternativas que fueron
labra ha sido territorio. Y la
fundamentales (NV-GF) en


categoría territorialidad me
Ocampo et al., Matriz de
ha alimentado en estos cinco
sistematización, 2017, p. 42.
años muchísimo más que la

43
Índice

palabra comunidad, pero yo del comportamiento par-


a la comunidad no la aban- ticipativo se ha constituido
dono, no me despego porque en un referente clave para
casi terminan siendo sinó- acceder a la interpretación
nimas (NV-GF) en Ocampo de lo que ha sucedido con
et al., Matriz de sistematiza- los procesos históricos en los
ción, 2017, p. 57. que la participación popular
ha devenido un referente
La experiencia de investi-
en Colombia (CA-GF) en


gación sobre el comporta-
Ocampo et al., Matriz de
miento participativo en Tu-
sistematización, 2017, p. 20.
maco, Nariño, hizo posible
realizar un acercamiento El acercamiento a las circuns-
a las dimensiones étnicas tancias de la Colombia contemporánea
y culturales de las comu- implicó también el reconocimiento de
nidades afrocolombianas realidades culturales diferentes que son
del litoral pacífico, a la vez permanentemente ignoradas, invisibili-
que permitió establecer un zadas y subalternizadas en las relacio-
puente interpretativo para nes de colonialidad y poder que siguen
comprender los pormenores vigentes (Castro-Gómez, 2005). Los
del comportamiento parti- psicólogos sociales se han acercado a
cipativo en el contexto de la las comunidades indígenas en un diálo-
problemática socio-histórica go de saberes y de trabajo relacional y
de la región. Esto debido a de preguntas y búsqueda de respuestas
la circunstancia, de que pre- a través de la alteridad representada en
cisamente los participantes culturas diferentes a la propia. Inter-
en esta investigación fueron pelar y dejarse interpelar por saberes
actores que vivieron en car- y prácticas inaugura la trama de una
ne propia el problema de la construcción teórica que emerge de
movilización popular por la estos intercambios, un saber que tras-
reivindicación de los dere- ciende la psicología social como cam-
chos a los servicios públicos po disciplinar y se ubica en el amplio
básicos, y se confrontaron contexto de lo “social”, en sus intersec-
con la manipulación del mo- ciones relativas al sujeto, al cuerpo, al
vimiento social por parte de territorio, a la comunidad, al cosmos, a
fuerzas ajenas al desarrollo la psicología y a la antropología.


comunitario que hizo derivar
Iniciar el camino con las
la protesta social en acciones
comunidades indígenas y
de sabotaje y destrucción, en
comprender sus saberes im-
el acontecimiento conocido
plicó acudir al método de la
como el Tumacazo de 1988.
etnografía reflexiva y asumir
Desde entonces, el análisis

44
La Psicología Social en Colombia. Teorías, Aprendizajes y Experiencias desde el Campo

la autobservación (propia de una certeza en términos


la cibernética de segundo fenomenológicos (e.g., los
orden). Cada encuentro era saberes de los abuelos). De
ante todo una conversación todas formas no descono-
en la que se construye una cemos dónde estamos cen-
reflexión de lo que ha sido y trados; en esta Bogotá que
es la comunidad, de las re- ya no es Bakatá y que tiene
laciones establecidas en ese toneladas de cemento enci-
espacio y sus significados, ma. Entonces eso nos hace
de las emociones evocadas ir construyendo un ejercicio
y provocadas en esa reflexi- de la psicología. No sé si
vidad. Implicó hacerme uno podría decir psicología
preguntas. ¿Cómo me veo social con claridad, pero nos
en el mundo complejo de hace pensar en un ejercicio
relaciones que establezco en de la psicología que arranca
mi entorno más inmediato? con elementos occidentales
Yo, como ser: para mí y etnográficos porque nace
para los otros, con los otros también de la circunstan-
y, los otros en mí; en las dis- cia vital y laboral de las
tintas dimensiones en que academias, y que implica
podemos acercarnos o ale- construir puentes de enten-
jarnos, yo en mí (o mis yoes dimiento, unos primeros
en mí) echando a andar mis puentes etnográficos, unos
cartografías como sujeto, puentes hermenéuticos,
navegando por mi pasado y unos puentes etnológicos,
presente. La comunidad en pero con la intención muy
mí, más allá de los predios clara de saber que nosotros
territoriales, más atrás de lo vamos a hacer una psicolo-
que ha pasado y más delan- gía más cercana a la psicolo-
te de lo que tiene de utopía. gía transpersonal y más cer-
Y, por supuesto, la sociedad cana a la psicología perenne
en mi cartografía de la co- y a la filosofía perenne. Solo
munidad y a la inversa (RS. que en algún momento [te-
Cap. 6, p. 107 de este texto). niendo] la inteligencia y la
fuerza para decir, esto no va
La construcción de algo
a ser psicología clínica, esto
que hemos venido llamando
no va a ser psicología social,
psicología ancestral e indíge-
esto es psicología indígena y
na para nosotros tiene un
esto es psicología ancestral. Y
elemento de raíz y halo
ese saber psicológico tiene unos
occidental. Aunque siempre
elementos muy claros sus-
para nosotros ha sido casi

45
Índice

tentados en la ética, susten- do. Las improntas territoriales y los re-


tados en la vida, sustentados corridos que le proveen puntos de refe-
en principios fundamentales rencia, al igual que las relocalizaciones
cosmogónicos (LE-GF) en en lo urbano cuando las comunidades


Ocampo et al., Matriz de indígenas migran, llevan el imaginario
sistematización, 2017, p. 57. de procesos emocionales, simbólicos y
culturales performativos de la identidad y
En ese entramado las relacio-
tradición entretejida en la historia. La
nes en lo urbano precarias, superficia-
les y heterogéneas con los ejercicios de historia que construye sus lenguajes y
poder entre indígenas y no indígenas, relaciones.
ponen en evidencia dinámicas de hi- El tema del territorio, el espacio
bridación caracterizadas por la fusión de vida y la vivencia del lugar geográ-
y la fricción, dinámicas tanto colonia- fico es interpretado e idealizado por las
les como interculturales (Briones, 2010; personas. Especialmente la pérdida de
Delgado, 1999). En esta retícula de ese entorno es un referente que provee
procesos de interacción varios cuestio- elementos para reflexionar sobre la
namientos surgen: ¿Puede la psicología importancia de la acción en favor de
dar cuenta de movilidades y transcur- la conservación y preservación de los
sos que han incidido cultural y existen- espacios donde los grupos humanos o
cialmente en comunidades indígenas? comunidades crean su vida material y
¿Cuáles serían los correlatos subjetivos espiritual, en cuanto que estos son el
e intersubjetivos inmersos en la diáspo- escenario donde se materializa, ideali-
ra a otros territorios? ¿Existen nuevas za y proyecta la existencia.
imágenes del estar ahí en los nuevos te- El espacio de vida es un lugar de
rritorios que redefinen el contenido éti- afecto y apropiación que se comunica
co, existencial y espacial del ser indígena? y se nombra con frecuencia a través de
Una forma de comprender de metáforas. Este nombrarlo se constitu-
manera relacional estos fenómenos ye en un patrimonio —cultural y natu-
desde la psicología es preguntar cómo ral— para el sujeto; el espacio simbo-
los procesos psicológicos se vinculnan lizado provee indicaciones respecto a
con los procesos culturales de nuestros la relación de territorialidad y territo-
pueblos originarios (e.g., el pensar, sen- rialización de una persona en el marco
tir, o narrar). Para los pueblos indíge- de su grupo de referencia. Los apren-
nas el territorio deviene un contenido dizajes derivados de la experiencia co-
existencial, el espacio simbólico y terri- tidiana, de estar ahí en el espacio, se
torio físico donde nacieron, es espacio convierten en material que aporta vi-
habitado donde el grupo significa su ser siones construidas acerca del entorno.
colectivo y su ser individual. Se puede Al mismo tiempo sensibilizan acerca de
afirmar que los sujetos indígenas como la importancia de promover el cuida-
todos nosotros, se constituyen en ese do del lugar que las personas adecúan,
entramado geo-cultural-natural apropia- usan y significan como expresión de sus

46
La Psicología Social en Colombia. Teorías, Aprendizajes y Experiencias desde el Campo

aspiraciones frente a sí mismas y como cos es necesario dar respues-


espacio generador de condiciones para tas políticas así sea dentro de
continuar la vida, la naturaleza y las re- la misma disciplina (CG-GF)
laciones sociales. en Ocampo et al., Matriz de
Estos contenidos sobre los aspec- sistematización, 2017, p. 47.
tos de apego y apropiación del territo-
Los psicólogos poco interve-
rio y la construcción de un lugar para
nimos en decisiones fuertes,
habitar que provee un punto de mira
en construcción de política
en la elaboración de visiones acerca del
fuerte y eso nos ha puesto en
mundo, aportan conocimiento sobre
un rezago con las comunida-
las creencias y motivaciones situadas
des; al psicólogo se le ve más
de las personas, también son referentes
en su rol clínico, de escucha
que completan lo que el saber de los
o de comprensión, no en
expertos no logra alcanzar cuando se
su rol de transformador de
proponen diseñar programas dirigidos
ciertas realidades y es un
a poblaciones. También sirven para
espacio que tenemos todavía
plantear políticas públicas de bienestar
que ganar muchísimo. Hay
humano, así como programas de pro-
esfuerzos, el mundo lo sabe,
tección de los recursos y ordenamiento
hay psicólogos que están in-
territorial con base comunitaria.
terviniendo ahoritica y están


Yo tengo una concepción intentando entrar a la cues-
del lenguaje que trasciende tión del posconflicto desde
el verbo escrito-hablado distintas perspectivas, pero
y veo mucho más con la el peso lo tienen otras áreas,
geografía del cuerpo, la voz y los otras disciplinas (WH-GF)
silencios. Y me parece que en Ocampo et al., Matriz de
esa comunicación es mucho sistematización, 2017, p. 49.
más rica para el psicólo-
Entonces yo pienso que sí se
go comunitario social, en
puede hacer; que lo más re-
cualquier estrato, porque
tador ha sido la necesidad de
diríamos que la experiencia
mostrar, hacer evidente las
de comunidad para mí es
posiciones de la psicología
sagrada (NV-GF) en Ocam-
social, pero se necesita más
po et al., Matriz de sistema-
gente. Así como hay un ejér-
tización, 2017, p. 57.
cito de abogados, un ejército
Tenemos una crisis humani- de politólogos, un ejército de
taria pero acá hay un proble- economistas, que hubiera un
ma y es que la psicología no ejército de psicólogos socia-
tiene participación política, les, pero sociales no clínicos.
entonces a problemas políti- No con el cuento de que hay

47
Índice

que mirar a la persona como de pueblos indígenas. La construcción


necesitada de un subsidio de un saber psicosocial a partir de la
sino de realmente empode- práctica ha seguido un rumbo paralelo
rar a la gente. Eso es lo que al conocimiento oficial, los conceptos
yo diría para cerrar, el reto derivados de allí ostentan a presente un
inmenso de visibilizarnos carácter atípico dentro del cuerpo teó-
más y trabajar más para ser rico de la disciplina psicológica que los
más numerosos (MO-AB) hace inéditos. Es así como se han elabo-


en Ocampo et al., Matriz de rado reflexiones en torno a la corpora-
sistematización, 2017, p. 55. lidad, personalidad y diversidad étnica
con un gran potencial generativo e in-
El diseño y elaboración de po-
terpretativo que amplía las categorías de
líticas públicas orientadas a la atención
análisis tradicionales utilizadas para la
de comunidades y sujetos afectados por
comprensión de lo social y lo colectivo.
las dinámicas de violencia ejercidas en


el país debe incluir la dimensión huma- Ante esta problemática a la
na; una respuesta ética que reconoce en psicología social no le queda
el ser humano un sujeto de derechos, otra alternativa que la de
un ser inmerso en un entramado de replantear sus posiciona-
relaciones sociales que condiciona su mientos tanto teóricos como
devenir y da sentido a su situación de epistemológicos y meto-
afectación y vulneración. La respuesta dológicos. Es por ello que
del Estado ante la demanda de accio- propongo desde mi praxis el
nes de reparación se inscribe dentro de abordaje de una etnografía
dinámicas macrosociales que exigen reflexiva y que se reconoz-
asumir una mirada política de los pro- ca al sujeto situado en un
blemas de inclusión, defensa y cumpli- mundo de interacciones
miento de los derechos humanos. La e intersubjetividades que
labor de los psicólogos sociales consiste contextualice lo que es y ha
entonces en aportar desde su especifi- sido la historia de nuestras
cidad teórica y práctica, herramientas comunidades originarias, las
conceptuales y metodológicas para la relaciones que se han cons-
construcción de políticas públicas que truido en sus territorios y el
incluyan la visión humana del sujeto, significado de las emociones
en el marco de una postura consciente evocadas y provocadas en
de las relaciones políticas que se mue- esa reflexividad (RS-AB) en
ven en el accionar de la sociedad civil, Ocampo et al., Matriz de
el Estado y la propia disciplina. sistematización, 2017, p. 31.
Desde la perspectiva histórico
Todo esto me ayudó a for-
-cultural los psicólogos sociales han utili-
talecer mis incursiones en
zado como referente teórico y epistemo-
etnopsicología y personalidad
lógico la interpretación de cosmogonías

48
La Psicología Social en Colombia. Teorías, Aprendizajes y Experiencias desde el Campo

que para los campesinos es Muy cerca de la perspectiva


un conjunto de cualidades histórico-cultural se plantea la pregun-
que determinan la conduc- ta por lo psicológico y acerca de cómo
ta frente a sí y frente a los se construye el mundo de lo subjeti-
demás, es “el modo de ser vo en el marco de lo social y cultural.
de cada uno desde que nace Esta perspectiva es contrastante con
hasta que muere”. Es un mo- aquella que privilegia la construcción
delo de actitudes necesarias intersubjetiva de sentidos dentro del
en el marco de la dinámica socio-construccionismo.


cultural; se nace con ella y
Entonces en esa perspectiva
se desarrolla a lo largo de la
de cuerpos teóricos que con-
vida. Puede ser de sangre
vergen en distintos proble-
“fuerte” o de sangre “débil”
mas hay un montón de pre-
y está relacionada con los
guntas, porque uno podría
elementos de la naturaleza
pensar las conversaciones de
con un componente energé-
lo histórico-cultural Vygots-
tico que corresponde al aire,
kiano-ruso, pero también
al fuego, a la tierra, al agua
cómo conversa eso con la
y al maíz. Así se configura el
perspectiva cultural en Bru-
cuerpo cultural, por todo el sa-
ner, por ejemplo.
ber-poder de la comunidad
en donde las instituciones [Por otra parte,] la cons-
políticas, religiosas y educa- trucción de significado —la
tivas, inscriben su orden en herencia socioconstruccio-
el cuerpo y el registro de las nista— implica entender
personalidades es el encarga- que la realidad es una
do de agenciar este proceso. construcción y no un reflejo
El orden del cosmos y el imperativo; que habitamos
orden sociopolítico y cultural mundos de sentido que
se recrean e inscribe en los se construyen, que están
organismos, como un con- en disputa de legitimidad
junto de aparatos de control, política todo el tiempo
vigilancia, captura y castigo (MA-GF) en Ocampo et al.,


para perpetuar la cultura Matriz de sistematización,
llevándola en el cerebro, 2017, p. 36.
penetrando en los procesos
Al tratar de manera situada
fisiológicos; registrándola en
nuestro escenario colombiano los psicó-
el alma, al decir de Foucault
logos sociales hemos ejercido un papel
(RS-AB) en Ocampo et al.,


que podría denominarse centrado en la
Matriz de sistematización,
acción profesional dentro de la discipli-
2017, p. 69 de este texto.
na; cuando ante dinámicas complejas

49
Índice

y contradictorias en la historia social y que quiere asesinar a los


del país encontrar salidas a las proble- otros o que es muy per-
máticas enfatiza la ausencia de aportes verso, en fin. Más allá de
transformadores ante la injusticia, la ca- la psicopatología hay que
rencia y los excesos que hacen evidente pensarse esto como una
la deshumanización en nuestra historia. afectación del tejido social
Es una falta de presencia relevante en y cuando uno empieza a
el escenario de lo social, una ausencia conocer gente uno se da
que ha complicado la construcción de cuenta y por eso retomo
sistemas teóricos y escuelas de forma- a Martín-Baró quien nos
ción fuertes encaminadas al saber/hacer enseñó mucho del conflicto
psicosocial con carácter colombiano. Sin omi- en El Salvador. Uno dice lo
tir que en medio de las dificultades e in- que está roto acá es el tejido
visibilización de una visión humanitaria social, y acá uno no puede
se destacan acumulados de saber, mira- psicopatologizar; usted no
das psicosociales que han procurado puede hablar solo de estrés
comprender el conflicto armado y las postraumático porque acá
afectaciones generadas por la violencia hay un tema de las comuni-
política y social en el país. dades y de los lazos sociales


(LM-GF) en Ocampo et al.,


La violencia no es [solo] un
Matriz de sistematización,
hecho instrumental, la vio-
2017, p. 36.
lencia es un hecho psicoló-
gico que está referido a una La historia colombiana como
coincidencia de factor de escenario de acción del psicólogo so-
riesgo psicosocial. ¿Por qué cial no se ha nutrido de preguntas fun-
una persona toma un arma damentales ni de la construcción de
y le dispara a otra? Porque un saber psicosocial. La situación con-
allí hay una serie de fac- creta de conflicto armado y el uso de
tores de riesgo psicológico la violencia para la resolución de pro-
(CG-GF) en Ocampo et al., blemáticas de convivencia han sido un
Matriz de sistematización, reto teórico y práctico. En realidad, la
2017, p. 36. construcción de un saber hacer psico-
social ha adquirido un carácter más
Ojo que la realidad del con-
transdisciplinar, alimentado princi-
flicto en Colombia no es de
palmente por marcos conceptuales
criminales; esto no es una
y metodológicos provenientes de las
persona que se levantó un
ciencias sociales. Un saber sobre el
día o que tiene psicopatía,
conflicto y la violencia, un saber que
o que es una persona con
trata sobre lo social y colectivo como
un trastorno antisocial, o
fenómeno donde la psicología se ve
que es una persona límite
llamada a recoger el aspecto central

50
La Psicología Social en Colombia. Teorías, Aprendizajes y Experiencias desde el Campo

de la subjetividad en dimensiones: de esta perspectiva, las personas, como


cultural, social, política y económica sujetos y actores dentro de dichos pro-
del individuo; performativa del cuerpo; blemas, reclaman acompañamiento
emocional y de procesos psicológicos para la comprensión autorreflexiva de
involucrados en la construcción del la experiencia violenta que han vivi-
ser; e histórica, situada, móvil, rela- do. Estos contextos destacan procesos
cional y como miembro de una colec- profundamente humanos de búsque-
tividad que provee los elementos de su da de la permanencia de la vida por
identidad. encima de amenazas para mantenerse
El psicólogo social —de cara en territorios propios en condición de
a comunidades marcadas por la vio- dignidad.
lencia política y social y reivindicati- Para dejar en suspenso, los in-
vas que construyen un proyecto de so- terrogantes que han sido suscitados
ciedad— se ve confrontado a cultivar gracias a los aportes de los entrevis-
primero la capacidad de comprender tados los hemos denominado nuevos
la voluntad de los actores sociales; de temas en psicología social desde Co-
ser partícipes en las negociaciones en- lombia. En este sentido, es pertinente
tre élites de poder (i.e., estatal y arma- remitirnos a Rolnik y Guattari (2005);
do) y de su aspiración de prepararse la reivindicación de la vida y de los
para promover y participar en poner sujetos en búsqueda de mantener su
fin al conflicto interno. Lo anterior es plena vigencia dentro de la dimensión
comprender y acompañar a las comu- de lo humano:


nidades en su trabajo para modelar
(…) desarrollar modos de
un futuro sin confrontación armada.
subjetivación singulares,
Las comunidades buscan visibilizarse
aquello que podríamos
a través de comunicar eficazmente los
llamar «procesos de singu-
propósitos y objetivos planeados en los
larización»: una manera de
ambientes nacionales e internaciona-
rechazar todos esos modos
les de poder formal.
de codificación preestable-
Reconocer su proceso como
cidos, todos esos modos de
actores en busca de solidaridad, jus-
manipulación y de control a
ticia y verdad es para el psicólogo de
distancia, rechazarlos para
lo social visibilizar la potencia de vida,
construir modos de sensibili-
hacer eco a las voces que muestran el
dad, modos de relación con
daño producido a estas poblaciones, y
el otro, modos de produc-
también estar presente para contribuir
ción, modos de creatividad
a tejer memoria para los conciudada-
que produzcan una subjeti-
nos colombianos y del mundo. Esto es
vidad singular. Una singula-
destacar la aspiración de sentar prece-
rización existencial que coin-
dentes para construir condiciones de
cida con un deseo, con un
vida volcadas a la no repetición. Des-
determinado gusto por vivir,

51
con una voluntad de construir el mundo en el cual nos encontramos,


con la instauración de dispositivos para cambiar los tipos de sociedad,
los tipos de valores que no son nuestros (p. 29).
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1.1 Sobre la noción de psicosocial.
De lo individual a lo colectivo
Somos lo que pensamos.
Todo lo que somos surge con nuestros pensamientos.
Con nuestros pensamientos hacemos el mundo.
(Pensamiento de Buda citado en Robbins, 2015, p. 129)

Desde que estaba estudiando psicología yo siempre sentía que estaba medio en
psicología y medio en otra parte, y esa sensación me la reforzaron en su época los profeso-
res que tuve. Me decían, eso es antropología o sociología, eso es otra cosa, eso no es psico-
logía, y yo siempre tuve la sensación de estar un poco caminando al margen de la psicología
(LR-GF) Ocampo et al., en Matriz de sistematización, 2017, p. 36.

E
l ejercicio de escuchar y analizar los relatos compartidos
por los psicólogos sociales participantes en este ejercicio
investigativo (Ocampo et al., 2017) nos permitió acercarnos
a las dificultades propias de la práctica profesional, acrecentadas
en muchos casos por las carencias formativas relacionadas con la
pertinencia y la descontextualización de la disciplina psicológi-
ca frente a las problemáticas sociales contemporáneas. En el año
1927 Lev S. Vygotsky señaló con urgencia la necesidad de analizar
a profundidad la viabilidad de una psicología general que pudiera
construir, de forma coherente, un aparato teórico y metodológico
consecuente con las necesidades prácticas de los psicólogos pro-
fesionales y la complejidad del ser humano. Este planteamiento
formulado desde esa época nos ubica en el marco de los retos que
rodean a la psicología como ciencia teórica y aplicada, sin embar-
go, no se trata de plantear una propuesta unificadora para los di-
ferentes sentidos que se le ha dado a la psicología y con esta a
la psicología social; con este referente en este apartado pretende-
mos evidenciar el carácter polisémico del significado de lo psicoso-
cial reconociendo la condición multi-paradigmática de la disciplina
psicológica, y las dificultades y posibilidades que esto genera en
cuanto al uso de teorías y metodologías que puedan dar respuesta
a los interrogantes de la realidad colombiana.
Antes de preguntarse por el carácter epistemológico y metodológico
de la psicología social como campo específico diferenciado, los psicólogos que
Índice

se orientan en esta ruta interpelan las agendas políticas y económicas vigen-


líneas teóricas estructurales y las pre- tes en los ambientes académicos esta-
guntas fundamentales que dan sentido dounidenses y europeos (Ibáñez, 2001).
a los supuestos ontológicos de la disci- De hecho hacemos referencia no solo a
plina psicológica. la polisemia sino también a la polifonía
Amplia en objetos de estudio, con la que se ha descrito o definido la
técnicas y referentes conceptuales, la psicología social: conductismo social,
psicología, en su acepción institucio- cognición social, psicología popular,
nal, pareciera dejar de lado el análisis psicología colectiva, construccionismo
del sujeto y su relación con la realidad social, entre otras acepciones.
social desconociendo, en algunos casos, En este sentido, la psicología so-
los notables avances que han demos- cial no ha sido siempre la misma. Las
trado las ciencias sociales en la elabo- diferentes definiciones que la compo-
ración y reflexión sobre este tema. La nen no son un mero resultado de las
psicología social, dentro de esta unidad apuestas actuales en epistemología y
sujeto-contexto, cuya propiedad puede metodología, encontrar un marco teó-
significarse como una relación de no rico integrador ha sido un proceso his-
poder dividirse ni fragmentarse sin al- tórico que ha incidido en las definicio-
terarse o destruirse, es una unidad poli- nes diferentes con las que entendemos
valente que alberga las posibilidades de —y hemos empleado— la psicología
supervivencia del sujeto humano tanto social a lo largo de años de estudio y
como la del contexto; en esta perspec- aplicación. Cabe destacar con Gergen
tiva cimentar una identidad propia (2007) el carácter histórico de la psico-
como campo de conocimiento apela a logía social y su particular mutabilidad
criterios éticos y políticos en la cons- dentro de las variaciones culturales en
trucción conceptual de lo que deno- las que influye y que influyen en ella.
minamos lo psicosocial por referencia Seguimos como línea orienta-
a esta relación ecosistémica de unidad dora la aceptación del devenir histórico
e interdependencia en comento, que de lo psicosocial; su condición situada,
ejemplifica un campo de construcción local y a la vez global; y su relación per-
de conocimiento y de generación de manente con el sentido común de una
acciones con influencia sobre la trama época y un territorio (De Souza San-
y el tejido social en tanto unidad de tos, 2009). Desde esta postura desarro-
comprensión y análisis. llaremos a continuación un recorrido,
La diversidad de significados no exhaustivo pero sí sugerente de al-
que han definido la función y el sen- gunos significados de lo psicosocial en
tido de la psicología social durante el relación con su momento histórico de
siglo XIX y XX responde, sin duda, emergencia buscando cimentar las ba-
a los diferentes contextos culturales y ses de una identidad para la psicología
sociales que han marcado el desarrollo social como campo de conocimiento
de la ciencia psicológica, además de las que se reconoce en las particularidades

58
La Psicología Social en Colombia. Teorías, Aprendizajes y Experiencias desde el Campo

de sus búsquedas de pertinencia frente Unidos, entre los que se encontraba


a la realidad psicológica y social de los Kurt Lewin, significó la emergencia
seres humanos ubicados en un contex- de una propuesta teórica alternativa
to relacional. Así, ya en el marco de la frente al individualismo metodológico
segunda mitad del siglo XX emergie- de teóricos como Allport, Thorndi-
ron explicaciones para el comporta- ke, Tolman, Miller y Dollard (Amaris,
miento social que van más allá de los 2008). Proveniente de la escuela de la
procesos psicológicos o intraindividua- Gestalt alemana, Lewin propuso para
les que dan cuenta de la manera como el análisis del comportamiento social
los individuos organizan su experiencia una orientación más interaccionista en
del entorno social. la que se busca construir explicaciones
holísticas que tengan en cuenta la or-
Cognición social: el paradigma ganización de los elementos que com-
informático ponen la actividad social (Schellenberg,

A mediados del siglo XX la revolu- 1978). De hecho, el acento en la orga-


ción tecnológica trajo consigo un nización de las fuerzas que intervienen
nuevo paradigma que constituyó el re- en el campo de acción del sujeto tuvo
ferente epistemológico y metodológico importantes implicaciones en el pos-
para las futuras ciencias cognitivas: el terior afianzamiento de la cognición
“procesamiento de la información” y social con las teorías del equilibrio y
“la metáfora del ordenador”. A partir disonancia cognitiva formuladas por
de estas premisas la cognición social sus colaboradores Fritz Heider y Leon
empezó a preocuparse por las estruc- Festinger (Ibáñez, 2001).
turas y los procesos implícitos en la Las ciencias cognitivas avan-
toma de decisiones de los sujetos, su zaron rápidamente en la década de
valoración de la realidad y la manera los años 60 y 70 llegando a consolidar
cómo interactúan con otros (Ovejero, un conjunto amplio de planteamientos
2007). El centro de interés investigativo teóricos sostenidos principalmente en
se trasladó de la conducta observable, el estudio de las actitudes, las estructu-
predominante en la postura conduc- ras y los procesos cognitivos, las teorías
tista del momento, a la mente como de la atribución y la inferencia social.
categoría de estudio emergente que El interés por considerar el papel del
permitía explorar —a la manera de un sujeto en la percepción de su entorno
software— los procesos cognitivos pre- y la manera en que responde a este,
sentes en el manejo de la información introdujo en las teorías cognitivas un
(Ibáñez, 2001). impulso para el reconocimiento de
El estallido de la Segunda Gue- las emociones, el lenguaje y la cultura
rra Mundial constituyó un punto de in- como elementos que intervienen en los
flexión en el desarrollo de la psicología procesos de representación, formación
social norteamericana. La migración de esquemas y comunicación. A su vez,
de académicos europeos hacia Estados la preocupación por el análisis de los

59
Índice

procesos cognitivos relacionados con Interaccionismo simbólico:


las tareas de la vida cotidiana y el pragmatismo y crisis de la psi-
papel aplicado de la psicología social cología social
como impulso democrático y de re-
forma social a partir de la pos-guerra
llevaron a los estudios en cognición
E n el escenario fructífero en el que
se desarrollaban las teorías de la
cognición social empieza a surgir una
social a un plano más social y menos serie de cuestionamientos que servirían
descontextualizado (Ibáñez, 2001). de entrada a una crítica mucho más
Los avances generados por la amplia de los supuestos filosóficos invo-
actitud innovadora de Lewin y sus lucrados en la ciencia cognitiva. Cres-
seguidores en la investigación psico- po (1995) señala el inició de esta crisis
social representaron un impulso in- de la siguiente manera:


édito dentro de las teorías cognitivas A partir de los años setenta
y en especial en la concepción de lo se empezó a hablar de la
social como campo de estudio que existencia de una «crisis»
supera los procesos meramente indi- en la psicología social. El
viduales estudiados en el laboratorio origen de tal crisis es un
y lejos de los contextos en los que conjunto de publicaciones
está inmerso el sujeto (Crespo, 1995). en las que, de un modo u
Sin embargo, la construcción teórica otro, se ponen en cuestión
en el área de la cognición social ha no tanto una teoría o meto-
sido criticada desde diferentes pers- dología concretas cuanto el


pectivas por su aparente dificultad modo dominante de hacer
para superar el individualismo meto- psicología social (p. 89).
dológico y la reducción de lo social
a procesos lógicos de procesamiento La controversia que inicia en
de la información (Ibáñez, 2001). La los años 70 no se centra en la formu-
intensa producción teórica que trajo lación de interrogantes acerca de las
consigo la cognición social motivada formas particulares en que se estaba
en primera instancia por la revolu- realizando la investigación psicoló-
ción tecnológica y en segunda instan- gica, sino más bien en la manera en
cia por el impulso a la investigación cómo se concebía la psicología social
aplicada suscitada en el marco de la en general. Los principales elementos
guerra, no estuvo exenta de cuestio- que conforman los cuestionamientos
namientos que empezaron a mover se organizan, según Ibáñez (2001), en
los cimientos epistemológicos en los tres tópicos fundamentales. En pri-
que se sustentaba; el advenimiento mer lugar, el reconocimiento del rol
de una crisis llevaría a la psicología que desempeñan tanto el investigador
social a nuevos horizontes de trabajo como los sujetos en las situaciones ex-
y de construcción teórica. perimentales. En segundo lugar, la im-
portancia del significado otorgado por

60
La Psicología Social en Colombia. Teorías, Aprendizajes y Experiencias desde el Campo

los sujetos a las situaciones en las que ficados intersubjetivos, un conjunto de


están implicados y en tercer lugar, la símbolos de cuyo significado participan
validez de la experimentación realiza- los actores (Blumer, 1969). Esta postura
da hasta el momento. Este discurso crí- introducía un importante énfasis en el
tico conllevó a la psicología social del papel de la intersubjetividad como ele-
momento a un renovado acercamiento mento fundante de la mente social, apor-
al interaccionismo simbólico de Geor- tando un punto de vista diferente al in-
ge H. Mead y a la etnometodología, de dividualismo metodológico de las cien-
origen sociológico. cias cognitivas, que en su versión más
A principios del siglo XX el social reduce el interés epistemológico a
pragmatismo como corriente filosófica la aprehensión subjetiva de la realidad.
se afianzó en Estados Unidos, especial- No obstante, la tradición feno-
mente en la Universidad de Chicago. menológica en el estudio del comporta-
John Dewey en las áreas de psicología y miento social permanece presente tanto
educación, Edward Scribner Ames en en la cognición social como en el inte-
el campo de la religión, James Hayden raccionismo simbólico, haciendo plausi-
Tufts en el tema de la ética y la estética, ble un acercamiento entre las posturas y
Addison More en los estudios de lógica un mutuo enriquecimiento de sus enfo-
y epistemología y George H. Mead en ques teóricos (Ibáñez, 2001).
psicología social, representan la expre- Tal vez uno de los resultados
sión de la vanguardia del pensamiento más influyentes del periodo de crisis fue
pragmático y todos constituirán lo que el surgimiento de la etnometodología
después se denominó Escuela de Chi- como discurso crítico frente a la socio-
cago (Schellenberg, 1978). El pragma- logía instituida y particularmente frente
tismo, definido como una filosofía de la al interaccionismo simbólico. Aun te-
acción, consideraba la necesidad de es- niendo como inspiración fundamental
tudiar el comportamiento social como la fenomenología en el acento dado a la
parte de los procesos que constituyen interpretación subjetiva y la construc-
al actividad humana en su permanente ción de sentido por parte de los sujetos,
flujo de cambio. las dos perspectivas se distancian en el
Mead (1991) proponía que el modo de acercamiento al objeto de es-
origen de la conciencia y del Self eran tudio de la psicología social.
producto de la acción coordinada del La etnometodología, fundada
sujeto en el marco de las relaciones que por Harold Garfinkel (2006), supuso un
establece con otros y por tanto solo po- cuestionamiento profundo a la forma
dían ser entendidos como procesos so- en que el investigador social concebía el
ciales producto de la interacción media- estudio del comportamiento social afir-
da por los símbolos, destacando la na- mando la importancia de reconocer el
turaleza social de la personalidad y de efecto performativo de la teoría sobre los
la conciencia de sí mismo. El resultado hechos que se estudian. Esto plantea
de la interacción es un sistema de signi- la necesidad de acudir al campo de

61
Índice

los fenómenos sociales sin categorías del sujeto situado en las interacciones
ni hipótesis preconcebidas, lo que en sociales de su vida cotidiana. De esta
definitiva cuestionaba el uso de con- manera se abría un periodo de cons-
ceptos genéricos como roles y normas, trucción teórica que profundizaría aún
propios del interaccionismo simbólico, más la crítica a las formas tradicionales
que representan abstracciones alejadas de concebir lo psicosocial, periodo que
de la realidad social (Ibáñez, 2001). En vendría a empalmar con lo que algu-
esta línea de trabajo, la etnometodolo- nos han llamado un cambio de época.
gía desarrolló un importante campo en
el área de la intersubjetividad, precisa- Construccionismo social: un
mente a partir del estudio de la interac- cambio de época
ción social concreta y de la manera en
que los sujetos construyen significados E s infructuoso analizar la aparición
del construccionismo social sin to-
mar como telón de fondo la transfor-
y realidades compartidas.
Alfred Schutz propuso el con- mación del pensamiento intelectual
cepto de “intersubjetividad” centrado moderno y el surgimiento de la posmo-
en las dinámicas de la vida cotidiana y dernidad en el panorama de las cien-
en la construcción recíproca de signi- cias sociales. Ya la crisis de la psicología
ficados por medio de asumir perspec- social de los años 70 y 80 incubaba en
tivas similares acerca de la experien- su concepción un cuestionamiento a las
cia social de los sujetos en interacción premisas de la modernidad dentro del
(Hernández Romero & Galindo Sosa, modelo cientificista dominante, Crespo
(1995) lo ilustra de la siguiente manera:


2007). Con esta postura se reafirma la
condición situada de la etnometodolo- La psicología social, al igual
gía en el análisis de la emergencia de que las demás ciencias
los significados en la interacción social sociales, resulta histórica-
y se enfatiza la naturaleza generativa mente posible en virtud no
del conocimiento desde la investigación tanto de un conjunto de
sobre la interacción social concreta. evidencias empíricas como
En definitiva, la crisis de la psi- de una serie de creencias y
cología social que inicia en la década actitudes sobre la realidad
de los años 70 permitió la visibilidad humana. Estas creencias y
de corrientes teóricas postergadas actitudes han sido caracte-
como el interaccionismo simbólico y rizadas como modernidad y
de enfoques novedosos como la etno- es justamente esta concep-
metodología. La psicología social vivió ción moderna del mundo
un movimiento en sus bases epistemo- la que entra en crisis en los
lógicas y metodológicas que la impul- últimos años. La crítica a
saron a mirar, con mayor detenimien- la modernidad no es, en
to, la importancia del lenguaje como estricto sentido, una nove-
constructor de sentido y la relevancia dad. En realidad, acompaña

62
La Psicología Social en Colombia. Teorías, Aprendizajes y Experiencias desde el Campo

dialécticamente al propio las culturas han desarrollado a lo largo


pensamiento moderno. Lo de la historia, y con esto ha suscitado
novedoso, en cualquier caso, una clasificación artificial de los sabe-
es que en los últimos años res que son considerados válidos o no
la crítica a la modernidad válidos con las consiguientes implica-
toma una especial amplitud, ciones políticas que aquello tiene. La
caracterizando incluso un libertad se concibe como el estado de


movimiento intelectual, la relación social que puede ser alcan-
postmodernidad (p. 88). zado con la aplicación rigurosa de la
El pensamiento posmoderno se razón, sin embargo, su aprehensión
compone principalmente del cuestio- como forma de interpretar el mundo
namiento a tres supuestos fundamen- encierra, en sí mismo, un efecto segre-
tales de la modernidad: la confianza gativo sobre otras formas de pensa-
en la racionalidad, el progreso y la li- miento que generalmente se ubican en
bertad y su aplicación sistemática en el la periferia de los centros económicos y
campo de las ciencias sociales. En este culturales dominantes (Crespo, 1995).
sentido, se señala la no-naturalidad del El construccionismo social se
concepto de progreso y su supuesta alimenta de este momento crítico y
condición intrínseca de referente éti- extrae de allí sus principales supuestos
co para la humanidad a la vez que se filosóficos para concebir un enfoque en
critica el uso hegemónico de la razón psicología innovador y altamente sensi-
como sistema de pensamiento científi- ble a los cambios y las transformaciones
camente aceptado para el alcance de sociales contemporáneas. La aparición
la libertad individual y social. La situa- en 1973 del artículo “La psicología so-
ción actual de occidente en cuanto a su cial como historia” de Kenneth Gergen
avance cultural, económico, medioam- supuso un hito transformador en la
biental y social, ofrece suficientes indi- disciplina pues además de presentar la
cios sobre la inviabilidad del modelo naturaleza histórica de la psicología so-
“centrado en una idea de desarrollo cial como forma de pensamiento y de
basada en los conceptos anteriormente saber hacer que se relaciona con el mo-
citados como inspiradores de una no- mento histórico en que es leída y ana-
ción de confianza” y empuja a pensar lizada una realidad específica, ilustró
formas alternativas de proyección a el efecto modelador del conocimiento
futuro desde perspectivas de sostenibi- científico sobre sus objetos de estudio
lidad, localidad y autodeterminación. y sobre los fenómenos sociales de más
Asimismo, el aplastante pre- amplio alcance. De la misma manera
dominio del sistema de racionalidad el construccionismo social se planteó el
dentro de las ciencias sociales conllevó psicólogo social como un investigador
a una institucionalización de la lógica y también como un auténtico intelec-
formal sobre las distintas formas de tual de la cultura con incidencia real en
conocimiento que los grupos sociales y la generación del cambio social.

63
Índice

Políticamente las implicaciones transformación de las realidades socia-


de esta perspectiva son variadas. Como les dentro de la búsqueda de mejores
lo ha señalado el mismo Gergen, el condiciones de vida. Aun así, el cons-
construccionismo social no pretende truccionismo ha recibido críticas fun-
ser una teoría unificadora y en esta me- damentadas generalmente en su apa-
dida, limitante, sino una apuesta “me- rente incapacidad para dar respuesta
ta-teórica” que no restrinja la aparición a las condiciones estructurales de la
de diversos enfoques, conceptuales y sociedad y la cultura, limitándose a un
metodológicos, para el abordaje de lo análisis demasiado local que olvida las
psicosocial a partir de una misma mira- condiciones más globales de la reali-
da orientadora sostenida desde la me- dad social, así como un reduccionismo
táfora de la construcción y la condición lingüístico que difícilmente considera
performativa del lenguaje (Ibáñez, 2001). elementos del sujeto y lo social por fue-
Al respecto Sandoval (2010) señala el ra del lenguaje (Sandoval, 2010). Pero,
interés del construccionismo por no sin dejar de lado estos cuestionamien-
homogenizar su propio pensamiento tos, el construccionismo social brinda
teórico: opciones generativas para acercarnos


a lo psicosocial desde una mirada si-
El construccionismo más
tuada, crítica e innovadora. En suma,
bien responde a un con-
se verá qué tanto de estos aportes y
junto de perspectivas que
de los anteriores, en la definición de
no necesariamente cons-
lo psicosocial, son pertinentes para el
tituyen un todo coherente
contexto colombiano en cuanto a sus
y contrastable. Por ello,
posibilidades y dificultades.
cuando utilizamos el tér-
mino ―perspectivas- en
Psicología colectiva: más allá de
plural, lo hacemos con el
la interacción simbólica
explícito objetivo de evitar
―reificar- al construccio-
nismo como un enfoque
L os diferentes sentidos que ha asu-
mido la psicología social durante


el último siglo ilustran con claridad la
uniforme y totalmente es-
transformación paulatina de un pen-
tabilizado (p. 31).
samiento que sitúa al individuo en el
La capacidad crítica del cons- centro, a un pensamiento que recono-
truccionismo social frente a las condi- ce, cada vez de forma más contunden-
ciones actuales del pensamiento mo- te, el centro en la condición colectiva
derno es indiscutible y la posibilidad de la realidad y el sujeto. Los desa-
que ha abierto de interpelar los mis- rrollos en psicología social antes de la
mos cimientos de la psicología social “crisis” eran, en su vertiente institu-
es, por lo menos, bien recibida en el cional, profundamente experimenta-
objetivo de discutir con seriedad el rol les y metodológicamente individualis-
de lo psicosocial en la comprensión y tas (Ibáñez, 2001).

64
La Psicología Social en Colombia. Teorías, Aprendizajes y Experiencias desde el Campo

Las teorías de la cognición so- han permitido trazar una idea central
cial generaron una revolución en la de lo colectivo en la discusión sobre lo
manera en que se concebía al sujeto psicológico. Aunque el carácter social
colocando en escena, su carácter ac- de la psicología y su relación intrínse-
tivo en la construcción de la realidad ca con la noción de individuo parecie-
y los elementos procesuales incluidos ran superarse con la aparición del giro
en el manejo de la información; sin lingüístico, la psicología colectiva se
embargo, su objeto siguió siendo el construye en la relación simbólica que
individuo y su método generalmente se acoge a la comprensión del mundo
experimental. El construccionismo so- por parte de los sujetos a partir de los
cial surge como una perspectiva crítica procesos colectivos, marcando así dis-
frente a la forma en que la cognición tancia de la psicología social fundada
había abordado la naturaleza social en procesos individuales, como plantea
del sujeto y la realidad. Al sostener sus Pablo Fernández (1994):


aportes en las críticas más generales
La Psicología Social tiene su
realizadas por pensadores posmoder-
centro: el individuo, y la in-
nos, el construccionismo denuncia las
teracción es lo que acontece
falacias de la modernidad que pervi-
alrededor de él. El proyecto
ven dentro de la disciplina psicológica
de la Psicología Colectiva es
develando su condición autoritaria y
la búsqueda, caracterización
anacrónica. Primero con el interac-
y desarrollo de otro centro,
cionismo simbólico y luego con el
que también podrá llamarse
construccionismo, la interacción co-
interacción, pero en torno
municativa sustituye los mecanismos
al cual girarán, acontecerán,
de la representación en el proceso de
los individuos, los grupos,
explicar la construcción de la realidad
las instituciones y en general
y sitúa al lenguaje como referente ex-
todo aquello que desde allí


plicativo de la psicología social.
se conciba como realidad
En este sentido, el punto nodal
psico-colectiva (p. 16).
al que han llegado los desarrollos de la
psicología social consiste en la emer- La definición tradicional de la
gencia fundamental de la construcción psicología social como ciencia de la
simbólica de la realidad social y subje- interacción es cuestionada por Fernán-
tiva por medio de la interacción comu- dez (1994), la dificultad para superar
nicativa. Sin embargo, esta emergencia al individuo como entidad previa en
no deviene como aparición espontá- la explicación de la emergencia de lo
nea dentro de la discusión disciplinar, social concibe la realidad construida
sino como producto histórico que se socialmente como un producto de la
ha decantado con las aproximaciones suma de dos o más individuos “en in-
de diversos autores de la psicología y teracción”. La psicología colectiva, en
también de las ciencias sociales, que cambio, se queda con lo que hay entre

65
Índice

los individuos, lo que está en el medio ouna condición previa sin la situación
en el centro de ellos en el momento de interactiva. Su naturaleza y su com-
la interacción y eso, para Fernández, prensión se debe buscar acudiendo a
es una forma de mirar aquello que se lo colectivo como centro de entendi-
mueve entre los sujetos y que constitu- miento de lo psicológico, agrega Fer-
ye el espíritu del colectivo, su cotidia-nández (1994). Sin embargo, lo colec-
nidad, su forma de ser y de estar que tivo además del lenguaje incorpora di-
le dan a la colectividad y al sujeto una ferentes contenidos como los afectos,
identidad particular. las imágenes, los lugares, las fechas, la
En la construcción del conoci- memoria, la comunicación, etc.
miento por parte de los psicólogos so- La psicología colectiva es de
ciales desde su labor profesional acerca esta forma el sentido que piensa la so-
del sujeto en interacción se ha avanza- ciedad en grande, la sociedad macro,
do en una caracterización que incluye una psicología colectiva que es, diga-
lo colectivo como eje constitutivo de mos, masiva (op.cit., p. 5) y diríamos
este espacio de comprensión: siguiendo a Fernández, una psicología


de lo social que convoca a la sociolo-
Si la pregunta fuese el su-
gía, la antropología, la ética, la filo-
jeto que debe agenciar [la
sofía, la crítica de arte, la historia, la
psicología social] diría que
arquitectura.
es un sujeto más global,
Lo colectivo reconoce entonces
multitexto y localizado, ge-
la necesidad de acudir, para su com-
nerativo y transformativo,
prensión, al saber construido por las
construido desde la posibi-
ciencias sociales; no se instaura en un
lidad y no desde el déficit;
nicho disciplinar excluyente, se abre al
la confrontación, la com-
aporte de las demás disciplinas porque
petencia o la retaliación,
parte de un entendimiento complejo de
en especial en el contexto
la realidad social. Y este entendimiento
colombiano. Todo esto si
complejo deja la puerta abierta a todos
entendemos que la catego-
aquellos aspectos de la experiencia hu-
ría de sujeto es colectiva y
mana que escapan a las palabras en su
es el producto de todas las
sentido formal y por tanto racional. La
relaciones trazadas en los
psicología de lo colectivo entiende que
diferentes escenarios sim-
aquello que es colectivo es compartido
bólicos de los que se parti-
y vivido por un grupo, está hecho no
cipe (NM-EN) en Ocampo


solo de construcciones lingüísticas sino
et al., Matriz de sistematiza-
también de imágenes, afectos, relacio-
ción, 2017, p. 3.
nes e historia (Fernández, 2006); de ele-
El sujeto, se concibe como una mentos que “trascienden el verbo escri-
emergencia de relaciones y puesto que es to-hablado y se relacionan más con la
producto de ellas no puede constituir geografía del cuerpo, la voz y los silencios,

66
La Psicología Social en Colombia. Teorías, Aprendizajes y Experiencias desde el Campo

una comunicación que es mucho más La disciplina se ve interpelada por el


rica para el psicólogo comunitario so- momento histórico de cambios, obli-
cial (NV-GF) en Ocampo et al., Matriz de gándola a romper la fragmentación
sistematización, 2017, p. 57”. conceptual que genera una división
Los hechos problemáticos de los de la realidad social en objetos de es-
grupos sociales, que son generalmente tudio mensurables. De esta forma, la
a los que se enfrentan los psicólogos reflexión y la acción profesional emer-
sociales en su actividad profesional, se gen dentro de campos problémicos desde
presentan con la magnitud difusa de los cuales se enfrenta la realidad en una
una realidad retadora que incluye to- perspectiva contextual y situada que
dos los elementos de un contexto que asume los fenómenos socioculturales
se mueve y que a la vez tiene memoria, como un todo singular. La posibilidad
un sentir social que asume una forma de observar la realidad colombiana
especial, única y compartida. Esta for- desde un solo punto de vista empieza a
ma especial de ser específicamente de cara ser cuestionada y la necesidad de abrir
a los colombianos y su historia, de sus las fronteras de lo psicosocial al campo
territorios y sus relaciones, de su mú- de lo transdisciplinar emerge con toda
sica y su arte, de sus tradiciones, de su fuerza en la actualidad:


violencia y sus dolores la han referen- Cada vez intento ser más
ciado los psicólogos sociales en su la- transdisciplinar, (…) [es de-
bor y la han incorporado en un saber cir] una contrapsicología.
hacer psicosocial. Una epistemología y Me he acercado más a [re]
metodología sobre el conflicto y la vio- pensarla; hoy en día [diría
lencia, ha emergido como componente que hay] poca necesidad de
de su saber que trata justamente sobre los límites de las disciplinas,
lo “social y colectivo”, como fenómeno [es preciso] hablar más del
a través de la psicología y de otras cien- campo de lo social, pensar
cias y disciplinas como aspecto central el sujeto en lo social, funda-
en la comprensión del ser y la acción mentalmente en lo relacio-
del sujeto. nal, por supuesto que sigo
coqueteando con el cons-
Lo psicosocial en Colombia: con- truccionismo social, acer-
flicto y violencia cándome bastante al pen-

L a historia social de Colombia exige


una mirada audaz de los psicólo-
gos sociales sobre lo que entendemos
samiento de Wittgenstein,
su epistemología-sujeto-his-
torizada, cerca también de
por psicosocial y una actitud crítica la perspectivas narrativas
respecto a las múltiples variables que para también comprender
han hecho pervivir el estado de violen- la realidad (MAN-GF) en


cia y guerra prolongado en la historia Ocampo et al., Matriz de
del país durante los últimos 100 años. sistematización, 2017, p. 42.

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Índice

El mundo contemporáneo en- que estamos en un cambio de era y no


tre múltiples incertidumbres de su épo- en una era de cambios (De Souza San-
ca nos muestra un estado de cosas que tos, 2011), son evidentes los retos a los
pasa por la esperanza tanto como el que se enfrentan los psicólogos puesto
miedo y el resentimiento con una es- que se encaminan a un mundo desa-
cala que abarca poblaciones de diver- fiante que reconoce en la particulari-
sas generaciones; un panorama que dad, lo local y el contexto las condicio-
para unos se muestra como un campo nes que caracterizan la complejidad de
de posibilidades ilimitadas y alcanza- la realidad social y la necesidad de no
bles con el mero ejercicio de la volun- homogenizarla desde dispositivos teóri-
tad, y para otros es escenario que de cos y metodológicos rígidos:


precariedad en donde el temor cons- La psicología social comu-
tante a perder las condiciones básicas
nitaria y lo transdisciplinar
de existencia deriva en inseguridad
recorren, desde la incerti-
permanente y en sentimiento de des-
dumbre, el marco génesis que
asosiego vinculado con la idea de no
desplaza el hecho actual
poder controlar “la realidad que pasa
para convertirlo en visible;
por encima” (De Souza Santos, 2017,
esto equivale a insertar en el
p. 40). Las comunidades se debaten en
hecho real un observación
un marco de contingencias que surgen
que defina, interprete, com-
de estos dos ejes promotores de incer-
prenda y explique el movi-
tidumbre. La psicología social debe —
miento de la cultura en sus
si pretende dar una respuesta— una
diferentes interlocuciones.
interpretación o, en términos de Fer-
Podemos afirmar: a muchas
nández (1994), aportar un punto de
realidades gran diversidad
vista; requiere hacerse visible a través
de interpretaciones, por esto
de proponer caminos de comprensión
es importante acercarse a
de la realidad y de acción consecuente
los sistemas de creencias de
con la especificidad y singularidad del
una sociedad posibilitando
contexto que será colombiano, en este
que la incertidumbre y el
caso.
caos permeen los factores
Las tradiciones teóricas de la
de interpretación, para
psicología clásica y los recursos prácti-
conducirnos a abstracciones
cos que ofrecía para la labor profesio-
que se conviertan en atrac-
nal parecen precarios en la intención
de dar respuesta a las problemáticas tores [formas de interpreta-
sociales del país. Es en este punto en ción convocantes] (RS-AB)


donde se observa con mayor claridad la Ocampo et al., Matriz de
necesidad de recorrer otros caminos en sistematización, 2017, p. 28.
la búsqueda de herramientas para com- Incluso, en algunos casos, los
prender la realidad social. Al reconocer psicólogos sociales han experimentado

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La Psicología Social en Colombia. Teorías, Aprendizajes y Experiencias desde el Campo

como imperativo proponer la decons- lógico crítico, elementos de


trucción de la psicología social para la economía ecológica y el
empezar a construir una transpsicolo- desarrollo paulatino de lo
gía, o una psicología social donde lo que llamaré luego psico-
transdisciplinar, más allá de lo discipli- logía en el contexto rural.
nar, represente el eje central de la ela- La sensibilidad potencia la
boración teórica. De este modo, la psi- racionalidad. Quizá la psi-
cología social involucra diversas pers- cología social del arraigo es
pectivas de las ciencias sociales como la un tema por construir aun-
filosofía, la historia, la antropología, la que haya elementos tanto
ciencia política o la sociología, y tiende en la antropología como
puentes conceptuales y metodológicos en la sociología (HG-AB)
para construir una mirada particular, Ocampo et al., Matriz de
ampliada y abarcadora de la relación sistematización, 2017, p. 5.
del sujeto con lo social y de lo social
En mis actividades docen-
con el sujeto.
tes en asignaturas como
Desde su ángulo, la psicología
Historia de la psicología,
colectiva deviene una puerta de entra-
Metodología de la inves-
da a formas inéditas de entender lo psi-
tigación social, Psicología
cosocial más allá de las situaciones de
educativa, Individuo-socie-
interacción intersubjetiva, superando
dad, etc., o en los trabajos
un posible “reduccionismo lingüístico”
de investigación propios o
presente en las perspectivas del interac-
de mis estudiantes he bus-
cionismo simbólico y el construccionis-
cado plantear desde enton-
mo social. Se trata de incluir más no de
ces (…) la necesaria natu-
desconocer los avances desarrollados
raleza social de lo humano,
por autores y enfoques de la psicología
la imprescindible compren-
social que han intentado profundizar
sión de la dimensión indi-
la comprensión de lo social y colectivo
vidual y grupal de los seres
asumiendo una postura generativa que
humanos como sujetos con-
pueda contar con los recursos suficien-
figuradores de sí mismos en
tes para abordar la realidad social co-
el marco de sus interaccio-
lombiana desde el reconocimiento de
nes y condiciones sociales,
una sensibilidad especial por los afec-
y la inevitable construcción
tos, los territorios, las memorias y las
intersubjetiva de la realidad
relaciones involucradas en los sujetos y
humana como hecho de
sus grupos de interacción:


sentido. Enfoque, que hasta
En parte esta relación Hen- hoy me propicia la enorme
ry–Naturaleza ha facilitado satisfacción de encontrar
la mirada y el acercamiento resonancia en mis estudian-
hacia el componente eco- tes, quienes así hallan en

69
Índice

la psicología una ciencia permite un acercamiento


viva, que les habla de su al hombre concreto ya que
propia vida y del mundo especifica las características
que los rodea, que los con- individuales y grupales de
fronta y remueve en sus interacción en contextos
propias zonas de confort, particulares, permitiendo
que les propicia nuevos abordar la influencia que
horizontes de sentido a tienen los contextos en la
sus proyectos personales y interacción y por lo tanto
profesionales, que sin des- las alternativas de cambio
conocer la racionalidad social. (…) Por ello es im-
académica les abre a la prescindible afrontar la di-
sensibilidad, comprensión versidad humana y la com-
y compromiso con el ser plejidad dinámica de los


humano, que les permite procesos psicosociales (Díaz
entender de manera dife- & Díaz, 2015, p. 63).
rente las problemáticas de
No se trata de promover un
discriminación de género,
eclecticismo teórico y metodológico
de exclusión de las mino-
dentro de la psicología al acentuar el
rías étnicas, de violencia
carácter polisémico de lo que entende-
intrafamiliar, etc., con
mos por psicosocial, sino reconocer la
las que indefectiblemente
condición actual multiparadigmática
conviven (AS-AB) Ocam-


de la disciplina como punto de partida
po et al., Matriz de siste-
matización, 2017, p. 6.
para desde allí empezar a construir un
conocimiento, que en el caso colom-
Álvaro Díaz y Juan Sebastián biano, tendría como origen el acervo
Díaz (2015) proponen a partir de un metodológico y teórico proveniente del
ejercicio profesional situado en el país, saber hacer psicosocial que se ha venido
centrar el debate de lo psicosocial en gestando en la labor profesional de los
el campo del proceso permanente de psicólogos sociales.
redefinición del mundo en común de Las dimensiones de lo que en-
los sujetos, por medio de la relación tendemos por psicosocial en Colombia
dialéctica que permite la emergencia comprenden el valor de lo emocional,
del significado y a la vez comprende el territorio, lo ancestral, lo comunita-
una posibilidad de actuación o una rio y lo político, atravesado por las di-
intencionalidad que dirige la acción námicas de violencia que demuestran
y se consume en el intercambio con facetas inéditas de un sujeto individual y
otros: social confrontado, vulnerado y agredi-


Los psicosocial es, entonces, do y también resiliente, que se enuncia
horizonte de actuación. (…) desde su potencia de vida. Los recursos
provenientes de la transdisciplinariedad y la

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La Psicología Social en Colombia. Teorías, Aprendizajes y Experiencias desde el Campo

elaboración sistemática del saber hacer (AD-EN) Ocampo et al.,


psicosocial permiten la construcción de Matriz de sistematización,
un conocimiento propio en diálogo y 2017, p. 11.
también en debate desde una posición
El peso abrumador del conflicto
situada. Los aportes que fueron domi-
armado y las afectaciones emocionales
nantes en la perspectiva conceptual de
que se han producido en los sujetos y en
la psicología social, sus posibilidades y
la sociedad colombiana se encuentran
limitaciones a través de teorías y desa-
ya presentes en el saber hacer psicoso-
rrollos como la cognición social, tam-
cial como un tema central de análisis y
bién las que plantea el interaccionismo
simbólico, el construccionismo social como un marco de significación que ha
o la psicología colectiva, sin obviar las permitido plantearse preguntas nuevas
dificultades que ha presentado el cam- un desarrollo como epistemología desde
po para sistematizar y documentar su la práctica, al tiempo que ha enfatiza-
conocimiento construido en la práctica do la intervención como herramienta
profesional, crean condiciones para bus- urgente en la “reparación psicosocial”.
car elementos epistemológicos más allá Tal vez la insuficiente sistematización
de los marcos conceptuales creados y de del conocimiento construido se rela-
la lectura interpretariva acerca de las cione con la ausencia de un interés por
prácticas desarrolladas: hacer evidente las reflexiones acerca


de la dinámica colectiva de violencia y
Las dificultades se derivan
confrontación y con el imperativo de
del mismo desarrollo de la
comprender de manera sensible los fac-
psicología que en cuanto
tores macropolíticos y estructurales tan-
joven, requiere asumir pro-
to como micropolíticos de los cuales se
cesos de maduración, cono-
deriva la situación de conflicto violento:
cimiento, reconocimiento;


la situación sociopolítica Pensando en la responsabili-
que ha conllevado a que el dad académica y profesional
psicólogo comunitario y el de la psicología social en
social, se preocupen más las condiciones y urgencias
por la intervención para actuales de nuestro país,
ayudar en la solución de los considero que el asunto cen-
efectos del conflicto arma- tral de nuestra disciplina no
do, que de la investigación; ha de ser la atención a las
por lo tanto, no se ha desa- personas psicológicamente
rrollado una cultura de la afectadas por la violencia
escritura que permita evi- o por las múltiples formas
denciar lo que se ha hecho del conflicto —lo que ob-
y ver, a manera de espejo, viamente no debe excluir-
la comunidad académica se— sino la atención a las
qué se está constituyendo condiciones sociales, obje-

71
Índice

tivas y subjetivas que posibilitan la conservación y reproducción de las


formas y estructuras de interacción social, en cuyo grueso espectro de
determinaciones e indeterminaciones se da la configuración psicosocial
de hombres y mujeres, la construcción intersubjetiva de sus particulari-
dades intelectuales y emocionales, y la definición de sus formas de per-


tenencia y realización como sujetos situados histórica y culturalmente
(AS-AB) Ocampo et al., Matriz de sistematización, 2017, p. 41.

Como actores participantes en la realidad psicosocial colombiana los


psicólogos sociales se enfrentan en la cotidianidad de su práctica profesional
a una complejidad social, heterogénea, inacabada y retadora. Colombia re-
presenta, para cualquier profesional de las ciencias sociales, un escenario de
múltiples potencialidades, pero también de un gran número de precarieda-
des. El país ha atravesado por más de medio siglo un conflicto armado que
tiene sus orígenes en la emergencia y consolidación de la violencia política
de inicios y mediados del siglo XX (Fals Borda, Guzmán, & Umaña, 2010).
Este panorama que ha tenido largo aliento evidencia la crudeza de la crisis
humanitaria que hemos vivido, la cual está representada en millones de víc-
timas, poblaciones desplazadas y una gran cantidad de afectaciones físicas y
psicosociales que han marcado nuestro destino como nación, como cultura y
como tejido social.

72
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Fuente: Fotografía Tiguaia Comunidad de ciencias ancestrales. Mural de la plaza de


mercado de Totoro, Nariño. Colombia, 2018.
1.2 Lo psicosocial como una mirada
interpretativa

T
ransitar en este país abrumado por las afectaciones gene-
radas en el conflicto armado y la prolongada acción de la
violencia sobre sus poblaciones, representa una tarea difí-
cil de abordar desde una orilla disciplinar. “Lo social y lo colecti-
vo” en su plasticidad y multiplicidad no puede ser reducido a un
solo enfoque teórico o metodológico, ni tampoco a una serie limi-
tada de categorías conceptuales o de técnicas de intervención con
la población, puesto que en la acción profesional, los psicólogos
sociales han demostrado la necesidad real de utilizar paradigmas
complejos y amplios y no puntos de vista unívocos. Ejercer la prác-
tica en este espacio pone en evidencia una interpelación sistemáti-
ca; es allí donde aparece una diversidad de carencias para el desa-
rrollo del trabajo profesional, los actores sociales y las comunida-
des. Las realidades en que se desenvuelven exigen estar preparado
con recursos teóricos y metodológicos multiparadigmáticos, a la
vez flexibles y comprensivos. Esta exigencia supera la formación
disciplinar clásica y tradicional en psicología:


Me estrellé enormemente porque la formación en psicología fue
—y yo pienso que sigue siendo— una formación muy circunscrita
a los textos y los autores y con poco contraste con la realidad de
un país como Colombia, el que yo visualizaba cuando terminé mis
estudios de pregrado (MO-AB) en Ocampo et al., Matriz de siste-
matización, 2017, p. 5.

La formación en psicología está precarizada porque tenemos psicó-


logos que forman en psicología pero alejados de la realidad del país
(EB-GF) en Ocampo et al., Matriz de sistematización, 2017, p. 32.

La permanente condición retadora de los ambientes en los que se des-


envuelven los psicólogos sociales exige la creación de espacios conceptuales
y de acción, generativos (Gergen, 1996) y heurísticos, pues es la manera de
situarse en uno o varios puntos del conocimiento psicológico para interpretar
los diversos lenguajes de una realidad social cambiante y polifónica. El con-
texto colombiano ha permitido, en este sentido, el desarrollo de formas parti-
culares de conocer y actuar sobre la realidad y con las comunidades, presiona
Índice

el surgimiento de una especial mirada sus entornos socioculturales. Así pues,


psicosocial respecto a las problemáticas la mirada psicosocial es profundamen-
que nos afectan; una perspectiva epis- te humanista pues reconoce en el suje-
temológica propia, una forma de saber to un ser complejo, diverso, sentipen-
hacer de la cual participe la psicología sante y también contradictorio, y ante
social: todo político y ético (Fals Borda, 2009;


Gergen, 1996; González, 2002).
La formación en inter-
disciplinariedad y para la El sujeto en una mirada psico-
investigación social ha sido social
una manera que hemos en-
contrado. Sin embargo, los
resultados no son siempre
L os psicólogos sociales participantes
en esta investigación, en sintonía
con su momento histórico y su realidad
acordes con las apuestas de- social, reflexionaron sobre la categoría
claradas. Es decir, no parece de sujeto para cuestionarla, alimentarla
existir una fórmula siempre y en últimas transformarla en la apues-
exitosa. La contingencia de ta por un saber y una práctica propia,
los procesos junto a la sin- arraigada en nuestros problemas, ne-
gularidad de la experiencia cesidades y preocupaciones, desde un
de los estudiantes hacen compromiso político y social. No solo
que el esfuerzo siempre sea teorizar desde el escritorio o el labo-
el de convocar una mirada ratorio sino acudir al territorio con el
propia, crítica, reflexiva, y fin de acercarse a los problemas reales
sobretodo ético-política, que de las comunidades y en este encuen-
le permita a cada estudiante tro, como actores involucrados, inten-
asumir el desafío de hacer tar construir comprensiones más que
lo mejor que puede desde descripciones de las problemáticas a las
aquello a lo que decide de- que se enfrentan. La mirada psicoso-
dicarse (MA-GF) en Ocam- cial es una mirada situada en el contex-


po et al., Matriz de sistema- to y junto a las comunidades, un cono-
tización, 2017, p. 35. cimiento que se construye en la praxis
a partir de la reflexión constante sobre
Los psicólogos consultados
la práctica y el análisis del contexto, su
ponen el acento en la inviabilidad de
elaboración reclama constituir un saber,
diseñar recetas o formulas universa-
hacer, y conocer.


les, no se trata de buscar patrones de
intervención esquemáticos que en últi- La psicosocial como un
mas desconocen la condición singular modo de hacer es más un
de los contextos y los sujetos. Se trata, enfoque que una técnica, es
en cambio, de una apuesta por la com- un modo de acompañar al
prensión y no por la descripción estéril otro. Me alimento mucho
de individuos y grupos al margen de de las propuestas de Maritza

78
La Psicología Social en Colombia. Teorías, Aprendizajes y Experiencias desde el Campo

Montero, los procesos psi- los psicólogos sociales cuestionaron


cosociales no nos los inven- las raíces epistemológicas y ontológi-
tamos, existen, están ahí en cas del concepto clásico de sujeto de
la comunidad y entonces, el origen eurocéntrico cartesiano, con-
primer reto ha sido la psico- cebido esencialmente como un indi-
logía clínica social porque es viduo racional, mecanicista, desligado
necesario ver la afectación de lo corpóreo y sensorial, recluido en
del individuo en contexto; la intelectualidad como forma de ser y
usted no puede desconocer dividido entre lo afectivo y lo mental.
la historia de la gente, no se Esta concepción que deriva del clá-
puede desconocer el con- sico cogito ergo sum del filósofo francés
texto cultural, no se puede Descartes es la que determina la defi-
desconocer que esta per- nición tradicional del “sujeto moder-
sona que entró a un grupo no” (Dussel, 2001), éste se constituye
armado fue absolutamente a partir del descubrimiento de la alteri-
violentado, no tenía ninguna dad o el otro latino, africano o asiático,
oportunidad social y terminó diferente e inferior, pues aquellos son
siendo esta una elección de esos “otros que no piensan luego no
vida ni mejor ni peor, porque son” en términos de este pensamiento,
otro fue víctima (LM-GF) su religión y conocimiento (Maldona-


en Ocampo et al., Matriz de do-Torres, 2007). La mirada psicosocial
sistematización, 2017, p. 43. plantea la necesidad de deconstruir el
concepto clásico y moderno de suje-
Zemelman (2010) señala el ca- to con el objetivo de adentrarse en la
rácter relacional del sujeto y la inter- formulación de un sujeto otro comple-
dependencia con el entorno: jo, situado y diverso, sobre supuestos


Los sujetos son siempre su- epistemológicos y ontológicos propios
jetos situados en relaciones y consecuentes con nuestras condicio-
múltiples y heterogéneas, nes, posibilidades y necesidades.


las cuales conforman el Yo creo que el sujeto (tra-
espacio que los determina dicional) que contenía la
en la naturaleza de su mo- psicología fue el sujeto car-
vimiento, que se traduce, tesiano, y en toda la moder-
en el surgimiento de la ne- nidad pasando de Descartes
cesidad de ocupar un espa- a Kant, Hegel, el sujeto es
cio en el que tiene lugar el yo pienso. Creo que los tres
reconocimiento a pertenen- paradigmas que Habermas


cias colectivas (Zemelman, nos plantea están atrave-
2010, p. 3). sados por el sujeto cog-
Al seguir una apuesta decons- noscente, aunque varía la
tructiva y profundamente decolonial, racionalidad en el primero

79
Índice

que es más analítica, el otro que están inmersos. Partir de una con-
es más dialéctico y el otro es cepción del ser humano autónomo,
más comunicativo crítico. relacional, local, emocional y también
Pero siento que el sujeto racional representa una característica
para mí realmente no es el fundamental de la mirada psicosocial
sujeto racional. Por eso tal y su perspectiva epistemológica; no se
vez intento escribir a partir asume un sujeto limitado, estático y
de los 90 para acá un fun- aislado sino un sujeto potencial, social
damento que me permita y en permanente movimiento:


hablar de un sujeto también
En mis actividades docen-
como Orlando [Fals Borda]
tes en asignaturas como
lo intentó, pero mucho más
Historia de la psicología,
que sentipensante. Un su-
Metodología de la inves-
jeto lúdico, un sujeto ético,
tigación social, Psicología
un sujeto estético y el último
educativa, Individuo-socie-
que descubrí en mi doctora-
dad, etc., o en los trabajos
do fue el sujeto imaginario
de investigación propios o
y descubrí por qué la ima-
de mis estudiantes, he bus-
ginación fue relegada de la
cado plantear desde enton-
academia y así patologizada
ces, de una forma u otra, la
como la loca (NV-GF) en


necesaria naturaleza social
Ocampo et al., Matriz de
de lo humano, la impres-
sistematización, 2017, p. 9.
cindible comprensión de
Romper con la opción unívo- la dimensión individual y
ca y estática del sujeto de la moderni- grupal de los seres huma-
dad es optar por una visión humanista nos como sujetos configu-
del sujeto que pone de manifiesto el radores de sí mismos en el
carácter político y ético de la mirada marco de sus interacciones
psicosocial en la cual se reconoce al y condiciones sociales, y
ser humano como actor múltiple en la inevitable construcción
contextos diversos. Siguiendo a Casto- intersubjetiva de la realidad
riadis (2000), la naturaleza política del humana como hecho de
ser humano reside precisamente en su sentido. Enfoque, que hasta
capacidad de cuestionar e interpelar hoy me propicia la enorme
las relaciones, instituciones y formas satisfacción de encontrar
de ser establecidas, para así mismo resonancia en mis estudian-
transformarlas o crear otras. Esta con- tes, quienes así hallan en la
dición implica un factor de responsa- psicología una ciencia viva,
bilidad en los sujetos pues se hacen que les habla de su propia
dueños de su propio destino, conscien- vida y del mundo que los
tes de su entorno y del rol social en el rodea, que los confronta

80
La Psicología Social en Colombia. Teorías, Aprendizajes y Experiencias desde el Campo

y remueve en sus propias y significante del ser humano, que da


“zonas de confort”, que les sentido a su trasegar por el mundo, y se
propicia nuevos horizontes anuda con la memoria, el territorio y la
de sentido a sus proyectos naturaleza como factores determinan-
personales y profesionales, tes de una comprensión compleja del
que sin desconocer la racio- sujeto (Ocampo & Zuluaga, 2017). La
nalidad académica les abre epistemología desarrollada por los psi-
a la sensibilidad, compren- cólogos sobre el saber hacer psicosocial
sión y compromiso con el exige una concepción determinada del
ser humano, que les permi- sujeto situado y de cómo la subjetivi-
te entender de manera dife- dad se representa en los territorios y se
rente las problemáticas de liga al contexto.


discriminación de género,
Propuse una reflexión en
de exclusión de las mino-
torno al sujeto social y su
rías étnicas, de violencia in-
espacio abordando la expe-
trafamiliar, etc., con las que
riencia de creación de un
indefectiblemente conviven
espacio para sí mismo en
(AS-AB) en Ocampo et al.,


el contexto social, natural,
Matriz de sistematización,
histórico, geográfico, en el
2017, p. 6
cual ha vivido y estableci-
Al retomar con Gergen (1996) do un modo de vida. Esta
una mirada relacional, el psicólogo social relación que en principio
en su entorno aparece en juego per- he denominado “psico-
manentemente a partir de su forma- geografía: subjetividad y
ción disciplinar y frente a la exigencia significado del espacio de
de adoptar una actitud reflexiva para vida”, la he considerado
comprender el sujeto humano construi- como un poner en juego
do social e históricamente. Asumir al la vivencia del espacio de
sujeto a través de sus relaciones diversas, te- existencia y los proyectos
jiendo su contexto y atribuyendo acen- de acción que esta vivencia
tos particulares que no necesariamente promueve a través de la
esencializan una identidad o actividad, relación con la memoria de
sino más bien un sujeto en constante sí mismo como protagonis-
interacción con otros que construye su ta de experiencias que han
realidad en un dinámica social media- aportado un significado
da por el lenguaje (Gergen, 1996). capital a la propia vida.
La exigencia que imprime la El espacio de vida es un
realidad a la labor de los psicólogos so- lugar de afecto y apropia-
ciales ha permitido la teorización sobre ción, que se comunica y
la relación sujeto-contexto, reconocien- se nombra con frecuencia
do en ella una dimensión significativa a través de metáforas y

81
Índice

nombrarlo se constituye es opaca, y sólo actuando


en un patrimonio cultural sobre ella, sólo transfor-
y natural para el sujeto; el mándola, le es posible al ser
espacio simbolizado provee humano adquirir noticias de
indicaciones respecto a la ella. Lo que veamos y cómo
relación de territorialidad lo vemos está ciertamente
y territorialización de una condicionado por nuestra
persona en el marco de su perspectiva, por el lugar
grupo de referencia (MO- desde el que nos asoma-
AB) en Ocampo et al., mos a la historia; pero está


Matriz de sistematización, condicionado también por
2017, p. 67. la propia realidad. De ahí
que para adquirir un nuevo
Por otro lado, Ignacio Mar-
tín-Baró (1986) con la teología de la conocimiento psicológico
liberación representa un enfoque teó- no baste con ubicarnos en
rico que, desde las particularidades de la perspectiva del pueblo,
los contextos latinoamericanos, aporta es necesario involucrarnos
a la comprensión del sujeto situado en en una nueva praxis, una
su entorno, un sujeto con historia que actividad transformadora de
se construye en y con los otros y que, la realidad que nos permita
sobre todo, puede y debe hacer con- conocerla no sólo en lo que
ciencia del entorno social y cultural en es, sino en lo que no es, y
el que vive. Los planteamientos de la en ello en la medida inten-
teología de la liberación enriquecen la tamos orientarla hacia lo


mirada psicosocial puesto que parte de que debe ser (Martín-Baró,
una reflexión constante sobre las afec- 2006, p. 12).
taciones psicológicas del conflicto y la Para autores como González
violencia, la pobreza y la exclusión de (2002) los espacios habitados por su-
los seres humanos, aportando así una jetos en convivencia con otros y de
visión propia y humanizante de la rea- acuerdo a los esquemas culturales, son
lidad social, y en especial de la realidad lugares significados a través de los sen-
latinoamericana cuestinando la acep- tidos que se le otorgan, convirtiéndose
tación y naturalización del margina- en una particular subjetividad social
miento de grupos sociales. que aporta en la construcción de la


UNA NUEVA PRAXIS: identidad del sujeto y su forma de ser
Todo conocimiento huma- y estar en el mundo. La relación entre
no está condicionado por el contexto y el sujeto cobra sentido en
los límites impuestos por la cuanto es significada. En definitiva, el
propia realidad. Bajo mu- sujeto del saber hacer psicosocial per-
chos respectos la realidad manece situado y siempre móvil, con
una historia, un interés y una voluntad

82
político-ética, con una identidad que se construye de forma diversa y que
vivencia lo emocional y corporal como parte central de su subjetividad;
un sujeto en relación social con otros dentro del marco de significados que
determina la cultura.

Referencias
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2. Psicología social en diálogo
con las condiciones creadas por el
conflicto violento en Colombia.
Una mirada psicosocioantropológica
y política de la situación de
confrontación
Rosa Suárez Prieto, Myriam Ocampo Prado, & Julián Neira Carreño

E
l peso del conflicto armado en Colombia ha tocado todas las
esferas de la vida social del país. En el escenario político la
lucha contra insurgente, los procesos de paz y la defensa de
los derechos humanos han estado a la orden del día condicionando
los procesos de participación y determinando las agendas políticas
a nivel regional y nacional. En el campo cultural el conflicto armado
ha transformado la forma como nos representamos en cuanto a las
posiciones políticas que asumimos y el narcotráfico asociado a la
actividad bélica como fuente de financiación, ha generado patrones
culturales relacionados con la legitimación del todo vale y la perma-
nencia y profundización del conflicto (Pizarro, 2015).
A nivel social, la guerra ha modificado las estructuras comunitarias
de las poblaciones afectadas y las formas de relación con las instituciones y
el Estado. En el aspecto psicológico, la confrontación armada ha generado
múltiples afectaciones relacionadas con aspectos emocionales, físicos y mo-
rales que por su magnitud y complejidad probablemente no se hayan podido
estimar aún con total claridad. El escenario del conflicto armado interno es
multidimensional y se ha sentido a diferentes niveles de la organización social
por un largo periodo, lo que ha hecho que sus efectos sobre las poblaciones
afectadas directamente por la ingerencia de los actores armados en sus vidas,
sean aún más profundos y de más difícil discernimiento.
El presente capítulo realiza un acercamiento al conocimiento teórico
y práctico del hacer psicosocial en su relación con el conflicto armado co-
lombiano a partir de una comprensión compleja y multidimensional; tanto
del ejercicio de la violencia política por parte de todos los actores como de
su impacto en las condiciones de los sujetos y de las comunidades. En primer
lugar, se abordan sucintamente algunas de las razones históricas que hicie-
ron surgir y han hecho pervivir la dinámica de confrontación armada, luego
se desarrolla una reflexión sobre el saber hacer psicosocial construido en la
labor profesional con poblaciones afectadas por el conflicto y, por último, se
presenta una elaboración teórica desde la psicología social sobre el desplaza-
Índice

miento forzado como caso paradigmáti- El conflicto armado nace en-


co de los hechos victimizantes ocurridos tonces de la lucha desarrollada por el
en el marco de la guerra. dominio de la tierra y el Estado con la
participación de un tercer actor: Esta-
Algunas razones históricas
dos Unidos, como referente político,

L a historia de Colombia ha estado


marcada irremediablemente por
la violencia de origen político y la afec-
económico y militar. La acumulación
desproporcionada de la tierra es a pre-
sente el punto central de los acuerdos
tación a nivel físico, social y emocional
firmados con las FARC-EP en 2016,
de los colombianos, como situación que
en este mismo contexto la vocación
viene ocurriendo desde la década de
de poder de la guerrilla ha transitado
1930 (Fals Borda, Guzmán, & Umaña,
hacia el objetivo de configurarse como
2010). Estas consecuencias persisten
partido político. El tutelaje de Estados
aún hoy como un escenario deplora-
Unidos jugó un papel fundamental en
ble que se intenta cerrar con grandes
el éxito de las conversaciones desarro-
obstáculos y dificultades. Los orígenes
lladas en La Habana, estas conversa-
del conflicto armado interno son pues
ciones convertidas en acuerdos dieron
más remotos que los hitos fundaciona-
forma al escenario del postacuerdo.
les de las guerrillas en Colombia (gene-
El narcotráfico y la minería ile-
ralmente situados en los años 60) y se
gal centrada en zonas de ecosistemas
remontan a la época conocida como
básicos para la supervivencia de la po-
la violencia, con características estruc-
blación agravan la cuestión de la tierra
turales más o menos estables a través
con la inserción de diferentes actores
del tiempo que son descritas de forma
que se han expandido masivamente
sencilla pero contundente por Alfredo
desde la década de los 80. La limitada
Molano (2015):


apertura democrática del país para es-
El conflicto armado comien- cuchar voces de oposición así como la
za con la Violencia. Y la precariedad en el ejercicio de mecanis-
Violencia está asociada a dos mos de participación social que garan-
factores originarios que se ticen la inclusión y respeto por posicio-
influyen mutuamente: el con- nes políticas diversas, desembocaron
trol sobre la tierra y sobre el en un panorama de dificultad para el
Estado, sobre todo a partir de ejercicio político en condiciones de li-
la subida del precio del café, y bertad (Moncayo, 2015).
los presupuestos de gastos de En este marco de estudio del
los gobiernos que aumentan conflicto armado y motivados, entre
considerablemente. El telón otros hechos, por el proceso de paz, di-
de fondo es el enriquecimien- versas instituciones gubernamentales,
to desbordado de EEUU centros universitarios, investigadores y
después de la Primera Gue-


organizaciones sociales han avanzado
rra Mundial (p.1). en la comprensión de las marcas pro-

86
La Psicología Social en Colombia. Teorías, Aprendizajes y Experiencias desde el Campo

ducidas por la confrontación violenta redes sociales y comunita-


y su impacto extendido en el tiempo. rias afectan las capacidades
El informe ¡Basta Ya! publicado en el y posibilidades individuales


año 2013 por el Centro Nacional de (Grupo de Memoria Histó-
Memoria Histórica describe con cru- rica, 2013, p. 260).
deza el alcance de las huellas emocio- La envergadura de nuestra his-
nales, morales y socioculturales que el toria violenta es sin duda abrumadora
conflicto ha dejado en las poblaciones. y exige la participación activa de la aca-
Según este informe se estima que al demia y las organizaciones profesiona-
menos 220 000 personas fallecieron a les, en especial de las ciencias sociales,
causa de la confrontación en el perio- en el propósito de ofrecer rutas de in-
do comprendido entre 1958 y 2012, terpretación e intervención orientadas
de las cuales aproximadamente el 81% en un escenario de postacuerdo en el
fue población civil, 27.023 personas cual la reconciliación es un objetivo
fueron víctima de secuestro entre 1970 fundamental en la apuesta por cerrar el
y 2010, 23.161 personas fueron vícti- largo ciclo del conflicto armado pues,
ma de asesinatos selectivos de 1981 a como lo recuerda una de las psicólogas
2012, 1.982 masacres se cometieron y entrevistadas en la investigación “Per-
25 007 personas fueron víctima de des- fil del Psicólogo Social: Teorización y
aparición forzada entre los años 1985 y Prácticas”: “somos hijos de la guerra,
2012. Todos estos casos contaron con porque hemos vivido acá, a unos le ha
la participación activa, en mayor o me- afectado más que a otros pero a todos
nor medida, de los diferentes actores nos ha tocado, entonces crecimos escu-
armados del conflicto: paramilitares, chando o viendo esa realidad (LM-GF),
guerrillas y fuerza pública. Los impac- en Ocampo et al., Matriz de sistemati-
tos psicosociales emergen en este con- zación, 2017, p. 36”. Y es esa realidad
texto multidimensional y multicausal la que se desea transformar desde un
del conflicto: pensamiento y una práctica psicosocial


Las modalidades y las prác- que se abre a los aportes de diferentes
ticas de violencia sufridas disciplinas con el fin de conseguir una
por miles de personas en comprensión integral y abarcadora de
Colombia provocan daños los correlatos psicológicos de nuestra
e impactos que afectan la historia de violencia y confrontación.
integridad de las víctimas.
El saber hacer psicosocial frente
Los impactos psicológicos
a las afectaciones producidas
deterioran las relaciones
interpersonales y la salud
por el conflicto armado
física; las pérdidas econó-
micas generan inestabilidad D efinir lo que entendemos por psi-
cosocial en la atención a pobla-
ciones afectadas por la violencia reviste
emocional; los impactos
colectivos y el daño a las dificultades debido a la diversidad de

87
Índice

referentes teóricos y metodológicos que social y colectivo enmarcado en una di-


se le han asociado, no siempre con una námica violenta de disputa por intereses
delimitación clara y, generalmente, con políticos:


uso indiscriminado de conceptos desde
Cuando el conflicto de ma-
diferentes perspectivas psicológicas y
nera sistemática involucra
sociales. Sin embargo, es posible iden-
la intimidación mediante el
tificar dos enfoques desde los cuales se
terrorismo o la intimidación
organiza la literatura al respecto: un
o la destrucción de comuni-
enfoque psicológico y psiquiátrico y un
dades enteras, aun los so-
enfoque social-comunitario. Lo psicoso-
brevivientes de actos indivi-
cial se construye de la relación entre es-
duales de brutalidad, lo más
tas dos perspectivas abriendo un cami-
probable es que registren
no de indagación sobre el encuentro de
sus heridas más como algo


lo subjetivo con lo colectivo, o en otras
social que algo psicológico
palabras, sobre la formación de la ex-
(Summerfield, 1998, p. 82).
periencia subjetiva en las situaciones de
relación con otros en contextos determi- Lo propiamente psicológico en
nados (Bello & Chaparro, 2011). el campo de los daños producidos por la
Los efectos psicológicos genera- guerra deviene entonces como un pro-
dos en la participación directa o indirec- ceso que supera al sujeto en tanto orga-
ta en el conflicto armado parecerían no nismo individual aislado de su entorno
poder desligarse de su correlato social, por los límites de su propio cuerpo físi-
ya sea por los efectos interpersonales co, para pasar al reconocimiento del su-
que la violencia produce en los modos jeto situado y significado en una y por
de relación de los sujetos con su entorno una colectividad que lo supera en senti-
familiar, comunitario e institucional, o do y presencia (Fernández, 1994). Aun
por el uso constante de la violencia sobre en el caso de los conflictos de origen
comunidades y grupos sociales debido a político, las lógicas de violencia y con-
sus filiaciones políticas o incluso cultu- frontación se extienden generalmente a
rales. La guerra es sin duda un evento grandes grupos de población en perio-
avasallador que irrumpe en la cotidiani- dos de tiempos extendidos; por lo que
dad social produciendo rupturas en las llegan a afectar a toda una sociedad en
dinámicas de relacionamiento con los tanto dinámicas masivas que construyen
otros (Arias & Ruiz, 2000), con los usos y formas de exclusión, persecución, inva-
representaciones del territorio (Ocampo lidación política y eliminación física.
& Zuluaga, 2017), con los significados y Como lo señaló Ignacio Martín-Baró
prácticas culturales, con el mismo cuer- sobre su propio país, “los que quedaron
po y con la sociedad en general (Correa traumatizados no fueron solamente los
& Rueda, 2000); el daño psicológico se individuos salvadoreños sino la sociedad
entiende y significa dentro de los pará- salvadoreña” (citado en Summerfield,
metros del contexto y se comprende, 1998, p. 82), se puede afirmar algo simi-
en el caso colombiano, como un evento lar sobre Colombia.

88
La Psicología Social en Colombia. Teorías, Aprendizajes y Experiencias desde el Campo

¿Es entonces la reflexión so- res con potencialidad de construir y re-


ciológica un campo de interés para la construir en su acción sobre el mundo
psicología social? Sin duda, puesto que las condiciones sociales que los rodean,
las consecuencias de la violencia se evi- acciones que toman su contenido polí-
dencian en campos impredecibles, que tico del acompañamiento que reciben
en la mayoría de los casos no logran de la palabra y el discurso o de la cons-
percibirse en toda su magnitud y que trucción de significados como manifes-
corresponden a las maneras particula- taciones de lo instituyente creativo (Aren-
res de ser y estar con otros a nivel micro y dt, 1997). La psicología social busca,
macro social, como lo describe el padre en este sentido, potencialidades más
Javier Giraldo: que carencias, mecanismos sociales y


subjetivos que hagan posible la trans-
En general los crímenes
formación de las situaciones concretas
de lesa humanidad tienen
de daño reconfigurando el escenario
unos efectos psicosociales
de acción a través de la propia agencia,
muy profundos, que no son
creativa, impredecible e instituyente;
fáciles de percibir. Las mis-
un acto que en definitiva es político y
mas víctimas y sus allega-
democrático (Castoriadis, 2000):


dos, en su gran mayoría, no
son conscientes del efecto La psicología social cons-
que los crímenes tienen en tituye un campo profun-
sus opciones políticas, en damente relacionado con
sus opciones ideológicas, en el campo de la psicología
sus opciones éticas y aun política. No porque haya
estéticas y religiosas, y en la juegos de poder en las rela-
misma opción profesional ciones intersubjetivas, sino
o laboral hacia el futuro porque la psicología política


(citado en Correa & Rueda, nos permite descubrir y ac-
2000, p. 64). tivar las potencialidades de
cada sujeto singular y co-
Las afectaciones psicosociales
lectivo para crear la acción
en las dimensiones plurales del sujeto
colectiva enriquecida con
ya han sido constatadas desde la re-
potencialidades activadas en
flexión teórica y práctica realizada por
otras dimensiones como la
los psicólogos sociales en su ejercicio
emocional, ética y estética
profesional, incluso involucrando la po-
(NV-AB) en Ocampo et al.,


lítica como un campo adicional de es-
Matriz de sistematización,
tudio implicado en la agencia del sujeto
2017, p. 33.
y en la relación con su acción colectiva
en aspectos afectivos, éticos, culturales Entramos así a la creación de sa-
y estéticos. Para el saber hacer psicoso- ber psicosocial que se sitúa en los már-
cial los sujetos se perciben como acto- genes de las posturas ampliamente ex-

89
Índice

tendidas del trauma psicológico como tencialidad de los sujetos, sus redes de
mera afectación en la salud que con re- apoyo, y sus capacidades de creación y
gularidad individualizan los efectos de transformación.
la confrontación violenta en tipologías Kenneth Gergen (2011), entre
patologizantes que colocan al sujeto otros autores, ha alertado respecto al
afectado en condición de enfermedad discurso del déficit en las profesiones
y carencia, sujetos y comunidades ne- dedicadas a la salud mental. Este dis-
cesitadas de “tratamiento” y del acom- curso ejerce una función descriptiva de
pañamiento “experto” de un psicólogo los estados internos de los sujetos vin-
o médico. Una reducción evidente del culando términos psicológicos con es-
fenómeno violento y su correlato psi- tados mentales específicos de un modo
cosocial que en términos de Summer- que generaliza las etiquetas conceptua-
field (1998) se explica de la siguiente les como depresión, ansiedad, agresivi-
forma: “el sufrimiento o la ansiedad dad, con las formas de ser y estar de
observada o atribuida es objetiviza- los sujetos. Esta descripción deficitaria
da, convirtiéndola así en un problema objetivizada le otorga a los fenómenos
técnico (trauma), para el cual la aplica- psicológicos una existencia universal
ción de soluciones técnicas es posible” obviando las diferencias culturales y so-
(p. 93, cursiva en original). Desde este ciales de las comunidades, creando un
entendimiento del efecto psíquico de la catálogo de comportamientos “anor-
violencia los seres humanos empiezan males” que reflejan los deseos y preo-
a verse como individuos deficitarios, cupaciones de los sujetos.
con carencias notorias para convivir Las consecuencias culturales del
con otros, para desenvolverse prove- discurso del déficit comprenden una je-
chosamente en los diferentes contextos rarquización social de lo que se siente y
sociales de los que participa y con evi- de la manera en que este sentimiento
dentes demostraciones de sufrimiento y es nombrado y explicado, puesto que
dificultad para alcanzar un sentimiento los términos utilizados para etiquetar
de bienestar (Gergen, 2011). trastornos responden a las concepcio-
No se trata, por supuesto, de nes más generales asumidas por los psi-
minimizar o eliminar la valoración cólogos de lo que está bien o está mal,
de las afectaciones emocionales y fí- y, en este sentido, de lo que está sano y
sicas producidas por la exposición a lo que está enfermo. Los términos utili-
la confrontación armada —muchas zados en salud mental operan entonces
veces ignoradas por las instituciones como mecanismos de evaluación y cla-
gubernamentales y por el mismo siste- sificación que pueden permitir la pro-
ma de salud— sino de generar formas moción de ciertos comportamientos y
alternativas de comprensión de estas la disminución de otros.
afectaciones que superen un modelo Asimismo, la utilización del
deficitario para construir concepciones discurso del déficit conlleva a la ero-
más generativas que reconozcan la po- sión de las comunidades de donde

90
La Psicología Social en Colombia. Teorías, Aprendizajes y Experiencias desde el Campo

provienen los sujetos susceptibles de móvil y en permanente construcción,


atención psicológica, pues privilegia la mediado por las relaciones que estable-
individualización de los casos de tra- cemos con los otros y las formas como
tamiento y la reclusión de los sujetos nombramos y explicamos nuestros en-
en centros especializados o en lugares tornos a partir de la comunicación y
privados para su atención. En la ma- la construcción de acuerdos colectivos.
yoría de los casos se buscan soluciones Desde esta perspectiva, los impactos
individuales a problemas que pueden emocionales vividos en el marco del
tener su origen en las dinámicas de re- conflicto armado se comprenden como
lación con los otros. La familia, el en- construcciones sociales que cobran sen-
torno comunitario o el ámbito laboral tido en el contexto mismo de las comu-
se disocian de las historias personales nidades, de sus participantes y de sus
de los sujetos y se consideran limitados formas de relación; el saber psicosocial
en su capacidad de comprender y ela- debe acudir al entendimiento de la rea-
borar las causas y consecuencias de los lidad social para desde allí desarrollar
problemas psicológicos. un hacer ajustado, pragmático y sensible
Finalmente es pertinente afir- a la historia específica:


mar que con el discurso del déficit se
La perspectiva de trabajar
ahonda en un proceso de debilitamien-
desde la práctica y la crea-
to de los sujetos afectados por trastor-
ción de teorías para mí ha
nos mentales. La esencialización del
sido un referente teórico,
problema en los sujetos desemboca en
epistemológico, ontológico,
una prolongación de las condiciones
ético y político. La teoría
inhabilitantes y de sus consecuencias
de base que podríamos
a nivel personal y social a lo largo del
nombrar sería la psicolo-
tiempo, la capacidad de emplear los re-
gía popular (DC-GF) en


cursos propios en la búsqueda de supe-
Ocampo et al., Matriz de
rar la situación de dificultad por la que
sistematización, 2017, p. 7.
atraviesan disminuye considerablemen-
te arrojando a los sujetos a un estado La importancia pragmática
de necesidad y dependencia en la que de acudir a la realidad para construir
requieren ayuda permanente para al- el saber hacer psicosocial trasciende
canzar el mejoramiento de su situación el mero interés de hacer inteligible el
(Gergen, 2011). lenguaje técnico en escenarios locales,
Más allá de un lenguaje descrip- pues lo local se concibe desde una po-
tivo para el abordaje de las afectaciones sición horizontal que reconoce en el
psicosociales producidas por el conflicto otro un sujeto de saber con multipli-
armado, se requiere la implementación cidad de referentes de conocimiento y
de un lenguaje cotidiano que considere de acción. Dichos referentes están rela-
la naturaleza inacabada de la realidad a cionados con las formas culturales de
partir del reconocimiento de su carácter relacionamiento, por ello los psicólogos

91
Índice


sociales requieren asumir una acti- La psicología en los últimos
tud sensible ante el otro humano con años ha venido aportando
quien entran en relación. Buscan in- mucho, precisamente estas
volucrarse en las dinámicas propias de perspectivas más humanas
relación y construcción de sus mundos frente al acompañamiento
para intentar desde allí generar inter- [a las personas]. Yo creo
pretaciones y acciones que movilicen que hemos invitado a pen-
las situaciones problemáticas y contri- sar lo que le está pasando al
buyan a producir significaciones alter- país desde lo humano; y lo
nativas de los eventos de afectación. Y humano en su sentido am-
con ello, poder perseguir posibilidades plio, no [solo] el individuo,
concretas de transformar la realidad sino entender la dimensión
social y material: humana de este fenómeno


social (LM-GF) en Ocampo


Además de los diversos et al., Matriz de sistematiza-
aportes teóricos con los que ción, 2017, p. 50.
cuenta la psicología social
para la constitución de sus En definitiva, “[Entender]….
fundamentos epistemoló- lo psicosocial más que como un modo
gicos y metodológicos a los de hacer o como una técnica, como un
que he podido acceder, ha modo de acompañar al otro (LM)” re-
sido la convulsionada reali- presenta un centro fundamental del sa-
dad social de nuestro país y ber en construcción por los psicólogos
de muchos otros también lo sociales a través de su práctica profesio-
que reconozco como [fuen- nal con sujetos y comunidades afecta-
te] del anclaje ético-político dos por el conflicto. De esta experien-
de mi condición como psi- cia se ha desencadenado una reflexión
cólogo social; anclaje éti- acerca de las formas cómo nos acerca-
co-político que considero no mos a las situaciones problemáticas y
solo un imperativo personal, las maneras cómo interpretamos y en-
sino necesario para la psico- frentamos estas situaciones desde una
logía social como perspec- sensibilidad específica; una mirada especial
tiva disciplinar y para todo para observar los campos problemáti-
psicólogo o psicóloga social cos susceptibles de abordaje (Fernán-
que no quiera que su cono- dez, 1994), incorporando acotaciones
cimiento y práctica profesio- como las que hace Martín-Baró (1988)
nal sean manipulados como sobre el concepto de trauma psicoso-
dispositivos que enajenan y cial y la práctica profesional:


socavan la dignidad huma-
Al hablar de trauma psico-
na (AS-AB) en Ocampo et


social se requiere subrayar
al., Matriz de sistematiza-
dos aspectos que con fre-
ción, 2017, p. 7.
cuencia tienden a olvidarse:

92
La Psicología Social en Colombia. Teorías, Aprendizajes y Experiencias desde el Campo

(a) que la herida que afec- quiere asesinar a los otros


ta a las personas ha sido o que es muy perverso, en
producida socialmente, es fin. Más allá de la psicopa-
decir, que sus raíces no se tología hay que pensarse
encuentran en el individuo, esto como una afectación
sino en su sociedad y (b) del tejido social y cuando
que su misma naturaleza se uno empieza a conocer gen-
alimenta y se mantiene en la te uno se da cuenta y por
relación entre el individuo eso retomo a Martín-Baró
y la sociedad, a través de quien nos enseñó mucho
diversas mediaciones institu- del conflicto en El Salvador.


cionales, grupales e incluso Uno dice lo que está roto
individuales (p. 135) acá es el tejido social, y acá
uno no puede psicopatologi-
En este sentido, la sensibili-
zar; usted no puede hablar
dad del psicólogo social está llamada
solo de estrés postraumático
a plantearse preguntas fundamenta-
porque acá hay un tema de
les sobre los sujetos de la acción psi-
las comunidades y de los
cosocial: ¿Quiénes son las personas
lazos sociales (LM-GF) en
afectadas por la violencia?, ¿Cómo
Ocampo et al., Matriz de
debo acercarme a una persona que
sistematización, 2017, p. 36.
es víctima de violencia política y otras
violencias asociadas?, ¿En un con- En un planteamiento que
flicto armado cómo se construye la hace referencia directa a la
dimensión ética del deber ser?, ¿Hay ética de esta mirada com-
víctimas buenas y víctimas malas?, ¿El prensiva, recordar a Igna-
sufrimiento de una víctima interpela cio Martín-Baró cuando se-
sobre el arraigo de una cultura violen- ñaló las relaciones sociales
ta?, ¿La psicología social debe preocu- como el andamiaje donde
parse por construir escenarios de paz nos construimos histórica-
y reconciliación? Estas preguntas bus- mente y como comunidad
can respuesta a partir de reflexionar humana. Así la base de la
en la experiencia de trabajo: salud mental de un pueblo


se encuentra en la existen-
Ojo que la realidad del con-
cia de relaciones humaniza-
flicto en Colombia no es de
doras y vínculos colectivos
criminales; esto no es una
que afirmen la humanidad
persona que se levantó un
personal de cada uno y no
día o que tiene psicopatía, o
se niegue la realidad de
que es una persona con un
nadie. Plantearnos la capa-
trastorno antisocial, o que
cidad de reflexividad y auto
es una persona límite y que
reflexión del ser humano

93
Índice

y sus diversos modos de Los efectos producidos por el


relacionarse, interactuar y desplazamiento forzado en las institu-
formar cultura. Un sujeto ciones, la sociedad y las comunidades
situado y en proceso de se han medido a partir de los daños
subjetivación constante que objetivos consistentes en la pérdida o
comprende su entorno y deterioro de bienes materiales. Sin em-
reflexiona sobre sí mismo bargo, en cuanto a los daños subjetivos
(MO-AB) en Ocampo et la medición de su incidencia es mucho


al., Matriz de sistematiza- más difícil pues corresponde con afecta-
ción, 2017, p. 28. ciones emocionales, psicológicas, socio-
culturales, morales y políticas que para
El desplazamiento forzado: ser valoradas en su dimensión completa
problema paradigmático de re- requieren necesariamente de la aprecia-
flexión desde la psicología social ción particular de los sujetos y colectivos

E l desplazamiento forzado se con-


figura como el hecho violento de
mayor alcance e impacto en el país,
implicados. Lo que los hace inconmen-
surables en el objetivo de caracterizarlos
y dar cuenta de su alcance e incidencia.
según la información recolectada por Los daños subjetivos requieren un tra-
el Registro Único de Víctimas (RUV) tamiento cualitativo que comprenda la
a 31 de diciembre de 2014 existían dimensión humana y diferencial que los
en Colombia un total de 6 459 501 caracteriza; y que en cada sujeto y en
personas víctimas de desplazamiento cada comunidad adquieren un sentido y
forzado en todo el territorio nacional. valor especial que definitivamente esca-
A su vez, esta cifra tuvo un aumento pan a modelos fríos y burocráticos.
exponencial a finales del siglo XX y Al tomar como referencia el in-
principios del siglo XXI. El fenóme- forme nacional sobre desplazamiento
no del desplazamiento forzado de po- forzado del año 2015 Una nación despla-
blaciones se ha presentado como un zada del Centro Nacional de Memoria
proceso característico de la historia Histórica, los daños subjetivos inician
de Colombia que encuentra sus mo- con la descampesinización y ruptura de
mentos iniciales en las dinámicas de las prácticas ancestrales. Estos procesos
despojo y destierro desarrolladas en la ejemplifican el impacto del desplaza-
época de la colonia y la independen- miento forzado sobre pobladores rura-
cia, pasando por periodos específicos les y especialmente campesinos, pueblos
como el de la violencia bipartidista indígenas y comunidades afrodescen-
hasta la década del 50 y agudizándose dientes. La salida del campo hacia la
con el desarrollo del conflicto armado ciudad representa una transformación
y su articulación con la apropiación de radical para las familias rurales que han
la tierra y el narcotráfico, hasta la ac- tenido que asistir a una mutación en sus
tualidad (Centro Nacional de Memo- formas de subsistencia y apropiación del
ria Histórica, 2015). entorno.

94
La Psicología Social en Colombia. Teorías, Aprendizajes y Experiencias desde el Campo

Todo este mundo se trastocó que ahora habitan, rela-


con la lógica urbana, los grupos huma- ciones sociales que inician
nos desarticulados en sus lazos internos y establecen son referentes
por la pérdida de sus integrantes, en su nuevos dentro de los cuales
mayoría hombres adultos, que se han emerge lo político como
visto obligados a reconstruir su cohe- sujetos, en la reivindica-
sión movilizando los roles familiares, ción de ser reconocidos
asumiendo tareas y responsabilidades e incluidos como pobla-
inéditas para las mujeres y los menores dores recién llegados a la
de edad. El acervo sociocultural de las ciudad. De hecho, dichas
personas desplazadas, construido en las dinámicas evidencian que
particularidades del contexto rural se los migrantes entablan re-
convirtió en una experiencia fuerte de laciones con instituciones
contraste y violencia en el marco de las para acceder a subsidios o
dinámicas de relación y significación donaciones como una al-
en la ciudad, como analiza una de las ternativa que mitiga el im-
psicólogas sociales entrevistadas: pacto de la carencia pero al


mismo tiempo los encade-
Los desplazados internos
na en su nueva condición
colombianos, protagonis-
de pobladores urbanos al
tas de la guerra en contra
hilo de la dependencia del
de la sociedad civil que se
asistencialismo público o
libra en Colombia desde
privado. Este discurrir es
hace más de 50 años, quie-
una constante evocación
nes habitan los campos en
y comparación de la vida


pequeñas comunidades,
que han perdido (Ocampo,
son ciudadanos a quienes
2015, pp.149 y 153).
se les han arrebatado los
mojones de referenciación De esta forma, no es solo la
para definir su identidad. identidad colectiva del campesinado co-
Atravesar por procesos de lombiano comprendida como un grupo
desterritorialización y reterrito- social con rasgos similares que les per-
rialización les ha impuesto mite reconocerse la que ha sido afecta-
un trasegar que mantiene da, sino también el sujeto en la forma en
la memoria de su territorio que se narra a sí mismo para construir
de origen, de su espacio una identidad propia. La personalidad
anterior, valorado, sentido del campesino, indígena o afrodescen-
y gozado (…) diente, se inscribe en una dinámica rela-
cional diferente que lo expone a lógicas
(…) Nuevas territoriali-
desconocidas que tienen que ver con su
dades en construcción,
nueva condición de “desplazado” y con
apropiación de espacios
las implicaciones que tiene este re-nom-

95
Índice

brarse en lo jurídico/institucional, po- de otros. A pesar de lo tortuoso que


lítico, cultural y social. puede llegar a ser, la búsqueda del re-
Procesos de estigmatización y conocimiento jurídico por medio del
re-victimización surgen en algunos ca- “peregrinaje institucional”, este es
sos como resultado del etiquetamiento ya un ejercicio consciente y decidido
de las personas desplazadas; situación por el mejoramiento de la situación
que se agudiza con las barreras institu- de desplazamiento y, como lo señalan
cionales para acceder a los beneficios Ocampo y Zuluaga (2017): “un discu-
de ayuda humanitaria estatal y con el rrir de denuncia al statu quo intentando
rechazo del que pueden ser objeto por ser sujetos de su propia historia, en la
parte de las comunidades receptoras. pregunta de por qué les sucedió esa
La realidad del desplazamien- violencia y por qué se encuentran aho-
to implica el surgimiento de nuevas ra en la lucha por organizar de nuevo
formas de comprensión de nuestra su vida (p. 5)”.
realidad política y social, los despla- Nos encontramos ante la pre-
zados emergen como sujetos enfrenta- gunta por el devenir luego del hecho
dos a una interpelación dolorosa con violento, por las obligaciones a las que
un actor armado muchas veces difuso los sujetos deben dar respuesta con un
que los impele a asumir transforma- permanente “ponerse en juego” que
ciones radicales en su forma de vivir le haga posible re-inventarse en con-
con otros y de habitar un territorio, textos ajenos, re-construir la cotidiani-
y esta misma interpelación es la que dad en un anhelo por darle cohesión
sitúa a las comunidades desplazadas y coherencia a la vida propia y a su
en los lugares a los que acuden bus- transcurrir en condiciones de cambio
cando un nuevo espacio de vida y de adversas.
convivencia. La relación de salir de un La psicología social, como he-
entorno conocido y apropiado para mos venido discutiendo en los apar-
llegar a un terreno desconocido y re- tados de este texto, se sitúa ante estas
tador conlleva cambios profundos en preguntas fundamentales señalando el
las identidades y en las maneras de rol generativo del sujeto y su capacidad
relacionamiento que pueden conver- de transformar las condiciones históri-
tirse en una prospectiva positiva si se cas en las que se ha visto inmerso. No se
asumen en su dimensión generativa y trata de invisibilizar el daño producido
multidimensional. por el hecho violento y la exigencia de
De manera que la situación de darle un tratamiento diferencial y opor-
desterritorialización suscitada por el tuno a esta condición sino de ir más allá
desplazamiento, además de eviden- de la lectura de un sujeto pasivo y pre-
ciar un evento traumático de pérdida cario para apropiar el concepto de un
también puede representar un esce- sujeto creador que asume su condición
nario de posibilidad en el que los su- de precariedad y daño dando particular
jetos reconocen su historia de daño y impulso a nuevas búsquedas de condi-
dolor para visibilizar su condición y la ciones de dignidad para sí mismo:

96
La Psicología Social en Colombia. Teorías, Aprendizajes y Experiencias desde el Campo


Dolor moral, metas, per- la economía ecológica y el
cepciones y motivaciones desarrollo paulatino de lo
mueven al sujeto a intentar que llamaré luego psicolo-
reconstruir su lugar y reto- gía en el contexto rural. La
mar su cosmoterritorialidad, sensibilidad potencia la ra-
como vivencia del territorio, cionalidad. Quizás la psico-
lugar de prácticas utilitarias logía social del arraigo es un
y de ejercicio y uso de poder tema por construir aunque
que provee certeza y sentido haya elementos que vienen
de pertenencia, y, también, tanto en la antropología
cosmovisión. Ésta entreteje como en la sociología. Su
significados vinculantes profundización para com-
entre las personas y la me- prender los procesos por los
táfora del proceso de echar que pasan los desplazados
raíces, sentidos atribuidos y la búsqueda de nuevos (o
al grupo, la comunidad, la viejos) signos de re-arraigo


vida productiva y recreativa o al menos de asentamien-
(Primera, 2005, 10). tos dignos, alimentaría una
política pública más realista
El conocimiento construido
y sostenible al respecto (HG
desde el saber hacer psicosocial resal-
–AB) en Ocampo et al.,


ta el papel del territorio como espacio
2015, Matriz de sistematiza-
vital construido simbólica y material-
ción, p. 15.
mente por medio de la movilización de
toda la potencialidad del sujeto en sus En definitiva, la psicología so-
facetas creativas, emocionales, estéticas cial con la mirada aquí discutida hace
y políticas. Esta concepción rompe con un llamado para comprender las dife-
el modelo deficitario que trae consigo rentes dimensiones de los daños pro-
algunas de las perspectivas en salud ducidos por el desplazamiento forzado
mental, pues indica que los sujetos son y los hechos de opresión y vulneración
portadores de vida; su actividad social infligidos a las personas en situaciones
y cultural con otros construye realidad de violencia y especialmente de guerra
en un permanente movimiento que se y confrontación. Una apuesta funda-
hace histórico y se sedimenta en prác- mental es propiciar la discusión sobre
ticas y significados compartidos (Ger- la función del sujeto en el desarrollo
gen, 2011). de su propia relación íntima y social


y a la vez con el entorno físico bióti-
En parte esta relación [suje-
co-natural y el entorno construido en
to–naturaleza] ha facilitado
su interacción en dinámicas colectivas
la mirada y el acercamiento
y en el ejercicio de prácticas de par-
hacia el componente eco-
ticipación política, principalmente co-
lógico crítico, elementos de
munitaria.

97
Índice

Sin omitir abarcar una pers- La dependencia de la psicología


pectiva autocrítica respecto a la cons- respecto al paradigma cognitivo-con-
trucción de conocimiento disciplinar, ductual, impuesto y valorado durante
se trata de problematizar el propio décadas de existencia de la disciplina en
papel de la psicología como disciplina el contexto latinoamericano como una
en la comprensión y transformación de posibilidad formativa de los psicólogos,
las realidades abordadas. La reflexión ha omitido el reconocimiento de sus li-
planteada por Ignacio Martín-Baró mitaciones para leer la realidad social en
(2006) interpela de manera fundamen- la que está inmersa. Contextualizar su
tal la toma de un posicionamiento crí- hacer acudiendo a la historia y ubicación
tico de la psicología frente a sí misma física que precede el abordaje de una
como campo de conocimiento y acción problemática psicosocial descubre pre-
y su capacidad de ser testigo y artífice guntas acerca de los marcos de referencia
de una época en el marco del cúmulo contextual y ético, dentro de los cuales la
de problemáticas y situaciones estruc- psicología se ejerce y se ha posicionado
turales y culturales que caracterizan la en múltiples espacios de América Latina
retadora realidad colombiana y la re- y al mismo tiempo problematiza acerca
gión latinoamericana en su conjunto: de cómo se están formando los psicólo-


gos en nuestro continente y respecto a su
Desde la perspectiva de
incidencia sobre la sociedad.
conjunto, hay que reconocer
Martín-Baró nos alertaba ya
que el aporte de la Psicolo-
acerca de los aportes con impacto so-
gía, como ciencia y como
cial cuando la psicología ha reconocido
praxis, a la historia de los
la fundamental interdependencia con
pueblos latinoamericanos
otras áreas de las ciencias sociales:
es extremadamente pobre.


No han faltado, ciertamente, El caso más significativo [de
psicólogos preocupados por articulación de la psicología
los grandes problemas del con las ciencias sociales]
subdesarrollo, dependencia me parece constituirlo, sin
y opresión que agobian a duda alguna, el método de
nuestros pueblos; pero, a la alfabetización conscien-
la hora de materializarse, tizadora de Paulo Freire
en muchos casos esas pre- (1970, 1971), surgido de la
ocupaciones se han tenido fecundación entre educa-
que canalizar a través de un ción y psicología, Filosofía y
compromiso político perso- Sociología (2006, p.7).
nal al margen de la Psicolo-
Y continúa Martín-Baró:
gía, cuyos esquemas resultan
inoperantes para responder (…) Lamentablemente tan


las necesidades populares significativo como el aporte
(Martín- Baró, 2006, p. 7). de Freire resulta la poca

98
importancia que se concede al estudio crítico de su obra, sobre todo si
se compara con el esfuerzo y tiempo dedicados en nuestros programas a


aportes tan triviales como algunas de las llamadas «teorías del aprendiza-
je» o a algunos modelos cognoscitivos, hoy tan en boga (2006, p.7).

En una búsqueda más articulada con la dimensión histórica y situada


de la psicología, los enfoques construccionista social y crítico han reconocido
la historia oficial de la psicología como asociada a la construcción de conoci-
miento al ritmo de transformaciones externas dentro del devenir de los pue-
blos. Por esto es importante de manera específica reconocer que la ciencia se
desarrolla a partir de las intenciones de la época y de quienes la producen y
que los sujetos de poder tienen a su vez una intención en el ejercicio profesional.
Desde esta mirada es fundamental aprehender la no-separabilidad en términos
de Ibáñez (2001), entre la producción de conocimientos por una parte y la
construcción de los objetos de conocimiento por otra, por lo que es necesa-
rio acercar a los psicólogos sociales a la formulación misma de la teoría y su
aplicación práctica como un modelo para comprender la realidad, donde el
contexto histórico juega un papel central que permite su emergencia y desde
una visión crítica promover el percatarse de sus alcances y limitaciones.
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psicosocial: aportes al debate. Bogotá, D. C.: Corporación Avre.
3. Una epistemología a partir de la
práctica. Aportes a la construcción
de la noción de sujeto desde la
psicología social
Rosa Suárez Prieto, Myriam Ocampo Prado, & Julián Neira Carreño

L
a pregunta por el sujeto es una que interpela al psicólogo
mismo en su concepción de la disciplina y de la práctica
profesional y en su papel de investigador y agente de la rea-
lidad. En este caso lo trataremos como el psicólogo de lo social. Es
una doble agencia: la de sí mismo como psicólogo y la agencia del
sujeto de interacción investigativa o de intervención con quien se
relaciona.
En la práctica psicosocial la noción de sujeto transforma la relación
entre el investigador y el investigado pues coloca a este último en una posición
de agente de su propia existencia, constructor de conocimiento en la interac-
ción con el investigador que escucha y reflexiona movilizando su subjetividad
en una relación bidireccional de mutua implicación. En este sentido, el sujeto
nunca es un objeto inmóvil y atemporal que deba ser observado de forma
aséptica por un investigador que asume la psicología social desde la comodi-
dad del laboratorio, sino más bien un actor involucrado en la construcción de
un conocimiento que habla de sí mismo como persona y del sujeto investiga-
dor, del psicólogo social, que en la práctica encuentra al otro, a su comunidad
y entorno, y se encuentra en la elaboración de un saber hacer.


El diálogo de lógicas ya no se hace solamente entre el sujeto investi-
gador y el sujeto investigado, en condiciones de existencia del segun-
do sino una relación fluida en donde las fronteras epistemológicas se
desvanecen. El punto de vista del investigado se vuelve puntos a ob-
servar, las narrativas y los textos comienzan a mostrar sus flaquezas
al no dar cuenta de las condiciones de producción del saber. Implica
que en el momento de encuentro entre investigador e investigado se
genere un proceso de observación endógena sobre la comunidad y su


relación con ella, desencadenada por el propósito de la conversación
(Suárez, R. Cap. 6, p. 108 de este texto)
Índice

La noción de sujeto es un pun- tos constituyentes de la visión de ser


to central en la teorización de los psi- humano. La agencia del sujeto im-
cólogos sociales. Su potencial heurís- plica su condición de transformador
tico y generativo para comprender la y creador de su realidad, enfatiza su
complejidad de relaciones en las que carácter activo y acentúa su rol po-
está implicado el ser humano permite lítico en los escenarios de decisión y
su uso como concepto estructurante acción colectiva.


de la interpretación de lo social, como
Siempre ha sido una visión
un entramado de significados e inte-
histórica, procesual donde
racciones agenciadas por sujetos situa-
el sujeto es activo, no solo
dos e históricos. Aunque la visión pa-
un objeto cargado de pa-
siva y estática del sujeto sigue siendo
tologías, sino un sujeto con
predominante en algunos espacios de
potencia que puede trans-
incidencia de la psicología en general
formar su realidad desde la
y de la psicología social en particular,
intencionalidad individual
la pregunta por el sujeto implicado en
y colectiva que vaya crean-
lo colectivo ha jalonado la construc-
do. Se pretende que este
ción de un saber sobre el sujeto.


sujeto se despliegue me-
Considero que la visión de diante la participación so-
sujeto que se ha agenciado cial como un sujeto político
en la mayoría de los espa- (AD-EN) en Ocampo et al.,


cios de incidencia sigue Matriz de sistematización,
siendo uno de dependencia 2017, p. 3.
y reactivo. […] Es muy im-
Frente a los retos que trae con-
portante propender no solo
sigo el país en relación a las afectacio-
por un sujeto consciente
nes emocionales, físicas y psicológicas
de sus coordenadas histó-
de la guerra y el uso prolongado de
ricas sino también capaz
la violencia contra la sociedad civil y
de transformar generativa
los actores armados, la respuesta de
y proactivamente sus con-
los psicólogos sociales es la de trabajar
textos lejos de lógicas de
por la construcción de una categoría
dependencia, comparación
nueva de sujeto. Pertinente para nues-
o retaliación (NM-EN) en


tro contexto y a la vez actual con las
Ocampo et al., Matriz de
dinámicas globales de interconexión y
sistematización, 2017, p. 3.
uso de la información, un sujeto situa-
Esta concepción del sujeto do en lo local que mira lo global inter-
que se viene construyendo desde la pretando las múltiples relaciones que
labor profesional de los psicólogos se entretejen por medio de los escena-
sociales involucra lo histórico, lo rios y las construcciones simbólicas de
procesual y la agencia como elemen- la cultura actual.

104
La Psicología Social en Colombia. Teorías, Aprendizajes y Experiencias desde el Campo

“ ”
Si la pregunta fuese el Matriz de sistematización,
sujeto que debe agenciar 2017, p. 14.
diría que es un sujeto
La noción propia de sujeto que
más global, multitexto y
se ha venido pensando desde la prác-
localizado, generativo y
tica psicosocial no puede desconocer
transformativo, construido
los saberes ancestrales de los pueblos
desde la posibilidad y no
originarios. En este conocimiento na-
desde el déficit, la confron-
tivo yace el valor fundamental de lo
tación, la competencia o
“propio” frente a los aparatos teóricos
la retaliación, en especial
importados de Europa y Norteamé-
en el contexto colombiano.
rica. El reconocimiento de formas de
Todo esto si entendemos
ser y estar únicas que provienen de las
que la categoría de sujeto
comunidades indígenas rompe con las
es colectiva y es el producto
concepciones clásicas del sujeto pues
de todas las relaciones tra-
se hibrida con éstas para concebir nue-
zadas en los diferentes esce-
vas formas de entender al ser humano
narios simbólicos de los que
en nuestra sociedad latinoamericana:


se participe (NM-EN) en
Ocampo et al., Matriz de Para preguntarse sobre la
sistematización, 2017, p. 3. concepción de sujeto creo
que hay que preguntarse
También hay una tenden-
sobre la concepción de la
cia a ver el sujeto singular,
mamá del sujeto; la con-
yo creo que es singular
cepción evidentemente en
y plural. Yo creo que es
términos indígenas sobre
colectivo, que es comu-
los referentes telúricos de la
nitario, que es social y de
madre tierra, los elementos
pronto por las redes hasta
telúricos de la Pachamama,
global. Pero digamos que
los elementos telúricos y
independientemente de
ancestrales de la Hitchawa-
esas dimensiones, lo que yo
ya. Es un sujeto que vive en
siento es que la psicología
coherencia con una fuerza
social y la psicología comu-
de la vida que lo pone a
nitaria me han permitido a
vivir, un principio universal
mi ir cogiendo un concepto
y cosmogónico, un principio
de sujeto mucho más pre-
filosófico que le es propio y
ocupado por la pregunta
que nos es trasmitido a los
acerca del sentido, y ahí
hombres [por la Pachama-
encontré lo simbólico que
ma] (LE-GF) en Ocampo et
fue abandonado por la
al., Matriz de sistematiza-
academia prácticamente
ción, 2017, p. 14.
(NV-GF) en Ocampo et al.,

105
Índice

(…) Nuestro conflicto es de la historia y la identidad se estable-


de raíz, nuestro conflicto ce una comprensión del mundo. Esta
es de fuerza, no hay de comprensión da sentido al yo, a lo que
dónde agarrarse, genera- cada quien considera que es, allí toma
ción tras generación lo que forma la otredad y la sociedad como
se siembra cada vez nace trama del modo de vida cotidiano. El
con más debilidad porque territorio aparece como una división
precisamente la mirada de del mundo construido y también como
los abuelos está ausente. La componente del sentido de pertenencia
mirada de las tradiciones y arraigo que es elaborado en la comu-
y los mitos está ausente, y nidad; se configura un imaginario y
entonces en la pregunta alteridades donde puede haber centros
veo yo dos problemas de y periferias con distintos grados de in-
construcción, dos problemas cidencia sobre la idea de lo real y de sí
de fuerza: el de la realidad mismo.
en la que estamos y el de la Estas reflexiones abren el deba-
psicología. Y veo dos ausen- te sobre el papel de la psicología y del
cias de raíz: el del humano psicólogo social en las problemáticas
deshumanizado que somos contemporáneas de los grupos étnicos
hoy día (…) en términos del y particularmente con los pueblos indí-
sentido cultural/simbólico, genas. La crítica reflexiva y el descen-
[y en segundo lugar] esto lo tramiento epistémico, ético y cultural
que implica es una realidad que requiere la psicología en el traba-
que se ha desconectado del jo con los pueblos indígenas y grupos
mito y de los principios que étnicos, en sentido amplio, retan a la
el mito nos otorga como
disciplina a dialogar no solo con otras
humanos (…) al interior de
ciencias sociales, sino que la convocan
la filosofía no hay un piso
a reconocer la voz y el saber ancestral y
cosmogónico que aporte
a evitar representarlos en el sentido de
sentido a la realidad social
hablar “por” ellos; lo que reproduciría
(LE-GF) en Ocampo et al.,


la colonialidad. Por el contrario plan-
Matriz de sistematización,
tean diálogos generativos que permitan
2017, p. 46.
relaciones interculturales.
La relación entre el individuo Es una invitación para pensar
y su “yo” da sentido a la subjetividad las subjetividades desde una visión dis-
que está íntimamente relacionada con tinta que nos posicione en contextos,
un territorio, una temporalidad y una problemáticas y realidades latinoame-
cultura. Íntimamente relacionada tam- ricanas. Se trata de pensar la psicología
bién con la memoria pues desde allí se como una disciplina comprometida,
construye la historia; la identidad se que cobra identidad y especificidad
construye a partir de relaciones y des- en la medida en que el conocimiento

106
La Psicología Social en Colombia. Teorías, Aprendizajes y Experiencias desde el Campo

adquirido mediante la investigación relaciones sociales de forma no-coerci-


revela la verdadera identidad del su- tiva. Es decir, donde se tenga en cuenta
jeto popular, que piensa en ese “otro” que el sujeto es un sujeto de derechos.
como alguien cercano, inmerso en En este sentido, es importante
una complejidad de interacciones, en- delimitar el rol del psicólogo social, es
samblaje de signos y prácticas, que se decir, ¿Qué se espera de un psicólo-
forja en el micro espacio de las accio- go social? Moscovici (1993) plantea el
nes diarias de la vida. Emergen aquí rol del psicólogo social en un carác-
formas lingüísticas particulares y rela- ter doble. En primer lugar, recoger y
ciones materiales en el proceso de lu- comunicar informaciones sobre una
chas de autoafirmación. realidad determinada. En segundo lu-
Martín-Baró comentó que “si gar, intervenir en grupos sociales con
como psicólogos queremos contribuir el fin de facilitar el desarrollo de las
al desarrollo de los países latinoame- relaciones y de los comportamientos.
ricanos, necesitamos replantearnos Para el autor estos dos modos de in-
nuestro bagaje teórico y práctico” serción concreta están estrechamente
(2006, p. 11) e invitó a tener presente ligados, el conjunto de la información
nuestros orígenes como pueblo, recor- y su análisis debe permitir no sola-
dar y no minimizar la trascendencia de mente comprender la realidad sino
las luchas y pugnas para crear visiones obrar sobre ella y recíprocamente. En
de la vida en común; estas luchas son este mismo hilo comprensivo de la in-
testimonios de la reivindicación del de- terpretación y la agencia, Martín-Ba-
recho de cada cual a formar parte de ró (1993) reitera: “De lo que se trata
esta decisión. es de volver nuestra mirada científica,
Hay que afirmar que no se trata iluminada teóricamente y dirigida en
únicamente de una acción de construir forma sistemática hacia esa realidad
teorías sino también de innovar las concreta que es el hombre y la mujer,
prácticas profesionales y sociales. Así en el entramado histórico de sus rela-
estamos haciendo referencia a crear ciones sociales…donde el reto es cons-
teoría para comprender la complejidad truir un sujeto nuevo en una sociedad
del mundo físico y relacional en el que nueva (p. 510)”.
estamos inmersos, para comprender- En este sentido, no se trata solo
nos los unos a los otros, y para crear de indagar sobre las intencionalidades
visiones del futuro compartido donde políticas de los que crean la discipli-
el dominio ejercido por los actores so- na, sino también investigar a fondo
ciales está relacionado con la convic- las problemáticas donde el psicólogo
ción de cada uno acerca de su capaci- investiga e innova utilizando metodo-
dad para intervenir en la regulación de logías que le faciliten la creación de
dichos procesos relacionales. Cultivar conocimiento propio con el fin de me-
la sensibilidad para actuar en los dife- diar de manera pertinente en las rela-
rentes contextos sociales y gestionar las ciones sociales.

107
Índice

Un “compromiso político” ción y el sentido de la práctica psicoló-


serio pasa por tres aspectos (Ibáñez, gica, pues esta define la incursión de la
2001, p. 297): (a) redefinir —no aban- psicología en las instituciones, los me-
donar— el concepto de objetividad des- dios de comunicación y los presupues-
de una posición radicalmente no repre- tos; (b) científica, referida al conjunto
sentacionista y post-empirista del conoci- de creencias y sentimientos relacio-
miento científico, (b) rehabilitar el pa- nados con el conocimiento, abriendo
pel de la razón práctica en el seno de paso a una pluralidad metodológica y
racionalidad sobre la que debe tomar considerar la voz de los expertos, que
apoyo la psicología social, y (c) asumir son aquellos que han vivido el proble-
plenamente el “carácter reflexivo” de ma objeto de nuestra investigación,
las ciencias sociales instituyéndolas por lo que la validez del conocimiento
como campos donde ellos mismos — científico se trata de un consenso en-
los psicólogos sociales y psicólogos en tre expertos, ciudadanos y afectados; y
general— forman parte de lo que pre- (c) profesional, en la cual se concibe la
tenden dilucidar. formación como un diálogo de saberes
De este modo la psicología so- que implica la participación sistemáti-
cial se estructura con gran compromiso ca en debates científicos, congresos y
político que debe comprender el ánimo reuniones para alimentar y contrarres-
y el espíritu de su época y de los hechos tar la práctica profesional que permita
y situaciones que lo precedieron. Por lo navegar por los sistemas de comunica-
que la responsabilidad social y política ción intercambiando información y ex-
debe ser una fuente de definición para periencias personales.
configurar la formación del psicólogo, Lo anterior implica gene-
definiendo la relación desde un ámbi- rar habilidades y herramientas para
to que convoque los afectos propios y construir un espacio donde los acto-
de los otros, y no solo la eficiencia o la res sociales puedan obtener efectos
pertinencia. Así el papel del psicólogo y transformaciones tangibles. Es ne-
conduce a proveer las herramientas ne- cesario disponer de conocimientos
cesarias para lograr un agenciamiento profundos en materia de cultura y
en el actuar humano; donde este esta- cotidianidad del entorno en el cual se
blece sus parámetros de bienestar. ejerce su papel. Para lo cual es nece-
Para Seoane (1996 citado en sario tener en cuenta tres supuestos
Collier, Minton, Reynolds, 1996) la básicos (Collier et al., p. 515): que la
tendencia de la psicología social pos- realidad es dinámica, que el conoci-
moderna apunta a una transformación miento es una construcción social, y
de la cultura de la psicología en tres as- que el conocimiento tiene consecuen-
pectos: (a) social, donde ya no se bus- cias sociales.
ca un compromiso social y político de Los psicólogos requieren
la intervención psicológica sino que la adoptar una actitud crítica que con-
misma sociedad determina la orienta- ciba los valores culturales en función

108
de las normas morales, fortaleciendo su papel transformador y productor de
alternativas para lograr un cambio social constructivo.
En este sentido, nuestro contexto se puede concebir como un marco
para la transformación social constructiva en la cual la incidencia de los psi-
cólogos sociales se identifica en los procesos sociales macro, como la construc-
ción de políticas de Estado que permeen el marco legislativo de la nación.
Por lo tanto, es fundamental mostrar una postura ético-política frente a las
responsabilidades del Estado y la sociedad civil respecto a las problemáticas
nacionales; tener conciencia social cuya visión se caracterice por ser clara y
reflexiva sobre la realidad de las personas para (y con) las cuales trabaja.
constatación,
reflexión y
autoreflexión
3.1. La psicología social como
campo transdisciplinar con miras
a la comprensión de la realidad
social intersubjetiva: constatación,
reflexión y autorreflexión
Rosa Suárez Prieto, Myriam Ocampo Prado, & Julián Neira Carreño

L
a psicología social ha tenido desde sus momentos iniciales
una vocación por acudir a los referentes conceptuales de las
demás ciencias sociales. Esto es debido a la ausencia de re-
cursos teóricos y metodológicos dentro de la misma disciplina que
hagan posible construir explicaciones comprensivas sobre las pro-
blemáticas que enfrentan los sujetos y grupos humanos en la vi-
vencia de su realidad. El entendimiento de la naturaleza compleja
y holística de los fenómenos psicosociales demanda la utilización
de herramientas provenientes de disciplinas como la sociología,
la antropología, la historia para superar las diferencias epistemo-
lógicas que demarcan las fronteras disciplinares favoreciendo la
construcción de conjuntos temáticos a través de un análisis trans-
disciplinar.


La búsqueda de modelos teóricos y metodológicos que ayudasen a
entender y explicar los fenómenos con los cuales se trabajaba hizo
que [la psicología] en sus inicios apelase a muy diversas mentes, bien
porque algunas suministraban descripciones conductuales certeras y
el modo de producirlas, bien porque otras aportaban categorías de
análisis y explicaciones socioeconómicas o políticas de largo alcance.
Esta característica le aportó además una amplia perspectiva multidis-
ciplinaria, ya que ante las pocas respuestas y el corto alcance de las
mismas que presentaba la psicología, se acudió a campos tan varia-


dos como la educación popular, la filosofía, la sociología y la antropo-
logía. (Montero, 2004, p. 21).

En la historia de la psicología social en Colombia —como se ha con-


versado y discutido con los psicólogos sociales entrevistados— se observan
Índice

líneas teóricas y metodológicas que metodología de la investi-


delimitan y orientan un campo parti- gación-acción participativa
cular dentro de la disciplina. Aunque marca un hito fundamental
este proceso está en ciernes y la historia en el quehacer psicológico.
aún se encuentra en un estado de de- [Esta práctica investigativa]
sarrollo, la psicología social cuenta con obligó a la psicología a con-
referentes intelectuales así como hitos textualizar las problemáticas
constitutivos que le van imprimiendo sociales desde un abordaje
una identidad propia, independiente y de comprensión política e
diferenciada. ideológica. A indagar e im-


plementar metodologías que
La psicología social para
desde un posicionamiento
ese momento en nuestro
dialógico construyeran e
país estaba muy insipiente
implementaran cambios
y por lo mismo los pasos
(RS-AB) en Ocampo et al.,


que se estaban gestando
Matriz de sistematización,
eran de carácter personal y
2017, p. 30.
giraban en dos direcciones;
una, siguiendo los referentes De esta forma se hace eviden-
norteamericanos cognitivos te la necesidad de reconocer el origen
conductuales, centrados en múltiple de la psicología social, su con-
el estudio de las actitudes dición transdisciplinar y su relación
y la otra, de carácter más con las demás ciencias sociales. La
social y comunitario influen- utilización de diversos recursos con-
ciada por la sociología y el ceptuales y metodológicos enriquece
pensamiento del maestro el saber hacer psicosocial aportándole
Orlando Fals Borda, así un potencial generativo e interpretati-
como por la teología de la vo que posibilita la comprensión de las
liberación. Por lo tanto no complejas realidades sociales de la Co-
dudo al afirmar que acon- lombia contemporánea.


tecimientos como el 9 de
No entendía qué era la psi-
abril en Bogotá podrían
cología social, porque los
determinar nuestro surgir
psicólogos sociales también
como psicología social. Más
somos clínicos, pero no en lo
adelante el pensamiento del
terapéutico, en otro orden de
padre Camilo Torres en su
lo clínico y de ahí el progra-
paso por la Universidad Na-
ma [de psicología] toma otro
cional marcó definitivamen-
orden (NM-GF) en Ocampo
te el replanteamiento de los
et al., Matriz de sistematiza-
principios de una psicología
ción, 2017, p. 42.
social en nuestro país. Intro-
ducir en nuestra práctica la

112
La Psicología Social en Colombia. Teorías, Aprendizajes y Experiencias desde el Campo

Hay una conexión ahí entre permite descubrir y activar


todo esto y es: esta psicología las potencialidades de cada
social está atravesada todo sujeto singular y colectivo
el tiempo por pedagogía. para crear la acción colec-
Uno cree que lo que se está tiva enriquecida con po-
diciendo aquí es muy impor- tencialidades activadas en
tante, aprender con otros y otras dimensiones como la
construir con otros, por eso emocional, ética y estética
no en vano cuando uno ve (NV-AB) en Ocampo et al.,


las versiones constructivistas Matriz de sistematización,
pues las acoge, o las ver- 2017, p. 33.
siones del segundo y tercer
En la diversidad paradigmática
Bruner: cómo es eso que
que comprende la psicología social exis-
llamaríamos la psicología po-
ten posturas que recogen una posición
pular; eso es una especie de
que enfatiza la vocación experimental,
psicología social pedagógica
científica y positiva de la disciplina psi-
porque es una pedagogía,
cológica, reconociendo dentro de ella a
no correctiva de comporta-
la psicología social como una especiali-
mientos sino de apertura a la
dad profundamente relacionada con la
construcción de la existencia
psicología como disciplina unificada y
humana cuando dice qué
diferenciada de las demás ciencias so-
es lo que no busca, pues dar
ciales. Esta postura, aunque contradice
respuesta a por qué existi-
en varios aspectos la posición esgrimi-
mos y cómo debemos existir.
da por la mayoría de psicólogos socia-
Entonces hay cierta eticidad
les, se reconoce como legítima dentro
en el asunto y ahí emerge el
de la multiplicidad de expresiones de la
cuento de diálogos reflexivos,
psicología social en el país.
sin apresurarse, escuchemos


y entonces que acordamos, La psicología social que yo
eso, escuchar, escuchémonos trabajo es lo que algunos
(EE-GF) en Ocampo et al., llaman psicología social
Matriz de sistematización, psicológica, otros llaman
2017, p. 22. psicología social experimen-
tal pero digamos que en
La psicología social consti-
esta se reconoce que somos
tuye un campo profunda-
ante todo psicología y eso
mente relacionado con el
es un rasgo bien distintivo
campo de psicología políti-
en el sentido de que pen-
ca, no porque haya juegos
samos que los conceptos,
de poder en las relaciones
los métodos y los supuestos
intersubjetivas sino porque
son propios de la psicología.
la psicología política nos

113
Índice

Nosotros no concebimos una psicología social como una disciplina inde-


pendiente, no concebimos a la psicología social como una disciplina de
una o varias ciencias sociales sino que realmente la concebimos como se
concibe toda la tradición experimental en psicología, como una ciencia


del comportamiento (JEC-GF) en Ocampo et al., Matriz de sistematiza-
ción, 2017, p. 44.

En suma, la delimitación del campo de la psicología social es un proceso


iniciado pero aún inacabado que tiene en su propia reflexión el reto de otorgar-
se un lugar en el concierto de la psicología, una posición fuerte que permita la
construcción de una identidad propia y la formación de un conocimiento y una
práctica sólida para el abordaje de la compleja y retadora sociedad colombiana.
En las manos de los psicólogos sociales, en su trabajo cotidiano, en el compromi-
so con sus objetos de estudio y en el trabajo mancomunado con las comunidades
está el camino que va dilucidando los supuestos ontológicos y epistemológicos
que concentran y dan sentido al campo de la psicología social.


La relación yo-otros, y entre los otros, algunos especiales, se mantiene
como factores, o mejor, como campo fuerza y tensiones que configuran
un espacio de significaciones, frutos de razonamiento y acción para la


psicología social (HG-AB) en Ocampo et al., Matriz de sistematización,
2017, p. 33.

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Colegio Colombiano de Psicólogos COLPSIC.

114
parte II
Reconocimiento de
saberes construidos por
los psicólogos sociales
U
n grupo de seis psicólogas y psicólogos y una investiga-
dora en educación que trabaja en el campo de la psicolo-
gía social en universidades de Bogotá, entidades estatales,
y organizaciones no gubernamentales de gestión e intervención
sobre problemáticas sociales, fueron participantes en la investi-
gación que da origen a este libro y propusieron conceptualizacio-
nes acerca de temáticas dentro de las cuales han acumulado una
amplia experiencia en su labor profesional y académica. Ante in-
eludible historia de conflicto y violencia que ha condicionado las
dinámicas culturales de relación y convivencia afectando la cons-
trucción de la sociedad colombiana y, por este mismo medio, del
sujeto de análisis e intervención. Este grupo de investigadores ela-
bora una mirada reflexiva en cinco temas relacionados con una
visión comprensiva en la psicología social latinoamericana, con
la construcción de una psicología transcultural en diálogo con los
saberes populares de la interculturalidad, con el espacio de vida
como construcción del habitar humano en tanto proceso de sub-
jetivación y proyección de la acción social, la psicología ancestral
indígena y la Mink’a de conocimiento, y con la atención psicosocial
en el escenario del posconflicto colombiano.
4. Psicología social latinoamericana:
hacia una visión comprensiva

Napoleón Villarreal Sánchez & Beatriz Ospina Calderón4

U
na de las causas de la crisis de la modernidad radica en
que hemos terminado por considerar ingenuamente que
sus propuestas y tareas se realizan en un único tipo de ra-
cionalidad, cuando no, inclusive, en un solo modelo de ciencia y de
desarrollo social, llamado hoy modernización. Reducir la moder-
nidad a meros procesos de modernización termina por hacer in-
útil todo tipo de reflexión filosófica y de actividad cultural crítica.

Guillermo Hoyos Vásquez


(Citado en Zuleta, 2013, p. 249)

Resumen

E n el presente ensayo reconocemos los aportes de los paradigmas científi-


cos de Kuhn, las teorías de la complejidad de Morin, la institución ima-
ginaria de la sociedad de Castoriadis; desde América Latina las teorías de la
investigación-acción participativa de Fals Borda, de la educación liberadora
de Freire, del desarrollo a escala humana de Max-Neef y de la biología del
conocimiento de Maturana para la creación de nuestra propuesta de visión
comprensiva (VC). La cual compartimos en este ensayo como un fundamen-
to no solo conceptual y metodológico sino vivencial para la psicología y sus
campos de trabajo, especialmente para el comunitario, social, político y am-
4 Correo electrónico de Napoleón Villarreal Sánchez: jonavisan@hotmail.com
Correo electrónico de Beatriz Ospina Calderón: caosabe@hotmail.com
Este ensayo resume nuestra experiencia y aprendizajes como docentes  relacionados con
Psicologia y Educacion popular, comunitaria, social, cultural, politica, ambiental, como investi-
gadores, servidores públicos y como personas comprometidas desde 1980 con las comunidades
vinculadas a Bogotá (Alcaldía Mayor), Colombia (MEN) y América Latina (Naciones Unidas).
Aprendimos con ellas la diferencia entre conocerlas y comprenderlas. La visión comprensiva es
nuestra fundamentación conceptual y metodológica para la construcción de una Democracia
Participativa en Bogotá, en Colombia, en América Latina y el mundo. Promovemos desde
diferentes espacios el ejercicio pleno de las ciudadanías.
Índice

biental en el contexto de las ciencias Antecedentes


humanas y sociales.
Al partir de la persona con-
cebida como ser relacional (desde la
E xisten tres grandes paradigmas
cognitivos en la cultura occi-
dental que conviene distinguir para
psicología y pedagogía dialéctica) en acercarnos desde sus respectivas ra-
discrepancia con la concepción de cionalidades, fundamentos, modelos
la persona únicamente como un ser y metodologías a las realidades que
racional cognitivo y conductual, a la pretenden explicar, conocer, com-
luz de la psicología y pedagogía expe- prender y transformar. Cada uno se
rimental, la vemos como un ser capaz distingue del otro por sus fundamen-
de acciones e interacciones que surgen tos epistemológicos, racionalidades y
de la activación de potencialidades propuestas metodológicas como as-
en diferentes dimensiones humanas pectos que condicionan las formas de
y sociales como plantea la pedagogía producir los saberes, su comprensión
crítica. Esta perspectiva tiene impli- y aplicación en el ámbito de lo huma-
caciones metodológicas que facilitan no, visto desde lo social, económico,
la fundamentación, caracterización, político, cultural y ambiental. Este
comprensión y transformación de re- tema anima la reflexión de este texto.
laciones, y la creación de alternativas Como para investigar, cono-
para la realización humana integral cer y construir nuevas realidades no
en toda su diversidad. es suficiente la razón y sus raciona-
Al transitar de la necesidad a lidades, la VC las complementa re-
la libertad por el camino de las po- flexionando sobre las relaciones de
tencialidades nos acercamos al goce los sujetos consigo mismos, con las
efectivo de derechos, y desde estos a otras personas, lo trascendental, la
la creación de condiciones para una naturaleza, la ciencia, la técnica y la
vida con calidad en las diferentes tecnología en sus diferentes contex-
especies. Estos son tres desafíos que tos. En este sentido, el presente ensa-
asumimos como componentes de la yo propone una mirada más integral
visión comprensiva (VC) cargada de del complejo fenómeno relacional
elementos de resignificación de la para trascender los paradigmas cog-
persona como ser ético, estético, lú- nitivos, interpelar a los grupos de
dico, político, social y cultural. Des- investigadores que generan conoci-
de una perspectiva crítica capaz de mientos en diferentes campos disci-
cuestionar lo instituido para aproxi- plinares, sugerir involucrarse en una
marnos al ejercicio pleno de las ciu- reflexión crítica teniendo en cuenta el
dadanías en América Latina y otros campo de comprensión que crean las
contextos. características de cada paradigma.

120
La Psicología Social en Colombia. Teorías, Aprendizajes y Experiencias desde el Campo

La racionalidad instrumental en del empirismo al utilitarismo, pasando


las ciencias empírico-analíticas: por el positivismo, el funcionalismo, el
el paradigma hegemónico estructuralismo, el pragmatismo y una

L as ciencias empírico-analíticas es-


tán equipadas conceptual y meto-
dológicamente para estudiar realidades
teoría sistémica que surge en buena
parte de la fusión entre estructuralismo
y funcionalismo.
relacionadas con la naturaleza, los he- Como ya lo sustentó Habermas
chos, las conductas y en general todo lo (1988), todo conocimiento es interesado
que es susceptible de ser medido, cuan- y el que se produce en este paradigma
tificado y socializado como parte del tiene un interés técnico donde se pre-
mundo objetivo. La racionalidad analí- tende medir, explicar, controlar y pre-
tica deviene en racionalidad instrumen- decir la realidad. Esta forma de pensar
tal, estratégica y sistémica. Se constru- se ha vuelto dominante en la cultura
yen herramientas para observar dichas occidental y se impone sobre todo des-
realidades. La vida individual y social de los sistemas educativos. Una de las
se cuantifica mediante indicadores que exclamaciones más repetidas por los
permiten dar cuenta de causas y efectos profesores de primaria, secundaria y
en un mundo global. Cada epistemo- educación superior es: “analice”, como
logía genera una teoría y crea modelos queriendo decir “piense”, sin saber que
de explicación causa-efecto que com- analizar es una forma de pensar pero
parten el método experimental como no la única.
única posibilidad en la construcción de En los estudios universitarios
conocimiento científico riguroso. de las diferentes disciplinas y carreras
En este paradigma el saber y en los proyectos de investigación y en
el hacer están en función del tener y las tesis de pre y posgrado se nos obliga
el estar, desconociendo el ser, el sujeto a plantear un problema y a hacer una
multidimensional. Su condición es re- extensa revisión conceptual llamada
ducida a un ser cognitivo con capaci- marco teórico y conceptual, en la cual
dades que se traducen en conductas y ubicamos las categorías de análisis.
competencias para alcanzar un bien- Desde allí, en algunos casos, se plan-
estar determinado por la capacidad de tea una hipótesis, se elige un método,
producción y consumo en una cultura se diseña un experimento y finalmente
de mercados que pretende controlar se realiza un análisis de resultados y
todo a través de las leyes de oferta y de- una discusión de los mismos. Parece
manda, y llegar a todos los espacios de que no existieran otras formas de pen-
socialización como alternativa de desa- sar diferentes al pensamiento lógico,
rrollo económico. analítico, ensídico, inductivo y deduc-
Este paradigma está fundamen- tivo para conocer el mundo natural y
tado en una ontología determinista objetivo; lo cual se vuelve el modelo
que asume al ser como uno, eterno e para el mundo histórico, social, cultu-
inmutable. Con epistemologías que van ral y el mundo de la vida.

121
Índice

Los poderes instituidos pro- armas, drogas, sexo y otros negocios


ducen una cultura hegemónica, que rentables que la cultura de mercados
piensa analíticamente, separa, divide ha vuelto imprescindibles.
y fragmenta con el pretexto de lo- Una de las claves para promo-
grar conocimientos objetivos (Progra- ver el consumo, el abuso, y la adicción
ma Oruga 2014, p. 13). Desde esta a ciertos productos del mercado como
perspectiva teórica, la prevención de las drogas, las armas, la violencia y el
problemáticas sociales como las vio- sexo consiste más en prohibirlos que en
lencias, las adicciones y la corrupción legalizarlos. Los ingresos más altos en
consiste en mantener separados a los la cultura de mercados, con sus leyes de
individuos, que no responden a un oferta y demanda provienen de la pro-
patrón de normalidad, de sus espacios ducción, venta, compra, tráfico, uso,
de socialización. Apartarlos como mal abuso, consumo, adicción y dependen-
ejemplo de las personas, las drogas y cia de productos contramarcados lega-
otros productos y experiencias adic- les o ilegales, como juegos estratégicos,
tivas porque se cree que en el indivi- drogas, pornografía de papel, sexo vir-
duo violento —en sus ambientes, en tual, armas y violencia.
quienes lo violentan, en las drogas o Desde este paradigma se cons-
en sus precursores— radica el germen truyen modelos preventivos como el éti-
del mal, el virus de la enfermedad, la co-jurídico (i.e., erradicación y reducción
causa del daño, del delito, de la des- de violencias y adicciones a través de
trucción, de la perdición y la muerte la criminalización y penalización de los
(Programa Oruga 2014, p. 18). delitos individuales) y el médico-sanitario
Prevenir en estos casos es pri- (i.e., prevención primaria, secundaria y
var al sujeto violento de la libertad; al terciaria de la enfermedad física, men-
adicto de la sustancia, del producto tal y social) que tratan al consumidor
o de la experiencia adictiva rempla- como enfermo o “paciente” respectiva-
zándola por una menos nociva para mente; sobre todo si el organismo del
reducir el riesgo, el daño, el delito, la individuo que consume entra en con-
violencia, la enfermedad o la muer- tacto con aquellas sustancias o elemen-
te mitigando sus consecuencias. Los tos que los modelos del paradigma con-
sueños explícitos de los defensores de sideran prohibidos por la ley, la moral y
este paradigma analítico, estratégico, las buenas costumbres.
instrumental y sistémico frente a los Mucho antes de los paradigmas
problemas más frecuentes de la socie- cognitivos, en los primeros siglos de la
dad son: un mundo y una sociedad sin era cristiana y especialmente desde la
guerras, violencia, SIDA, desempleo, edad media hasta el renacimiento, el
drogas ni corrupción. Aunque su cu- consumidor de ciertas plantas y sus
rrículo oculto realmente promueva mezclas fue considerado un vicioso y
estructuralmente las violencias, los en muchos casos un poseído o un endemo-
consumos, las adicciones, la venta de niado habitado por uno o más espíritus

122
La Psicología Social en Colombia. Teorías, Aprendizajes y Experiencias desde el Campo

malignos. Desde este primer paradig- el aire, la tierra y la vida de todas las
ma interesan más las violencias físicas especies vegetales y animales.
que las psicológicas, las públicas que las Este modo de pensar y conocer
privadas. Los psicoactivos considerados se ha fortalecido y prácticamente se ha
más graves son los ilegales, aunque los vuelto obligatorio con el gran desarro-
legales como el café, las bebidas alcohó- llo que se le ha dado a la racionalidad
licas, el tabaco, los cigarrillos y algunos estratégica especialmente a través de la
medicamentos (e.g., analgésicos, antide- planeación estratégica, forma obligada
presivos y otros productos de farmacia.) para diseñar políticas, planes, progra-
o productos industriales de uso casero mas y proyectos internacionales, nacio-
(e.g., el bóxer) produzcan los peores da- nales, distritales, locales e instituciona-
ños y efectos colaterales en el individuo, les. A este paradigma y sus racionalida-
la familia, la sociedad, la economía, la des le interesa mucho las competencias,
política y la cultura. las capacidades y la competitividad, el
En el paradigma de las ciencias saber para hacer, el hacer para tener
empírico-analíticas no existe ni importa más y estar mejor limitando el desa-
el sujeto y se considera que lo subjetivo rrollo a los ingresos, las cifras, los datos
le resta veracidad al conocimiento. Aquí y los resultados observables (medibles,
no se habla de valores pues la neutrali- cuantificables y verificables) pero que
dad valorativa se considera una de las poco nos dicen sobre el ser, la vida, lo
exigencias para el conocimiento riguro- humano, lo social, el goce, sus interac-
so, científico y objetivo. Desde este pa- ciones y su sentido existencial.
radigma, aun en la posmodernidad, ter- Es una idea muy aplicada sobre
minamos satanizando ciertas violencias y todo en los países que se autodenomi-
ciertas drogas, tratándolas como flagelo nan desarrollados o del primer mundo, los
social y justificando todas las guerras cuales se presentan como modelos de
santas que algunos críticos como Anto- desarrollo para los países en vía de desa-
nio Escohotado (2000) llaman las nue- rrollo —del tercer mundo o subdesarrolla-
vas cruzadas de los siglos XX y XXI; dos— quienes deben imitarlos. Pode-
ya no organizadas ni dirigidas por las mos subrayar aquí que en cuestión de
iglesias y sus sacerdotes en nombre de la investigación, prevención, promoción y
fe, sino por organismos internacionales, atención integral todo el conocimiento
estados, políticos y científicos. se enfoca en los problemas relaciona-
Estas nuevas cruzadas termi- dos con las enfermedades, violencias
nan erradicando cuanto cultivo de físicas y drogas ilegales. Estas cosas
coca, amapola o marihuana haga su concretas son observables, medibles,
aparición sobre la tierra, con sustancias cuantificables y atentan contra la nor-
químicas cuyas consecuencias para la matividad y lo instituido.
vida humana y la vida en general toda- Esta es la forma más común
vía son discutidas, pero que sospecha- y oficial de pensar, planear y ejecutar
mos pueden ser nefastas para el agua, acciones a solucionar diferentes pro-

123
Índice

blemas y necesidades. Pero conviene dt (1997) considera que “la labor es el


revisar otras formas de pensar, sentir opio del pueblo” están hablando de
y actuar reflexionando críticamente modos de pensar que crean una falsa
sobre sus fundamentos, sus métodos y conciencia, la cual justifica condiciones
sus consecuencias. y relaciones de dependencia que alien-
an o no dejan ser ni desarrollar al suje-
La racionalidad dialéctica to autónomo, histórico, social, cultural,
en las ciencias histórico político y económico.
hermenéuticas: alternativa al El primer paradigma gira en
paradigma hegemónico torno a la solución de los problemas

E l paradigma de las ciencias histó-


rico-hermenéuticas elabora una
lectura diferente del mundo, la natura-
sociales como las violencias, las enfer-
medades, las adicciones y la corrupción
con productos que se ofertan en la cul-
leza, las relaciones sociales y la produc- tura de mercados, movidos por intere-
ción. Esta racionalidad se fundamenta ses técnicos y económicos. En el segun-
epistemológicamente en el materialis- do paradigma los intereses son prácti-
mo histórico y su interés es práctico. cos para orientar al sujeto colectivo ha-
Rescata los sujetos colectivos y los lee cia la independencia de quienes están
como clases sociales. Más que explicar usándolo como parte de la estrategia
el mundo pretende comprenderlo des- de dominación ejercida por el opresor.
de sus propias prácticas con su historia Esta dominación es denunciada como
y sus contextos socioculturales, econó- una forma de disminuir la capacidad
micos, políticos e ideológicos. Nos en- de reflexión, decisión y acción de los
seña a pensar, conocer y comprender el sujetos mediante el uso ideológico, po-
mundo desde la racionalidad dialéctica lítico y económico de los instrumentos
que ve en todo la lucha de los opuestos. de colonización y subordinación; esto
Este paradigma se puede re- hecho a través de los procesos de so-
sumir en las relaciones que Hegel cialización y subjetivación con el fin de
(1985/2000) estableció entre tesis, an- formar individuos sumisos y adaptados
títesis y síntesis que luego distinguimos a la cultura hegemónica.
como capitalismo (tesis), socialismo (an- En contraste, pensar y actuar
títesis) y comunismo (síntesis). En este dialécticamente es otra forma de leer
contexto se pueden entender las pro- el mundo y de construir conocimiento.
blemáticas de las violencias, las adic- Su lectura sobre las necesidades insatis-
ciones y la creciente corrupción global fechas y los problemas generados están
en sus significados explícitos, pero so- precedidos por la identificación de los
bretodo en sus significados implícitos, conflictos entre los actores asumiendo
ocultos y escondidos sistemáticamente. el compromiso de comprenderlos con
Cuando Marx (2005) afirma que “la información de fuentes históricas, so-
religión es el opio del pueblo” (p.50) o ciales, culturales, políticas y económi-
cuando posteriormente Hannah Aren- cas que faciliten su transformación.

124
La Psicología Social en Colombia. Teorías, Aprendizajes y Experiencias desde el Campo

Aquí podemos ubicar modelos Asia y América, aunque siguen siendo


de abordaje psicosocial y sociocultural problemas sociales relevantes en cada
que permiten el rescate del sujeto indi- territorio, tienen desde este paradig-
vidual y colectivo, perdidos u olvidados ma otra lectura que devela su papel y
en el paradigma de la objetividad pero su importancia política y económica
priorizando el segundo —la lucha en- como parte de una estrategia de poder,
tre clases sociales, opresores y oprimi- dominación, productividad, rentabili-
dos, ricos y pobres, burguesía y prole- dad y sometimiento.
tariado, incluidos y excluidos— donde
los sujetos están determinados no solo La racionalidad comunicativa en
por su condición biológica sino por su las ciencias sociales críticas: el
condición histórica, social, cultural, diálogo de saberes
económica y política.
Esta lectura de las realidades
sociales como históricas, materiales y
D esde el paradigma de las ciencias
sociales críticas y particularmente
desde la pedagogía, psicología y socio-
simbólicas aporta nuevos elementos logía crítica viene desarrollándose una
para conocer y comprender las nece- forma de pensar que no es excluyente
sidades, los conflictos y los problemas, de las otras y que cree en el poder de
sin responsabilizar al pobre y oprimido la argumentación teniendo como fun-
de su situación. Sospecha y descubre damento epistemológico la teoría de la
que hay una gran responsabilidad en acción comunicativa (especialmente en
los procesos y estructuras que repro- Europa). Dicha acción invita al diálogo
ducen determinados modelos socia- de los diferentes conocimientos cientí-
les, económicos, políticos y culturales ficos —tanto analíticos como dialécti-
hegemónicos, develando los intereses cos y críticos— con los saberes míticos,
ideológicos que allí se esconden y que mágicos y del sentido común. Recono-
es preciso visibilizar. ce que la realidad es fruto de la cons-
Desde este discurso la investi- trucción intersubjetiva y que además
gación, la prevención, la promoción y de un mundo objetivo hay un mundo
la atención a los diferentes problemas social, subjetivo y un mundo de la vida.
se enfocan más hacia los sujetos colec- Tal vez este sea el paradigma cognitivo
tivos, las estructuras sociales, las cultu- que más luz da sobre las relaciones in-
ras, las violencias, las adicciones y las tersubjetivas y de los sujetos con su en-
dependencias. Los problemas sociales torno, la naturaleza, la ciencia, la técni-
se leen como parte de la estrategia de ca y la tecnología en diferentes tiempos
dominación de una clase sobre otra. y contextos.
El alcohol en América Latina, la co- El pensamiento crítico supe-
caína en Norteamérica, los derivados ra las lecturas analíticas y dialécticas
del opio en Europa y Asia central, los que producen un mundo atomizado y
derivados del cáñamo como la mari- en guerra construido sobre ontologías,
huana y el hachís en África, Europa, gnoseologías y epistemologías deter-

125
Índice

ministas que no posibilitan la crea- la corrupción, la desesperanza, la dis-


ción, tampoco la transformación de criminación, la segregación o exclusión
las realidades por parte de los sujetos social, entre otros. También constituye
sociales desde su dimensión imagina- un fundamento racional para abordar
ria instituyente, ni de los sujetos indi- la problemática desde la dimensión éti-
viduales desde su imaginación radical. ca, política, económica, social y cultu-
Aunque sigue siendo un esfuerzo desde ral. Lo anterior desde una perspectiva
la razón por dar cuenta del significado crítica capaz de cuestionar lo institui-
de la vida, ofrece alternativas nuevas do, las prácticas sociales de cada espa-
de respeto, diálogo y conciliación sin cio socializador, las relaciones de poder,
abandonar su confianza en el poder del específicamente las relaciones entre los
sujeto para argumentar racionalmente sujetos en la cultura de mercados que
y recurre a la dimensión ética y comu- se globaliza atentando o poniendo en
nicativa. riesgo la salud, libertad, dignidad y
Este nuevo modo de producir vida de las personas, los grupos, las co-
conocimiento llama mucho la atención munidades, las sociedades, las culturas
por su invitación a construir con otros y los pueblos.
los nuevos conocimientos y saberes, las La racionalidad comunicativa
soluciones a los problemas, las respues- tiene en cuenta las relaciones inter-
tas a las preguntas de interés común, subjetivas y de los sujetos en diferentes
y los satisfactores de las necesidades escenarios, territorios y ámbitos; rela-
humanas. La racionalidad crítica se ciones que varían según los contextos
moviliza por un interés emancipatorio, el sociales, económicos, políticos y cultu-
cual promueve la formación de sujetos rales. Se tiene en cuenta que sobre ellas
individuales y de colectivos autónomos, hay diferentes lecturas que pueden ser
libres, responsables, críticos, éticos, es- legitimadas por diferentes perspectivas
téticos y políticos. Tal vez sea el para- teóricas y argumentativas, sociales y
digma donde más luces encontramos culturales dependiendo de su momen-
para volver realidad el sujeto de dere- to histórico. Mientras Europa prioriza
chos y el Estado Social de Derecho que la racionalidad comunicativa centrada
la Constitución Política de Colombia en la capacidad argumentativa, Amé-
asume desde 1991. rica Latina prioriza la racionalidad
Aquí surgen modelos de inter- crítica que integra a la argumentación
vención que reconocen la importancia comunicativa de lenguajes no verbales
de la participación de los sujetos indi- que configuran no solo el mundo de
viduales y colectivos en la construcción los significados sino el de los sentidos;
del conocimiento y de las alternativas donde signos y significados, símbolos y
de investigación, prevención, promo- sentidos se integran en los magmas de
ción y atención a problemas sociales significaciones.
relevantes como el uso indebido de Estos tres paradigmas cogniti-
drogas legales e ilegales, las violencias, vos nos ofrecen fundamentos concep-

126
La Psicología Social en Colombia. Teorías, Aprendizajes y Experiencias desde el Campo

tuales y opciones metodológicas dife- racionalidad analítica sobre la dialécti-


rentes: el primero tiene especial interés ca, la comunicativa y la crítica.
en explicar los problemas y negociar
con las necesidades, el segundo se con- Visión comprensiva y ejercicio
centra en comprender los conflictos pleno de ciudadanías: aportes
para transformarlos y el tercero se inte- desde la pedagogía y psicología
resa por la emancipación de los sujetos Social
individuales, colectivos y sociales.
Quienes piensan analítica y es-
tratégicamente se enfocan en las ne-
P ara transitar del conocimiento
unidimensional a la comprensión
multidimensional es necesario recono-
cesidades y problemas, olvidándose de cer los aportes de la pedagogía de la
los sujetos o asumiéndolos solo como autonomía, de la investigación-acción
consumidores que tienen que produ- participativa (Elizalde, Hopenhayn,
cir para comprar los satisfactores y & Max-Neef, 1986; Fals Borda, 2008;
soluciones que les vende el mercado Freire, 2008), no solo como método
y el estado. Los que piensan dialéc- sino como fundamento conceptual
ticamente se centran mucho más en y de la psicología social de la libera-
los conflictos y las luchas entre clases ción (Martín-Baró, 1986, 1998), de la
sociales opuestas y rescatan los sujetos ontología de la creación (Castoriadis,
como seres colectivos. Por su parte, 1983; Fernández, 2004), de las epis-
quienes piensan crítica y comunica- temologías del sur (De Souza Santos,
tivamente priorizan las relaciones in- 2009; Zemelman, 2014) y de la filoso-
tersubjetivas, rescatan los sujetos indi- fía latinoamericana (Dussel, 2015).
viduales y colectivos y los promueven La VC reconoce la dimensión
como sujetos autónomos, críticos, éti- racional cognitiva en la construcción
cos y como sujetos de derechos. de conocimiento desde la pedagogía y
Lo común en los tres es el abor- psicología tradicionales, pero descubre
daje unidimensional de problemas o fe- en otras dimensiones la potencia com-
nómenos que son multidimensionales y prensiva y creadora de sentidos y reali-
complejos, que no se pueden leer solo dades destacando entre ellas la dimen-
desde la dimensión racional cognitiva, sión imaginaria, emocional, lúdica,
ya sea que esta razón haya sido domes- ética, estética y política. Sus sentidos
ticada para pensar analítica, dialéctica, configuran significaciones construidas
comunicativa o críticamente. Por eso intersubjetivamente y compartidas so-
nuestra propuesta desde la pedagogía cialmente con variaciones de un mo-
y la psicología social intenta superar mento histórico a otro, de una cultura
las limitaciones que generan los funda- a otra, dependiendo de los procesos de
mentos ontológicos y epistemológicos socialización y subjetivación.
deterministas que definen al ser huma- Para comprender la realidad,
no como racional y que, de todas las transformarla y crear alternativas com-
formas de educar la razón, priorizan la prensivas de su hondura y profundidad

127
Índice

relacional tenemos que ir más allá de reducción de la demanda, y reducción


los paradigmas cognitivos que definen de los factores de riesgo centrados en la
al ser humano como racional, para re- prohibición, represión, penalización y
conocer otras dimensiones tal vez más criminalización. Esto pensado desde la
decisivas como la dimensión emocio- racionalidad estratégica en el paradig-
nal y lúdica (Maturana, 1998), estética, ma de las ciencias empírico-analíticas.
imaginaria, Castoriadis (1983), ética A pesar de todas las pedagogías
y política (Dussel, 2015) de los sujetos del “NO a las drogas”, “NO al consu-
individuales y colectivos. Visión com- mo”, “NO a la violencia”, “NO a la
prensiva asume a los seres humanos guerra” y “NO a la corrupción”, estas
como seres relacionales y multidimen- problemáticas siguen creciendo con el
sionales tanto como sujetos de dere- extraordinario poder de la cultura del
chos, libertades y deberes. mercado que promueve por los medios
Es urgente que aprendamos a de comunicación públicos y privados
ver y comprender la multidimensio- una vida de producción y consumo
nalidad del mundo natural, objetivo, como única alternativa vital. Lo cual
subjetivo, social, cultural, político y nos lleva de la producción al consumo
económico. La VC surge de los alcan- y del consumo al consumismo.
ces y limitaciones de cada paradigma Ante el fracaso del autoritaris-
descrito con sus enfoques, modelos y mo, con sus leyes duras por el arrolla-
métodos. Se construye como una visión dor e incontrolable poder económico
integral de los sujetos en sus territorios del mercado y el crecimiento del con-
y contextos en donde la imaginación, sumo y sus consumidores, parece que
la razón, la emoción, el afecto, el cuer- no quedara otro principio de realidad:
po, la lúdica y la espiritualidad están reducir el daño, para que al proble-
entrelazados para posibilitar no solo la ma del uso indebido de drogas legales
solución de problemas y la satisfacción e ilegales no se sume el problema del
de necesidades, sino la transformación VIH/SIDA, o para que al problema
de los conflictos, la activación de po- de la violencia económica estructural
tencialidades, el ejercicio responsable no se sume el de la violencia conyugal,
de los derechos, las libertades y los de- intrafamiliar, el abuso y la explotación
beres de las personas; en conjunto, la sexual, laboral, los accidentes de tránsi-
creación de condiciones para la vida to, las muertes violentas, las infecciones
con calidad. de transmisión sexual, los homicidios,
El paradigma de la “reducción los suicidios, la corrupción y otros pro-
del daño” (González, 2016) que actual- blemas que parecen estar relacionados
mente se desarrolla en algunos países unos con otros.
europeos y que se exporta a otros con- El ejercicio pleno de la ciuda-
tinentes surge del fracaso y las limita- danía empieza con la satisfacción de
ciones del paradigma de la “reducción necesidades, leídas no solo como ca-
del consumo”, reducción de la oferta, rencias sino como potencialidades que

128
La Psicología Social en Colombia. Teorías, Aprendizajes y Experiencias desde el Campo

pueden ser descubiertas y activadas coordinado, intersubjetivo, comunita-


para que se transformen en acciones rio, institucional, regional, intersecto-
que al ser cualificadas se visibilizan rial, ínter y transdisciplinario, ínter y
como capacidades. Las cuales posibili- transectorial donde se priorice la parti-
tan la expresión de principios, valores, cipación de la comunidad como sujeto
derechos y libertades. decisivo de la investigación, preven-
Invitamos a los responsables ción, atención y promoción. Esto no
de la investigación, formulación e im- solo reduciendo los riesgos y los daños
plementación de las políticas públicas sino generando beneficios recíprocos,
con sus planes, programas y proyectos bien común, salud, libertad, vida digna
a identificar y activar las potencialidades y vida con calidad para los seres huma-
en diferentes dimensiones. A priorizar nos y los seres vivos en general.
las potencialidades con los mismos Si le apostamos al descubri-
sujetos promoviendo la construcción miento y activación de las potencia-
social de las condiciones y relaciones lidades en diferentes dimensiones —
que permiten realizar a nivel indivi- promoviendo la formación de personas
dual, familiar, grupal, comunitario y críticas, creativas, autónomas, éticas,
colectivo alternativas para la realiza- estéticas, amorosas, políticas, que ac-
ción humana integral, el goce efectivo túan como sujetos de derechos, ciuda-
de derechos y una vida con calidad. danas locales, nacionales y del mun-
Estos tres compromisos posibilitan el do— empezamos a volver realidad y
ejercicio pleno de las ciudadanías, se vida el sueño de la democracia parti-
es consciente de que el mercado y el cipativa como un modo de vida donde
estado viven de explotar las necesida- la pluralidad y la diversidad humana
des como carencias y que la academia se pueden acceder plenamente. Aquí
se centra en los problemas posibilitan- nace y se desarrollan los campos de la
do tácita y explícitamente el someti- psicología comunitaria, social, cultural,
miento, la dependencia y la subordi- política y ambiental.
nación (neocolonialismo) so pretexto Es el mejor momento para des-
de desarrollo. pertar y deslegitimar el poder que le
Por la ruta de las potenciali- hemos entregado a quienes negocian
dades es posible vincular el mundo de y explotan nuestras necesidades redu-
las necesidades con el goce efectivo de cidas a carencias, convirtiéndonos en
derechos y este desde la última genera- sus “clientes” y “consumidores”; ideal-
ción de derechos (ambientales) posibi- mente adictos a sus productos, que en
lita el compromiso con la construcción la mayoría de los casos no pasan de
de condiciones para una vida con ca- ser pseudo satisfactores; analgésicos,
lidad que va más allá de los derechos tranquilizantes, evasores, euforizantes,
humanos. Estamos convencidos que la narcóticos o estupefacientes que a me-
formación de sujetos autónomos, crí- diano y largo plazo nos quitan la po-
ticos y creativos requiere un trabajo sibilidad de satisfacer nuestras necesi-

129
Índice

dades, activar nuestras potencialidades tisfacer individual y colectivamente las


y ejercer nuestros derechos y libertades necesidades, a crear juntos las condi-
sobre la base vivencial de los principios ciones para activar nuestras potenciali-
y valores consagrados en nuestra Cons- dades, transformar nuestros conflictos,
titución Política. y ejercer nuestros derechos y libertades
Para lograr el sueño común de responsablemente.
una vida digna para todas las personas En Bogotá y en otras ciudades
del mundo es preciso volver a valorar del mundo, ya se vienen construyendo
nuestro ser con todas sus potenciali- caminos de libertad a través de proce-
dades y crear las condiciones para su sos formativos de sujetos éticos, capa-
activación como capacidades que se ces de cuidar su propia vida y la de los
requieren para el goce efectivo de los demás haciendo posible la vida digna,
derechos y libertades en todas sus di- feliz y con sentido. La investigación
mensiones. “Imaginarios juveniles instituyentes
Cuando aprendemos juntos a sobre la política en Bogotá” alimenta
comprender y transformar nuestros la esperanza porque sí existen alterna-
conflictos, resolver nuestros problemas, tivas reales, silenciosas, e invisibiliza-
satisfacer nuestras necesidades, realizar das pero fecundas (Villarreal, 2013).
nuestros sueños, activar nuestras poten- Vale la pena que las relaciones
cialidades, vivir nuestros principios y va- familiares y comunitarias entre niños,
lores, y ejercer nuestros derechos hace- jóvenes, adultos, viejos, personas con
mos realidad la utopía del Estado Social orientaciones sexuales e identidades de
de Derecho fundamentado en el respe- género diversas, las relaciones consigo
to a la dignidad humana, el trabajo, la mismo y con el entorno sean reflexio-
solidaridad y la prevalencia del interés nadas a la luz de las racionalidades con
común (Const., 1991, art. 1). sus respectivos paradigmas y modelos.
Solo así podemos pronosticar la Sobre todo es urgente que estas rela-
quiebra de los grandes negocios de la ciones sean enriquecidas con los apor-
política y sus políticos en nombre del tes de otras dimensiones humanas.
Estado, de las multinacionales y sus Para poder caracterizar, com-
empresarios en nombre del mercado, prender y transformar nuestras re-
que por vía tanto legal como ilegal vi- laciones es preciso escuchar no solo
ven de las ganancias que producen los al otro, también a nuestro cuerpo y
laboratorios farmacéuticos (Villarreal, sus sentidos, emociones, sentimien-
1998), legales e ilegales, los negocian- tos, deseos e intuiciones. Despertar
tes de la culpa, del delito, de la enfer- nuestra capacidad reflexiva crítica
medad, del miedo, de la violencia, de para develar los condicionamientos e
la guerra, de las armas, de la inseguri- intereses políticos y económicos de la
dad, del terror y de la muerte (UCPI, actual cultura de mercados que sigue
1998). Aprendamos a resolver de ma- colonizando al Estado. Es urgente
nera participativa los problemas, a sa- que volvamos a descubrir el éxtasis

130
La Psicología Social en Colombia. Teorías, Aprendizajes y Experiencias desde el Campo

humano, que descubramos los secre- Los negociantes que se enri-


tos de Dionisos que han motivado la quecen explotando nuestras necesi-
búsqueda de sentido vital a lo largo dades no van a poder vendernos sus
de la historia humana. productos y sus promesas de éxtasis
Las claves están en nosotros en pastillas, inyecciones, bebidas, imá-
mismos; en la naturaleza; en los sabe- genes y otros productos de diferentes
res construidos por las ciencias y por precios y presentaciones que se ofertan
la experiencia personal, familiar, co- en las diferentes vallas y pantallas del
munitaria y social; en la sabiduría de gran súper mercado global, porque sa-
la vida cotidiana; en nuestra reflexivi- bemos por experiencia personal y de
dad; y en nuestra capacidad de amar y otras personas que las consecuencias
jugar. Juntos niños, adolescentes, jóve- finales son las mismas en el primer, se-
nes, adultos, viejos, y personas con di- gundo o tercer mundo. Son estar más
ferentes maneras de pensar podemos lejos de nosotros mismos, de los otros
descubrir y desarrollar nuestras poten- y del entorno natural; es decir, adictos
cialidades, porque son parte de nues- sin dicción, sin comunicación, en el va-
tro ser multidimensional. Creamos cío total de sentido existencial, ético,
juntos las condiciones adecuadas para axiológico y vital, reducidos a clientes
su activación como principios, valores, ideales, eternos consumidores de dro-
y derechos en ejercicio. Si no cuestio- gas y otros productos ilegales y legales.
namos lo instituido y si no desarrolla- Como seres heterónomos sumidos en
mos la potencia en nosotros seguire- la desesperanza y el conformismo sin
mos atrapados en el imaginario social poder vivir en el respeto a la dignidad
capitalista con su círculo vicioso de de la persona, en la solidaridad, en la
producción y consumo, que fabrica un libertad y en la autonomía como prin-
sujeto sujetado, con sus dimensiones y cipios y valores fundantes de la demo-
potencialidades bloqueadas descono- cracia radical que Orlando Fals Borda
ciendo la potencia de la dimensión (2007, 2008) nos presenta como funda-
imaginaria instituyente capaz de crear mento de un nuevo orden social.
colectivamente realidades más huma- Recomendamos a todas las
nas y sociales (Castoriadis, 1983). personas que trabajan en la creación
Ya muchas personas están de- de sujetos y comunidades autónomas,
velando el imaginario social instituido críticas y creativas que lean y que dis-
que pretende convertirnos a todos en fruten tres libros autobiográficos donde
consumidores y adictos impidiéndonos sus autores nos comparten su tránsito
la activación de potencialidades, el de- por los tres paradigmas: Antes del fin de
sarrollo de capacidades, la transforma- Ernesto Sábato (1999), Pedagogía de la
ción de nuestros conflictos, el goce efec- esperanza de Paulo Freire (2008), y Mis
tivo de nuestros derechos, la realización demonios de Edgard Morin (1995). Es-
humana integral y la creación de con- peramos que descubran cómo fueron
diciones para una vida con calidad. desde América Latina y Europa tras-

131
Índice

cendiendo las racionalidades para- liares, comunitarias, académicas, ins-


digmáticas, promoviendo la apertura titucionales, sociales y culturales. Mis
a otras dimensiones y creando alter- estudios de filosofía y psicología fue-
nativas a la desesperanza. En Los siete ron fundamentales, la profundización
saberes necesarios para la educación del fu- realizada en algunos diplomados, la
turo Morin (1999) nos entrega algunas maestría de psicología comunitaria y
claves para superar las cegueras para- los estudios doctorales en ciencias so-
digmáticas y llegar a la comprensión ciales niñez y juventud alimentaron
de nuestra realidad multidimensional, mis experiencias laborales, investiga-
ayudándonos a descubrir nuestra ca- tivas, asesorías, conferencias, foros,
pacidad creadora de mundos posibles, seminarios, talleres y conversaciones
donde la vida valga la pena, donde con personas de diferentes campos
podamos realizar nuestro ser en sus disciplinares, especialmente de la filo-
diferentes dimensiones, donde nos va- sofía, la psicología, la pedagogía y las
loremos por lo que somos y no por lo artes.
que tenemos, donde el saber, el hacer, Mi gratitud para todas estas
el tener y el estar tengan sentido por- personas que participaron en la crea-
que contribuyen al desarrollo integral ción de sentido para mi vida y la de
y multidimensional de nuestro ser re- muchos otros seres vivos que habi-
lacional. tamos esta tierra hermosa que viaja
Este artículo ha sido elabora- con otros planetas en esta galaxia que
do a partir de la reflexión sobre mis tampoco viaja sola.
propias experiencias personales, fami-

132
Referencias
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5. Paso a paso por los senderos de la
psicología transcultural. Diálogo
con los saberes populares de la
interculturalidad
Rosa Suárez Prieto5

E
Preparando el camino
ste trabajo es producto de las reflexiones teóricas y meto-
dológicas que hemos venido elaborando con el grupo de in-
vestigación “Subjetividades indígenas” desde el año 2006.
Son igualmente producto del proyecto de investigación “Puntada a
puntada tejiendo alteridades indígenas en la localidad de Los Már-
tires de la ciudad de Bogotá”. Desde entonces acompañamos a las
comunidades indígenas que, en su mayoría, se vieron obligadas
a desplazarse a Bogotá como víctimas de la violencia. Desde es-
tas líneas queremos agradecerles por permitir que junto con ellos
“camináramos la palabra y así, paso a paso, pensar bonito”.

Primeros pasos

R etomar los caminos de la psicología transcultural en la época de la mo-


dernidad es toda una aventura en la medida que implica revivir este
campo poco conocido en nuestra disciplina. Se podría afirmar que son labe-
rintos a través de la interculturalidad. Los primeros pasos se dieron en los ini-
cios del siglo XX, en el momento que algunos antropólogos se asombraban
del por qué la psicología no aprovechaba las oportunidades que le brindaba
la antropología, con las descripciones y conocimientos de las comunidades
aborígenes con quienes se estaba indagando y explorando las diferencias cul-
turales. Sería de sumo interés comprender los diferentes patrones de com-
portamiento, las diferencias individuales que nos llevarían a pensar en los
procesos de desarrollo y pautas de crianza, la personalidad, la motivación, lo
normal y lo patológico; en fin, todas aquellas problemáticas de interés para
la psicología.
A inicios del siglo XX la psicología no se había desarrollado lo su-
ficiente teórica y metodológicamente y por lo tanto no contaba con los re-

5 Correo electrónico de Rosa Suárez Prieto: rosuar52@yahoo.com


Índice

ferentes para comprender y explicar una amplia serie de puntos nodales


los comportamientos humanos y las como intersecciones de líneas trazadas
culturas diferentes a las europeas o desde todas las disciplinas de las cien-
norteamericanas, y menos todavía cias sociales, con un mayor énfasis de
para emprender una investigación la antropología y la sociología como un
comparativa, (Price-Williams, 1980). problema común.
Su mirada experimental se apoyaba y Algunos años después de la
fundamentaba en las introspecciones Segunda Guerra Mundial los psicó-
de personas adiestradas. Las técnicas logos experimentales se interesaron
de observación y medición avanzaban, en estudiar grupos por fuera de las
más no así las teorías que permitieran muestras urbanizadas y alfabetizadas
relacionar las observaciones realizadas de Europa y Norteamérica en áreas de
con los procesos hipotéticos objeto de la personalidad y del comportamien-
sus investigaciones. Desde entonces la to infantil. Un primer paso consistió
psicología ha asistido a un lento de- en definir el campo de acción. Fue así
sarrollo pues no hay certeza de si las como Brislin, Lonner y Thorndike
categorías tradicionales de descripción (1973 citado en Douglass Price Wi-
y análisis eran totalmente adecuadas lliams, 1980) empezaron a delimitarlo
para aplicarlas a otras culturas. No se dando una definición:


podía someter el estudio de pueblos La psicología intercultu-
culturalmente diferentes a la preten- ral es el estudio empírico
sión de formular hipótesis formales que de miembros de diversos
pudieran ser proyectadas con alcance grupos culturales que han
universal. tenido experiencias diversas
Sin embargo, algunos psicó- que conducen a diferencias
logos que se atrevieron a incursionar de comportamiento prede-
en la descripción de las comunidades cibles y significantes. En la
“primitivas” de manera comparativa mayoría de dichos estudios,
con las “civilizadas”, hicieron descu- los grupos investigados ha-
brimientos con resultados promete- blan distintas lenguas y son


dores. Uno de ellos fue Douglass Pri- gobernados por unidades
ce-Williams (1980), quien reconoció políticas diferentes (p. 19).
que “esas gentes”, los “primitivos”, no
podían ser consideradas de una forma Con anterioridad, Frijda y
simplista como si fuese otro grupo ex- Jahoda (1966) señalaron las diferencias
perimental y trató de acercar los méto- entre estudios inter-nacionales e intercul-
dos psicológicos clásicos con las exigen- turales. Se pudo comparar entre sí na-
cias impuestas por las variaciones cul- ciones o países de cultura occidental,
turales que buscaba estudiar y conocer. lo que corresponde al primer término;
La tarea fue muy compleja por ser un mientras que el segundo hace referen-
campo indefinido donde interactúan cia a los que comparan cada población

138
La Psicología Social en Colombia. Teorías, Aprendizajes y Experiencias desde el Campo

occidental con sociedades “prealfa- miento sociológico podría modificar


betizadas” entre sí. Así mismo, con- la expresión de un acontecimiento
sideraron a los internacionales como psicológico.
interculturales. Aquellos que contem- Estas reflexiones incentivaron a
plaban una sola cultura no eran con- la antropología a explorar esta área, al
siderados como tales, por no entrar en punto de hablarse de una “nueva per-
el orden de la comparación. sonalidad y cultura”. Así mismo, en la
El mayor aporte en ese mo- antropología surgen campos como la
mento fue el realizado por aquellas in- antropología cognoscitiva y la antro-
vestigaciones que tenían como fuente pología del comportamiento que pene-
un antecedente previo de psicología tran en lo psicológico.
general y experimental con sujetos En este contexto surge la etnop-
occidentales como población. Es el sicología, término que aparece utiliza-
caso de Jean Piaget quien fundamen- do en el mismo sentido que la palabra
tó —sin proponerse la creación de un alemana Völkerpsychologie o psicología
“método clínico” sobre el desarrollo popular que fue introducido en la psi-
de la inteligencia en el niño— bases cología por Wilhelm Wundt en una se-
teóricas y metodológicas que fueron rie de volúmenes con ese título (Wundt,
aplicadas en varios países no occiden- 1900–1920). Este concepto fue moder-
tales de África, del Lejano Oriente, nizado por Werner (1957), quien desa-
del Oriente Medio, del Pacífico y de rrolló su interpretación. La psiquiatría
América Latina, también en grupos igualmente entró en estos debates acer-
indígenas de Australia. ca de lo cultural dando paso a la etnop-
La mayor dificultad que se siquiatría. Esta disciplina indaga, des-
encontró en estos estudios fue el des- de lo intercultural, por los choques que
conocimiento del papel de la cultura provoca la civilización con las comuni-
en los procesos psicológicos. No obs- dades indígenas u originarias; choques
tante, Rivers se preguntó lo siguiente: que se traducen en cambios culturales
“¿Cómo se pueden explicar los movi- y que necesitan una mirada explicativa
mientos de la mente humana sin el co- desde la psicología.
nocimiento del trasfondo social que ha El psicólogo George Devereux
desempeñado un papel importante en (1961) intentó delimitar los desórde-
la determinación de los sentimientos y nes psiquiátricos producidos por el
opiniones del género humano?”(1905, contacto con los miembros de la pro-
p. 321) El error no consistía tanto en pia cultura. Propuso la primacía de la
intentar generalizaciones sino en no conciencia y sugirió una estrategia cha-
admitir ante los hechos que un acon- manística para tratar los desórdenes
tecimiento sociológico no tiene ne- del inconsciente étnico, o desórdenes
cesariamente una simple relación de sagrados. Estos postulados son la base
uno a uno con una causa psicológica para crear una psicología “del otro” a
e igualmente pensar que un aconteci- partir de la psicopatología y de la lectu-

139
Índice

ra transcultural desde planteamientos XVI entre la economía política y la


psicoanalíticos: periodos de conciencia razón. Ambos son espacios de saber
que se distinguen unos de otros me- que tienen como función registrar en
diante mecanismos de defensa del yo sus respectivas dimensiones el creci-
cultural. Así, los desórdenes se produ- miento y desarrollo de la modernidad.
cen por una mala e inadecuada distri- La primera expresa en términos tecno
bución de los mecanismos de defensa científicos el avance en el dominio de
creados culturalmente. la naturaleza, el crecimiento de bienes
culturales en el sentido de la prevalen-
Por los caminos de la cia de lo humano sobre lo “natural”.
modernidad La segunda se refiere a la inscripción

E l proyecto de la modernidad in-


tenta en sus inicios construir un
paisaje social humano dominado con-
en los sistemas lógicos de estructuras
psicoevolutivas y filosóficas que miden
la evolución del conocimiento respecto
secuentemente por humanos. Anuncia del universo y la vida social.
una emancipación, se trata de lograr La matriz que así se configura
la construcción de un nuevo concepto nos ubica en el dominio del campo fun-
de hombre que se libera del control de damental de las significaciones que en-
los dioses a partir de la creación de una traña el mundo moderno: las nociones
nueva dimensión: la sociedad civil; ella de progreso y desarrollo. Ambas deben
contuvo tres constelaciones fundamen- tender a construir y permitir el mane-
tales que se constituyeron en su eje de jo del tiempo y del espacio, de modo
gravitación. Según Habermas (1988), que el espacio sea convertido en una
Bourdieu y Wacquant (1995) y García apropiación geopolítica y segmentaria
Canclini (1995), estos podrían ser: la de la producción, distribución y consu-
ciencia, la ética y la estética. Estas se mo mundial. A su turno, el tiempo que
insertaron pero también mantuvieron amenaza con su cualidad de lo infini-
una cierta “autonomía de campo”; si to debe ser reducido al predominio de
bien sobre ello aún no se ha logrado una intencionalidad que le da sentido a
un acuerdo. El campo no es un apa- su devenir. Así pues, la reductibilidad del
rato ideológico, ni solo compuesto por tiempo se ejercita por medio de una
representaciones mentales; es una red teleología de cambios que tienden al
de micropoderes que mantiene un có- progreso.
digo y unos ejercicios, unas técnicas de Es precisamente sobre estos dos
poder bien específicas y diferenciadas. pilares que la modernidad, en tanto
Castoriadis (1983) ha analizado que saber-poder, puede experimentarse
una contingencia que permite com- como control sobre el mundo. Así mis-
prender la matriz de la modernidad en mo puede fabricar un sentido y un mun-
el abordaje del movimiento. En efec- do que apareja el ejercicio y despliegue de
to, este autor disertó sobre la relación la razón universal —aquella que se sitúa
no causal que se suscita desde el siglo más allá de las condiciones concretas y

140
La Psicología Social en Colombia. Teorías, Aprendizajes y Experiencias desde el Campo

los particularismos— y se coloca en la socius precapitalistas, fragmentándolos


constelación de las abstracciones y de la para convertirlos en valores mercantiles.
producción de bienes como dos prác- La geografía, la historia, la memoria, la
ticas sociales que se entrecruzan para cultura, y el territorio sagrado que has-
crear la noción política de evolución, ta este momento estuvieron intercep-
civilización y Estado. tados a través del mito y del ritual que
El proyecto de la modernidad, les daba un sentido holístico, ahora se
en tanto que tarea política, es decons- rompen para producir los no-lugares
truir, en términos de Dérrida, las me- o seres sin identidad, espacios de ano-
diaciones encantadas de la premoderni- nimato, tiempos y espacios de traslado
dad. Esto quiere decir que las relaciones que las personas no habitan y solo usan
entre los hombres están despojadas de mecánicamente.
la dimensión religiosa. Así y para siem- El acontecimiento que es la
pre el hombre asume el papel de cons- aceleración del tiempo histórico y su
tructor social y pretende reconocerse en pérdida de sentido reemplaza el relato
todas sus creaciones. En este sentido la ordenado secuencialmente; ya no más
modernidad es un proyecto emancipa- Génesis, Antiguo y Nuevo Testamen-
dor que destruye a los dioses y a su papel to, ni Apocalipsis. Tan solo deveni-
de creadores de la sociedad, colocando res intensos y rápidos, sin referencias
al hombre en el lugar de hacedor de la conmemorativas, sin eternos retornos,
realidad. Pretende también ser un pro- tiempos para construir, no para signi-
yecto innovador en donde se le cede a ficar, ni ritualizar. La pura temporali-
la imaginación social el campo de la es- dad se transforma en devenir civil, en
tética; constelación en la cual lo sublime temporalidad humanamente determi-
expresa el sentimiento de superioridad y nada.
de belleza que el hombre puede encon- Los dioses ya no tienen nada
trar en sí mismo. que ver con el tiempo, han sido re-
También es un proyecto de do- tirados de él, no le determinan fina-
minación en el cual las fuerzas del co- lidades, no lo significan. No están al
nocimiento humano penetran en las comienzo, ni en el fin de la historia
entrañas de la naturaleza para poner- tampoco del espacio. Él ha perdi-
las a disposición de la tecnociencia. La do su carácter sagrado; todo lugar
modernidad se juzgará a sí misma, por se abre al acontecimiento, a los mil
la capacidad de autonomizar estos tres y un encuentros de las personas, de
campos: de la estética, la ética y la cien- los ciudadanos; ya no está antropo-
cia. Sin embargo, esta autonomía está morfizando, ni deificado. No evoca el
preñada por la ambigüedad del poder; trasegar de los héroes culturales. No
poder del socius capitalista de sujetar a es Madre-Tierra, ya no es el Monte
todos los seres y los saberes a su movi- Sinaí. No es el espacio por donde
miento (García-Canclini, 2001). Destru- ocurrieron los mitos; es pura y simple
ye todos los sentidos contextuales de los espacialidad.

141
Índice

Y ¿qué no decir de los relatos? el folklore llama la atención es porque


En tanto que sentido del mundo ellos en medio de la construcción de unas
se han desplazado. Los dioses transitan nuevas relaciones sociales, fragmenta-
por y en el mercado. Están a la venta, das, sin contenido, veloces y triviales
el capitalismo admite a los dioses, así el pueblo mantiene viva una fuerza
las narrativas sagradas se han relativi- comunal, unos lazos más permanen-
zado. Ninguna es la verdad absoluta y tes. El espacio público y el anonima-
todas a la vez pueden serlo. to que genera la desidentificación y el
La creación del saber surgirá individualismo no lograron deshacer
de un doble juego entre la representa- el tejido social de la cultura popular.
ción del entorno y la construcción del En esta contradicción entre la imposi-
mismo y esto es más verdad, en cuan- ción de unos nuevos tiempos y ritmos
to se refiere a la creación de las identi- fragmentados y el mantenimiento de
dades sociales. El género y la clase no vínculos solidarios y fuertes, se debate
son representaciones del lenguaje de la el fragor de la clase popular.
sociología, son también resultados de La mirada interna a los santua-
la construcción de la modernidad. Lo rios, los curanderos, las fiestas popula-
que Marx (1970) atestigua no es solo la res, la vida cotidiana, las formas de fa-
realidad de la vida social en la ideolo- milia y al derecho consuetudinario será
gía, sino la ideología convertida en rea- el resultado de una sociología y, en otras
lidad social. Múltiples acercamientos a partes, de una etnología de los pueblos.
esas nuevas identidades. Ella revela lo que Foucault (2000) llama
La lectura de lo popular se mul- los epistemes; en otras palabras, la cons-
tiplicará en sus significados y en sus po- trucción de la mirada, del espacio y de
siciones. El pueblo es no solo el cuerpo los significados que dominaron la rela-
y sus fatigas; es igualmente nido de uto- ción entre primitivo y popular. Aunque
pías. Los anarquistas verán en el folklo- disociados en su estructura institucio-
re una fuerza telúrica romántica. El nal el saber etnológico sobre los pue-
pueblo, sus fiestas, diversiones, y hábi- blos “primitivos” y el folklore sobre lo
tos de comida serán objeto de atención popular han terminado por establecer-
de esta nueva disciplina, pero al mismo se como un solo dominio.
tiempo objeto de una doble mirada:
para los tradicionalistas, viejas y atávi- Por el sendero de la colonialidad
cas costumbres que deben mantenerse;
para los liberales freno al desarrollo y
para los anarquistas una fuerza explo-
A mérica Latina ha sido pensada
desde otras miradas que la han
intervenido y han construido en ella
siva, una fuerza revolucionaria. heterogeneidades temporales, espacia-
El pueblo se convierte en objeto les y socioculturales que no la dejan au-
de múltiples saberes y disciplinas. En topensarse, autogestionarse ni autoco-
él y para él se fabrican los nuevos es- nocerse. Las teorías han sufrido trans-
pacios y tiempos de la modernidad. Si formaciones muy importantes ligadas

142
La Psicología Social en Colombia. Teorías, Aprendizajes y Experiencias desde el Campo

a los cambios políticos, ideológicos y El concepto de subalterno, fun-


económicos que atraviesa el mundo. damentado en la crítica poscolonial
En las últimas décadas del siglo XX permite denunciar la situación actual
se incrementó la fuerza de la transna- de las comunidades indígenas y visua-
cionalización y con ella un conjunto lizar los retos de la psicología en este
de estrategias, imaginarios, lenguajes y campo. Lo subalterno representa los
modos de subjetivación que empiezan actores sociales no escuchados y es-
a producir transformaciones utilizando tructuralmente silenciados. Como sos-
a América Latina como una ficha más tiene Spivak (2003), en las sociedades
del neoliberalismo y del capitalismo coloniales y capitalistas existe un silen-
mundial integrado. ciamiento de sectores subalternos que
Este panorama cierra el hori- no puede verse como independiente
zonte para el desarrollo autodetermi- del papel que desempeña la acade-
nado de los países latinoamericanos mia. Como señala Beverley (2004) en
como región, al involucrarlos en mo- el mismo sentido: “El subalterno, es
dos de subjetivación que abren sim- subalterno en parte, porque no puede
plemente el espacio a la individuali- ser representado adecuadamente por
zación y la marginalidad. Si bien en el el saber académico porque ese saber es
mundo hay teóricos e investigadores una práctica que produce activamen-
que critican y replantean la relación te la subalternidad (la produce en el
de la modernidad con el ambiente, el acto mismo de representarla)” (p. 23).
futuro implícito al cual debería aten- Lo subalterno es una antítesis necesaria
der América Latina es lo que hoy de lo hegemónico, pues si los subalter-
constituye el presente de los países de- nos pudieran “hablar” en el sentido de
nominados como desarrollados. constreñirnos a escucharles desafiarían
En Colombia es necesario se- su condición misma de subalternidad.
ñalar la existencia de una condición En el caso de la psicología han
subalternada de los pueblos indí- sido promovidos modelos presunta-
genas, esta subalternidad ocurre al mente universales de inteligencia, de-
margen y de manera tangencial a la sarrollo, personalidad, normalidad,
academia. Lo indígena ha sido mar- salud, entre otros, desde un positivismo
ginalizado por el eurocentrismo de que desconoce los contextos culturales
las ciencias sociales y en particular de y la historia (Bruner, 1991; Gergen,
la psicología, si se tiene en cuenta que 1996). Estas elaboraciones disciplina-
no se considera como su “objeto de res operan bajo lógicas occidentales y
estudio”. A pesar de que perspectivas eurocéntricas que etiquetan lo no occi-
como el socioconstruccionismo son dental como anormal, atrasado, incivi-
conscientes y reconocen una forma lizado, prelógico, supersticioso, animis-
de vida diferente a la occidental, la ta o premoderno. Por estas razones, el
subalternidad de los pueblos indíge- silenciamiento de los pueblos indígenas
nas es inocultable. los ha subalternado dentro de la disci-

143
Índice

plina que, sostenida por la colonialidad 2010), y reconoce que la hegemonía


(Castro-Gómez, 2005a), ha universa- colonia/modernidad es un contenido
lizado una cultura: la occidental. La simbólico y material que constituyó a
razón fundamental de la subalternidad América Latina como la primera peri-
indígena es el mantenimiento de la co- feria global.
lonialidad, por lo cual se acudirá a la La perspectiva decolonial dife-
perspectiva decolonial apuntando difi- rencia el colonialismo como expropia-
cultades y retos de la psicología en el ción territorial y económica de los pue-
acompañamiento con los indígenas o blos amerindios, y colonialidad como
pueblos originarios. la dimensión cultural que conlleva tér-
Ante la crítica poscolonial que minos de expropiación político-episté-
relativizaba al saber occidental “pro- mica. A su vez condena conocimientos,
vincializando” a Europa (Archila, sujetos y sistemas culturales considera-
2005) y cuestionando su histórica hege- dos como “periféricos” cuya condición
monía, a principios del siglo XXI surge ejemplifica el pasado de la moderni-
una manera alternativa de interpretar dad eurocéntrica. La colonialidad ha
la sociedad latinoamericana: el pro- sobrevivido al colonialismo, no puede
grama de investigación modernidad/ ser vista como un fenómeno superado
colonialidad, o perspectiva decolonial puesto que continúa configurando las
(Escobar, 2003). Esta forma de pensa- relaciones de poder entre diversos ac-
miento formula como tesis central que tores étnicos (indígenas, no-indígenas;
la hegemonía colonial es constitutiva Maldonado-Torres, 2007).
de la modernidad y critica la visión Para entender estos procesos
ortodoxa que considera la conquista y la perspectiva decolonial propone tres
la colonización de América como un conceptos, que a su vez explican en
evento más de inicio de la moderni- gran medida la subalternidad de los
dad. Por el contrario, propone que la pueblos indígenas y configuran gran-
modernidad y la colonialidad son suce- des retos en la construcción epistemo-
sos mutuamente dependientes, que lle- lógica y el quehacer de la psicología.
varon a subalternar lo indígena como Estos son: colonialidad del poder, co-
categoría surgida de la dupla coloniza- lonialidad del ser, y colonialidad del
dor/colonizado (Bonfil-Batalla, 1972). saber. La primera hace referencia a
El mito eurocéntrico de la modernidad la jerarquización de las sociedades y
(Dussel, 1995 citado en Castro-Gómez, la distribución de los poderes bajo el
2005b) —que atribuye la modernidad criterio de la “superioridad de la raza”
únicamente al desarrollo endógeno justificando la subalternidad en razón
de Europa y a su “superioridad” inte- de inferioridades raciales supuesta-
lectual, económica y política— es re- mente biológicas y objetivas (Quijano,
chazado de manera vehemente por la 2000; Restrepo, 2012).
perspectiva decolonial adoptando una La colonialidad del ser es enten-
visión planetaria (Restrepo & Rojas, dida como la imposibilidad de confor-

144
La Psicología Social en Colombia. Teorías, Aprendizajes y Experiencias desde el Campo

marse como sujeto fuera de los cánones mágico y salvaje. Los pueblos indígenas
eurocéntricos-occidentales, al punto de se han visto obligados a crear estrategias
desconocer, deslegitimar o discriminar de supervivencia que difícilmente per-
a indígenas o afrodescendientes (Wal- manecen vigentes.
sh, 2007); noción legitimada por la psi- En las últimas décadas se han
cología positivista e individualista, que producido cambios drásticos que abar-
universaliza lo occidental como norma can todas las dimensiones de la existen-
y parámetro psicológico a seguir. La co- cia latinoamericana. En medio de las
lonialidad del saber hace referencia a la modificaciones importantes que hemos
exclusión de conocimientos no occiden- experimentado en la distribución de-
tales, deslegitimando formas de conocer mográfica, las formas de relación so-
el mundo que no siguen los preceptos cial, la economía, la política y la cultura
de “racionalidad” establecidos desde la que engloban a la población un hecho
modernidad heredera de la tradición fundamental es el imperativo de crear
europea de pensamiento. discursos académicos que interpreten
En definitiva, estos elementos y generen marcos para leer y tratar de
teóricos permiten, sin duda, abrir el comprender, explicar e interpretar las
debate sobre el papel de la psicología múltiples ubicaciones de los actores sub-
en las problemáticas contemporáneas alternados y sus dramas.
de los pueblos indígenas. La crítica re- La preocupación principal es
flexiva y el descentramiento epistémico, la complejidad de las interacciones en-
ético y cultural —que requiere la psico- tre lo local, lo nacional, lo transnacio-
logía en el trabajo con las comunidades nal y la temporalidad simultánea de
originarias— retan a la disciplina a dia- la modernidad, el tradicionalismo y la
logar no solo con otras ciencias huma- posmodernidad. Desde esa perspectiva
nas, sino que le interpela a reconocer la es evidente la necesidad de hablar des-
voz indígena evitando representarla en de una posición situada, una idea de lo
el sentido de “hablar por ellos”; lo que glocal que está presente en los discursos
reproduciría la colonialidad y, por el de psicólogos sociales sensibles y cons-
contrario, propone diálogos generativos cientes de la necesidad de ampliar y
que permitan relaciones interculturales. complejizar la hondura y densidad de la
realidad social a la que asistimos.
Por el sendero de los saberes El objeto-problema está confi-
ancestrales gurado por múltiples entrecruzamientos

L as culturas indígenas no son una voz


silenciosa en el teatro de la miseria y
del horror de América Latina. Toda una
entre espacios-tiempos sociales, la situa-
ción de los actores diversos y múltiples
en el entramado social, y las estrategias
cultura entendida integralmente y aus- que se generan para usar, explicar, mo-
piciada como proyecto político, vive en dificar, desplazarse y producir sentido
las entrañas de un mundo que todavía es en el espacio de la realidad del mundo
calificado como atrasado, supersticioso, contemporáneo en América Latina.

145
Índice

Así las cosas, en las ciencias Los politólogos, a su vez centra-


sociales los antropólogos se descu- dos en el estudio de la relación socie-
brieron atravesados por las ciudades dad civil-Estado, debieron enfrentar
y sus procesos; los sociólogos vieron la insuficiencia de su posicionamien-
aparecer una multiplicidad de mi- to modernista para buscar una plena
crocomunidades y colectivos en las participación en sus aparatos deciso-
ciudades que tendían puentes y re- rios una vez vieron surgir movimientos
des entre sí con lo rural y lo indíge- étnicos y sociales buscando legitimar
na; los comunicadores tuvieron que sus derechos. Además constataron su
desplazarse del espacio emisor de los crisis y se confrontaron con la legiti-
medios masivos hacia la diversidad y midad de sus posturas y marcos de re-
pluralidad de actores, que significan ferencia para abordar los conflictos de
los mensajes de estos medios; y los violencia social en América latina.
psicólogos clínicos, educativos, orga- Los historiadores tuvieron que
nizacionales y de la salud, a su turno, poner en duda la validez de las estruc-
tuvieron que salir de los espacios ce- turas y narrativas hegemónicas que
rrados y enfrentarse a complejos pro- fundamentaban sus discursos para
cesos de interacción con comunida- empezar un diálogo etnográfico y dar
des urbanas, campesinas e indígenas. la voz a los actores excluidos.
Los psicólogos se han visto in- La migración de pueblos indí-
terpelados a abandonar los modelos genas hacia las grandes ciudades de
clínicos centrados en lo patológico América Latina es una de las proble-
para confrontarse con la conforma- máticas que con mayor exigencia de-
ción tanto como la desestructuración manda una mirada compleja y una
de las identidades colectivas y de las reformulación ética y teórica de la psi-
comunidades de sentido. El tránsi- cología clásica. Colombia no es ajena
to recorrido por muchos psicólogos a este fenómeno que se ve agravado
sociales que vieron en la clínica un debido a las consecuencias de 50 años
primer momento como campo para de conflicto armado. Nuestras comu-
su encuentro con el otro, ha mos- nidades y pueblos indígenas se vieron
trado en la práctica la necesidad de abocados a desplazarse a las ciudades;
romper las barreras de la atención fue Bogotá la que acogió a la mayoría.
individualizada. Al mismo tiempo El desarraigo, destierro y el
ha mostrado una exigencia de con- desplazamiento de su territorio ha sido
textualizar el ejercicio de su trabajo motivo de discusiones por parte de in-
en un entramado de discursos más vestigadores, ONGs, e instituciones
allá de los marcos disciplinares para públicas y privadas que han propuesto
poder estar presente en la realidad lecturas interpretativas acerca de las
social de individuos en el contexto causas de los flujos migratorios, par-
de las comunidades donde están si- ticularmente de la migración forzada
tuados. de los pueblos originarios habitantes

146
La Psicología Social en Colombia. Teorías, Aprendizajes y Experiencias desde el Campo

de regiones apartadas en la geografía para asegurar, tanto en la


del país, abandonadas en gran medida normatividad como en la


y libradas a su suerte por parte del Es- práctica, los derechos terri-
tado y las instituciones. toriales colectivos (p. 143).
Los auto 004 y 005 (Corte Cons-
Un nuevo horizonte se desplie-
titucional de Colombia, 2009a, 2009b)
ga para las ciencias humanas y para
concernientes a los pueblos indígenas y
ello es necesario descentrarse, o mejor
afrodescendientes víctimas o en riesgo
excentrarse del pensamiento hegemó-
de desplazamiento forzado destacaron
nico dejando de lado los prejuicios para
que existe una “actitud de indiferencia
abrir un espacio de escucha y reflexión
generalizada ante el horror que las co-
que permita la emergencia de las voces
munidades han padecido por parte de
y saberes de estos nuevos actores. Con
los diversos grupos armados generan-
una teoría sobre mundos posibles inspi-
do graves violaciones de sus derechos
rada en Foucault:


fundamentales como pueblos y sujetos
de especial protección constitucional” El individuo circunscribe la
(Ocampo & Martínez., 2013, p. 137). parte de sí mismo que cons-
Chenut, Ocampo y Férguson tituye el objeto de esta prác-
(2013) plantean en un estudio de caso tica moral, define su posi-
sobre una comunidad indígena despla- ción con el precepto que
zada que: sigue, se fija un determina-


do modo de ser que valdrá
(…) El despojo de tierras
como cumplimiento moral
y territorios es en esencia
de sí mismo, busca conocer-
un tipo de violación de de-
se, se controla, se prueba, se


rechos con repercusiones
perfecciona, se transforma
particularmente graves y
(1984/2000, p. 29).
trascendentales para los gru-
pos étnicos. Para los pueblos Deleuze y Guattari el tejido
indígenas y afrodescendien- nos conduce a una realidad en la que
tes, las tierras (en especial las la verdad se construye social y cultu-
ancestrales) y sus recursos ralmente. Las agujas del telar se cons-
naturales son de suma im- tituyen en un tejido rizomático que
portancia. Dada la relación sigue los hilos desde una perspectiva
estrecha entre la identidad procesual sobre el predominio de la
cultural y el territorio, así multiplicidad; esto implica colocarse
como las graves consecuen- en una posición excentrada.
cias que puede implicar para A diferencia de los árboles o de
otros derechos el irrespeto sus raíces, el rizoma conecta cualquier
de los derechos territoriales, punto con otro punto cualquiera, cada
las medidas de reparación uno de sus rasgos no remite necesaria-
tienen que incluir garantías mente a rasgos de la misma naturaleza.

147
Índice


(…) El rizoma es un sistema turno posibilitan la inmersión en otros
acentrado, no jerárquico y regímenes de verdad, en un ir y venir
no significante, sin General de unos centros a otros trazando hilos
sin memoria organizadora o de movimiento, diagramas de deteni-
autómata central, definido miento, y una hermenéutica de lo falso
únicamente por una circula- y verdadero. Esta lectura de las cosas
ción de estados, lo que está muestra al investigador atravesando el
en juego en el rizoma es campo social con sus intensidades, vi-
una relación con la (s)exua- sualizando los agentes de otras culturas
lidad, pero también con el en sus espacios específicos y también
animal, con el vegetal, con percibiendo que en estos espacios los
el mundo, con la política, ejercicios de ritualidad entretejen lógi-
con el libro, con todo lo cas y sentidos de ese mundo.
natural y lo artificial, muy
distinta de la relación arbo- Caminar la palabra por los
rescente: todo tipo de deve- senderos citadinos

”E
nires (Deleuze & Guattari, l análisis y comprensión de los dis-
1994, pp. 25-26). positivos que son desplegados para
Foucault (1984/2000) propuso asumir nuevos esquemas a la luz de la
comprender lo social como un cam- territorialización y cómo se desarrollan
po de fuerzas micropolíticas, donde los agentes y sus alteridades en la urbe
las prácticas discursivas se trenzaban supone un interrogante, que expre-
en luchas por definir los regímenes de sa un campo de sentido más extenso y
verdad. Excentrarse lleva a no imponer también es motor para el despliegue de
el régimen de verdad de los investiga- estrategias tendientes a beneficiar a las
dores a la positividad de las prácticas comunidades en condición de desplaza-
discursivas que estos encuentran, sino miento. Refina también el tipo de diálo-
a determinar los dispositivos mediante go que se establece con los sistemas cir-
los cuales el discurso analizado cons- cundantes a las comunidades indígenas
truye su hermenéutica de verdadero y desplazadas asentadas en Bogotá, así
falso. Así se destronaba al saber occi- como la responsabilidad para el profe-
dental considerándolo como uno más sional en ciencias sociales de acompañar
de los saberes posibles y de las prácticas el proceso de reparación y restitución de
del mundo que se podrían ejercer. derechos de poblaciones en situación de
Este abordaje pone en relieve el vulnerabilidad.
carácter político de una verdad que se Cabe resaltar la incongruencia
impone sobre otra porque dispone de de la información sobre el número y
aparatos de disciplina, captura y vigi- situación de los indígenas en Bogotá y,
lancia que demuestran en ello su efica- máxime si tenemos en cuenta su gran
cia. Implica reconocer que existen múl- movilidad desde y hacia el territorio ori-
tiples posibilidades de centros que a su ginario e incluso al interior de la ciudad

148
La Psicología Social en Colombia. Teorías, Aprendizajes y Experiencias desde el Campo

en relación con las instituciones tanto En la medida que el conflicto armado


gubernamentales como no guberna- se incrementaba en el campo y en los
mentales. Lo que podríamos afirmar es territorios ancestrales, aumentaba el nú-
que, gracias a las redes chamanísticas, su mero de personas desplazadas llegando
tránsito se conoce con mayor frecuencia a estas urbes a integrarse a redes que a
desde la década de los años 60 del siglo su vez se constituían en su apoyo.
pasado y se entrecruza con otra gran di- La ciudad es espacio-tiempo en-
versidad de redes como las de peregri- marañado de acontecimientos protago-
nación y cultos; entre estas los cultos a nizados por infinidad de transcursores y
la Virgen de Las Lajas, al Señor Caído subjetividades, encuentros y desencuen-
de Monserrate, a la Virgen de Bojacá, al tros con sus adentros y afueras, centros,
Señor de Buga, a Nuestra Señora de los periferias, e inmersos en una cotidianei-
Remedios, en general, las redes maria- dad carente de explicaciones objetivas.
nas, así como aquellas que se crean para Esa ciudad caótica, desordenada, de
las festividades de carácter religioso crecimiento discontinuo e irreconcilia-
tanto como profano y las modalidades ble nos ubica como un lugar “subjeti-
de redes alternativas organizadas para vo”, transcursivo, que actúa sobre una
apropiarse y preservar bienes y capitales estructura totalmente fabricada por la
simbólicos al amparo de las restricciones subjetividad colectiva. Es en la calle, en el
impuestas por la hegemonía. espacio de sus intersticios, sus rincones,
Estas son redes que hacen refe- y sus pliegues y repliegues en donde se
rencia al conocimiento social implícito, construyen ambigüedades, incertidum-
aquella sensibilidad que permite apre- bres, en donde lo público y lo privado se
hender lo informal, lo sensible, lo que colisiona en escalas imbricadas, en luga-
corre por las vías del rumor, secreto, res diatópicos.
chisme, grafiti, etc. Igualmente se en- Los indígenas transitan por ellas,
cuentran y desencuentran en conjun- sin rumbo alguno, con la esperanza de
ciones y disyunciones con otras redes que en algún instante alguien les dirija
construidas para facilitar la apropiación una mirada amable, una sonrisa que
privada y sin mediación humana de los les recuerde y haga sentir que también
símbolos que pueden reportar aportes a son personas que al igual, sueñan y es-
la cultura popular. peran ser re-conocidos como tales. Es en
El paso por las ciudades facilitó este escenario en el que la ciudad se con-
que algunos de sus miembros encon- vierte para los indígenas en un campo
traran en ellas el interés y necesidad de de batalla que los obliga a desplegar es-
los ciudadanos para “solucionar” pro- trategias de supervivencia en un ámbito
blemas y conflictos que los sistemas ofi- inhóspito e incomprensible. No pueden
ciales, básicamente en salud, no podían entender por qué los recursos de la na-
brindarles. Fue así como decidieron turaleza, como el agua, se convierten en
instalarse en ciudades como Cali, Me- mercancía y que como tal tiene un pre-
dellín, Manizales, Popayán y Bogotá. cio, igual deben resignificar y reinventar

149
Índice

territorios existenciales como espacios las otras historias fuera de su cultura.


sociales que se autoconstruyen, se au- Esto se traduce en compases rituales
togeneran, haciendo uso de algunos re- que se integran a la partitura de la Pa-
cursos de producción cultural. chamama.
El valor, el significado y la terri- Estos procesos e interacciones
torialización se expresan en la apropia- en ámbitos nuevos, distintos al terri-
ción de estos nuevos espacios cargados torio original, explicarían un proceso
de culturas, valores, significados, rela- de reterritorialización en las urbes a
ciones y diversos códigos de comunica- partir de un saber ancestral que apa-
ción. Sobrevivir, se convirtió en un desa- rece comprendiendo la ciudad como
fío que los ha hecho sentir como extran- integrada a la Pachamama. El saber
jeros, como si después de un largo viaje y la práctica espiritual los mantendría
arriban a un nuevo lugar. Pasado un unidos a su cultura y territorio aún
tiempo, recurren a una estrategia de re- después de un proceso de desarraigo.
conocimiento y apropiación a partir de
Abrir senderos hacia una
diálogos interculturales. Esta continúa a
psicología transcultural

E
pesar de su desconfianza en reclamo de
mpezar a caminar con las comu-
su derecho a la vida y a la ciudad.
nidades implica, en primera ins-
Retomaron las redes y siguieron
tancia, un proceso de aprendizaje en
las geografías sagradas trazadas y per-
el cual es necesario dejarse sorpren-
petuadas por los chamanes y que per- der para descubrir las distintas posi-
sisten desde la época precolombina. En bilidades y senderos que se dibujan o
este sentido operan como una acción desdibujan en el reflejo de la tragedia,
que les permite tratar con la Pachama- resistencia y transformación de la cual
ma localmente, de modo que lo que las comunidades hacen parte. El acer-
ocurra en una comunidad no desbarate carse a las comunidades hace necesario
la matriz, sino que se autorregule. De el comprender su situación de migran-
allí que la concepción segmentada del te, las maneras como se apropian de
todo cultural —antes que fragmentar al la ciudad donde son percibidos como
todo— se procesa como un continuum de extraños, comerciantes o mendigos, in-
fuerzas en conflicto, en puntos locales comprendidos en su intento de pervivir
que al entrelazarse producen los gran- en ella.
des movimientos de la energía creadora Los encuentros con sabedores
llevando siempre un punto más arri- y sabedoras, médicos y médicas ances-
ba. Por lo tanto, la historia, el espacio trales, gobernadores y gobernadoras e
y la cultura local son simultáneamente integrantes de los distintos pueblos in-
movimientos particulares que forman dígenas son espacios para la palabra,
parte del movimiento general. De este la memoria. En ellos, la creación de
modo, todo el conjunto de chamanes acciones conjuntas en pro de los inte-
orquesta los cambios de las ciudades reses de la comunidad es algo que va
andinas analizando el movimiento de más allá de un encuentro de saberes,

150
La Psicología Social en Colombia. Teorías, Aprendizajes y Experiencias desde el Campo

es un ejemplo de interculturalidad en ñez, Delgado y Gutiérrez (1998) ge-


igualdad de condiciones, sin ejercicios neran el campo de la cibernética de
de poder. También son encuentros aca- segundo orden, aquella en donde la
démicos, institucionales o comunitarios relación sujeto-objeto se transforma en
que se suman integrando y generando sujeto-sujeto y esta operación trastorna
experiencias y maneras de investigar. completamente el campo de la obser-
Crear una co-construcción de vación del observador y del observado. Si
saberes y comprender sus vivencias, en la cibernética de primer orden suje-
sus creencias y dar la voz a los pueblos to-objeto el sujeto que observaba tenía
originarios inician un recorrido por los en sus manos todas las definiciones y
senderos interculturales de los pueblos posibilidades del objeto todas las posi-
indígenas víctimas del conflicto arma- bilidades son desmontadas no por una
do y de las violencias cotidianas; sus reflexión de tipo filosófico escolástico,
dolores, esperanzas y luchas por el de- sino por la constatación de la unidad
recho a la vida, por un lugar y reco- del mundo y de los sujetos a través de
nocimiento de su habitar en la ciudad redes de complejidad que hay que de-
nos comunica que somos parte. Como terminar en cada caso.
dice el antropólogo Humberto Victo- De otro lado, Berger, Luck-
rino, un encontrarse “para refrescar man e Ibáñez (2001) haciendo uso de
la memoria, ordenar el pensamiento, la fenomenología, sociología, psico-
alimentar la palabra” (2015) tan pro- logía, y semiología francesa generan
pio del quehacer mágico y sagrado el campo del socioconstruccionismo
de nuestros pueblos originarios como que se basa en el reconocimiento de la
la matriz de donde provenimos como construcción semiótica de la realidad
pueblo diverso en un territorio llamado y se interna en la problemática de la
Colombia, llamado América Latina. constitución del sujeto. Entre estos dos
Hoy se desvanecen las diferen- grupos de pensadores se crearán múl-
cias entre las disciplinas, se reordenan, tiples flujos de ida y vuelta, puentes y
se hibridan para dar posibilidades a combinaciones.
nuevos discursos, nuevos espacios de El diálogo de lógicas ya no se
significación. Los objetos “se desvane- hace solamente entre el sujeto investi-
cen en el aire”, viejos autores adquieren gador y el sujeto investigado en condi-
un interés contemporáneo inusitado. ciones de existencia del segundo, sino
La psicología, sociología y biología pa- una relación fluida en donde la fron-
recen dar pasos más firmes en la cons- tera de la construcción de epistemo-
telación de cambios. Foucault, Deleuze logías se desvanece. El punto de vista,
y Guattari salen a la palestra, Bordieu considerado la vía, y el investigador se
toma mucho de ellos y se insinúa una vuelven las narrativas y los textos co-
psicología construccionista. mienzan a mostrar sus flaquezas al no
Von Foster, Von Garsesfeld, dar cuenta de las condiciones de pro-
Varela, Maturana, Morin, Jesús Ibá- ducción del saber.

151
Índice

Asumir esta postura implica to-observación) ante las perturbaciones


que en el momento del encuentro en- introducidas por otro sistema deman-
tre investigador e investigado se genere dante de la investigación. En este senti-
en ambos un proceso de observación do podría decirse que la auto-observa-
endógena sobre la comunidad y su re- ción es concomitante del diálogo inter-
lación con ella. Se construye una re- cultural que supone toda investigación
flexión acerca de lo que es y ha sido la social y que entiende este diálogo como
comunidad, de las relaciones estableci- producido entre el nativo próximo y un
das en ese espacio y sus significados, de autor consciente de su autorreferenciali-
las emociones evocadas y provocadas dad, como el ejercicio de aproximarse
como categoría básica del análisis y la a los significados subjetivos en todos los
comprensión. niveles de recursividad.
¿Cómo me veo a mí mismo en Los cambios territoriales que
el mundo complejo de las relaciones marcan una diáspora territorial y cul-
que establezco en mi entorno más in- tural emergen en un nuevo escenario
mediato? Yo, como ser para mí, para que es de vital importancia reflexionar:
los otros y con los otros y los otros en el contexto urbano. La urbanización
mí en las distintas dimensiones en que de las comunidades indígenas conlleva
podemos acercarnos o alejarnos. Yo en a ejercicios de relocalización y territo-
mí, o mis yoes en mí, echando a andar rialización en donde la formas tradicio-
mis cartografías como sujeto, navegan- nales se ven interpeladas por la lógica
do por mi pasado y presente. La comu- de lo urbano, que opuesto a lo comu-
nidad en mí, más allá de los predios nal, implica “un estilo de vida marca-
territoriales, más atrás en lo que ha do por la proliferación de urdimbres
pasado y más adelante en lo que tiene deslocalizadas y precarias” (Delgado,
de utopía. Y, por supuesto, la sociedad 1999, p.195). En lo urbano, a diferen-
en mi territorio existencial, en mi car- cia de lo comunal, asociado a lo rural
tografía de la comunidad y a la inversa. —fraterno y cercano—, la norma es
En suma, se constituye en un la pluralidad y la heterogeneidad, las
procedimiento de aprendizaje/cono- relaciones superficiales, segmentarias e
cimiento inverso del realizado en la impersonales (Delgado, 2007).
observación participante: en lugar de Las lógicas de relación comu-
aprender a ser un nativo de una cultu- nal indígenas se ven enfrentadas a lo
ra extraña o en lugar de ser un obser- urbano, una energía entrópica satura-
vador externo que pretende un estado da de movilidad, equilibrios precarios
de observación participante, el nativo en las relaciones sociales, y disolución
aprende a ser un observador de su pro- constante de lazos y vínculos. Sin em-
pia cultura a través del acoplamiento bargo, dentro de las lógicas urbanas en
puntual con otro sistema distinto del donde la desatención cortés es la regla,
propio: se constituye un estado obser- la marca étnica que recae sobre comu-
vador del sistema (i.e., sistema de au- nidades indígenas implica una constan-

152
La Psicología Social en Colombia. Teorías, Aprendizajes y Experiencias desde el Campo

te alteridad y diferenciación, un cues- indígenas incluyen siempre procesos


tionamiento permanente hacia quien emocionales, culturales, simbólicos y
presuntamente no es “normal” debido materiales que representan la identi-
a su “exótica” manera de pensar y ac- dad de los sujetos y reconstruyen su
tuar. Al considerárseles más cerca de lengua y relaciones. El territorio exis-
la naturaleza que de la cultura, el in- tencial es, por lo tanto, el espacio sim-
dígena debe siempre explicar por qué bólico en donde los sujetos apropian
habla, piensa, come, viste y actúa de el territorio y lo encarnan en sus cuer-
esa manera: la constante necesidad de pos, prácticas y lenguajes; es la cons-
construir la alteridad de lo indígena en trucción biográfica del espacio que
lo urbano. habitamos. Este vivir y acompañar las
comunidades y pueblos indígenas es lo
Pasos de cierre. Del presente que hemos propuesto como transcul-
continuo a la esperanza del turalidad.
futuro Los pasos andados por estos

B ajo este entramado de relaciones y


tensiones de poder entre indígenas
y no-indígenas, en donde dinámicas de
senderos de la inter y transculturali-
dad nos obligaron a pensar, reflexio-
nar y replantear nuestro posiciona-
fricción y no-fricción, coloniales e inter- miento disciplinar con respecto a los
culturales hacen curso, varios cuestio- planteamientos conceptuales, teóri-
namientos disciplinares surgen ¿Puede cos, epistemológicos y metodológicos
la psicología dar cuenta de movilidades de la psicología. Ello nos llevó a con-
y transformaciones culturales de las cebir, por ejemplo, las subjetividades
comunidades indígenas? ¿Cuáles son desde una visión de la psicología di-
los correlatos subjetivos de estas diás- ferente, enmarcada y contextualizada
poras a nuevos territorios? Una forma en problemáticas y realidades propias
de comprender de manera relacional de nuestra región latinoamericana. Se
estos fenómenos desde la psicología, trata de pensar la psicología como una
en Colombia y Latinoamérica, al pre- disciplina comprometida, que cobra
guntar cómo los procesos culturales se identidad y especificidad en la medida
relacionan con lo personal, es explorar en que el conocimiento adquirido me-
la noción de territorio existencial; en- diante la investigación revela la verda-
tendido como el espacio culturalmente dera identidad del sujeto popular.
construido, una elaboración simbólica A su vez, se trata de abando-
en que la colectividad significa el lugar nar los territorios dominantes, hege-
que habita y en el que los sujetos se mónicos y excluyentes de la nación y
constituyen en entramado geo-cultural de la etnia —que están en la base de
que incluye el cuerpo en la significa- los conflictos actuales— y atravesar el
ción del territorio. movimiento de desterritorializaciones
Las improntas y las relocali- producidas por el capital financiero
zaciones urbanas de las comunidades apropiándose de la plusvalía de los

153
Índice

terrenos en las ciudades, que produ- reconocerse como investigadores y en-


ce territorializaciones segmentarias; trar en: la emocionalidad, los profun-
líneas que van de rico a pobre, de au- dos temores, los mecanismos de defen-
tonomía a asistencia estatal o privada, sa, las estrategias de afrontamiento, el
y de integración a desintegración. sentido de sí, las frustraciones, los ape-
Asimismo, se intenta refor- gos, las expectativas, las metas, las an-
mular la actual visión del trabajo, los danzas y las desandanzas, los caminos
compromisos que asumimos, redefi- abandonados, los duelos no resueltos,
nirlos no ya por el temor a la miseria, las fortalezas, los goces, las ilusiones,
sino por una valoración de lo social la creatividad, y los significados que
colectivo de acuerdo a valores como atribuimos a los hechos sobresalientes
la solidaridad, reconocimiento, inclu- en todos los niveles de la experiencia
sión, escucha, y respeto por el otro; humana.
aquellos que además busquen la co- Experimentar igualmente los
tidianeidad, lo familiar, la amistad, y flujos de otra cultura que inundan
la salvaguardia de los derechos huma- como un río embravecido y arrastran
nos. Tener la experiencia del existir en hasta la pérdida del sentido o la crea-
cuanto indígena, joven, mujer, hom- ción de barreras que hacen imposible
bre u homosexual; acerca de cómo se cualquier comprensión.
construyen las relaciones de pareja; Las culturas populares, y en
en cuanto a cómo se establecen rela- particular los pueblos indígenas, cla-
ciones interpersonales creativas y de man por su reconocimiento. Su desco-
amistad; y cómo implementar rela- nocimiento y reduccionismo es tam-
ciones laborales cordiales, apropiarse bién el desconocimiento de las pro-
de calles, espacios y tiempos urbanos. puestas liberadoras que las sostienen y
Todo ello implica el respeto a las sin- que son reelaboradas continuamente.
gularidades y la búsqueda de intersec- Ello impide que sean puestas en esce-
ciones que propendan por el bienestar na como fuente para la creación de un
común. proyecto emancipador que los incor-
Es difícil anudar los trazos de pore en las ciudades.
los procesos de investigación que he- Cuando se busca reinventar las
mos trasegado, y que paso a paso qui- relaciones entre hombres y naturaleza
simos comprender y acompañar, ge- a un nivel mundial —en la dimensión
nerando nuevos andares por caminos de redefinir finalidades al desarrollo
que esperamos que nos conduzcan a dentro de un campo de solidaridad
lugares y mundos posibles en donde y reciprocidad— es difícil ignorar las
el reconocimiento y la visibilización propuestas que pueblos y culturas con-
bio-política finalmente encuentren ese tinúan produciendo en las ciudades a
anhelado derecho a la vida. Abrir y través de máquinas-mundo ubicadas
llevar la interculturalidad por los ca- en pequeños jardines o en los propios
minos del diálogo de saberes es lograr cuerpos de taitas, sabedores, curacas,

154
La Psicología Social en Colombia. Teorías, Aprendizajes y Experiencias desde el Campo

piaches, jaibanás, the’walas6 y curanderos. Humanizarse es reconocer que la


vida es un poco de experimentación, que necesita de condiciones apropiadas
para que no quede como tan solo una huella deshecha en el camino de la histo-
ria. Es escribir en el alma todos los gestos, las palabras, los amores y desamores,
los sentimientos, las amarguras, los anhelos de libertad, y las caricias que vivi-
rán por siempre gracias a la vida que les dio memoria.

6 Los the’walas corresponden a los médicos de la comunidad Nasa del departamento


del Cauca.

155
Referencias
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habitar humano
6. El espacio de vida, construcción
del habitar humano. Proceso de
subjetivación y proyección de la
acción social
Myriam Ocampo Prado7

A
bordar la relación del sujeto y el espacio introduce la re-
flexión acerca de la relación de los seres humanos con su
espacio de vida como dimensión de la existencia.
Este abordaje exige considerar el territorio y lugar desde aproximaciones
a la geografía humanística, psicología social, sociología, antropología, ciencia
política, e historia, y plantearse de entrada ¿cómo interviene la dimensión
del territorio y lugar en el sentir como seres humanos, en el que encontramos
cobijo y potencia para desplegar nuestra vida? El territorio y lugar como
dimensiones del espacio que ocupamos en el mundo se constituyen en con-
tenidos y significados que concretan la noción de sí mismo y de un nosotros,
pues ahí estamos situados, ahí somos. Son también narración interior que
contribuye a dar contenido a la existencia.
La vivencia del espacio de existencia, y los proyectos de acción que esta
experiencia promueve, es imagen mental que aporta un significado capital a
la propia vida. Así, resulta pertinente considerar que el espacio simbolizado
por una persona provee indicaciones respecto a la relación de habitabilidad,
territorialidad y territorialización en el marco de su grupo de referencia.
Además, a través de la memoria de sí mismo como protagonista de
hechos, situaciones y entornos los aprendizajes derivados de la experiencia
cotidiana, de estar ahí en el espacio, se convierten en material que aporta
visiones construidas acerca del entorno. Aprendizajes que se convierten en
un espacio psicológico promotor de condiciones para continuar la vida; en
tanto el medio ambiente circundante, la naturaleza, y las relaciones con los
otros provean los referentes bióticos, histórico y culturales que van dando un
sentido y un orden a la realidad vivida.
Estos espacios vividos y simbolizados dan cuenta de su noción de habitar
como sistemas de relaciones con el espacio de prácticas cotidianas, poder,
utopías, protección y apego que constituyen un hogar para el habitante. Son
7 Correo electrónico de Myriam Ocampo Prado: myriamocampo@yahoo.com.mx
Índice

espacios de territorialidad o apropia- donde despliega un pragmatismo útil


ción e internalización —en términos y sintetizador de respuestas frente a
pragmáticos, de dominio— donde se las necesidades cotidianas. El espacio
encuentra lo que se necesita y desea: vital es así constituido por factores fí-
relaciones sociales y productivas, como sicos y por factores internos al ser hu-
referentes que dan forma a la imagen mano: motivaciones, aspiraciones, y
de sí mismo y a las aspiraciones frente elementos psicológicos percibidos sub-
a la realidad en la cual se enmarca la jetivamente. Este espacio contiene a la
experiencia de ser y de estar ahí. persona misma. El espacio vital repre-
Son relaciones que señalan el cui- senta la totalidad de la realidad psico-
dado del lugar que las personas habi- lógica y contiene todos los hechos que
tan, usan, significan o adecúan como inciden sobre las acciones, expresiones
expresión de sus aspiraciones frente a y representaciones mentales de un de-
sí mismas y frente al mundo, en tanto terminado ser humano en un ambien-
sujetos de dignidad desde el valor de te emocional y simbólico dentro de un
estar ahí (Heidegger, 1954/1994) y se- contexto y momento determinado; en
guir ahí. este espacio vital habitamos.
Los espacios donde se crea la vida Habitar en sentido figurado signifi-
material y espiritual de un grupo o una ca vivir por el hecho de residir y de per-
comunidad constituyen el espacio de manecer en una morada. En este senti-
vida, lugar de afecto y apropiación que do, hay una relación entre habitar y ser
se nombra, con frecuencia, a través de ahí donde se reside. Sin embargo, ha-
metáforas. En este nombrarlo se cons- bitar no quiere decir hospedarse como
tituye en un patrimonio cultural y na- plantea Heidegger; “(…) el sujeto es por
tural para el sujeto. Nombrar el lugar esencia un ser espacializado, el sujeto no
geográfico se convierte a veces en in- puede ser sin el espacio (…) sujeto quiere
terpretación idealizada de ese entorno; decir que habita (…) su condición onto-
como lo denotan las personas que han lógica es la de ser habitante del espacio”
perdido su lugar de asentamiento por (Heidegger, 1954/1994, p. 127-142); y
distintos motivos impuestos. Esta inter- en el mismo sentido del habitar y del
pretación narrada por personas deslo- ser plantea el filósofo “(…) la propiedad
calizadas, o en situación de migrante, (autenticidad) del ser-ahí es aquello que
permite percibir de manera más evi- constituye su suprema posibilidad de ser.
dente el carácter existencial del espacio El ser-ahí está determinado fundamen-
de vida. talmente por esta posibilidad suprema”
Tomando como referencia a Kurt (Heidegger, 1999, p. 41). En este senti-
Lewin (1946/1988), denotaremos el es- do existencial expresado por Heidegger
pacio de vida como el espacio vital que habitar nos remite a lo que podemos
va caracterizando el dimensionamiento denominar las condiciones físicas, que
existencial donde el sujeto humano pro- dan forma al ámbito cultural en el cual
cura vivir sus ideales pero sobre todo un sujeto y la sociedad que lo contiene

160
La Psicología Social en Colombia. Teorías, Aprendizajes y Experiencias desde el Campo

especifican una expresión de su ser y su so como paradigma de acumulación


sentir identitario. originaron desequilibrios en la natu-
A partir de habitar llevamos la raleza. El crecimiento exponencial de
huella del territorio que conocemos y la población, de la contaminación del
recorremos, donde construimos un es- aire, del agua y del mundo natural, del
pacio para nosotros mismos y donde arrasamiento de los bosques, de la des-
cuidamos ese espacio, realizamos prác- trucción progresiva de los hábitats, del
ticas, y elaboramos imágenes y significa- exterminio definitivo de miles de espe-
dos, un sentido práctico de lo cotidiano cies, y el cambio climático del planeta,
nos orienta. En esta línea señala Lindón resultaron en expresiones del habitar
(2005) que el habitar es un concepto de la especie humana, en contraposi-
complejo que incluye prácticas, utopías ción a las formas de habitar la tierra de
y mitos orientadores así como la territo- todas las especies.
rialidad; es decir, esa forma de vincula- Ante esta debacle la humanidad
ción del ser humano con su espacio de corre peligro de extinción a pesar de
vida por medio de la apropiación de la que la competitividad neoliberal im-
historia, las narrativas, los contornos y pide percatarse de la grave crisis de la
los caminos que lleva implícitos. Así, es economía que azota el mundo. El capi-
pertinente retomar a Heidegger (1994) talismo, el tener y la ilusión desmedida
cuando recalca que “la manera según la de acumulación contradicen los oríge-
cual los hombres somos en la tierra es nes de la humanidad dependiente de
el habitar” (p. 2); que “el habitar abar- los ciclos de la naturaleza.
ca la totalidad de nuestra permanencia Con la vida sedentaria surgió
terrenal en cuanto mortales que somos” para la humanidad el residir, la nece-
(introducción, p. 1); que “(…) habitar sidad de controlar la incertidumbre.
significa abrigar, cuidar” (p. 2); y que En Grecia, cuna de civilización occi-
“El cuidar es construir, permitir que las dental, en el siglo V a.C. surgió la po-
cosas como la tierra produzca frutos, al lis; formas de relación y participación
mismo tiempo construir es cuidar este en la vida pública que dieron origen a
crecimiento, residir, permanecer, pre- la democracia pero también a la idea
servar de daño y amenaza, cuidar y re- de la superioridad de los humanos. Es
guardar la esencia” (p. 3). decir, respecto a su manera de habitar
Sin embargo, el habitar consu- la tierra y poseer sus recursos e ideas;
mista ha devenido una realidad con- que tergiversando el valor de lo vivo
tra-humanística; en cuanto que esta re- comenzaron a generar destrucción y
lación de dominación, que colocó al ser uso inconsciente de los recursos na-
humano como ser superior dentro del turales. El dualismo mente-cuerpo
mundo natural y poseedor de bienes y que trajo la modernidad denotó al ser
recursos que provee la tierra, degradó humano como ente separable de su
la posibilidad de respetar la vida, de entorno, se le trató como objeto ahis-
construir y cuidar. Las ideas de progre- tórico y mensurable, la tierra como

161
Índice

elemento de medición y experimenta- vivencia de las especies, incluyendo la


ción fue objeto de cosificación. humana en su espacio vital.
La visión del ser humano respe-
La vivencia del espacio de
tuoso e indivisible del mundo natural
existencia

E
aporta un sentido a los pueblos origina-
l espacio vital incluye dos compo-
rios de América y a poblaciones cam-
nentes principales: la persona y el
pesinas, plantea un humano que toma
ambiente físico y simbólico, cuyo con-
la primacía de la conexión profunda
tenido psicológico se nutre de valores
con la vida, la tierra y el universo como
que dan forma a la interacción huma-
esencial punto de partida; es una visión
na. Son relaciones como vectores que
cósmica que apela ante todo a la ética, indican fuerza de atracción o de recha-
al reconocimiento de la vida y de los zo. Para Kurt Lewin (1951a, 1951b)
seres vivos. esto retoma los procesos psicológicos
Abordar esta disyuntiva entre y sociales del espacio vital que se di-
poseer y cuidar el espacio de vida, el es- viden en conceptos estructurales (i.e.,
pacio de existencia, y el entorno físico adecuación recíproca de las partes en
requiere entender el antropocentrismo interacción con el espacio vital) y con-
a partir de la historia según la cual la ceptos dinámicos (i.e., relaciones entre
civilización occidental viene padecien- sujetos y sus reacciones frente al cam-
do un trastorno en su conciencia de ser. bio). Por otra parte, Lewin ha sido de
Su estar ahí en su espacio que constituye particular importancia para analizar la
el espacio de vida ha sido afectado por acción individual como un desempeño
el egocentrismo que separa a los huma- a partir de la estructura o unidad que
nos de su conciencia de ser parte de un se establece entre el sujeto y su espacio
conjunto cósmico e interdependiente. en un momento determinado. Anzieu
Una especie de trastorno cultural ba- lo describe como: “Esa estructura es un
sado en un mundo binario (i.e., bue- campo dinámico, es decir, un sistema
no-malo); es bueno lo que conviene a de fuerzas en equilibrio: Cuando se
la ansiedad de dominación y posesión, rompe el equilibrio se crea la tensión
en contradicción con el ethos de inte- en el individuo y su comportamiento
racción asociativa, colaborativa, y de tiene por finalidad el restablecimiento
mutuo cuidado. de ese equilibrio” (Anzieu, 1977, p. 64
En contraste con la visión de citado en Aristizábal, Martínez, Vare-
posesión, la construcción de transfor- la, & Calle de Londoño, 1989, p. 40).
maciones en la acción social e indivi- Los principales procesos dinámi-
dual, a partir de la integración como cos son la interdependencia entre su-
un conjunto sujeto-entorno, apela a la jetos de una realidad y de los aspectos
comprensión ecológica y política del estructurales de la misma; la tensión,
habitar como goce, disfrute y respeto la fuerza, y el campo de fuerzas y po-
de propietario a depositario de la res- der. Además, en el espacio vital coe-
ponsabilidad básica de cuidar la sobre- xisten procesos psicológicos que se

162
La Psicología Social en Colombia. Teorías, Aprendizajes y Experiencias desde el Campo

desarrollan, transforman o persisten y establecen con las extensiones de la


hechos sociales, económicos, políticos superficie terrestre en las que trans-
y físicos que tienen una realidad fác- curre su existencia (Chenut, 2013).
tica y al mismo tiempo una realidad Entonces construimos un sistema so-
intersubjetiva. cio-territorial (Monnet, 2010) donde
Este espacio vital incluye aspectos se configura una noción de territorio,
psicosociológicos: afectivos, relaciona- de territorialidad y territorialización8
les, e imaginativos; también el espacio referida al mundo que habitamos
geográfico o físico, el cual es significa- como sujetos. Como describe la Fi-
do o simbolizado por el sujeto. Me- gura 1 basada en Monnet (2010) y su
diante un proceso de internalización sistema socio-territorial.
de las experiencias cotidianas esta vi-
vencia se convierte en constituyente 8 Haesbaert, R. (2007) propone que el territo-
de la visión del mundo real tal como rio es el resultado del uso que los seres humanos
hacen del espacio. Pero como producto social,
el sujeto lo concibe, lo caracteriza,
el territorio es algo inacabado, una realidad en
lo nombra, y lo narra. Dentro de la permanente movimiento, sometida a procesos
creación de un mundo para sí mismo, de dominio (político-económico) o de apropia-
ción (simbólico-cultural) que realizan los grupos
percepciones y motivaciones mueven
humanos en un espacio determinado (p. 1). Se
al sujeto a realizar y construir un lu- podrá notar que, como en muchos otros casos,
gar para sí. Ejercicio de poder, uso y se mencionan primero las relaciones de dominio
y luego las de apropiación, de las que se elimi-
control del espacio físico y psicológico
na el componente asociado a la propiedad, el
le proveen certeza y sentido de perte- poder y el control. Monnet (2010) señala que la
nencia, y cosmovisión. Esto entrete- evolución del sentido de la territorialidad la hace
aparecer como un valor o un sistema de valores
je significados dentro del proceso de
que los actores sociales atribuyen a un territorio
echar raíces y de compartir el sentido determinado, o aún como el sentimiento de per-
que el grupo, o la comunidad de refe- tenencia al territorio. Monnet plantea un siste-
ma socio-territorial compuesto como una tríada
rencia, va creando respecto a la vida
que integran el territorio, la territorialidad y la
productiva o recreativa para las perso- territorialización. La territorialización se entien-
nas de un sentimiento significativo de de como el sistema de acciones que se despliegan
a partir del sistema de valores componentes
sí mismo y de los otros.
de la territorialidad. La territorialización es la
El concepto de territorio aparece construcción de una rela­ción con el lugar de
cuando se comienza a considerar la re- asentamiento, entendiendo que dicha relación
com­prende desde la disponibilidad de una vi-
lación que los seres humanos (el indi-
vienda y domicilio fijo, la gene­ración de sentidos
viduo, el grupo familiar, una comuni- asociados a los lugares habitados y recorridos,
dad de diverso tipo, hasta el conjunto hasta la garantía de la subsistencia y del disfrute
de condiciones de seguridad.
de los habitantes de un estado nación)

163
Índice

Territorio
(espacio material: área o red
realizados por el ejercicio de
una acción humana repetitiva) Con
dici
ona
mat
eria
lme
Pro nte
d las a
uce ccio
y de nes
fine
el te
rrito
rio

Materializa los valores Territorialización


(capital territorial) (acciones sobre el espacio material
basadas en la territorialidad)

Estructura las representaciones


y los significados del territorio
es
alor
za los v
uali
Act
nes
ccio
las a
nte
alme
soci
ici ona
Cond
Territorialidad
(valores atribuidos a un territorio)
Gráfica basada en J. Monnet, 2010
Le territoire réticulaire. Anthropos, 227, 91-104

Figura 1. Sistema socio-territorial

Sin omitir que el territorio en tanto que “(…) espacio apropiado por
un grupo humano para su reproducción física, social y cultural, espacio físico,
las plantas y los animales; espacio nombrado, utilizado, caminado y recorrido,
la forma de disposición de caseríos y viviendas, la economía, las formas de
trabajo, los calendarios de fiestas culturales y religiosas, las relaciones sociales,
la autoridad y la cosmovisión”, como propone la antropóloga Patricia Vargas
(1999, p. 146), es un espacio poblado de lugares de los cuales nos apropiamos e
internalizamos como espacio físico y simbólico en términos pragmáticos; el es-
pacio de dominio y conocimiento, el espacio donde encontrar lo que se necesita
y desea, que imbrica al sujeto con su estar en la tierra, su territorio de origen,
relaciones sociales y productivas cuyo valor deviene existencial en cuanto da
forma a la imagen de sí mismo y a las aspiraciones frente a la realidad que
enmarca la experiencia de vivir, la experiencia de habitar, haciendo eco de los
planteamientos de Heidegger. “(…) La creación de espacios a partir del habitar
esencial nos proporciona elementos para considerar a todas las obras humanas
como construcciones coligantes que dan oportunidad de fundamentar el trayec-
to vital”, interpreta María del Rosario Mendoza Garza (s. f., 2) analizando las
construcciones que hacen posible el habitar.
Este contexto de sentires y visiones del mundo, el lugar vivido y el lugar
de la experiencia producen relaciones entre el paisaje y los individuos “(…) se
desvincula de su carácter económico para desarrollar vínculos sentimentales, de
crecimiento intelectual o ligados al ocio y al placer (…)” (Iranzo, 2009, p. 102),
es la experimentación del territorio mediante los sentidos, las emociones y los

164
La Psicología Social en Colombia. Teorías, Aprendizajes y Experiencias desde el Campo

pensamientos; el paisaje es percepción habitado es lugar de significación al


y contenido simbólico para leer la iden- cual nos ligamos y nos afiliamos. Es
tidad. Así el paisaje —portador de un relación entre el ser humano y el mun-
imaginario colectivo, cultural, social, do que nos define como seres de natu-
personal, y aceptado por el grupo social raleza espacial y topofílica, ligados de
de referencia— provee un fundamento manera existencial a los lugares que
al sentido de pertenencia territorial. El construimos para reproducir la vida.
paisaje prototípico tiende a convertirse Es relación de habitar como apropiar-
en modelo ideal que proyecta una ima- se pero también cuidar y sentir que
gen humanizada del entorno de donde se pertenece, construcción de lugares
se es originario; donde se ha construido “para que la vida fluya” (Mendoza
un ideal de belleza, metáfora del terri- Garza, s.f., 11).
torio y lugar para habitar. Las anteriores cuestiones en tor-
Este entorno para habitar es es- no a la dimensión del territorio y al
pacio de autopoiesis en el sentido de sentido del lugar, estudiadas a la luz
Maturana y Varela9 (1995 original- de la postura que considera que estas
mente publicado en 1971). En este dos dimensiones sitúan o disponen en
escrito autopoiesis es concepto que la realidad al ser humano, dan forma
como proceso fundamental aporta a una narración interior acerca del
elementos para la autocreación y or- propio lugar y permiten abordar de
ganización de sí mismo, en tanto ha- manera profunda e integral el prob-
bitante del espacio, para construir un lema del habitar humano. El lugar de
espacio en común con otros y también vida es el espacio donde se conforman
para crear condiciones propias con el los sentidos que damos a las cosas, a
fin de habitar el espacio físico como la naturaleza, a nosotros mismos y
seres de autodominio y libertad. a las relaciones que tenemos con el
El arquitecto y filósofo Carlos mundo.
Mario Yory (1998, pp. 371-387) en su
obra Topofilia o la Dimensión Poética del que: i) generan los procesos (relaciones) de
producción que los producen a través de sus
Habitar nombra “(…) somos habitan- continuas interacciones y transformaciones,
do, y en esa media somos seres huma- y ii) constituyen a la máquina como una
nos”. Así Yory recalca que como seres unidad en el espacio físico” (citado en Gil-
bert-Galassi & Correa, 2001, p. 69). Y agre-
humanos somos, en nuestra dimen- gan Maturana y Varela “Nuestro enfoque
sión espacial y espaciante, una carga será mecanicista (...) nuestro problema es la
de sentido y significación. El espacio organización de lo vivo (...) lo que nos intere-
sa no son las propiedades de sus componen-
tes, sino los procesos, y relaciones entre pro-
9 Según Maturana y Varela la autopoie- cesos, realizados por medio de los compo-
sis es una peculiaridad de ciertas máquinas nentes” (citado en Gilbert-Galassi & Correa,
homeostáticas, donde la característica fun- 2001, p. 65). En el proceso autopoiético tres
damental es su propia organización. “Una elementos conforman un sistema individual
máquina autopoiética es una máquina or- (cuerpo, emoción y lenguaje; Gilbert-Galassi
ganizada como un sistema de procesos de & Correa, 2001, p. 3).
producción de componentes concatenados
de tal manera que producen componentes

165
Índice

Las interpretaciones hechas en es- universos donde sería válido buscar a


tas líneas de investigación aportan in- través de la investigación el carácter de
sumos para conducir la vida y llenarla lo vivido, lo concebido, lo idealizado,
de sentidos para crear relaciones colec- y lo pragmático respecto de sí mismo
tivas, relaciones con el entorno natural, y el entorno. Ya sea este de interac-
y promover lazos intersubjetivos para el ciones sociales o de relación con la na-
intercambio social. También para abrir turaleza, las narraciones y los relatos
horizontes para la intervención de los proveen elementos clave para pensar la
actores sociales. En efecto, como sujetos intervención social. Esta información
significamos el territorio de regiones y también se convierte en contenido rel-
ciudades desde nociones de valor como evante para diseñar políticas públicas
protección, cohesión y disposición que con la perspectiva de los actores en la
impulsan a rescatar y poner en primacía construcción de objetos sociales signif-
una metáfora espacial que provea un icativos; como el lugar de la historia
sentido a nuestra vida. Construcciones personal y colectiva, manifestado o
para vivir y ser-ahí. consolidado como patrimonio cultural
Encontrar cobijo para nuestra hu- y natural, su cuidado y conservación.
manidad es una trama conocida de con-
tenidos mentales y afectivos que entre- El ser espacializado
gan elementos para la acción cotidiana.
Esta trama habitualmente se encuentra
cargada de metáforas y de mitos como
H eidegger (1954/1994) aporta la
visión del ser espacializado y le
da un contenido. La idea de “lugar”,
si fuera un continuo, una especie de empleada por Heidegger, hace refe-
circuito interactivo de construcciones rencia a un espacio que ha sido reco-
de sentido acerca del mundo personal nocido como tal, es decir, que ha sido
y también del mundo social. Las metá- delimitado o reconocido por el ser ahí.
foras son claves comunes de compren- (Mendoza Garza, s.f., 15). Aquí el es-
sión y horizontes de sentido que com- pacio es un conjunto de cuatro partes
pletan los espacios en blanco de nuestro (i.e., un quadriparti]: en la tierra, bajo
vocabulario, gracias a su simbolismo el cielo, bajo las reglas del universo, y
y a su fuerza expresivo-comunicativa entre los hombres o con los otros en el
(Blumenberg, 2003). Este espacio de espacio social. Sujeto es ser espacializa-
creación de sentidos constituye una red do, condición ontológica humana que
para estudiar y reconocer lenguajes e nos refleja el sujeto como ser habitante
imágenes que son comunes entre las de un espacio. No se trata solo de tener
personas; circula en la realidad como un lugar para vivir, es disponer de un
producto del trasegar de la vida social, lugar en el cual el ser humano hace un
de las conceptualizaciones y de los mar- espacio, como mortal que vive entre la
cos que devienen en paradigmas. tierra y el cielo. “(…) No existen hom-
La ética y los valores que se visibi- bres y además espacios. Hombre es al
lizan a través de las metáforas revelan modo humano: quiere decir que habi-

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La Psicología Social en Colombia. Teorías, Aprendizajes y Experiencias desde el Campo

ta” (Heidegger, 1994, p.6). Con ello ha- no que sería la búsqueda de construir
bitar adquiere una dimensión superior un lugar que facilite la relación consigo
y trascendente, comenta Heidegger. misma y entre los mortales y el habi-
El espacio vital incluye el espacio tar. Estos espacios son: (a) la conciencia
geográfico o físico y el significado o de sí compuesta por el espacio interior
contenido que el sujeto ha internaliza- del propio sujeto, (b) el propio cuerpo
do y convertido en contenido simbóli- como lugar de habitación del sujeto, (c)
co constituyente del mundo tal como la casa como lugar de abrigo y protec-
lo concibe, lo caracteriza, lo nombra, ción, (d) el ámbito de producción de la
lo narra; dimensión del mundo que lo supervivencia material como el traba-
afecta e incide sobre él como persona. jo u oficio, y (e) las relaciones sociales
Dentro de esta importancia como espacio de interacción social,
atribuida a la creación de un mundo ocio, recorridos, y uso de los recursos
para sí mismo, percepciones y motiva- como se ejemplifica en la Figura 2. Los
ciones mueven al sujeto a construir y primeros tres imbricados como con-
realizar su lugar. En ese estar ahí hay tenido de la subjetividad. Todos cinco
lugares en los cuales nos apropiamos e imbricados en la construcción de la
internalizamos el espacio en términos identidad social.
pragmáticos. La conservación de estos En este ámbito de lo simbólico los
espacios se relaciona con las creencias significados emergen para denotar el
y motivaciones personales, con nar- espacio que ocupa la persona y la con-
rativa comunitaria como contenido tiene, la relación que se establece con el
indispensable para diseñar estrate- lugar de vida donde se crea a su vez el
gias de involucramiento colectivo en sentimiento de protección y autocon-
la protección de los recursos y en el servación. Este contenido simbólico
mejoramiento de los criterios del or- construye en paralelo, a partir de la
denamiento territorial. dimensión material, la relación que de-
A partir de la pregunta de investi- nota los contornos del habitar como ap-
gación sobre cómo construyen su lugar ropiación o relación de territorialidad,
en el mundo mujeres que han vivido de dominio o de ejercicio de poder, de
la experiencia de la violencia en lug- identidad como en el caso de decidir y
ares de conflicto armado y teniendo en crear opciones de vida con los otros.
cuenta los relatos recolectados en varias El estudio de estos procesos de
investigaciones (Ocampo Prado et al., apropiación del espacio territorial, de
2013), cinco dimensiones de estudio transformación y de construcción de
e interpretación constituyen espacios un sentido de relación con él, reviste
a través de los cuales transitan. Este la doble dimensión material y simbóli-
tránsito que se da por los “espacios” ca que facilita descubrir el proceso so-
implica un trayecto, y “todo trayecto cial que está viviendo un determinado
implica necesariamente un destino” grupo de personas en su construcción
(Mendoza Aguilar, s.f. p.16). Un desti- de una visión del mundo y un lugar de

167
Índice

vida, y también los métodos adopta- cionales con los otros que comparten la
dos como forma de ejercicio de su au- historia y el lugar a lo largo del tiempo,
tonomía y libertad. da forma al hogar.
El lugar es el sitio donde es más En el espacio de vida establec-
estrecha la relación hombre-tierra que emos una relación fundamental que
puede también comprender la Tierra en- podemos denominar habitar. Habitar
tera como base de la existencia humana. es cuidar, proteger del peligro y sobre
El lugar y el hombre se funden mutua- todo franquear el paso a la propia es-
mente; el lugar participa de la identidad encia de un algo donde se escenifica
del que está en él —cada uno se define, el hecho de encontrar y construir un
y define su entorno, especialmente según lugar para sí mismo, un lugar cómodo
su pertenencia espacial— y los individ- donde somos y podemos ser la perso-
uos dan una identidad e incluso funda- na que define un horizonte de futuro
mentalmente, una existencia al lugar. para sí.
El lugar del ser se acerca al con-
cepto de territorio. Esta mirada remite El cuerpo como espacio de sí
directamente a la concepción Heide-
ggeriana del espacio y de la idea de
habitar, así como a la fenomenología
P ara la psicología el cuerpo es la
expresión de la subjetividad, in-
tersubjetividad y transubjetividad. El
de Bachelard (1993) en la poética del cuerpo ocupa un lugar en el espacio.
espacio. Esta relación estrecha permite El cuerpo como parte del proceso so-
la metáfora del arraigo y supone una di- cial es una construcción social. Ade-
mensión temporal. El lugar se inscribe más de biología es psicológico y cons-
en la memoria y el tiempo que parece tituye un referente mayor de la sub-
detenido en momentos significativos jetividad o conciencia de sí para una
que devienen hitos a través del tránsito persona.
de la existencia ligado al entorno en el El cuerpo actúa en los procesos
que se produjeron. para garantizar la supervivencia tan-
to como para preservar el prestigio y
Dimensión de sí mismo y el status social. El propio cuerpo, tal
subjetividad y como la persona lo llega a conocer,

E spacio y ser constituyen un pa-


trimonio para la propia vida. El
espacio de vida a través de las expe-
no es nunca una entidad encapsulada
sino que está siempre localizado en el
campo, lo cual juega un papel crucial
riencias vividas da forma a la memoria en el despliegue entre uno mismo y
social y personal. El núcleo de este pro- el mundo y en este sentido refleja lo
ceso es la subjetividad. La conciencia que Aristóteles había planteado: “No
de sí mismo. El hogar es espacio donde es posible concebir a las cosas sin su
se desarrolla la existencia y proyectos lugar, por lo tanto, el espacio nun-
de acción en un marco de relaciones ca podría ser un receptáculo vacío”
de poder. La identidad, los lazos emo- (Aristóteles en La Filosofía Segunda) y

168
La Psicología Social en Colombia. Teorías, Aprendizajes y Experiencias desde el Campo

“ todas las cosas tienen que estar en un a través del “hilo” que es la
“donde”, tener un lugar”(Arisó Cruz, vida del propio sujeto habi-
2012, p. 1). tante. Por ello, el habitar –a
través de la territorialidad
La casa como lugar de abrigo y que contiene- remite al lu-
protección gar inmediato que se habita,

L a casa representa el punto de refe-


rencia básico desde el cual el suje-
to construye su relación con el entorno,
pero también a otros lugares
habitados anteriormente, así
como a lugares nunca ha-
barrio y vecindario; “La casa usualmen- bitados pero que son parte


te tiene el sentido de protección y abrigo del imaginario de la persona
(…)” (Lindón, 2005, p. 8). (Lindón, 2005, p. 11).
Para Bachelard la “casa es nues-
tro rincón en el mundo. Es —se ha dicho El mundo de las relaciones sociales
con frecuencia— nuestro primer uni-
verso. Es realmente un cosmos” (1993,
p. 34). “La casa es el primer mundo del
E sta dimensión de la búsqueda de
significados relacionados con la
construcción del lugar de sí mismo en
ser humano, como espacio íntimo ubica el mundo se relaciona con la concien-
al ser humano de una manera particular cia del otro, aquel que yo no soy, que
en el mundo” Lindón, 2005, p. 8). está en mí y a la vez es distinto a mí
Con la casa construimos una (Figura 1). El otro está presente en mí
relación de territorialidad, el lugar “(…) a través de la interiorización de su
donde encontramos lo que necesitamos presencia (…) Así la presencia de otro
para continuar la vida, la apropiación no es un objeto de conocimiento exter-
que construye los primeros sentidos al no sino un dato intuitivo e inmediato
sentimiento de pertenencia que da for- de la conciencia de sí” (Marc, 2005, p.
ma a la identidad. La territorialidad en 65). La presencia del otro y de mí ante
estos términos involucra el proceso de el otro pasa por la percepción del otro
habitar, es la relación apropiación-per- respecto a mí propia presencia, a la mi-
tenencia que da forma y vincula al ser rada sobre mi cuerpo; el cuerpo con el
humano con su espacio de vida. Incluye que yo ocupo un espacio real. “(…) es
el lugar inmediato tanto como el espa- necesario entonces ser visto por los ojos
cio más amplio que recorremos como del otro para percibir el propio ser”
dimensión territorial; este territorio (Marc, 2005, p. 65).
material y simbólico que es movilizado Es el terreno de la construcción
mediante imágenes, sentimientos, acti- de identidad, una identidad social en
tudes constitutivas de referentes para las tanto es innegable que en la consti-
prácticas y los imaginarios del mundo tución del ser sujeto se presenta una
presentes en el sujeto. internalización de las características


del otro, características seleccionadas
Una red muy amplia de
por mí e igualmente denotativas de sig-
lugares que de una manera
u otra están tejidos entre sí
nificado de mí mismo construido con

169
Índice

base en la comparación con los otros. compromiso mutuo entre empleador


Sin embargo, es el sentimiento íntimo y empleado y se enmarca en normas
de mi propia especificidad. y desarrollos jurídicos que protegen
En este campo estamos hablan- a ambas partes. La Organización de
do de la construcción de la identidad las Naciones Unidas ha consagrado
como un sistema de representaciones, el trabajo como un Derecho Huma-
sentimientos y estrategias en los cuales no que establece para toda persona
la conservación de sí mismo es parte la libertad de elección de un empleo,
del “juego” dentro de la interacción el derecho a gozar de buenas condi-
de lo individual con lo social. En el de- ciones laborales. Sin embargo, la falta
spliegue de un mecanismo de hacerse de empleo o trabajo de una sociedad
reconocer por los otros, encontrar un desigual y marcada por hondas dife-
lugar en el grupo, construir una ima- rencias sociales en cuanto al acceso a
gen positiva de sí mismo y afirmar su bienes —como la educación o capital
individualidad (…) la identidad juega financiero— es una forma de eviden-
el papel de un espejo de aumento tan- ciar el fracaso de los sistemas econó-
to de la relación con los otros como de micos para valorar recursos valiosos
los aspectos que el sujeto invierte en la como el capital humano, y evidencian
búsqueda de sí mismo (Marc, 2005, p. también situaciones conducentes a la
100). Finalmente, esta búsqueda igual- pobreza y la indigencia.
mente implica “el deseo de entrar en En las últimas décadas la glo-
comunicación con los otros, conocerlos balización, como proceso económico
y hacerse reconocer, crear un vínculo y cultural marcado por la lógica neo-
entre los participantes y constituir un liberal, ha introducido diversos facto-
grupo” (p. 101). res de inestabilidad laboral que afec-
tan el flujo de la actividad productiva
El mundo laboral en beneficio de la acumulación de la

E l trabajo humano se concentraba


en tareas concretas sobre objetos
físicos o intelectuales. El trabajo es un
riqueza en manos de los inversionistas
y generan valorización utilitarista de
la fuerza laboral y del valor que agrega
valor en sí mismo, el trabajo desde la el esfuerzo realizado por las personas
revolución industrial se convirtió en con el fin de producir riqueza, lograr
factor diferenciador en la construc- niveles de bienestar y alcance de las
ción de identidad y ha sido referente condiciones que garantizan la super-
principal para planificar y ordenar vivencia en condiciones de dignidad.
las actividades de la vida. El desarro- Actualmente, el trabajo está
llo de los conocimientos científicos y estrechamente relacionado con flujos
de la tecnología incrementa las capa- de información digital, formas de co-
cidades en la producción de bienes y municación virtual, relaciones donde
servicios, el trabajo realizado a cam- la multiplicidad de datos incrementa
bio de un salario plantea relaciones de el tiempo de dedicación para abordar

170
La Psicología Social en Colombia. Teorías, Aprendizajes y Experiencias desde el Campo

este inmenso flujo de contenidos que generan tareas múltiples en la medida que
abren multitud de ventanas asociadas. La nueva economía debe hacer frente
a paradojas como las que la ponen en tensión con categorías heredadas de la
economía clásica. La paradoja central reside en el hecho de que la economía se
integra con la comunicación.
La Figura 2 muestra un esquema organizativo con fines de describir,
explicar e interpretar las cinco dimensiones seleccionadas y precedentemente
descritas. Estas conceptualizaciones teóricas y afirmaciones basadas en apreci-
aciones de sujetos entrevistados en su vida cotidiana, buscan ejemplificar el es-
pacio conceptual y experiencial que involucra dimensiones en la construcción
de un lugar para sí mismo en el mundo o espacio dentro del cual se desarrolla
la vida de una persona, como constructo que se propone dar cuenta de la vida
cotidiana de las personas y sociedades.

Relaciones Sociales

Mundo laboral Dimensión 1: Sí mismo. Subjetividad


Dimensión 2: El propio cuerpo
Subjetividad
Dimensión 3: La casa
Dimensión 4: El mundo de las relaciones sociales
La casa Consciencia
de si mismo Dimensión 5: El mundo laboral

El cuerpo

Figura 2. Cinco dimensiones

En este panorama de definiciones y encuadres de exploración y com-


prensión de la vida diaria de las personas, la etnografía se adopta como méto-
do para mirar, como perspectiva para lograr conocer formas espontáneas de la
cotidianidad humana, tomando como conjunto las actividades que se realizan
en el trabajo de campo y buscando desde un esquema de trabajo metodológi-
co tripartito Descripción-Explicación-Interpretación (Figura 3), captar,
con actores que expresan libremente y en sus palabras, sus prácticas y sentidos
de vida para, como señala Guber (2001) “(…) traducir lo que acontece” y tam-
bién “(…) dar cuenta lo más genuinamente posible de una práctica” (p. 7).

171
Índice

Descripción

Explicación

Interpretación

Figura 3. Esquema metodológico para registrar y analizar la información

A su vez, tres conceptos son clave para enfocar e interpretar la información


(Figura 4):
(a) Existencia, como descripción narrativa y metafórica del significado de la vida;
(b) Sentido, o explicación de los conceptos y metáforas empleados en las respues-
tas; y
(c) Destino, como descripción-explicación-interpretación de la vida antes y
después de un período o evento, en la creación de un imaginario relativo al
horizonte de vida.

Existencia

Sentido Destino

Figura 4. Conceptos clave para el enfoque e interpretación de la información

172
La Psicología Social en Colombia. Teorías, Aprendizajes y Experiencias desde el Campo

Al habitar el mundo personal y el mundo social —en un contexto


físico, histórico y relacional— la búsqueda del lugar “correcto”, recordar
los trayectos y tránsitos, puede con frecuencia implicar un cambio existen-
cial interno y también puede implicar un riesgo físico o psicológico. Así, el
proceso de buscar el lugar de uno llega a ser más significativo que el hecho
de hallarlo efectivamente, señala John Sayles al referirse a su película Limbo
(citado en Seamon, 2012). Las imágenes y expectativas simbólicas que ori-
entan a las personas a establecer su residencia en un lugar son parte de un
imaginario colectivo (Lindón, 2005); prácticas espacializadas o centradas
en la vivencia del espacio. Estas realizadas por el habitante a través de su es-
pacio ocupado, apropiado e imaginado (físico y simbólico), dan forma a su
subjetividad; la conciencia de sí mismo es espacial en tanto se corresponde
con las diferentes formas de habitar los espacios físicos donde tiene lugar la
vida, una historia y un destino.

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7. Radicales, elementales,
razonantes y corazonantes de la
psicología ancestral indígena.
Mink’a de conocimiento
Luis Eduardo León Romero & Paola Andrea Pérez Gil10

1. Inicio del recorrido de pensamiento

C
hogue sue Mhuysqa; buen día, gente. Gracias por querer estar
en mink´a de conocimiento con nosotros. Entregamos lo que
somos y tomamos y recibimos de su alimento. Partimos de
la suposición —y excúsenos por eso— de que si está en mink´a, a
través de esta palabra, intuirá que no puede ser solo una gran ra-
zón, o por lo menos no solo razón lineal. Por lo tanto, queremos
empezar donde lo hace toda ancestralidad, por amar y reconocer
que somos del mismo origen, pues venimos de la tierra como
raíz de linaje, familia y hermandad en eticidad.
Así es lo primario en lo indígena: agradecimiento consciente del
origen, por eso no sería coherente si se obviara. Gracias al Paba Sua (padre
sol) y a la Hitcha Guaia (madre tierra), a Temsacá (Monserrate), a Chiguachia
(Guadalupe), y al Majui (el encuentro contigo en Cota). Gracias gran Igua-
que, Guatavita, río Bogotá, río Yuma (Magdalena), Muequeta (hoy Bacatá
o Bogotá), territorios de Cundinamarca, Boyacá, Santander, Amazonas,
Antioquia, Guajira, Huila, Meta, Nariño y Tolima. Gracias abuelo Gata
(fuego), abuela Sie (agua), abuelo Fiba (aire), abuela Guaia (tierra), abuelo
tabaquito, abuela Hayu (coca), abuelo Tihiqui (borrachero), abuelito Cidrón,
abuelito Sanalotodo y abuelo Yage.
Gracias a la Universidad Cooperativa de Colombia, gracias sabi-
duría, gracias ciencia, gracias filosofía y gracias a la psicología. Con mayor
10 Correo electrónico de Luis Eduardo León Romero: origenancestral@hotmail.com
Correo electrónico de Paola Andrea Pérez Gil: paola.perez@campusucc.edu.co
Haber nacido en territorio Mhuysqa y en conciencia de Tierra desde la expe-
riencia y constatación del alma, hace que el presente texto confirme mi certeza de
caminar lo telúrico como fuente de raíz y curación propia, reconociendo en nuestro
linaje ancestral indígena toda posibilidad, ciencia y arraigo. Afirmo en la vivencia
conjunta, en la siembra comunal, el saber de tradición, espiritualidad y trascenden-
cia que hemos cultivado como psicología ancestral indígena.
Índice

apertura, gracias abuelo y taita Dios, haya sido, como sea o como vaya a ser,
abuelita virgen María, y abuelo Jesús. benditas y espirituales gratitudes.
Gracias abuelo Buda y gracias abuelo Cuando el joven indígena des-
Krishna. Gracias a nuestros abuelos y pierta desde la honra de la muerte ha-
abuelas, los amamos mucho. Gracias cia la fuerza de la vida, la toma para
a nuestros linajes y territorios, gracias sí y —con pura inmanencia y emer-
Amerrique (tierra de los vientos) y extra- gencia, puro corazón— sabe que es la
ña Colombeia. Gracias a sus abuelos hora de sembrar y fecundar la tierra,
y sus abuelas, gente del semillero, los la realidad; secreto germinal del tra-
queremos y valoramos, y gracias a us- bajo para alimentar la vida y entregar
ted que siente estas palabras. Muchas la vida que recibió. Así se hace adulto,
gracias papá, mamá, matriz de psiquis- se suelta y se entrega. Es un tránsito
mo y confianza psiquista, son la sagrada doloroso de morir y de crecer; el fru-
humanización del principio telúrico to se suelta del árbol a la vida cuan-
como fuerza de origen. Gracias por la do ambos lo saben. El bebé entra en
vida y a través de ella por sus fraternos llanto cuando la madre lo separa del
regalos: espíritu de conocimiento, cu- seno derecho para encontrar de nuevo
ración, sensibilidad y música. el paraíso en el contacto con el seno
Gracias abuelo Fernando, gra- izquierdo. De esta manera, el joven
cias Mamo Roberto, gracias Mamo Lu- planteamiento se suelta de la infancia
cas, gracias Bata Concepción, y gracias y busca entrar en la maduración pues,
abuelos, Taitas, Mamos, T´hualas y Jai- sin dejar de aprender ni de investigar,
banas; nuestros psicólogos ancestrales. reconoce que ya es hora de sembrar
Gracias al origen por ser algo español hacia afuera. Ya fue semilla, ahora es
y por ser negro, sobre todo en nuestro plantica y a través de él se mueve la
caso, y el de muchos millones, gracias energía para empezar a ser gran ár-
por ser corazón indígena. bol, raíz profunda y fruto de vida.
Ya tenemos 12 años viviendo y Por esto es importante recono-
pensando una psicología indígena. En cer que ya es hora de sembrar la tie-
la ancestralidad, hasta no salir de la rra y de tener de nuevo la tierra sin
condición de hermano menor siempre olvidar nunca que, en esta expresión
seremos niños, bendita infancia que valerosa de lo humano, siempre está
conmemoramos. Sin embargo, pronto presente. En realidad somos de ella,
se nos viene crecer a la manera de lo in- de mamá y de papá. Para el joven in-
dígena. El joven indígena, cuando tie- dígena implica además la doble condi-
ne una edad aproximada a 13 años, en ción existencial y espiritual de ser au-
su potencia de maduración, sabe que tónomo y de ser comunidad. No hay
es hora de entregarse a la vida; que la que romper ningún cordón umbilical
familia le dio raíz, le dio amor y le otor- más allá del físico para crecer; hay que
gó confianza, o le otorgó la gran tarea sanarlo, limpiarlo, y sembrarlo con la
de la curación y el crecimiento. Como placenta y con el primer hogar. Hay

178
La Psicología Social en Colombia. Teorías, Aprendizajes y Experiencias desde el Campo

que amarlo y cuidarlo. Estar en el te- penetra vibrante como empiria cons-
lúrico origen, es decir, y honrando la ciente en lo corpóreo y lo pensante.
voz psicoanalítica, no hay que matar De la misma forma, hoy pedi-
al padre ni a la madre, es mejor re- mos consejo a los abuelos para seguir
conocerlos y de rodillas agradecerles creciendo. Lo afirmamos desde la
por cómo han sido, perfección de lo época en la que se mambeaba chon-
que es la vida en su sentido almífico dur amazónico para la limpieza emo-
o psiquista; es reminiscente (caminar cional. Lo visionamos con la gente
al fin es volver al inicio originante) y que sorteaba el destino para hallarse
psicompsicotica (camino de la psique en en su primera toma de yagé, en dife-
Platón) evolución. rentes mingas y acampadas en el mu-
Luego el joven entiende que nicipio de Cota con cientos de indí-
solamente si se siembra la tierra se genas compartiendo desde su sopa y
puede sembrar la vida. Lo entendi- su sancocho hasta su palabra de mis-
mos cuando sembramos maíz y cubio ticismo danzante en su ser. Se recuer-
en Cota, papa criolla y fríjol en Verjón da a propósito a los niños que seguían
vía Choachí; cuando sembrábamos y al tío que trabajaba con cabildos an-
rastrojeábamos turma (papa) hacien- cestrales Pijaos del Tolima mientras
do investigación en las veredas altas escuchaban de lo jodidos que eran esos
de Tenjo; y cuando sembramos chon- indios para colaborar, y por supuesto,
dur en el Putumayo y acompañamos en el riguroso y vigoroso método de ca-
la siembra de plátano y ñame en la minar la tierra que nos ha llevado por
Sierra Nevada, y de mango y café en tan variados y mágicos lugares. Solo
el territorio Embera de Karmata Rua cabe decir: ¡todo lo que hay para ver!
(Cristianía) en Antioquia. De esta for- Tan profundo que se puede llegar a
ma el joven se propone hacer familia, estar, tanto conocimiento y sabiduría
así nos proponemos hoy ser comuni- que tenemos. Qué raíz de pueblo que
dad. Allí el muchacho busca el consejo somos para un mundo desencantado
de los mayores porque se entiende que de su homogénica construcción cul-
no hay crecimiento sin consejo, com- tural de modernidad. Otra respuesta
pañeros, ni colegas. consciente a la conocida y crítica ex-
No hay psicología de ancestra- presión Weberiana sobre “El desen-
lidad sin consejo, sin transmisión del canto del mundo” citada por Wilber
mito consciente de saber cosmogóni- (1998, p. 24).
co. Nos dijeron eurocéntricamente El abuelo sienta a su nieto para
mal, se constata con base en lo vivido recordarle cómo nació, qué lo conci-
que nuestros abuelos saben curar el bió, y por qué es. Cosmogonía que to-
alma desde la fuerza transformadora taliza cualquier pretensión gnoseoló-
de su consejo, con una palabra de po- gica, ontológica y epistemológica de
der como conexión telúrica que al ser sentido teleológico último en el ab-
compartida ejerce como escucha que solutismo místico de pensar. Al final,

179
Índice

solo lo sienta a estar, a saber, a sentir, corazones como maloca de nuestras


a escuchar y a ser. De paso superficial, almas y casas de pensamiento. No
la atrevida epistémica de tan solo el estamos inventando o teoretizando
ojo interpretativo que mira para in- algo en ilusionismo racional, habla-
cluirnos parciales en movimiento de mos desde el dato real, la experiencia
conocimiento; de fondo la epistemia directa de lo que vemos y hemos visto,
obediencial de antes que interpretar y potencia empirista de lo que escucha-
pensar, sentir, silenciar y recibir, es- mos, degustamos, sentimos, sufrimos
tar, ser y luego pensar o transpensar. y amamos. “No olvidemos que según
Solo así entendemos que se William James uno de los significados
nació semilla, desde una fuerza antes del término dato es precisamente el de
experiencia directa e inmediata en la
que semilla, un propósito transhuma-
que la ciencia sustenta todas sus afir-
no, el de la madre y el padre espiritua-
maciones concretas” (Wilber, 1998,
les que ordenan lo necesario para su
p.193). Qué más experiencia directa
sentido como ley de origen. Lo enten-
que el camino directo del territorio a
demos y asumimos desde los caminos
lo que somos, en términos de James,
que nos hermanan, comunes y fra-
qué más dato.
ternos en el propósito humano y más Somos americanos, hijos de la
que humano. No somos modernistas tierra de los vientos y por lo mismo
ni postmodernistas, porque no somos nos aceptamos como unidad indisolu-
solo racionalistas o antropocentristas, ble aborigen y planetaria; como alma
menos eurocentristas ni romanticistas, que se sujeta a la tierra, que se en-
porque el amestizado y sabroso (saber) raíza y solo así vuela espectral, como
sancocho (mezcla) nos agregó varios ti- semillero que al ser humano viene de
pos de elementos pero nunca hemos la divinidad (lo no dividido) y anhela
dejado de ser indígenas en convicción encontrar de nuevo la unidad.
de tierra y espiritualidad.
2. La raíz problemática
Para Luis Villoro, filósofo
mexicano citado por el sociólogo co-
lombiano Alfonso Torres, esto signifi-
E s anacrónica opción no recono-
cer que ya el Congreso Mundial
de Transdisciplinariedad de Arrábi-
ca que: “(…) en toda América, pese a da, Portugal, declaró como principio
los cambios introducidos por la colo- mundial que:


nia, los antiguos poblados indígenas
mantuvieron el sentido tradicional de (…) la dignidad del ser hu-
la comunidad en coexistencia” (To- mano es también de orden
rres, 2013, p. 148). cósmico y planetario. La
Se aclara que lo decimos por- operación del ser humano
que lo vivimos, no estamos solo citan- sobre la Tierra es una de
do a los abuelos ni a los libros como las etapas de la historia del
ciencia discursiva. Lo vivimos desde universo. El reconocimiento
su palabra y desde la fuerza de los de la Tierra como patria
territorios sagrados, desde nuestros es uno de los imperativos

180
La Psicología Social en Colombia. Teorías, Aprendizajes y Experiencias desde el Campo

de la transdisciplinariedad. sentido aborigen como continuidad de


Todo ser humano tiene de- muerte y vida, de materia y energía, de
recho a una nacionalidad, cuerpo y alma, de emoción y razón, de
pero a título de habitante padre en universal y madre de tierra,
de la Tierra él es al mismo de arriba y abajo, la totalidad divina en
tiempo un ser transnacional. armonía del cielo y la tierra que viene
El reconocimiento por el del origen y vuelve siempre a él porque
derecho internacional de la es alma en construcción de lo que es en
doble pertenencia —a una sí misma y en búsqueda de perfección
nación y a la Tierra— cons- de espíritu.
tituye uno de los objetivos Para Domingo Llanque Chana
de la investigación transdis- esta categoría es Pacha y:

”“
ciplinaria (Carta de la trans-
disciplinariedad, 1994, p. 2). (…) encierra tres niveles de
comprensión en una sola
Por esto, nos reconocemos on- palabra (agua, aire y fuego).
tológicamente como hijos de la Tierra. Entre los aymaras, Pacha-
Lo sabemos desde hace mucho tiem- mama merece gran respeto,
po, hoy Boaventura de Souza Santos se le ofrecen liberaciones,
(2016) lo reconoce así: en cualquier oportunidad


(…) las ontologías no oc- en que se comparte comida
cidentales son mucho más y en todos los ritos del ciclo
ricas. Aquí en este conti- agrícola. La tierra se consti-
nente, están en las calles, tuye como los cimientos del
en los pueblos; ontologías cosmos, el fundamento de
que tienen un respeto muy toda la realidad, el recep-
grande por los ancestros, táculo de todas las fuerzas
que todavía son consi- sagradas, que se manifiesta
derados vivos dentro de en montes, bosques, vegeta-
la comunidad. Por eso el ción y aguas. Es el lugar y el
territorio es sagrado, es el tiempo, el espacio primor-
territorio donde enterraron dial. La tierra lo sostiene
a sus muertos (León & De todo, es la base de la vida.
la Coste, 2016, p. 1). La misma vida humana está
ligada a la tierra de forma


Para nosotros despierta profunda. La tierra es ma-
una psicología cuya visión de hombre triz de vida (1990, p. 4).
es de ancestralidad antrópica; una ca-
lidad de ser lo humano en su propósito Un estar telúrico, mismidad de
evolutivo de integralidad y por lo tanto tierra y caminante de mitos, de usos y
solo humanizante en simbiosis telúrica, costumbres, de prácticas indígenas que
el hombre terrícola, básica totalidad de recrean en su potencia mítica colectiva

181
Índice

y del indivisible individuo lo actualiza- mayor parte de los hombres


do de los saberes de la liberación espi- les parece toda la vida es tan
ritual para la curación personal, hie- solo un día de la verdadera


rofanía y sacralidad de conciencia, de vida del alma (Leadbeater,
la sensibilidad corpórea consciente y 2009, pp. 3-4).
del pathos que perdona, la integración
Entonces la comprensión de lo
como gran aceptación personal y la
psicoterapéutico en esta translógica pro-
evolución aquiescencial y eterna de lo
pone una ontología del fenómeno en
transpersonal. Una esencial fuerza de
comprensiones ampliamente trascen-
los linajes ancestrales como sentido del
dentes y que en su esfuerzo de recu-
alma (cuerpo y alma) que en camino y
peración de la esencialidad ancestral
fin propicia la tarea de curación pro-
occidental significan la resiembra por
pia, naturaleza de su gran movimiento
la manera filosófica de nominación: el
de perfección.
alma, pues allí está el valor radical con
En este sentido y a pesar de la
certeza y totalidad, solo manifiesta en
dificultad conviene aclarar:


el mito de psique, y en este, una in-
(…) que el hombre posee tegración del saber perenne universal
un principio inmortal, lla- que da cuenta integral del qué. Solo
mado alma, que sobrevive allí se propone las maneras vivencia-
a la muerte del cuerpo: les, metódicas y terapéuticas, aquí an-
pero esto es muy vago y cestrales indígenas, sobre el cómo. A
conviene desechar esta va- propósito:


guedad para comprender
que aunque esta afirmación Hemos sido convencidos de
fuese verdadera resulta una que el alma viene incorpo-
transposición de la realidad, rada al ser humano desde
pues nadie ha de decir: creo su nacimiento. Nada más
que tengo un alma, sino sé falso. El hombre no viene
que soy un alma. Porque completo a este mundo.
en verdad el hombre es un Procedente de las capas más
alma que tiene cuerpo (…) bajas de la naturaleza, en
Hemos de convencernos de su evolución biológica ha
que somos un ser inmortal llegado a adquirir la forma
de esencia divina, una chis- humana, pero está lejos de
pa del fuego de Dios, que ha ser un hombre concluido,
vivido durante siglos antes insan camil, un hombre
de envolverse en esta vesti- perfecto, como dicen los
dura llamada cuerpo y que musulmanes. Esa es preci-
vivirá innumerables edades samente la misión que debe
después de que éste se re- cumplir todo proyecto de
duzca a polvo (…) Lo que la hombre recién llegado a

182
La Psicología Social en Colombia. Teorías, Aprendizajes y Experiencias desde el Campo

este planeta, perfeccionarse espirituales. Así, esta nueva cosmolo-


a sí mismo. Es algo que gía supera la natura de los medievales
debe lograr por un esfuerzo y modernos y en mayor proximidad a
continuado de su voluntad la physis. Pero aún más allá, concibe la
(también Transpersonal). naturaleza como conjunto articulado
Y en ese esfuerzo (de lo de todas las energías cósmicas, desde el
terapéutico), radica la úni- vacío cuántico a la complejidad de la
ca posibilidad que tiene de materia y su acción poética develadora
ser realmente dueño de sus


de un logos universal y cósmico que se
actos y de su destino (Rebe- expresa en la vida e historia del sujeto
tez, 2000, p. 11). arraigado y produce cultura, significa-
Además, desde el sentido an- ción filosófica y psicológica, y espiri-
tropológico de esta concepción psico- tualidad como aboriginalidad propia.
terapéutica que se presenta, el hom- Psiquismo cosmogónico es el
bre que se devela se asume allende sentido que siembra nuestra alma se-
a la subjetividad eurocéntrica de la minal y la manera de comprender
razón, y se nos muestra tal cual el toda búsqueda amorosa de curación
pensamiento indígena como hijo de y conocimiento que siembra saberes
la tierra. Es decir, independiente de propios en logos como ley de origen
la centralidad de un concepto como de principios y presupuestos míticos,
la subjetividad, aquí la vida psíquica místicos, co-razonantes, corazonan-
se establece como orden ancestral de tes, sensitivos, conscientes, corpóreos,
sujeción a la tierra pues solo se es su- afectivos y transracionales de nuestra
jeto sembrado en el planeta en rela- fuerza. ¡Sí se entiende!, nuestra propia
ción agrícola con la madre de origen fuerza, una psicología ancestral indí-
telúrico y desde ella, estando en ella, gena como psicología desde el primer
una fuerza de raíz que de suyo, pla- ancestro, la madre tierra. Logos cen-
netaria se recrea en la siembra de li- tral mítico que también en Gadamer,
najes que en la multiplicidad de abue- Dussel o Jung se presupone como la
los, padres y nietos se dinamiza como primera y más profunda posibilidad de
animosidad psiquista de vitalidad. sentido, como gran razón de filosofía y
psicología.
3. Presupuestos de una Recuperamos una ciencia para
psicología ancestral indígena ser gente en la Tierra, ciencia transhu-

E ste hombre que se entiende des-


de el ejercicio terapéutico de la
ancestralidad asiste hoy a un podero-
mana, perenne, resignificada, integral,
plural, humilde, telúrica, sabia, y pro-
pia. No deja de rondarnos la pregunta
so retorno a la naturaleza y a un lo- del por qué volver nuestra sabiduría
gos universal, integral y trascendente filosofía o ciencia, para qué hacer el
pensado desde las ciencias de la tierra, puente. ¿Lo requiere lo indígena? ¿Lo
la ecología y las diversas posibilidades necesita el abuelo? Tal vez sí como me-

183
Índice


recido reconocimiento. Pero el abuelo Soy un médico y tengo que
sabe que lo suyo sí que lo necesita el ver con gente común. Por
mundo mestizo y occidental, el herma- eso sé que las universidades
no menor. No quedan muchas opcio- han cesado de actuar como
nes —y queremos decirlo desde el co- fuentes de luz. La gente está
razón— así tan salvíficas para nosotros saciada de la especialización
de esta naturaleza. Por qué “los gran- científica y del intelectualis-
des destructores del mundo se gradúan mo racionalista. Quiere oír
en universidades, porque la ignorancia acerca de una verdad que
del hoy científico, desarrollado y tecno- no estreche sino ensanche,
lógico sigue siendo encontrar amor y que no oscurezca sino ilu-
de esto está hecho el sentido ancestral mine, que no escurra sobre
de una gran madre con su hijo” (Abue- uno como agua, sino que
lo Fernando, comunicación personal, penetre conmovedora has-
21 de diciembre de 2015). ta la médula de los huesos
Vale decir con cierta certeza (…) La babilónica confu-
que hemos tratado de entender el ca- sión de lenguas del espíritu
mino de Bochica, la sabiduría (Huyta- occidental ha engendrado
qa) de la vida psíquica (Psy) en Majui una desorientación tal que
(el encuentro contigo; nombre de la cada cual ansía una verdad
montaña sagrada de Cota en Cundi- simple o, al menos, ideas
namarca, Colombia), y de comprobar generales, que no hablen
que se puede hacer terapia (cuidado)11 solo a la cabeza, sino tam-
desde lo indígena. Hemos adquiri- bién al corazón, que den
do una especie de misión (o camino), claridad al espíritu que las
donde nuestra tarea varía en funcio- contempla y paz al inquieto
nes tales como: sentir, escuchar, estar, empuje de los sentimientos
y recuperar para hoy el saber propio (…) Por eso, la ciencia debe,
de ancestralidad; puentear y traducir el incluso, servir a todas las
mensaje ancestral a un mensaje acadé- demás ciencias y saberes,
mico; y defender el mensaje ancestral, pues cada una tiene necesi-
la coherencia de la curación propia dad, precisamente a causa
desde nuestro saber, y revelar a la aca- de su insuficiencia, del apo-
demia que existe una terapia ancestral yo de las otras. La ciencia es
indígena y un conocimiento definible la herramienta del espíritu
para ellos como ciencia, claro está, no occidental, y puede abrirse
cualquier clase de ciencia. con ella más puertas que
Al respecto, dice Carl Jung, en con las manos desnudas (…)
uno de sus libros más espirituales, mís- Es, sin embargo, justamente
ticos y profundos, El secreto de la flor de oro: el oriente [o aquí lo ances-
11 La etimología de la palabra terapia es tral] el que nos enseña una
cuidar. El cuidado de algo.

184
La Psicología Social en Colombia. Teorías, Aprendizajes y Experiencias desde el Campo

concepción distinta, más Barrero, Rosa Suárez, Juan Cepeda,


amplia, más profunda y más Giovanni Pua, Aldous Huxley (1999),
elevada, o sea la concepción Gottfried Leibniz, Hans Gadamer


mediante el vivir (Jung, (1646-1716) y Ken Wilber (1998) en-
1981, p. 24). tre tantos. Una siembra como saber
de metafísica, divinidad, tradición y
Esto también es ciencia pro-
espiritualidad. Obviedad de sonori-
pia del espíritu de la tierra. Por todo
dad sobre el contenido en adelante de
esto, el presente ejercicio es palabra
de siembra que despierta potente des- este intento, una apuesta que no quie-
de la tierra para el hijo y el nieto que re, aunque consciente de la dificultad,
brota en su semilla, siembra de maíz dejarse poseer del juicio de la mo-
como oro sabido, sabedor, sabroso y dernidad y la postmodernidad como
de sabiduría; y esta, aunque siembra premisas de occidente racionalistas,
más académica, también un anhelo materialistas o en antítesis nacientes.
de raíz, de tierra, de propiedad de sa- Aquí es apenas natural proponer una
ber, la posibilidad indígena, mestiza nueva manera del filosofar actualiza-
americana y telúrica de pensar, sentir da, vital, urgente y emergente en clave
y transformar el alma en metamórfi- de perennidad tan complementaria
ca y mítica posibilidad de psique para del eurocéntrico sentido como contra
el hombre en sí, en nos-otros y en en- moderna; pero eso sí, igual intento fi-
trega a su origen. Lo propuesto, un losófico como metafilosófico filosofar.
ejercicio científico que vuelve a ser lo- Es decir, la bandera aquí no es
gos mítico; es decir, una búsqueda de la muerte de la psicología y su fuente
sentido, significado vital de caminar la filosófica, sino más psicología, mejor
tierra y vivir el mito de los ancestros psicología suramericana, psicología
como principio de cuidado, buen vivir, metacomprensiva, transracional y pa-
y estar de conciencia. raconsistente “como logos sagrado que
Es por este sentido contempla- se puede leer en el libro del universo,
tivo del amar y del pensar como con- una suprema verdad” (Páramo citado
ciencia de la pluralista epistemia de la por James & Jiménez, 2004, p. 64),
conciencia de todo algo, por este senti- más míticamente creativa; pero en sí,
do de la resonancia andina que se pre- vibrante racionalidad y sensibilidad
senta el fundamento de posibilidad ex- de comprensión y respuesta para la
presiva de psicología indígena en clave lógica divina (no dividida) de la nueva
de filosofar perenne, de debates y tesis ciencia.
de abuelos y mamos, de mitos y con- De todas formas, y en ánimo
sejos, de montañas, lagunas y plantas, de reconocer para sanar conviene
de corazones, transrazones y sensibi- compartir como para el gran abuelo
lidades, también de Enrique Dussel, de la esperanza digna del pueblo Pa-
Leopoldo Zea, Rodolfo Kusch, Me- taxo, Paulo Freire, la menos demente
jía Huaman, Arturo Escobar, Edgar postura:

185
Índice


(…) trascurridos 500 años llores, no llores, cuando tu enfermedad
desde la conquista, no es de modernidad sea la única realidad
la de quien se deja poseer para ti malaya (s.f).
por el odio a los europeos, Es el miedo al mito como pri-
pero si es la de quien no se mer logos, ese temor de la poca con-
acomoda ante la perversi- ciencia que mantienen nuestros cien-
dad intrínseca de cualquier tificistas colegas y estudiantes sobre
forma de colonialismo, de la propia obra maestra de genialidad
invasión, de expoliación. mítica y sabia, profundidad del alma
Es la de quien se niega a que siembra nuestro oficio, “el mito de
encontrar aspectos positi- psique”, (Apuleyo, siglo II d. C). El sen-
vos en un proceso por na-


tido problema es que su sagrada signi-
turaleza perverso (Freire, ficancia de amor, redención y libertad
2012, p. 84). queda trágicamente en suspensión de
Sin embargo, desde esa inco- modernidad; lo cual desencantó y po-
modidad como lugar de la mirada his- sibilitó que tanta reducción técnica
tórica sobre nuestros muertos, es tam- como frialdad lógica en consecuencia
bién tarea la de crecer en espíritu, la de allanara el espíritu educativo y voca-
luego de mirar lo que fue, poder decir cional, la trágica carencia del alma en
en algún momento, así fue, así es, eso aquellos que estudian el alma.
somos, mestizos somos. Que cada cual Doble carencia mítica de la au-
reconozca su error y su trabajo interno sente raíz de la manera indígena. O, tal
de aceptar y conciliar a las víctimas y vez, la posibilidad cosmogónica de ha-
los victimarios, todos con su dolor. Que llar en nuestros saberes los sentidos to-
nuestro sagrado mestizaje se siembre tales ancestrales americanos del alma.
en su raíz de ancestralidad y en ella la Reconocer desde el silencio, como
indígena. práctica del alma, que hacer psicología
¿Cuál es el mecanismo opresor ancestral es sembrar profundo la raíz,
entonces?, que cuando nos vemos al es- estar en su fuerza, y en su manera del
pejo no aparece la jeta de indio que tenemos amor. Solo así ser es del alma y esto no
—dicen los abuelos— sino el esquizoi- tiene unicidad escindida de nivel, es en
de universalista despótico, el positivis- todo nivel espectral de lo que somos
tamente reducido, el racionalistamente (i.e., persona, comunidad, prepersona o
gris, el gran opresor que se niega a sí trascendencia, cuerpo y alma) porque
mismo. Ojos azules de la Gran Euro- el asunto terapéutico es conector no
pa sobre mi alma. Diría el compositor disyuntor: vuelo chamánico de mari-
peruano Manuel Casazola Huancco: posa (psique libertaria), salto cuántico
“(…) no llorés, no llores ni te enamores de rana (psique de trans-forma), muda
(…) de mi tierra (…), llorarás cuando metamórfica del ser siendo en una vida
me vaya (…) de la diversidad del mun- (psique como ser en evolución), el cam-
do (…), cuando remedio no haya, no bio de piel hacia el reencuentro profun-

186
La Psicología Social en Colombia. Teorías, Aprendizajes y Experiencias desde el Campo

do de nuestro complejo místico (psique Se pregunta desde esta expre-


como la culebra), la vida y muerte como sión de la psicología suramericana,
constante de evolución eterna (psique ¿para quién se concibe y propone una
sin tiempo), y la materialización divina psicología ancestral indígena? Este
como también substancia almífica de importante ruido que resuena se deve-
ser (psique como barro moldeable de la así para el beneficio: de la academia
la tierra). en su acción, de nuestros pueblos, de
Se sugiere así que hay una en- la promesa libertaria de una psicolo-
fermedad grande del psiquismo con- gía que se transforma a sí misma, y de
temporáneo: la falta de fe; la pérdida la acción ética de la praxis de la trans-
absoluta en la confianza de los presu- formación y del beneficio de lo popu-
puestos míticos y sagrados de las tra- lar. Además, conviene decir que esta
diciones que construyen la comunidad no es una psicología para indígenas, es
autónoma, la cultura como identidad y desde lo indígena para el hombre, en
en ella, el gran psiquismo de lo huma- universal. Todos tenemos ancestros y
no. Por lo mismo se insiste reiterada- vivimos en la tierra.
mente en la urgencia de construcción Finalmente, para esta postu-
de una psicología ancestral que recu- ra el asunto relevante implica conce-
pere y consolide tal pretensión humana bir: la necesidad de la tarea práctica
en la vida del planeta y la comprensión y teorética de tejido y puenteo inte-
trascendente de lo cósmico como gran gral, el reconocimiento de una teoría
propósito holístico del desarrollo. del transpensamiento y reflexividad
Se continúa resaltando de esta en el orden del universo, una recu-
postura que somos un pueblo mestizo peración y consolidación de años de
de corazón indio y se reconoce que investigación como tarea trascenden-
esa parece ser la situación negada de te y académica de sentir, aceptar, ver,
la identidad, la de un pueblo que no se escuchar y solo después pensar, re-
honra diverso ni sembrado en su ori- flexionar y comunicar de lo esencial.
gen y fuerza mítica de vida. Desde allí Una cosmogonía de la psique que vis-
se comprende que parte de la enferme- ta en clave de Huytaqa Psy Majui (psi-
dad y confusión contemporánea se ori- cología ancestral indígena) propone
gina en una fracturada comunión con pensar, sentir, amar, trascender; tal
la historia, con la memoria como he- cual lo humano, solo que, en la incon-
rencia de psiquismo colectivo y comu- mensurabilidad de la manera propia
nal y con la tierra como origen cosmo- americana, una expresión psicológica
gónico y energético de nuestro psiquis- indígena que comprende que no hay
mo. Por lo mismo, hay una ignorancia mundo de la vida, ni íntima, ni colec-
y adolescencia con tragedia existencial tiva y menos curación, sin divinidad.
de las fuerzas curativas y transforma- Es decir, como dijo el abuelo en el úl-
doras desde la naturaleza ancestral y timo trasnocho “no hay psicología sin
sus puentes generacionales. espiritualidad”.

187
Índice

El joven aprende del abuelo y se esencia espiritual de divinidad mhuys-


suelta a la vida, ya no quiere estar dor- qa). Este mismo entramado supone la
mido en la prisión de la monista rea- conexión del ser humanizado en pro-
lidad y, a pesar de tratar de compren- yección almífica de Psy (psique) como
der que en palabras de René Rebetez fihizca (alma), como chispas divinas del
“es imposible liberar a un prisionero aliento del universo y espectro de con-
que no sabe que está preso, o desper- tinuidad esencial y sustancial de origen
tar a un durmiente que sueña que está de lo masculino y lo femenino.
despierto” (2000, p. 29), también se la Se insiste, solo entender en una
juega con la conciencia del gran mito perenne, clásica y actualizada ontolo-
occidental; la ciencia, para querer ha- gía; tal cual la mítica Aristotélica, o la
blar de lo que sabe, de lo que escuchó mística escolástica y a la manera de lo
y sintió desde la sabiduría de la Hitcha Mhuysqa la profundidad de las divi-
Guaia, de la madre tierra en este terri- nas partículas de pensamiento y mo-
torio de la gente mhuysqa. vimiento ritualístico del que es, el Gua
de Guatavita, Guayacán, Guatemala,
4. Lo concluyente. Palabras Guaviare, Iguaque, Guadalupe, Gua-
sabias para oídos necesitados raní, Guayabero y montones crecientes

E sta conciencia es la de uno mismo,


como filosofar indígena de un pue-
blo ancestral del pueblo mhuysqa y su
de categorías más. “El Gua o Hoa que
es el -el-… ¿Quién es Dios? No se me
ocurre mejor respuesta que Aquel que es.
expresión mítica y sagrada contenida Nada es más apropiado a la eternidad
de filosofante sentido de verdad propia que Dios es. Si llamas a Dios bueno, o
y comprensión del hombre y la natura- gran­de, o bendito, o sabio, o cualquie-
leza. Este valor de riesgo asumido des- ra otra cosa de tal clase, está todo in-
de el saber propio, lo que indica es el cluido en las palabras Él es” (Huxley,
sentido supremo de categorías y esen- 1999, p. 22).
cias perennes para permitir su constan- Para José Antonio Suárez, en
te fluir en movimiento y potencia de la obra de Germán Marquinez, La filo-
reflexión filosófica hacia una psicología sofía en América Latina (2001), los Mhu-
ancestral, también naturalmente pe- ysqas se explican el origen del mundo
renne y tan ausente como ciencia de su desde el mito de chyminigagua, el cual
filosófico y mítico pasado como nuestra parte:


actual realidad cultural. (…) de principios funda-
Lo evidenciado como perspec- mentales, entre ellos: el
tiva teleológica es que este caminar de reconocimiento de un Dios
ancestralidad mhuysqa implica la vuelta como principio de todas
a Chyminigagua, o el volver de una filo- las cosas con atributos muy
sofía del Guy (ser ontológico), del Gua bien definidos, omnipoten-
(el gran ser natural de divinidad) des- cia, poder creativo, bondad;
de la posibilidad sagrada del Tchy (la todo lo bueno que hay en

188
La Psicología Social en Colombia. Teorías, Aprendizajes y Experiencias desde el Campo

el mundo es manifestación y los sueños del universo vienen en el


de esta divinidad: por me- corazón de oro de cada Mhuysqa, la
dio de símbolos concluyen finalidad del Chyqui (sacerdote o mé-
grandes verdades, como la dico) para entrenar linaje espiritual
distinción entre existencia es despertar la pulpa de oro, la luz de
(la luz, el poder de la divini- chyminigagua, que se depositó en el
dad, el día) y no existencia sol como la luz de la luz (Comunica-
(el caos, la oscuridad, la no- ción personal, 2009).
che; las limitaciones propias Una unidad dulcemente abso-
del hombre como hijo de la luta, Fihizca (alma) universal, divina
naturaleza, perteneciendo a (no-dividida) y cósmica de Chymini-
ella pero sin perder el senti- ga-hoa, donde el ser (Guy) de la gen-


do de trascendencia (Mar- te (Mhuysqa), está en camino del que
quinez, 2001. p. 41). es (Gua-hoa), que a su vez deviene y
transforma (mini) desde la unidad in-
Una realidad de positivos y ne- separable de la esencialidad del (Chy)
gativos y de luminidad y su contrapar- como fuego eterno (sin tiempo) del es-
te, que, aunque negativa es también píritu hacia la densidad física y mate-
conciencia de enseñanza y aprendizaje rialmente real (Ga) del fuego físico en
para ser Mhuysqa. Es integración de espacio y tiempo, de los elementos de
vida y muerte para ser gente de bien las cruz sagrada del aire (pensamiento),
como hijo de la tierra en autonomía de la tierra (origen), el agua (pathos) y el
entrega sagrada a lo trascendente. Por fuego (espíritu), y de la Gua de la ma-
esto se plantea un camino de Majui, de dre tierra como madre del Guy, el lu-
mismidad hacia la totalidad emergente gar donde se siembra el maíz y la comi-
que define el sentido de buen vivir en da, donde se siembra la vida del hom-
la existencia tal cual como camino de lo bre, la madre, el ser de todo, piedras,
Mhuysqa. Un panorama cosmogónico plantas, animales y del ser humano, el
de relacionalidad con la madre physis, Mhuysqa, (gente). Una totalidad pere-
la Hitcha Guaia como mutua dependen- cedera de sustancia que se manifiesta
cia mística y sagrada que encierra el lo- en perenne tejido, tal cual la ruana.
gos y el pathos en la metamorfosis de ser Para los Mhuysqas de Cota la
ego a ser gente y a ser con posibilidad madre tierra es Hitcha Guaia, y com-
trascendente en divinidad espiritual. prender su enunciado significa recono-
Un recorrido de pensamiento cer que somos una Hitcha de mismi-
bonito y de co-razón dulce como es- dad (yo soy) en un principio originario
pectro de trabajo filosófico y de logos de Guaia (tierra), Hitcha de Yo soy, Guaia
plenamente consciente de su conoci- de tierra, entonces para ellos, nuestros
miento contemplativo y sagrado. Para ancestros, y en fenoménico sentido
Pablo Felipe Gómez, antropólogo de la investigativo así lo hemos vivido, so-
Universidad de los Andes, la memoria mos porque somos hijos de la tierra,

189
Índice

terrestres, concepción de psiquista forma de la realidad, que se aclara,


teluridad, solo soy yo no fracturado tiene que volver a su origen para vol-
individual y comunal en el sentido de ver al buen tiempo. Este sentido de
ser tierra y solo soy de la tierra en la chyminigagua es “ubicación, cons-
conciencia de los principios cosmogó- truir mundo, resistirse desde una rea-
nicos que en su misma filosofía de la lidad concreta, descubrirse como ser
ética son reconocidos en la bondad, de relaciones frente al mundo natural
honestidad, humildad y respeto rela- que lo rodea, frente a sí mismo y fren-
cional con el todo. te a los otros hombres” (Marquinez,
Complejamente, un ser que se 2001. Pág. 41).
integra a su madre originaria Gua-ia Para Mariana Escribano,
(camino de la madre tierra), un Gua Chyminigagua (para los Mhuysqas)
femenino (Chía lunar) como puen- no es solo una palabra, es un conglo-
teo cósmico con lo masculino, padre merado de significados que forman
(paba sua solar) hacia la divinidad su- un sintagma, cadena o seguimiento
perior. Camino filosófico y psicológi- de ideas. La fórmula sémica (de se-
camente trascendente formulado lin- men, semeion, semilla) que como vi-
güísticamente en paleotegría origina- brante ontología sonora y vibracional
ria como chyminigagua y develado en tiene como componente dos fuerzas
camino (meta-odos para los griegos. cósmicas: una audible representada
-Ia- para los mhysqas) de experien- por las vocales que son música, y las
cias y prácticas de perennidad. Claro, consonantes que son vibración de
se quiere insistir en coherencia con energía y se manifiestan a través de
la naturaleza filosófica del Mhuysqa, sonidos. El nombre Tchy, es portador
más allá de traducción de palabras, es de fuerzas cósmicas y compendio de
esencia mística, integración a la vida, significantes, pues a través del nom-
vivencia de silencio solo comprensible bre de las cosas o las personas en la
en situación contemplativa de estar. lengua Mhuysqa se podía conocer
Esta dimensionalidad de la la voluntad de la divinidad. “Esto
materialización del fuego divino en quiere decir, una palabra en cuanto a
realidad concreta de materia, espa- un elemento lingüístico, el cual pue-
cio y tiempo implica un movimiento de estar compuesto de un fonema o
desde el origen reflejado en los mitos, encadenar varios de ellos, (…) en la
desde el vacío eterno (Yetuge) de la lengua Mhuysqa, cada sonido emiti-
oscuridad, la obra transformadora de do representa una idea compleja, lo
los pájaros negros en la creación de que el monje creyó una palabra, era
la gran physis y por sabiduría misma en realidad un sintagma ideogramá-
desde el agua sagrada de Iguaque en tico, faltó considerar que cada sonido
la materialización de la gran madre emitido por el informante tenía ver-
Bachué y de allí en el devenir espa- daderamente el valor de un ideo-fo-
cio temporal de este orden y de esta nograma” (Escribano, 2002, Pág. 8).

190
La Psicología Social en Colombia. Teorías, Aprendizajes y Experiencias desde el Campo

En el sentido esencial del on- (comenzar), la primera fuerza creado-


tos complejo e ideofonogramático, el ra, el poder de la creación, la pulpa
Chyminigagua exteriorizado da lugar sagrada, polvo de estrellas, materia y
a la creación, un gagua, representado energía.
por la espiral, nuestra galaxia o univer- Esta filosofía del chyminigagua
so de tercera dimensión, en Mhuysqa, evidencia la posibilidad de cuatro so-
de tercer sol, y con cada sol un espacio les (dimensiones), desde la esenciali-
tiempo de materialización, sentido y dad, la transformación, la materia y lo
existencia. El primer sol Zhuha (el sol simbólico; el primero contiene el invi-
interno, el abuelo sol), un segundo sol sible, el segundo de lo invisible a lo vi-
Zhuhe y un tercer sol Sua (paba sua, sible representado por las geometrías,
padre sol). Una espiral de símbolo, tal vez una transformación (mini) de
movimiento de rotación, “la cual en el lo esencial de la energía en potencia
código-hierático es nada menos que el hacia las formas de la substancia, el
nombre del creador Tchyminigagua y tercero, los principios físicos, los ele-
también la semiogénesis de la lengua mentos, y como cuarto, en lo simbóli-
báculo (no sobra decir, fundamental co la relación de oposición como fun-
elemento de contenido ontológico y fi- ción de correspondencia entre contra-
losófico). Es pertinente mencionar ade- rios que se integran; inmaterial-mate-
más que el sonido “Y”, inscrito en el rial, espíritu-materia, invisible-visible.
nombre del creador, tiene dos valores Tchyminigagua, el gran espíritu o ser
que implican el simbolismo del movi- supremo, el que engendra, pero nunca
miento doble de la espiral cósmica (Es- ha sido engendrado, la ley de origen,
cribano, 2002, p. 9). lo primero, el que ha sido, es y será; Él
Solo por exploración de la pro- es la aglutinación del universo físico.
fundidad de este sentido ontológico Tal vez una vida, lo que ya antes se
místico Mhuysqa, “Tchy, es el primer mencionó, así fue y así es como res-
semeion del nombre del creador” (Es- puesta de curación hasta el así es de la
cribano, 2002, p. 19), de la creación, esencialidad.
de lo primero y originario, por eso Más allá, en la recopilación que
somos pueblo con origen original, en- hace Yolanda Obando de Escribano,
tonces como fuente de divina perenni- finalmente Tchy tiene cuatro sonidos:
dad es la luz, la esencia vital, el fuego “la H agente que provoca el movimien-
cósmico, lo insondable, la esencia del to, el soplo, la Y (ie) fuerza dual que sig-
demiurgo, fuerza inmanente en cada nifica el camino, comunicación, espa-
uno de los seres humanos, fuente del cio-tiempo, fuente periódica primordial
fuego inmaterial o fuego del principio, de donde el soplo extrae la energía, la
símbolo de la integridad del alma y el antimateria. Ie (Y), implica la dualidad
brillo espiritual. Así en el proceso de de la espiral, símbolo del movimiento
la creación, Chimi es la pulpa recién doble de la espiral cósmica, punto de
creada, la cual se convirtió en Chimini partida de y todo” (Comunicación per-

191
Índice

sonal, 2015). Tchy como apócope del Psy como poder tríadico de la mente
nombre del creador (2009). Un ser gra- omnipotente, omnicientífica y eterna.
matical (Guy) que en espiral se funde al Integralmente un verbo ser tan
gran ser universal. eterno y universal como perecedero y
Dice contundentemente Ma- substancial. Sentido de la evolución
riana Escribano al respecto de un fi- que se materializa en personalidad y
losofar propio, “en efecto, siendo el en la hermosa posibilidad de poder de-
nombre del creador, la semiogénesis cir, yo soy, yo estoy, yo existo. Cadena mís-
de la Mhuysqhubun, sería un contra- tica del ser que a la manera de MHU
sentido no aceptar que esta lengua se compone por energía material (M),
está inscrita enteramente en un marco un soplo constituible en personalidad
espiritual, científico y filosófico (peren- en sentido amplio y más allá del ca-
ne). Es muy importante tener siempre rácter (H), y una mónada (U) que en
presente que en la sociedad Mhuysqa sentido MHUysqa se presenta como
(último ramal del Mhu), no había ni el mismo espíritu indivisible frente a
división ni ruptura entre ciencia y re- la ilusión de lo dividido y fraccionado.
ligión” (Escribano, 2002, Pág. 15). Por Un ontos del psiquismo que en
eso, esta fluyente premodernidad es comprensión de un alma interna y hu-
de Chyminigagua, del Chy a la Gua, mana manifiesta cuatro esencias que
es sentido filosófico de la esencia a la implican cuatro logos en el orden supe-
substancia, y, ¿esencia y substancia rior de un gran logos sagrado del senti-
en radical (de raíz) afirmación no es do holístico del Chyminigagua, el pen-
el asunto de toda filosofía que además samiento sagrado de la divinidad. En-
implica para la psicología el ser del tonces, un alma de naturaleza de vida
alma? material (alma de Bio), de naturaleza
Además, un Gua que como de- racional (alma de Psy), de naturaleza
rivación en Guy (ser) implica y recrea emocional (alma de Puyky corazón) y
el nacimiento integral del ser perece- de naturaleza espiritual (alma de Gua-
dero, de ese primate Mhuysqa que en Chy, el sabedor interno espiritual), y
evolución desde el soplo psiconeumá- todas una misma, divina (no dividida)
tico se propone Mhuysqa en el alcance e integral alma.
de humanidad, de ser gente de MHU Esencia naturalmente evolucio-
(energía material, personalidad y es- naria que en su potencia se proposita
píritu divino o indivisible) como es- hasta ser inmortal. Desde el alma pere-
pectro de lo integral. Una emergencia cedera e incorporada, pasando por el
humana que como necesidad de mis- alma que en esta situación de espacio
midad en majui está dotada del poder y tiempo se construye y perfecciona,
de la madre y del padre, del corazón y hasta el alma inmortal, cuatro esen-
la razón, de lo femenino y lo masculi- cias que evolucionan hasta dar el alma
no, es decir, del Puyky como sabiduría inmortal, un trascendente fundido de
del corazón y de la fihizca (alma) de totalidad que solo en aparente contra-

192
La Psicología Social en Colombia. Teorías, Aprendizajes y Experiencias desde el Campo

dicción propone la muerte ultima de lo versal y espiritual como ontos místico y


inmortal. Por todo ello, para el Mhuys- sagrado, es decir, hacia chyminigagua,
qa el alma es conciencia evolucionaria es una danza de venir y volver, de es-
y tiene que encarnar pues una vida no tar y ser, de mismos, complementos y
le alcanza para aprenderlo todo. El fi- opuestos que en conciencia se funden
nal es una experiencia de eternidad sin en alquimia de totalidad.
tiempo ni espacio, un cuerpo de luz, la Ser alma para estar en la vida,
icónica metáfora de la libertad. y venir a vivir para ser alma, una cos-
El arquetipo de la mariposa mogonía de la psique repleta de usos
alada de trascendencia, de la rana me- y costumbres como camino de evolu-
ta-mórfica que camina por los cuatro ción. Un sentido práctico del camino,
elementos, de la culebra eterna y cir- o un camino de prácticas, mitos, botá-
cular que varía y muda en desarrollo nica y ritos de conciencia y humaniza-
su piel, del barro como telúrica subs- ción. Todas las prácticas posibles para
tancia del alma de todas las cosas, ma- la evolución del alma son la potencia
terialización como continuidad de lo del método (camino) y su telos, un cui-
esencial. Esta emergencia que como dado y cultivo de la tierra, del cuerpo,
espiral de integración se presenta sigue de la mente, del alma y del espíritu im-
siendo la realidad del puente de lo tota- portan en este sentido, en este camino
lizante del espíritu indivisible. Un sen- de la vida. Se insiste, un pathos mhuys-
tido filosófico y psicológico de voluntad qa de amor, de su corazón, puyky hacia
integrativa transpersonal desde el pen- el amor universal, Thyzy.
samiento bonito, la mente sintiente, Para Varillas, “al llegar a este
el pensamiento amoroso, un logos de punto la filosofía trasciende; el espíri-
razón pathica y mítica como ejercicio tu se halla situado en la cúspide eleva-
epistémico, sagrado y místico de un da desde el cual descubre el estado de
método (camino ancestral) que entien- unión entre el alma y Dios por media-
de en la naturaleza del mito de psique, ción del pensamiento. El punto culmi-
de huytaqa fihizca majui (sabiduría del nante de elevación espiritual Chyminiga-
encuentro del alma) el camino trascen- gua, reconocido como el omnipotente señor uni-
dente de un alma en sentido de per- versal y siempre bueno y que creo todo lo demás
feccionamiento, en tarea sanadora y que hay en este mundo, tan lleno y hermoso
educativa de integración desde lo que se refiere al modo de filosofar y resol-
hemos hecho en este mundo de la vida verse a hacer que despierte el origen;
(muchas veces en contrasentido y do- retroceder hasta el fondo de sí mismo
lor), pero precisamente en aprendizaje y ayudarse a sí mismo, con una acción
de ser humano, de fuerza de psy y de interior en la medida de las propias
puyky hacia la búsqueda y encuentro fuerzas” (1983, p. 17).
del majui, de la mismidad como ven- Así de complejo es, por eso este
tana y camino al ser humano y siendo saber Mhuysqa reclama que su filó-
humanos ventana y camino al ser uni- sofo y psicólogo se metamorfice im-

193
Índice

pecablemente transracional, o que de hacer parte de todo junto a todo,


mínimamente comience de a poco una ética telúrica del yo, el mí de mis-
a dejar al margen, en contemplativa midad, lo que soy yo, el otro, lo que
suspensión su gran ego cogito. Un él es, y lo que de común somos al ser
pensamiento iluminado por la lumi- hijos de la madre tierra.
nosidad del pathos como corazonan- Finalmente, con razón piensa
te y amorosa fuerza, una epogé para el filósofo francés George Canguil-
el surgimiento no solo de lo sensible, hem que “el problema de ser expe-
sino de la sensibilidad y afectuosidad rimental es un problema solo del lo-
más humana, más vib-racional-men- gos” (1998, p. 9), porque cuando se
te energética, (vibracional). Solo de vive lo que es (psique), de hondura
la mano de esta potencia tan propia silencial aparece tan tenaz profundi-
también, pero enajenada en occiden- dad de lo universal, humano, telúri-
cia, vendrá la conciencia silenciosa co y almífico, que cualquier método
de estar siendo y la experiencia más de la reducción enmudece al punto
filosófica de sagrada divinidad, tal des-almado y nada humilde de solo
vez luego, la palabra, la curación y el poder decir que lo que no ve es por-
cuidado de la dulzura, el pensamien- que no existe.
to más racionalmente transracional y Incluido lo anterior y con
espiritual posible. gran corazón, bienvenidas y honro-
Conviene proponer que el sas las psicologías del método empí-
asunto central en una metalógica an- rico analítico experimental, gracias
cestral integral obedece por una par- por ser técnicamente las primeras,
te a un propósito del cuidado, (del griego bienvenidas las psicologías histórico
therapeuein: cuidar), la terapia como hermenéuticas del sentido y la ra-
un asunto de poner­cuidado al psi- cionalidad, gracias por profundizar,
quismo humano en su amplia con- bienvenidas las psicologías críticas
cepción tautológica del sentido de la por su independencia y dignifica-
vida como evolución de la conciencia ción, gracias por su compromiso so-
hacia la divina experiencia de ser, es cial, bienvenidas las psicologías de
decir, la aún vital y más allá, urgen- la transpersonalidad, gracias por su
te apuesta esencial, constante y últi- hondura espiritual; de pronto entre
ma del mito de psique en su mani- todas algo vemos, por favor, permi-
festación esencial. Y por otra parte, tan también así, la bienvenida a las
el también asunto fundamental de la psicologías de la ancestralidad, las
siembra, saber sembrar para cuidar y negras, campesinas, mestizas e indí-
cuidar de sembrar bonito, es decir, de genas, así de pronto vemos más allá,
traer y honrar la vida en los princi- o más adentro, incluidos como hijos
pios de la tierra, de su orden y amo- conscientes de América.
rosidad, en el sentido sagrado y co- Gracias abuelos, ya podemos
munalista de la fraternal hermandad, ser adultos.

194
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8. La atención psicosocial en
el escenario del posconflicto
colombiano
Carlos Arango Cálad12

E
xploraremos en este artículo la manera como el escenario
del posconflicto colombiano ha dado lugar a la necesidad
de implementar una atención psicosocial para enfrentar
realidades y problemas complejos, y sobre la manera como las
instituciones y la psicología como profesión han respondido y pue-
den responder para satisfacer esta demanda.
La historia de Colombia puede ser vista como un proceso continuo
de conflictos y guerras que, desde el momento de lucha por la Indepen-
dencia de Colombia, ha impedido la consolidación de la nación. La In-
dependencia de Colombia dio lugar a las luchas entre quienes querían un
régimen unitario y quienes querían un régimen federal. El sueño de Bolívar
de consolidar la Gran Colombia desembocó en la división entre Venezuela,
Colombia y Ecuador; Colombia quedó en manos de terratenientes y co-
merciantes regionalistas. Gonzalo Sánchez describe la Colombia decimo-
nónica como un país en guerra permanente. Tras 14 años de la guerra de
independencia hubo 8 guerras civiles nacionales, 14 guerras civiles locales,
innumerables asonadas, 2 guerras internacionales con Ecuador y 3 golpes
de Estado (Sánchez & Peñaranda, 1986).
Estas guerras nunca concluyeron en victorias decisivas pues había
tan solo breves interrupciones para tomar aliento antes de que se reanuda-
ran las hostilidades. Los dos partidos políticos responsables de esas guerras,
que aún hoy dominan la vida política del país, datan de finales de la década
de 1850 – 1860. La Guerra de los Mil Días (1899-1902) fue la más prolon-
gada y devastadora de las guerras civiles en Colombia. La devastación se
acentuó por la aparición de numerosas guerrillas, en su mayoría liberales,
en diferentes regiones del país (Pearce, 1990).
12 Correo electrónico de Carlos Arango Cálad. Ph.D.: carlosarango68@gmail.com)
Índice

Con este panorama: transitando por la antesala de lo que


algunos analistas calificaban como un
(…) Colombia es vista
‘estado fallido’, al presentar los nive-
como un intrincado nudo
les más altos de su historia en materia
sin comienzo ni final, un
de tasas de homicidio, desplazamiento
país de tan extraordinarias
forzado, secuestros y áreas del territo-
características que muchos
rio bajo cultivos ilícitos” (PND. 2004-
identifican con el Macondo
2018 Todos por un nuevo país, p. 35).
de Cien años de Soledad,
Por los resultados que podemos
la novela de Gabriel García
obtener en términos de la instauración
Márquez (García Márquez,
de una cultura de la violencia, y una
1967), lo cual implica que
sociedad en guerra permanente, pode-
pertenece al reino del realis-
mos afirmar que las instituciones co-
mo mágico y desafía la ex-


lombianas no están cumpliendo con su
plicación y análisis (Pearce,
papel, y que es necesario hacer una re-
1990, p.13).
visión de las maneras específicas como
En la actualidad llevamos más esto está sucediendo y de cómo llegar a
de 60 años de conflicto armado en- corregirlo.
tre las FARC y el Estado colombiano. Una primera observación
En el momento en que las dinámicas que podemos inferir a partir de esta
de desarrollo social de nuestro país se corta mirada a la problemática co-
encuentran en una situación de crisis lombiana es la identificación de una
—en la que conflictos sociales orques- enorme dificultad para: caracterizar
tados por las clases dirigentes se han psicosocialmente las situaciones, de-
salido del control político y social— las limitar con claridad los actores y los
instituciones colombianas reflexionan significados o las posiciones en con-
sobre el papel que han jugado en la flicto, reconocer la naturaleza de los
creación y mantenimiento de esta si- problemas, establecer las causas por
tuación y sobre su función como regu- las que se mantienen los problemas,
ladoras del desarrollo social. A su vez y construir soluciones eficaces que
intentan encontrar el camino para re- hagan posible superar las situaciones.
vertir este proceso y aportar a la cons- La ambigüedad discursiva en la ca-
trucción de una nueva dinámica de racterización de las situaciones y so-
convivencia para nuestra nación. bre todo la dificultad para explicitar
Este es un panorama que, mira- los valores y principios en juego son
do con objetividad, es bastante deses- los elementos que intentamos supe-
peranzador. Con solo revisar el primer rar en este ejercicio de acercarnos a
párrafo del diagnóstico presentado en la problemática.
el Plan de Desarrollo Nacional: “Todos Para poder resolver un pro-
por un nuevo país” encontramos que blema es necesario reconocerlo clara-
“Colombia comenzó el nuevo milenio mente en primer lugar. Fue desde el

200
La Psicología Social en Colombia. Teorías, Aprendizajes y Experiencias desde el Campo

año 1997 —a través de la Ley 387 de medidas individuales y co-


1997 — en el que se instituyó la pri- lectivas, tanto materiales
mera norma que reconoce la existen- como simbólicas”. “Dada
cia del desplazamiento por conflicto la magnitud de los impactos
armado. Fue la primera vez que el psicosociales en la población
Estado reconoció la realidad del con- colombiana con ocasión
flicto. Este fue un gran avance en la del conflicto armado, se
dirección de reconocer los problemas recomienda al Ministerio de
de este país. Al hacerlo se realizó un Salud y Protección Social,
llamado explícito al gremio psicológi- las Secretarias de Salud y
co y a los profesionales del sector so- otras entidades competentes
cial para dar una respuesta coheren- crear y desarrollar Centros
te frente a esta realidad ya que esta Regionales de Atención
ley determinaba como obligatoria la Psicosocial, dotadas de los
atención en salud y la atención psico- recursos técnicos y financie-
social de la población desplazada. ros debidos para garantizar
A partir de este momento el la atención psicológica, psi-
problema de la atención psicosocial a cosocial y la rehabilitación
la población comienza a formar par- de las poblaciones afectadas
te del discurso institucional sin que al por el conflicto, con enfoque


parecer se tuviese muy claro de qué diferencial (GHM, 2013, p.
se trataba este asunto. Esto podemos 400).
inferirlo por el hecho de que 7 años
Con la apertura del proceso de
después la Corte Constitucional lan-
negociación entre las FARC y el Estado
zó la Sentencia T-025 de 2004 por
colombiano en La Habana y la apro-
el incumplimiento del Estado con la
bación del acuerdo de paz entra en
población desplazada reconocida en
plena vigencia y adquiere cada vez más
la Ley 387 de 1997, en la que instau-
relevancia esta recomendación. Pero
ró un auto que reiteró la obligatorie-
dad en “la atención psicosocial” (ver entonces, ¿qué estamos entendiendo
http://www.corteconstitucional.gov. por atención psicosocial? ¿Cuáles son
co/T-025-04/A2004.php). los recursos técnicos con los que deben
Diez y seis años después, en el estar equipadas las instituciones para
año 2013, el Centro Nacional de Me- prestar adecuadamente una atención
moria Histórica presenta el estudio psicosocial a la población? Intentare-
¡BASTA YA! donde plantea: mos acercarnos a la comprensión de


esta problemática a la luz de lo que ha
El derecho a la reparación sido la historia de la atención psicológi-
se centra en dar respuesta
ca a los problemas comunitarios.
a la integralidad de daños
Tal como lo describen Sacipa,
y perjuicios sufridos por
Tovar, Sarmiento, Gómez y Suárez
las víctimas a través de
(2013):

201
Índice


Las primeras intervencio- el daño o el impacto negati-
nes con personas y comu- vo únicamente en la víctima
nidades víctimas del con- vista como impotente y cu-
flicto armado, se realizaron yas capacidades individuales
bajo la denominación de de afrontamiento del suceso
atención en salud mental, están agotadas; por esta
e hicieron buen uso de las razón consideraban que la
perspectivas clásicas de pasividad de la víctima re-
trauma, crisis y duelo que sultaba funcional a los inte-
constituyeron la primera reses de los actores armados
caja de herramientas para en tanto lograban los efectos
el trabajo de atención a las de silenciamiento, indivi-
víctimas. Las herramientas dualización y disgregación
prácticas que adoptaban de las poblaciones afectadas,
y ponían en práctica este lo que supondría desalentar
aparataje teórico eran los la protesta social y la parti-
manuales internacionales cipación política facilitando
de salud mental para la la dominación territorial


atención de desastres, ela- buscada (Sacipa et al., 2013,
borados principalmente p. 6).
por la OMS y la OPS (Sa-
Considero de fundamental im-
cipa et al., 2013).
portancia ahondar en estos plantea-
Posteriormente: mientos donde se cuestiona el modelo
de salud mental basado en el mode-
A partir de la misión en
lo médico y se propone el modelo de
Colombia de Francis Deng
atención psicosocial sustentado en
de ACNUR (Alto Comisio-
razones políticas. Considero que una
nado de las Naciones Uni-
amplia y explícita comprensión de es-
das para los Refugiados) se
tos conceptos, así como de la historia
empezó a hablar de aten-
que les dio origen, nos permitirán su-
ción psicosocial, motivados
perar la ambigüedad del significado
por una discusión nutrida
y comprender las implicaciones de la
por asesores internacio-
adopción del enfoque psicosocial en la
nales como Carlos Martín
atención a víctimas.
Beristain. El mayor aporte
Para comprender las diferen-
de esta nueva perspectiva,
cias entre el modelo médico y el mo-
desde el punto de vista de
delo psicosocial es conveniente com-
la psicología política, fue
prender la historia que dio lugar a la
reconocer que la mirada
emergencia de la psicología comunita-
de salud mental basada en
ria como campo privilegiado de desa-
el modelo médico, ubicaba
rrollo del enfoque psicosocial.

202
La Psicología Social en Colombia. Teorías, Aprendizajes y Experiencias desde el Campo

Como lo describen Musitu y psicosocial va a hacer acto


Buelga (2009), desde comienzos del de presencia casi como una
siglo XX surgió una corriente de pen- manera de ser y no solo
samiento norteamericano conocida como una manera de inves-
como pragmatismo en la que se des- tigar; es decir, Mead elabora
tacaron los planteamientos de John una teoría de la propia
Dewey (1900) y de George Herbert naturaleza humana que se
Mead (1934/1953), quienes considera- acerca decididamente (…) a


ban que el pensamiento debe ser prác- una concepción psicosocial
tico y el conocimiento debe expresarse del individuo (p. 188-189).
en acciones. Estos autores plantearon
que la ciencia debe estar comprome- Entonces encontramos que el
tida con un cambio social construc- pensamiento psicosocial se ha desarro-
tivo y un imperativo ético que lleve a llado desde hace ya un siglo y esto da
la creación de las condiciones sociales lugar a avances teóricos y metodológi-
que permitan a los individuos conver- cos diversos basados en el pensamiento
tirse en agentes activos en su propio de Mead. Entre ellos, la propuesta de
ambiente. Entre estas condiciones se Berger y Luckmann (1968) es una idea
encuentra la democracia participativa central del pensamiento psicosocial
como un ideal de convivencia, en el consistente en que la realidad social
que la participación ciudadana sea el no está dada de una manera absoluta;
medio a través del cual los individuos ellos consideran que toda realidad es
tengan control del medio ambiente una construcción social y que, por lo
(Musitu & Buelga, 2009). tanto de lo que se trata es de identifi-
En este contexto valorativo car las maneras como en la interacción
George Herbert Mead desarrolló el construimos esa realidad y las maneras
enfoque del interaccionismo simbólico como podemos transformarla.
que se basa en la idea de que la inte- Berger y Luckmann (1968) lo-
racción humana está mediada por el gran articular el pensamiento marxista
uso de símbolos y por la interpretación —basado en que las relaciones sociales
del significado de las acciones de los determinan la conciencia social— con
demás (Baron & Byrne, 2005; Musitu, el pensamiento psicosocial de Mead.
Román, & Gracia, 1988). Tal como lo Otra propuesta relevante fue la de
plantea Blanco (1995) encontramos en Kurt Lewin (1946/1988), la cual buscó
Mead la fuente originaria del pensa- implementar la investigación-acción para
miento psicosocial: resolver problemas colectivamente.


Y si de fuentes hablamos, De igual modo, la propuesta de Ervin
prácticamente hay una, Goffman (1959) de comprender las si-
casi la única, de obligada tuaciones desde el punto de vista de los
referencia, la teoría de G. escenarios de actuación introdujo una
H. Mead (…) en quien lo perspectiva crítica sobre toda situación

203
Índice

social. Contamos también con la pro- perimental que pregonaban el carác-


puesta de Bronfenbrenner (1879/1987) ter neutral de la ciencia y lo inapro-
acerca de comprender los contextos piado de vincular el conocimiento a la
desde el punto de vista del significado transformación social. Sin embargo,
de quienes lo habitan. fue a partir de la década de los años 60
Como podemos ver, el enfo- en que se dieron grandes movimientos
que psicosocial no es una única teoría sociales —tanto en Latinoamérica y
sino que recoge varias formulaciones Norteamérica como en Europa— que
teóricas, que aplicadas de una mane- determinaron cambios en el papel de
ra crítica y rigurosa son herramientas las ciencias naturales, ciencias sociales
conceptuales poderosas para analizar e instituciones.
la realidad y promover su transforma- La convulsionada sociedad nor-
ción. En síntesis: acercarse psicoso- teamericana se preguntaba qué esta-
cialmente a una realidad significa lle- ba ocurriendo con la salud mental de
gar a comprender de qué manera esa los norteamericanos (Joint Comision
realidad es la resultante de los signifi- on Mental Illness and Health, Mental
cados que las personas ponen en jue- Health Study Act.1965; Arango, 2006);
go al interactuar en la situación donde afectada la misma comunidad, en el
esa realidad se manifiesta. exterior, por la revolución cubana y la
Para acercarnos psicosocial- emergencia de grupos guerrilleros en
mente a una situación debemos reco- Latinoamérica y, en el interior, por el
nocer a los actores que participan en movimiento de los derechos civiles de
ella, las necesidades o problemas que los negros, el movimiento de lucha con-
se pretende resolver, los significados tra la pobreza, y el movimiento hippie.
que se ponen en juego para nombrar- Estos tres movimientos se unieron en
la (e.g., mitos, discursos o narrativas), protesta contra la guerra de Vietnam.
las características del contexto que son La estrategia central del congreso nor-
determinantes de lo que allí sucede, las teamericano se basó en considerar que
prácticas que se derivan de esta mane- los problemas sociales y políticos eran
ra de interpretar la realidad, y los vín- problemas de salud mental y se pregun-
culos (i.e., amor/odio; poder/control/ taba por qué, siendo el rubro de gastos
sumisión) o relaciones que entran en número uno del Congreso, la atención
juego en la situación. Al explicitar estos en salud mental no estaban encontran-
elementos tendremos una perspectiva do eficacia y eficiencia en sus resultados.
bastante amplia para comprender la Esta crisis del modelo asistencial
complejidad de una situación. en salud mental en Estados Unidos dio
Estos planteamientos fueron lugar a la puesta en cuestión del con-
fuertemente invisibilizados en la pri- cepto de la salud y la enfermedad men-
mera mitad del siglo XX debido a la tal fundamentados en el modelo clínico.
influencia del positivismo y el conduc- También dio lugar al llamado, por par-
tismo hegemónicos en la psicología ex- te del Estado, al gremio de psicólogos

204
La Psicología Social en Colombia. Teorías, Aprendizajes y Experiencias desde el Campo

para desarrollar una psicología comu- son de este tipo. Se supone


nitaria. (Joint Comision on Mental Ill- que en última instancia se
ness and Health, Mental Health Study hallará algún defecto neu-
Act.1965; Arango, 2006). rológico, quizá muy sutil,
Respecto al primer punto es que explique todos los tras-
necesario recordar que cuando habla- tornos de pensamiento y de
mos de salud mental estamos adoptan- conducta. Son muchos los
do el enfoque clínico basado en el médicos, psiquiatras y otros
modelo médico y el método clínico científicos contemporáneos
que presupone que los problemas de la que tienen esta concepción,
mente y el comportamiento humano la cual implica que los tras-
están causados por problemas orgáni- tornos de la gente no pue-
cos denominados enfermedades y que den ser causados por nece-
por lo tanto deben ser tratados como sidades personales, opinio-
tales; es decir, centrarse en el diagnósti- nes, aspiraciones sociales,
co (i.e., signos y síntomas), pronóstico, valores, etc., de índole con-
tratamiento y cura bajo el control de flictiva. Tales dificultades
los especialistas en salud física y men- – a las que podríamos de-
tal. La fuente de este enfoque se basa nominar simplemente, creo
en la patología y psicopatología como yo, “problemas de la vida”- se
disciplinas científicas. atribuyen entonces a pro-
Para ampliar este planteamien- cesos físico químicos que la
to remito al interesado a revisar la obra investigación médica descu-
de Thomas Szasz El mito de la enfermedad brirá a su debido tiempo (y


mental donde plantea que: sin duda corregirá; Szasz,


1970, p. 23).
(...) la noción de enfer-
medad mental deriva su El cuestionamiento a este en-
principal fundamento de foque fue ampliamente desarrollado
fenómenos como la sífilis por autores que representaron el movi-
cerebral o estados deli- miento conocido como anti-psiquiatría
rantes –intoxicaciones, en la década de los años 70, el cual
por ejemplo- en que las determinó la crítica y superación epis-
personas pueden manifes- temológica del modelo “clínico” para
tar determinados trastor- la comprensión y tematización de los
nos de pensamiento o de problemas de la vida (Basaglia, 1972;
conducta. Hablando con Cooper, 1967/1972; Laing, 1971;
precisión, sin embargo, Szasz,1970). La superación episte-
estas son enfermedades del mológica del modelo clínico se expresó
cerebro, no de la mente. como un movimiento político contra el
Según cierta escuela, todas sistema psiquiátrico cuyo lema planteó
las enfermedades mentales que se trata de liberar a la locura de

205
Índice

la enfermedad mental (ver Declaración sarrollo de dos tendencias de esta nueva


de principios referente a la Red Inter- disciplina. Por un lado, el surgimiento
nacional de Alternativas a la Psiqui- del modelo de salud mental comunitaria
atría en Cooper, 1979). A su vez, la y, por el otro, la visibilización y desar-
conclusión de Szasz es: rollo del enfoque psicosocial como una


Nuestros adversarios no perspectiva crítica de transformación
son demonios, brujas, el social y comunitaria.
destino o la enfermedad El modelo de salud mental co-
mental. No tenemos nin- munitaria impulsado en la década de
gún enemigo con el cual los años 60 por la administración de
combatir mediante la Kennedy buscaba superar el modelo
“cura” o al cual podamos médico tradicional. Este modelo busca
exorcizar o disipar por esta que sean las comunidades —y no las
vía. Lo que tenemos son instituciones— quienes proporcionen la
problemas de la vida, ya asistencia que se promueva la desprofe-
sean biológicos, económi- sionalización de la asistencia más que la


cos, políticos o psicosocia- especialización, que el objetivo sea afec-
les (Szasz, 1970, p. 34). tar a toda la población y no a pacientes
individuales, que se realicen actividades
La crítica epistemológica al preventivas más que tratamientos.
modelo médico basado en el concepto En el caso de los tratamientos se
de psicopatología permitió superar esta espera que estos se centren en psicotera-
concepción en el campo de la psicología pia breve e intervención en crisis, que
y las ciencias sociales. Sin embargo, el se promueva la participación y control
enfoque clínico siguió imperando en
comunitario y se busquen las causas
las instituciones académicas y de salud
ambientales o psicosociales de los prob-
por la eficacia práctica como discurso
lemas más que las causas intrapsíquicas.
legitimador de los tratamientos y pro-
Chacón y González García (1998, p. 34)
cedimientos, por lo que sigue vigente en
sugieren que los postulados básicos del
tanto ideología. Cuando hablamos de
modelo son:
ideología nos referimos a un conjunto
de ideas y valores ligados a unos inter-
1. El rechazo a las definiciones tradi-
eses particulares (e.g., éxito profesional,
cionales e intrapsíquicas de la enfer-
eficacia institucional, o control social),
medad mental
lo que determina que la comprensión
de la realidad se vea enmascarada o dis- 2. El énfasis en los factores sociales en
torsionada por lo que no admite que la el origen de los problemas en salud
realidad sea analizada críticamente (ob- mental
jetivamente, dirían los científicos).
Por otra parte el llamado del Es- 3. La defensa de la distribución más
tado norteamericano a desarrollar una óptima y más equitativa de los re-
psicología comunitaria dio lugar al de- cursos de salud mental

206
La Psicología Social en Colombia. Teorías, Aprendizajes y Experiencias desde el Campo

4. La definición de la comunidad La otra corriente que se desar-


como una red de relaciones inter- rolló en aquella época fue la de la psi-
personales cología comunitaria propiamente dicha
que emergió como un movimiento ex-
Este modelo de salud mental comuni- plícitamente crítico del modelo médico
taria requiere en primer lugar que y el enfoque clínico, que se desarrolló
se adopte una política explícita de de manera independiente a las políti-
reconocimiento de los contextos, cas de gobierno en los Estados Unidos
actores y recursos comunitarios im- y que ha tenido desarrollos autónomos
pulsándose así un proceso de des- en el ámbito latinoamericano a partir
institucionalización y desprofesion- de la articulación entre los pensamien-
alización de la asistencia en salud. tos de la educación popular (Freire,
En principio se propuso un modelo 1966), la teología de la liberación, y
bien intencionado hacia la comuni- la sociología crítica (Fals Borda, 1978)
dad; sin embargo, en la práctica se que se constituyeron en todo un movi-
sigue reproduciendo la idea de que miento de transformación en las cien-
los problemas sociales son prob- cias sociales y que constituyeron el ter-
lemas de salud que quedan bajo el reno favorable para que el pensamien-
control y hegemonía del modelo to psicosocial de comienzos de siglo
médico y el sistema asistencial en fuere visibilizado desarrollándose así el
una economía de mercado. enfoque psicosocial como una perspec-
El mismo Thomas Szasz describe así la tiva crítica de transformación social y
resultante de este esfuerzo: comunitaria (Arango, 2006).


La educación en salud men- En el caso colombiano nos en-
tal es un esfuerzo tendiente contramos con un escaso desarrollo de
a atraer a las personas des- la psicología comunitaria. Este emergió
prevenidas para convertirlas en los contextos académicos como una
en clientes de los servicios alternativa de formación en los pre-
de salud mental comu- grados de psicología en las décadas de
nitarios. Una vez creada los años 70 y 80 como un esfuerzo por
la demanda, la industria dar respuestas a los problemas comuni-
se expande, mediante un tarios del momento y sobre todo a las
incremento sostenido de catástrofes naturales. El surgimiento de
los gastos destinados a los la psicología comunitaria en Colombia
hospitales y clínicas neurop- tuvo una enorme resistencia por par-
siquiátricos existentes y a te del gremio profesional y académico
crear fábricas nuevas y más que desarrolló toda una estrategia in-
automatizadas, a las que se stitucional para eliminar la formación
denomina “Centros Comu- comunitaria de los programas de pre-


nitarios de Salud Mental” grado, con la consiguiente ausencia de
(Szasz, 1970, p. 49). formación en el enfoque psicosocial en

207
Índice

la formación básica de todo psicólogo. para darle contenido a la ausencia de


Una revisión sobre este proceso puede claridad sobre el tema, veamos:


ser encontrada en Arango (2009).
La Estrategia de Atención
Paradójicamente, a medida
Psicosocial se enmarca en
que iba desapareciendo la psicología
los enfoques de derechos
comunitaria como componente de la
humanos, psicosocial y sa-
formación básica del psicólogo, en los
lud mental, curso de vida,
contextos institucionales se iba con-
diferencial, transformador,
solidando la necesidad de prestar una
de acción sin daño y accio-
atención psicosocial a los problemas
nes afirmativas, entendidos
sociopolíticos de las regiones. La cat-
como métodos de análisis
egoría de la atención psicosocial con-
que guían la actuación por
signada en la ley se constituyó en un
un lado, desde la compre-
término que entró a formar parte de
sión del sujeto de derechos,
los discursos políticos y programáticos
a nivel individual o colecti-
de las instituciones relacionadas con
vo, a partir de sus contextos
la atención a las víctimas del conflicto
tanto sociales, y culturales
armado y hoy hace parte del reperto-
como geográficos; y por el
rio verbal de los funcionarios públicos.
otro desde la reflexión ética
Sin embargo, cuando tratamos de in-
sobre las actuaciones que se
dagar qué es lo que se entiende por la
desarrollan desde el Estado


atención psicosocial nos encontramos
(Ministerio de Salud de Co-
con una ausencia de referentes con-
lombia, 2006, p. 10).
ceptuales, teóricos y metodológicos
que ponen en evidencia la ausencia de
formación técnica de los profesionales Como podemos inferir, a par-
y funcionarios sobre el tema. tir de este planteamiento, nos encon-
Tal vez la versión más actu- tramos con una estrategia de atención
institucional basada en la concepción
alizada de lo que se entiende oficial-
del individuo como sujeto de derechos.
mente por atención psicosocial la
Donde se hace énfasis en el recono-
encontramos en el documento Marco
cimiento de la complejidad de la prob-
conceptual para la Atención Psicosocial In-
lemática en función de los contextos y
dividual, Familiar, Comunitaria, Colectiva, condiciones individuales (i.e., enfoque
Étnica (Ministerio de Salud de Co- diferencial).
lombia, 2006). En este documento Cuando tratamos de profun-
encontramos que, lejos de aportar in- dizar en lo que se denomina enfoque
formación relevante sobre la tradición “psicosocial y salud mental” nos encon-
del pensamiento psicosocial de las tramos con que lo más explícito que se
ciencias sociales o humanas, el docu- propone es que: “se considera que un
mento nos presenta una amalgama de enfoque psicosocial debe ser transver-
discursos que sirven de legitimadores sal a todas las acciones adelantadas en

208
La Psicología Social en Colombia. Teorías, Aprendizajes y Experiencias desde el Campo

pro de la salud física y mental, según lo plantea la Corte Constitucional” (Minis-


terio de Salud de Colombia, 2006, p.14). Es decir, no solamente no se desarrolla
una concepción psicosocial de las situaciones, sino que también se busca funda-
mentar lo psicosocial con base en la retórica de la salud y la enfermedad mental.
Con lo cual se observa un desconocimiento de discursos académicos y
profesionales que configuran una concepción psicosocial de la realidad y de las
problemáticas que se configuran en ella. Asimismo, de la historia que dio lugar
a la visibilización del pensamiento psicosocial como una alternativa práctica de
atención y acompañamiento profesional que lleva a reconocer los problemas in-
dividuales, sociales y comunitarios de una manera crítica; una forma con la que se
reconocen interacciones y redes de relaciones de poder que dan lugar a la génesis
y mantenimiento de los conflictos y las violencias. Las cuales llevan a promover la
participación comunitaria para la construcción de escenarios alternativos de vida
y cultura, por fuera de la ideología de la salud y la enfermedad mental.
Por tal motivo, considero fundamental que las instituciones públicas y
de salud relacionadas con la atención a las víctimas del conflicto armado y las
estrategias de atención a las comunidades se informen sobre los aportes que tan-
to en lo epistemológico, como en lo teórico y metodológico puede brindar el
pensamiento psicosocial y la psicología comunitaria para la poder responder de
manera ética y técnica adecuada a la demanda de atención que requiere nuestra
realidad social.

209
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9. Conclusiones. Psicología de lo
social: El campo y perfil de los
profesionales

L
a psicología como disciplina registra una historia corta entre
las ciencias. Su aparición reciente puede explicar, en alguna
medida, la dificultad teórica y metodológica que ha tenido
para dar un orden y estatus a cada uno de sus campos y enfoques a
partir de una mirada epistemológica y corpus conceptual unificado.
Desde su origen, se ha concebido como una ciencia de los individuos,
en donde el sujeto se asume como el centro de reflexión e interven-
ción, tanto así que se ha reducido generalmente a la labor clínica en
los escenarios de formación así como la representación social que
se le ha dado al psicólogo. Por esta razón es común que se inicie la
búsqueda del campo de lo social a partir de la formación y prácti-
ca clínica, en parte por la posibilidad que representa de interactuar
con los sujetos y de reconocer sus contextos y vivencias propias.
No obstante y a pesar de la confusión que esto puede suscitar, la psico-
logía social ha existido como teoría y práctica en Colombia y en el mundo. Al
principio, en el marco del surgimiento de las ciencias sociales, la antropología es
una de las primeras disciplinas que le pregunta a la psicología sobre lo diferen-
te, lo que parece “anormal” y no logra ser comprendido. Es en este punto en el
cual se abre la puerta a la reflexión sobre la diversidad cultural que arranca en
los años 20 y se profundiza en los años 70 con la psicología intercultural. Aun-
que inicialmente las preguntas que se hacía la psicología intercultural tenían un
sesgo discriminatorio —pues se enfocaban solo en los pueblos indígenas desde
una perspectiva de lo “exótico”— esta apertura permitió ampliar el espectro de
análisis a los fenómenos sociales que afectan el comportamiento de los sujetos y
llevó a la comprensión sobre la necesidad de reconocer y abordar la dimensión
cultural de lo psicológico.
Índice

De igual manera, como lo afir- una apuesta ética y política clara por
man los psicólogos entrevistados, la so- una praxis que articule reflexión con
ciología ha realizado un aporte valio- acción.
so en la comprensión de lo colectivo y Uno de los retos de la psicolo-
social ampliando los recursos teóricos gía social señalado por los participantes
de la psicología social y afirmando su de la investigación en el momento ac-
carácter inter y transdisciplinario. tual de Colombia es el de avanzar en la
En el contexto colombiano la construcción de una mirada interpre-
psicología social ha atravesado por un tativa propia que derive en una aproxi-
número grande de dificultades. Por una mación epistemológica comprensiva y
parte, no ha existido una escuela de amplia que logre actualizar los debates
formación reconocida y de suficiente anacrónicos de la psicología para dar
ascendencia que haya logrado generar respuesta a los requerimientos sociales
un pensamiento alrededor del campo y emocionales de las sociedades con-
de lo social y, a pesar que ha habido in- temporáneas. En este sentido, se hace
tentos relacionados —por ejemplo, con imprescindible romper las barreras que
la etnopsiquiatría que nace del interés por la misma disciplina se ha encargado de
estudiar las diferencias individuales— crear entre los diferentes campos en
la psicología social como campo teóri- su afán por priorizar un pensamiento
co y práctico delimitado ha permaneci- científico de lógica lineal y de carácter
do al margen y se ha consolidado sobre hipotético-deductivo, pues el contexto
todo en las periferias de la disciplina en colombiano con sus particularidades
ocasiones más por una acto de resisten- culturales y políticas, exige construir
cia que por una vocación clara de inci- marcos de interpretación amplios des-
dencia social e intelectual. de una perspectiva comprensiva y si-
De otra parte, los debates que tuada que integre los aportes de las de-
caracterizan a la psicología social en más ciencias sociales.
gran medida permanecen anclados a En los grupos focales, en las au-
las distinciones clásicas entre lo indi- tobiografías y en las entrevistas se hizo
vidual y subjetivo, lo cultural y social, palpable un temor a lo desconocido, a
y el distanciamiento entre la investi- ese sujeto real, impredecible, que sien-
gación básica de corte experimental y te, sufre y se alegra, que habita en so-
la intervención de tipo comunitario. Y ciedad y se construye en lo cultural. Tal
aunque en algunos casos se sigue pen- vez en este punto radica el impedimen-
sando que lo cultural pertenece a la an- to de la disciplina para comprender lo
tropología, lo grupal a la sociología y complejo de la subjetividad implicada
la intervención al trabajo social, la psi- en la realidad colombiana. La psicolo-
cología social ha realizado un gran es- gía social encuentra en esta discusión
fuerzo —desde la labor profesional de su lugar de reflexión y acción y es allí a
los psicólogos— por construir puentes donde debe dirigir su esfuerzo teórico y
entre la teoría y la práctica dentro de metodológico.

214
La Psicología Social en Colombia. Teorías, Aprendizajes y Experiencias desde el Campo

Latinoamérica representa un la elaboración de un saber hacer psi-


escenario fructífero para la formación cosocial.
de un pensamiento social dentro de Ahora bien, en el panorama
la psicología. A finales de la década político de confrontación ideológica
de los años 60 hasta principios de los que caracteriza este periodo histórico
70 la teoría social empezó a sufrir una de Latinoamérica y que aún persiste
transformación que la inclinó hacia en el país por medio de un conflicto
una posición crítica en el marco de las armado que reedita la vieja confron-
dictaduras militares que gobernaban el tación comunismo-capitalismo, la psi-
continente y que hicieron evidente el cología asumió una posición tímida en
conflicto social y político de las nacio- relación por debates que implican ge-
nes que intentaban asumir caminos de nerar propuestas comprometidas con
autodeterminación en un contexto de las problemáticas sociales. Contrario a
guerra fría e intereses geopolíticos. La lo que se esperaría con una decisión de
psicología de la liberación es una de las este tipo, lo que ha ocurrido es una im-
repuestas que surgen en este panorama posibilidad para construir comunidad
y que recogen el legado cristiano de Ig- y una dificultad evidente para articu-
nacio Martín-Baró. El cual es aplicado lar las diferentes colectividades que se
a una lectura situada de carácter ético han formado alrededor del campo de
y político sobre las afectaciones emo- la psicología social. Además de posi-
cionales de la guerra. bles discrepancias epistemológicas y de
En el ámbito profesional, los diferencias políticas también ha sido
psicólogos sociales destacan el aporte recurrente un proceso de autoinvisibi-
de la psicología de la liberación para lización y aislamiento que en ocasiones
comprender las dinámicas psicológicas puede estar relacionado con egos in-
de la violencia y sus correlatos emocio- telectuales y con la dificultad de escu-
nales. Y así encuentran una ruta teóri- charnos y reconocernos mutuamente
ca para acercarse a las situaciones de como interlocutores válidos dentro de
guerra que se viven en Colombia. Di- los debates de la psicología social.
cha ruta representó una primera herra- La psicología social debe ir más
mienta para el desarrollo de técnicas y allá de la consideración del individuo
la generación de conocimiento que pu- como una unidad fundamental de aná-
diera entrar en sintonía con la dureza lisis. Abarca las perspectivas sociales,
del conflicto armado. Casi simultánea- la intersubjetividad, la construcción
mente apareció la investigación-acción de los significados y la continua trans-
participativa (IAP) como una estrategia formación de las estructuras sociales.
inédita en la concepción de la interven- Como disciplina comprometida cobra
ción y las metodologías cualitativas. La propiedad y especificidad en la medi-
mayoría de los psicólogos sociales en- da en que el conocimiento adquirido
trevistados reconoce la importancia de mediante la investigación revela la ver-
la IAP en el trabajo comunitario y en dadera identidad del sujeto popular. El

215
Índice

psicólogo —en tanto que es sujeto de El quehacer de la psicología es


la praxis inmerso en el contexto so- pues esto: un proceso que parte del su-
ciocultural de su propio pueblo— de- jeto mistificado para transformarlo en
sarrolla procesos y co-construye un un sujeto activo y co-gestor de su mun-
sujeto social que se despliega creati- do introduciéndolo paulatinamente en
vamente en todos los microactos de nuevos marcos de acción que van des-
su vida para transformar la rutina en de su sí mismo hasta su comunidad, su
cotidianidad. país y su historia en el mundo.
La academia debe comprome- El psicólogo social debe ser ca-
terse a producir un doble proceso de paz de leerse a sí mismo como un su-
simultaneidad: trasformar el conoci- jeto consciente de las tensiones a las
miento investigando y transformar la que está expuesto el mundo contem-
investigación conociéndose. Este nue- poráneo y ser co-constructor de teji-
vo espacio exige que desde el nivel bá- do social. Debe ser capaz de manejar
sico, el educando sea protagonista de la concepción de identidades desde lo
su propio mundo permitiendo que la global a lo individual, entre la homoge-
realidad cosificada en su inercia cobre neización y heterogenización, y ayudar a
acción y dinámica a través de la expe- generar nuevos espacios democráticos;
riencia. Así el ciclo formativo introdu- ser facilitador en la ampliación concep-
ce al estudiante en el proceso real de tual y aplicación de los derechos huma-
creación y relación con las instancias nos; acompañar a los individuos en la
que antes eran solo objetos idealiza- resolución de sus conflictos; y compar-
dos de teorías. tir investigaciones con otras disciplinas
El psicólogo irá construyendo desarrollando estrategias metodológi-
sus relaciones con el mundo en el pro- cas y saberes propios. Es decir que la
ceso de producción integral de cono- psicología como disciplina social debe
cimiento. El conocimiento, a su turno, comprometerse ética y políticamen-
se transforma en un proceso vivo de te con las problemáticas del país y del
relación y transformación con las di- mundo.
mensiones de la realidad. La acade- En el marco de la paz la psi-
mia al repensarse da un primer paso cología social debe pensar reinventar-
para transformar la formación en pre- se teórica y metodológicamente para
grado y actualizar su discurso y prácti- poder dar respuesta a los retos que se
ca a un lenguaje abarcador y legítimo nos plantean como sociedad para re-
con las problemáticas de la Colombia conciliarnos, pasar la página de la vio-
contemporánea. Se trata, como lo di- lencia política, y sembrar las semillas
jeron los participantes de la investiga- para construir una paz estable. Debe
ción, de llevar el país a las aulas, de pensarse una respuesta propia, otra res-
enfrentar al psicólogo en formación puesta, que no proviene de los paradig-
con los retos que le esperan en su vida mas eurocéntricos sino de aquí mismo,
profesional. de sus comunidades y sus territorios.

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