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Temor y Temblor de Soren Kierkegaard

Lo fundamental de esta lectura, es hacer consciente al ser humano de que, para poder

progresar, o avanzar en esta vida es necesario sobre pasar la adversidad y calor suena obvio

cuando lo expresamos de esta manera de la misma manera que es obvio que si tocas el

fuego te quemas, sin embargo, que pasaría de entráramos en un debate y te quedara solo

elegir entre quemarte tú o que se quemara un ser querido, esas son las situaciones de

angustia que el ser humano tiene que vivir. El ejemplo que nos proporciona Kierkegaard es

el de Abraham quien después de recibir lo que mas anhelaba, esto era tener un primogénito,

Dios se lo pide en sacrificio podríamos adentrarnos en la reflexión de por que Dios pide

estas cosas y el pensar si esto es éticamente correcto sería una plática que nos podría llevar

tiempo, pero no es el tema que nos importa profundizar el día de hoy sino el tema de lo que

siente Abraham al momento de tener que tomar una decisión de esta calamidad, a estas

decisiones las llamamos decisiones trascendentales y generan una gran angustia en

nosotros, angustia que general mente evitamos y lo que nos dice Soren es que hagamos

justo lo contrario…

“Lo que siempre se pasa por alto en la historia de Abraham es la angustia” (Temor y

temblor, Pág. 66)

Como lo comentaba hace un momento el tema ético puede desembarcar en ciertas

respuestas apresuradas que nos presentaría a Abraham como un mal hombre y claro al final

se presenta una contradicción que solo se puede entender a través de los ojos de la fe y no

dentro de una temática moral


“Una contradicción, y es en ella precisamente donde reside una angustia capaz de

condenar a una persona al insomnio perpetuo; sin embargo, en esa angustia, no habría

sido nunca Abraham quien es” (Temor y temblor, Pág. 68)

Al final son justa mente esta situación de gran riesgo las que nos ponen a prueba nuestra fe,

poner en juego aquello que mas queremos, no hubiera sido lo mismo si para Abraham Isac

no fuera importante. Y solo la fe es la cuerda que puede ser sostenida para no caer en el

abismo de la desesperación ante una situación de angustia.

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