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VARIA

PLAZA&.JANES

¿TRATABAN LOS LIADOS


DE NEGOCIAR CON LOS AGENTES
, NAZIS UN ACUERDO DE PAZ
ENTRE EL REICH
Y LOS OCCIDENTALES, PARA IMPEDIR
·. EL AVANCE SOVIETICO POR EUROPA?

Más allá de la ficción,


y adentrándose en la inmediata Historia,
lulian Semiónov está destinado
, a imponerse también al lector
habla española con este su maravilloso .
personaje, que hace las delicias
de millones de lectores
y telespectadores en la URSS.
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,,.
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PLAZA &JANES, S.
A.
EDITORES
Título original: .
SEMNADTSAT MGNOVENII VESNI

Traducción de
ZOIA BARASH
NOTA DE LA TRADUCTORA

Portada de Iulian Semiónov, autor de Diecisiete instantes de


GRACIA una primavera, es uno de los escritores más po-
- pulares de la Unión Soviética. Nacido en 1931 y
graduado en el Instituto de Idiomas Orientales de
Moscú, ha trabajado durante años en la redacción
del periódico Pravda y varias revistas soviéticas y
ha visitado numerosos países: Cuba, Vietnam, Ja
pón, Estados Unidos, República Federal Alemana
y otros. ·
Semiónov introdujo un nuevo género en la· lite
ratura soviética: la novela política de aventuras, pro
Primera edición: Julio, [978 tagonizada por el coronel Maxin Isaiev (Stirlitz),
magistralmente creado y recreado con tal precisión
y· vida, que muchos lectores estáo convencidos de
que existió en el espionaje soviético este comba tiente
extraordinario· que amaba a su patria sobre todo y la
servía en los frentes silenciosos y difíciles de la
retaguardia enemiga. De hecho, Stirlitz es sín tesis de
la experiencia múltiple de incontabl s ·y va liosos
luchadores, como lo ha declarado el propio autor.
Ya existen siete novelas en torno a las hazañas
del héroe anónimo Isaiev-Stirlitz: Brillan/es para la
/1\,,.
1_
tf, 1977, PLAZA & JANES, S. A., Editore
Virgen de Guadalupe, 21-33. Esplugas de Llobregat (Barcelona)
dictadura del proletariado, No se necesita contra
. i · sefia, Variante esparzola, El mayor torbellino, Dieci-
. siete instantes de una primavera, Una bomba para
Printed in Spain -Impresa en España el señor presidente y Alternativa.
ISBN: 84-01-48036-I - Depósito kegal: B. 25.639 · 19/B Entre los recursos más importantes que utilizan
los escritores de este género, hay varios que hacen la
intriga dinámica y cautivadora. En estas novelas se
GRAFICAS GUACA, S. A. Virgen de Guadalupe, 33
espera siempre un protagonista envuelto ·en perse-
Esplugas de Llobregat (Barcelona)
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cuciones, tiroteos, transformaciones misteriosas, Y
peripecias increíbles. De ahí que tal vez algunos lec III Reich que aparecen en · este libr de ninguna
, tores echen de menos. que Semiónov no empl.ee todos 1:1ªn:r.a están c_oncebidas en un solo plano; son mul
ti_faceticas y diferentes y, por lo mismo, reales y
los triUados recursos. de este género litei::ano De? .vivas. Contra estos enemigos tuvo que eatablar una
tenerse en cuenta, sm embargo, que Iuhan ,_,emm lucha a muerte el coronel soviético Maxim Isaiev
nov escribe, ante todo, novelas políticas, Y su obje tivo Sin recurrir a los golpes de efecto que caracteriza
principal es mostrar el ámbito histó:ico de un la literatura tipo «James Bond», Isaiev logra des
momento específico. . hacer los planes del enemigo y averiguar hechos tan
Iulian Semiónov ha elegido como héroe de sus h- importantes como las negociaciones sostenidas entre
brosa un agente secreto. Siempre ha afirmado que el espionaje norteamericano, representado por . Allen
el verdadero agente es un político, es .decir, un ho11; y el general SS Karl Wolff. Un hecho histó que
bre que realiza la política de su P.atna con sus me
provocó serios disgustos entre los aliados (Estados
todos. Sus comba!es con Jos enemigos son un duelo
Unidos, Gran Bretaña y la URSS) se con vier e, en el
del intelecto, lo . cual es, obviamente, mucho más
libro de Semiónov, . en pretexto parn reahzar un profundo
complejo que una mera acumulación -sabiamente
análisis del fascismo y los hombres que lo
dispuesta- de persecucio es y . tii: te s. . . representaban. No es mera casua lidad el que Semiónov
El lector cubano ha podido fam1hanzarse _con Die cisiete ponga en boca de uno de sus personajes más
instantes de una primavera, a traves de la magnífic.;a brillantemente recreados, el jefe de la Gestapo
serie de episodios que e Canal.6 de la Heinrich Müller: «De nosotros hablarán cpi:no de una
Televisión ha ofrecido en dos ocas10nes diferentes. El leyend ... Tan pronto · como en algún s1t10, en vez de
guión de los 12 episodios fue escrito por. Semió nov decir simplemente "Buenos días'; se comience a decir
guardando una casi total fidelidad a su novela, publicada "Heil", agregando algún nom bre, ésa, será, la señal de
por primera vez en 1970. J?esde entonces, numerosas que allí nos esperan y de que por alh
ediciones la han convertido en una de las novelas comenzaremos nuestro gran renaci
más populares de la Unión So;'iética: ; ; No miento.»
necesitamos explicar las razones. Solo, qms1e ramos Sobran ejemplos en . nuestros días. Véase cómo
recalcar gue para nuestros j'óve1;es, que tal vez h renacido el fa_sci mo en Chile. ¿Acaso el general
consideren la Segunda Guerra Mundial Y el fas cismo Pmochet no encaJana perfectamente en la figura de
alemán tan remotos como· las guerras· napo leónicas, uno de los ayudantes más celosos de Himmler') Los
el libro de Semiónov es un libro-adverten cia. El cr,ímenes del fascismo en Chile, ¿no repiten ;caso,
fascismo es un fenómeno latente que puede estallar en con la_ más asombrosa si iHtud en detalles y hechos,
muchos países. Precisamente, uno de los mejores logros los cnmenes y la represión desatada en la Alemania
del autor son las imágenes de los enemigos o, mejor dicho, de Hitler?
la imagen del n:ions_truoso Estado hitleriano, corno Recordemos de nuevo la frase de Julius Fucik el
gigantesca maqumai::1a_ ma cabra que se nutre de gran periodista checo torturado y asesinado po; la
crímenes y del genoc1d10 de Gestapo de Praga: «Hombres, estad alerta.» En su
pueblos enteros. El autor describre sólo dos El mayor torbellino, Semiónov dice: «A nada debemos
(febrero y marzo de 1945), cua1'.do la _Alemania fas temer, en la vida. A nada, salvo al fascis mo. os
cista se acercaba a su derrota fmal. Solo dos meses hombres deben liquidar sus gérmenes don-
que bastan para ,que el lector se_ sitúe dn7 t o del Es dequiera que aparezcan.» ,
tado fascista, vea a sus cabee1llas e 1deol?go,s e
ZOIA BARASH
accióny se percate de que no era un enemigo fac1l
de vencer, de que era un enemigo po e1;oso, inteli
gente y astuto, Las figuras q.e los dmgentes del

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A MANERA DE PRólOGO

TERNURA
Dedicado al artista del pueblo de
la República Federativa Rusa, Via
cheslav Tijonov.

« ¿Por qué corre ella así? Son v1eJ3s las baldosas,


están mal colocadas, se torcerá un pie», pensaba
lsaiev asustado, observando a Sashenka, que corría
a lo largo del andén de la estación Kasanskaia. In
cluso frunció el ceño, porque imaginó su caída y le
pareció terrible. Nada hay tan ofensivo como una
mujer joven y bella cayendo en plena calle.
_ «No tiene por qué correr así -pensó de nuevo---.
'\.'/' De ·todos modos, ya estoy en casa.» ,
· Rosa también corría así, asustada, por la oscura calle
de Cantón; la perseguían dos hombres; uno le tiró una
botella, que le dio en el cuello. Rosa cayó al
asfalto, y Maxim Maximovich sintió que se le en
friaban las palmas de las manos: primero se en
friaba la piel, después se entumecía, y cuando la
,. sangre brotaba, notaba en las manos un calor inso-
· ·,,"' portable.
-¡ Ahora! -gritó a Sashenka-. ¡ Espera! ¡ De
tén te! ¡No. corras así! ¡ Deténte!, Sashenka!

-Lo que necesita es una hembra. Una buena hem


bra. ¿Le gustan flacas o como las de Rubens?
-No me gusta jugar a la psicoterapia, _doctor. No

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estoy e,nfermo. Todo el tiempo tengo ganas .de dora ·· aún. más... Es posible que aquí huela a tilos en flor,
mir, pero cuando me acuesto, el sueño no llega. Me . , pdrque ha llovido recientemente y el andén es ne-
siento cansado. Las hembras no ayudan. gro y está resbaladizo, hinchado por las aguas pri-
-¿ Seguro? maverales; caerse en este andén no es vergonzoso:
-Seguro. uno resbalaría sobre .él como lo hacía en la infancia
-Entonces es que n:o ha encontrado su pareja. por el montecillo de hielo de diciembre, y no ha-
Algo en ellas le habrá irritado. La hembra tiene bría ningún desamparo ni humillación en ello, peró
ser armoniosa, y así usted se cansará; la armonía que no caiga Sashenka. Por lo visto, lo ha compren-
cansa mucho... Obsérvese en un museo: ya después '.i:¡ dido. Me está mirando, camina más despacio, la lo-
de la tercera sala le entran unas ganas insoportables (¡ comotora resopla con más lentitud y ya es posible
de dormir, pero tratando de no parecer un nuevo --s';\t ¿¡. saltar al andén; aunque no, no hay que darse .prisa;
rico, mira usted los éuaqros con ojos desorbitad? Y "!},.. es dec r, sí h_ay que darse prisa, a1mq1;1e me acuerdo
se está largo rato leyendo los nombres de lps pmto- •, demasiado bien del cuento de Kuprm en que un
res en las placas metálicas, para salvarse de los bos- 1 ingeniero, que se apresuró por ver a su familia,
tezos. ¿No ·es cierto? 1 cayó- bajo las lentas ruedas del tren en el momento.
-Me gusta la pintura. . . t en que sólo faltaban los dos últimos minutos, los
-¿Qué quiere decir? ¿Es usted una excepción?
¿No bosteza en los museos?
"'l' más largos y superfluos de todo el camino... ¡Oh,
·¡ cómo la quiero! Pero la quiero como estaba en aquel
-No bostezo. 1 momento en el muelle de Vladivostok, asustada,
-Es anormal. A todo el mundo le entra sueño en
los museos. ·Usted dice: «No soy psicópata.» Pero,
I mía; hasta la última gota mía; toda ella al descu-
j bierto, y me pertenecía, y todo lo sabía de antema
en mayor o menor grado, todos somos psicópatas, 1 no: cuando estaba triste y cuando reía, y ahora han
aunque ·algunos saben fingir. i pasado cinco años y es la misma, pero tal vez
com-
«Tengo que soportar una semana más -pensó , pletamente distinta, pues yo soy otro, y, ¿cómo la
1
1.

Isaiev-; dentro de una semana me meteré en un pasaremos juntos? Dicen que las separaciones son
barco, me dormiré en· seguida y acabará este horror. . ,¡. la ·"prueba" del amor. No se trata de contraespio
Pero tendrá que recetarme algo· fuerte, porque de ! naje: es el amor. Aquí todo lo determina la confian
o ro modo no agu nt ré, sé que no aguantaré...» , 'W za. Si tratásemos alg':1na vez de· probar el amor
-En la farmacia· mglesa me d1Jeron que babia .,. como lo hemos aprendido a hacer con la lealtad ·se
llega.do un «pre arado _del sueño», que es una · ga, ¡' · produciría una traición,. más Jerrible que la de na
rantia contra el msommo. noche casual de ella con alguien o la de una muJers
-¿Y usted cree aún en garantías? -El doctor lan- , zuela ocasional conmigo. ·
zó- una carcajada y, levantándole el párpado izquier- i · »¡ Tren; para! ¡Tranquilízate! j Cobra. aliento! Ya
do, echó su aliento de borracho a la cara de. Isaiev-. ! hemos llegado. Para.»
Mire hacia abajo. Hacia mí. A la izquierda. Ahora
a ·la derecha.
é\
.,
El doctor abrió los dedos, y sólo en ese instante
\ sintió Isaiev dolor en el párpado.

r'
«Moscú huele distinto, huele a tilos en flor -se Í .-El preparado del sueño -dijo el doctor, encen-
dijo Isaiev-. En otoño también huele a tilos en flor, 1 d1 !1 º ':1n largo abano- lo hace, en. Cantón, Israel
si uno va al bosque por· la mañana temprano cuan- · M1Jailov1ch Rudmk. Como nuestro sistema estatal
do el campo parece una cortina de brocado que cu- pasado y actual, provoca desconfianza crónica e
bre el cielo y hay que pintarlo de una manera dura
y precisa; sin adornos y sin trat r de-embellecerl.o ¡
I todo el mundo civilizado, Rudnik envasa su invento
en cajitas inglesas. Se las han hecho aquí, en Shan-

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·"f' 11
1
-1
.,..,.Buenos d{as, Sashenka. ¿Cómo est s? . .
ghai, y todd ei: mundo las compra orno rosq iÜ s. «¿Qué estoy dicii,rido? f.as palabras· están gastadas
Lo más asombroso es que la gen_te de Ioffe, del Con cómo monedas. ¿Eran acaso esas palabras las que
. sulado genei:al, ha .comprado un gran .lote dt:I « re- . Íit había dicho ·todos·. aqueiios años, cuando soñaba eón
parado inglés».. Parece ·que en- el Kremlu;i hay a gu1en ella?· ¿Por qué nos avergonzarnos de expresar nos? ¿Es
.que no puede. dormir._, , , . . ., sincero el hombre sólo·cuando habla con-
«Pues yo me dorm1na aqu1 -penso sa1ev-:-.. En . 'sigo mismo, en secreto y siri emitir sonido alg1,1no?»
la consulta .de los·. médicos, si uno no tiene c nc r, -i Qué raro! Preguntaste: ,,¿Cómo estás?» ¿Por
se siente la tranquilidad .de lo inmor al. Las Ilusio qué me lo pregunta te, Maxim? . .
nes son la gara'ntía más segura del bienestar h ma '-Si mpr:e me pareció que tenías ojos· grises y
no. · P r eso al cine lo llamaban "la g; n ilusión". ahora veo qµe son azules.' '
Deberían hacer películas sobre la fehc1 ad; pero -¿Por qué no me besas? . ..
no, siempré filmaa desgracias, síef!1pre sufn¡:mento .» ¡Qué labios tan suaves y tiernos tiene.·..!
. - ·I:.e gusta la miel? --'-pregunto el doctor sentan Seguramente, sólo las mujeres qµe aman tienen
dosel a la mesa-. '¿La de tilo, o la. miel· blanca? . . esos labios, dó,ciles, que se ,esfuerzan en callar y no
. -Solamente· a los tontos no les gusta .-contesto pueden callar, ni tampoco hablar; por eso flemblan
·Isaiev-. ·Pero. yo soy pragmático, doctor. No creo · todo él tiempo y tienes miedo de que digan lo que
en curaciones con miel; hierba y paseos. Creo en las tanto temes oír; por eso, bésalos, Maxim, besa· esos
pastillas. labios secos, suaves, y no mires su cara, ni trates de
-Excelentísimo señor, un verdadero galeno se pa comprender por qué cierra los. ojos y tiene_ lágrimas
rece a una ramera del pµerto; ya que usted me paga, eri las mejiHas. ¿Tal vez con ellas Se va la desgra
estoy dispuesto a cumplir cualestjuie:a de S\JS de cia? ¿Quién es culpabie de• su .. disgracia?' ¿Tú?· Tú.
seos.. ¿Quiere píldoras? Pues en seguida lo ,ar;egla· ¿Quién más? Tt'.(Ia dejaste dura.rite estos cinco. lar
remos. Pero si quiere dormir, miel, paseos y hierba. gos años; no la pudiste encontrar, aµnque, la bus-·
-¿Raíz de valeriana, hierbabue.na y un poco de caste; no le escribiste ni una sola vez una sola pa
salvia? ·· · . . . labra. ¿Quién más puede ser culpable de su desgra
EÍ doctor
Cuando miróaa través
miraba Isaiev de
porellas,
encima
sus de•
pjoslas·parecían
gafas. ) .. éiá?· Stt desgracia... Nuestra: desgrácia, o, más exac- .
tátneiite aún, mi desgracia. Porque yo puedo perdo-
muy grandes; como los de una mujer encinta y,. de "o/. nar, pe.ro· nunca o.Ividé/r... ·
la misma forma, vigilantes. ,·
«La medicina será impote te hasta ue 1 HumLa-
nielad no acabe con la mentira -penso . sa1ev:,. 1 e ,
.J·. · ¿No ha tenido sífilis? -le preguntó el ctor-.
estoy· diciendo méritfras. Hablan o 1:;on m s . exac- Entonces le tranquilizaremos · la cabeza:» con mer
,j titud,' no le t. curio... ·Durante la epidemia de tifus, muchos confra
digo la verdad.·Si le hubiera . dicho. q e jcron sí.filis • ye no. lo sospechan. Hace poco hicimos·
· no puedo dormir I?orque esper? el. re.gre ar a cas_a, l una autopsia curiosa;. destripamó!i al coronel Rosen
y allí, .entre los .m,1os, no necesitare nmgun remedio, 1
· y que · I insomnio comenzó hace. un mes, porque ,;-,
·kranz... Se pensó que se trataba de una. apoplejía;
Walter me habló di! I.a próxima salida (no se p_ueder { · bebía mucho, pero en la «cabeza» le .encontramos
I 'I
hablar a un. hombre de felicidad si no . se le puede "un· tumor sifilítico µe· tercer _gr-ado. Sus hijas estári
ofrecer en seguida), entonces sabría él dónde radica en edad· de casarse. Y aquí tiene un problema para
la causa de mi insomnio.» una mente ágil: ¿Dónde está la frontera entre la
1 moral y el deber? Tenemos que obrar de manera in-
-Buenos díás, mi amor...
-Maximushka... Maxim Maxiinich... Maxim... l
' - h.t
J
12
, moral: llamar a las muchachas para hacerles un
reconocimiento. Los chinos y, los in leses ins.1sten.

13
Shanghai -dicen ·es el puerto más limpio de China.
Rosenkranz, antes de morir, 110 pegó un ojo durante·· sec.as Y calientes.,, ¿Me sentfas ,tú también en los
tres semanas; se desgañitaba. Pensábamos 'que· te sueños?
Tacataca, tacataca:..
nía el síndrome ·de iá resáca y que le .había subido
-,-¿Sabes qué más. cantaba, Máximushka? .
la presión.· Pero no... no le. hablo de sífilis por ca
sualidad. -Cantaba Vuelan los patos, vuelan los patos y dos
gansos. ·
, -¿Cuánto le debo, doctor?
-¿Por qué no me contestas, Sashenka?
-Veinticinco dólares. Para la leche dé los peque
-No sé lo qu.e decirte, querido mío...
. ños · y la avena, qµe acaba de subir de precio: Hace
un año ·cobraba quince,· pero ahora estoy acumu
lando papelitos verdes. Quiero 'irme a Australia, allí J .--:-¿E usted de Petersburgo, o un personaje de la
no hay tanto color amarillo, casi no hay ningún com- ..;:,;;l ,-capital? -preguntó con interés el doctor Petrov
patriota, tampoco muchos médicos... Entonces, ¿qué V..···.,-,·'· guardándose el dinero en la cartera verde y
ajada'. pildoritas vamos a tomar? ¿Las inglesas de Cantón, ·,-Del Báltico.
o las de Israel Mijaílovich? ¿O prefiere la miel con .: -¿Letón?
agua por la noche y un paseo hasta que le brote el . -Casi..·
sudor en la espalda? ., , -Habla muy bien el ruso.
-Deme las píldoras. .-1 -Mezcla de sangres. ·
. , - n hombre feliz. No importa cuál, pero es una
1

patna. ¿Por qué no se va a Revel? .


. i
... Tacataca, tacataca. El golpear de los cascos com o
·una música. La mata de pelo del cochero es ondula·
_-No me sienta el clima -contestó Isaiev, guar-
dandose la receta en el bolsillo.
-¿Llueve mucho?
·

da, color trigo. -Sí, mucha humedad, ,y el tiempo cambia cinco


! veces al día.
! ·I
-Ahora empezará a cantar -susurró Sashenka-;
cuando venía .para acá,· cantaba muy bien. 1 -Aunque en Petersburgo cambiara el tiempo cien
-¿A lo largo de río, a lo largo de ·Kazanka? ·
veces al día -suspiró el doctor-, y no me llamaran
-No. ¿Por qué estás sentada liasta la medianoche j
más que con el memque, correría cerrando los ojos,
en la. ventana abierta ...? · V·correría.
. -¿Por qué estás sentada, por qué te angustias? J -Ahor¡¡. ya dejan entrar.
¿4_ .quién, bella, esperas? Ni un .solo transeúnte en la J He perdido la fe. Primero era «maten al bur-
calle. ¡Qué rarot . l ués», desp és, «aprendan del burgués». Antes, unos
-No, · Maximushka, allí hay gente. ¿Ves cuántos .1 impuestos ngurosísimos, y ahora, «enriquézcanse»...
son? j En general te o a los niños, mi qüerido señor; ha
-No veo a nad.ie, ni oigo nada... ( cen mucho rmdo, · son crueles y egoístas. ¿Y si los
-¿Oyes el tacataca, tacataca? ¡ nmos, además,. dirigen un. Estado?. Cuando impri-
-Dame tu mano. No, la palma. La_ tienes más sua- / man las leyes. en . bronce, cuando aprendan a cumplir
ve que antes... Me gustan mucho tus manos, ¿sabes? · j ls comprom sos, cuando se hagan europeos... Esto
Me despertaba por la .noche, sentía tus manos en mi 1 s?!º sera pos1.b_le en la tercera generación: cuando el
éspalda y tenía miedo de abrir los .ojos, aunque sa bía h1Jo de la cocmera termine sus estudios universita-
que tú no estabas a mi lado... Fue terrible. A ve ces 1 rios... El n_iet d 1:1 cocinera dirigirá el Estado. Creo
veía a mi padre vivo, alegré, y de repente me abrazabas en esto: d1smmuiran las emociones y los amaesfra-
y sentía las líneas que tienes en las pal• mas y. tus ·i rá el pro.gi;-e o. Mi difun.to suegro, ¿sabe?, tenía pasa
dedos tiernos, largos, de yemas· suaves, . porte bntamco; pero era ruso; tenía la nariz como
,y
14. 15
.. ·¡
una patata y se atracaba de tortas y <:aviar, que cogía
eón las manos. Pero cuando llegaba a Petersburgo, ·· -_¿Y cuántos me !!Cha a mí? - reguntó Isaiev,
casi lo recibían con salvas de cañones.. Nos gustan los Ilevandose a la boca una píldora de la cajita del ¡,pre-
extranjeros, -somos respetuosos con el ·forastero... parado del sueño». ·
Obtendré un pasaporte en Australia, cambia_ré mi -Me es difícil decirlo -contestó el farmacéutico-.
apellido Petrov por Peterson, y entonces volveré y Todos los europeos me parecen asombrosainente
entraré en caballo ·blanco. Cuando diga: «Tómalo, iguales:.. Es _la misma cara... Tendrá usted cuaren-
sírveme, vete al diablo», me perdonarán. A un extran- ta y cmco anos, ¿no? ' . ·
jero se le perdona todo... · -:-<?radas -dijo Isaiev y se tragó otra píldora-.
Ert la calle, Isaiev sintió náuseas, y ante sus ojos Gracias. Se ha equivocado en dieciocho años.
.,. se elevaron dos grandes círculos verdes. Eran iridis- -¿Acaso tiene más de sesenta'
· -No. Tengo veintisiete.· ·
. centes, vacilantes como los círculos alrededor de la
Luna 'durante los fríos navideños en la Rusia sin boi
ques. «Así era la Luna, cuando iba con papá de Orsk -¿Tu ventana ·está en el quinto piso y tiene cor-
a Orenburg -recordó Isaiev...:.... Me llevaba en las ro tinas azules?
dillas, y pensaba que yo dormía, pero continuaba ta -¿Cómo lo sabes, Maximushka'
rareando la canción de cuna: Duerme, mi bien, duer
me·, en la casa se apagaron las luces, los pájaros -Ya lo ves... . ··
se
d_urmieron en el jardín, los pececitos se durmieron -¿Alguien te lo escribió?
en el estanque, duerme... Después tarareaba la melo .""':"Nadie· me· o escribió. Pero estas cortinas las
día, porque memorizaba mal los versos, y de nuevo hiciste en Vladivostok, cuando me mudé de Gniloi
comenzaba a susurrar lo de los pájaros dormidos en U gol a Poltavskaia; cort.inas azules con lunares blan-
el jardín... Si estuviera vivo, seguramente podría dor cos y frunciaos a los lados. ··
mirme ahora, me obligaría a oír su _voz y sabría ·que - runcidos. Nu ca te oí esa palabra, y me daba
existe en el mundo una persona que me espera. No verguenza pronunciarla en tU presencia.
me volvería loco a ·causa de la espera, ni por la fe Q -¿Por qué, Sashenka?
·1a falta de fe, la esperanza y la desesperación.;, . ·· -No.lo sé. Nosotros nos inventamos el uno al otro.
El farmacéutico, dando la vuelta a la receta del onocemos algo de este ser inventado, otro lgo lo
doctor Petrov, suspiró. · ignoramos y, poco ·a poco, nos vamos olvidando del
-Lé doy la última cajita, Sir. -El viejo chino q empezamos a amar y nos volvemos a nosotros .
hablaba un inglés de Oxford que a Maxim Maximo m1 mos, Y el agua coge su nivel. Al hombre que se
vich le pareció algo vacilante e iridiscente, como los q 1ere hay que temerle un poco: por si se va, por
círculos que ·tenía ante sus ojos, algo irreal y cómi co-. s1 se enamora de otra; las mujeres son tontas, quie
Esun preparado maravilloso, una combinación de la re amurallar al hombre con falta de libertad, y des pues
medicina tibetana, nacida de la comprensión del ellas se cansan· de la tranquilidad, como los "encedores
gran misterio de las hierbas, y la farmac'ilogía moderna en las- luchas de circos.
europea. -¡ Qué escalera tan oscura!
-¿Dónde aprendió inglés? -Los niños quitan las bombillas.
-Trabajé durante treinta años de criado cu casa -¿Por quéhablas tan bajito?
del doctor Woods. -Te tengo miedo.
-¿Qué edad tiene?
-Todavía soy relativamente joven -sonrió el far-
macéutico-. Sólo ·:engo ochenta y -tres años; para un -Cerveza; por favor.· Rubia. Fría. Muy fría.
chino es la edad de la «naciente sabiduría». El propietario. del' pequeño bar alemán le sírvió
la ,cerveza a Isaiev. Casi siempre se s ntaba a su
16
2- DIECISIETE INSTANTES DE UNA PRIMAVERA
17
tante tensión interna; pero, por lo visto, es imposi
mesita y hablaban de Alemania: Karl. Nit he hab a nacido ble, y· siempre seré así: alguien que sólo cree en sí
en Munich, donde Maxim Max1mov1ch hab1a vivido mismo y en dos enlaces: Rosa y Walter, y en nadie
cinco años con su padre. · más. Tengo que .engañarla, tengo que volverme torpe
-Con- este calor, lo ejor es tomar la cervez algo mente y abrir los ojos, pero no de pronto, para no
caliente, mi querido Max. Se le puede enfr,1ar la ·asustarla, sino poco a poco: primero estirarme, des pués
garganta si la toma helada con este calor. ¡Que mala empezar á murmurar algo, y, por fin, de un tirón,
cara tiene! ¿Está enfermo? sentarme en la c;ama y abrir los ojos. Así ten drá
-Sano como un toro, Karl. Un poco cansado. tiempo de cubrirse· con la sábana; sin duda se tapará
Dos muchachotes se sentaron junto a la esc lera con la sábana y se secará los ojos, porque está llorando.»
que conducía al sótano y gritaron como, cupletistas,
a dos voces:
· -¡ Camart;ro, cerveza! ,.
-Son rusos -susurró Karl-. Ahora pe.diran .'"'.od ka últimamente, Isaiev vivía en un hotel cerca del
y pan, negro... Los rusos, aunque delgados, Jove nes y puerto, y . todas las ventanas de su- cuarto daban al
educados, son puercos. ·Perdone un momento... Se mismo. Se pasaba horas apoyado en el alféizar vien
levantó de la mesa y gritó hacia el sótano, apo do los barcos de Rusia. Al principio, se paraba junto
yándose en el pasamanos de la escalera: al muelle donde atracaban los buques soviéticos;
-¡Dos cervezas, rápido! . pero después de haber visto a su lado a dos mozos
«Sería interesante saber s1 estos muchachos me de la Unión de Liberación que simulaban contemplar
han sorprendido en. la farmacia o han esperado que los barcos sólo cuando él advertía su presencia, dejó
saliera del médico -pensó Isaiev-. Seguramente, me de ir al puerto. «Cuídate, que Alguien te cuidará», le
esperaban cerca .de· 1a casa del, m dico. Pero no me decía el cazador Timoja, temiendo pronunciar el nom
he dado cuenta de que me s1gu1eran. Mal asunto, bre de Dios en vano, porque los rojos «no entienden
pero que muy malo...» nada de eso y, además, se ríen.»

l!
A pesar de que los jóvenes del contraespionaje·
blanco habían empezado a seguirlo, Isaiev había
«Cree que estoy dormido. -se dij<?, Isaiev-. Tam- transmitido en varias ocasiones a Dzerzhinski el in-
bién a ella la engaño con m1 resp q1c1on acompasad , ./ - forme de que los emigrados de Shanghai -y, por su
con mi mano pendiendo de la ca a y el cuello est1- -' puesto, los de. Dairén-,-- no eran ya una fuerza real
rado... Me veo desde fuera incluso cuando duermo. •.! y que los juegos a complots, chequeos y planes a
· Qué horrori Y si le digo que me doy cuenta de que largo plazo no eran sino un medio de conseguir dinero
stá a mi lado; de que me mira a la cara; de que j en algún sitio para dar de comer a sus familias. Los·
veo temblar la venita azul de su cuello, de qu se · 1 más listos se dedicaron al comercio; y los más ricos
cubre ·el pecho coI? el brazo i quier o y de cua?t? 1 se fueron a los Estados Unidos; en la política, eñ el
dolor veo en sus OJOS, me cons1derar1a como el ,u1t1- ! «movimiento de liberación», qtiedó gente desgraciada,
·mo canalla, porque podría creer que la estoy miran- ,. ' condenada, tontos que cifraban sus esperanzas en
doatravés de los párpados .semicerrados. ¿Tal vez · l
un milagro: la explosión interna, la guerra en Occi- ..
Ja miro a través de los párpados semicerrados? No. Í dente, la intervención desde Oriente. Los emigrantes
Mis ojos están cerrados; ·simplemente la veo porque . J políticos reunían dinero en míseras cantidades, man
estoy acostumbrado a sentir todo lo que está cerca. daban emisarios, unas veces, a Tokio, y otras, a Pa
de mí. Yo pensaba que esto me ocurriría solamente rís, pero los echaban de todas partes. Moscú ,ofrecía
allí detrás de la frontera; pensaba que en casa todo concesiones, y esto era una ventaja real y no quimé
est desaparecería y me convertiría d · :1uevo en un rica. Los emigrantes eran mirados como parientes
hombre común, como todos, y no sentina esta cons-
i9
18
pobres que molestan y no se· les puede echar, pero en una pesada modorra de diez minutos, y, entonces,
tampoco se les puede dar dinero; acabarían por mal · re parec;ía como si alguien le diera un golpe en la
criarse definitivamente. cabeza. « i No duermas! ¡Abre los ojos! Tienes que·
Sin embargo, Dzerzhinski. criticó fuertemente a resistir una semana más. ¡ No duermas!»
Isaiev. ...Isaiev estaba sentado en el alféizar, viendo cómo
-Hay que analizar con más profundidad y am la penumbra invadía la ciudad. Esperaba, aL fin, sen
plitud ·-,replicó-. La situación es tal, que la emigra . tir deseos de dormir, pero mientras más se acerca
ción no conviene en ·modo alguno a· los gobiernos ba el día de la partida, más terrible le áa volver a la
de Europa, y, además, está internamente dividida. habitación. Los cinco años pasados en Shanghai, Can
No obstante, si en el mundo aparece una fuerza extre . tón y Tokio, se vengaban ahora con un frío inte
mista organizada y dirigida, la emigración encontra_rá y una constante sensación de· escalofrío y mie
· el apoyo más amplio. Los contactos de Savinkov per Lo mismo le ocurría. en la infancia, cuando pla neaba
miten señalar como tal fuerza a los fascistas de Mus con su padre ir· a Grenoble y estaba esperan do este
solini y a. los nacionalsocialistas de Hitler, que lo todo el año como una fiesta mientras
siguen. «¿Y· si luego no hiciéramos' el viaje?»
sin cesar tener ganas de acostarse y de
, • ct: 1r 1r c:P hasta que los huesos crujieran, con los bra-
0

-¿Enciendo la luz, Maximushka? zos debajo de la cabeza, viendo la cara de Sashenka


-Pero aúnse ve, ¿no? cerca, muy cerca, y dormirse después, y despertarse
-Sí. Pero a mí me parece que ya es de· noche. cuando sólo faltaran. cinéo días para la partida.
-Ven, Sashenka...
-¿Tomarás té?
-Ven a mí... -Te quiero mucho, Maxim; tal vez sólo ahora he
-He calentado el agua en el infernillo. ¿Quieres llegado a comprender cuánto te quiero...
lavarte, después del viaje? -¿Por quésólo ahora?
-'Quiero que te acerques a mí, Sashenka. -Porque se espera lo soñado, pero ·se quiere lo
,,Me parte el corazón su modo de mirarme. Se ha nuestro.
puesto los brazos en el pecho, como si rezara. Niña, -,¿No es al contr rio?
amor mío, ¡ qué miedo he sentido por ti durante to -Tal vez sea al contrario. Ahora no tenemos por
dos estos años...! No me mires así. Estaré callado. qué hablar, querido. Estamos diciendo tonterías co mo
No preguntaré nada de nada.. Tampoco me pregun tes. si jugáramqs al escondite. Déjame quitarte ·1a
No debemos humillarnos con la mentira.» corbata, agáchate. ·
«Antes no sabía quitarme la corbata», pensó Isaiev;
y tomó entre sus manos los helados dedos de ella y
Después de la muerte de Dierzhinski, a Isaiev le se los. apretó.
pareció que lo habían olvidado. Dirigió a la Lubianka
ocho cartas cifradas pidiendo permiso para ir a
Moscú: sus nervios se resentían. No había respues ta. Llamaron a la puerta suave y cautelosamente; pero
Pero, un mes antes, Walter le había transmitido la orden como quiera que el pasillo estaba cubierto con una
de que se alojara en este hotel y esperase la llegada de gruesa alfombra que ahogaba los pasos, la suave lla
nuevos documentos para salir de China, y todo el mes lo mada pareció un trueno. Maxim Maximovich, lleván
había pasado insomne, andando por la ciudad hasta dose la pistola al bolsillo de la chaqueta, dijo:
sentir· mareos o náuseas; se sentaba en el banco de· -Adelante. ·
un parque, cerraba los ojos, se hundía· Walter vestía un traje de dril blanco, manchado
20 21
-No puedo ni tengo deseos de dormir.
con gotas de vino tinto. . . ·-Te suplico que. duermas... Cuando despiertes,·
;_Tom.a -dijo alargando el. sobre-, para ,t1. -Su
será de noche, volverán a pasar estos cinco años y
tonante dialecto bávaro resultaba hoy especialmente será_ como si nunca nos hubiéramos separádo.
· brusco. -¿A qué oHa la casa de Timoja?
En el sobre estaba el pasaporte alemán a nompre -A miel y estopa.
de Max Otto von Stirlitz y el billete de primera cla- se -¿A qué más?
para Sidney. . , :• -No me acuerdo.
" -A nieve. A·nieve de marzo.
Walter cerró los ojos y empezo. a hablar; memon-., -Por favor,· por favor, duérmete, Maximushka.
zaba fácilmente los datos cifrados después de apun-J -No me gusta engañarte.
tai:-Ios dos veces en vaiias hojitas de papel. ·¾
"'i.:iF" -Vuélvete; te acariciaré y te dormirás.
Camarada Vladimorov: entiendo la magnitud de•'f · · ,-Sí.
-¿Me hasquerido siempre?

- ª
sus dificultades, pero la situación es tal, que no tene- \ .:....¿Siempre, ·siempre?
mos derecho a aplazar para mañana lo que. podemos ..
hacer hoy.los
La nacionalsocialistas
documentación que de Hitler, .1"l!ª!
le enviamos uien r -·= .:....sí.
-¿Y ...?
¡fila;
1 de
-Porque tú me lo has preguntado así.
Stirlitz» es totalmente segura y le ofre.ce la poszbilz- ., . -¡ Sí, sí, sí, duerme!
-¿Por qué lo dices tan rudamente?
dad . dentro de dos o tres años, de infiltrarse en las .·.
publicado hace poco su programa de acezan: Mems . -¿No tengo nada que ·preguntar?
-Nada. Duerme, querido, por favor, te lo suplico,
Kampf. Nuestros hombres le encontrarán en Hongo' .
Kong, «Hotel Londres», habitación 96, reservada a ,,
due.rme... Ya ha pasado todo y estás en casa...
· nombre (le Stirlitz, y le entregarán fotografías, álbu Duerme...
mes familiares y cartas para usted, de Stirlitz padre.
El trabajo de aprenderse la historia le .llevará diez ·
días. Menzhinski. -Desde Berlín es más fácil regresar a casa que
desde -aquí.
'V -Sí. Tienes razón. Lo entiendo todo. Pero ahora
-Ahora vete- dijo fsaiev-. Vete, Walte, r. porque ¡·' vete; me acostaré y me dormiré. Me siento como un
tengo mucho sueño. Quiero dormir mucho. _ perro que se ha cansado de !adrarle a ún hueso. Y
Walter vio la cajita del «preparado del sueno» Y no sé bien lo que digo. Puedo decir alguna inc<?
n-
sonrió. veniencia y te ofenderías. Vete, vete, Walter...
-La psicoterapia es una gran cosa -comentó-.
Rudnik hace este preparado de aspirina y valeriana. 1
Es una engañifa. · -Pol' favor, duérmete, querido.
-Es posible- convino Isaiev-. Pero ahor.a quiero:
dormir, no por Rudnik ni su prep'arado..Todo ha vuelt'.· 22
to a sus cauces y hasta estoy contento, porque un hombre
liberado del presidio teme la libertad.

-Debes dormir, Maxim.


-No puedo.
Él volvió a casa en junio de 1946: diecinueve años,
· siete meses y cinco días después de su encuentro con alter en
Shanghai, en el piso 12 del «Hotel Britá-

Moscú.
A la memoria de mi padre
¿QUIÉN IES QUIÉN?

Al principio, Stirlitz no podía creerlo: en el parque


cantaba un ruiseñor. El aire estaba helado, y aunque
los alrededores se advertían tímidos signos pri
maverales como en una acuarela fina, la nieve aún
permanecía compacta, sin ese tímic:lo azul interno
que precede siempre al deshielo nocturno.
Los viejos y poderosos tróncos de los árboles eran
negros; el parqué olía a pescado recién congelado.
Aún no se percibía fl intenso olor a pino y a álamo
temblón, podrido desde el año anterior y que acom
paña a la primavera; pero el ruiseñor cantaba con
todas sus fuerzas: un torrente de trinos y caden
cias, frágiles e indefensos en aquel parque sombrío
tranquilo.
Stirlitz recordó a su abuelo. El viejo- barbudo de
espesas cejas sabía hablar con los pájaros. Uama_ba
a los estorninos y se sentaba bajo un árbol para
contemplarlos largo rato, hasta que sus ojos empe
zaron a parecerse a los móviles ojos de los pájaros,
y éstos no le tenían ya miedo alguno. ·
-Fiu, fiu, fiu -les silbaba su abuelo.
Ellos le respondían confiados, alegremente.
Con la puesta del sol, los negros troncos de los
volcaron sus sombras uniformes y lilas sobre
la nieve blanca «Se helará, pobrecito -pénsó Stír
litz y, envolviéndose en el capote, regresó a la casa-.
No es posible ayudarle: sóio hay un pájaro que des
confía de la gente: el ruiseñor.»
Consultó el reloj: las siete en punto.
«Ahora .vendrá -se dijo-. Siempre ha sido pun-

27
tual. Le dije qµe viniera de la estación a través de
bosque, para que no se encontrara con n.adie. Espe , si' aún no me he marchado hága e un café fuerte,
raré. Es agradable esperar rodeado de tanta herma:: · lo más fuerte que pueda... '.
sura.»
Stirlitz recibía siempre a aquel agente allí, en la.· . ' De Justas a Alex. Desde Berlín.
pequeña villa junto al lago, Aquella vivienda clan2 . Inf?;m ción sobre fuerzas y efectivos de los grupos
destina resultaba cómoda y tranquila, alejada 'de las de E¡ercitos ¡m el Frente Oriental durante·· el mes de
febrero.
miradas indiscretas, en medio de un bosque de ro,.
bles. Durante tres meses estuvo pidiendo a Pohl; J. Grúpo de ejércitos Curlandia 20 divisiones
Obérgruppenführer de la SS, la suma para comprarle ... Totat ........................ 232.000
la villa a los hijos de los bailarines de la ópera Efectivos ..................... 110.000
muertos duraBte un bombardeo. Pedían mucho· po.r. 2-. Grupo de ejércitos Norte ... 28 divisiones
.! Total ........................... 384.000
' Efectivos .................. 141.000
ella,y Pohl, responsable de la política
·• .·. tl.- la· SS y SD, se negaba categóricamente. económica de.:·.. "' 3. Grupo de ejércitos Vístula ... 37 divisiones
-¡ Se ha vuelto usted loco! -decía-. Puede alqui- ::.·· Total ........................... 5Z7.000
.lar algo -más modesto. ¿Por qué este afán de lujo? Efectivos ... ... ... ... ... .:. 280.000
¡ No podemos despilfarrar dinero a tontas y a locas!··
¡ Es eshonesto actuar ,así con la nación que soporta 4. Grupo de ejércitos Centro ... 43 divisiones
el peso de la guerra·! Total ........................... 413.000
. Efectivos. . . ... ... ... ... ... 191.000
,
Stirlitz tuvo que hacer venir- a su jefe, Walter ; 5. Grupo de ejércitos Sur ... 35 divisiones
Schellenberg, dirigente del espionaje poHtico del ser- :: Total .....·. ...............
vicio de seguridad, Brigadeführer de la SS. De treinta; 449.000
Efectivos .................. 143.000
y cuatro años, fino conocedor de 1a ·belleza, intelec-· Total de fu!!rzas ... .. . ... 2.005.000
tual' y hombre perspicaz, Schellenberg comprendía Total de efectivos ... ... ... 865.000
perfectamente que era imposible encontrar otro sitio C
mejor para entrevistarse con agentes de alto nivel.
La compra se había realizado a través de testafe
rros, y un tal Bolsen, ingeniero jefe de Robert Ley,
planta química del pueblo, obtuvo la autorización'\.!
para utilizar la villa. Él mismo contrató a un guar,
dián por un sueldo alto y buenas raciones extras. Bolsen era Fuente: Teniente coronel del Ejército de 'za reserva.
el Standartenführer de la SS Von Stirlitz. ·.. JUSTAS•.
.. . Después de poner la mesa, Stirlitz conectó la
radio. Londres transmitía una música· alegre. La or De Schwarz a Alex.· Desde Viena.
questa del norteamericano Glenn Miller ejecutába
una pieza de la Sun Valley Serenade. Esta película le Contenido: Fuerzas del. Ejército de reserva, con
· había gustado tanto a Himmler, que se compró una ·;,, fecha de 2 de eriero de 1945:
copia en Suecia. A partir de entonces la proyectaban,· ;,
con frecuencia en el sótano de Prinz-Albrechtstrasse personal de reserva, incluidos los con 546.000
valecientes ... ... ·... ... ... ... ... ... ..
a)
sobre todo durante los l;>ombardeos nocturnos, en qu '
-Hoy puede irse a la ciudad,
.

resultaba imposible interrogar a los detenidos.


Stirlitz llamó al guardián. a ver a sus hijos
\
b) personal .permanente en ·las unidade;

(
-le dijo . Venga mañaná a las 6 de_ la mañana,
de· entrenamiento ·
c) cadetes de las es ;t l ; /
¡Ú,
tares ... ·......
r; s "
147.000
113.000

29
Fuente: Mecánico del servicio técnico de la zona
d) en los hospitales 650.000
e) milicias populares... ...... ...
... ...
... ...
... 205.000 fronteriza.
f) unidades de guarnición ... 18.500
GISELA.
g) otros servicios y unidades
143.000 De Thomas a Alex. Desde Leipzig.
·
h) personal no clasificado ;.. 310.000 El Banco del Comercio transfiere cada día consi
Total 2.132.500 derables sumas de dinero a los Bancos españoles (no
Fuente: Documentos taquigrdf se ha podido averiguar aún a cuáles). De 100.000 a
icos del Estado 400.000 marcos depositan los miembros del partido
.Mayor. 0 sus esposas. Según los datos obtenidos, este dinero
SCHWARZ. no puede perteñecerles.
Fuente: Cajero del Banco.
De Greta a Alex. THOMAS.
Documentos obtenidos· permiten calcular que, en enero
de 1945, la industria de Alemania producía: Todos estos datos, enviados a Alex, jefe del espio
naje soviético, fueron verificados minuciosamente
Municiones ... ... ... hasta donde fue posible. El triple control confirmó la
3 veces más que en 1941 veracidad de las comunicaciones recibidas. Después
Armamentos ... ... ·2 veces más que en 1941
Tanques ...... fueron enviadas a todos los miembros del Comité
7 veces más que en Estatal de Defensa. . .
Aviones
Buques ...... 1941 El jefe del espionaje suponía, con razón, que en los
3 veces más que en 1941 próximos días tendría una tarea sumamente comple
1 ½ veces más que en
.1941
Fuente: Secretario del asesor de Speer, ministro Cinco de estos coches partieron ayer para Suiza.
de Planificación y Armamento del Reich..
GRETA 30

De Siegfried a Alex. Desde Copenhague: .


Ayer, dos altos oficiales del SD subieron a bordo
de un yate con bandera española. El yate, Azul del
cielo, zarpó rumbo a Estocolmo. Los oficiales del SD,
provistos con documentos de ingenieros-hidrólcigos,
embarcaron en él. Fueron despedidos por Schellen berg,
jefe del espionaje político.
Fuente: funcionarios portuarios de cuarentena.
· SIEGFRIED.

Gisela a Alex. Desde Munich.


A la sección local de seguridad llegan autos de altos
oficiales de la SS. Aquí toman ·otros automóviles, casi
siemp,:e de marcas francesas o .norteamericanas,· y
van a Suiza. · ·
ja, porque la situación se presentaba interesante, •
bastante complicada y con muchos. interrogantes.
-Para cualquier imprevisto, póngase en contacto
con la sección de radio -dijo a· su secretario-. Que
preparen una transmisión especial para Justas.. Nada
concreto: que espere· una misión. Hay indicios que
me hacen suponer que la cumplirá. Tengo muchas
esperanzas de que .será así y de que será la última.
(Del expediente del miembro del NSDAP (1), inicia do
en 1930, Brigadeführer SS Krüger: «Ario genuino,
fiel al Führer. Carácter nórdico, duro, sociable, trata
bien a los amigos. Implacable con los enemigos del
Reich. Hogareño. No ha tenido relaciones compro
metedoras. En el trabajo es el maestro
insustituible
en su oficio...»)
Después de que los rusos irrumpieron en Cracovia
en enero de 1945, y la ciudad, tan cuidadosamente
minada, quedó intacta, Kaltenbrunner mandó
llamar

(1) Partido Nacionalsocialista Obrero Alemán. - N. del


traductor.

31
t a Krüger, jefe de la Sección Oriental ·de la Ges-
apo. f' . · , cietuviese en su carrera y levantara las patitas; pero
--¿Tiene usted alguna justificación lo su 1c1ente- conocía bien las relaciones :dentro de la SS: cuanto
mente objetiva para que el Führer pueda creerlo? -:-=-le mayor fuese el rigor con que se castigase a sí mis-
preguntó Kaltenbrunner. . . . .. mo, tanto más suave sería Kaltenbrunner o cualquier
Aunque simplón y cándido en apanenc1a, Kruger otro en su lugar.
esperaba aquella pregunta y tenía preparada su res- -No se comporte como una mujer -replicó Kal-
puesta. Pero debía mostrar to_da una gama de rea - tenbrunner, encendiendo. un cigarro; Krüger
com, ciones: quince años de estancia en la SS Y el part1- prendió que su línea de conducta había .sido corree-
do le habíari enseñado a actuar. Sabía que era tan ta: .se había salvado. Había que analizar el fracaso
inconveniente contestar en seguida ccimo negar por ,, para que no se repitiera jamás.
completo su culpabilidad. Había aprendido la exac- kl' Krüger dijo:
titud y el control de su conducta en todos los luga- '1 Obergruppenführer, ·sé que mi culpa es enorme.
res y circunstancias. Hasta en su propia casa se des-.. ·.1 Pero '!ui iera qu.e escuchara usted al Standartenfiih
cubría transformado en un hombre completamente . rér Stirhtz. Estaba al tanto de nuestra operac1on, y
distinto. Al despertarse por la noche permanecía a · ··• ... puede confirmar que todo había sido preparado a
veces duran.te la_rgo rato co? los ojos abiert s, escu-. " concienc a. A_él lo ascenclie_ro?, mientras que a I?,í....
chando el silenc10: le parecia que mcluso alh, en un ·: -¿Que tema que ver Stirhtz con esta operac1on? ·
cuarto oscuro, alguien de ojos fríos y serenos conti- . -Kaltenbrunner se encogió de hombros-. Trabaja-
nuaba observando. Al principio hablaba con _su mu-. ba en el servicio de ·espionaje y se ocupaba de otros
jer por la noche, en un susurro; pero, a medida ..que asuntos en Cracovia. .
iban desarrollándose técnicas especiales -y Krug<;:r -Sé que se ocupaba de un V-2 (1) perdido, pero
. mejor que nadie conocía sus éxitos-, dejó de decir consideré que mi deber era informarle de todos los
. en voz alta lo que a veces se permitía- pensar. Hasta detalles de nuestra operación. Pensé que a su
regre- en el bosque, paseando con su mujer, callaba o leso le comunicaría al Reichsführer o a usted·
cómo hablaba de nimiedades, porque le parecía que en el habíamos organizado todó el asunto. Esperaba ins-
Centro ya habían inventado un aparato capaz de gra- trucciones adicionales de usted, pero nunca recibí
bar a grandes distancias. . nada.
Así, paulatinamente, se había operado lá t ansfor- W -¿Estaba incluido Stirlitz en la lista de personas
mación. El Xrüger de antaño había desaparecido; _en -'' que debían conocer esta operación?
su lugar, y en la envoltura de un hombre. c :moc1do -No lo sé.
"por todos, sin ningún cal!lbio externo, existia otro, Kaltenbrunner llamó al secretario:
creado por el anterior, desconocido para todos, que -Averigüe, por favor, si Stirlitz, de la sexta sec-
no sólo tenía miedo a decir las verdades, sino que ción,-estaba incluido en la lista de personas elegidas
temía incluso pensar estas ve a es. . . para llevar a cabo la «Operación Scpwarzfeuer» (2).
-No -dijo Krüger con sentimiento, runc1endo el. , Cuando el secretario hubo salido, Krüger compren-
ceño y ahogando a duras penas un suspiro-, no ten- ., ,dió que había desviado demasiado pronto el .golpe
go una justificación suficiente... Soy soldado, la gue- :t! ''hacia Stirlitz y dio marcha atrás.
rra es la guerra y no espero indulgencia alguna. -Toda la culpa es mía -continuó, inclinando la
Jugab con p ecisi n. Sabí que mient:as más se- cabeza y hablando en voz baja y con dificultad-.
vero fuera·consigo mismo, mas desarmana a Kalten- · Para mí sería terrible que. castigara usted a
Stirlitz. brunner. Nada hac_e rabiar tanto a ..un algo como Lo respeto profundamente como a un
luchador fiel.
la huida de una liebre. Claro que Kruger ignoraba el
comportamiento de un galgo ante una liebre que (1) Proyectil-cohete teledirigido. - N. del. T.
sé (2) Fuego negro. -N. del T.

32 33
3- DIECISIETE INSTANTES DE UNA PRIMAVERA
Jo relativo a la operac1ori. Ya pensaremos después
No tengo justificación, y sólo podré expiar mi culpa dónde mandarlo. Hay poca gente ·y mucho trabajo,
con mi propia sangre en el campo de batalla. Kr:üger. Mucho trabajo.
-¿Y quién va a luchar contra los enemigos aquí? Cuando Krüger se hubo retirado, Kaltenbrunner
¿Yo? ¿Solo? Es demasiado sencillo morir en el frente llamó a su secretario:
por la patria y por el Führer. M.uc o más ifícil e;S -Revise todo lo concerniente a· Stirlitz en los
últi- vivir aquí, bajo las bombas, y ehmmar las mmund1- mas dos años, pe o de modo que no se entere Sche-
cias con hierro candente. ¡ Aquí no sólo se necesita llenberg. No hay por qué alarmarse: Stirlitz es un
valor sino cabeza! ¡ Y ca!Yeza inteligente, Krüger! funcionario valioso y un hombre valiente, no debe-
Kriiger comprendió que no lo enviarían al frente, ;; mos arrojar sobre él ninguna sombra cie sospecha.
que era el castigo más terri?le. T_errible no J?ºr las.,¡t..,- Simple ente es un chequeo . utuo y de rutina ent
balas rusas- por supu sto, el sena un gr n Jefe n ·':lj'P' campaneros... Prepare tamb1en una orden para Kru-
el. frente-, sino, simplemente, porque sabia el od1?· ····.-1.·.. · ger: lo mandaremos como segundo jefe de la
Gestapo feroz que los oficiales del Ejército tenían .a los anti- , a Praga/ que ahora es un lugar caliente.
guas funcionarios del SD. Siempre buscaban un pre- .
texto para someter a la gente del SD a los procesosA
del partido o a un tribunal militar, y allí no se podía_ _. ,
esperar misericordia; las leyes del frente son las de'
la muerte... µ
El secretario abrió sigilosamente la puerta y puso
sobre la mesa de Katteñbrunner varias carpetas del
gadas. Kaltenbrunner las ojeó y, tras una exclamación
de asombro, dijo: ·
-Gracias. Averigüe, por favor, si Stirlitz visitó a
los jefes después de su regreso de Cracovia, y si lo
hizo, con quién se entrevistó. Averigüe, además, qué
problemas se discutieron.
-Ya lo he hecho -dijo el secretario-, por si aca- l
so. Al regreso, Stirlitz comen ó a trabajar inmedia- ·"
tamente en el asunto del transmisor estratégico que
envía informaciones a Moscú...
Kr-üger se acordó de cuando escuchó en· Crac;ovia
11;1. conversación, grabada, que sostuvo el coronel del
Ejército, Berg, con el general Neubuth, ·en la que el
coronel pedía que lo mandaran al frente. Krüger de cidió
imitarlo: imáginó que, como todas las personas
· crueles, Kaltenbrunner sería muy sentimental. 11"· •,.;;
-Sin embargo, Obergruppenf ülzrer, pido su permi- ·
so para ir a la primera línea-de combate.

·¡
--Siéntese -elijo Kaltenbrunner- y no se mues,
tre como una Gretchen·o). Hoy puede descansar,
pero mañana escríbame detalladamente, paso a· paso,
de muchacha tím;d, y ,e t,da. - Noto
(1) Sinónimo
·del ,traductor.

34
12-11-1945 (18 h 38 min)

,_.•,. «-Pastor, ¿qué cree usted que predomina en eJ ser


humano, el hombre o la bestia?
»-Creo que en el hombr:e están equilibrados a par-
tes iguales.
»--No puede ser..
»-Sólo puede ser así.
»-No.
»--De lo contrario, uno de los dos ya habría ven
cido hace mucho tiempo.
»-Ustedes nos reprochan que apelamos a los bajos
instintos y relegamos lo espiritual a un plano secun
dario. Lo espiritual es verdaderamente secundario.
Lo espiritual crece como los hongos con levadura
básica.·
" . »-¿Qué levadura ·es ésa?
»-La ambición. Lo que ustedes llaman lujuria, yo
lo llamo un deseo sano. de acostarse cori una mujer
y hacerle el amor. Ser el primero en el trabajoes una
sana· aspiración. Sin estas aspiraciones habría cesa
do el desarrollo de la Humanidad. La Iglesia ha
hecho muchos esfuerzos por frenar este desarrollo.
¿Comprende usted a qué período de la Iglesia me
-refiero?·
»-Sí, sí, por supuesto, lo conozco. · Conozco per
fectamente ese período, peró también conozco otras
cosas. No veo la diferencia entre sus opiniones sobre
el hombre y las que tiene el Führer.
»-¿De veras?
»-Sí. E.l ve en el· hombre una bestia ambiciosa.
Sana, fuerte y ansiosa de ganaFse el espacio vital.
»-No se imagina hasta qué punto está equivocado,

37
porque el Führer no ve en cada alemán simplemente »-Constantemente evita usted, de una h1anera muy
una bestia, sino una bestia rubia. moral, contestar las preguntas que me
atormentan.
»-....'.Pero usted ve en cada hombre una bestia en No me dice ni "sí" ni "no", pero a todo hombre

I
general. que busca la fe le gusta lo concreto: un solo "sí" y
»-Veo en cada hombre su procedencia. Y el hom- un solo "no". Usted siempre ofrece "sí-no", "mejor .
bre procede del mono. El mono es una bestia. dicho, no", y todos los matices semánticos del "sí".
»-Aquí es donde divergen nuestras ideas. Usted Y esto es lo que odio profundamente; no tanto su
cree que el hombre procede del mono, pero no ha método,. como su práctica.
visto el mono del que surgió el hombre, ni tal mono »-Usted desaprueba mi práctica. Está claro...

··r
Sin le ha dicho nada sobre el asunto. No lo ha palpado,· embargo, usted, en la práctica, al fugarse del
campo no puede palparlo. Usted lo cree, porque tal creen--.. . de concentración, se dirigió precisamente a
mí. Sería cia corresponde a su formación espiritual. interesante saber cómo lo explica.
»-¿Acaso Dios le ha dicho que creó al hombre? . »-Simplemente, demuestra una vez más que en
»-Por supuesto que no, nadie me ha dicho nada cada hombre, como usted dice, existe lo divino y lo
y no puedo demostrar la existencia de Dios. Es im- simiesco. Si en mí hubiera predominado lo divino,
pósíble de demostrar; sólo se puede creer en él. no me habría dirigido a usted. No me habría esca,.
Usted cree en el mono, yo creo en Dios. Usted cree Á\)c, pado, habría aceptado morir a manos de los verdu-
en el mono, porque ello corresponde a su formación . gos de la SS y les habría ofrecido mi otra mejilla
espiritual; yo creo en Dios, porque ello corresponde para despertar en ellos algo humano. Ahora bien, si
a la mía. usted hubiera caído en sus .manos, me pregunto si
»-Está usted tergiversando algo las cosas. No creo habría ofrecido la otra mejilla o tratado de evitar
en el mono. Creo en el hombre. el golpe,
»-'-Que procede del mono. Usted cree en el mono, »-¿Qué significa ofrecer la otra mejilla? De nue-
en el hombre. Yo creo en Dios, en el hombre. vo proyecta usted mi alegoría bíblica sobre la ma-
,,_y ese Dios, ¿está en cada hombre? quinaria real del Estado nazi. Una cosa es poner Ia
»-Por supuesto. ' mejilla en la parábola, que, como ya le líe dicho, se
»-Pero, ¿dónde está en el Führer? ¿Dónde está,·
en Gc:;,ering? ¿Dónde está, en Himmler?
. »-Es una pregunta difícil. Estamos hablando so-· 't trata de una alegoría de la conciencia humana, y otra
,.. cosa e ¡- caer en la maquinaria que no te pregunta si
ofreces o no la otra mejilla. Significa caer en una
bre la naturaleza humana.. Claro que en cada uno ' maquinaria que por principio, por su misma idea,
de esos villanos se pueden encontrar las huellas del carece de conciencia. Naturalmente que a una rná-
ángel caído. Pero, desgraciadamente,·toda su natura- quina, a una piedra en el camino o a una
pared l za se sometió hasta tal punto a las leyes de "la cruel- contra la que uno choca, no se les puede
tratar dad, necesidad, mentira, bajeza y violencia, que en como si fueran seres vivientes.
ellos prácticamente no queda ya_ nada humano. Pero, t »-Pastor, me resulta· embarazoso preguntársel0.
en principio, no creo que el hombre, al nacer, traiga . Tal vez robe un secreto suyo, pero la señora Bisen necesariamente
cqnsigo la maldición de su . deseen- stadt me dijo... Quizá lo dejó escapar sin darse cuen- dencia del mono.
· ta, y no me atrevo a hacerle la pregunta... ¿ Es cierto
»-¿Por qué la maldición de la descendencia del que, en una ocasión, fue detenido usted por la Ges-
mono? · tapo?
»-Hablo mi propio idioma. »-¿Qué puedo responderle? Sí, estuve allí...
»-Entonces, ¿se puede aprobar la ley de Dios de· »-Comprendo. No quiere abordar el tema, p9rqile
aniquilar a los monos? es un_ problema delicado. Pero, ¿no cree usted, pas-
»-Probablemente
no. . tor, que, después de la guerra, sus feligreses no le
38 'o / . . 39
J
tendrán confianza? :dos al ostracismo por parte de los nazis y de la
»-Tantas personas han sido detenidas y encerra.' ··Iglesia.ortodoxa.
das en las cárceles de la Gestapo... ,»-Fueron condenados por la Iglesia ortodoxa, por
»-¿Y si alguien les dijera que su ·pastor era en- la sencilla razón de que usted interpretaba al
horn- viado como provocador a las celdas de los otros pre- bre de manera incorrecta.
sos que no regresaron? Los que volvieron, como ·: »-Yo no interpretaba l hombre. Mostraba el
us.ted, son pocos entre millones... Sus feligreses mundo de ladrones y prostitutas que vivían en los
lo creearán. ¿A quién, entonces, predicará la verdad? tugurios de Bremen y Hamburgo. El Estado de Hitler
"""""Por supuesto, que empleando esos métodos se lo llamó una calumnia vil a la raza superior, mien-
puede aniquilar a cualquiera. En ese caso, nada po- tras que la Iglesia lo llamó calumnia al hombre

dría mejorar mi situación.


»-Entonces, ¿qué?
»-:-P.ues que lo negaría. Lo negaría hasta más· no
poder, lo negaría hasta que me oyeran. y si no me
I··v .
"" roo.
»-No les tenemos miedo a las verdades de la
vida.
mi5;-

»-¡ Sí que les tienen! Yo mostraba cómo esta gen-


oyeran, me móriría interiormente. te trataba de acudir a la Iglesia y cómo la Iglesia
»-Interiorme9te. O sea, que seguiría siendo un . los rechazaba. Hasta los feligreses los rechazaban, y
hombre vivo, de Carne y hueso, ¿no? · el pastor no podía oponerse a ello. ,
»-El Señor juzga. Si ha de seguir así, seguiría »-Por· supuesto que no. No critico a usted por la
siéndolo, _ verdad. No lo critico porque haya mostrado es.a
»-Su religión, ¿se opone al suicidio? verdad. Tenemos opiniones distintas en los pronós-
»-Eso me impediría suicidarme, ticos del futuro del hombre. ·
»-¿Qué hará sin la posibilidad de predicar? »-Pastor, ¿no le parece que en sus respuestas no
»-Creeré sin predicar. es us.ted un pastor, si110 un político? ·
»-¿No ve usted otra salida: trabajar junto con »-Lo que pasa es que usted me juzga con sus·
pro- todos? pios patrones. Me ve en una sola dimensión política.
»-¿Qué entiende con la palabra "trabajar"? De igual modo se podría ver en la .regla logarítmica
»-Cargar piedras para construir los templos de :l. un objeto para _clavar clavos. Con la regla es
posi- la Ciencia, por ejemplo. \L ble hacerlo, porque tiene longitud y una masa
cono-
»-Si un hombre que se ha graduado en Teología Y cida. Pero ésta es su décima o vigésima función. Lo
sólo puede servir a la sociedad cargando piedras, no que importa_ es que con su ayuda se pueden hacer
tengo nada más que decirle. En este caso, lo mejor cálculos Y no sólo clavar clavos.
es volver al campo de .concentración e incinerarse .• -Pastor, le estoy haciendo preguntas, p ro usted
en el crematorio... me clava a mí los clavos sin contestarme. Muy
hábil-
»-Solamente le digo "en caso de". Me interesa oír ·mente, me convierte de uno que plantea las
pregun_- sus conjeturas; es decir, la proyección de sus idéas tas, en el que las contesta. ¿Por qué dice usted
que hacia el futuro. está fuera del combate, cuando participa .en él?
»-¿Le parece a usted que un··hombre que se diri »-Es cierto. Estoy en _el combate ·y; efectivamente,
ge a los feligreses con un mensaje espiritual es sólo estoy en guerra, pero yo lucho contra la guerra mis-
un vago y un charlatán? ¿No cree que realiza un tra- ma.
bajo? Para usted, el trabajo es cargar piedras, pero »-Usted discute de modo muy materiaÍista.
yo creo que el trabajo espiritual no sólo debe ser »-Discuto con un materialista.
considerado como cualquier otro trabajo, sino que es »-Entonces, ¿puede usted combatirme con
.mis particularmente
»-Soy periodista, importante. .
y _mis artículos fueron sometí- . propias
»-Me armas?
veo obligado a hacerlo.
40

l
»,-Escuche... Én nombre del bien de sus feligre ses,
necesito que se ponga en contacto con mis ami gos. Le les que he visto, pero parece tan decente y encan tador...»
daré la dirección. Le confiaré la dirección de mis Stirlitz volvió a la mesa, se sentó frente a Klaus
camaradas ..·. Pastor, usted no traicionará a los y le sonrió.
inocentes...» -Bien -dijo-, entonces, ¿está usted seguro de que
el viejo le arreglará los contactos? · -
· -Sí, eseproblema está resuelto. Me encanta tra
Acabada de oír la grabación, Stirlitz se levantó bajar on intelectuales y curas. ¿Sabe?,· es tremendo
rápidamente y se alejó hacia la ventana, para no ver cómo un hombre va a ·1a muerte. A veces me gus
encontrarse con_ la mirada del que ayer había pedido taría decir a alguno: «¡ Detente, tonto! ¿Adónde .
ayuda al pastór y ahora sonreía maliciosamente escu
chando sl.i voz, tomando coñac y fumando ávida que no vale la pena hacerlo -dijo Stir-
mente. sería poco razonable.
-¿No tenía cigarros el pastor? -preguntó Stirlitz tendrá usted cónservas de pescado? Me
siñ volver la cabeza. loco si no como pescado. Es el fósforo, ¿sa-
Estaba junto a la enotme ventana, que ocupaba be? Las células nerviosas lo exigen... ·
toda la pared, y veía cómo los cuervos se peleaban en -Le conseguiré buenas conservas de pescado.
la nieve disputándose el pan. El guardián recibía ¿Cuáles quiere?
ración dobJe de comida, y le gustaban mucho las -Me gustan en aceite.
aves. No sabía que Stirlitz pertenecía al SD, y esta
ba completamente convencido de que la villa era -Entiendo... ¿De qué producción? ¿Nuestra o...?
propiedad de homosexuales o magnates finanderos: --:-«O» -se rió Klaus-. Aunque no sea patriótico,
nuncá había estado en ella una sola mujer, y cuando me gustan mucho las comidas y bebidas de Norte
se reunían hombres, hablaban en voz baja, y sus co américa y Francia...
· -Le conseguiré una caja de genuinas sardinas
midas ;¡ bebidas eran· exquisitas. Casi siempre, nor
_ francesas. El aceite es de oliva, muy picante... Un
teamericanas y de primera caHdad. montón de fósforo... ¿Sabe?, ayer examiné su expe
-Sí, allí sufría mucho por falta de tabaco... El diente...
viejo hablaba en exceso, y estuve a punto de ahor
carme por no poder fumar. -Pagaría lo quefuera por verlo, aunque fuese con
un solo ojo..'.
El agente se llamab Klaus. Lo había reclutado dos
-No crea que es tan interesante... Cuando usted
años antes. Él mismo lo había pedido: el ex correc
. habla, se ríe o se queja de dolor de hígado, es impre
tor ansiaba sensaciones fuertes. Trabajaba artística
sionante si tenemos en cuenta que ha llevado a cabo
mente, desarmando a sus interlocutores con -la since
hace poco una ardua operación... Siñ embargo, su
ridad y brusquedad de sus opiniones. Se le permitía
expediente es aburrido: informes y más informes.
hablar de todo, pero su trabajo debía dar resultados
Todo se ha mezclado: sus denuncias, las denuncias
Y ser rápido. Stirlitz, que había estudiado bien a
contra usted. No, no es interesante... Es curioso lo
Klaus, le tenía inás miedo en cada nueva entrevista.
otro: calculé que, según sus informes; y gracias a 'Su
«¿No ·estará enfermo?- -pensó una vez-. La sed
iniciativa, fueron arrestadas 97 personas'... Nadie di
de trai ión es también una especie de enfermedad. jo nunca riada sobre· usted. Nadie. Y en la Gestapo
_ Es curioso: Klai.is, de ninguna manera se ajusta a los «trabajan» con bastante dureza...
Lomb:oso (1). Es más terrible que todos los crimina- -¿Por quémehabla de eso? ,
'. (1) .ce:are Lombroso ·(1835-1909): psiquiatra y crimina lista No lo sé ... Trato de analizar... ¿Le dolió alguna
1tahano, precursor de la llamada corriente antro pológica en vez cuando era detenida la gente que albergaba?
el Dereclfó· criminal burgués. - N. del T. -¿Usted qué cree?
42 43
' .
tros de un puesto de guardia. Durante el bombardeo
de perdonarse su propia falta de accwn, pero la no se oyó el golpe seco del disparo de pistola. Calcu-
posteridad, jamás. Por eso no puedo perdonarme m{ Ió que Klaus caería directamente al agua, desde una
inacción. Es peor que la traición. Me voy. Justifíque- plataforma de hormigón donde antes se pescaba, y
se si pueae. Que Dios .le ayude. ¿Qué tal está? ¿Bien? que no quedarían huellas de sangre en el rugar. De
· -Magnífico. Dígame, ¿juega usted a sí mismo? todos modos, esto no era importante: por la noche
-Naturalmente. Vivo miles de años, pues traba- llovía Y nevaba. De aquí que no fuese·comprometido
jando con uno y otro hombre, juego a mí mismo; no el hecho de que, de momento, quedara alguna san-
a! que está sentado ante usted, sino a uno distinto, gre.
desc011ocido para mí mismo, sorpresivo, guapo, va- Klaus cayó al agua como un saco. Stirlitz arrojó
tiente, fuerte... la pistola al lugar donde había caído el cuerpo. La .
-¿Nunca ha intentado escribir? . .· . versión del suicidio por agotamiento nervioso había
-No. Si pudiera, tal .vez me habría convertido..: -\,vÍ/' sido elaborada de modo convincente (las cartas fue-
- Kla us calló de pronto y miro.· furtivamente a Stirlitz. . ron escritas por el mismo Klaus). Luego se quitó los
· -Continúe, muchacho... Hablamos con sinceridad 1 · guantes y se dirigió a su automóvil a través del bos
¿no es cierto? ¿Ha querido usted decir que sí pudier; 1 que: Estaba a cuarenta kilómetros de Am Dorf. Allí
escribir tal vez empezaría a trabajar para nosotros? .¡ vivía el pastor Schlag. Stirlítz calculó que estaría en
Algo por el estilo. - su casa dentro de una hora. Lo había previsto todo,
-No por el estilo -rectificó Stirlitz-, sino preci- incluyendo la posibilidad de la coartada del tiempo...
samente eso. ¿No es así?
-Sí.
-¡Muy bien! ¿Qué sentido tiene mentirme? No Del Centro a Justas: .
tiene sentido alguno. Tome su whisky y vayámonos. ¿Sabe algo de los contactos nazis con los diplomá ticos
Ya ha oscurecido y creo que pronto empezarán los occidentales en Estocolmo? Si lo sabe, ¿de qué se
bombardeos. trata? ¿Qué puede decirnos de Kleist, colaborador de
-¿Está lejos la casa? Ribbentrop?
-En el bosque, a diez kilómetros. Allí hay tranqui-
lidad; dormirá hasta mañana...
Ya en el automóvil, Stirlitz preguntó: De Justas al Centro:
-¿Dijo algo sobre el ex canciller Brüning? En mi opinión, por ahora son imposibles los con
-Lo puse en mi informe.· -En seguida se encerró tactos serios de. los nazis con el Occidente. Según
en sí mismo-. Temí apretar demasiado... · orden de Hitler, el Reichsführer SS Himmler declaró
-Actuó bien... ¿Tampoco habló de Suiza? que castigaría con la pena de muerte a todos los·
-Tampoco. traidores que trataran de establecer contacto con los
-Bien. Lo abordaremos por otro lado. Lo impor- aliados. El doctor Kleist es un confidente de la Ges
tante es que estuviera de acuerdo en ayudar a un tapo en el Ministerio de Asuntos Exteriores. Como se
comunista. ¡Vaya un pastor! 1 ha podido averiguar, en el pasado no tuvo ninguna

relación seria con Occidente. Su misión en Estocol


mo estaba relacionada con probletnas de protocolo, y,
Stirlitz mató a Klaus de un tiro en la sien. No le de acuerdo con mis datos, o se le ha ordenado
dijo -como suele ocurrir en Jas películas- por qué" establecer relaciones con los aliados.
lo mataba ni en nombre de quién. Estaban en la ori lla JUSTAS.
del lago cuando la aviación aliada comenzó el
bombardeo.· Era una zona prohibida, pero Stirlitz
· sabía exactamente que se encontraba a dos kilóme-
47
46
Ernst Kaltenbrunner, jefe del Servicio de Seguri-
dad del Reich (SD), hablaba con fuerte acento vienés,· que razonan con precisión y con vistas al futuro....
que él sabía irritaba al· Führer y a Himmler. Por Cuárto: el transmisor portátil que, a juzgar por la
ello, durante algún tiempo recibió clases de un famoso clave, trabajaba para el servicio de espionaje estraté·
fonetista, para aprender el genuino Hochdeutsch (1), gico de los bolcheviques, y del que se ocupaba Stir-
pero sin éxito: amaba a Viena, vivía de Viena y no. litz, sigue funcionando en los· alrededores de Berlín.
lograba imponerse hablar en Hochdeutsch ni una Me sentiría feliz, Müller, si usted, de inmediato, sin
hora al día, para sustituir su dialecto vienés· alegre, esperar a que nos traigan sus papeles, pudiera refutar
aunque, en verdad, algo vulgar. últimamente, Kal- mis sospechas. Simpatizo con Stitlitz, y me gustaría
tenbrunner había dejado de imitar a . los alemanes que usted desmintiera con pruepas documentares es-
Y. hablaba con todos del-mod,o,en que debía hablar: . tas sospechas que han surgido en mí de improviso.
· én vienés. Con los subordinados ni siquiera hablaba..,,,· Müller había trabajado toda la noche, le zumbaba
el vienés, sino un dialecto de Innsbruck. Los·austría- la cabeza, y ·respondió sin sus bromas· habituales.
cos de las montañas hablaban de una manera total· -Nunc·a he recil:!ido información negativa sobre él.
mente distinta y a veces le gustaba a Kaltenbrunner En nuestro trabajo nadie está asegurado contra erro-
desconcertar a - sus colaboradores, quienes temían res y fracasos.
preguntar el significado· de una palabra incompren- -O sea, ¿le parece que mi error es enorme?
· sible para ellos y se sentían extremadamente confu.
sos, desorientados.
·.•.· En la pregunta de Kaltenbrunner había acent'Js
duros, que Müller, a pesar del cansancio, supo
captar.
-No Siblitz, sino Stirlitz -rió, al teléfono, Kalten- -Bueno... -replicó, titubeando-: Cuando apare-
brunner-. Creo que en el personal no hay ningún ·ce una sospecha, debe analizarse desde todos los
Siblitz, y sus agentes no me interesan. Sí, por favor, ángulos; si no, ¿para que sirve mi departamento?
y, a ser posible, rápido. Gracias. Lo espero. Podrían considerarnos vagos, que. quieren evadir el ·
Miró al Gruppenfilhrer SS Müller, jefe de la Gesta- frente. ¿Tiene algunos hechos más? -preguntó Mü·
po, y dijo: Her.
-No quisiera despertar en usted la maligna qui. Kalte'nbrunner tosía y se tapaba la boca con la
mera de sospecha!> en relación con unos compañeros mano. El tabaco .le hizo toser durante largo rato, su
de partido y lucha común, pero los hechos dicen lo cara se tornó azul,_ y las venas del cuello se le hin·
siguiente. Primero: Stirlitz, aunque de manera indi- .\\i charon y amorataron.

extraña conjunción de circunstancias, quedó intacta, ·


I
recta, tiene algo que ver con el fracaso de la opera- ¡ -¿Qué quiere que le. diga? -dijo, secándose las
ción en Cracovia. Estaba allí, pero la ciudad, por una lágrimas-. No sé qué decirle... Pedí que se grabaran
sus conversaciones con mi gente durante varios días.
aunque debió estallar.. Segundo: investigaba la desa- · . Los que gozan de mi plena confianza hablan abierta-
parición de una V-2, pero no la encontró; pero 'lo mente sobre lo trágico de la situación, la estupidez.de
cierto es que desapareció, y· ruego a Dios que se nuestros militares, · el cretinismo de Ribbentrop, el
haya hundido en los pantanos de Vístula y Visloca... idiota de Goering y la terrible suerte que nos espera
Tercero: también ahora se ocupa de varios proble- ¿, a todos si los rusos entran en Berlín... En cambio,
mas relacionados con el arma de la venganza, y aun- ,7::;_,'";;1 Stirlitz responde: «Tonterías, todo va bien, la situa-
que por ahora no se puede hablar de fracasos, tam-. ción es normal...» El amor a la patria y al Führer no
poco vemos éxitos, ni avances, ni evidentes victorias. consiste en mentir· ciegamente a los amigos de tra-
Ocuparse de los problemas no sólo significa detener bajo... Me pregunto si no será un idiota. Tenemos a
a los descontentos. También significa ayudar a lbs muchos estúpidos. que repiten sin pensar los galima- ·
tías de Goebbels. Pero no, no es un idiota. ¿Por qué,
.(1) Alemán. literario. -N. del T. entonces, no es sincero? Desconfía de todos, o teme
o planea algo y quiere que lo vean inmaculadamente
48
;! 4 - Dll:CISIETt:: INSHNUS DE L'NA PRIMAVER.%
49
(1) Refugio subterráneo de Hitler. - N. del

', :r"':,;! :'. i,G '::,r 1::.,


1
;: '
T.
(2) ¡Salud! - N. del T.

':
trales... Me pregunto:
viera, ¿no se ligaría
c.a nallas? Y no puedo contestarme exactamente en
sentido positivo o negativo...
Müller preguntó:
-¿Quiere ver su expediente o me lo llevo?
-Llévesélo -respondió Kaltenbrunner con astucia,
pues ya había tenido tiempo de estudiar todos los
materiales-. Tengo que ir a ver al Führer en se-..c;o
.

Müller miró a Kaltenbrunner interrogativamente. ,,


Esperaba que le diera noticias frescas del Bunker (1), ·•
pero Kaltenbrunner no dijo nada. Tiró de la gaveta·
inferi<;>r de la mesa, . acó una botella e «Napoleón», .
acerco la copa a Muller y le pregunto: ·'
!
-¿Ha bebido mucho?
-Nada en absoluto.
-¿Y por qué tiene los ojos enrojecidos?
-No he dormido. Mucho trabajo en Praga. Nues-
tros hombres están vigilando las organizaciones clan
destinas. En las próximas semanas ocurrirán allí co
sas interesantes.
-Krüger será una grán· ayuda para usted. Es', un·· .
magnífico funcionario, aunque. de poca im.aginación. ·.·t
Tome el coñac, esto le 'levantará el ánimo. ·-
...:..Al contrario, el cqñac me deprime. Me gusta la ,;..

-Éste no lo deprimirá -sonrió Kaltenbrunner-,


Prosit! (2)
Se lo bebió de un golpe, y la nuez de Adán le subió
rápidamente, como la de un alcohólico.
«Lo hace bien -pensó Müller, bebiéndose lenta
mente su coñac-. Seguro que ahora se servirá la se- .
gunda copa.» ·
.;,
Kaltenbrunner encendió los fuertes y baratos «Ka-A\
ro» y preguntó:
-¿Otra?
-Gracias .-dijo Müller-. Con mucho gusto. 'Es
bueno de verdad este coñac.
J(
Stirlitz había decidido terminar hoy más tempra
no, para trasladarse de Printz-Albrechtstrasse a
Nauen. Allí, en el bosque, en la bifurcación de cami
nos; se encontraba el pequeño restaurante de Paul, y,
lo mismo que uno o cinco años. atrás, el hijo de Paul,
Thomas el Cojo, conseguía milagrosamente la carne
de puerco y ofrecía a sus habituales clientes el ver
dadero Eisbein .( 1) con col, o, en el peor de los casos,
conejo fresco con. remolacha encurtida.
Cuando cesaban los bombardeos, era como si la·
guerra no existiera. Igual que antes, se oía en el toca
discos la voz gr ve de Bruno Warnke, cantando: ¡Oh,
15-11-1945 .(20 h 30 min) qué maravilloso ra estar allí, en Mogelsee ...!
Pero Stirlitz no había logrado aún salir. Entró
(Del expediente del miembro del NSDAP desde 1938, Holtoff y dijo: ·
Obersturmbannführer SS Holtoff, Sección IV de la Dirección d --'Estoy confundido por completo. O mi detenido
·seguridad: «Ario genuirio. El ca rácter se acerca al nórdico, fuerte. está psíquicamente enfermo, o tenemos que mandár
Mantiene buenás relaciones con los compañeros. Buenos índices en selo a ustedes, a los de espionaje, porque habla igual
el trabajo. Deportista. Implacable con los enemigos del Reich. que esos cerdos ingleses por radio.
Soltero. No ha tenido relaciones compromete doras. Fue condecorado
con órdenes. del Führer y felicitado por el Reichsführer SS...») . (1) Patas de cerdo. - N. del T.

51
Stirlitz fue al despacho de Holtoff y estuvo sentado un cobarde rebaño...
en él hasta las siete, escuchando los histéricos gritos -Espere_ -dijo S_tirlitz-. Un grito no es un argu
de un astrónomo detenido dos días antes en Wansee. mento. ¿Tiene algunas. proposiciones concretas'
Distribuía oc avillas escritas por él mismo: El texto -¿Cómo? -preguntó el astrónomo, asustado.'
difería en cada caso. Holtoff alargó a Stirlitz una La voz tranquila de Stirlitz, su manera de hablar
carpeta._ Stirlitz empezó a revisar las hojas arranca-· s.!n prisa y sonriendo ligeramente, causaron en el
das de una libreta escolar: «¡Alemanes, abrid los astrónomo una impresión contraria: en la cárcel se
ojos! ¡ Nuestros locos lideres nos llevan al desastre! habí.a acostumbrado .ª los gritos y a los puñetazos .
¡ I mundo nos maldice! ¡ Poned fin a la guerra, ren en la cara. Uno se acostumbra con rapidez y pierde la
d1os! ». Eran de este tenor en su mayor parte. Las costumbre lentamente.
había
Hitler!más
¡Sf cortas: «¡Nos dirigen maniáticos! ¡ NO a
a la paz! »

v .e,: ·
-Yo le pregunto: ¿Cuáles son su .prqposiciones
concretas?_ ¿Cómo debemos salvar a los niños, mu
Y ahora, sentado en un taburete atornillado al piso, .. ,,, je es X _anci os? ¿Qué propone _usted? Siempre es
el astrónomo gritaba por enésimá vez: _ mas fac1I cnt1car y renegar. Mucho más difícil re
-¡ No puedo más! ¡ No puedo, no puedo! ¡Quiero . sulta proponer. un programa razonable de acción.
vivir, simplemente vivir! ¿Entiende usted esto? ¡En • , -Rechazo la astrología -tras quedar
la monarquía, en el capitalismo, en el bolchevismo! pensativo
¡ No pue_do más! ¡ Me ahogan su ceguera, estupidez y , _durante largo rato, el· astrónomo continuó· lenta
locura! . ·· mente-, -pero admiro la astronomía. Me quitaron la
-¿Quién te ordenaba escribir las· proclamas? -Me cátédra en Kiel... , ·
tódicamente, en voz baja, Holtoff repetía-: Esa por -¿Por eso.eres tan rencoroso, perro? -gritó Hol-
quería no se te puede haber ocurrido a ti. ¿Quién toff. · ·
te transmitía los textos? Tu mano era dirigida por . -Espere -dijo Stirlitz, fruciendo el ceño con irri
una voluntad ajena, enemiga,. ¿verdad? ¿Con qué tacióll:-::-· No hay que gritar... Continúe, por favor...
enemigos te has puesto en contacto, dónde. y cuán, -V1v1mos en el ,año del Sol intranquilo.· Las explo
do? · siones de las protuberancias·, la transmisión de una
-¡ Nunca me. he puesto en contacto con na energía solar excesiva influye en los cuerpos celes
tes, y los planetas y estrellas influyen, a su vez, en
die! ¡ Tengo miedo de hablar hasta conmigo nuestra pequeña Humanidad...
mismo! '!( -Por lo queveo -le interrumpió .Stirlitz-·, usted·
¡Tengo miedo de todo! -gritaba el astrónom .
¿Acaso ustedes no tienen ojos? ¿Acaso no entien estupidez de una nación que ustedes han
den que todo está perdido? ¡ Estamos perdidos! ¿Aca convertido
so no entienden que cada nueva víctima es ya ·un
vandalismo? ¡ Ustedes repetían constantemente que 52
v1v1an en nombre de la nación! ¡ Váyanse entonces!.
¡Ayuden· al resto de la nación! ¡ Están condenando .a
morir a niijos desgraciados! ¡Son fanáticos, fanáti
cos ávidos que conquistaron el poder! ¡ Están bien
alimentados, fuman cigarros caros y beben café! ¡ Dé
jennos vivir como personas y no como esclavos enmu- ·

l
decirlos! -De pronto, el astrónomo quedó inmóvil,
se secó el sudor de la frente y concluyó eri voz baja-:
O, mejor, mátenme aquí rápidamente. E preferible
volve:se loco a comp,render nuestra impotencia, y la
ha laborado algún horóscopo. ¿Por eso está tan nervioso?
-:-Un horóscopo es un fenómeno intuitivo, tal vez hasta
genial, pero no convincente. No, me baso en una
hipótesis corriente y · nada genial que intenté
l presentar: la relaciones redprocas de cada habi
.\_ tante de la Ti.erra con el cielo y el Sol... Esta corre
, ladón me permite con mayor exactitud y sensatez
evaluar lo que está ocurriendo en mi patria...
-Me gustaría que tratásemos el· tema más deta
lladamente -dijo Stirlitz-. Creo que ahora mi com pañero
le permitirá volver a su celda para que des canse un par
de días. Después, reanudaremos nues tra conversación.
Cuando se llevaron al astrónomo, Stirlitz dijo:

53

; -
(té-del Cuartel General del Reichsführer SS, el minis-
-Hasta cierto punto es irresponsable de sus actos :.fr0 de industria Speer, también el almirante Foss,
¿no lo ves? Todos los científicos, escritores y artis- ._. ·. el capitán de corbeta Ludde-Neurat, el almirante Von
tas .son irresponsables a su modo. Hay que tratarlos·'t·./ putkanímer, ayudantes y taquígrafas.
de manera distinta, porque viven una vida propia); :-: »Bormann: ¿Quién anda por ahí todo el tiempo?
in.ventada por ell.os. Manda a este tontoa nuestro,··.••.•-.· .···. ·. . ¡Mo.lesta! Silencio por favor,_ señ.ores mHitares.
hospital para que lo examinen. Tenemos demasiado:.. ·. »l'utkammer: Pedí al coronel Von Belof- que me
tanes irresponsables, aunque, tal vez, de talento.
hubiera paz, lo mandaríamos a un campo de concen"{·
Si·¡
trabajo serio como para perder tiempo con charla ·,:·. · diera datos acerca de la situación de la Luftwaffe en
Italia. · · -
»Bo11,man11: No se ·trata de esto. Todos hablan al
.

tración. Allí, .se hubiera reeducado y luego sería útil { ._._ mismo .tiempo y hacen un ru.ido constante y fasti
al Reich y a la nación trabajando en un instituto o-r.1¡; dioso.
en una cátedra. Pero ahora... "V »Hitler: A mí no me molesta. Señor general, en el
_-Habla como un verdad ro ing_Iés de _la radi<? Ion- mapa aún o se han marcado los cambios recientes
.·.··.·1·

dmense... O como un maldito socialdemocrata hgado .i• en Curland1a. ··


a Moscú. '· »Jodl: Mi Führer, usted no se ha fijado; aquí es-
-Los hombres inventaron la radio para escucharla, · tán las correcciones de la mañana de hoy.
Bueno, él la ha escuchado demasiado. No, esto no es 1 - »Hitler: El mapa tiene letras. demasiado pequeñas.
serio. A nosotros; la inteligencia, no nos interesa. Gracias, ahora veo.
Sería bueno verlo dentro de varios días, simplemente »Kéitel: El general Guderian insiste de nuevo
en para tantearlo y saber si es un·científico de verdad evacuar nuestras divisiones de Curlandia.
o sólo un loco. Si es un científico serio, veremos a »Hitler: Es un plan insensato. Ahora las tropas del
Müller, o a Kaltenbrunner, para pedirles que le den general Rendulitsch que se quedaron en la retaguar-
buenas raciones de comida y lo manden a las monta- dia de los rusos, · a 400 kilómetros de Leningrado,
ñas donde ahora está la flor y nata de nuestra ciencia. atraen de 40 a 70 divisiones rusas. Si retiramos nues-
Que trábaje allí; en seguida dejará de hablar, cuan- tras tropas de allí, cambjará en seguida la correla-
do no haya bombardeos, sino mucho pan con mante- ción de ·fuerzas alrededor de Berlín y no a favort
quilla y tenga su casita cómoda en las montañas, en nuestro, como cree Guderian. En caso de retirar
un bosque de . inos... ¿No cree? ¡/ nuestras trop s de Curlandia, por cada divisió .a e-
Holtoff sonno. : mana .en Berlm tendremos por lo menos tres d1v1s10-
-Con una casita en las montañas, mucho pan con nes rusas.
mantequilla y ni un solo bombardeo, nadie protes- »Bonnann: Hay que ser un político s·ensato, señor
taría. mariscal de campo...
Stirlitz miró a Holtoff con atención, hasta que éste .»Keitel: Soy militar y no político.
no pudo soportar su mirada y comenzó a cambiar »Bormanh: En este siglo de guerra total son
no- apresuradamente los papeles de su mesa de un lugar dones inseparables. .
a otro. Después dirigió a su subordinado una sonrisa »Hitler: Para e:vacuár las tropas que se encuentran
franca y amistosa... ahora en Curlandia, necesitamos, por lo menos,
seis meses, teniendo en cuenta las experiencias de la ope
ración en Libau-. Es ridículo. Tenemos horas, precisa-
mente horas para conquistar la victoria, basándonos
Führer:· en tiechos reales y no en invenciones quiméricas. To-
»Estaban presentes Keitel, Jodl, Havel, enviado del do el que pueda ver, analizar· y sacar conclusiones
Ministerio de Relaciones. Exteriores, Reichsleiter Bor- debe responderse una sola pregunta: .¿es posible una
· Obe,gruppenñlhm SS Fegeleln, <epmentan·
«Documento taquigráfico de una reunión
55
victoria cercana? No pidó qué la respuesta sea ciegii: nac1on puede Y debe alcanzar la ·victoria! En éstos
y categórica. No me convence una fe ciega; busco'•< mómentos. todo el país se ha .convertido·.en un cam-
una fe que vea. Jamás el mundo ha conocido una:·,¡ l.: pamento militar. Todo el país: hablo de Alemania,
unión tan paradójica y contradictoria como la coali- ...)Pf Austri . Noruega, parte de Hungría e Italia, un te-
ción de los aliados. Las ideas raras, las aspiraciones, · rritorio. considerable de los protectorados de Bohe-
elementos y caracteres diferentes sólo pueden coexis- : mia y Moravia, Dinamarca y parte de Holanda. Éste
tir sin prejuicio en una situación sin salida. Me re.:! es el corazón de la civilización europea. Es la concen-
fiero a un campo de concentración donde, como se\. tració.n del poderío material y espiritual. En nuestras
dice, viven perfectamente en una barraca, por ejem- .: manos ha caído el material de la victoria. De noso-
plo, nuncios papales, ateos comunistas y radicales .·. tros, los militares, depende ahora en. qué medida y franceses
junto a conservadores británicos. Una si-..: con qué rapidez se utilice este material en nombre tuación sin
salida engendra unión. Es una unión de \ de nuestra victoria. Créanme: después de los prime-
desesperados, una unión sin esperanzas y sin objeti- .:····.1 ros golpes· demoledores de nuestros ejércitos, la
vos. Mientras que los objet_ivos de Rusia, Inglaterra ' coalición de los aliados se derrumbará. Los intereses
y América son diametralmente opuestos, nuestro : . _egoístas de cada _uno de ellos prevalecerán. sobre el
objetivo está claro para todos nosotros. Mientras· análisis estratégico del problema. Propongo lo si
ellos se mueven dirigidos por las diferencias de sus -f:•. guiente para acercar la hora de nuestra victoria: que
aspiraciones ideológicas, a nosotros nos mueve una ' el VI ejército de tanques SS comience la contraofen-
sola aspiración a la que hemos subordinado nues ' siva en ffudapest, protegiendo de esta manera la se-
tra vida. Mientras que las contradicciones de ellos: guridad del baluarte sur del nacionalsocialismo de
aumentarán cada día más, nuestra unidad tiene ahorá/ Austria Y Hungría, por un lado, y preparando la sali-
como nunca antes, aquella solidez por la que iuché ·· da a los flancos rusos por el otro. Recuerden que pre-
durante muchos años en .esta campaña difícil y : cisamente. allí, en el Sur, en Nagykanitza,. tenemos
grande. Sería utópico ayudar a destruir la alianza de' setenta mil toneladas de petróleo. El petróleo es la
nuestros enemigos por vía diplomáticas o por otras. sangre que .corre por las ar;terias de la guerra. Prefie-
Utópico en el mejor caso, si no es logrando que ma- ro entregar .Berlín que perder este petróleo que me
nifie.sten pánico y pierdan toda perspectiva. Sola- garantiza la. inexpugnabilidad de Austria y su unidad
mente asestándoles golpes militares, demostrando la , ... con la agrupación italiana de millones de hombres de
fortaleza de nuestro espíritu y nuestro poderío ína- ,.,-, Kess lring. Continúo: el grupo de ejércitos Vístula,
_qgu<e?té!bslee, daecerrleurmarbemar_aos coenl
sr .1vuan.ideentdeor.ml ms
teélrmeisntaomdp7idoestdae con¡u;i.eIisctióron·s,_..·. ·.·. .··1.·...
arnetsee.revnasl,oslleflvaanrcáoa s rcuabsoo.s uunt?
ih_zcaonndtoraopfaerna
cañones victoriosos. Nada impresiona tanto a las de- •. · esto el campo de. operaciones de Pomerania. Al rom mocracias
occidentales como la demostración de·> · p r la defensa de. los rusos, las tropas del Reichsfüh fuerza. Nada
disipa taRto la embriaguez de Stalin . · ·.· rer SS llegarán a su retaguardia y tomarán la inicia
como la confusión i:le occidente por un lado y nues- ! .. ti a. Apoyados por la agrupación de Stettin, corta
-'l
tros golpes por el otro. Tengan en cuenta que ahora oran en dos el frente de los rusos. Para Stalin el pro Stalin
tiene que hacer lá guerra no en el bosque de. 1: ,·blema .del transporte de las reservas es un problema Briansk o en
los campos de Ucrania. Ahora tiene sus''. grave. Las. distancias están en contra suya y a favor tropas en
territorio de Polonia, ·Rumania, Hungría. nuestro. Siete líneas ·de defensa que protegen a Ber AI
establecer contacto directo con "la no patria", los .: , · Jí -y prácticamente lo hacen inaccesible- nos per rusos
ya e!'tán debilitados y, hasta cierto punto, .. m1ten alterar los cánones del arte militar y transpor desmoralizados.
Pero mi máxima atencion no está i ta"r al occidente un grupo considerable de tropas dirigida actualmente a
los rusos ni a los americanos. desde el Sur y desde el Norte; Tendremos una reserva
¡ Dirijo mi mirada a los alemanes! ¡Sólo de . tiempo. Stalin necesitará dos o tres meses para
56 57
reagrupar las reservas, nosotros necesitaremos cinco.
días para trasladar los ejércitos: las distancias en·. } de que I resµltado de la guerra no puede decidirse
Alemania nos permiten hacerlo, desafiando las tradi ·, por más caminos que los políticos.
dones de la estrategia. -¿Capitulación? -preguntó Himmler· pensativo.
»Jodl: De todas maneras, sería deseable coordinar -¿Por qué necesariamente capitulación? Negocia•
este problema con las tradiciones de la estrategia... clones..,.
»Hitler: ¿Qué quiere decir con eso, Jodl? ··
»Jodl: Creo que todo. esto es muy sabio y perspi caz,
pero me permito expresar mi desacuerdo s(>lo
en lo siguiente: que no deben coordinarse los deta- .·•.
Hes de este plan con las tradiciones de la ciencia .;JJ,
militar. · · · .¡

»Hitler: No se trata de detalles, .sino del conjunto.
. Al fin y al cabo, los problemas particulares siempre
pueden resolverse eQ los estados mayores por los
grupos limitados de especialistas. Los militares tie
nen más de cuatro millones de personas organizadas
en un poderoso puño-de resistencia. La tarea consiste
en conver!ir ese poderq.so puño de resistencia en el·
golpe demoledor de Ja victoria. Estamos ahora en
las fronteras de agosto de 1938. Nuestra industria·
militar produce cuatro veces más armamentos que.
en 1939. Nuestro ejército es dos veces mayor que en
1939. Nuestro odio es terrible y la voluntad de ven
cer inmensa. Les pregunto: ¿Acaso no ganaremos la
paz a través de la guerra? ¿Acaso el éxito militar no
engendra el éxito político? Les ruego prepararme para
mañana proposiciones concretas, señor mariscal de
campo.
»Keitel: Sí, mi Führer. Prepararemos el plan gene
ral y si usted lo aprueba, comenzaremos a precisar
todos los detalles.» ·

Al llegar al estado mayor de Himmler·, el Ober- ::Í


gruppenführer SS Fegelein, cuñado de Hitler, le in- A }
formó sobre la reunión en el Bunker. .
-Cualquier solución politic11 del problema -dijo
está rechazada categóricamente por el Führer.
-¿Cómo aceptaron su plan los militares? -pre·
guntó Himmler. ·
-Con ironía. Aunque parezca raro, precisamente
los militares han llegado ahora a la firme
convicción

58
«¿POR QUIÉN ME TOMAN ELLOS?»
(LA MISIÓN)

(Del expediente ·del partido del miembro del NSDAP.


desde .193-3, Standartenführer SS Von Stirlitz, IV Sec
ción de la Dirección de Seguridad: «Ario genuino.
Carácter nórdico, sólido. Buenas relaciones con los ·
compañeros de trabajo. Cumple su deber de forma
intachable. Implacable con los enemigos del Reích.
Excelente deportista: campéón de tenis .de Berlín'.
Soltero; no tuvo n;laciones comprometedoras. Con
decorado por el Führer. Obtuvo felicitaciones por par
te del Reichsführer SS...»)

Stirlitz llegó a su casa a las siete cuando apenas


había empezado a oscurecer. Le gustaba esta época
del año: casi no había nieve y, por las montañas, el
sol alumbraba las altas cumbres de los pinos como
si hubiera llegado el verano y fuera posible irse a
Mogelsse y . permanecer allí todo el día pescando o
.durmiendo en una silla plegable.
Aquí, en Babelsberg, muy cerca de Potsdam, vivía
ahora solo en su pequeña villa. Su ama de llaves se
_ había marchado. la semana antes a Turingia·, a las
montañas, a la casa de su sobrin<'I.. La mujer no pudo
soportar más las interminables incursiones aéreas:
los nervios le fallaban.
La hija del dueño de la taberna «El Cazador» hacía
ahora la limpieza. Era jovencita, muy despabilada y
.· bella. «Debe de ser de Sajonia -pensaba Stirlitz ob
servando cómo la muchacha manejaba una gran as
piradora para limpiar la lfombra de la sala-. Tiene

61
el abello negro y ojos azules. Habla con ..;...Los hombres canosos son los que más me gustan
berlinés, pero seguro que es de Sajonia.»
Stirlitz miró su reloj pasado de moda y pensó: en ei mundo...
«Ya hay que cambiarlo. Si este "Longines" se ade -Está bien, niña, seguiremos hablando de las ca
lantara o atrasara, podría acostumbrarme; pero a nas. Después que te cases. ¿Cómo te Harrias?
veces se atrasa y otras se adelanta. Muy mal; no sirve -Marie. Ya le dije: Marie. .
para nada.» -Sí, sí,perdóriame, Marie. María Magdalena. Todas
-¿Qué hora es? -preguntó Stirlitz. vosotras, las pequeñas Marie, sois pecadoras, ¿no?
erca delassiete... · Coge el salchichón y deja de coquetear. ¿Qué edad
Stirlitz sonrió: «Una niña feliz... Puede permitirse tienes?
decir "cerca de las siete". La gente más feliz de la --Diecinueve,
tierra es la que puede manejar su tiempo sin temor -Oh, una muchacha ya adulta. ¿Hace mucho que
a las consecuencias... Pero ella habla con acento ber .. llegaste de Sajonia?
· - -Sí. Desde que mis padres se mudaron para acá.
linés, estoy seguro. Incluso con un poco del dialecto _,· -Bien, Marie, vete a des.cansar. Temo que empe
de Mecklemburgo...» zará el bombardeo y tendrás miedo de caminar
Al ·oír el ruido del automóvil que se acercaba, cuando comience.
gritó:·
-Niña, vete a ver quién ha· negado.
Oyó el sonido de la puerta al abrirsé. Asomándose La muchacha se fue. Stirlitz cubrió las ventanas
al pequeño despacho .en que estaba sentado él en un con pesadas cortinas para que no se vieran las luces
sillón junto a la chimenea, la muchacha dijo: y encendió la lámpara de mesa. Se agachó junto a la
-Es un señor de la Policía. chimenea y notó de repente que los leños· habían sido
Stirtitz se levantó, se estiró y fue a la antesala. colocados precisamente como a él le gustaba: ·for
Allí estaba el Unterscharfilhrer SS con una gran ces mando un pocito, y la ·corteza de abedul ·estaba lista
ta en la mano. en un rústico platillo azul.
-Señor Standartenführer, su chófer ha enferma «No le hablé nunca de esto... O sí... Se lo dije. De
do y yo he venido a traerle su ración... todos modos la niña tiene memoria -pensó encen- ·
. -Gracias -dijo Stirlitz-. Póngala en el refrige diendo la corteza-. Todos nosotros pensamos sobre
rador. La muchacha le ayudará. · ,•. los jóvenes como los maestros viejos. Visto desde
No acompañó al Unterscharführer cuando fuera debe de ser muy ridículo. Yo mismo me he
abandonó la casa. No abrió los ojos hasta que la · acostumbrado . a considerarme un viejo: cuarenta
muchacha, y' cinco años...»
·que había vuelto al despacho silenciosamente, le dijo -Esperó a que el fuego empezara a lamer éon avidez
en voz baja desde la puerta: los secos leños de abedul, se acercó él la radio y la
-Si Herr Stirlitz desea, puedo quedarme también
por la noche.
«Es la primera vez que la niña ve tanta·. comida - encendió. Una emisora de Moscú: estaban transmi-
tiendo viejas romanzas.. Stirlitz recordó la vez que
1 1.
-pensó-. Pobre niña.» 62
Stirlitz se estiró de nuevo y contestó:
-No hace falta... Puedes coger la mitad del salchi
chón y el queso sin necesidad de eso...
-Oh, no, Herr Stirlitz -,contestó ella-. Noes por
la comida...
-¿Estás enamorada, estás loc·a por mí? Sueñas
con mi pelo canoso, ¿verdad?
fi\ Goering dijo a sus hombres del estado mayor: «No
es patriótico escuchar la radio enemiga, pero ..a veces me
gustaría tanto oír las tm;iterías que dicen· de no sotros.».
Entonces fue cuando Stirlitz comprendió que
Goering .era un, cobarde estúpido: los datos de que él
escuchaba la radio enemiga llegaban de sus criados y de
su chófer, reclutado por Müller. Si él
«Nazi número' 2» trataba de fabricar su coartada de

63

L··
está manera, expresaba así su coba!dfa y la total·ins
seguridad en el día de mañana. Stirhtz p nsaba 9ue »En cáso de que estos funcionarios del SD· y la
no valía la pena ocultar que oyese la rad10 enemiga. SS cumplan una misión de Berlín, es necesario aclarar·
Al contrario debería simplemente comentar adecua. quién les encomendó esta misión. Más concretamen te:
<lamente la; transmisiones µel enemigo, ridic_u.lizar quién, de entre los dirigentes máximos del Reich,
las y hacer bromas groseras_. De seguro_ e to mpre busca coptactos con Occidente.
sionaría más a· Himmler, qmen no se d1stmgma por »ALEX.»
ninguna excesiva sutile.za de razonamien º·. .
· La romanza termiñó con una suave musica de pia- ...Seis días antes de que Stirlitz recibiera este
no: La voz lejana del locutor moscovita (p<;>r lov i mensaje cifrado, Stalin había leído los últimos infor-
s o,t
un alemán) comenzó-a decir las. frecuenci s _en que _ mes de los agentes soviéticos. Llamó a su casa de
se transmitía los viernes y los miércoles. tirhtz ano- "'-4/ campo al jefe de la inteligencia y le dijo:
tó las cifras: era una clave para él. Lo habia esperado -Solamente los principiantes en. política pueden
ya duránte seis días. Apuntaba las· ifras en una considerar que Alemania está definitivamentC: ago-
columna alineada. Eran muchas, y el locutor, tal vez tada y que, por lo tanto, no es peligrosa... Alemania
femiendo que no tuviera tiempo de anotarlas, las leyó es un resorte contraído hasta el límite que debe Y
nuevamente. . .Je: sólo puede. ser vencida aplicando por ambos lados
Y otra ve volvieron a escucharse las maravillosas esfuerzos igualmente poderosos. En caso· contrario,
romanzas rusas. si la presión por un lado se convierte en apoyo, e_l
Stirlitz sacó del armario un tomito de Montaigne, resorte al soltarse, puede asestar un golpe en di-
tradujo las cifras er. palabras Y las relacionó con el rección' contraria. Será un golpe fuerte: primero,
código ocuffo ·entre· las sabias verdades del grande Y porque el fanatismo de los hitlerianos contiñúa sien-
sereQo. :pw:i dor fra_ñcés. . , do enorme; y segundo, porque el potencial militar
Desp . de descifrar el rad10grama, quemo la de Alemania está lejos de agotarse. Por esta razón,
hojita llena de cifras y palabras, mezcló la ceniza con todos los esfuerzos ·de un acuerdo entre los fascistas
las de la chimenea y tomó un poco más de coñac. con los posibles antisoviéticos de occidente deben
«¿Por quién me toman ellos? -pensó-. ¿Por un ser analizados por_ usted como tarea número uno.
genio o un todopoderoso? Es imposible...» Naturalmente -continuó Stalin-, usted debe darse
Le sobraban razones para pensar así. La orden que y' cuenta de· que las figuras principales en estas posi-
le habían transmitido a través de la radio moscovita bles negociaciones _por separado serán, lo l!1ás pro-
decía:. · · · bable, los más cercanos colaboradores de Hitler
que tengan autoridad en el aparato del. partido y
frente
«De Alex a Justas:. al pueblo. Estos colaboradores· cercanos deben con
vertirse en un objetivo de su observación más aten ta.
»De acuerdo con nuestros datos, en Suecia y Suiza
futfron vistos altos oficiales del SD y la SS que tra
,t\ Sin duda alguna, los colaboradores del tirano que
está al borde de la .derrota, van a traicionarlo para
taron de entrar en contacto con los agentes de· los salvar sus vidas. Es un axioma en cualquier juego
aliados. Particularmente en Berna los hombres· del político. Si·· usted pierde de _vista es_tos even tuales
SD trataron de establecer contacto con la gente de procesos, cargará con la culpa. La Checa es implacable
Allen Dulles. Usted debe averiguar lo siguiente: qué -agregó Stalin, empezando a fumar sin prisa-. No sólo
significan estos esfuerzos 1) una desinformación, 2) con los, enemigos, sino también con quienes ofrecen' a
una iniciativa personal de los altos jefes del SD, 3) el los enemigos una oportunidad para la victoria, con
cumplimiento de una misión del centro. intenciones o sin ellas.

64 65
5 - DIECISIETE INSTANTES DE UNA PRIMAVERA
cus10n del ruso cori el jefe de los servicios secretos
En
las. sitio
a;gún.de
sirenas l janoaérea
alarma comentacón ·los lmllidos
y en seguida de-¡:· políticos sobre el. derecho del hombre. a creer n
los ladri-'l. amuletos, palabras mágicas _u otras supersticiones,
dos de los cañones antiaéreos. La pl;:mta eléctrica '.J,,;, ·
inlerrumpió el st;iministro de luz. Stirlitz permane- ·• · ció lo cual; según la expresión del secretario de la· Em
durante largo rato junto a la_ chimenea, obser- · vando bajada, eran ,<necedaéles de los salvajes». En esta ale-
cómo serpenteaban las llamitas azules sobre gre discusión, Schellenberg, como siempre, obraba
los tizones negros y rojos. co tacto, inteligencia y suavidad. Stirlitz se enfu
«Si cierro la chimenea -pensó perezosamente-,,_ reció viéndolo arrastrar al ruso a la disputa.
dentro de tres horas estaré dormido para siempre... «Lo ha provoc.ado .-pensó-. Quiere conocer al
Expiraré,
Esperó por
hastaasíque
decirlo, en paz...
los tizones »
se pusieron totalmen-"",, enemigo. Donde mejor se conoce el carácter de un
hombre es en ·1a discusión y Schellenberg sabe hacer
te negros, sin las serperrteantes llamitas azules. Des ·t lo como nadie.»
pués cerró el tiro de la chimenea, encendió la gran -Si en este mundo todo está claro para usted
vela colocada en el cuello de una botella de cham- -continuó Schellenberg-, entonces; por supuesto,
pán y le maravilló el dibujo extraño de la cera en tiene derecho a rechazar la ¿resulta
fe del hombre
fuerza de un amuleto. Pero, todo tanenclaro
la
torno a la botella. Había encendido tantas velas allí .A;., para usted? No es cuestión de ideología, si_no de fí
que la botella era un recipiente raro, lleno de pro sica, de química, de matemática...
tuberancias como ánforas antiguas,· pero blanco y -¿Qué físicos y qué matemáticos comienzan a s
rojo. Stirlitz encargaba especialmente velas de colo- lucionar un problema colgándose un amuleto en el
res a sus amigos que viajaban a España, luego les cuello? -se acaloraba el secretario de la- Embaja
regalaba estas extraordinarias botellas de cera. da-. Eso no -tiene senticJo,
Se oyeron cerca dos fuertes estampidos continuos. · «Debió terminar con la-pregunta -se dijo Stirlitz pero
Bombas de explosión -determinó-. Buenas bom bas. no resistió y se contestó a sí mismo. En la dis cusión es
Los -muchachos bombardean bien. Pero que muy importante preguntar; entonces se ve al contraagente.
bien. Sería terrible que me mataran en los. últimos Además, siempre es más complicado
díás: Los nuestros no encontrarían ni las huellas. En , responder que preguntar...» ·
general es asqueroso _morirse en el anonimato. Sa -¿Y si el físico o el matemático se pone el amule to,
shenka :_vio de ·pronto la cara de su mujer. Sa pero no lo dice? -preguntó Schellenberg-. ¿O usted
shenka madre y Sasheilka hijo ( 1 )... Ahora no pue- -¡· rechaza esa posibilidad?
do morirme. Hay que salir vivo a toda costa. Es más -Sería ingenuo rechazarla. La categoría de posi
fácil vivir solo, porque no es tan terrible morir. bilidad es la paráfrasis de la noción de perspectiva.
y después de ver a mi hijo, es monstruoso morir. «¡Bien contestado -se dijo Stirlitz-. Ahora debe
Los idiotas escriben eh sus novelas: murió tranqui-
lo en los brazos de sus seres queridos. Nada hay ría responder al golpe... Preguntar, por ejemplo:
más horrend9 que morir en brazos de iós_ hijos, ver- ¿No está usted de acuerdo? Pero no preguntó y otra
los por última vez, sentirlos cerca y saber que uno /:·\ . vez ofreció la posibilidad de ser golpeado.»
· se va para siempre, que es el final y la oscuridad -¿Entonces es probable que el amuleto entre tam bién
y desgracia para ellos... » en la categoría de la posibilidap.? ¿O está usted en
Una vez, en una recepción de la' Embajada soviéti ca, contra? -sonrió Schellenberg.
en-. Un ter den Linden, él y ScheHenberg conver saron Stiriitz acudjó en su ayuda. ..
con un joven diplomático soviético. Sombría -La parte alemana ha vencido en la discusión
.mente, segi'.m su manera habi,tual, escuchaba la dis- -afirmó-. Sin embargo, en aras de la verdad, debo
decir que a las preguntas brillantes de Alemariia, Ru
(1) Alcxandr Isaicv, hijo de Stirlitz. - N. del T.
sia daba respuestas no menos brillantes. Hemos ago-

66 67
tado el tema, pero no sé lo que hubiéramos hecho ·. . 'de Goebbels, en la tercera un rostro duro con una
si la parte rusa hubiese tomado la iniciativa en eb •'',,¡: f :cicatriz:. Bormann. Después de. reOexionar unos ins
ataque, haciendo preguntas... . ·, ' tantes, escribió en la cúarta hoja «Reichsführer SS,!.
«¿Entendiste, hermanito?;,, preguntabarl los ojos · \ Era el. cargo de su jefe, Heinrich Htmmler.
de StirÍitz y, al ver cómo se hinchaban de repente · Apartando as otras, Stirlitz acercq la hoja en que
los músculos faciales del diplomático ruso, se per había dibujado a. .Goering y comenzó .a trazar círcu:
cató de que su lección había sido comprendida. los y cuadrados sólo comprensibles para él. Los unió
«No te irrites, querido amigo -pensaba, mirando - con líneas, dos gruesas; una firia Y. otra· intermitente
al muchacho que se alejaba-.. Mejor que·10 hiciera .. _apenas visible;
yo y no otro. Pero no tienes razón al hablar a.si de
los amuletos. Cuando estoy muy mal y rile lanzo al
riesgo con ojos abiertos, y mis riesgos siempre son '"{<í¡f-t ...Si- un agente se encuentra en el centro de aconte
mortales; i:ne pongo en el pecho un amuleto: el me
daHón donde guardo un mechón de pelo de Sashen ka. ·······i··.. cniimtaimenetnotse·
Tuve que tirarlo porque era demasiado ruso y compré im p o rt . a n tí sim o s , de b e s e r un h om
uno alemán, .pesado, intencionalmente osten toso, pero em o c i o n a l, h a s ta s e ns i ti vo co m
el mechón de pelo dorado y blanco de Sashenka está o bruen inafci-
conmigo y es -mi amuleto...» . ·. tor;· pero tiéne que cubrir por completo esta desnu-
Hacía veintitrés años, en Vladivostok, había visto dez emocional con sangre fría y una lógica irnpla
a Sashenka por última vez, cuando fue a cumplir J ., cable.
una tarea de Dzerzhinski dentro de la emigración. · En las rioches en que, muy raras veces, Stirlit2:c se
blanca, primero a Shanghai y después a París. Pero, desde permitía sentirse como Isaiev, se hacía estos razo
aquel día terrible, lejano y ventoso, su imagen vivía en namientos: ¿Qué significa ser un verdadero. agente?
él; ya convertida en parte de s1 mismo, se había disuelto ¿Reunir la información, procesar los datos objetivos
en él, era una parte de su propio yo... Se .acordó del y transmitirlos al centro para que se saquen conclu siones
inesperado encuentro con su hijo en Cracovia, ya casi de generales y se tomen .decisiones? ¿O sacar sus propias
noche. Se acordó de la llegada de «Grishanchikov» a conclusiones, ofrecer sus puntos de visfa, pro- poner sus
su hotel y de cómo hablaban en susurro, con la radio . ·. c;álculos? Considerando que eres precisa mente tú, tú el
puesta, y de lo atormentador que había sido alejarse que siente exactamente lo que· hay que esperar en el
del lado de su hijo que por Ja· voluntad del destino futuro; ¿tienes derecho tú, Maxim Isaiev, a influir en
. este futuro? La. desgracia. de la inteligen cia, pensaba
había escogido también su i:amino. Stirlitz sabía que su
hijo estaba ahora en Praga y que debía salvar esta _· ,_,Isaiev, consiste en que la excesiva abun dancia de
ciudad de la explosíón información corriente oculta la perspectiva, la encubre,
de la misma forma en que él y el mayor Torbellino · obliga a las decis.iones a ser subjetivas y no
habían salvado Cracovia. Sabía lo sumamente difícil objetivas consecuencias del análisis de la ver dad, sea
que le era ahora llevar a cabo sti tarea, pero com ésta siniestra o satisfactória. Isaiev pensaba que si se
prendía también que cualquier esfuerzo por ver a su permitiera a la inteligencia ocuparse de la planificación
hijo -el viaje de Berlín a Praga sólo duraba seis de la política, podría resultar entonces
horas- podía exponerlo al peligro... · · que habría muchas recomendaciones y pocos datos.
Se levantó, y cogiendo la vela, se acercó a la mesa. Á.,:.Isaiev creía que él, el agente, debía ser; ante todo,
Sacó varias hojas de papel y las extendió como los · : objetivo. Da malos resultados cuando la· inteligencia
naipes de un solitario. En una de ellas dibujó un está totalmente ">ubordinada a la línea política tra
hombre gordo y alto. Deseó escribir abajo «Goering», zada de antemano: así le pasó a Hitler. Creía que la
pero no lo hizo. En la segunda hoja dibujó la cara Unión Soviética era . débil y no prestaba atención a
las cautelosas opiniones de íos militáres: «Rusia no
,es tan débil como parece.» Del mismo modo está mal
· ' que la inteligencia s esfuerze en dominar la política.
68 69
Lo ideal es que el' agente entienda la perspectiva de
desarrollo de los acontecimientos . y ofrezca a los.
políticos varias solucio11es posibles y, desde su punto':'- ..
de. vista,. razonables. _ •.···Jt
Un agente, pensaba Isaiev, tiene derecho a dudar ; ;'
de la infalibilidad de sus prediccíones, pero no. tiene .
derecho a una sola cosa: a alejarse del método obs '
jetivo de imiestigación de la realidad. ·
_ Comenzando ahora el último análisis de aquel ma- . terial
que había podido reunir en todos estos años, :
Stirlitz debía sopesar todos sus «pro» y sus «contra»'.\,. INFORMACIÓN PARA UN ANÁLISIS (GOERING)
Se trataba del destino de millones de personas y dt:": #_.
ningún modo podía equivocarse en el análisis.
...Stirlitz empezó a fijarse por primera vez en Goe
ring después de una incursión de «fortalezas volan
tes» norteamericanas en Kiel. La ciudad fue quema
\ da y destruida. Goering comunicó al Führer que en
· el raid habían participado trescientos aviones enemi
gos. El Gauleiter de Kiel, Groche, que encan ció en
aquellas veinticuatro horas, refutó a Goering: dijo
que en la incursión habían tomado parte ochocientos
aviones y la Luftwaffe nada pudo 'hacer para
salvar
·1a ciudad.
Hitler miraba a Goering en silencio. Una mueca
.de asco recorría su cara; movía su mano izquierda
con inquietud; parecíá que el führer se rascaba
como un enfermo de psoriasis." Después estalló:
-Ni una sola bomba enemiga caerá sobre las ciu
dades de Alemania -empezó a hablar nervioso, do
lido; sin mirar a Goering-. ¿Quién decía esto a la
nación? ¿Quién lo hizo creer a nuestro partido?
¡ He leído libros sobre juegos de azar y sé lo que es
el ·bluff ! ¡ Alemania no es el paño verde de una
mesa de juegos! -Hitler .miró a· Goering
gravemente y continuó-: ¡ Usted está hundido en
la abundancia
. y el lujo, Goering! ¡ Usted está viviendo en los días
6 -de la guerra como un emperador o un plutócrata
·'· · judío! ¡ Usted tira con el arco a los venados, mien
tras que mi nación es asesinada por la metralla de
los aviones enemigos! ¡ La vocación del líder- es la
grandeza de la nación! ¡ El destino del líder es la mo
destia! ¡La pn;>fesión de un líder es la· correlación

I
' exacta entre las promesas y su cumplimiento!
Más .tarde se supo que, al escuchar estas palaI?ras
71
de Hitler, Goering volvió a su casa Y se. acostó con·. • Führer imputó a Goering después del bombardeo .
fiebre y un fortísimo ataque de nervios. Iba constan:.· de Kiel: su lujo y aires de gran señor. Precisamen-·
temente a las ciudades bombardeadas, allí se reunía· ·.:e aquello que durante años trataron de utilizar los
con el pueblo, exigía la ayuda inmediata para las A demás compañeros de lucha del Führer sin que éste
víctimas, organizaba de nuevo la defensa antiaérea ¡0 admitiera, ahora el propio Hitler lo echaba en
de la ciudad y después se acostaba con fiebre: la cara de su sucesor..
presión le subía y bajaba, los dedos se le ponían he.: · Sin embargo, aún después de lo, ocurrido, Hitler
lados, la cabeza se le partía en dos y sentía las sienes Je repetía a Bormann:
y la frente oprimidas como por un aro de dolor.. -Nadie más puede ser mi sucesor. Sólo Goering.
Himmler, que trataba de obtener. materiales com: Primero, porque nunca se .metió a hacer política por
prometedores para el expediente de Goering ,-¿y si.... su cuenta; segundo, porque es popular, y tercero,
todo esto fuese teatro?-, le pidió que consiguiera un 'o/ porque es el objetivo principal de las caricaturas en
diagnóstico médico. Sin embargo, los <fatos de _las la Prensa enemiga.
investigaciones médicas confirmaron que, efectiva- .. Hitler hablaba del hombre que había llevado a
mente, la presión de Goering iba subiendo de un · cabo todo el trabajo práctico para conquistar el po-
modo brusco. . . der, el hombre que había dicho con toda sinceridad,
Así, por primera vez, en 1942, Goermg, sucesor ofi- no a cuálquiera, sino a su propia esposa: «Yo no
cial de Hitler, fue sometido a tah humillante crítica vivo · el Führer vive en mí...» Y, no lo había dicho
y, a¡jemás, en presencia de la cohorte del ührer. par las grabadoras, pues no imaginaba en aquel
Esto llegó de inmediato al expediente de Himmler momento que algún día lo· escucharían sus «herma-
Y, al día siguiente, sin pedir permiso _a Hitler, el nos de lucha», sino a ella, de noche, en su cama.
Reichsführer SS dio la orden de empezar a escuchar
todas Ías conversaciones telefónicas del «compañe-
ro de lucha más íntimo del Führer». El piloto combatiente de ] .Primera .Guerra Mu?-
Por primera vez, pero con permiso del Führer, dial el héroe de la Alemama del. Kaiser, despues
Himmler ·escuchó· durante una semana las conversa- del 'fracaso de Ja primera intentona nazi se escapó
dones de Goering después del escándalo de su ?er- a Suecia. Allí comenzó a trabajar en l.a aviación ci-
mano Albert. Goering lo había trasladado de Viena "' vil. En una ocasión en que llevaba a bordo al_ on_d a
Praga con el cargo de jefe de exportación de las Rosen, duranté una terrible tempestad, aterrizo mi-
fábricas Skoda. Albert, que tenía fama de defensor lagrosamente en el castillo.,Rocklstadt, donde cono-
de los desgraciados, escribió en papel timbrado del cióa Karina von Katzov, hiJa del coronel Von Fock.
hermano una carta al comandante del campo de Mau- Se la quitó al marido y se fue a Alemania, encontró
thausen: «Libere inmediatamente al profesor Kisch. al Führer y participó en la manifestación de los na-
No hay pruebas serias contra él. Firmado: Goering.» cionalsocialistas el 9 de noviembre de 1923; fue he-
Sin el nombre. El comandante del campo de con- rido se salvó milagrosamente del arresto, emigró a
centración, asustado, liberó a dos Kisch a la vez: a Inn bruck donde ya Jo esperaba Karina. No tenían
uno era profes<;iry el otro! miembro _de una organi-,.:$);.dinero, pe o el dueño del hotel les di alojall?-ie to
zación clandestma. A Goermg le. osto mucho tra a- •. gratuito. Era como Goerin .. u? nac10 also iahsta
jo salvar al hermano: . lo prote,g10 del ?olp:, contan- . que sufría la tiranía de los Jud10s _propietarios del

!
doselo al Führer como una anecdota iv,er ida. 1?sto setenta por ciento de los hoteles de Innsbruck. El
salvó la situación y Himmler se retiro :mmediata· dueño del hotel «Brifania» invitó posteriormente a
mente, haciendo todo el relato en el mismo tono los Goering a Venecia, donde vivieron h;ist 1927,
jocoso del Führer. cuando fue declarada la ·amnistía en Alemama. En
72Lo pcincipal, como ·pensó Isaiev, era lo que el medio año se convirtió :en diputado del ;eichst::
. .:;:',",:" :mi!\;,,",; ;,.!';::,r'fu<,o':bía poóiilo' : fitt;,,hlo." d \fN .::i ;:m:"::;,«:,m,;::;::
Como debía prepararse para las ·nuevas elecciones, 4 cola en su oficina. Está rodeado de.lujo;.,
el Führer decidió que Goering dejase .el: trabajo en Al principio, sólo los miembros de fila deLpartido
el partido y sólo fuese un· miembro del .Reichstag.. . ·lo· comentaban en· voz baja. Pero en 1935, cuando
En aquel momento su 'misión consistió .en establecer· Goering se construyó el. castillo Katinhalle, en las
contactos con los .omnipotentes. E). partic;lo que se afueriis de· Berlín,'se quejaron Hitler,. no ·fos. na-
proponga conquistar el poder debe tener un amplio .donalsocialistas corrientes, sino los cabecillas Ley
círculo de relacio¡;¡es. Según decisión del partido, y Saukef.·Goebbels consideraba que ya. desde su es
Goering alquiló una lujos;;¡ villa en. Badenstrasse. tancia en la villa, Goering había empezado a echarse
Allí empezaron a visitarlo los príncipes Hohenzo-;.. A· a perder.
llern y Koburg, los magnates.. El alma de la casa ..C:..EI lujo corrompe -decía-, ·Hay que ayudar a
era Karina:· mujer encantadora, aristócrata,. cauti- 1· Goering. Nos es demasiado querido. ·
y
vaba a tod s. Era la .hija de un alto _funcionario sue-,· .· Hitle_r fueá Karinhallej exa.rnifi? el. castillo _dij(}_:
co, convertida en esposa de un heroe .de guerra, '.' ..,;.DeJen·c:m··paz·a•.Goermg,Akfmy al-cabo solo•·el·
pros rito, .l chador, oposito de la . podrida. demo- <.4. sabe cón:io tratar a los dipl?mát!cos de. Occ!d nte.
crac1a occ1c;lental que· carec1a de fuerza!i para opo- · Que Karmhalle sea una · res1denc1a para recibir a
nerse al vandalismo bolchevique. . .· . . . huéspedes extranjeros... ¡Que lo sea! Herman lo
Cada vez que daba una recepción, llegaba tempra- merece. Debemos considerar que Karinhalle perte-
no por la mañana el Parteileiter de la organización nece al pueblo y que Goering sólo vive aquí...
berlinesa de los nacionalistas, Goebbels. Era. un en• Durante el día se dedicaba a cazar venados
do-
. lace entre el partido y. Goering. Goebbels se· senta- · mesticados y; por la noche, pasaba largas horas en
ba al piano y Goering, Karina y Thomas, hijo del la sala de proyecciones. Podía ver cinco películas
primer matrimonio, amtaban canciones populares. · de aventuras seguidas.. Durante la función tranquili-
En la casa del líder hazi del Reichstag ho soporta- , zaba a sus visitantes.
ban los ritmos desenfrenados del jazz norteameri- -No se preocupen -les decía:.-. El final es bueno...
cano o francés. ·
Precisamente· a esta. viHa, alquilada con dinero ·i f
de] partido, llegaron Hitler; Schacht y Tissen el 5
de enero de 1931. Precisamente en esta villa de lujo
se pu<lieroil oír las palabras de la conspiración en-
tre magnates finam;:ieros e industriales y· el líder
de los nacionalsocialistas, Hitler.
Después triunfó .Hitler. Ka:rina regresó a Suecia,
en avión, donde murió de un ataque epiléptico. u
último deseo fue que Herman hiciese todo lo. que J.;..
pudiera para ·ser tambieh en el futuro un «obrero.,:;,.,,.
del Führer».
A raíz del putsch de Rohm, much.os veteranos se
opusieron al Führer aduciendo que había traiciona
do la causa porque éste había suscrito un pacto con
el capital; en las organizaciones de base del partido
se decía:
-Goering 'ha dejado de ser Herman. Se ha con-

74
INFORMACIÓN PARA UN AN4LIS1S (GOEBBELS)

Stirlitz echó a un lado el papel con la gruesa fi


gura de Goering y tomó la hoja con el perfil de
Goebbels. Por sus aventuras en Babelsberg, donde
estaban los estudios cinematográficos del Reich y
donde vivían todas las artistas, era llamado «el to
rito de . Babelsberg». En su expediente se conserva
ba la grabación de la conversación entre la esposa
de Goebbels en Goering a propósito de las relacio
nes de aquél con la actriz checa Lida Baarova.
-¡ Se perderá a ·causa de las ·mujeres! ¡Qué ver
güenza! ¡ El hombre que responde por nuestra ideo
logía, se deshonra por aventuras casuales! le ha bía
dicho Goering a su mujer.
El Fühier le recomendó el divorcio.
-A _usted la voy a apoyar -dijo-, pero hasta que
su esposo no aprenda a. comportarse como un ver
dadero nacionalsocialista, hombre de alta moral y el
estricto cumplimiento del deber sagrado ante la fa
milia, ·1e negaré todas las entrevistas personales...
Ahora todo esto había sido relegado a un segundo
plano. En enero de ese año, Hitler .visitó la casa de
Goebbels el día de su cumpleaños. Le llevó a su es
posa un ramito de flores y le dijo:
-Le pido· perdón por· mi retraso, pero recorrí
todo Berlín hasta encontrar este ramo: El Gaulei
ter de Bedín, Parteigenosse (1) Goebbels, ha cerra do
todas las floristerías: la guerra total no necesita flores...
· ?

(1) Compañero del· partido.:_ N. del T.

77
· Cuando cuarenta minutos después I:lider se hubo continuabai:i · a pie a través del bosque. Goebbels
marchado, Magda Goebbels dijo:· con sideraba un lujó excesivo e indigno de· un nacional
. -El Führer no hubiera visitado jamás a los Goe sociali .ta el traer a las mujeres en automóviL Él
rmg.;. ism? l s acompañaba a través de ·1os juncos y. al
, Berlín estaba en ruinas, el· frente pasaba a 140 dia siguiente, por la mañana, cuando los hombrés
kilómetros de la capital del milenario· Reich, . pero .Ja de la SS aún estaban durmiendo, las sacaba de
-resplandeciente Magda Gciebbels .celebraba su victo allí. Por supuesto que Himmler lo supo en seguida.
ria. Su esposo estaba junto a ella, su cara se había En aquel momento dijo: «Hay que aceptarlo como
puesto pálida de felicidad. Tras una pausa de seis es..._»
años, el Führer visitaba su casa... - ··
Ahora esto carece de importancia ontinuaba
analizando Stirlitz-. Ahora todo esto es vanidad Stirlitz arrugó las hojas con Icis _dibujos de Goe-
de vanidades..». ... . ring y Goebbels, las colocó sobre la llama de la vela y
.. Dibujó un gran .círculo y comenzó a. sombreado . . 1. esperó. a que I_a llama comenzara a que;:marle
despacio con líneas • precisas y muy· rectas; Ahora. · los dédos para tirar las hojas' a la estufa. Las re movió
recordaba todo lo relacionado con los Diarios de con un bello atizador de hierro fundido vol vió a la
Goebbels. Sabía que el. Reichsführer se interesaba · _, mesa y comenzó a fumar. '· ·
en ellos y en su- momento hizo el máximo esfuerzo Después acercó las dos hojas r,éstantes: Himmler
para leerlos de algún modo. Sólo pudo ver la foto- . y Bónpann. «Excluyó a Goerjng· y. Goebbels. Nadie
. copia· de varias ·páginas. !.,a memoria :de Stirlitz .era. va a apostar por ellos. Ni por uno ni por· otro. Tal vez
fenomenal: fotografiaba visualmente el texto y lo Goering-se atreva a negociar, pero ha caído en des gracia
memorizaba c.asi mecánicamente, sin esfuerzo al y no cree en nadie.. ¿Gciebbels? No. Éste no lo haría. Es
guno. fanático, luchará hasta el final, pero es posible
«9 de diciembre de 1943. Epidemia de gripe en apoyarse en él, porque .en seguida comen zará a
Inglaterra -,-apuntaba Goebbels-. Hasta el rey está buscar una alianza; Uno de los. dos: . Himrnler
enfermo. Sería maravilloso que esta epidemia fuera · o Bormann.. Si puedo obtener ·garantías de uno de
fatal para Inglaterra, pero es demasiado bueno para ellos para trabajar contra los demás, ganaré. Si fallo
se,r verdad. · en mis cálculos, seré un cadáver.. 'Inmediatamente.
;2 de marzo de 1943. No descansaré hasta que to-' Y ¿Por quién .apostar? Creo que pOf Himrnler. Nunca
dos los judíos sean sacados de Berlín. Después de podrá decidirse a negociar. Sabe el odio que rodea
la conversación con Speer en Obe,;salzberg fui a vi su .nombre... Sí, por lo visto, es Himmler...»
sitar" a Goering. Este. nacionalsocialista tiene en sus
bodegas. 25.000 botellas de champaña.· Estaba vestido
con una túnica y su color me produjo alergia. Pero Pre i amente . en . ese momento Goering, adelgaza-.
qué le vamos a hacer, hay que aceptarlo como es.» do, pahdo, con. un dolor que le partía la cabeza re
. Stirlitz sonrió. Recordó qµe en 1942 Himmler ha- gresaba. a Karinhalle desde el Bunker del Führer.
bía dicho lo mismo, palabra por palabra, sobre Goeb- * Esa mañana había viajado en su automóvil al frente
beis. Éste no vivía· en una gran casa de campo con hacia el lugar donde se habían abierto paso los tan
su familia, sino en una pequeña y modesta villa ques rusos De allí corrió en seguida a ver a Hitler.
construida «para el trabajo». Estaba junto a un lago -No hay ninguna · organización en el frente -le
y se podía l_Ie_gar a ella por el propio lago, pues el ?ijo-:-.. l caos es. total. Los soldados tienen ojos
..a ua sólo llegaba a los tobillos y el puesto de guar- mexpres1vos. He visto a los oficiales borrachos. La
dia de. la SS se encontraba apartado. Hasta aquí .. o e.ns. va dé los bolcheviques infunde espanto en el
venían las actrices en un tren éléctrico y después, · EJercito, }lº espanto animal... Créo...

18 79
Hitler lo escuchaba con los ojos semicerrados Y
sosteniendo con la derecha el codo de su brazo iz y con su voz habitual-. Pero no se trata de eso al
quierdo que no dejaba de temblar. fin y al cabo. La voluntad del Führer está paraliz da.
-Creo -volvió a decir Goering, pero Hitler lo No puede tomar decisiones. Debemos· dirigirnos al
interrumpió. pueblo.
Se levantó pesadamente. Sus ojos enrojecidos se Goering miró la gruesa carpeta negra que ··estaba
abrieron de par en par, su bigotito se estremeció sobre las· rodillas de Himmler. Recordó lo que en
con desdén. 1944 había dicho por teléfono su esposa a una amiga:
-¡ Le prohíbo que, en lo sucesivo, vaya al frente! «Será mejor que vengas. Es afriesgado hablar por
-exclamó con voz de antaño, fuerte-; ¡Le prohíbo teléfono, nos escuchan.» Goering recordó que él ha
difundir el pánico! bía dado unos golpes con los ·dedos sobre la mesa
· -No es pánico, es la verdad -scPor primera vez que le había hecho una seña a Emmy: «No diga .
en su vida, Goering se· oponía a su Führer y sintió eso, es una locura.» Ahora miraba la carpeta negra
que, de pronto, se le helaron los de.dos de los pies y pensaba que allí podía estar una grabadora y que
y·las manos-. ¡Es la verdad, mi Führer, y mi deber esta conversación sería escuchada dos horas después
es decirle esta verdad! por el Führer. Y entonces sería el fin.
-¡ Cállese! ¡Será mejor que se ocupe de la avia «1:'.ste puede decir cualquier cosa -pensaba Goe ring
dón, Goering! No se meta donde hay que tener una de Himmler . El padre de los provocadores no puede
mente tranquila, previsión y fuerza. Veo que no es ser una persona honesta. Ya se ·habrá entera do de mi
tarea para usted. Le prohíbo que vaya al frente. Ni desgracia de hoy con el Führer. Ha venido para llevar
ahora ni nunca. su misión hasta el final.»
. Aplastado y humillado, Goering adivinaba cómo a Himmler, a su vez, sabía lo que pensaba el «Nazi
su espalda, detrás, sonreían los ayudantes del Füh rer: número· 2». Por eso, lanzando un suspiro, se decidió
Schmundt y Burgdorf, dos nulidades. a ayudarle. Dijo:
En Karinhalle lo estaban ya esperando los oficia -Usiet! es el sucesor; por lo tanto, es usted .el pre
les del estado mayor de la Luftwaffe: los había man sidente. De modo que yo seré el canciller del Reich.
dado llamar al salir del Bunker. Pero no pudo co Se daba cuenta de que la nación no lo seguiría como
menzar la reunión. Su ayudante le informó que ha líder de la SS. Necesitaba· una cobertura. No
bía llegado el Reichsführer SS Himmler. había mejor cobertura que Goering.
-Quiere hablar a solas -dijo el ayudante con · Goering contestó también automáticamente.
aquella dosis de importancia que hacía su trabajo -Es imposible:.. -tardó un segundo yagregó, muy
tan misterioso para los que le rodeaban. bajo, calculando que el susurro no podría ser regis
Goering recibió al Reichsführer en su biblioteca. trado por la grabadora, si estaba oculta en la car•
Himmler, como siempre, sonriente y tranquilo, tenía peta negra-. Es imposible. Una sola persona debe
en las manos una gruesa carpeta de cuero negro, Se ser presidente y canciller.
sentó en la butaca, se quitó los lentes, limpió los Himmler sonrió imperceptiblemente, permaneció
cristales durante largo rato con un pedazo de ga en silencio durante un rato, después se levantó con
muza y seguidamente y sin ningún preámbulo dijo: elasticidad,. intercambió con Goering el saludo del
-El Führer ya no puede· ser el líder de la nación. partido y salió de la biblioteca sigilosamente.
-¿Y qué debe hacerse -le preguntó maquinal
mente Goering, sin tiempo de asustarse por las pa..
labras del líder de la SS.
-Bueno, en el Bunker se encuentran fas tropas de
la SS -continuó Himmler en el mismo tono sereno

80

6- DIECISIETE INS'[ANTES DE UNA PRIMAVERA


15 11-1945 (23 h 54 min)

Stirlitz bajó al garaje. El bombardeo proseguía,


pero sólo en algún lugar de Zossen; por lo menos así
le parecía. Abrió las puertas, se sentó al volante y
puso En marcha el motor. El potente motor de su
«Horch» gruñó de modo uniforme y sonoro. Stirlitz
saltó del garaje·, cerró las puertas y arrancó nueva
mente con fuerza. Se permitía arrancar así el coche
cuando estaba sólo, por la noche, durante los bom
bardeos. Los chóferes alemanes eran muy ordenados.
Sólo un extranjero era capaz de arrancar· así el ve
hículo: un eslavo o un norteamericano.
«Vamos, niotorcito», dijo en ruso, después de ha
ber encendido la radio. Transmitían música popular.
Durante los bombardeos se transmitían siempre
• canciones alegres. Se había hecho un hábito. Cuan-
V do los. golpes en el frente eran terribles o caían bom
bas del cielo, la radio transmitía programas alegres
y cómicos. «Vamos, motorcito.. Rápido para que las
bombas no nos cojan. Las bombas caen más a me
nudo sobre un objetivo inmóvil, y la probabilidad
del impacto disminuye si e·l objetivo se mueve. Ire
mos a 50 kilómetros, de modo que la probabilidad
del impacto disminuirá exactamente 50 veces...»
Le gustaba cotrei en su automóvil. Cuando tenía
que cumplir una tareá y no sabía cómo hacerlo mon
taba en su «Horch» y durante horas viajaba por las
carreteras alrededor de Berlín. Al principio simple
mente· miraba· hacia delante, apretando con toda
fuerza el acelerador. La velocidad lo obligaba a es
tar atento y tenía que sentirse fundido a la má-
quina. Así la cabeza se liberaba ele ideas pequeñas· y

83
grandes, que se excluían o completaban. La eloci
-Por nc:da. Simplemente par asegurarse.
dad es auxiliar de la razón. Ofrece la posibilidad de
una abstracción total. Desp1,1és, cuando la carrera -¿Han mventado alguna porquería nueva tus her-
manos del SD?
arriesgada y tempestuosa terminaba en algún sitio
cerca de una pequeña taberna -el coñac se vendía -El diablo lo sabrá. Seguramente. Lo que más
sin los cupones de racionamiento en los días más ,l,.r,;,• gusta a la Humanidad son los secretos - ajenos.
-Y bien -dijo Erwin-. ¿Qué pasa?
difíciles de la guerra- podía sentarse en una mesi
-Hum... -dijo Stirlitz y meneó la cabeza-. ¿Sa-
ta junto a una ventana y escuchar el rumor agitado
bes? -empezó a decir lentamente-. Me han enco
del bosque, tomar un yacoby doble y comenzar a pen
mendado una m·isión... Tengo que averiguar cuál de
sar, sin prisa, todo lo que debía decidir. Después de
los Ronzas ( 1) trata de entrar en negociaciones por
haber corrido a la máxima velocidad, los pensamien
s para o con_Occ dente... S trata, nada menos, que
tos discurrían lentamente. El riesgo vivido ayuda
de los Jefes h1tlenanos. ¿Que te parece la tarea? Por
ba a la serenidad del. razonamiento. Por lo menos
así le ocurría a Stirlitz. ' lo que veo, allí qeen que si no he fracasado en estos
veinte años es porque soy omnipotente. En este
caso no está.ría mal que me c9nvirtiese en el vice de
Himmler. O, tratar de llegar a ser el Führer. ¡ Heil
Sus radistas -Erwin y Katy- v1v1an en Kopenick, . ,. Stirlitz! ¿Qué te· parece? Me he convertido en un
a orillas del Spree. Ya estaban durmiendo. última misántropo, ¿no lo crees?
mente se acostaban .muy temprano porque Katy es -A ti te sienta -contestó Erwin.
peraba un niño. -¿Cómo piensas parir, pequeña? _:preguntó Stir-·
-Tienes muy buen aspecto -dijo ·_Stirlitz-. Perte litz, cuando Katy ·dejó de tocar.
neces al tipo raro de mµjeres a las que el embanizo -Creo que todavía no han inventado un método
hace irresistibles. nuevo -contestó ella. ·
-El eml;>arazo empellece ·a cualquier mujer -con
-Anteayer hablé con un partero.·: No quiero asus
testó Katy-. Lo que pasa es que no has tenido po- taros; muchachos.
sibilidad de verlo... · Se acercó a Katy. .
-No he tenido la posibilidad -sonrió Stirlitz-. -Toca, pequeña, toca. No quiero asustaros, aun
Lo dijiste bien. t., -que yo mismo me he asustado bastante. El ·viejo·
-¿Quieres café con leche? -preguntó Katy. ·v médico me dijo que durante el parto se puede de-
-¿Dónde habéis conseguido la leche? Se me olvidó terminar el origen de ,cualquier mujer.
traerla... ¡Diablos...! -No entiendo -dijo . Erwin.
-Ca[l"lbié un traje -eontestó Erwin-. Ella nece Katy interrumpió la música.
sita tomar por lo menos ·un poco de- leche. Se ha -Toca, pequeña,. toca -in_sistió Stirlitz- y no te
convertido en un problema grave la comida para ras · asustes. Escucha · primero y después pensaremos
mujeres embarazadas.
cómo salir de esk embrollo. ¿Sabes?, las mujeres
Stirlitz acarició la mejilla de Katy y preguntó:
· ; gritan cuando dan a luz. ·
-¿Nos tocarás algo?
Katy se sentó al piano y escogió la música. Selec , -Gracias -sonrió Katy-, pensé- que cantab.:i.n can
cionó a Bach. Stirlitz se acercó a la ventana y pre- ciones.
guntó a Envin en voz baja: · Stirlitz meneó la cabeza y suspiró.
,-¿Revisaste si no te han puesto algo en el hueco -¿Sabes, pequeña? Gritan en su idioma materno.
En el dialecto del lugar donde nacieron." Quiere decir
de la ventilación? · ·
·
-Sí, lo he revisado. Creo que no hay nada. ¿Por (1) Máximos dirigentes del Reich. -N. del T.
qué?
85
84
c0111enzar a observar directamente a los que usted
que tú gritarás «mamita» en tu bellísimo lenguaje éree tantean los canales de las posibles conversacio
de Riazán... nes. Mi "denuncia" a Himmler- los detalles los or-
Katy continuó tocando: J?ero Stirfüz io. que sus A· ganizaré aquí sin consultar con. ustedes- me ayu dará
ojos se habían llenado sub1tamente de l?gnma.s. a informarlos sobre todas las novedades, tanto para
-¿Qué haremos entonces? pregunto Erwm., confirmar su ipótesis como para refutarla. No· veo
-¿Quieren marcharse a Suecia? Creo que podna otra .salida en estos momentos. En caso de aprobación,
lograrlo. , ruego me la transmitan vía Erwin.
-¿Y te quedarás sin el último enlace? -pregunto
Katy. .. . »Justas.»
-Aquí estaré yo -dijo Erwm. .
Stirlitz meneó la cabeza negativamente.
-No te dejarán ir sola. Con él, sí. Es inválido de -Está al borde del fracaso -dijo el jefe del.cen
guerra y necesita curarse en un sanatorio, existe una
invitación de los familiares alemanes en Estocolmo... tro cuando el cifrado llegó a Moscú-. Si acude a
No te dejarían ir sola... El tíq de Erwin figura como Himmler, fracasará en seguida y nada lo salvará. Su
un nazi sueco, pero no el tuyo... • poniendo incluso que Himmler decida jugar con él.
-Nos quedare_mos aquí -dijo Katy-. No impor ,. Aunque es improbable. Stirlitz no es la clase de per sona
ta. Gritaré en alemán. con la que el· Reichsführer de la SS jugaría.
-Puedes agregar algunos juramentos en ruso, pero . Transmitan mañana por la mañana la prohibición
obligatoriamente con acento berlinés -bromeó Stir inmediata y categórica.
litz-. Dejaremos · la solución de este asunto para Isáiev no podía saber lo que ya sabía el centro,
mañana. Lo pensaremos sin prisa y sin emociones porque los datos reunidos en los últimos meses les
heroicas. Vamos, Erwin, ·tenemos que trabajar. To daban la clave para entender al hombre cuyo ape llido
maremos la decisión de acuerdo con lo que me con era Himmler.
testen mañana.
Cinco minutos después, ambqs salieron de la casa.
Erwin llevaba en la mano una maleta donde estaba
el aparato de radio. Se alejaron 15 km a ia Rans:
dorf y allí, adentrándose en el bosque, Stirhtz. apago
el motor. Continuaba aún el bomba.rdeo. Erwm con
sultó el reloj y dijo:.
-¿Comenzamos?
-Comencemos -contestó Stirlitz.

·«De Justas a Alex:


»Sigo convencido de que ningún político serio
de Occidente iniciaría negociaciones con la SS o el
SD. Sin embargo, como me han encomendado esta
misión, empiezo a realizar.
»Creo que podría cumplirla si me autorizan a co
municar a Himmler parte de los datos que he obte nido
de. usted. Cootando con el apoyo de él, pudiera

86
A'
1
queña villa en Baviera, lejos de los bombardeos, des- / del partido que no ·tiene un líder, sino un Führer!
1
tinada a Marthe, madre de sus dos hijos. Recordó Hitler lo guardó en su memoria. También Strasser
cómo el Führer, informado por Bormann, lo contem- pareció contento con la respuesta del secretario técc
piaba perplejo durante los numerosos almuerzos que * ""' nico de la organización del NSDAP en Baviera, pero
compartían en su casa. Por esta razón no pudo di-
vorciarse de su mujer, aunque no convivía en la
misma casa desde hacía seis años. Tenía que asistir·
¡1 en el fondo de su alma lamentaba la ingratitud del
hombrea quien él había sacado de la nada pequeño-
burguesa. Al proponer al Filhrer que nombrara a
con ellaa las recepciones. Himmler Reichsführer de los recién creados destaca-
«La culpa no es de Bormann -continuaba pensan- · / 1 mentos SS, Strasser calculaba, sin embargo,· que la
do Himmler-. No tengo por qué echarle la cuipa. SS le . erviría en primer lugar a él, en su lucha con-
Esta bt:stia gorda no tiene nada que ver con mi des- · / .·• tra ohm po ganar influencia en el partido y con
gracia. Yo afrontaría todas las humillaciones que ·;"/ el F1;1hrer. BaJo s mand se reunieron los primeros
.me produjera el divorcio pero nunca sería capaz
de traumatizar a la niña.,,' ¡J doscientos SS, solo doscientos; pero sin la SS no
h bría sido posible la victoria del Führer en
Himmler sonrió recordando los . tiempos en . que, ) Himmle,r lo compr ndí .perfectamente. No obstan-
1933.

en compañía de su esposa y la.niña pequeña, pasaba · te, despue_s ,de l ".letona, el F hrer lo nombró jefe
hambre en un frío cuarto de Nilremberg. Dios mío, -{(), de 1 . pohcia cnmmal de Mumch. Himmler recibió
qué lejos estaba todo aquello y, al mismo tiempo, ! la_ VISita de Gregor Str sser, el hombre que lo ha-
qué cerca. Sólo hacía dieciocho- años. Entonces era I bia _aceptado en ,el partido, teórico e ideológico que
secretario de Gregor Strasser, «hermano» del Filh- ) habia propu.esto crea,r los destacamentos de la SS.
rer. Recorría toda Alemania, dormía en las estado- E!':1 aquel!_? momen_tos Strasser estaba opuesto al
nes de ferrocarriles, se alimentaba de pan y un bre- \ Filh er, dic1en?o abiertamente a los veteranos del
baje que. ll maban ca é, stableciendo relaciones en- ( p_artid? que Hitler se había vendido a los magnates
tre las d1stmtas orgamzac1ones del partido. En aquel fmancieros.
1926, no sospechaba que la· idea de Strasser de for- ¡ En. a uella ocasión, Himmler interrumpió a Stras-
ma-r. los destacamentos de protección SS no había 1 1 ser diciend?le que la fidelidad al Führer era el deber
. surgu;lo por una verdadera necesidad, sino como \ de cada miembro del NSDAP.
producto de la lu_c a contra R?hm, el líder de la SA, < - U Set d . pued e presar sus dud en el congreso,
que comenzaba. H1mmler cre1a entonces como algo "f' pero n tiene nmgun derecho a utilizar su autoridad
1

sagrado que la creación de la SS era fundamental ¡· en na lucha de oposición. Esto daña la unidad del
para proteger de los rojos a los líderes del partido. partido..
Creía al pie de la letra que el objetivo principal de E_sa misma noche en una alegre reunión familiar,
los rojos consistía en aniquilar al granlíder, el úni- sabiendo que lo que se hablaba en su -apartamento
co ainigo de los trabajadores alemanes, Adolf Hitler. era escuchado en la sede central de la Policía, que
Colgó sobre su mesa un gran retrato de Hitler. En estaba entonces subordinada a Goering, dijo
Him- una ocasión en que Hitler visitó a Strass·er y vio, ·"' ·mler:
debajo_ de su enorme retrato, a un joven. pecoso y .A .,,, -Yo s?ñab crear la_ élite de la nación organizan-
delgad1to, preguntó: 1 do matnmomos de mis muchachos de la SS con
-¿Acaso vale la pena elevar tan alto sobre fos de- J ar stóc_ratas Y ahora tengo que tratar con los ene-
más nacionalsocialistas a uno de los líderes ·del par- \ migos de la nación: comunistas, judíos y curas. Pero
tido? ' si lo quiere el Führer, así será. '
Himmler contesté: 1 Himmler observaba con atención todo cuando ocu-
-Si usted fuera simplemente un líder, yo no es- ¡/ rría.en l centro. Observaba cómo la embriaguez de
taría entre las filas del partido. ¡Estoy en las filas la victoria, hasta cierto punto había relegado el tra-
'•.) /

f
90 91

•1-
quiera de los que rodeaban al Führer, Himmler ?.r
bajo práctfco a un segundo plano.. Le parecía y no cranizó el mismo día un mitin grandioso y lo d1Jo
sin fundamento- qúe los líderes del partido en Ber todo allí, palabra por palabra, y al. día siguiente su
lín no hacían otra cosa -que haqlar en los mítines discurso aparecía en todo los periódicos.
y pasar las noches eri recepciones diplomáticas: es A finales de 1933, cuando estalló un escándalo_ en
decir, cosechando los dulces frutos del triunfo del Ja Policía de Berlín, subordinada directamente a
nacionalsocialismo. Himmler consideraba q1c1e todo Goerincr Himmler salió por la noche de Munich Y, a
esto era prematuro. En sólo un rries organizó en Da- Ja mafi. ná siguiente, obtuvo audiencia del Füh.r r.
chau el primer campo de concentración ejemplar. Le rogó que pusiera la. «policí_a· corr.upta d .1 v1eJo
-Es una buena escuelá de educación laboral régimen» -bajo el control de los «meJores hiJos del

·v
de genuina conciencia alemana para los ocho millo- pueblo», los SS. . . . ,
nes que votaron por los comunistas. Sería ilógico , ,. Hitler no podía ofender a Goenng. No contesto a

,
Himmler nada en concreto. Simplemente le estre
ción.
la Hay que crear primero la atmósfera del terror

1
chó fuertemente la mano, lo acompañó hasta la
enmeter un acampo y liberar
los ocho paulatinamente
millones en campos de a los que se a-
concentr puerta de su despacho, y entonces le· miró a los º·!ºs
han doblegado. Ellos serán los mejores propagandis- de cerca e inquisitivamente, y con una alegre sonnsa
as de la práctica_-,del nacio?als cialismo. sí podrá? . le dijo:. .
..,. 1 culcar a sus hiJo.s y amigos una obediencia reh- En el futuro envíeme sus inteligentes proposi
· 1 g1osa a nuestro regimen. í
ciones un día antes: me refiero a su carta dirigida a
El representante personal de Goering fue a visi- \
tarlo y permaneció largas horas n Dachau. Al final l mí y a su· intervención idéntica ep el mitin de Mu-
le preguntó: ) nich. .
---'-¿No le parece que este campo de Concentración J Himmler partió desolado. Pero al. m s. siguiente,
sin ser, llamado a . Berlín, se le designo Jefe de la
provocará una fuerte reprobación en Europa Y Am.e'- . Policía política de Mecklemburgo y Lübe k'. y al ? ro
rica, aunque no sea más que por er hecho de que
1 mes, el 20 de diciembre, jefe de la Pohc1a poht1ca
esta medida es anticonstitucional?
-¿Por qué considera usted que la detención de
de
Baden; el 21 de diciembre, de Hessen; el_ 24, de Bremen· el
25 de Sajonia y Turingia y el 27 de Ham
los enemigos del régimen es anticonst_itucional? \.

1.:/¡ ;
burgq. É.n un semana se había conv '.tido en je_fe
-Porque la mayoría de los detenidos por ustede . , ,de la Policía de Alemania, con excepc1on de Prusia,
ni siquiera han visto el edificio de un juzgado. Nin- que seguía subordinada a Goering.· .
gún veredicto acusatorio, ningún vestigio de lega- . Hitler· propuso un compromiso a Goermg: · nom
brar a Himmler jefe de la Policía secreta de todo
. lidad... el Reich, pero subordinándolo a Goering. El mariscal
Himmler prometió que lo pensaría. Y cuando el 1 dél Reich aceptó ·1a proposición del .Führer. La acep
, representante de Goering partió, le escrioió una car- tó sin ningún. entusiasmo especial, comprendiendo
ta personal a Hitler en la que fundamentaba brillan claramente que, en todo régimen totalitario, el ven éedor
temente la necesidad de. las detenciones y la reclu·_ l serí.i el que tuviera el dominio de la Policía secreta.
sión en los campos _de· concentración sin juicio ni Para un hombre de la posición de Goering resultaba
sumario judicial. / humillante encabezar la Policía. Poseía los títulos de
·;,,, ariscal, primer ministro de Prusia, pre sidente del
«Esto -escribía al Führer- es sólo una medida \ Reichstag. Convertirse además en el «po licía número
de humanidad para salvar a los enemigos del na- (· uno» le parecía indigno e intrascendente. Sólo podía
donfllsocialismo de la ira popular. Si no hubiéra- . escoger dos caminos: convertir a Him mler en uno
mos metido a los enemigos de la nación en los cam- 1 de sus amigos; o dominarlo por com-
pos., de concentración no podríamos responder por
sus vidas: el pueblo los hubiera linchado.»

'
Para que esta carta no cayera en manos de cual- \
\V 93

ti
92
pleto. Goering no escogió el primer- camino. Himmler
H nc O !), tartamud y triviál, le parecía demasiado' para conversar sobre las futuras acciones contra
ms1g 1f1cante.. Escogió el segundo camino. Dio ins Rohm. Himmler lo esperaba. Todavía no compren día
tr':c.c10n<::s a - u secretario d!! resolver a través de la la forma en que se llevarían a cabo las acciones del
0 1c1na del F hrer la_ aprobación de un decreto adju Führer, pero estaba claro que eran necesarias: las
d1c ndo Himmler el título de viceministro del In ten miles de páginas de los informes de los agentes y
r. Y Jefe de la Policía secreta «con el derechoa los datos de las grabaciones telefónicas que él revisaba
p rt1c1par en las sesiones del gabinete cuando se discutan diariamente se lo decían.
,los problem s -de la Policía». La frase «y de Himmler comprendía que la acción contra Rohm
era. un mero pretexto para aniquilar a todos aquellos
la s g7 un dad del Re1ch» la había tachado con su que habían estado junto a Hitler en los primeros
propia mano. Sería demasiado para Himmler, Una v_ · años. Para aquellos con quienes había comenzado, Hitler
z7 que el p oyecto hubo pasado por la oficina del
era un hombre, un hermano de partido, mien
Fu e , Goermg dio la orden de publicarlo en los tras que ahora Hitler tenía que transformarse para
penod1cos.
todos los alemanes en un Führer y un dios. Los vete
Tan proñto Himmler lo vio publicado, llamó a d s ranos del partido se convirtieron en un estorbo para
de sus ,colaboradores a cargo de la Prensa. Etan los él.
que_ reunían materiales comprometedores sobre los Himmler lo entendíá claramente, oyendo a Hitler
P;_nodistas. Les pidió que corpentasen su designa lanzar rayos y centellas contra el grupo de vetera
c1on de modo distinto a como lo. había hecho la nos, por supuesto, totalmente insignificante, que h
Prensa oficial. Goering había cometido un grave error bía caído bajo la influencia de la propaganda enemi-
a eptan o el compromiso. Había olvidado que t0Ja ga. Hitler no podía decir toda la verdad a nadie, ni
v1 , nadie habí invalidado el título principal de a sus amigos más íntimos. Himmlet -comprendía
Himmle.r_: ;I Re chsführer SS. Al día siguiente todos también esto y ayudó al Führer colocando sobre su
los penod1cos 1mport<).ntes -especialmente los es mesa los expedientes de cuatro mil veteranos, prácti
candalosos- aparecieron con este comentario: «Una camente de todos aquellos con quienes Hitler había
gran yi_cto i de la jurisprudencia nacionalsocialista: comenzado a organizar el partido nacionalsocialista.
la umficac1on, en manos del Reichsführer SS Him Calculó, de modo psicológicamente exacto, que Hit
mler, de 1 Policía criminal, política, la Gestapo y 1 ler no olvidaría este favor. ]os
Nada se aprecia más que
gendarmena. Se trata de una advertencia a todos I, ]a ayuda para autojustificar crímen s.
l<;>s enem_ig<;>s del R ich. El brazo castigador del na c Pero Himmler fue más lejos aún: al percatarse de
onalsoc1ahsmo esta levantado sobre cada oposicio nista, \ las intenciones del Führer, decidió serle indispensa
sobre cada enemjgo interno y externo.» ble, no sólo para evitar ser víctima de las futuras
Se trasladó á Berlín, a la lujosa villa Am Donners )j depuraciones, sino pára que todas las depuraciones
tag, al lado de Ribbentrop. Mientras continuaba ·1a.
alegría por la victoria sobre los comunistas, Him- r
i
subsiguientes se llevaran _a cabo bajo su control.
«Yo también soy un veterano como Strasser -pen

1
mlery s1;1 ayudante Heydrich comenzaron a reunir 1 conducir a Strasser al fusilamiento.
los exped1 ntes de los enem_igos, pero principalmente_ - ,
Áñ-.. El 20 de junio de 1934, Hitler llamó a
de los a 1gos. I de su a hguo Jefe Gregor Strasser ' 1 '
Himm.Ier
lo e_:Ca mª?ª H1mmler mismo. Comprendió que sólo 1
podia hmp1arse totalmente con la ,sangre de Stras- _
ser, su maestro y primer mentor.. Por eso reunía es- ¡
crupul sameñte y -a conciencia todo_ cuanto pudiera ¡·
saba Himmler-. Pero sería un· veterano eterno si demostrase a la Goering, en Schorfheide, Himmler organizó un
nación que Strasser nunca fue un veterano, sino un arribista y un · espectáculo para esa ocasión. Un agente provocador,
oposicionista ra bioso.» vestido con uniforme· de los SA de Rohm, disparó
Cuando Hitler invitó a Himmler a la casa_ de cam po de sobre el automqvil convertible del Führer. Himmler
94
\V 95

/I
protegió l· líder con su cüerpo y gritó:
-¡ MI FüHRER, qué feliz me siento de poder ofre
cer mi sangre por su vida!
-Era la primera vez que alguien del partido decía
«mi Führer». Himmler se convirtió en el autor de la
invocación- al «dios», a «su dios»..
-Desde este momento· es usted mi hermano de 16-11-1945 (03 h 12 min)
sangre, Heinrich -dijo Hitler, y estas palabras fue,
ron oídas por todos los que estaban alrededor.
Tras llevar a cabo la operación para aniquilar a Después de dejar a Erwin en su casa, Stirlitz iba
Rohm, después de que fueran fusilados .su maestro ahora conduciendo lentamente, porque, después de
Strasser y cuatro mil veteranos .del partido más los cada trasmisión al Centro quedaba exhausto, los ner
escritorzuelos inventaron de inmediato el mit de 9- vios tensos hasta el límite y con un tremendo cansan-
ue era precisamente Himmler el que había estado Junto
. cio físico.
al Führer desde el inicio del movimiento El camino atravesaba el bosque. El viento había
Después de haber dicho «a», había· que · p ensa r cesado y el cielo estaba despejado y tachonado de
0

seriamente en decir «b». Heydrich sugirió una idea: . estrellas. Stirlitz continuaba pensando: Moscú tiene
crear las divisiones SS, baluarte de la fuerza·en el razón al admitir la posibilidad· de estas negociacio nes.
aparato estatal. Goering tenía la Luftwaffe, el Estado Aunque no posean datos concretos, existen am plias
Mayor tenía el Ejército, mientras que Himmler sólo a razones para esta supo_sición. En Moscú cono cen las
los detectives, agentes y provocadores. También ne- . querellas internas que se desarrollan aquí en la
cesitaba unidades militares. Las divisiones ·de las SS oficina del Reich, alrededor del Führer. Estas querellas
A. Hitler en Hamburgo y Deutschland eri Munich se tenían antes un solo fin: estar más cerca del Führer.
convirtieron en tales unidades. Ahora es probable que ocurra lo contra rio. Todos
El 7 de octubre de 1935 el Führer le envió un tele grama ellos -Goering, Bormann, Himmler y Rib- bentrop-
de felicitación: «¡-Mi querido compañero de partido, . están unidos. al Reich hasta la muerte. Para cada
Himmler! Con motivo de. su cumpleaños le uno de ellos, la paz por separado -si al guien pudiera
_envió mis mejores deseos de éxito en su trabajo lograrla- significaría la salvación per sonal. No
ulterior para fortalecer el nacionalsocialismo. A. Hit piensan .en el pueblo desgraciado ni en sus
ler.» sufrimientos; tampoco les preocupa la existencia de
·En 1936, después de que Himmler, aconsejado por Alemania como Estado. Cada uno de eJlos piensa en
Heydrich, propuso a Hitler que la maquinaria propa sí mismo, en su persona, no en los destinos de Alema
gandística de Goebbels debía explicar. al munao que nia ni de los alemanes. En esta situación, cincuenta
la ocupación de la región del Rin no era un reto a millones de aiemanes no son más que una carta en
París ni ala Londres,
preparar sino una
contraofensiva medida
armada inevitablefuepara
a Moscú in • 1 su juego por salvarse. Mientras ellos mantengan bajo
1
su. control el Ejercito, la Policía y la SS, podrán
vitado por primera vez a los Tafelrunde (1) e la casa
del Führer, donde sólo se reunían los amigos más
íntimos de Hitler.
Intercambiando amistosos apretones de manos con
·t·\1 .
arrastrar al Reich hacia donde quieran, obteniendo a
cambio únicamente garantías de seguridad perso
nal...»
Un brusco ravo de luz hirió los ojos de .Stirlitz.
Goering ·y Hess, Himmler ni por un minuto dejaba Automáti.camente, pisó el pedal _del freno. Desde los
1
de reunir el material sobre sus «amigos de lucha». arbustos salieron dos motocicletas de la SS cerrán
(1) Mesa redonda: encuentros vespertinos en la casa
dole el paso.. Uno de ellos apuntó con su metralleta
de Hitler. - N. del T. al automóvil de Stirlitz.

7- DIECISIETE INSTANTES DE UNA PRIMAVERA.


INFORMACIÓN PARA UN ANÁLISIS
(HIMMLER)

... Himmler se levantó del sillón y se acercó a la


ventana. El bosque invernal era sorprendentemente
bellÓ. Las ramas ;nevadas tenían un brillo plateado
bajo la luz de la luna y reinaba el silencio mientras
li;is estrellas luminosas y bajas centelleaban en el
pozo violeta del cielo.
'Himmler se acordó de repente cómo, sin que él
mismo lo esperase, .había logrado llevar a cabo una
operación contra el hombre más cercano al Filhrer,
contra Hess. En verdad, Himmler estuvo en aquel
momento al borde del desastre, pero Hitler era un
hombre de soluciones paradójicas. Himmler había
recibido de sus· hombres una película en· la que apa
recía Hess en su baño, masturbándose. Himmler fue
en seguida a llevársela a Hitler, quien; ordenó pro
yectarla.
· El Filhrer se enfureció. Aunque era ya muy tarde por
la noche, mandó a llamar a Goering y Goebbels. A
Hess se le ordenó esperar en la antesala. Goering llegó
primero, muy pálido. Himmler sabía por qué se
encontraba tan asustado el mariscal del Reich: es
taba en pleno y tempestuoso romance con una baila
. rina vienesa. (Himmler había notado que al mariscal
· siempre le habían atraído las bailarinas flacas; ha bía
visto ocho películas en las que se mostraban los
pecados de Goering y siempre con mujeres cada vez
más flacas.) Hitler pidió a sus amigos que vieran
«esta porquería de Hess»i Goering. reía . a carcajadas. Hitler
lo interrumpió: «¡No sea un hombre sin cora-

99
zóri! » Invitó -a lf ess a su despa c:>, corrió h c_i . él
,Aquella noche en la mesa de Hitler apareció también
un dato comprometedor sqbre Bormann: Himmler
y gritó: · · .· . sospechaba que ·mantenía relaciones· .homosexuales
· _;¡ Es usted un canalla sucio y maloliente! i Peca de ·con Hess. .
onanismo! .. No, no -dijo Hitler. defendiendo. a Bormann'--.
Himmler,. Goerjng y . Goebbels .comprendieron que Tiene. nueve hHos. Los homosexuales no pueden tener
estában presenciando la caída de. un titán, el segun- hijos. Es un chisme. . .
do hombre del partido. · .. .. . Himmler no trató de perst1adir al Führer, pero
-Sí --contestó Hess con la calma que ninguno advirtió la curiosidad malsana con que el Führer
esperaba-.. ¡Sí, mi Führer! ¡ No fo voy a negar} hojeaba los materiale.s y cómo leía reiteradamente·
¿Pormás
aún
noche ·v
qué lo
en hago? ¿Por qué_no
su asiento-. ¿Por me
quéacuesto
no voyconuna actri los informes de los· agentes. Hiinmler se dio cuenta
Y tenía razón. El décimo ?niversario de Himmler
ces? -No miró a Goebbels, pero aquél se· hundió ''\,.l, de que ya se había ganado al Führer para siempre.
"
a V.iena para ver las funciones de ballet? Porque vivo -::orno jefe de la SS lo mandó celebrar Hitler en toda
para una sola cosa; ¡el partido! ¡ Y el partido y _usted, Alemania en una fiesta general. Desde entonces todos
mi Führer, son para mí lo mismo! No tengo tiempo ,·¡.. los Gauleiter-jefes ·del partido ·en las provincias com
para• mi vida íntima. ¡ Vivo sólo! prendieron que el único hombre después de Hitler
Hitler se ablandó, se acercó a Hess, lo _abrazó tor que poseía plenos poderes no era nadie más que Him
pemente y le dio urias palmaditas e!1 la riuca_.. . mler. Así, todas las provincias y fas organizaciones
Hess había. ganado la batalla y H1mmler m s1gu1e · locales del· partido' comenzaron a enviar sus principa
ra respiraba. Sabía que Hess podía vengarse. Cuando les iriformaciones, no a Hess en el cuartel general dél
Hess se hubo marchado, Hitler dijo: partido,. sino a ,la_oficina de Himmler. Los materia
-Himmler escójale una esposa. Comprendo a este les principales que llegaban a Himinler de un grupo
hombre mar villoso y fiel al movimiento. Muéstre me de agentes especiales de toda confianza, no pasaban
las fotografías de la candidatas, elegiré alguna. a través de los departamentos, sino que se colocaban
.Él aceptará mi recomendación. . de inmediato en sus archivos personales a prueba de
Himmler comprendió que un- minuto podría deci ·incendios. Eran datos comprometedores sobre líderes
dirlo todo. Espero a que Goering y Goebbels se fue- · del partido. En 1942, por primera vez, Himmler guar
ran y dijo: · · · .· .. . d6 en su caja fuerte documentos sobre el Führer:
-Mi Führer, uste.d ha salvado para el n_ac1onalso «Historia clínica de A. Schicklgruber (1).» El diagnós
cia.lisino a un luchador fiel. Todos nosotros aprecia- · tico era: sífilis, alucinaciones; síntomas de esquizo-
rnos la devoción de Hess. Nadie podría decidir tan frenia. ·
sabiamente su destino, Por eso permítame ahora Una mañana de agostó de 1942, ScheUenberg · se
mismo .sin demora, traerle algunos mated.ales mas. qirigió en avión al cuartel general del Reicksführer
Hay q e ayudar a nuestro's soldados del modo en que en las afueras cie Zhitomir. En el frente oriental la
usted ha ayudado a Hess. . . ofensiva había sido victoriosa. En África resonaban
Le entregó a Hitler el expediente de Ley,. dirigente las victorias ·de Rommel. ·
del frente del trabajo. · Era un alcohólico y sus es cánd -Reichsführer, ·tengo una idea -dijo Schellenberg.
los y J:>orracheras no. eran secreto para nadie, excepto Himmler le preguntó con preocupación:
para Hitler. Himmler· 1e mostró tamb é el expediente del -¿Algo personal contra alguien?· ¿Dificultades¡?
«torito de Babelsberg», seudommo con que
calificaban en sus informes los agentes ministro del
Reich Goebbels, porque sus locas aventu ras con
ª'· -Nada de eso. Es que me acuerdo de las lecció-
nes de 'Bismardc: nunca planifiques nada sin tendr
mujeres cuya sa_ngre distaba; mucho. d ser pura, O) Apellido _:verdadero de Hitler.:.... N. del T.
irritaban . a. los verdaderos nac1onalsoc1ahstas.

100
una alternativa ,en la gaveta ·inferior dél ·escritódo. '· ello;será .responsabilidad de usted..:No,rne meta a mí
¿Puedo preguntarle, Reichsführer,- en qué gaveta de en este juego. · · ·
su escritorio esconde usted la a!ternátiva de esta Entonces Schellenberg comenzó a actuar. No se
,guerra? dio prisa en iniciar contactos . con· la gente de Dulles
Himmlet puso la radio para evitar que la conver en Berna. Tampoco utilizó a Fritzchen; es decir, Von
sación fuese grabada por casualidad. Papen. Lo primero era apartar del camino a Rib
-Le doy cinco semanas de vacaciones -le contes- . bentrop. Schellenberg encontró al hombre de su apa
tó-. Susnervios están arruinados. Usted se siente rato que estaba dispuesto a atacar a Ribbentrop
mal, Schellenberg. ¿Me entiende? Además, ¿quién le abiertamente. Este hombre era el secretario de Estado
ha dado derecho a hablarme de esa forma? Luther. En una de las r cepciones, alentado por las
-Somos tan fuertes ahora -continuó Schellen conversaciones previas con Schellenberg, Luther se
berg- que podemos dictar las condiciones de la paz. acercó a Himmler y, en presencia de todos, sostuvo
Estamos en el pináculo de la gloria y Bismarck con él un diálogo amistoso. Más tarde, escribió tres
siem pr.e optaba por la paz eri el pináculo de su denuncias contra Ribbentrop dirigidas a Bormann,
gloria.
H1mmler recordaba ahora }:lasta los ínfimos deta lles
de aquel encuentro. Estaba tumbado en .un sofá Y
empezó a palparse el vientre (tenía acidez gástrica Y
t
_le enía mucho miedo al cáncer). Después dijo:
-Mientras ese idiota de Ribbentrop aconseje la
polític_a exterior del Führer, la paz es imposible.
-R1bbentrop está en pugna con Goering. Poaemos
ayudar a Goering y derribar a Ribbentrop. Podemos
nombrarlo Gauleiter no sólo de Borgoñafdonde hay
mucho vino, sino también de Brabante donde se
produce coñac. Nuestro borracho acept rá el cam
bio.
Himmler tomó de una mesita 'un atlas geográfico
de Brockhaus y, pasando las páginas, empezó.,a ·indi- .
car con el dedo. :
-¿Cómo lo ve usted en la práctica? ¿Qué hacer
con Bélgica, o con H9landa o Ucrania?
-Hay que analizar el problema por partes -dijo
Schellenberg-. Rusia está vencida y, por lo tanto,
Ucrania ya no es un problema. Bélgica y Holanda
son puntos para negociar con Inglaterra y Norteam
rica. Lo único que me preocupa es Norteamérica y
Bormann.
Himmler sonrió. ligeramente.
-Bien -dijo-. ¿Y Francia?
-Debemos buscar una alianza con ella. Sus colo-
nias nos darán un poder verdadero.
· -¿Pretende usted· sondear a los aliados a través
de . Fritzchen? -preguntó Himmler, . aunque su pre•.
.gunta parecía .más. bieIJ. una recomendación-'-... Todo
l.
102 V
Himmler y Goering. Pero Ribbentrop era un ,.Grup
penfülzrer de la SS y Himmler no aprovechó la oca sión para
atacarlo; el reglamento del partido se Jo impedía. Antes de que
Ribbentrop .fuese sustituido debía celebrarse un juicio del
partido, otro en la SS· y· solamente entonces· se le podría sustituir
como mi- nistro;
Himmler vacilaba, temiendo asestar el golpe. Mien tras tanto,
comenzó a funcionar el aparato policial. El jefe de la Gestapo,
de acuerdo con los documen. tos procurados por los agentes
de la inteligencia de Ribbentrop, arrestó a Luther. El hombre
que ha- bía tratado de comprometer a Rib.bentrop se com prometía
a sí mismo, y aún más, Müller, que ya lo había obtenido todo de
Luther, envió un informe a Bormann diciéndole que alguien
planeaba entrar en negociaciones por separado con Occidente.
Bormann informó al .Fiihrer. El Führer ordenó a Ribbentrop. que
publicara un decreto estableciendo que las ne gociaciones con las
potencias en guerra constituían una traición que sería castigada
con la muerte.
Fue entonces cuando Himmler comprendió por pri mera vez que
había perdido el tiempo y que Rib, bentrop había ganado. ·
-Estoy harto de luchar .cont(a el Führer por el Führer le dijo a .
Sc;hellenberg con una queja. fa. tigada. · ·

103
-Documentos -dijo el motociclista. ··
Stirlitz· le tendió su carnet. ' .. . ' . .

-¿Qué. está pasando? -preguntó. esta figura que mantiene estrechas relaciones con las
El motociclista examinó el carnet, se cuadró y personalidades del murido qe los negocios en Occi
contestó: dente.»·
-Nos· levantaron ·con alarma de combate. Busca- StiI:-litz no guardó el coche en el garaje,. pues el
mos a los radistas, · · frío esa noche. era débil, ei;itre dos y tres grados;
-¿Y qué -preguntó Stirlitz, guardando el· carnet «De todos modós, mañana me levantaré· tempra no
en el bolsillo-, no han encontrado nada? -decidió-. El agua del radiador no se congelará. Mañana
-Su auto es el primero que pasa. · será un .día .difícil. Nác;la menos que· un ofi cial del
-¿Quiere ver el maletero? sonri(I Stirlitz. SD. tratando de gue Hirnmler ·en persona lo recÍute...
Los motociclistas rieron también. Supongo que esto y todo lo demás es la paradoja del fin
que se · aproxima. Ante.s gU:ardal:>a
-Tenga cuidado, Standartenfiihrer, más adelante fidelidad a Himínler de acuerdo con el juramento.
hay dos baches. Ahora no es suficiente. Debo de. ser fiel personalmen te
-Gracias -,-dijo Stirlitz-. Siempre tengo mucho a él, Reichsführer de la SS, fiel al hombre que se apellida
cuidado... Himmler...».
«Después de la transmisión de Erwin .:...se dijo-,
ellos cierran las carreteras en el Este y el Sur.. En
general es bastante ingenuo, aunque en principio co rrecto Después de 1942, cuandél Heydrich había sido ani
si se tratara de un aficionado que desconozca Alemania.» quilado en Praga, Schellenberg se convirtió en la
SÚrlitz evitó los baches que eran recientes y sintió · persona de más confian a de Himmler. El sucesor
un ligero olor a quemado. de Heydrich, Kalt<;:nbrunner, no · le simpatizaba, le
«Volvamos a nuestros carneros -continuaba pen molestaba ·su extrema capacidad intelectual y sus ·
sando-. Tampoco son tan carneros como los pintan maneras rígidas. Bebía mucho, se fumaba hasta cien
Kukriniksi, y Efimov (1). De modo que la clave que
la paz por parte de Ribbentrop, Goering, Bormann ·,t .cigarrillos al día, pero lo que más le irritaba ·a Him
mler era que hablaoa con un terrible acento austríaco

r
bras difíciles de comprenaer.
yo mismo establezco es el interés personal de lograr y, además, que sus dientes postizos hacían sus pala
o el mariscal de campo Kluge. Éste es el punto fun -Vaya al dentista -le aconsejó una vez a Kalten
damental que me ayud rá a com·prender las preocu brunner-. No puedo entencler. nada, sol:)re todo cuan-
paciones del centro. Pero, _.¿quién comenzará las do habla usted de prisa. ·
negociaciones por separado con ellos? ¿Roosevelt? Kaitenbrunner se enojó en extremo.· Himmler se·
¡ Claro que no! ¿La opinión pública de -Gran Breta- dio cuenta·. «Menos mai que es un idiota -.:..pensó-,
ña? ¡ Jamás en la vida! Pero, por otro lado, la capitu simpre tendremos a mano a quien cuipar, per hay
lación de Alemania ante Occidente solo, pudiera ser que mantenerlo a distancia. La estupidez es conta
·provechosa· para el capital monopolist que también giosa.»
está representado por individuos. Por lo tanto, ·una Bormanri... Oh, cómo lo odiaba Himmler...
vez que haya «trabajado» las altas. esferas del Reich, ·Bormann había dicho al Führer:
es necesario analizar detalladamente a Speer. El hom .:._Nos hemos convencido con . bastante claridad dé
bre que maneja la indu frfa de Alemania no es sólo que las esperanzas en el Ejército son·sumamente du
un ingeniero de talento, seguro que ·es un polítjco dosas. :Es una: gran felicidad para la nación tener las

ly
serio también. Todavía no ·me he ocupado nunca de divisiones de la SS, esperanza del partido y del nacio
nalsocialismo. Sólo el líder de la SS, mi amigo Him mlet,
0) famosos caricaturistás soviéticos. ....:.. N. ,del T. puede asum r.el mando del frente oriental y del grupo de
los ejércitos Vístula. Bajo su, dirección, los
104
r
105 ·
._pudCa> supo e.r que; e) c:omandanle del gru.pp de tro
SSy sus ejércitos subordinados rechazarán a los pas e - ltaha, . manscal d c_ampo Kesselring, no .pro
rusos y los vencerán. . . testana contra las negociac10nes...con .Occidente. Sólo
Al otro día, Himmler llegó al cuartel general· del Schellenberg Y, Hirnml_er lo sabían. Los dos agentes
Führer sin saber nada sobre su designación decidida que se . lo habian comumcado perecieron en el acci
previamente. De este modo, Hitler aprobó fácilmen- . dente aéreo q e les fue_ preparado cuando regresa
te el decreto traído por Hhnmler. Todos los Gauleiters . ban de lemama al Estado Mayor de Kesselring.· El
de Alemania subordinados a Bormann deberían so mo opoho, del secreto era la base del é,dto. Desde
met('rse ahora también a la autoridad del Reichsfüh.- Ita.ha babia un._ camino que conducía directamente a
rer de la SS. Himrriler había- preparado un' S iza. Y en Smza· estaba el_ jefe. de los servicios se-
golpe mortal a Bormann. Asombrado de la facilidad . cretos norteamericanos en Europa, Allen Dulles. y
con que el Führer había aprobado esta decisión, lo com esto· era ya un asunto serio. Sería el contacto dir<!C·
prendió tódo en un minuto, tan pronto como el Füh to con las. person s que contaban; ya que el amigó
rer firmó el documento. de Kesselring, el Jefe de "la SS, en Italia; el general
-Lo felicito, Himmler. Usted ha sido designado co- Kar! Wolff, era un hombre fiel a Himmler.
mandante suprem:o· del grupo del ejército del Vístu la. Himmler tomó el teléfono y dijo:
Usted es el único hombre qu€ puede derrotara las -Por favor, mande llamar urgentemente al gene-
hordas bolcheviques. ¡ Usted y únicamente usted puede ral Karl Wolff. - ·
derrotar a Stalin y dictarle mis condiciones Con!ia?a en el yeterano ·dé la SS Wolff. Él iniciaría
de paz!. .· · · · .negociaciones senas con Occidente en su nombre en
· Esto fue el fin. Himmler lo comprendió así. Ha nombre de Himmler.;. '
bía perdido todo lo que se podía perder. Era en enero
de 1945y no había ninguna esperanza de victoria.
¡ Al diablo con todas las ilusiones sentimentales! Disposición de fuerzas
Solamente quedaba esto: una paz inmediata con el
Occidente y la lucha en común contra las hordas bol- En ningún momento Stirlitz pensó crear intriga
cheviques. . algun con ,el pastor Schlag, cuando lo trajeron para
Himmler agradeció al Führer por tan alto honory el pnm r mterrogatorio. Cumplía órderies de Sche ll
se marchó. Después fue a ver a Goering, pero su nberg. De pués_ de conversar con él durante tres dias,
conversación no tuvo éxito. empezo a interesarse por este hombre viejo 9-ue st;
; . Y ahora se había despertado a las cinco de la portaba con· una dignidad asombrosa y. la in
mañana y, sin poder conciliar el sueño, yacía des pierto enuidad de u11 niño. Stirlitz sabía que de haber ca.
atento al silencio de los pinares, con el temor de do en m,anos de los hombres de . la Gestapo de
telefonear a su hija· porque Bormann pudiera enterarse, o Mulle .,- hubieran convertido al viejo rápidamente en
llamar a sus hijos y a la madre de éstos, a la que aún un ammal.
amaba, porque temía un escándalo:_ el Führer no Cada vez 9-ue le·. era posible, Stirlitz trataba de ayu'.
perdonaba lo que solí,,i calificar de «debili dades morales». a a. etemdos sin pruebas suficientes y por causas i
Maldito sifilítico... Así que «debili dades morales...» sigmflc tes. Claro que. tr_ataba e no poner en pe
Himmler echó una mirada de odio hgr el exito de sus obJet1vos principales, pero los
· al teléfono: ·la maquinaria que él había perfecciona estmos umanos . no .podían pasar inadvertidos para
. do durante dieciocho años, ahora funcionaba en su el. Invento una determinac;la forma de salvarlos: «re
contra. . clutaba» a. los detenidos para tareas menores y lo graba
«Esto es todo -se dijo-, todo. Si no empiezoa u hberación inmediata o que permanecieran
luchar por mí mismo ahora, estoy perdido.» _ poco tiempo en. un campo de concentración. Des- .
A la luz de los informes de los agentes, Himmler
107
106
único que hacemo.s es determinar la dirección. de
pués de .liber:adOS· estos .hombres, se. les enviaba: a· ·.nuestra búsqueda; eFresto:se determina-en él proceso,
trabajar a sitios de interés pará los servicios de de experimentación.» ·· . .· .
Schellenberg y,· por supµesto, para StirlitZ. Les pedía ·lfo el espionaje sucedía lo mismo. Cuando la ope
que buscasen material sobre· prominentes miembros del . ración ·se piensa en términos demasiado exactos,' el
partido con la intención de comprom tet a los fracaso -es casi inevitable _porque la ·alteración de
. hitlerianos más celosos en la. especulación, indiscre . cualquier nexo determin do previamente puede lle
ciones verbales y ligereza moral. De este modo obte- var .al derrumbe de lo. fundamental.
nía una «ventaja triple». Salvaba a la gente que. de una «El pastor... -se dijo Stirlitz-: Ocupémonos del
u otra forma expresaba su antihitlerianismo; obtenía datos pastor. Ahóra Klaus no existe y no puede traicionar
secretos de sus agentes sobre los lu gares a que habían a dos hombres. más, a nuestros .radistas, y el pastor
sido enviados a trabajar Y; final mente, utilizaba. sus
materiales para destruir a los
'fv' está prácticamente bajo mi control absoluto. Informé
a Schellenberg que no podían encontrarse evidencias
·nazis fieles al régimen. · de que el pastor hubiera estado ,en contacto ·con el
· Después de 'haber. conv rsado cori el pastor y leído ex canciller Brüning y, por lo visto,. ha perdido inte
su expediente, Stirlitz pensaba cada .vez .con más·
frecuencia que éste podría ser útil en el futuro;
1 ;
rés en el viejo. Sin embargo, mi interés ha aumentado
desQués de la orden del Centro.»
Convencido ya de que el pastor no sólo odiaba al
nazismo, sino que estaba dispuesto a prestar ayuda
al movimiento dandestino -se había asegurado de ello (Del expediente del partido del miembro del NSPAD
después. de escucha.!' SU. conversación C >Il el pros desde 1939, jefe de la IV Sección de la Dirección de
vocador Klaus..:.., Stirlitz. 'le reservaba un· papel a Seguridad (Gestapo) Müller: «Ario genuino. Carácter
Schlag, aunque aún· no. había decidido el modo mejor nórdico, discreto. Sociable. Buen trato con amigos
de utilizarlo. y colegas en el trabajo. Implacable con los enemi gos
· Stirlitz nunca trataba de adivinar cómo se desarro del Reich. Hogareño; no tuvo relaciones compro
llarían los acontecimientos en el futuro, aunque siem- metedoras. En el trabajo se reveló como un organi zador
pre vislumbraba con mucha exactitud las líneas gene• excelente...»)
rales de la próxima operación. Se reía qe las novelas
policíacas en las. que un sabueso previsor sabía ?e - de el
. principio cómo descubrir y capturar al cnm1- naL A Müller mandó llamar al Obersturmbannführer
menudo se acordaba· de un episodio· leído en el tren Eismann. Durmió después de tomar el coñac de Kal
cuando atravesaba Europa rumbo a · Ankara y que tenbrunner y se sintió descansado.
tenía grabado ·en la memorla. Un sabio crítico literario .- «Verdade_ramente, este cofiac es especial pensa
escribió· que una vez le. preguntaron.ª Push ba, frotándose la nuca con el pulgar y el índice de la
kin cuál sería el destino qe la encantadora Tatia-· l. mano derecha . El nuestro siempre da dolor de
na (1). «Pregúntenselo a ella. No lo sé», contestó cabeza, pero éste álivia.»
· Eismann miró a Müller con ojos enrojecidos y le
9 PÚshkin irritado. Stirlitz conversabá con los mate dirigió Sl\ sonrisa ·infantil y desarmante.
máticos y físicos, sobre todo después de· que la Ges -Tfl,mbién · a mi se me parte el cráneo en dos
tapo había detenido al físico atómico Runge.. A Stir litz -dijo-. Sueño . con tener siete horas para dormir
le interesaba .saber en qué _medida los teóricos de como en un qon divino. Nunca pensé que la tortura _
la ciencia planificaban de antemano sus descubri del insomnio fuera la más terrible. . .
mientos. «Esto es imposible -:le contestaban-. Lo· -Escúcheme· mpezó a decir Müller-. Aquí se
está empe.zando a cocinar un potaje raro. Hoy me

l
(1) Heroína de la obra :Eugenio Onieguin, de. Pu hkin. ·
Nota del Traductor. \ · 109

108
:h - llamado él jete:· Es.tos ·jefes nuestros· son ;todos
. unos -soñadores,:!-'.Pileden- ·serlo:, no tienen ningún Müller:eomenzó.a frotarse. otra vez la nuca.con el
trabajo concreto,. porque· directrices :1as. puede dar . pu.lgar y el índice de .la .rri&no derecha. '
hasta un chimpancé en el circo... ¿Sabe?, tiene algo -,-¿Qué haremos entonces? · ·
grave contra Stirlitz.:. Eismann se encogió de hombros.
-¿Contra quién? -Yo creo personalmente que debemos ser hones tos
-Sí, sí, contra Stirlitz. · El único hombre de los con nosotros mismos hasta el final.. Esto nos ayu dará
servicios de Schellenberg al que yo. trataba con sim patía. a determinar el curso de todas las acciones y actos
subsiguientes.
No es un tipo rastrero; es tranquilo! sin histe rias ni
celos ostentosos. No creo en· los que, giran alrededor. de -,-Las acciones .y actos son la misma cosa -:-replicó
los jefes y l;lablan en nuestros mítines sin. necesidad Müller-. Cómo envidio a los que cumplen la orden,
¡ y nada más! ¡ Cómo me gustaría cumplir órdenes
alguna... Idiotas, vagos, charlatanes... Este es callado.
Me gusta la gente callada... Un .ami go que no habla· '°'\;"' ·simplemente! ¡Ser honesto! Podría creerse que me
d n;iasiado es un amigo.. Y si es un enemigo, lo es en - -' paso todo el tiempo pensando en cómo ser deshones
r.ealidad, Respeto a estos enemia gos. Siempre se to. Vamos, le ofrezco la oportunidad de ser absoluta.
puede aprender algo de ellos... mente honesto. Tome estos materiales -Müller· acer
· -Conozco a Stirlitz desde hace ocho años -dijo có a Eismann varias carpetas con hojas escritas a
Eismann-. Estuvimos juntos en Smolensko y lo .vi - máquina-. Saque sus conclusiones, honestas hasta
bajo las. bomb_as: es un hombre tallado en piedra y . el final. Las utilizaré cuando informe al jefe los re
acero.. · sultados de la inspección.
MüUer frució el ceño: -¿ Por ql.lé debo ser yo precisamente el que lo
-¿Por qué. habla usted en metáforas, sóbitamen haga, Obergruppenführer? -preguntó Eismann.
te? ¿Está cansado? Deje las metáforas para nuestros Müller sonrió. . · ·
jefazos del partido. Nosotros, los sabuesos, debemos -¿Dónde está, pues, su honor, amigo mío? ¿Dón de?
pensar .con sustantivos y verbos: «él se encontró», Siempre es más fácil aconsejar a los demás: seá honesto.·
, «ella dijo», «él transmitió»... De modo que usted ni si0 Cuando llega la hora todo el mundo se pre<;> cupa en
quiera supone.., hacer.aparecer.su deshonestidad como hones tidad... en
·.-No -dijo Eismann-. No puedo creer en la deli justificar sus propias acciones·. ¿Tengo razón o no?
honestidad de Stirlitz. -Estoy dispuesto a escribir el informe.
-Tampoco yo. -¿Cómo?
a
-Probablemente tengamos que decírselo Kalten- --'-Escribiré qu_e. conozco a Stirlitz desde hace .mu-
chos años y puedo responder por. éL
brunner con mucho tacto.
-¿ Por qué? -preguntó Müller después. de una Müller guardó silencio, se movió inquieto en
pausa-. ¿ Y si él quiere que Stirlitz sea. su sillón y acercó luego a Eismann una hoja de
deshonesto? papel.
¿Por qué quitarle esto de la cabeza? Al fin y al cabo, ' ·-:-Escríbalo -dij0-. Vamos.
Stirlitz no pertenece a. nuestra sección. Es de la VI. /P::. Eismann sacó una pluma, reflexionó durante ·un
Que se preocupe ScheHenberg.., rato la primera frase y, después, escribió con su per fecta
-Schellenberg exigirá pruebas... Y usted sabe que caligrafía: «Al jefe de la IV ección, Obergrup penführer
él tendrá el apoyo del Reichsführer en éste asunto. SS MUller: Considerando al Standarten
-¿Usted piensa? führer SS Von Stirlitz un ario genuino, fiel a: los
-Estoy seguro. ideales del Führer y del NSDAP, ruego se me releve
.-¿Por qué? !iel trabajo de la inspección de sus asuntos. Abers-
turmbannführer SS Eismann.» · ·
-Me· es difícil. qemostrarlo... Estoy seguro, Ober
gruppenfW:irer.
111
110
Müller secó el papel, lo leyó .dos veces y dijo en ·
voz baja: · sico Runge... En ge_neral, el asunto está podrido, pero
-Bien... Muy bien... Siempre lo he tratado a us!ed trate. de escarbar algo... Y dígame si surge algún
con respeto y confianza absoluta. Ahora h; temdo problema.
la oportunidad de convencerme una vez mas de su Cuando Holtoff, tratando de ocultar su desaliento,
alta honradez, Eismann. salía del despacho del jefe de la Gestapo, Mü-ller lo
.:_Gracias, Obergruppenführer. detuvo:
-No tiene por qué darme las gracias. Soy yo quien -Llévese algunas carpetas más donde están sus
debo dárselas. Bien. Aquí tiene estas tres carpetas: trabajos iniciales y vea si los caminos de Stirlitz y de·
haga un informe favorable sobre el trabajo de Stir litz. Eismann se han cruzado alguna vez.
No tengo que enseñarle cómo: el arte de un agente, la_

J
sutileza de un investigador, el coraje de un verdadero . ···ti')
nacionalsocialista. ¿Cuánto tiempo necesita para esto?
Eismann hojeó !_as carpetas y contestó:
:Jiara que todo salga bien y confirmado cori do-
cumentos, le pediría una semana.
-Cinco días como máximo.
-Bien. .,i·'
-Trate de mostrar de manera especial· el trabajo
de Stirlitz con este pastor -Müller indicó con el
dedo a una de las carpetas-. Kaltenbrunner cree
que alguien trata ahora de establecer contacto con
Occi-
. dente a través de los curas: el Vaticano, etcétera...
-Bien.
-Le deseo éxitos. Ahora vaya a dormir un rato.
Cuando Eismann hubo partido, Müller puso su
carta en una carpeta separada y estuvo largo rato
sentado y pensativo. Luego llamó a otro. de sus
colaboradores, el Obersturmbannführer Holtof .
-Escuche -le dijo sin siquiera ofrecerle asiento;
Holtoff era joven-. Le encomiendo una tarea suma
. mente confidencial e impor.tante...
· -A sus órdenes, Obergruppenführer
«Éste hará de todo -,-pensó Müller-. Sacude la ca beza
como un caballo. A · éste le gustan nuestros jueg¿s
tóda ía y se siente en ellos como un pez en el
agua. Hará disparates que sólo el diablo sabrá... Y
bien... Tendremos con qué regatear con Schellen berg.»
-Mire -"continuó Müller-. Debe estudiar estos
asuntos. Aquí está el trabajo del Standertenführer
Stirlitz en el· último año. Éste se refiere al arma de
la venganza... e.s decir, a las armas atómicas y al fí-

112

8- DIECISIETE INSTANTES DE ·UNA PRIMAVERA


INFORMACIÓN PARA UN ANÁLISIS (DULLES)

La Gestapo, la Apwehr y el contraespionaje de Vichy


sabían que durante estos inquietos días del verano
de 1942 debía pasar por Francia un americano mis
terioso. El contraespionaje francés, la Gestapo y los
servicios de Canaris comenzaron la caza de este
hombre. . ·
En las estaciones de ferrocarril y en los aeropuer tos
los agentes montaban guardia, clavando los ojos en
todo aquel que pudiera parecerse al norteameri cano.
Pero no lo pudieron capturar. Sabía desaparecer en los
restaurantes y reaparecer inesperadamente en los
aviones. Lúcido, calculador, tranquilo y valiente, engañó
al servicio de seguridad y al contraespionaje de Vichy
y penetró milagrosamente a finales de 1942 en la
Suiza neutral.
Era alto; Sus ojos, ocultos detrás de los brillantes
cristales de sus lentes, miraban el mundo con indul
gencia, bondad y, al mismo tiempo, con rigor. Llevaba
siempre en la boca una recta pipa inglesa. Era de
pocas palabras, sonreía a menudo y subyugaba a sus
interlocutores con su forma benévola de escuchar
atentamente, bromear con agudeza y reconocer sus
errores rápida y abiertamente.
Si los serviciós de Himmler, Canaris y Pétain hu
bieran sabido quién era este hombre, habrían hecho
diez veces más esfuerzos para capturarlo allí en
Francia, donde el Ejército alemán había irrumpido
a finales de 1942, poniendo · fin a la Francia «sobe
rana» con capital en Vichy. Este hombre era Allen
Dulles, funcionario de la Dirección de Servicios
Es-.

115
tratégico.s enviado a Berna por el general Donovan.
maban poco del pasado de este· hombre. Su historia
En Smza pronto empezaron a referirse a él como
debió ser conocida ·de antemano por servicios de
representante personal del presidente Roosevelt.
inteligencia de Alemania, pero se pusieron al co rriente
!)ull s public un mentís en ia Prensa. Era raro y
m1stenoso. Sabia que esta doble publicidad -el ni- · mucho más tarde.
mor y el extraño mentís- le sería muy u.ti! en un Cuando la. oficina de. Himmler p.udo introducir
momento dado. No se equivocó. Desde los primeros en la casa de Dulles a uno de sus agentes (la agra-
m ses de su estancia en Berna comenzaron a llegar - dable y cumplidora cocinera de Allen Dulles. era un
a el toda cla_se de personas de distintos países: ban agente de la VI Sección de la Dirección de Seguri dad),.
queros, diplomáticos, deportistas, filólogos, príncipes Himmler, Schellenberg y Müller de la Gesta po, y,
de sangre real, actores; es decir, toda esa gente de por consiguiente, Kaltenbrunner . supieron por su
donde los organismos· de inteligencia del mundo ex traen agente muchas cosas importantes o interesantes, . a
sus agentes y, además, agentes serios pesar de la apariencia insignificante de los detalles más
Antes de comenzar el trabajo para establecer una íntimos.
filial de la Dirección de Servicios Estratégicos en Por ejemplo, la cocinera informó que el libro de
Suiza, Dulles estudió de la manera más· minuciosa cabecera de. Dulles y, por lo visto, el más querido
todos los materiales reunidos ·sobre sus colabora- era el del 'chino Sun-Tzu El arte de la guerra. El teó
dores. . rico chino expuso en este libro los·fundamentos del
. Aquí, en la carpeta azul ....:1e aclaró el hombre espionaje que se -pra.cticaban en China en el año
d_el FBI que se ocupaba del control y sistematiza 400 ante5 de nuestra Era. ·
ción de los expedientes de sus colaboradores'- es Allen Dulles le prestaba atención especial a aquella
tán todos los que tienen familiares y amigos 'ínti parte del tratado en la que el autor explicaba qué
mos en los países del eje y neutrales. En esta car- agentes son particularmente_ valiosos en la inteli
. peta están la personas que nacieron en Alemania y gencia.

l
Europa y los de padres alemanes. Y éstos son los Sun-Tzu los dividía en cinco tipos: nativos, inter-
apellidos de las personas con quienes mantienen co nos, dobles, irrecuperables y vivos. .
rrespondenci'.1 nuestros hombres... Y aquí... Los agentes nativos. e int.ernos (Dulles lo. anotaba
Dulles le interrumpió con una pregunta sorpren en pequeñas . hqjas de papel que también llegaron a
dente: la oficina de Schellenberg) corresponden, .escribía DU
-¿ Qué tiene que ver todo esto con nuestra .causa) lles, a los que ahora llamamos agentes locales.
· -Perdone,.. · · El agente doble es el agente enemigo hecho pri sionero;
-Lo qtie me interesa es esto: ¿Alguno de los que se le recluta y posteriormente se devuelve a los
hoy colabora co migo fue activista de algun institu to suyos, pero ya en <::aHdad de agente del país que lo
germana:-amencano o no? ¿Es miembro del parti do,, capturó.
comumsta? _¿ s homosexual? ¿Es· lesbiana? Allen Dulles· subrayó con lápiz rojo el término
¿Com es la fam1lta? ¿Es un matrimonio estable o «agente irrecuperable». Le fascinaba este refinamien
la muJer es una histérica y, por lo tanto, el marldo to chino. Sun-Tzu llamaba agentes. irrecuperables a
se ha co vertido en un alcohólico y ·sueña con man los que debían desinformar al enemigo. Sun-Tzu los
dar al diablo su escandaloso mundo familiar? En cuanto llamaba irrecuperables porque .el enemigo, con toda
a. que tengan familia en Alemania. o Italia, debo · probabilidad, los mataría al. descubrir que estaban
dec1 que algunos de mis parientes lejanos . suministran.do informaciones falsas.
fueron a 1_nstalarse en Alemania desde el siglo pa sado... Los agentes vivos, segun la expresión de Sun-Tzu,
Lamentablemente, los anuarios Who's Wlio infor- subrayada por Dulles en sus notas, comenzaron a lla
marse en nuestros· días agentes de infiltración. Van
1r6 al país enemigo, trabajan allí y regresan vivos.

117
Sun-Tzu afirmaba que el venladero jefe de espías ,,,_..) critos por el jefe de los servicios'"secretos del Imperio
debe tener a estos cinco tipos de agentes a Ja vez. británico, pero no lo encontró.
Decíl;l que el jefe que tuviera cinco agentes así poseía j. Como informaba la agente de Schellehberg, Allen
la «telaraña divina», una red de pescar compuesta ,· Dulles estudiaba también atentamente en sus ratos
por una _gran cantidad de hilos finos, invisibles, pero libres la práctica y métodos de las más importantes
muy resistentes, unidos por una cuerda común. organizaciones de espionaje del siglo· x1x en Europa.
Sun-Tzu escribió mucho y Dulles lo anotaba en Muchos otros datos más sobre Allen Dulles se acu-
numerosas hojitas de papel: sobre contraespionaje mulaban en los archivos blindados del departamento
desinformación, guer.ra psicológica y táctica de se: de Himmler. Sin embargo, los dirigentes del tercer
guridad para los agentes. . Reich no pudieron reconstruir la biografía completa
. El espionaje de Sun-Tzu fue un reto al de la Gre- '\\.·_ ,. Y. exacta de este agente calculador de la mitad del
c1a antigua y Roma. Allí se creía mucho en las indi- y siglo (XX.
caciones ·de espíri,tus y dioses, pero el espionaje, creía · a. biogra ía de Dulles no ra muy notable. A los
Sun-Tzu, no pod1a fiarse en un espíritu ni en unvemt1tres anos obtuvo el diploma de profesor de dios.
·En el espionaje sólo se debía confiar en el artes. Trabajó como misionero en la India y China
hombre: .el enemigo y el amigo. · y, en mayo de 1916, ocupó su I)rimer puesto diplomá-
La agente de la Gestapo pudo fotografiar la Biblia 4•, tico en Viena. Trabajó en París en la delegación que con
una gran cantidad de anotaciones en los márge. encabezaba W >0drow ilson. Después e le encargó nes
hechas por Dulles. El agente americano había la tarea especial en Smza y Austria de mtentar man-
marcado aquel pasaje en que Josué envió a dos hom-tener el Imperio Austro-Húngaro. Allí, en 1918, prepa•
bres a Jericó para que lo- observaran todo secreta- ró su primera conspiración que hubiera podido ser.
mente y fueran a la casa de la ramera Rahab. Esto grandiosa si Dulles la· hubiera llevado hasta el fin.
fue, como decía Dulles a sus amigos, el primer ejem- Sin embargo, la revolución de noviembre en Alemania;
plo registrado en los anales de la historia de lo que encabezada por los ,comunistas, le impidió llevar a
ahora los agentes profesionales llaman casa de ·co- cabo la conspiración. La futura monarquía de los
ber_tura. Rah b ocultó_ a los espías en su casa y des- abs_burgo, que debía convertirse. en un cardó sa-
pues l_os saco ?e, la cmdad y los israelitas, luego de l mtano, en un poderoso escudo blm ado de Occ1den
conqmstar Jenco, pasaron por las armas a todos . . te contra la propaganda del bolchevismo en Europa,
salvo a _Rahab y su familia. Fue entonces cuando se V había fracasado. · ·
· estableció!ª t adición de remunerar a los que ayu- Un año de pués, en 1919, _Dulles fue designado pr -
dan al esp1onaJe. · · mer secretario en la EmbaJada de los Estados Um-
Uno _de los libros preferidos dé Allen DuÚes, según dos en Alemania. Aquí, trabajando en la Wilhelm-
com_umcaba la ·agente a su centro, era el libro -de platz 7, Dulles estuvo cara a cara con los hombres
Damel Defoe Robinson Crusoe. También releía a que se planteaban como. misión principal el · hacer
menudo Moll Flanders y El diario del año de la frente al bolchevismo en Europa. Fue precisamente
peste. Estos libros fueron éscritos por Daniel Defoe
uno d los espías más brillantes de to.dos los tiempos'. f';\aquí donde Dulles preparó un encuentro entre el
enca:gado de negocios de los Estados Unidos en Ale
No solo fue un organizador independiente de una • · mama, Mr. Dressel, con el general Hoffmann, que
va ta re de información, sino que se convirtió en el había elaborado el primer plan de la ofensiva alema-

!l
pnmer. Jefe de los servicios secretos · ingleses, de lo na contra el Kremlin. .
cual el mundo se enteró muchos años despu s de su Hoffmann les había dicho en aquella ocasión: «Du-
muerte. · . rante toda mi vida sólo he· lamentado una cosa. No'
. ulles buscaba en las páginas de sus libros un in, haber tor edeado las negociaciones en los tiempos

::m, aunque fuese remoto, de qu• habían ,;do e,. de, Brest-Utovsky no habe, marchado sobre M;
Entonces hubj ra podido hacerlo fácilmente.» con la casa de los Rockefeller y Morgan. En esta.fir-
Fue· en aquel momento· y justamente en la conver- ma Allen Dulles llevó a cabo una grandiosa opera-
sación con Dul!es, cuando Hoffmann, de manera ción que permitió a Estados Unidos apoderarse de
elegante y convincente, justificó aquella_ doctrina que las concesiones petroleras en la República de Co-
después sería formulada como la doctrma del Drang lombia.
nach Osten (1). . Precisamente la firma «Sullivan and Cromwell»
De .Berlín, Dulles fue enviado a trabajar dos aQOS trabajó con el Gobierno de Panamá durante la cons-
en Constantinopla, capital de un país que tenía fron- . trucció.n del canal y fue entonces cuando la firma
teras con la .Rusia soviética, y que, por un lado, era estableció relaciones mas estrechas con Alemania,
la llave al mar Negro y el Mediterr.áneo Y, por otro, país donde después del Tratado de Versalles los i -
un puente hacia las reservas mundiales de petróleo. ,. 0 dustriales americanos invirtieron una enorme cantI-
De allí Dulles regresó a Washington. Se convirtió ·.,._rt dad de dólares. ' .
en el. jefe de la sección a cargo de los -asuntos del Allen y su hermano John Foster Dulles _establecie-
Medio Oriente en el Departamento de Estado. El ron estrechos contactos con el trust de «T1ssen I. G.
Medio Oriente era entonces uno de los puntos más Farbenindustrie» y con el consorcio «Robert Bochs».
candentes del Globo terráqueo. El Medio Oriente era Allen y John Dulles se convirtieron en los represen-
el petróleo, alimento de la guerra. 1:-,os magnates de f·· umtes norteamericanos de estas corporaciones ale-
la industria norteamericana cuyo negocio era el pe- manas. .
tróleo, estaban preocupados por los enormes éxitos · Al principio de la guerra, Allen Dulles estuvo al <;>r-
de sus rivales ingleses en los mercados mundi_ales. -de del fracaso. El consorcio «Roberto Bochs,,,.su
f1hal Mr. Bedford; presidente de la compañía «Standard en los Estados Unidos con el nombre de «American

j
Oil of New Jersey»; había declarado: «Es importan- Bo hs Corporation,;. Al principio de léi Segunda G1;1t':·
te para los Estados Unidos llevar a cabo ahora tina. rra Mundial la firma estuvo amenazada con ser m-
política agresiva.» . . · . . cluida en 1 lista negra, pero sus propietarios fir-
Dulles trabajaba sin tregu ; La pnmera v1ctona maron uroentemente un acuerdo con Ios banqueros
sobre Gran Bretaña fue lograda bajo su direé ión. sue-cos lo hermanos Wallenberg, mediante el cual
En 1927, la compañía de Rockefeller obtuvo el vein- se oto gaba al Banco sueco un control nominal so-
ticinco ppr ciento de _las ac iones de la «Iraq Petra- ." bre la «American Bosch Corporation», con la condi-
leum -Company», arrebatándoselas ·a los. ingleses. : ción de que la firma fuese devuelta a sus propietarios
Ese mismo año la· corporación petroléra_ «Gulf al finalizar la guerra.
Oil», del grupo de Mellan, adquirió los derechos pre- Los Wallenberg estuvieron de acuerdo, pero nece-
ferencia]es sobre la concesión _de las islas de. Bah- sitaban un contratista americano para llenar todas
réin. las formalidades necesarias. Y esta tarea fue
·asigna- Después de haber logrado estas victorias, Dulles da a los hermanos Dulles. Allen Dulles pudo
engañar decidió. retirarse. El estudio de los servicios de inte- & las autoridades americanas y
ocultar, bajo la ban- ligencia en la €asa de los banqueros Rothschild lo , dera sueca, la
propiedad nazi. Posteriormente, Allen llevó a lá conclusión de que el trabajo en el Depar- :..,, Dulles no
sólo se convirtió en el copropietario de la
tamento de Estado solamente había sido el primer firma «Sulliv.an and Cromwell», sino en director
de escalón en su verdadera carrera en el futuro. .«Schroder Trust Company» y de «J. Henry Schroder
Allen Dulles obtuvo un puesto en la firma jurídica Banking Corporation».
«Sullivan and Cromwell», de las más grandes en ¿Quién era Schroder?
Wall Street. La firma mantenía relaciones estrechas Era un ciudadano alemán en Alemania, nort:eame-
\ ricano en los Estados Unidos, inglés en Gran Breta
(1) Empuje hacia el Este. - N. del· T.
· ña. En los años treinta,. este consorcio estaba enca-
120 V ,,
.)k,
bezado por el barón Kurt von Schroder. Fue en la -Lo de Schacht es serio, ·pero, en cuanto a los
villa de Schri:ider en Colonia donde Hitler se entre escritores...
vistó el 7 de enero de -1933 con Von Papen. Allí fue -También es serio -replicó Dulles-, es más serio
elaborado el plan para la tmn "del poder por los de lo que usted cree. Ya en 1934 Himmler cometió
nazis. su primer error grave: metió en un campo de con
Kurt von Schroder recibió el rango de Grup centración al e.scritor Von Ossietzky (1 ), laureado
penführer SS. También se convirtió_ én presidente e . con el premio Nobel. Creó la imagen de un mártir.
la organización secreta Freudenkre1s (1), que reuma En lugar de meterlo en un campo de concentración,
fondos entre los magnates de Ruhr para los destaca ·a ese mártir se le debió comprar: con la gloria, con
mentos SS del Reichsführer Heinrich Himmler. dinero, con mujeres... Nadie es tan fácil de comprar
La filial inglesa del consorcio de Schroder financia-"" ,,, como uri actor, un escritor.- un pintor. Hay .que com
ba en .Londres la «sociedad anglogermana», la mis- prarlos con habilidad, porque la compra es el mejor
modo de comprometerlos...
/ ma que cumplía las funciones de propagar las ideas -Pero éstos son detalles que no nos interesan.
del Führer en Gran Bretaña. No era difícil adivinar ,;_No son detalles -replicó obstinadamente Du·
las actividades de la firma «J. Henry Schroder Ban- Hes-. No son detalles. Hitler educó a setenta millo nes
king Corporation» en los Estados Unidos, y el di_rec- ;;c1',. de personas en una obediencia ciega. Su teatro, cine y
tor de esta firma era Allen Dulles. pintura han sido. creados para educar autóma tas
ciegos. Esto no nos puede convenir a nosotros. El
· Este hombre que conocía Europa como nadie, Ale autómata es ajeno al deseo de comerciar, de tener
mania, el nazismo, los negocios, el petróleo, fue de relaciones, de planear una operación provechosa en la
signado jefe de los servicios estratégicos de los Esta esfera económica. Los autómatas ciegos no necesitan
dos Unidos en Europa. a Schacht: Lo necesitamos nosotros. De modo que
Naturalmente, Dulles no era representante perso todo aquí está muy, pero muy relacionado entre sí...
nal de Roosevelt, en Berna. La historia de su trasla Esto -significa que, inevitablemente, hay que llevar
do a la sección de espionaje de la Dirección de los intelectuales al Ejército... pero los intelectuales en
Servicios Estratégicos está relacionada, en particu el Ejército deberán ser personas con grados que
lar, con la conversación· sostenida entre él y uno de vayan desde mayor hasta mariscal de campo, no
los representantes de las grandes finanzas una se- menos. Más abajo están los autómatas que cumplen
cualquier orden ciegamente sin pensarlo...
1 -Ésta es ya una versión interesante -repuso el
mana después de que los japoneses atacaran Pearl Ú/ interlo.cutor de Dulles-. Y usted dijo, hace un mo
Harbor. " mento, que no podía responder a mi pregunta.
-Usted me preguntaba sobre las perspectivas -de
cía pensativamente Dulles, echando bocanadas de
humo de su habitual pipa inglesa-. No estoy prepa,
rado para darle una respuesta completa. Para éso
hay q1,1e estudiar las finanzas y los chistes que se
cuentan ei:i .el país, las nuevas obras que se exhiben
en los teatros y los informes sobre los congresos del - ;
partido en Nüremberg. Una cosa es evig.ente para
.s""' mí: Alemania no permanecerá callada. Me refiero a ,
la ·Alemania de los financieros serios tipo Schacht, que 1

1 .,:
tuvo que retirarse, y a la de escritores que están . \ obligados
a ganarse la vida corno traductores de 1
latín.

(1) Círculo de amigos. - N. del T.


1
L (1) Ossietzsky, Karl (1889-1938), periodista y publicista

alemán de -ideas progresistas. Premio Nobel de la Pa·z


en 1935. :-- N. del T. V
122
í
1
*" : _:1· 17-ll-t945 (10 h 03 min)
V/
Cuando Karl Wolff dejó el despacho de Himmler,
el Reichsführer permaneció sentado largo rato como
1 estupefacto. No le dominaba el miedo, o, por lo
menos, a:..í le parecía. Era la primera vez en su vida
que se sentía un rtnegado. Conocía a los renegados,
ni i:iqmera los molestaba, prefería esperar y ver
quién :..aldría victorioso en _julio del 44, pero ahora
él mismo cometfa un acto de alta traición: a las
negociac1onei; con d enemigo sólo -le correspondía
un castigo, la muerte. Podría explicar las conversa
ciones con Goering en caso necesario: comprobaba· et
estadü de ánimo de un hombre que se había alejado
de la vida política activa. · Si fuese revelado lo que
sabía sobre la conspiración de julio del año anterior,
podría refutarlo también. aduc:endo que todos los
conspiradl•res hal::,ían sido arrestados muy rápida
mente: «Les hacía el juego, pero a todos los tenía
en un puiio. Stauffenberg era un extremista, siem
pre suceden cosas inesperadas; además, yo me encon
traba en el Búnker al lado del Führer. ¿Acaso no es
una coartalla?»
Pero ahora Karl Wolff marchaba a Suiza para en
trar en contacto directo c¡;n Dulles; un alto jefe de
la SS ,;e disponía a entrevistarse con el agente princi
pal de los aliados.
Himmler se quito los lentes con su manera habi tual
--hoy usaba los lentes sin montura que usan los
maestros de escuela- y comenzó a limpiar lenta
mente los cristales con la gamuza. No acababa de
comprender qué había cambiado en él. Después son
rió.. «Comt ncé a uctuar. Lo más terrible es este Je-

125
previamente o se le ha ocurrido a:horá.?
targo atormentadcJr. Parece una pesadilla.» -Desde que me enteré del. viaje de Wolff -con
Liamó a Schellenberg. El jefe de la seguridad po lítica testó Schellenberg--'. ¿Me permite fumar?.
llegó al instante, c::omo si hubiese estado en la antesaia y -Sí, porfavor -contestó Himmler. ·
no sentado en su despacho, en el 'tercer piso. . Schellenberg encendió un cigarrillo. Desde. el 36 fu
-Wolff ha salido en avión a establecer contacto . maba «Camel>i y no reconocía otra marca. Una vez,
con Dulles -dijo Himmler. en el 42, cuando ya América. había entrado en la
-Es una solución sabia... guerra; le preguntaron: «¿De dónde saca usted los
-Es una locura. Schellenberg, una locura y cigarrillos enemigos?» Schellenberg contestó: «Por que
un aventurerismo. uno compra cigarrillos norteamericanos, dicen en seguida
-¿se· refie1·e a un posible fracaso? que uno ha vendLdo la patria...»
-Me refiero a todo un conjunto de posibilidades. .,,.. / -Pensé en todas las posibilidades -continuó-,
¡ Es u"ted, todo ha sido obra suya! ¡ Usted me ha hasta en las más desagradables. -

T
llevado a efte paso! -¿Qué quiere decir? -Himmler se puso en guar dia.
--Si Wolff fracasa, todos los documentos llegarán Luego se calmó, volvió a ser el mismo; había una
a n-'.>so.tros. perspectiva razonable, ¿qué posibilidad desagradable
-Pueden caer primero en las manos del vienés... podía existir si todo había sido tan correctamente pla
Schellenberg miré inter:rogativamente a Himmler, neado?
quien aclaro, irritado: -'-¿Qué sucedería si Kesselring, o lo que es peor,
-De· Ka!tenbrunncr. Y no sé adónde enviarían. es su protector Goering, pudieran demostrar su coarta da
llegado el momento?
tos papeles después: a Bormanp o a mí·. Y usted -No debemos llegar a eso. Téngalo en cuenta de
sabe lo que haría Bormann si obtuviera papeles de antemano.
esta naturakza. Puede imaginarse !a reacción del -Nosotros sí, pero Usted, con toda justeza, ha sa cado
Führer cuando lo vea todo y aún más con aclaracio a su segundo, Kaltenbrunner, de nuestra opera ción. Él
nes de Bormann, podría admitir esta posibilidad. Él, y también Müller.
-Analicé también esa posibilidad. _ -Bueno, bueno -dijo cansadamente Himmler-.
H1mmler frució el ceño con enfado. Sentía deseo ¿Qué se propone usted?
de ordenar a Wolff que regresara y dejarlo aquí y .-Matar dos pájaros de un tiro.
olvidar su conversación con él y borrarlo para siem -Estas cosas no ocurren en la realidad -contestó
pre. de su memoria. Himmler con una voz aún más cansada y apagada-.
-Analicé esta posibilidad -repitió ScheUenberg-. Y además, no soy cazador...
.Primero, Wolff no debe hablar con Dl,l.lles a nombre -El Führer dice que los aliados están a punto de
suyo ni de Himmler, sino en nombre del mariscal romper, ¿no es así? En consecuencia, la ruptura entre
de campo Kesselring; está subordinado a él. Es el° ellos es una de nuestras tareas principales. ¿Qué
sustituto del mariscal en Italia y no está directamen hará Stalin si se entera de las negociaciones por
te. subordinado a usted. separado que lleva a cabo el general SS Wolff con los
Himmler echó una rápida mirada a Schellenberg. aliados occidentales? No puedo decir precisamente lo
«Tipo -inteligente -pensó-. ¡TodO está en Ja super que haría, pero que esto lo empujaría a determinadas
ficie! ¡ Y se ajusta perfectamente a mi conversación accio.nes no lo dudo ni por un momento. De modo que
con Goering! » . . · podemos codificar el viaje de Wolff como una gran
El mariscal de campo Kesselring había sido un
tiempo ayudante de Goering en la Luftwaff_e. Todos desinformación a Stalin. ¿Será beneficioso para el
lo consideraban hombre de Goering. Führer, o no? Las negociaciones deben aparecer como
-Está bien -dijo Himmler-. ¿Lo ha pensado
127
126
un bluff destinado a Stalin. Así lo explicaríamos al
.
-. .-, . .•·.
.

él nos servirán para nuestra coartada.


Führer ·en caso .de que la operación fracase.
Hirnmler se levantó de la silla -no le gustaban los i
·.·¡· :--La suya -corrigió Himmler-, la coartada suya.
«De nuevo le he asustado -pensó Schellenberg-.
sillones; siempre ocupaba una vieja silla de la ofi
cina-, fue a la ventana y miró durante largo rato
las ruinas de Berlín. En algunos sitios ya había cre
: Est_os detalles lo asustan. Le teme a una operación
arriesgada, le teme a todo. Siempre tengo que arran
cido la hierba, Los muchachos salían de la escuela v carle su consentimiento general y después hacerlo
reían alegremente. Dos mujeres empujaban los co
ches con sus niños. El espectáculo le devolvía la
l todo yo solo.»
-¿A quién piensa mandar?
tran quilidad. Pensó de repente: «Con qué alegría me -"Tengo buenos candidatos -contestó Schellen-
iría al bosque a dormir al lado de una hoguera. berg-, pero son detalles que yo mismo pudiera de
¡Qué
inteligente es Walter, Dios mío... !» ""' / cidir sm alejarlo a usted de asuntos más impor
-Pensaré en todo lo que me ha dicho -dijo Himm i tantes.
ler sin volver la cabeza. · En la lista de candidatos para resolver el primer
Quería asumir solo su victoria. Schellenberg se la problema, Schellenberg había incluido a Von Stirlitz
9aría con gusto al Reichsführer. Siempre les regala ba con su «protegido» pastor.
a él y a Heydr_ich sus victorias. Por eso agregó:
-¿Decidirá usted los pormenores o me ocupo yo
Esa mañana, mientras Erwin esperaba la respuesta
de ellos? . del centro, Stirlitz conducía. su automóvil lentamen
-Ocúpese usted -contestó Himmler, pero cuando te hacia su· casa. En el asiento trasero llevabá un ·
Schellenberg se dirigió a la puerta; volvió la cabe voluminóso tocadiscos. Erwin figuraba como propie
za-: Mejor . dicho, en ,este asunto no debe haber tario de una pequeña firma de tocadiscos lo cual le
detalles menores. ¿De qué se trata concretamente? permitía viajar ampliamente por el país 'atendiendo
-En pr.imer lugar, la operación de cob€rtura... Hay las necesidades de sus clientes.
que•elegir alguna figura que no sea nuestra para las -La calle donde vivía Erwin estaba obstruida. El
negociaciones con Occidente..-. Luego entregaremos bombardeo de lá noche anterior había derrumbado la
los documentos sobre este... hombre al Führer. En pared de un edificio de seis pisos y los obreros de
caso de necesidad... Será una victoria de nuestro '\. , los destacamentos viales, junto con la policía limpia
servicio de inteligencia: háber destruido los intentos ban la vía rápidamente y con destreza.
criminales de los enemigos. Así dice Goebbels, ¿no?· Stirlitz se volvió. Detrás de su Horch» se habían
En segundo lugar, en. Suiza, Wolff será vigilado por alineado no menos de treinta coches.· Un jovencito
miles de ojos. Entr.e estos miles, pueden encontrarse chófer de un camión, gritó.a 'stirlitz: · ·
también los de nuestros agentes que inmediatamen '·
te lo eomurticarán. ¿En manos de quién caería el in -Si apa ecen I s aviones ahora, se formará un
forme? ¿Lo informará un agente mío o de Müller? tremendo ho, y no hay donde ocultarse.
¿Será hecho por un intelectual que evalúa sobria mente -No vendrán -contestó Stirlitz, mirando al cielo.
el ·momento o por un fanático ciego tipo Kal Las nubes era bajas y, a juzgar por los b rdes
tenbrunner? Por eso quisiera que los miles de ojos grises_
de los aliados occidentales sean vigilados por cinco ,...1 .. y negros, de meve.

l.
o seis mil ojos míos. Wolff no sabrá que ntiestros Anoche no hizo frío -pensó Stirlitz-, y ahora es
hombres lo vigilan, porque ellos me transmitirán fa evidente que va a nevar.» ·
información directamente a mí. Ésta .sería, además, Sin saber por qué, recordó al astrónomo. El año
. una tercera coartada. En caso. de fracasar, tendría
del sol intranquilo. En nuestro Globo todo está re-
{ lacionado. Todos estamos relacion¡:1.dos, el Globo con
mos que sacrificar a Wolff, pero los informes sobre
y
· ·· pente:
el Sol «Es
y el orno
Sol con la galaxia.
Ja·red.de Stirlitz
agentes de sonrió de reEl
la Gestapo.
128 9- DIECISIETE INSTANTES DE UNA PRIMA\'ER 129

k..
segundo v;g;Ja al tmero y e, l tmero tkne ;n,truc
" dones de vigilar .al· segundo. Somos estrellas y de cuanto lo rodeaba como un radar; Era un con
nues- tro sol radiante es el. gran Führer... ¡Qué modo 'I
vencido de que cada hombre tenía la facultad de
de echar a perder a un pueblo en diez años!» presentir, aunque la mayoría no la desarrollaba'.
Un policía agitó bruscamente el brazo y gritó con -¿Y la casa. núme"ro nueve? -preguntó--. ¿Tam bién?
acento gutural: -Sí, totalmente destruida.
-¡A pasar! Stirlitz estacionó el automóvil junto a la acera
«En ningún lugar del munc\o -pensó Stirlitz- a los y _echó a andar por un callejón a la . derecha. El
. p_olicías les gusta tanto gritar.órdenes y hacer seña les mismo policía de ·aspecto enfermizo le cerró el
de mando. con la porra como en nuestro país.» paso.
.De repente lo sorprendió la idea de que pensaba en, -Está prohibido, señor.
··V Stirlitz le mostró el botón del SD en el reverso
de la solapa. El policía se llevó la mano a la vise-
, los alemanes y en Alemania como en su pueblo · y en
su país. «No puede ser de otra manera. Si me separa- · ra y dijo: ·
se de ellos, seguramente .habría fracasado hace mu -Los zapadores temen que pueda haber bombas
chísimo tiempo. Debe ser una paradoja, pero. amo a de acción retardada...
este pueblo y amo a este país... Tal vez sea cierto - .· que -Entonces, volaremos juntos ..,..dijo Stirlitz can
los Hitler van y vienen ( 1).» ""\' sadamente y se dirigió a las ruinas de la casa
· Frente a él, la calle ya estaba libre de obstáculos número 9.
y Stirlitz apretó el acelerador. Sabía que las vueltas Sentía un cansancio enorme, inhumano; hubie
bruscas se comen» demasiado los neumáticos, sa ra querido caminar muy lentamente, pero sabía
bía que los neumáticos ahora escaseaban, pero, de
todos modos, le gustaban los virajes bruscos para . que · que debía hacerlo con su habitual paso elástico
los neumáticos chillaran y cantaran y el coche . se y mostrando en el rostro la misma sonrisa miste
inclinara súbitamente como una lancha en una tormenta. riosa. Caminaba así, elásticamente, y con su obli
En Kopenick, donde tenía que doblar para llegar gatoria sonrisa escéptica. Imaginaba a Katy con
a la casa de Erwin y Katy, vio un cordón de poli su vientre muy grande y redondo. «Es una niña
. cías. -le dijo ella una vez-. Cuando el vientre se alza
-¿Qué ha pasado? .....;.preguntó . Stirlitz. en forma de pepino, es varón, pero, de todos mo
,r·'.' dos, pariré una niña.»
' -,Murieron todos? -preguntó Stirlitz al policía
que seguía mirando cómo trabajaban los bom beros.
-La calle está destruida -coritestó un policía jo-
ven y pálido-. Han lanzado una bomba muy po- ¡ -Es difícil saberlo. La bomba cayó por la ma-
. 1 drugada y había muchas ambulancias...
Stirlitz
«Segurosintió
que que su frente
también se perlaba
destruyeron de sudor.
la casa», com
prendió de repente. -¿Pudieron recuperarse muchas cosas?
En estos años había aprendido a analizar sus
present_imientos. Miraba con cierto asombro a los <'. ·
que afirmaban que la fe en un presentimiento·es
1' -¿No ve que es un caos...?
Stirlitz ayudó a una mujer llorosa a bajar de la
acera el cochecito con el niño y volvió a su coche...
tontería y mist!cismo. EJ present!a con exa ti ud ·\
-uno o dos d1as antes- cualquier acontec1m1en-
J-¡Mamochka! -gritaba Katy . ¡Gospodi! ¡Ma ma-a-
, to importante. Estaba sintonizado a la percepción a! . (1).

(1) «Los· Hitl<!r van v vienen, pero el pueblo permanc-. .r·. (1) «Mamita, Dios mío, mamita», en ruso. - N. del T.
ce.» Stalin. - N. del T-.
- ji 130
:l 131
Estaba acostada .en una . mesa. La trajeron a· la
casa· de maternidad contusionada, con dos heridas sondando eD· terreno ·para un acuerdo.-con el adver
en la cabeza. Gritaba . unas palabras ipcoherentes: sario. No puedo - confirmar estos datos de manera
lastimeras, rusas. estrictamente documental, pero lé ruego· me reci ba
Et doctor que asistió al parto -el mno era gi:io y escuche mis sugerencias sofJre· este problema que
tón, ronco y· grande- dijo a la enfermera: considero sumamente importante y que no ad
-Es polaca, pero ha parido un gigante... mite demoras. Le ruego · me permita, .. utilizando
mis• relaciones, i.nformarle más detalladamente y
-No es polaca -dijo la enfermera. proponerle mi plan para afrontar esta hipótesis, que
¿Qué es? ¿Rusa o checa? me parece -desgraciadamente....:. · demasiado cercana a
-Tenia pasaporte alemán -contestó la enferme ra la verdad.
. En el bolsillo de su abrigo estaba el pasapor te a ¡Heil Hitler!
nombre de Katalina Kien.
Tal vez el abrigo no era de ella.
-Tal vez -convino la enfermera-. Mire, qué Standartenführer SS VqN'STIRLITZ
niño tan bello. Pesa no menos de diez libras. Es
muy bel19... ¿Llamará usted a la Gestapo, o debo
llamar yo más tarde? · ··•Stirlitz · sabía a quien··podía referirse como fuen
te en su conversación con Himmier. Tres días an
-,-Llame ust d -contestó el doctor-, pero . más tes había muerto durante u.n bombardeo er. repor
tarde... tero cinematográfico de Portugal, -Pablo Wasser
mann. Stirlitz conocía sus estrechas relaciones con
.los suecos.
«Eso es todo -pensaba . Stirlitz cansadamente,
como si se viese él mismo des'de fuera-. Ahora
estoy completamente solo. Ahora estoy totalmente
solo... »
Se encerró largo rato en su despacho, sin respon der
a las llamadas . telefónicas.. Automáticamente contó
nueve llamadas. Dos se· prolongaron durante varios
minutos. Se trataría de algo importante o eran
subordinados que siempre llaman y esperan mucho
tiempo. Las demás fueron cortas, que ·es el modo
·en que llaman los jefes o amigos.
Después sacó de la mesa una hoja de papel y
cemenzó a escribir:

Al Reichsführer SS Heinrich Himmler.


Estrictamente confidencial y personal.
i Reichsführer!

Los intereses de la nacwn me obligan a dirigir


le .esta carta. He sabido de fuentes cercanas a los
periodistas de países. neutrales que a espaldas 'del
SD, a espaldas del Reichsführer SS, algunas per sonas
pretenden realizar contactos' con el enemigo,

132
'\ /

INFORMACIÓN PARA UN ANALISIS


(SCHELLENBERG)

¡ (Del expediente del partido del miembro del


NSDAP desde 1934, Brigadenführer SS, Walter
{! Schellenberg, jefe de la VI Sección de la Dirección
de Seguridad del Reich: «Ario genuino. Carácter
nórdico, valiente,, duro. Con los amigos y colegas
i en el trabajo es abierto, sociable, benévolo. Impla
cable con los enemigos del Reich. Hogareño. La
candidatura de su esposa fue aprobada por el
1 Reichsführer SS. No tuvo relaciones compromete-
¡ doras. Deportista muy bueno. Un gran organizador
en el trabajo...»)
1 -Además de su masajista, el doctor Kersten, Him
!
1 ler sólo confiaba en Schellenberg. Se interesó en
él desde el comienzo de los años 'treinta, cuando
3¡ / Schellenberg aún estudiaba. Sabía que este joven
apuesto, de veintitrés años, después de salir del
r
¡

t
colegio de jesuitas se había graduado en la Uni
i versidad con el título de bachiller ,en artes, y que
l su profesor más querido en la Universidad era un
judío. Sabía que, al principio, Schellenberg se bur
.! laba de las ideas
de,l
nacionalsocialismo y no siem

-1'
i
1
1

1
1

V
pre hablaba bien del Führer.
Himmler contaba con miles de hombres fuertes, ciegámente fieles
a él hasta la última gota de san gre. Necesitaba .por lo menos
cinco' ayudantes in teligentes y lúcidos que, a pesar de su
escepticis mo, le se·rvirían de ayuda para llevar a cabo una política
planificada con m_ucha precisión. ·
Por esta razón, cuando a · Schellenberg le propu-

135
· sieron trabajar en la inteligencia del Tercer eich; -Piensa que le voy a pellizcar los muslos a sus
después· de varias conversaciones con Heydnch Y putas ,-le dijo Müller a su ayudante-. Demasia do
una entrevist.. · con Himmler, aceptó, En aquellos .l honor. No me acostaría con ninguna de ellas ni
. aunque me pagasen. En mi pueblo esta ,clase ' de
momentos ya había . comenzado· a desilusionarse 4;1' mujeres -eran llamadas gusanos de estiércol.
con la actitud de los intelectuales alemanes que, Cuando la señora de Heydrich, en ausencia de su
ocultándose en sus villas a orillas de los lagos, en esposo llamó a Schellenberg para quejarse del abu

.,
la tranquilidad . de los bo ques· .de pinos de los al rrimiento y éste le propuso ir a un lago en las afue
rededores de B r!í n, se lim.it ban al comentario afli- . ras de la ciudad, Milller se enteró de inmediato .y
7 decidió que había llegado el momento de romperle
gido de los cnmenes de Hitler y se burlaban co 1

1
bardemente de sus manifestaciones hi_stérica_s.
Su prueba de fuego fue el salón de Kitty. Valién.- 1 la cabeza al niño bonito. No creía, como los «vie
<lose de su fichero, el j:fe de la l?olic!a criminal, l/ jos» en la Gestapo,. que Schellenberg era una figu
Nebe mandó a este salon de alta sociedad a las ra poco seria: demasiado guapo, sacaba de la bi
prostitutas más elegantes de Berlín, Munich Y Ham-· - blioteca libros en latín y español, se vestía como
1· burgo. Después, cumpliendo instrucciones d Hey un niño fino, no ocultaba sus aventuras amorosas
e iba a pie a la Prinz-Albrechstrasse,· rehusand·
drich, localizó a las esposas jóvenes y bomtas de t
utilizar el coche. ¿Acaso era un agente serio? Char
diplomáticos y altos militares, mujeres cansadas · .
de su soledad (sus esposos pasaban días y noches laba, reía, bebía..._ La tosca inteligencia campe
sina de Müller, que reaccionaba contra todo lo
en reuniones y en viajes por Alemania y el extran jero).
nuevo; le _decía· que Schellenberg era el primero de
, Las 'esposas se aburrían y estaban deseosas de
entre la nueva genera_ción. Y el niño mimado atrae
divertirse; encontraron sus diversiones en el salón ría a los suyos.-
de Kitty, donde se reunían los diplomáti- cos de Schellenberg acompañó a la señora Heydrich al
Asia, América y Europa. lago Ploner. Era la ·única mujer que respetaba. Po
Los expertos del departamento de seguridad SD 1
día hablar con ella sobre la elevada tragedia de la
construyeron el salón con paredes dobles Y situa- '¡ Héla e y la grosera lujuria rumana. Paseaban por
ron allí aparatos para escuchar y fotografiar. .La _
idea de Heydrich Jue realizad1:1 por. Schellenberg,
que era el dueño de este salón y realizába el papel ,,,;
¡ la onlla del lago y hablaban interrumpiéndose mu
tuamente. Dos muchachos de caras mofletudas del
de alcahuete. r departamento de Müller, se bañaban en el 'agua
Schellenberg y Heydrich se pasaban largas horas ¡ fría observando el objetivo número 2 y el número
en una pequen.a sa.la de proyecciones contemplan- !- 75. Milller. señaló con el número 2 a la señora de
¡ do fotografías picantes de las esposas de sus ami- . Fleydrich por la jerarquía de su esposo en la di recc!
gos junto a diplomáticos extranjeros. ón de seguridad del Reich. Schellenberg no podia·
Los diplomáticos comprometidos comenzaban a suponer que ·aquellos dos únicos idiotas que
trabajar para la int ligenc;_:ia, para Schellenberg, y
las esposas comprometidas de los . militares, miem
, ! se bañaban en el agua helada fueran de la Gesta po.
No creía que los agentes tuvieran derecho a
1
bros del partido y políticos ·del Tercer Reich, en- ¡,, llamar la atención tan abiertamente. La astucia
¡11 grosaban los archivos del. jefe de la Gestapo, 1 rural de Müller resultó más eficieñte que la ar o
Müller. · niosa l gica de Schellenberg. Los agentes debían
. Pero a éste no se le permitía trabajar en el· sa- fotografiar sus «objetivos» si éstos decidieran
ÍI Ión. Su físico campesino y sus bromas .groseras po «acostarse un ratito debajo de los árboles» como
dían asustar a los visitantes. Fue entonces cuando dijo Müller. Los «objetivos» no se acostar n de
por primera vez sintió que dependía de un joven- bajo de lo.s árboles. Pero Müller había decidido que
los celos ciegos eran siempre los más terribles
cito.

136 r
1.

137

.1
lDónde está? . . . \
Colocó sohre la mesa de Heydrich el informe de Heydrich sonrió, echó en la copa un poco de «Mar
que su esposa y Schellenberg habíari paseado por tini» y se la. alargó a Schellenberg. ·
el bosque y pasado medio día a orillas el lago Medio año después, Schellenberg visitó a Hey
Ploner. No agregó comentario alguno al mforme. drich para pedirle su consentimiento. «Quiero· ca
Heydrich era hombre de un amor propio enfermi- sarme -le comunic . pero mi suegra es polaca.»
zo y soluciones imprevisibles. . , .. Era un asunto que debía analizar con el Reichsfüh
Lleyó el informe y no lo coment,o con Muller. M_4;>· rer SS Himmler. Himmler examinó personalmente
vió la cabeza en señal de que pod1a marcharse. Mu ller las fotos de ·1as futuras esposa y suegra de Sche
se inclinó. No pudo adivinar nada en el sev.ero rostro Uenberg. Los especialistas del departamento de Ro
afilado de Heydrich. El día tra_nscurrió en completa '\J,,;I senberg midieron con un microcírculo. 1 estructu
calma. Esa misma noche, después de te lofonear a ra craneana, el tamaño de la frente, y la forma
Müller, Heydrich entró en el despacho de de las orejas. Himmler autorizó a Schellenberg a
Schellenberg y, dándole una palmada en el hom bro, que contrajera matrimonio.
le dijo
r
En la boda, Heydrich, después de haber bebido
-Hoy tengo un humor de perro. Vainas a tomar en exceso, tomó a Schellenberg del brazo y lo llevó

l
algo. . . · a la ventana.·
Hasta· las cuatro de la madrugada los tres reco rrieron -¿Cree usted que desconozco que la hermana de
tabernas pequen.as y sucias, se sentaron junto a su mujer se casó con un banquero judío?
las prostitutas histéricas. y· especulador.es de divisas Schellenberg sintió un gran vacío en su interior,
y rieron y bromearon cantando cancio nes populares sus manos se helaron.
con todos, y ya al amanece.r Heydrich -Bueno, bueno -dijo Heydrich · y suspiro de
acercó su silla · a la de Schellenberg y· le pidió que pronto,
En aquel momento Schellenberg no comprendió
1
brindaran juntos y que comenzara a tutearlo. Des la causa de aquel suspiro de. Heydrich. Lo entendió
mucho más tarde, al · enterarse de que el abuelo
¡ del jefe de seguridad del Reich era judío y tocaba
el violín en la opereta vienesa.
pués del brindis, Heydrich, · tapando con la mano
la copa de Schellenberg, le dijo:
-¿Sabe? Eché veneno en su vino. Si no me dice
toda la verdad de cómo pasó el tiempo con mi es
posa, morirá usted. Si me la dice, por más terri
ble que resulte para mí, le daré un antídoto. ·
r
t
Schellenberg .lo comprendió todo. Sabía enten·
);r:¡.
¡;: derlo todo en un segundo. Recordó a los- dos tipos
de caras cuadradas que se bañaban en el fago, vio
los ojos de Müller que se movían ágiles, su boc,a
demasiado .sonriente y dijo:
-Bien, la señora de Heydrich me- llamó. 'Estaba
,!.< aburrida y la acompañé al lago Ploiler. Puedo pre
¡i¡¡,
¡ij sentarle testigos que· saben cómo hemos pasado
11.

P 11 el tiempo. Paseábamos y hablábamos sobre la gran


::¡ . deza de Grecia, arruinada por los delatores, que la
·i.il'.·¡ vendieron a Roma. Aunque, desde luego, esta . no
i:¡
fue la única causa de su ruina. Sí, estuve con la
señora de Heydrich; idolatro a esa mujer, la espo
.:¡ sa de un hombre que considero verdaderamente
¡1
} grande. ¿Dónde está el antídoto? -pregunt .

J
¡ii
111
,.¡
138
1.8-11-1945 (11 h 46 _min:t

Schellenberg vio a Stirlitz en la antesala del


Reichsführer. Tenía concertada una entrevista con
.Himmler. Llevaba en las manos una carpeta es
tampada, gris-verde y con bordes dorados. En esta
carpeta estaba ·-una hoja de papel, la carta que ha
bía escrito inmediatamente después de su regreso
de Kopenick. ,
-Usted es el siguiente --le dijo a Stirlitz el ayu dante
de guardia, dejando pasar· al despacho al jefe del
departamento ecc;>nómico de Ja· SS, gene
·ral Pohl-. Creo que el Obergruppenführer no tar
dará mucho. Tiene que resolver problemas
locales.
_ -Buenos .días, Stirlitz -dijo _Schellenberg--,- Lo
estaba buscando.
-Buenos días -contestó Stirlitz-. ¿Por qué tie-
ne ese aspecto tan cansado?
-¿Se nota?
-Bastante.
-Venga, lo necesito.
-Pedí audiencia al Reichsführer.
-¿Qué problemas tiene?
-Personales.
-Volverá dentro de una hora o una hora y me-
dia -dijo Schellenberg-.- Dígale que le aplacen la
audiencia. El Reichsführer estará aquí hasta el
oscurecer.
-Bien -rezongó Stirlitz-, pero temo que no sea
correcto.
-Me llevo a Von Stirlitz -dijo Schellenberg al
ayudante de guardia-. Aplace, por favor, la hora
de la entrevista para las dos.

141
-¡ A sus órdenes, Brigadenführer!
Schellenberg condujo a Stirlitz por un brazo y,
a-l salir del despacho, susurró alegremente:
-¡ Qué voz, eh! Contesta como un actor de ope
reta. La voz surge del vientre y con obvios deseos
de agradar.
-Siefi!pre he sentido lástima por los ayudantes
-dijo Stirlitz-. Constantemente deben mantener
su importancia porque la gente podría compren
der- su inutilidad.
-No tiene razón. Un ayudante siempre hace fal
ta. Es. como un bonito perro de caza: constituye / INFORMACIÓN PARA UN ANÁLISIS (CHURCHILL)
un tema de conversación entre uno y otro asunto y,
si. tiene buen físico, se lo envidiarán otros caza-
dores. ·
-Bueno, conocí a un ayudante -continuó Stir
r ., Cuando, en los últimos meses de ·1a guerra, Hit
ler. repetía, como un conjuro que la ruptura de la
litz mientras avanzaban por los pasillos-, uno que (,
unión anglo-ruso-norteamericana era una cuestión
hacía el papel de .empresario. Hablaba a todo el í' de semanas; cuando aseguaraba a todos que Occi-·
mundo de la geniálidad de su dueño; Finalmente dente aún. solicitaría la ayuda de los alemanes des
le organizaron un · accidente automovilístico; era 1 pués de µna derrota decisiva, muchos lo . considera-

l
demasiado melodioso, irritaba... ron una manifestación del. carácter del Führer:
Schellenberg se echó a reír. creer hasta el final en todo lo que soñaba su mór
-¿Lo ha inventado o es verdad?' bida y obstinada imaginación. Sin embargo, en este
-Claro que lo he inventado...' caso específico, Hitler se apoyaba en los hechos,
A la salida de la escalera central encontraron a La inteligencia de Bormann, sin utiliz_ar los cana
Müller. les de Himmler y Ribbentrop, y mucho menos los
. -Heil Hitler, amigos -dijo. dé .la inteligencia militar comprometida por la con
.-Heil Hitler, amiguito -contestó Schellenberg. ducta del almirante Canaris, ya a mediados de 1944
-Heil -contestó Stirlitz sin levantar el brazo. "t había obtenido en Londres un documento suma
-Contento de verlos, diablillos -dijo Müller-, ¡ mente secreto que contenía las líneas siguientes:
¿de nuevo están tramando alguna perfidia? «Sería una. terrible catástrofe que la barbarie rúsa
-Sí, la estamos tramando -contestó Schellen aniquilase la cultura e independencia de los anti guos
berg-. ¿Por qué no? Estados europ os.» La increfble memoria de Hitler .lo
-La perfidia nuestra no se puede comparar con trasladó en · seguida · al año 1936, a Nü remberg, al
la suya -dijo Stirlitz-. Somos corderos inocentes congreso ·del partido nacionalsocialis ta de
en comparación con usted. Alemania. Allí Hitler había dicho: «Si los
-¿Conmigo? -se asombró Müller-. Bueno, eso , métodos bolcheviques resultaran victoriosos, la cul
es incluso agradable si te consideran un demonio. . tura europea · sería sustituida por la barbarie más
Los hombres mueren y queda memoria de ellos. terrible· que haya existido nunca.»
Aunque sea una memoria diabólica. El párrafo del documento robado, a que se re
. Müller dio unas palmaditas amistosas en los hom bros fería él una y otra vez, pertenecía a Winston Chur
de Schellenberg y Stirlitz y entró en el des chill. Lo había escrito en un memorándum secre
pacho
en sus dedespachos
uno de sus
sin empleados;
anunciarse. le gustaba entrar
! to
banenenoctubre de sino
Polonia, 1942, en cuando los rusos
Stalirtgrado; no ennoRuma-
esta-

143
nia, sino cerca de Smolensk; no en Yugoslavia,
sino en Jarkov. Político cautéloso y valiente, Churchill, sin em.bar
Posiblemente, Hitler no hubiera alentado decre go, se daba cuenta de que no era posibl.e entrar en
tos que castigaban con la muerte inmediata cual quier contacto COff ningún dirigente del partido de Hitler
intento de negociaciones, si hubiese cono cido la _:_aun en el caso de una rápida irrupción de los rusos
furiosa controversia que existía en 1943- 1944 entre en Europa-, porque si para él Rusia constituía una
ingleses y norteamericanos sobre la di rección del golpe amenaza rr¡ortal, para los pueblos martirizados por
principal de los ejércitos aliados. Churchill insistía en el régimen hitleriano, ella era el símbolo de la libe,
desembarcar las tropas en los Balcanes y ración. ·Tampoco popía ponerse en contacto con Ber
fundamentaba que era necesario: lín, pues era consciente de la ilimitada perfidia de
-El problema es éste: ¿podemos resignarnos al los altos jefes de Hitler y de que la opinión pública
éomunismo en los Balcanes y posiblemente en Ita lia? mundial nunca justificaría el contacto de la demo cracia
Creo que debemos ofrecer resistencia a la pe netración e con los hitlerianos... Podía, en determinadas
intervención comunista... Debemos dar nos cuenta de . circunstancias críticas, entrar en· contacto con los
una manera clara de las ventajas que obtendrían las opositores del Führer para crear el único frente. ca
democracias occidentales si sus ejércitos ocupasen paz de contener el salto de los rusos )lacia la costa
Budapest y Viena y liberasen Praga y Varsovia... del Atlántico; lo que más temía Churchill. Sin em
.. bargo, después del aniquilamiento de los conspirado
Los norteamericanos, razonables y sobrios, com res en el verano de 1944, ya no quedaban estas fuer zas
prendían que los intentos de Churchill de dirigir ·en Alemanja. Pero consideraba prudente cada
el golpe principal contra Hitler, no en Francia; sino «flirteQ» con todos los .que tratarían de llevar a cabo·
en los Balcanes, eran sumamente· egoístas. Se per la capitulación de los ejércitos de la Wehrmacht en
cataban de que el triunfo del punto de vista de el Occidente, aunque le parecía muy improbable -de
Chur<:hill convertiría a Gran Bretaña en fuerza · bido a la sólida posición de Roosevelt y al estado de
predominante en el Mediterráneo. De hecho, Gran opinión prorrusa en todo el mundo- llevar a cabo
Bretaña resultaría dueña de Africa;- el oriente ára una política más dura con respecto a Stalin, sobre
be, Italia, Yugoslavia y Grecia. El balance de fuer todo en los problemas de Polonia v Grecia.
zas evidentemente no estaría así a favor de los Cuando los servicios secretos riiilitares informa ron
Estados Unidos y el desembarco fue planeado en a Churchill que los alemanes buscaban contac. tos
Francia. con los aliados, expresó:
En el invierno de 1944, Churchill anunció su es -A Gran Bretaña se .ia puede acusar de lenta, te
trategia a sus colaboradores más íntimos: meraria y de poseer excesivo sentido del humor....
-En primer lugar, la Rusia soviética se ha con No obst nte, nadie_ puede acusarnos de perfidia y
vertido en una amenaza mortal para el mundo li ruego a Dios que nunca se nos pueda acusar de eso.
bre; en segundo lugar, hay que crear un nuevo fren te Pero -agregó y sus ojos se hicieron de acero y sólo
contra su avance temp·estuoso; tercero, este frente en en algún sitio, muy profundo, corrían las chispas de
Europa debe. desplazarse· lo más lejos posible hacia la risa-, siempre pedí delimitar de modo exacto el
el. Este; cuarto, objetivo principal y verdadero de los juego diplomático dirigido a fortalecer la amistad
Ejércitos .ingleses y americanos es Berlín; quinto, la entre las naciones y una perfidia directa y poco ra-.
liberáción de Checoslovaquia y la entrada de las tropas zonable. Solamente los asiáticos pueden considerar
americanas en. Praga tiene una gran importancia; sexto, como perfidia un juego giplomático fino y comple
Viena y, en esencia, toda Aus tria debe ser controlada jo. No está de más subrayar que la regla misma del
por las potencias occiden tales... juego puede decirnos-en caso de necesidad: ¡ Un paso
al lado! Así hablan los niños y ellos son los políticos
144 más ·honestos...

JO-,. DIECISIETE INSTANTES DE IJNA PR!MA\'ER\ 145


De esa forma· dio a entender Churchill a los hom
bres del servicio secreto que los contactos con los
alemanes eran posibles en una situación determina
da, en. determinadas circunstancias y ª. condición de
declarar que estos contactos eran un Juego, un son deo
dirigido a la causa común de los aliados en su lucha . '
contra la tiranía hitleriana.
....:.ya que nuestros colegas norteamericanos -agre
gó- están.informados en la misma medida o tal vez
más, hay que darles el cferecho .de sér el primer vio- · .· 18-11-1945 (12 h 09 min)
lín en esta orquesta. I.
-Pero en caso necesario, ¿puede el juego con• -Buenos días, señora Kien -dijo el hombre in
vertirse 'en un. acto más serio? -preguntó el segun- clinándose sobre la cabecera de la· cama.
do jefe de. la inteligencia. . · . -Buenos días -contestó Katy con voz apenas per
-¿Usted cree que el juego no es una cosa. sena? ceptible.
El juego es lo más serio que _hay n el mun?º· Todo v: Aún le costaba un esfuerzo enorme hablar, tenía
lo demás es vanidad y no tiene 1mportanc1a -COI)· un ruido constante en la cabeza y cada movimiento
testó Churchill. Estaba acostado, todavía no se ha- · le provocaba náuseas. Sólo se tranquilizaba después
. bía levantado ·después de la siesta y su humor era de dar el pecho al niño que dormía junto a ella. Cada
benévolo y alegre-. La política en la forma en que vez que abría los ojos, antes de que todo comenzase
estamos acostumbrados a percibirla; está muerta. Para a girar· ell' su cabeza y cambiar de colores y la sofo
remplazar la política local de operaciones elega es cante náusea avanzara hacia su garganta, veía a su
en tal 6 cual región del mundo ha llegado la poht1ca niño y sentía una sensación· desconocida hasta aho
global. Ya no es la voluntad de una persona, no son ra. Una sensación extraña que no podía explicarse a
aspiraciones egoístas de tal o cual grupo, es una . sí misma. Todo se había confundido en ella: el mie do,
ciencia, exacta como. la matemática y peligrosa como 1 la sensación de un vuelo, un orgullo vanidoso,
la radiación experimental en medicina. A ·1a p lítica 'f inconsciente, y una gran calma inalcanzable para ella
-global se subordinarán los pintores y astrónomos, as anteriormente. .
censoristas y matemáticos, reyes y genios -Churchill -Quisiera hacerle varias preguntas, .señora Kien
arregló la manta y agregó-: La unión en n r se -continuó el hombre-, ¿me oye usted?
del rey y del genio de ninguna manera esta dmg1da -Sí. ,
contra el rey; la oposición que se encierra en esta -No la voy a molestar mucho...
frase es casual y no persigue ningún objetivo. La po -¿Quién es usted?
lítica global supondrá alianzas tan inesperadas, vira- -De la compañía de seguros...
jes tan paradójicos en· la estrategia, que mi invoca -A mi esposo... ¿le ha ocurrido algo?
ción a Stalin el 22 de junio de 1941 parecerá la cum- ­ -Trate de recordar. Cuando cavó la bomba, ¿dón•
bré de la lógica y la coherencia. A propósito; mi in de estaba él? .
vocación fue lógica, el problema de coherencia era -En el cuarto de baño.
secundario. Lo principa-1 son los intereses de la. co -¿Ustedes tenían briquetas? (1) Escasean tanto...
munidad de las naciones, todo .lo demás ser_á perdo- En mi compañía pasamos mucho frío...
. nado por la Historia... ·
.(1) Briquetas de carbón para calentar el agua. -Nota
del traductor:

147
-E.l compró... varios... casualmente... -¿Dónde están· sus familiares? Nuestra compania
-¿No está cansada usted?
-Él... ¿no ·existe ·ya?
·1os ·ayudará a venir. Nosotros pagamos el viaje y
-Le traigo una noticía triste, se_ñora Kien. No··. ofrecemos vivienda... Por supuesto, usted compren-
existe ya... Ayudamos a todas las víctimas de estos derá que los hoteles están en parte destruidos y los
terribles bombardeos. ¿Qué ayuda necesita usted demás se han entregado a los militares. Pero tene
mientras esté en el hospital? Por supuesto, su ali, rnos cuartos privados. Sus familiar s no· se enojarán
con usted. ¿Adónde hay que escribir? ·
mentación está asegurada, y la ropa estará lista para
el momento de su salida, la. de usted y la criatura... · ....,.Mis padres se quedaron én Konigsberg· -con testó
Qué encantadora.:. ¿ffombra? · Katy-. No sé qué ha. sido de ellos.
-¿Y los padres de su esposo? ¿A quién. debemos
-Varón.
-¿Grita
·· i.1 ., comunicar la desgracia?
-Viven en Suecia. Pero no sería_torrecto escribir
mucho?
-No ... Aún no he oído su voz. les. El tío de mi esposo es un. gran amigo de Ale
·De repente. le intranquilizó que ni una sola .vez hu· mania y nos ha pedido que no le escribamos... Las
biera oído al niño. _.cartas ·se las hacíamos llegar ocasionalmente o a tra-
..:_¿Deben gritar mucho? -preguntó. vés de la Embajada. ·
,

l
-Los míos grifaban horriblemente dijo el hom ";., · -¿No recuerda usted la dirección?
bre-. Me dolían los oídos de sus gritos. Pero los En ese momento comenzó a llorar el niño.
míos nacían flaquitos y éste es un· gigante. Los gi
gantes siempre son callados,,. Señora Kien, perdone,
si no está muy cansada, quisiera. preguntarle: ·¿sus
f
. -:-Perdone .-dijo Katy-, debo darle.-de comer, al
· niño. , Después le diré la dirección. .
-No voy a molestarla más ....dijo el hombre y sa
bienes estaban asegurados, en qué suma?· lió de la habitación. . . ·
-No lo sé... De esto se ocupaba mi esposo... .
-¿En qué seccion se aseguraron ustedes? ¿Tam- Kat.y lo obser.vó al salir y. . t.ragó lentamente, con
poco lo recuerda? un nudo en la garganta. La cabeza Ie dolía como
-Creo que en la esquina de Kudamna· y Kant antes,. de una. for_ma sorda, pero no sentía .náuseas.
. strasse: No tuvo tiempo· para pensar en Jas preguntas del
. -Bien, es, la .sección 27.:. Ahora. S más sencillo hombre. El niño comen ó a chupar el pecho y toda
solicitar los datos... Diga... ¿no se acuerda usted de ,i,,· preoc,upación y alarma Qel mundo exterior se borra

la' suma del seguro? · · ·· ron para ,ella. Sólo existía el . niño chupando el pe cho
-Creo .que eran unos diez mil marcos... con avidez y moviendo rápidamente las. manitas. Le
-Una suma grande... quitó los pañales y lo contempló co o era:. gran- de,
El hombre lo anotó todo en su sol;>ada libretucha; rojizo, con rolletes. . . , ...
tosió de,nuevo, se inclinó hacia· Katy y en voi muy D_espués, ·recordó de- pronto .que ·dos días antes
baja dijo: . _ ha-· bía..estado acostada en. una gran sala .
·-Una madre joven no debe llorar· ni· agitarse... acompañada por muchas mujeres y les traían a todos
los bebés al
· mismo tiempo y en la sala se oían chillidos que ella
Créame, soy padre de tres hijos... Todo ésto se refle · ,;."",. percibía como si fueran de algún lugar remoto.·
jará en seguida en· la barriguita del pequeño y oirá «¿Por qué estoy aquí sola? -,,pensó •súbitamente
su voz... No tiene dérecho a périsar _sólo' en usted. Lo Katy-. _¿I>ónde estoy?»·:. . . . . · · .
.ocurrido ha·terminado para siempre. Ahora, ante todo, El. hombre volvió a la media hora. Durante largo
debe pensar en su· criatura;.'. rato miró al niño dormido; después sacó· varias· fo.
-Está bien -susurró Katy y toéó eón s s dedos
to.s de, la carpeta y · las extendió sobre las rodillas.
das ... -Mientras anoto la. dirección de su tío, observe,

148 149
helados la mano tibia· y húmeda del hombre-. Gra.- Dijo: · ·

¡
;::.: ,!,·"; ;:d:C:,':'.;::'.:" n s;;;., rtf
·que había en su casa. ¿Sabe?, en su desgracia- una
_, ,
sola maleta es ya una. gran ayuda. Puede yen.der. algo ,.
y comprarle al pequeño lo más necesario... _
-Franz Paakenen, Gustav Georgplatz 25, Estocolmo. 1
-Gracias. ¿Se si'ente cansada?
¡-
¡ ·
-Un poco -contestó Katy,· descubriendo entre las.
maletas y cajones colocado.s con e.smero en la calle, ._. ·.
al -Observe
lado de lascon
ruinas de su ycasa,
atención me ·la
ire maleta
-diJo elgrande
ho m-
que no ¡;e-podía confundir on ninguna otra. _En ella"\!;' 18-11-1945 (12 h 17 min)
Erwin guardaba el transmisor. . , .. T
bre, alargándole la fotografía. · Eismann · estuvo largo rato andando · de un Íado a
_ -Creo que no -contestó Katy-, éstas no son nues.s ·· otro de su ·d spacho. Caminaba a pasos largos con
tras maletas... , las manos detrás de la espada, sintiendo que le fal taba
-Gracias, entonces este pr,oblema está resuelto -'. algo muy conocido y esencial. Esto le impedía
-dijo el hombre, guardando cuidadosamente la fo-! concentrarse; se apartaba de lo principal y lo que
tografía en su portafolio. Después; inclinó, la cabez para él constituía un totmento: ¿Por qué se había
y se puso de pie-. Dentro de dos o tre d1as yolvere hecho .sospechoso Stirlitz?
a visitarla y le diré los resultados de mis gest1011es... · Al fin, cuando con esfuerzo agotador comenzaron
La comisión que cobraré, qué le vamos a hacer, esto , a aullar las sirenas de la alarma aérea, Eismann lo.
son tiempos difíciles, es muy peqtJeña, no le causara.e · comprendió. Le faltaban los bombardeos. La guerra
problemas... · ..·_ se había convertido en una rutina, el silencio parecía
-Le estoy muy agradecida -contestó·Katy. cuajado de peligros y encerraba más miedo secreto
que el bombardeo.
El investigador de la secdón local de la Gesta o l «Gracias a Dios -pensó Eismann cuando el gemi
do de la sirena desapareció en el silencio-. Ahora me
que visitó a Katy, envió de inmediato la fotograha r
con las impresiones digitales de Katy para que.fue- ¡
puedo sentar y trabajar. Todo el mundo se irá y po
dré estar sentado y pensar y nadie vendrá con. pre
sen analizadas. La..fotografía había sido recubierta · guntas idiotas y suposiciones estúpidas...»
previamente en el laboratorio con una so!ució es pecial'. Se sentó a la mesa y comenzó a hojear el expedien
Las huellas igitale.s en el transmisor mon tado eri te del pastor Fritz Schlag, detenido en el verano de
la maleta ya estaban listas. Se supo que en la 1944 y sospechoso de actuar contra la seguridad del
maleta.. que contenía. el transm_ isor había hue.llasl Estado. -Dos denuncias precedían su detención: la
de tres personas ·diferentes... El seg ndo papel ue · de Barbara Krein y la de Robert Nitche. Ambos eran enviado
a la VI Sección de la Seguridad del Reich¡,r·\. feligreses de su templo y señalaban ·en sus denun
y en él se pedía informes sobre la vida 'y. actividades - cias que el pastor Schlag predicaba en sus oficios
del súbdito sueco Fran, Paakenen... 1 la paz y hermandad con todos los pueblos, -que cen
suraba la barbarie de la guerra y el irracional derras
mamiento de sangre. La v_erificación objetiva ésta;
bleció que el pastor se había entrevistado varias ve
ces con el ex canciller" Brüning, que se encontraba
exiliado en. Suiza y mantenían buenas relacion ;
\
151
1
=: : ! !:: !,,=,' . \6 1 :"::,:".fJ :":u l;_ ªd:.:' °:i n ":';!
pastory el canciller,a pesar de la investigación ·exi . , a
:;:
mas ervidores de la Iglesia que no son fieles nues•
haustiva -llevadaa cabo en Alemania y Suiza... tr sat do, Y segundo, nos ayudará en nuestro tra-
=, Eismann no <:omprendía la razón· por la cual el
pastor Schlag estaba en el contraespionaje; ¿Po·r qué
baJo futuro. ¿Acepta mis proposiciones?
- eb pen arlo. .
_no había sido enviadoa la Gestapo? ¿Por -qué los »- (::uanto t empo .necesita para pensarlo?
hombres de Schellenberg se interesaban por él? En- »-c.Cuánto iempo necesita un hombre para pre-
contró la respuesta en un pequeño informe adjunto pararsea ]JlOnr?.
al expediente. En 1_933 el. pastor había viaja:do dos »-:-Le _Propongo que vuelva sobre mi proposición.
vecesa Gran Bretañay Suiza para participar en con- '\J,, dU dted _dice que, de todas formas, es un ñombre per-
gresos de pacifistas. ·t 1 º· c.Acaso no es un patriota alemán?
«Se interesan por sus relaciones.--comprendió Eis- -Lo soy: ;,ero, ¿qué se debe entender por "pa-
mann-, quieren sa,ber con quién se entrevistaba allí. tnota ale_mai:i ?
Por eso lo enviarona la inteligencia, por eso· lo en- »-La !1de hd a _?a nuestra ideología.
tregarona Stirlitz. ¿Qué tiene que ver Stirlitz con »-La ideologia no hace un país.
todo. esto? Le han encomendado una _tarea y la ha.. ,. »-,-Elnue S t ro vive de la ideología del Führer. ¿Aca-
cumplido..». . so no es su deber, deber de guía espiritual, estar con
Eismann hojeó el expediente. Los interrogatorios elp ue ? 10 q e profesa nuestra ideología?
eran cortos.y secos. Quería encontrar algo que le »-,-_S · pudiera discutir con us.ted en igualdad de
permitiera ser más o_bjetivo, que hiciera que sus con- co ndic io ie:is '; sabría. qué -contestarle.
clusiones fueran fundamentadas y dcicumentádasj pero »-Le mvitoa una disc_usión de iguala igual.
prácticamente no había nada que érn.:onfrar. El inte- »- ES atr con . el ueblo es una· cosa, pero encon-
rrogatorio había sido llevadoa cabo en un estilo di- trarse en una situación Y sentir que uno actúa justa-
ferente al estilo habitual de Stirlitz: ninguna bri- mente Y de acuerdoa la fe es otra.·Estos dos facto-
llantez, sólo mera ·rutinay rig_idez. res pue?en ° no coincidir. Pero usted me propone
Eismann telefoneóa un archivo especial. Durante una sah a que . o .corresponde a mis convicciones.
largo rato nadie respondió al teléfono. · º .?
, st qu ere utilizarme Y hacerme firmar una decla-
«Seguramente todos se han· ido al refugio», pensó y í r cIOn.. s!n. emb_argo, usted hace la- proposición como
decidió colgar el auricular, pero precisamente en ese si e dingie_raa un ser humano.. ¿Por qué entonces
instaD;te alguien descolgó. habla conmigo. como _con un ser humano si me. pro-
-:-Elsmann de la IV Sección. Buenas tardes: Por fa- pone se_r un ;simple mstrumento? Debe decirme: te
vor,. dígame si en su archivo- aparece _la grabación mat mos O firi:nas est papel. Hacia dónde ·va Ale-
del !.nterrog to io del pastor chlag por el Standar- n:iama O en,_que lengu Je habla tiene poca importan-
tenfuhrer Stll'htz el 29 de setiembre de 1944. cia para mi: en esencia, ya soy un. cadáver.
»---Se equ voca. _No. es así por las razones siguien-
tes: no_ le Pl O que firme ningún,_ hpel. Supongamos
que retire m1 prop esta de que haga una declaración
en fa Prensa y ad10 _hablando en contra de sus her
«-Quiero advertirle que usted está detenido; está manos de r l g1on opuestos a nuestro régimen. Pri me
:en las manos de la justicia del nacionalsocialismo: o _le ped1na que llegase a mi verdad. del nacional
llamado a castigar a los culpables y defender al pue soc1ahsmo y, después, si ve la posibilidad .de estar de
blo del .mal;· la salida de aquí a la vida normal es a uerdo con esta verdad, que nos ayude en la me
prácticamente imposible. Tampoco será posible una· dida en que creyese usted en ella.
· vida normal para sus familiares. Rectifico: todo.
es· 153

152 -
»-Si éste es un planteamiento, trate de ,...-,n"·.,n,,·.,r
,,-Sólo hacemos la guerra. para asegurarnos el
me de que el nacionalsocialismo le·ofrece más
espacio vital.
que cualquier otro régimen. »-¿Y mantener a uI1 .cuarto de población en los
»-Estoy dispuesto a· hacerlo. No obstante, tome
campos de concentración es el bien o la vida armo
en consideración que· el nacionalsocialismo es nues-.
niosa por la que debo sacrificarme?
tro Estado, un. Estado guiado por las grandiosas ideas
,,-Se equivoca. En nuestros campos de· concen
del Führer, mientras que ustedes, lcis hombres de la tración que, a propósito, no son armas de destruc
fe, no le proponen ninguna alternativa a este Estado. ción (veo que usted utiliza la información enemiga),
· Sólo proponen . la perfección moral. no está la cuarta .parte del país. Además, en las puer tas
»-Exactamente. de cada uno de nuestros campos de concentra ción
»-Pero no sólo de perfección moral vive el hom bre, está escrito: "El trabajo hace libre." En los campos
como tampoco vive sólo de pan. Queremos el bien para de concentración educamos a las ovejas des carriadas,
nuestro pueblo. Considerémoslo el primer paso en el pero, naturalmente, los que no cometieron errores, pero
camino qué llevaría al perfeccionamiento · mo ral eran nuestros enemigos, debían ser aniquilados.
ulterior de nuestra nación. ,,-Entonces, . ¿ustedes deciden quién es culpable·
. .»-Bien, en este caso sólo le preguntaré si cree us- . ante ustedes y quién no lo es?
·ted que los campos de concentración o los interro, »-Sin duda alguna.
gatorios que me hace a mí, un clérigo, es la conse »-Entonces, ¿ustedes saben de antemano qué l!S
cuencia inevitable de su sistema estatal. lo que quiere un hombre determinado y dónde se
,,-.:sin . duda alguna, porque lo estamos protegien equivoca y dónde no sé equivoca?
do del odio de nuestra nación que si supiera que »-Sabemos lo que quiere el pueblo.
usted es un enemigo del Führer, un enemigo de »-El pueblo. ¿Y de qué está compuesto el pueblo?
nuestra ideología, lo habría aniquilado físicamente.- »-De gente.
»-Pero, ¿dónde está la causa y dónde el efecto?
»-¿Y cómo sabe lo que quiere el pueblo sin sa
¿De dónde procede el odio de la nación?, y si este ber lo que quiere cada uno en particular? ¿O es que
odio es el rasgo necesario del régimen que usted usted sabe de antemano Jo que quiere cada uno,
defiende, ¿desde cuárido. el odio se ha· convertido en dictándolo, .ordenándolo? Eso es una quimera.
·un factor positivo e independiente? No es el odio, »-Se equivoca. El pueblo desea comer bien...
es la reacción al mal. Si lo fundamental es el odio, si »-¿Y la guerra para lograrlo?
el odio es para Ústed la causa y todo lo demás es »-E.spere. Desea buena comida, buena casa, auto
efecto, en una palabra,· si usted conside_ra el mal móvil, una familia feliz y la guerra por conquistar
como causa, ¿por qué quiere convencerme de que el esta felicidad. ¡Sí, la guerra! ·
mal es el bien? »-¿Quiere también que los descontentos se encuen
»-No, "el mal" lo ha dicho usted, yo dije: "el tren en los campos? Si una cosa es inevitablemente
odio del pueblo". El odio del pueblo que por primera consecuencia de la otra, quiere decir que hay algo
vez durante muchos años del humillante tratado de incorrecto en su felicidad; porque la felicidad que se
Versalles, después de la tiranía de los banqueros logra por este camino, ya no puede ser, desde mi
judíos y los tenderos, obtuvo la posibilidad de una punto de vista,· una felicidad genuina. Tal vez yo
vida tranquila. El pueblo se encoleriza cuando al vea las cosas de un modo diferente al suyo. Segura
guíen, aunque sea un clérigo, trata de dudar de los mente; desde su punto de vista, el fin justifica los
triunfos .que ha conquistado nuestro partido guiado medios. Eso mismo predicaban los jesuitas.
por el gran Flihrer. »-Veo que usted, como pastor, no somete a revi sión.
»::-Muy bien... ¿V_ivir tr.anquilo y hacer la guerra el desarrollo total del cristianismo.. ¿O se per-
es lo mismo?
155
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»-La violencia contra la herejía se practicó entre
mite condenar al ostracismo a ciertos Pt:ríodos . en ·ocho y nl!eve siglos, :¿no es así? Entonces, durante
el desarrollo de la doctrina ci:-isiiana, particularmen- . 800 ó 900 anos la violencia fue utilizada para desarrai-
te la inquisición? . . . . .,. . gar la violencia. Nosotros llegamos al poder en 1933.
»-Claro que en la historia del cnstiamsmo existio · .¿Qué es lo que quiere de_ nosotros? En. on-ce años he
la mqúisición y, desde mi punto de vista, el <:caso.· mos acabado con el desempleo, en once años hemos
de la nación española se debió a que los espanoles dado de comer a. todo los alemanes, pero .eso sí,
sustituyeron el fin· por t:l medio,- La inqui_sición, que con la violencia dirigida contra los inconformes. Us
al principio fue establecida como un med10 para pu ted lucha contra nosotros de palabra; pero si usted
rificar la fe se fue convirtiendo paulatinamente en. es un adversario tan convencido de nuestro régimen,
un fin en sí: Es decir, que la misma purificación, el ¿no sería·más lógico que se apoyase en. lq material
mismo acto de fe, la misma crueldad,· a _m_isma .¡' y no .en lo espiritual? Podría tratar de organizar al-.
persecución de los .inconformes que al principio se ' gún grupo anties atal entre sus feligreses ·y luchar
.Planteaba como purificación a través de, l fe, _poco contra nosotros. Con volantes, ·sabotajes, ataques ar
a poco acabó planteándose el mal como umco fm en mados contra determinados representantes del poder.
sí mismo. · . »-No, _nunca tomaría ese camino por la sencilla ri;1-
»-Comprendo; pero, dígame, ¿no ocurrió ':'- me-. . zón... no porque tema a algo en particular;.. Simple
nudo en la . historia del cristianismo que los mco:r;i- •· mente porque ese camino me parece por principio
formes eran· aniquilados por la Iglesia en nombre de inadmisible; si. comienzo a utilizar contra ustedes
que, por supuesto, los demás feligreses viviesen en sus mismos métodos, involuntariamente me parece
paz? ría a ustedes.
»-Cierto; Se aniquilababa, como norma, a los he »-Y si un joven ·de entre sus feligreses se le acer-.
rejes. Todas las herejías en la histori de cristia,· cara y dijera: "Padre, no. estoy de acuerdo con el
nismo son rebeliones basadas en un mteres mate régimen y quiero luchar contra él."
rial. Todas las herejías en el cristianismo !'redican · »-No fo impediría. . / . .
la idéa de la desigualdad, en tanto que Cnsto pre »Le dirá: '.'Quiero matar a un Gauleiter." Y el Gau
dicaba la idea de la igualdad. La mayoría aplastan- leiter tiene tres hijas: una de dos años, otra de
te de las herejías en la h.istoria del .cristianismo se cinco años y otra de nueve años. Y una esposa que
basaban en que ·el tico no era igual al pobre, que el, · tiene paralizadas las piernas. ¿Cómo actuaría usted?
pobre debía aniquilar al. rico o conv1:: tirse en 1:1n »-No lo·sé.
ríco y ocupar su lugar, mientras que la idea de Cns-. »-Si yo le pidiese información sob:re este joven,
to era que no había diferencias..entr u_no y otro ¿no me diría usted nada? ¿No salvaría la vida de
hombre y que la riqueza·era tan translto ia como la tres niñas pequeñas y de una mujer enferma? ¿O me
pobreza. Mientras Cristo trataba de apaciguar a los. ayudaría usted a mí? ·
hombres todas las herejías invocaban la sangre. Por »-No le diría nada, porque al salvar la vida. de
cierto, q e la idea del mal es sie pre característi a unos, pudiera acabar inevitablemente con la vida
de las doctrinas herejes y la Iglesia luchaba con yio de otros. Cuando se desarrolla una lucha tan inhu
lericia contra las: herejías para que· no se. instaurara, mana, cada paso activo sólo puede conducir a un
fa violencia, para que no se introdujera en el código nuevo derramamiento de sangre. El único·camino de
moral del cristianismo. · _ un clérigo en ese caso es alejarse· de la cr:ueldad, no
. »-Correcto. Pero cuando la Iglesia atacal>a la he rejía estar ·del lado del verdugo. Por desgracia, este ca
que suponía una violencia, ¿no estaba también· mino es pasivo, pero en este caso. cada camino ac
admitiendo la violencia? . tivo conduciría a nuevos derramamientos de sangre.
»-La admitía, pero no hacía de ella un objetivo, . .»-Estoy seguro de que si le aplicásemos un inte-
no la justificaba.
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»-No depende. ¿A qué llama usted una traición?
rrogatorio de tercer grado, lo que sería a ormenta ,,,-La pasividad es una traición.
dor y doloroso, usted nos diría de cual9mer modo »-'-NO, todavía la pasividad no constituye una trai
el apellido de ese jqyen. . . ción.·
»-¿Usted quiere decir que si me convierten en· »-Es más terrible aún que la traición... »
un animal enloquecido por el dolor, haré lo que uste des
quieran? Es posible que lo haga. Pero ya no se ría
yo.. En ese caso, ¿para qué necesit usted - abJar Eisrriann sentía que el edificio había empezado a
conmigo? Aplíqueme todo lo que quiera, ut1hceme sacudirse. «Es posible que estén bombardeando muy
como un animal o como una máquina... cerca -pensó-. O están lanzando hoy bombas muy·
»-Diga, si se acércaran a usted l?unas personas, potentes... Una conversación muy extraña... Muy in
enemigos malvados y locos, y le p_1d1esen _que fu ra teresante, pero de un tono muy extraño...»
al extranjero, a Gran Bretaña, Rusia, _Suecia o Suiza Llamó al oficial de guardia, que entró sudando, pá
y se convirtiese en un intermediario y le piden qu lido y lí,vido.
lleve una carta, ¿le· parecería realizable esta peti- -¿Esta grabación es oficial o de control? le pre-
ción? guntó Eismann. _
»-El ser intermediario es un est_ do natural· para ...:...voy a verificarlo ahora mismo -contestó el hom-
mí. bre en voz baja. ·
»-¿Por qué? -¿Están bombardeando cerca?
»-Porque mediar entre los hombres en sus rela -Nós han roto las ventanas...
ciones con Dios es mi deber. La relación entre el hom -¿No puede marcharse al refugio?
bre y su Dios es necesaria para que el hombre se -No -e-contestó el oficial-. Las instrucciones lo
sienta como tal en pleno sentido de la palabra. Yo no prohíben.
diferencio la relación entre el hombre y Dios de la Eismann quería continuar escuchando el resto del
comunicación entre un hombre y otro. En principio interrogatorio, pero el oficial de guardia le informó
es lo mismo: es la unidad. Por eso, cualquier me . que Stirlitz no había grabado nada. Era una graba
diación entre los hombres es natural para mí. La· ción que siempre se hacía de acuerdo con las soli- ·
única condición que establezco es que esta media citudes del contraespionaje: así debía controlarse a
ción conduzca al bien y se realice por medios nobles. los funcioI!_arios del aparato· central...
»-¿Incluso si la mediación acarrease un mal para
nuestro Estado? . · ·
· »-Me obliga usted a decirle lugares comunes. Usted .-Bombas de una tonelada, por lo menos -dijo
sabe perfectamente que un Estado que se base en Schellenberg. ·
la violencia, yo, como clérigo, no puedo admitirlo. .-Sin duda -convino Stirlitz.
Naturalmente, quisiera que los hombres viviesen . de Sentía un fuerte deseo de salir del despacho y que
un modo diferente al que viven. ¡ Pero si ·supiera cómo mar inmediatamente el papel que estaba en su car
lograrlo! Quisiera que los hombres que hoy con ti tuyen peta: el informe sobre las negociaciones de los «trai
el Estado·nacionalsocialist ;onservaran la v1 a y dores del SD» con Occidente. «Esta astucia de Sche
formasen otra entidad. No quisiera matar a nadie. llehberg -pensaba Stirlitz- no es tan sencilla como·
»-Para mí, la traición es terrible, pero aún más parece. Por lo visto, desde el principio le interesaba
terrible. la observación indiferente y pasiva ante la el pastor como una cobertura para el futuro. Es muy
traición y el asesinatb. sintomático que lo necesite precisamente ahora. Sin
»-En este caso, sólo puede haber un modo de el consentimiento de Himmler no lo haría.» Pero
participación: haciendo que cese el asesinato. Stirlitz sabía que sin mostrar ninguna prisa, bromean·
»-Eso no depende de usted.
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do, debía ponerse de acuerdo con . Schellenb rg SO·:. bre
todos los detalies de la operación planeada. Míen-· tras
mayor calma mostrase en estos momentos, más factible ··. .. · Schellenberg acompañó· al Standar.tenführer hasta
sería el éxito de su causa'... la puerta y, apretándole la mano, le dijo:
-Creo que ya se están alejando .-dijo Schellen. . -Si todo va bien, pudiera irse a las montañas cin
co días.. Ahora es maravilloso esquiar. La nieve es··
berg, prestando atenció . ¿O no? ¡:izu} y la piel se pone bronceada... Dios mío, qué ma-·
-Se van a recoger úná nueva reserva de bombas... rav1lloso, ¿no? Ya hemos olvidado tantas cosas...
-No, estos van a divertirse ahora en las bases.,. -Nos hemos olvidado de nosotros mismos -con
Tienen suficientes aviones para bombardearnos sin testó Stirlitz-, como un abrigo en- el ropero después
parar... De modo que usted cree que ef pastor vol vería, de una gran borrachera de· pascua. ·
si tomásemos como rehenes a s.u hermana con -Sí, sí -suspiró Schellenberg-, como un abrigo
· los hijos... ·
-Sin duda. 1 en el ropero... ¿Hace tiempo que no escribe
poesías?
-No· lo he intentado nunca.
..:-¿Y callará cuando lo interrogue Müller sobre si :_ Schellenberg lo amenazó con el dedo:
fue precisamente usted el que le pidió que viajara · -Las pequeñas· mentiras engendran una gran des
en busca de contactos? - , confianza, Stirlitz...
-No estoy convencido. Depende de que sea él o ··. -Lo juro :_sonrió Stirlitz- he escrito de todo
no quien lo interrogue... menos versos: la rima me pro µce alergia....
......sería mejor que µsted se quedara con las cintas
magnetofónicas de sus conversaciones, y él... diga
mos, pudiera exhalar el último suspiro durante un
bombardeo.
-Lo pensaré.
-¿En qué tiempo?
-Permítame analizar esta idea en todos sus aspec-
tos...
-¿Pero analizarla ·en cuánto· tiempo?
-Trataré de proponer algo esta tarde.
. -Bien -dijo Schellenberg-. Ya se fueron... ¿Quie- r
re café? .·
-¡ Cómo no!, pero cu.ando finalice el asunto.
-Bien; Estoy contento de que lo haya comprendido
todo tan exactamente, Stirlitz. Será una -buena lec ción
para Müller. Comenzaba a ser grosero. Haremos su
trabajo y le cogeremos la delantera... Ayudaremos.
mucho al Reichsführer.
-¿El Reichsführer no sabe nada?
-NÓ ... digamos así, no... ¿Está claro? En general, ·
es muy agradable trabajar con usted...
· -Para mí también;
-¿Por qué está tan molesto?
-No estoy molesto -rezongó Stirlitz-. Cuando
me siento molesto, soy mucho más tétrico.· Simple
mente, estoy pensando.
,ig-
. ' .
160

m,crsnsra '"""'"' me UN> """'V""


18 11-1945 (13 h 53 min)

Después de haber quemado su carta a Himmler,


Stirlitz salió del edificio en Prinz-Albrechtstrasse y
se epcaminó lentamente hacia el Spree. La acera es taba
ya limpia, aunque durante la noche se habían
acumulado montones de ladrillos rotos. Ahora bom
bardeaban· cada náche dos y hasta tres veces.
_«He estado al borde del fracaso -pensó Stirlitz-.
Cuando Schellenberg me encomendó al pastor
Schlag, lo que le interesaba era el ex canciller
Brüning que vive en la emigración en Suiza. Nada
más. Le preocu paban las relaciones del pastor; por
esta razón, Sche llenberg había liberado tan
fácilmente al viejo, cuan do le dije que estaba
dispuesto a colaborar con no sotros. Veía más lejos
que yo. Contaba con el pastor como la figura de
mediación en su juego serio. Es ridículo: ¿cómo
puede entrar el pastor en la opera ción de Wolff?
¿Qué significa ésta operación? ¿A guién beneficia?
¿Por qué puso Schellenberg la radio ienttas hablaba
sobre el viaje de Wolff a Suiza? Si teme decirlo en
voz alta es que se planea algún ju go en grande y
que el Obergruppenführer Karl Wolff está revestido
de plenos poderes con el mismo ran go de
Ribbentrop o Fegelein en la SS. Schellenberg no
podía ocultar lo de Wolff. Pude preguntar]e. ¿ Es que
se pued preparar una operación a ciegas? ¿Será
posible que el Occidente quiera sentarse con Himn':t
ler en una mesa de negociaciones? Himmler tien'e
fuerzas que lo siguen, ellos lo saben, y no tiene nin
gún sentido entablar negociaciones con los que ca
recen de fuerza. Sería increíble que se sentaran a
la misma mesa... Bueno... El pastor _será un anzuelo,

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una cobertura, Un conejillo de Indias. Eso es lo que
han pensado ellos. Pero tal vez no ayan tomado e1!
cuenta las sólidas relaciones que tiene Schlag
De modo que debo instruir al viejo para qu utll ce.ªJh.
su influencia contra los mismos qu ,.con mi ayu a,
l ·ara'n allí Mi propósito era utihzarlo como. ca
. o envi · lo visto
nal de comunicaciones de rese va,. pero, por '
debe desempeñar un papel mas importante; No .de
berá comenzar a establecer contactos en Smza. Si e
doy mi leyenda y no la misión de. ScheHenberg, se.e
INFORMACIÓN PARA UN ANÁLISIS (BORMANN)
acercar ·1os ·de·l V·aticano' los mgleses y nora
n,
a losl
teamericanos. Está claro. Debo pr p rarle na ye1;-
da que despierte gran interés hacia el, un mteres di Nadie sabía nada sobre este hombre. Aparecía poco
ferente al que suscitan los demás alemanes qu . han en los noticieros y menos todavía en las fotografías
llegado allí o sólo planean llegar. Veremos 9-men es al lado del Führer. Pe mediana estatura, cabeza re
más fuerte. De todos modos, ahora lo_ que importa, donda, con una cicatriz en la mejilla como la de un
en primer lugar, es una leyenda para el, y en se un estudiante de antaño, trataba de ocultarse detrás de
do los nombres de los que aquí se oponena Hitler las espaldas de sus acompañantes cuando los fotó:
y Himmler, a quienes él debe representar. grafos hacían clic con sus cámaras.
Se decía que en 1924 había estado catorce meses en
la cárcel por un asesinato político, que fue pos teriormente
indultado o que se había fugado de 1a cárcel y pasado
a la clandestinidad. Nadie lo sabía con exactitud. Nadie
lo conocía hasta el día en que Hess voló a Inglaterra.
Himmler recibió orden del Führer de poner fin a «este
maldito burdel». El Füh rer se- refiri9 de este modo a
la oficina del Partido, de la cual era jefe Hess, el
único de sus miembros que llamaba al Führer por su
nombre y le decía «tú». En· una noche los hombres de
Himmler llevaron a cabo más de 700 detenciones. Una
parte de los dete nidos fue dejada en libertad más tarde, la
otra fue recluida en los campos de concentración por
largo tiempo. Entre ellos estaban los colaboradores más
cercanos de Hess, pero el ayudante principal del jefe
de la oficina del Partido, su primer suplente Martin
Bormann, no fue tocado. Aún más, resultó ser el hom bre
que hasta cierto punto dirigía el brazo de Him mler:
salvaba de la detención a la gente necesaria y enviaba a
los otros a los campos de concentración. Al
convertirse en sucesor de Hess, · nada· cambió en él.
Seguía callado como siempre, andaba con una libreta de
notas en el bolsillo para apuntar tódo cuan-

165
l j!'°.\ ,:!'ºri,.·,;'. ti:; =- v;,i:•:m':: ::';:"! l : '.i ;.::: d: : ::::'
•·.:: :
pecialmente respetuoso. con Goering,· Himmler y.·.·· opiniones coincidiesen con las del · Führer.
Goebbels, pero, poco a poco, en. uno o dos años supo J A. quienes se permitían discuti.r con el Führer, de-
hacerse tan necesario a)Führer que éste, bromean- fendiendo sus propios puntos de vista diferentes a
do, lo llamaba «mi sombra». Supo organizar el tra los comúnmente aceptados, Bórmann trataba de que
bajo de tal modo que si Hitler se interesaba por al- nunca más pudiesen acercarse al Führer. ·
gún problema antes de sentarse a almorzar, ya a la . Era tartajoso, pero sabía escribir perfectamente
hora del café, Bormann le tenía preparada la res- los papeles necesarios; era inteligente, pero sabía
puesta. Todo era hecho además con calma, sin mo- oi;:ultar su inteligencia bajo la · máscara de una inge-
lestar y sin ningún efecto exterior. Cuando un día . núidad tosca y directa; .tenía el poder completo, pero
en Berchtesgaden el Führer fue aplaudido y todo se r sabía comportarse· como un simple mortal que «de
convirtió en una manifestación ine.sperada, au.nque ·1·· hería a.consejarse» antes de tomar una de.cisión im no
por eso menos grandiosa, Bormann advirtió que • portante...
Hitler estaba parado a pleno sol. Al día siguiente, Precisamente a este hombre, a Martín Bormann,
en el mismo lugar, Hitler vio un roble, Bormann ha- . en un correo secreto del SD con instrucciones de
bía oq anizado en _una .noche el trasplante del enor- - ' «abrir personalmente», había llegado la siguiente
me árbol... Hitler regañó a Bormann, pero en· el· r.arta:
fondo de su alma le agradaban estas atenciones de ·
su ayudante. Bormann le preparaba todas sus car tas «Parteigenosse Bormann:
y revisaba todos los m teriales que debían colo carse en »En su secretariado actúan hombres del SD·, des
.el escritorio del Führer. En una ocasión en que conozco sus apellidos, pero .si.usted me lo encargara
Goebbels envió a Hitler el álbum que glorificaba el personalmente, podría averiguarlo. No estoy seguro
valor de los aviadores, Bormann se lo devolvió con la de que esta carta llegue a sus manos; pero si llega,
siguiente· nota: «¿Vale la pena poner nervioso al Führer quiero comunicarle a usted un asunto de importan cia
con esa burda propaga'nda ?» estatal. A espaldas del Führer, algunas personas que
Bormann sabía. que Hitler nunca preparaba sus dis conozco han comenzado un juego con represen tantes de
curs_os de antemano. El Führer confiaba siempre en las podridas democracias occidentales en · Suecia y·
la inspiración y, habitualmente, le salían bien las im Suiza. Esto se hace mientras se desarrolla
provisaciones. Pero Bormann, sobre todo durante los -za guerra total, se hace en los días en que se decide
encuentros con estadistas extranjeros, no olvidaba es el futuro del mundo en los campos de batalla. Pu diera
bozarle al Führer varias tesis sobre las que se debía, informarle todo cuanto se refiere a estas nego ciaciones
desde su punto de vista, concentrar la mayor aten c! traicioneras. Necesito garantías; porque si esta carta
on. Realizaba con mucho tacto este trabajo invi sible, cayera en manos del SD, me liquidarían inmediatamente.
pero de suma importancia y a Hitler no se le ocurrió ni Por esta razón no firmo. Le ruego que si mi
una sola vez que otro le había escrito sus discursos información le ha parecido importante, acu da mañana
importantes. Consideraba el trabajo de Bormann como al "Hotel Neues Tor", frente al Museo de Historia
el de un secretario, imprescindible y oportuno. Una Natural, a las 13,U().
vez que Bormann se enfermó, Hit ler sintió al »Un miembro del NSDAP fiel al Führer.»
segundo día que todo se le Iba de· las manos y le
mandó a su médico personal. Bormanri permaneció sentado largo rato con la
Con- respeto,· sin ocasionar mol stias, Bormann sa carta en la mano. Varias veces estuvo a punto de
bfa averiguar quién y con qué problema acudía a vi tomar et teléfono para llamar a Müller, el jefe de
sitar al Führet y sabía qué, a quién y cómo decir la GestaEP, . Müller estaba en deuda con él y sabía
166 167 _
!;] I:ht ¡:13:E:: L tratado de evitar la violencia; Pero a cada hombre k
llega el momento en que"ya .no puede aguantar más.
Si usted me am_enaza con fa muerte, me obliga a res
·
;f
ponderle. Pero i?cluso aunque haga el mal, no quie-
ro llamarlo el bien. La· diferencia entre nosotros está ·
1 en que usted hace el mal y lo llama el bien y_ yo, si
hago el mal como respuesta, lo hago consciente de
viera y comenzó a servirlo cuando se convirtió en t>
el Partido estatal de Alemania. Hasta 1939, Müller • estuvo que. estoy haciendo el mal. .
fuera del· Partido: los colegas del servicio de seguridad no . »,-Dígame, ¿no ha sentido miedo durante estos dos
pudieron perdonarle su celo en los tiem- · meses que ha pasado en nuestra cárcel?
pos de la República de Weimar. Bormann, precisas ·1 · »-He sentidc:. miedo en cada uno de estos once
mente Bormann -Müller lo. sabía perfectamente-, . años en que han estado_.ustedes en el poder. ·
· lo había ayudado a entrar en las filas del Partido, ·. »-Eso es demagogia. ¿Tuvo miedo durante el tiempo
responsabilizándose por él personalmente ante el Füh, ,i.J que ha pasado en la celda, en la cárcel?
rer. Pero Bormann nunca permitió que Müller se le f »-Por supuesto.
acercase demasiado. En el·· fondo no confiaba mu »..-Por supuesto. ¿Y le gustaría entrar allí de nue
cho en la gente de la SS. Todos ellos, de una manera vo, si por ejemplo, lo hubiéramos soltado?
u otra, trabajaban para Himmler. Analizaba a Mü »-No, No quisiera tener que ver nada con ustedes.
ller sopesando sus propias tácticas para atraerlo, »-Muy bien. ¿Pero si le pongo como. alternativa
es a su liberación que mantenga· buenas reladones con
migo, netamente humanas?
decir,. llegar hasta el final, informándole incluso so- "
bre lo más sagrado. De otra forma el juego no val »..-Naturalmente.. Las relaciones . buenas y huma
dría un comino. nas con usted serán para mí una manifestación na-·
«¿Qué significa todo esto? pensó Bormann por tura! de mi opinión sobre los hombres, simplemen te.
enésima vez examinando la carta-. ·¿ Una .provoca En la medida en que se acerque a mí como un hombre y
ción? No puede ser. ¿La ha escrito un enfermo men no como funcionario del Partido nacional socialista, usted
tal? Tampoco, se parece tanto a la verdad.., ¿Y si s_erá un amigo para mí; ·
trabaja en la Gestapo y está Müller también en este ,,.,_,.Pero me. acercaría a usted como un hombre que
le ha salvado la. vida.
juego? Las ratas huyen del barco que naufraga. Todo »-Por supuesto.
es pósible... En cualquier caso, puede resultar una .»-Usted lo recordará.
carta de triunfo contra Himmler.. Entonces, sin tener·
que preocuparme por este canalla, podría transferir t »-Naturalmente.
'-Es á.· e. m s decir que no obtendrá una parro-·
tranquilamente todos los fondos del Partido a los
Bancos ¡;le países neutrales a nombre de mi gente y
no de la suya... »
Bormann reflexionó largo rato sobre esta carta,
pero no lograba llegar a ninguna conclusión
defi
nitiva. de los límites. de este despacho.
»-Tal vez porque yo personalmente
siempre he
Eismann volvió a poner en marcha la grabadora. "
Fumaba sin prisa, escuchando con atención la voz
un poco apagada de Stirlitz. .
«-¿Por qué no realiza usted acciones violentas
contra nosotros? Respóndame con toi;la sinceridad.
Le prometo que nuestra convers ción no irá más allá
. qma. Vivira aleJado del mundo. ¿Puede prometerme que no criterio personal y libre, o tiene aÍgún
comenzará a predicar? · plan de n;lación conmigo? ·
»-¿Cómo puedo oponerme a sus exigencias? , Tengo un plan para usted.
>>-,-Teadrá que agradecerme su liberación si es que puedo . »-En ese caso, debo saber si el objetivo· que per
lograrla. sigue es bueno; en caso contrario me sería difícil con-
»-¿Me ayuda usted como a un ser humano de acuerdo con su
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testarle positivamente. era posible inferir de su expediente si había acep
»-Considere que mis objetivos son sobradamente. tado trabajar para el SD o StLiiberación se había de
honestos. bido a otras causas incomprensibles. Sólo constaba
,,_¿Qué quiere de mí? . ·, . la orden verbal de Schellenberg: liberar, a Schlag y
»-Tengo amigos en el aparato estatal. C1ent1f1cos, p0nerlo bajo la supervisión de Stirlitz. Eso era todo.
funcionari<:>s del Partido, militares, periodistas, mu No había nadá más. Eismann. se levantó y comenzó
cha gente. Quisiera que usted,. si por supuesto yo lo a pasearse por el 'despacho. Estaba inquieto y una sen•
grara convencer a nuestros jefes· de liberarlo, con · sación extraña crecía en él, la sensación de su insig
versara con todos ellos. No le pediré informes sobre nificancia y debilldad.
esas conversaciones. Claro que no respondo si en el Media hora más tarde le trajeron el último docu•
cuarto contiguo se colocasen. micrófonos, pero usted· mento: después de su salida de la cárcel, con el pas
· podría irse al bosque y conie sar allí. .1: único que tor Schlag trabajaba el agente especial de la VI Sec
me interesa es conocer despues su op1mon sobre la ción, Klaus.
medida de mal o bien que, desde su punto de vista, -¿Dónde están sus materiales? -preguntó Eis
encuentre en estos hombres. ¿Puede usted hacerme mann.
este favor de amigo? _ i.. -Mantenía relaciones directas co·n el Standarten führer
»-Sí... Sí, por supuesto... Pero debo .hacerle va- "" Stirlitz.
rias preguntas sobr.e por qué me hace este tipo de -¿Cómo?, ¿no quedaron grabaciones?
proposiciones. . -No -le respondieron del archivo-. En interés
»-Pregunte. de la op ración no se "hicieron grabaciones...
,,_Q confía demasiado en mí y me pide apoyo en -Encuéntrenme a ese agente -ordenó. Eismann-.
algo en que no puede pedir apoyo a nadie, o me pro voca. Pero de ·modo que lo sepan sólo tres personas,
Si me provoca, nuestra conversación ha en trado en usted, yo y él... ·
un círculo vicioso.
»-¿Qué quiere decir?
»-Que otra vez dejaríamos de hablar un lenguaje Kaltenbrunner llamó a Müller y le pidió que le en
común. Vuelve usted a ser un funcionario y yo un viára a Praga, al general de la SS Krüger, la orden
hombre que ha escogido el camino más accesible f secreta del Führer. ·
para no llegar a convertirse en funcionario. -Si no, fracasará en Praga lo mismo que en Cra
»-¿ Cómo puedo convencerlo de que no lo estoy covia. Lea también usted este documento que es la
provocando? . • muestra del valor y el genio de Hitler.
»-Solamente mirándome a los ojos.
»-Considere que usted y yo nos hemos intercam
biado cartas credenciales.» «Orden del ·Führer.
»Asunto: Destrucción de los objetivos en el terri
torio de Alemania.
-Quiero un informe sobre la conducta def pastor \ · »La lucha por la existencia de nuestro pueblo· obli
en la cárcel -ordenó Eismann al terminar de escu char ga · a utilizar también en el territorio de Alemania
la cinta-. Todo sobre su carácter, contactos, todos los medios que puedan debilitar el potencial
conversaciones con los presos, preferencias... En una militar del enemigo y demorar su avance. Es nece sario
palabra,.-el máximó de detalles. · aprovechar todas las posiblidades para, direc ta o
El informe Je ft.ie entregado una hora más tarde. Re indirectamente, causar ·las .máximas pérdidas a las
sultó ser sumamente inesperado. En enero de 1945 fuerzas enemigas, Sería erróneo suponer que des- pués
el pastor Schlag había sido liberado de la cárcel. No que reconquistemos los territorios perdidos, pue- .

170 171
· _ . -- · ----,j·}::;cino casual en el vagón del Metro: hubier n podido
dan usarse nuevan1e_nte las vías de comun cac ones } ·e vigilar al lechero y al vecino, si_n que élio advirtiera,
no destruidas antes de la. retirada O que e tuv1er n;, - y así lo hubieran lanzado bajo un golpe imprevisto.
temporalmente. fuera de servicio, empresas mdustna • •. 1 precisamente por esta razón, Stirlitz prefería usar el
les y servicios comunales. A su retirada, el enemigo ·' coche: evitaba contactos innecesarios y casuales. Pero
sólo_ nos '.dejará fa. tierra arrasada sin tener en cuen- creía al mismo tiempo que aislarse totalmente del
ta las necesidades de nuestra población. mundo era una estupidez. Podía recibir una deter-
.»Por esta razón ordeno: minada tarea y un cambio brusco en su conducta po
día poner en guardia a los que lo vigilaban y el
hecho
»l. Que todas las vías. de comunicáciones que se de que en el Reich se vigilaba a todo el mundo no
encuentren en territorio de Alemania, empresas in era un secreto para Stirlitz.
dustriales y servicios comunales, así comó las reser , Visitaba frecuentemente los museos. Primero, por-
vas de materiales que el enemigo pudiera utilizar de _1r_' que al!í, por lo genera I , había poco público, los loca.
1 1
cualquier forma, se ·destruyan inmediatamente o des les eran resonantes y· a tos, y porque en una sa a po
pués de transcurrido el tiempo prudencial.. día .oír si alguien lo seguía. Además, en· los museos
»2. Que hagan responsables de la destrucción a las trabajaban· los guardianes que, por regla general,
comandancias militares de todos los objetivos mili eran confidentes de la Gestapo del distrito, de modo
tares (incluyendo las instalaciones en carreteras y los que él siempre se presentaba de uniforme para que
medios de c01:nunicaciónes), los Gauleiters y comi. éstos pudieran confirmar con ·quién estaba, cuándo y
sarios estatales de la defensa, de todas las empresas qué tiempo. _Poco_s miembros de la SS visitaban
industriales, servidos comunales y reservas de ma museos. Así que era -imposible que olvidaran su !u-
teriales de cualquier tipo. Las tropas deben prestar . josa uniforme de coronel.
la ayuda necesaria a los Gauleiters" y comisarios es Pensaba minuciosamente todos los _detalles. Los
tatales de la defensa para que se cumplan las tareas hombres de su profesión se· quemaban
planteadas, habitualmen te por puras bagatelas. Precisamente,
· »3. Esta orden debe comunicarse de inmediato a volver a· elabo rar los detalles lo había salvado del
todos los jefes. Todas las. órdenes que contradigan fracaso. En este mundo no hay- pequeñeces,
esta orden dada carecen de validez. · simplemente hay hom bres despiertos y hombres
»Hitler.» torpes.
Stirlitz miró maquinalmente al espejo retrovisor
y silbó con asombro. El «Wanderer» que se había
Stirlitz conducía lentamente hacia el lugar donde acercado en las inmediaciones . de Kurfürstendamm
debía encontrarse con Bormann; tenía muchas espe continuaba ·siguiéndolo con insistencia. Stirlitz apre
ranzas en .que este encuentro se realizase, ya. que el tó l;>ruscamente el acelerador.· El «Horch» arrancó
cebo en el anzuelo era tentador. Dobló varias veces con fuerza. Como una flecha, Stirlitz siguió hacia
por las mismas calles al acecho de que alguien pu diera Alexanderplatz, después dobló por Bergstrasse, y al
seguirlo. Era una precaución que tomaba. ma pasar el cementerio, dio vuelta a Veteranenstrasse,
quinalmente; nada en los últimos días le había pa miró hacia atrás y comprendió que la «cola» (1) -si
recido sospechoso. Ni una sola vez despertó en me , era una ,;cola»- se había quedado atrás. Stirlitz dio
dio de la noche, como solía ocurrirle antes cuando otra vuelta de control, pasó delante de su taberna .
en las .yemas de los dedos, en el pelo, en todo su ser preferida, «El Grosero Gottlieb», y como todavía le
presentía el peligro. Entonces permanecía largo tato quedaba tiempo, decidió detenerse.
acostado con los ojos abiertos, sin encenc,ler la luz, «Si se me acercan de nuevo_-pensó-, quiere decir
analizando minuciosamente cada minuto, cada pala
bra dicha a cualq!,liera, incluso al lechero o a un ve- (1) Vigilancia. - N. del T.

172 173
q1;1e ha ocurrido algo. Pero, ¿qué ha podido pasar?
Bien, ahora me sentaré, tomaré un coñac y pénsaré ¿Estaré viendo visiones? ¿Y este "Wanderer"?»
en lo que haya podido ocurrir:» ·. · Salió,. se sentó al volante -y se encamino sin prisa
Le gustaba mucho esta taberna antigua. Se llama. a Jriyalidenstrasse, hacia. el Museo de Historia Natu ral.
. ba « El Gro_sero Gottlieb» porque su dueño recibíaa Allí, al lado del hotel· «Neúes Tor» lo debía espe rar
todos los huéspedes del mismo modo, independien Bormann una hora después. Tenía de burlar. la· vigiláncia
temente de rango, título o posición social. Les gri si la «cola» éontinuaJ,a.
taba: Conducía muy lentamente, mirando a cada rato al
. -¿A qué has venido, verraco grasiento? y esta mu espejito: el «Wanderer» negro ya no lo estaba si-
J r.con c;¡_ue andas... ¡ Un barril de cerveza, una vaca guiendo. , . .
v1eJa, la teta -de una jirafa enferma! · «¿No se:rá que/Schellenberg ha deci>1ido tantearme
.Pocoa oca Stirlitz se dio cuenta de que con los r-· ; antes de la· operación con Schlag? -pensó-. Estam
clientes n:ias respetados Gottlieb empleaba las pala- bién una J,u á' explicación. ¿O será que los nervios
brotas mas groseras.. Por lo visto, así también se ex rxie fallan?·
presaba el respeto, un respeto a la inversa Miró de nuevo al espejito. No, la calle estaba de-.
Gottlieb recibió a Stirlitz distraídamente; ··· sierta. Aprovechando la . tranquilidad. pe las aceras,
-¡ S?lud, cretino! ¡ Ve a atragantarte de cerveza! los niños se perseguían en. patines y se reían sono
Surhtz le apretó la mano, le dio dos marcos y s ramente. Las colas de gente se apretaban contra las
sentó a la primera mesita de roble, detrás de .la co- ·. paredes desconchadas de las casas: Esperaban la
lumna donde estaban escritas las maldiciones de los carne.
pescadores de Mecklemburgo, indecentes y cínicas Stirlitz dejó el. coche a un lado de la .clínica Cha
que gi.! taban .sobre todo a las esposas envejecida rité y atravesó el gran parque del hospital hasta el
de los mdustnales. museo de la Invalidenstrasse. Aquí todo estaba tran
«¿O;té es lo qüe P!,tdo suceder? _:;:pensó sorbiendo quilo y en silencio, ni una sola persona . en la calle.
su conac-. No espero ningún nuevo enlace; en esto Escogió especialmente este lugar. Todo se veía como
no puede haber falla. ¿Tal vez cosas viejas? De lo en la palma de la mano. .
nueyo o pue?en e tar al tanto, el sabotaje aumen «Bueno, podían enviar a su gente al hotel. Si Bor mann
ta, Jam s babia habido tanto en Alemania como aho. lo comunicó a Himmler, lo. harán asL Si no, sus· hombres
ra, Erwm:·· Espera. ¿Y si ellos hubieran encontrado se pasearán por aquí, por la entrada, o por la acera
el transmisor?» · de enfrente, haciendo el papel de científi cos... »
Stirlitz sacó los cigarrillos, pero precisamente por Stirlitz no iba hoy vestido de militar.. Se puso los
su desesperación de aspirar una buena bocanada se lentes con la gran montura de carey y se caló la boi na
contuvo de fumar. Sintió deseos "de ir inmediatam nte hasta la .frente. Sería difícil ser reconocido de lejos. A
a la casa de Erwin y Katy. la ei:itrada del museo, en el vestíbulo, había una gran
«He cometido un grave error -pensó--.:.. Debí ha- piedra de malaquita de los Urales y una amatista del
b.er buscad _e t? os los hospitales, quizá fueron he Brasil. Stirlitz siempre se detenía junto a la amatista
ndas. Conf1e mut1lmente en los teléfonos... Tengo brasileña, pero ad.miraba la piedra pre ciosa de los
que ocuparme d esto tan pronto haya hablado con ·' Uraies.
Bo mann... Él tiene que venir a mí. Cuando se les Después, sin prisa, pasó a través. de una enorme
apnt:ta, se uelven democráticos. Cuando -están bien . sala con las ventanas rotas. Allí estaba la maqueta de
son macces1bles; pero, cuando presienten el fin s un dinosaurio singular. Desde este lugar podía obser
hacen cobardes, bonda osos Y. democráticos. Ahora var_ bien la plaza frente al museo y el fondo del hotel.
debo posponerlo todo, incluso Erwin y Katy. Ahora Todo estaba tranquilo y en s_ilencio, · era demasiada
tengo que .ponerme de acuerdo con. este verdugo, tranquilidad y silencio. Él estaba solo en el museo.
174 J75
Ahora esto le perjudicaba.
Se. paró junto a una muestra curiosa: trece etapas Stirlitz oyó ruido de muchas voces y pasos, muchos
del desarrollo del cráneo. El cráneo número ocho, el , pasos resonantes. «Es la redada», cruzó como lln re
del babuino; el nueve, el del gibón; el diez, el or n gután; lámpago por su mente. Pero luego oyó voces infan tiles
el once, el del gorila; el doce, el del chim- pancé; y se volvió: la maestra con gastados zapatos de hombre
er .trece, el del hombre. _ , limpios hasta brillar, había traído a sus alumno de
« ·Por qué el trece es del hombre? Todo esta con tra sexto. grado para darles una lección de botánica. Los
\1 hombre, hasta las cifras -sonrió-. Si fuera el muchachos miraban las muestras fas cinados y sus
doce o el catorce, pero no, precisamente el trece... rápidos susurros parecían de alarma. Stirlitz miraba a
Estoy rodeado de monos -continuó -pensando, de los niños. Caras cenicientas, na rices .afiladas, ojos
morándose jun'to al gorila disecado Bobby-. ¿Por desprovistos de la maravillosa malicia infantil.
qué los simios están rodeados de tadto cuidado?» Escuchaban a la maestra con aten
En la placa estaba escrito: «El gorila Bobby fue traído ci6n, de manera muy adulta.
:a Berlín el 29 de marzo de 1928 a la edad de tres años. « ¿Qué maldición gravita sobre este pueblo? -pen-
Murió el 1 de agosto de 1935: Estatura: 1 me . só Stirlitz-. ¿Cómo unas ideas absurdas pudieron
tro 72 cm; peso: 266 kilos.»- lanzar a estos niños al horror y al hambre? ¿Por qué
«No se nota -pensaba Stirlitz, examinando al go la idiotez de la ideología de los nazis, que fueron a ·
rila por enésima vez-. No parece gordo. Soy más · esconderse en los Bunkers donde hay reservas de
alto y peso sólo 72 kilogramos.» . chocolate, sardinas y queso, coloca como un escu o
Se alejó como si fuese a observarlo de leJos y e a estos frágiles cuerpos de muchachos? Y lo· mas
paró junto a una gran ventana desde donde se veia terrible: ¿quién inculcó en estos niños la ciega segu
la. acera opuesta de la Invalidenstrasse. Stirlitz con sultó ridad de que el sentido supremo de la vida es morir
el reloj. Faltaban veinte minutos 1Jara la entre- vista. por los ideales del Filhrer?»
· · Salió por la puerta de emergencia a la una y cin
Precisamente ahora debería venir_ el agente Klaus. co. No había nadie al lado del hotel. A través de los
patios traseros se encaminó al Spree, volvió sobre
Esa mañana le había enviad_o a través de s_u oficina sus pasos, montó su automóvil y se marchó a la ofi
una carta cifrada. Todos sabían que él se entrevis- _ cina, al SD. Al_ regreso, tampoco vio ninguna «cola».
taba con sus agentes en los museos; sería una justi «Algo no ha funcionado -se dijo-. Hapasado algo
ficación si alguien se interesara por su aparición aquí. raro. Si Bormann hubiera estado allí, lo hubiera vis
Al llamar a Klaus lo hacía con dos objetivos: el· prin to. Tal vez no había ninguna "cola",· simplemente
cipal era una coartada por si·liorman1: le había ha me asusté...»
blado a Himmler de la carta y éste hubiera ordenado
«peinar» todo el barrio y todos los edificios; el se
gundo era presentar una vez más, aunque de m do
indirecto, la coartada en el asunto del desaparecido
Klaus. Bormann no había podido salir del Bunker. El
Führer pronunciaba un discurso, en la sala se en
Stirlitz pasó a la sala contigua; en la Invaliden strasse
contraba mucha gente y Bormann estaba detrás, de .
no había nadie. Aquí se detuvo junto a una muestra rara
encontrada en los bosq es de Weden schloss en el siglo pie, un poco a la izquierda del Führer. No le había
-sido posible marcharse durante el discurso. Habría
XVIII. De un trozo de árbol sobre salían los cuernos de
sido una locura. Aunque deseaba acudir a la cita con
un venado y una parte del crá neo aplastado. Sin duda
la persona que le había mandado la carta, no pudo
el fuerte animal había erra do el golpe durante
salir del Bunker más que a las tres.
amorosas batallas primaverales y en vez de embestir
«¿Cómo encontrarlo? -pensaba Bormann, ya de
a su rival embistió a Uf! árbol...
regreso a la oficina del partido-. No arriesgo nada
176
177
12- DIECISIETE INSTANTES DE UNA PRIMAVERA
r
con verlo y en cambio pierdo mucho si rechazo .la -Prefiero que me llamen «Müller» -dijo el jefe
entrevista.» de la GestapO-:.. Es conciso, modesto y elegante...
Dígame, ainigo.
Schellenberg tapó el teléfono con la mano y miró
«Del D-8 a Müller: a Stirlitz.
-Sí. Dígaselo directamente -dijo Stirlitz-. Si no
»Estrictamenté confidencial. Ur¡.a sola copi . El se escabulliría como un zorro... · · '
automóvil "Horch", matrícula BKR 821, pudo burlar -Amigo -dijo Scheilenberg-, me ha venido a ver
la. vigilancia en la zona de Veteranénstrasse: Al pa S_tirlitz,. ¿se acuerda_ de él.,.? ¿Sí? Mejor. Está hasta
recer, el chófer se di_o cuenta de que nuestro coche cierto punto desconcertado: o lo siguen los bandidos·
lo seguía. De· acuerdo con sus instrucciones no ·10 porque él vive solo en el bosque, o eran sus mucha
perseguimos, aunque nµestro motor reforzado nos chos. ¿ Puede usted · _ayudarnos a· esclarecer este
permitía hacerlo. Después de haber transmitido· al enigma?
servicio H-2 la dirección que llevaba· el "Horch" -¿Qué automóvil tiene? -preguntó Müller saca -
BKR 821, volvimos a la base. D-8.» do de la carpeta las hojas con l_os informes. ·
-¿Qué automóvil tiene usted? -preguntó Sche
llenberg tapando de nuevo el auricular con la mano.
«Del B-192 a Müller: -Un «Horch».
-No tape el teléfono con la mano -dijo Müller-.
»Estrictamente confidencial. Una sola copia. Des Que hable Stirlitz. ·
pués de reiniciar la vigilancia del automóvil "Horch" -e.Es usted omnividente? -preguntó Schellenberg.
matrícula BKR 821, mis agentes. comprobaron q_u -Naturalmente, ·
el propietario de este automóvil entró a las 12 27 Stirlitz cogió el auricular y dijo:
en el edificio del Museo de Historia Natural; Co o -¡ Heil Hitler!
usted nos había advertido sobre la elevada prepara ;-Buenos días, amigó -contestó Müller-. ¿La ma
ción profesional del objetivo de la vigilancia, decidí tricula de su coche es por casualidad BKR 821?
no seguirlo uHlizando visitantes del museo. Ordené a -Exactamente, Obergruppenführer...
mi agente Ilse que trajera a los alumnos del sexto -¿Dónde comenzaron a seguirlo? ¿En Kurfürsten-
grado a dar una clase en. las salas - del museo.· Los damm? ·
datos sumini!;trados por Ilse permiten afirmar con -No. En la Friedrichstrassé.
plena seguridad · que el objetivo no estableció con -¿Pudo usted budarlos en la Veteranenstrasse?
tacto con nadie. Se adjunta el plano de las muestras -Exactamente.
donde el objetivo se demoró más tiempo.. El· objetivo -¿Se dio usted cuenta en_ seguida? ·
abandonó el local a las 13,04 por la puerta de emer -Por supuesto.
gencia que habitualmente utilizan los empleados del Müller se rió:
museó. B-192.» · · -Les voy a torcer el pescuezo. ¡ Mal trabajo! No
se. preocupe, Stirlitz, no lo. seguían los bandidos.
Era mi gente. Deben se ir a un «Horch» muy
Müller guardó lcis informes en una carpeta y des parecido al suyo: Es de un latinoamericano. Siga
colgó el teléfono. viviendo como siempre, pero si lo confunden de
-Habla Müller -dijo. nuevo con el latinoamericano y me dicen que
-Al «camarada» Müller lo saluda el «camarada» frecuenta· el «Zi geunerkeller» en Kudamm, no voy
Sé:hellenberg, -bromeó el jefe de los servicios secre a tirarle la toalla... El «Zigeunerkeller» (La bodega
tos políticos-. ¿O prefiere que lo llamen «míster»? gitana) era una pequeña taberna prohibida a fos
militares· y miem-
178
179
municaba que el «objetivo»· pasaba su. tiempo _libre
bros del partido. . en. los museos, y que, de cuando en cu do,. titaba
-¿Y si tengo qüe frecuentarlo por próblernas ·· allí.a sus agentes. Hóy en particular abia citado a
de trabajo? -preguntó Stirlitz.. Klaus que no se presentó a la entrevista,_ .
-:-De todos modos · _:,,.dijo Milller sonriendo-; si «Sujeto interesante '-:-pensó Müller de SHrhtz-, es
quiere entrevistarse con su gente en luga_res raros, inteligente y muy interesante. No esp_eraba. .tant sa
vaya mejor ,i.l «México». . . . biduría de Kaltenbrunner. Si pudiera t l:>aJar cmco
Era una taberna «especial» de Müller, donde tta, bajaba años más, se convertiría en un Fouche, por lo me
el contraespionaje. Stirlitz lo sábía por· Sebe; llenberg nos.»
que naturalmente no debía decirlo. Existía una
circi.1lar prohibiendo la visita a esta taberna a los
miembros del partido y militares. Los charlata-
nes ingenuos se consideraban allí totalmente segu- . .
ros, sin suponer siquiera que cada mesita era escu- - ·•.·
chada por la Gestapo. 1
-En este caso, gracias -contestó Stirlitz-: Si me
lo permite, citaré a mis .hombres precisamente en el
«México». Pero si me ponen el pie en el cuello, ten
dré que pedirle socorro.
-Desde luego. Siempre ·me alegra verlo, amigo.
¡ Heil Hitler! .
Stirlitz volvió a su oficina con una sensación de
incertidumbre. En sentido general, creía en las pala
bras de Müller porque había mostrado sus cartas.
¿Pero .no las mostraba demasiado? El sentido del
límite es ef punto clave de cualquier trabajo, sobre
todo en el contraespionaje. A veces incluso la exce
siva desconfianza le parecía a Stirlitz más aceptable
que la excesiva sinceridad. Como precaución, esa
noche pidió el coche de la oficina para ir a resolver
un asunto importante.

«Qe Werner a Müller:


»Estrictamente confidencial. Una sola copia. Hoy·
a las 19,42 el objetivo llamó el automóvil de la ofici
na BKH 441. Pidió al chófer que lo llevara a la pa
rada del tranvía MiÜelpJatz.. Aquí se apeó. 'Los es
fuerzos de encontrarlo en otras paradas no dieron
resultado. Werner.»
Müller guardó el informe en su sobada .carpeta
donde se encontraban los asuntos más secretos e ·
importantes y volvió a leer los documentos sobre
Stirlitz. Marcó con lápiz rojo el punto donde se co-

180
.\

LA MEDIDA DE LA CONFIANZA

El Obergruppenführer SS Karl Wolff entregó la


carta al piloto personal de Himmler.
-Si derriban su avión -dijo convoz suave-, en
la guerra todo puede suceder, usted debe quemar
esta carta antes de desabrocharse las correas del pa
racaídas.
-No podré quemarla antes de desabrocharme las
correas del paracaídas -contestó el piloto con pe
dantería-, porque el paracaídas me arrastrará por
tierra. Pero lo primero que haré después de desabro
charme las correas será quemar la carta.
-Bien -sonrió Wolff-, aceptando. Recuerde que
también debe quemar la carta sí lo derriban en el
i territorio del Reich.
1
Karl Wolff tenía todas las razones para su extre
ma precaución. Si la carta cayese en manos de cual
quiera, a excepción de Himmler, su destino sería
trágico.

Siete horas más tarde, Himmler abría la carta.

¡Reichsf ührer!
Inmediatamente después de mi regreso de Italia
comencé a elaborar el plan de contactos con Dulles;
no en el aspecto organizativo, sino más bien en el
estratégico. Los datos de que disponía aquí, me per
mitieron llegar a la conclusión principal: los aliados
están tan preocupados como nosotros por la perspec tiva
real de la creación de un gobierno comunista en
Italia del Norte. Inclusive si este gobierno se crea-

183
:• t .mt,:;c :'t:::::'t.'':l:!1t:ª· ' c; ;:: e· :. I·;.r. "'" tu.·e en z pasado reP.,resentante de una

com.pa-
mumstas de. Tito y con ayuda de los líderes comu- . .: ma norteamericana.Y sus COl'Jtactos con Estados.Uni nistas
italianos y de Maurice Thorez, Esto supone ·· . dos son ampl!a!"'lente conocidos, aunque siempre ha la amenaza real de
que pueda crearse un «cinturón •· apoyado el regzmen del duce. Su suegro ·es un im- de olchevismo»
des_de Belgrado, a través de Génova, · po7:t n.te banquero ,libánés relacionado con el capital hacia Cannes y
Paris. · britamco Y frances. La conversación de Zimmer
Mi ayudante en esta operación fue Eugen Doll- con Parilli resultó ser pretexto suficiente para que ·
,mann; su. madre, a propósito, es italiana y tiene am- Dollmq.nn, después de citar a Guido Zimmer a un
plias relaciones en'tre la más rancia aristocracia, pro- apar amento secreto, le expusiera todos los datos ger'1?
1ana pero antinazi. Sin embargo, para mí Zas !eumdos en co_ntra suya. «Son suficientes para man- oczones de
«Alemania» y «nacionalso.cialismo» son / d rlo en seguida a la horca -le dijo a Zimmer-; 11:separables y_ dado
que los puntos ·de vista germanó- .solo un cosa puede salvarlo: la _lucha honesta por
filos de· la señora Dollmann prevalecen sobre los de- Alemania. En esta lucha son importantes también
más, creí conveniente utilizar a EÚgen para elaborar tas bat_allas diplomáticas e invisibles.» En una pala-
los etalles de la operación considerando que las bra, Zzmmer ª;ept_ó rabajar. para nosotros,
rela zones. de su madre nos pudieran ser útiles para 1 Cb uano,pa l_,daz szdg. zente, Zzmmer se e,ncontró
1con e _ tratamiento adecuado 'de los aliados. · e aron ari1 1 z,1 e 110 que sólo el dirigente de ta SS,
Tomé esta decisión y Dollmann se comprometió a Wolff,podia salvar a Italia del Norte de l amenaza
informar a Dulles, ·a través de los canales italianos, comun sta de . los guerrilleros que operaban en las
que el sentido de· las probables negociaciones consis- ,n.ontanas J'. czudad s de todo el pais, pero que, ob-
tiría en que el Occidente pudiera tomar bajo su con- vz mente, si se pudiera actuar conjuntamente con los
trol toda Italia del Norte antes de que los comunis- alza.dos,, todo e. haría con más ímpetu y seguridad.
tas. sean los _dueños de la situación. Pensábamos que E_l. baro,n Parillt, que posee grandes intereses finan-
la iniciativa no debía proceder d_e nosotros; me pa- czeros en Turín, Génova y Milán, escuchaba a Zim-
recia más conveniente que los aliados pudieran «ve me con mucha atención y se comprometió a gyudar-
rificar» mis opiniones a través de sus agentes. Por · nos ªes.tablecer contactos de éste tipo con los alia-
ello di mi consentimiento a Dollmann para que lle- do occz entales. Naturalmente, Zimmer había es-
vase a cabo la operación siguiente: según los info1'- \t cn_to u11 z_nforme sobre e ta conversación a nombre
mes de la Gestapo, el oficial de la división de tan- -
mio, Y st toda la operación quedó asegurada desde
ques SS, Guido l.immer, ha.. dicho réiteradas ve.ces· · eSte mo':'e'!"to, ya que se .le dio la forma de un juego
ª
a los italianos que la guerra está perdida y ·que la con los atiado_s que se lleva a cabo bajo el control
situación es d sesperada. En una tertulia de amigos de la SS, en interés del Führer y del Reich.
donde <<casualmente» Dollman se encontraba tam- El 21 de febrero el barón Parilli viajó a Zurich.
bién, ya en la madrugada, después de haber bebido I Allí. se rela;ionó con su conocido Max Husmann·. Ss
mucho, le dijo a Zimmer que estaba cansado de I te ·le arudo a establecer contacto con el mayor Wai
esta guerra maldita y sin sentido. Los informes de k bel, oficia de za inteligencia suiza. Waibel justificó
los agentes me permitieron comprobar que al día · ·" su determznaczon de colaborar en los contactos entre
siguiente Zimmer, conversando con el barón Luigi la S Y los norteamericanos basándose en el afán
Parilli, dijo que el hecho de que Dollmann hablase . eg_ofsta de u'!". úbdito de Suiza: Génova ·es un puerto
así de la maldita guerra significaba que de igual utztz.zado principalmente por las firmas suizas. Si
modo pensaba. Karl Wolff y e!t las manos de Wolff Italia cay !ª bajo el yugo comunista, la firmas sui-
estaba el destino de toda la Italia_ del Norte y de zas tambze_n serian afecta as. Pude averig!"ar que el
todas las tropas alemanas acantonadas aquí. Luigi m_ayor Wazbel había estudiado en Alemania y se ha
b1a graduado en Basilea y Francfort.
184
185
En su conversacwn con el barón Parilli, Waibel de Moscú de crear un gobi.erno comunista en Italia
dijo que debía observarse el mayor cuidado .ya que del Norte. Esto nos obliga a deponer los viejos agra.
se estaba arriesgando en exceso al ayudar a estable- j vios, a borrar todo el mutuo dolor del pasado y a
cer los contactos. Dijo que esto violaba la neutrali- pensar en el futuro. La paz debe ser justa y digna.»
dad de Suiza· y que, en ese momento, la posición de Husmann contestó que las únicas negociaciones
tos rusos era tan fuerte que la violación del secreto posibles debían basarse en una capitulación incon-
oblz'garía a su Gobierno a. dejarlo sin protección, di- dicional.
rigiendo contra él. todo el golpe. Parilli aseguró al «Yo no me prestaré a una traición -dijo Doll-
mayor Waibel que nadie estaba interesado en divul- .mann-. Nadie en Alemania se prestard a tal cosa.»
gar el secreto, con excepción de los rusos o los coa Husmann, sin embargo, insistió en la «capitulación
mrmistas. «Espero -dijo- que ·entre nosotros no .; incondicional», pero no daba término a la entrevista
haya ni un solo comunista, mucho menos un ruso, y a pesar de la posición dura y negativa que mantení
nn debe temer a que pueda filtrarse la información.» Dollmann de acuerdo con el guión previamente ela-
Como lo comunicó Waibel, al otro día de su cona horado por nosotros. ·
versación con Parilli, invitó a almorzar a Allen Du- Después, interrumpiendo a Husmann, intervino ·
lles y a su ayudante Gaevernitz. «Dos amigos míos Paul Blum, el ayudante de A. Dulles. Blum entregó a
tienen una idea interesante que proponer -dijo-; Dollmann los apellidos de dos dirigentes de la resis- si
quieren, puedo presentárselos.» Pero Dulles cantes- tencia italiana: Parri y Usmiani. Estos hombres se
tó que prefería entrevistarse con ellos más tarde, encuentran en nuestras cárceles. No son comunistas
después de que conversaran· con su ayudante. y llegamos a . la conclusión de que tanto los norte-
Parilli y Gaevernitz llevaron a cabo la conversa- americanos como .nosotros estamos preocupados con
ción. Ya le he comunicado a usted que este Gaever- la amenaza comunista a Italia. Necesitan héroes de
nitz no es hijo de Egon Gaevernitz, sino de Gerhardt la resistencia que no sean comunistas y que en un
von Schulz-Gaevernitz, profesor de Economía de la momento dado, puedan encabezar un gobierno fiel
Universidad de Berlín. Después de marcharse a los a los ideales de Occidente.
Estados Unidos ( a propósito, creo que el primer con- «Si estos hombres son liberados y traídos a Sui-
tacto entre Waibel y Gaevernitz pudo ya establecerse l za -diio el representante de Dulles...:_, podríamos
en Alemania, pues ambos se graduaron en la misma y' cpntinuar nuestras entrevistas.»
Universidad), comenzó a trabajar en los consorcios Al regreso de Dollmann comprendí que las negocia-
bancarios internacionales en Nueva York, donde en-· ciones habían comenzado, pues :era imposible inter-
tonces también trabajaba Allen Dulles. pretar -de otro modo la solicitud de liberación de los
Durante la conversación, Parilli preguntó: «¿Le dos italianos. Dollmann supuso que· Dulles esperaba
gustaría a usted entrevistarse con el Standartenfüh- ·¡ mi llegada· a Suiza. Fui a ver al mariscal de campo
rer SS Dollmann para una discusión más concreta , Kesselring. Después de una conversación que duró de
éste y otros problemas más?» Gaevernitz cantes• "+cinco horas, Uegué a la conclusión de que el mariscal tó
afirmativamente, aunque, de a,euerdo con Parilli,. _.I . estaba de acuerdo con una capitulación honorable, aceptó con
la desconfianza y recelo característicos "'" aunque sin ofrecer garantías, tal vez debido a los de los
intelectuales que trabajan para la inteNgencia. temores tradicionales de hablar sinceramente con el
Di mi consentimiento al viaje de Dollmann a Súis representante del servicio de seguridad.
za. Allí, en el lago Chiaso, fue recibido por Husmarin Al día siguiente, Parilli me visitó en el: apartamen-
y Parilli. Cuando habían llegado a Lugano, al peque- to secreto en el lago Carda y me transmitió una
ño restaurante «Bianci», Dollmann, tal y como había- invitación de Dulles de ir a una reunión en Zurich.
mas convenido, declaró: «Queremos negociaciones De modo que pasado mañana marcharé a Su.iza. En
con los aliados occidentales para deshacer los planes caso de que sea una trampa, daré la versión oficial

186 e¡, 187


consejero económico en España, ofrecía nuevas· pers
de un s.ecuestro. Si se trata del comienzo de las ne. peétivas· para la firma más allá de los Pirineos. Sin
gociaciones, le informaré por carta inmediatamente embargo, Hugo von Ens persuadió a sus familiares
después de ·que me reintegre a mi estado mayor. 1
de que no provocaran el escándalo público. «De todos
·;
Suyo, modos -explicó- lo aprovecharán nuestros enemi
KARL WOLFF. gos. La envidia es infinita y este escándalo me puede
Hugo Pleischner, médico principal del hospital costar caro. No, es mejor actuar con serenidad y
Koch, había muerto de parálisis cerebral. Su herma- prudencia.» .
no mayor, u profesor Pleischner, e]{ vicerre Jor de Fue a visitar a la señora de Pleischner con Gotz,
la universidad de Kiel, <iespués de una reclusion pre- un amigo del « Yacht Club», de 30 años de edad, suma
ventiva en el campo de concentración de Dachau, vol- ·.·.r·t mente beHo, y de quien todo el mundo solía decir en
vió a su casa taciturno, silencioso, y con, una sonrisa broma:: Got , que no es Berlichingen (1), pues· era
obediente y constante. Su esposa lo babia abandona- tan apuesto como tonto. Hugo sabía que las muje res
do casi a raíz de su detención; sus familiares lo viejas lo mantenían. Los tres fueron a un peque ño
exigieron, ya que Hugo von Ens, hermano menor de restaurante. Al observar la conducta de Gotz, Hugo
von Ens se tranquilizó por completo. Era es-
la señora Pleischner, había sido designado en esos l . túpi'do, _pero jugaba su partida ·con precisión, de
días por Neurath consejero económico de l_a Emba
fada del Reich en España. Todos consideraban que el
joven tenía ante sí un fqturo luminoso, porque tam J.
bién en el aparato local del NSDAP. era tratado con
suma benevolencia. Por esta razón, el consejo fami
liar había planteado a la señora Pleischner una alter-.
nativa: o se separaba de un enemigo del Estado,
como era su esposo, o en el caso de que sus intere
ses egoístas prevaleciesen, sería sometida al ostra
cismo familiar y todos los familiares: hermanos, her
mana.s, cuñadas, tíos y tías, anunciarían la ruptura
total con ella ·públicamente, a través de la Prensa. ""
La señora Pleischher era diez años más joven que .
él: tenía 42 años. Arriaba a su esposo. Habían viajado
juntos por Africa y Asía, donde el· profesor solí
hacer excavaciones cada. verano durante las expedi ciones
organizadas por el museo berlinés Pergamon. · Como al
principio ella se negó a aban??nar .ª su esposo,
muchos miembros del clan fami_har, ligado 1
durante los últimos cien años al comerc10 de telas, b
exigieron la ruptura pública con ella a tr vés. ?e la .
Prensa. La vieja generación del clan s Justif!caba
diciendo que el nuevo Estado y el partido nacional
sociálista no prestaba ayuda necesaria a la carrera
de los hijos de las familias burg_ue as .Y de c mer
ciantes. El comercio no podía existir sm relac10nes
· con el- Gobierno. Un cargo en el ministerio de rela ciones
exteriores del nuevo Estado y, además, el de
188
acuerdo con las reglas establecidas, y como estas
_reglas estaban creadas, había que pulirlas hasta: la perfección.
Gotz había llevado las suyas a una per fección absoluta. Era
silencioso, sombrío y fornido. Contó dos chistes graciosos.
Después, con mucho tacto, invitó a bailar a la señora de
Pleischner. Obser vándolos, Hugo se sonreía. La hermana reía
queda
. mente. Gotz, apretándola cada vez más fuertemente, le susurraba
algo al oído.
Dos días más tarde Gotz se mudó a la casa del
profesor,. Allí vivió durante· una semana hasta que
· se produjo el primer registro policíaco; La señora de Pleischner
fue. a ver a Hugo llorando: «Devuélvan melo es terrible que no
estemos juntos.» Al·día si guie te presentó la·demanda de
divorcio. Esto acabó de aplastar al profesor: creía que su espo a
era su primer cómplice. Con nadie· más había hablado tan
abiertamente de su odio al régimen de tiranos imbé ciles. Sufriendo
en el. campo, creía que así salvaba su honestidad y su libertad
de pensar tal y como ella lo deseaba. Una nocbe Gotz le preguntó:
« ¿Con él te sentías mejor?» Ella sonrió suavemente y, abrazán
dolo, contestó: «¡Qué preguntas, querido...! Él sola mente sabía
hablar bien...»

(1) Alusión al protagonista de una obra de Goetthe.


Nota del traductor.

189
i

Después de su liberación, Pleischner se fue a Berlín sin 190


pasar P<?r Kiel. Su hermano, amigo de Stirlitz, le ayudó. a
obtener un empleo· en el · museo Pergamon·.
Trabajaba en el departamento de Grecia antigua .1
doncie Stirlitz casi siempre citaba a ·sus agentes. Des
pués d sus entrevistas, con mucha frecuencia, visita-
ba a Pleischner y ambos vagaban durante horas por
las.salas enormes y vacías del majestuoso Pergamon.
Ple1schner estaba convencido de que Stirlitz induda·-
blemente admir ba la escul.tura El ntño que se saca
una espina; sabía que· Siirlitz daba varias vueltas
alrededor de la escultura de César: era de piedra 1
negra, con blancos ojos estáticos y dementes hechos
·de un extraño mjneral traslúcido.. El profesor arre glaba el
itinerario de. sus paseos por las· salas de modo que
'Stirlitz pudiera demorarse junto a las máscaras
·antiguas de la tragedia, la risa y la razón. Claro que el
profesor no imaginaba a un Stirlitz· que, de vuelta a
su casa, se pasaba horas enteras frente al espejo de
su baijo ac:l.iestrarido su cara como un actor. Stirlitz
consideraba que un agente peb1a apren-
<ler el manejo de su rostro. Los antiguos dbmiriabari
este arte a la perfección... ·
yna vez le pidió al profesor la llave de la caja 'de
cristal donde se guardaban las estatuillas de bronce
de la isla de Samos. Le dijo:
-Me parece que si tocara estas cosas sagradas se
produciría un súpito milagro y me convertiría en
otro hombre después de asimilar una parte de la· se-

f
rena tranquilidad de los antiguos. ·
. El. profes.or le di.o la lla e y Stirlitz hizo una copia.
Aqu1, deba_10 de la e.statli11la ·de _un.a mujer, preparó
un escondite. Le gu_staba conversar con el profesor.
-Ei arte de los griegos con todo su talento es de-
masiado plástico y, hasta cierto punto, afeminado

i
-le decía-. Los Fomarios son mucho más duros. 1
¡ Quiza1 ' s ésta sea la causa de qué estén más cerca de .,,¡,
os a emanes. A los griegos les preocupaba el contor-
no general, la idea, pero los romanos son hijos de la
perfección lógica y de ahí proviene el deseo de tra
bajar los detallés. Observe, por ejemplo, el ·busto de
Marc?_ Aurelio. Es ,un héroe, un ídolo para imitar;
los mnos deberían Jugar a él.
-Los detalles del vestuario y la exactitud del torso
son verdaderamente perfectos -replicaba. Pleischner con cautela.
Después de su reclusión en el campo había perdido la costumbre
de discutir, solamente al bergaba un desacuerdo constante y
precavido. Años antes sclía enfurecerse y destruía al
l Vagando en una ocasión con el profesor por las
salas de Troya antigua, Stirlitz dijo:
-Las tomas· de corriente de estas paredes son de
un mal gusto terrible. Aquí deberían colocarse velas
·discrepante. Ahora sólo expresaba cautelosamente las razones o lámparas en forma de velas, porque, de otro modo
opuestas-. Observe, sin en:ibarge>, más atentamente su cara. es la irrupción de la "Vulgaridad del siglo xx en ¡ ·
¿Qué idea expresa Maréo Aurelio? Está fue ra de todo elevada tragedia de la antigüedad. ·
pensamiento, es tih monumento a su pro pia grandeza. Si hubiera . u:indo pasaba por las salas vacías del Pergamon,
seguido atentamente el arte StJrhtz ·se pregunt ba a menudo; «Pero, ¿por qué
de Francia de fines del siglo xv111, poc;lría convencerse los hombres que crearon este gran arte trataban con
de que pre isamente Grecia se trasladó a París, y que la gran tanta crueldad a sus genios? ¿Por qué destruían que
Helade llegó hasta los librepensadores jaco- binos... . . maban y derribaban las esculturas? ¿Por qué trata ban
Un día Pleischner retuvo a Stirlitz junto a los fres cos de con un descuido tan criminal el talento del sc.ultor y
'hombres-animales: había una cabeza de hom bre con torso de el pintor? ¿Por qué reunimos estas miga jas salvadas
jabalí furioso. de su estüpidez, crímenes y barbarie y enseñamos a
-¿Le gusta? -preguntó Ple.ischner. nuestros hijos a comprender así lo bello? ¿Por qué
Stirlitz no le c_ontestó; se limitó a proferir lo qu1 él llamaba los antiguos ofrecían en holocausto sus dioses vivos a
«somdos sociales»: los «cómo no» «sí por supuesto», «no me los bárbaros con tanta insensa tez?»
diga» y demás manifestado'. ne de un silencio forzac;lo,. en Cuando el Pergamon fue bombardeado por los in-
momentos en que el silencio mismo no es recomendable, P,ero que
cual quier respuesta directa es imposible. 191

'.
gleses, el profesor no abandonó el lugar junto con
todos los empleados. Pidió permiso de permanecer -Bueno, eso se explica... Un líder no debe pasar
en Berlín y ser el guardián de aquella parte del edifi cio frío. ¿Acaso pod os comparar nuestros problemas
qne había quedado intacta. con sus preocupaciones y angustias? Nosotros sólo
Ahora Sttrlitz acudió a este hombre. Al quedar pensamos en nosotros mismos, mientras que él
incomunicado, buscaba, atormentado, una· salida. piensa en _todos los alemanes. ·
St1rlitz pensaba que en esta situación sería poco ra Stirlitz echó una mirada atenta a las paredes del
zonable reanudar el contacto con el centro a través sótano: no_había un Solo hueco y hubiera sido
de UF!. hombre que trabajaría a ciegas COIDO una es impo sibl colocar micrófonos para escuchar.

1
pecie ·de «buzón de correos», que no comprendería Después de aspirar ,el urna fuerte de su cigarrillo,
lo que hacía, ni en nombre de qué y para quién. dijo:
Stirlitz pensaba establecer el contacto con sus hom -:-Esta b en, profesor... El maniático enloquecido
bres en Suiza, pero en el caso, por- supuesto, de que ·? obhga a ;rmllones de seres a vivir bajo las _bombas y
Schellenberg lo enviase para organizar la operación · -se oculta como un ·.canalla en un lugar seguro viendo
de -_,,cobertura» con el pastor Schlag. Aunque podía - películas con toda su pandilla...
--- · La cara de Pleischner se puso mortalmente pálida.
suceder que Stirlitz quedara en el Reich después -- Stirlitz lamentó haberlo dicho, lamentó- haber, venido
de haber preparado toda la operación y que al pas - ª. mdolestar con sus problemas a este viejo desgra-
tor le dirigiera otro allá en Berna. Cabía perfecta- cia o. . -
. mente esta posibilidad. Stirlitz busq1.ba un encuentro «¿Pero por qué .mis problemas? -,-pensó-. Ante
con Bormann, porque sabía que éon su apoyo, lo todo, es eJ problema de los alemanes y, por consi
graría el viaje a Suiza para la «obs rvación personal guiente, su problema. Ha·go por ellos lo que deberían
de las negociaciones». Sin embargo, cualquier con hacer ellos mismos.»
tacto con ciudadanos soviéticos en Berna, que estaba -Bien -dijo Stirlitz-, contésteme. ¿No está de
bajo un control constante de los organismos de inte- - acuerdo? ·
ligencia de todo el mundo, arriesgaría toda la opera- E_l profesor' permanecía en silencio.
ción de un modo definitivo e irreparable. · --;-Biel'! -dijo Stirlitz-, su hermano, mi' amigo, era
Nece_sitaba a una persona en cuya honestidad pudie an-t1fasc1sta... Trabajaba en la clandestinidad... Me
ra confiar plenamente. Creía en la de Pleischner, ay ba. Usted nunca se ha interesado por mi pro
pero no creía en su capacidad de soportar, en el caso 'f fes10n: soy -un Standartenführer de la SS y trabajo
de un fracaso, los métodos de los interrogatorios en el contraespionaje. _
de la Gestapo. E_l profesor levantó las manos como si quisiera
Pleischner se_ alegró mucho al verlo, lo llevó a su protegerse la cara del golpe. . -
sótano y colocando una_cafetera en el hornillo eléctri ·-¡ No! -dijo-. ¡No y otra vez no! ¡ Mi hermano
co, le dijci: nunca fue ni pudo ser un provocador! ¡ No! .-repitió
-Nunca imaginé que iba a extrañarlo tanto. Nada con más fuerza-. ·¡No! ¡ No le creo! ·
sé de su profesiós, sólo que era un amigo - de mi :-· -No fue un. provocador -contestó Stirlitz-, pero
difunto hermano, pero siempre me resultó- muy inte-. J,. yo. t;almente trabajo en los servicios- secretos...
resante conversar con usted, señor Stirlitz. _ --, sov1et1cos.
-Gracias. Más interesante lo era para mí. ¿No se Alargó a Pleischner una ca_rta. Había sido escrita
congela _aquí? por su hermano poco antes de morir.
-Me estoy helando. Pero, ¿qué puedo hacer? ¿Quién_ «Amigo,· te agradezco. tu amistaq, De ti he aprendi do
no pasa frío ahora?, ¡ quisiera saberlo! mucho. 1Apre ndí cómo se debe amar, y oqiar, en nombre
..!....E_n el bunker del Führer siempre hay buena· de este amor, a los que han traído la escla vitud al
calefacción... pueblo de Alemania. Pleischnér.»
-Escribió de ese modo, por temor a la Gestapo.
192
193
- DIECISIETE INSTANTES DE UNA PRIMAVERA
·.· pl: en !¡ i:. ':,,'\osca; :;, ; .I= ::!
do al pueblo alemán son las hordas_ bolcheviquesy
las huestes americanas... ¿No es así? Debemos odiar los
'<
-,
-¿Ha sucedido algo?
-Sí.
-Tome asiento.
-Gracias. ¿Dónde?
como bien dice su J-¡erman'o... Pero, ¿no será H,itler el -Donde quiera. Aquí, al lado de la estufa hace
que ha traído esa. esclavitud? ¿No serán más calor... ¿No .prefiere sentarse aquí? '
los nazis? -Podría resfriarme si salgo del calor al frío. Siem
Pleischner se mantuvo callado, hundiéndose en el pre es mejor una temperatura estable. Pastor ¿quién
enorme y anticuado sillón. _ vivía en su casa hace un mes? • '
-Aplaudo su actitud _;dijo finalmente-. Lo com -¿Es un interrogatorio? ·
prendo... Puede contar conmigo para todo. Pero.des -No.
de ahora le digo que en cuanto me den el pnmer -Es. decir, ¿puedo no responder?
golpe en las costillas con un látigo, lo di é todo. -Debe responder.
-Lo sé -contestó Stirlitz-. ¿Qué prefiere: la -¿Y si me niego?
muerte instantánea con un veneno ·o las torturas. en -No se negará.
la Gestapo? · -¿Por qué?-
-Si no · hay otra ·alternativa -sonrió - Pleischner -Después que ,conteste le. diré el porqué.
con su sonrisa repentina e· indefensa-, naturalmente -Vivía una persona.
que prefiero el veneno. ·· -¿Quién?
-¿Qué sintió cuando le dije quién era? ; . -No lo sé.
-Alivio -contestó Pleischner-. Un gran ahvio. -¿No le dijo quién era?
Me ahogaba de odio e impotencia. -No.
-Entonces, armaremos juntos un lío -tremendo -¿Usted no le preguntó?
-sonrió Stirlitz-. Un tremendo lío... -No. Pedía ayuda, se sentía mal y no pude ne-
, - ¿Qué debo hacer yo? gársela.
_:Nada por ahora. Vivir. :Estar preparado en cual- -Está bien. que mienta con tanta convicción. Esa
quier' momento· para ·hac.er lo necesario. persona le dijo que era un' marxista. Usted discutió
-¿En nombre de quién? v con él como si lo hiciera con un comunista. No era
· -En . nombre de Alemania ... u comunista, pastor. Nunca lo fue. Er.a. un agente
-¿De quién? -· . . mio, un provocador de la Gestapo...
-De Alemania. Me refiero a Alemania, no al -Reich. · -Ah, ahora comprendo... Discutía con él como un
¿No cree usted que entre ambos hay Un enorme di- ser humano.. No importaba quién fuera, si un comu
nista o un agente suyo... Me pedía que lo salvara...
ferencia? · No pude decirle que no... ·
-Usted no pudo decirle que no -repitió Stirlitz-,
-Buenas noches, pastor -dijo Stirlitz, cerra do ni a usted le importaba quién fuera, si un comunista
.o un agente de la Gestapo...
rápidamente la puerta-:. P_erdone que. haya vemdo La cara de Stirlitz se contrajo en una mueca de ira.
tan tarde. ¿'Ya estaba durmieIJ.do?. . -Y si le digo que a· causa de. que para usted· es
. -Buenas noches. Estaba durmlendo, pero no debe importante «simplemente un ser humano», un ser
preocuparse. abstracto, otras personas. muy concretas serán ahor-
-Perdone, de nuevo. cadas,' ¿es importante para usted? ·
-Considérese perdonado, pero pase, por favor, que- -Sí, esoes importante para mí...
vpy a encender las velas. -Y más concretamente, si entre las primeras per-
-Bien.
, 195
194
sonas ahorcadas están su hermana y sus hijos, ¿es
:--¿ dría ü teq encontr3:r. n Suiza a algunos de
· importante eso. para usted?
sus vieJos amig s liel movimiento dé los pacifistas?
El pastor se levantó de la silla, extendió las manos :-¿Ahora 1 dictadura necesita a los pacifistas?
y dio -un paso .hacia Stirlitz: · -No, la dictadura no los necesita. Los necesitan
.-¡ Es un crimen! . todos los que evalú!3n correctamente el momento y
-Decir quenoes importante quién está ante usted, compren e que. cada nuevo día de guerra significa
si ·un comunista o un agente de la Gestapo es un nuevas v1ct1mas y, además, sin sentido ·alguno. ·
crimen _aún mayor ontestó Stirlitz, · sentándose-. . -¿Ento <::es Hitler se propone nego.ciar?
Además, su crimen es dogmático y, por lo tanto, es
pecialmente . ter,rible. Siéntese y' escuche con aten-·
, - Jo. Hitler no, va a negociar. Lo harán C>tros.
Pero esta s una conversación prematura. Primero
ción. Su conversación eón mi agente fue grabada. No.,
. no lo hice yo, fue él. No sé qué se ha hecho de él: necesi- t<;>. tener gar ntías de q e encontrará allí a.
gente con
'? cierta. autoridad. Nec s1tamos personas que puedan
me mandó una· carta extraña... De. toelós modos·, sin • -,· ayµdar_lo a c nversar con los representantes de -las
la cinta, que está en mi poder, no· le creerán.. N.i potencias occ1dental s-. ¿Quién podría ayudarlo?
siquiera }:lablárán. con .él, porque es. un agente mío. El pastor se encogió de hombros. · ·
En cuanto a su. hermana, deberán detenerla tan· pron -:-¿El presid nte de la República suiza le conviene?
to cruce .usted. ia frontera con Suiza. .·. h: -No. No 1rve. Son canales oficiales. Hablo en·
-PerÓ· en ningi'.in momento he pen ádo Cruzar la . ser o. Me ref1 ro . a personalidades de ll;i Iglesia que
frontera con Suiza. · · · · · tuvieran autoridad en el inundo. · ·
:_Usted la cruzará y yo cuidaré de su hermana. . .:_Todos los hombres de la Iglesia tienen autoridad
-Usted es.un brujq... ¿Cómo puedo creerlo si tiene · en te mundo ijo el pastor, pero al ver contraer
tantas caras?°: ; . ' .. .. .' . .·. . ·.• . . . se e nuevo la cara·de Stirlitz, agregó rápidamente-:
-No. le queda más .salida que éreerrrie; pastor, Alh tengo. muchos amigos. Sería ingenuo por mi
y. usted irá a Suiza .aunque sólo sea para salvar la par te prometerle algo, pero creo que podrfa discutir
vida de sus seres queridos. ¿ Nq es verdád? este
· -Sí. Iré. Para salvarles la vida. , problei:na con perso11as serias. _Por ejemplo; Brüning...
-¿:Por qué ·no me pregunta lo qµe te_ndiá ·que El Occidente lo respeta; pero me preguntarán a quién
hacer en Sui;za? Ust d. se negaría. si le pidiese que represento. · · :·
fuera a dinamitar úna iglesia, ¿no es .así?.. ,.,..;.A los alemanes·-contestó brevemente· Stirlitz-.
-Usted es µna perso¡:i.a inteligente. Seguramente, v S1 le . preguntan, quién· concretamente se dispone. a ·
habrá calculado. exactamente qué es lo que ,puedo negociar'. usted p eguntará a su vez: «¿Y-quién con
y creta.mente _negociará por parte de Occidente?» Pero
-no puedo hacer.:. . · . · .• . · todo. se hari1;1 a travé ,deun i:ilace que yo le daría...
-Correcto. ¿Le tiene lástima a Alemania?· .-tA traves de quien? -diJo el pastor Sin com-
-Le tengo lástima a los alemanes. · prender. · .
-Bien. ¿No_le pare<::e que la paz inmediata, sin Stirlitz sonrió. .
perder ni . un· minuto, ·sería una salida para los ale- --:-Seguimos. hablando _de los detalles -aclaró-.
manes? · · Por:thº:1;1 lo 1mporta te es.que usted esté de acuerdo.
-Es u:¡:i.a salída para Alemania:.. -tO nen me garantiza. que mi hermana y sus hijos
......:Demasiado sofisticado, pastor, demasiado. Es no seran ahorcados? · ·
una salida para los alemanes, para. Alemania, para -:--S¿ le·liberé yo de la C'JiÍrcel?.
la Humanidad. No tenemos miedo a morir, hemos · - l.
vivido la vida y somos hombres solitarios ·y. ya· vie- -¿Cree quefuefácil?
jo_s... ¿'( los niños? ·· -Creo que no:
-Lo escucho con atención -¿Cree usted que teniendo en mi poder la cinta
196 197
con su conversación con el provocador donde le habla
mal del Führer, no podría mandarlo al horno de un Ier no puede querer la paz, usted les demostrárá a
campo de concentración? · sus amigos que este -hombre es un provócador sin
-Sin duda alguna. autoridad ni respeto ni siquiera en la SS. Usted les
dirá qu_e llevar a cabo negociaciones con este
hom
-Ya ve usted cómo su pregunta está contestada. bre no es sólo estúpido; sino ridículo... Les repetirá
Su hermana vivirá en completa seguridad. Natura).· .que; sería una locura iniciar las negoc;:iaciones.con la
mente, mientras· usted q:mtinúe haciendo lo que le SS y con Himmler. Usted les dirá que las negocia
dicta su deber de hombre que lamenta el destino ciones deberan hacerse con- otras personas y les
de los alemanes; de los ancianos y los niños. dirá los nombres de personas serias, fuertes e
-¿Me amenaz.a? inteligen
·-Es una advertencia. Si se comporta de otra for tes... Pero ya hablaremos más tarde de- . eso, más
ma, nada podré hacer para salvarlo a usted ni a su tarde...
hermana... . Antes de partir, Stirlitz preguntó:
-¿Cuándo se producirá todo esto? -¿Hay alguien en la casa además de su criada?
-En cuanto surja la necesidad. -Ella tampoco está; fue a su pueblo a .visitar a
-¿Cuándo puede surgir esta necesidad? sus familiares: ·
-Pronto. Por último: cualquiera que le preguntara ·1.;, -¿Puedo ver la casa?
sobre nuestra conversación ... -Cómo no...
-No diré , nada. · Stirlitz subió al segundo piso y miro a la calle
-Quisiera creerle... ocultándose detrás de la cortina. La avenida podí
-:-¿Cuál de _nosotros dos· se arriesga más? ser vista desde aquí en toda su extensión de princi-
-¿Cuál piensa usted? pio a fin. No había nadie. _ .
-Creo que usted corre más riesgos. Cuarenta minutos más tarde llegó al bar _<iMéxíco».
-Efectivamenté. Había citado allí a su agente encargado de los pro blemas
-¿Es sincero usted en su deseo· de encontrar la de protección de-l secreto del -«arma · de la
paz para los alemanes? venganza». Stirlitz quiso complacer al jefe de la
-Sí. Gestapo: al día siguiente éste escucharía la conversa
-¿Hace poco tiempo que surgió en uste_d la _idea ción. Será una buena conversación entre un inteligen
de ofrecer la paz a la gente? i te nazi con un inteHgente científico nazi. Después de
-No sé cómo responderle ontestó Stirlitz--,-; es que la Gestapo había detenido al físico atómico Run
. dificil contestarle con plena honestidad-, pastor. Mien tras ge, a Stirlitz no se le olvidaba proteger sµ reputación
más honesto sea,· más mentiroso pudiera pare cerle'. de. cu ndo en cuando y no de cualquier forma, sino
-¿En qué consisitría mi misión, para hablar con m1r.uc1osamente y en todos los aspectos.
cretamente? No sabría robar documentos ni dispa
rar ocultándome en una -esquina.
-En primer lugar -dijo sonriendo Stirlitz-, esas '\ -Buenos días, señora Kien... ¿Cómo está? ¿Y el
cosas no son difíciles de aprender. En segundo, no pequeñín?
le exijo que dispare desde una esquina. Simplemente -Gracia , señor... Ya grita Y, eso .me ha tranquili
podemos necesitar sus relaciones. Usted dirá a sus zado.. Tem1a que . a causa de m1 contusión le hubiera
ocurrido algo en ·1a voz. Los médicos lo han visto
dicen que está bien-. . '
amigos que. Himmler, a través de un representante _ :-¡Gracias a· Dios! Pobres criaturas... Tantos sufri-
suyo (el nombre se le diría 'más tarde),· está llevan- mientos para chiquillos que apenas han llegado al
do a 'cabo una_ provocación a Occidente.. Les explica
ría que éste o cualquier otro hombre que' envíe .Himm-
198
,,r. -
mundo... A este terrible mundo... Tengo noticias
para usted. 199
.t
-¿Buenas? . .
-En nuestros tiempos todas las noticias son ma•... cito, lo que quiere decir que vivirá...
las, pero para usted son más bien buenas. q e alas.. , Katy deseaba enviarle una nota a Stirlitz, sin pér
-Gracias -excl mó Katy...:_, Nunca olvid.are su " dida·de tiempo, rogándole que averiguase qué suerte
bondad. había corrido Erwin, pei;-o sabía que esto era impo sible
-Dígame, por favor, ¿le sigue doliendo la cabeza? y, al mismo tiempo, estaba convencida de que no
-Ya está mejor: Por lo menos ya los mareos no podía prescindir de la comunicación con Stirlitz. Esto la
me molestan ni tengo aquellos agotadores ataques obligaba a alejar los malos pensamientos, a pensar en el
de náuseas. . medio de -comunicarse con Stirlitz, que encontraría a
.:......son ·1os síntomas de la conmoción cerebral. Erwin en un hospital, de modo que todo acabaría bien
--Sí. Si no hubiera sido por mi greña, el niño no y el pequeño pasearía con Erwin por Moscú cuando
hábría nacido.., MÍ greña me protegió del primer gol- todo esto hubiera terminado, y habría primavera, una
pe contra aquella viga de acero... . constante pr-imavera o un caluroso otoño indio
-No lo llame greña... Tiene usted un pelo precio alzando sus telarañas dorad.as
so... Lo admiré desde mi primera visita... ¿Usaba .en el aire ylos abedules serían muy amarillos, altos
algún champú espedal? . y puros... .
--Sí. El tío de mi esposo nos mandaba de Suecia_ -La compañía -continuó el hombre- le ayudará
alheña de. Irán y buenos champús americanos. a obtener comunicación telefónica con el tío de
La noche antes Katy lo había comprendido todo. Había su·
. repasado· mentalmente las preguntas hechas . esposo e0i cuant los médicos le permitan levantarse.
·por el «señor de la compañía de seguros»; Estaba_ . Sabe, estos suecos son neutrales, son ricos y su deber
dispuesta a recibir el golpe por el lado. mas prote es ayudarla. Si usted lo deja escuchar por teléfono
gido. La versión sobre el tío de Estocolmo era s gu- cómo grita el pequeño, su corazón se· ablandará...
ra y comprobada. Pensó en diferentes modos de Jus Otra cosa: he acordado con la .dirección de· n.Üestra
tificar .la maleta. Sabía que ésta era la pregunta -compañía que se le dé el primer subsidio dentro de
más difícil. Sintió un.. terrible dolor .en las _sienes. algunos días sin esperar a que · se haga la verifica ción
cuando trataba de conte·starse a sí mism.a si su genéral de su seguro. Pero...necesitamos los nom bres de
dos garantes.
-¿De quién?
versión sería convincente. n caso de que .surgiese ,¡ ..:...i)e dos personas que pudiesen garantizar... per-
la pregunta, decidió eludirla por el día de hoy di ciendo done, no soy más que un funcionario, interpréteme
que se sentía muy maL Quería·ver cómo actua ba el correctamente.,. que pudiesen garantizar su honesti
«agente de seguros». Que fuese una prueba para dad... Vuelvo a insistir en que me interprete correc-
ambos. Lo importante era que ella tomase· la palabra tamente. ·
primero. -Pero, ¿quién podría darle esa garantía?
-A propósito, ¿su tío tiene, teléfono en Esto- ' -¿Acaso no tiene amistades?
colmo? . . . -¿De este tipo? No... .
-No lo sé. Mi esposo nunca lo llamaba... -Bien... Pero, ¿no tiene conocidos? Simples co- ·
Tociavía no podía creer· que Erwin ya no existiera. noddos que pudieran asegurarnos que tuvieron rela
Simplemente no lograba creerlo. Después de aquel!a ción con su esposo...
primera -reacción histérica en· que .ella se retorcia -Que tienen relación -rectificó Katy.
.sollozando, una vieja enfermera le había dicho: -¿Está vivo?
-No llores, pequeña... Lo mismo ocurrió con mi -Sí. . . ..
hijo. También se pensaba . que había muerto; pero -¿Dónde? ¿Ha estado aquí?
estaba en un·hospital. Ahora está saltando sobre su Katy· movió negativamente·1a cabeza.
· única pierna, pero en casa; no fue Ilarµado al Ejér- -No. Está en ·algún otro hospital. Tengo la segu-
- 200 201
ridad de que vive...
-Pero yo lo he buscado... a la· gente mayor de setenta y los mandaríaa zonas
-¿En todos los hospitales? especiales para los ancianos. Todo el mal del mundo
;i proviene de los viejos... · ·
,
-Sí. .- ; ._ Cómo puede usted dec1·r eso, se-nor: El g· eneral .
-¿También en los hospitales militares? e · tan bondadoso.
-¿Por qué cree que pueda estar en un hospital s -Bien. ¿Quién más?
militar? «¿Debo mencionar a la señora· Korn? -pensó
-Es un inválido de guerra... Es oficial... Perdió el Katy-. Pero es·peligroso. Pasamos las vacaciones con
conocimiento después del bombardeo y pudo haber sido ella, pero teníamos la maleta y podría record rla al
llevado a un hospital militar... ver la foto. Sería la candidata perfecta: su -esposo
-Ahora $!stoy tranquilo -sonrió el hombre-. Ti es comandante de la SS...»
ne buena cabeza y se recuperrá. pronto. Debe. -Trate de comunicarse con la señora Eichelbren
procu ner. Vive en Potsdam. Tiene casa propia, situada en
rar abandonar la cama: el niño tiene que pasear. El 1· aire la calle del Molino. . · · .
_es la mejor medicina en nuestros días. _Por fa- . vor, -Gracias. Esto ya es algo. Tra'taré de que esta
dígame los nombres de algunos conocidos de gente la avale, señora Kien. Ah, otra cosa... Su en
su esposo y mañana ya habré convencido a esta gente A, cargado reconoció dos maletas súyas entre las -que
de que las· garantías no son necesarias. quedaron intactas después del bombardeo. Mañana
por la· mañana vendré· con él y en su· presencia y la
. Katy sintió qué le empezaban a- zumQar los oídos. del· doctor las abriremos. Tal vez a usted le interese
Cada nlleva pregunta del hombre aumentaba el zum 0 decidir cuanto antes qué se debe hacer con las cosas
bido. Era un martillo ruidoso y IDt!tálico que le gol-· que no le hacen falta y yo podría cambiarlas· por
peaba los oídos. Pero sabía que callarse ahora des ropitas para su niño. . ·
pués de haber eludido .todas las preguntas concretas «Es ·evidente que hoy ha venido a eso -pensó
sería una derrota. Recordó las casas de su calle, es Katy-. Espera que yci haga un esfuerzo hoy para
pecialmente las destruidas. Un pensamiento la detu vo. ponerme en contacto con algún amigo.»
Erwin había arreglado el radiotocadiscos del general -Muchas gracias -dijo-. Dios lo recompensará
retirado Nusch. Lo recordó. Vivía en Rans dorf; sin por su bondad. Dios nunca olvid.a la bondad...
duda. Junto al lago. Que le preguntaran. -¿Es usted católica?
a él. · 'f -No, mi familia siempre perteneció a' la iglesia
-Trate de hablar con .el general retirado Fritz protestante. ·
Nusch; Vive en Ransdorf, junto al lago. Es un vie.io -Yo oy católico... Bue o. no tiene importancia.
conocido de mi esposo. Rüego a Dios que el general Lo que importa es que todos llevemos a .Dios en el
nos trate con la misma benevolencia de siempre... corazón... Por último... -Le alargó a Katy una hoja
-Fritz Nusch · -repitió el hombre anotando el de papel-, Firme esta solicitud para el pago inmedia
nombre en su libreta-, en Ransdorf. ¿No recuerda t? de una parte del subsidio. Aquí, por favor, gra
la calle? cias. Le deseo que recobre la alud rápidamente y
·-No.. dele un beso de mi parte a su gigante...
-En la oficina de información pueden negarme la é '\
dirección de un general... El hombre llamó a la enfermera al c;lespacho de.l
-Pero está tan viejo... Ya no pertenece. al Ejérci.- ·
to... Tiene más
-¿Continúa de ochenta biep
funcionandp años.su cabeza?
.1
.:...¿cómo? . médico de guardia y le dijo: · ·
-Nada, nada... Temí que pudiera estar escleróti- -Ta pronto orno le pida que Il me a algún lugar
: · Sipo.. mi fue<a, le quitada el. trabajoa la fuena o le de cualqmer nota, llámeme mmediatamente a

203
a estos asuntos, esperamos algo... Por desgracia, el
la casa o al trabajo, no impo ta. A cualquier hora. idiota de la sección local mostró la foto de las ma
A
estecualquiera
teléfono.-repitió-.
-le dio Siel alguien la visita,
número-; llame a ·
estos hombres. letas, incluyendo ésta. Le preguntó s.i no reconoda
se encuentran a tres minutos de usted. Trate de de cosas suyas en la foto... Gracias a Dios, no puede
morar ar visitante con cualquier pretexto. Con cual fugarse, el niño está con ella y no dejan entrar .a
quiera. nadie en la sala de recién nacidos... No creo que se
vaya .y abandone al n'iño... Aunque nunca se sab_e...
He decidido traerla para acá hoy. .
Al salir.. de su •despacho, Stirlitz vio que por el -Perfeetamente -convino Stirlitz-. ¿Pusiste algu na
p sillo llevaban la maleta de Erwin. La hubiera. re guardia allí? Hay . que vigilar sus posibles· con-
conocido entre miles: alU se guardab;:t el trans- tactos... . · · · _ ·
misor. . -Sí, puse a la enfermera y cambié.al guardián del
Distraídamente, sin darse prisa, Stirlitz siguió a hospital por uno de nuestros hombres. ·
dos hombres que charlaban, alegres. Entraron con la '¡_Y vale la pena traerla entonces? Echarás a per,
maleta en· el despacho· del Stú.rmbannführer .Rolff.
·· . Naturaimente Stirlitz ..no podía súponer siquiera
que en el labor torio habían encontrado huellas digi
tales de Katy, no sólo en el exterior de la maleta,
l.r der todo el juego. ¿Y si d.e repente ella se decide a
buscar contacto con su gente?
-No sé ·qué hacer. Temo que se recupere dema
siatlo. Ya sabes ·cómo son estos ruso . hay que,coger-
sino en la escala de sintonización y en los negros· los desprevenidos, y débiles... . ·

,
auriJculares de ebonita. · . . -¿Por quéhasdecidido que es rusa? . . .
Al llegar a la puerta del investigador Rolff, 'Stir- · ,-Ahí comenzó. todo el lío. Gritaba en ruso..cuando
litz vaciló por un momento si entrar o. no inmediata . estaba pariendo.
mente en el despacho del Sturmbannführer. Con todo _;¿Dónde está?
su ser eh tensión, sin pensarlo, confiando en su in -En Charité. La podrían traer en diez minutos.
tuición, tocó brevemente a la puerta· del despacho Stirlitz se estiró y dijo mientras e ' dirigía· a la
con el nudillo del índice y sin. esperar respuesta. puerta: ·
entró. ·· Tráela lo más rápidamente posible... Aunqúe co
-¿Qué pasa, estás preparando la retirada? _. pre guntó rres el riesgo de echar a perder toda la operación...
sonriente. No había elaborado la frase, Je había Pudierá comenzar un bónito júego si ella se decidi
surgido espontáneamente y había sido., sin. duda, ra a·buscar contactos. ¿ No crees· que·su gente fa ande
más acertada que las que hubiera podido iriven- buscando en estos momentos por todos los hospi tales··
- tar durante. horas. . . . .
· -No·-contestó Rolff-, es un transmisor. -No habíamos pensado en eso todavía.
-Ah:.. ¿Los coleccionas? ¿Y dónde está sú dueño? Te !o regalo:-.. No es demasiado tarde para em
pezar hoy. Bueno, cuídate y éxitos... -Ya en la
-,Su dueña. Creo que el dueño estiró la pata. Pero -
la du fü!, c.on. su. hijo recién n.acido está. en la .·sala
especial del hosp1taL . ·
·r/,
.
204

· ".·..,.
-¿Con un recién nacido?
-Sí. Además, la muy zorra tiene heridas en la
cabeza. ·
·
-¿Qué vas a.:.hacer con una mujer enferma? ¿Pien-
sas interrogarla en· ese estado? · ·
-Yo creo que es pteci amente en ese estado cuan
do debemos ·interrogarla.. Siempre le damos largas
puerta, Stirlitz se volvió-: Es un asunto muy inte resante. Muy
interesante, Lo principal es no apresu rarse demasiado. Y te·
aconsejo que no informes nada a los jefes porque te obligarán a
correr demasiado. Al abrir la puerta, Stirlitz se dio una palmada en
la frente y exciamó riéndose: . ·
-Me estoy ·convirtiendo en un idiota esclerótico.,.
. Vine a pedirte una pastilla para dormir. Quería. verte precisamente
para eso. Todo el mundo Sabe que tie-

205
nes buenas pastillas suecas...
le cuestan al escritor las sonrisas desdeñosas .de los
Siempre es la última frase la que se recuerda. críticos, el pasó en falso de un agente significa su
Stirlitz lo había verificado con precisión matemática. muerte.
Es importante saber cómo entrar en una conversa -¿Qué está pasando? -dijo con asombro Sche
ción necesaria, pero es más importante todavía sa ber Uenberg-. ¿Qué le h,a sucedido a usted?
cómo salir de ella. «Si ahora -pensaba Stirlitz le -No se desmaye, pero creo que todos estamos bajo
preguntasen a Rolff quién había entrado y para qué, la vigilancia de Müller. ·Ayer fue la idiotez de man
conte'starí indefectiblemente .qú.e Stirlitz, para pedirle darme a seguir en Friedrichstrasse y hoy algo aún
unas pastillas suecas para dormir.» Rolff las más grave: ha.n encontrado a una rusa <::on su trans
suministraba a media dirección. Su· tío era farma misor. que, al parecer, trabajaba muy activamente.
céutico. ¡ Durante ocho meses; he estado cazando este trans.
Y ahora, después de hablar con Rolff, Stirlitz de bía misor, pero por no sé qué razón el caso ha caído en
jugar a la ira. Subió al despacho de Schellenbeyg y manos de Rolff, que sabe tanto de juegos radiales
exclamó: cómo yo de lesbianas!
-Brigadenfühter, lo mejor.· es que le diga que es Schellenberg alargó de inmediato la mano hacia el
toy enfermo, porque efectivamente lo estoy, y le pida teléfono.
permiso para. irme a un sanatorio por diez días; pues -Mejor no lo haga -dijo Stirlitz-. No servirá de
lo que soy. yo, no ·aguanto más... nada. Sólo comenzaría la riña habitual entre el es
Al hablarle al jefe de la inteligencia, estaba pálido pionaje y el contraespionaje.. Permítame mejor .ir
y casi lívido. Y no sólo porque estaba decidiéndose ahora mismo al hospital donde está la nisa y traer la
el destino de Katy y, por lo tanto, también su des tino. a ·mi. ·oficina para hacerle por lo· menos el primer
Es que sabía lo que esperaba· a Katy en este lugar: interrogatorio. Tal vez, me. dejo llevar por una falsa
después· de interrogarla durante cinco horas, pondrían ilusión, pero creo que lo haré mejor· que Rolff. Des
·una pistola en la nuca del recién nacido y pués se la entregan a Rolff: para mí el ·trabajo es
amenazarían con matarlo en presencia de la· madre si más importante que la vanidad.
ella no hablaba. La vieja y tradicional provocación de -Lo autorizo a que vaya -dijo Schellenberg-,
«papá» Müller: na.die . nunca había disparado aquí en pero, de todos modos, llamaré al Reichsführer.
la nuca de un niño. I,a piedad no . contaba. Los hombrei; -Véalo mejor -respondió Stirlitz-. Este lío no
de Müller eran capaces de hacer cosas peo-· res.
me gusta nada.
Simplemente comprendían que después la ma dre
perdería la razón ·· y toda . la Óperación fracasa ría. -Váyase -,-repitió Schellenberg-, y haga lo que
debe hacer. Después hablarem.os del pastor. Lo va
Pero. este método de persuasión funcionaba infa mos a necesitar mañana o pasado...
liblemente. -No puedo hacer dos cosas a la vez.
La cara· de .Stirlitz tampoco estaba mortalmente . _:_5¡ puede. Un agente se rinde inmediatamente
pálida porque conociera las torturas que lo espera o no se rinde. Salvo raras excepciones, cede después
ban si Katy decía algo sobre él. Todo era más sen cillo: de que los matones de .Müller le apliquen métodos
jugaba a la ira y su· espíritu había dominado tan especiales. Usted se dará cuenta durante las. prime
exacta y totalmente a su cuerpo que el resultado era ras horas. Si esa dama no habla, entréguela a Müller,
ese estilo de armoniosa unidad sólo accesible a los y que se rompan la cabeza ellos. Si habla, será un mé
grandes actores. Un verdadero agente se parece a un rito nuestro y así le pisaremos los callos al bávaro.
actor o a un escritor. Vive según las leyes de creación de En los momentos de irritación, llamaba de este
su verdad. La diferencia -radica en que m.ientras la modo Schellenberg a uno de 1os hombres que más
farsa torpe amenaza al actor ·con ·toma tes podridos,

'
odiaba: al jefe de la Gestapo, Müller.
y la falta de verdad y la incoherencia·
206 207

i.
En el cuerpo de guardia, Stirlitz mostró su insignia
del SD y paso al cuarto de ·Katy. Al verlo, los ojos de
ésta se abrieron desmesuradamente y se llenaron de Stirlitz sabía que no podría hablar en su automó
lágrimas. Hizo un movimiento hacia. Stirlitz, pero él; vil: lo seguían en _un coche de vigilancia, aunque Mü
temiendo a los micrófonos (dos huecos de ventila ción ller as gurase que !1abía sido mera coincidencia, y
erán lugar muy apropiado para colocarlos) no le dio la cualqmer conversación podía ser grabada · desde el
posibilidad de que· pronunciara una sola pala bra.. · . auto ó il. Esto significaba que tendría que hablar
· · lo mas importante en el pasillo. Le quedaban dos mi
nutos para el pasillo, el tiempo lo había calculado
-Señora Kien, recoja sus cosas. Usted ha. perdidq. subiendo al .cuarto.
y un agente debe saber perder con dignidad. Sé que La enfermera trajo al niño.
lo negará todo, pero es una tontería. Tenemos cua
renta mensajes cifrados suyos. Ahora le traerán su -Ya está listo... -dijo.
ropa y usted vendrá conmigo. Le garantizo la vida •;t_l A Stirlitz se le oprimió el corazón, no sólo porque
a: usted y su niño si colabora con nosotros. No puedo el_ pequeñi o· tendría que. ir ahora a la Gestápo, a la
garantizarle nada si usted rehúsa. · car el, hacia lo des.':onoc1do, sino porque una mujer,
Stirlitz esperó a que la enfermera trajese el vestido, · posiblemente tambien ,una madre, se había referido
al niño ton voz indiferente y férrea diciendo la te rrible
el abrigo y los zapatos. frase:· «Ya está listo...»
-¿Podría usted. salir mientras me visto? -pregun
tó Katy siguiendo el juego. - -Le va a ser difícil llevar al niño ..-dijo la enfer-
mera-. Puedo llevárselo hasta el coche.
-No, no saldré ontestó Stirlitz-. Volveré la
cabeza y continuaré explicándole la situación, mien -No hace falta -contestó Stirlitz-. Puede mar
charse. La señora Kien llevará al niño. Y vigile que
tras usted decide qué contestarme. no haya enfermos en los pasillos.
-No le voy a contestar nada ..-dijo Katy-, no ten
go nada que decirle. No entiendo lo que ha ocurrido, Cu _ndo la enfermera s lió, Stirlitz_ abrió la puerta
estoy muy débil todavía. Espero que pronto se acla y deJo pasar a Katy. Cammaba cogiéndola por d bra
rará este málentendido... Mi esposo es un oficial, un zo Y ayudándola a llevar al niño, pero después de
inválido de guerra... . notar el temblor de sus manos, lo llevó l.
Katy sentía ahora una. rara sensación de alegría. Veía a -Escúchame, pequeña -comenzó a decir en voz
uno de los suyos, y confiaba en que de ahora baja, ·apretando el cigarro entre los dientes-, ellos
.en adelante, aunque las pruebas fuesen .difíciles, ha v lo saben todo...
bía quedado atrás lo más terrible: la soledad... -Tira el cigarro que el humo va a. lastimarle los
· .-Tonterías :;-la interrumpió Stirlitz-, su trans misor ojos al pequeño -le suplicó Katy.
está en nuestras manos, sus radiogramas tam bién, ya -No puedo -contestó él-, sólo tenemos este mi
nuto: No es lo más terrible de esta situación. Escú
están descifrados y constituyen evidencias · chame atentamente. Ellos te darán una información
imposibles de refutar. Le exijo una sola cosa: que
acep_te trabajar para. nosotros. Y le aconsejo -dijo, para nu7 tra gente. egatéa, . exige garantías, exige
volviéndose, mostrándok con los ojos y la cara, pá-· que el nmo esté contigo... Cederás por el niño. Pue-
lida aún, que estaba diciéndole algo· muy importan • den grabarnos, trata de actuar bien en mi despacho.
A'- Tú no conoces la clave y ·nuestros radiogramas no
te, algo que· ella debía tomar en cuenta y entender · están descifrados. -Erwin lo cifraba todo, tú no eras
bien- que acepte mi proposición y, en .primer lugar, más que la. radista. El resto es asunto mío. Di que
nos diga todo lo que sabe aunque sea poco lo que a Erwin lo visitaba un señor del Ministerio de Rela
e sepa, y en segundo lugar, después que acepte mi pro ciones Exteriores. En el coche te mostraré su foto.
posición, que empiece de . inmediato, en él.os o tres Eso es todo. ¿Está claro?

l
días, a trabajar con nosotros... .Este señor del Ministerio de Relaciones Exteríores
era Heinz Korner, consejero de la dirección oriental.
208
1-4 """""' rns,Ím,s ,; UN, '""'""
Una ..,;.,.na ante, había pereddo en un acddente.
,,: 210
automovilístico. Era una pista falsa. Siguiéndola, la
Gestapo perdería inevitablemente diez o quince días.
Y en estos, momentos un día ya significaba mucho... A
Cinco horas más tarde, Rolff informó a Müller que
la radista rusa había desaparecido de la clínica Cha
rité. Müller estaba furioso. A las dos horas llamó
· Schellenberg por teléfono.:
-Buenas tardes, amigo... Stirlitz le tiene un rega lo:
ha traído a la radista rusa que ya está de. acuer- do
en trabajar para nosotros. El Reichsführer lo ha '" /
felicitado ya por ese éxito.

Stirlitz sabía que la clave no había sido descifra.


da. Prácticamente era imposible- descifrarla, porque
era su clave personal y nadie en la Gestapo la sabía.
Los radiogramas que· se mandaban a Stirlitz desde
el centro tenían otra clave que no necesariamente
debía conocer la radista, sino· el cifrador- que ahora
estaba callado y sepultado bajo las ruinas . de su
casa. .
En el despacho de·Schellenberg, escuchando su ale-
gre charla con Müller, Stirlitz se preguntaba por cen
tésima vez si tenía derecho a traer .a la cárcel a ,su
compañera de ludía Katenka Kozlova, Katy, Gien,
Inge, Enriquetá. Por supuesto que podría mostrar su
botón, montarla en su automóvil, y llevarla a Ba-
belsberg; después le encontraría una vivienda y le
daría nuevos clocumentos. Esto ignificaría que al sal
var la vida de Katy, deliberadainente fracasaría en
el cumplimiento cie la operación, aquella operación
que había sido planeada por er centro, que era tan
importante para centenares de miles de soldados ru sos
y que podría, de . una forma u otra, influir en el futuro
de Europa. Sabía que después del secuestro
de· Katy del hospital, toda la Gestapo se pondría en
alerta.. . ' ' ' .
Sabía que, incluso en una escapatoria con éxito,
el hilo conduciría inevitablemente a él por su botón
de la Policí $CCreta, su coche, sus señas particulares.
Esto significaba que también él tendría que pasar
a la clandestinidad: Que todo resultaría un fracaso. La
estancia en una casa é:ualquiei:.a, aparentemente se-
gura, era pani ój!camente más peligrosa para Katy que su
cons nt1m1ento de trabajar para la Gestapo y su presencia
en uno de los apartamentos secretos p_ara transmisiones por
radio. Los agentes que habían sido reclut.ados y aceptaban
trabajar contra su anti guo, «dueño», era_n tratados con
tolerancia. Stirlitz sabia ue se lo Jugaba todo, que la guerra
pronto acabana y que los verdugos de Müller cometerían nuevos
crímenes y aniqµilarían a todos los que se encontra?an.
encarcelados. Era ésta la razón por la u l ab1a dicho a Katy
que desde el principio debía ms1st1r en que ya nada la ligaba
a Rusia después de la muerte de su esposo y que en ninguna
circunstan cia ella podía caer en manos de su antiguo jefe. Era !ª
uria alternativa de reserva en caso de que Katy de t?dos odos
c yese en manos de fa G stapo. Si Stir htz ub1era temdo
completa seguridad de que Katy hubiera estado baJo su
control todo el tiempo, no se habría preocupado tanto ni
planteado una y otra vez la misma. pregunta: ¿estaba actuando
correcta mente o no? La habría instalado en un «apartamen
to de radio» bajo la custodia de los SS y en el mo mento
oportuno lo habría dispuesto todo para que ella y el niño
desaparecieran sin que nadie pudiera encontrarlos. Pero, a pesar
de la trágica situación en los frentes y de la enorme cantidad de
refugiados que llenaban el centro del país, la Gestapo seguía
funcio nando de niodo preciso y coordinado: una de cada dos
personas delataba a la otra y ésta, a su vez; d lataba a su
ddator. Sólo un ingenuo que no cono ciera la estructura de la
Policía secreta alemana ·hu biera podido pensar que en estas
aguas turbias po dría escabuJlirse sin dificult_ades·.

Durante. tres horas trabajó Müller en el primer in


terrogatorm de. 1 rusa. Comparab:,t el informe pre sentado por
St1-rhtz con la grabación .que había or denado hacer,
colocando un micrófono en la toma de corriente situada
junto al escritorio del Standar tenführer SS Van Stirlitz.
Las respuestas de la rusa coincidían por comple
. to. Pero las preguntas que el Standarteriführer ha bía escrito ,en
el informe eran distin_tas a las que ha-

211
bía formulado i-éalmente a la radistá rusa. ·
e ,realizar cualqµiei:-a de n_uestros hombres...
-Este Stirlitz trabaja. con audacia. -dijo Stirlitz. volvió á uiñai-Ie un ójo a Katy.
Müller a Rolff-, escuche cóino la estaba Su -rad1sta no conoce mi estilo -dijo ella-- Pero
preparando. · en el Centro lo conocen bien. - ·
Haciendo retroceder la cinta, Müller dejó oír la voz -Correcto.. Pero tenemos gr.abados sus mensajes
de Stirlitz: y pode1_11os enseñárselos fácilmente a nuestro rá.dista
-No voy a repetirle verdades trilladas, usted sabe que y trabajaría en su lugar. ·Sería · su fracaso final. En
en Moscú su detención equivale a una condena. su patr!a no la perdonarán, usted lo sabe bien y tal
-Una persona que caiga en manos de la Gestapo tiene vez meJor que yo.
que perecer inevitablemente. El que salga de aquí Sti.I:l tz hizo una se.ña con la cabeza, pero Katy per
con vida es un traidor y· nada más. ·¿Correcto? Esto . .. · mane 1ó callada, apretando. contra sµ. pecho al niño
es lo primero. No le pediré los nombres de los agen
tes que aún no han sido detenidos:· no es importante, · - f'-
dormido. - ·
porque cuando hagan esfuerzos por encontrarla, cae
rán en mis manos inevitablemente; Esto es lo segun
- una-Si.total
ust d e. co?;lpor.ta con s_ensatez, le prometo
Justif1cac1on ante sus Jefes.
1 -Es _imposible .,...contestó Katy sin esperar la se
. do. Usted tiene que comprender que, como hornbr.e
y como oficial ·del Reich, no puedo contemplar su si . ñal de Stirlitz.
tuación sin piedad. Estoy perfectamente consciente · 1-i -Se equivoca. Es posible. Su detención no será "·
de sus sufrimientos de madre· si nos viéramos en la registrada en ningún documento nuestro. Se muda ría
necesidad de enviar a su .criatura al orfelinato. Esto a :la casa. de unos buenos amigos míos .donde la
niña se sentiría bien. · ·
significa que quedaría sin madre para siempre. Quie
ro que me entienda bien: no estoy amenazándola; es un
.....;Es niño...
que aunque no lo ·quiera, tengo jefes y siempre les -Perdone... Cu ndo. vea a los .súyos, les dirá que
es más fácil dar órdenes a los que no han visto a despues de la muerte de su esposo, encontró a un
su criatura en sus brazos. Tengo que cumplir las ór hombre que le dio la contraseña...
denes: soy un ·soldado y mi patria lucha contra la suya. .-No la sé... · . .
Y ahora _lo último: hemos recibido copias de :_usted la sabe -repitió insistenterriente Stirlitz usted
películas filmadas por cineastas moscovitas donde sabe la contraseña, pero no la pedirá, éstos so detalles
presenfan a los alemanes como unos imbéciles y· a menores y un juego romántico: Les dirá que
nuestra organización como una casa de locos. Si fue ff el hombre que le dio la contraseña la llevó a este
ra así, ¿por qué entonces hemos estado casi a las apartamento .Y, le daba· los telegramas cifrados que
puertas del Kremlin y junto al Volga siendo tan -ustt;d transm1tia al Centro. Será su coartada. En los
idiotas... ? espectáculos y películas sobre agentes se estila dar
En este punto Stirlitz le guiñó -un ojo a Katy, lo tiempo para que se. pueda reflexionar. Pero no voy
que naturalmente Müller no pudo ver, y ella lo cap a darle este ,tiempo, le pregunto directamente: ¿sí
té de inmediato. o no? · ·
-Sí, pero ahora el- Ejército rojo está a las puertas · Silencio.
de Berlín -dijo ella. · - Mi.iller echó una mirada a Rolf_f.
-Correcto. Cuando nuestras tropas estaban a las • '"'.'."Un solp error -dijo-, equivocó el sexo del niño.
puertas del Kremlin, ustedes confiaban en que lle garían Dijo que la criatura era una niña. Todo lo demás
a Berlín. Nosotros estamos convencidos de que pronto- es ,un trabajo excelente. .
volveremos al· Kremlin; Pero no discuta mos inás. Le -Sí -contestó.Katy en voz baja, casi susurrando...
digo todo esto porque no tenemos nada de. tontos y -:No la pigo ..:....ctijo Stirlitz. · ·-
hemos descubierto bastante en sus men sajes, ,de modo -Sí ;repítió. Katy . ¡Sí! ¡Sí! ¡Sí!
que su trabajo de raqista lo puede -Ahora está bien -dijo Stirlitz-. Y por favor,

212 213
sin histeria. Usted sabía lo que la esperaba sabilidad, no razona y s incapaz de toma,r cual
aceptó trabajar contra nosotros. quier decisión acorde con su voluntad.· Sin embargo,
-Pero tengo una condición -dijo Katy. 00 .es así. Precisamente en esta situación se revela
-Dígamela.· el alto nivel profesional y las convicciones ideológi-
-Perdí todos los nexos con mi patria después ·1 cas del agente. Un agente secreto verdadero sabe que,
de la muerte de mi esposo y mi detención. Trabaja:· sin la dirección del Centro, son posibles la pérdida
ré para ustedes si me garantizan que nunca caeré de tiempo y el riesgo innecesario, porque la tarea
en manos de mis antiguos jefes... que se asignó al agente incomunicado puede haber
De repente Katy se puso mortalmente pálida y c0, sido cumplida por otro agente, en otro momento Y
menzó a deslizarse lentamente de la silla. Stirlitz en otro ·lugar. En el extranjero y sin comunicación
tuvo tiempo de correr hacia ella y coger al niño.· con el Centro, el agente no puede juzgar con plena
Llamó al oficial de guardia. . · / veracidad el grado de importancia y la eficiencia de
-Lleve a la detenida al hospital de la cárcel. Ase-, su trabajo.
gúrese de qu la tr ten con_ mucha cortesía... Éstos _• Los años uc Stir!itz había pasado en e! extrai:i· són
los nerv10s, ya se le pasará... · jero le hab1an ensenado a captar los matices mas
Stirlitz le dijo a· Schellenberg: · finos en los· mensajes cifrados que recibía del Centro.
-No podemos perderla. Sería el colmo de la estu- '.i-i Ahora que su ataque frontal contra Bormann ha
pidez y la imprevisión. Sobre todo en los momentos ' bía fracasado por razones· desconocidas, Stirlitz ne-
en que comencemos nuestros juegos con el cura. cesitaba un urgente contacto con Moscú. Necesitaba
Sería conveniente garantizar el apoyo del Reichs- obtener alguna ayuda, uno o ·dos nombres, una o
führ.er. dos direcciones de hombres que, aunque no estu-
·. -Lo·intentaré ·-contestó Schellenberg-. Pero, ¿y · vieran relacionados directamente con Bormann, lo
los motivos? estuvieran con la sobrina del primo casado con
la·
-Hay muchos -Stirlitz se encogió de· hombros. hermana del suegro de su cocinero.
-Desinformar a lqs ingleses a través de Portugal Stirlitz sonrió. El parentesco había
resultado y transmitir a Moscú lo que nos sea
provechoso. De. cómico.
este modo los volveríamos locos -dijo pensativa. «No puedo perder tiempo, es la muerte -pensó-.
mente Schellenberg-, ¿Qué le parece? No puedo mandar al pastor a Berna hasta que Pleis-
Demasiado arriesgado..'. Pero es interesante. chner no esté allí. Es absurdo enviar a Pleischner
-Está bien, lo pensaremos. Lo felicito, Stirlitz, sin antes encontrar el modo de acercarme a .Bor-
hemos hecho rabiar a Müller. Está muy bien, muy mann. Hasta, dentro de un mes el Centro no me man-
bien. . dará otro radista. No puedo esperar un mes, todo se
decidirá en días, ·e el mejor de los casos, en serna-
nas.»
Pa·ra Stirlitz, una de las tareas más importantes Stirlitz se preguntó por qué Bormann no había
era determinar el volumen de las investigaciones acudido a la cita. En primer lugar, podía no haber re
atómicas y aunque sabía .que los problemas a resol cibido la carta. Los hombres de Himmler pudieron
ver debía comprenderlos y evaluarlos bien, se daba ..• interceptarla.;, aunque era poco probable, Stirlitz se
cuerita perfectamente de que una sola persona, por· las arregló para enviar la carta con toda la corres
muy hábil que fuese, no podía abarcarlo todo. . .. · pondencia secreta destinada a Bormann personal
Por es.ta. razón resultaba tan atorn:ientadora la · mente. Hubiera sido muy arriesgado robarla porque
ausencia de la comunica ión con el Centro. Los ad-·. la ·-introdujo después de que todo el correo había
versarips suelen creer que un agente col9cado en · sido revisado por el empleado del departamento se creto
esta situación carece de iniciativa, teme. a bJ reSpon·· del secretariado del Reichsführer.· Sin embar:

214 215
go, Stirfüz no debía rechazar por completo esta po-
sibilidad. Analizando ·la carta enviada, Stirlitz se lia- La sirena de la alarma comenzó a aullar. Stirlitz
bía percatado de varios errores esenciales. A menu- ccmsultó el reloj: las diez de la noche. La puesta del
do lo salvaba su capacidad innata de volver a ana- sol era hoy de un.rojo color sangre, con tonos azules.
lizar una acción, una conversación, una carta, y sin Significaba que por la noche haría frío. «Echará a
lamentar ·un posible error, sin dejar que las cosas· · perder mis rosas -pensó al levantarse-. Había sido
siguieran su curso, buscar la salida a la situación p n_iatuto sembr rlas, pero quién hubiese podido
que pudiera. crearse debido al error cometido. La ad1vmar que .el fno se mantendría tanto tiempo.» ·
carta enviada no presentaba ninguna amenaza para · Las bombas caían muy cerca.
él personalmente: la había escrito en una máquina «Al diablo -decidió Stirlitz-, me iré al Bunker.
de escribir en el cuarto de expedición durante un Ellos seguramente tratarán de estropear mi estima-
bombardeo, por lo tanto, estaba· protegido. Simple-
mente pensaba que para un tipo como Bormann la
carta contenía demasiadas emociones y expresiones
de fidelidad y pocos hechos y proposiciones concre-
tas. El razonamiento de un hombre de Estado se di-·
I .1 da empresa. Sería una estupidez morirse ahora.»
Salió del despacho Y echó a andar por el pasillo
vacío hacia la escalera que llevaba al Bunker. Se de-
tuvo junto a la puerta del despacho de las comuni-
cacione·s telefónicas directas. Al principio no com-
ferenci& de las estructuras mentales de quienes se ,¿_ prendió P_or qué se había detenido aquí, pero luego
encuentran en los escalones inferiores de la escaiera _,_"'_·r ·'<. se percato de que en la puerta estaba puesta la llave.
jerárquica de un Estado totalitario. La enorme res- Frun_ció el ceño Y sin apresurarse miró·en torno.
ponsabilidad por las decisiones tomadas prácticamen El pasillo estaba desierto, todo el. mundo se había ido
te fuera de todo control obligan a un hombre de Es- al Bunker. Empujó la puerta con el hombro, La puer-
tado como Bormann a aceptar entrevistas con su- ta no cedió. Hizo girar la llave. La luz estaba _apa-
bordinados sólo cuando le comunicaran hechos des- gada, aunque. las ventanas habían sido cubiertas con co?
ocidos por todos y que fueran importantes para pesadas cortinas. Stirlitz encendió la luz, tanteando
el Estado. Pero, por otro lado, continuaba él pensan- la pared con la mano. Dos grandes teléfonos blancos
do, para Bormann eran importantes incluso los más se. destacaban entre todos los demás. Era la línea di-
p queños de al e.s que hubi ran podido perjudicar a. -l recta con el Bunker del Führer y con los despachos
H1mmler. Stirhtz comprend1a el porqué de esta lu- · · de ormar:m, Goebbels y Keitel.
cha entre Himmler y Bormann. Pero no la razón de '\,,;r, S.tirlitz se asomó al pasillo. No había nadie. Los
que esta lucha con,tinuase en estos momentos con , · cristales temblaban por· el impacto de las bombas una _furia.
ere.ciente. Stirlitz se. daba cuenta de que- . _·. que caían demasiado cerca. Pensó un instante si val- Bormann
podia estar ocupado simplemente y no pudo · dría la pena cerrar o no la puerta.
acudir a la entrevista. Al mismo tiempo, sabía que · Después se acercó al aparato y marcó el número
Bormann había atendido esas· peticiones sólo dos o . 120054. . .
_tres veces; lo sabía por sus conversaciones telefóni- ¡ -Bormann -oyó en el auricular una voz de bajo
cas grabadas. Bormann recibía diariamente esas so- J. fuerte. ·
lici udes de entrevistas de por lo menos veinte ºj·' . _•\ -¿ a r cibido usted mi cárt.a? -preguntó
Stirlitz tremta personas del grupo superior jerárquico del •. . ' camb1an o Ia voz. ·
aparato del Partido y militar. . ·.... -¿Quien habla? ·
«Todo fue ingenuo de principio a fin -decidió Stir- .·· -Debía recibir una carta dirigida personalmente a
litz-. No sólo he jugado a ciegas, sino que, de acuer-1 usted. De un miembro fiel del Partido.
do con sus reglas, he jugado mal. ¿Puedo hacer algo _ - í. Buenas noches. ¿Dónde está? Ah, bueno...
para arreglarlo? En principio, sí, pero, ¿cómo hacer- Esta claro. La matrícula de mi coche es...
lo concretamente?» -Lo sé -interrumpió Stirlitz-. ¿Quién conducirá
.¡ el coche? ·
216 [
217
.
'í1
[j¡ •
-¿Tiene eso importancia?
-Sí. Uno de sus chóferes...
-Lo sé -lo interru pió Bormann.
Se entendían perfectatnente. Bormann había e.nten
dido que Stirlitz estaba enterado de que todas sus
conversaciones se· grababan, lo cual significaba que
el- hombre que le hablaba estaba al tanto de los se
cretos del Reich. Stirlitz, a su vez, llegó a la conclu
sión de que Bormann sabía todo lo que no le podía
decir (uno de sus chóferes era un agente de la Ges.
tapo) y presintió el éxito. 8·111-1945 (22 h 32 min)
-Lo van a esperar en el sitio indicado. Mañana,
a la hora prevista.
-No, ahora -dijo Stirlitz-. Dentro de media Media hora más tarde Stirlitz vio un «Maibach»
hora. blindado estacionado junto al Muse.o de Historia Na
-¡ Heil· Hitler! -dijo Bormann y colgó. tural. Él pasó de largo y en el asiento de atrás des
cubrió a Bormann. Después de cerciorarse de que
no había ninguna «cola» detrás de él, volvió sobre
sus pasos y, abriendo la puerta, dijo: ·
-:-Parteigenosse Bormann, le· agradezco la confian za
que me ha mostrado...
· Bormann le estrechó la mano en silencio, exami-
nando la cara de Stirlitz. ·
-Vamos -le dijo al chófer-. Al Wannsee.
Después cerró la cabina de cristal que lo separaba
del chófer.
-'-¿Dónde lo he visto antes? -preguntó mirando
nuevamente a Stirlitz-. A ver, quítese el camuflaje...
Stirlitz colocó sus lentes en las rodillas y se echó
hacia atrás la _gorra. · ·
-Estoy seguro de que lo he visto en algún lugar
anteriormente --repitió. .
-Seguro -contestó Stirlitz-; Cuando me conde
coraba con la Cruz de. Hierro me dijo que yo tenía
cara de profesor de Matemáticas y no de espía...
-En este instante, tiene la cara de un espía y. no
de un profesor -bromeó Bormann-. Pero bueno, qué
ha pasado, cuénteme...

El teléfono que comunicaba a Bormann con la Di


rección Imperial de Seguridad no había. sido utili,
zado durante toda la noche. Al otro día por la ma ñana,
la conversación grabada ya se encontraba en

219
reciera casual, en un accidente en la. misma calle de
la mesa de Hiinmler. Su primera reacción fue de su casa:. Himmler estuvo a punto. de autorizar esta
furia, pero cuando su ira se hubo aplaca o, se asus tó operación, a todas vistas necesaria, pero después se
y llamó a Müller. Le ordenó que averiguase con mucha detuvo. Ya no tenía confianza en nadie, ni siquiera
cautela quién había llamado al cuartel general en Müller.
.del NSDAP desde el despacho especial .dé teléfonos -Piénselo bien usted mismo -dijo-. Talvez sea
estatales. mejor soltarlo -dijo, sabien_do perfectamente Ja
- Esa mañana Müller no pudo reunir ninguna infor res- puesta de Müller. .
mación importante. .Por la. t rde le entregar n las -Es imposible, lo trabajaron mucho.
huellas digitales que había deJado el desconocido al Era ésa exactamente la respuesta que esperaba
llamar a Bormann. Le asombró enormemente que el Reichsführer.
)
fueran las mismas huellas digitales .que la· Gestapo ·./ -Bueno, no sé_-dijo haciendo una mueca-. El chó
había descubierto días antes en el transmisor de la ·fer es un hombre honesto y nosotros no castigamos
radista rusa. a la gente honesta... Invente algo usted mismo...
Müller salió furioso del despacho de Himmler, con
El chófer de Bormann que tiempo atrás, con per- #," vencido de que el Reichsführer le . temía a Bormann
. miso del propio Bormann, había rehusado conver tirse y desviaba el golpe hacia él, hacia Müller. «No -de
en· informante del SD, fue· de.tenido ct1ando vol vía. a . cidió-, en este:,caso, yo también puedo_jugar este jue go.
su. casa :después _.de· la guardia. ·Du.rante. tres horas lo El chófer debe vivir. Él será mi carta de triunfo.»
único que· diJo fue que le permitif:ran una entrevista con Después de habiar ..con Müller, Himmler· llamó a
Bormann. Después. de que le plica ron el · Otto
interrogatorio dé tercl:!r g:raclo, confesó que esa Scorzeny.
noche un desconocido. había montado en su auto, móvil ·.· -Necesitó el archivó de Bormanri dijo-. ¿Usted·
con u· jefe, No. pudo decir. de . qué hablaron entiende lo, que· necesito, Scorzeny? ·
porgue la conversádón se h bía desarrollaclo en los -Perfectamente.
asientos de atrás y su cabma estaba separada de .:_será más difícil que secuestrar al duce.
--:-Seguro.
Pero, ¿es posible?
ellos · por un grueso cristal a· prueba de .balas, tiizo ':_No lo sé. . .
ia descripciói;i del desconocido.. Dijo qu.e e.l hombre \ -:-$corzeny•, esta respuesta no me satisface. Pront?
llevaba una gorrá que le fapaba la frentey lentes. ·.r· Bormañn querrá sacar el ·archivo, usted· debe averi guar
con gruesa montur:á. de car,ey. Tenía. bigot .s c:anosos. adónde, además, ·cómo y qui .D'_ lo va a proteger.
El chófer ttivo que examinar. más de doscientas. foto Scliellenberg·
grafías. Entre ellas había una fofo e .S'tfrlitz.. Pero, . sor generaL .. le·ayudará
. .. , extrapficialmerite,
. . . ... . · . . como ase-
. en·primer lugar, no llevaba_ .lente ( m bigotes, f}u_e se ¡
ponían y quitaban fácilmente en, cás? de necesidad · l -:-He compr ndido, Ilefchsfüh,:er.
en segundo lugar, lá foto habla sido hecha hacia l.
cinco años y,.dl.,lrante est?s _años d guerra, los _hom- Á\
bre-s solían. tran.s ormarse :por c.omplet,o Y. con fre- 1 • Después de haberle comunicado á Schellenberg su
idea de enviar al pastor Schlag al extranjero,
Stirlitz
·cuenda
Después hasta lo irreconocible.
de· recibir ·
la riota. de 'Müller sobre .la inves tomó el' expreso nocturno hacia la frontera suiza para
preparar la «ventana». Creía, como Scheflenberg, que
tigación que se llevaba a cabo, Himmler dio su. c?n-
sentimie.n.to .para..tomar ne. secreto las huellas digita·.· ·.·.¡
¡ si. el pastor cruzaba la frontera abiertamente, .todo
. el asunto podía adquirir una publicidad indeseable.
les a todos los funcionarios.
:ii,.:,
Müller propuso también organizar la liquidación.
::: chófer de Bormann, de modo que su muerte pa- ?;
Esta operación había sido planeada sin conocimien to de la
Gestapo. S.i·. ella se· hubiera enterado de que

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un hombre liberado de la cárcel ilegalmente, sólo por
orden personal de Schellenberg, había cruzado la úmero 56 en e.1 vagón contiguo lo oc_upaba un pá lido
fronte p., seguramente lo habrían dejado pasar, pero P:ofesor sueco con un largo y tosco apellido escandmavo.
sometido desde el principio a la más estricta vigilan Eran los único.s viajeros en dos vagones internacionales
cia, lo que debía evitarse a toda costa mediante esta sin contar a un general que volvía al frente italiano
«operación de cobertura». De acue'rdo con el criterio después. de haberse curado de sus heridas. El general se
asomó al compartimiento de Stirlitz y le preguntó:
de Schellenberg, el «desenmascaramiento» de Schlag
-¿ Es usted alemán?
después de que hubiera cumplido su misión debería
-Desgraciadamente -contestó Stirlitz.
llevarlo a cabo precisamente Stirlitz.
Él podía hacer tales bromas, porque había sido
En estos días Stirlitz, con el consentimiento de
ofic,ia_11!1ente autorizado. Una provocación supone la
ScheHenberg, había preparado para el pastor los «can
pos1b1hdad de bromear sarcásticamente. En caso de
didatos» a conspiradores; . consideraba que debían
que uno de los dos delatara al otro, había una pro
ser empleados del Ministerio de Relaciones Exterio res
tección: estaba oficialmente autorizado por sus je
y del cuartel general de la Luftwaffe de Goering. En
fes. Si la delación no se producía, era entonces fac
estos organismos había escogido a los hombres que
tible que se podía trabajar con ese hombre. Este pro
servían al nazismo con el mayor celo y a quie nes
blema había sido discutido en la Gestapo: ¿Debían
cqnocía como agentes de la Gestapo. A Schellen berg· le
interrumpirse las conversaciones peligrosas en el acto
gustó especialmente el hecho de que todos estos
o continuarse? Algunos en el SO eran partidarios de
hombres habían sido reclutados por la Ges-
cortarlas en seguida: el miedo era un remedio pro
. tapo.
filáctico excelente. Pero los demás, y entre ellos es
. ""'""'.Todo eso está muy· bien -dijo-, tiene buenas taba· Stirlitz, afirmaban que debían provocarse con
perspectivas. ·
versaciones sobre los temas más candentes en todas
Stirlitz lo miró interrogativamente;
partes donde fuese posible.
-De este modó -aclaró Schellenberg- le echare
. -¿Por qué «desgraciadamente»? :preguntó el ge
mos a perder la reputación de todos los demás que
neral.
támbién pretenden buscar contactos en Occidente.
-Porque no me han traído la segunda taza de café.
AHí saben difer-enciar muy bien entre la Gestapo y
nuestro departamento, El -café verdadero se lo sirven únicamente a los que
«No lo había pensado -reconoció Stirlitz-. Es in tienen pasaporte extranjero.
teligente, sabe bien lo 'que hace y prevé el futuro. -¿Sí? Pero a mi ya me han dado dos veces. Tengo
· Gracias, Schellenberg, por la lección. Aunque hay que coñac. ¿Le gustaría beber?
pensarlo bien: si tienen a alguien en Occidente, le -Gracias, yo también .tengo· coñac.
tenderían la mano al mismísimo Satanás y ni ha- Pero seguramente no tiene tocino.
blemos de Müller.» · -Tengo tocino.
El expreso nocturno en que viajaba Stirlitz se di -Entonces parece que ambos comemos del mismo
ferenciaba de todos los demás porque continuaba plato -dijo el general observando lo que Stirlitz sa
manteniendo el confort de antes de la guerra: en los caba de su portafolio-. ¿Qué graduación tiene?
pequeños compartimientos crujían las correas de piel -,-Soy diplomático. Consejero de la tercera direc
genuina; ·brillaban como en un barco los ceniceros ción de relaciones- exteriores.
de cobre y los soportes de las lámparas eléctricas y -Entonces, . ustedes son a· quienes todo el mundo
los camareros servían un café fuerte. Era un tren maldice -dijo el general, sentándose en un sillón co
casi exclusivamente utilizado por los diplomáticos locado detrás del pequeño lavamanos-. Ustedes son
en sus viajes de Escandinavia a Suiza. los culpables de todo. · ·
Stirlitz ocupaba el asiento número 74. El asiento ·-¿Por qué?

222
223
-Porque ustedes provocaron la guerra en dos fren
tes. Prost! . nas. Para correr a tiempo.
\i -Prosf/! ¿Es de Mecklemburgo? -¿No tiene miedo de hablar así con un descono
-Si. ¿Cómo lo sabe? cido?
Ha dicho Prost, La gente del Norte· siempre se comen -Usted no conoce. mi nombre...
las vocales. -Sería muy fácil de averiguar, porque tiene una
El general se rió. cara muy destacada.
-Bs verdad -dijo-. Dígame, ¿no lo vi a usted -¿Sí? Diablo, a mí siempre me ha parecido que mi
ayer en el Ministerio de Aviación? cara_ es muy corriente. De todos modos mientras us
Stirlitz se puso en guardia. El día antes había lle vado ted escribe su denuncia y ellos encu ntran a otro
al pastor Schlag al Ministerio de Aviación para testigo, pasará tiempo y todo se habrá. terminado
«establecer contactos» con los hombres más cerca nós ya. Éstos no son los que nos van a sentar en el ban
a Goering. En el caso de que la operación tuviese éxito y quillo de los acusados, sino los otros. Y los diplomá-
la Gestapo comenzara a funcionar a instan cias de ticos ocuparán los primeros lugares. ·
Schellenberg para aclarar la «conspiración» haría falta . -:-Ustedes quemaban, destruían, mataban, ¿y van a
que el pastor dejase huellas: en el Minis- Juzgarnos a nosotros?
. terio de Aviación, en la Luftwaffe y en el Ministerio -'-Hemos cumplido órdenes. Qu maban los SS. No
de Relaciones Exteriores. En el Ministerio de Avia ción sotros combatimos.
el pastor entregó su pasaporte para un registro y -¿Es quehan inventado un nuevo método de ha cer
pidió datos sobre el consejero Walter Schmiede kropf; la·guerra sin quemar y sin rriatar?
en el Ministerio de Relaciones Exteriores ha bía 0
-La guerr:a es necesaria. Por supuesto no una
dejado una carta para el doctor· Kleist que ha bía guerra estúpida. Ésta es la guerra de un aficionado.
sido el primero en tantear en Estocolmo los con tactos Él decidió que podía hacerla sin estudiar en las
con Occidente. academias, por inspiración divina. Decidió que sólo
«No -pensó Stirlitz, sirviendo el coñac-, este ge él sabía lo que todos nos9tros necesitábamos. Deci dió
neral no pudo verme. No pasó absolutamente nadie que él sólo ama a la· gran Alemania, mientras· que
cuando estaba esperando en mi coche. Es imposible nosotros pensamos día y noche en cómo ven derla a
que Müller me lo haya enviado, no tiene esta costum- los , malditos cosacos judíos.
. bre; trabaja con más perspicacia.» · Stirlitz se rió. ·
-No·estuve allí -contestó--. Mi cara tiene una -Hasta ahora no había oído hablar de cosacos
propiedad extraña: todo el mundo cree que me ha judíos.
visto anteriormente. · -Bueno, de los rojos yo espero cualquier cosa.
-Tiene una cara muy estereotipada -contestó el., Y de los norteamericanos también. He peleado con
general-. Se parece a muchos. tra.ellos durante un año. A estos idiotas los perderá
-¿Eso es bueno o malo? · su técnica: creen que la guerra puede ganarse sólo
-Para los espías debe de SS!r bueno, pero para un con bombardeos. P11ost!
diplomático creo que es m<!lo. Ustedes necesitan ca -Prosit...
ras que puedan ser recordadas después. -Seguirán aumentando su poderío técnico y se
-¿Y los militares? ahogarán_ en él. Decidirán que todo les.- será permi tido.
-Los militares necesitamos ahora piernas fuertes. Los rojos ·piensan como piensan·: porque .son salvajes y
-¿Y qué me dice de las cabezas? pobres y los norteamericanos porque son demasiado
-Nuestras cabezas no tienen ninguna importancia. ricos. _Por eso las guerras son necesarias...
Alguien piensa por nosotros, sólo cumplimos órde nes. -No veo la relación ;-dijo Stirlitz-. Algo en su
Nuestras piernas son las importantes, las pier- tesis no funciona. · .
-Todo funciona perfectament·e. Los Estados son
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225
15- DIECISIETE INSTANTES DE UNA PRIMAVER-\
como hombres. No les gusta la inmovilidad. Se aho -Bueno, y si viniera·de su jefe supremo en Italia...
gan dentro de sus fronteras. Necesitan movers : es -¿Kesselring? Nunca hará tal cosa.
un axioma. El movimiento es la guerra. Pero s1 us tedes, -¿Por qué? -
diplomáticos malditos, lo vuelven a confun -Fue educado en el cuartel general de Goering.
·dir todo serán totalmente aniquilados. Todo el que ha trabajado bajo el mando de algún
-Hern'os cumplido órdenes. Somos también solda líder, pierde la iniciativa inevitablemente. Puede ad
dos... Soldados del Führer. quirir destreza, convertirse en un ser analítico, pero
-Déjese de fingir. Soldados del Führer -remedó pierde la capacidad de tomar decisiones propias.
burlonamente a Stirfüz-. Un cabo que- se robó las Antes de dar un paso semejante, iría a ver forzosa
botas de un general... mente al cerdo.
-Me da miedo hablar con usted... -.,. -¿A quién?
-Miente. En estos momentos toda Alemania dice · ··.t'I·!. -Al cerdo -repitió el general obstinadamente-.
lo mismo... O lo piensa; en todo caso. A Goering. ·
-¿Y los muchachos de las juventudes hitle ia -¿Está usted seguro de que es imposible conven
nas? Cuando luchan contra los tanques rusos, ¿pien cer a Kesselring de que tome esta decisión sin el con
san igual? Ellos mueren con las palabras de «Heil sentimiento de Goering?
Hitler»... fo.: -Totalmente ·seguro.
-El fanatismo nunca ofrecerá una victoria defi -¿No cree _en esa posibilidad?
nitiva. El fanatismo cansa y acaba disolviéndose en -Creo en la posibilidad... En la posibilidad de una .
las ideas y la conducta- de los vencidos. Los fanáti muerte· cercana... la de todos nosotros, juntos... No
cos pueden vencer en los primeros momentos, pero es tan terrible, créame, cuando es la de todos jun
nunca podrán retener la victoria porque se . cansa ran tos. Nuestro fin será tan horrendo que su recuerdo
de ellos mismos. Prost! herirá el corazón de muchas generaciones de alema
-Prosit... Entonces, ¿por qué no se rebela con su nes desgraciados...
división... ? El general comenzó a llorar de improviso. Su cara
-Un grupo de divisiones. permaneció impasible, ni un solo músculo se movió
-Mejor. ¿Por qué, entonces, no se rinde junto con en ella, sólo las lágrimas , resbalaban por sus meji llas.
sus divisiones? 'Ir-' Pero el llanto no afectó la firmeza de su voz cuando
-¿Y la familia? ¿Y los fanáticos del Estado Ma yor? terminó diciendo:· .
¿Y los cobardes que prefieren luchar creyendo en una -Dije a rriis hijos: maldita sea cualquier democra
victoria ilusoria antes de marcharse a .un campo de cia en . Alemania. Toda democracia en nuestro país
prisioneros de los aliados...? acaba en la dictadura de los pequeños tenderos.
Mien- . tras más libertades tenemos, más rápidamente
-Usted puede dar una orden...
nes para vivir entregándose al enemigo. Nadi-e sabe ¡ desea
tración
mos la SS,y el miedo total.
la Policía Sólo así
·secreta, los nos sentimos
campos tran
de concen
-Se da una orden para morir... No existen órde- ·
cómo escribirlas... En ningún Ejército del mundo. · quilos. No se necesita que luchemos por nuestrós
-:l Y si hubiera ·recibido est _orden... ? . puntos de vista sobre los destinos de la patria, o asu
.i,. mir. una responsabilidad cualquiera: sólo hay que
levantar la mano en honor .del que lo -hace todo por
-¿De quién? ¿De este neurotJco_? Nos e ta arras- ti, sólo hay que gritar Heii. Hitler y ya todo está
trando a todos· a la tumba: es terrible morirse en la claro y no hay por qué preocuparse...
soledad, pero todos juntos es insignificante Y hasta
podemos bromear...

l
-¿Y si la orden viniera de Keitel?
-Éste enlugar de cabeza tiene un culo. Es un ofi-
cinista, no un militar.
226 227
Toda la ,noche el profesor sueco del apellido escan. .i Reichsführer!
dinavo largo y tosco la pasó escribiendo en su com Ayer por 1 , noche comencé la realización práctica
partimiento, tratando de que la pluma no rasgara
de la operacwn «Verdad». ··. · ·. .
demasiado el papel cada vez que el tren se estreme . Planifiqué (levar a cabo la acción, de ser posible, sin
cía violentamente en los empalmes... ruido. Szn embargo, los acontecimientos de la noche en
En léi estación fronteriza Stirlitz salió del vagón.. cuestión no me permitieron realizar mi plan así.
El general bajó la vista al pasar y levantó la mano Después de que mis hQmbres vestidos de civil ha bían
en el saludo del Partido. · .· colocado un camión en medio de la carretera la
· columna que transportaba el archivo del Reichstleiter
-Heil Hitler! -dijo en voz alta..
-Heil Hitler! -respondió Stirlitz-. Le deseo éxi- sirz parar e, comenzó a, disparar sob.re et camión y
tos y que derrote• a sus enemigos. tres de mis hombres. Szn preguntar nada, sin revisar
El general miró a Stirlitz con aprensión: debió de los documentos, el primer coche de protección del
haber estado muy borracho cuando entró en su com. archivo del Partido chocó con nuestro camión y lo
partimiento. ..
tiró a la cuneta. El camino· logró ser abierto. Cinco
h()mbres. del primer coche. de protección· montaron
-Gracias -contestó de nuevo muy alto, calculando
en·,ez automóvU iguienté y la columna reemprendió
que tal vez sus palélbras fueran oídas por el mozo del
la marcha. Me di cuent.a de que en cada camión se
tren-. Les romperemos. la cabeza. ..
encontraban por lo menos cirico o seis hombres ar
-No lo dudo -dijo Stirlitz y echó a andar despa-
cio por el andén. . ' ··.
ma os con metralletas. Como se había aclarado pos
terzorme_n_te, no eran soldados, ni tampoco oficiales.
En los dos vagones sól.o había quedado el profesor. Eran militantes de la organización local del NSDAP
suec_o qll;e iba al extr njer'?, hacia la tranquilidad y moviliza. os l.a noch antes de ·qué se produjera la
el s1lenc10 de una Smza hbre y neutral. Stirlitz se evacuacwn .del archivo. Ellos habían recibido la or den
paseó por el andén hasta que fuerón llenadas las for _ personal de Bormarin de disparar sobre cual
malidades de control en la. frontera y aduana. Cuando quiera qúe se acercara a los coches·• más de veinte
el tren.lentamente se p1;1so en marcha, $tirlitz siguió metros, independientemente de su grado.
con una larga mirada la figura del profesor sueco
Comprendí qúe había que cambiar ·1a· táctica. Man
que iba pegado a la ventana... · dé una parte de 1ni hombres. a seguir por el camino
Era el profesor -Plei!¡,ch_ner, el hermano de su com P,aralelo hasta la _mtersecció:z, de la carretera y la
pañero de lu'cha,, el. _héroe antifascista alernán Hugo
lirzea del ferrocarril: el' guardian de allí fue sustituido
Pleischner. Iba a Berna con un iáforme dirigido a
por uno de mis Jlombres de confianza que debía ce
Moscú sobre las negociaciones de Wolff, sobre .Ja ta:
rea que le había_ encomendad.o Schellenberg, :Sobre·
rr<;r. el camino bajando la barrera. Yo y el resto- de
los contactos con Bormann y la detención de Katy.
is.hombr f nos quedamos en el mlsmO lugar y di vi
En este informe, Stirlitz pedía que le mandaran un imos en dos la columna que · transportaba el ar' clizvo.
enlace y señalaba cuándo, . dónde y cómo podía. re· Para esto tuvimos que prender fuego con un
cibirlo. .· · · . lanzagranadas faust al camión . número trece si con t
mo.s desde el primero. Por desgracia, hubo que uti lizar
Stirlitz suspiró con alivio cuando el tren se hubo ª: as: los hombres del camión dispararon has ta la
alejado y se dirigió al departamento local de la guar
dia fronteriza para pedir un -automóvil' y marcharse ultima bala, a pesar. de que les habíamos pro pues.to
a un lejano· puesto en · las montañas, p0r donde entrar en· negociaciones.· Los primeros trece camiones
muy pronto el pastor debería penetrar «ilegalmente» llegaron al cruce al mismo tiempo que nues tros
en Suiza. · automóviles, pero allí se encontraban diez tan q'!es del
Cuerpo de Ejército número 24 que prote gieron a los
ca iones del Reichsleiter. Nuestros hóm-

228 229
bres. tuvieron que replegarse para no verse compro
metidos en c sd de que alguien pereciera en el tiro
teo. Los camiones que habían caído en nuestras ma n?s
fueron quemados y todos los sacos y cajas ·de cinc
trasladados a los vehículos blindados y trans portado al
aeró1romo. Los chóferes que condujeron los velucutos
blindados .al aeródromo fueron liqui dados por
nuestro grupo de choque.
Heil Hitler!

Su Scorzeny. INFORMAClóN PARA UN ANÁLISIS (DULLES)

La agente de Schellenberg que trabaja en la casa


de Dulles, comunicó que su dueño había sido visi tado
por el cura Norelli de la representación del Va
\ ticano y estos dos hombres inteligentes habían man tenido
una conversación que pudo grabarse casi has ta la
última palabra.
-El mundo maldecirá a Hitler -dijo Dulles lle
nando su pipa-, no· sólo por los crematorios de
Maydanek y Auschwitz... sino porque la intervención
alemana, por muy paradójico que· parezca, ha provo
cado un desarrollo de Rusia de una magnitud nunca
antes vista. Descubrió el enorme potencial del régi.
men soviético. Nunca antes en toda su historia, ni
siquiera en el período magnífico y democrático de
· ..· las reformas de 1861, Rusia dio un salt.o adelante
como en estos años de guerra. Los rusos construye
ron enormes fábricas en los Urales y Siberia con
nuestra ayuda; les dimos máquinas, materiales es
tratégicos e información técnica. Después de obtener
nuestra técnica, abandonaron sus métodos anticua
dos. Hitler arrojó a Rusia en los brazos de Norteamé
rica. Los rusos reconstruirán la industria de las re-
giones occidentales devastadas con la ayuda de las
reparaciones alemanas (Stalin se propone obtener
de Alemania veinte mil millones de dólares) y con
· esto duplicará su potencial industrial.
-Entonces -preguntó el cura-, ¿no hay salva
. ción? ¿Quiere decir que dentro de cinco o seis años
los bolcheviques me obligarán a decir misa en honor
de su ilustrísimo Stalin? _
-No sé qué decirle... Por supuesto, pueden hacer-
231
lo. Si actuamos como corderos, n'aturalmente. Debe
mos poner nuestras esperanza.s en el desarrollo del Es muy interesante· -dijo el cura..:_, Lo único
nacionalismo en Rusia, tal vez así lÓs podríamos ven que terrio es que en sus razonamientos se coloque us
cer... Pero no debemos ser tontos. Si antes Stalin -t¡;d más bien por encima de ellos que al lado de
tenía su metalurgia en Ucrania y muy poca en el ellos...
Este, si antes Ucrania alimentaba con ·su trigo al -?Me sugiere que ingrese en las filas del Partido
país entero, ahora todo ha cambiado. En la báse del bolchevique? .-sonrió Dulles- Ellos no me acepta
nacionalismo siempre se encuentran los intereses· rían.
de tal o cual grupo de población que está relaciona
do con los negocios o, utilizando la fraseología mar
xista, con la producción. Cuando yo mismo produz
co algo, me siento de una manera, pero cuando apa
rece un competidor, me siento diferente. En nuestro
sistema la competencia es vivificante·. En el sistema
de Stalin la competencia sólo traumatiza a la gente..
Sería ridículo que mandásemos a la futura Rusia a
saboteadores que vayan a volar fábricas. Pero si nues
tra propaganda, de, modo preciso y bien argumen
tado, les dijera a las nacionalidades de Rusia que
cada una de ellas puede vivir sola y hablando su·pro
pio ·idioma, esto sería una victoria nuestra y los ru
sos no podrían oponer nada a ella.
-Mis amigos en el Vaticano -dijo el cura- creen
que los rusos han aprendido a maniobrar en las ac
ciones y en el razonamiento durante los años de
guerra.
-¿Sabe? -dijo Dulles, dando chupadas a la pipa-,
estoy ahora releyendo a· los escrit0res rusos: a Push
kin, Saltikov, Dostoievski... Lamento mucho no cono
cer su idioma, porque la literatura rusa es asombro
sa; me refiero a su literatura del siglo jx1x. En la se
gunda mitad del siglo xrx les permitieron desahogar-·
se y hay que estudiar cuidadosamente este perfodo
porque su desahogo no fue tanto sobre el pasado
como sobre el futuro... He llegado a la conclusión
de que el carácter ruso es más propenso a contem
plar los ejemplos ideales del pasado que a arries garse
a construir los modelos del futuro. Imagino que
acabarán por cifrar sus esperanzas en la clase agraria de
Rusia, confiando en que la tierra todo lo cura y todo
lo une. Si lo hacen, entrarán en conflicto con el tiempo
y en este conflicto· no existe saHda. El nivel del
desarrollo técnico no permitirá cifrar las esperanzas
ideológicas en la tierra, ·

232
11-111-1945 (16 h 03 min)

En el puesto fronterizo, Stirlitz había resuelto rá


pidamente todos los problemas. El primer tenien
te resultó ser un muchacho .complaciente y de
buen carácter. Al principio, a Stirlitz le asombró
su excesiva amabilidad, porque los guardias fron
terizos tenían fama de ser tan orgullosos como los,
estudiantes pendencieros del siglo pasadp. Pero pronto
Stirlitz comprendió lo que ocurría: era la vida en las
montañas, en la frontera con la Suiza neutral, en un
mundo singular de luna y nieve, lejos de·1os bombar
deos, la destrucción y el hambre, la que impulsaba al
teniente, al comandante de la zona y a todos los demás
jefes locales, a complacer a un visitante del Centro.
De aquí que nadie le preguntara a Stirlitz acerca de los
detalles de la acción ni mucho menós sobre sus ob
jetivos. Naturalmente, él no habría contestado esas
preguntas; sin embargo, la conducta de los guardas
fronterizos, su obsequiosidad y atenciones desmedi
das le ayudaron a_ sacar una conclusión importante:
la frontera había·dejado de ser infranqueable. Si en
vez de tener que enviar a un solo pastor, hubiera te
nido que enviar a varios y sin que los jefes lo supie
ran, lo habría podido hacer sin dificultad alguna.
Pensaba que _hubiera sido ideal ponerse en contac to
con Schellenberg y rogarle que ordenara a algún
funcionario fiel del contraespionaje traer al pastor
directamente al puesto fronterizo. Pero sabía. qÜe
cualquier llamada a Berlín sería registrada por el de
partamento de Müller, lo que significaba arriesgar
.toda la operación de Schellenberg. Hasta cierto pun to,
ello hubiera sido convenlente para Stirlitz, porque

235
de que divulgaran el secreto; les dijo que sólo al
siempre creía útíl prov car una riña grande entre Reichsführer SS persorialniente potlrían contestarle
los nazis prominen,tes. Pero, por otro lado, el fracaso cualquier pregunta relacionada con esta ·operación.
de Schellenberg y· de la misión que había encomen Dijo que antes de que el pastor saliera d.e Berlín man
dado al pastor, debería convertirse en una carta de daría un telegrama a nombre del primer teniente di
triunfo de él, de Stirlitz, cuando lo reportara a Bor. ciendo: «Mamá ha tenido ataque corazón. Trata en viar
mann. La informadón- que se proponía ofre er debía , medicinas. Hans», lo que signifiéaba que un auto móvil
documentarse, tener fotos, grabaciones magnetofóni sin chófer, con la llave puesta, debía esperar los en la
cas direcciones secretas .y reportes del pastor. Sólo estación, y que en el lugar de la operación, deberían·
ofr ciendo pruebas de· peso a Bormann, Stirlitz po. dejarse esquíes suizos (usados, ajustados, lubricados
dría torpedear desde dentrq aquellas negociaciones, con pasta suiza número 4), los guantes que· se tejían
no ficticias sino. reales, que debería Uevar a cabo el en la frontera suiza y las botas que se fabricaban en
general Karl Wolff en Suiza. Berna, también usadas.
- Stirlitz ·decidió el lugar por donde el pastor cru- ···1 zaría
la frontera: era un desfiladero_ cubierto por_·· un
bosque de pinos. Verificó _de nuevo el nombre,del ·. hotelito , ..Stirlitz estaba .de vuelta en' u casa de Babelsberg
suizo que_· se Yefa desde la frontera; averi- .• guó el a las once de la· noche. Abrió lá puerta, alargó la
nombre eje! prop et u:io del, hotel y el tiempo,}:":'
mano hacia· el interruptor para ·encender la luz, pero
que demoraba la espera de un taxi en la ciudad.. Pre-
lo detuvo el ·susurro de' una voz muy conocida.
- guntó también dónde se 'encontraba ,e\,hotél más cer · -No encienda la luz. · ·
cano en el ,valle, ya que,. según el phm, el,pastor era un
·«Es Holtoff "."'-COmpreridió .Stírlitz-. ¿Cómo ha en
esq1,1iad r en vac Fiones que ,se ,,había extr viad_o
trado en m,i casa?'·Há;pasado algo y, por ki1 visto, muy
en los desfiladeros durante un paseo .d_el valle a las ' importante..;» . ' ' ' ' '' .
montañas. El dueño del hotel debería avisar uñ taxi
para que lo llevara de regreso al valle. Los autobuses
salían desde aHí para Bel'I)a y Zurich; dqnde. el ,pastor · El· profesor • P:leischner alqÚiló un cuarto. en un ,ho
tenía amigos. Debía-ericontn,u:Jps solo, sin ayiso ,pre- · - télito' de Berna;·· se bañó y bájó, áJ: restaurante. Du

r
vio. Despu s Jes .podía.·decir tqda la; verdad: .. CQllJ.O 'rante iargo rato, con asombro; estuvo contempfando
Stirlitz habíli!- :logrado s,u liberacJón, fómo le h bía "'4· el· meriú. Pl:!,saba 1á vi'sta de las palabras «crema de
enviado a .un- provocador, .y cómo había organizado leche»' y «langostas» hasta ·lá · palabra «precio». Es
squue . tudió fa.rgo rato el papel encerado- del,menú, de tonos
fusuga .··· 'azules,·y,:,para su. propia. sorpresa se-echó a reír.
a tr a v..é s• d e · · la .· .fr o n .ter a
a m i go .e s p e r a b a u n a t a r j e til . • . . E l. . · •
p: ..·p.aosts.toarl.dedbeí.la .md¡.:iceir- .
eón .de Lam:ana. Esto 5ign\fica a _que las ,primeras · ¡-Hitler' es un canalla!. ·
entrevistas .se· habían produ ido, que. Jos contactos ' Éstaba solo en el' coniedór, en la cocina el cocine-
·ás
habían sidol.hechos
serio. y que
principio se podía. irsepara
Schellenberg. este t..
un adiálogo
opuso · fole'che
hacía· ruido·ycon
hervida panfasfresco.
cazuelas Y· se sentía
. un olor
· a _
plan el.e Stirhtz. . . . . ·· caso
-Es demasiado sencillo -decía-, demasiado fácil. / ,-.
-Él no puede aétuar de otra manera -contestaba 236
Stirlitz-. Para él la mejor mentira es la verdad ab
soluta. Si no, lo confundiría todo y la Policía se fi-
jaría en él. . ·
Después de arreglados todos los detalles del. futuro
cruce de la frontera, Stirlitz advirtió a los guardas
fronterizos sobre. el castigo que les esperaba en
-¡ Hitler es un mierda! -dijo Pleis.chner, esta vez más alto.·
·
Alguien lo había·oído. ,Apareció un camarero joven
. y de mejillas sonrosadas que se acercó suavemente al profesor
con una sonrisa.
-Buenos días, Monsieur...
-¡ Hitler es un .Perro! -gritó Pleischner-. ¡Un perro! ¡Un
canalla! ¡Un animal!

237
No podía domin.ar aquel rapto de histeria. Reía y
lloraba, repitiendo -constantemente: -,Entre --dijo el hombre y Pleischner entró. en el
-¡ Bestias! ¡Canallas! ¡ Bandidos! apartamento, aunque no debía hacerlo sin que le con
Al principio el camarero intentó sonreír, conside testasen: «Qué raro, estuve todo el tiempo en casa,
rando que se trataba de un broina del señor profe pero seguramente se confundió; de número.» El aire
sor vestido de gris, pero al ver lágrimas en su cara, e_mbriagador de la libertad le jugó una broma cruel
corrió de · inmediato a la coeina: desde donde ya al profesor Pleischner: los fascistas se habían apo
asomaba el cocinero. derado del apartamento del agente soviético y espe
-¿Llamo al hospital? -preguntó el camarero. raban a los «visitantes». El primero resultaba ser el
enlace de Stirlitz, el profesor Pleischner.
-¿Estás loco? --contestó el cócinerer:.., la ambu-
-Bien -dijo el hombre alto cuando ya habían en
lancia vendría directamente al restaurante. Dirán que
trado en la hl:!bitación-. ¿Cómo esta él allí? ·
hemos envenenado a un hombre.
Pleischner le alargó una minúscula ampolla que
Una horii después Pleischner se había mudado del
sacó de la boca.
hotel a una pensión privada a orillas del lago. Com
-Aquí está todo escrito -dijo.
prendió que· hubiera sido imprudente quedarse· allí
Esto lo había salvado. Los alemanes no sabían la
después de su estúpida explosión histérica y con su
contraseña ni conocían a los posibles enlaces que
falso pasaporte sueco.
pudieran venir. Por eso habían tomado ·la decisión
El ataque de. nervios lo había amedrentado. Ca mi
de que si el enlace no entraba esperando la res
0

naba por las calles v volvía frecuentemente · la cabe.


puesta, debían apresarlo, suministrarle un somnífero
za por tetnor a que·, detrás, en cualquier momento
chillaran .los frenos · y hombres silenciosos lo cogie
y .Jlevarlo secretamente en un automóvil hacia Ale
mania. En .el caso de que se estableciera contacto, se
ran por los brazos y lo llevaran a un sótano y empe
le debía vigilar hasta encontrar a su jefe.
zaran a pegarle por su atrevimiento de ofénder al
El hombre alto fue al cuarto contiguo y abrió la
gran Führer. Pero seguía caminando y· nadie repa
ampolla; extendió en la mesa una hoja de papel ce
raba en él. En un kiosco compró varios periódicos
bolla. Las :cifras de cinco componentes formaban un
ingleses y franceses-: en las primeras páginas - vio las informe. Las mismas cifras se encontraban ahora en
caricaturas de Hitler y Goeriilg. Se rió a escondidas el..depa-rtamento de claves en Berlín: era la clave en
y nuevamente se asustó porque creía que empezaba que se transmitían las informaciones de la radista
el atáque. rusa que había aceptado trabajar con los alemanes.
· -Dios mío-dijo derepente-. No lo puedo creer.
El hombre alto tendió el mensaje cifrado a su
¿Todo ha quedado atrás realmente?
ayudante y dijo:
Ahora iba por una calk desierta hacia la casa de '¡1' -Váyanse inmediatamente a la Embajada. Diga a
c;ontacto cuya dirección le ·había:-dado Stirlitz. Vol- . . nuestros hombres que organicen la vigilancia de este
. vió la cabeza vaPias veces y, dé repente; se sorpren
tipo. Lo voy· a entretener. Trataré de conversar con
dió a sí mismo ·comenzando a bailar un vals (des pués
él. se· ve que es un aficionado, simplemente lo utili
se daria cuenta de la cantidad de actos extraños que
había cometido el. primer día de su llegada). Ta rareaba ¡ zan para estas cosas. Yo lo haré hablar...
un viejo· vals y giraba extasiado en piruetas pasadas de
rrioda; las que hacían los bailarines de cabarets al Á\.
Katy se paseaba por la habitación tratando de dor
principio del siglo, esto lo recordaba bien...
Un hombre alto· y robusto le abrió la puerta.
mir al niño. Una vez que Stirlitz hubo partido, la
-habían trasladado a un apartamento secreto de la
-Otto me ha enviado a decirle --dijo ·el profesor
Gestapo donde fue montada una pequefia pero po tente
mpleando las palabras de la contraseña que ayer estación de radio. Katy miraba la carita del niño
por la noche esperaba su llamada. dormido y pensaba: «En la vida hay que aprender
238
239
de todo: a preparar huevos fritos, a buscar un libro
en un- catálogo, y, por supuesto, matemáticas. P ro tro querido Helmuth no me preferiría a mí? -se rió
la maternidad no sé aprende. No hay que estudiar Barbara-. 1:.1 le teme a los eslavos y, además; soy
canciones de cuna, ni cómo mecer al niño para que más joven...
se sienta cómodo y pueda dormir tranquilamente.» -Odio a las mujeres -dijo _Helmuth sordamente.
Su guardiana·, 1a señorita Barbara, que trata a de -¿Por qué? _:_preguntó Barbara, y maliciosamente
parecer una muchacha buena y fina, era muy Joven guiñó el ojo a Katy-. ¿Por qué nos odia?
y Je gustaba conversar antes de la ceIJa. El soldado · -Las mujeres son malas. A los canallas se les re éonoce
SS Helmuth, que dormía en la habitación contigua, en seguida, no pueden engañar. Pero las-mu jeres son
preparó la mesa para los tres. Barbara, Katy Y Hel muy dulces al principio,- derrochan· tanta miel que·
mutlÍ se sentaron a la mesa cubierta eon un mantel acaban por cerrarte los - ojos, pero µes
blanco para festejar el cumpleaños de la militante . .. ,,, ·i,ués te tienen en un puño y hacen 1<? que uieren y1
de las .juventuqes hitlerianas: cumplía 19 años. Du rante - 7 para colmo, se acuestan con tu meJor amigo... So-
la cena de gala, con patatas y carne, Barbara dijo bre todo cuando el marido ha perdido un poco de
que después de que Alemania ganase la er a, las fuerza.
mujeres podrlan, por fin, aba.n? mai: el Jerclto _ y las -¡ Su esposa le. puso los cuernos!. -Barbara em
fábricas y_ ocuparse de. su m1s1on directa. crear grandes pezó a dar palmadas.
familias alemanas. . "'· Katy observó la belleza de sus manos: suaves,
-Parir y amamantar, he aquí la tarea de la mu tiernas, con hoyuelos como· de niña- y uñas rosadas
jer -dijo Barbara-, todo lo demás es fantasía. La y sin . laca, pero pulidas.
gente debe ser sana y fuerte. No hay nad máspuro El hombre de la SS dirigió una mirada grave a
que , los instintos animales. No temo decirlo en voz Barbara sin decir· nada. Era su subordinado,· un sim
alta. _ ple soldado, mientras que ella tenía el grado de
Unter<scharf iihrer. ·
· -Pero, ¿cómo? -preguntó sombríamente Helmuth · -Perdone -dijo Katy, levantándose de la mesa-,
que acababa dé regresar del frente fuertemente le- ¿puedo retirarme a mi cuarto? ·

.r
' sionado-.
mañana ¿Hoy conmigo,
con un tercero? mañana con otro Y pasado -Pero, ¿qué ha pasado? -preguntó Barbara-. Hoy
una mueca de asco-. La familia es sagrada Y firme; no bombardean, usted aún no ha comenzado a tra
-Temo que se despierte el niño... Hablamos muy
-Eso es una bajeza -contestó Barbara, haciendo bajar, podemos conversar más tiempo.
¿Pero es que acaso en la cama con mi .esp·oso, el pa alto...
dre de mis hijos, no puedo disfrutar del amor como -Pero, ¿por qué ha de despertarse? Helmuth, ¿qué
si fuera el segundo, el tercero y· el cuarto? Hay que. tiempo estuvo el niño en el ,balcón?
liberarse del pudor que también es una fantasía. S1 -Una hora por la mañaria y una después del al
mi esposo y yo pudiéramos amarnos a nuestro gusto, muerzo.. Por la noche hace frío y decidí dejarlo en
no habría infidelidades. La mujer va con otro bus el·dormitorio... Es· muy fácil que se resfríe...
cando fuerza o habilidad... ¿Usted no está de acuer -Tal vez, ¿me permite dormir con él en su babi
do conmigo?· _:preguntó volviéndose a Katy.. ·,: tación? -preguntó Katy-. Me. da pena -agregó se
-No. ñalando a Helmuth con la ·cabeza-, seguramente el
-¿Por qué? s<::ñor no duerm.e bien con el niño...
-Por nada... -,-Es un muchacho pacífico y tranquilo --:-dijo Hel
. -No es una respuesta. muth-. Casi no llora...
-Es una respuesta. . . -Está prohibido -dijo Barbara-. Usted y el nif.o
-El deseo d impresionar es una astucia femem- deben vivir en habitaciones separadas.
na, tan vieja como el mundo. ¿Le parece que nues- . :-No me escaparé -dijo Katy tratando do srJn·
240 241
16-:-- DIECISIETE INSTANTES D UNA PRIMAVERA
reír- lascerraduras aquí son muy fuertes.
-E; imposible escapar -,.contestó Barbar:a-. Tie como todos los agentes del mundo, se conocen por
ne dos guardianes y. las cerraduras son efectivamente seudónimos. Mi nombre, Katia y no Katy, lo conoce
seguras. No, lo siento, pero tengo ·órdenes. Trate de mi jefe en Moscú y posiblemente ·los hombres rela
cionados con Erwin, sus jefes de aquí.
hablar con s_u jefe... Después de un corto silencio, Barbara dijo:
-¿Y quién es mi jefe?
. -El Standartenführer Stirlitz. Es un hombre bon dadoso -:-Parece que Lenin se llamaba Vladimir... Si estu
y puede violar las instrucciones en caso ele que usted viera en su situación, llamaría a mi hijo Adolf. En
cumpla con .el trabajo. P ra algunos,el di nero es un cuanto a su pregunta, no lo sé... Pero creo que nun·
estímulo, para las muJeres el estimulo ca actuaría como usted... Bien. Ya puede retirarse.
Mañana quieren llevarla a Ransdorf. Usted dijo que
son los hombres; usted tiene el más fuerte para tra- deseaba pasea.r por los lugares que visitaba su Er·
bajar bien: su .criatura. ¿ o es así? , win, de modo que su jefe no se preocupe por su des- .
-Sí -contestó Katy,-. Tiene usted razon. . tino cuando comencemos el trabajo.
-¿Quiere preguntarme algo? -se interesó Barba- -Sí -dijo Katy-, fue una idea mía. Nuestros hom
ra cortando un pequeño pedazo de patata. bres pueden verme en libertad y esto los tranquili
Katy notó que la muchacha comía como en una. zaría. No estoy segura de que nuestro jefe aquí no
recepción diplomática: sus movimientos estaban lle tenga otro transmisor; podría comunicar a Moscú
nos de elegancia·y la patata dañada por los gusanos, sobr mi detención si no tuviera indicios de que es
parecía una fruta rara y exótica en sus anos. · toy hbre y entonces todo nuestro juego sería inútil...
-Dígame... ¿si estuviera usted en m1 lugar, a bría -Su jefe aquí no tit,ne otro transmisor -contestó
también aceptado colaborar _para salvar la vida Barbara-. Y dé graci&s a Dios que de usted se -0cu
PC; tirlit : tiene fama de liberal y razonable... A pro•
al niño? posito, ¿el debe llevarla mañana? ¿Le dijo algo?
Barbara no contestó inmediatamente. Cuando ter-
minó de comer la patata, colocó el tenedor plateado -No sé quién lo hará -contestó Katy-. El inves
tigador, naturalmente, no mencionó esto. Sólo dije
sobre una servilleta muy almidonada y cubriéndose
que esta operación pudiera ser necesaria, pero no
la boc:;i. con la mano, comenzó a limpiarse los dientes me han comunicado quién la llevaría a cabo...
con un palillo de marfil. · · · Pero esa noche muy tarde, al apartamento secre to
-No sé qué decirle... A propósito, todavía no le ha no llegó Stir1itz: llegaron Rolff y dos de sus ayu
puesto nombre al niño,.. dantes. Estaba un poco ebrio y despertó a Katy; se
-Lo llamaré Vladimir... mostraba galante y empalagoso, introduciendo cons
-¿En honor de quién? ¿Su padre se llamaba Vla- tantemente en su charla expresiones francesas. Mü ller
dimir? ¿Cómo era su nombre verdadero? le había comunicado la decisión de Kaltenbrun ner de
. -¿El de quién? que él, Rolff; trabajara con la rusa mientras Stirlitz
-El de su esposo. estuviese ausente.
-Erwin. -Schellenberg me informó que había mandado a
-Sé que se llamaba Erwin... Le pregunto su ver- Stirlitz a u;1a mi ión... C:reo que sería bueno que
dadero nombre, el nombre ruso... Rolff trabaJara por contraste: después de un inves
-Lo conocí; como Erwin. tigador severo, los detenidos tienen más confianza
-¿Ni siquiera le dijo su nombre? ¿Se llamaba Er- en uno bondadoso. Stirlitz es bondadoso, ¿no?
win cuando contrajeron matrimonio? Ka enbru ner. se rió de manera muy especial y
-No contrajimos matrimonio.. ofr c10 un c1garn!lo.ª Muller. Éste lo encendió y, por
-No es verdad. un mstante, penso S\ valdría la pena hablar sobre las
-Nos casamos aqúí ...;..sonrió Katy-, me infiltré con huellas digitales aparecidas en .el teléfono secreto
Erwin;· Creo que también los agentes de ustedes,
243
242
· · ·. ·. · , .· · •· .... ·· ; los méto.dos para alcanzarlo pueden ser
"- :
diferentes...
del despacho especial. :(.qµ.e : 9iíi.9. di :ia,r .q9,1:1J s .er¡.: ¿:H:11 "llegad? lgo de:fos rusos?· · -
contradas en la maleta de la radista rus ..P rB so,· · .:.;_Aún· no.' · · • .
pesándolo todo entre ca4 .fui:i}ada clel f1-!er.te <!Ka,i::o», ·i.:..¿Qué ·dicen los de"scifraddres? . .. ..
_':
Müller dec;idió no decir nada de esto a. KaHenbrun. . _.:prógresari., peto la dave es· muy compleJa.
ner; tarr,ipoc;9Jtt dJjo ,qu . .taba, t9m ndo fií secreto ,Trabajen tori la pi nis á. No trecvque· désconoz-
las huellas digitales de todos los funcionarios.: La se:, ca la clave; · · ··· · · · ···
guridad d.e,) D,Jre c.ión Jmperial t!ni., un ..P.ro l.ema Stirlitz trabaja con ella utilizando IYJ.étodos pro-
suyo; él, Müller, respondía por los cuadros del. sp. pibs. . · ·. · ·· ·· '·
y la Gestap9,..,;r<.ªH nbru!1:1,1er; .J. .POl')dría tr1rne hata- c...;$tirlitz no está: aquí, qtie la trabaje, olff ..
menté histérico· y exigiría medidas. urgentes. Llegado •· · -¿Con sus métodos? · :· · ·'
el caso, lo. c11lparía de cualqµierfalla, $i .an\e5...no des- . • I(altenbrunner quiso . contestar algo Liando cm

le convenía, qu la c<>.nversación.. de J3 rmann _cop.


1
éubría al: erie,mígq. en.· su propia, _moradél. A. .. Müll r 7 pézó a _so1;1ar erteléfono desde el B.unker
Hitler mv1taba a Kaltenbrunner a una reumpn ..
·de! _Führer: ·
uno de )os funcionarios de seguridad Ja ..conpqera . Kaltenbruriner· sé acordaba de la 'conversación so-
Himmler: y ·,1á, desconoci ra Kalteribruqner: . is.to lC:: · bre Stirlitz.· Pero, dos noches· antes.; se había entre- permitiría,
¡:ru piqbr,a,r, enti:e <los,, f,uerzas. P9r_ es9,, n - " . ·vistado. ton Bormann y conversado •durante largo
turalmente, no había ,dicho nada a Himmler sobre rató sobré la protección y "transporte· del archi o
las sospechas qt1 i Kaltenb ,11nnér ténía en. r'elaci ri. del partido: Entre otras cosas, Bormann · le hab1a
· con Stirlitz; ni nada a Kaltenbrunner sobre la mis-. dicho:
teriosa charla con .el cuartel geQend del Partido que -,-Sus hombres deben asegurar por su ·parte el se-
Himmlér,::c-0n ideraba Jna vi.! Úalción ·Y. µna dela-. creto absoluto de esta operación.: Llame a· los·
oión. .· . . , " . . .. ·,. . · . . .. . hombres más seguros que gozan de. nuestra confian-
-¿Quiere usted que, yo me ocupe del trabajo de. za absoluta: Müller, Scholz, Stirlitz.:.. ··· '. .
Stirlitz con ·la radista? -pr:eguntó Müller. Kaltenbrunner conocía las · reglas del Juego: s1
«¿Ser.á posible que se haya oJyjdado de sus pro-: Bormann no preguntaba sobre uiI. hombre, sino que
pias palabras.? -pensó consorpresa Müller-:-. ¿O me lo nombraba directamente, significaba que este hom-
prepara µn¡:i. trampa? Tendré que recordárselo. ¿O ?º. bre se encontraba en su campo visúal y que era un
vale la peria? ¡ Maldita sea, siempre hay que fingir! t! hombre necesario. ·· · · . • ·. ·
En vez de ogañar, al enemigo, nos engapamos los · '-A propósito, ¿su .gente ha' epcohtrado· ya a· mi
unos a los otros.,¡ Maldita sea!» . . . · chófer? -preguntó Bormann-. Di ias· órcle'nes perti-
-¿Debemos darle a Rolff una partitura para el, néntes; · ·· ·· ·.. · •· · · ·. ·
trabaj? con 1a .Pianista_ n.1sél?.. ,. Kaltenbrunner contestó·que ·no sabía nadá del
chó- Habitualmente al rad¡sta. le d c1an ,,pia ista» Y .al. fer, pero· que' lo ·averíguaría sin 'falta y que
comuni-
jefe del grupo de .agentes «director». ültlman:i-ente, caría los resultados inmediatamente. : .
en medio del caos de un Berlín lleno de refugiados, '.. Solo ahora en· su ·automóvil, mientras· se dirigía
cuando debía ubic.aq;e en algún sitio a. funcionarios , al Bunker d¡ Hitler, Kaltenbrunner recordó al chó
evacuados. que traían consigo. los archivos de Pru-.h fer. El primer hombre a: quien encontraría en el Bun-
sia oriental, Aquisgrán, París Y Budapest, aquellos leer sería Bormann. · ·
términos habían ido cayendo poco a poco en de-
suso y al agente deteni<l:o se le definía más fr uen-
temente por su nacionalidad que por su profes1on.
Por ello . Kaltenbrunner repitió tristemente: -Le pido mil perd9nes, ma · petite, por haberla
-Con la· piéinista... No, que Rolff se pong en con , despertado -dijo Rolff, sentándose eri Ia cama de
tacto con Stirlitz. El objetivo debe ser úmco, pero ·
245
244
. ;Katy. Ella se cubrió hasta el cuello con la frazada
marrón. di;! buena piel de camello· aunque ·con hue gue!rera-. ;Para listeq. es una gran ventaja. No sólo
llas de quei:naduras en dos sitios-. ¿Cómo se siente sera 1;1na simple r:i ista del. enemigo>sino también
aquí? · la amiga de un of1c1al de la SS. · · .
-Bien, gracias. -VoY, a gr tar -dijo Katy-. Váyase, le. supÍico.'.'.
-¿Y la criatura? -S na estup1?0 gritar. Sólo lograda disgustarse
-Bien, gracias. conmigo Y de m1 depende mucho su destino... ¿Bien?
-¿Quiere beber algo? Katy_ saltó de la cama, corrió haciá la puerta y
-Gracias, no puedo... empezo a golpearla con los puños.
-Puede tomar un poco... -¡ Barbara!
.-No. Haría daño al niño. . olff se abrochó la guerrera apresuradamente y
-Bien...
do! ¡Aplaudo
¿No siente a todas
frío? -Sin las lamadres
esperar respuesta, Rolff l ·
del mun. diJoE:
-. s_. un h'. , .
is.tenca vulgar. No. .debería trabajar
' en
metió la mano debajo de la frazada. 1 el espionaJe, sino en un retrete público; ¡ Acuéstese
Katy dobló las piernas. Y tápese! i Rápido!· ·. · ·
-Le ruego que vuelva a la mesa... -dijo. Entró la. señorita Barbara, sonrosada ·y con; ojos
-¿Por qué? Mis ayudantes beben en la sala: le I r splandecientes. Detrás, asomaban los jóvenes ofi-
han traído vino a la señorita .Barbara... No nos rno- .,; ciales con copas ·de vino t:n,. las manos. Rolff dijo:
lestarán... para trabajar... La señorita Barbara es -Nuestra. enca_ntadora: señora Katy se ;preocupa
muy simpática, ¿verdad? La femme aime a etre ini- por saber s1 el mño duerme bien. · ··
tiée, entre deux baisers, au..,; mysteres de l'histoire, ..;.. ¡ niño duerme· perfectainente bien. Su padre
de morale et de littérature (1}. Usted debe ser ama- poSbZo, Helmuth, nos ha :dicho dos veces que hacía-
ble y. sonriente, ¿por qué me mira así? . mos demasiado ruido. · · ·· •· , ·
-Si sale, me vestiré y entonces podremos hablar... . -:-Gradas, .señor Rolff -dijo _Katy-. Se ha por-
-Me gusta hablar con las mujeres cuando están tado usted como un caballero. ·
desvestidas... El contacto se establece más rápida- .. .:_usted también -respondió Rolff en el mismo
mentei. ¿No lo cree? 1uego-, vous vous conduisez· comme un ·sage... (1).
-Usted debe comprenderlo: hace poco que ha Buenas noches. No la molestaremos más; sólo en
muerto mi esposo... Deme tiempo para reponerme... ,., caso ?e que Moscú empiece a transmitir.
Entonces,
-¡Nada de eso! Usted se repondrá y a mí me ·· tendna que perdonarnos: el oficial de guardia la
epterrarán destrozado por una bomba cualquiera. despertará.
Que esperen los que vivirán mucho tiempo... Míen- -Está
bien.
tras más envejezco, más compren o que el amor es ..,..Moscú guarda silencio desde hace mucho tiern.a
mis aperr,ús de morale é{ de politique (2). Odio utili· po... ¿No la habrán olvidado sus amigos?
zar. la fuerza: quiero que nos hagamos amigos de un -No, no creo. Simplemente habrán podido averi-
modo sencillo y secreto... Es usted muy bonita y yo . guar, sobre mi detención...
trataré de remplazar a su marido... l -No, eso es imposible. Espero que usted· no sos-
Rolff tiró de la frazada. ,,7:,p che que el Standartenführer Stirlit;z y yo 'nos
rela-
-Nos sentiremos bien -elijo, desabrochándose fa CIOnam s con el Krem in _;son,rió Rolff-. El hospi.'
tal le di -de alt::t anteay r y usted se marchó junto
(1) A las mujen s les gusta que las ini ien en los mis 246
terios de la historia, de la mor y.la literatura entre dos
besos. - N. del T.
(2) Puntos de vista morales y politicos. -N. del T.
con el mno hacia una dirección desconocida ..; Bue nas
noches y que sueñe con los angelitos....
(1) . Usted se comporta sabiamente.: -N; 'del T . .
247
Los ayudantes de más confianza de Himmle tra
bajaron durante dos días tratando. de des ub_rir en
los archivos capturados los materiales mas impor-.
tan tes . que estaba cazando el Reichsführer SS. N se
pudo encontrar ni un solo d? umento que. pudiera
esclarecer los canales que utilizaba el partido para
colocar su dinero en los Bancos extranjeros. Segu·-
ramente estos papeles· habían sido evacuados con
anterioridad, o Bormann conserva?ª en u extr_aor
dinaria memoria las claves bancarias y los· apellidos
de sus agentes financieros que le_ serían ú il desde
el primer- día de .paz_. Cabía taII1bien la posibilidad (y ¿TODO ESTA LISTO ÉN BERNA?
eilo era lo· más irritante) que tales documentos hu-
bieran quedado en los primeros trece camiones que
lograron atravesar el cordón. de Scorzeny. , , ---,¿Cómo se siente su jefe? -preguntó el hombre
Sin embargo, en los . archivos de que . se hab1an alto-. ¿Cómo está de salud?
apoderado los hombres de, Se?rze y, se ncontraban .;,. -Bien -sonrió Pleischner-. Todo bien.
algunos documentos extraordmanos. Alh estaba la , ¿Quiere café?
carta de Stirlitz. No había sido firmada, pero demos- -Gracias. Con mucho gusto.
traba qu.e en el seno del SD se maduraba . una trai- El hombre fue· a la cocina y desde allí preguntó:
ción. . .· -¿Se siente bien en Berna?
Himmler se la mostró a Schellenberg . Y le .er¡.co- -Sí, muybien. · . .
mendó que realizara una investigaci?n. hellenberg . -¿Tiene un techo seguro?
prometió cumplir la orden del Reichs führ7r, . pero -Vivo en el segundo piso -contestó Pleischner
estaba convencido perfectamente de. que sena impo- s.in haber entendido la jerga.
sible. La existencia del documento le revelaba que El hombre de la Gestapo sonrió al desconectar el
en el archivo de Borrriann pudieran hallarse mate- molinillo de ·café. Tenía razón. El recién llega o era
riales aun más importantes que exigiesen .investigar · un aficionado, un ayudante voluntario: el «techo»
nuevamente a süs funcionarios.. Así se podrfa av: i- ; · en el lenguaje de los agentes de todo el mundo signi-
guar si alguien trabajaba simultáneamente tamb1en ficaba el «albergue».
para Bormann y, luego d comprobarlo, desde q é «Pero no hay que apurarse -se dijo-,·al viejo lo
tiempo trabajaJ:>a, en .qué problemas ;Y contra quien tengo eri el bolsUlo. Lo dirá todo, pero hay que tener
concretamente. ScheUenberg no temrn enterarse de mucho· cuidado...» · ·
que sus colaboradores trabajasei:i para_ dos amos. -En Alemania no existe un café asf .:._dijo dándo-
La gente de Bormann los habna podido reclutar le a Pleischner una taza-. LQ que estos bribones le
usando consignas patrióticas. Lo fundam 7nt l era ·. dan al pueblo es una porquería. Aquí se vende ver-
averiguar qué sabía Bormann sobre lo mas impor- ,r. , dadero café brasileño. ··
Jante: sus gestiom;s de paz. . : . -Un sabor olvidado -convino Pleischner tomando
Varios dé sus ayudantés empezaron a ,trabaJar con un sorbo-: Hace diez años. que no tomo . un café
los materiales del archivo. Todos los drns, Schellen- verdadero. . · ,
berg preguntaba. si había algo nuevo. Le cbnte st a-· -Los griegos me enseñaron a tomar agua fría des-
han invariablem.ente·: «Nada interesante.» . pués del café fuerte. ¿Quiere hacer lá prueba? ·
. A Pleischrie'r todo le pareció curioso; caminaba,
:pensaba y respiraba alegremente. Se rió:

249
:ei ,! O:: é J:¡ ::u;, el. ,abo,, ., -,-Volveré al hotel; me acostaré y dormiré por lar go
rato...
crea una sensación peculiar; además, el corazón su- ' -No... Me refiero... a su trabajo...
fre menos... ··. . . ·
-Sí -dijo..Pleischner tomando el 'agua.,-, es muy -Primero dormir -dijo Pleischner-. Soñaba con
interesante. dormir uno, dos, tres días. Después pensaría en mi
-¿Su jefe le ha p dido transmitirme algo verbal- trabajo. Todos mis manuscritos los he dejado en
mente? .. Berlín. Aunque no importa. Me sé de memoria to
-Nada. Sólo me dijo que le entregara .esta am- dos mis trabajos. Comencé a escribirlos de nuevo
en el tren.
polla.
El hombre cogió el pasaporte sueco de P,eischner
-Es extraño.
y lo tiró descuidadamente ·a la mesa.
-¿Por qué? -Venga pasado mañana, a las dos. Nosotros mis mos
-Pensaba. que diría cµándo se proponía v nir. 1·
-No habló de e:,o. . ·. . . . vamos a registrarlo en el Consulado sueco, O,
-A propósito, no le h preguntado si tal vez tiene .. más exactamente, trataremos de hacerlo: los sue cos
se portan muy mal, mientras más tiempo pasa, más
hambre. . .. . . insolentes se ponen.
·-No; gracias, he, de.sayunado muy .bien. •". · -¿Quién? -preguntó Pleischner sin entender.
-¿Tiene din.ero? . . · . El hombre de la Gestapo empezó a toser. Había
-Me aicanzará, para los primeros días. : cometido un error. Para ganar tiempo, encendió un
-· -Si' nec;esita, dinero, venga a, verme. Por supuesto, .cigarro y echó una bocanada de humo. Luego res-
no le podré dar· mUcho, pero siempre alcanza, para pondió: . :
comer... ¿No se ha Jijao.o si traía. una «cola» -Los suecos ven a un agente nazi en cada hombre
-¿Una cola? ¿Qué es eso: vigilancia.? que ha pasado por Alemania. No les importa qué cla se
-Sí. . .. , ,, .. . ' .. de alemán sea, si un patriota que lucha contra Hitler
-¿Sa}?c;!?., no he prestaclo .atención. . o un espía de la Gestapo. Eso significa que de bemos
-Es poco prudente.. ¿Su jefe no le d10 instruc- proceder con mucha cautela.
ciones al respecto? ·. -Pero él no me dijo que tenía que registrar mi pa
-Naturalmente, pero aquí por primera vez en ¡ saporte...
muchos años me he sentido lil;,re, so re todo des -Todo está dicho en el mensaje cifrado.
pués del campo de concentración. Estoy como bQJ «Su amo se encuentra en Berlín -pensó el nazi-,
rracho. Gracias por. ecoJ,"dárrp.el?·, ·. . ..· . dijo que allí se han quedado sus manuscritos. Enton
-Nunca lo debe olvidar. La Pohc1a de aqu1 es muy ces, atraparemos al hombre en Berlín... Será un
astuta... Muy a:stµta... Bueno, ¿no tiene nada más éxito. Pero no debemos apurarnos, no debemos apu-
que decirme? rarnos», se repitió. ·
-¿Yo? Nada. -Bien, le estoy muy agradecido -dijo Pleischner
-Deme su·pasaporte. . , levantándose-. El café estaba verdaderamente ma
-Él me dijo que siempre debía tener el pasaporteA ravilloso y con el agua fría aú-!1 más.
conmigo... -¿Ya ha comunicado usted que todo marcha bien
-¿No le dijo que desde este momento estaría us- o quiere .que lo haga yo? '
ted bajo mis órdenes? -¿Podría hacerlo a través de sus .camaradas?
.,...No. «Es comunista -se dijo el hombre de la Gesta po-.
-Bien..: Lo dice en el mensaje cifrado que usted ¡Esto sí que es bueno, que el diablo me lle-
ha traído. Ahora p,ensaremos en cómo hacer bien.· ·ve!»
las cosas. Ahora usted... -Sí, lo haré a través de los camaradas. Por su par-

250 251
. : ·-·.
te, mánqele, usted también,:.algo.,;;¡,.Jfo; ;cleje.-,para. -¿Desea comprar algo preguntó el v1e,10;
otro día-¡.,.: ,Jo
;·,·..¡_: ·o.·,,,. .,· ..:;;.N'ri, SimplC?menttvistoy, mirando,a sus. pájaros.
.-Lo quise hacer' hoy .mismo;, pero no. encontré en -Los más bonitos están dentro. Yo· hago. á-I re
ningún lugar elI sello que, debo poner) .a_, ,la post<1.I, vés; .;.;;;.El :viejo era- locuaz4; , Todos "ponen:,en la vi
-'-Pasá'do•- :mañana, le ·prepararé ·.el. sello , . ddera···Ia. mercancía· más presen'table: pei::o' yo con-
necesario, si nu está a la,venta,,,¿Cómo,clebe,ser?:- sidero que• lb$ pájarns no •sop' meréancía..o,.Los pája
. -La conquista del Mont Blanc.,; De ;color azul. Es .· :ros son pájarOS;·Muchos escritores. vieríen .a mi tien-
indispensáble, que sea azuL • cía para escucharlos.- Uno' de et!Ós ,inéL-Qijo;, «Antes
-Bien. ¿Tíene,,fa:-postal? ,; .· de bajar al infierno de un nuevo Hl;>roj·debo hacer
· ..:_No,. La dejé en: eJ.:hotel. -; , . . . -. . .. .como Orfeo: oír la música · más ;subfüne, ·que es la
-Muy·maL En el hotel- no·nuede dejar riada. ·P'sted de los pájaros; de otro'modó,· no podría.;cantar al
es un extranjero y-pueden molestarlo"' ¿Cómo es po mundo la· canción para encontrar a ;su .Eurídice...» '
sible que sea tan descuidado? - , . . . Pleischner se enjug,ó )as lágrimas . que llenaron sú-
. . bitamente sus ojos. '
-No -'-Sonrió·' Pleischner.,...;,, es. ·una postal · ·.:..-G(adas.:. -'dijo y se alejó deda\vidrier:'a.
común y corriente. En· Berlín· compré una docena, He me :.....¿Cómo? preguntó- asombrado· el viejo <;lel cha
morizado el . texto .y creo no haber cometido ningQ- leco de· piel;· pero ·Pleischner no. Je·.· respondió, se
na tórpeZa.·.. · · encaminó rápidamente a su pensión. Sentía una im
En la antesala,. el hombre dio· un apretón de ma nos periosa necesidad de sentarse :a · la ·mesa y empezar
a ·Pleischner. a trabajar...
-Cuidado y más cuidado, camarada -le dijo-.
Tenga en cuenta que esta calmª es sólo apariencia.
-,-Él me lo advirtió. Lo sé.
Deje su dirección, por si acaso.
-«Virginia», pensión «Virginia».
-¿Viven allí los· americanos?
-¿Por qué? -preguntó Pleisd;mer con asombro.·
-Es un nombre- inglés... y ellos habitualmente se
alojan en hoteles con nombres ingleses... · '.;
-No. No creo que haya ningún extranjero allí.
-Lo investigaremos. Si me ve en su pensión, no ·
1
se me acerque, :P?r favor, ni me salude; haga como
'
_ si no nos conoc1eramos.
-Bien.,
-Ahora esto... Si le ocurriera algo anormal, llá-
meme a mi número. ¿Lo recordará? -repitió seis
cifras.
l
-Sí -contestó i>Ieischner...,..., tengo buena memo
ria: El latín entrena . la memoria mejor que cual quier
otro ejercicio...
Pleischner salió del edificio y cruzó lentamente la
calle. En la acera opuesta un viejo ataviado_ con un
chaleco de piel cerraba los postigos de su tienda.
En las jaulas saltaban los páj'aros. Pleischner se es
tuvo durante largo rato contemplándolos.
252
12-111-1945 (02 h 41 mi.n)

·,w' -¿Por qué no puedo encender las luces? ¿A quién


· teme? -preguntó Stirlitz.
-No a usted -contestó Holtoff.
-Bueno, andaremos a ciegas...
-Ya me he acostumbrado a su casa. Es acogedora
y silenciosa.
-Sobre todo cuando bombardean -rezongó Stir
litz-. Me duele mucho la espalda, las corrientes me
resfrían. Voy al botiquín del baño donde guardo las
aspirinas. Siéntese. Deme la mano, aquí hay un
sillón'.
-Gracias. Ya lo he encontrado.
· Stirlitz entró en el baño y abrió el botiquín.
-Con esta oscuridad, eri lugar de aspirina tomaré
un purgante -dijo-. Vamos a bajar las cortinas
que .sori muy gruesas y encenderemos la chimenea.
·¡ Si tiene miedo de que nos fotografíen, colóquese en
la esquina. Allí nadie lo verá.
-Traté de bajar las cortinas, pero son muy raras.
-Es que las anillas se .enredan en la madera. Aho-
ra lo arreglaré. ¿Y qué ha pasado, amigo? ¿A quién
le tiene tanto miedo?
-A Müller.
-¿Qué ha ocurrido en estos dos .días? ¿El mundo
·Se ha puesto al revés? ¿ Ha descendido Dios a la tie
rra? ¿Se ha casado Kaltenbrunner con una judía?
-Casi -contestó Holtoff.
Stirlitz corrió las cortinas y trató de encender las
luces. Al oír el ruido del interruptor, Holtoff dijo:
-Quité los fusibles. Es muy probable que le hayan
puesto grabadoras.
-¿Qué sentida' tendría?
255
-A eso vine. ¿Ha tómado su aspirina?
-Sí. _
-Encienda la chimenea y siéntese. Tenemos poco
f. · · ·. .
beza en todo este caos?
-Stirlitz, usted mismo me ha enseñado a
conser- tiempo y debemos discutir muchos problemas im- .· , · var la calma.
portantes. · ' -¿ usted quierf:_que me calme? ¿Después de ha-
Stirlitz encendió las leñas secas. La chimenea em- ber dich<;> lo q1;1e hJo? No quiero calmarme. ¡Estoy
pezó a emitir sonidos extraños. Era una chimenea sorprendido e mdignado! · Iré a ver a Müller inme-
singular, al principio hacía mucho mido; y después diatamente... ··
de caliente, se tranquilizaba. · -Está durmiendo. No ·se apresure. Escúcheme
-Bueno -dijo Stirlitz sentándose en un sillón primero. Le· contaré lo que he podido descubrir en
el cerca del fuego-. ¿Qué le ocurre, amigo? . asunto de los físicos. Aún. no lo he dicho a Müller, le
--A iní nada. Pero, ¿qué piensa hacer usted? ">' '/ esperaba a usted... · ·
-¿Ahora? "'1··· Stirlitz necesitaba un instante para pensarlo todo
--Sí: Y· hac r un repaso mental. ¿Habría dejado algunas
-Lo que hago normalmente: pensaba tomar un huellas a primera vista insignificantes pero que hu-
baño y acostarme a dormir. Estoy helado y mortal- bieran podido comprometerlo: en las' preguntas; en
mente cansado. "·· la manera de anotar las respuestas en su interés
-Vine como amigo. _excesivo en los detalles? '
-Está bien ya -dijo Stirlitz haciendo una mue- -Esp.ere un momento -dijo-, tengo convulsiones
ca-. Habla usted con demasiado misterio. ¿Por ca- en el vientre. El susto provoca estos fenómenos.
sualidad se llama usted Montecristo? ¿Quiere beber? -¿Qué? -Holtoff no había entendido.
-'-Sí. · -Descomposición del' estómago -repitió Stirlitz
Stirlitz trajo coñac y sirvió dos copas. Bebieron en levantándose-. ¿Acaso no .sabe lo que es eso?
silencio. F1;1e al baño, se encerró allí y oyó que HÓltoff se
-Buen coñac. habia acercado en puntillas a la puerta.
-¿Quiere inás? -preguntó Stirlitz. . E_s un tonto -pensó-, hay que darle una lec-
-Con mucho gusto. cion.» · ·
Volvieron a beber. Holtoff hizo -crujir los dedos ..,.:.Holtoff -gritó y oyó que éste corría hacia el
y dijo: . t' sillón y desde allí contestaba:
. -Stirlitz, durante toda esta semana me he ocupa- -Diga...
do de sus asuntos. -:Po ía responder sin necesidad de correr por la
-No entiendo. habi ac on... Pero dígame, ¿quién me vigila? ¿ Müller
-Müller m.e ha ordenado revisar en secreto su o .mis Jefes?
trabajo con Runge. ·-Salga Y discutiremos todas las alternativas.
-Abandone ya ese tono enigmático, Holtoff. Pala- -Voy en seguida...
bra de honor que no entiendo nada. Explíqueme deta- «¿Cómo se portará -pensaba Stirlitz-. Se arries-
lladamente · qué ·tiene que ver conmigo el físico de- ga mucho al llegar a mi casa para decirme que la
tenido o dígame por qué razón se ha ocupado usted Gestapo me está vigilando. Para él significa. uri fusi-
secretamente -de mis asuntos, por qué Müller busca lamiento. Es. un" nazi convencido, ¿qué le habrá pa-
pruebas coptra mí... sado? ¿O me tantea porque Müller se lo ha orde-
-No puedo e,splicárselo. No lo sé, qué diablos. Lo nado? Es poco probable. No estamos en el año 43, el
único que sé es que está usted bajo vigilancia. . frente asa -muy cerca. ¿Habrá .llegado . por iniciati-
-¿ Yo?· -,-preguntó Stirlitz sorprendido-. ¡Qué va P.ropi ? Humm... ¿Qué es lo que persigue? No es
idiotez! ¿Es ·qué nuestros jefes habrán perdido la ca- tan mte}igente para. i_nventar un juego en serio. Pero
• 1 • · es muy astuto. No entiendo muy bien una astucia
256
257
- DIECISIETE INSTANTES O), UNA PRIMAVERA
tan ingenua, pero a veces ésta puede ser más eficaz ideas servían a nuestros enemigos?
que la lógica y el se11ticl,o común. Si no juego con -Usted ha leído el expediente.
exactitud, sería imperdonable. Echaría á perder la -Pero, hace. poco, nuestra gente comunicó de Lon- .
operación principal y temo, que no haya nadie que ?res que .Rl!nge tenía azón. Los americanos y los
, mgleses s1gu1eron su criterio. _Pero él estaba en una
; pudiera continuarla en mi lugar... » .de nuestras cárceles.
-Stirlitz, ¿qué está haciendo ahí? -En su cárcel, en la de la Gestapo -rectificó Stir
-Busco una soga. Quiero ahorcarme... litz-. En su cárcel, Holtoff. Ustedes lo detuvieron,
Stirlitz salió del baño, se sentó en su sillón y re- n? noso ros. Nosotros no _hemos llenado su expe d!
movió las leñas queinadas. ente, smo. ustedes: Müllet y Kaltenbruhner. Ni yo, m
-Bueno, empiece. us ed,. m Schumann teníamos una abuela judía, pero
-Todo esto es _muy serio. .
-¿Hay algo en este mundo, que no lo sea?
-He consultado a res expertos del departámento
,y
·· el s1, y para colmo, lo había ocultado...
-También su abuelo pudo haber sido mil veces
judío -estalló Holtoff-. ¡No importa quién era su
abuel_? si su nieto nos servía a nosotros! ¡ Servía con
des 1!:! n ra. consejero de. la Wehrmacht en las ·. fanatismo! ¡ Pero usted prefii:ió creer en unos ca
. cuestiones relacionadas con nuevos armainentos y . nallas!
sus hombres · se ocupában de todo lo concerniente a - -¿Canallas estos viejos míembros del movimiento
la desintegración del átomo. · arios comprobados, físicos condecorados por: el Füh
-También yo conversé con ellos _cuando ustedés rer en persona? · ·
detuvieron a Runge. ·· · · · .· -Bien, bien... Está bien. Todo es correcto... Tiene
-Sí. Nosotros detuvimos a Runge, ·pero '¿po'r qué usted razón. Deme más coñac:.. ·
usted se ocupó de él en el servi fo de espionaje? -¿Dóride están los fusiles?.¿Los .ha tirado?
-¿No lo entiende? -No, están en la mesita al lado del espejo.
.,...No. Holtoff tomó su. coñac de un golpe echando hacia ·
-Runge estudió en Francia y Estados Unidos. ¿Es atrás la cabeza bruscamente. ' ·
difícil adivinar que fo .más impoitante son sus rela --:-últimamente bebo mucho -dijo. .
ciones ali(? Siempre. lo echamos aperde.r tbdó por
falta de audaci.a para .ver la perspectiva,' No nos atre- ·r' . -Quis_iera saber qúién bebe poco ahora.
vemos a usar la imaginación. Desde A hasta Z ·y .ni un -El .·que no tiene dinero -bromeó Holtoff- la
solo paso al lado. Es nuestra falla principal. gente desgraciada... '
-Corr.ecto -convino Holtoff..,,_, Tiéne razón. No -Es ridículo.
discutó lo de la audacia:.. Pero estoy dispuesto a ._. _:Es triste -repuso H.oltoff '. Pe o no me refiero
discutir .los detaHes. Runge afirmaba que. se ,debía' a. eso. ¿Qué·cree, Stitlitz,,que·diría Kalt.eribrumier si
estudiar la posibilidad de obtener plutonio de las le informo sobré los _tesultádos de mi trabajo? '
sustancias altamente radiactivas. Pero ése fue su -Primero debe ·informar a Müller. J;:J dio la orden
principal error, según las·. opinio es de sus oponentes de detener a Runge. ·· .
científicos.. Bueno, fueron ellos los que escribieron : · ""'.'"Pero .usted trabajó con este Runge. .
la denuncia contra él. Los obligu.é ¡ confesarlo. -Sí, por iniciativa de los jefes y cumpliendo órde-
-No ,lo dudé nunca. nes... · ·
-¿Por qué?. . .. -Si . hace medía. ño lo hubiera libéradó, habría
-Porque era , import¡¡Ínte averiguar si este Rurige mos adelantado ·mucho en la creación· del «arma de
saboteaba el trabajo y a quién servían sus tesis, si la· venganza» y no estaríamos en ·ei mismo ·Jugar de
a nosotros o a nuestros ene.migas.. , .. antes,
-¿Usted ha llegado a la conclusión de que sus .,_: -¿Lo puede demostrar?

258 259
Física teórica: Sttrlitz, ahora le diré lo principal:
-Lo he demostrado ya. estoy metido en un tremendo lío... Si le., iuformo
-¿Todos los físicos están de acuerdo con usted? Müllér los resultados de este control, el se dara
-La mayoría, la mayoría de los que han conver- cuenta de que ·usted, aunque esté bajo vigilancia Y
sado conmigo. Por lo tanto, lo espera... varias personas estuclien su traba o·anterior, de tod s
-Nada -interrumpió Stirlitz-. Absolutamente maneras tendría armas que pudiera usar contra el.
nada. Los resultados de .una investigación científica Sí, usted tiene razón, precisamente él ordenó etene .
se confirman en la práctica. ¿l)ónde están esos re a Runge. Si le digo que los resultados de la mvest1-
sultados? gación están contra Stirlitz, esto lo colocará tam- .
-Los tengo. En mi bolsillo. bién a él en una situación difícil. Aunque. parezca
-Ah, la cosa es así.

r
cómico, los golpes vendrán contra mí ,de ambos l -.
-Así mismo. He recibido algo de Londres. Las no- dos. De Müller y de usted. Él lo hara porque mis
ticias más frescas, que. son un veredicto de muerte argumentos deben verificarse mil vecesy usted...
para usted. . . . Bueno, usted ya me ha dicho más o menos la clase.
-¿Adónde quieré llegar, Holtoff? Quiere darme a de golpe que me· asestará. ¿Qué debo hacer yo, un
entender algo, pero no acabo de coIIIprender... oficial de la Gestapo en esta situación? Dígamelo
-Puedo repetírselo: consciente o inconscientemen usted un oficial de espionaje...
te, usted y nadie más _que usted ha echado a perder · ,iAhora veo adónde me · neva -comprendió Stir
el trabajo para.crear el «arma de la venganza». Cons.- litz-. ¿Es una provocación o algo más?. Si me pro voca
ciente o jnconscientelllente, usted, y nadie más que es obvio lo que debo hacer. ¿Y s1· fuese algo más
usted, en lugar ··de interrogar a cien físicos, se limitó 'importante? Un poco más y escaparán del bar co.
a una docena y, basándose en sus datos, porque ellos Como las ratas. No ha sido gratuita su distinción entte la
estaban interesados en la detención de Runge, ¡ usted Gestapo y espionaje. Bueno. Está claro. Todavía es
contribuyó a que las ideas de Runge fueran declara- prematuro contestarle.»
.,
das nocivas y si¡,. ninguna perspectiva de . reaUza- c1 · ...:...¿, uál es la diferencia -dijo Stirlitz encog1en
1
on . . dose de hombros- entre la Gestapci y espionaje?
-Entonces, ¿quería usted que no creyera en los Por encima de cualquier roce, luchamos por la misma
verdaderos soldados del Führer, en los hombres. de causa.
plena
hombre confianza de el
que exigía Keitel y Goering
utilizar. defendiera al ·.;,·
la formay .norteam.erica el -Por la misma onvino Holtoff-. Pero en todo
na de estudio del átomo? ¿Es eso lo que quiere? ¿Hu mundo nosotrqs tenemos fama d.e verdugos y
biera preferido qqe .creyera a Runge, qu había sido asesinos,- nosotros; los de la Gestapo, mientras que
detenido por la -Gestapo, y la Gestapo no detien a ustedes· son· los joyeros y perfumistas; son los ser
nadie Sin motivo, y no creyera a los que hab1an vicios secretos políticos. , Cualquier régimen y cual-·
ayudado a desenmascararlo? quier Estado los necesita, mientras que nosotros sólo
-Todo lo que dice parece muy lógico, StirHtz. .')ertenecemos al Reich: con él nos levantaremos o
Siempre he envidiado su capacidad para encontrar desapareceremos.,.
una lógica en los ac9ntecimientos: golpea a Müller ....:¿Me ha preguntado cómo debe actuar?
que ordenó detener a Runge,· me golpea.a mí porque -Sí.
defiendo a un judío de .tercera generación y de ésta ,-¿Qué sugiere usted? .
manera construye un monumento de fe so re nues -Quiero oírlo a usted primero.
tros cadáveres. Está bien. Todo es muy correcto,. -A juzgar por el hecho de que haya quitado los
-Stirlitz. Pero no vine a eso, Usted. lo ha previsto fusibles y pedido que bajara las cortinas...
todo:. Runge está en un campo de concentración, pero -Fue usted el que -propuso bajar las cortinas.
allí vive en la villa de la SS y puede .continuar con . ,. · -:-¿Sí? Es simpático, me pareció gue había sido
su
. 261
260
·\
:
_ ., -._
.-··

proposicion suya... Bueno, no importa... ¿Quiere us- '


.Holtoff se había equivocado al decir·.que Müller est
ted abandonar el juego? · b.a durmiendo. Müller no dormía. Acababa de re
-¿Haría usted lo mismo en ·mi lugar? ibir la comunic¡;ición sobre . lo .que estaba ocu rriendo
-No puedo contestarle, Holtoff, sin oír su «sí» o ' en el apartamento de. la Gestapo en Berna. La clave
su· «no». de la radista rusa coincidía con la de la nota llegada de
.:_y si, supongamos lo imposible, yo _le contesto Berna. Müller supuso que el jefe ruso había comenz do a
qne «sí». _ buscar nuevos enlaces, probablemente convencido de que
-Si empieza por ese «supongamos lo imposible», sus radistas habían perecido du rante el bombardeo o
se ha equivocado de dirección. Vaya a consultar a sospechando que algo · les habría ocurrido. Müller
un-¿Tiene
astrólogo, no a mí.una «ventana» en la frontera
asegurada trataba de
malditas no pensar
huellas en en
digitales las él transmisor ruso y en
para. cualquier emergencia? . el teléfono especial que comunicaba con. Bormann
·v pero mientras con más insistencia ahuyentaba est
pensamiento, más le molestaban las malditas hue
-Supongamos que sí. llas. En veinte años de trabajo policial había desarro
...:.¿ Y si nosotros tres nos fuéramos a un país neu llado una capacidad especial: siempre hacía caso de
tral? sus primeras intuiciones y después las verificaba
--¿Nosotros tres? haciendo un análisis detallado del hecho o del hom
-Sí, lo<; tres: Ruilge, usted y yo.. Así salvaríamos "' bre que le interesaba. Raras veces se equivocaba: ni
para el mundJ a un gran físico. Aqui lo he salvado en los tiempos en que servía a lá República de Wei
.yo y usted ha organizado 1 fuga. ¿Qué le parece? mar y dispersaba- las manifestaciones nazis, ni cuan
Téngalo en cuenta: usted está vigilado; yo no. Y us ted do había pasado a su bando y comenzó a enviara los
sabe perfectamente lo que significa estar vigila do campos de concentración a los líderes de la Repúbli
por Müller. Bueno, ¿qué me dice? Estoy espe rando ca de_ Weimar, ;ni uando cumplía todos los encargos
su respuesta. de Himmler, m mas tarde en que había empezadoa
-¿Quiere más coñac? acercarse: a Kahenbrunner.. Su olfato no lo traicio
-Sí. naba. Sabía que Kalte.nbrunner no había podido olvi
Stirlitz se levantó, sacó el corcho y, sin apresurarse, dar la tarea relacionada con Stirlitz. Algo habría
se acercó a Holtoff. Cuando éste le alargó la copa, pasado y, co.? toda probabilidad, en un nivel muy
·Stirlitz golpeó con . toda. su fuerza la· cabeza de Hol toff alto. Pero Muller lo ignoraba y desconocía las posi
con la J>esada botella tallada. La botella se hizo añicos y bles causas de lo que seguramente habría sucedi<lo.
el coñac oscuro corrió por la cara· de Hol- toff Por eso encomendó a· Holtoff que fuera a visitara
mezclado con la. sangre. . Stirlitz y le montara una farsa con Runge. Si Stirlitz
«He obrado correctamente -reflexionaba Stirlitz, aparecía a la mañana siguiente informándole su con
pisando el acelerador de su "Horch"....:.. No podía versación con Holtoff, podría mandar tranquilamen-
actuar de otra manera. Incluso si· se hubiera· acerca te su expediente al archivo dando todo este asunto
do a mí con buenas intenciones: de todos modos he por concluido. Si Stirlitz se hubiera puesto de acuer
obrado· correctamente. La jerarquía de los objetivos . do con Holtoff, reportaría a Kaltenbrunner lo suce dido
me obligaba a esta salida correcta. He ganado algo apoyándose en los datos de su ayudánte. Ya no sería
más importante. que. es la· confianza plena de Mü una fantasía con fórmulas físicas·-,.¡ que él de seaba
ller.» tanto entender!-, sino una realidad, un hecho contra el
A su lado, recostado contra la puerta estaba Hol cual no había ni podían existir argumentos contrarios.
toff. Seguía sin recuperar el conocimiento. Tenía «Bien... -continuó pensando--. Bien, es peraré a Holtoff
las muñecas apresadas por · las esposas. ' y luego veremos lo que debe hacerse.
262 263
En cuanto a la pianista rusa, por lo visto, ahora que
su jefe ha comenzado a buscar ayuda a través de permite retirarme?
Suiza, podemos utilizár. con- ella nuestros métodos Y -Sí, por- favor -contestó Müller.
no las charlas reconfortantes de Stirlitz. Es imposi ble Stirlitz salió. Müller quitó las esposas de las muñe cas
que haya sido un simple instrumento en las manos de Holtoff, le acarició pensativamente ·1a mejilla
de sus jefes. Algo debe saber. Prácticamente no ha e.nsangrentada y se acercó a la mesita donde estaba
contestado a ninguna pregunta y ya no tene mos más el vaso. Müller tomó el vaso con dos dedo.$ y lo miró
tiempo. La dave de la nota que ha llegado de Berna a trasluz. Se . veían claramente las· huellas digitales
puede estar también en su cabeza. Si com paramos el de Stirlitz. A él no le habían tomado las huellas to- da vía.
material que le daba su jefe aquí con fo que éste ha . Obedeciendo más a su ·co tumbre · de cumplir las
transmitido a Berna, nos podríamos .. enterar de tareas . hasta el fin, que sospechando precisa mente
muchas cosas. Podríamos comenzar · el juego, cosa que de Stirlitz, Müller llamó a Scholz.
en estos momentos es muy impor tante, muy -Que copien las huellas de este vaso -le dijo-.
importante: comenzar el juego contra Occidente y Si me duermo, no me despierte. No creo que sea
contra los rusos. Es nuestra última · urgente. ·
oportunidad.» . Stirlitz entregó a Scholz el pequeño informe diri
No tuvo tiempo de seguir pensanc;lo. De pronto se gido a Müllér y fue apresuradamente a la casa del
abrió la puerta y entró Stirlitz. Llevaba del brazo a pastor. Era necesario que de inmediato, ese mismo
Holtoff; cubJerto de sangre, con las manos detrás. día, el pastor fuera trasladado a Suiza. Allí todo
sujetas p9r pequeñas esposas cromadas. estaba preparado ya. El pastor serviría para acelerar
En la puerta, Müller vio la cara desconcertada de la reacción. Independientemente de su voluntad y
su ayudante Scholz y dijo: deseo, ayudaría a desbaratar los planes de Himmler
-Stirlitz, se ha vuelto usted loco... de lograr un acuerdo con quienes en Occidente con
-Éstoy totalmente cuerdo -contestó Stirlitz y sideraban que los rusos que liberaban a Europa
tiró con .repugnancia a Holtoff sobre un sillón-. eran sólo asiáticos salvajes que amenazaban con des
Pero éste se ha vuelto loco, o se ha convertido en truir la civilización ...
un traidor.
---Agua -rogó Holtoff entreabriendo los labios-.
Derrie agua...· Müller fue despertado por el rriis11_10 Scholz. Las
-Dele agua -dijo Müller-. ¿Qué ha pasado? huellas digitales que había dejado Stirlitz en el vaso
Explíquense como es debido. · co ncidían con las huellas en el teléfono y, lo que era
.:_Que lo explique él primero como es debido -_dijo más terrible aún, con la,s huellas halladas ·en el trans
Stirlitz-. Y será mejor que yo lo escriba como es · misor ruso...
debido...
· Le· dio a. Holtoff un vaso de agua y <;lespués volvió
a colocar el vaso en la bandeja. Al Reichsführer SS Heinrich Himmler, personal-
-Váyase a su despacho y escriba lo que considera mente.
necesario -dijo· Müller-. ¿Cuándo lo podrá tener . listo? Copia única.
·,, Mi estimado Reichsführer:
-Puedo escribirlo brevemente en diez minutos y He regresado de Suiza a mi Estado Mayor. Quisie
ra describirle todos los acontecimientos . no sólo en su
con más ·detalles, mañana.
1 -¿Por qué mañana?
desarrollo lógico, por horas, sino tratando de ofre cerle
-Porque ahora tengo asuntos urgentes por resol ver. mi análisis objetivo sobre el futuro inmediato que,
Además, éste no se recobrará tan pronto. ¿Me . debo recalcar, ha mejorado súbitamente a· l!l luz de
mis conversaciones con Dulles.
264 265
Ayer, Dollmann y yo, junto con los nacionalistas la h mil_lación personal constituye garantía suficiente
italianos Parri y Usmiani, . hicimos el viaje a Suiza. de fzdeltdad en el futuro, de modo que a este políti
Uno de los ayudantes del mayor del contraespionaje co yo podía ofrecerte después un cargo de respon
suizo, Waibel, llevó a cabo la operación del paso sabilidad en la administración.
ilegal de la frontera. Todo fue preparado del modo -Sí -contesté·. ·
más minucioso: llegamos a tiempo para tomar el -Usted comprende, por supuesto, que la base
tren de Zurich. Allí, Parri y Usmiani fueron llevados real de las posibles negociaciones sólo puede ser la
a la Girslandenklinik, una de las clínicas más lujosas capitulación incondicional.
de las afueras. Como pude saber más tarde, Allen -Sí -contesté, considerando que el hecho mismo
Dulles fue a la clínica inmediatamente. Resultó que de las negociaciones es mucho más importante que
a Dulles y a Parri los unía una vieja amistad. Supon lo que en _ellas se trate. La importancia de los objeti vos
go que los norteamericanos están preparando_ el futu en este caso favorecía el comenzarlas, por mu cho.
ro gabinete italiano glorificado por la lucha guerri que me costara a mí personalmente como general de la
llera, pero no con los guerrilleros com(f.nistas, sino SS y miembro del partido.
más bien mondrquicos y nacionalistas rabiosos que -Si usted, no obstante -continuó Husmann
tuvieron divergencias con el duce sólo en los últimos .;,,. quiere hablar· en nombre del Reichsführer Himmler'
momentos, cuando ya nuestras tropas se habían vis _las negociaciones deberían interrumpirse y el seño;
to obligadas a entrar en Italia. Dulles se· vería en la necesidad de retirarse.
Husmann nós recogió y- llevó al apartamento se Miré _apulles. No pu1e ver su ara, la luz me cega ba
creto de Dulles. ste ya nos esperaba. Se portó con los OJos, pero note que habta hecho una seiial afirmativa
reserva,· pero también con benevolencia. Intercam con la cabeza y seguía guardando silenci sin
·bia,nos apretones de manos y comenzaron las nego pronunciar una palabra. Comprendi que era más bien
ciaciones. Pero Dulles, que se sentó junto a la venta u,:za cuestión de forma, ,ya _.que ellos entendían
na, · a contraluz, guardó silencio. Gaevernitz habló perfectamente en _nombre de. quién podría hablar y
primero. hablaría un general de la , SS. Se colocaron en una
Me preguntó: posición ridícula ·y humillante al plantear esta pre
-¿Pudiera usted liberar al italiano Romano Guar dini, _gunta. Naturalmente, -yo hubiera podido contestarles
respondiendo a una petición ·de Mathilde He dewils? que estaba dispuesto a hablar sólo con el señor Du
No le di una respuesta determinada, ya ,que no me llesy qu_e si ':'e·enteraba que !epresentaba el capital
acordaba de este apellido. Pensé que tal vez era una monopolista Judío, abandonarza cualquier conversa
de las formas del control. · . ción con él. Comprendí que esperaban mi respuesta.
-,-Es un eminente filósofo católico -continuó Gae Respondí lo siguiente: .
vernitz-, querido por. todos los pensadores euro- -;-Considero un crimen cont a el gran pueblo, ale man
peos. . y contra el gran Estado germano que representa un.
Yo sonreía enigmáticamente recordando las leccio puesto de avanzada de la civilización en Europa que se
nes de nuestro gran actor Schellenberg. continú la lucha ahora, sobre todo cuand hemos.
-General -me preguntó Húsmann-, ¿se da usted podido sentarnos a la mesa comán: la mesa de a ,
cuenta de que Alemania ha perdido la guerra? negociacio1?es. Estoy dispuesto a poner a dis postcton de
Comp,:endí que estos hombres me obligarían a fos alzados a todas mis unidades que son las más
pasar por un-acto de fe humillante a todas vistas para fuertes.de Italia: los SS y la Policía, en aras de que
mí personalmente. En· mis tiempos yo hacía lo mis se _t;rmme la gue.rra y para que no se llegue a la
mo cuando quería ganarme la confianza de un políti creaczon de un Gobierno comunista.
co de la oposición al régimen. La prueba mediante .-¿Significa esto -preguntó al fin Dulles- que las
tropas de la SS entrarían en la lucha contra el ejér-
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ro que comprenda que nuestras negociaciones sólo
cito de Kesselring? deben ser conocida por los que estamos aquí ahora.
Comprendí que este hombre quería seriedad en -Entonces no podríamos firmar la- paz -dije-,
todos los aspectos. Era la premisa de una conversa porque usted no es presidente ni yo soy ,canciller.
ción real sobre las perspectivas. Intercambiamos sonrisas silenciosas y comprendí -
-Necesito sus garantías -contesté- para .hablar que, de este modo, había obtenido el permiso de in
con el mariscal Kesselring de modo concreto y con formarle sobre las negociaciones y solicitar sus ins
vincente. trucciones posteriores. Le envío esta carta con el ayu
-Bien -convino Dulles. dante del mariscal Kesselring que acompaña a su jefe
Continué: en vuelo hacia Berlín. Este hombre fue probado del
-Usted debe comprender que en cuanto Kesselring modo más minucioso, no tanto como mi agente sino
dé la orden de capitulación aquí, en Italia, donde tie como una persona fiel que piensa igual que nosotros.
ne más de un millón y medio de soldados, se presen- ·1 Usted se acordará de él, porque fue usted quien -
taría. una reaccion en cadena en otros frentes, me- re- • -aprobó su candidatura cuando fue mandado a Kessel
fiero al :frente occidental y escandinavo: en Noruega_ ring para inf armarnos sobre las relaciones entre el
y Dinamarca. _ mariscal de campo y Goering.
Comprendí también que en esta primera conversa ción Sería sumamente conveniente que usted invitara
importante debía sacar mi carta especial. a Kesselring a conversar. Nuestro próximo encuentro
-Si_ recibiera su_s garantías de que las negociacio- con los norteamericanos tendrá lugar en los próxi
nes habrán de proseguir, me comprometo a evitar la mos -días.
destrucción de Italia que ha sido planeada de acuer-
do con las instrucciones del Führer. Hemos recibido ¡Heil Hitler!
la orden de destruir todas las galerías de pintura y
monumentos antiguos, es decir, arrasar con todo lo Suyo, Karl Wolff.
que· pertenece a la historia de la Humanidad. A pesar
del - peligro que se cernía sobre mí personalmente,
salvé y oculté en mis refugios los_ cuadros de la ga . Wolf había escrito ·la verdad. Las negociaciones se
lería Uffizzi y Pa(ti y la. colecció-n numismática del . , · llevaban a cabo de esta, o casi de esta forma. Sólo
rey Víctor Manuel. había omitido que en el viaje de regreso a Italia,
en
Puse sobre la mesa la. lista de los cuadros .que man el compartimiento del tren, había tenido lugar una
tenía ocultos. Allí estaban los nombres <!.e Tiziano, larga conversación entre él, Husmann y Waibel sobre
Boticelli, El Greco. Los .americano-s "interrumpieron el futuro Gabinete de Alemania. Allí habían acordado
la conversación y estudiaron la lista. que Kesselring sería el canciller; el ministro de Re
-¿Cuánto pueden. - costar estos cuadros en dóla laciones Exteriores sería' Von Neuí-ath; ex goberna
res? -me preguntaron. dor de Moravia; el minis_tro de ·Hacienda sería el
-No tienen precio -:contesté, pero luego agre miembro honorario del NSDAP Hjalmar Schacht; y
gué-: Creo que más de 100 millones... el ministro del Interior, el Obergruppenführer SS
Durante diez minutos Gaevernitz habló sobre los Karl' Wolff. En este Gabinete no había cartera para
cuadros del Renacimiento· y la influencia de este Himmler.
período en el desarrol o técnico y filosófico de Euro
pa. Luego empezó a hablar' Dulles. Entró en la con
versació_n inesperadamente, sin ·preámbulos. Dijo: Mientras· tanto, Stirlitz se dirigía a toda prisa. en
-Estoy dispuesto a hablar con usted, general Wolff.· su «Horch» a la frontera suiza. El pastor, silencioso
Pero tiene que garantizarme que no entrará en con y pálido, iba a su la.do. Stirlitz puso la radio y sinto-
tacto ·con nadie más. -Es la primera condlción. Espe-
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nizó una emisora de Francia: París transm itía . führer. Pe modo que el pastor estará hoy mismo en
Suiza y mañana comenzará mi operación. Nuestra
operación, para ser tnás exacto.»
un -No -dijo Stirlitz, abandonando sus reflexiones-.
concierto de la joven cantante Edith Piaf. Tenía una Usted no debe llevar a cabo las entrevistas en la sala
vo,z baja y fuerte y las· letras de las canciones eran . azul _del hotel, sin? en la rosada. Ya ve, aunque ten
sencillas e ingenuas. ga· buena memoria, nunca está .de más repetirlo
todo.
-Una decadencia total en · las costumbres -dijo -Me pareció que no estaba usted escuchando.
el pastor-, no lo critico, no, simplemente la oigo a.
ella y recuerdo todo el tiempo a Handel y Bach. Creo -Lo escuchaba con mucha atención. Siga, por
que antes los artistas ·eran más exigentes con ellos favor.
mismos: marchaban junto a la fe y se planteaban «Si el pastor cruza la frontera sin problemas, sa
tareas gigantescas... Eran como faros, a su manera... caré a Katy. Entonces, podré jugar la última carta.
¿Pero,,eso? Así se habla en los mercados... . Ellos están apretando el cerco, no me ayudaría ni
-;-Esta cantante es maravillosa -dijo Stirlitz-. Bormann... El diablo sabe lo que puede pasar. Me
Creame, será reco.rdada también después de su iré con ella a través de mi "ventana" en la frontera
muerte.
-En usted habla la bondad.
-En mí habla el amor a París... Bueno, pastor...
Estas conversaciones las continuaremos después de en cuanto comprenda que el fin del juego se aproxi
ma. Si podemos continuarlo, ya que no tienen prue bas
t. la guerra. Abora, _repítame, por favor, todo Jo que . ni pueden tenerlas, entonces tengo que sacarla a tiros,
debe hacer en Berna... después de que haya asegurado tma coartada con
-Tengo buena memoria. La Biblia no solo ensena Schellenberg. Tendría que ir a su casa o a Hohen
l misericordia, sino también a organizar la memo- Iichen con un informe, todo el tiempo se lo pasa allí
ria. · · · junto a Himmler; calcularía bien el tiempo, rom pería
-Sin embargo, por favor, repítame todo: desde el el transmisor y me llevaría a Katy. Lo princi pal es
principio hasta el fin. calcular bien el tiempo y la velocidad. Des pués, que
E pastor_ volvió a decirle a Stirlitz lo que éste Ié nos busquen. Ya no les queda mucho tiem po para
babia repetiqo durante las últimas tres horas. Escu chando buscar.. A juzgar por la cara asustada de
al pastor, Stirlitz continuaba pensando: ·«Sí, Katy se Müll_er cuando vio a: Holtoff con el craneo roto, éste
quedó con ellos. Pero si me hubiera llevado a Katr, ellos intentó efectuar conmigo una provocación infantil.
emi:_>ezarían a buscar al pastor, porque es Por supuesto .que cumplía una orden de Müller. Pero
obvio q e alguien de la. ?estapo lo ha· estado vigilan- no hubiera podido actuar tan bien, si no fuera su
do. "Y as1 toda .la operac10n fracasaría inevitablemente propio personaje, si· el . papel encomendado no hubie
· Himmler podría· penerse de acuei;-do con la gente ra coincidido tan perfectamente con sus propios
,d - Be1;1a... Katy les dirá algo de 'mí para salvar al pensamientos. Y no se sabe lo que habría hecho. si
nmo., s1 sucede algo imprevisto, que puede suceder, yo hubiera aceptado irme con él y. Runge. Proba
pero no debe. Pero el pastor ya pronto comenzará su blemente, se hubiera unido a nosotros. Es muy pro-
trabajo y Pleischner debe cumplir mi encargo. Nin guno bable. Recuerdo cómo me miraba durante el interro
de ellos. sabe qué papel jueg¡l en mi operación. Al ·\ gatorio del astrónomo y cómo hablaba... Con él he
pastor l'o seguirán también mis hombres que deben de jugado con exactitud. Mi salida repentina puedo cu
haber recibido el mensaje que les envié con Pleisch ner .. brirla por un lado con Schellenberg y por el otro
Y todo saldrá bien.. No le he dado posibilidades a con Bormann. Ahora es Katy lo principal. Mañana
H1mmler de negociar con Berna... Ahora fracasa- rá. no iré.a mi casa, iré directamente a la suya. Aunque
Müller no sabe nada sobre mi "ventana" en la frontera es meJor que no. No se puede jugar a ciegas. Sobre
Y los guardas fronterizos no le inforrria án a su todo, en nuestro oficio. El pago aquí no es con dine-
gente, porque yo actúo por órdenes del Reichs-
.l;
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ro: es con la causa. Y, al fin y al cabo, con la_
vida.» . . ruido del motor de_ una planta eléctrica mezclado fOn
-Muy bien -dijo Stirlitz-, muy bien que se h ya el de las ráfagas del viento.
usted acordado que debe coger el seguf!dO taxi Y -Bien -dijo Stirlitz-. Buena suerte, pastor.
debe subir a un -automóvil cualquiera que vaya la -Que Dios lo bendiga -contestó el pastor y co-
·misma dirección. En general, espero que sus amigos _ menzó a esquiar torpemente en la dirección indicada
del monasterio, de quienes le he hablado, lo prote- _ por Stirlitz. Cayó dos veces exactamente en la fropte ra
gerán. y quiero repetirle. una v z más que _le puede misma. Stirlitz esperó junto al coche hasta que oyó
el grito del pastor desde el bosque que se desta--
suceder cualquier cosa. Cualquier . cosa. S1 comete caba negro al otro lado de_l desfiladero. Estaba ya
una imprudencia, por muy pequeña que sea, no :en- · muy cerca del hotel. Todo marchaba bien. Ahora de
drá tiempo ni de pestañear antes e caer en el sota- bía hacer lo último: sacar a Katy.
no de Müller. Y si esto ocurre, quiero que sepa que, Stirlitz regresó a la estación, cambió de automóvil
al pron nciar mi noll'!br _una, sol vez, en una pesa y, a los_ veinte kilómetros, sintió que le era imposible
dilla. 0 bajo tortura, s1gmhcara m1 1!1uerte Y la muer- mantenerse despierto. Miró el reloj: terminaba la'
te inmediata de su hermana y sobrmos. Los que me segunda noche sin haber· dormido en absoluto.
permitieron sacarlo rrie han responsabilizad?. con s
-«Dormiré media hora -se dijo-. Si no lo hago,
se ridad. Nada podría salvar a · sus fam1ha s s.1 -*' no volveré a Berlín nunca.»
usted dice mi nombre. No es una_ amenaza, enuenda-
me bien: ésta es la realidad y hay que conocerla Y Durmió exactamente veinte minutos. Luego se· bajó
del coche, se restregó la cara con nieve, bebió coñac
recordarla siempre. de un frasco achatado y, agarrando el volante, opri
-Lo entiendo.
mió el acelerador. El motor del «Horch» gruñó ·de
-Muy bien. No me gustaría pensar que precisa-
mente este planteamiento lo hubiera usted entendido modo - uniforme· y potente. El cuentakilómetros se
acercaba a los tso· kilómetros. La carretera estaba
mal... totalmente.desierta. Comenzabá una cautelosa
albora da.· Para ahuyentar el sueño, Stirlitz se puso a
cantar a voz en cuello pícaras canciones francesas.
Stirlitz dejó su automóvil a ien metros e
la.
plaza de la estación del ferrocarril. _El automóvil _del
"'
' puesto fronterizo lo_s esperaba en el_ lugar co?vem o. Rolff llegó a- la casa que ocupaba Katy cuando el
La llave estaba puesta. Las ventamllas ha ian sido Sol parecía aún rodeado de humo y frío.
embarradas a propósito pata que no se pudieran ver -¡Heil Hitler! -le saludó Barbara, levantándose de
las caras de los· que iban en el automóvil. En el lugar su asiento.
convenido,· en las montañas,· estaban clavados en la Rolff la interrumpió.
· nieve los. esquíes con las botas al lado. -Déjeme a solas con la rusa -dijo.
-Cámbiese -dijo Stirlitz. . La cara de Barbara, hasta ese momento sonriente,
-En seguida -susurró el pastor-, me tiemblan ,
las manos, debo tranquilizarme un oco.. ./· se volvió en seguida dura y oficial. Fue al otro cuar to.
· -Puede hablar normalmente, aqu1 nadie nos º)'.e. Cuando abrió la puerta, Katy oyó a su hijo que acababa
· La luna llena cubría de resplandor de plata la me- - de despertar y, al parecer, tenía hambre.
ve del valle y lanzaba conJra la oscurídad de . los -Por favor, permítame que le dé el pecho al ni
desfiladeros chispas radiantes que daban a la meve_ ño -dijo-, asíno podremos trabajar.
apariencia de naftalina. Las enorme ,copas nevadas -El niño esperará.
de los pinos parecían animales salvaJe,s y acech ntes -Imposible... Tiene que alimentarse cada tres
prestos al asalto. En algún lugar leJano se 01a el -- 272 horas...
18- UIECISIETE 1:,;sn:,;TES lll, LX-\ Pll.11,H\"ER\

273
-:Bien. Le· dará el pecho _después de contestarme tenbrunner, y mucho menos a Schellenberg, que
una pregunta... estaba buscando a Stirlitz. Había decidido jugar él
Alguien tocó a la puerta. mismo esta partida que consideraba muy· complicada
-¡ Estamos ocupados! -gritó Rolff. y en que sólo había dos salidas: o un gran éxito o
La puerta se _abrió. En el umbral apareció Helmuth una derrota terrible. Sabía que Borm_ann era el due ño
con el niño en los brazos. absoluto de enormes sumas colocadas en los Ban cos
-Ya es hora de alimentarlo -dijo-.· El niño tiene de Suecia; Suiza, Brasil y hasta en los Estados Unidos,
hambre... a través de testaferros. Bormann no olvida ba los
-¡ Que espere! -gritó Rolff-. ¡Cierre la puerta! favores ni las·.acciones contra él. Anotaba todo lo
-Sí; pero... -comenzó a decir Helmuth. Rolff se que de un modo u otro se relacionaba con Hitler; lo
levantó, se acercó rápidamente a la puerta y la cerró anotaba hasta en sus pañuelos, pero nunca nada
V referente a él mismo: lo conservaba en la me
en las narices del soldado.
-Bien,.. Me interes·a una cosa. Hemos sabido que _moria para siempre. Por eso Müller quería jugar solo
usted conoce a su jefe. la partida con Stirlitz, que había telefoneado a Bor
-Ya expliqué que... mann y se entrevistaba con él. Era su partida y no
-Conozco sus explicaciones. Las leí y las oí gra- podría equivocarse. Todo habría resultado sencillo e
badas. Me parecían satisfactorias hasta hoy. Pero intrascendente si Stirlitz no hubiera llamado a Bor
desde esta mañana, estas explicaciones han dejado mann ni se hubiera entrevistado con él. El círculo
de satisfacerme. se había cerrado: Stirlitz, el mensaje de Berna, la
-'-¿Qué ha pasado hoy por la mañana? radista rusa. Y el círculo se apoyaba sobre una base
-Ha pasado algo. Esperábamos que esto se pro- sólida: Bormarin. De modo que al derrotarlo, Müller
dujera, lo sabíamos todo desde el principio, pero obtenía acceso a los asuntos más secretos de Bor
necesitábamos pruebas. Ahora las tenemos. No po mann para una investigación y esta perspectiva tam
demos detener a nadie si no tenemos pruebas, hechos bién se le antojaba posible; o en caso de que las
o testimonios de dos personas. Pero ya tenemos prue condiciones lo permitiesen, se haría imprescindible
bas. a Bormann corop el hombre que había descubierto la
-Desde el principio no he negado que... conspiración de Stirlitz con los radistas rusos. Ambas
-Deje ya ese. juego.. No me refiero a usted. Sabe salidas conducían al último éxito o a la última caída.
perfectamente de quién se trata... Por esta razón, ni él ni sus colaboradores más ínti
-No sé de quién se trata. Le suplico que me per mos habían dormido en toda la noche, ya agotados
mita alimentar ál niño... . de orgánizar emboscadas, y preparándose para el
duelo d_ecisivo. ·
-Primero me dirá dónde y cuándo se citaba cori su
jefe y después alimentará al niño.
-Yo le expliqué al señor que me detuvo que no
conozco el nombre del jefe ni su dirección. -No diré nada más -dijo Katy-. Estaré callada
..:...Escuche .-dijo Rolff-, deje de hacerse la tonta. hasta que se me permita alimentar al niño.
Ponga 'las cartas sobre la mesa. Usted ha perdido.
)\. 1-,a lógica de una madre tiene poco eri común con
Estaba muy cansado, porque como todos los ayu la de un verdugo. Si Katy no hubiera mencionado al
dantes de Müller, no había dormido esa noche, vigi niño, no habría tenido ella que enfrentarse a la hora
lando el automóvil de Stirlitz por toda la ciudad. amarga de la tortura. Pero movida por la naturaleza
Habían dejado vigilantes erl su casa y en los restau empujaba a Rolff a una decisión que no se le había
rantes donde habitualmente almorzaba, pero Stir Iitz ocurrido antes de entrar en el apartamento. Él cono
había desaparecido como si se lo hubiera traga do la cía la firmeza de los agentes rusos, sabía que prefie
tierra. Müller había prohibido informar a Kal- ren la muerte a la traición_ y que a_unque los obliga-

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sen á «colaborar», siempre encontraban medio para mantener a su .IJijo tre_s .o cinc<> minutos desnudo en
continuar su trabajo con métodos más refinados y .esta mesa, morirá; .A usted le corresponde decidirlo.
astutos. · . -¡ Usted no lo hará! -empezó a gritar Katy has
De repente una idea pasó por la mente· de Rolff. c1endo esfuerzos por levantarse-. ¡ Usted no lo ha
-Bien -dijo-, no perdamos má.s tiempo: Sé todo rá! i Máteme a mí! ¡ Máteme a mí! ¡ No c:1-l niiio! ¡
fo que usted sabe-- y trata de callar. Pronto estará Usted no puede hacerlo! . ··
fre tf; ;ª s jefe. Sinti que -se aproximaba su fin y -:-Sí, parn mí ..va a s r ter;ible- tener que hacer lo
dec1d10 -hmr al extran1eré>, pero ha fracasado. Con-· -:eontestó Rolff . Sí, soy humario no una bestia· también.
taba con. su automóvi.l .;._Rolff miró atentamente a a mí. me ha parido· una·_inadfe. ¡ Pero lo. haré en
Katy, cuya cara. se había' torhado bianca---, tiene un n,ombre de _todas las rríadres alemanas! ¡ En nom bre de
coche muy bueno, ¿no es verdad? Pero se ha equi tod9s los. nifios del Reich qué mueren bajo las
bombas lo ·haré! · · ·
vocado: nuestros .coches no son inferiores, son ·me
jores. En todo éste lío, us.ted no nos interesa. Nos Katy cayó. de la siHa, rodó ·por el suelo y comenzó
intel'.esa él. Y ust_ed nos d_irá todo sobre él: Todo a besar sus botas suplicando: . • . - . :-.
-repitió-i Hasta ef minimó ·detalle. -Usted tiene ün corazó_n: Usted no puede hacer
-No tengo naélc:1- que decir. eso. ¡ No lo creo! · ·
Entonces Rolff se levantó, se fue a la ventana y, -¿Dó?de, e tá el niño? -gri ó· J;lolff-:-,· ¡
al abrirla, se encogió por el aire helado. Tráiganlo para aca, rap1do!. . . ·
-Hace frío de nuevo ......:dijo....:. ¡ Cúándo llegará la -Usted es_madre -dijo Barbar _:. Üsted tiene que
pr:imavera! Ya estamos cansados del invierhó. ser razonable. · ·· .
Cerró la ventana, se -acercó a Katy. Helmuth entró .con ·el niño eri los ::brazos. Rolff le q?
,-Las manos, por favor. · · . itó el_ niño, lo colo ó encima. de·· la mesa y empe zo
Katy extendió las marias· y lás esposas se. cerraron a quitarle los pañales. Katy dio un grito terrible como
en sus muñecas. · · de animal herido. . . '
-Los pies también, por fávor -dijo Rolff. -¡ Habla! ,........{!hilló Rolff-. ¡ No eres .madre! ¡Eres
-¿Qué q iere hacer? -preguntó Káty-. ¿Qué e una asesina estúpida! ¡ Habla! .
propone? El niño comenzó a. gritar con su voce ita enron
Cerró las esposas en sus· tobillos ·y grjtó: quecida y la. boquita estirada en un chillido de eno
jo; ya había pasado la hora de: comer y todos pare-
-¡ Hehtiuth! ¡ Bárbara! · ·
Nadie respondió. Abrió la puerta y gritó: cían haberlo olvidado. .· · .,
-¡ Barbara! ¡ Helmuth!
Ambos entraron corri_endo. No estaban· acostum
brados a este tono de voi en Rolff: histérico, alto, Al señor Cadicelli. Vaticano.·
jadeante. Pero . Rolff tenía motivos para gritar así. Querido amigo: ·
Müller le había ordenado que. hoy, precisamente .
hoy, debería obligar a la rusa a decir la verdad dé .·Comprer.zdo y aprecio la atención con que las auto
modo que para e1 momento de 1a captura de stir ridades del Vatica o, que tanto valor mostraron en
litz, la carta principal estuviera en el bolsillo dé los días de la resistencia aniinqzi, estudian en estos
Müller. · · · ·· · · momentos las posibilidades de ayudar a la Humani
--:Traiga al niño -dijo Rolff. dad en lt,1. obtención de la paz tan necesaria en esta
Cuando Helmuth ·salió, Rolff acercó a la ventana tierra... ·
una pequeña mesa donde estaba el florero con flo-· He , comprendido perfectamente las. razones por las
res artificiales. Después· abrió fa ventana · y dijo: cuales el 11 aticáno, organizó con· tal generosida{l.
-No le he mencionado el frío por· gusto. Con sólo el co,ntacto entre M.üller ( que representaba al desa
fortunado almirante Canaris y demás heroicos gene-
_
276
277
rales que ofrendaron sus vidas en la lucha contra 1d . el que tiene ?ios para v r, vea; y en segundo, noso tros,
barbarie hitleriana) y los representantes oficiales los ervzdor s .de Dzos, no debem·os poner nues tros
del Gabinete británico. · propzos sufrzmzentos en primer plano. Sabíamos lo que
Los hombres representados por el doctor en Fila sofía nos esperaba al escoger nuestro camino· ·
Müller poseían las virtudes que le permitieron a La situación me parecía difícil y sin salida ·hasta
usted ejercer su influencia sobre el Gabinete bri tánico que el pastor Schlag llegó a Berna. Usted debe acor
en busca de una paz razonable y honrosa. Sin embargo, darse de este h mbre n_oble q e. siempre luchó por
después de la desaparición dé los patrio tas en el la paz y en varias ocaszones vzsztó Suiza,· el Vaiica·
verano del añó pasado, se produjo una pau sa no Y Gran Bretaña antes de 1933, cuando la salida
funesta en la búsqueda de la paz. de Alemani':l no estaba todavía afectada por las di
También comprendo los motivos de su escepticis mo ficultades policíacas que _comenzaron desde que Hit·
ante las cautelosas proposidones que ha some tido a ,/ ler llegó al poder. ·
su consideración el general Karl Wolff. Yo sé que El pastor Schlag ha venido -de acuerdo con sus
usted. ha sufrido la ocupación nazi y ha visto con propias palabras- para estudiar todas las posibili
sus propios ojos las flagrantes violaciones de la dades reales de una paz rápida y justa. Dice él que
· ley perpetradas por los hombres de la SS subordi
viene enviado por hombres preocupados por la evi
nados directamente a quien ahora está buscando la "· dente coincidencia de puntos de vista sobre el mun do
paz, al general1 Wolff. Esto me lleva ·a evaluar su po- del futuro de dos figuras tan opuestas como Wolff y
. sición n.o como un compás de espera, sino más bien Dulles.
como una negt¡tiva: no se puede confiar en un hom Considera que su miszon es evitar la posibilidad
bre que hace el mal con una mano y el bien con la de las neg ciaciones ulteriores. entre Wolff y Dulles,
otra. La contradicción y la dualidad comprensible ,en ya que esta profundamente convencido de que Wolff
un simple hijo de Dios, no puede ser justificada en no busca la paz, sino que se encuentra explorando el
quienes determinan la política de un Estado o están tetreno para preservar el régimen de los nazis a cam
investidos del poder militar o político. bio de algunas concesiones por parte de los SS, que
Sin embargo, después de que sus proposiciones son los que ahora poseen el único poder real en
fuerar¡ rechazadas por el Vaticano, el general W olff Alemania.
tuvo dxito_ en sus planes al lograr una entrevista ·,· Considera que su misión también es ayudar a que
aquí, en Berna, con el señor Dulles, representante se establezca_n contactos entre los hombres que arries
del honorable presidente Roosevelt. Los informes que. garon sus vzdas para sacarlo de Alemania, y los re
han llegado a nosotros nos permiten concluir que las presentantes de los aliados. Los hombres que dice
negociociones de Wolff y Dulles están desarrollán dose representa consideran un deber _ineludible colaborar
aon mucho éxito. en la liquidación áe todo cuanto estuvo relacionado con
Confío en que se comprenda mi posición: si pre vengo la' SS y· el NSDAP o pueda estarlo en el futuro.
una véz más al señor Dulles sobre futuros con tactos con Quisiera solicitar su consentimiento para sostener con-
el general Wolff, nuestros amigos norte americanos i:ersaciones más sinceras con el pastor Schlag.
pudieran formarse una idea errónea so bre los motivos Posiblemente, sea útil que le informemos más am
que nos mueven: los politicos· no siempre lÍegan a pliamente de todo lo que está sucediendo en Berna
comprender la política de ·los ser vidores de Dios. en estos momentos.
Carecería de sentido hablarz.e al ·señor Dulles sobre _ Mientras no pueda ofrecer al pastor Schlag prue
la perfidia del general Wotff y los crímenes que han bas tangibles de nuestra sinceridad, no podemos es
cometido los nazis, de acuerdo ·con sus órdenes, en pera . que él hable abiertamente o nos ofrezca infor
la tierra d.e nuestra bella Italia. ·En primer lugar, maczon compl t sobre sus compañeros que están
esperando notzczas suyas en Alemania.

278 279
Presumo que . sus compañeros en Alemania no son
tan fuertes como lo quisiéramos. El pastor Si:hlag
El mayor Waibe1, que .se encontraba allí, había orde
nunca ha sido un verdadero político, sino un guía ho
na o a su gente que trabajaba con los guardas f on
nesto de su parroquia. Sin embargo, dirigiendo la
tenzos, que dejaran pasar a Airey independientemen
vista hacia el futuro, veo una gran ventaja en que
te de cualquier respuesta que diera a las preguntas
un pastor, precisamente un pastor, un servidor de de control. ·
Dios, sea el hombre puro y noble que busque la paz Cuando Airey se estaba secando con mano temblo
arriesgando la vida, pero sin doblegarse ante el na zismo. rosa la frente fría y sudada, se le acercó Waibel ves
Probablem·ente este gran ejemplo del valor czvzco
de un hijo y servidor de Dios nos ayudará para sal . tido de civil, y le entregó dos boletos para el' tren
que salía hacia Berna. Allí los esperaba un autom
var a -los alemanes del bolchevismo cuando el pue blo vil que condujo a Waibel y a los dos generales a una
martirizado de Alemania tenga que elegir sú fu turo.
Alejado por Hitler del Vaticano, el pueblo de Alemania. \/ calle tranquila donde habían alquilado .un aparta
mento por medío de intermediarios. Allen Dulles los
tarde o temprano volverá al seno del cato licismo y. el pa esperaba aquí. Durante dos días . discutieron ta ela
tor Schlag, o su luminosa imagen, ayudará a nuestros boración de la plataforma común que debía adoptar
pastores en el futuro a llevar la luz a los lugares se para proseguir las negociaciones con el general
donde reinaba la oscuridad nazi. SS Karl Wolff. .
Espero ·su respuesta en el tiempo más breve po sible. -Tenemos poco tiempo ..,.,.dijo Pulles- y todavía
Suyo, bay mucho que hacer. La posición de, los aliados debe
· .Nórelli .. ser segura Y· bien fundamentada en lo principal y en
. los detalles. · · ·
-La posici.ón de los aliados angloamericanos ..,.,.dijo
el general Airey con un tono que podía encerrar -lo
Dulles . había recibido instrucciones' del .iefe de la mismo una pregunta que una mera confirmación.
dirección de servicios estratégicos, Donovan, de que -Angloamericanos y americanoingleses en· este caso
en adelante las negociaciones con Wolff deberían co es una distinción P\li"amente formal que no cambia
dificarse con el n·ombre «Sunrise Crossword». Para la esencia gel asunto -contestó Dú.lles.
reforzar las negociaciones, dos generales· fueron en Así, por primera vez desde el comienzo de la gue-
viados a Suiza: el suplente del jefe del Estado Ma ,y· rra, en el co cepto «los aliados» se había perdido
yor de las tropas aliadas en Itaiia, general británico uña sola palabra: «soviéticos». En lugar de los «alia
Airey y el nort ea mericano Lemnitzer.
0
dos anglosovieticoamericanos», había aparecido en
Los generales, usando los uniformes de simples
Berna un nuevo término: «los. aliados angloamerica
soldados del Ejército norteamericano, fueron lleva nos».
dos de Nápoles a la frontera suiza. Debían cruzarla _
con documentos falsos elaborados por los hombres .
de Dulles; donde se decía que eran soldados que via
Eismann entró en el despacho de Müller vestido
jaban por. Europa en busca de sus familiares.
con la misma ropa sucia: las botas salpicadas de
El general- Lemnitzer tuvo que contestar en la adua na
suiza a numerosas preguntas sobre Norteamé rica. El barro,. la guerrera empapada. Había andado durante
general Airey, UII inglés que nunca había visitado los mucho tiempo por Neustadt bajo la lluvia, buscan do
Estados Unidos, comenzó a cometer ·equi vocaciones en a la hermana del p.astor Schlag. No ocupaba la
sus respuestas. La operación «Cross word» amenazaba· casa .cuya dirección se consignaba en el expediente.
con el fraq.1.so ·desde el principio. Había averiguado en la sección local de la Gestapo,
pero tampoco allí tenían información alguna sobre
los familiares más cercanos de Schlag.
280 Sin embargo, _los vecinos le dijeron que' noches

281
antes, muy. tarde, habían oído el ruido del motor Al jefe de la Dirección de Seguridad Imperial
de un automóvil. Pero nadie sabía quiéri había venido Qbergruppenführer SS Kaltenbrunner. ' '
ni en qué auto ni qué le había pasado a la señora
Anna y a sus hijos. Praga. Dos copias.
Había desaparecido del mismo modo misterioso Mi estimado Obergruppenfiihrer:
que el pastor. Durante los dos últimos días, agentes Después de haber recibido la orden del Führer de
de la Policía criminal, por orden de Eismann, habían hacer de cada ciudad y cada casa una fortáleza inex
estado buscando al pastor o a su hermana éon los pugn":ble, estudié_ nuevamente la situación en Praga
hijos, sin que pudieran hallar pista alguna. que,.1unto con Viena y los fuertes alpi_nos, debe con
Müller recibió a Eismann con una sonrisa. No dijo· vertirse en el centro de la batalla decisiva contra el
nada después de escuchar el informe del Obersturm bolchevismo o, en caso de un final trágico, en tierra
bannfü1'11'er. Sacó de la caja fuerte una carpeta y co arrasada.
gió una hoja de papel. Al recibir su instrucción de seleccionar a los hom.
-¿Y qué haremos con esto? -preguntó alargan- bres que estuvieran dispuestos a destruir a P aga:
do la hoja a Eismann. . · no sólo entre los arios, sino entre los que hayan de
mostrado su buena voluntad en la colaboración con
Era el informe donde Eismann expresaba su con- nosotros durante varios años éle lucha común contra
fianza absoluta en el Standartenführer Stirlitz. . el bolchevismo, he elegido algunos candidatos. No
"'·. voy a nombrar aquí a todos estos hombres para no
D.espués. de un largo silencio, Eismann suspiró pe distraer sti atención de asuntos verdaderamente im
nosamente y pronunció una frase terrible: poytantes que. esperan sus decisiones. Mandaré a su
-¡ Malditos todos mil veces! secretariado una lista de 421 hombres. Entre nues tros
-Así es mejor -convino ·Müller y pus9 el .infor colaboradores hay personas de las más diversas
me.en. la carpeta-. Es una buena lección para nacionalidades. ·
usted, am1gu1to.
-¿Quiere usted que le escriba un nuevo informe? Me ayudó en este trabajo él coronel Berg, de la
-¿Para qué? No hace falta... inteligencia del Ejército, que, como supe en Cracovia
usted lo conoció personalmente en relación con eÍ
-Pero considero un deber rectificar mi opinión an- caso del enemigo de la nación Canaris. Me está pres
terior. · tando una ayuda valiosa porque c_on· él trabaja un
-¿Cree usted que eso sería bueno? -preguntó Mü- '.f
ruso reclutado por nosotros, un tal Grishanchikov.
Her-,-. Siempre huele mal cuando alguien se retracta A propósito, este Grishanchikov fue· altamente reco
de sus puntos de vista. . mendado por el Standa:rtenführer Stirlitz durante su
-¿Qué debo hacer en este. caso? visita a Cracovia como barbero y masajista de pri·
-Confiar en que ·no le mostraré a nadie su infor- mera clase. En realidad es un agente muy eficaz que
me anterior. Nada más. Continúe su trabajo. Sepa me ayuda en la selección de los candidatos entre los
que muy pronto deberá marcharse a Praga. Tal vez rusos que sirven en et ejército del general Vlasov.
desde allí .vuelva al pastor y a su amigo fiel que Como todas las personas que deberán participar en
estuvo a . su lado bajo las bombas en Smolensko. , los preparativos de la liquidación de los centros más
Ahora, puede retirarse; No se preocupe. En el con- _ e,'\ importantes de la cultura eslava deben ser someti d?s
traespionaje, como en ningún· otro trabajo, todo el· a un investigación ·especial de la Gestapo, qui siera
mundo debe saber que en estos tiempos no se pue. pedirle que ordene al Obergruppenführer Mü ller que
de creer en nadie, ·a veces ni en uno mismo.· efectúe una (nvestigación adicional del' co-·. ronel Berg
y, si es posible, del ruso Grishanchikov.
Me permito suplicarle que se me comunique even-

283
282
En- Alemania tenía miedo de escuchar la radio m
tualmente todo· lo relacionado con mi trabajo aquí, .glesa y se limitaba a leer· la verdad entre las Hne s
aunque comprendo que mis tareas de ningún modo de la rimbombante propaganda de Goebbels. Hab1a
pueden compararse con su gigantesco trabajo en pre aprendido este arte. Leía los partes de gu rra y los
parar nuestra victoria defintiva. artículos del Volkischer Beobachter, segma con la
Heil Hitler! vista las noticias victoriosas y luego, apartando toda
Suyo, . Krüger. aquella escoria verbal, coloc·aba imaginariamente.e
un mapa sus banderitas rojas con estrellas. N ces1-
taba uri mapa, los nombres de las ciudades y una re
Ka.ltenbrünrier Jeyó la carta y escribió la siguien te gla. Estos componentes básicos le permitían contem plar
nota: «A Müller. No conozco ningún Berg, menos aún la verdad. Aq í, en, Suiza.: había c mp obado
a Grishanchikov. Organice u ted le! investigación hasta qué punto tema razon alla, en Berlm. Siempre
y no. me moleste más con esta clase de detalles. Kal considero que el triunfo del fascismo significaría el
tenbrunner.»,.
; fin de la civilización y, en último término, la deca
dencia de la nación alemana. Desde que los hombres
que puebian el mundo comen ron a s:r divididos t:n
Ahora Müller nece&itaba urgentemente al ho¡:nbre que esclavos y señores,· en la nac10.n de senore , apare.cm
habja llevado .a :Serná el mens.aje d.e su Jefe de la putrefacción: La antigua º?1ª' sucumbm precisa:
Berlín. Había decidido. alter.ar la' operación de sus mente por pretender el domm10 del mundo y · cayo
hombres que est ban e perando en el apartamento de bajo los golpes de los bárbaros. Por r: gla general, re
los rusos: Ya no ·era. necesaria la vigilancia del flexionaba Pleisthner, todo Estado antiguo que se pro
.enlace, . lo que. : necesitl:lba'' eran pruebas pu'so dominar al mundo estuvo· condenado: a la des
inmediatas.' La operación par,a descubrir toda la red era trucción final en el mismo apogeo de su aparente po
un plan de Schellenberg, dejarle organizar un _nuevo derío. Y ello ocurría porque a toda fuerza siempre
esque ma; era un. asuritci suyo. A juzgar por los datos la acompaña el rguHo que degener en a bición,
reci bidos, el enlac.e que apareció en Berna era un afi
y ya es ,sabido que nada resuha, tan c1eg':l _e, 1mpote
cionado un hitelectual, uno a quien se podría obli te 'a la hora de las' pruebas-corno la amb1c10n. Los h
gar. a « antan, rápidamente porque· no son resiste?· deres· de Grecia, Roma y, antes, de E ipto y Babi
tes. J!l le diría quién le· había entregado el .mensaJe lonia, embriagados por las victorias, dejaron de pen
cifrado. Entonce¡, M.üller. tendría· • pruebas irrefuta- sar el Estado como conjunto de hombres,, movidos
bles, así -podría·.vencer:. · · · · ·
por aspiraciones diferentes. Las _victorias _en el ex
Envió una.orden a Berna: «Cesen la vigilanda del . tranjero fascinaban tanto. a los tiranos, a.nt_1guos que
· enlace._ Orgttri)ceri· .seéi.u:stro y envienfo• en e. l· olvidaban· el sordo descontentq ·de. S!,lS' esclavos, las
mal_e tero del a_ütcirnqvit" de fa Empajada a través de la murmuráciones hds'tiles de los' éortes t;ids' que no ha
frontera del 'Reic_h. dirigido personalmente ..al Obe'r- bían sido condecorados; y la eterna jnsatisfacción con
gruppenfü/:lr r Miiller,.. » - . - este mundo de pensadores y filósofos que vivían so ñando
con· un radiante futuro. Las victorias sobre
Pleischne/·estaba del mismo humor- alegre de la los enemigos visibles hada_n sentirse seguros a los
víspera. Fue a la
ciÚÍ a· ,a hora. ndicada. Hab_ía ·1 a emperadores, faraones, tribunos, tirano,s y cónsules.
bajado animosamente, sólo saho de su hab1tac10n Pe saban que si Estados, extranjerós · habían caído
para comer: vivía de la dicha y la esperanz? del c : bajo sus golpes, sería muy fácil vencer a sus propios
.cano fin de Hitler.. Compraba ahora todos los peno dicos súbditos descontentos. No tenían ·en cuenta que en
y no le era difícil imaginar el futuro, pues te nía una· el Ejército, que inevitablemente tendría que conver
mente analítica y conocía bien la Historia.· tirse en fuerza principal para aplastar a los desean-
285
284
·tentos, estaban los hermanos, los hijos o simplemen
te Jos amigos de quienes deberían ser aplastados. - En entre Este y Oeste, entre señores y esclavos, sino en
esta desunión de gobernantes y súbditos se ocuHaban tre adultos y niños. En esta división están madurán-'
los elementos del progreso que Pleischner definía dose grandes procesos y tenemos que aprender a
con sus propios términos como «levadura de la ci · influir en ellos para que los niños no repitan los
vilización». Comprendía que Hitler había planeado errores de los adultos. Tal vez ésta sea la tarea prin
un experimento diabólico, calculando qiae el triunfo cipal de la Humanidad después que finalice la gue
del Reich sobre el resto. del mundo aseguraría una rra.»
prosperid d material palpable para cada alemán sin Entró en el café, se sentó en un rincón y pidió un
importarle la posición que tuviera en la sociedad ale helado de frutas. Los niños se reían de las bromas
mana. Hitler había pretendido hacer a todos los .ale - de su maestro. Él les hablaba como a iguales, sin con
manes dueños del mundo y a los demás hombres de graciarse con ellos, sino tratando de ganar su con fianza
la tierra, sus súbditos. Es decir, quiso excluir la -po con mucho tacto.
sibilidad de que surgiera la «leviidura de la ci'viliza «Si Hitler hubiera dominado a este país, los niños
ción », por lo menos en un futuro previsible. Si Hit estarían sentados en silencio, ·atentos únicamente a
ler hubiera vencido, la nación alemana habría sido los labios de su preceptor, o más probablemente su·
completamente militarizada. Hitler habría desarma preceptora, y marcharían por las calles en forma·
do a todos los demás pueblos y despojado de orga ción y saludarían con el grito idiota de "Heil Hitler!"
nismos estatales, de modo que cualquier intento de Tal vez sea terrible desear la derrota de .mi propia·
rebelión por parte de los vencidos estuviera condena patria, pero yo deseo de todos modos que mi patria
do al fracaso. Con los alemanes armados sólo podría sea derrotada rápidamente.»
entonces rivalízar· una poderosa organización nacio nal. Pleischner comía sin prisa su heládo, escuchando
Habría costado años o docenas de años para que dentro sonriente las voces infantiles.· El maestro dijo:
de la nación de los señores madurasen los -Le daremos las gracias al dueño de este mara villoso
«conflictos de renacimiento»; además, no existía nin rincón que nos ha dado una bienvenida cálu rosa y
guna garantía de que esto pudiera producirse. helados fríos. ¿Le cantamos nuestra canción?
, Pleischner consultó el reloj: aún tenía tiempo. Al -Sí -contestaron los niños.
lado se. encontraba un pequeño café. A través de los -¡Vamos a votar! ¿Quién está en contra?
cristales por los que resbalaba la lluvia, pudo. ver a -Yo -elijo una niña pelirroja, pecosa, con enor-
niños sentados y comiendo helados. Evidentemente, mes ojos azules-. Yo estoy en contra.
su maestra los había traído. ¿Por qué?
« Estoy pensando con los clisés del Reich ..:...acom En ese momento la puerta del café se abrió y en
prendió Pleischner cuando vio al hompre que estaba tró el hombre alto y de ojos azµles con quien Plei-·
frente a la mesa: era joven y reía con los niños-. schner se había entrevistado en la casa de contacto.
En mi país sólo hay maestras porque todos los hom Sacudía la lluvia de su capa. Venía acompañado por
bres aptos para ·el servicio pelean en el frente. Real un hombre trigueño y vivaz, de anchos hombros y
mente en las escuelas deberían trabajar. sólo hom cara expresiva y_, fuerte de pómulos salientes. Plei
bres: como en Esparta. La mujer puede consolar,· schner quiso levantarse, pero recordó las palabras
pero no· educar. El hombre debe preparar al niño del hombre: « Yo. me acercaré a usted», ,de modo que
para el futuro; así les evitaría las ilusiones innece, empezó a mirar el periódico, escuchando Jo que de
sariás, porque nada hay más cruel que el choque cían Íos niños.
de las ilusiones infantiles con la realidad de los -Explícame, ¿por qué estás en contra? -pregun
adultos. Nunca nadie ha analizado al mundo desde tó el maestro a la niña-. Debes. defender tu punto
_el punto de vista de su división ·universal... Pero no de vista. Puede ser que tengas i:azón y que nosotros.
estemos equivocados... Ayúdanos a decidir.
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287
:-Dice mamá que no, se debe cantar después de
haber comido helados, porque puede afectar la gar ño de la casa de contacto y llamarlo a un lado·para
ganta. advertirlo, o salir a la calle para verificar si andaban
-Tu mamá tiene razón. Por supuesto que si can tamos . juntos, o· levantarse primero y mar harse· a la cas
o gritamos en la calle, nos podemos afectar la para prevenir al hombre que babia quedado a h,
garganta... Pero aquí... no. Creo que aquí no le puede decirle que deberían colocar. en la ventana la sena)
ocurrir nada malo a tu garganta. Pero si no quieres de alarma, porque se acordaba haber oído la voz
cantar, no cantes. No nos enojaremos con tigo. . de otra persona la vez que visitó la casa.'
El maestro entonó una alegre canción tirolesa y «i Espera! -repentinamente la idea golpeó su men
los niños se unieron a él. El dueño del café salió de la te-. ¿Qué había en la ventana anteayer cuando me
barra aplaudiendo a los niños, que con ruidos de acerqué a la casa? Allí estaba el florero de que me
alboroto salieron del café. Pleischner los observó pen habló Stirlitz. ¿O no? No, no puede ser, porque en
sativamente, mientras luchaba por recordar dónde tonces este compañero... No, estoy otra vez per
habría visto a este otro hombre. diendo la cabeza. ¡ Espera! rimero tengo que tran-
«En algún sitio he visto a ese hombre trigueño quilizarme. Espera.» .
_:se dijo-. Estas caras no se olvidan. ¿Estaría tal El hombre alto que f!O miró hacia Pleischner ni
vez conmigo en el campo? No... Allí no lo vi. Pero una sola Nez salió con su acompañante trigueño y
me acuerdo de él. Me acuerdo perfectamente de él.» fuerte. Pl ischner pidió la cuenta y entregó el dine ro,
Debió haberlo observado con demasiada atención, su último dinero. El dueño no tenía cambio su ficiente y
porque el hombre trigueño lo notó y sonrió rápida corrió a la tienda de enfrente. Cuando re gresó y le
mente. Pleischner recordó aquella sonrisa como si entregó el dinero a Pleischner y _lo acom pañó hasta la
la hubiera visto en la foto fija de un filme. Oyó hasta salida, ya la calle estaba desierta. No pudo ver a
su voz: «¡Y que firme este papel respaldando al ninguno de los ho_m?res. , .
Führer en todo! ¡ En todo! Que después no tenga «Quizá se trate de otro Stirhtz -penso Ple1sch
la posibilidad de señalamos a nosotros diciendo: ner-. Talvez esté combatiendo a los nazis desde
ellos son los culpables, yo estaba al margen. ¡ Nadie den tro.»
. puede estar al margen ahora! Fidelidad o muerte: Este pensamiento lo tranquilizó. Aunque recor?a
ésa es la única alternativa para un alemán que haya ba la cara del hombre trigueño, su modo repulsivo
salido de un campo de concentración.» .Esto bahía de hablar y sonreír, repentinamente y con malicia,
ocun-ido al segundo año de la guerra. Lo habían lla Pleischn·er trataba de convencerse de que simpfe mente
mado a la Gestapo para ia entrevista de turno. Lo se había dejado llevar por los nervios.
llamaban anualmente, casi siempre en la primavera, Se acercó a la casa. Miró hacia la ventana y des
y esté hombre trigueño entró en el despacho mien tras cubrió a los dos hombres: al alto y al trigueño. Esta
él conversaba con el oficial que habitualmente realizaba ban conversando y eritre ellos pudo ver un gran flo rero:
estas entrevistas y le había gritado con ra bia, con la señal de alarma. El agente ruso había colo cado
histeria, las palabras que Pleischner siem. pre esta señal de peligro. al detectar la vigilancia y los .
recordaría. Cuando se lo contó a su hermano Hugo, hombres de la Gestapo no pudieron averJguar si este
que todavía era el médico principal y nadie pensaba que florero significaba «todo bien» o «pehgro». Estaban
moriría un año más tarde, éste le dijo:· convencidos de que el ruso ignoraba que estaba
«Es su estilo habitual. Quieren amarrarte y compro siendo vigilado. Como Pleischner había en
meterte...» trado confiadamente en la casa, se habían conven- .
Pleischner sintió que sus manof temblaban. No sa cido de que todo marchaba perfectamente.
bía qué hacer: si hacercarse al compañero alto, due- Los hombres en la ventana vieron a Pleischner. El
alto, sonriendo, le hizo una señal con la cabeza. Por
288 primera vez Pleischner vio aquella sonrisa en su

289
19 - DIECISIETE INSTANTES. DE t:NA PRIM.\\"ER
cara, lo que le ayudó a comprenderlo todo. También
sonrió y empezó a cruzar la calle, pensando que en adultos son las almas mutiladas y los cuerpos de los
la acera opuesta no lo verían desde arriba y podría niños.»
marcharse. Pero al volver la cabeza, advirtió que dos· Stirlitz cerró los ojos y vio surgir perfectamente
hombres caminaban a cien metros de él, contem-- delineado· y palpable el rostro de Sashenka. Uno re
piando las vidrieras. cuerda las caras de las mujeres queridas sobre todo
Pleischner sintió que las piernas le flaqueaban. en los instantes de las despedidas y encuentros. Tan
«¿Qué hago? ¿Gritar?· ¿Pedir socorro? Éstos lle. tos años ·habían pasado, tantos hombres habían
garían primero y sé qué harían conmigo. Stirlitz me muerto, habían surgido nuevos Estados, cambiaba la
dijo cómo ellos narcotizan a un hombre . o lo hacen política, aparecían y desaparecían amigos, pero Stir
aparecer como loco.» litz contin1,1aba viendo el pálido, asustado rostro de
En momentos de mayor peligro, si el hombre no Sashenka cada vez que cerraba· los ojos. Surgía de
ha perdido la capacidad de lucha, sus percepciones golpe, como desde un resonante vacío violeta y ver de
se agudizan y el cerebro trabaja con más tensión que y siempre era su cara de los últimos minutos de la
nunca. despedida.
Pleischner vio un pedazo de cielo azul y bajo en «Las emociones de las mujeres son más fuertes
el vestíbulo del edificio de apartamentos donde, ha que las de los hombres. Su modo de razonar es dis
bía entrado dos días antes.
«Por allí hay una salida al patio -pensó-. Tengo 1 tinto al de nosotros, están guiadas por un instinto
antiguo e incomprensible -pensó Stirlitz-. Le pro
metí que la vería dentro de un año,. pero ella movía
que entrar en el vestíbulo.»
la cabeza y acariciaba mi cara como una ciega, ce
Entró con las piernas· rígidas, con las ro4illas tem .1 rrando los ojos.»
blorosas. En su cara gris se hal;>ía congelado una son risa -Sashenka -'Susurró Stirlitz-, Sashenka...
triste. La puerta principal ya estaba abierta. Arriba lo
esperaban los ho·mbres que habían apre- tado el «Qué difícil habrá sido para ella estar sola con
bcitón para abrirla. ·· nuestro hijo... En nuestra infancia nunca tuvimos
estos patines zumbantes y la bicicleta era vista como ·
Pleischner cerró la puerta y se dirigió hacia una un milagro. Nos habíamos adelantado al mundo en
salida que conducía al patio, con una pequeña ven tana
en lo alto. La empujó con la mano y compren dió que las ideas, pero, ¿cuándo lo sobrepasaríamos en pati
estaba ,cerrada. La empujó fuertemente con el nes y bicicletas...? En lugar de un padre, de patines
hombro, pero la puerta no cedía. y bicicleta, nuestro hijo sólo ha tenido a mi Sashcn
Antes de entrar en el edificio de la Dirección Im ka y libros y nada niás...»
perial .de Seguridad, Stirlitz dejó su coche junto a la Stirlitz lo recordaba todo lentamente con un sabor
acera y fue a sentarse en un banco, que no había dulce y amargo en la boca, porque le quedaba poco
sido pintado desde hacía mucho tiempo y estaba para pensar en Sashenka y en su hijo: sólo escasos
cuarteado por las lluvias y los fríos nocturnos.· Los· minutos. Después tenía que entrar en el edificio, ba
niños patinaban sobre el pavimento, evitando los ba jar un piso, tocar a la puerta de Müller y allí ya no
ches con destreza. Patinaban concentradamente y en podía pensar sobre lo más querido que tenía en esta
silencio. Stirlitz notó que sus caras infantiles estaban vida que no le pertenecía. Allí abajo tendría que com
húmedas de sudor: era el sudor del· hambre. batir, y un combatiente es derrotado si antes de.
«Acabarán enfermándose del corazón con estos pa comenzar ·la batalla no ha logrado apartar de su
tines -pensó-. El terror de los bombardeos por la mente todo aquello que no esté vinculado a ella.
noche, los patines durante el día y un deseo constan «Ya verás, Katiusha -pensó al levantarse-, toda vía
te de comer: pan, embutido, patatas, pero hasta har seguiremos peleando, te sacaré de aquí y todo
tarse. Lo · más terrible de las. guerras que hacen los terminará bien y criarás a tu chiquillo.» .
Stirlitz avanzó lentamente hacia su coche, sonrien-
290
· 291·
do los niños pálidos y sudorosos que se perseguían 1'{ j\ \cohai:n !ºa! "::ciad f: 1q n.i;,,:
:\:
patmando y compr_endió que pensar en Katy era un · l Gestapo trab jaría.con· el físico como coq cualquier
modo de prepararse para el combate. ·.Q. detemdo: un mvestlgador nunca podría comprender a
«Pero no puedo engañarme a mJ mismo -se dijo
entrando en el automóvil-. Me hago esta idea de un r físico teórico, obsesionado fanáticamente por su
un f!10do_ excesivamente categórico. Hay que creer en i idea y por lo mismo histérico e irracional en las cues-
!; tiones de la vida cotidiana. Una vez, conversando con
la victoria para obtenerla, pero !ii uno se engaña el
fracaso es casi. inevitable.»· ' Schellenberg, Stirlitz había abordado con mucha cau tela
el tema de la amenaza atómica por parte de los
Puso en marcha el motor, que empezó a gruñir. . 1 Estados Unidos. Y tal como lo esperaba, Schellenberg
Como de costumbre, Stirlitz dijo: . : se quejó del atraso de Alemania y supuso que los
«Bueno, vamos, maquinita... A dar una vuelta
más por las calles, a ver las caras de la gente, to '\J
a l enemigos astutos y malvados del otro lado del océa
mar este aire en el que ya se siente la primavera y ·r·,. no tramaban un complot para impedir que el Reich
después de ver a Müller...» ·
y resolviera rápidamente el problema del «arma de la
· ¡ venganza». Aunque Schellenberg no mencionó al de-
l,._ btei:iido Runge, St irdlit z _ sugirió que se podría descu-
ENTRE AMIGOS · -"" mismos
· i
1 nr1 es e comp 1 ot e mte ectuales con ayuda de los
f porque en el aparato de Müller sólo
f sicos,
Cuando Müller supo que Stirlitz andaba por el , trabajaban matones. A Schellenberg le interesó saber
pasillo de la Dirección de Seguridad por un instan en qué medjda el Standartenf ührer estaba al tanto
t.e se sintió desconcertado. E;staba s guro de que su de las nuevas corrientes en Física. Stirlitz le respon-
dete ción se produciría en aigún otro lugar. No podía
explicarse el porqué, pero en ningún momento lo ! dió en su forma habitual,· ligeramente .sombría, que
no dejaba traslucir si hablaba en serio o bromeaba.

1\
1

abandonaba el presentimiento del triunfo. Por su . ·.. . -,-Lo1 que mdásdme1 p reo ul?a efs' l problema de saber
s1
puesto, Müller sabía dónde estaba su error. Recorda con a ayu a e a qu1m1ca 1s1ca se puede .detener
ba_ s reacc,ión
St1rhtz cuando vio-' aque
habia comprendido Holtoff ensangrentado.
la visita de Holtoff i el proces.ó
dificil de con
trabajar idiotización de las masas...
muchos imbéciles Se que
alrededor hace
había sido un plan suyo. Por esta razón Milller creía ,t! . _ dicen
que·Stirlitz se había escapado. Pero la noticia de su
aparición en la Dirección Imperial de 'Seguridad v
·r·f palabras _corr clas... .
-Usted termmara en un campo de concentración
-dijo sonriente Schellenberg-. Pero no, Müller no
que marchaba lentamente por los pasillos saludando lo detendrá, usted sabe demasiado; a gente como
a todos cuantos conocía, dejaba a Müller perplejo ·j usted se le entierra con honores después de un acci-
y la seguridad del éxito comenzaba a flaquear.
El cálculo de Stirlitz era sencillo: coger al adver
sario desprevenido significaba ya el primer triun
l.
) -
dente automovilístico. ,·
Gracias -dijo Stirlitz-. Pero yo quisiera colo-
carie primero la corona sobre su ·tumba.

.
fo. Estaba seguro de que el duelo con Müller ·sería -Müller e·s inmortal... No puede morir com:o no
..
../lt:\
' ·\
complejo, porque Holtoff continuaba qando vueltas b1a maneJado en el so de los físicos. Sin
al_rededor_ de los puntos más vulnerables que él há embargo,
'
puede morir en este mundo la exploración y la
su
los f?lta de preparac1on
mtelectuales no le adecuada y asu Holtoff
permitieron· desprecioformu
por
J) _búsqueda, porque lo principal en el hombre es el
deseo de buscar. Los que han tenido suerte buscan
lo nuevo en la F1.'sica y los que nacieron tontos coino
nosotros lo buscan en el contraespionaje...
...

J
-Müller no le perdonaría estas palabras
!ar u. _acusación· Y. cada punto que tocaba -más por
- mtmc1on que por conocimiento- podía ser refuta Í -¿ Y por qué debe perdonarlas·? -Schellenberg se

do, o por Io'menos tenía varias interpretaciones. Stir- [I


· .
encogió de hombms-. Son sus p,opfas palab,as ,:
este bávaro tuviera más educación, no estoy seguro
t}·I La segunda vez que Stirlitz sacó a rel cir el asun to
de Runge fue durante una velada solemne en honor
-·de dónde estaría ahora: si en nuestro edificioo en_ del umpleaños del .führer: Después del dis curso de
\ otro, IJ??Iler, se ofreció un concierto y luego todos se
más cerca de- las puertas de Brandeburgo. · d1ng1eron a una gran sala donde estaban las mesas.
l Según su costúmbre, el Reichsführer tomó gaseosa Y sus
-¿Por qué Je odia tanto a usted? subordinados coñac a chorros. En aquel momento,
-Por dos razones -contestó Schellenberg. Ni si-· · 1· Stirlitz le dijo a Schellenberg que los hombres de
quiera hizo una pausa para contestar. Ya en su mo Müller trabajaban de modo poco ra zon.able co':1 el

l
mento había pensado mucho sobre este tema-. En físico detenido tres meses atrás.
primer lugar, porque soy dos veces más joven que
1
·él.-.C. asi dos veces -rectificó -'-Para b e? o para mal, me he graduado en la es
Stirlitz. .
-En este caso el «casi» no tiene importancia. De
hecho, él estaría cóntento de poder decir que es tres i cm,la de FlSlca y Matemática -dijo-. No me gusta
veces mayor que yo: no soy mujer ni él un gallo sal- ( recordarlo, porque casi me reduce a la impotencia
vaje. En segundo lugar, todo hombre que tiene que ,. pero .e,s un hec _o. Además, Runge tiene relaciones:'
dejar los estudios para ganarse el pan cop su traba- estud10. Y trabaJo en los Estados Unidos. Sería más
'· conveme?te que nosotros. nos ocupáramos de él.
. jo no se siente inclinado a admirar mucho al dichoso ' Despu_es df: haber su_gen o esta idea a Schellenberg,
que después · del colegio y la Universidad hace una co enzo a contar historias divertidas que hacían
carrera en tres años.· Él ha dedicado toda su vida reir. a Schellenberg a carcajadas. Luego se alejaron
a la suya; Creo que hay una tercera razón... Se me ·hacia la vent:ma y discutieron la operación que Sche
ha ocurrido ahora mismo: sabe, la vida es muy llenberg ha 1a encomendado a un grupo de sus cola-
extraña; algunos hombres lo planean todoy otros ' bor dores, - mcl ido Stirlitz; Era un gran plan de
lo realizan.. Creo que Müller me envidia porque he envio de falsa información destinada a provocar dis
tenido que realizar muy poco. La mayor parte de_l gus os entre_ los a.liados. Ya desde entonces Stirlitz
. ab1a adye,rt.1do como Schellenberg mantenía su· lí
tiempo la he pasado planeando y él siempre reali- ea e d1v1dir a los aliados occidentales y al Krem- ·
·hn, s1 demasiada insistencia, con mucha cautela y
. zando órdenes, fusilamientos, acciones punitivas.
1 1 a egurand s ,en cada paso. Su golpe principal iba
siempre 1ng1do contra el Kremlin. Con este fin
¿Sabe?, esto daña el amor propio. Varias veces me·
he acercado a él para arreglar. nuestras relaciones..._
Pero no, tiene celos de mí como una campesina bá· 'lp'
vara. : celos de mi relación con el Reichsf ührer, . abía eqmpado a las tropas alemanas estacionadas
con
el difunto Heydrich, con... ·en el muro del Atlántico con armas automáticas in
-Está claro -sonrió Stirlitz-, lo demás está ,,glesas. Ést s habían s do compradas por los alema-
claro... . nes a traves de los _pa1ses neutrales y eran transpor
.;._Para usted todo resulta claro -Schefü:nberg son· tadas a. través _de Francia sin tomar las medidas de
rió levantándose-. Bueno, que Dios lo juzgue. Al fin 1 precaución habituales. ue un juego profesional: tan
y al cabo luchamos por la misma causay debemos ' p_ronto como los.guerrilleros con;iunistas robaron va•
soportar l<;> que ninguno de nosotros quisiera... Y, por l, nas metralletas mglesas de los almacenes alemanes
otro lado, ¿quién aceptaría dirigir este barco lleno Ar·· fue cursada_ una rden que amenazaba con fusilamien
de inmundicias que es la Gestapo? ¿Qué hombre que .to por neghgenc1a en el cuidado de los almacenes de
se respete? \ armas. La orden fue editada en grandes cantidades y
Había pasado un mes y medi0 de esta conversación. sideraba a la espera como la otra· cara de la
Stirlitz nunca precipitaba los acontecimientos: con· impetuo sidad. La proporción es el factor
determinante de todo: el arte, la inteligencia, el . lº; agentes de Schellenberg, que trabajaban en la
amor, la política. usqueda de l s. guerrilleros, encontraron la posibi
hdad e «sum1mstrar» una de estas órdenes a los
294 comumstas de Thorez en la Resistencia. A la luz de
1 295
estos datos secretos se podía llegar a la conclusión
de que los aliados occidentales no tenían ninguna ximos. La propos1c10n que inicialmente tal vez había
intención de desembarcar en .Francia_ u Holanda: ¿si sido hecha de forma incidental, adquiría tanto briHo
no, para qué vender ármas al enemigo? Schellenberg y se relacionaba de modo tan exacto .con los demás
elogió el trabajo de Stitfüz, que se ?cupaba de_ !a problemas que se planteaban ante el Reich, que nadie
parte organizativa del problema y babia sido pre i a hubiera podido· sospechar que no era suya.
mente Stirlitz el que había formulado las propos1c10- Stirlitz lo había calculado todo con exactitud. A las
nes sumamente interesantes para coordinar esta dos semanas Schellenberg le pidió que se quedara
operación con los departamentos de Goebbels y Rib bentrop. cuando todos los funcionarios del departamento aban- ·
Schellenberg no abandonaba su despacho. Esperaba la donaron su despacho después de una reunión opera-
explosión del Kremlin, esperaba el fra caso de la tiva. ·• ·
coalición de Stalin, Churchill y Roos velt. Stirlitz· ..:,_;Stirlitz, veo que· el problema de la supremacía
trabajaba día y noche y sus ideas encontraban el apoy_o técnica será el momento determinante, sobre todo
total de Schell<::nberg. _Pero nada h bía su cedido.· En la · después· de que los científicos hayan descubiert<;> el
Dirección Imperial de Segundad se devanaban los sesos - secreto del núcleo atómico: Creo que en el Oeste y
pensando en qué había fallado. Stirlitz propuso . varias en. el Este los científicos lo han· comprendido, pero
versiones, cada una de las cuales era audaz e que todavía no lo han captado sus políticos. Noso tros
interesante. Naturalmente, entre ellas no estaba la ·seremos testigos de la degradación del político
verdadera: que él había éomunicado a Moscú todo profesional, en el sentido a que nos ·hemos acostum
lo·que sabía sobre esta operación des de el comienzo brado durante diecinueve siglos de Historia. La cien cia
y había advertido que Londres nunca había vendido le _dictará el futuro a la política. No es una tarea de
armas a los nazis y que todo había sido un juego, una hoy, es una tarea de un futuro lejano, pero hay que
hábil maniobra de despiste.· . comprender cuáles son las causas primeras de que
Al hablar con Schellenberg el día de la celebración estos hombres de ciencia estén abordando este futuro,
del cumpleaños del Führer, Stirlitz no mencionó hay que ver quién inspira a estos hombres en sus
intencionalmente el asunto del físico Runge. La con búsquedas. Por esta razón usted tiene que trabajar con
versación se había limitado al fracaso del juego con ese físico detenido... No recuerdo el nombre...
el Kremlin. Consideraba a Schellenberg un jefe inte Stirlitz comprendió que era una prueba. Schellen•
ligente y un analista nato que algunas veces se per berg quería saber si el suspicaz Stirlitz reconocía el
mitía olvidar determinados detalle_s, pero nunca per orígen de su monólogo, quien le había dado la idea
día de vista los momentos claves de cualquier conver a su debido tiempo. Pero Stirlitz guardó silencio con
sación aunque.fuese con su jardinero: el profesiona templándose sombríamente los dedos. Después de una
lismo imprime su sello en las formas que el hombre pausa exac'tamente . calculada, echó una mirada de
tiene de perdbir el mundo. Stirlitz veía en Schellen in omprensión al Brigadenführer. Así comenzó su- tra
berg a un rival duro y en los problemas de la estra bajo con Runge. De este modo había eliminada la
tegia muy difícil de vencer, si no imposible. _Pero posibilidad real de que ya en 1944 -de haber triun
contemplándolo, había notado un detalle curioso: fado el punto de vista de Runge- Alemania se hu
Schellenberg al principio no hacía caso a las propo biera acercado a la creación de la bomba atómica.
siciones interesantes de sus colaboradores y empe Sin embargo, después de haber pasado muchos días
zaba a. hablar· de otros temas. Sólo en el transcurso al lado de Runge, se convenció de que el destino mis
de días, semanas y meses, proponía la misma idea, mo había impedido a Alemania obtener la bomba.
pero como suya, pensada, imaginada y descubierta Después de la. batalla de Stalingrado, Hitler se negó a
por él. Agregaba a la idea su comprensión personal: financiar investigaciones pai-a ·Ja defensa si los cien
J)Osiblemente se aconsejaba arriba, con los jefes má- tíficos no le prometían un resultado real, concreto,

296 297
en un término de tres o seis meses como máximo. -Sí -convino Scholz.
Cuando Himmler se enteró de las discusiones y ·riñas -e-Entonces,. ¿ahora?
entre distintos grupos de físicos atómicos que tra Scholz abrió la puerta de par en par y dijo:
bajaban en los laboratorios de la dirección de arma -Por favor, Standartenführer...
mentos, del instituto del Kaiser Guillermo, en el El despacho de Müller estaba a media luz: el
instituto de medicina y en el Ministerio -de Comuni Gruppenführer, sentado en el sillón junto a la mesita,
caciones, se interesó en el problema de las armas escuchaba la BBC. Transmitían un artículo antiale mán
atómicas y creó el Fondo Unifitado de Investigacio de Alexaríder Wert. En las rodillas tenia una carpeta
nes Militares y Científicas. Pero Goering, responsable con documentos que revisaba atentamente, mientras
de la organización de investigaciones científicas en trataba de mantener sintonizada la onda que se iba.
el Reich, exigía que la obrá de Himmler estuviese Müller se veía cansado, con el cuello de su guerrera
subordinada a él. El mezquino amor propio de cada negra desabrochado; las volutas de humo gris de los
uno chocaba con el del otro. De este modo los ge cigarros flotaban en. el despacho como nubes en un
niales físicos alemanes quedaron marginados de los desfiladero.
jefes. Por otra parte, ninguno de los Führers de Ale -,-Buenos días -dijo Müller-. Sinceramente, no lo
mania era graduado universitario, con excepción de • esperaba tan temprano.
Speer y Schacht... Todo esto Stirlitz lo comunicaba a - Y yo tuve miedo de que me regañara por el
Moscú. Además, también él ponía su grano de arena retraso.
en las querellas entre partidarios y adversarios de -Todos ustedes temen que el viejo Müller les
Runge: todo lo que hacía daño al enemigo, automáti regañe... ¿He regañado alguna vez a alguien? Soy
camente favorecía a los suyos... un viejo bondadoso, pero la gente chismea demasia
Ahora debía ganar la próxima etapa del combate: do... Su apuesto jefe es mil veces peor que yo. Sólo
demostrar que tenía razón en este asunto. Había que él aprendió a sonreír y a hablar en francés en sus
analizado bien su posición. Tenía una posición fuer Universidades, mientras que yo aún no sé si la man
te. Debía vencer a Müller y lo vencería... Stirlitz no zana se corta para comerla o se come entera como
entró en su despacho. En la antesala le dijo al ayu hacemos en casa. ·
dante Scholz: Se levantó, se abrochó la guerrera y dijo:
-Dígale a su jefe que me disculpe: prometí volyer -Vamos.
a las nueve y he vuelto a las nueve y doce minutos... Al notar la mirada perpleja de Stirlitz, sonrió:
¿Qué instrucciones tiene? ¿Me recibirá inmediatamen -Le he preparado una sorpresa.
te o puedo dormir media hora? Salieron del despacho. Müller dijo a Scholz:
· -Le contestaré en seguida -dijo Scholz y desapa ., -Volveremos pronto....
reció detrás de la puerta. Estuvo ausente dos minu -Pero nohe avisado al coche...
tos-. Como quiera -dijo al volver-. El jefe está -No vamos en coche.
dispuesto a recibirlo ahora o a posponer la conversá Müller bajó pesadamente las escaleras hacia el
ción hasta la tarde. sótano. Allí había varias celdas a los criminales
«Una opción complicada -pensó Stirlitz-.· Quiere ··:' más importantes. En la entrada estaban tres hom-
averiguar a dónde iré. No hay que aplazar nada. De . bres de la SS. Eran de estatura· enorme y las peque
todos modos esta partida estará resuelta en una hora, ñas pistolas en sus cinturas parecían inofensivas y hasta
o a lo sumo dos. Incluso si tenemos que llamar a los cómicas. ¿Para ·qué necesitaban pistolas estos gigantes?
expertos del instituto de Schumann.» De un puñetazo podían derribar a un ca ballo.
-Como usted ·prefiera -dijo Stirlitz-. Temo que .Müller sacó del bolsillo trasero su «Walter» y lo
por la tarde vaya a. ver a los jefes y tenga que
espe
rarlo hasta la madrugada. ¿No le parece lógico?

298
alargó a los guardianes.

1
-
tres para dar oportunidad cie pe11sar. No co tar
.. Stirlitz miró interrogativamente a Müller y éste le hasta tres·. Simplemente abriré la ventana y quitare
hizo una señal imperceptible con la cabeza. Stirlitz 12 frazada de tu hijo. ¿Está claro? _Tú· cumples tu
entregó su «Parabellum» y el guardián se lo metió en deber ante tu pueblo y yo ante el mio. .
el bolsillo. Müller cogió una manzana que .estaba en Katy ,;intió súbitamente una enorm hgereza t:n ei
la mesita de la guardia y dijo: cuerpo, y todo en torno suyo se lleno de. zumbidos.
-Es incorrecto presentarse sin un regalo. Aun cuan Cayó- al suelo inconsciente.. ·
do ambos seamos par-tidarios del amor libre, sin Rolff se sentó en la esquma de la mesa Y dijo:
ninguna obligación, siempre hay que traer un regalito -Hdmuth, coge al niño...
a los viejos amigos. El soldado cogió al niño y, cuando se marchaba,
Stirlitz tuvo que reír. Comprendía por qué Müller Rolff lo detuvo. · .
había hablado así. Una vez sus hombres habían tra -Ne te. vayas. Ella recobrará pronto .el conoci-
tado de reclutar a un diplomático de América del miento y vov a continuar... Barbara, traiga agua, por
Sur; le habían mostrado varias fotos: el diplomático fa,·or. Para· ella y para mí. Si tiene algunas gotas
había sido fotografiado en la cama con una rubia para el corazón, chelas en el vaso..
que trabajaba·para Müller. Le dijeron: «Mandaremos --¿(,uántas gotas debo darle a ella?
estas fotos a su mujer si usted se niega a ayudar nos.» -No son para ella, son para mí.
El" diplomático contempló las fotos durarite largo rato -:-Bíen. ¿Cu.ántas? . . · .
y después preguntó: «¿Podría acostarme con ella una --¿Cómo voy a saberlo? Diez·:· o tremt...
vez más? A mi _esposa y a .mí nos encan ta ·la Se mclinó sobre Katy y le dio palmaditas en las
pornografía.» -Esto había sucedido después de que mejillas.
Himmler había ordenado prestar una atención especial ...:.¿Qué tiempo durará esto? -preguntó Rolff a
a la vida familiar de los agentes alemanes. Stirlitz Helmuth.
protestaba: «Hay que practicar el amor libre sin -No sé. ¿Qué tiempo le duraría a la madre de
obligación alguna, así no Jo pueden agarrar a uno con usted? , .
tonterías.» Cuando le contó el caso del peruano, Stirlitz -Sí ... A ,mi madre... Estos canallas qmeren _ser
se encogió de hombros: limpios, pero a mime encomiendan una porquena ...
-Creo que el preruano actuó muy astutamente: te Deme fósforos, por favor... ·
nía miedo a su esposa, pero no lo demostró y jugó -'-NO fumo. . ')
como un actor y_ ustedes lo creyeron. _¿Usted no se -Barbara -gritó Rolff-. ¿Por qué tar?a tanto.
habría asustado de que su esposa se hubiera entera do? Barbara trajo los · dos vasos. Rolff tomo el agua
¡ Por supuesto! A mí no me lo pueden hacer, me temo
turbia, un poco azulosa. ·
a mí mismo, por-que no tengo que darle cuentas a -Qué asco -dijo haciendo una mueca,
nadie. Lo único malo es que nadie me traería rega litos Encendió un cigarrillo y un instante después vol vió
a la cárcel. a inclinarse sobre K,aty y Je levantó un párpado. Vio
.::.Müller se detuvo junto a la celda número 7. Duran
te varios segundós observó a través de la mirilla. su pupila dilatada. · ·
-¿Habrá muerto? -preguntó-. Barbara; mírela...
Después dio la señal al guardián y éste abrió la pe
sada puerta. Müller entró en la celda primero. Lo Barbara tocó Ta cabeza de Katy.
siguió Stirlitz. El guardián quedó junto a la puerta. :_No. Respira. ·
La celda estaba vacía. -Haga algo. No tenemos tiempo... Me están espe-
rando... . . ..
Barbara comenzó a golpear suavemente las me11-
-Dígalo ,-continuó gritando Rolff-. Sólo en pelí culas llas de Ka.ty.. Luego sorbió un trago de agua fría Y
se producen milagros y la gente cuenta hasta· sopló en la cara pe Katy, que exhaló un· profundo
301
300
suspiro y contrajo varias veces los músculos facia
les. El niño continuaba llorando qué eres tan fuerte? ¡ Rómpete! O párate simplemen
desgarradoramente. te. No puedo más...»
-¡Haga algo! -gritó Rolff-. ·¡No lo puedo so- . Rolff colgó el teléfono.
portar! · ,-Creo que ya se ha recobrado -dijo.
-'Tiene hambre -contestó Helmuth. Barbara se arrodilló de nuevo junto a Katy . y le
-¡ No lo repita más como un papagayo! ¿Cree que entreabrió un p·árpado con los dedos.
sólo usted tiene corazón? -gritó Barbara. -Sí -dijo Barbara-, ya volvió en sí.
-:-He pedido permiso para llevarlo al otro cuarto... . -Dele agua.
. Sonó el teléfono. Rolff tomó el auricular. . Katy trató de fingirse inconsciente, pero su cara
-Habla Rolff. ¿Quién? Sí, dígame. la traicionaba. Se había reanimado sin. obedecer a
El niño gritaba casi ahogándose con un grito agudo su voluntad, movida por el llanto del niño en la
y penetrante. La carita se tornó azul, los párpados se habitación contigua.
le hincharon y sus labios. estaban ahora blancos. -Basta -dijo Rolff- Sé que se desmayó verdade
-¡ Lléveselo! -gritó Rolff, haciendo una seña con ramente, pero no pretenda utilizar ahora estos tru cos
de mujeres. No convencen. Se ha metido en un oficio de


la mano y Helmuth salió. Pero el grito del niño se
oía también desde el cuarto contiguo-. Sí -contes hombres y aquí no valen sus astucias. Bar bara, ayúdela
i
tó Rolff-. Todavía no... ¿Cree que es tan sencillo? a sentarse. A ver, ¡abra !_os ojos!
¿Sí? Podemos intercambia.11 los papeles. ¿Cuándo co Katy no se movió ni abrió los ojos.
menzó él a interrogarlo? ¿No habla? Ah, conversan «Si pudiera no sentir nada -pensaba-. ¿Por qué
como amigos... Que hablen entonces con esta amiga tanto horror?» . .
mientras yo descanso... · .
1
1
.-Bien -dijo Rolff-. Ahora llamáré a Helmuth y
Kat volvió en sí poco después de que Helmuth se abriré la ventana. Entonces ella abrirá los ojos, pero
_había llevado al niño, pero aun en su terrible in ya será demasi"ado tarde.
consciencia ella sentía el llanto de su hijo a su lado, Katy no pudo aguantar más y comenzó a llorar.
en esta habitación silenciosa y ho"rrenda. El niño gri -Bueno -,-preguntó Rolff-. ¿Lo ha pensado ya
taba en algún lugar cercano, pero en la habitación no bien?
hacía frío, lo que significaba que la ventana no había Rolff mismo la levantó y la sentó en la silla.
sido apierta. ¿De qué hablaba Rolff? ¿A quién inte -¿Va _usted.a hablar de una vez?
rrogaban? ¿Quién rehusaba hablar? «Él» rehusaba -Tengo que pensarlo.
hablar. «Ellos». conversaban como amigos. ¿Sería -No tenemos tiempo...
posible que hubiesen detenido a Stirlitz? Si ella les -No sé qué decirle... Usted no querrá que le mien-
dijera en este momento lo que querían obligarla a ta, ¿no es así?
·decir, lo que esperaban de ella, empezarían a golpear -No quiero que me mienta. Quiero que me diga
y a torturar a Stirlitz. Ella lo habría traicionado. Y la verdad.
esto era imposible. Pero tampoco era posible que el -Le dije todo lo que sabía.
pequeño estuviera en aquella mesa desnudo junto -Yo la ayudaré -dijo Rolff. .
a la ventana, con las manitas enrojecidas y los piece Y sacó del bolsillo una fotografía de Stirlitz y se la
citos encogidos y sin uñas, expuesto al frío que mostró a Katy de modo que la cara d_el Standarten
llenaría la habitación. El niño no podría salvarse, führer no fuera vista por Barbara.
gritaría hasta el último aliento de vida. -¿Está claro ahora? ¿Qué sentido tiene que calle?
«Mejor me hubiera muerto -pensó Katy con tris Hable.
teza-. Hu.hiera sido la salvación para todos. Para el Katy permaneció en silencio.
pequeño, para Justas y para mí. Una salida maravi -¡ Habla! -gritó súbitamente Rolff. Era un grito
llosa, la mejor salida para mí... Corazón mío, ¿por estridente y terrible. Golpeó con el puño en el borde

302 303
de la mesa con tal fuerza que el florero de .flores
artificiales dio un salto-, ¡No _te quedes callada!
¡Helmuth!
Entró Helmuth con el niño y Katy extendió los
brazos, pero Rolff se lo arrebató a Helmuth abrió
la ventana y le quitó la frazada. Katy intentó '1anzar,
se sobre Rolff, pero las esposas la hicieron caer y
rodó por el suelo lanzando un grito horrendo. llolff
lanzó otro grito. Y de repente sonaron dos disparos
secos.

13-111-1945 (11 h 09 min)

-Es lógico -dijo Müller después de haber escu


chado a Stirlitz-. Su posición en el caso de Runge
es inobjetable. Puede considerarme_ su aliado en este
caso.
-La vigilancia del «Horch» negro del diplomático
sudamericano, ¿estuvo relacionada con este caso?
-¿Sintió usted que lo vigilaban? ¿Siente usted el
peligro inmediatamente?
-Cualquier imbécil en mi lugar hubiera sentido
·que lo. vigilaban. En cuanto al peligro, ¿qué peligro
podría amenazarme en casa? Otra cosa sería en el
extranjero...
-¿No le duele la cabeza? · .
-¿Por las preocupaciones? -sonrió Stirlitz.
-Por la presión alta -contestó Müller y levan-
tando el brazo izquierdo comenzó a frotarse la nuca.
«Quería mirar el reloj. Está esperando algo -pensó
Stirlitz-. No habría comenzado este espectáculo· si
no tuviera reservada alguna sorpresa. Pero, ¿sobre
quién? ¿El pastor? ¿Pleischner? ¿Katy?»
..,...Le daría un consejo. ¿Por qué no practica usted los
ejercicios respiratorios yogas?
-No creo eri esas ccisas... Pero, de todos modos,
dígame cómo son. Una vez me los enseñaron, pero me
cuesta trabajo creer en ellos.
-Póngase la mano izquierda en la nuca. No, sólo
los dedos. La derecha debe estaF en la cabeza. Eso
es. Ahora empie.ce a frotarse la cabeza al mismo tiem
po. Pero cierre los ojos.
--Cerraré los ojos y usted me golpeará la cabeza
como a ,Hbltoff.

305
20- DI.EClSlET.E INSTANTES DE 1.'NA PRIMAVERA
-Si me propone que traicione a la patria, lo haré.,.
.; · : , · ,.
,. ,

de haber una noticia.,,


Obergruppenführer, usted .ha .consultado el reloj: se .·_·· Stirlitz se encogió de hombros.
.atrasa en siete minutos. Estamos sentados aquí des de · -¿Para qué me ha traído .aquí? ¿No hubiéramos
podido hablar en su despacho?
hace 1}1Uchas horas. Me. gustan los juegos claros, por
lo menos, con los· suyos.. -Aquí hay más tranquilidad. Si todo acaba com'?
-Hum, siempre lamenté que usted no -trabajar.a en deseo yo, volveremos juntos y todo e.l mundo sabra
mi aparato -dijo Müller....:. Hace mucho tiempo que que estábamos resolviendo problemas .en mi depar-
lo habría hecho mi suplente. tamento.
-No me gustaría. . -¿L sabrá también mi jefe? ,
-¿Qué es lo que no le gustaría? -¿Teme a sus. celos o a los m10s?

r
-Ser su suplente. l -¿Que cree usted? ,
-¿Por qué? -Me gusta que usted actúe directamente.
-Usted, es celoso... Como una esposa fiel v devo- -No me queda otra alternativa. Además, siempre
ta. Es la forma más terrib'Ie de 9elos... Son celos 1 me ha gustado la claridad. - .
tiránicos... ·
-;Usted me comprende bien. Bueno, es-tos celos
V -La claridad es una de las formas de la oscuridad
total... Ya lo conozco a usted, al muy astuto.
tiráflicos pudieran llamarse de otro modo: preocupa Entró el guardián.
ción por los compañeros, digamos, pero -esto es, como -Dicen que allí nadie contesta.

,
quien dice, un problema técnico. Müller apretó los labios con asombro. «Seguro que
Müller consultó el reloj . nuevamente. Ahora lo ha cía 1 ha salido · sin llamar -pensó-. Mi teléfono pudo
sin ocultarlo. « Es un profesional de primera cla se -se estar ocúpado y él decidió salir para ah9rrar .tiem po.
dijo-. Lo entiende todo más allá de las palabras, por Muy . bien. Quiere decir que dentro de diez o quince
los gestos y el tono. Muy bien. Si . ha trabajado contra minutos Rolff la traerá.» .·
nosotros, me seda difícil determi nar el daño que le -Bien -dijo Müfü;r-. Como dice la Biblia: «!iem
ha hecho al Reich. Un artista así vale miles de po de allegar las piedras, y tiempo de esparcir las
nuestr-0s desgraciados soldados:..» piedras.» · . ., ..
-Bien -dijo Müller-. Jugaremos abiertamente. -En su escuela enseñaban mal la rehg1on -dIJO
Espere un momento, amiguito... Stirlitz-. El libro del Eclesiastés dice: «Tiempo de
Selevantó y abrió con facilidad la pesada puerta esparcir las piedras, y ti mpo de alle r laspiedras;
de la celda. A pesar de su solidez. blindada · cedió tiempo _de abrazar, y tiempo de aleJarse de abra-
fácilmente, con un dedo. Se dirigió a uno 'de los
guardianes que se limpiaban perezosamente las uñas
con un fósforo.
l
<- . · ;
zar.»
Mij.ller preguntó:
-¿Estudió tan bien la Biblia con su protegido, el
-Llame a Scholz y pregunte si hay noticias -elijo. pastor Schlag? .
,º -Leo la Biblia a menudo. Para vencer al enemigo
Müller calculó que en dos o tres horas Rolff haría
hablar a la rusa. Después la· traerían para un careo f hay que conocer su. ideología, ¿ no es así? Si uno la
í
con Stirlitz. Tenía una· retirada: la revisión de los 1 estudia sólo durante la batalla, será derrotado.
hechos es un deber del contraespionaje. Había ela
1' « ¿Habrán detenido al pastor en el ext jero? E

f\,
l
_.,;'.:",-.
':\
!
borado con mucha exactitud el guión del interroga posible. Aunque, cuando volví .a la estac1on, no v1
1
torio de Stirlitz. En cuanto Rolff triunfara con la ningún automóvil. Pero ellos pudieron adelantarse Y
rusa, Müller abriría- sus cartas, observaría la conduc esperar en el puesto fronterizo, y en estos momentos
ta de Stirlitz y después lo enfrentaría cara a cara se acercan a Berlín. Si es así, exigiré inmediatamente

J
1
con la pianista. una entrevista con mi jefe. ¿Y si Müller me pregunta
-Espere. Volvió lá cabeza hacia la celda-. Debe
306 'r' 1
dónde se encuentra el agente Klaus? En mi casa debe
307

¡
. nido, comuníquemelo oficialmente. Contestaré a sus
estar su carta.· Una:.coartada demasiado evidente, pre'guntas como uti detenido. _De otro modo, no le
pero, ¿quién podía adivinar que los acontec:imientos contestaré nada. · :· ·
los llevaran directamente '.al· pastor?- El. asunto de -No· le contestaré :.,-Müller repitió las palabras de
Klaus no presenta probleQlas y el. tiempo trabaja en Stir!Ítz con la misma entonación-. No le contesta-
mi favor.» ré. . . . . . . - '
Müller sacó.;lentamente del bolsillo:de. .la guerrera . Miró el' reloj. Si Rolff entrase ahora, comenzana
un sobre azµI_., Mii;-ó fijamente a los ojos pe Stirlitz,. a hablar del transmisor, pero Rolff tardaba. ·
«Al fin y_al. cabo, he cumplido todo lo que me había • ...:..Por favor, trate de· recordar con toda exactitud,
propuesto· ontinuó pensando Stirlitz--:. Este onto por minutos, ¿.qué hizo usted después de ha lar de d?
cree· que .me -hipnotizará con su lentituct y que me la oficina de· teléfonos estatales, donde esta proh1b1-
pondrá nervioso. Que se divierta. Gn1cias. a. que jue ga da la entrada a todo el mundo? ·
al hipnotismo tengo veinte segundos. pt:ira razo nar. -Después de hablar desde fa ofic na de teléf?nos,
Puede .que el pastor ,hable, pero no-es tan terri. que por• cierto sus operad res· ?efüan- ser nv1a os
. ble. Lo principal es que -P!ejsc:hner haya comunicadq á los· tribunales •por ·la negligencia ·y cobard1a de h
a nuestra gente en Berna la aetenciQn d.e Katy y que ber dejado lá llave· en- · la·. puerta y correr. al. refugio
Wolff haya comenzado las- negociaciones. O ias sté tomo conejos,· me entrevisté con: el Parteigenosse
comenzando.: en e!ite i:nqmento. Mis .. compañeros del ·Bormánn. · Converse· con él 'más de dos, norns. De lo
Centro tendrán que organizarlo todo si·. es que ha que hablamos, naturalmente, ·no le .·.di_ré nada.
llegado el. final. Ya saben a lo que tienen que prestar ·-Eso en el ·caso de que no estuviera...
máxima atención. Mi clave no la podrá Jeer Müller ' ..:.:.:No lo estoy...
jamás. Nadie la conoce...Sóh mi .je.f_e .del. Centro y ...cNo se precipite,• Stirfüz; mucho cuidado.,. Soy
yo. Y de mí no. obtendrán na.da. Estoy seguro.» más viejo que usted y mi ran o _es ayor.,.
Müller al:Jin había sacado del bolsiÍlo las copias , '«Me invita · al ·pacto -adv1rt1ó rap1damente Stir
de tres impresiones· dac:tiloscópkas. . · , .. litz-. Habla así para darme a· entender que no estoy

·.
-Mire qué cosa tan curiosa -dij9--:·· Estos d«;!cii detenido. Quiere decir' que· no ·tiéne···pr-uebas, pero las
tos -acercó ,a Stirlitz, la. primera hoja--:· 1os hemos esperan: También las espetan de•:iní. Es decir, que
descubierto en el vaso; qµe-,usted µti,li;zó ,para darle todavía· tengo _úha oportunidad.» .
agua a Holtoff, al desgraciado, tontq_y cÓnfiado.Hol · .'.-Le pído· perdón,· Gtuppenfiihrer: . .·
toff. Y estos deditos. ,--Müller ·. Hró l;,i. segunda: hoja como ..:.:..:.E's mejor así.· Entonces, ¿de que hablo usted con
la carta .de uria baraja--: los hemos encqritrado... Bormann, con el Parteigenosse Bormann.,;?
¿dónde... ?, ¿en qué lugar imagina .-usted? -Sólo -en su presencia podré responderle esta pre
-Mis deditos· se pueden . encontrar . en Holanda ·gunta; Quiero que·us'ted me entienda correct mente.
-dijo 'Stiditz--:, en Madrid,. en Tokio, e_n, Ank.;1rá. -Si quisiera contestarme' sin él, tal vez evitara la
-¿ Y dónde más? . necesidad de 'responder a la tercerá pregunta...
-Puedo· r,ec;oraarlo, pero necesito, por lo menos, Müllet · consultó el reloj una vez: · más. Rolff ya .
qufoce horas, . y entonces. no sólo. perderíamos el al- debía estar bajando la escalera. Müller siempre est
muerzo, sino• la cena... .·.. . . .. ba seguro de p·oder determinar con ·absoluta preci-
-No importa. Estoy dispuesto a pasa¡;. un poco de sión el tiempo transcurrido. · ·.
hambre. A propósito, sus·. yoguis consideran . que el -'-Estoy dispuesto a .contestar su tercera preg nta,
hambre es upa de las medicinas más.. eficacesy pre si sólo se refiere a mí· personalmente, no a los mte
dicen que en el futuro la gonorrea no se curará .con réses del Reich y de1' Führer.
antibióticos, sino con ,una semana ae .hambre..·. Y -Se refiere a usted personalmente. Estas huellas
bien, ¿yil ha podido uste,d recordarlo? digitales son sus huellas.· Mis hombres lás encontra-
-Esta conversación no tiene sentido. Si estoy 308 . -

dete.- '
.
309
ron en la maleta de la radista rusa, Stirlitz... Le va
a ser muy difícil contestar a esta pregunta.
-¿Por qué? Precisamente esta pregunta no es difí A la dirección de la Gestapo en· Praga,
cil de contestar. Examiné la maleta de la radista en
el despacho de Rolff. Llámelo y lo confirmará. Querido Krüger:
-Ya lo ha -confirmado.
-Entonces; ¿cuál es la razón de su pregunta? Por orden del Obergruppenführer SS Kaltenbrun ner,
mis hombres se dedicaron a buscar información sobre el
-Sus huellas digitales fueron tomadas en la sec- coronel Berg. Parece que, por error, usted ha creído
ción local de la Gestapo antes de que la maleta hu biera que el jefe de la Dirección de Seguridad Imperial lo
sido llevada a Rolff.. conocía persona'lmente. A instancias del general
-¿No habrá un error?
Neubuth nos hemos- ocupado de Berg, sin
-No.
-¿No púede tratarse de una casualidad? · que hayamos podido encontrar · prueba directa '!l
guna que permitiera culparlo de mantener relacio
-Probablemente: Pero es una casualidad que debe nes eón Canaris. Sin embargo, tampoco hemos en
·ser verificada. ¿Por qué entre veinte millones de ma ,contrado razones para que se le enconiiende un tra
letas que se encuentran en las casas de Berlín, sus bajo tan responsable. Desde mi punto de vista, dado
huellas fueron encontradas .precisamente en aquella que el .corone{ Berg ha empezado a actuar, sería poco
en qué la pianista rusa· había guardado su trans misor? prudente recf t:zar su colaboración operativa. Si, por
-Hum... Verdaderamente· es difícil explicarlo o el contrario, usted le encomendara problemas com
casi imposible. En su lugar yo no confiaría en nin plejos, pero locales, podría vigilarlo de modo más
guna explicación que yo pueda darle. Lo comprendo, minucioso. Como usted sabe, Canaris se encuentra
Gruppenführer ... Lo comprendo... en el campo de concentración de Flossenburg y para
-Me gustaría recibir una respuesta convincente, nósotros tienen importancia los datos más insigni
Stirlitz. Le doy mi palabra de honor de que siem fícantes ·sobre sus actividades traicioneras. Por esta
pre le he tenido' simpatía. razón, si Berg pudiera presentarse como testigo de
-Lo creo... acusación o incluso como testigo de defensa, estoy
-Ahora Rolff traerá a la radista rusa y ella nos convencido de· que los jefes se lo agradecerían. Le
ayudará a descubrir, estoy seguro, la opártunidad y diré sinceramente que después del fracaso de la ope
el lugar en que pudo usted dejar sus huellas en la ración de Cracovia, en que la ciudad cayó intacta en
maleta del transmisor. manos de las hordas rusas,· este. trabajo con Be,·g,
-¿La radista rusa? -Stirlitz se· encogió de hom sin duda alguna, le permitiría lograr un serio éxito
bros-. ¿Aquella que saqué del hospital? Tengo una y una completa rehabilitación.... Me doy cuenta per
absoluta memoria visual. Si la hubiera visto ante fectamente de que .el puesto de suplente del jefe de
riormente en algún lugar, recordaría su cara. No, la Gestapo en Praga en ninglJn momento correspon- .
ella no puede ayudarnos... de a su experiencia, ni a sus posibilidades. .
-Ella nos ayudará -replicó Müller-. También nos En lo que se refiere al colaborador r:uso Grishan
ayudará... -empezó a hurgar de nuevo en el bolsi cltikov, que fue altamente evaluado por el Stan ar
llo de la guerrera- esto... tenführer SS Stirlitz como especialista en masa¡es,
Le mostró ¡;¡ Stirlitz el mensaje cifrado que Pleisch mis hombres se ocuparán de él. Le ruego que me en
ner llevó a Berna. tienda bien: no· se trata de ninguna manifestación de
«Es el fin ..c.;.pensó Stirlitz-. Es· la derrota. Mi desconfianza hacia usted.
gente no sabrá nada y soy un idiota. Pleischner es un La situación aquí, en Berlín, me obliga a tomar esa
cobarde, un tonto o un provocador.» . decisión. Espero que usted le prestará su apoyo en
todo a mi ayudante, que le entregará esta carta. Us-
310
311
ted lo conoce: es Eis1 ann, hombre extraordinario,-·
fiel al Führer, im. funcionario del contraespionaje a · «Llamaré a este Ulm -decidió Pleischner-,-. Le
toda prueba, inteligente· y agradqbfo. EstoY_ conven diré que tengo un prindpio de infarto. Tengo los de
cido de que arnbr¡,s enco11trarán un lengua¡.e en co- dos helados y mi cara debe estar blanca. Que llame
mún. al médico. Que me disparen ellos en presencia de
Heil Hitler!' alguien, tal vez tenga tiempo para gritar algo.»
Miiller. Pleischner tocó el timbre. Oyó el sonido prolonga
do detrás de la puerta.
«No importa que el doctor m pregunte dónde vivo.
Pleischner··empüjó la puerta una vez más, pero es- taba
cerratfa. Tampoco· era posible· salir por pe queña 'ª
ventana a través de la. que había visto un pe- dazo de
Que me detenga la Policía suiza. El fin de Hit ler está
cerca y entonces podré decir quién soy y de dónde
vine.»
cielo. · · . Apretó nuevamente el botón, pero nadie contestó.
«Adémás, ·esto no es· una película pensó. de sú «Este Ulm estará sentado ahora en un café comién
bito con cansando e 'indiferencia-: Un viejo eón. len dose un helado. Sabros_o, con frambqesas y galletas
tes que hace esfuerzos para salir po_r la ventana -pensó Pleischner-: Leerá un periódico y no que
y queda trabado con los pies al· aire. Ellos me. saca- rrá saber nada de mí.»
rían por los pies.» . Se acercó a otra puerta y tocó. el timbre. El so nido
Subió un piso más, pero la ventana por _donde hu biera era diferente. Una vocecita infantil preguntó:
podido salta.r estaba a tres metros del :¡>avi mento, -¿Quién es?
sobre la. calle·desierta
caminaban· lentamentey aquellos
tranquila dos
por lahombres
que . con Sin poder· explicárselo, . Pleischner se arrodilló y
susurró:
sombreros. Observó que ya no cé:mtemplaban las. vi . -Ábreme, mi amor...
drieras ni fingían desconocerse. Subió ·corriendo un -¿Quién es'? -repitió la voz infantil.
-Ábre'me, por fé1vor -dijo Plei_schner más _alto y
piso más: la ventana que daba al patio había sido su ·voz le pareció trnnante y qi,i.«;: podría oírse en to-
cubierta con ·una· planclta de madera. Tal vez los dos los apartamentos del edificio. . .
cristales estaban rotos ci era un lugar en vías de re -¿Pero quién eres tú? Mi mamá, dijo que Mickey
paración: se v ía "un egcalera vieja y la pintura Mouse no vendría hasta dentro de un año.
desconchada en varios siti'os. . .
«Lo más terrible es cuando· ellos ·hos desnudan y -,-No soy Mickey Mouse, soy_ su hermano,.. Te trai go
nos miran la boca, uno se siente como un insecto. En _un regalito.... .
Roma simplemente mataban: · ma'ravillosos · tiem_pos -¿Y qué has traído? ,
-Abre -susurró Pleischner levantá.ndose. Pegó su
de la antigüedad venerable. Pero éstos te humillan.
antes de mandarte a la· horca... Por supuesto, no frente a la puerta-'-. Te he·traído. una motocicleta de
aguantaré sus Jorturas. Aquella vez, cuando no te cuerda...
nía nada. que ocultar; no las aguanté y dije todo lo -Con estas motoc.icletas juega mi hermano... A mí
que .ellos querían que dijera y escribí todó lo que me gustan las muñe_cas... Soy una niña...
ellos me exigieron. Y entonces era. más joven. Pero -También tengo . una muñeca. Grande, con ojos
cuando· empiecen a torturarme· otra vez, no lo so .que· se abren y se cierran y sabe hablar.
portaré y tracionaré la memoria de mi hermano.· Es -¿Tiene _el pelo blanco? ·
peor que la muerte, traicionar la memoria de un her -Sí. .
mano. Lo mejor es irse sin traicionarla.» · --Ya· tengo una muñeca así... Quiero una con pelo
Se detuvo .junto a una puerta. Leyó la placa don de negro... .
estaba escrito: «Franz Ulm, doctor en deí·echo.» -Te traigo también una con pelo negro -,-dijo
Pleischner y rogó-: ¡Abre, rápido!
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Oyó cerrarse la puerta abajo:. habían entrado aque
taban a su cabeza y· a su experiencia.
llos dos. hombres. Oyó sus pasos, luego la voz de la
«Un cura nunca puede llevar a cabo una reforma
niña.
-Mi mamá me ha encerrado, pero viene pronto...· en su religión :.....había dicho Müller en una oportu
nidad-. Los reformadores siempre vienen de fue ra.
Lá niña continuó habla.ndo, pero Pleischner ya no
Para que los futuros reformadores no me despla cen
la oía. Corrió hacia arriba pensando que podía lla mar
tengo una reserva de. viejos. Ellos y sus expec riendas .
a la puerta que estaba frente a la casa de con tacto, me ayudan de cuando en cuando a organi zar algo.»
pero esta puerta se abrió sin que él tocara y el
-¿Nada? -preguntó Müller-. ¿Absolutamente
hombre alto y rubio salió al descanso de la es calera. nada? ¿Ninguna huella?
.:.....se ha equivocado de número, camarada. En este
-Nada en absoluto -contestó un viejo canoso y
piso sólo vivimos nosotros y abajo la familia donde
de cara terrosa.
usted ha· llamado. Los demás están de viaje. De
. Müller había olvidado su nombre, pero se tutea
modo que puede sentirse aquí totalmente seguro.
ban desde 1926.
«Mi manuscrito quedó sobre la mesa. Me quedé -Se parece al asesinato q1-1e tú investigaste en Munich.
en la mitad de una página y estaba trabajando tan -¿El de Egmontstrasse?
bien. Si no hubier.a venido a Berna, estaría en Ber- ' -Sí. Aquél de la casa número nueve, creo.
lín sentado, escribiendo, y cuando todo hubiera ter -La número ocho. Él los· mató en la acera de
minado; reuniría mis ensayos en un libro. ¿Quién sé números pares.
preocupará ahora por, mis escritos? Ni siquiera en -Buena memoria.
tenderán mi letra.» -¿Te quejas de la tuya?
Abrió la ventana y saltó.· Quiso gritar para que la -Estoy tomando yodo."
gerite lo oyera y viera, pero no pudo gritar. Su co -Y yo vodka.·
razón se detuvo en cuantt> su cuerpo sintió debajo el -Tú eres general, puedes tomarla.. Pero nosotros,
vacío escalofriante..· ¿de dónde podríamos sacar dinero para vodka?
-Acepta -sobornos -sonrió Müller.
· .-¿Para caer después en las garras de tus mato nes?
No, mejor sigo tomando· yodo.
Müller estaba sentado en una silla junto a la puer ta -Está bien -convino MüIJer-. Está bien. Hablan do
observando constantemente el trabajo de los ex pertos y sinceramente, . con mucho gusto .desearía cambiar mi -
el fotógrafo que tomaba una foto tras otra de Rolff vodka por tu yodo.
y de Barbara tendidos en ·el suelo. -¿Demasiado trabajo?.
-Nada -dijo unode losmiembros del grupo ope -Por ahora sí -contestó Müller-. Pn.mto no ten-
rativo-, ninguna pista. dremos ninguno. Bien, ¿qué haremos?
Müller había llegado al lugar del asesinato junto -Que revisen en tus laboratorios las balas con
con sus mejores sabuesos: había llamado a los viejos que fueron despachados estos dos.
que solían ayudarlo a capturar a· los bandidos, a los -Claro que las van a revisar -convino Müller-.
nacionalsocialistas de Hitler y a los comunistas de No te preocupes...
Thalmann en los años veinte. Acudía a estos hom bres Entró el otro viejo, acercó una silla y se sentó jun
en muy contadas ocasiones. No los admitía en la to a Müller.
Gestapo para que no se echaran a perder: cada in «Es un diablo viejo -pensó Milller al mirarlo-,
vestigador de la Gestapo contaba con la ayuda de creo que se tiñe el pelo. Estoy. seguro de que tiene
peritos, agentes, grabadoras. Mülle;:r era un admira el pelo teñido.»
dor de Capek: los sabuesos de este escritor se lini.i-
- 315
314
ta. Los expertos d!;! la Gestapo y el fotógrafo se ha bían
-¿Y tú? -preguntó Müller-. ¿Tú qué tienes, Gün- marchado. Había quedado con sus viejos y ha blaban del
ther? · pasado· interrumpiéndose los unos a los "tros. Miiller
-Algo .tengo. los eseuchaba y, de cuando en cuando, le salían
-Oye, ¿con qué te tiñes el pelo? lágrimas. Los viejos recordaban los años de su
-Con alheña. Mi pelo no es canoso ni negro; es juventud cuando todo ·era sencillo y claro, cuando no
de un color indefinido. llse ha muerto y Ias joven estaba obligado a espiar á los _amigos y dormía sin
citas prefieren a los soldados jóvenes y no a los vie pastillas y hacía el amor sin recurrir a medica mentos
jos sabuesos. excitantes.
-Los soldados están en el frente. Tomó nuevamente el auricular. Marcó un número:
-¿Y los inválidos? Se divierten mucho... -Oiga -dijo MüHer-. Envíe varios hombres a
-Pero no· tienen piernas. la casa de Stirlitz. ·¿Qué tiempo? El que sea necesa
-Para ese trabajito ·las piernas no.. son obligato- rio... Digan · que Stirlitz r-egresará dentro de media
rias -dijo Günther sonriendo..,..., .Oye, una,_.vieja de. la .hora. ¿Quién? Digan que habla su chófer.
casa de enfrente vio a una mujer y a un soldado, «He perdido -reflexionó. Müller tranquilizado por
hace una hora. La mujer llevaba un niño y ambos la charla de sus viejos compañeros-, pero tengo aún
tenían mucha prisa. en reserva Berna. Naturalmente,. •allí .todo es más
-¿Cómo estaba' vestido el .soldadO? complejo, la Policía y los guardas · fronterizos son
-¿Cómo? Claro que con uniforme.., hostiles. Pero he perdido, desde mi punto de vista,
-Comprendo que. no iría en calzoncillos, ¿El uni- la, carta principal. Tomaron un. ómnibus, lo que quie
forme era: negro? . re decir que la operación no había sido planeada.. Si
.:....Naturalmente, negro. Ustedes nunca ·confían. en hubiera sido planeada, habrían encontrado un auto
los uniformes· verdes para· estos asuntos. móvil. No, es · una tónteria: no hubo ninguna acción
-¿En quévehículo montaron? premeditada. Los r:usos, por supuesto, defienden a
-En un ómnibus. su gente, pero no mandan a la muerte a varios hom
Müller se. levantó asombrado. bres sólo para intentar liberar a esta pianista... No
-¿Que tomaron un ómnibus? lo creo. Claro,· ellos saben, que el niño es su punto débil.
-Sí. El número diecisiete. Tal vez ésta sea .· la· éáusa · de . que se hayan
-¿Hacia dónde fueron? , arriesgado tanto. ¿Pero qué digo? No fue planeado
-Por allí •-dijo ·Günther señalando hacia .el Oeste. · ·ningún riesgo: ella tomó el ómnibus; ¿qué riesgo es
éste? Es una idiotez, no un riesgo...»
Y cogió de nuevo el teléfono.
Müller empujó ;la silla, cogió• el teléfono y marcó -Habla Müller. Avise a la Policía de todas las lí neas
rápidamente un número. de Metro y tranvía. Que busqueñ a una mujer con un
-¡ Scholz! ¡ Rápido! Jl.1ande las patrullas a lo lar go niño. Envíele .su descripción y dígale a la Policía que
de la ruta del ómnibus diecisiete. Se trata de la pianista es una ladrona y una asesina, que la de tengan. Que si
y su ·guardián. ¿Qué? ¿Cómo voy a saber el nombre? se equivocan y detienen a otras mu jeres, no importa:
Revise su expediente: quién. es, de dónde, dónde están los perdonaré. Pero que no se les escape la que me
los familiares. Envíeme su hoja de ser interesa.
vicio ahora mismo. Si comprueba que ha.estado aun
que haya sido una sola vez en los mismos lugar.es
en que ha estado Stirlitz, comuníquemelo inmedia Stirlitz volvió a mirar el reloj. Müller había e!,tado
tamente. ¿Qué? No" importa dónde: ¡en el frente, en ausente dura.nte tres horas.
un burdel, en la playa!· «Katy no dijo nada -pensó Stirlitz-. ¿O habrán
Müller volvió a sentarse en la silla junto a la puer-
317
31ó
·,
i{
..:. · _·•·.·•· _,,:._·_.·

hecho un careo con . Pleischrier? Nó tiene importan demoro, . todo esiará perdido.»
cia. No ·se ·conocen. Pero algo · ha pasado. Algo ha -Está bien -dijo el guardián-, lo reportaré inme
pasado y el tiempo que tengo debo emplearlo bien.» _; l diatamente, Standartenführer..:
Caminaba lentamente por· la celda, tratando de es

r
coger una solución posible. Lo recordó todo en torno
a la maleta. Sí, efectivamente, la había cogido en el En el orfanato para lactantes entró un soldado alto.
bosque, cuando Envin había resbalado y estuvo a Se detuvo junto a una ventanilla blanca pintada de
punto de caer.· Fue la noche antes del bombardeo. un· esmalte brillante. Mordía nerviosamente un ciga
Una sola vez. «¡Un momento! -pensó Stirlitz-. Fue rrillo sin encender. Evidentemente, estaba muy apu
antes del ·bombardeo.-.. Y después del bombardeo es rado, porque a cada rato consultaba su reloj. Cuan do
tuve allí en mi coche... Había muchos coches. Hubo
un embotellamiento, porque estaban trabajando los
J la ventanilla se abrió, se asomó tímidamente.
--Perdone, quisiera pedirle... -dijo..
. bomberos. ¿Por qué estuve allí? Porque en mi cami
no hacia Kudammstrasse se- había derrumbado un
r·'- -Ahora no podemos atenderle -:-eontestó una mu-
jer de gorro blanco-. Están dando de comer a los
edificio. Puedo exigir que llamen il los policías de niños y todo el mundo está ocupado...
1

t
tránsito que estaban de servicio esa mañana. Enton ces, -Entiendo, pero pe llegado del frente con un per miso
estuve allí, porque lá Policía no me había dejado pasar. de doce horas. Debo marcharm_e ya.
En el expediente aparece la fotografía de las maletas -Lo lamento mucho, se(ior, pero ahora todos están
que fueron rescatadas después del bombar deo. Hablé ocupados. .
con un policía, me acuerdo de su cara y él debe -¿No podría ver a alguien de la dirección...?
rec_ordar mi botón del SD... Lo ayudé a lle var la -No hay nadie en la dirección. Unos se fueron al
maletá. Que lo niegue si puede. No lo negará y 1 frente y .otros están con los niños. Perdóneme. -La
exigiré el careo. Diré que ayudé a llevar un co checito mujer cerró la ventanilla, .
ccin un niño a una mujer que lloraba. Ella también lo 1 ¿Cuándo terminarán de dar de comer a los ni
confirmaría, porque fue cierto y estas cosas no se ños?
olvidan.» La mujer contestó sin abrir la ventanilla.
Stirlitz empezp a dar fuertes golpes con los puños -Dentro de media ·hora. Venga, por favor, den tro
· en. la puerta y ésta se abrió. No estaba cerrada, pero de media hora y entonces podremos ayudarle,.. El
en el umbral vio a dos guardianes. -El tercero acom soldado salió del orfanato, cruzó la _calle y bajó aI
pañaba a uri hombre que avanzaba por el pasillo con sótano de un edificio destruido. Allí, entre cajones
un cubo en la mano. La cara del·hombre estaba des rotos, estaba sentada Katy dándolé. el pecho al niño.
figurada, pero a Stirlitz le bastó ese instan.te· para -¿Qué ha pasado? -preguntó. . .
reconocer en aquel rostr9 deforme la cara del chó -Muy mal -contestó Helmuth . Hay que esperar .
fer personal de Bormann que no era confidente de media hora.
la Gestapo, el que conducía el" automóvil durante su -Esperaremos -lo .tranquilizó Katy-. Esperare
entrevista con el jefe de la oficina deí, Partido. mos... Ahora no puede ocurrir nada malo.. ¿Cómo
Stirlitz sintió que todo su cuerpo estaba tenso. pueden averiguar dónde estamos?.
Lo principal era· no perder tiempo. -.-Sí, pero hay que salir rápidamente de la ciudad,
-Oiga, amigo, llá_meme urgentemente al Gruppens pueden encontrarnos. Sé muy bien cómo buscan. Si
führer Müller. ¡ Dígale que lo he recordado! ¡Lo he quiere, váyase. Yo la alcanzaré después, si todo
recordado todo! ¡ Ruéguele que baje sale bien. ¿Quiere? Pongámonos de acuerdo dónde
·inmediatamente! la encontr ré después.
«Pleischner aún no ha sido traído. De Katy no han -No -dijo Katy-. No hace falta. Esperaré... De
obtenido nada. Tengo una sola oportunidad para _salir todos modos, no tengo adonde ir en esta ciudad...
de este lío: el tiempo. El tiempo y Bormann. Si_ me
319
318
-Vuelves a confundirte -co1úestó Müller saliendo
de la· casa-. Siempre confundes los números pares
Scholz llamó a MüUer al departamento de radios. e impares. La casa tiene el número siete. _
-Stirlitz le manda a decir que se acuerda de todo. -La calle es muy común y corriente -dijo el ca
-¿Sí? -dijo Müller animado. Hizo una seña eón noso-, nada particular. Allí podemos hacer una
la mano a los detectives para que no siguieran rién bonita operación: todo estará en calma y nadie mo
dose tan alto-. ¿Cuándo? lestaría. Pero los números los confundo desde la in
-Ahora mismo. fancia. Cuando en el· aula explicaron· los pares e
-Bien. Dígale que voy. ¿Nada nuevo? impares yo estaba enfermo. .
-Na.da importante.. Rió y todo el mundo rió con él y, en ese instante;
-¿No averiguaron nada sobre el guardián? paredan todos cazadores que tuvieran cercado a un
-Nada, sólo pequeñeces... venado.
-¿Cuáles? -preguntó Müller maquinalmente, más
bien por rutina, tomando su abrigo de la silla.
-Datos s0bre la esposa, niños· y familiares. No, Helm.uth Kalder np estaba relacionado. con
-No son pequeñeces -dijo Müller con irritación-. Stirlitz. Sus caminos no se habían cruzado· jamás.
No hay pequeñeces en este asunto, amiguito Scholz. Peleaba desde el año .40. Creía que luchaba por su
·Vengo e.n seguida y veremos los datos.... ¿Ya ha en viado patria, por la vida de su madre, de tres hermanos
a alguien a casa de la mujer? .y una hermana. Creía que luc?aba_ por el futuro de
-Hace dos meses que su esposa lo abandonó. Alemania contra los eslavos mfenores, que se ha
-¿Cómo? bían apoderado de tierras enormes sin sab r labrar
-Él estaba en el hospital .convalecientfi: y ella lo las· contra los fogleses y franceses vendidos a la
abandonó. Se marchó a Munich con un comerciante. plu'tocracia; éontra los judíos .que oprimían. al pueblo
-¿Y los hijos? trabajador aprovechándose de las desgracias huma
-En seguida se lo digo -contestó Scholz, hojean- nas. Consideraba que el genio del Führer, comprome tido
do el eX:pediénte-. A ver dónde están sus hijos... en la difícil tarea de dar la felicidad a la nación germana,
Aquí io encontré... sería glorificado por .. los siglos.
-Hable menos, Scholz. Hable menos y haga más. Así pensaba hasta el otoño del 41 en que marchaban
-Tiene una niña de cuatro meses. Ella la .dejó en
un orfanato.
por el.mundo cant.ando y el aire embriagador ?e
victoria los había convertido a ·él y a sus campaneros
·'ª
«La rÚsa tiene un hijo. recién nacido -recordó Mü de tropa:. de tanques SS en ju':!rguistas alegres y de
ller repentinamente-. ÉÍ necesita una mujer que preocupados. Pero, después de la batalla de oscu,
pueda ocuparse de su niña. ¡ Seguro que Rolff se exce- cuando comenzaron los combates con los guerrilleros
dió con el niño!» · y recibieron- órdenes de matar los rehenes, quedó
-¿Cómo se llama el orfanato? desconcertado. Era un campesmo y el culto a la
-No indican su nombre. Un orfanato en Pankow, madre era para él superior a todos los demás cul tos.
Schillerstrasse, 7. Ahora sobre la madre... Su madre lo había criado a él, a sus hermanos, a
Müller no quiso oír nada de la madre. Tiró el su hermana. Trabajaba desde la madrugada hasta
teléfono. Su lentitud había desaparecido por comple ·por la noche desde. que murió el padre y _no le pe.rmi
to. Se ·puso el abrigo. tió que abandonara la escuela hasta el. d1a en que su
-Muchachos -dijo-, pronto habrá un gran tiro: · enfermedad la había vencido.
leo, preparen las pistolas. ¿Quién conoce el orfanato . Cuando su pelotón recibió por primera vez la orden
de Pankow? de fusilar a ·cuarenta rehenes en las afueras de Smo
-¿Schiller.strasse ocho? -,-preguntó el canoso. lensko (los guerriHeros habían descarrilado un con-
320 321
21 - !J!EÜSIETE !NST-\NTES UE l'SA PR!MA\'E!H
voy militar), Helmuth comenzó a beber. constant.: había ahorcado. Dejó la nma a los vecinos y le puso
mente. Todo el tiempo recorda a las inujeres y a los en la· cama el retrato del padre y las conservas. Peto
ancianos. Las mujeres apretaban· a lcis niños contra Luise, militante de las Juventudes Hitlerianas, aria
su pecho, les cerraban los ojos y suplicaban que se les verdadera y no una eslava salvaje, había abandonado
matara rápidamente... a su niña en un orfanato como la última ramera.
Había comprobado qúe tanto en Rusia como en Helmuth .visitaba el orfanato semanalmente y a
Alemania, las madres daban a sus hijos . hasta la veces le permitían pasear con la niña. Jugaba con
última patata: y cuando lós miraban cm11erla ·sus ojos· ella, le cantaba canciones y su amor se volvió histé
se llenaban de .lágrimas. rico y lastimoso. Al ver cómo la radista rusa mecía a
Después del p,rimer fusilamiento, Helmuth no pudo su niño, se preguntó por primera vez: «¿Qué hemos
recobrarse durante largo tiempo. No sólo él se em hecho todos nosotros? ¿Por qué debemos ser tan
borrachaba. Muchos de sus compañeros tomaban malvados? Son humanos como nosotros y quieren
vodka · directamente de las botellas, en silencio, y también a· sus hijos·y están- dispuestos a morir por
nadie más contó historias divertidas ni tocó el acor ellos.»
deón. Pero cuando comenz.aron otra . vez los comba · Cuando vio lo que Rolff hacía con el niño, tomó
tes y enfrentamientos furiosos con los rusos, foe· aquella decisión emocional que no había sido movida
desplazado el recuerdo de aquella pesadilla. por ningún .razonamiento. En Rolff, y eh Barbara que
De regreso a su casa por unas cortas vacaciones, lo observaba en su intentó de rriatar a una· criatura
conoció a Luise, hija de una vecina de su madre. Era de dos semanas, veía a Luise que para él era. el· sím
bonita, muy cuidadosa y limpia.· Todas las noches bolo . de la traic:ión.
Helmuth soñaba con ef!a. La invitaba al cine y pasea-
. ban·_hasta .la madrugada. Et era diez años mayor y
sent1a hacia ella una gran . te·rnura. Soñaba con el · Volvió al orfanato media hora más tarde. Se detu
momento en que sería esposá:y madre. Helmuth siem- vo. junto a la ventana de rria:déra pintada con esmal
. pr7 pensaba que· en su casa, junto a la pt:Íeha, ten te' blanco..y paulát:inamente fue desapareciendo aque
dnan que estar muchos zapatitos de niño. Amaba los lla terrible y persistente angustia que·_ ló había inva
niños. ¿Cómo no quérerios si peleaba por su felici dad, dido al ver el. cuerpecito enrojecido del niño ruso en
por su futuro? · las manos de Rolff. Sintió que algo se había destrui do
En las vacaciones siguientes Luise se. convir-tió en en él, .un creciente escalofrío recorría .su cuerpo y
su esposa y, cuando él marchó al frente, ella lo extra la. parte.contusionada tornó
insensible al frío.' ·. .. . .
sé fría. '
y al 'triismo 'tiempo
' ! • .. .
ñó durante .dos meses, y al percatarse de que estaba .
encinta, inti? angustia y tedio. Se fue á la ciudad y -Buérios días ijo_ a' la rrÍujer.que se hapía aso
en la pnmei"a noche (no había habitaciones en el mado a la ventanilla_:; Ursulá 'Kakiet... Mi hija... A
hotel Y la casa donde vivían los conocidos de.·Hel muth m( e permiten... ' ; ,:, '" : ' .
· -Si. i..o sé. Pero ahora la niña· debe dormir... ·
había sido bombardeada) se acostó con un oficial de
la Luftwaffe. · ar
_:_Me marcho, me m tcli.ó · frente. 04iero pasear
Cuándo nació la niña, ella la entregó a un orfana ,con ella, dormiría e11 mis brazos.:.. Ct.iándo sea la
to. Helmuth entonces estaba en el hospital reéupe hora dé cambiarle l_os pañalé's 'ia traeré.,.·
rándose de una fuerte contusión. Volvifr a la casa y Tein queel .rriéd,iéé{ nb ló"áti orice, $eñor...
,-Me voy ..al frente·-repi'tió. Hélmuth-, usted no
le dijeron que .Luise se había marchado con otro.
Recordó,a·las mujeres rusas. _Una vez un amigo·suyo
puede., q·uitárme. esta bporti.ínidad de vú mi hija.a
.. """"'.Está bien....Lo· .énÜ rido... Tril:taré de lograrlo.
se acosto con una maestra de treinta años por cinco latas de
Espere un momento; pqr favor: .
conserva. Ella era madre de una niña . v ·no tenía . Tuvo qµe espe"rar diez minutos. Estabá· temblando.
comida que darie.. Al otro día la rusa se ' ·'\ ..

322 323
-Es mejor que :vayamos juntos -dijo Katy.
Los dientes le castañeteaban. -Vuelvo en seguida -contestó_ Helmuth parándose
Se abrió la ventanilla y .le alargaron _un envoltorio u·n instante en la puerta-. Ellos tienen sus fotos, pero
blanco. La cara de . la ni_ña estaba tapada con un las mías son de antes de la guerra y yo era totalmen-
pañal de una blancura deslumbrante. te distinto. Espérame aquí. ·
:......¿Usted quiere salir a la calle? Echó a andar hacia la parada. La · calle estaba.
-¿Cómo? -preguntó Helmuth sin entender. desierta.
Las palabras le llegaban de lejos como a través de «Si evacuan el· orfanato puedo perder a, la niña.
una puerta fuertemente cerrada.' Así le. ocurda des ¿Y cómo la encontraré después? Si nuestra suerte es
pués de la contusión cada vez que se ponía nervioso, morir bajo las bombas, es mejor que estemos jun
En varias ocasiones había perdido el conocimiento" tos. Esta mujer puede amamantarla con el suyo co
en la calle, cuando veía los hospitales y los orfana tos mo ·mellizos... Dios me lo perdonará todo, incluso fo
totalmente destruidos por los bombardeos. de aquel día en las afueras de Smolensko.»
· .-Si quiere salir a pasear cori la niña, le daremos Comenzó a lloviznar. Sintió mucha humedad y frío,
el cochecito. pero pensó que la lluvia primaveral siempre es augu-
-iPara qué? rio de buen tiempo. ·
-Para queno la tenga en los brazos. todo el tiempo. «Las enfermeras del orfanato no deben vernos ·es perar
-No. gracias, para _mí es rnuy agradable tenerla al ómnibus. Tenemos · que ir hasta_ la . parada del zoo,
así. allí podremos coger un tren. O irnos con los refugiados. Es
-'-Es mejor que vaya a nuestro jard.ín. ,Allí siempre fácil perderse entre la multitud. Ella amamantará · a· la
hay tranquilidad y si comienza el bombardeo, podría niña hasta qµe lleguemos a Mu, riich. Allí nos ayudará
bajar rápidamellte al refugio. mamá. Podremos encontrar a una nodriza. Aunque ellos
-Está bien, Sólo quiero ver si ha llegado. et auto- me buscárán por todas partes... No podemos ir a casa
móvil. Después entraré en la casa... de mi madre. No importa. Hay que salir de esta ciudad.
-¿En quécasa? En. cuanto veamos los campos y los bosques,' todo·
-El jardín... Perdóneme... Quise decir el jardín... cambiará. También podemos ir al Norte, hacia el mar.
-¿Se siente mal? A casa de Hans. ¿Quién va a imaginar que me he ido. a
-No, ¿por qué? la casa de un compañero del frente?_·
-Está muy pálido... Helmuth Se ·caló·el sombrero hasta las orejas. Los
-No, no -,-dijo Helmuth y salió a, la cal.le. escalofríos fueron cesando paulatinamente. El lado
De repente _oyó el chirrido .de los frenos a su e pal izquie'rdo del cuerpo había recobrado el calor.
. da. Un chófer militar detuvo el automóvil a dos «¡Qué bueno·que esté· lloviendo ·-pensó-. Esto es
pasos de Helmuth- .y: asomándose -poF la ver:itana, ya un acontecimiento... Cuando se espera algo y todo
gritó: está tranquilo, uno se pone nervioso. Pero si nieva
-¿Estás ciego? ¿Qué le pasa, no ves eJ coche? o llueve, no se siente uno tan solitario.»
Helmuth apretó la niña contra el .pecho y, murmu La lluvia continuaba cayendo, pero las nubes desa
rando algo, se encaminó hacia la entrada del sótano. parecieron :repentinamente dejando- ver en lo alto
Katy esperaba de pie junto a la puerta. El niño el cielo lejano y azul y el borde radiante del sol.
estaba dormido sobre un cajón, y se movíé\. en su «Ya llegó la primavera pensó Helmuth-. Ahora
sueño. Helmuth entregó la niña a Katy. crecerá la hierba... »
-Yo voy a la parada. Cuando el ómnibus se _acer Vio a lo lejos el ómnibus y decidió volver a las
que, le avisaré. ruinas de la casa donde es_peraba Katy, pero adelan
Al ver a Xaty tomar a su n1ña con tanto cuidado, tándose al ómnibus salieron dos enormes automóvi-
sus ojos volvieron a llenarse de lágrimas. Echó a
correr hacia la calle. 325
324
les· como enormes pestias. Violando todas las leyes
de tránsito se dirigieron al· orfanato. Helmuth sintió oficina. Ya les han mar.dado el segundo coche, ya ha
que le flaqueaban las piernas y que su brazo izquier c,;alido... ¿Y cómo pudo la niña montar en e vehícu
lo? -preguntó volviendo la cabeza, ya en la puerta-.
la
do estaba helado. Eran los coches · de Gestapo. Su
primer deseo fue correr, pero comprendió que al ha cerlo ¿Qué coche era? · · ·
se haría sospechoso. Era mejor quedarse donde estaba y -Uno grande.
huir después a través de los patios trase ros. «Les -¿Un camión?
dirán que he sacado a la niña hace pocos· minutos y -No, un coche verde...
empezarán a buscar por odas partes. En contrarán a la -¿No se fijó en la matrícula?
rusa en el sótano. Pero ella no dirá -No presté atención;
-Todo esto es muy raro -dijo Müller y abrió la
que tiene a. mi hija. Ella no le.s dijo nunca nada.» puerta-. Registren las casas cercar.as. Esto es · muy
No podía saber lo que ocurriría después a su niña. raro.
Temió que pudiera sufrir: un nuevo ataque y lo .pudie -Alrededor sólo hay ruinas.
ran ,coger inconsciente. Después se llevarían a la -Registren allí también -dijo-. Todo es tan. es-
niña, le quitarían la frazada y. la acercarían a la ven túpido y tan falto de profesionalismo. Es _imposible
tana. La prima:vera •apenas comenzaba ahora y faltaba trabajar así. No se puede entender la lógica de un
mucho tiempo aún para que cesara el frío.....«La rusa aficionado. . .
lo oiría todo y lo comprendería. Es imposible que no -¿No .será un profesional muy astuto? -pregunto
sea una buena persona... No pueae ser que...» .. . el canoso mientras encecdía un cigarrillo.
Helmuth. bajó de la acera y agarrando la pistola · -Un profesionai astuto no hubiera veni<;l.o al orfa-
hizo varios disparos· contra el parabrisas del primer nato -contestó Müller y salió. .
automóvil. Lo último que pensó después de oír la Minutos antes había llamado a Scholz. este le m
ráfaga de la metralleta y antes c!,e sentir el último formó que la casa de contacto en Berna· había _,sido
dolor de su vida, .fue: «No· le. dije el nombre de la ocupada por la Policía suiza porqu el : lace ruso
ni...» que llevó el mensaje cifrado se hab1a smc1dado. .
Fue un instaritáneo tormento más antes de morir.

El pastor Schlag er.vió a Stirlitz una tarjeta con la


-No, señor. -respcmdió la enfermera qu<:: había vista de Lausana, tal com:o-h,abían acordado, y vol
. entreg1;tdo. la . n.iñ,a a Helmuth-. No ·han pasado ni vió ·a la casa. Vivía junto a la iglesia de San Loren
. diez minutqs...., . . . . . _, · ..· , . zo. Cuando Stirlitz le enumeró los lugares dond
--¿Y dónde e t(I la :niña? -preguntó ·s.ombríame,lte podía encontrar albergue, le dijo qu . la Ge tapo. di
el canoso, procurando.:no .mtrar el cadáver de, su fícilmente · lo encontrarí& allí. El cuarto era pe<¡ue
compañero del pelo teñid.o. Estaba tepdido. junto. a ño, con un techo alto y abovedado, Este tech above-.
la puerta y se v ía viejo: se; h!!bíateñido .hacía mu dado y blanco, demasiado bJanco, era lo Úf:ICO que
cho tiempo, y su me ena tenía. do.s; colores: ca11osa indicaba que estaba en un monasterio: los muebles
en las raíces,,y ,de. un. castaño.fuerte en los eran mullidos, tapizados con una tela afelpada de
extien.ios. en Úri insólito color rojo vino.
.-Creo que se fueron. un vehk,ulo . :-:-:-dijo la A Séhlag le habían explicado que e te. cuarto esta ba
otra enfermera-:-,,, {)n };ehículo se detuv_o :a s1:1, lado. destinado a extranjeros que por d1stmtas razones
-¿La niqa subió al_ coche? . ., . no podían o no querían alojarse. en hotel - Subra
-No -:-'qm estó .la. Iilt¡Jer. seriamente-:-. Nq ,pudo yaron que tales extranjeros veman en m1s1ones de
montar sola .a,l ¿oche, .Tiene cuatro m ses,· paz para salvar a los europeos del aniquilamiento
Müller dijo: ,. ., colectivo.
-,-Miren bien todo por aquí, tengo que volver .a .la
327
326
· Schlag se sentó junto a la ventana· y contempló
largo rato la ciudad. Las ventanas aquf no se tapa · un político que ha perdido la influencia. Hablamos
ban con cortinas para que no se vieran las . luces y idiomas distintos y¡ sin duda alguna, les parezco un
las vidrieras en las tiendas y las entradas de los aficionado: nadie pierde tan rápidamente la capa
cines estaban adornadas con bombillas multicolo cidad profesional como un político desprovisto. de
res. Schlag no se cansaba de observár a la gente. poder." A mi pregunta de quién en este caso podría
· Hacía muchos años que no veía. tantas caras jóve considerarse un político se_rio en Alemania. después·
nes. En la Alemania· de los ·últimos tiempos le pare de que Hitler eliminó a· los mejores representantes de
cía que el mundo .había envejecido. la oposición, Brüning contestó: "Himmler." Cuando
Alguien llamó a la puerta. comencé a impugnarlo aduciendo que esta afirmación
-Entré,. por favor. . . .. suya pudiera responder a un arrior propio ultraja
-¿Desearía: una taza de café? -preguntó un criado do, al cansancio, al escepticismo o a la separación pro
viejo. longada de la· patria, . Brüning me· dio a leer un
-No, gracias. documento. Además, luego me permitió copiar algu nos
-Si quiere café, té ó agua, puede llamarme por párrafos. Al principio me desconcertó el con tenido de
teléfono. este documento y supuse que podría ser falsificado por lós
-Gracias. . nazis. Brüning me contestó que se sentiría feliz -de
· -Entonces me retiro. Buenas nochés, pastor... . poder estar de acuerdo conmigo si no creyera· en la
-Buenas noches. Ah, quería pi:-eguntarle: ¿no ten veracidad de este documento. Pre gunté hasta -qué punto
drá 1,JSted alguna pastilla para: dormir? ¿O algún los -agentes a-lemanes que par- ticipan en las
sedahte? No puedo conciliar el sueño. negociaciones podían considerarse re presentativos.
-Lo averiguaré en seguida. Brüning contestó que cualquier res puesta categórica
sería incorrecta, . ya que en las condiciones de la
Después de la conversación que había sostenido
ese día con· el ex canciller de Alemania, Brüning, a dictadura de Hitler, sólo el Füh-

l
quien el pastor conocía desde los años veinte, tuvo la ¡ rer podía tomar decisiones o aquellos de sus más
1 cercanos colaboradores que se decidieran a derro-
impresión de que no podría dormir-sin tomar alguna
pastilla.. No pudo sentarse. a la mesa de_ inmediato. · cario y a tomar· todo el poder en sus manos. Brü
ning considera q':1e es os 10mbr:s serían, D :1 pri
para apuntar sus impresiones. ran tan sorprenden t_.·.'.tr? mer lugar, eJ mariscal Oermg O Ormann. IJO que
tes y terribles que _el pastor- quería tranquilizarse an · no creía que Himmler pudiera asumir el poder efec-
tes, para procurar· nuevamente hacer el análisis de 'tivo. "Lo ·desean algunos círculos en Occidente, pero
todo lo que· había díchó Brüning. ·Sólo después po creo que la opinión pública mundial nunca se con
dría confiarlo a un papel. formaría con el hecho de que las democracias se
«Al principio· de .la conversación mpezó a escri
bir lentamente, deteniéndose en cada palabra-, el ex
j sentaran a la mesa de negociaciones con Himmler,
que personifica el horror del nacionalsocialisrpo. A pe
canciller Btjining se interesó por el destino de _nues
tros amigos comunes y expresó su admiración por
:t
sar de que Himmler -es la figura más fuerte_ de la
Í\·. Alemania de hoy, es difícil, imaginar la posibilidad
el hombre que me ayudó a escapar sin ninguna con .l.it:. ,. seria de negociaciones con él."· Pregunté si conside-
dición previa ni posterior; · me preguntó sobre los 1· rába serias las intenciones de los aliados de buscar
presos que yo había visto en la cárcel. y en el campo ' caminos verdaderos hada la paz con Alemania. Brü- ·
de concentración. Cuando llevé la conversación ha ning contestó que esas negociaciones ya _habían alean-
ciá el . tema que nos .interesa; . Bri,ining dijo: "Los ! zado en estos instantes su punto culminante o se
ausentes nunca tienen razqn. Dejé de interesar a la .¡ acercaban · a él. Nl:> pudo decirme con quién ni dónde
Casa Blanca y a White Hall, porque ellos son p líti cos J se llevaban a cábo. Le ·pregunté si sus datos eran
que tienen una fuerza real, mientras que yo soy f.;,,.
exactos. Brüning contest_ó que un político que vive

328
y! .J.29

."0.
en el exilio utiliza, por regla general, los rumores <<Estos oficiales de la Gestapo y la SD podrían en
bien confirmados: Cuando le. dije que mis amigos mayor o. menor grado informar sobre los problemas
que se habían quedado· en Alemania me habían en claves de lá política exterior del Reich, no en las
comendado sondear la posibilidad de serias negocia ciones cuestiones principales, sino en los. detalles secunda
eón los aliados · para que cesara el derrama miento de rios. Indiscutiblemente, cada. uno de ellos, sin saber
sarigre y se diera a la Humanidad la paz y la lo, constituye parte de un mosaico, sin valor indi
tranquilidad deseadas, Brüning preguntó quié nes eran vidual alguno; pero valiosísimo en su conjunto to tal.
estas. personas. No obtuvo una respuesta lo Por consiguiente, estos hombres pudieran servir a
suficientemente precisa y· me propuso releer p.ueva los enemigos del· Reich interesados en compro meter
mente la conversación del americano y. del alemán los ideales del nacionalsocialismo, revelando
para que yo, en mis búsquedas ulteriores de paz, ]as prácticas de su aplicaciori. D'esde este punto de
estuviese preparado para una divergencia posible vista, las actividades de cada uno de los oficiales
de puntos de vista. EI1vío adjunta a esta carta la mencionados, sumadas a las de los demás, pudieran
conversación mencionada ... » crearle al Reich una difícil situación. Desgraciada
mente, en este caso es imposible s parar rigurosa
mente la política del partido y la práctica de los SS,
Schellenberg fue llamado· por el grupo que traba jaba ya que todos estos oficiales- son veteranos del movi
con el archivo de Bormann. miento que ingresaron en las filas del partido nacio
-Ya ha aparecido algo -le dijeron-, si quiere nalsocialista en el período de 1927 a 1935. Por lo
venir, le podríamos preparar algunos documentos, tanto, el aislamiento de estas personas se nos presen
Brigadenführer. ta como conveniente y lógico.»
-Iré en seguida -contestó brevemente Schellen «Está claro -pensó repetidamente. Schellenberg-.
ber:g. Este líder nuestro es muy ladino. Nosotros le' llama
Al llegar, sin quitarse el abrigo, se acercó a la mos "liquidación" a lo que él llama "aislamiento".
mesa y tomó varias hojas de papel. De modo que a mí hay que aislarme y a Müller con
Leyó los. documentos, enarcó las cejas con asom servarlo. Bien; lo esperaba, sería ridículo suponer
bro, y después se quitó el abrigo, lo puso en el res otra cosa. Es curioso que haya dejado a Kaltenbrun
paldo de la silla y se sentó. Los documentos eran. ner en la lista. Aunque se puede comprender: Müller
realmente muy interesantes. El primero decía: «El siempre permaneció en la sombra, pero Kaltenbrun
día X deben someterse al aislamiento Kaltenbrun ner hace tiempo que pende de un hilo, pues - s
ner, Pohl, Schellenberg, Müller.» El apellido Müller ampliamente onocido en el mundo. Lo perderá su
había siqo tachado con lápiz rojo. Schellenberg anotó vanidad, yo siempre lo pensé.. A mí · me perdió· el
· el hecho en una pequeña tar.jeta de las que siempre deseo de ser necesario al Reich. Pude ser necesario,
tenía en el bolsillo y en su mesa para hacer notas, y pero averiguando los secretos en nuestro país y en
le añadió · un gran signo de interrogación. «Debe el extranjero. Aquí radica la paradoja de . nuestro
admitirse -se agregaba en el documento sin firma y Estado: mientras más le quieres ser útil, más te
sin destinatario- que el aislamiento de los mencio- . arriesgas; las personas como yo no tienen derecho a
nados dirigentes de la Gestapo y la SD sería una llevarse a la tumba fos secretos que ya se han con
acción especial para desviar la atención; La búsque vertido en secretos personales. Entre la vida y lá
da de los dirigentes aislados. que tierien responsabili muerte natural se formaría una extensión de tiem po
dades específicas, ocuparía las mentes de todos los en que yo pudiera comunicarle· a alguien esos secretos.
interesados· desde un punto de vista operativo y A las personas como yo ·hay que cortarles la vida de
estratégico.» modo repentino y rápido... Como a Hey drich...»
Luego seguía una lista de 176 personas.
331
330
Releyó con mucha atención los· apellidos de los
hombres incluidos en la lista· de «aislamiento». En
contró a muchos colaboradores suyos. Bajo el nú:
mero 142 estaba el Standartenführer SS Stirlitz.
El hecho de que. Mi.iller hubiera sido borrado· de la
lista y Stirlitz permaneciera en ella evidenciaba la
terrible prisa y caos que reinaban durante la evacua
ción del archivo del partido. Las instrucciones de
alterar la lista habían llegado de Bormann dos días
antes; pero, al parecer, el apellido de · Stirlitz no
había sido encontrado ·o tal vez habían sido revisa 13-111-1945. (17 h. 02 min)
das sólo las primeras páginas de los documentos
donde se señalaban los hombres más conocidos. Esto
había salvado a Stirlitz, no del «aislamiento» en el ,-¿Qué ha pasádo? -preguntó Stirlitz cuando Mü-
futuro· a manos de los hombres de confianza. de ller regresó al sótano.-.. Estaba preocupado... .
Bormann, sino de la «liquidación» -por los hombres -Correcto -convino Müller-. También yo estaba
de Scheilenberg. Ellos lo hacían mejor y más rápida preocupado.
mente: era su oficio... -Ya he recordado -dijo Stirlitz.
-¿Qué precisamente?
-Por qué mis huellas pudieron aparecer en !a
maleta de la rusa... Por cierto, ¿<;lónde está? Pensaba
que usted quería hacernos un careo...
-En el hospital. La traerán pronto.
-¿Pero qué le ha pasado?
-A ella nada. Simplemente que para hacerla ha-
blar, Rolff se excedió con el niño...
«Miei1te -comprendió Stirlitz-. No me habría me
tido en este sótano, si Katy hubiera hablado. Se acer
ca a ia verdad, pero miente.»
-Bueno, no hay prisa por el momento...
-¿Por qué-«por el momento»? -preguntó Mü-
ller-. Tenemos tiempo.
-Por el momento -repitió Stirlitz-. Si le intere
sa realmente esta historia de la maleta, lo he re
cordado todo. Me ha ·costado algunas canas mas,
pero la verdad siempre triunfa, lo creo
sinceramente.
-También lo creo así y me alegra nuestra coinci
dencia de convicciones. Háblame de los hechos.
-Debe usted llamar· a· todos los policías que for
maban un cordón . en Bayoreterstrasse. Me detuve
allí y no me dejaban pasar, no obstante mi botón del
SD. Entonces di la vuelta por Kopenickstrasse. Allí
también me pararon. Había un embotellamiento. Fui
a ver lo que estaba pasando y dos policías, uno jo-

333
ven, al parecer seriainerite enferirio, es· probable que -¿Le han dado algo de comer? -,-preguntó Müller
de tuberculosis, 'y su compañei;o,' cuya cara', no ' re al regreso-. ¿Le parece bien· que comamos algo?
-No estaría mal --convino Stirlitz. ·
cu,e:do porqu estaba _cubierta de hollín, no me per
-He pedido que nos traigan algo de arriba.
m1t1eron pasar al telefono para llamar a Schellen berg. -Gracias. ¿Ha llamado a la gente?
Le mostré mi botón del SD y me encaminé al teléfono. -Sí. . .
Allí se encontraba una mujer con su hijo y le ayudé a
-Tiene mala cara...
sacar de las i;uinas un cochecito. Después
.lejé del fuego varias maletas.. Recuerde la fotogra- -Ah -Müller hizo un ademán-. Teng que ale-
grarme de que esté vivo todavía. ¿Y por qué dijo
. f1a de la maleta que está en el·expediente, en primer que «no había prisa por el momento». ¿Por qué?
lugar. Segundo: compare el lugar donde la· encontra Hable, diga algo... ·
n:m con la dirección de la casa donde vivía la pia -Después del careo -contestó Stirlitz-. Atiora no
n sta.. Tercero: llame a los policías del cordón que
vieron cómo yo ayudé a esti;,. pobre gente a llevar sus tiene sentido. Si :mi.s palabras no se confirman, no
maletas. Si . cualquiera de estas circunstancias men tiene sentido decir nada.
cionadas resultara mentir . deme una pistola. con una . Se abrió la puerta y el guardián entró con una
bala. No tengo otra salidá y no puedo demostrar mi bandeja ubierta con una blanca servilleta almidona
coartada con nada más. · da. En la bandeja había un plato con carne hervida,
-"-:-Hum -sonrió Müller-. ¿Por qué no? Vamos a pan, mantequilla y dos huevos en platillos azules.
intentarlo. Todo 'parece muy lógico. Primero escucha ·:-En una celda así, en el sótano, me gustaría dor
ríainos a nuestros alemanes y seguidamente conver- mir uno o dos días. Aquí no se oyen los bombar,
saríamos con su rusa. · deos.
· -Con .nuestra rusa -sondó. también Stirlitz-. ¿O -Puede dormir un rato...
usted realmente cree que soy· un agente ruso? -Gracias... -dijo Stirlitz sonriente.
-Está bien, esta bien -dijo Müller.:_, ·no me coja -¿Y .por qué no? -dijo Müller....:.. Lo digo en se-
la palabra... · · · · · rio... Me gusta como está portándose. ¿Quiere be ber?
Salió para llamar al jefe de la Escuela de Policía . -No, gracias.
· Obersturmba1111führer SS doctor Helwig, que vivía e -¿Nun a toma nada?
Charlotenburgo; en la Schlosstrasse, en el mismo -Creo que usted sabe hasta el nombre de mi
local de la escuela. Stirlitz seguía analizando la situa coñac preferido. ·
ción: «l cluso si hu_bieran obligado a hablar a Katy, · -No se considere una figura parecida a Churchill.
porque el me ha dicho que han torturado al niño Sé que él prefiere el coñac ruso a todos los demás.
Katy no lo habría soportado. De todos modos, algo h Bien.... Si no quiere, no ·tome, pero yo voy a beber.
pasado y no han logrado nada. No la han llevado a . Realmente no me siento bien. · ·
ningún hospital, la habrían traído a este sótano si
todo hubiera salido como ellos querían... Pero si ella
les dijo que me conocía, no puede ser· nada concre
to. No conoce ·1:1i nombre y es ridículo que ignore
que_ soy n oficial de la SS: estuvo en mi despacho.
¿Donde vivo? Lo sabe. Pero yo hubiera podido decír
selo. Conoce tni dirección, pero nunca estuvo en mi c sa. ·
espués yo tendría que mencionar a Bormann. S1
hubieran detenido a Pleischner, no habrían espe rado
tanto: en estos _casos la demora es. el fracaso porque se
pierde la iniciativa.» '

334
¡BUSQUEN A LA MUJER!

Al oír los disparos, Katy comprendió en seguida


que había ocurrido algo terrible. Corrió a la salida,
se asomó y vio a Helmut'h que se contorsionaba eñ
s:.1, medio de la calle. Regresó al instante: su hijo estaba
· sobre un caJón y s,e movía constantemente. La niña,
· l. que mé;lntenía en sus brazos, parecía· más tranquila.
! ;
Katy la acostó junto a. su hijo. Sus movimientos se
hicieron apresurados, le temblaban las manqs. «¡Tran-
) quilízate! -se ·dijo-. Silencio. ¿Por qué "silencio"?
1 - -pensó mientras corría hacia el fondo del sótano-.
No he gritado nada... »
1 Caminaba en una completa oscuridad extendiendo
l las manos y chocando con las piedras y las vigas.
r Así jugaba a la· guerra en su casa. Los muchachos
.l siempre la aceptaban en sus juegos: tenía fama
'i'f;/ de ser una niña. valiente. Al principio era enferme
\ ra, pero después Talik Tuter, del apartamento 6, se_
( había enamorado de ella. Él siempre era el coman-
: dante de los rojos y primero le dio el cargo de en
1 . fermera, pero después ·ordenó que la llarparan «mé
dico militar». Su estado mayor estaba en el sótano
¡ del edificio. Una · vez que se apagaron las luces en
·"- aquel sótano enorme, ·parecido a un laberinto,. el
. _J;.,1:{:,,. jefe del estado mayor _empezó a llorar de miedo. Se
T llamaba Igor y Talik lo había aceptado. en el desta-
. 1 · camento sólo porque tenía . buenas notas. «Para que

·· ¡ no nos digan- anarquistas -explicaba Talik-, necesi-


• 1 · tamos por lo menos un alumno bueno. Además, lo

··1¡ he nombrado je(e del estado mayor. ¿Qué importan-


, cia podrá tener en nuestra guerra? Ninguna -dijo
. Talik-. Se sentará en el sótano y escribirá mis órde-
fJ
iil·- :22·- DIECISIETE _INSTANTES DE UNA PRIMAVERA . 337
nes. Los estados mayores tenían importancia para
los blancos, pero para los rojos una sola persona es hierro frío y a<;:analado. Le llegaba un sonido extra ño
importante:· el comisario.» Cuando lgor se echó a que Katy había oído por primera vez en un des filadero de
llorar, se hizo silencio en. el sótano y Kati sintió montañas por donde corría un riachuelo tempestuoso,
que Talik estaba _realmente turbado. Lo .oía límpido y a:tuL Al principio Katy pen só que el
resoplar sin decir nada. lgor lloraba ruido procedía: de· su propia cabeza por el fuerte
desgarradoramente. Al- guien más . del estado golpe que se··había dado, pero cuando la levantó, el
mayor comenzó a sollozar. ruido cesó o más bien se transformó. Re pentinamente lo
«Silencio -gritó Talik-. Ahora los sacaré de aquí. comprendió: había caí o contra I:3 tapa qúe cubría la
-¡Quédense donde están; no se dispersen!» Vo!vió a entrada del alcantarillado. Desli zó las manos sobre el
los diez minutos cuc;tndo ya se había encendido la hierro acanalado para cercio rarse de que tenía razón.
luz. Estaba cubierto de polvo y se había roto la Envin le había hablado sobre el poderoso sistema de
nariz. «Apaguemos la luz -dijo-, hay que aprender alcantarillas de Berlín. Katy dio un tirón a la tapa: no
a salir sin luz: para el futuro, cuando comience la cedía. Comenzó a tantear el piso alrededor y encontró .
verdadera guerra.» «Cuando comience la verdadera 1:1n pedazo de hierro herrumbroso. Con la ayuda
guerra -dijo el jefe del estado mayor Igor-, pelea-. del hierro logró al fin mover la tapa y apartarla. El
remos afuera y no en sótanos.» «Tú te callas la sonido, que an tes se oía remoto debajo de la tapa
boca. ¡ Estás destituido! -contestó Talik-. Las. lá- ,;;.;..., metálica, ahora se escuchaba perfectamente desde
grimas en la guerra son una traición al pueblo. ¿Lo · :-:1Í/·:·· la profundidad.
comprendiste? ¡ Eres un cobarde!» Cuando los sacó · Aquel desfiladero azul en las montañas por donde
a todos. de aquel sótano oscuro, Katia lo besó por L caminaban Georgui Smetankin, Mijail Velikov, _Er
primera vez. ··1 win y ella, cantando una y otra vez aquella canción:
«Él· nos condujo a lo largo de la pared -pensaba .. / «-Lejos; muy lejos, más allá de los mares una pared
ella-, todo el tiempo tocaba la pared con las ma- 1 de oro encontrarás...» .
nos. Pero él tenía fósforos. No. No los tenía. ¿Cómo 1 Hacía calor en el desfiladero invadido por el fuer te
iba a tenerlos? Tenía 9 años, no fumaba.» 1 olor de las agujas de pino. Los bosques allí eran azules,
Katy volvió la cabeza. Ya no veía el cajón donde ! de pinos solamente. Ellos iban sedientos por la
estaban los niños y delante se extendía la misma / abrupta s tbida entre guijarros grandes y agudos y
oscuridad impenetrable. La sobrecogía el temor de •; }, no había agua. El desfiladero debía conducir a un
perderse, de no encontrar el camino de regreso, y ';( lugar cubierto de nieve, de modo que por allí tenía
los niños estaban sobre un cajón y su hijo a punto : de llorar, que recorrer uri río, pero no había agua, sólo viento
porque ya seguramente tendría los paña: \ les mojados estremeciendo los pinos con un suave ruido
y despertaría- a la niña y sus voces se 1 · que el gran silencio dilataba y después guijarros ya
oirían en ·la calle. Comenzó a llorar en su desampa- i no blancos y secos por el sol, sino negros, y a los
ro, sintiéndose extraña e inútil eri este· mundo. Se· ! diez minutos· oyeron un rumor lejano y vieron un
volvió y decidió regresar apretándose contra la pa- .: riachuelo entre las piedras Y- después caminaron a
red todo el tiempo. Quiso apresurarse un poco más, .-- fo largo de un río azul y furioso que tronaba en todo
pero un· pie tropezó con un tubo y perdió el equili.,,A,); , el ámbito y sintieron frío en los pies; allí estaba la
brío. Extendió los brazos y cayó cerrando los ojos, }f nieve. Y cuando -continuaron la subida, volvió a ha-
Por un instante vi,o surgir ante ella miles .de luceci- , - . cerse el silenció, porque el río surgido de la nieve
tas verdes; despues un agudo dolor en la cabeza le ·1 derretida estaba debajo, y a medida que ellos su bían
hizo. perder el· conocimiento. ·· ·- cada vez más alto hacja la quietud· de las nie ves, los
¡· invadía un sentimiento desconocido, solem
No podía recorda_r el· tiempo que estuv_o _tendida·_··.· ne y elevado, en medio de este silencio de nieve, sol y
en el piso; si un minuto o una hora. Abrió" los ojos
y oyó un ruido extraño. Su oreja izquierda sintió un -JJ¡,,, .'j. f}'.
338 .if
vacío... ·
El detective canos0 encendió la linterna y su rayo ,]<.ai:y escuc.haba las voces de los policías que es
agudo atravesó ia: oscuridad 'del sótano.
taban arriba, sq.bre su cabeza. Np entendía lo que ha
blaban porque allí bajo sus pies retumbaba el agua.
-Dígame; ¿los dos SS fuerón · matados con- una: Es aba obre un. tubo con los niños en los brazos y
misma pistola o tiraron dos persoti'as? -preguntó . la mv8:d1a un miedo. mortal a perder. l equilibrio y
a uno de sus.acompañantes.· . · caer. con ellos en esta. agua suc.ia y tµrbulenta. Pero
-He llamado al laboratorio -,-contestó alguien.;_. mientras escuchaba las voces .sqbre. su cabeza lo de
Todavía rio 'están listos los
datos. .
-Y luego dicetr qrie en la Gesiapo todo
• ·· ·
se hace
cidió: «Si abren la tapa, m tiraré allí abajo. Así
será mejor para todps.,1. Sintió. que el. niño comen-
za_ba a, moverse.,. Pronto comenzaría á, llorar. y ella
en un minuto. Que ·charlatanes sori. A: ver, que af n.o pod1a hacer nada p_ara ·calmarlo.. Tenía que man-
guien mire, tengo mala vista, ¿son' huelia.s o no? tener el equilibrio. '. . '.'
Hay poco polvo.:. Si esto hubiera ocurrido en.
verano... . , ..
-Si hubiera ocurrido en' .verano y ··si tuviéramos -l)iaJ;>l<;>s -dijo el can,osc,:i-, los fósforos están hú-
un perro y el perro tuviera el guante de esta müjer _medos. ·
que se ha escapado a los SS, la encontraría en segui- -:-Tengo ún encend dor..
da... ¿Y esta colilla? · · -Gracias... La pi dra de mi mechero se gastó y
-Es viejá.· Observe qÍ.te ·está como una piedra. un pedacito se ,trabó debajo de la, tuerca y no puedo
-Tóquela, tóquela. Una cosa es· ver y· otra tocar, sacarla. La vist.a me falla.
pero en nuestro oficio hay que toéárlo todo. Gracias
. -Déselo a un mecánico.
-Lo he buscado por t¿das partes· -contestó el ca
a Dios que Günter vhría solo. ¿Cómo !'e hubierán
podido comunicar. á mi Mária· que ·estoy· tendido muerto noso dévolvién.dole. e.l encendedor-, en tocio Berlín
y frío en el piso de la· morgue? · nó ha quedado ninguno. Todos están en 'el frente.
El tercer detective. se acercó. Había revtsado todo -Si quiere, yo puedo hacerlo.
el sótano' buscando otras salidas. racias, amigo... .Me hará un gran favor.
-¿Hay algo? -preguntó el canoso. -¿Seguimos buscando? · ·
-Allí había dos salidas, pero están obstruidas. -Sí. Hayquev rlo . P.ara qué después no nos re-
-¿Con qué? · muerda la conciencia. ·
-Con ladrillos. Echaron a andar de nuevo.
-¿Hay mucho polvo?
-No. Igual que aquí, piedras rotas, ningún polvo.
··-Entonc·es,· ¿no ha\i huellas? El niño comenzó a llorar, al princ1p10 con uri llan
-¿Huellas en las p·iedras rotas? to apenas perceptible, pero a Katy le pareció tan fuer te
-Vamos a revis.ar otra vez, por si acaso. Estos ca- que todo el mundo habría podido oírlo. Entonces
nallas son muv astutos. ..., , se inclinó sobre él cuidadosamente y empezó su
,Á;,: ;,{'f, surrar una canción de cuna, pero el niño continua
Echaron á ndar todos, hablando en voz baja y
alumbrando con la linterna los más oculto·s _rincones del :¡ · ba llorando _cada v z más al o..
oscuro ,sótano Heno de ladrillos y vigas. El cano ¡ -Calla, m1 amor -susurro .Katy-, por favor, no
so se detuvo y sacó un cigarrillo. ¡ 1 llores... ·
-Espere --dijo-, vov a encender el cigarro.
Estaba. parado encin{a de la tapa metálica. ¡ «Tiene hambre -se dijo-. Seguirá gritando has
ta que. e dé. el_ ;pecho, pero! ¿cómo puedo dárselo?»
l La nma contmuaba dormida y allí abajo, en la re-
,.Z? mota oscuridad, retumbaba el agua.
'y 340
o'iJ
341
«En algún momento tendrán que irse de aquí -No, no lo vi. Si lo _hubiera visto me, habría acor-
-pensó Katy-. Ayúdame, Dios mío.» ,1 dado. . .
\ El_ segundo policía tam,poco reconoció a nadie; El
Müller, Scholz y Stirlitz ""estaban sentados en el des-
"'
'y
séptimo era e.l policía enfermizo y joven, posible-
mente tuberculoso qlle había visto a -Stirlitz.
pacho vacío del investigador Holtoff en sillas ali- ·· ·! ; «Si _Müller creyera éonvenieníe acabar conmigo 0
nea.das a lo largo de la par<::d. E,l Obersturmbann- s1 uv1era pruebas. e actas y directas, de Katy y de
führer Eis.mann abrió la puerta e hizo pasar a un j Ple1schner, se habna portado de modo. diferente.
policía. i Se encuentra en una escrucijada. Está buscando. No
-¡ Heil Hitler! -gritó el policía al ver a Müller j tiene un plan premeditado. Eso está a favor mío.»
con su uniforme de generaL ,1 -¿Ha visto usted alguna vez a estos hombres?·
Müller no contestó. Apenas disimuló una sonrisa. ;?' -preguntó Eismann.
. En el experimento de identificación no podía invitar 'º No, creo que no...,
a .otros funcionarios de la Gestapo para no arrojar Í -¿Estaba usted en un cordón en Kopenickstrasse?
la sombra de una sospecha anticipada sobre Stir- / ....;.Ah, sí, sí -dijo eL policía alegremente-, este
litz. Por esta razón, había decidido llevar a cabo I señor .me mostró su botón del SD. Lo dejé pasar a
los careos, o más exactamente, la identificación con f'\ las rumas.
fos tres hombres que estaban al tanto de lo ocu- ' -¿Le pidió que lo dejara pasar?
rrido. \ -No... Simplemente me mostró su botón. Iba en
-¿No conoce a ninguna· de est s tres personas? i coche Y yo no dejaba pasar a nadie... A él lo dejé:..
-preguntó Eismann al polida. , e:-º· ¿qué pasa -;dijo súbitamente asustado el po-
. -No -contestó el policía echando una mirada te- / hc1a-. ¿N? pod1a el hacerlo...? Sé que hay· una or-.
merosa a ·1as medallas y la Cruz de Caballero en la 1 den de deJar P,asar a todas partes a los miembros
guerrera de Mülier. /I del SD y la Gestapo. . ·
-¿Nunca ha visto a ninguna de estas personas? -Podía hacerlo -dijo Müller, levantándose-, no
-No recuerdo haberlas visto jamás. 1, . s un enemigo, no se preocupe... Trabajamos todos
-¿No pudo haberlas vi'sto de pasáda, durante los . , Juntos... ¿Buscaba. él a una mujer recién parida?
bombardeos, cuando formabl:\ parte del cordón al-. :'h:, -No ... A la mujer ésa se la habían llevado la no-
rededor de las casas destruidas? '.If.i/ che antes y él vino por la mañana.
· -Mucha geríte uniformada venía a ver las ruinas: J -¿Buscaba él las pertenencias de esta infeliz? No
puedo acordarme de nadie ert particular... ¡' _¿Usted lo ayudó?
-Gracias -dijo Eismann-, diga al siguiente que 1 -No .. -El policía frunció la f ente-. Recuerdo

i. "'
pase. 1 que ayudó a una mujer a llevar un cochecito... Un
Cuando el policía hubo salido, Stirlitz dijo: cochecito de niño... Yo estaba cerca...
-Así :,OJamente
Müller-. reconocerán
¿Quiere que al Reichsfi.ihrer.
esté sentado aquí desnudo?Su 11 -¿Ella estaba junto
-No recuerdo._ Creo aq.ue
susallí
maletas?
había varias maletas,
uniforme los confunde. ., -¿Quién?
-No importa, no confundiré a nadie -contestó ,j; ' (!;. -La mujer.
-Entonces dígales por lo menos un lugar concre- pero. no recuerdo exactamente. Me acuerdo del co-
to -pidió Stirlitz-. Les es difícil recordar algo. checito, porque estaba roto y este señor ayudó a po-
Est n en las calles diez horas diarias y para ellos i nerlo en la acera opuesta. · ..
todos los hombres tienen la misma cara. 1 -¿Para qué? -preguntó Müller.
-Está bien -convino Müller-, · puede ayud;u- . 1 -Allí había más seguridad, porque los bomberos

i
los... ¿Se acuerda de éste? .L estaban en nuestra acera. Tenían mangueras y hubie-
342 343
,_:1tL··
ran podido estropear el cochecito _Y el nm se h :
bría quedado sin lug r donde do m1r. muJer, baJo 1a mesa del Reicllsfüh,·er después de que Schellen
él cochecito al refug10 y acomodo al mno Y alh dor- berg las haya: visto.. Entiendo que usted debe
cum- mía. Yo lo vi... plir las órdenes del Reichsführer. Incluso si están
-Gracias -dijo Müller-, usted nos ha ayudado inspiradas por su amigo y mi jefe. Me gustaría creer.
mucho. Puede retirarse. que el chófer de Bormann fue de.tenido por la Gesta-
Cuando el policía se marchó, Müller le dijoa Eis- po según una or;-den superior directa. Estoy seguro
mann: de que a usted le ordenaron detener a ese hombre.
-Diga a los demás que se vayan. Müller miró perezosamente en los ojos de Stirlitz·
-Debe haber otro más viejo -dijo Stírlitz- que y sintió que se le había hecho un nudo en la .gargan-
también podría confirmar. ta. Esperaba cualquier cosa· menos esto.
-Está bien, esta bien -dijo Müller haciendo una -¿Por quécree usted...? -comenzó a decir, pero
mueca-. Es suficiente. Stirlitz lo interrumpió.·
-¿Y por qué no han llamado a:Ios del primer cor- -Obergruppenführer, le han ordenado que
me dón, cuando me prohibieron pasar? comprometa. Con cualquier método,· con. cualquier
-Eso ya fue aclarado -dijo Müller-. Scholz, ¿ha gente, con cualquier combinación, para que yo no
coincidido todo? pueda ver más al camarada Bormann. Vi cómo us-
. Sí, Obergruppenführer. Los datos .de Helwig, que ted planeó el día de hoy: hubo de todo menos· su
ese día hizo ·1a 'distribución de las patrullas en coor- entusiasmo, porque usted ha comprendido
perfecta- dinación con el servicio del tránsito, ya han lle- mente a quién le sería conveniente y a quién
no el
garlo. . . . . poner fin a mis entrevistas con Bormann. ¿Por qué?
· -Gracias dij9· Müller-, pueden retirarse tod s. Podré responderle, pero a mi regreso. Ahora no ten-
Scholz y Eismann se dirigieron a la puerta. Stir- go tiempo. A las cinco me espera Bormann. No creo
litz los siguió. que le sea provechoso eliminarme.
-Stirlitz -dijo Müller-, le ruego que se quede -¿Dónde se entrevista ustecl. con Bormann?
un momento. -Junto al Museo de Historia Natural.
Esperó que Eismann y Scholz se alejaran, ;encen- -¿Quién va a conducir? ¿El· otro chófer?
.
dió un cigarro y se acercó a la . mesa. Se babia sen- -No. Nosotros sabemos que ha sido
reclutado tado en el borde. To<ios los funcionarios de la Ges- por Schellenberg a través de la Gestapo.
tapo imitaban esa costumbre. -¿Qué quiere decir con «nosotros»?
-Está bien, los detalles coincide.n Y yo creo en -Nosotros: los patriotas leales a Alemania y' al
los detalles -dijo-,-. Ahora dígame una cosa: ¿dón- Führer.
de está el pastor Schlag, querido Stirlitz? -Irá a la entrevista en mi coche para su propia
Stirlitz .se volvió a Müller con cara de asombro. seguridad _;_dijo Müller.
-¡ Tendría que haber empezado con esa pregunta! 1 -Gracias. .
-exclamó bruscamente. . ;-.. -Lleve una grabadora en el portafolio, grabe toda
-Sé muy bien por dónde tengo que empezar, Stir- ...4\)4-)a· conversación con Bormánn y discuta el destino
!itz. Comprendo que usted ha pasado un mal rato, '·¡·' del chófer. Tiene razón: me obligaron a detenerlo
pero no debe olvidar su tacto... y aplicarle el interrogatorio de tercer grado. A su re
. -Obergruppenführer., me permito hablar con us- ·1 greso escucharemos la grabación juntos.. El coche
lo ted abiertamente. esperará allí mismo,. junto al museo.
_:_¿Usted se lo permite? ¿Y yo? -· -Es poco razonable -contestó Stirlitz, pensando
-Obergruppenführer, comprendo que todas las I rápidamente en el giro que pudiera tomar la situa
conversaciones telefónicas de ·Bormann se ponen en , t
344 f ,f
t:l llí. Bormann me llevó a casa la otra vez; si el _chó-
c
i 345
ó
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. 19 h b-ietá 'toA_{esacio, ·. ,jo 'imagi°'o qué'. tisted rt<:f no-a eri anos, germano-ingleses,· germano-brasiléii.os
me hat,rüi. rna,ftfr.i ado durante esta.s siete horas.•.'. ha Sido detenido. Himmler no podría' desvanecerse
· Nuncl;i ¡:( .s,*be, a_ lo mejor hubiérá t nido ·que . en este mundo. Bormann sí. Piénselo también. y ex-..
. cumplir una <>i:den y Ím m.ártfrio habríá' 'terÍnirtado pJíquele, hágalo con muchó tacto, que de los profe
hace ·siete_ h9tas jo.MüUer.. ·._ ·• ·_· ·.. . · ...·· • .• s1onales, cuandc;> tod9, y muy pronfo, termine en una
+-Si ·estó hubiera.ocµrrido, •Obergrup'perzführér, 'U derr? ª· no podrá prescindir. La mayor parte de 'los
·· ted habría' quédi:\do cata a' cara con muchos eném:i depos1tos hechos en l s Bancos extranjeros está.-
gos, a,quí,' ñ' este_edifiéio, y no esi:oy seguro' de ·que controlada por los ·aliados. Bormann tiene cien ve
hubiera vencidq.' : . · · .•· . ..· . .' -•- · ces· más y nadie lo sabe. Al.ayudarlo a derrotar
Cuando ya estabá.junto a la puerta, ·Stirlitz pre-. aho ra a sus enemigos, pídale garantías para su
guntp:. .•. • . · ._ · , · .· futuro
. ..,,-A_ própó,sito, en el plan que he preparado nece !irlitz. El oro de Himmler es una:. tontería y un
sito· a la rusa,· ¿Por ·qué no la' ha ttáíclo? Además; rnsensatez. Es la cobertura del oro de Bormann
. ¿pói: qué ese _truco tan extraño con el mensaje ci- - _Hitler sabía perfectamente que el oro de Hiininle;
no podía someterse a ningún control y que serviría
frado?. . . ..' . .. . . .. ª. fmes .inmediatos y tácticos. Pero el oro del par
. .
.::.:.No es tari exti:año cóino cree. V mo a interca ' ge:rma,
biár. impresiones en su.,casa en Babelsberg después de
su conversación con. Bcírmann.. · ·
• ..;.;;.¡Heil'Hitler! ijo Stirlitz.
.....a.Basta gruñó Müller-,.ya ine zuinban los oídos;,.
No· entiendo. : -Si:irlitz Se. detuvo como si hu biera -
t:hocádó ' contra .un obstáculo. Tenía· la niano
en la sólida aldaba de· cobre inscrustada en ta· ma dera
negra de -la puerta, ·
-Vamos, vamos, que usted entiende todo perfec
tamente. El Führer no es capaz de tomar decisiones
y no hay que mezclar los intereses de Alemania con
la figura de Adolf Hitler.
-Se da usted cuenta de que... .
-Sí, sí,sí.¡Me doy cuenta! Aquí no hay grabado-
ra,s y µadie lo creería si repitiera mis palabras;
además, 9sted no se .atrevería a reptirlas. Pero us
' ted mismo, si rio está llevando a cabo un juego más
sutil. que el que quiere imponerme, debe darse cuen
ta. Hitler ha llevado a Alemania a la catástrofe. No
le \reo salida a la situación creada. ¿Entiende? ¿No?
Siéntese, siéntese,; Le· quedan veinte minutos y. el
viaje durará cinco o siete minutos a lo sumo.'
¿Cree usfod que Bormann tiene su propio.plan .de
salvación? ¿Este plan· es diferente de los ·planes .del
Reichsfilhrer? Piénselo;;. Todos.los hombres de Him
rriléten el ·extrarijéro· están vigilacfos; Siempre les
há exigido acc ones, pero no los ha uidado. Sin eni
. bai:go. ; nf urt . solo miembro ·.de. los institutos
t1_d?• el o o de Bormann, no será para los agentes dentro de veinte años. Tan pronto en .algún sitio eri
p101osos m para los chóferes reclutados que les traen . vez de decir simplemente «Buenos días» se comien
a las mujeres. bajo las cámaras fotográficas de Sche ce a decir «Heil», agregando algún nombre; ésa será
llenberg, sino para cientos de miles ·.de intelectuales la señal . de que allí nos esperan y. por alíí comeríza
que a medida que pase el tiempo comprendan que i;emos nuestro gran renacimiento.. ¿Qué edad tend:rá
e!l }mundo no .hay otrocamino que el naciÓnalsó usted en 1965? ¿Cerca de setenta? Es usted un homa
cuihsmO', El oro del partido es el puente hacia el fü. bre dichoso, vivirá y jugará su partida: setenta años
turo, es la llamada a nuestros 'liijos, que ahora de es la edad flo ida de los políticos. Pero entonéés yo·
nen ll:1 mes, un año o. tres años. Los que ahora tie . ya t:ndría casi ochenta... Por. eso. me preocµpan los
nen diez años no nos necesitan ni a nosófros ni· a ·_ próx mos diez años y si usted -quiei::e hacer su. apues
nuestras ideas. Ésos no nos perdonarán el hambre ta sm temerme, contando.·. conmigo,: acuérdese de
Y los bombardeos. Pero los que todavía no tienen esto: Müller, .de_ la Gestapo, és un hombre viejo y
uso de razón, hablarán de nosotros como de una cansado. No . he acumulado din,ero sentado •. en este ·
leyenda y una leyenda debe alimentarse, deben crear
se los narradores que empleen nuestras palabras de 347
otro modo, el modo en. que vivirá la Humanidad
siHón.·• Quierp. v1v1.r i;ni vejez .;n algtín lugar, en µa Y
vayan. que 110 fornen en..los cuartos ,ni quemen
alfomt>rn.s; con. stis cigarros. ·Transinitá .ª J:Odéls
pequeña finc:a con una· piscina azut y para.lograrlo
estoy dispúesto a mostrarm,e activo. Otra cpsa: ·por
supu stc.< 119 debe dedrsdo a Jlorinann; pero se l.o
un.
/fas éstaciones1 que deber1 deferier• a :cualquier mujer
joven que lleve niño en lC> brazos Cualquiera, sin
excepciones. En cuánto vean 'a uria'·mújet con· un
digo. a ustécl: para mar har de :Berlín a µna peque-. riiñd. redén nacido en los brazos, que la lleven a la
ña finca en el trópic;ó . no hay que apresurarse, Mu- · Policía, ¿Han 1J1ándado las,·fotps? ·
chos aduladores de.l Führer huirán muy· pronto y .:..::..'SL ... ·.... . _
no se escaparán..,.. Pero cuandoen Berlín true,ne11. los
cañones rusos y los S?lclados péieen casa por casa;
Müller aptobo' con la Célbe:z:a; entró 'eii
sudespa
chó; abrió H.1. caja fuerte, saéó uná botella con vodka
·entonces•.·· uno. podrá •.marcharse..(ranqi:Iilai;nente si.n campesina de Bavierá y bebi6dbs grandes tragos
tirar la púerfa... Marcharse y llevarse el secret9 cl l . directamente de la botella.,
oro deLpartido que sólo conocen Bormann y el Füh rer.
Cuando el Führer pase al otro mundo, habrá que
hacerse indi!'¡pensable . a Bormann, . porque éste Kafy ·sintió qúe sus pies cómeriz.ahán a. entúmecer
•se>convertirá én el Montecristo del siglo xx. En es se. La níña había despertado y ahora lloraba con el
tos momen.fos sé desarrolla la lucha por la pacien- Estaba segura de que arriba:· en el sótano, no ·
. cia,. Stirlitz,. pern la base .. es la_ misma... Una !:>ase ·los oído;··Recordó.· que sólo- pudo éscucha.r el
humana y maravillosa... Váyase, Scholz le entrega rá.la ruido del agu,a cuando cayó sobre la tapa de hierro.
grabación junto al coche... Y bien, ,¿qué dice? No le Pero. el miedo le impedía abrirla.y salir. Imaginaba
creer,ía si me dijera, que está. convencido de qtie hasta los ínfimos detalles de cómo émpujaría la
Hitler vencerá. Piense en mis palabras durante el tapa con la cabeza, cómo colocaría a' los niños sobre
trayecto. Y advierta que. lo he reclutado en cinco las piedras y cómo extendería las manos y ·descan saría
· minutosy sin truco alguno, De Sc:hellenberg habla por lo menos, ún minuto anles de salir. Pero decidió
remos hoy con más calma. ,Pero debe decirle a Bor posponer la m,aniobra un poco más, obli gándose a
mann que sin mi ayuda directa no triunfará en Suiza. contar hasta setentá. Cuando comprendió que
-En tal caso -contestó Stirlitz lentamente-, lo empezaba a apresurarse y a engañarse a sí mis ma, se
necesitará a usted y yo me convertiré en un estorbo... detuvo y empezó a contar d nuevo. En su primer año
-Bormann comprenderá que, sin usted, yo no po en la Universidad asistió a un curso es pecial:
dría hacer nada. No tengo mucha gente en el depar «Revisión del lugar del suceso.» Recordaba a los
tamento de su jefe... investigadores de Pelrovka ( 1) que les enseña ban
Cuando Stirlitz se hubo marchado, Müller estuvo · cosas en la práctica y exigían que se prestara a
largo· rato solo sentado en el despacho de. Holtoff. cualquier pequeñez. ·Instintivamente, como un ani mal
Estaba enc9rvado, la cabeza inclinada contra el pea astuto, ella cubrió la tapa metálica con piédras antes de
cho las manos colgadas a .. lo largo del cuerpo. Mo me colocarla en fa· boca de entrada de la al cantarilla. Lo
tos después·. se levantó- pesadamente y se dirigió a-su ·hizo dificultosamente; con la mano derecha, mientras
oficina. -.Al pasar por la mesa de Scholz, le guntó:• mantenía agarrados a los niños con la. izquierda. ·
'-'-¿Qué hay? «¿Qué tiempo habrá pasado? -pensó-. · ¿ Una
-Han peinado todo el barrio sin encontrarla... hora? No, más; O tal vez menos; Ya no entiendo- nada.
¿Qué· dice11 los hombres desde la casa de Stir- Lo · mejor es 'abrir y si todavía están ahí o han de-
·litz? . .
Nadie llamó, nadie vino... (1) 1.:a calle donde se cncUentra la Dirección de Inves
-Que se queden un rato más. Cuando el automó vih tigación Criminal de; la URSS. -"f:I. del T.
de' Bormann se dirija= a Babels_berg, dígales que
349
jada a .alguien, daré. un paso hacia abajo y todo
habrá terminado de una vez.» .ne,cocida con hierbas. buenas. ¡Ají! ¡Col! ¡Nabos!
De pronto,. como si fuera en una fotografía, vio Así la eternidad entrará .en ustedes. ¡Yo .puedo vi vir
de nuevo el cuarto y el charco de sangre junto al un millón de años! Sí, sí, yo sé que ustedes me creen
cúello de Rolff y sus dedos moviéndose lentamente, ·.un charlatán.. No,· simplemente me permito
tratando de arañar el piso y cerca de aquellos dedos ·razonar cori m·ás audacia que sus médicos conserva
lentos que se movían extrañamente había visto la dores. ¡ Las enfermedades no existen! ¡ Es ridículo
negra funda de la pistola... Pero . entonces no pen saba curar las úlceras o lá tuberculosis! ¡ Hay ·que curar
en esa funda negra, solamente pensaba en el niño que las ,células!· El fundamento de la eterna juventud es
estaba en la mesa, junto a la ventana abier ta. «¿Y de Ia dieta, la respiracióri y . la psicoterapia. Si usted
qué me .serviría una pistola? Con sólo dar un paso alimenta bien la célula, base de todo lo vivo, y Ie
hacia abajo, todo terminaría también rápidamente. La da oxígeno y la mantiene con un entrenamiento sa
pistola. no me hace falta ahora.» bio, la hará su aliada en sus ·conversaciones con
Empujó la tapa con la cabeza, pero no cedió ni ella y con los demás miles de millones de células que
un milímetro. Hizo otro esfuerzo . tensando las determinan . su sustancia. Entiéndalo, ningunó de ·
pier nas y empujó una vez más. «Ellos estuvieron nosotros· es un ser débil 1sometido al poder de la ca
pa rados encima ,:...pens . por eso ahora es tan sualidad y de las circunstancias, sino el líder de uno
difícil abrirla. No importa. El hierro es viejo y de los Estados rriás razonables qué existen bajo el
herrumbro so, lo empujaré con la cabeza y, si no Sol: el Estado de miles de millones · de células. ¡ De
cede, liberaré la mano izquierda, la dejaré sistemas estelares! ¡Galaxias! ¡ Acaben de saber quié
descansar un. poco, mientras . mantengo a los niños nes son! ¡ Abran los ojos! Aprendan a respetarse a .
con la derecha y después usaré la izquierda para sí mismos· y no teman a nada.. Todos·1os miedos de
empujar. Claro que lograré abrir. Ahora lo mejor es este mundo son ridículos si uno entiendé el destino
cambiar la niña para la mano derecha. No la del hombre: ¡ ser hombre!»
soltaré, no puedo soltarla. Katy trató de hablar con sus dedos. Pero los niños
$i es necesario, sostendré la frazada con los dien tes, gritaban cada vez con más fuerza y comprendió que
pero sólo en último extremó. Así podré descan sar mi no le quedaba tiempo para conversar con su ejérci·
mano izquierda.» to de células. Levantó la mano izquierda que toda
Desplazó cuidadosamente a la mna que lloraba vía estaba insensible y comenzó a empujar la tapa,
hacia el lado derecho y cuando intentó levantar la logrando al fin moverla un poco. Después, empujó
mano izquierda, comprendió que le era imposible: la con la cabeza y la tapa cedió. Sin mirar siquiera si
mano, entumecida, ya no la obedecía. había alguien en el sótano, Katy colocó a los niños
«No importa -se dijo Katy-. No es tan terrible. en el piso, salió y se acostó junto a ellos, exhausta,
Pronto se calentará y podré manejarla. Con la mano en ese límite de la persecución que tranforma a una
derecha sostendré a los niños. Son ligeritos. Pero si persona en un animal acosado...
la niña no se moviera tanto; es más pesada que el
niño, más grande y pesada... » . .
k.aty empezó a mover los dedos con mucho. cui -La muerte sólo difiere de la vida en dos aspec
dado. Se acordó de Un viejo vecino de la casa de cam tos: volumen y movimiento. · El ser viviente habita
po. Alto, flaco, con un extraño brillo en los ojos un espacio cerrado mucho más· grande que un ataúd
azules. Venía a su terraza y miraba con de.sdén, mien y tiene la posibilidad de· abandonar de cuando en
tras ellos comían pan y mantequilla. «Es una locu ra cuando ese espacio cerrado que puede llamarse casa,
-decía-, el salchichón es un veneno. ¡ El queso hogar, clínica para enfermos mentales, burdel o par
también es veneno! ¡ Son los residuos nocivos de los ·1amento. O, al contrario, puede visitarlos. E.sa es·
organismos! ¿Pan? ¡Es masilla! Hay que comer car- toda la diferencia que existe -le dijo al pastor el

350 351
italiano alto y enjuto. Posiblemente· áa · muy viejo,
pero se comportaba de un modo ostentosamente corre peligro. Está en un país neutral.
joven- No temo parecer un cínico. La sinceridad· -¿Cree usted que en un país neutral no trabajan
es la suprema, razonable y determinada sustancia del los agentes de la Gestapo? Pero es un detalle que
cinismo. Nunca he pensado en formular ideas, siem no tiene nada que ver con nuestra conversación. No
pre he creído en impulsos y emociones. soy norteamericano. Tampoco soy inglés...
-Es triste escucharlo -dijo el pastor-, porque -Lo he notado por su inglés. Lo más probable es
en estos momentos cada minuto en Alemania sig que sea usted italiano.
nifica fa muerte de más mujeres hambrientas y de -Sí, de nacimiento: Pero soy ciudadano de los
niños indefensos que perecen bajo las bombas. Se Estados Unidos, y por esta razón puede hablar con
pueden hacer deducciones ilógicas en los días de _migo con entera sinceridad si tiene usted confianza
paz-, pero en los días en que se está sufriendo una en los señores que han organizado esta entrevista.
guerra, es terrible... Es cruel. El pastor recordó la copia de la conversación que·
-Otra vez estoy en desacuerdo con usted: cada le había mostrado Brüning. Dijd:
día de paz está preñado de la guerra y, por el·contra -Mis amigos que están en J\lemania consideran
rio, las horas terribles de la guerra demuestran que (y yo comparto su punto de vista totalmente) que la
se acercan los días de paz. Estamos viviendo en una rápida capitulación de todos los ejércitos alemanes
parábola misteriosa. En la base de la historia se y la liquida<;ión de todas las unidades SS salvaría a
encuentran las formas geométricas incognoscibles y millones de vidas. Mis amigos quisieran saber con
hasta la diplomacia, esta profesión mentirosa, me qué Fepresentantes de_ los aliados debemos entrar en
atrae ·por la sutileza de sus razonamientos matemá contacto.
.ticos, cuando la contemplamos a una distancia de -¿Se trata de la capitulación simultánea de todos
terminada. los ejércitos del Reich en el Oeste, Este; Sur y Norte?
-Es ·difícil hablar- con usted sobre problemas vi -¿Quiere usted proponer otro camino?
tales y para discutir problemas abstractos no tene -N1:1estra conversación ha tomado un ·rumbo ex-
mos tiempo. Los señores que me prometieron ayu da, traño: son los alemanes, no nosotros, los que se
me informaron que usted tiene de algún modo la interesan por las negociaciones. De modo que las
posibilidad de ponerme en contacto con las per sonas condiciones debemos pon1::rlas nosotros también, ¿no
de quienes depende el destino de millones de alemanes. es así? Para que mis amigos puedan conversar con
Si .pudiéramos acercar la paz, tan ansia da, aunque ustedes concretamente, debemos saber, como nos
fuese un solo día, mucho se nos habrá perdonado en el enseñaron los antiguos, ¿quién?, ¿cuándo?; ¿cuán tos?,
futuro. ¿con ayuda de quién? En caso contrario, pu diéramos
-Primero quisiera hacerle varias preguntas creer que usted, simplemente, es un agen te de la
-Con mucho gusto. Estoy dispuesto a contestar Gestapo, o un hombre desprovisto de ga rantías
todas sus preguntas. . suficientes, o un instrumento utilizado para la
-No hace falta que las conteste todas. Dejaría de información falsa.
creerle si me contestara todas las preguntas. -No soy político. Tar vez, tenga razón... Pero
-No soy diplomático. He venido con una misión... ruego que crea en mi sinceridad. No conozco a
quienes apoyan al grupo· que me ha enviado a Sui za,
-Sí, sí,lo sé. Ya me han hablado de usted. Mi pri-
pero sé que el hombre que representa este gru po
mera pregunta: ¿A quién representa usted? tiene una influencia considerable.
-Perdone, pero deseo preguntarle también: ¿Quién
es usted? Yo hablaré con usted en nombre de gente -=-Es w1 juego de ratón y gato. , En política todo
que aún está allí, en el país de Hitler. La muerte debe acordarse desdt: el principio. Sólo las personas
los amenaza a ellos y a- sus familiares. Usted ·no - que leen crónicas sociales piensan que los políticos
se hacen trampas, ocultan lo más importante, fingen
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23- DIECISIETE INSTANTES DE UNA PRIMAVERA.
y mienten. Los políticos regatean porque para ellos
no hay secretos. Lo sopesan todo, pre.guntan por la norteamericanos con los SS, todo cuanto le había
mercancía y lo_ qué cuesta. Si regatean mal, los··des mostrado Bri,ining. El pastor se sabía incapaz de
truyen sus compañeros si representan a un Estado mentir: su cara siempre lo traicionaba.
totalitario, o no son electos en las próximas eleccio · El italiano, que era. uno de los funcionarios de la
nes si pertenecen a las ·democracias parlamentarias.· oficina de Dulles, regresó a su casa: y estuvo· senta do
Quisiera aconsejarle, y puede transmitirlo· a sus ami-. durante largo rato reflexionando antes de em pezar a
gos, que no hablaremos· con ellos hasta que no se escribir .el informe sobre esta conversación.
pamos a quién representan y su programa ideoló «O este hombre no· es nadie -pensó el italiano-,
gico, en primer lugar, así como los planes que quie y no •representa a nadie en Alemania, o es un agente
ren llevar a la práctica en Alemania si. les ofrecié muy fino. No supo regatear, pero tampoco me dijo
ramos nuestra ayuda. nada. Es. posible que. entienda más de lo que que
· -El programa ideológico es muy claro: se · basa ramos nosotros, que yo de lo que pued;m dese¡ir
en el antinazismo. · ellos. Pero sus últimas pa_labras demuestran que algo
-Es la primera etapa de una ideología. ¿Cómo saben ellos sobre las negociaciones con Wolff.»
ven sus amigos la futura Alemania? ¿Qué camino
cogería? ¿Qué consignas ofrecerían a los alemanes?
Si no me puede contestar por sus amigos, me gusta
ría oír su punto de vista.
· ...:..Mi punto de vista será subjetivo -contestó el
pastor-. En todo ·caso, si temen a la orientación co
munista, se equivocan. Pero en igual medida ·consi- ·
dero monstruosa la idea de la conservación de los
aparatos represivos del pueblo que existen ahora en
Alemania; aunque adopten una nueva forma.
-Entonces debo preguntarle: ¿Quién podría man tener
al pueblo alemán en los límites del ordeh si Hitler se
fuera? ¿Los dirigentes de la Iglesia? ¿O los
comandantes reales de las unidades policiales que de
cidieran romper con el hitlerianismo?
-Las fuerzas policiales están subordinadas en Ale
mania al Reichsführe.r SS Himmler...
-Lo sé...
--:Entonces, ¿se trata. de mantener el poder de los
SS, ): .. que como usted cree, son los únicos que pue
den evitar la. anarquía e imponer orden en el pueblo?
-Pero, ¿quiéri ha hecho semejante proposición?
Creo que ·:ese problema no ha sido discutido·
todavía en ningún lugar -contestó el italiano y echó
una mirada atenta al pastor sin sonreír: por primera
vez durante toda la conversación
El pastor se asustó. Comprendió que había habla
do demasiado. Este italiano astuto podría sacarle
todo lo que sabía sobre las negociaciones de los

354
13-111-1945 (20 h 24 min)

Katy no tenía dinero'pára el Metró y debía encon


trar algún lugar con calefacción donde pudiera ali
mentar. a. los niños y cambiarles los pañales. De no
lograrlo podrían morir, ya que durante muchas ho
ras habían estado expuestos al frío.
«Hubiera sido mejor haber terminado con todo
esto por la mañana pensó Katy como si estuviera
muy lejos-. O ahí en el sótano»
La sensación de peligro .se había embotado en ella.
Salió del sótano y sin volver la cabeza se dirigió a
la parada del ómnibus. No sabía bien adónde iría ni
cómo compraría el boleto ni dónde· dejaría a los ni
ños por .algunos minutos. Dijo al conductor que no
tenía dinero, que todo el dinero había quedado en su
casa bombárdeada. El conductor le aconsejó gru
ñendo que se mirrchara a la oficina de refugiados.
Katy se sentó al lado de la ventana y sintió que se
hundía en la inconsciencia. Aquí era menor el frío
e inmediatamente tuvo ga·nas de dormir. «No dor
miré ..;..g.e dijo=-.. No tengo derecho a dormirme.»
y se durmió al instante.
Katy sentía que la empujaban y la sacudían por
el hombro, pero no pudo abrir los ojos. Se sentía
abrigada y dichosa, y el llanto de los niños le llegaba
también desde·m1,1y lejos. ·
Veía sueños raros y en colores. Inconscientemen
te protestó contra su sentimentalismo desprovisto
de gusto. Entraba con el niño en una casa· por una
alfombra azul, gruesa y mullída; ·el niño ya camina- _
ba solo, llevaba un muñeco vestido de rojo y los re
cibía Erwin,. su mamá y el vecino de la casa de cam-

357
po que pensaba vivir un millón de años...
-íSeñora! -Al.guíen la había empujado tan fuer se apoderaron de ella. Era un cambio rápido de co
. te que le hizo rozar· la cara con el cristal · frío-. lores: azul, blanco, rojo y negro, que fatigaban sus
¡Señora! ojos. Ella observaba atentamente este cambio impe
tuoso de colores. «Seguramente mis ojos se mueven
Katy abrió lÓs ojos. El conductor y un policía estaban debajo de los párpados -pensq--. Y esto se ve,
a su lado en el ómnibus oscuro. como decía el cororiel Suzdalzev en la. escuela.» Se
-¿Qué? -preguntó Katy en un susurro, apretan levantó asustada ·del banco. Todos dormían, las bom
do a los niños-. ¿Qué ocurre? . bas caían en algún lugar lejario y el ladrido de los
-Alarma aérea -le dijo el conductor también en cañones antiaéreos y el trueno de las. bombas se oían
un susurro-. Vénga... como a través de una gruesa capa de algodón.
-¿Adónde? .«Debo buscar a Stirlitz», se dijo y le asombró que
-Al refugio -dijo el policfa-. La ayudaremos a estuviera pensando tranquilamente, con. claridad y
llevar a ·los niños. lógica. «No -le advirtió una voz interior-, no pue
-No -dijo Katy, apretando más a los niños con des verlo. Ellos te han. interrogado sobre él». · «Sí,
tra su pecho. Yo los llevaré. pero ¿adónde ir? Lo mejor entonces es ir a la. Ges tapo.
El conductor se encogió de-hombros, sin decir nada. 20ué haré en Berlín? Tengo que. buscarlo.»
El policía la tomó por un brazo y _la acompañó al re «Así lo traicionarás a .él y te traicionarás a ti mis ma.
fugio. Dentro estaba cálido y oscuro. En algún lugar Lo echarás a perder todo.» .
lloraban niños. Katy se encaminó hacia un ·rincón. Katy durmió de nuevo media ·hora. Cuando abrió
Dos muchachos se levantaron del banco, y le dieron los ojos, ya se sentía mejor. Se tocó la frente: esta ba
el asiento, · caliente. «Claro que me he resfriado. Tengo fie bre..
Katy colocó a los niños en el banco y se dirigió a Por· eso tuve pesadillas. Pero ho es nada gravé. Nadie
una joven de las juventudes hitlerianas que hacía muere de un resfriado.»
guardia en el refugio. . De repente surgieron ante sus ojos aquellos nú
-Mi casa ha sido destruida, no tengo pañales. meros: 42 7455 Empujó con el codo al joven ador milado
Ayúdeme, por favor. · que estaba a· su lado.
La muchacha asintió con .la cabeza y se alejó ha cia -Dígame, por favor, ¿hay aquí cerca algún te
un rincón ·oscuro donde estaban sentadas muje res lófono?.
con niños pequeños: debía ser·el lugar más segu ro. -¿Qué? -preguntó el muchacho, levantándose de
La muchacha volvió en seguida con los pañales. un. salto.
-Tome, por favor -dijo-, hay cuatro. pañales y ,-Tranquilícese, no ,pasa nada -le susurró Katy-.·
pueden servirle por el momento. Le aconsejo que Le pregunté si hay algún teléfono cerca.
mañana .por la mañana se dirija a la sección más cer- La muchacha de las juventudes hitlerianas debió
cana de avuda a los damnificados. , escucharlos. Se acercó .a Katy y le·,preguntó:
Cuando -les dio de comer· a los niños, inmediata -¿Necesita ayuda?
·mente quedaron. dormidos. Katy se apoyó contra la -No; no -contestó Katy-. No, gracias, todo está
pared y decidió dormir una media hora. «No puedo bien.
pensar claramente -se dijo..c-..:., tengo fiebre, creo En ese momento comenzó a aullar la sirena que
que me he resfriado en el sótano... Menos mal que indicaba el fin de la alarma aérea. .
ellos no se resfriaron porque estaban envueltos en -Ella preguntaba dónde .había un teléfono -dijo
las frazadas. Tienen· los piececitos calientes, bien el joven. ·
abrigados. Dormiré un poco y después pensaré lo que ' -En la estación del Metro --dijo la muchacha-.
debo hacer.» Está aquí cerca, al doblar fa esquina.
.- Nuevamente los sueños, pero ahora incoherentes, Katy le pidió a la muchacha de las juventudes hit-
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lerianas que cuidase a los mnos un momento y co rrió
a la estación de Metro más cercana. Chispeaban los
charcos helados en la acera, junto a la cabina abierta
del teléfono publico. La luna llena era de un· azul
pálido, rodea9a de un halo iridiscente.
-Los teléfonos no funcionan -le dijo un policía-.
Se han echado a pen;ler por la onda explosiva.
-¿Dónde podría encontrar uno que funcione?
-En la próxima estación... ¿Tiene· mucha
necesi- dad de llamar? ·
_;_g¡_
venga. ' LO ABSURDO DE LA LóGICA
Elpolicía bajó con Katy a la estadón vacía del Me
tro y abrió la pm:rta del. departamento policial.
---'Llame desde aquí, pero, por favor, sea breve. Stirlitz sólo veía su cuelio. Fuerte, con el pelo cui
Katy se sentó en un alto sillón vienés y marcó el dadosamente cortado, sin cambio alguno remataba
42 7455. Era el numero del teléfono de Stirlitz. Al en la nuca de Müller. Sólo dos pliegues transversa les
escuchar los tonos intermitentes la:r;gos .y cortos no separaban la cabeza del ·cuerpo vigoroso y pulcro que
reparó de inmediato en la fotografía grande que es taba se parecía infinitamente a todos los cuerpos ·Y cabezas
colocada debajo de un cristal junto a la lista impresa dé que habían rodeado a Stirlitz dutante los ul tirilós doce·í;!
teléfonos. Era su propio rostro. El po-. Iicía estaba ños. A veces a Stiriitz lo cansaba el odio que sentía por
sitüado detrás de ella, fumando. esta gente con quienes había trabaja do en los. ultimos
años. Al principio era un odio consciente y claro: .un
enemigo e·s un enemigo. Mien tras más cumplía el
trabajo mecánico y rutinario del aparato SD,
mayores posibilidades obtenía para ver el proceso
desde dentro, desde lo más secreto
de la dictadura fascista. Su idea inicial del hitleria nismo
como una fuerza unida y dirigida se había
transformado paulatinamente en incomprensión to
tal de lo que estaba sucediendo: así. eran de ilógicas
y criminales fas medidas de los dirigentes con respec
to a su pueblo. Era el tema de conversación, no sólo
de la gente de Schellénberg o Canaris, sino también
·de los hombres de la Gestapo, los colaboradores de
Goebbels y los funcionarios de la Cancillería del
Reich. ¿Valía la pena atraerse el odio de todo el
mundo encarcelando sacerdotes? ¿Eran tan necesa rias
las torturas de los comunistas en los .campos
·de concentración? ¿Eran acaso razonables los fusi
lamientos masivos de judíos? ¿Estaba justificado
el trato inhumano a los prisioneros de guerra, so
bre todo los rusos? Estas preguntas no sólo se las
planteaban los simples funcionarios del aparato, sino
también los dirigentes como Schelienberg y, en los

361
últimos días; romo ·Müller: Pero, al plantean;e . es> ,,.·r·. no pocos obse.-vado<es ;nteligerttes que sabfan mua,
· tas preguntas, comprendiendo hasta qué punto era . a los ojos y entender. el silencio. .
·suicida la política de Hitler, ellos, sin embargo,. la Daba gracias al cielo de haber comenzado a hablar
servían con excesivo esmero y celo y algunos virtuo- 'le;• a su debido ti mpo de la enfermedad de sus ojos,
samente, aportando gran número de ideas curiosas. · de modo que siempre llevaba lentes ahumados, aun-
Eran. ellos los que convertían las ideas del Führer . que al. principio esto le producía dolores de cabeza
y sus ayudantes más íntimos en una política real, en e irritación en los ojos: su vista siempre había sido
todos aquellos actos que. justificaban el odio del perfecta. ·
mundo. · ·. . 1·. «Stalin tiene razón -pensó Stirlitz-. Los Hitler
Sólo después de verificar su convicción de que·.}a . van y vienen, pero los alemanes se quedan. Per-0,
política del Reich era· llevada a cabo por los mis: . ¿cuál sería su vida cuando Hitler dejara de existir?
mos hombres que criticaban las ideas fundamenta; ·¡ No podemos cifrar las esperanzas solamente en que
les de esta política, Stirlitz había comprendido que .. . los tanques nuestros y norteamericanos. impidan que
era otro el odio que sentía por este Estado; no como el nazismo renazca en Alemania. ¿Esperar que mue·
su odio de antes, sino un odio feroz ·y a veces ciego. ra de vejez la generación de. mis "compañeros" de
En la base de este odio ciego estaba el amor al··pue- ,\- trabajo? Antes de morir, esta generación tendrá tiem•
blo alemán, con el que había vivido estos doce lar• ··.¡;J· po de cotTOmper a la juventud, a sus hifos, de enve•
gos años. «¿La implantación de las cártillas de· ra- nenarlos con los gérmenes de la ntira y sembran-.
cionamiento? Es culpa del Kremlin, de Churchill, de do el miedo en corazones y cabezas. ¿Acabar con
los judíos:. ¿La retirada de Moscú? Es culpable el in- una generación .entera? El 4erramamiento de sangre
vierno ruso; ¿La derrota en Stalingrado? La culpa provoca nuevos derramamientos. Hay que dar. ga
es de los generales traidores. ¿Que fueron destruí- ·rantías a los alemanes. Deben aprender a hacer uso
das Essen, Hamburgo. y Kiel? El culpable es este de la libertad. Sin ·duda esto es lo más complejo:
bárbaro Roosevelt, manejado por la plutocracia nor- ·¡ enseñar a un pueblo, un pueblo entero, a usar lo más
teamericana.» El pueblo creía en estas respuestas valioso que pueda ofrecerse: la libertad gara·ntizada
preparadas por hombres que no creían en ninguna por una firme ley... » .
de ellas. El cinismo se había convertido en norma 1, . Ad Stirlitz le parecía que el descontento masivo y
de la vida política y la mentira en atributo nece- .sor o del aparato represivo, unido a la ceguera ab-
sario de la vida cotidiana. Había aparecido un nue- soluta ·del pueblo y del Führer, amenazaba frecuen-
vo concepto hasta entonces desconocido de «verdad- temente con un putsch de la burocracia del partido,
mentira» cuando, al mirarse a los ojos, los hombres de la Gestapo y los militares. Si no se había produ-
que sabían la verdad, decían mentiras, sabiendo cido· era porque cada uno .de estos grupos de buró-
exactamente que el interlocutor aceptaba esta men- cratas perseguía sus prQpios inter,ses, sus propias
tira· necesaria relacionándola con la verdad que co- ventajas personales y sus propios objetivos mezqui-
noda. Stirlitz. comenzó a odiar .en aquel tiempo el , nos. Igual que el Führer, Himmler y Bormann, todos
cruel refrán francés: «Cada .pueblo tiene el Gobier- ,f':, ellos declaraban su amor al Reich y· a la nación ale
no que merece.» Se decía: «Es un nacionalismo al .,1, mana, pero su único interés eran ellos mismos, su
revés. Es la justificación de la esclavitud y de· 1os propio «yo». Mientras más se sep raban de los inte-
crímenes. ¿Qué culpa tiene el pueblo que fue lleva- reses y las ne.cesidades del puebJo, más abstractas
do por el tratado.·de Versalles al hambre, la miseria se hacían para ellos estas nece.s1dades e intereses.
y la desesperación? El hambre engendró a sus ·"tri- · El pueblo permanecía mudo y á menudo Stirlitz oía
hunos": a Hitler y su banda.» decir a sus «colegas»: «Cada nación tiene el
Gobierno Algunas veces Stirlitz se asustaba de su odio ca- que se mere .» Y lo d.ecían con humor,
tranquila-
Hado y profundo a sus «colegas». Había entre ellos. mente, a veces con burla.
- r •
-Esto es asunto mío, Stirlitz. Pongámonos de
· «Son ,como los. favoritos .de las reinas, viven su acuerdo: lo que deba saber lo sabrá por mí. No me
momento, no se interesan por ,el pueblo. No -pen saba gusta que me miren ·a través de la cerradura.
Stirlitz-, no organizarán ningún putsch. No son -¿De qué lado? -preguntó Stirlitz con· dureza-.
hombres,· son ratas. Y inorirán como ratas: cada No me gusta. que me tomen por idiota. Yo soy un
uno en su madriguera... » . . jugador verdadero y no un imbécil.
Müller, que estaba sentado en el sillón preferido -¿Siempre? -sonrió Müller.
de Stirlitz, junto a la chimenea, preguntó: .. · -Casi siempre.
...,-¿Y dónde está la conversación sobre el chófer? -Está bien. De ·estas cosas · hablaremos· después.
-No alcanzó Iá cinta. No pu,de decirle a Bormann: Ahora quiero· oír otra vez la grabación.
«Espere un momento, tengo que cambiar. la cinta, -Como guste. ¿Quiere que haga más café?
Parteigenosse Bormarm.» Le dije que había averigua -Si.
do . que usted, exactamente usted, había hecho d má -¿Coñac?
ximo esfuerzo para salvar la vida del chófer. -No lo soporto. Una vez tomé el coñac de Kal-
-¿Qué contestó? tenbrunner, no era malo, pero prefiero vodka. El
. -Dijo que seguramente· el chófer había sido. tor coñac tiene tanino, que daña los vasos. Pero la vodka
turado en los sótanos de la Gestapo y que ya no po simplemente calienta, la verdadera vodka campe
dría .éonfia·r más ·en él. No me pareció que tuviera sina.
gran interés en el asunto. Así que puede actuar a -¿Quiere anotar el texto?
su antojo, Obergruppenfüh,rer. Por· si acaso, man -No. Lo recordaré. Aquí hay cosas curiosas...
tenga al chófer en su cárcel y que. le den buena co »Bormann: ¿Sabe Dulles que Wolff representa a
mida, y después, veremos. Himmler?
-¿Cree usted que él no preguntará más sobre el »Stirlilz: Creo que · puede suponerlo.
chófer? »Bormann: "Creo" no es una buena respuesta en
· -¿Quién? este caso. Si hubiera yo recib do pruebas exactas
-Bormann. de que éi considera a Wolff un representante de
-¿Qué sentido tendría? El chófer és un capítulo Himmler, entonces podríamos hablar en serio sobre
cerrado. Yo, en su lugar, lo mantendría vivo. ¿Y dón el inminente derrumbe - de la coalición. Si ellos es
.de está la pianista rusa? Nos haría mucha falta en tán de acuerdo en negociar con el Reichsführer, no
estos momentos. ¿Cómo está? ¿Ya la han traído pudiéramos predecir cómo se desarrollarían los. acon
del hospital? tecimientos ulteriores en el Kremlin, Londres y la
-¿Para qué la necesitamos? Ella hará lo que se Casa Blanca.
le ha dicho que debe hacer en sus transmisiones de »Stirlitz: ¿Y aquí, en Berlín?
radio, pero, por otra parte... »Bormann: Esto se sobreentiende. Y no me preo
-Correcto -convino Stirlitz-. Indudablemente, cupa por ahora. Quiero decir, que· esto no es lo
todo es muy correcto: Pero imagínese qu.e de al n único que me p'reocupa. ¿Puede conseguir la gra
modo pudiéramos relacionarla con . Wolff en Suiza. bación?
· -La trasladé a otro lugar. Rolff trabaja con ella. »Stirlitz: Primero debemos tener la seguridad de que
Creo que ya no podrá servirnos. Wolff se ha presentado como un emisario de Himmler.
-¿Se ha excedido Rolff? »Bormann: ¿Por qué cree que no se haya presen tado
-Sí, un poco... como tal a Dulles?
-¿Y por eso lo mataron? -preguntó Stirlitz en »Stirlitz: No es que lo crea, es una simple supo sición.
voz baja. Se había enterado cuando cruzaba los pa La propaganda del enemigo ha presentado
sillos de la Gestapo para ir a la entrevista con Bor
mann. 365
364
siempre al· Reichsführer como un engendro del in
-Sí -contestó Stirlitz-'-. Dígame., Parteigenosse.·
fierno... Ellos tratarán, seguramente, de olvidarse
.de este problema y de a quién representa Wolff. Su ¿Dónde debo esperarlo? .
. Soy yo -repitio Katy.
principal interés es a quién representa en el plano -¿Dónde se end1entra? dijo Stirlitz ayudando
militar. ª. Katy y señalando a Müller la grabadora para in
,;Bormann: Necesito que ellos descubran a quién smuarle que hablaba con Bormann,
él representa, per9 a través del mismo Wolff. Pte -Estoy en el Metro.:. En el local de la Policía...
cisamente a través de Wolff. -¿Cómo? · ·
»Stirlítz: Para llevar a éabo una operación, ten go. -Entré para utilizar el teléfono.
que entender el verdadero. motivo que está detrás. · ¿Dónde? Salgo inmediatamente, ¡Parteigenosse!
»Bormann: ¿Cree usted que Stalin se alegraría si . :cuchó .la dirección que le había dado Katy, re- .
le permitiéramos averiguar que los aliados occiden tales pitio de nuevo «Sí, Parteigenosse» y colgó. No le que
llevan a· cabo negociaciones, no con un nazi daba tiempo para pensar. Si· su teléfono estaba in
· cualquiera, sino con el líder de la SS Himmler? terc ptado, Müller obtendría la informacíóri al día
»Stirlitz: Creo que Stalin no se alegraría al sa berlo... siguiente por la mañana.· Mientras · tanto, tendría
»Bormann: Stalin no lo creería si yo se lo co tiempo de pensar lo que debería hacer.
municara. ¿ Pero si se lo comunica un enemigo del
nacionalsocialismo? Por ejemplo, SIJ pastor. O cual
quier otro... 1:(aty colocó con cautela el auricular y recogió lá
»Stirlitz: Evidentemente, los candidatos para ·el tra boma con que había tapado el lugar del escritorio
bajo deberíamos elegirlos de acuerdo con Müller.. bajo cuyo cristal estaba la fotografía de ella. Fue
»Bormann: Sí, sí... Eso lo hablaremos después. hacia lá puerta respirando apenas, temiendo que el
Son detalles. Lo principal es lo siguiente: su tarea policía .· pudiera gritarle. Pero la. Gestajo había in
c msiste n no contribuir· a que fracasen las negocia formado a la Policía que debían· detener a una mu jer
c10nes, smo en ayudarlas. Tampoco debe ocultar las de 25 años, y con un niño en los brazos. Y en el local
relaciones de los conspiradores de Berna con Him de la Policía abía entrado una mujer canosa, que
mler, sino revelarlas. Debe revelarlas de tal forma parecía tener 40 años, siri nada en los brazos y aunque sus
que comprometan a Himmler ante el Führer a Duc ·ojos se pareciesen a los de la foto, ¿no
lles ante Stalin y· a Wolff ante Himmler. ' · había·acaso .ojos .parecidos en el mundo? ···
· »Stirlitz: Si necesito ayuda práctica, ¿con quién
puedo mantener contacto?
»Bormann: Cumpla todas las órdenes de Schellen Media hora más tarde Stir]itz recogió a Katy.
berg, és la premisa del éxito. No excluya a la Em Des ués estuvo otra media hora dando vueltas por
bajada, esto pudiera irritarlos. El consejero en asun tos la. cmdad para asegurarse, de que no lo vigilaban,
del partido tendrá informaciones sobre ust'ed... mientras escuchaba a Katy cµie le contaba, sollozan
»Stirlitz: Comprendo. Pero posiblemente necesite do, todo lo que le había ocurrido. Escuchándola él
ayuda para luchar contra Schellenberg. Esta ayuda trataba de adivinar si su asombrosa liberación 'era
me la puede prestar sólo una persona: Müller. ¿En parte del juego diabólico de Müller o había ocurrido
qué medida puedo apoyarme en él?» · una de esas casualidades que todo agente sabe que
De pronto sonó el teléfono. Stirlitz advirtió que no suceden más que una vez en la vida.
Müller se había estremecido. Stirlitz detuvo el coche en las afueras de Berlín.
Stirlitz descolgó el teléfono y oyó la voz de Katy. De allí a Rubinerkanal habíá tres kilómetros.
-Soy yo -dijo;-, Yo... -Pasa al asiento de atrás, pequeña -diJo.
. -:-¿Qué ha· pasado?
366
367
-Nada.- Todo va bien, pequeña. _Ahora todo saldrá
bien. Ahora los hemos vencido. Baja las cortinas de -¿Tiene pluma? .
las ventanillas y duerme. No quitaré la calefacción._ -Es mejor que. escriba con la suya.
Voy a cerrar el. coche. Aquí nadie te molestará. Schellenberg se frotó la cara con la mano y dijo
-¿Y adónde vamos? · · ·. forzando una sonrisa:
-Cerca -contestó Stirlitz-. No. muy lejos. Duer- -Lo que pasa es que aún no me he despertado.
me tranquila. Debes dormir. Mañana habrá mucho
trabajo y problemas...
Había parado el automóvil a tres casas. de la villa Stirlitz conducía a toda prisa su automóvil rum
de Walter Schellenberg. bo a la frontera. En .el bolsillo llevaba dos pasapor
«Ojalá esté en casa -se dijo Stirlitz, repitiendo tes: uno a su nombre y -otro a nombre de su esposa,
como un conjuro-,..; que no se haya ido . a ver a · la señora lngrid von Kirstein.
Hiinmler en Nauen o a Hebhardt en Hohenlichen, Cuando el puesto fronterizo de Alemania quedó
ojalá esté en casa.» atrás, se volvió a Katy·.
Schellenberg estaba en su ·casa. .....:Bien, pequeña. todo ha terminado.
-Brigadeführer ---comenzó a decir Stirlitz sin Aquí,· en Suiza, el cielo era deslumbrante y alto,
quitarse el abrigo. Se había sentado en el borde A varias docenas de metros detrás de ellos el cielo
de una silla frente a Schellenberg, que llevaba una era también insondable y se adivinaba el disco ama
bata enguatada y pantuflas. Stirlitz observó que la rillo de la luna, borroso por la luz:matinal· y en este
piel de sus tobillos era muy delicada-. Müller sabe cielo amarillo y azul volaban las alondras y era un
algo sobre los· contactos de .Dulles y Wolff en· S.uiza. cielo igualmente maravilloso, pero era el cielo de
Alemania donde a cada momento podrían aparecer
.:....¡ Se ha vuelto . usted loco! -exclamó Sé:héllen
berg-. No puede ser:.. los blancos aviones ostentosamente bellos de· los
-¿Cómo pude averiguarlo yo? aliados, arrojando bombas- que llevaban la muerte
Schellenberg sé envolv.ió en su bata. Dominándo- . a la tierra. En el primer - instante, bajo los :rayos.
se, al instante le preguntó: · del sol, estas bombas parecerían blancas como el
-Bueno, ¿cómo lo pudo averiguar usted? aluminio y para aquellos que se ocultaban de ellas
...:.Müller me ha ,propuesto trabajar para él. en la tierra, les parecerían directamente lanzadas
contra sus caras y después desaparecerían en un
-¿ Y por qué Müller lo ha propuesto a usted pre surtido de fango levantado por ellas en la carrete- .
cisamente? ra primaveral, porque lá velocidad. de esos cuerpos
-Es posible que su gente haya descubierto al pas: mortíferos las. arrancaba del campo visual del .ojo
tor: es nuestra salvación; debo ir a Berna. Dirigiré humano, aún vivo, pero ya indefenso y conden.ado...
al pastor. Usted debe comprometer a Wolff. después Katy lloraba.
que reciba noticias mías. . -¿Por qué? -preguntó Stirlitz.
Stirlitz siempre hablaba con precisión y Schellen -Por nada -contestó-, simplemente que yo he
berg todo lo cogía. al vuelo. ':.'á. visto la .paz y él nunca la verá....
-Váyase a Berna sin perder tiempo... }i\ -Pero para_ tu hijo ha terminado ya . todo lo malo
-¿Y los documentos?, ¿O debo utilizar mi «ven-· -1<,,· -dijo Stirlitz- y también para la niña...
tana»? Quiso decirle a Katy algo muy cariñoso y tierno,
-Sería estúpido. Lo atraparían los suizos del con ···¡ pero no sabía cómo expresar esta sensación que lo
traespionaje, ellos quieren ganarse a los norteameri invadía. Tantas veces había dicho· estas palabras
canos al final de la .pelea... No, vaya a. nuestra ofi tiernas, delicadas, .vehementes, a Sashenka... Pero .
cina y escoja documentos seguros. Yo llamaré. 1 en sus adentros. L.a palabra no pronunciada y que
-No. Mejor escríbalo.

t
.: se repite mlle,; de veces debe convertirse en verso
368
369
24- DIECISIETE INSTANTES ·DE UNA PRIMAVERA

.J
o morir transformada· en una carga interna, que se
siente constantemente y nunca estallará. ·
-Debes pensar únicamente en el futuro -dijo Stir
litz y comprendió de inmediato que había dicho una
frase torpe e innecesaria. .
..:..No hay futuro sin pasado -contestó Katy y se
secó los ojos- Perdóname... Sé lo difícil que es
consolar a una mujer que llora.;.

LAS BUENAS INTENCIO ES

T
Después de entrevistarse con el pastor Schlag y
recibir de él los materiales sobre las negociaciones
de Dulles con el general Wolff, Stirlitz comprendió
su enorme equivocación · cuando le dijo a Katy que
. .i}) .• todo ya había quedado atrás, que todo había termi nado.
Nada había terminado.. Al contrario, todo po dría
comenzar precisamente ahora...

De Justas al Centro:

J. Según mi opinión, Dulles no está dando· una


información completa a su Gobierno.· sobre los con
tactos con la· SS. Supongo que esté informando a su
Gobierno sobre contactos con los «adversarios» de
Hitler. Wolff no pertenece a éstos.
2. · oosevelt ha declarado reiteradas veces que
el objetivo de Norteamérica, igual que el de todos
• los miembros de la coalición antihitleriana, es la
capitulación incondicional de Alemania. Sin embar
go, Dulles ha hablado de un compromiso, y fiasta
del man.tenimiento de determinadas instituciones del
hitlerianismo.
3. He analizado también la idea de que Dulles
se ha lanzado a una provocación contra los alema
nes. Pero en la Prensa de Suiza lo llaman el repre
sentante personal del presidente. ¿Es posible que el
· representante personal de Roosevelt se dedique c¡,
organizar una provocación?
Conclusión: Determinados círculos de Occidente
han comenzado un doble juego o Dulles está traicio
nando los intereses de los Estado's Unidos como país

371
miembro de la coalición antihitleriana.
Recomendación: Es necesario comunica·r a los alia Salió y tomó un taxi. Entonces decii:lió pasar por
dos que nosotros estamos inf armados de las nego la calle donde se encontraba la casa de contacto.
ciaciones que se llevan a cabo en Suiza. EsperQ que Afü estaba la flor eri la ventana: la. señal de peligro.
próximamente podré transmitir, a través de un en Stirlitz lo comprendió todo. «Y yo pensaba que era
lace, todos los detalles de las conversaciones que _11n cobarde -se dijo-. Pobre Pleischner, bondadoso
tienen lugar entre Wolff y Dulles. .·y fuerte... Perdóname, viejo.»
De repente imaginó al profesor Pleischner tirán
dose. de la ventana: un hombre pequeño, flaco y
JUSTAS.
apacible. Pensó en el horror que debió de haber ex
perimentado en sus últimos instantes cuando deci
Stirlitz fue a la «Pensión Virginia» donde se afo- dió suicidarse aquí, en libertad, después de haber
. jó el profesor. Le había escrito en la tarjeta que «el esca.pado de Alemania... Por supuesto, la Gestapo lo
tabaco de Virginia es aquí muy bueno».· Acordaron habría vigilado. O ellos mismos lo habían obligado
que todo lo referente al lugar donde residiera Pleísch a suicidarse, al comprender que nunca hablaría...
Al centro de la ciudad, por favor -dijo. Stirlitz
ner debería relacionarse -de un modo u otro..:.. con
el tipo de tabaco. Por ejemplo, si hubiera residi .:
1 al chófer del taxi-. Preferiblemente a un lugar don
do en «Gran Hotel» le escribiría a Stirlitz: «Ni en de pueda alquilar un automóvil por algunos días...
el "Gran Hotel"'pude encontrar lo que usted me ha
bía pedido: todo el tabaco es de importación y no
hay del tipo "ánfora".» .
En «Virginia» (Stirlitz localizó fácilmente esta pen En ,cuanto Katy se durmió junto a los nmos en
la habitación del hotel, Stirlitz tomó dos tabletas de

¡·
sión) no había nadié. Casi todos los inquilinos se ha
bían marchado a las montañas. Terminaba la esta cafeína (casi no había dormido durante todos estos
día's), y se marchó a la segunda entrevista con el
. ción de esquiar y éstas eran semanas en que el sol
pastor Schlag, a quien telefoneó antes anunciándo
tostaba la piel de un peculiar rojo bronce que tar
le su visita.
. daba en desaparecer. De modo que todos los que te-.
nían la _mínima posibilidad marchaban a las mon- t El pastor le dijo:
-Esta mañana no me atreví a hablarle de mis fa.
tañas donde aún había nieve. " ; miliares. Pero .ahora tengo que preguntárselo: ¿Cómo
=Quisiera entregar varios libros al profes r sue está mi hermana?
co -dijo Stirlitz al portero-, pero he olvidado su -¿Se acuerda de su letra?
nombre. -Por supuesto.
-El profesor sueco ya no existe. Se lanzó de una Stirlitz aiargó un sobre.' Schlag comenzó a leer la
ventana y . murió. pequeña nota: «Querido hermano, te agradezco tu
-¿Cuándo? preocupación por nosotros. Estamos viviendo con·
...:..Hace dos días, por la mañana. Salió de aquí muy . . · una familia campesina, los niños me ayudan a cui-
alegre, pero no volvió. ,.{'.} dar las vacas. Tenemos comida ·Y nos sentimos en
,-Qué lástima... Un amigo mío, también científi ""''-'él'·completa seguridad. Ruego a Dios que acaben pron:
co, me pidió que le entregara estos libros... Y que to las desgracias que has sufrido: tu Anna.»
· le llevara los que tenía· el profesor-... -¿Qué desgracias? -preguntó el pastor-. ¿De
-Llame a_ la Policía... Ellos recogieron todas sus qué habla? . ·
pertenencias. Se las devolverán todas si usted tiene -Tuve que decirle que usted había sido detenido.
modo de ,probar·que ·allí estaban también sus libros. Fui a visitarla no como Stirlitz, sino como uno de
-Gracias -dijo··Stirlitz-, así mismo lo haré. sus· feligreses. Áquí. tiepe su dirección. Cuando todo

372 373
haya terminado, usted ·1os encontrará. Mire sus fotos: ··1·•· •Dulles: De acuerdo coo nuestras informaciones,
esto.. lo convencerá definitivamente. Kesselring fue llamado a Berlín con motivo de· su
Stirlitz alargó al pastor una pequeña foto. Había nueva designación como comandante del frente oc
tomado varias en las montañas, pero era un día nu . cidental.
blado y la· calidad de la foto era muy deficiente. »Wolff: He oído hablar de eso, pero la noticia no
El pastor la contempló durante largo rato y des 0 ha sido confirmada.
pués dijo: · »Dulles: Se confirmará muy pronto.
-De todos modos, lo habría creído sin necesidad »Wolff: En este caso, pudiera usted quizá decir
de esta foto..: ¿Por qué está usted tan demacrado?, me el riombre de su sucesor.
-Dios lo sabrá... Estoy un po o cansado. ¿Qué
otras novedades hay? nel»Dulles: Sí. Puedo decírselo. Es el teniente coro
Wittinhof.
-Hay otras, pero no puedo evaluarlas. O no hay 'f »Wolff: .Conozco a ese hombre.
que creer en nadie o hay que convertirse en un cí »Dulles: ¿Cuál es su· opinión?
nico. Dulles está negociando con la SS. Confía en »Wolff: Cumple las órdenes con mucha· eficacia.
Himmler. . »Dulle,s: Creo que podría decirse lo misnio sobre
la mayoría de los generales del Wehrmachi:.
't,: »Wolff: ¿También sobre Beck y Rommel?
«Wolff: Buenos días, señores. ·;1 »Dulles: Eran verda,deros patriotas alemanes.:·
»Voces: Buenos días. »Wolff: En todo caso, no he· tenido contactos di-
»Dulles: Mis colegas han venido para encabezar rectos o íntimos con el general
Wittinhof. las negociaciones, »Dulles: ¿Y Kesselring?
»Wolff: Me alegro de que nuestras conversado- . ·· ·»Wolff: Como sustituto de Goering en la Luftwaffe,
nes se lleven a cabo con representantes de tan ,alto · el' mariscal de campo tenía contacto directo con casi
nivel. todos los generales del Reich del rango de
Wittinhof.
»Gaevernitz.: Me es difícil traducirle. H.able más »Dultes: ¿Cómo contemplaría usted nuestra pro-
despacio por favor. · posición de que fuese usted a ver .a Kesselring a pe-
.»Wolff (rjéndose): Es un hecho notable que el .se- dirle su capitulación en el frente occideqtal después· ñor-
Gaevernitz desempeñe el papel .de traductor en : de q4e haya logrado el acuerdo de Wittinhof sobre esta
entrevista. . . . · ll una capitulación simultánea en Italia?
»Dulles: Puedo decirle que a mis amigos Y a mí · »iWolfj: Es un paso arriesgado.
nos ha producido la más grata impresión el hecho »Dulles: ¿Acaso nosotros todos no nos arriesgamos?
de que un alto oficial de la SS comience las nego- »Una voz desconocida: n todo caso su contacto
ciaciones con el adversario sin hacer ninguna peti- con Kesselring en el frent occidental pudiera .ayu-
ción para él personalmente.,. darnos a saber de modo daro y preciso si él con-
»Wolff: Mi petición personal es la paz para los' sentiría una capitulación o no.
alemanes. · i,, »Wolff: Como él estuvo de acuerdo en Italia, po-
»Una voz desconocida: ¡ Bravo! i Es la respuesta,.;,,,:demos pensar que no cambiará su decisión en Es-
de un verdadero soldado! •:;,'".trasburgo. .
»Dulles: ·¿Nos trae algunas noticia.s? . »Gaevernitz: ¿Cuándo podría usted visitarlo en el
»Wolff: Kesselring fue llamado al Estado Mayor frente occidental? .
del Führer. Es una noticia desagradable. »Wolff: Kaltenbrunner me ha llamado a Berlín,
»Dulles: Usted lo supone...· ' pero yo he aplazado el viaje en vista de que esta
»Wolff: No espero nada bueno de llamadas ur- entrevista ya había sido concertada.,.
.gentes al Estado Mayor del Führer. »Dulles: ¿Quiere decir que usted puede salir· para
r
374 375
Berlín inmediatamente después de . que regrese a en Italia se encuentran varias decenas de miies
de Italia? prisioneros.
· »Wolff: Sí. En principio es posible. Pero... \ »Dulles: ¿Qué pudiera ocurrirles en un futuro in-
»Dulles: Lo comprendo. Verdaderamente, usted se "[!/..,, mediato?
arriesga mucho, posiblemente más que todos naso- »Wolff: Hem_os recibido órdenes de eliminarlos.
tras. Sin ernbatgo, no. veo otra salida en la situación »Gaevernitz: ¿Éstas órdenes pueden ejec;utarse
en actual. su ausencia?
»Una voz desconocida: Existe una salida.
»Gaevernitz: Usted ha iniciado las negociaciones,·..
'I »Wolff: Sí.
»Dulles: ¿Se podrían tomar algunas meoidas para
pero seguramente tendrá un apoyo determinado en: evitar el cumplimiento de estas órdenes? .
Berlín. Esto le permitiría buscar un pretexto para ,: ;;,0 »Wolff: El coronel Dollmann queda en lugar mío.·
visitar a Kesselring. . o/ Creo en él corno en mí mismo. Le doy mi palabra
»JJulles: .Si lo que le preocupa ante todo es el des- ( de .honor de ·que esta 01:den no se cÚmplirá.
tino de Alemania, ·entonces, ·ep. este caso, hast.a cier-·. «Gaeverni z: Señores, vamos a la terraza. Veo que
to punto, ese destino está en sus manos. . la mesa ya está lista. Ser más agradable continuar
•.1
»Wolff: Por supuesto, su argumento no puede de-, la conversación allí que en este cuarto donde hace
jarme indiferente. · .}·':-· demasiado calor... »
»Dulles: Entonces, ¿podernos confiar en que usted ::yl
. irá al frente occidental a ver a Kesselring? ¡
,.W-olff: Sí. · Esa. noche Katy y los mnos marcharon a París.
»Dulles: ¿Cree que pueda convencer a Kesselring Ella llevaba un mensaje cifrado de· Stirlitz.. La esta
de capitular? ción estaba desierta y tranquila. Katy se despidió de
»Wolff: Estóy seguro. Stirlitz en el hotel: él no pudo acompañarla para
,JJulles: ¿Y que el general Wittinhof seguirá su evitar el riesgo de ser visto por los espías de la Ges
ejemplo? tapo. Ella miró el andén vacío. Llovía. La locomo
»Wolff: Después de ·que yo ·vuelva a Italia... tora resoplaba lentamente. En el ·asfalto húmedo
»Gaevernitz: ·¿Si. Wittinhof flaqueara, cree que us ted serpenteaban borrosamente los reflejos de los faro
podría influir en el curso de los acontecimien- tos les, como exóticas guirnaldas indias. Los ojos de Katy
aquí? . estaban llenos de lágrimas, porque sólo ahora, cuan
»Wolff: Si. Por supuesto, en caso necesario usted do la terrible tensión de estos días había desapare
deberá entrevistarse con el ·. general Wittinhof, aquí ..· cido, tenía ante sus ojos constantemente la imagen
o en Italia. de Erwin.. Lo veía igual que siempre: en la esquina,
»Dulles: Si le parece conveniente, podemos esta junto al piano, .con sus radios y tocadiscos. que tanto
blecer este contacto con Wittinhof. ¿Cuándo pode le gustaba arreglar en los días en que no tenía que
mos esperar que regrese de su entrevista con Kes- establecer comunicación con Moscú.
selring? . .}1:
,
»Wolff: Si todo marcha bien, volvería dentro dt¾'ef•;-;..,, .
una semana y le traería a usted y a Wittinhof la fe-<.· Stirlitz no pudo. evitarlo. Fue a la estación. Que-
cha exacta de la capitulación de las tropas del Reich ría ·ver, aunque fuese de lejos, cómo se alejaba el
en Occidente. Para este momento capitulará también tren en que iba Katy rumbo a un país maravilloso,
nuestro grupo en Italia. · Francia, donde estaría segura con sus niños, de don-

r:.
»Gaevernitz: Dígame, ¿cuántos prisioneros están de llegaría un enlace d confianza y adonde tal
vez sufriendo ahora en sus campos de concentración? también él pod_ría, viajar algún díá.
: Wol// c En los campos de ooncentración del Reicñ Sfülitz se sentó en el pequeño café de la estac::
37
junto a una gran ventana desde donde podía ver
todo el tren. .
-¿Monsieur? -dijo sonriendo una camarera go da. ·
-Por favor, crema de leche y una taza de cafe. · "·;f\'j: ·Molotov citó ·al embajador de Gran Bretaña, Sir
-¿Con leche?, Archibald Clark Kerr en el Kremlin para las ocho
-'-No, café solo, por favor. . de la noche. No invitó al embajador de los Estados
La camarera le trajo una crema de leche batida
y café. . .
-Sabe. -dijo Stirlitz con una sonrisa culpa. -,
bl l · Unidos, Harriman; sabía que Kerr era un agente se-
creto británico con experiencia y de carrera y po
..·. día h_ablar:con él sin aquella dosis de superflua emo·
no . como . crema batida desde la infancia. Qmsiera .. Üvidad .que habitualmente · introducía Harriman y
crema de leche común, corriente, medio vaso. < · que tanto irritaba al comisario del pueblo.
-Oh, perdone, Monsieur -dijo la camarera to- f Apretando con el pulgar y el índice el filtro de
mando la lista de precios· y hojeándola apr surada- cartón de su cigarrillo kazbek, Molotov comenzó a
mente-,-. Tenemos crema .de ocho tipos: batida, con fumar: tenía. fama·de fumador inveterado, aunque
dulce de frutas y con queso, pero no tenemos cre1? · igual que Stalin, nunca· aspiraba ·el humo. ·
corriente. Por favor, le pido disculpas. Le pedire \. En la entrevista con Kerr se mostró especialmente
al cocinero que invente algo para usted. No come- :\· seco y sus ojos. oscuros y agudos brillaban debajo
mos crema corriente, pero tr taré de hac r a g .·· rl de lo.s lentes sin montura, cautel?sa y sombríamente.
«Ellos no comen crema corriente -penso Stirhtz-. La charla fue corta. Kerr leyo la nota que le ha-
Pero allá sueñan con un simple pedazo de pan. "Allá": bía entregado él traductor Pavlov y dijo que trans-
en Rusia, en Alemania, en todos lo países el am: · mitiría inmeditamente el texto al Gobierno de Su
bre es igual. Pero aquí hay neutrahdad: ocho tipos .¡. Maj stad. El texto decía:
de crema y \a prefieren batida. Qué buena debe ser «Al acusar recibo de su carta sobre las· negocia
esta neutralid d. Para el hombre Y para el Est do. 1 dones que .se están llevando a. cabo . en Berna- entre·
Pero cuando pasen los años, pu_ede resultar ,que mien- ·. el general alemán Wolff y los oficiales del Estado tras tú
mantenías tu neutrahdad Y com.ias crema ··. Mayor del mariscal· de campo Alexánder, debo co batida, . lo
fundamental de la vida habrá P';1-sado de - - municarle que el Gobierno soviético considera este
largo sin que lo notaras. ·N?, est.o es terri e: . ser <;) a.sunto no como un simple malentendido, sino como
siempre neutral. ¡ La neutrahdad! Si no hub_ieramos ' algo peor.
vencido a Hitler en Stalingrado, habría ocupado 5 · »El general alemán Wolff y sus acompañantes
también Suiza. ¿Qué habría p ado entonces con la; · fueron a Berna para llevar a cabo las negociaciones
neutralidad y la crema batida?» : · con los representantes. de la comandancia anglo-
Monsieur aquí tiene una crema sencilla. Cost a-americana sobre la capitulación de las tropas alema-
rá un poco ás caro porque no. está en el menú. nas en Italia del norte. Cuando el Gobierno sovié- Stirlitz
comenzó a reír de repente. , . . tico declaró que creía necesaria la participación
-Está _bien -dijo-. No tiene importancia. G;a_cias. ) .. en estas negociaciones de los representantes de la El
tren se puso en marcha lentamente. Él_miro ha,..:;,;;::'."''-comandancia militar soviética, le fue negada esta
cia todas las ventanillas, pero n vio el rostro._de _ posibilidad.
Katy. Seguramente se había metido c n sus mnos · »Esto significa que durante dos semanas, en Ber-
en su compartimiento como un ratoncito Y e st ar ía na, a espaldas de la Unión Soviética, que lleva el
sentada esperando ver a los suyos... . peso principal de la guerra contra Alemania, estuvie:
Siguió con los ojos el tren que se aleJaba Y s<: le- ron negociando los representantes de la comandan-
vantó. No había comido la crema, pero se tomo el cia militar alemana por un "lado y los repres ntantes
café. ,; l de la comandancia inglesa y americana por otro. El

378
379.
Wolff, según mis datos, ha traicionado la causa del
Gobierno soviético lo considera totalmente inadmi Reichsführer. Le rogaré que no diga nada a mi ami
sible. go Himmler para no traumatizarlo inútilmente. Pero
»V. Molotov.» le ordenaré que detenga a Wolff y que le haga ha
blar.·si ellos lo saben hacer con extraños, que apren
dan también a trabajar asÍ' con los suyos. Después
La reacción de Bormann ante el informe de Stir- de que. Wolff haya confesado y tenga sobre mi mesa
litz sobre las negociaciones de Wolff y Dulles fue sus confesiones bien anotadas, traídas por Kalten
inesperada: se alegró. Él mismo se s_intió asombra- brunner personalmente, las mostraré al Führer y ha
do por su reacción. Berlín estaba siendo bombar bré acabado definitivamente con Himmler. Me que
deado por los ingleses, en Francfort tronaban los , .. .. cañones daré solo al lado de Hitler. Goebbe1s es un histéri
rusos todo se derrumbaba en el Reich, pero. \¿;' co, no se le puede tomar en' cuenta, además no sabe
él había sentido una vengativa sensación de alegría. i lo que sé yo. Tiene muchas ideas, pero ningúII dine-·
Como tenía una mente analítica, comprendió qu ro. Yo me quedaría con sus ideas y con el dinero del
su gozo se parecía al que sienten. las mujeres envi partido. No repetiría sus errores y vencería. No im-
diosas que van entrando en la veJ:z. · , . porta cuándo obtendremos ·1a victoria: la lucha mis
· «Es mejor que sepa la verdad ma 1 cdr uf l sdobre mi : ma ya encierra la felicidad y la victoria no hace.
mismo -pensó-. Así será más fáci e en erme y "? ·más que coronar la lucha.» .
atacar: conociendo mis puntos más vulnerables.» . · 1 Como todos los funcionarios que habían trabaja do
Bormann creía. en la psicoterapia. Casi nunca to durante muchos años bajo el mando del Führer, Bórmann
mab·a medicinas. Se desnudaba, se esforzaba e.n caer cometía un solo error en sus deducciones, generalmente
en trance y dirigía una carga de voluntad hacia la muy exactas: pensaba que lo podía todo mejor que
parte enferma del cuerpo. Podía curarse un fuerte sus rivales. Bormann se consideraba el organizador

i
dolor de garganta en un día, ningún resfriad'? .lo 1,
ideológico del movimiento nacional socialista y esto le
obligaba a. guardar cama. Sabía superar la envidia, hacía contemplar con cierto des dén algunos pequeños
vencer la angustia. Nadie sabía que desde su do- detalles: es decir, a todo lo que integra el concepto de
lescencia era propenso a terribles ataques de ipo- · «profesionalismo».
condría. De la misma forma, sabría curar la dicha ;r_ ' Ribbentrop, Goering y Himmler lo temían y tenían
innnoble que ahora había surgiq,o en él. '.. f,:.) que estar atentos a sus opiniones, pero los pequeños
Contuvo las ganas de descolgar el teléfono. lla- funcionarios del Ministerio de Relaciones Exteriores,
mar a Himmler: Imaginó el efecto que producina en .·.·! del Ministerio de Aviación y los colaboradores del
el Reichsführer.' Se pondría a buscar febrilmente una coritraespionaje se reían de 'las instrucciones del lí
salida. . . . .¡·· der .del partido. Conocían todos los engranajes de sus
«Pero en la búsqueda de esa salida -pensó o aparatos y eran ellos. los que preparaban las operacio
mann- inevitablemente. cometería errores Y se 1na nes en la diplomacia, en los servicios secretos, en la
a ver 'a Schellenberg. Y es imposible imaginarse 1 industria. y en el Ejército. El diletantismo de los· sa
lo que sería capaz de . inventar· ese maldito inteiec-j{i "' bihondos como Bormann les provocaba una sorda pro
tual...» te!)ta y al final un desprecio condescendiente.
· -Aquí Bormann -dijo el Reichsleiter-, buenos Precisamente fue este diletantismo el que hizo fra.
días, Kaltenbrunner. Le ruego que venga a verme casar a Bormann. Kaltenbrunner, desde luego, no dijo

J
inmediatamente. nada a Himmler. Cumplía instrucciones del Reichs
«Sí -continuó pensando Bormann-, hay que ac leiter. Sólr¡> había ordenado qµe se llamara
tuar con mucha prudencia, a través de Kaltenbrun nuevamente al genera• Wolff de Italia. En el enorme
er. No le diré mucho tampoco.. Sólo le pe ir que aparat? de la Dirección General de Seguridad
Imperial, nada po-
:: me a Wolff nuevamente a Be'1ín. U drre que
0
381
lista la coartada de Wolff. Él debía introducirse en las
día suceder sin que llamase la atención de dos rivales· filas de los conspiradores que efectivamente estabán
poderosos: Müller y Schellenberg. El radista de Kál busc ndo la paz por separado en Berna. Podemos
Lt:nbn.¡nncr, reclutado por los hombres de Schellen 1.- disc1;1tir todos los ·pormenores. Aquí mismo, ahora,
berg, comunicó inmediatamente que . un cable estric

r
le .dictare a Wolff un informe dirigido al Führer so
tamente confidencial había sido enviado a Italia: bre estas neg ciaciones con los norteamericanos que
«Vigilar vuelo de Wolff a Berlín.» Schellenberg com hemos descubierto nosotros, la inteligencia de la SS.
prendió la señal de peligro. El testo no ofrecía di Schellenberg tuvo la posibilidad de organizar un ac
ficultades. El contraespionaje averiguó de un modo cidente e aviación ara liquidar a Wolff. Pero igno raba
sencillo la fecha exacta de la llegada de Wolff. En el que datos .tema Kaltenbrunner. Posiblemente fu ra
aeropuerto de Tempelhof le esperaban dos coches: uno 1 alguna información general; de otro modo, ha bna
con puertas blindadas y con tres· matones del cuerpo
de guardia de la cárcel subterránea de la Gestapo; el <w
·. "ji
detenido a Wolff en Italia. El escándalo de u'n
accidente aéreo no era en estos momentos convenien
otro ocupado por el Brigadenführer SS, jefe de los te. Bormann, a través de Kaltenbrunner, podía apro ve
· servicios secretos políticos del Reich, Walter Schellen r
-berg: A la escalerilla del avión se encaminaron· tres ¡ har la ?portunidad de mostrar sus datos, que ha-
hombres vestidos de negro, con carás viciosas de car 1 . bnan podido comprometer a Himrriler, aunque fue sen
muy generales.
celeros profesionales, y Schellenberg, gallardo y cor -
. Los informes enviados por Stirlitz desde Berna·so
tés, que para esta ocasión se había puesto su unifors
me de general. La escalerilla fue llevada a la puerta
r , b;e las negociaciones de· Schlag con los aliados oc
cidentl¡l_les y la historia inventada por él mismo aña
del avión «Dornier» y, en lugar de las esposas, fue-· ron diénd?le varios n mbres del Ministerio de Relationes
los fuertes dedos de Schellenberg los que apre0 taran Exteriores Y.. la Luftwaffe, p rmitían a Schellenberg
las frías manos de Wolff. asust r al Fllhrer con un posible complot. · .
Los carceleros no se atrevieron a detener a Wolff; Y si Wolff, un «soldado fiel· del Führer, miembro
se atrevieron únicamente a vigilar el coche de Sche de la SS y colaborador de Himmler», no se hubiera
llenberg. El Brigadeführer SS llevó a Wolff al apar adelantado y tomado la iniciativa en las negociacio
tamento del general Fegelein, representante personal nes.(de acuerdo con instrucciones de sus superiores),
de Himmler en el Estado Mayor del Filhrer. Fegelein t<?,do lo cual precisamente informaba ahora al Reichs
estaba casado con la hermana de Eva Bralin y esto fuhrer, nadie hubiera podido predecir el desarrollo
lo convertía .en un familiar directo de Hitle.r. de los acontecimientos en el futuro. ·
Cuando Himmler, Schellenberg y Wolff salieron del
desp cho del Führer, Bormann comprendió que había
Después de haber puesto la radio a todo volumen, perdido. · Intercambiando un apretón de manos con
Himrp.ler comenzó a gritar. Wolff_ Y agradeciéndole su «valor y lealtad», pensó si
-¡ Wolff, usted ha hecho fracasar la operación y valdna la pena llamar a Stirlitz a Berlín y enfrentar lo
me ha puesto en peligro!, ¿me entiende? ¿Cómo or mann a este canalla de faz muy blanca que había trai cionado al
y Kaltenbrunner supieron de sus negociaciones? Führer en Berna. Lo siguió pensando in cluso después
¿Cómo los sab!,lesos de Müller pudieron enterarse- de de que Himmler se había llevado a t_o a la pandilla
todo? tranquilizado por su victoria sobre el, Bormann.
Schellenberg esperó a que Himínler cesara de gri . · No_ p do tomar ninguna decisión. Repentinamente
tar y luego, en voz baja y extremadamente calmado, 1magmo la cara de Müller.
le dijo: «Sí -decidió-, debo llamar a este hombre. No
.,.-Reichsführer, usted recordará que todos los deta puedo actuar a. medias. No sólo necesito hombres
lles de este asunto debía prepararlos yo, ¿no es así?
La operación de cobertura fue bien elaborada. Tengo 383
382
como Stirlitz.. Me hace falta una persona fiel en la
dirección. De otro modo, no podré acabar con Him divisiones del frente oriental para ayudar a sus tro
mler. Discutiré con Müller todas las posibilidades, tam -pas en. el frente occidental. Sin embargo, los alema nes
bién le hablaré de Stirlitz. Podrían sonar bien en el no lo han hecho ni lo están haciendo. Continúan peleando
tribunal del partido, que habrá de juzgar a Wolff.» encarnizadamente con los rusos por Zemle nice, una
-Aquí Bormann -dijo convoz apagada la telefo estación casi desconocida en Checoslova quia que la
necesitan tanto como un· muerto a un mé dico, pero
nista-. Dígale a Müller que quiero verlo.
entregan sin resistencia alguna ciudades tan
importantes en el centro de Alemania, como Qsna bFilck,.
Mannteim, Kassel. ¿No cree usted que esta conducta de
«Confidencial y personal.
los alemanes es más que extraña e in- comprens.ible?· .
»Del primer ministro l. V. Stalin al presidente F. D.
»3. En lo que se refiere a inis informaciones, qui
Roosevelt.
siera decirle que son personas muy honradas y mo
»l. ... Nunca he dudado de su honestidad y serie
destas que cumplen sus deberes de un modo_ preciso
dad, así como de la honestidad y seriedad del señor
y no tienen intenciones de ofender a nadie. Estos hom bres
Churchill. Quiero decir tan sólo que en el transcurso
han sido realmente probados... »
de nuestra correspondencia hubo de revelarse una di
ferencia de opiniones acerca de lo que pudiera per- .
mitirse un aliado respecto · al otro aliado y lo
que no debiera permitirse. Nosotros, los rusos, Stirlitz recibió orden de Schellenberg de ·volver al
creemos que en la actual situación en los frentes, Reich. Era necesario su informe personal al Führer
cuando el enemigo se encuentra ante la capitulación sobre el trabajo que él había llevado a cabo para
inevitable, en cualquier ncuentro de los represen tantes hacer fracasar «las negociaciones solapadas de trai-
de uno de los aliados con·1os alemanes sobre los dores como Schlag» en Berna. ·
problemas de la capitulación, debe asegurarse la Pero Stirlitz no podía regresar a Berlín. Estaba
participación del otro aliado. Esto es necesario, so esperando el enlace del centro. Le era imposible con
bre todo, cuando este aliado ha manifestado interés tinuar su trabajo sin tener una comunicación segu
en dicha participación. Sin embargo, los norteame ·ra. Compraba periódicos soviéticos y se asombraba
ricanos y los ingleses 'piensan de otro modo, conside rando de que allá, en su patria, todo el mundo creyera que
que el punto de vista· ruso es incorrecto. Por esta Alemania ya se había acabado, que los días·del. Reich
razón negaron a los rusos el derecho <;le parti cipar en estaban contados y que no se podía esperar nada im
el encuentro con los alemanes en Suiza. Ya lo he previsto.
·escrito a usted, y no creo que sea superfluo re petirlo, que Sin embargo, Stirlitz sentía que podían producirse
los rusos, en urÍa situación análoga, de ningún mo<;lo sorpresas, conociendo como nadie, desde dentro, el
habrían negado a los americanos y los ingleses el derecho a poderío potencial del Ejército alemán y de . la in
participar en tal encuentro. Sigo considerando correcto el dustrfa, sobre todo ahora, después de haber penetra do
punto de vista ruso, ya que excluye cualquier posibilidad en el ·secreto de las negociaciones con Occidente.
de sospechas mutuas y no ofrece ninguna posibilidad al Mientras más tiempo pasaba, más temía esas sorpre sas.
enemigo de sembrar la desconfianza entre nosotros. Ignoraba si sus mensajes cifrados, enviados con Katy,
»2. Es difícil admitir que la falta de resistencia habían llegado al centro y al Comité Estatal de
por parte de los alemanes en el frente occidental se Defensa.
debió sólo al hecho de que fueron derrotados. Los Sabía que si Himmler llegara a enterarse de su
aleman·es tienen 147 divisiones en el frente occidental. papel en el fracaso de las··negociaciones, o Bormann
Sin perjuicio alguno hubieran podido retirar 15-20 conociera su juego doble, o· todos ellos pudieran
384 385
25.- DIECISIETE INSTANTES DE UNA PRIMAVERA
conocer una milésima parte de la verdad sobre él, su
destino sería terrible...
Stirlitz tampoco ignoraba que al regresar a Berlín,
se ponía l soga al cuello. Volver a Alemania simple
mente para morir era absurdo. Él había aprendido
a pensar en su vida desde afuera, como una catego ría
que existiese separada de él. El único sentido de volver
a Alemania era asegurándose una comunica ción que
garantizara un contacto inmediato con Mos cú y él.
necesitaba urgentemente este contacto inme diato y
seguro con Moscú.. En caso contrario, podía abandonar
el juego: él ya había hecho lo suyo. Su 17-111-1945 (22 h 57 minl
conciencia estaba limpia. Estaba mortalmente cansado,
pero esto no tenía importancia. Lo funda mental era que
él había cumplido su misión. Se encontraron en un bar nocturno, como estaba
previsto. Una muchacha alocada trataba de seducir
a Stirlitz. Estaba borracha y era algo gruesa y bo
nita a su modo peculiar y vicioso. Todo el tiempo
le susurraba: «Dicen que nosotras, las matemáticas,
somos frías. ¡Mentira! ¡ También nosotras inventamos
en la cama! ¡ En _el amor soy un Einstein! ¡Soy re
lativa y absoluta! Te quiero a ti, bello canoso!»
Stirlitz no encontraba modo· de librarse de ella.
Él ya había reconocido a su enlace por la pipa, el
portafolio y la billetera. Debía establecer contacto,
pero no lograba separarse de la muchacha. Un escán
dalo era lo menos conveniente en este momento.
-Vete a mi coche -dijo Stirlitz-. Saldré en se-
guida, · Einstein. ·
· -¿Verdad?
-Sí, sí...
-Júralo...
-Lo juro... -sonno Stirlitz-. Saldré pronto. No
te preocupes, iré. Vete. Y escríbeme alguna
fórmula nueva mientras esperas.
El enlace. le dijo que el ·centro no insistía en su·
regreso a Alemania, pues comprendía que esto sería
muy complejo ep. la situación creada y ,que se expon
dría a un gran peligro. Sin embargo, si Justas se sen
tía con fuerzas, naturalmente, al centro le interesaba
su regreso a Alemania. El centro dejaba la decisión
· final al camarada Justas, a quien comunicaban que
ya se. había solicitado al Comité Estatal de Defensa
y al presidium del soviet supremo de la URSS el tí
tulo de héroe de la Unión Soviética para él por su

387
trabajo en·Ia operación «Sunri e Crossworél»'. s( Jus
tas cree posible volver a Alemania,. ·dispondrft de. co
T,r ;:; "'.':'\ y las luces que entran de la calle me .•lum
Cuando léyó estas líneas, Stirlitz lloró por segun-
muriicaciórt, con . dos radistas, uno en Potsdarn y otro ;,,, da ·vez en su vida. La primera vez fue cuando, al re-
en Wedding, a si.·i disposición. Eran seguros,· pues ha ·¡(·,· greso de su primera misión al extranjero vio la. tum-
bían sido «c9ngelad9s» dos años antes. :_·. ba de su padre. Lloró a solas, lloró de manera mfan-
Stirlitz . preguntó al enlace:
·_•._· . •_: til son sollozos lastimeros, pero no se avergonzaba
-¿Dispone de algún tiempo to,;lavía? , · de ello, simplemente creía que su pena .debía ivir
1

-¿Por ·qué? .· en él como memoria. Su padre pertenecía a mucha


-¿Dispone de tiempo? -repitió Stirlitz fnmden · L. gente, pero el recuerdo de «papá» le perte::neda sólo
do el ceñ_ : Si tiene diez minutos, escribíré una pe 'li_•_t_•_...,,."· a éi y era un recuerdo único y Stirlitz no quería ni
queña nota. - podía admitir que alguien se ac rcase a sú recuerdo.
Tengo diéz .minutos, puedo tomar el tren de. Pa- Pero en aquel momento, en Pans, en la margen del
rís. Pero... . · . · río donde estaban lós libreros, .había comenzado. a
-Escribiré en francés -dijo Stirlitz sonriente..:..., llorar inesperadamente para sí mismo. En estas lí-
con la mano izquierda· y sin dirección. En el. centro
la conocen..... ·• · . neas había encontrado el sentimiento que tanto ne
-Tengo miedo de hablar cor¡ usted -:-dijo el en cesitaba y que no había experimentado ni sentido
lace-, es un clarividente.
.'Cr;''. en toda· su vida. En estas líneas había visto todo
· ·. cuanto imagiiiaba tan claramente, todo lo que. so-
Stirlitzaquella
. cordaba quería noche
escribirle
en laa taigá;
su mujer
eri queque
ellaaún. re- .
estaba .·.·•. ñaba, y no había podido tener ni un solo instante.
sentada junto .a una pequeña ventana y· _la enorme.· ,, Cómo escf'ibir a Sashenka que el· 17 de octubre
luna hacía· aparecer los arabescos de hielo atercio ·· dél 40 (recordaba perfectamente el díay Ja hora)/ al
pelados, agradables y· tiernos. Nunca antes había ·¡· cruzar la Friedrichstrásse, la vio a ella repentina-
sentidO aquella sensación de quietud que el destino
·.•. mente y sus manos· se helaron .y que empezó a ca-
le había deparado e::n aquella noche angustiosa y· trá- · •·-· minar.
al oírhacia
su ella,
voz olvidando que que
y comprender nó podía hacerlo
no era pero
ella, siguió,
gica.... ·. .· .. . . . . · ..
a
>
-·•· sin embargo, a esta mujer hasta que vo.Ivió dos veces
Quería
cara con decirle
lápiz yque menudo
acuarela. Que trataba
una vezdei teni:ó.
dibujarpin
su . ''''
! la· cabeza, ·al principio _asombrada y' ! ego con en-
fado.· ·_
tarla al óleo, pero acabó por rompe!" el henz . por que

,
Cómo ·escribirfe que había pedido' tres veces al
la esencia de Sashenka contradecía el óleo cate.- górico ·y centro que le permitieran volver a Moscú, pero había
espeso· que en un retrato n<;>, sólo supon_e · el
parecido, _sino la necesaria perfecc10n. Y qu el comenzado la guerra...
· la descubría nuevamente con cada día de separación. . ¿Cómo expresar en palal;>ras todo esto que ima
1 Recordaba sus palabras de joven de 17 años. A pesar
gÍnaba ahora?
del·tiempo transcurrido, aún lo asombraban la pro · En aquella ocasión empezó . traducir al francés
fundidad y ternura de sus palabras y su respeto tí lbs versos de Pasternak y los anotaba en forma de
mido hacia él. Entonces le había dicho a los gendar prosa, pero luego comprendió que no debía hacerlo,
mes: «Me _avergüenzo de ustedes, sefj.ores. Sus sos- porque un enemigo inteligente hubiera podido con
pechas son inmorales.» , vertir estos versos en una prueba contra él, que apa-
Quería contarle la ve_z que en París, en los estable recía como un hombre que tomaba jugo de naran
cimientos de libros junto al Sena, había leído casual - jas y fumaba su cigarrillo como lo dictaba la II10da
mente en un librito manoseado: «Quiero irme a casa, en el lugar donde vivía. Se metió la hoja en el bol sillo
a la vastedad del apartamento que atrae la tristeza. (pensando maquinalmente que sería más có modo
Entraré, me quitaré el abrigo, lo empezaré a recor- quemarla en el coche); a las palabras con que

388 389
empezaba su carta agregó: «Creo que esto ocurrirá
en un futuro ,cercano.»
¿Cómo contarle sobre el encuentro con su hijo,
en Cracovia, en el verano del año anterior? ¿Cómo 18 fll-1945 (16 h 35· min)
decirle que el muchacho estaba ahora en Praga y
que su corazón anhelaba verlos a ella y al pequeño
Sasha que se había convertido en Sasha adulto sin El motor del «Horch» gruñía. uniforme y podero
que él ·pudiera verlo? ¿Cómo expresarle su amor y samente. Un letrero sobre fondo azul junto a la ca
la desgracia de que ella no esté a su lado, y que es rretera indicaba que faltaban 247 kilómetros para
peraba el día ei;i que al fin pudiera verla? Las pala Berlín. Entre las nubes bajas se veían los lagos azu les
bras son poderosas únicamente cuando son muchas de un cielo cercano. Lá nieve ya se había derre tido y
y se transforman en la Biblia o en Pushkin... De otro la tierra estaba . cubierta con hojas de rob.le del color
modo, no son más que escoria verbal. de la herrumbre. Desde el bosque se veía el cielo
Stirlitz terminó la carta con un «Te quiero y te azul, reinaba e·l silencio y se olía a humedad. Por
beso». radio transmitían una canción de Marika Rokk:
El enlace miró el reloj.
-Sí, sí-dijo Stirlitz. Diecisiete instantes de una primavera
-Tengo un par de inutos más. quedarán cautivos en tu éorazón·.
« ¿Cómo puedo expresar con palabras mi angustia · Sé que siemp1·e habrá música alrededor,
y mi amor? -continuó pensando-. Mis palabras. es que giratán los árboles bailando,
tán gastadas como viejas monedas, Ella me qmere y sólo la gaviota atrapada en la corriente.
y cree también en mis monedas gastadas... No puedo se· ahogará sin que tú puedas ayudarla.
escribirle de este modo. Estuvimos juntos muy poco
tiempo y ella vive de aquellos días en que estuvimos Stirlitz frenó bruscamente. No había· tránsito en
juntos. Me quiere comci a aquel ser lejáno y diferen la carretera y él salió del coche sin apartarlo de la
te. ¿ caso puedo escribirle de este modo? vía. Entró en el bosque de pinos y se sentó en la tie
-Sabe -dijo Stirlitz, guardando las hqJas. en su rra; donde renacía la primera -hierba tímida y de un
bolsillo- tiene ústed razón, no vale la pena arras trar· verde brillante. Stirlitz acarició suavemente la· tie-.
esto 'a través de tres fronteras. Tiene razón. Per-- done rra. Durante largo ·rato estuvo allí s.éntado, acari-
que le haya robado tiempo. · . dándola con las mános. Sabía lo que le esperaba cuan
do aceptó volver otra vez a Berlín. Tenía derecho
a estar sentado mucho tiempo en aquella tierra pri
maveral y fría y a acariciarla con las manos...

, ..
A
Moscú-Berlín-Nueva.York.

FIN

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