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1.

2 El promotor de la salud como


facilitador en el manejo del sobrepeso y
la obesidad

L.N. Primavera Pérez Romero

L.N. Denisse del Carmen Terrones Martínez

Objetivo:

 Reconocer la importancia del promotor de salud como educador para el manejo de


pacientes con sobrepeso y obesidad.
Introducción

La educación y la salud forman parte de los derechos humanos debido a que se considera que
son indispensables para el desarrollo integral de la persona. Tal es su importancia, que se han
tomado en cuenta para la valoración del índice de desarrollo humano de los países, ya que se
considera que las personas y sus capacidades deben ser un criterio central para valorar el
desarrollo de un país, más allá de sólo el crecimiento económico. A su vez, la educación y la
salud favorecen al progreso de un país, por lo tanto contribuyen al desarrollo de una nación.

Dentro de los sistemas de salud, los promotores son un agente clave para favorecer el
bienestar de las personas mediante la promoción de la salud. Dicha promoción incluye el
fomento de estilos de vida saludables a través de acciones educativas que involucran la
comunicación, la enseñanza y el aprendizaje con la finalidad de fortalecer las habilidades y las
capacidades de los individuos para que sean aptos de modificar las condiciones que impactan
su salud. Por lo tanto la promoción de la salud implica un acto educativo.

Una de las estrategias clave para la promoción de la salud es la educación en salud, donde el
promotor debe reflexionar sobre el papel activo que toman tanto él como el paciente, así como
la importancia que tiene lograr una interacción que vaya más allá del tratamiento de una
enfermedad a través de la prescripción de algún fármaco, es decir, una interacción que permita
a los pacientes desarrollar las destrezas necesarias para tomar decisiones sobre su salud, en
conjunto con la orientación del promotor.
1. Importancia de la educación para la salud

Para contextualizar la educación para la salud, cabe mencionar que la educación permite que
las personas adquieran conocimientos, reflexionen sobre sí mismos y sobre el modo de
mejorar su realidad, así como que desarrollen capacidades que les permitan mejorar su vida.
De este modo, la educación para la salud tiene la finalidad de ofrecer a las personas
conocimientos relacionados con el cuidado de la salud, un análisis sobre su condición actual y
el desarrollo de aptitudes que les permitan cuidar su bienestar.

En este sentido, se debe comprender que la educación para la salud forma parte de un
proceso de enseñanza – aprendizaje, donde es necesaria la participación del promotor y de
los pacientes que permite a ambos ser más activos dentro del fomento de su salud y les
confiriere un grado de responsabilidad. Este proceso de enseñanza - aprendizaje es la parte
medular que permite facilitar la adopción voluntaria de comportamientos que mejoren o sirvan
para el sostenimiento de la salud.

En este sentido, el promotor debe tener siempre presente que la educación para la salud forma
parte de la promoción de la salud con la finalidad de mejorar la calidad de vida de las
personas; por ello, la orientación que ofrezca a sus pacientes se debe acompañar de
estrategias que faciliten a los mismos el cuidado de su salud, considerando asimismo, la
importancia que tiene entablar una adecuada relación con el paciente.
2. Importancia del promotor como educador en el cuidado de la salud del paciente
con sobrepeso y obesidad

Los promotores son una parte esencial de la promoción de la salud, pues su labor requiere
estar dedicada a mejorar la salud y procurar el bienestar de los pacientes; así como prevenir y
tratar las enfermedades por medio del fomento de estilos de vida saludables, acompañando al
paciente durante el tratamiento. Por lo anterior, el promotor debe hacer uso de la educación
en salud para enseñar al paciente a cuidar de su salud.1

Para que el promotor de la salud desempeñe su papel como educador es indispensable que
considere que cualquier acto relacionado con la salud constituye siempre una “situación
educativa” la cual se debe aprovechar en todo momento en beneficio del paciente. 2 De ahí la
importancia de que los promotores trabajen en colaboración con los pacientes, pues esto
permite que sean más participes en su tratamiento reforzando su compromiso en el
autocuidado de su salud, aumentando su autoeficacia y confianza en sí mismos.3-5

Esto último resulta muy importante, en especial para los pacientes con sobrepeso u obesidad,
ya que la alimentación y actividad física forman parte del tratamiento y ambos casos implican
modificaciones en el estilo de vida. Por ello, el acercamiento con estos pacientes requiere
ir acompañado de la educación, ya que no basta con transmitir información al paciente sino
que es necesario guiarlo para que pueda realizar cambios graduales y acumulativos.

Por ejemplo, decirle al paciente “Usted requiere mejorar su alimentación” es una idea ambigua
y que orienta de manera limitada las acciones que el paciente requiere realizar para
alimentarse saludablemente. En cambio, “Vamos a conocer
cuáles son los grupos de alimentos para que pueda identificarlos
en sus tiempos de comida” permite dar claridad y un sentido más
claro las acciones que llevarán a cabo tanto el promotor como el
paciente. De manera que, es muy importante que dentro de la
educación para la salud de pacientes con sobrepeso y obesidad, se proporcione información
y conocimientos, según las necesidades fisiológicas, psicológicas y sociales del paciente que
le permitan cambiar su estilo de vida y prevenir el desarrollo de comorbilidades.6, 7
Asimismo, es fundamental que el promotor de la salud asuma su papel como educador y
fomente una buena relación médico-paciente, para lo cual es necesario que sea atento,
tolerante, justo, servicial, imparcial, agradable, accesible, razonable y seguro de sí mismo, así
como que esté dispuesto a escuchar al paciente, ser empático y generar una buena
comunicación, ya que estas cualidades le permiten mejorar la atención que brinda a los
pacientes y favorecen que el paciente se apegue al tratamiento y tenga éxito.4, 5

3. Promoción activa de la salud

Como se mencionó previamente, la educación para la salud implica un acto educativo con la
finalidad de mejorar la calidad de vida de las personas. Este proceso de enseñanza y
aprendizaje puede ser individual o colectivo; por ejemplo, existen diferentes programas de
salud que tienen como objetivo sensibilizar a la comunidad sobre los factores sociales,
ambientales y emocionales que inciden en la salud.5 En dichos programas los promotores
promueven la participación social y comunitaria, por lo tanto, deben involucrarse y priorizar los
problemas que se presenten en la comunidad y ayudarlos a buscar las mejores estrategias
para garantizar el logro de objetivos.8

Dentro del sector de salud en México existen programas integrados de salud como
PREVENISSSTE que tiene como objetivo la participación activa del promotor de salud para
brindar información relacionada con la preservación de la salud, aportar recomendaciones que
contribuyan a promover estilos de vida saludables, fomentar el auto cuidado de la salud,
identificar y controlar riesgos en salud, establecer diagnósticos tempranos, propiciar
tratamientos oportunos y en consecuencia prevenir y retrasar complicaciones ocasionados por
las enfermedades crónicas degenerativas.

Adicionalmente, debido a la creciente prevalencia de sobrepeso y obesidad, también se generó


el Programa de Prevención y Regresión del Sobrepeso
y la Obesidad (PPRESyO), con la finalidad de mejorar la
alimentación, la calidad de vida, la prevención de
enfermedades crónicas no transmisibles y, en su caso, el
tratamiento temprano de las mismas, el cual atiende a
población infantil, adolescente, adulta y adulta mayor.8
Otro programa es PREVENIMSS, el cual se divide por etapas
de vida y busca donde se lleva a cabo una prevención y control
del sobrepeso y la obesidad, promoción de la salud y detección
de enfermedades, en el que se han creado guías de promoción
de la salud, con información práctica para las diferentes etapas
de vida.8

Asimismo, la Secretaría de Salud diseñó la Guía de Práctica Clínica “Prevención,


Diagnóstico y Tratamiento del Sobrepeso y la Obesidad Exógena” en el que se reconoce
a la alimentación, ejercicio y modificación del estilo de vida como piedra angular en el
tratamiento de la obesidad. Estas estrategias ofrecen información a los promotores de la salud,
para que la puedan poner en práctica con los pacientes que atienden en el primer nivel de
atención.8

Conclusiones

La educación para la salud es necesaria para contribuir a la modificación del estilo de vida, lo
cual es indispensable en el tratamiento del paciente con sobrepeso y obesidad. La relación y
comunicación que el promotor establezca con el paciente con sobrepeso u obesidad debe
promover una reflexión sobre su padecimiento, las causas que lo originan y riesgos en su salud
para orientarlo a tomar decisiones encaminadas al cambio de conductas que permitan mejorar
su la salud.

También es importante que el profesional de la salud como educador mantenga la promoción


de la salud de manera constante en el ejercicio de su profesión, ya que las creciente
prevalencia de enfermedades crónicas está relacionada con estilos de vida que pueden
modificarse, previniendo así la aparición de dichas condiciones que afectan la salud de la
población mexicana. Por ello, es importante que el promotor de la salud, debe involucre al
paciente a los programas integrales de salud, ya que por medio de estos se puede concientizar
al paciente sobre el cuidado de su salud.
Bibliografía

1. Consejo general de colegios oficiales de médicos. El buen quehacer del médico pautas
para una actuación profesional de excelencia. Madrid 2014.
2. Universidad Centroccidental Lisandro Alvarado. Los roles del médico. [19/01/208].
Disponible en:
http://www.ucla.edu.ve/dmedicin/departamentos/medicinapreventivasocial/comunitaria/
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3. Hernández-Torres I, Fernández-Ortega MA, Irigoyen-Coria A, Hernández-Hernandez
MA. Importancia de la comunicación médico-paciente en medicina familiar. Archivos en
Medicina Familiar. 2006; 8(2): 137-143.
4. Departament of Health and Human Services. National Heart Lung and Blood Institute.
Manual del promotor y promotora de salud, su corazón, su vida. Estados Unidos.
Universidad de Minessonta: 2008. [19/01/208]. Disponible en:
https://catalog.nhlbi.nih.gov/sites/default/files/publicationfiles/08-4087.pdf
5. Basurto Hoyuelos-S, Vergara-Micheltorena I. Estrategias y Herramientas de promoción
de la salud. España: Elsevier; 2011.
6. Figueroa, Arriata A. Ética y educación para la salud. Segunda edición. Chile: Cuadernos
de Bioética; 2000. [23/01/2018]. Disponible en:
http://aebioetica.org/revistas/2000/2/42/210.pdf
7. Vargas-Umaña I, Villegas del Carpio O, Sánchez-Mongue, Holthuis K. Promoción,
Prevención y Educación para la Salud. San José Costa Rica: Editorial Nacional de Salud
y Seguridad Social; 2003. [19/01/2018] Disponible en:
http://www.montevideo.gub.uy/sites/default/files/concurso/documentos/Ed211.paralaS
alud-MariaT.Cerqueira.pdf
8. Secretaria de Salud. Estrategia nacional para la prevención y el control del sobrepeso,
la obesidad y la diabetes. México: IEPSA, Entidad para estatal del gobierno Federal;
2013.

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