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El Proyecto y la Enseñanza en la Arquitectura

Durante mis años de estudio me cuestione continuamente mis conocimientos en

arquitectura, mis conocimientos acerca de proyectar, después de graduarme comencé

a enseñar y fue entonces cuando deje de cuestionar mis conocimientos de arquitectura

y proyectar, para comenzar a cuestionar mi proceso reflexivo. Al enseñar, me toco

sacar aquellos conocimientos que estaban ahí, pero que no era parte de mi ser

consciente. Conocimientos que entendía, pero en los que no había caído en cuenta de

su significado. Eran conocimientos que en ese primer momento eran como respirar o

caminar, a ciencia cierta no sabes cómo funciona, no tienes la teoría a la mano, pero

sabes hacerlo.

Es por esta razón que mi reflexión del proyecto y la enseñanza en la

arquitectura, tendrá una connotación bástate personal, y quizás caiga en lo sentimental,

pero a lo largo de estos años, que sin duda son pocos, pero espero que vayan en

crecimiento, con la ayuda de autores he ido reconociendo y reforzando mi proceso de

enseñar y de enseñarme.

Y es que la enseñanza en la arquitectura es un proceso, desarrollar un proyecto,

es un proceso. Es por esta razón en la que siento completa sintonía con Peter

Eisenman y a su vez con Moneo, quien en su libro “Inquietud Teórica y Estrategia

Proyectual en la Obra de Ocho Arquitectos Contemporáneos” habla de la incorporación

del concepto de procesos en la arquitectura que realiza Eisenman, Moneo dice “tal

conciencia crea, naturalmente, una extraordinaria inquietud, viéndose Eisenman

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obligado a introducir el concepto de process: el proyecto se entiende a través de lo que

ha sido la secuencia en el tiempo que los ha hecho posible” 1.

Citando nuevamente a Moneo “el proceso enseña el “como” la arquitectura como

proceso es la arquitectura de las escuelas, lugares donde aprendemos a “cómo

hacer” 2.

A través del proceso es como se puede evaluar el aprendizaje de un estudiante,

es el proceso el responsable de generar un proyecto. Pero este proceso debe tener un

objetivo, no puede ir guiado por el proyectar solo por proyectar, sino que siempre cada

profesor debe tener claro cuál es el punto de partida y cuál es la meta. Para así tener

una línea clara de pensamiento por el cual guiar a los estudiantes.

En una entrega final de diseño el resultado final, sirve como referencia de los

conocimientos adquiridos, pero es el proceso el que permite el resultado final, el

proceso entonces como generador de conocimiento.

Pero, así como no puede existir un proceso sin un objetivo. No puede existir un

proyecto sin una reflexión, cualquier asignatura, siempre debe apostar a la reflexión

constante del conocimiento. Una reflexión de idas y venidas, una reflexión que impliqué

concientizar lo aprendido, al punto que el estudiante sea capaz, como dije en un

principio, de explicar el proceso para respirar y caminar de una manera clara y

consciente. Citare Campo Baeza, quien en sus recopilaciones para su libro “La Idea

Construida, la Arquitectura a la luz de las Palabras” toma el texto “Aprendiendo a

1
MONEO, R. (2004). Inquietud Teórica y Estrategia Proyectual en la Obra de Ocho Arquitectos Contemporáneos.
Ed. Actar. Barcelona. Pág. 151.
2
MONEO, R. (2004). Ob. Citada. Pág. 152

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Pensar” de Pablo Fernández “creo que este proceso de reflexión continua es lo más

importante que el alumno tiene que ir aprendiendo a ejercitar en los cursos de

proyectos” 3.

Citando nuevamente a Campo Baeza “Enseñar a proyectar es enseñar a

aprender a pensar y a construir. Aprender a mirar. […] Proyectar arquitectura es crear.

Crear es pensar. Pensar, como bien decía Sullivan, es crear en nuestro pensamiento”4

Enseñar en arquitectura, es entonces aprender a usar, en primera instancia, el sentido

común y después concientizar lo aprendido.

La arquitectura no se aprende a través de un manual que tiene las respuestas

para cada situación, sino que se aprende como dice Zumthor en su libro “Pensar la

arquitectura” “viendo hacer a otros. Activar y estimular al estudiante con visitas a obras

de arquitectura, así como encuentros y contactos, desarrollando la capacidad crítica de

percibir…” 5 Es por lo que no es el deber del profesor dar la respuesta al estudiante sino

guiarlo a través del proceso para encuentre un criterio propio.

Es por esta razón que un taller de proyecto se debe crear una atmosfera crítica,

donde se puedan realizar debates, sin prejuicios, del estado de cada proyecto y a si

incentivar al estudiante formar su propio razonamiento.

Siendo así la prueba oral del concurso de oposición, que desde mi perspectiva,

busca crear en los futuros profesores una la reflexión crítica sustentada de un proyecto.

Busca que aprendamos a ver, a reflexionar y así como se le enseña a un estudiante, a

3
CAMPO BAEZA, A. () La idea Construida, La Arquitectura a Luz de las Palabras. Pag. 131
4
CAMPO BAEZA, A. () Ob. Citada. Pág. 21
5
ZUMTHOR, P (1996) Pensar la Arquitectura. Pág. 67

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concientizar, mientras seguimos aprendiendo, porque, aunque nuestro papel como

profesores es formar a nuevos profesionales, es inevitable que enseñando aprendemos

un poco cada día.