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Captura de Pantalla 2023-07-04 A La(s) 00.44.10
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Índice:
Rovere, M. (1999) Redes en salud, Nuevo paradigma para el abordaje de las organizaciones y la
comunidad……………………………………………………………………………………………………………………………….…..29
Franco, T; Merhy, E (2016) Las redes en la micropolítica del proceso de trabajo en salud…………….51
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UNMdP - Escuela Superior de Medicina - Redes y Sistemas de Salud
REDES EN SALUD
Elina Dabas
Néstor Perrone
Noviembre de 1999
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Redes en Salud 2
REDES EN SALUD
I. FUNDAMENTACIÓN
El pensamiento de la Modernidad
Esta realidad tomada como la verdadera, dio lugar a lo que la epistemología car-
tesiana llamó conocimiento objetivo. Este conocimiento priorizó los estándares; las gri-
llas explicativas que posibilitaban ordenar la realidad; valorizó lo cuantitativo, constru-
yendo instrumentos de medida para evaluar y juzgar lo que sucede. Las emociones y la
pasión, al igual que la intuición y lo artístico fueron considerados productos menores y
por lo tanto desvalorizados, sin que por ello se resten méritos a las contribuciones que el
pensamiento positivo aportó al desarrollo de la ciencia.
La influencia de la postguerra
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Redes en Salud 3
ciones autoorganizadoras 1: el lazo biocultural que surge del lazo biosocial. Las apro-
ximaciones genéticas, neurológicas, antropológicas, psicológicas, pedagógicas,
ecológicas, sociológicas, históricas, entre otras, convergen para dar consistencia y enri-
quecer a la vez la idea de la unidad y de la diversidad humanas. Surge con fuerza la ca-
racterística de la organización del sistema humano: la generación de grandes variedades
de comportamientos y de relaciones sociales. Se comienza a ver un sistema humano
multidimensional resultante de interacciones organizacionales, que presentan caracteres
muy diversos.
Dichos cambios al mismo tiempo que mantienen una estabilidad lograda con
anterioridad, desarrollan modalidades organizacionales novedosas.
Pensando en redes
Surgen, entonces, otras formas de concebir la relación entre las personas: las redes
y las concepciones heterárquicas 2 (Von Foerster, 1990; Najmanovich, 1995). Esta
concepción nos aleja de las formas jerárquicas, que tratan de imponer la autoridad de la
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El concepto de autoorganización se refiere a la capacidad de los sistemas para modificar sus estruc-
turas cuando se producen cambios en su medio, logrando un mayor nivel de complejidad durante dicho
proceso y potenciando sus posibilidades de supervivencia. Dichos cambios mantienen tanto la estabilidad
lograda como desarrollan modalidades organizacionales novedosas (Dabas, 1993). Asimismo este con-
cepto está ligado con el de autonomía. Un sistema auto- organizado debe trabajar para construir y recons-
truir su capacidad autónoma. Pero se habla de autonomía no en el sentido clásico de la libertad sino, por
el contrario, de una profunda dependencia energética, informativa y organizativa con respecto al mundo
exterior. Esta capacidad de autorregenerarse y autorrepararse es denominada organización recursiva
(Morin, 1994)
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El concepto de heterarquía se refiere a la posibilidad de coexistencia de “jerarquías” distintas, tanto
sucesivas como simultáneas, en el funcionamiento de un sistema determinado. En este caso las diferen-
tes posiciones se reconocen no por la función adscripta sino por la idoneidad en el desempeño de la mis-
ma. No implica la negación de la jerarquía sino la coexistencia y el reconocimiento de una variedad de las
mismas.
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La metáfora de la red nos ubica en que las singularidades no son las partes que se
suman para obtener un todo sino que construyen significaciones en la interacción;
en que una organización compleja es un sistema abierto de altísima interacción con
el medio; donde el universo es un entramado relacional. El conocimiento ya no
busca la certeza sino la creatividad; la comprensión resulta más importante que la
predicción; se revaloriza la intuición y la innovación.
La mirada sobre las organizaciones sociales desde esta perspectiva permite pen-
sarlas como redes sociales, dentro de una concepción que concibe la realidad en térmi-
nos de relaciones, de pautas que conectan. En ese sentido las redes sociales han existido
desde siempre dentro de una realidad dinámica y cambiante, asumiendo diferentes for-
mas de relación, interacción, comunicación e intencionalidad. Lo importante es que los
propios actores involucrados en esas organizaciones tomen conciencia de la existencia
de esas redes, al igual que los administradores que generan intervenciones para su ma-
yor efectividad.
Debe tenerse sin embargo en cuenta que los cambios no suceden de un día pa-
ra otro. Se trata de un proceso que ya está iniciado, que tiene avances y retrocesos, que
implica una migración epistemológica. Ésta no se produce abruptamente; está acom-
pañada por momentos de entusiasmo por lo nuevo; otros, de miedo por lo que se dejó;
algunos, en que lo diferente a emprender resulta difícil de realizar y por lo tanto nos
tienta a regresar a las formas conocidas.
Vale a esta altura detenerse en la noción de red social, que incluye a la red vin-
cular y la red nocional. La red vincular está constituída por las múltiples relacio-
nes que cada persona establece (red de vínculos). D. Najmanovich (1995) plantea que
los seres humanos convivimos en un universo vincular en evolución y nos relacionamos
con él atravesados por la emoción. Esto nos permite crear el mundo con otros y cons-
truir significados diversos según el contexto. Al mismo tiempo la red nocional posibili-
ta contar con un soporte que posibilita enmarcar nuestro accionar a través de “es-
to quiere decir lo mismo para ambos” (red de nociones). No se trata solamente del
marco teórico en el cual los profesionales respaldan su accionar. Muchas veces éste se
constituye en la repetición de una construcción realizada por otro. En cambio la red no-
cional, basada en diversos marcos teóricos, es una coconstrucción peculiar, modificable
y factible de enriquecerse permanentemente.
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Redes en Salud 5
La red como sistema abierto, implica que admite el ingreso y el egreso de las
singularidades que lo componen así como la posibilidad de cambios en las funciones
que éstas desempeñan. Así alguien que “cura” es en otra situación “paciente”; alguien
que enseña puede en otro momento ser alguien que aprende, y a la inversa alguien que
deriva pueda luego recibir una derivación contrarreferida. Esta característica hace que la
red rechace a la compartimentación.
Una vez adentrados en la noción de red social surge el gran interrogante: ¿ cómo
trabajar en las redes, cómo fortalecerlas, como reconocerlas, cómo definirlas?
La búsqueda de la fórmula para crear ese escenario transformador hace que muchas
veces no se aprovechen las oportunidades que los ámbitos de trabajo: el hospital, el
centro de salud, el consultorio, la comunidad, nos brindan.
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La administración transitó a lo largo de este siglo por diferentes enfoques que dieron a
las organizaciones objetos de estudio, sus particulares concepciones y levantaron para
su mejor comprensión distintos aspectos y dimensiones de análisis, que funcionaron a
modo de hipótesis explicativas de sus desempeños.
El pensamiento del siglo XX aportó otras concepciones que deben ser capitalizadas co-
mo conquistas en materia de administración y gerencia, las que culminan al cierre de la
centuria con las propuestas de nuevos paradigmas, materializados en buena medida en
la visión de las organizaciones como redes y trabajando en red.
La formación de los administradores debe ser vista como un proceso para ampliar
sus enfoques, para pensar mejor, para abrir caminos, para incorporar nuevas ideas y
comprometerse con nuevos valores y con los cambios requeridos, para la mejor
comprensión del mundo actual, para su mejor capacidad de acción, más que para
conseguir un “producto técnico eficiente” en el manejo institucional.
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Todos los líderes y el propio personal de las instituciones son vitales para el logro de
objetivos, más allá de las condiciones individuales de quien dirige. En consecuencia
la capacitación estará dirigida no tan sólo a los gerentes superiores sino a al personal
en su totalidad, en particular los que lideran los cambios y a sus grupos en la propia
línea de producción.
La gerencia requiere de otros enfoques, particularmente por los cambios que se vie-
nen produciendo en la atomización de las organizaciones, producto en buena medida
de la descentralización. La organización atomizada y holográfica surge de los nue-
vos paradigmas. La imagen holográfica, representación fotográfica en tres dimen-
siones obtenida con el rayo laser, guarda todas las informaciones del todo en cada
una de sus partes.
La organización es visualizada como una red compleja de relaciones entre las distin-
tas partes que la conforman. Cada parte conoce dinámicamente a cada una de las
otras. El valor de un elemento lo determinan los nexos, la red de relaciones y el es-
tado de los otros miembros. Las estructuras son objeto de percepción, red de rela-
ciones percibidas y no realidades físicas. El significado de las partes está determina-
do por el conocimiento previo del todo. El todo está en cada parte y éstas a la vez
están en el todo, lo conocen y pueden reproducirlo. La organización se transforma
en un conjunto de pequeñas organizaciones, administradas con un máximo de inter-
dependencia. La conexión de las partes está dada por un intenso sistema de comuni-
cación, en el que todas las informaciones son distribuidas igualmente por todos los
sectores. Cada una de las partes sabe bien que pasa en las otras. Las personas for-
man parte de un sistema social común, comparten ideas y objetivos, tienen poliva-
lencia funcional y sentimiento de pertenencia, sin forzar la conformidad. Se reduce
la gerencia intermedia. Los liderazgos son alternativos y variables y aún voluntarios.
”Lo que parece estar emergiendo no es un futuro dominado por una corporación o
un gobierno global, sino un sistema mucho más complejo, similar a la organización
en matrices, que se ha visto surgir en ciertas industrias avanzadas. Más que a unas
cuantas burocracias globales, piramidales, se están tejiendo redes o matrices que en-
lazan diferentes clases de organizaciones con intereses comunes, un sistema reticu-
lar abierto, en lugar de un sistema cerrado.” (Alvin Toffler)
Los códigos básicos de los nuevos enfoques de la administración tienen mejor cabi-
da en las redes y el trabajo en red:
Diversidad, pluralidad, inclusión, interacción, dinámica, complemen-
tariedad, interdisciplina, flexibilidad, compatibilización, negociación
Democracia, convocatoria, aproximación, participación, influencia,
objetivos comunes, equidad, solidaridad, sustentabilidad, aceptabili-
dad moral, compromiso, nueva relación, cooperación, colaboración,
comunicación, transparencia, satisfacción, creatividad, innovación,
cambio
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La esencia del trabajo en red es la decisión voluntaria de dos o más personas, institu-
ciones o áreas institucionales, de desarrollar una tarea en común, en procura de objeti-
vos compartidos explícitos, manteniendo la identidad de los participantes.
El vínculo así generado tiene carácter horizontal, de relación entre pares, acotado
por los acuerdos normativos que entre ellos establezcan, por fuera de las regulaciones
burocráticas de las respectivas instituciones a las que pertenecen o puedan pertenecer.
Las redes pueden ser vistas como sistemas, en cuyo caso puede decirse que se trata de
sistemas bien definidos ya que tienen una clara finalidad, pero están abiertos en sus
límites, quedando a criterio de sus miembros y de los acuerdos que entre ellos establez-
can, el dimensionamiento y la conformación última de la red.
Para la generación de una red es imprescindible que exista una finalidad explícita, de
interés para las instituciones y las personas que han de conformarla (ideario comparti-
do) Estos fines no reemplazan ni colisionan con los fines de las organizaciones partici-
pantes, ni con las funciones o estructuras formales existentes, sino que en general los
complementan, aunque introducen cambios profundos en su concepción y funciona-
miento.
Los fines pueden ser muy disímiles, algunas redes son de defensa de derechos, otras son
utilitarias para mejorar la producción de bienes o servicios, otras para el intercambio,
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La intención del trabajo en red es aunar esfuerzos, evitar duplicaciones, alcanzar por
complementariedad una mayor capacidad resolutiva, ser más eficaces y eficientes en lo
que se hace como producto del intercambio y la colaboración. Casi todas las redes en
salud tienen entre sus fines la actualización, la nivelación y la educación continua de sus
miembros.
“Cuando se decide lanzar un trabajo en red, las instituciones y las personas que se vin-
culan procuran aprovechar el valor de la heterogeneidad y la diversidad para el benefi-
cio del conjunto, estimular el intercambio y la cohesión entre ellas, reforzar la identidad
de las partes, generar una masa crítica con dimensión y representatividad, capaz de
promover los cambios deseables e influir en las decisiones fundamentales”. (Reunión de
Puebla, México, Red PROASA, Programa de Administración de Salud, Fundación W.
K. Kellogg).
Con frecuencia el trabajo en red se orienta al mediano o largo plazo, aunque siempre
atento a los problemas de la coyuntura. La propia consolidación de una red requiere
tiempos prolongados más allá de las urgencias. Sin embargo las redes responden con
prontitud a los hechos que las provocan o demandan su respuesta, visualizándose en
oportunidades y por este mecanismo en la plenitud de su presencia, como puede verse
por ejemplo en las redes de defensa de derechos.
Resulta interesante pensar que la noción de redes tiene aplicación no sólo para las orga-
nizaciones de la oferta de salud sino también para el término demanda de la ecuación,
expresado en las relaciones de las personas y de la comunidad a la que pertenecen.
Es por ello que para el momento aplicativo se consideró conveniente reconocer en salud
al menos los siguientes niveles de redes:
Red personal
Red comunitaria
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Red institucional
Red de servicios
Red intersectorial
No obstante, debe tenerse en cuenta que estos “recortes” se consideran sólo a los fines
de exposición, en el entendimiento de las innumerables relaciones interactivas que se
dan entre ellos y a la posibilidad de haber escogido otras delimitaciones operativas.
La red personal
Existe evidencia comprobada de que una red personal estable, sensible, activa y
confiable protege a las personas de las enfermedades, actúa como agente de ayuda y
derivación, afecta la pertinencia y la rapidez de la utilización de los servicios de salud,
acelera los procesos de curación y aumenta la sobrevida, es decir, es salutogénica. Po-
demos afirmar que existe una correlación directa entre calidad de la red social y calidad
de la salud (Sluzki, 1996)
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Calidad es el cumplimiento de condiciones requeridas o acordadas previamente (estandar)
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En la implementación de Programas Sociales cobra especial relevancia la preocupación por
aumentar la eficiencia en la utilización de los recursos que estén disponibles e incrementar la
eficacia en alcanzar los objetivos de los proyectos que se financian con ellos (Cohen, E. Y
Franco,R. (1996).
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Sin embargo, muchas de estas cuestiones podrían ser resueltas, y por lo tanto incidir
en el incremento de la calidad y la eficiencia de la atención y del cuidado de la salud, si
se considerara la perspectiva de red social de inserción de la persona o paciente ya des-
de el ingreso del mismo a la institución y luego en su entorno social. Este es un enfoque
que generalmente no está incluido en la semiología médica. Con suerte en algunos ca-
sos, se solicita la intervención de Servicio Social, pero desde una visión de derivación y
no de articulación.
Según C. Sluzki, la red social personal es la suma de todas las relaciones que un
individuo percibe como significativas o define como diferenciadas de la masa anó-
nima de la sociedad. Esta red contribuye sustancialmente a su reconocimiento como
individuo y constituye una de las claves centrales de la experiencia individual de iden-
tidad, bienestar, competencia y protagonismo, incluyendo los hábitos de cuidado de la
salud y la capacidad y adaptación a una crisis. (Sluzki, 1996)
La importancia de los distintos grupos de relaciones intenta focalizar sobre una si-
tuación que no ha sido considerada sistemáticamente por los prestadores de salud.
Cuando se logra traspasar el límite de considerar al paciente como alguien aislado, des-
contextualizado, el grupo que se ha privilegiado es el familiar. La importancia central
que nuestra sociedad ha dado a cosanguineidad, ha llevado a que en situaciones en que
ésta se halla debilitada, no puedan considerarse la importancia de otros lazos que poseen
los mismos atributos que los vínculos familiares. En situaciones tales como migraciones
adquieren una importancia central.
La red social personal podría ser registrada en forma de un mapa, construido con la in-
teracción del consultante.
familia: precisando en este punto no sólo como está compuesta, sino las relaciones
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que resultan más significativas. Desde este punto de vista, es importante precisar
tanto los integrantes de la familia nuclear como la extensa, sin prescindir de aque-
llas que estén geográficamente distantes.
relaciones laborales o escolares: muchas veces estas relaciones son las únicas que
una persona posee, fuera de su ámbito familiar. La cotidianidad de estos vínculos
hace que resulten sumamente importantes tanto para brindar información como para
las funciones de acompañamiento y apoyo.
Este mapeo posibilitaría, por un lado, contar con un banco de recursos que puedan
operativizar acciones que trascienden el área de la salud. Es importante aclarar que le
trascienden en cuanto a la operación pero no en cuanto a la responsabilidad. Por ejem-
plo, al sistema de salud le resulta difícil el seguimiento de un paciente después de un
alta pero su responsabilidad está en asegurar los procedimientos para dicho seguimien-
to, conociendo la situación socio - familiar de esa persona.
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La Red Comunitaria
Estos componentes por lo general no tuvieron en cuenta la lógica de los actores socia-
les. 5 . Lo central de la participación ha residido en la convocatoria de la gente a una
serie de actividades planificadas desde la lógica de los programas. Si bien esta lógica
es uno de los componentes centrales de la estrategia de APS, por oposición al modelo
de atención centrado en la demanda espontánea e individual por patología, la observa-
ción que corresponde realizar es que la mayoría de los programas han sido bajados
desde los niveles centrales en forma vertical y paralela, con una gran desarticula-
ción entre ellos.
5
El actor no es aquél que actúa conforme al lugar que ocupa en la organización social, sino el
que modifica el entorno material y sobre todo social en el que está colocado al transformar
la división del trabajo, los modos de decisión, las relaciones de dominación y las orientaciones
culturales. Puede tratarse de una persona o de un coletivo” (Bourdieu, P. ,1993)
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En los últimos años se han comenzado a utilizar los Sistemas de Información Geo-
rreferenciados (SIG). El S.I.G. es un conjunto de herramientas integradas en un
sistema automatizado capaz de colectar, almacenar, manejar, analizar y visualizar
información referenciada geográficamente. Desde la perspectiva de las redes socia-
les es imprescindible que la población participe activamente en la gestión de la in-
formación, en su sistematización y en el conocimiento que de ella se derive. Pero no
es sólo la identificación de información adecuada lo que se posibilita sino una mo-
dalidad más eficaz de acercamiento, convocatoria y permanencia en el programa.
Estas acciones, al ser realizadas en conjunto con los integrantes de la comunidad,
generan la confianza necesaria para sostener la participación en el mismo. Esto re-
dunda, por un lado en el incremento de la eficiencia , y por el otro, en el desarrollo
sistemático de un proceso de fortalecimiento de la participación ciudadana a través
del área de salud.
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En los últimos años, se viene considerando que las evaluaciones de los programas
sociales con participación comunitaria, están constituyendo verdaderos observato-
rios del avance de la calidad con equidad, tanto en la evaluación continua como fi-
nal de los proyectos y programas, en las que se cumplen múltiples funciones:
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Esto se extiende a los resultados de las acciones evaluativas, ya que “la utilidad de una
evaluación es en buena medida la que de ella extraigan (...) las distintas audien-
cias” (Tiana Ferrer, 1995).
De manera especial, cabe resaltar la importancia de que los resultados de las evaluacio-
nes lleguen a manos de la población destinataria, convertidos en información ágil, clara
y precisa, proporcionando elementos que les posibiliten reformular y enriquecer tanto
su participación como el cuidado de la salud.
Redes Institucionales
Como todo nuevo aprendizaje, éste requiere de clara intencionalidad desde la direc-
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ción institucional, avalada a su vez desde la conducción política del sector. Es funda-
mental considerar que lo planteado implica un proceso que encontrará logros y obstácu-
los, y que por lo tanto hay que poder acompañarlo y sostenerlo. Asimismo es importante
que los que conducen el proceso puedan establecer normativas claras que apunten al
fortalecimiento de procedimientos donde predomine la integración en detrimento del
aislamiento.
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Esta articulación es una de las más difíciles de lograr, ya que implica cuestiones presu-
puestarias provinciales y/o municipales, las que a la vez implican políticas de gobierno.
Es conocida la preocupación por los pacientes que “cruzan” las fronteras establecidas
para recibir atención de salud, ya sea porque como usuario reconoce la mejor calidad
del servicio que se presta en una zona diferente a aquella en la cual tiene fijado su do-
micilio, o porque razones de orden laboral determinan que utilice un servicio fuera de su
lugar de residencia.
Hay aquí una contradicción interesante a considerar: entre la decisión y/o posibilidades
del usuario y los límites geográficos de las administraciones provinciales y/o municipa-
les. Esto toma un cariz especial en las ciudades o pueblos fronterizos, donde un alto
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porcentaje de la atención ambulatoria y de las camas para internación son requeridas por
usuarios provenientes de países limítrofes. Esta contradicción lleva tanto a un sobreuso
de determinados servicios como también a una subutilización de los mismos. Resultaría
importante pensar en establecer acuerdos interjurisdiccionales, en el contexto de los
mercados comunes.
Hasta aproximadamente inicios de los años 90 las redes habían sido concebidas como la
articulación entre hospitales clasificados según su nivel de complejidad y vinculados
dominantemente en forma ascendente para la derivación de pacientes desde los puestos
y centros de salud a los hospitales más complejos, acompañando los procesos de regio-
nalización provinciales.
Redes Intersectoriales
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tienen una condición dinámica, por la cual tienden a su organización y desarrollo local y
social, con el objeto de mejorar condiciones de vida.
Ahora bien, la comunidad está constituida por personas que viven solas o en
familias de características diversas y por organizaciones que prestan diferentes servicios
de acuerdo a las necesidades e intereses de la población.
Al mismo tiempo, este proceso constituido por prácticas interactivas, promueve la “cul-
6
Víctor Pérez Díaz (1995) considera a la sociedad civil como "un entramado de instituciones sociopolíti-
cas que incluye un gobierno (o estado) limitado, que opera bajo el imperio de la ley, un conjunto de insti-
tuciones sociales tales como mercados ( u otros órdenes espontáneos extensos) y asociaciones basadas en
acuerdos voluntarios entre agentes autónomos, y una esfera pública en la que estos agentes debaten entre
sí y con el Estado acerca de asuntos de interés público y se comprometen en actividades públicas”
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tura del relacionamiento” que mencionáramos más arriba. Estas prácticas conforman un
capital simbólico invalorable que posibilita pensar desde otra perspectiva no sólo el de-
sarrollo de la sociedad sino la adquisición de un entrenamiento social para el abordaje
de situaciones críticas, como catástrofes, epidemias o emergencias (Bertucelli, 1994)
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REDES EN SALUD;
UN NUEVO PARADIGMA
PARA EL ABORDAJE DE
LAS ORGANIZACIONES Y LA COMUNIDAD
Mario R. Rovere
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INTENDENTE MUNICIPAL
Dr. Hermes Juan Binner
SECRETARIO DE SALUD PUBLICA
Dra. Mónica Fein
SUBSECRETARIO
Dr. Miguel A. Cappiello
Directora Gral. de PROGRAMACIÓN Y COORDINACIÓN
Dra. Beatriz Martinelli
INSTITUTO DE LA SALUD
“Dr. Juan A. Lazarte”
(Secretaría de Salud Pública
Asociación Médica de Rosario &
Universidad Nacional de Rosario)
Director:
Dr. Carlos Bloch
ROVERE, M.(1999) Redes En Salud; Un Nuevo Paradigma para el abordaje de las organizaciones y la comunidad,
Rosario: Ed. Secretaría de Salud Pública/AMR, Instituto Lazarte (reimpresión)
“Redes en Salud”
Dr. Mario Rovere
Docente Instituto “Juan A. Lazarte”
Asesor Secretaría de Salud Pública
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ATENCION PRIMARIA RESIGNIFICADA
EN LA RED DE SERVICIOS 2
En este capítulo vamos a reflexionar sobre el tema de Atención Primaria y del Primer Nivel de atención
en relación a las redes. Abordamos aquí un tema que en algún momento apareció con mucha fuerza, como un
concepto muy interesante y estimulante en el campo de la salud. Tenemos la obligación de ubicarnos en el aquí
y ahora, para saber cuáles de nuestros conceptos, por los cuales hemos estado trabajando y peleando durante
varios años, mantienen y renuevan su vigencia o necesitan ser resignificados. Se trata en parte de todo este
juego que hay alrededor de la idea de la historia, que nos dice lo que somos, pero también lo que estamos
dejando de ser y que nos reinterroga permanentemente, en tiempos particularmente complejos, difíciles, más
difíciles todavía porque algunas dimensiones de las cosas que ocurren, también se nos escapan.
Una primera pregunta a formular sería: ¿cuál es la vigencia hoy del concepto de Atención Primaria?.
Como sabemos, APS es una construcción que a partir de fines de los ‘70 se empieza a dar con mucha fuerza,
probablemente con más fuerza en el espacio del discurso sanitario, que sobre los hechos y las prácticas, que
muchas veces han acompañado más tímidamente la transformación del sector que el mismo discurso.
Las ideas fundantes entre 1977 y 1978, cuando surgen en el ambiente sanitario mundial – a instancia de
UNICEF y OMS – “Salud para todos en el año 2000” (SPT2000) y luego de “Atención Primaria de la Salud”
(APS), nos llevan al contexto de un mundo que parece realmente muy alejado de lo que ocurre hoy en día. En
el origen de la conocida declaración de Alma Ata, hay una conjunción de factores múltiples, entre los cuales
no hay que dejar de tener en cuenta todo lo que significaba para aquella época la emergencia de un nuevo
orden económico internacional, la crisis del petróleo, la vigencia de la Guerra Fría, un equilibrio particular de
la Socialdemocracia en la conducción de la OMS y en la de UNICEF, un equilibrio y una presencia de la
URSS, dado que Alma Ata en realidad era territorio de la URSS, y la presencia de un gobierno Demócrata en
los Estados Unidos. Una serie de conjunciones que nos hacen decir, en pocas palabras, que los mismos actores
reunidos hoy, no escribirían las mismas cosas. El equilibrio o la correlación de fuerzas que permitieron aquel
escrito y en aquel momento no existen más. Existen otras cosas y nos proponemos analizar brevemente cuáles
son.
A fines de los ‘80 la asociación entre la consigna “Salud para todos” y la estrategia de Atención Primaria
entra en crisis. Sobre todo a partir de asumirse que, lo que hasta entonces era una meta, con plazo (Salud para
todos) pasaba a ser un objetivo, sin plazo. Significa que alguna parte del recorrido se perdió la parte final de la
consigna, que deja de considerarse una meta. Se pierde el 2000 como un referente muy fuerte, que en el ‘78
operaba, pero que en los ‘90 se constata que es imposible. Pero que fuera o no imposible no sería en realidad
un gran problema, porque en definitiva ninguna meta tiene una obligación tan taxativa; la duda más grande era
si en realidad íbamos o no en ese sentido, si íbamos hacia “Salud para Todos” y simplemente tardaríamos más,
o si caminábamos en sentido inverso.
Lo que se empieza a verificar es que se producen algunas inflexiones, a punto de partida de las grandes
revoluciones conservadoras de los ‘80, inauguradas apenas 5 años después de Alma Ata con la asunción de
Ronald Reagan y Margaret Tatcher, que van generando condiciones totalmente nuevas en el escenario
internacional. Ellas hacen que muchos de los resultados, pero también muchas de las aspiraciones, empiecen a
reconfigurarse en ese período. Sin embargo, a pesar de que esta situación empezaba a preexistir, el discurso
trató de sostenerse sobre la base de una especie de redoble de la apuesta, sobre la base de reafirmar los
principios suponiendo que si uno los dice muchas veces se van a cumplir.
En la práctica las consecuencias posteriores nos empezaron a explicar que la llamada estrategia de
Atención Primaria, en términos generales no era muy estratégica que digamos. Es decir que configuraba en
sentido estricto un patrón normativo, un marco, una especie de modelo pero no tenía en cuenta en la práctica lo
que es vital para cualquier estrategia: un análisis de actores. En ese análisis de actores debería constituirse la
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Conferencia, 6º Congreso “La salud en el municipio de Rosario”, 22 de abril de 1997
Salud en el Municipio
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pregunta básica para saber si la Salud para todos es tan deseable y tiene un nivel de consenso tan alto, tal vez
justamente por su indefinición. En la práctica la pregunta es: ¿si hay tanto consenso, por qué no se va
espontáneamente hacia allí?. De alguna manera había que decodificar qué y quiénes se oponían a la consigna
“Salud para todos”.
A partir de aquí empiezan a analizarse fenómenos más amplios, porque para entender quiénes se oponen a
“Salud para todos” hay que analizar la lógica de cómo se asignan los recursos en nuestras sociedades. Hay que
empezar a analizar aspectos más complejos como pueden ser problemas de inclusión y exclusión, los
problemas de reconfiguración por el mercado, la concepción misma del mercado en su sentido social. Es que
en su sentido social, el mercado es más complejo que el propio sentido económico; aparece como una regla de
juego o un “sistema de exclusión de baja conflictividad”, es decir que en la práctica la lógica fundamental del
mercado es que reduce la conflictividad en la exclusión. Pero en realidad es un mecanismo de exclusión
porque sólo funciona cuando hay información perfecta a toda la población - cosa que no ocurre nunca - y bajo
igualdad de posibilidades - cosa que tampoco ocurre nunca - con lo cual en su funcionalidad social el mercado
es un mecanismo de exclusión. En consecuencia se produce una tensión.
En esa tensión queda atrapada la lógica de APS, entre lo que podemos llamar planificación y mercado; es
un debate que en realidad era muy anterior al de la APS. Este debate se quiso zanjar con la idea de
planificación y mercado, como si no fueran excluyentes u opuestos. Esto es un juego de fuerzas considerando
que atrás de la planificación había actores concretos y atrás del mercado también.
Bajo esta configuración lo que empieza a aparecer es que, librado a las reglas de juego del mercado, el
sector salud tiende a generar salud para cada vez menos población. Esto, en términos generales, indica que en
la atención de la salud, dado el par complejidad-cobertura, el mercado, por sus reglas de juego, siempre va a
buscar la complejidad. ¿Porqué?. Entre otras cosas, porque ahí están los factores más rentables, las demandas
inelásticas, las demandas insensibles al precio, la facilidad de segmentar; mientras que para nuestra lógica
sanitaria más vale prevenir que curar, probablemente para el mercado más vale curar que prevenir. De manera
que opera casi estrictamente al revés, sobre todo cuando la atención de la salud se transforma en una
mercadería.
Configurada desde esta perspectiva, y un poco extremadas estas posiciones, era necesario entender, había
que encontrar, qué se oponía a “Salud para Todos”, porque de lo contrario la Atención Primaria no iba a
aparecer nunca como una estrategia, sino como una modelización de un deseo. Teníamos que ir encontrando
caminos concretos para ir construyendo la idea de Atención Primaria como un juego de valores básicos, que
tuvieran que ver con cosas más importantes que lo comunicacional que podía haber detrás de la consigna
“Salud para todos”.
En este contexto paradojal, donde la situación de distribución de recursos tiende a la exclusión, a la
concentración de la riqueza como mecanismo casi estructural de las reglas de juego planteadas, el tema de
salud había que entenderlo dentro de una contextualización más amplia. Una contextualización más amplia
tiene que ver con modificaciones más importantes que se empiezan a dar en la misma idea del Estado y en la
relación Estado-sociedad. Lo que ahora conocemos más ampliamente, la idea de desmontaje del Estado de
Bienestar, es de alguna forma un artefacto contemporáneo que tiene mucho que ver con el mismo debate de
Atención Primaria y quién se opone y quién no se opone a la lógica de Atención Primaria.
Algunos autores ya han decodificado que dentro del concepto de Estado de Bienestar hay dos artefactos
distintos:
Un primer artefacto se origina a fines del siglo pasado, y tiene como emergente fundamental la seguridad
social, los seguros de desempleo, los mecanismos más vinculados a la prestación de servicios a los sectores
trabajadores, que en sentido estricto se trata de una estrategia política de estabilización social surgida en la
época de Bismarck, que va generando un mecanismo por el cual los sectores trabajadores acceden a ciertos
standards y a ciertos servicios a los cuales no accederían espontáneamente por su nivel de ingresos, sino a
través de un mecanismo de solidaridad horizontal. Este mecanismo a la vez produce un ascenso social ya no
individual sino colectivo y la posibilidad de que estos sectores beneficiados por este crecimiento relativo,
contribuyan a generar la paz social bajo una hipótesis de amenaza de la misma.
Pero hay otro artefacto dentro del Estado de Bienestar que surge del modelo Keynesiano, que en realidad ya
corresponde a la década de los ‘30 y donde aparece más bien una estrategia de naturaleza económica en la
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12 Redes en Salud
cual el Estado sale a compensar las crisis, que por lo general son crisis de circulación de la economía,
generando mecanismos para hacer circular nuevamente el dinero cuando éste se estanca. Esta lógica, esta
sobreimpresión, ha generado la idea de que el Estado de Bienestar en realidad es un artefacto económico,
cuando en sentido estricto es sobre todo un artefacto político. En consecuencia no es de extrañar que
muchas décadas después, por detrás del desmontaje del Estado de Bienestar haya empezado a aparecer
fuertemente la palabra gobernabilidad. En términos generales esta palabra está hablando de una amenaza de
caída de la gobernabilidad, de una dificultad que ya había sido prevista por los fundadores del Estado de
Bienestar que justamente por ello lo crearon: para aumentar la gobernabilidad.
Los países europeos se encuentran en estos momentos en una gran tensión interna, tienden a entender las
dinámicas mundiales, pero no a sobreactuar (ellos dirían overreaction) frente al estímulo de los cambios
externos. Cambian las cosas pero las estudian más. En consecuencia, hoy en día, paradojalmente en muchos de
los países europeos, lo que está apareciendo fuertemente es la reafirmación del concepto de los derechos
sociales, generando entonces un debate muy fuerte porque lo que se está buscando progresivamente es la idea
de que estos derechos sociales tienen que reafirmarse ya no bajo la lógica de un Estado donante de estos
servicios sino bajo la lógica de una construcción de ciudadanía vinculada directamente a sujetos concretos de
este derecho. La ciudadanía se conforma si hay derechos pero también si hay sujetos, de tal forma que alguien
cobre eventualmente la violación de estos derechos.
La construcción de los derechos llamados de segunda generación, los derechos sociales, nos plantea un
dilema muy fuerte porque en sentido estricto se separan de los clásicos derechos individuales, de la base inicial
de los derechos humanos. La primera generación de derechos era una generación basada en lo que el Estado no
debe hacer: son derechos “negativos”, derechos por omisión. El Estado no debe coartar la libertad del
ciudadano. Es imposible desde el punto de vista del Estado decir “yo no cumplo con este derecho porque no
tengo dinero”. Al contrario, sería a veces beneficioso porque no podría comprar gases lacrimógenos, por
ejemplo. La idea de las libertades individuales no puede ser coartada o argumentada bajo la lógica de la falta
de recursos. Pero en cambio los derechos sociales son derechos-prestación, es decir son derechos que se basan
en la prestación de servicios concretos. Cuando se habla de educación universal estamos hablando de un
derecho-prestación. Pero al ser derecho-prestación, el gran debate que en este momento se configura en los
países europeos, es fundamentalmente si el Estado queda eximido de prestar estos derechos cuando no tiene
recursos, si puede utilizar la argumentación de ausencia relativa de recursos para no cumplir con sus
obligaciones frente a un determinado derecho. Observemos el nivel del debate y la vigencia que en estos
momentos se está dando alrededor de la construcción de la idea de derechos de ciudadanía de sujetos.
Evidentemente es probable que algunos rasgos más paternalistas del Estado Benefactor empiecen a
deconstruirse en estos países. Pero seguramente la emergencia de fuertes movimientos de derechos sociales, va
a ir generando un equilibrio. Y en algún punto va a encontrar el acuerdo entre la sociedad civil y el Estado para
definir cómo, entre los dos, garantizan estos derechos para el ciudadano. Esto lo pensamos en un contexto de
nuevos movimientos sociales, donde muchos países aprendieron bastante sobre formas organizativas
alternativas, que no son solamente formas organizativas de naturaleza política, sino que son ejes transversales,
como pueden ser los movimientos ecologistas, los movimientos de género, los movimientos de defensa de los
derechos humanos, los “sin tierra” en América Latina, que muestran otros ejes de movilización de la gente.
A partir de esta perspectiva, la idea es que los derechos sociales no están en el pasado sino que están en el
futuro. Esto es importante en un mundo de clausura del futuro, porque esta idea del fin de la historia no se trata
de la clausura del pasado sino de la clausura del futuro. Una operación tendiente a que la gente deje de soñar,
deje de pensar cosas, de proponerse cosas y de alguna manera se paralice. Esto es lo que llegamos a percibir en
la piel, en nuestro trabajo cotidiano.
A partir de esta primera idea, el derecho a la salud debe descolgarse, deducirse, de este movimiento más
amplio de los derechos sociales, porque está de pleno incluido. El derecho a la salud no es algo que se
defiende, porque para eso tenemos que suponer que ya lo tenemos; en cierta manera es un derecho que se
conquista con sujetos concretos. Y la gran pregunta por el tema del derecho a la salud es ¿cuál es el sujeto del
derecho a la salud? ¿Quién está atrás de ese derecho? Nos gustaría creer que somos nosotros o que es la
población … a lo mejor la población cree que somos nosotros … a lo mejor nosotros creemos que es la
población. No nos hemos preguntado muy a fondo quién es el sujeto en la defensa del derecho de la salud.
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¿Qué hay por detrás del concepto del derecho a la salud? Persiste el concepto de equidad, al que algunos
pensaron en una forma un poco licuada, como de igualdad o de justicia. Pero en sentido estricto, el concepto de
equidad, que proviene del campo jurídico, habla del perfeccionamiento de lo que es justo. La equidad en
realidad va más allá que la justicia. La equidad es lo que permite hasta el concepto de discriminación positiva,
darle más al que más necesita.
A partir de esta idea de equidad se me ocurre que por detrás del derecho a la salud hay por lo menos tres
juegos de equidades.
Una primera equidad, la más evidente, podría ser la que llamamos la equidad en la atención: el hecho de
que las personas accedan eventualmente a la misma posibilidad de servicios, y que estos servicios sean de
calidad semejante, que ni la accesibilidad ni la calidad discriminen en sentido negativo, que los servicios de
salud no estén estratificados y que al mismo tiempo no sean estratificantes de la misma población. Esta
forma de equidad podría ser un poco limitada y sin embargo las últimas constituciones han empezado a
abandonar la idea de derecho a la salud, por la idea de derecho a la atención de la salud, que en cierta
manera expresa una cierta restricción del derecho a la salud.
El derecho a la salud también debería pensarse con relación a la equidad en la distribución de los riesgos:
de los riesgos de enfermar, de discapacitarse o de morir por causas evitables. La palabra evitable es la clave
en la lógica del derecho: un daño inevitable no configura derecho, mientras que un daño que es evitable
pero no se evita, sí, porque hay un derecho que se está rompiendo. Pero como lo evitable tiene que ver con
lo técnico y con el conocimiento y la tecnología, al mismo tiempo este concepto de equidad es un objetivo
móvil. Para decirlo en una manera gráfica: cada vez que surge una tecnología eficaz para resolver un
problema de salud nace un derecho, cuyo efectivo ejercicio no depende de la disponibilidad tecnológica,
sino de la disponibilidad en términos de la accesibilidad a ese recurso. Estamos hablando de un recurso que
evita la producción de la enfermedad o que la enfermedad se transforme en daño, en discapacidad o en
muerte. Esta idea de lo evitable es sumamente compleja. También es compleja para el derecho: hay
situaciones extremas, en las cuales a lo que llamamos mortalidad evitable, para la justicia puede ser
considerado homicidio por omisión. Vemos que este concepto es bastante más espeso que el concepto
técnico y aséptico de mortalidad evitable. La idea es que si es evitable y no se evita, alguien puede ser
responsable aunque sea por omisión. Esto va reconfigurando la misma idea del derecho y la misma idea de
los sujetos, porque una cosa es cuando hay opciones para decidir si se ponen o no recursos aquí y otra cosa
es cuando estas opciones dependen del interjuego político con actores concretos que defienden el derecho a
la salud.
La otra equidad que queremos resaltar se refiere a la distribución del saber y del poder en salud. Se trata
de una categoría más amplia que excede el mismo campo del sector salud, pero la restringimos para
incluirla dentro del concepto de derecho a la salud. Hemos incluido dos conceptos que en realidad son
totalmente reforzados uno con el otro. Cuando hablamos de participación social (que se incluye dentro de la
categoría poder) sabemos que hay muchas formas de escamotearla, por ejemplo creando los canales para
que la gente participe pero privándola de la información (categoría saber) para que pueda tomar decisiones
en ese mismo espacio de participación. De alguna forma poder y saber se refuerzan recíprocamente. La idea
es que el saber o el conocimiento pertinente para mejorar la salud, el saber o el conocimiento pertinente
para mejorar mis condiciones de vida, para tomar decisiones sobre mi propio cuerpo, sobre mi propia vida,
sobre mi propia muerte, parece que en el modelo tradicional nos ha sido escamoteada. Y cuando la gente
pregunta “quién lo tiene”, tal vez lo tengamos nosotros como propiedad. Tal vez hemos construido nuestro
poder relativo apropiándonos de un determinado saber, saber que de no circular en la sociedad generosa y
democráticamente nos hace responsables de los problemas que se produzcan. Nosotros somos profesionales
de salud en la medida en que tenemos un conocimiento a cargo, pero ese conocimiento no nos pertenece en
términos de propiedad, es un conocimiento que le pertenece a la sociedad y que tenemos que poner al
servicio de ella.
Estas tres equidades: en la atención, en la distribución de los riesgos y en la distribución del saber y del
poder, configuran los rasgos básicos de lo que podríamos llamar el derecho a la salud. Derecho a la salud que
en los últimos tiempos la asamblea de la OMS, en un movimiento sumamente interesante, en vez de retroceder
en la idea de “Salud para Todos”, por lo menos los documentos que son los preparatorios para la declaración
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de 1998, todo hace entender que la idea básica de la OMS es redoblar la apuesta e incluso decodificar que
cuando decía “Salud para Todos” siempre quiso decir “Derecho a la salud” y que derecho a la salud es una
meta permanente, un objetivo permanente al cual la OMS no tiene posibilidades de renunciar. Esto, en sentido
estricto, habla incluso de la profundización del compromiso por detrás de la idea de derecho a la salud más que
una meta de “marketing” como puede ser la idea de “Salud para todos”.
La pregunta a partir de esto es ¿y cómo?. Nosotros en la lógica de Atención Primaria hemos tenido
muchas discusiones estériles: si Atención Primaria era una estrategia, un nivel de atención, si eran programas o
si era la puerta de acceso. Hemos gastado mucho tiempo en la discusión de estos elementos y seguramente esta
discusión no fue muy fértil. En primer lugar porque nos distrajo en contradicciones secundarias cuando en
realidad estábamos bajo amenaza de retroceder. En segundo lugar porque muchos de estos rasgos en vez de ser
contrapuestos terminaron siendo complementarios. En tercer lugar porque nos impidió profundizar en estos
rasgos sabiendo que no eran firmes o fijos de un modelo sino una construcción. En consecuencia era más
importante incluirse en esa construcción que debatir una especie de “purismo” alrededor de los conceptos o
componentes o de las actividades implícitas en la lógica de Atención Primaria. Parecía que por detrás de la
lógica de Atención Primaria había alguna concepción, alguna filosofía, alguna forma de ver las cosas que valía
la pena más profundizar por ese lado que adhiriendo a pedazos o fragmentos que en realidad tenían que ser
articulados en una construcción, pero que al mismo tiempo era una construcción situada, quiere decir que no
era imaginable que alguien tomara una especie de modelo general y luego lo aplicara simplemente en los
lugares concretos. Definitivamente cómo se hace Atención Primaria de la salud en Rosario es algo que sólo se
puede responder en Rosario, no hay forma de contestarlo ni en Buenos Aires ni en Ginebra.
A partir de esto, los llamados clásicamente componentes de la Atención Primaria, son componentes que a
la vez nosotros podemos tratar de resignificar para saber qué quieren decir hoy. Recordamos que algunos de
estos componentes nos hablaban por ejemplo del personal de salud, de cuál es la característica del personal de
salud. En la lógica de los modelos el tema personal de salud aparecía como un elemento clave, porque parecía
que salíamos de la ciudadela hospitalaria para irnos a la frontera, a los “centros” “periféricos”, (recordando
incluso la paradoja de juntar estos dos conceptos). En el centro periférico (que es centro o es periférico)
aparecía esta especie de práctica de frontera, casi con una analogía rural. Hacíamos una especie de medicina
rural en el medio de la ciudad y esta concepción se extiende incluso a todo el proceso en el cual la misma salud
rural, el movimiento de agentes sanitarios que fue muy importante en la historia argentina, aparece metido
dentro de la ciudad como forma de respuesta específica. Seguíamos ruralizando a la población urbana reciente,
la considerábamos nostálgica del campo y le dábamos respuestas rurales.
Este modelo de atención tuvo muchas dificultades para instalarse, entre otras cosas porque no
comprendimos que había que hacer una especie de revolución copernicana. Nosotros no podíamos poner el eje
del compás en el hospital y a partir de ahí decir que el centro era periférico y luego la población era más
periférica que el centro, sino que si esta revolución copernicana nos volvía a hacer eje en la población, si
descubríamos que no era el Sol el que giraba alrededor de la Tierra, entonces el nuevo eje está colocado en la
población. Colocado en la población el llamado centro periférico es más central de lo que parece porque el que
es periférico es el hospital. En esta nueva concepción, en esa revolución copernicana, la clave es quién está
más cerca de la gente.
El hospital adquiere una nueva funcionalidad; no es menos importante. Es tan importante, en primer lugar
porque todos sabemos que el hospital tiene incluido actividades de centro de salud porque no hay forma de que
la demanda se comporte como nos gustaría y en segundo lugar porque tiene una función de referencia, una
especie de segunda línea de trinchera donde “ataja” lo que desborda la capacidad resolutiva del primer nivel.
El segundo concepto también tenía que ver con nuestra idea de capacidad resolutiva. Hubo un momento
dado, en que parecía que había que ser como un profesional de salud franciscano, si alguno llevaba una
tecnología de más estaba haciendo trampa, había que hacer una medicina pobre, humilde para gente pobre y
humilde. En esta concepción empezó a generarse muchas veces todo el primer nivel de atención, parecía más
que puerta de entrada una aspiradora que capturaba gente para tirarla a otro lado. En algunas ocasiones se
transformó en una aspiradora sin bolsa con lo cual aspirábamos gente por un lado y la tirábamos para otro. En
tanto nadie analizó que ya sin el primer nivel de atención los hospitales estaban rechazando, con lo cual no
había capacidad ociosa en ellos para absorber la demanda adicional que le traía tener los servicios más cerca de
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la gente. Definitiva y progresivamente, la Atención Primaria tuvo que empezar a pensarse de otra manera
enfatizando cada vez más la idea de capacidad resolutiva. Esta idea se empieza a extender y hay cierta
tecnología que ya no nos pone colorados que esté en el primer nivel de atención. Hay muchas tendencias
nuevas, incluso en el campo de la tecnología, que empiezan a generar tecnología para el primer nivel de
atención y muchas cosas que antes se hacían excluyentemente dentro de los hospitales, progresivamente
empiezan a hacerse con una eficacia mayor a nivel de unidades desconcentradas que no tienen específicamente
la complejidad, los costos y el estímulo a la sobredemanda que tienen habitualmente los hospitales complejos.
No se trata en este caso de una contraposición entre los centros y los hospitales, todo lo contrario, lo que se
trata es de dar una nueva funcionalidad y recentrar en la población. En realidad el dilema entre centro de salud
y hospital es una falsa contradicción, el centro es la población.
El drama de la salud y la enfermedad, el proceso salud-enfermedad está instalado en un escenario natural
que es el lugar donde la gente vive, estudia o trabaja. A partir de ahí se rompen estas lógicas y estas
marginalidades y empezamos a tener que construir formas nuevas. En la construcción interviene este personal
de salud, estos profesionales de salud, que al mismo tiempo por su carácter profesional profesan algo, creen en
algo, tienen valores. Los profesionales son parte del sujeto de la construcción del derecho a la salud. Los
profesionales tenemos una causa más grande que las contradicciones internas entre nosotros; esta causa más
grande es justamente la idea de defender el derecho a la salud junto con la gente.
Empezar con el análisis del personal de salud, es al mismo tiempo algo que nos obliga a reflexionar sobre
la participación de la gente. Lo pongo intencionadamente en segundo lugar, no porque sea secundario, sino
porque la participación de la gente requiere una pregunta previa: no es tan correcta la pregunta de ¿cómo hacer
que la gente participe? sino que en muchos casos la pregunta más adecuada es: ¿cómo hacer para levantar las
barreras que los servicios de salud han ido generando históricamente para que la población no participe?. Esta
inversión de la lógica hace que se coloque primero la reflexión sobre el personal de salud, porque de alguna
forma somos nosotros mismos los que, directa e indirectamente, explícita o subliminalmente, hemos ido
licuando la posibilidad de participación de la gente de saber y poder decidir en salud.
La lógica de participación social evidentemente requiere cambios nuestros y estos cambios requieren
formas diferentes de ver a la gente. Aceptarla como es. Porque muchas veces el sector salud construye (como
muchos otros) una perspectiva casi etnocéntrica; es decir tenemos capacidad de vernos a nosotros mismos,
pero los otros aparecen como ajenos, como extranjeros, como indígenas, simplemente como otros. Y a veces ni
siquiera los reconocemos como otros, sino que tratamos de verlos a través de nuestro propio juego de valores.
La idea de que todos los chinos son iguales la generamos desde acá, porque cuando uno está en China no hay
ni uno igual a otro. Esta aparente homogeneidad se pierde cuando desaparece el efecto de la distancia y uno
está en la cercanía. Así se descubre lo que ahora se llama más técnicamente la heterogeneidad de la pobreza, la
heterogeneidad de las demandas, la heterogeneidad de las expectativas de la gente, la heterogeneidad de lo que
la gente nos reclama. Lo cual a su vez tiene que ver con nuestra capacidad de dar respuesta también
heterogéneas. Porque la rigidez de nuestro sector ha tratado de homogeneizar las respuestas suponiendo que las
preguntas eran iguales, cuando en realidad nuestra capacidad de respuesta requiere una enorme flexibilidad.
Mucho mayor flexibilidad todavía en el primer nivel de atención, pegado directamente a necesidades
heterogéneas de la población.
A partir de estas dos ideas lo que aparece bastante claro es el tercer componente: los modelos de gestión
tienen que ser participativos. ¿Por qué? De alguna forma hay muchas perspectivas nuevas que nos indican
que no es posible imaginar modelos de “participación de la gente” donde los trabajadores y profesionales de
salud no participen. En un modelo de gestión que expropia la responsabilidad y la autonomía de los
trabajadores, estos trabajadores estarán naturalmente propensos a expropiar la autonomía y la responsabilidad
también a la población. En el modelo de gestión que expropia a los trabajadores el protagonismo como sujeto
del proceso de trabajo, estos trabajadores expropian a la población el ser sujetos del proceso de salud-
enfermedad. No hay manera de reforzar la idea de participación si esta idea no permea al mismo tiempo las
formas de relación entre los servicios de salud y la población, pero también la forma de gestión interna de los
servicios de salud. Estos conceptos necesariamente tienen que reforzarse para dar un mensaje único. Es muy
difícil generar instancias y canales de participación de la gente en modelos fayolianos o tayloristas de
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que al mismo tiempo nadie le levanta al sector salud y al sector educación la función de ser integradores, la
función de tener una capacidad de inclusión. Si la tendencia general externa de la economía es a excluir, la
tendencia de los sectores sociales tiene que ser a incluir. En este sentido hay que comprender qué quiere decir
“cobertura total”. Se llama la atención sobre esa necesidad de inclusión. Es probable que sea una imagen
pesada porque lo de total y totalizador siempre es demasiado abarcativo, pero opera como una lógica: que el
sector salud tiene que verse en una tarea política más amplia que es la de incluir.
En este sentido, y para ir concluyendo, quiero ir articulando la funcionalidad más amplia de la
reconfiguración del sector salud en la lógica de Atención Primaria, dentro de los procesos sociales más
complejos que se están dando en estos momentos. Cuando mencionamos el concepto de gobernabilidad, éste
surge de alguna forma de equilibrio entre el desarrollo social y el desarrollo económico. El concepto de
gobernabilidad surge de las ciencias políticas, fundamentalmente en la década del ‘70 en Europa. No se trata
de la irrupción de los sectores sociales sobre el orden político, sino que se trata de la irrupción de la economía
sobre el orden político. Es al revés de como aparece en los medios. Éste es un concepto que vale la pena tener
en cuenta; las crisis de gobernabilidad se producen por la crisis del petróleo, por razones estrictamente
económicas en los países europeos, es la economía la que desestabiliza la política y no los sectores sociales. La
idea de gobernabilidad, de equilibrio aparece como un concepto, pero al mismo tiempo parece esconder como
una amenaza, porque evidentemente las caídas dramáticas de la gobernabilidad significan dificultades muy
serias para la ecuación Sociedad-Estado y para el equilibrio político. En consecuencia, el problema de la
inversión social, el problema de la eficacia de las políticas sociales, el problema de la capacidad redistributiva,
el problema de la capacidad de inclusión, han dejado de ser preocupaciones exclusivas de los sectores sociales,
han empezado a ser preocupaciones predominantemente políticas. Habrán observado ustedes cuántas reuniones
de presidentes latinoamericanos terminan hablando del problema de pobreza, del problema de gobernabilidad,
siempre con la duda de a quién se lo estarán diciendo. En la práctica estos son temas habituales de la agenda
de presidentes, no sabemos si nos imaginamos que esta gobernabilidad va a venir de la cooperación externa,
porque se señala en estos foros o como una demanda de la agenda interna.
En esta articulación de gobernabilidad, de ciudadanía, de derechos, nosotros como sector, en cada uno de
nuestros niveles de decisión, estamos tomando decisiones que van en el sentido de la inclusión o que refuerzan
la exclusión. En la medida que analicemos el par inclusión-exclusión y reevaluemos nuestras acciones
cotidianas sobre esta perspectiva, tendremos una señal de que nuestra tarea de equipo, como sector, como
profesionales, está colocada o no en el sentido de profundizar democracia. En sentido estricto la idea de
democracia es una construcción, es un proceso, la democracia no es un dado sino un dándose y este dándose
depende de todos los actores sociales que de una manera u otra intervienen en ella.
Nos queda un desafío enorme que está por detrás de la idea de Atención Primaria. Creo que en el fondo y
a través de todos estos espacios, estas nuevas articulaciones y rearticulaciones, decir qué es Atención Primaria
de la salud hoy, en 1997, es un renovado desafío. Este renovado desafío es incluso colocar las
transformaciones del sector salud en un eje de doble dimensión: por un lado profundizar la democratización
del sector salud y por otro lado colocar esa democratización del sector salud en el eje de la democratización de
la sociedad.
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HACIA LA CONFORMACION DE REDES
Presentación y objetivos
Quiero agradecer la oportunidad de este espacio en común; la Secretaría de Salud nos ha brindado las
condiciones para esta actividad, no solamente en su sentido organizativo, sino también como punto de partida
en la generación de un proceso que comenzó antes de este curso. Me resulta muy grato comentar que hay una
preexistencia de un nivel de reflexión de un grupo que va a estar interactuando con ustedes y que forma parte
del mismo curso, sin la expectativa de diferenciarse, sino que en esta historia previa, al pensar cómo
materializar esta actividad, este grupo necesitó ir madurando una propuesta a tal punto de que ella podía ser
abierta y compartida, socializada, con los participantes. Seguramente, si las ideas son correctas, si las
propuestas son adecuadas y si lo que discutimos acá es pertinente, en primer lugar descubriremos que somos
muchos ... y luego descubriremos que somos pocos. Es decir que, tal vez la materia prima que estamos tratando
de compartir o de construir entre todos, tiene algo para ser compartido con estas 3800 personas que trabajan en
relación con la Secretaría, de las cuales nosotros vendríamos a ser una muestra pequeña, aunque tuviéramos
una posición muy relevante. Convocar a estas 3800 personas, que podrían eventualmente articularse alrededor
de la palabra redes, a su vez tendría sentido, no porque cerrarían una especie de isla perfecta, sino porque
constituiríamos o profundizaríamos redes abiertas, lo que significa abrir estas redes y articularse con otras que
la misma sociedad ha ido generando como verdaderas estrategias de supervivencia o como muestras firmes de
solidaridad. En algún sentido cuando hablamos de redes, cuando se tiene una perspectiva adecuada, el Estado
empieza a copiar a la sociedad; muchas otras veces lo que ocurría era lo inverso: se pretendía que la sociedad
copiara los artefactos innovadores del Estado.
Con esta pequeña introducción, estamos abriendo un curso que es una actividad docente nueva. No es la
reproducción de ninguna otra actividad, no es un “enlatado”, sino que ha sido imaginada desde el inicio como
una actividad de educación permanente. La idea de educación permanente, entendida como la educación en el
trabajo, educación por el trabajo, educación para mejorar el trabajo, es una idea central y el hecho que
transitoriamente nuestro evento, por la cantidad de personas que somos, se lleve al escenario artificial de un
salón de conferencias, esperamos no nos haga perder de vista cuáles son nuestros escenarios naturales. Cuando
pensamos este curso, imaginamos trabajar con un grupo más pequeño que podría ser nómade, itinerante; un día
reunirse en un hospital y otro en un centro de salud o en otro lugar. A pesar de que esta expectativa se volvió
poco práctica, la expongo para que vayamos compartiendo lo que podría ser el imaginario de este curso:
incluirnos en un objeto más grande que sería la red del Servicio de Salud que ofrece la ciudad de Rosario a su
población. Como les decía antes, a poco de andar descubriremos que no somos todos los que deberíamos ser,
faltaría gente, en tal caso ese sería un indicador de que estamos andando por buen camino.
A esta actividad cuesta denominarla “curso”, porque está organizada como un rosario de eventos o
talleres (entendemos la resonancia que tiene la palabra Rosario en este contexto y la usamos en su doble
sentido). Esta conexión de eventos tiene importancia en la medida en que, lo que vayamos trabajando, “rebote”
en las instituciones de las cuales ustedes provienen y que, a partir de esto, en los eventos sucesivos no sólo
traigan sus inquietudes personales sino también puedan ser portavoces de inquietudes, preocupaciones,
propuestas, ideas, iniciativas, que en los distintos centros se van generando. Eso nos daría la posibilidad,
metodológicamente, de extendernos hacia las personas a las que hoy no podemos llegar físicamente. Esto no se
fuerza; ocurrirá sólo si ustedes sienten que estamos discutiendo cosas que valen la pena y que es útil no sólo
para algunos, esta idea de equidad en la distribución del saber y del poder, idea que nos parece que hay que
trabajarla en relación con la sociedad pero también dentro de casa.
Voy a postergar un detalle pormenorizado del programa para explicarlo sobre el final de la jornada de
hoy, a partir de los conceptos que vayamos compartiendo. Así el programa será más inteligible que ahora.
He preferido empezar el tema de una manera un poco heterodoxa, evocando un hecho que ha empezado a
ser una nueva forma de expresión social y política cuando existen crisis hospitalarias. Por lo que yo sé, ustedes
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tienen otra historia y conocen otros antecedentes. La forma de expresión a la que me refiero, se utilizó en la
crisis del hospital de Morón y hace muy poco se volvió a dar en una crisis importante en San Miguel. Es un
hospital del llamado el segundo anillo del conurbano. En el crecimiento concéntrico o excéntrico del
conurbano, el segundo anillo, que aporta casi 3 millones de habitantes extras (censalmente hablando) se había
quedado sin servicios; es decir que por aposición se iba agregando una población sin servicios. Los
trabajadores del hospital, junto con la población, fueron armando grupos de defensa del hospital público y
manifestaron sus expectativas en un abrazo al hospital: la gente se tomó de las manos y rodeó el hospital. Es
decir, se hizo un cordón humano que abrazó al hospital.
Me parece que es algo fantástico. Es un síntoma o expresión de un nuevo acuerdo o pacto, entre el
personal de salud y la población. Hace algún tiempo, y para ver la contracara de esto, durante el gobierno de
Durán Ballen, en Ecuador, el movimiento de defensa del hospital público se armó muy rápidamente porque se
desestructuró lo que constituía una Salud Pública emergente. La Salud Pública del Ecuador es muy nueva, muy
vinculada al auge del precio del petróleo, muy joven y probablemente vinculada con la lógica de los ‘60 y de
un Estado benefactor, pero un Estado benefactor tardío, muy dinámico, con mucha infraestructura, mucha
autoestima del personal de Salud. Este fenómeno que dura desde el ‘68-‘70 hasta el ‘92-‘93, le da a la Salud
Pública ecuatoriana un enorme dinamismo, incluso instala en la población la sensación de salud como derecho,
el acceso gratuito a los servicios, etc., cosa que no sucedió en sus países vecinos como Perú o Colombia.
Cuando Durán Ballen hace caso a lo que le dice el embajador norteamericano - que Ecuador está muy
atrasado en las reformas y que se tienen que quemar etapas - el movimiento de defensa del hospital público se
instala tardíamente, se arma casi sobre la crisis. Cuando este movimiento empieza a buscar el apoyo de las
organizaciones populares, la gente responde diciendo “¿ahora se acuerdan de nosotros?”. ¿Y todo este tiempo
anterior de no hablar, de no consultarnos? ¿y las largas colas de espera a las que nos sometíamos?
Estos dos ejemplos nos llaman la atención sobre algo que técnicamente llamaríamos legitimidad, algo
que corresponde al capital social, al capital de cualquier institución de Salud y al mismo tiempo nos permite
tomar esta variable para monitorear cómo anda nuestra legitimidad, qué tal anda la relación con nuestra gente,
con nuestros usuarios, ¿saldrían hoy nuestros usuarios a abrazar el hospital, a cuidarlo? Si es sí, la pregunta
siguiente es ¿cómo lo mantenemos? Si es no, la pregunta siguiente es ¿cómo logramos que nos ayuden a
defender el hospital, cómo aumentamos la legitimidad de nuestras instituciones, cómo la construimos?
A este primer punto lo vamos a trabajar con la idea de redes, pero no vamos a transformar a las redes en
un nuevo fetiche de la Salud Pública, no las vamos a transformar en un artefacto en sí. Lo que vamos a trabajar
no son redes en sí, sino redes para, redes como medio, redes como forma de dar mejor respuesta a los
problemas de la gente. No porque nos gusta, no porque nos vemos mejor en ese espejo, sino porque
necesitamos “enredarnos” para movilizarnos en el sentido de dar respuesta a las deudas que tenemos con la
salud de la población. Colocada esta idea inicial de redes-para e incluyendo la dimensión afectiva que hay en
abrazar al hospital, tenemos que decir que no son redes sólo intelectuales, son redes integrales: emocionales e
intelectuales.
La lógica de redes
Para comenzar a revisar la lógica de redes, debemos preguntarnos de dónde partimos, o a quién
recurrimos, para también poder reflexionar sobre la misma. Podemos ingresar al tema desde distintas
perspectivas. Por ejemplo, en la moda de las redes cibernéticas hay un mensaje sumamente interesante: cuando
se habla de globalización, muchos se imaginan que ha sido una estrategia económica o comercial. En el caso
de Internet, que aparece como el gran ejemplo de redes y de globalización, es interesante ver que el
antecedente directo es otra red que se llamaba Bitnet, que era una red científica en el sentido estricto de la
palabra, una red altruista. Bitnet significaba en inglés: “porque es tiempo de redes”3. Probablemente es la
consecuencia de la reducción de la amenaza de la Guerra Fría lo que la genera, porque entre otras cosas se
descubre una gran capacidad ociosa en los satélites de la NASA, con lo cual la misma, como una organización
de Estado, pero también científica, decide abrir su volumen de capacidad ociosa y dona capacidad de
3
Because is time
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20 Redes en Salud
comunicación mundial a los científicos, así nace Bitnet y bastante después surge el interés comercial que está
siempre alerta, que se ocupa de expropiar todo lo que se hace, en una manifestación de lo que se denomina la
cultura caníbal. El Internet en la práctica es una extensión, una apropiación, un canibalismo comercial de esa
herramienta inicial, que hoy se ha transformado en un shopping mundial, con múltiples centros comerciales
conectados, etc. Sin embargo, se han dejado las reglas de juego básicas de convivencia con el Bitnet, que
permanece dentro de la Internet. En el fondo nosotros somos como operadores de Bitnet porque seguimos
haciendo circular la dimensión científica de la red.
En esta idea de red, sin embargo, hay otras ideas interesantes. Una de ellas es que la conexión de las
personas es una conexión personal. Está claro que se conectan personas, en algunos casos aparecen
instituciones, pero una vez que se conectan personas o instituciones, para la red, tanto una como la otra, valen
lo mismo. Cuando se produjo el impacto que se preveía del Shoemaker sobre Júpiter, cuando cayeron muchos
fragmentos generando como “explosiones atómicas” se descubrió por primera vez que del mismo evento se
podía sacar mucha información si se hacían comparaciones mirando desde distintos lugares de la Tierra. Se
organizó a través de Internet una red de observación, entonces, mirando el mismo evento desde distintos lados
se obtenía distinta información, no tenía importancia quién fuera el informante, todos estaban en red, se generó
una especie de observación mundial. Lo que me llamó más la atención es que ninguna información fue
descartada porque la hubiera generado un observador con un telescopio pequeño, todas las informaciones
entraron como dato y luego, la reconstrucción del hecho dio una información que nadie podría haber dado
individualmente. La reconstrucción del impacto y las consecuencias de él se lograron fundamentalmente sobre
la base de la observación mundial. Mientras en unos lugares se veía de noche, en otras partes se veía de día y
en diferentes condiciones.
Estas imágenes nos ayudan a ver por qué se nos va acercando la idea de red a la vida cotidiana y qué
mensajes nos trae. Desde la cibernética las redes, si bien son comerciales, democratizan el saber. Esto quizás
sea sólo por ahora, hasta que la tecnología y el poder generen nuevos filtros. En lugares muy pequeños de la
Argentina hay grupos profesionales - de nuestra profesión, por ejemplo - haciendo búsquedas. Incluso, la
Medicina en el interior, deja más tiempo libre para las búsquedas que en el caso de las grandes ciudades, ya
que para usar Internet hace falta tiempo.
De esta forma se está desarticulando la idea de las pirámides. Vamos a ver progresivamente por qué lo
que se opone a la lógica de redes son las pirámides, o formas jerárquicas de organización. Las redes no son
telarañas, no son concéntricas, son formas de articulación multicéntricas.
Una segunda provisión viene del campo de la administración. En este campo cada vez se analiza más el
objeto redes como modelo organizacional. Esta idea se genera en las grandes corporaciones u organizaciones,
que tienen que manejar productos relativamente uniformes en lugares totalmente heterogéneos. A partir de allí,
se empiezan a generar nuevas formas o vínculos para que la gente pueda hacer cosas parecidas a pesar de que
los niveles de autonomía de cada una de las unidades son enormes, en algunos casos ni siquiera son propiedad
de la fábrica original. Por ejemplo llama la atención a veces saber que las fábricas de Coca Cola no pertenecen
a ella, son fábricas que pagan royalty por el uso de la marca, no es como la Ford que tiene subsidiarias, son
empresas independientes que se juntan bajo la defensa de una determinada marca o producto que los articula.
En sentido estricto son redes y no jerárquicas sino vinculares y contractuales.
Hay un tercer eje - que es el que vamos a utilizar más porque probablemente está más cerca de nuestras
inquietudes - es el ingreso a redes por extensión de los análisis de la Psicología Social. La Psicología Social,
que desarrolló toda una reflexión alrededor de los grupos y múltiples escuelas trabajaron sobre esta
perspectiva, descubre que de alguna manera la idea de grupo es limitada. Algunas escuelas dicen que grupo no
es una psicología de un objeto nuevo que se llama grupo, sino que grupo es una psicología del sujeto, pero
analizado en su grupalidad, es decir los referentes que tiene cada sujeto de su mundo o entorno. Entonces,
analizando al sujeto, se descubre que los sujetos no sólo forman grupos, también hay redes. Slusky, psicólogo
sistémico argentino que vive en California, relata un caso clínico de un paciente anciano que vive solo y que
presenta un cuadro depresivo que al tratante le parece exógeno, le parece que no se trata de un problema
interno de dicho paciente. Entonces empieza a interrogar al núcleo familiar, los llamados grupos primarios, y
no encuentra nada, no encuentra ningún hecho que explique esta situación. En vez de abandonar la búsqueda
de esta hipótesis, decide profundizar en esto y tratar de reconstruir la vida cotidiana de este paciente. Este
Secretaría de Salud Pública de Rosario
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paciente, que vive solo, es autosuficiente, pero al mismo tiempo está sin familiares directos. Se descubre que
los contactos diarios son tan escasos que su diariero, con el que conversa 30 o 45 minutos todas las mañanas,
corresponde casi al 45% del total de sus redes sociales. Reinterrogando, aparece el dato de que el diariero se
jubila y se va, con lo cual, la situación crítica de este paciente es atribuida a que perdió casi la mitad de sus
redes sociales en el vínculo con una persona que difícilmente alguien hubiera dicho que es parte de su grupo.
En realidad es mucho más amplio el concepto de redes, es el concepto de muchas cosas que nos dan las
instituciones en las que trabajamos, en los lugares donde nos saludan todas las mañanas, lugares donde
compartimos noticias, lugares donde sabemos lo que le pasa a los otros, esto configura redes y forma parte
incluso de nuestras redes de soporte en términos de constitución como sujetos.
Desde esta perspectiva vamos a decir que, para nosotros, redes son redes de personas, se conectan o
vinculan personas, aunque esta persona sea el director de la institución y se relacione con su cargo incluido,
pero no se conectan cargos entre sí, no se conectan instituciones entre sí, no se conectan computadoras entre sí,
se conectan personas. Por esto es que se dice que redes es el lenguaje de los vínculos, es fundamentalmente un
concepto vincular. Cuando introducimos este concepto de redes, inmediatamente decimos que no es nuevo
para el sector Salud. Nosotros ya hemos trabajado la idea de redes, pero existen dos cosas que vale la pena
aclarar. Primero: redes fue considerado como un elemento interno de otra concepción que era la de sistemas.
La concepción de sistemas es un gran homogeneizador, si ustedes toman las cosas más heterogéneas que se
imaginen, por ejemplo y las ponen en el lenguaje de sistema, les van a parecer homogéneas. Cuando alguien
dice “por qué no analizamos el Sistema de Salud de la Argentina”, esta forma de decirlo automáticamente le
ofrece una homogeneidad que no tiene. En la práctica se podría decir “analicemos cómo se prestan servicios de
Salud en la Argentina”, así se permite emerger a la heterogeneidad. Sistema es un aparato homogeneizador.
Redes, en cambio, parte de otra lógica, parte de asumir heterogeneidad. Redes no homogeneiza, redes asume la
heterogeneidad y permite imaginar heterogeneidades organizadas.
Nosotros tenemos una especie de imaginario institucional, tanto que se dice “el Estado institucionaliza la
sociedad”, pero lo hace sobre un modelo tal que la “base” - en definitiva la sociedad - se homogeneiza por la
unidad de mando, bajo la misma lógica de los modelos institucionales o del origen de los clásicos de la
administración, que decían “la autoridad es el cemento de la organización”. Una sociedad organizada está
institucionalizada y si lo está es una pirámide, hay unidad de mando. Esta idea viene de las organizaciones
productivas y también de la organización del Estado, de la lógica monárquica. Los estados monoteístas se
organizan con un monarca y éste tiene delegación de Dios. En los modelos presidencialistas, el hecho de que el
origen del poder no venga de Dios sino que del mismo pueblo, a través de la delegación, no cambia el hecho
de que igualmente se vuelva a la lógica de unidad de mando, con lo cual el presidencialismo en muchos
aspectos repite a la monarquía, en países como el nuestro exageradamente.
Pero la realidad no se nos presenta bajo esta lógica, no se organiza en pirámides, por lo que la situación se
nos presenta como sociedad fragmentada. Este es un gran referente de la posmodernidad. Pensemos que en la
modernidad se trataban de explicar las cosas. Y en la posmodernidad, al querer explicar las cosas, la realidad
surge como una especie de espejo roto. Se desestructuró de tal manera que al que tenga un imaginario de orden
y organización se le escapa por todos lados. Hoy en día no hay unidades asibles, ordenables, coordinables y
autolimitables, en la práctica la sociedad aparece en forma fragmentada y las instituciones, imitando a la
sociedad, también. En el imaginario la institución es una cosa, pero en la realidad es otra. Uno diría que esto es
un archipiélago, que parece una organización feudal. O que cada uno está en lo suyo. Y se arman pirámides
como castillos feudales, pero no podemos construir un castillo más grande que pueda representar a toda la
institución. Como tenemos muy arraigado este modelo, que en el fondo tiene reminiscencias autoritarias,
entramos en una especie de tensión, porque tampoco nos gusta un espectáculo en donde esté todo fragmentado.
A pesar de que en la fragmentación pareciera que pueda emerger el sujeto. Es como si hubiera un piso de hielo
que al romperse en fragmentos permite que los sujetos emerjan de un discurso moderno que los tenía
atrapados, congelados. Al desestructurarse también viene la emergencia del individuo - para una perspectiva
teórica -, o la emergencia del sujeto - para otra perspectiva teórica -. Podríamos decir que la fragmentación, en
cierta manera, trae ventajas y desventajas. La desventaja es esta sensación de que no suma nada, pero la
ventaja es que permite la emergencia de las personas concretas que no podían surgir con discursos que los
anulaban, que decían “el hombre y la mujer son productos de su historia”, el énfasis es que somos producidos
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-que es cierto-, pero somos productores, lo cual también es cierto. El énfasis estaba en un determinismo social
que nos consideraba como producto de, nunca “productores de”. La posmodernidad tal vez exagera el segundo
aspecto pero coloca en el centro al sujeto porque enfatiza que somos productores, o sea que la sociedad por
venir va a ser consecuencia de lo que nosotros hagamos.
En este dilema nos quedaríamos entre una perspectiva autoritaria versus una perspectiva fragmentada o
anárquica, atrapados entre estas dos dimensiones. Este dilema puede provocar que cuando uno exagera esta
imagen de anarquía, produce más demanda del modelo piramidal, es casi automático: cuando la gente tiene
sensación de caos, se generan altas demandas de control. Una alimenta a la otra y nosotros nos quedamos
atrapados habitualmente entre estas dos opciones. Si la fragmentación ocurre dentro de límites tolerables es
una cosa, si los sobrepasa se empieza a pensar en soluciones autoritarias, salvo que tengamos el ingenio de
construir una tercera posibilidad. Para mí esta tercera posibilidad se llama redes. Fíjense qué interesante, la
homogeneización es necesariamente autoritaria, es una compactación autoritaria de las diversidades. En vez de
esto trataremos de articular heterogeneidades.
Es decir, los dos modelos se nos representarían, si quisiéramos buscar analogías gráficas, en un caso
como una pirámide – la homogeneización jerárquica – y en el otro como una dispersión de fragmentos aislados
– la sociedad fragmentada de nuestros días –. Pero al incorporar la lógica de redes, podríamos valernos de otra
analogía, dibujando imaginariamente una especie de parrilla, con muchas conexiones. Entonces, al
sobreimprimir las redes sobre la fragmentación voy creando o restituyendo los lazos sin recurrir a la
organización jerárquica. Al tener heterogeneidades organizadas reduzco la demanda de organización
piramidal y, al reducirla, equipo a las personas, a las sociedades e instituciones para profundizar democracia,
antes que perder democracia cada vez que la sensación de caos nos invade. Dicho de otra manera, todos los
procesos de democratización de poder tienen como punto débil el hecho de que las personas que son delegadas
o manejan unidades de poder desconcentradas, autogeneradas, a veces no pueden sostenerse en crisis. Las
crisis son las “ergometrías de la democracia”: las crisis son una verdadera prueba de esfuerzo que tensa a la
democracia y la pone a prueba en su capacidad de subsistencia, tanto a nivel social como institucional. Esto se
ve muchísimo en otros ejemplos, como en el caso de la descentralización, muchísimos ejercicios de
descentralización en el sector Salud han sido arrasados por las crisis y luego de ellas la institución aparece más
centralizada que antes de comenzar el proceso de descentralización, salvo que las unidades descentralizadas se
equipen para operar en crisis.
A partir de este dilema, la idea de redes nos empieza a dar un mensaje distinto al de la idea de sistemas.
Porque a pesar de que no lo parece, el concepto de “sistemas” implica organización piramidal. Pensemos en la
raíz biológica que tiene la Teoría General de Sistemas (TGS), para la cual cualquier pérdida de control por
parte de la unidad central de control tenía carácter entrópico. Sucede lo mismo que con el corazón, si el nodo
que comanda sus latidos no sigue mandando las señales de funcionar, y otros centros empiezan a conducir,
puede haber arritmias y luego paro cardíaco. Todo foco ectópico de control de poder es entrópico, en
consecuencia amenazante para la estabilidad de los sistemas.
En el fondo los sistemas son pirámides. Cuando hablamos de sistema de Salud que nos parecía muy
democrático, vemos que podía ser muy equitativo pero no necesariamente muy democrático. Hoy se ve que
muchos sistemas que hemos admirado y en los que nos hemos apoyado en la construcción histórica de la Salud
Pública, como el modelo inglés o el chileno, en muchos aspectos no tenían resuelta esta dimensión, eran
mucho más justos e igualitarios que otros modelos, pero también, simultáneamente, eran autoritarios y
burocratizados. Ahora empiezan a verse los casos en donde se manifiesta el poder burocrático del sistema
inglés para decidir a quien se transplanta o no y definir moralmente a quién sí y a quien no. Empieza a
develarse que el mejor de los sistemas funciona sobre la base de concentración de poder.
En las redes no necesariamente se funciona así. Puede tener múltiples nodos, necesita tener múltiples
nodos, no tiene una propulsión desde un lugar específico, sino que tiene lugares de articulación, tiene nodos de
mayor densidad. Redes se parece al tránsito, hay calles principales, hay zonas congestionadas, hay zonas
periféricas con menos densidad de tráfico, es más geográfica, atrapa mejor la heterogeneidad. La ciudad de
Rosario no es ni un círculo, ni un triángulo; tiene una geografía heterogénea y las redes del Servicio de Salud
tendrán que ser tan heterogéneas como la ciudad misma, heterogénea geográfica y culturalmente, heterogénea
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en capacidad de respuesta a necesidades diversas, etc. En el modelo de sistema teníamos que homogeneizar, en
el modelo de redes podemos permitirnos respuestas flexibles a necesidades diversas de la gente.
Esto sería una especie de imaginario. Por extensión y usando la analogía de Internet e Intranet4 este
imaginario de redes, nos permite decir que, si cuando se escucha hablar de redes al principio se suele pensar en
la relación con el afuera, el concepto se puede utilizar adentro. Yo puedo reorganizar mi hospital con la lógica
de redes, que es una estructura diferente que la de las pirámides, de los organigramas, de las estructuras de
poder (quién controla a quien, quién reporta a quien). En esta lógica de redes no es solamente una estructura
para vincularse con el afuera, sino también para establecer nuevas formas vinculares en el adentro, pueden ser
mecanismos de redes intrainstitucionales. También podríamos usar como analogía las redes telefónicas,
podríamos decir que tienen puntos de mucha densidad que serían las redes urbanas y otras de menos que serían
las redes interurbanas. Si hablamos de organizar servicios en redes en el caso de Rosario podría significar este
doble juego, como si cada institución fuera una ciudad y como si las vinculaciones entre ellas fueran el
equivalente del servicio interurbano.
A partir de esta configuración tendríamos que pasar a un segundo análisis, redes no es simplemente
referencia y contrarreferencia, la idea de que soplando por un tubo mando algo que otro recibe y me
devuelve sería empobrecer las potencialidades del concepto de redes. A partir del momento en que la gente
entra en red, entra en vínculos solidarios, lo que la gente va a evaluar para decir que estos servicios en realidad
son una red, es si hay comportamiento solidario. En la física se dice que hay comportamiento solidario cuando
nada que ocurra en un cuerpo puede ignorarlo otro cuerpo que es solidario con el primero, cuando estamos en
redes nada que ocurra en algún lugar, le es ajeno a otro lugar, así si aparece un caso de cólera en un centro de
salud, la red se pone en alerta y nadie puede ignorar en ningún lado de la red que hay un caso de cólera. Pero
esto que puede comenzar a entenderse con los casos extremos, al incrementarse la lógica de redes, debe
incorporar otros problemas, si aparece una muerte evitable en algún lado y nuevamente la red no puede
ignorarlo. Se profundiza la agenda de las cosas en las cuales nos vamos poniendo en red.
Desde este primer esquema vamos a dar un salto para hablar de la naturaleza de los vínculos. Vamos
entonces a considerar cómo se construye la unidad de una red, que sería la unidad de vínculo. Si decimos que
se conectan sujetos, para haber red tienen que existir dos sujetos por lo menos. La unidad básica de vínculo es
la relación entre sujetos. Antes de empezar a pensar en términos de “red”, necesitamos profundizar esta idea.
Existen múltiples redes formales e informales, como esas que están y se ponen en evidencia cuando tenemos
un paciente que nos interesa, al que le sugerimos que no “haga cola”, que no pida turno, que vaya con un
papelito a ver a tal profesional, es lo que funciona, salvo que un día el profesional al cual lo enviamos haya
faltado a su trabajo. Son vínculos que se arman y que sin ellos uno no podría trabajar, ni siquiera en privado,
salvo que uno tuviera un trabajo en el cual fuera tan autosuficiente, de manera tal que pueda resolver todo lo
que puede tener un paciente.
En esta historia de vínculos vamos generando y profundizando nuestra concepción de redes. Existe una
especie de macromecanismo que podría dar cuenta de distintas categorías, como por ejemplo de pertenencia,
de identidad con un grupo. Cuando se genera un grupo artificial, donde habitualmente la gente sólo comparte
su tiempo en las reuniones grupales, en un primer momento para nosotros el otro casi no existe, se requiere un
tiempo para que yo vaya incorporando a los otros en mi representación interna, voy incorporando y al mismo
tiempo me voy viendo reflejado en el otro. En la dinámica grupal empiezan a pasar cosas, en algún momento el
grupo es y al mismo tiempo se está constituyendo y en esa constitución, cuando aparecen tareas o unidades de
producción específicas de los grupos, en algún momento las personas deciden transferir una parte de su
identidad, o narcisismo, a una especie de narcisismo de grupo. En vez de estar orgulloso de lo que yo hago,
empiezo a estar orgulloso de pertenecer al grupo, soy parte de un grupo o de un equipo y hacemos algo que
ninguno de nosotros podría hacer solo.
4
Intranet es un Software de Internet que se puede utilizar dentro de las instituciones, es decir para mejorar la
comunicación intrainstitucional.
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24 Redes en Salud
También sería posible, al menos teóricamente, pasar del narcisismo de equipo al narcisismo de institución:
“yo soy parte de este hospital”. En este caso hemos ido aún más allá, estamos imaginando casi un narcisismo
de red.
El proceso durante la actividad que tendremos juntos, consiste en ir construyendo la necesidad de redes y la
pertenencia a ellas. Es un proceso tal que me permita decir, en un momento dado, que yo pertenezco a algo
más grande, que no es sólo mi servicio o mi hospital, es esta red que resuelve solidariamente problemas.
Incluso, entonces un paciente no importa por dónde entre, va a recibir una atención parecida, similar,
coherente, no va a notar diferencias, va a sentir el comportamiento solidario de la gente que configura toda esta
red.
Este proceso que intentaremos recorrer, es semejante al que debe recorrerse en la construcción de
cualquier red. En el proceso de construcción existen diferentes niveles, cuyo conocimiento nos sirve para
organizarnos, para monitorear los grados de profundidad de una red. Estos niveles podrían nombrarse como:
reconocimiento, conocimiento, colaboración, cooperación y asociación. Donde cada uno sirve de apoyo al
siguiente.
El primer nivel sería el de reconocimiento, que expresaría la aceptación del otro. En casos extremos, la
dificultad de operar o de interactuar consiste en que no se reconoce que el otro existe. Esto forma parte de
nuestra jerga habitual, de la cultura de nuestras instituciones específicas, la forma como uno se refiere en una
institución de los otros demuestra, un no reconocimiento del derecho a existir de los otros. Y voy a dar
ejemplos que no son de Rosario, porque son muy duros. Así se expresaba un médico de hospital con respecto a
sus colegas de un centro de salud: “A esto lo mandó un médico de un centro periférico. Bueno … ‘médico’ …
es una forma de decir … si está en una centro de salud …”
En el centro de salud, el discurso podría ser: “Fijate el medicamento que le dieron a este paciente en el
hospital. Estos tipos están en una torre de marfil … nunca vieron dónde vive la gente”. Son representaciones
donde fácilmente descalifican a los otros.
Es como decir “todos los chinos son iguales”, cosa que se puede decir sólo fuera de China y, que cuando
estamos ahí nos damos cuenta que ninguno es igual a otro. Desde un centro de Salud toda la gente del barrio es
igual; desde un hospital toda la gente que trabaja en un centro de Salud es igual, desde un centro de Salud y un
hospital toda la gente que trabaja en la Secretaría es igual, desde la Secretaría la gente que trabaja en los
hospitales son todos iguales. Después uno descubre que no todos son iguales y que hay una enorme
heterogeneidad en cada una de estas unidades. El primer punto para empezar a construir es reconocer que el
otro existe o, más precisamente, que el otro tiene derecho a existir.
Siguiendo con el caso de lo extremo, Bertrand Russell hizo un análisis de la literatura de guerra y
descubrió que todo el periodismo de un país en guerra nunca menciona las bajas de los otros en término de
personas que murieron y, en algunos casos, cuando se está en el fragor máximo los que murieron son “bestias
salvajes” o algo similar. No murieron personas del bando enemigo, la idea es animalizar en el mejor de los
casos, con lo cual yo siento que murió nadie. Como decía una crónica a principios de siglo “no murió nadie ...
importante”. En el caso de la toma de la embajada de Perú, no murieron personas. En la guerra contra Irak, en
el ‘91, la prensa norteamericana hablaba de “daños colaterales”, no eran muertes. Los irakíes eran personas que
estaban pegadas a los objetivos estratégicos de los que había que informar sobre su liquidación. Lo mismo
ocurre en el “diálogo” de los palestinos e israelíes, no podían ni dialogar porque el principio estratégico era
que no existía el otro. Para los palestinos el Estado de Israel no existía, para los israelíes Palestina no existía,
¿quién va a dialogar con alguien que no existe...?
Si nos cuestionamos realidades más cotidianas: ¿Qué diálogo puede existir entre los profesionales y la
población, si creemos que “nada útil puede uno sacar de hablar con nuestros pacientes”?. Reconocer que el
otro existe es reconocer que el otro puede decir algo importante para mejorar la calidad de un servicio, que
puede decir cosas que a mí no se me hubieran ocurrido nunca, salvo que estuviera en el lugar de él. Muchas
veces pasa que a un médico le toca estar en el lugar de un paciente, en ese momento se ve otra película, se
tiene otra mirada y otra posición sobre las mismas cosas.
Secretaría de Salud Pública de Rosario
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Es el caso que ustedes tienen con la población Toba. Si se dice simplemente que “existen y son como un
habitante más, como cualquier otro”, si no quiero aceptar su identidad, entonces en el fondo no los veo. Todo
lo que se diferencia de lo que conozco o de la normalidad, lo voy a rechazar. “Sí, son seres humanos, pero son
tan distintos!”. Para poder reconocerlos en realidad yo tengo que reconocerlos y aceptarlos tal como son. Esto
es más fácil decirlo que hacerlo.
No hay forma de crear redes con otros a los cuales no les reconozco su derecho a existir o a opinar, “qué
puede decir un profesional de un centro de salud de cómo organizar un servicio en un hospital”, no reconozco
que puede decir sobre lo mío, o al revés, “¿qué puede decir un médico de un hospital sobre cómo organizar la
atención, las formas de trabajar en un centro de salud?”.
Entonces, he recorrido este primer nivel cuando comienzo a aceptar que el otro existe, cuando el otro se
me hace presente y tengo que tomarlo en cuenta.
Hay un segundo nivel que es el de conocimiento. Luego que el otro es reconocido como par, como
interlocutor válido, empieza a ser incluido en mi palabra, empiezo a necesitar conocimiento del otro, lo cual
expresa interés, quiero saber quién es el otro, quiero entender cómo se ve el mundo desde ahí.
Un tercer nivel, a partir del interés y del conocimiento empiezan a existir algunos episodios de
colaboración (co-laborar en el sentido de trabajar con). No es una ayuda sistemática, no es una ayuda
organizada sino espontánea. Hay momentos, hechos, circunstancias donde se verifican mecanismos de co-
laboración que empiezan a estructurar una serie de vínculos de reciprocidad, empiezo a colaborar pero espero
también que colaboren conmigo.
En el cuarto nivel ya existen algunas formas sistemáticas de cooperación (co-operación: operación
conjunta). Esto supone un proceso más complejo porque supone que existe un problema común, por lo tanto
hay una co-problematización, y existe una forma más sistemática y estable de operación conjunta, es decir que
hay un compartir sistemático de actividades.
Existe un quinto nivel donde hay asociación, donde esta actividad profundiza alguna forma de contrato o
acuerdo que significa compartir recursos.
Toda esta construcción podría ser representada en una figura, donde colocamos los niveles desde abajo
hacia arriba (el reconocimiento es el cimiento sobre el cual se basa el conocimiento, el tercer nivel, el de
colaboración se apoya en el segundo, el cuarto, el de cooperación, en el tercero, etc.) también para señalar que
a cualquiera de estos niveles hay que sostenerlos. Si uno no los sostiene se caen.
5 asociación
4 cooperación
3 colaboración
2 conocimiento
1 reconocimiento
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26 Redes en Salud
Podríamos también hablar de un sexto nivel de fusión pero rara vez los niveles de fusión se dan por este
mecanismo espontáneo. Es más fácil que las fusiones se den por mecanismos externos, más parecidos a las
pirámides que a la red. Si analizamos que hay dos Estados en la Salud de Rosario, difícilmente lograría
fundirse en uno articulándose desde abajo. La posibilidad de la fusión es de decisión generalmente
supraestructural. Y a veces aparece como amenazante. Una de las bases de la lógica de redes es la autonomía,
en consecuencia es muy claro que esta construcción es voluntaria. Cuando las instituciones quieren empezar a
generar redes, en vez de reducir autonomía, la aumentan. Aumenta la autonomía como el comienzo del
desencadenamiento de redes. Por ejemplo, las personas que tienen un comportamiento burocrático, que sienten
que no controlan sus propios servicios, no están predispuestas a trabajar en red porque tienen la sensación de
que nada pueden decidir. Para poder entrar en red uno tiene que tener la sensación de que hay cosas que puede
decidir, que puede colaborar, es decir tiene que tener autonomía.
Podríamos decir que para muchos de estos mecanismos de construcción en los cuales nos involucramos,
el principal enemigo es la burocracia, que crea compartimentos estancos. No la burocracia en el sentido
tradicional, sino en el sentido peyorativo con que lo usamos, en la medida que las personas están
compartimentalizadas se impide la posibilidad de entrar en red. Analicen Uds. todo lo que hemos capturado
como “inter” en nuestro vocabulario de Salud Pública, como interinstitucionalidad, interdisciplina,
intersectorialidad y traten de ver cuál es el principal obstáculo para la construcción de eso y van a ver que es
burocracia. Pero no es burocracia en el sentido que haya un burócrata, es el comportamiento burocrático
incorporado en nosotros en términos de tipo de contrato de trabajo que nos impide articularnos con los otros y
optimizar el espacio que nos toca. Tenemos que generar un cambio de actitud y un cambio de cultura, que al
mismo premie que la gente se vincule. Y no que lo sancione.
Quiero terminar esta parte inicial señalando que estos cinco niveles - reconocimiento, conocimiento,
colaboración, cooperación y asociación - de alguna forma se constituyen en una matriz para la organización de
este curso en términos de sus elementos más dinámicos. Cada uno de estos niveles va a marcar el tono del
ejercicio del encuentro. Cada encuentro va a tener un eje: este primer encuentro va a tener por eje el
reconocimiento de que el otro existe. El próximo encuentro vamos a tratar de profundizar quiénes somos y en
el otro sobre cómo estamos colaborando o cómo podemos colaborar, cómo podemos co-operar y qué formas de
asociación. Por eso quise posponer la presentación del programa hasta después de haberlos introducido
brevemente en la temática. Podemos abrir un espacio para preguntas o aportes.
Me surge una pregunta: ¿No hay posibilidad de manipulación de las personas a través del supuesto
reconocimiento?. Supongamos una organización de caridad con respecto al reconocimiento de los pobres, “los pobres
son necesitados…hay que darles”, pero no les damos categoría de iguales. En el caso de los políticos, donde el otro es
un votante, lo pueden tratar por el nombre, abrazarlo, darle diez pesos. Pero muchas veces se encubren intentos de
manipulación.
Dr. Rovere:
En todos los vínculos hay casos análogos, esto puede ocurrir tanto en vínculos institucionales como
personales o familiares. En todos esos espacios hay manipulación posible, pero también hay experiencias
auténticas. Dado que se habló del tema de lo político quisiera comentar que una de las cosas interesantes es
que se está utilizando muchísimo la idea de redes para toda una línea nueva de trabajo, que se hace a partir de
los llamados “nuevos movimientos sociales” y en los que se está explorando toda una base nueva para sustentar
formas de hacer política. Y no son formas de los partidos políticos sino cómo revitalizar y darle mayor
autenticidad a todos los procesos de participación y delegación que están implícitos en la conformación o
construcción de una democracia. La lógica de “Redes” aparece aquí como un elemento bastante central en
estas reflexiones que intentan revisar la forma de hacer política. Me parece bastante claro que vaciar de
contenido esto, actuar de, hacer como si, es algo que se cae porque las personas se dan cuenta. Uno siente hasta
en niveles no concientes la validez de ese trato o vínculo.
Habría otra cuestión que estoy pensando en esta relación entre lo macro y lo micro. Cuando comparaste con la
pirámide y con la sociedad segmentada, mencionaste la red como una posibilidad de sobreponerla sobre esa
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fragmentación. También hablaste de caos, pero también el caos trae una suerte de organización. ¿Esa organización
puede ser interpretada como una red o como un micronodo de una estructura de red?
Dr. Rovere:
Los clásicos analistas del poder decían que no hay espacios vacíos; que los espacios inmediatamente
tienden a ser llenados. Evidentemente la falta de una organización global genera un espectáculo de
desorganización que rápidamente se redefine sobre la base de otros modelos. Sin embargo, esos modelos
también pueden ser autoritarios. El hecho de que emerjan organizaciones desde la sociedad civil, gremios,
partidos políticos u organizaciones vecinales, no necesariamente impide que estas organizaciones a su vez
adquieran rápidamente un carácter piramidal, escamoteando las posibilidades de participación interna. De tal
forma que no daríamos un cheque en blanco sobre la idea de que toda organización, por el hecho de ser de
base, tendrá una estructura democrática, pero evidentemente tendría mejores posibilidades que las grandes
burocracias que tienen toda una historia, que son más difíciles de desestructurar.
¿Cómo se daría la tensión entre la estructura piramidal que tenemos en todas las instituciones, con los que quieren
generar una red? ¿Qué situación se produciría entre las burocracias y el intento de los microespacios de establecer una
red?
Dr. Rovere:
Va a ser vital dentro de los contenidos de este curso discutir ese punto. Para esto tenemos una especie de
aliado involuntario que es el avance o desarrollo que ha tenido en los últimos años el pensamiento
administrativo. Desde el propio pensamiento administrativo se cuestionan los principios de los clásicos y las
formas organizativas.
Las formas administrativas que conocemos tienen un origen antiguo, una especie de apropiación por parte
de las escuelas administrativas del pensamiento de la organización del ejército prusiano y del pensamiento
burocrático, la suma de estos artefactos da origen a esta fuerte imagen de institucionalidad como pirámide.
Pero si se analizan las últimas escuelas de la administración, aparece una especie de paradoja, de
contraprincipio respecto a Fayol, éste sostenía que la autoridad es el cemento de la organización, mientras que
hoy muchas escuelas de la organización plantean que la unidad de mando no es imprescindible para la
producción.
Dr. Rovere:
Es compatible con Mintzberg, es compatible con Hicks, en cuanto habla de grupos autodirigidos, es
compatible con las propuestas de Albretch sobre gestión de calidad centrada en el usuario, sobre el modelo de
“empowerment” en las relaciones de trabajo. Desde muchos ejes está apareciendo que, sobre todo en servicios
o en organizaciones talentointensivas, la unidad de mando no es garantía, sino a veces el obstáculo para poder
sacar lo mejor de la gente.
Me parece interesante la idea de trabajar en esta forma. La pregunta es ¿cómo en una institución que funciona en
red se resuelven los problemas de competencia o de responsabilidades?, es decir, faltando la idea de autoridad que
determine las responsabilidades o la competencia de alguien en cada caso, ¿cómo se resuelve el problema en el sector
público?
Dr. Rovere:
Primero digamos que el modelo actual no lo resuelve, esto es extremo en el caso de los Estados Unidos
donde cuando uno se atiende por una patología compleja puede pasar por manos de 14 especialistas y cuando
se pregunta quién es el médico tratante, no lo hay. Hoy existe un grave problema de responsabilidad en ese
sentido, en definir quién es el responsable por todo ese proceso completo.
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28 Redes en Salud
Un modelo de redes no es incompatible con responsabilizar, con gente que se hace cargo. Es más liviano
para mí hacerme cargo en una red solidaria y al mismo tiempo es posible que cada paciente sienta que tiene
alguien que se hace cargo. A su vez ese alguien tiene tantas redes de co-operación que le permiten que la
persona circule y saque lo mejor que los servicios pueden dar sin perder una especie de interlocutor
privilegiado al cual le hace la transferencia primaria de confianza.
En sentido estricto las redes no solamente no son incompatibles con médicos de cabecera o responsables,
sino incluso lo facilitan más que el modelo burocrático administrativo donde el tema es que “el paciente en el
momento que entró a mi servicio por interconsulta es mi responsabilidad, en el momento que salió de aquí ya
no es mi problema”. Los pacientes sienten mas bien que el modelo actual está desligado en términos de
responsabilidad, es una sensación general, pero podría suceder que en un hospital específico no sea así.
La idea no es que somos todos igualmente responsables, al contrario, fortalecer la identidad. Esto tiene
mucho que ver con el debate entre individuo y sujeto. Paradojalmente el sujeto no es individuo, es
desindividualizado, porque se construye como sujeto en red. El sujeto que no tiene miedo de perder su
identidad articulándose es el apto para articularse en redes.
Podemos citar el caso de la presión en los grupos. En la mayor parte de los servicios públicos de Salud,
bajo el mismo régimen horario, los tiempos totales que se quedan los profesionales en un servicio divergen.
Cuando uno quiere saber qué es lo que decide una cosa y la otra, son las redes, es la influencia recíproca que se
genera en un pacto no escrito, pacto que determina cuánto un grupo tolera que uno se vaya antes de horario.
Hay grupos en los que es muy fácil irse y otros donde uno siente que deja un brazo cada vez que se va. El
horario lo marca mucho más la cultura del grupo que el reglamento que dice: “hora de entrada - hora de
salida:”. Estos casos muestran que circula mucho poder por los grupos y por las redes, es mucho más fácil
defenderse del poder de arriba que del poder indirecto que ejerce un grupo sobre uno cuando no cumplicmos
con sus expectativas.
Dr. Rovere:
Toda la teoría liberal se basa en la teoría del individuo. Hace poco Margareth Tatcher llegó a decir “no
hay sociedad, nunca he visto una sociedad, yo sólo conozco individuos”. A pesar del uso de la palabra libertad
hay diferencias entre ser liberal y ser libertario, son dos cosas marcadamente distintas a pesar que utilicen la
misma lógica. Para el pensamiento liberal “no hay sociedades, sólo hay individuos”. No puede imaginar al
individuo más que como unidad desligada.
En la construcción del sujeto sabemos cuánto le debemos a la sociedad ser lo que somos. Uno podría
especular sobre quiénes seríamos de no ser que estamos en esta sociedad, con estas condiciones. Como sujetos
nos constituimos con los otros, en cierta manera en una forma de desindividuación. Los grupos primarios y
secundarios, la universidad, el trabajo, la sociedad toda, la que nos ha ido constituyendo como sujetos.
¿Cómo conviene comenzar a organizar las redes? ¿es mejor desde las bases?
Dr. Rovere:
Desde lo estratégico, tratamos de salirnos del dilema de generar cosas de abajo para arriba o de arriba
para abajo. Los procesos se generan desde donde se puede. Por lo que también a veces se generan por el
medio. Probablemente si dijéramos “de abajo para arriba”, el abajo-abajo nos quedaría muy lejos y si
dijéramos de arriba para abajo, el arriba-arriba también nos quedaría muy lejos, quedando como en un
sandwich. En cualquiera de los dos casos tendríamos que esperar y esta propuesta sugiere que no tenemos
tanto tiempo para esperar.
Por un lado hay señales bien claras y algunas políticas explicitadas evidencian que hay continente político
para un proceso de esa naturaleza. Pero, al mismo tiempo, no se lo puede ordenar, no se puede sacar un decreto
mañana que diga que la gente se vincule en redes, que se reconozca recíprocamente, son procesos más sociales
e institucionales. En todo caso, si hacemos la tarea no estamos contra un mandato político; lo que ocurre es que
ni se puede imponer, ni tampoco hay tanto conocimiento como para que un técnico se ponga a dibujar las redes
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en otro lado y después distribuir a cada uno en un lugar. La idea es ir armando estas redes y al mismo tiempo
construirlas uno, incluirse. Qué aporto y qué me aporta, qué reciprocidad se genera. La mejor lógica de esto es
el clásico acuerdo ganador-ganador, en el cual las dos partes ganen porque hacen algo que individualmente no
podrían hacer. Esto es un arte, que vamos a tratar de generar en este espacio, no porque acá se agote sino
porque aquí lo vamos a ensayar con un continente docente.
¿No se pierde identidad con la constitución de las redes? ¿no corremos el riesgo de que nos aplaste la historia en un
mundo que adoptó el liberalismo o el individualismo?
Dr. Rovere: En realidad, hoy los está aplastando la historia a los que proponen lo contrario. Por lo menos si
nos atenemos a los últimos resultados electorales en Europa. Creo que la propuesta liberal fue llevada al
extremo. Pero la pregunta tiene dos partes. En primer lugar, la asociación no licúa la identidad; cuando las
partes entran en una asociación - federación, grupo, etc. - se articulan ciertos comportamientos y ciertos
recursos, pero no se pierde identidad; no una fusión. Uno se asocia establemente y comparte ciertos recursos, a
veces porque son muy escasos.
Por ejemplo, en un momento puede ocurrir que una tecnología nueva se incorpore a la red y, a pesar de
instalarse en un hospital, se llega al acuerdo de que no le pertenece sólo a ese efector sino a una asociación de
todas las unidades que lo pueden utilizar. Esto pasa por no generar pirámides, sino vínculos en redes. Puede
pasar lo mismo con otros elementos críticos, como ambulancias para cuidados intensivos, recursos que pueden
ser muy caros, escasos y que pueden optimizarse. A eso llamamos asociación, no a perder identidad.
La segunda parte de la pregunta es más complicada, es la dimensión política de las formas de
organización y desorganización. Creo que es como una especie de frontera móvil, entre autoritarismo,
democracia, democracia participativa y democracia delegativa o representativa, todo eso está en tensión, pero
en buena parte también depende de lo que la gente haga. Para construir un vínculo democrático hacen falta
dos, para construir un vínculo autoritario también hacen falta dos.
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En la mayor parte de los países la Salud Pública se constituye como disciplina que organiza
los servicios de salud. Planifica programas para la población, por lo general en una lógica
segmentaria: por grupo etario: niños, por situaciones determinadas: embarazadas, también
en poblaciones de riesgo ante situaciones críticas o en aquellas influenciadas por factores
de riesgo capaces de producir enfermedades. Nuestro país no es una excepción ante lo
mencionado.
La fuente de datos para esas acciones son las estadísticas sanitarias que se elaboran a través
de un complejo sistema de información en salud (SIS). Surgidas estas del uso de los
propios servicios, de carácter netamente cuantitativo. Es importante destacar que las
acciones conformadas en programas muestran una inherente tendencia a la segmentación de
las personas y de los procesos, dejando por fuera la singularidad de las personas y suelen
centrarse solo en el trabajo médico.
Para el análisis de los modelos de atención resulta imprescindible considerar los conceptos de
segmentación y fragmentación que atraviesan nuestros modelos de atención que generan
inequidades en salud.
Los países optan por determinados arreglos organizativos para sus sistemas de salud a fin de
satisfacer valores y principios establecidos, cumplir con sus propósitos y alcanzar los objetivos
sanitarios planteados, los que a su vez generan distintas modalidades de conducir el sistema y
regular su funcionamiento, financiar y asignar los recursos, y proveer los servicios de salud. La
definición del sistema de salud, de sus diversos subsistemas, las organizaciones que lo constituyen y
las relaciones existentes entre ellos se menciona en las constituciones, leyes generales de salud o
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códigos sanitarios de todos los países de la Región. Estos marcos normativos establecen las
relaciones entre el subsistema público y los diversos subsistemas, incluidos el privado y los de
seguridad social, educación y formación de recursos humanos para la salud. Casi todas las
constituciones de los países de la Región reconocen la salud como un derecho humano; sin
embargo, la historia muestra que los gobiernos y las sociedades han logrado mejores resultados a la
hora de formular la legislación sanitaria que de introducir los cambios necesarios a sus sistemas de
salud y protección social para asegurar ese derecho
Clásicamente la salud pública ha sido definida como la “salud del público o de la gente”.
En Argentina se suele expresar como sinónimo a la salud pública como a la que proveen los
estados, confundiendo origen del financiamiento con la categoría de definición. Es decir
que la salud pública sería financiada por diferentes fuentes. Según esto se definen tres
subsectores de la salud: subsector público, subsector de la seguridad social, subsector
privado.
1-Subsector público: cuando se trata del financiamiento de los estados en sus diferentes
jurisdicciones, por lo general mediante fondos obtenidos de rentas generales y de
programas nacionales solventados por empréstitos internacionales que subsidian la
demanda1. Estos programas nacionales son ejecutados en las provincias. Las provincias
juegan un importante rol en este subsector como gestores y financiadores. En algunas de
ellas como a nivel nacional, estos programas son las únicas políticas de salud posibles.
Para los empleados de los estados provinciales los descuentos van a cajas autónomas de
cada provincia.
Tanto las obras sociales nacionales como las provinciales realizan contrataciones con
prestadores privados de salud, como en algunos casos con efectores estatales. El principio
que rige a las obras sociales se conoce como “principio de solidaridad” dado que quienes
más dinero ganan aportan más ya que el porcentaje es el mismo para todos, pero el
volumen descontado varía en función del salario. A la hora de recibir un servicio el mismo
es igual para todos, sin importar el monto aportado. A los prestadores contratados los rige
el principio empresarial de mayor ganancia posible con la menor inversión.
1
Plan Nacer, Sumar, Redes-remediar, otros.
2
Programa Medico Obligatorio
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En Argentina se establece una clara diferencia entre “hospitales”, los que estarían
destinados solo para quienes carecen de cobertura de la seguridad social o prepaga, con los
“sanatorios” destinados a quienes disponen del tipo de cobertura mencionada. Sin embargo
en la década de los 90´ muchos hospitales públicos se convirtieron en establecimientos “de
autogestión”, teniendo como uno de los objetivos el recupero de las prestaciones hechas a
personas con obra social o con capacidad de pago, estimulando la facturación y repartiendo
parte de los dividendos como “estímulo” al personal.
Es habitual, además, que se considere como sinónimo a cobertura de atención médica con
la tenencia de obra social o prepaga y que, quienes carecen de la misma, no tendrían
posibilidad de asistirse en la enfermedad, a pesar de que puedan hacerlo en el subsector
estatal. Por supuesto que esto está muy condicionado con la provincia o región en la que le
toque vivir al habitante considerado “sin cobertura”. Aquí entran en tensión los conceptos
de accesibilidad ya sea geográfica, económica u otra y la equidad en la garantía del
derecho a la salud.
La FAMG sostiene que el Estado Nacional, como rector de las políticas públicas de salud,
debe asegurar que todos los habitantes del país puedan obtener la atención necesaria:
médica, odontológica y de salud mental. Considerando para ello los principios
mencionados.
Sabemos que la salud pública, o en todo caso la “medicina sanitaria”, posee un enfoque de
cierta “experticia” médica o especialidad de la medicina. Pero, si pensamos a la salud como
un bien social y a la enfermedad como el fracaso o ausencia de las medidas preventivas, es
necesario modificar el pensamiento establecido y pensar a la salud como un derecho.
Entonces hablamos de la Medicina Social (Virchow ya la insinuaba en 1870) que
contempla las determinaciones sociales de la salud (económicas, sociales, políticas y
ambientales) y, de acuerdo con el lugar que nos toca estar en la pirámide de ingreso per
cápita, considera la multicausalidad, sumatoria de factores, el camino a la enfermedad.
Siempre respetando el concepto de salud-enfermedad imperante en la cultura de cada
comunidad o grupo (por ejemplo el embarazo adolescente que parece más un problema de
los servicios de salud que de las poblaciones más vulnerables). Pero también siempre
pensando en que “no hay enfermedades sino enfermos” (Ramón Carrillo).
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Los servicios de atención de las personas se clasifican, desde hace años, por niveles de
complejidad que van de I a IX de acuerdo con el tipo de practica que realizan; así el I es
una posta sanitaria con visita médica periódica y VIII un hospital cabecera de provincia.
También se habla de primer nivel o de baja resolución (de la patología, entiéndase; centro
de salud, hospital rural), segundo nivel o de media resolución (la mayoría de los hospitales
regionales) y tercer nivel o de alta resolución (donde llegan los casos más complicados:
quemados, enfermedades complejas o raras, etc.).
Es importante destacar que suele equipararse “complejidad” con nivel tecnológico elevado.
Es decir, el centro de mayor complejidad es aquel que dispone del mayor nivel de
tecnologías posibles. En ese sentido importa lo que plantea el filósofo francés Edgar Morin
al respecto del pensamiento complejo que impacta sobre la idea de complejidad, a lo que
podemos además interpretar como tipo de visión de los problemas: “la complejidad intenta
reconocer vínculos, distinguir pero no aislar”3. Sin embargo, los servicios de mayor nivel
tecnológico, frecuentemente no reconocen vínculos y tienden al aislamiento. Por lo tanto
hay allí una carencia del pensamiento complejo a la hora de abordar los problemas o, mejor
dicho, en el cómo se abordan o interpretan los problemas. Por el contrario, estos suelen
plantearse desde otra óptica que no tiene que ver con la racionalidad compleja sino en
asociar como sinónimo de la tecnología a la complejidad en salud.
3
“Nunca pude a lo largo de toda mi vida, resignarme al saber parcelarizado, nunca pude aislar un
objeto de estudio de su contexto, de sus antecedentes, de su devenir. He aspirado siempre a un
pensamiento multidimensional. Nunca he podido eliminar la contradicción interior. Siempre he sentido
que las verdades profundas , antagonistas las unas de las otras, eran para mi complementarias, sin dejar
de ser antagonistas. Nunca he querido reducir a la fuerza la incertidumbre y la ambigüedad” Edgar
Morin-“Introducción al pensamiento complejo”
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Sin embargo existen matices que intentan romper con las tendencias duras sostenidas por
las subespecialidades en grandes hospitales, donde el principal objetivo es la reparación de
la salud individual, es decir trabajar sobre el daño en aquellos a los que llamamos
“pacientes” (el que sufre y espera, según una de sus acepciones). Estos matices se
entrelazan con los modos organizacionales de las instituciones de salud y tiene directa
relación con el modo de producir salud.
4
En ese sentido y de cómo es considerada la atención médica asimilable a la idea de salud: véase la noticia
publicada en diario El Litoral en el link:
http://www.ellitoral.com/index.php/diarios/2014/02/09/metropolitanas/AREA-01.html
5
“Abraham Flexner, pionero de la educación medica” Dr. Agustín Vicedo Tomey.
Rev Cubana Educ Med Super 2002;16(2):156-63
63
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Es por ello que los servicios de los hospitales fueron organizados por órganos enfermos y
en modo militar, piramidal y autoritario. Dándole prioridad a la atención de un órgano
determinado y poniendo en relación a los demás servicios que intervienen en forma aislada
a la atención del “otro” órgano enfermo, que nada tiene que ver con el inicial.
Este proceso quita el todo de esos órganos (ser humano), dejando fuera de consideración la
natural subjetividad y singularidad inherente a la condición humana. En este modelo se
trabaja solo. Es decir, el trabajador de la salud es omnisciente y no requiere de su
compañero más cercano o lejano a la hora de resolver un problema.
Es tanta la confusión existente debido a que muchos sostienen (en realidad es el sistema el
que los sostiene a éstos) que la práctica profesional médica y de otras disciplinas de la salud
es unipersonal e históricamente liberal (que significaría autonomía, algo que ya es
indefendible porque la gran mayoría depende de un empleo público, de los aranceles de la
seguridad social o de los gerentes de una institución privada). En este contexto, donde
prima el “cada maestrillo con su librillo”, hace que cada cual interprete los probables
métodos de diagnóstico y los posibles tratamientos según su propio criterio. Esto lleva a
una praxis irracional con un alto grado de ineficiencia, altísimos costos y resultados
inciertos. Máxime cuando esa lógica es trasladada a los servicios de salud provistos por los
diferentes estados (nacional, provinciales y municipales) en todo el país.
Ante una eventual acción legal la única defensa es apelar a artilugios como el de magnificar
o minimizar el cuadro clínico y esperar apoyo de la corporación que aporte peritos
salvadores o, lo más grave, quedar librado a una sentencia de pronóstico incierto.
Este componente no escrito del “todo vale” y que llena páginas de tratados de calidad de la
atención de las personas cuando se analiza críticamente el proceso que llevó al daño no
deseado o efecto adverso, encuentra en la Medicina Basada en la Evidencia (MBE) un
modelo más confiable y protector para el profesional, ya que cada decisión será justificada
en conclusiones de trabajos de investigación previos o bien en guías de diagnóstico y
tratamiento avaladas por entidades científicas, académicas y/o sanitarias. La MBE
encuentra en otras disciplinas ligadas al campo de la salud sus bases teóricas irrefutables,
por lo menos hasta que “una nueva evidencia” de por tierra con la anterior y adhiramos a un
nuevo paradigma, posicionamiento o enfoque sobre el tema. Cuando existan disidencias
cada grupo (la MBE se sostiene en grupos de trabajo y trasciende lo personal) la fuente o
escuela se considerará como referencia confiable de su validez (CDC de EEUU, Clínica
Mayo, Sociedad Argentina de…).
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Por otra parte desde el punto de vista del manejo de la enfermedad, la MBE se centra en lo
individual y descontextualiza al “paciente” de su medio habitual, por lo que los resultados
son aleatorios ya que desconocen en el proceso salud-enfermedad-atención el rol que juega
la accesibilidad a los servicios de salud en general. La mayoría de las veces la respuesta
llega tarde o las soluciones propuestas son de difícil cumplimiento para las personas
afectadas de un mal.
Considerando que la MBE responde a las necesidades de los segundos y terceros niveles de
atención, es allí donde se fragmenta a la persona en sub y superespecialidades que saben
mucho de lo poco y poco de lo mucho. Es decir el conocimiento es extremadamente
específico, de un punto a lo largo de todo un trayecto. Por lo tanto cuando la MBE es
tomada como ley suprema y único eje posible, y no solo como una herramienta más en el
bagaje de los elementos necesarios para los diagnósticos, se llega a no respetar la
singularidad de las personas. Esto posee una connotación ideológica muy potente que
pretende homogeneizar tanto a enfermos como a quienes diagnostican. Se ignoran los
condicionantes estructurales sobre las enfermedades: medios de producción que enferman,
condiciones de vida desfavorables, etc. Muchas veces generando nuevas enfermedades o
nuevas personas enfermas.
Es necesario destacar que nuestra crítica a la MBE tiene que ver en no dejar de
considerarla como necesaria en los procesos terapéuticos o de diagnóstico, si no en evitar
que la misma sea idolatrada y considerada como la única válida a la hora de activar un
proceso diagnóstico o terapéutico. Se requiere en ese sentido construir una masa de
65
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También creemos oportuno destacar el cuidado desde la perspectiva integral. Por ejemplo
hablamos de referencias y no de derivaciones. Entenderíamos como referencia un proceso
en el cuál un responsable del primer nivel se conecta con el medico u otro profesional con
diferente experticia de otro nivel atención (por ejemplo especialista de un hospital) y
acuerda un proyecto terapéutico en común. Donde ambos e inclusive otros profesionales se
suman y son parte de un todo. El cuidado integral no se termina en la órbita del primer
nivel ni en manos del referente de ese nivel, por el contrario, es ese equipo del primer nivel
quien acompaña coordinadamente el tránsito de su población por los demás niveles de
atención.
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Banco Mundial (BM), Banco Interamericano de Desarrollo (BID), entre otros. Los recursos
para esos empréstitos eran, por lo general, provenientes de los denominados “petrodólares”,
inyectados en los organismos mencionados por países exportadores de petróleo, los cuales
iniciaron un proceso de enorme acumulación de divisas a causa del notable incremento del
precio internacional del crudo. Entonces en los acuerdos firmados para la ejecución
crediticia se condicionaban las inversiones o el destino de las mismas, obligando a reformar
legislación interna y favorecer el ingreso del mercado adonde la regulación estatal era
fuerte; salud, educación, por ejemplo, mediante una nueva lógica de dejar en manos
privadas esas áreas claves del denominado “estado benefactor” ahora en decadencia. Esas
condiciones no eran inocentes, por el contrario, pretendieron en todo America Latina
avanzar a un proceso de transnacionalización de la salud y del estado y un cambio de
paradigma en el cuál la salud pasa a ser un bien comercial.
Para disfrazar las consecuencias del ajuste, se propone solamente financiar servicios de
salud que garanticen la atención materno-infantil (focalización grupal). El fondo de
Naciones Unidas para la infancia: UNICEF, altamente influenciado por los aportes
provenientes de la fundación Rockefeller, hace lo suyo imponiendo y apoyando programas
de salud dirigidos exclusivamente a la atención de la madre y el niño sobretodo el
latinoamérica. De esta forma, bajo el paraguas de dedicar las acciones de salud a los más
vulnerables, se intentaba evitar el impacto que la falta de recursos a la salud generaba en
uno de los indicadores de desarrollo más sensible, la tasa de mortalidad infantil. Así, esos
programas, priorizaron l crecimiento pondo-estatural infantil, la lactancia materna, las sales
de hidratación oral y las inmunizaciones (GOBI en sus siglas en inglés).
Esta forma selectiva deja afuera el concepto integral de la APS de Alma Atta. Lo reduce
intencionalmente y lo pone como meta imposible de alcanzar. Se instala la idea que
construir una APS integral estaría relacionado directamente a la riqueza del país y sería
imposible tanto en America Latina como en África u otros continentes, dado la situación
económica. Pero la intención más estratégica ha sido descontextualizar las ideas avanzadas
de la APS integral, en términos políticos, aculadas en Alma Atta, rechazando cualquier
discusión que incluya el análisis de los factores sociales y estructurales que condicionan las
enfermedades (determinaciones).
En el caso de Europa, durante la década del 80, sus países avanzan hacia sistemas regidos
por el estado o bien organizados por él. El principio que se instala es el denominado
“liberal”, el cuál propone ir mejorando la distribución de la riqueza nacional para provocar
una mejora en las condiciones de salud. Se pone énfasis sobre esto exclusivamente y a
partir de allí es de donde se organiza el sistema, a pesar de que en muchos de esos países la
salud es considerada como derecho y no como mercancía.
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la salud. Taxativamente niega la idea de que sea un bien comercial o mercancía, como
también señala Asa Cristina Laurell. Sostiene además que sinonimizarla a primer nivel
prestacional, implica negarla como estrategia. Y que interpretarla de ese modo, refuerza
como inmodificable la limitación en los recursos de ejecución, negándole por lo tanto la
perspectiva racional de optimización de esos recursos.
Es importante destacar que la APS como núcleo político de los sistemas de salud no ha
faltado nunca en los discursos, aunque casi siempre ha faltado en los presupuestos y, sin
financiamiento, todo queda en la declamación.
Para interpretar la dificultad entre el discurso y la acción veamos los siguientes cuadros con
las interpretaciones que se han dado o se deberían dar de la atención primaria de la salud,
ampliando de esta forma lo expresado más arriba.
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c- Epidemiología:
Otros componentes complementan la atención de las personas desde los servicios de salud.
Así la Epidemiología permite la Vigilancia y el Control de las enfermedades prevalentes,
sean trasmisibles o crónicas no trasmisibles. La Epidemiología tendrá su propio tratado.
Simplemente la nombramos aquí ya que conocer de qué se enferma nuestra población nos
permite planificar acciones para responder a esa demanda potencial. Saber porqué se
enferma nuestra población es tema de la Epidemiología Crítica.
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un problema grave. Máxime si siquiera se contemplan los aspectos del como llegarían las
mujeres con resultado positivo a donde hacer el tratamiento. Ya sea en centros distantes,
etc. Las limitaciones de los programas radican en enfocarse casi siempre hacia resultados
con escasa discusión de procesos. Esto puede habilitarse con enfoque de salud colectiva y
no de salud publica convencional.
Veamos un cuadro más de la OPS donde se explaya sobre la salud como derecho humano.
Enfoque de Concibe la salud como un derecho Una filosofía
Salud y humano y subraya la necesidad de que atraviesa la
Derechos responder a los determinantes sociales y salud y los
Humanos políticos más amplios de la misma. sectores
Difiere por su mayor énfasis en las sociales
implicaciones sociales y políticas de la
Declaración de Alma Ata que en sus
principios. Defiende que si se quiere que el
contenido social y político de Alma Ata
logre mejoras en la equidad en salud éste
debe orientarse más hacia el desarrollo de
políticas “inclusivas, dinámicas,
transparentes y apoyadas por
compromisos legislativos y financieros”
que a estar detrás de aspectos específicos
de la enfermedad.
“La Renovación de la Atención Primaria de Salud en las Américas: Orientación Estratégica
y Programática para la Organización Panamericana de la Salud”. CD46/13 (Esp.) - 24
agosto 2005.
d- La Salud Colectiva:
Queda definir el modelo más abarcativo y equitativo. La Salud Colectiva que promueve un
sistema único de salud que contempla la universalidad (para todos/as), la integralidad (que
cubra todo), la interculturalidad (que todos/as lo acepten y sean aceptados/as), la equidad
(que cada cual reciba lo que necesita) y de carácter público (y por ende gratuito); con
participación social e intersectorialidad (que contribuyan todos/as).
El siguiente cuadro es una síntesis de los modelos descriptos y fue presentado en uno de los
Congresos Nacionales de Medicina General de Argentina en 2011. Se refiere al rol del
médico general en un sistema progresivo y progresista de los sistemas de salud
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MEDICINA
MEDICINA GENERAL SALUD
ASISTEN- COLECTIVA
CIAL
MED SOCIAL Participación
MBE SALUD
Social.
COMUNI-
Datos y Intersecto-
TARIA
pruebas a rialidad.
APS
favor de su Determina- Sistema
uso ciones Sociales Único de
(método PRIMER EPIDEMIOLO SALUD de la Salud: Salud:
científico) NIVEL GIA PÚBLICA económicas, universali-
Estructura Cuidado sociales,
dad,
Primordial políticas,
Proceso y Vigilancia y Organiza- ambientales. integralidad,
Resultado de la Salud Control de ción de intercultura-
Centrado en todo el Enfermedades Servicios. MULTICAU- lidad,
en el ciclo vital Prevalentes Planifica- SALIDAD equidad,
Individuo del y carácter
Transmisibles ción de PLP
individuo. público.
y Crónicas no Programas.
Integra a la INTERDIS-
familia y a la
Transmisibles. - FESP
CIPLINA
comunidad. Aceptando la conflictividad,
la reducción de asimetrías y
descentralizando el poder.
La Epidemiología Crítica.
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b) Dimensión particular: que corresponde a los modos de vivir característicos de los grupos
socioeconómicos (i.e clases sociales cruzadas por relaciones de género y etnicidad) y que
implican cinco dimensiones donde se reproducen condiciones de buen vivir o de un vivir
malsano..
c) Dimensión singular: que abarca el estilo de vida individual y los procesos físicos y
psicológicos de las personas, donde se expresan los impactos finales de la determinación.
En el esquema, facilitado por el mismo Breilh, en la parte superior se observa que la acción
colectiva sobre los procesos sociales (promoción y prevención colectiva), las acciones de
prevenir, proteger, promover, y reparar la vida van de más a menos, quedando enmarcadas
en una eficacia y ética social, abarcando las dimensiones general y particular. Por el
contrario en la acción asistencial sobre las personas y familia el énfasis se coloca en curar,
prevenir, promover personas y su cotidianeidad, respondiendo a una eficacia y ética clínica,
en la dimensión particular (individual). De más está decir que el impacto colectivo es
mayor a mayor esfuerzo en acciones sobre las dimensiones general y particular.
.
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[- ] EFICACIA Y
ETICA CLÍNICA
[+]
(Curar, prevenir, promover personas y su cotidianidad)
Clínica integral y terapias integrativas
Breilh, Jaime. “Una perspectiva emancipadora de la investigación e incidencia basada en la
determinación social de la salud.” In La determinación social de la salud. Vol. 1. México: Universidad
Autónoma Metropolitana, 2011.
La Salud Comunitaria.
A diferencia de las políticas de Salud Pública, en que las campañas son diseñadas
principalmente por las autoridades sanitarias, las experiencias de salud comunitaria
implican que la población participe en forma activa a través de su propia organización. De
esta forma se implementarán acciones para promoción de la salud, física, mental y social; la
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Desde los equipos de salud la interdisciplina juega un rol preponderante para que cada
saber contribuya a construir en conjunto el aporte profesional; desde las instituciones la
intersectorialidad es fundamental para que la convocatoria sea amplia y general; y desde la
propia comunidad la conformación de redes constituyen el reaseguro para el
potenciamiento de las acciones y el sostenimiento de las mismas en el tiempo. Es
importante, entonces, que la capacitación de los integrantes de los equipos de salud,
incorpore conocimientos que les permita acompañar los procesos comunitarios del lugar
donde les toca prestar servicios. De esta forma se alcanzará la máxima expresión de la
estrategia de la Atención Primaria de la Salud ya que ésta “…exige y fomenta en grado
máximo la autorresponsabilidad y la participación de la comunidad y del individuo en la
planificación, la organización, el funcionamiento y el control de la atención primaria de
salud, sacando el mayor partido posible de los recursos locales y nacionales y de otros
recursos disponibles, y con tal fin desarrolla mediante la educación apropiada la capacidad
de las comunidades para participar;” (Declaración de Alma Ata- 1978)
Bibliografía:
Breilh, Jaime. 2010. “Hacia una Concepción Emancipadora del Derecho y la Salud.” Informe
de Derechos Humanos en Ecuador -2009, 263–284. Universidad Andina Simón Bolívar - Abya
Yala.
Gastón Wagner de Sousa Campos (1996-1997) “La clínica del sujeto: Por una clínica
reformulada y ampliada
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1. LA ORGANIZACIÓN
2. ÁREA PROGRAMÁTICA
Por ello todos los programas establecidos desde la conducción central, deben
tener autonomía operativa en cada Área Programa. Aún más, debe ser la
responsable del cuidado de la salud de ese ecosistema local que es el Área
Programa, ya que la salud de las personas está relacionada con todos sus
componentes: suelo, agua, flora, fauna, aire.
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2.1 MISIÓN
2.2 VISIÓN
El Área Programática tiene como objetivo general realizar una atención integral
de las personas continua y longitudinal de la población a cargo.
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Equipo Territorial: son los que desarrollan sus funciones asegurando un trato
de cercanía con el usuario/a y la familia, aplicando el código ético de cada
disciplina, con la comunicación adecuada y pertinente de la información, y
orientación precisa acerca de la oportunidad, uso y acceso del Sistema de Salud.
Las tareas de todos los integrantes del primer nivel de atención se distribuyen en
tres grandes bloques: Planificación, Ejecución y Evaluación de las actividades
del Centro de Salud.
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Los Centros de Atención Primaria están situados tanto en áreas urbanas como
áreas rurales, brindan actividades de promoción y prevención con enfoque de
riesgo, resuelven la mayor parte de las necesidades de salud de la población a
su cargo y refieren a los niveles más complejos del sistema los casos que
superan su capacidad resolutiva en las áreas de diagnóstico y tratamiento.
1
Donabedian A. (1986) La investigación sobre la calidad de la Atención Médica. Salud Pública Mex; 28:
324-327.
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Para evaluar hay dos tipos de criterios, los explícitos y los implícitos. Los
explícitos son aquellos que están escritos y son resultado de un consenso,
especificando claramente las conductas a seguir en cada caso. Los criterios
implícitos son aquellos que expresan “lo que debería hacerse” y a pesar de que
los profesionales, basados en la experiencia pueden utilizarlos, no son producto
de un consenso.
La Red se conforma con efectores muy disímiles pero con los mismos objetivos
asistenciales y del cuidado de la salud. Por lo general sus recursos son limitados
y cualquier cambio a favor o en contra en su número se ve reflejado en los
resultados de forma notoria. Por ejemplo, la licencia de un profesional incide
negativamente en las estadísticas de ese mes.
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PERSONAL
INSTALACIÓN Y EQUIPOS
GAMA DE SERVICIOS
ORGANIZACIÓN
ESTRUCTURA CONTINUIDAD
ACCESIBILIDAD
FINANCIACIÓN
DETERMINACIÓN DE POBLACIÓN
ACEPTABLE
IDENTIFICACIÓN DE PROBLEMAS
DIAGNÓSTICO
ATENCION CONTROL
PROPOR-
PROCESO CIONADA MEDIO AMBIENTE
FISICO Y SOCIAL
UTILIZACIÓN
ACEPTACIÓN
ATENCION COMPRENSIÓN
RECIBIDA PARTICIPACIÓN
LONGEVIDAD
ACTIVIDAD
RESULTADO
BIENESTAR
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2
Descentralización: Se transfieren competencias que originalmente corresponden al Estado y que son
ejercidas por la administración central, mediante una ley. Descentralizar significa atribuir funciones
específicas a órganos del gobierno regional y local, que gozan de autonomía política en la gestión de sus
intereses (por ej., salud y educación). Desconcentración: Se produce un acto de delegación de autoridad
y responsabilidad. Puede operar a nivel de cualquier nivel organizacional de las instituciones que
conforman el Sector Salud.
3
Adaptado de Modelos Médicos, Passarini, Montenegro – Apuntes de la Cátedra
4
Adaptado de Modelos Médicos, Passarini, Montenegro – Apuntes de la Cátedra
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Alicia Stolkiner
Parece indicado respetar las certeras preguntas que formularon los organizadores
de estas jornadas al plantear los ejes temáticos: de qué hablamos cuando
hablamos de interdisciplina, cuales son los espacios posibles de articulación
interdisciplinaria y la disyuntiva entre interdisciplina o interpráctica profesional.
1
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Para esa época, definía la salud mental como un campo de prácticas sociales y
señalaba la necesidad de comprender la historicidad de la configuración del
mismo, que no era reducible al de la psiquiatría y su nacimiento político, analizado
por Foucault (Stolkiner A., 1988). También decía que la existencia de este campo
tenía un núcleo duro que lo justificaba: el fenómeno de las instituciones asilares
manicomiales y la objetivación desubjetivante del paciente.
2
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Durante esa década los servicios de salud se vieron fuertemente tensionados por
el proceso de reforma. La “mercantilización” del sistema de salud (Laurell A.C.)1 y
la inclusión de la lógica y los principios de la economía neoclásica en el campo
sanitario, motorizó formas de cuantificación de la productividad de los agentes del
sistema que generalmente no se compadecían con el objetivo de la práctica y
puso en el centro de la escena la evaluación de costo efectividad , con una
definición de efectividad generalmente estrecha.
3
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Si bien durante ese período, se careció de una política nacional de salud mental,
algunas provincias (Río Negro y San Luis, por ej.) desarrollaron propuestas
alternativas al modelo asilar que indefectiblemente requerían de enfoques
interdisciplinarios. También hubo servicios y experiencias puntuales que lograban
articulaciones exitosas. Pero el contexto general no era favorable al desarrollo de
prácticas de equipo en el área, más allá de la existencia de un discurso que las
promovía.
La crisis del 2001 fue el corolario de ese proceso y conjugó el deterioro de las
condiciones de vida de más de la mitad de la población, con una fuerte aparición
de nuevos actores y formas de participación social ante la emergencia. Todavía
no son totalmente evaluables sus efectos en las representaciones sociales, pero
muchos de los postulados que habían legitimado las reformas de los 90 se
derrumbaron. Entre ellos aquel que sostenía la necesidad de un estado mínimo y
prescindente frente a la operatoria del mercado. La modificación del escenario se
acompaña de nuevas representaciones y nuevos actores.
4
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6
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En estos últimos es cada vez más frecuente que algunos de sus miembros no
sean profesionales o no representen una disciplina científica sino otro tipo de
saber (saberes no-disciplinarios). Tal el caso de la dimensión estética y simbólica
que puede aportar un miembro que proviene del campo del arte y no de la ciencia,
o la acumulación de saberes que aporta un educador popular o un operador con
niños que están en la calle. Interesante desafío al cual me había referido
tangencialmente en el primer número.
7
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patología a una red de prestaciones por cuidados progresivos que tenga como
figura central al sujeto de la atención.
Bibliografía citada:
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Laurell A. C.: “La Salud: de Derecho Social a Mercancía”. Del Libro: Nuevas
Tendencias y Alternativas en el Sector Salud. UAM Xochimilco - Fund F. Ebert,
Mexico 1994.
Stolkiner Alicia : “Research and health policies: Including the social actors in the
research”. Presentado en la 12th European Conference –School of Public Policy,
University College. Londres Mayo de 2001 (12 páginas)
9
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MUJER EMBARAZADA
La embarazada que ingresa de manera espontánea al CAPS recibirá
los turnos otorgado por el administrativo:
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SEGUIMIENTO:
Manzaneras y Comadres
Comedores barriales
Promotores barriales
ONG
CDI
Sociedades de Fomento
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Colegios y Jardines
Centros religiosos
PUERPERA
Se realizará control del puerperio el mismo día que se realizara el
segundo control del niño (10 días). De no ser posible se otorgará turno
programado dentro de los próximos 15 días para medico ginecólogo o
generalista.
NIÑOS DE 0 a 6 AÑOS
Controles de 0 a 2 años
Se ingresaran al CAPS todo niño recién nacido, a las 48 hs. del alta de
la maternidad correspondiente.
El control de las 48 hs. deberá, ser realizado por el Pediatra quien abrirá H/C,
y realizara control de peso, examen clínico, control de alimentación y del
vinculo materno. Se entregara turno para el control de los 10 días, según
organización del CAPS.
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Control de 3 a 5 años
SEGUIMIENTO:
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Manzaneras y Comadres
Comedores barriales
Promotores barriales
ONG
CDI
Sociedades de Fomento
Colegios y Jardines
Centros religiosos
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Unidad 4
Introducción
En esta unidad, nos centraremos en la estrategia de atención primaria de la salud (APS).
Esta estra tegia, desde que fue concebida, puso en re visión muchos conceptos tradi ciona les so-
bre:
Sa lud y enfermedad,
Asimismo, impulsó las líneas de traba jo que buscaban superar las barreras de acceso a la
atención e integrar las acciones de promoción de la salud y prevención de las enfermeda-
des mediante intervenciones indi vidua les y/o pobla ciona les.
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Objetivos específicos
Concebir la noción de A tención Primaria de la Sa lud como una estra tegia integral e in-
Regístre las en su tegrada de asistencia, promoción y pre vención en el contex to comuni tario.
cuaderno y converse
sobre el tema con el Identi fi car el impac to de la estra tegia de APS sobre los sistemas y servi cios de sa lud.
tutor y algunos com-
pañe ros del Centro Re conocer los cambios organi za ciona les de la estra tegia de APS y su influencia sobre
de Sa lud las prác ti cas de los profesiona les de la sa lud.
Identi fi car intervenciones que permi tan superar los obstá culos para su ex tensión y con-
solida ción.
Actividad Inicial
En esta úl tima Unidad le proponemos que, a modo de apertura y re cupera ción de sus
saberes (conocimientos, creencias, prác ti cas),
¿Podría identi fi car programas, ac ti vidades, insti tuciones o servi cios donde se
apli ca?
¿Ha rea li zado experiencias sobre APS? ¿Re cuerda cuá les?
Rea li ce esta actividad
antes de leer el ma te-
¿ Tiene alguna opinión va lora ti va sobre APS?
rial de la presente
unidad a efectos de
Identi fique algunas de las principa les dudas y principa les certe zas que tiene so-
dar mayor esponta-
bre el tema.
neidad a lo que usted
exprese. Sus repuestas
son impor tantes pa ra
guiar al Equipo Tuto-
rial en su actividad
forma tiva.
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Unidad 4
“ Existe una Polí ti ca de Sa lud de finida y aceptada por casi todos los países del mundo
en la Asamblea de la OMS, en 1977, denominada “ Sa lud pa ra todos en el año 2000”.
En 1978, en la reunión de Alma-Ata, quedó estable cido que pa ra llevar a cabo di cha
polí ti ca era ne cesa ria una estra tegia espe cí fi ca, distinta a las uti lizadas hasta enton-
ces. Esta estra tegia se de finió como atención prima ria de la sa lud (APS), la que no se
debe confundir con el primer nivel de atención o con los servi cios bási cos de sa lud.” 2
Acción intersectorial, entre las organi za ciones de sa lud y otras agencias socia les y lí-
deres comuni tarios.
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Grodos y Bertune nos di cen que la APS propone dar una respuesta “integral” a los pro-
blemas de sa lud. Esta integralidad impli ca que se tome a cargo a la vez el ali vio del
sufrimiento cotidiano de las personas (su “demanda de atención”) y los aspec tos de
pre vención y promoción de la sa lud.
PRÁCTICAS ASISTENCIALES
PRÁCTICAS PRÁCTICAS
PROMOCIONALES PREVENTIVAS
EQUIPO DE SALUD
“ Esta estra tegia (APS) tiene un componente muy fuer te de par ti cipa ción comuni ta-
ria en un doble sentido; por un lado, buscando más consenso y democra tiza ción
del poder y por otro, más legi tima ción del sistema de sa lud que en muchos casos
no es sufi ciente. De allí surge la ne cesidad de buscar algunos cambios instrumen-
tales que me joren la per formance de los sistemas, la legi tima ción con los ciudada-
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Unidad 4
nos y nive les más ac tivos de par ti cipa ción de estos úl timos. Es indiscutible que se
incrementa la responsabi lidad individual en todo lo que podrá ser la estrategia de
promoción y prevención de la salud, ta les como los estilos de vida, cambios de
hábitos y cuidado de la salud, que tradi cionalmente la sa lud públi ca ha seña lado
como las más efec tivas pa ra me jorar la ca lidad de vida de la pobla ción.
En este sentido, las estra tegias de la atención prima ria y la par ti cipa ción comuni-
ta ria me joran la responsabi lidad individual y ac tivan muchas fuerzas comuni ta rias
en esto de producir sa lud en términos colec tivos y no sólo consumir atención médi-
ca.” 3
Como estrategia
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Impacto
Concebida Apoyo en la sobre el Principal
Objetivo Nivel desagre-
como definición sistema
actual gación
8 Componentes:
• Recursos
humanos
• Participación
• Articulación
Intersectorial
Administrativo
Núcleo del Transformar el • Programación
Estrategia
Político
Total
Nacional de lograr equidad Apropiada
Salud-Forma y eficiencia • Nuevas
Parte del social modalidades de
desarrollo organización
• Reorientación
del finan-
ciamiento
sectorial
• Cobertura total
Nivel de Atención
Administrativo
Parcial
escalonamiento
entrada al ancha base de
con refencia y
sistema captación contrarreferencia
Actividades:
• Educación para
la salud
• Nutrición
• Agua potable y
Saneamiento
Proteger ambiental
Programa Proyecto
grupos • Maternidad e
Asistencia sociales infancia
creativo
Técnico
(Planificación
Bajo
sanitaria seleccionados
familiar)
esencial abordando sus • Atención a
problemas endemias
prioritarios • Inmunizaciones
• Atención de
enfermedades y
traumatismos
comunes
• Suministro de
medicamentos
básicos
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Unidad 4
El logro de la me ta Sa lud para Todos en el año 2000 mediante la APS impli ca una
reorgani za ción del sistema de sa lud en su conjunto, al ubi car como foco de atención a
la propia comunidad y sus problemas.
Se apoya en tres pilares fundamentales:
Ello impli ca subordinar la uti li za ción sistemá ti ca y acrí ti ca de las presta ciones de ser-
vi cios más comple jas a un uso ra cional de la atención médi ca basado en las rea les ne-
cesidades de los pa cientes, priori zando en conse cuencia las presta ciones más bási cas y
con ma yor capa cidad resoluti va. Así, se debe esca lonar la atención según ni ve les as-
cendentes de comple jidad, desde los primeros que son las unidades y centros de sa lud
hasta los ni ve les más al tos como son los hospi ta les espe cia li zados o de má xima com-
ple jidad, lo que impli ca dos aspectos fundamentales:
Reasignar los recursos humanos, propi ciándose la capa ci ta ción de técni cos y
profesiona les para aumentar sus compe tencias en la resolución de problemas bási-
cos de sa lud.
Así entendida, la A tención Primaria de la Sa lud (APS) es equi va lente a un primer ni vel
de atención, lo que se traduce habi tualmente como “puerta de entrada al sistema”.
Es de cir, como la zona de contac to ini cial de indi viduos y comunidades con el sistema
de sa lud, cuyo carác ter descentra li zado está destinado a aumentar las posibi lidades de
110 149
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ac ceso de la pobla ción a los re cursos disponibles en cada área sani taria.
Esta zona inicial impli ca estable cer una comunicación continua y sistemática con:
b. Con referentes ubicados en otros niveles del sistema, para efec tuar su ade cua-
da deri va ción.
Esta concepción sufrió tal tipo de distorsiones que llegó a interpre tarse la APS como el
“te cho” o lími te má ximo de la atención, lo que suponía limi tar el ac ceso y degradar la
propuesta en una medi cina pa ra pobres. Si la atención primaria se degradara de esta
forma, se transformaría en un programa marginal para gente marginal y con re cursos
margina les.
La APS sostiene que, si bien las ac ciones deben abarcar a toda la pobla ción garanti zan-
do la equidad hori zontal en el ac ceso a los servi cios bási cos de sa lud, es cierto que la
presencia de grupos con mayores necesidades de atención obligan a satisfacer
prioritariamente sus necesidades. Esto no impli ca que la atención deba limi tarse so-
lamente a grupos foca li zados mediante el suministro de un paque te bási co de servi cios,
sino que es ne cesario ampliar o extender la cobertura de los programas y servicios
de salud.
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Unidad 4
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Lo invi tamos ahora a que, a partir de estas lec turas, rea li ce las siguientes ac ti vidades:
Efec túe una consul ta a profesiona les de la sa lud que traba jen en el Centro de Sa lud
en distintas espe cia lidades clíni cas, acerca de qué signi fi cado le atribuyen al con-
cepto de A tención Primaria de la Sa lud.
De alguna manera, las di ferentes concepciones, si las hubiere, ¿consti tuyen un obs-
tá culo para las prác ti cas profesiona les?
3. Barreras en la implementación de la
APS
Tal como seña lan Fried (1975) y Daniels (1985) y como lo presentamos en las unida-
des anteriores, “ Cada vez que se toca el tema de la equidad en sa lud, se tiende a con-
side rar como aspec to fundamental el ac ceso a la asistencia sani ta ria .” 5 Sin duda, es
bási ca la posibi lidad de re cibir la atención de la sa lud ante cualquier episodio de enfer-
medad, cualquiera sea su ni vel de comple jidad, en forma equi va lente para todas las
personas.
Sin embargo, estas barreras siguen influenciando a las prác ti cas y a los resul tados sani-
5. En: Ob. cit. Pe ter F y Evans, T.
Capí tulo 3 " Dimensiones éti cas tarios. No sólo es ne cesario estar más cerca y pertene cer a la comunidad. Se requiere,
de la equidad en sa lud".
Pág. 27.
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Unidad 4
Entre los servi cios de sa lud y la comunidad sue len estable cerse distinto tipo de barre-
ras que se interponen al acceso real, considerando el uso efectivo de los servicios de Conside rando estos pro-
salud por parte de la comunidad, la disponibi lidad y disposi ción del personal, la ca- blemas, lo invi tamos a
lidad y oportunidad de la respuesta, la sa tisfac ción de la comunidad y las personas. Ta- re cupe rar sus re flexiones
les barreras económicas, geográficas y culturales consti tuyen un obstá culo impor- de la Ac tividad de inte-
tante para la sa lud de las personas y acaban potenciando los efec tos de los de terminan- gra ción de la unidad 3
tes socia les. En otros términos, estas barreras obstaculizan el logro de mayor equi- re fe rida a las ba rre ras
dad en salud, produciendo una vulnerabilidad diferencial o acumulativa de los existentes entre el Centro
factores sociales determinantes de la salud. de Sa lud en el que tra-
ba ja y su comunidad y
De ma ne ra simple y re tomando lo enun cia do en las uni da des 2 y 3, podría mos iden- las di fi cul tades en el ac-
ti fi car: ceso a la atención de la
sa lud.
La distancia geográfica del servicio de salud con respecto a la comunidad Le suge rimos que re tome
que atiende. Ello incluye los medios de transporte públi co y sus costos para las sus anota ciones rea liza-
personas más pobres, o el camino a pie que las personas deben re correr para lle- das durante las Ac tivida-
gar al servi cio de sa lud, muchas ve ces con terrenos llenos de obstá culos. des Pre limina res del
Posgrado, (re fe ridas a
La organización de los servicios y sus barreras administrativas, que impiden las observa ciones y en-
el ac ceso al servi cio y la atención oportuna. trevistas administradas
acerca de las razones
Las distancias culturales entre los profesionales y la gente, incluyendo las di- por las cua les la comu-
fi cul tades para la comprensión de las ne cesidades, la comuni ca ción, el diá logo. nidad no asiste al Centro
de Sa lud, o lo ha ce
Las dificultades en la capacidad resolutiva del servicio de salud, para dar atención cuando ya no tiene otras
y respuestas efec ti vas a las ne cesidades de sa lud y su reestable cimiento. opciones), y las ac tivida-
des 10,11 y 12 de la Uni-
dad 3.
Re visando sus anota ciones y las que ha ido rea li zando a lo largo del Módulo en las dis-
tintas ac ti vidades:
¿Podría agregar algo más a estas re fle xiones sobre las barreras?
¿Cómo expli caría ahora las di fi cul tades en el ac ceso a la atención que presenta la
comunidad del Centro de Sa lud?; ¿qué di ferencias observa, si las hay, entre sus
primeras anota ciones y sus aná lisis ac tua les?
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¿Cuá les son las barreras ma teria les y cul tura les que advierte?
¿En qué medida ellas afec tan nega ti vamente en el ac ceso a la atención oportuna?;
¿cómo afec ta esto a la equidad en sa lud?
¿Qué lími tes presentan en ma teria de pre vención del daño a la sa lud y de promoción
de prác ti cas sa ludables?
4. Barreras institucionales y
profesionales
Existen barreras personales e institucionales para la consolida ción de esta estra tegia
en los propios mode los de atención de la sa lud que, construidos a lo largo de la histo-
ria de la medi cina y presentes en las prác ti cas profesiona les condi cionan su desarrollo.
El tex to de Kroeger y Luna sinte ti za en el siguiente esquema acerca de las barreras en
la re la ción médi co – pa ciente:
“BARRERAS MÉDICAS
1. La inestabilidad del personal médico en las zonas rura les no ofre ce sufi ciente
tiempo pa ra el proceso de aprendiza je.
3. La inexperiencia y desconocimiento profesional de los fac tores socia les y cul tu-
ra les que influyen en la sa lud, y el compor tamiento frente a los servi cios de sa-
lud (par ti cularmente entre grupos indígenas y estra tos socio – económi cos ba-
jos).
154 115
UNMdP - Escuela Superior de Medicina - Redes y Sistemas de Salud
Unidad 4
4. La soberbia del médico (adqui rida durante su ca rre ra universi ta ria y confirma-
da por su elevada posi ción en la comunidad), que le ha ce creer que entiende los
problemas de sa lud de la comunidad y tra ta con cier to despre cio a sus pa cien-
tes. Por esta razón, muchos enfermos pre fie ren consul tar a un curande ro profe-
sional.
6. El miedo a la compe tencia de los prac ti cantes de la medi cina informal, quienes
podrían qui tar le a sus pa cientes.” 6
A continua ción les presentamos algunos testimonios vol cados por traba jadores de la Sa-
lud de distintas provincias de nuestro país 7. Se re fieren a interrogantes y opiniones so-
bre posibles respuestas a los desa fíos planteados. Le sugerimos que los lea y ana li ce.
“El médi co viene de formado de los ’70, ’80, ’90; aprendimos con el pa ciente hori-
zontal, no lo vimos nunca verti cal, vimos un órgano, un ojo, un cora zón etc., nunca
vimos a la persona. El cambio de paradigma de la sa lud es justamente apuntar a otra
cosa que no tiene nada que ver con lo que nos formamos ahora, y pasa por la re for-
mula ción de lo que estamos ha ciendo, replantear la forma ción de la gran cantidad de
espe cia listas que se forman en los hospi ta les, por el centra lismo hospi ta lario, y for-
mar profesiona les de la sa lud que puedan ha cer carne la estra tegia de APS”.
“Desde el discurso, todos acuerdan con el aborda je a fa vor de la APS, como estra te-
gia para desarrollar todos los programas de sa lud. Pero en el aborda je concre to en-
contramos un poco de resistencia al cambio, a una visión que sea más humana y so-
cial, no sesgada y enfocada sólo en la enfermedad. La cuestión es tra tar de desarro-
llar un traba jo mul tidisciplinario y en equipo”.
“Ha ce 40 años que estamos hablando de APS. Un poco ya conocemos las herra-
mientas, pero es apli carlas en los contex tos en los que estamos traba jando y creo 6. Kroeger y Luna. Ob. Cit. Pág.
42.
que todo se reduce a arti cula ción, y es muy amplio, y es el se cre to y es la rueda que
7. Estos testimonios fueron re co-
tenemos que poner a funcionar, que ha ce veinte, treinta, mil años que hablamos y gidos en el contex to de las distin-
tas jornadas de traba jo que orga-
que uno le e cha la culpa a Na ción, otro a Provincia, otro a Muni cipio. Pero a noso- ni zó el Ministerio de Sa lud y Am-
biente de la Na ción en conjunto
tros, ¿qué nos toca?” con los Ministerios de Sa lud Pro-
vincia les y que se convocaron ba-
jo el nombre " La estra tegia de
APS en el centro de la esce-
na ". 2003.
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“Hay cuestiones socia les, económi cas, esto [ha ce re fe rencia al proceso sa lud-enfer-
medad] es mul ti causal, mul ti fac torial, todo es muy comple jo; ¿qué ha cemos mientras
tanto? En el mundo fe liz tendríamos que esperar que no existiera el hambre, que no
existiera la desnutri ción, que no existiera en los hospi ta les interna ción por estas cau-
sas, porque si mane jamos pre vención no tendrían que existir, pero ¿qué estra tegia te-
nemos que plantear mientras tanto? Tenemos que ba jar a lo nuestro, a lo cotidiano”.
En estos testimonios se plantea la estra tegia de APS como una posible respuesta y algu-
nos de sus desa fíos y limi ta ciones del enfoque clási co. A partir de la lec tura de los testi-
monios anteriores, le proponemos que re fle xione:
¿Qué simi li tudes y di ferencias tienen con las que se expresan en la prác ti ca en su
equipo de sa lud? ¿Y con las suyas?
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Unidad 4
“ El hospi tal tenía como 68 personas antes que yo, así que lo llevé a una clíni-
ca (por un cóli co hepá ti co, después no lo hi ce tra tar)” ;
*(...) Ahí en el hospi tal te tenés que levantar a las cinco de la mañana, ha cer la
cola hasta las sie te ...que se abra la ventani lla y después tenés que espe rar has-
ta las diez que te llame la gine cóloga, que te atienda o te dé la pasti lla, si te la
da o no te la da...(...) Acá tenés que estar a las cinco pa ra sa lir a las doce más
o menos, todas las ve ces que he ido he tardado, tenía que estar toda la mañana
ahí ...con todo lo que uno ne cesi ta pa ra los chi cos (...)”
“ Me gusta ría que en la sa li ta del ba rrio haya un médi co las 24 horas porque
cada vez que pasa alguna cosi ta tengo que correr a la sa li ta de Va lentín Alsi-
na.
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Le sugerimos que rea li ce algunas entre vistas a los habi tantes de su comunidad in-
cluyendo los mismos interrogantes que uti li zó el entre vistador para obtener los tes-
timonios transcriptos anteriormente.
Compare las respuestas obtenidas por usted y elabore su interpre ta ción sobre las
barreras que perciben los miembros de su comunidad.
¿Cuá les son sus conclusiones acerca de las barreras a la atención de la sa lud en su
contex to?
La implementa ción efec ti va de la APS supone un sistema regiona li zado: una red inte-
grada de servi cios en la cual se otorga má xima prioridad a la atención básica prestada
a nivel local como puerta de acceso al sistema de salud en su conjunto. La atención
de la sa lud será más efec ti va cuanto más próxima se ha lle al ámbi to en el que las per-
sonas vi ven, se educan y traba jan, y de acuerdo con las ne cesidades o carac terísti cas
que presenta cada zona o región geográ fi ca.
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Unidad 4
El proceso de regiona li za ción no debe concebirse como una simple di visión geográ fi-
ca, sino que se inscribe en un proceso de descentralización de la administración téc-
nica y de servicios cuyo fin úl timo es el aumento de la accesibilidad a los servicios.
¿Cómo está organi zada la red de atención regional a la que pertene ce su Centro
de Sa lud?
¿Conoce Ud. la existencia de normas sobre re ferencia de pa cientes, en el Centro
de Sa lud?
¿Tiene informa ción sobre el grado de apli ca ción? ¿Cuá les son las di fi cul tades?
¿Cómo responden los servi cios en la contrarre ferencia?
¿Qué papel le cabe al Centro de Sa lud en el aumento de la ac cesibi lidad a los
servi cios?; ¿y en su función resoluti va espe cí fi ca?
¿Qué procesos requerirían ser me jorados para fa ci li tar la arti cula ción entre los
servi cios de la red y el desarrollo del primer ni vel de atención?
7. Acerca de la intersectorialidad
Una herramienta fundamental para la implementa ción de una estra tegia de APS es la
INTERSECTORIALIDAD. Ella permi te incorporar y sumar re cursos, ac ti vidades, ini-
cia ti vas que habi tualmente existen y se desarrollan más allá del sistema formal de sa-
lud, a tra vés de otras agencias socia les: escue las, insti tuciones barria les, centros de re-
crea ción, organi za ciones labora les, etc. En la propuesta de Muni cipios Sa ludables apa-
re cen buenos ejemplos de esta respuesta intersec torial.
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En el si tio del Ministerio de Sa lud puede encontrar re ferencias concre tas al Programa de
Muni cipios Sa ludables www.msal .gov.ar
Ahora le proponemos que tra te de identi fi car, en la rea lidad del área que abarca el Cen-
tro de Sa lud en el que usted traba ja,
¿Cuá les son las organi za ciones que, fuera de los servi cios forma les de sa lud, influ-
yen en la si tua ción de sa lud de la pobla ción en su comunidad?
¿Qué me canismos de arti cula ción existen entre di chas organi za ciones y los servi-
cios de sa lud?
¿Qué medidas sugiere para ha cer esta arti cula ción mas efi caz y efi ciente?
8. Participación social y
Calidad en APS
La estra tegia de APS, en cualquiera de los distintos ni ve les de atención, propone dar
una respuesta “integral” a los problemas de sa lud. Ello requiere la jerarqui za ción de las
ac ti vidades de promoción y pre vención desde un enfoque que destaque la parti cipa ción
social, así como de la permanente me jora de la ca lidad de la atención. Veamos lo que
expresan algunos espe cia listas:
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Unidad 4
Las dos carac terísti cas de integra lidad y de equidad de la APS no son rea li zables sino
en el marco de un enfoque parti cipa ti vo. Éste cae de su peso si re cordamos una dimen-
sión capi tal de la fi losofía de la APS, tal como la hemos descripto: tender a responsabi-
li zar a los indi viduos y las comunidades con respec to a la toma a cargo de su sa lud por
ellos mismos.
Pero la parti cipa ción tiene también ra zones más «técni cas». Podemos considerar al me-
nos cua tro:
a) el diá logo con la pobla ción es una vía de entrada no burocrá ti ca a la compren-
sión de sus ne cesidades y de su demanda de atención;
b) la sa lud no se me jora nunca por la sola ac ción de la medi cina. Cuando todo el
medio ambiente cambia en el buen sentido, la sa lud puede me jorar. Pero esto su-
pone indi viduos ac tores, y no solamente bene fi ciarios de la ac ción médi co-sani-
taria;
c) además, sólo la opinión, el control, la re troa limenta ción que viene de la pobla-
ción permi ten una adapta ción permanente del sistema de sa lud y su me jora ha cia
una ma yor efi ca cia, efi ciencia, ac ceso, y para de cirlo todo, humanidad.
d) finalmente, cada cul tura tiene su propia concepción de la sa lud, que los “profe-
siona les de la sa lud”, encerrados en su saber técni co, no llegarán a adquirir más
que por una forma u otra de diá logo con la pobla ción. Se han come tido muchos
errores por no haber querido re conocer que toda comunidad humana posee su
propio saber sobre la sa lud, y que es tomando explí ci ta la expresión y consciente
la lógi ca que podemos unir este saber con el saber oc cidental en los mismos do-
minios –saber oc cidental que no se tra ta de tirar, desde luego.
La parti cipa ción no es siempre una dimensión de la APS automá ti camente garanti zada.
Se obtiene y se conserva di fí cilmente. Es, además, tanto un resul tado de ac ciones em-
prendidas como un re curso para la rea li za ción de estas ac ciones. Tomemos el ejemplo
de la atención cura ti va. El sufrimiento indi vidual es, para las personas, el problema de
sa lud priori tario (estemos en un país ri co o en un país pobre, por otra parte).
Entonces, un servi cio de sa lud debe, primero, ha cerse cargo de la respuesta a esta ne-
cesidad fundamental y uni versal. Pero la organi za ción de servi cios cura ti vos es tam-
bién una ex ce lente ocasión de diá logo, que permi te a las personas tomar conciencia de
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sus propias posibi lidades de autonomía y a los profesiona les de la sa lud adaptar la na-
tura le za y las moda lidades de funcionamiento de sus servi cios.
No hay ra zón para que la parti cipa ción no llegue a todos los suje tos que tienen una re-
la ción con el desarrollo o la sa lud. Tampoco hay ra zón para que ella no intervenga en
todos los ni ve les de de cisión, desde el ni vel médi co-enfermo a los ni ve les superiores
del sistema sani tario. Por lo tanto, al confinar indebidamente la APS sólo a los servi-
cios peri féri cos, no se ha ce más que yux taponer una organi za ción comuni taria na ciente
con el resto del sistema sani tario, inmodi fi cado en su centra lismo, sus costos y su tec-
ni cidad.
Una vez di cho esto, el enfoque parti cipa ti vo no niega –contrariamente a lo que algunos
di cen– la importancia de las técni cas y de los técni cos. Pero demanda a estos técni cos
un esfuerzo de escucha y de cambio que permi ta reorientar algunas de sus ac ciones y
adaptar algunos de sus medios a los va lores y mode los de las personas para las que tra-
ba jan.
Las conse cuencias evidentes de este reparto de saber y de poder, aun limi tado, son la
demisti fi ca ción de una gran cantidad de técni cas, de tra tamientos o de servi cios –y un
cierto cambio de comportamiento por parte de los que las uti li zan. En la prác ti ca, esto
se mani festará, por ejemplo, en la nega ti va a medi ca li zar problemas corrientes o sus-
ceptibles de ser tomados a cargo a ni vel fami liar (como el tra tamiento de primera ins-
tancia de la gripe, de la fiebre o de la diarrea). O aun en la búsqueda de al terna ti vas:
farma cias fami liares, colabora ción con la medi cina tradi cional, etc.
COBERTURA Y CALIDAD
“ A lma A ta, con un renovado enfoque de la atención primaria, signi fi có una ruptura
cua li ta ti va con el pasado y una nue va propuesta de ac tuar en sa lud, foca li zada espe-
cialmente en un reordenamiento de prioridades que comprome te a la sociedad en su
conjunto. Este reordenamiento deri va, por lo menos, de tres ideas fuerza presentes en
la «De clara ción de A lma A ta»; la primera es una nue va conceptua li za ción de la sa lud,
la segunda es la introduc ción de un enfoque intersec torial y parti cipa ti vo y la tercera es
el impera ti vo de reorienta ción y reestruc tura ción de los servi cios de sa lud.
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Unidad 4
La tercera idea fuerza de la atención primaria apunta a una reestruc tura ción de los ser-
vi cios de sa lud que aseguren la cobertura y la ca lidad ne cesarias para lograr un real
impac to en los indi cadores y en espe cial en la inequidad de las ci fras, acre centada en
las úl timas dé cadas en la tota lidad de los países de Améri ca La tina.”
A partir de los aportes anteriores, le sugerimos que ana li ce desde su perspec ti va:
¿Por qué la parti cipa ción de la comunidad y de las fami lias es ne cesaria para la
promoción de la sa lud?
Re vise con su equipo de traba jo las enumera ciones de ac ti vidades pre venti vas y
promociona les que han identi fi cado en el Centro de Sa lud y luego identi fique en
ellas los fac tores que fa ci li tan o di fi cul tan la parti cipa ción de la comunidad.
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La promoción de la sa lud es el proceso mediante el cual los indi viduos y las comuni-
dades están en condi ciones de ejercer un ma yor control sobre los de terminantes de la
sa lud y, de ese modo, me jorar su estado de sa lud.
Los carac terísti cas que de finen esta estra tegia son:
Se orienta ha cia las causas fundamenta les que originan la pérdida de la sa lud.
Combina enfoques muy di ferentes para me jorar la sa lud: informa ción, educa-
ción, desarrollo y organi za ción comuni taria, de fensa de la sa lud, legisla ción.
Los profesiona les de sa lud tienen un rol desta cado en su di fusión y desarrollo.
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Unidad 4
Este movimiento, también conocido como Nue va Sa lud Públi ca, re fle ja la ne cesidad
de complementar el enfoque indi vidual orientado ha cia el cambio de conduc ta y el en-
foque orientado a promover cambios en la sociedad mediante intervenciones pobla cio-
na les.
Convergen a este campo los esfuerzos que, compartiendo una fi losofía simi lar acerca
de la sa lud, se produjeron en los países europeos a partir de experiencias como las que
se lle vaban a cabo en las ciudades de Li verpool y Mercey en Ingla terra, y que culmi-
narán con la Conferencia desarrollada en Lisboa sobre el Proyec to de Ciudades Sanas
o Muni cipios Sa ludables para la región la tinoameri cana y la Carta de Ot ta wa para la
Promoción de la Sa lud.
Una síntesis de las principa les estra tegias y desa fíos que plantea el movimiento de Pro-
moción de la Sa lud se incluye en la De clara ción de Ot ta wa sobre la promoción de la
sa lud (OPS, 1996).
El evento promovió un diá logo abierto entre profesiona les de la sa lud, asocia ciones fi-
lantrópi cas, ciudadanos, representantes de organi za ciones comuni tarias, polí ti cos, ad-
ministradores y técni cos de la sa lud.
Los parti cipantes arribaron a consensos acerca de cuá les eran las prioridades y los ob-
je ti vos futuros, y de cómo re forzar el compromiso indi vidual y colec ti vo para acercar-
se a la me ta de Sa lud para Todos en el año 2000.
El Documento presenta sinté ti camente los enfoques y estra tegias para la promoción de
la sa lud que los parti cipantes juzgaron priori tario para lograr avances sustentables, y
convoca la parti cipa ción de los grupos y na ciones involucrados.
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¿Por qué la promoción de la sa lud requiere superar el enfoque ex clusi vamente médi-
co o técni co?;
¿Qué va lores y venta jas atribuye a esta forma de me jorar la sa lud de la pobla ción?
¿Qué miembros de su equipo de sa lud presentan ma yor experiencia o forma ción para
la ac ción en el terreno de la comunidad y las fami lias? Converse con él/e lla sobre es-
tas temá ti cas.
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Unidad 4
Ahora lo invi tamos a que en la lec tura de fragmentos del tex to de Da vid Te jada de Ri ve-
ro 9 pueda:
Marcar en el tex to aque llos principios de APS que a su cri terio tienen vigencia,
tanto en lo conceptual como en las prác ti cas.
Comparta estas re fle xiones con el Equipo tutorial y otros parti cipantes del Posgrado.
Por otra parte, en la Unidad 1, usted ana li zó di ferentes concepciones de sa lud y elaboró
una de fini ción propia (puede re tomar las ac ti vidades 3 y 4).
Luego, eva lúe si hubo modi fi ca ciones, ¿Qué re cuperó de su anterior de fini ción de
la sa lud?
Luego de 25 años de la De clara ción de A lma A ta, es ilustra ti vo conocer las re fle xiones
que rea li zara el Dr. Da vid Te jada de Ri vero. 10
“ Sa lud pa ra todos en el año 2000” fue una me ta va liente y ambi ciosa. Pe ro inclu-
so aque llos que la concibie ron en 1978 no comprendie ron por comple to su signi fi-
cado. No debe extrañar entonces que, 25 años después, todavía estemos traba jan-
do por ese sueño.
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F ina lizado el evento, casi todos los países del mundo se habían comprome tido con
una empresa muy se ria. La confe rencia, la De cla ra ción de Alma-Ata y las Re co-
menda ciones, los movi liza rían pa ra poner en marcha un proceso mundial que lle-
vase al cumplimiento, progresivo pe ro firme, de la me ta social y polí ti ca de “ Sa lud
pa ra todos”. Desde entonces, Alma-Ata y “ atención prima ria de sa lud” son térmi-
nos indisolubles.”
Hoy, un cuarto de siglo más tarde, es importante re fle xionar sobre estos he chos, sobre
todo en cuanto al sentido original de ese obje ti vo, porque en rei teradas ocasiones ha si-
do mal interpre tado y distorsionado.
Pa ra quien fue testigo di rec to de estos aconte cimientos es cla ro: el lema “ Sa lud
pa ra todos” ha sido víc tima de simplificaciones conceptuales y facilismos coyun-
turales condi cionados por un modelo hegemónico mundial, aunque ahora irreme-
diablemente obsole to, que confunde la salud y su cuidado integral con una aten-
ción médi ca repa ra tiva y centrada casi en forma exclusiva en la enfermedad. (...)
En la década de los ´70 se vivía en la cresta de la revolución científica y tecnoló-
gica que había comenzado al final de la Segunda Gue rra Mundial y que de termi-
na ría, junto a otros grandes cambios, lo que hoy se conoce como “globalización”.
Sin embargo, ya se re conocían las grandes y cre cientes desigualdades e injusticias
sociales en las condiciones de vida, así como la pobreza y el abandono de sec tores
mayori ta rios de la pobla ción. Por ello, en las Asambleas Mundia les de la Sa lud de
1975 y 1976 se adoptó el compromiso de “ Sa lud pa ra todos en el año 2000”. (...)
Al mismo tiempo, en el mundo se producían desde muchos años antes, expe riencias
sobre formas diferentes de afrontar los problemas de salud, a pesar de y por las
limi ta ciones de re cursos financie ros, tecnológi cos y humanos en las sociedades po-
bres o menos desa rrolladas en el aspec to económi co. Estas expe riencias fue ron es-
tudiadas en las dé cadas de los ´60 y ´70. (...) Esta meta social y política era en
rea lidad un “slogan”, término que se re fie re a un gri to o estandar te de ba ta lla ca-
paz de convocar y motivar a las personas. Sin embargo, el contenido sustantivo del
slogan ha sido mal entendido, pues se confundió con una forma simple de progra-
ma ción, más técni ca que social y más burocrá ti ca que polí ti ca.
En este marco se propone “Salud para todos” en 1975; fue muy claro al de cir que se
tra taba de al canzar un ni vel de sa lud que permi tiese a todos, sin ex cepciones ni margi-
na ciones, lle var una vida social y produc ti va en lo económi co (hoy diríamos un ni vel
mínimo de vida digna dentro de un desarrollo verdaderamente humano).
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Unidad 4
Tampoco se comprendió, por nuestras de forma ciones profesiona les, que la sa lud es
una realidad social cuyo ámbi to no puede ser sepa rado con ni tidez de otros ámbi-
tos socia les y económi cos y que, por lo tanto, no debe circunscribirse a un sector
administrativo burocrático del Estado. Tampoco se percibió sufi cientemente, a pe-
sar de estar escri to va rias ve ces, el he cho de que la sa lud es, por sobre todo, una
realidad social compleja, un proceso social aún más comple jo, y un proceso políti-
co dentro del cual hay que tomar de cisiones polí ti cas no sólo sec toria les sino de
Estado, capa ces de comprome ter obliga toriamente y sin excepciones a todos los
sec tores.
Lo que sí fue muy cla ro, pe ro sigue siendo muy mal entendido, es la responsabili-
dad y el deber de todos -personas, grupos sociales y ciudadanía en general- de
cuidar de modo activo de su salud individual y colectiva. Lamentablemente, en la
prác ti ca las personas siguie ron siendo conside radas como re cipientes pasivos de
ac tividades puntua les prestadas por sistemas de servi cios insti tuciona lizados de
atención médi ca repa ra tiva orientada a enfermedades espe cí fi cas.
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ción”. El “cuidado” tiene una connota ción mucho más amplia e integral que la
“atención”. Denota re la ciones hori zonta les, simé tri cas y parti cipa ti vas; mientras que
la atención es verti cal, asimé tri ca y nunca parti cipa ti va en su sentido social. El cui-
dado es intersec torial y en cambio, la atención de viene fá cilmente no sólo en sec to-
rial sino en insti tucional o de programas aislados y servi cios espe cí fi cos.
Por las percepciones simplistas y sesgadas de las experiencias que dieron origen al
concepto fue más fá cil, más cómodo y seguro entender el término “primario” en la pri-
mera acepción, cuando el espíri tu de A lma-A ta se re fería a la segunda. En la De clara-
ción también se seña laba que la atención primaria de sa lud “forma parte integrante tan-
to de los sistemas na ciona les de sa lud como del desarrollo social y económi co global
(en su sentido mul tisec torial y no mundial)”, y es “la función central y el núcleo prin-
cipal” de “todo” el sistema. No fue nunca una parte aislada del sistema ni mucho me-
nos circunscri ta a la atención más peri féri ca y de ba jo costo para los pobres.
No está de más insistir en un punto: la gran diferencia que hay entre un cuidado
integral de la salud para todos y por todos —multisectorial y multidisciplinario,
promocional y preventivo, participativo y descentralizado —, y una atención re-
parativa de ciertas enfermedades, de bajo costo y por eso de segunda o terce ra
clase pa ra los estra tos pe ri fé ri cos más pobres de la pobla ción y, lo más grave,
prestados en programas pa ra le los al resto del sistema de sa lud y sin par ti cipa ción
ac tiva, di rec ta y efec tiva de las personas. (...) Las condiciones que die ron origen a
la me ta social y polí ti ca de “ Sa lud pa ra todos” y a la estra tegia, también social y
polí ti ca, de la “ atención prima ria de sa lud”, no sólo subsisten sino que se han pro-
fundizado. Las grandes di fe rencias, las inequidades y la injusti cia social de jan ca-
da vez más vastos sec tores sin un cuidado integral de su sa lud. La pobreza aumen-
ta y los pocos re cursos pa ra educa ción y sa lud de que disponen las sociedades na-
ciona les se invier ten y gastan en las formas más erradas e injustas. Todavía predo-
mina, inexpli cablemente, la confusión de la salud con la atención médica repara-
tiva orientada a unas pocas enfermedades. Los sistemas de sa lud no se descentra li-
zan en los he chos y continúan las distorsiones sobre la par ti cipa ción ciudadana y
el control social efi ca ces.
En el mundo globa lizado de hoy, unipolar y con la amenaza de una pérdida cre-
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Unidad 4
ciente de las sobe ranías na ciona les, una de las pocas medidas que existen pa ra te-
ner control sobre el destino es la construcción de democracias auténticas, descen-
tralizadas y participativas. Hoy es imprescindible transfe rir, o me jor di cho “devol-
ver ”, el poder polí ti co pa ra tomar las de cisiones que afec tan a las sociedades a su
punto de origen, que es la ciudadanía.
“El cuidado integral de la salud para todos y por todos” , la me jor forma de ex-
presar la genuina “ atención prima ria de sa lud” de Alma-Ata, es una ne cesidad no
sólo en el ámbi to de la sa lud sino pa ra el futuro de los países que aspi ran a seguir
siendo na ciones-estados sobe ranos en un mundo cada día más injusto.
Tal vez sea ne cesa rio convocar a una Alma-Ata II pa ra re lanzar, sin distorsiones,
los conceptos que die ron origen a esa confe rencia en 1978. Por supuesto, con las
debidas ac tua liza ciones de rivadas de los grandes cambios mundia les y de las expe-
riencias de estos 25 años.”
A modo de síntesis conceptual es ilustra ti vo transi tar por las siguientes preguntas que
desde la perspec ti va de un medio de di fusión propio de la OPS responde:
La Conferencia Interna cional sobre atención Primaria de Sa lud, rea li zada en A lma A ta
(K asa jistán), reunió en 1978 a 134 países y 67 organismos interna ciona les (China fue
el gran ausente). Esta conferencia de finió y otorgó reconocimiento internacional al
concepto de atención primaria de salud (APS), como una estrategia para alcanzar
la meta de “Salud para Todos” en 2000, según indi ca la De clara ción con la que se
concluyó la conferencia.
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Según la De clara ción de A lma A ta, la atención primaria de salud, es “asistencia sani-
taria esencial basada en métodos y tecnologías prácticos, científicamente fundados y
socialmente aceptables, puesta al alcance de todos los individuos y familias de la co-
munidad, mediante su plena participación y a un costo que la comunidad y el país
puedan soportar, en todas y cada etapa del desarrollo, con un espíritu de autorres-
ponsabilidad y autodeterminación”.
El contexto económico era crítico. La pobla ción empe zaba a ser ma yormente urbana,
en plena transi ción demográ fi ca. El panorama polí ti co se carac teri zaba por dic taduras
mi li tares en muchos países y democra cias inestables en otros, con algunas ex cepcio-
nes. En ese escenario, los servi cios de sa lud estaban organi zados con un enfoque cen-
tralista. La APS promovió el progresi vo forta le cimiento de unidades de servi cios y ca-
pa cidades loca les (que en muchos países se denominaría ni vel primario de atención) y
que posteriormente servirían de base a nue vos enfoques de polí ti cas socia les.
En las Améri cas, la APS se consti tuyó en una experiencia pionera de desarrollo de
políticas de salud y marcó el ini cio de un cambio de paradigmas en la práctica de
la salud pública.
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Unidad 4
Un obje tivo principal de los gobiernos y la comunidad interna cional debe ría ser
la promoción, para todos los habitantes del mundo, en el año 2000, de un nivel
de salud que les permitiera llevar una vida productiva social y económicamen-
te. La atención primaria de salud (APS) es la clave pa ra conseguir este obje ti-
vo.
La APS refleja las condiciones del país y de sus comunidades y se dirige ha-
cia los principales problemas sanitarios de la comunidad. Debería lle var a
una me jora progresi va de la atención sani taria para todos, dando prioridad a los
más ne cesi tados.
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“ La Confe rencia interna cional sobre atención prima ria de sa lud rea liza un
llamamiento urgente y efi caz pa ra una ac ción na cional e interna cional a fin de
desa rrollar e implementar la atención prima ria sani ta ria en todo el mundo…con el
espí ri tu y contenido de esta De cla ra ción.”
A efectos de completar su información, nos parece oportuno que pueda conocer y leer el
texto original de la Declaración de A lma A ta, que se encuentra en nuestra web
www.medicoscomunitarios.gov.ar
Por úl timo, en el contex to de las transforma ciones socia les y sani tarias que han tenido
lugar en las úl timas dé cadas y la renovada perspec ti va de Sa lud para Todos, la APS tie-
ne un gran potencial como vehículo para satisfacer cinco desafíos que se le presentan
al futuro de la sa lud en la Región:
Garanti zar el esta tuto de ciudadanía en sa lud y la uni versa li za ción del ac ceso.
Priori zar la sa lud de los grupos menos pri vi legiados y la reduc ción de desigual-
dades en sa lud.
Me jorar la sa lud de la pobla ción con reduc ción de la morta lidad infantil y ma ter-
na, aumentando la esperanza de vida y me jorando la ca lidad de vida.
A l canzar una atención de sa lud efi caz que sa tisfaga a indi viduos, fami lias y co-
munidades, y en la cual parti cipen todos ellos.
Desarrollar en forma arti culada los distintos proveedores de sa lud, forta le ciendo
la infraestruc tura y las capa cidades insti tuciona les para el desempeño ade cuado
de las funciones esencia les de sa lud públi ca.
Estos desa fíos son hoy parti cularmente pertinentes para dar respuesta a las ne cesidades
de sa lud de la pobla ción, tanto en nuestro país como en el resto de países hermanos.
Ini ciando el siglo X X I, todas las na ciones del mundo han suscripto las Metas de Desa-
rrollo del Milenio. Ellas son un compromiso asumido por las na ciones del mundo para
me jorar el bienestar de las personas, entre los que está reducir la pobre za, la morta li-
dad infantil y ma terna y la propaga ción del V IH para 2015.
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Unidad 4
Re visando las ac ti vidades de esta unidad y algunas temá ti cas abordadas en unidades
anteriores de este Módulo, le pedimos que escriba sus conclusiones alrededor de los si-
guientes interrogantes:
La estra tegia de A tención Primaria de la Sa lud ¿consti tuye una estra tegia de inclu-
sión social y de equidad, en vistas al dere cho a la sa lud de la comunidad?
La APS ¿consti tuye una estra tegia útil para incidir sobre los de terminantes socia les
de la sa lud con los re cursos disponibles?
¿Por qué la APS se propone una ac ción integral de promoción, pre vención y aten-
ción de la sa lud?
¿Con qué re cursos y ac tores cuenta?, ¿con qué lími tes?; ¿pueden crearse estra te-
gias superadoras?
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Salud Colectiva
ISSN: 1669-2381
revistasaludcolectiva@yahoo.com.ar
Universidad Nacional de Lanús
Argentina
Spinelli, Hugo
Las dimensiones del campo de la salud en Argentina
Salud Colectiva, vol. 6, núm. 3, septiembre-diciembre, 2010, pp. 275-293
Universidad Nacional de Lanús
Buenos Aires, Argentina
Spinelli Hugo1
1Doctor en Salud Colectiva. RESUMEN En este texto se desarrolla la configuración del campo de la salud, sus
Director de la Maestría en agentes y los capitales en juego, así como los perfiles epidemiológicos y los problemas
Epidemiología, Gestión y
Políticas de Salud. Universidad y desafíos que enfrentan los trabajadores, los gestores y los gobernantes. También nos
Nacional de Lanús (UNLa), interrogamos sobre la existencia de políticas o metapolíticas, señalando el carácter nor-
Argentina.
hugospinelli09@gmail.com mativo de las políticas que llevan a la ausencia de pensamiento sobre las mismas por
parte de los actores/agentes y de los usuarios, y por ende a reafirmar la razón instrumen-
tal. Al final, y con el propósito de explorar nuevas formas organizativas para el campo,
se abordan los territorios de las metapolíticas a través del análisis del trabajo, la organi-
zación, la gestión y el gobierno como dimensiones a ser pensadas, de manera de posibi-
litar acciones destinadas a configurar nuevos actores y/o estructuras, más allá de "las polí-
ticas". El propósito que se persigue es el de poder pensar la situación actual del campo
de la salud, contextualizado en el Sur, en función de acciones emancipadoras.
PALABRAS CLAVE Sistemas de Salud; Políticas, Planificación y Administración en
Salud; Trabajo; Organización y Administración; Gestión; Gobierno; Argentina.
ABSTRACT This text explores the composition of the health field, its agents and the
capitals at play, as well as epidemiological profiles and problems and challenges
facing workers, administrators, and government officials. We also look into the existence
of policies and metapolicies, highlighting the normative character of policies that
impede critical reflections by actor-agents and patients and thereby reaffirm an instrumental
rationalism. Finally, and with the purpose of exploring new organizational forms in
the field, we investigate the terrain of metapolicies through an analysis of the work,
the organization, the administration, and the government as possible dimensions
through which to enable the creation of new actors and/or structures, irrespective of
the actual "policies". The overall aim of the text is to consider the current situation in
the health field, in the context of the South, in relation to possible emancipatory
actions.
KEY WORDS Health Systems; Health Policy, Planning and Management; Work;
Organization and Administration; Management; Government; Argentina.
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del primer o tercer mundo, en una misma provin- vigencia de esas enfermedades no se debe a la
cia, en una misma ciudad, en un mismo barrio o ausencia de conocimientos para controlarlas y
en una misma manzana. erradicarlas sino a que afectan a individuos sin
El perfil epidemiológico de las pobla- acceso a la ciudadanía, y que por lo tanto no tie-
ciones es un producto de la huella de la historia nen capacidades de colocar sus problemas en la
del campo (1), pero no solo del campo de la agenda del Estado. A lo sumo alcanzan la dimen-
salud, sino de otros campos donde la violencia sión de números para las estadísticas, o de votos
simbólica naturaliza situaciones que profundizan para las elecciones.
las desigualdades sociales, y donde esa naturali- Pero no se trata solo de enfermedades,
zación es funcional a la acumulación del capital sino de problemas sociales. Tratar de asociar la
económico de los agentes que requieren de esas solución de los mismos con la medicina no sería
desigualdades para incrementar su capital, lo más que un éxito del proceso de medicalización
cual a su vez actúa como determinante social descripto por Michel Foucault (10). Los proble-
sobre el PSEA. Esa dinámica explica no pocos de mas epidemiológicos que afectan a los conjuntos
los perfiles epidemiológicos existentes. sociales tienen raíces causales en: las desigualda-
En la Argentina de este nuevo siglo des sociales; la falta de controles sobre el medio
podemos encontrar las "viejas enfermedades" ambiente y sobre los alimentos que consumimos;
con renovada vigencia. La leishmaniasis presenta la falta de acceso a niveles básicos de educación,
una situación endémica en varias provincias del al agua potable y obras de saneamiento básico; la
norte argentino –de 300 a 500 enfermos anua- ausencia de una vivienda digna; la carencia de
les–, con algunos casos fatales de leishmaniasis empleo o empleos precarizados. Las promesas
visceral. La tuberculosis está en todo el país, y "del derrame" que se realizan desde los ´60 no
deja todos los años un promedio de 11.000 nue- se concretan. Los niveles de pobreza y exclusión
vos enfermos y de 800 a 900 muertes. La enfer- social vigentes así lo demuestran. La vieja adver-
medad de Chagas –principal enfermedad endé- tencia de Johan Peter Frank (1745-1821) –uno de
mica– con casi dos millones de infectados y 500 los padres de la medicina social– mantiene total
muertes anuales, no muestra señales del impac- vigencia: "la miseria del pueblo es la madre de
to de los más de 650 millones de dólares inver- todas las enfermedades" (11).
tidos en el control de la enfermedad entre los
años 1960 y 2000 (9). Tampoco es menor el pro-
blema de la sífilis congénita cuyos números son ¿POLÍTICAS O METAPOLÍTICAS?
tan preocupantes como el subregistro por parte
de los sistemas de información epidemiológicos.
Todas estas "enfermedades" nos hablan De acuerdo a la reforma de la
de una Argentina de otro siglo. Y no son temas Constitución Nacional de 1994, la salud es un
del pasado, tienen actualidad y presencia en los bien público esencial, y por lo tanto el Estado
conjuntos sociales. Hay personas que a diario debe asegurarla a todos los habitantes del país y
enferman o mueren por estas causas. Pero el tra- financiarla a través de prestadores estatales o pri-
tamiento de esas enfermedades no representan vados para posibilitar el acceso a toda la pobla-
ganancias significativas ni para la industria farma- ción. Estos conceptos expresan la legalidad exis-
céutica ni para los dueños de clínicas y sanato- tente. Pero la ausencia de ciudadanía –por parte
rios. Esos tratamientos están representados por de numerosos sectores sociales– expresa los lími-
los llamados "medicamentos huérfanos" denomi- tes de esa legalidad. Las huellas del campo (12)
nación que reciben al no ser rentables y por lo no se relacionan con la falta de planes producto
tanto no se los oferta en el mercado o su produc- de esa legalidad, sino con la falta de
ción es discontinua. actores/agentes, capaces de representar y actuar
Se pensó que esos perfiles epidemioló- –en función de otros intereses– para poder hacer
gicos serían cosa del pasado, pero no fue así, una cumplir y alcanzar esa legalidad. Estamos hablan-
vez más fracasó el plan y el desarrollo prometido do de actores/agentes en relación directa con los
no fue tal, los agentes jugaron otro juego. La problemas, y no siempre de sus representantes.
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es fundamentalmente biopolítica, en tanto control implicar porcentajes muy significativos del presu-
sobre la vida y la muerte, pero ya no de los indivi- puesto y entonces claudican en sus ideales en pos
duos sino de las poblaciones (17-19). Los gobier- de la viabilidad del proyecto o de meras ambicio-
nos progresistas de América Latina parecen no nes personales. A ello se suman las debilidades
poder escapar a la lógica de la biopolítica. propias de sus capacidades de gobierno. Todo en
Esas clausuras simbólicas obturan el pro- su conjunto, induce al acatamiento y al silencio
ceso necesario para poder pensar la política y de los funcionarios en las reuniones nacionales
entonces pareciera que solo le resta al trabajador y/o internacionales. En esa dinámica, los OI con-
gestionar lo que otros piensan y deciden como tinúan con sus lógicas de reformas, ahora silencio-
políticas. Así entendida, la política es para lo sas (22), y para ello insisten en colocar a las prác-
macro, como la gestión es para la micro, así se ticas de salud como prácticas de mercado (bajo
plantea el juego. No pareciera haber espacio para las formas de seguros que tienden a extenderse a
la micropolítica. Los conceptos sanitarios y/o la totalidad de los programas) (f). Esa mercantiliza-
sociales, devenidos en políticas, toman dimensio- ción tiene como propósito una expansión del
nes cuasi religiosas o actúan como contraseñas dominio del capital económico sobre cualquier
que permiten afiliaciones o desafiliaciones a cier- otra lógica. Se busca, con la idea de mercado,
tas corrientes o espacios. Sin embargo el concep- obturar y/o eliminar la idea de derechos.
to es hueco o remite a meras expresiones de Las políticas repiten, como ya señala-
deseos compartibles o no, pero que carecen de mos, los problemas de la Planificación Normativa,
elucidación en situación. La política en tanto lógi- desconociendo las reflexiones realizadas desde
ca del "debe ser", ignora la naturaleza del campo, mediados de los '70 sobre la misma (5,23-26),
sus agentes y capitales. La política deviene objeti- caracterización que también se puede encontrar
va e invariante, es más, se apela a que sea cientí- en los sectores críticos. La política no aparece
fica y entonces "la solución" se encuentra en las como pensamiento, ese acto es potestad de la filo-
"Políticas Basadas en Evidencias" (20). Claro, las sofía política (27). La política pierde así su dimen-
evidencias son de otros, en general del norte, que sión emancipatoria y se limita a una mera propues-
de esa manera vuelven a decirnos lo que hay que ta tecnocrática o a una oposición altamente ideo-
hacer. La evidencia niega la apuesta. Hace mucho logizada y por lo tanto no ligada a la acción de los
tiempo Arturo Jauretche señaló en el Manual de sujetos en situación. Pareciera tratarse de una com-
Zonceras Argentinas (21), la zoncera que enfren- petencia por la mejor idea, o la más noble, y no de
taba a las "Políticas Criollas con las Políticas un juego ligado a intereses donde si se quiere
Científicas", donde lo científico era lo que venía ganar hay que tener más capitales y más y mejores
de afuera. La zoncera sigue vigente. jugadores, que constituyan equipos capaces de
Si no hay espacio para "el hacer" se instalar nuevas reglas de juego.
debe trabajar con "lo hecho". Entonces la políti- La idea del "plan" es muy cara a la
ca deviene norma universal en tanto técnica apli- modernidad y al sujeto de la razón cartesiana.
cada. Y por ende, el pensarla pasa a ser propie- Más allá de las críticas a la planificación realiza-
dad de otros, por ejemplo de los OI que nos das por sus principales teóricos, sus lógicas y
dicen qué es lo que hay que hacer, mientras tanto principios siguen teniendo vigencia y aún se
a los trabajadores solo les es asignado trabajar escucha "hace falta un plan". Esa idea de plan
con "lo hecho", es decir aquello que devino remite al futuro, y allí está la trampa, ya que el
"norma consensuada" en las reuniones interna- futuro desjerarquiza la acción del presente al
cionales o nacionales donde tanto la repetición colocarla en manos de alguien que realiza el
como la ausencia de actores es muy significativa. plan, que a fin de cuentas es quien terminaría por
Las capacidades de financiamiento de definir, o al menos eso se cree, la acción que el
esos OI y la complicidad de funcionarios nacio- trabajador realizará. La supuesta certidumbre
nales, disciplina cualquier intento en otra direc- sobre el futuro es la mayor debilidad de la plani-
ción, dejando sin financiación a las jurisdiccio- ficación, ya que desconoce que la certidumbre
nes que pretendan buscar "otros caminos". A esas pertenece a lo imaginario, y por el contrario, es
jurisdicciones el gasto en personal les suele la incertidumbre lo constitutivo de lo real (28).
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Para configurar otras estructuras en el el eje fácil/difícil, sino que siempre fue estructu-
campo de la salud se necesitan nuevos y más rada en el eje necesario/innecesario. Por ello
actores de manera de hacer estructurantes otras siempre recurrimos a Jesús Ibañez para quien si
lógicas y procesos. No es posible realizar ese algo es necesario y aparece como imposible, es
cambio únicamente desde acciones de gobierno, necesario cambiar las reglas del juego (37). En
o de gestión. Resulta necesario pensarlo y, sobre esa misma idea también podemos recurrir a un
todo, realizarlo desde las singularidades que pensador nacional como Raúl Scalabrini Ortiz,
constituyen los espacios cotidianos –situación quien mucho antes que Ibañez señaló:
(g)– donde el trabajo y el trabajador tienen un rol
central, como también los usuarios. Esos también Desalojemos de nuestra inteligencia la idea de
son espacios de la metapolítica, pensados en tér- la facilidad. No es tarea fácil la que hemos aco-
minos de potencia y no solo de poder; potencia metido. Pero es tarea ingrata. Luchar por un
de los trabajadores como de los propios usuarios alto fin es el goce mayor que se ofrece a la pers-
en función de su control sobre la institución de pectiva del hombre. Luchar es, en cierta mane-
salud de manera de asegurar el ejercicio de dere- ra, sinónimo de vivir. Se lucha con la gleba
chos y además poner límites a los planteos corpo- para extraer un puñado de trigo. Se lucha con
rativos que bajo reclamos salariales, no pocas el mar para transportar de un extremo a otro del
veces, amenazan la institucionalidad de lo públi- planeta mercaderías y ansiedades. Se lucha con
co y donde el caso de los anestesistas es el más la pluma. Se lucha con la espada. El que no
evidente, pero no el único. lucha, se estanca, como el agua. El que se
Todo ello, nos lleva a conformar una estanca se pudre. (38 p. 267)
propuesta conceptual de acción para el cambio,
que denominamos TOGG (trabajo, organización,
gestión y gobierno) (h) y que en cierta manera TRABAJO
contradice la visión clásica sobre las posibilidades
de cambio, dado que lo piensa en una secuencia La etimología de trabajo proviene de tri-
de GGOT (gobierno, gestión, organización y tra- palium, elemento de tortura usado en la Edad
bajo). No entendemos al TOGG, ni al GGOT Media. Pero no siempre el trabajo es una tortura.
como excluyentes sino que vamos a sostener al Carlos Marx, en El capital (39), reconoce que el
TOGG como central en un proceso de acumula- trabajo puede ser motivo de alienación, pero
ción de fuerzas institucionales en el tiempo, y al también de construcción del trabajador, en la
GGOT como un dispositivo facilitador del TOGG medida que con su trabajo pueda transformar la
en un momento determinado. Seremos enfáticos, realidad y en dicho proceso transformarse a sí
la transformación depende de un proceso de mismo. Esa relación dialéctica entre trabajo y tra-
construcción/reflexión del TOGG que se basa en bajador es la que pretendemos recuperar.
la acción, reconociendo a priori que sus logros no La necesidad de colocar el tema del tra-
son inmediatos y no pueden evaluarse en término bajo en la agenda de las organizaciones, se fun-
de objetivos, sino de procesos, ya que tienen fuer- damenta en que no es abordado por las mismas.
tes contenidos de cultura organizacional y por lo Un hospital realiza ateneos semanales o mensua-
tanto depende de la producción de nuevas subje- les –los temas más frecuentes son enfermedades
tividades, entendiendo al sujeto no como un dato o procesos de atención– pero es excepcional que
a priori sino como una tarea (36). la institución los reúna para hablar y pensar el
Nuestras ideas acerca del TOGG y los "proceso de trabajo" y si lo hace no es raro que
"tres falsos supuestos" ocupan los párrafos siga la lógica del trabajo industrial.
siguientes. Antes de entrar en ellos, queremos La propuesta es centrarnos en el traba-
hacer una aclaración: nada de lo que vamos a jo –en tanto hacer– para preguntarnos "¿qué
describir es fácil de realizar, es más, sabemos que hago?, ¿qué hacemos?". Pichon-Rivière (40),
es difícil. Solo nos proponemos que sea fácil de señala que es la tarea (trabajo) lo que constituye
entender. También necesitamos aclarar que al grupo en la medida en que esta se vuelva cen-
nunca nuestra preocupación fue estructurada en tralidad del mismo con el propósito de que el
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incapacidad de llevar adelante las políticas. No come, se cura, se educa!" a la crisis del 2001
es casual que, en general, la gestión pública ter- donde se instaló el "¡Que se vayan todos!". Un
mine por ser decepcionante (23,55, 70-73). recorrido lamentable para el sueño de la demo-
Para Matus los problemas de la demo- cracia arrancado a la dictadura. Así como antes
cracia estaban "en la cabeza" y no "en los pies" y señalamos el desconocimiento del desarrollo teó-
el mal residía en la baja capacidad de gobierno. rico de la Burocracia Profesional (31), acá vale
Esa caracterización sigue vigente y las propuestas destacar el desconocimiento de las Teorías de las
de "escuelas de gobierno" (72) que se han reali- Macroorganizaciones (55) que explican el funcio-
zado han fracasado dada la concepción iluminis- namiento de los diferentes poderes de una
ta y/o tecnocrática de las mismas. nación (ejecutivo, legislativo, judicial).
Para entender el pensamiento de Carlos No saben que no saben, y entonces
Matus, es útil abordar la idea de "Triángulo de hacen lo que saben. Y lo que sabe el gobernante
Gobierno" con sus tres vértices: el proyecto polí- es imaginar un mundo dominado por la razón;
tico (los problemas que se van a abordar), las entonces, si es un universitario desarrollará su
capacidades de gobierno (experiencia, conoci- experticia profesional en su tiempo de
mientos y capacidad de liderazgo) y la goberna- gestión/gobierno, y si es un político desarrollará
bilidad (el consenso de los distintos actores sobre sus experiencias de "la política" como forma de
las acciones de gobierno) (23). Se entiende, a lidiar con los problemas de la burocracia
priori, que ese triángulo debe ser equilátero, pero (55,70,73). Es indudable que si estos relatos nos
bien sabemos que podemos encontrar distintos resultan conocidos, es porque existe un proble-
tipos de triángulos por la ausencia, o poco desarro- ma de carácter cognitivo/epistemológico. No
llo, de al menos uno de esos vértices. desconocemos que dicha racionalidad tenga una
En los últimos siglos hemos asistido a historia y una relación estructural, pero tampoco
avances revolucionarios de las ciencias, que se que dicha racionalidad en general no es patrimo-
contrastan con la acumulación de los problemas nio de un solo color político, ni que conocer sus
sociales. Las ciencias no parecen tener impacto limitaciones implica no repetirlas.
relevante en el enfrentamiento de los problemas Hoy las organizaciones públicas son
sociales y en la calidad de la gestión pública en el organizaciones de baja responsabilidad, donde
continente más desigual. Hay un gran problema domina la improvisación, donde nadie pide
de teoría de la práctica, no hay teoría para esa cuentas y nadie rinde cuentas y donde se desco-
práctica compleja que significa gobernar y ningún noce la posibilidad de establecer SPRC. Eso se
título universitario da ese conocimiento. De allí, asume como natural, y por lo tanto el político
como señala Matus, un buen médico no es nece- exacerba su cultura de hombre práctico, lo cual
sariamente un buen ministro de salud, ni un buen termina con un escenario de mucha politiquería
maestro es un buen ministro de educación, y así (micropoderes, rencillas, pequeños honores,
podemos seguir con cada egresado en relación a entornos) que termina olvidando los problemas
su campo temático (23). de la gente. Hay una aversión por la teoría y un
Las debilidades y/o desconocimientos congelamiento del capital intelectual del gober-
en las capacidades de gobierno hacen eclosión al nante y su equipo. Sienten que tienen la oportu-
momento de gobernar y no es raro entonces que nidad de realizarse como dirigentes y creen que
se cumpla aquella frase de "pasar del anonimato para ello les bastará con su experiencia y su ide-
al desprestigio, sin haber conocido el éxito". La ología. Todo el esfuerzo está puesto en conquis-
idea de los más capaces parece ser reemplazada tar el poder y poco o nada en resolver el tema del
por la de los más audaces. No se trata solo de los gestionar/gobernar. Ese pragmatismo impregna
problemas derivados de la pesada herencia del las acciones del gobierno y lo deja preso de las
gobierno anterior, sino del pobre capital de capa- urgencias, de las improvisaciones, de los rituales
cidades de gobierno con el cual se llega. En la burocráticos y protocolares. Se pierde así el capi-
Argentina de la democracia pasamos del optimis- tal político acumulado. La sensación de imposibi-
mo de 1983 donde el candidato a presidente lidad de cambiar el aparato de gobierno es gene-
Raúl Alfonsín afirmaba "¡Con la democracia se ralizado entre quienes hayan pasado por alguna
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