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SENTENCIA CONSTITUCIONAL 0492/2011-R

Sucre, 25 de abril de 2011

Expediente: 2009-19898-40-AAC

Distrito: Chuquisaca

Magistrado Relator: Dr. Juan Lanchipa Ponce

En revisión la Resolución pronunciada dentro de la acción de amparo constitucional, interpuesta por Julio
Torrico Lazarte y María Pura Soliz de Torrico contra Teófilo Tarquino Mújica y Ángel Irusta Pérez, Ministros de la
Corte Suprema de Justicia.

I. ANTECEDENTES CON RELEVANCIA JURÍDICA

I.1. Contenido de la acción

I.1.1. Hechos que la motivan

Por memorial presentado el 27 de mayo de 2009, cursante de fs. 26 a 29, los accionantes manifiestan que
fueron objeto de una ilegal condena por la comisión del delito de estafa, y que en forma posterior presentaron
demanda de revisión de sentencia ante la Corte Suprema, en base a nueva prueba documental, la que no fue
conocida en el juicio, siendo denegada ilegalmente por la Sala Penal Segunda de la Corte Suprema de Justicia.
El argumento para dicha denegatoria está referido a que no habrían aportado ninguna prueba que demuestre su
inocencia, cuando el objeto del recurso no era la demostración de su inocencia, sino demostrar que el hecho por
el que fueron condenados no es punible al tratarse de una obligación o cuestión contractual y por lo tanto no
fue estafa, incurriendo en falta de fundamentación y violación al debido proceso y la seguridad jurídica, pues no
consideró ni valoró un solo documento probatorio presentado para la revisión de la Sentencia, limitándose a
señalar que ninguna merece carácter de irrefutable, sin que exista un solo argumento que permita comprender
los fundamentos de hecho y derecho para que las mismas merezcan dicha calificación, como tampoco consta en
parte alguna el por qué de la aplicación del art. 424.1 del Código de Procedimiento Penal (CPP); es decir, cuál la
causal de improcedencia para el rechazo del recurso.

De esta manera se les negó su derecho a la revisión de la Sentencia; no obstante, haber acreditado el
presupuesto establecido en el art. 424.1 del CPP, constituyendo la Resolución cuestionada un acto ilegal, pues al
no tener fundamentación en el marco del art. 124 del referido Código, no tiene ningún valor legal, al margen,
debe tenerse presente que por mandato del art. 424 del mismo Código, las autoridades demandadas lo que
debieron dictar es una sentencia en la que para aplicar el inc. 1) de la citada norma, debieron señalar el por qué
de la improcedencia de manera fundamentada, por ello consideran que se ha vulnerado el debido proceso,
puesto que se les impide acceder a un mecanismo procesal de corrección del error judicial, de igual manera la
seguridad jurídica puesto que en su caso debió emitirse sentencia observando lo previsto en el art. 124 del CPP,
finalmente, se vulneró la tutela judicial efectiva, pues habiendo realizado una petición concreta, es inadmisible
que el Tribunal de revisión se haya exonerado de pronunciarse sobre el fondo de la petición formulada.

I.1.2. Derechos supuestamente vulnerados

Los accionantes estiman vulnerados sus derechos al debido proceso, a la “seguridad jurídica” y a la tutela judicial
efectiva, citando al efecto los arts. 24, 115 y 124 de la Constitución Política del Estado (CPE).

I.1.3. Petitorio

Solicitan se conceda la tutela y se deje sin efecto y nulo el Auto Supremo 266/2008 de 1 de diciembre, hasta que
se pronuncie una nueva sentencia conforme a las normas procesales y constitucionales violadas.

I.2. Audiencia y Resolución del Tribunal de garantías


Celebrada la audiencia pública el 3 de junio de 2009, conforme consta en el acta cursante de fs. 53 a 55 vta., en
presencia de los accionantes, del tercero interesado, y en ausencia del representante del Ministerio Público y de
las autoridades demandas quienes presentaron informe escrito, se produjeron los siguientes actuados:

I.2.1. Ampliación de la acción

El abogado de los accionantes ratificó los términos de la demanda, y en uso de su derecho a la réplica
refiriéndose al informe presentado por las autoridades demandadas, señaló que devela la ilegitimidad de su
determinación, puesto que los argumentos y razones se las debe expresar en el fallo y que no es posible que
tales fundamentos, recién se realicen como emergencia de las acciones tutelares.

I.2.2. Informe de las autoridades demandadas

Teófilo Tarquino Mújica y Ángel Irusta Pérez, Ministros de la Sala Penal Primera de la Corte Suprema de Justicia,
señalaron: a) El recurso de revisión de sentencia, no sólo requiere una simple manifestación de la concurrencia
de causales o motivos que pudieran invalidar la sentencia, sino que además, se debe sustentar en prueba
irrefutable que demuestre la inocencia del condenado y la injusticia de la sentencia; b) En el presente caso, no
se presentó ninguna prueba, ni se acreditó ningún hecho nuevo, que demuestre la inocencia de los condenados,
la documentación adjuntada no merece la calidad de irrefutable, puesto que la carta notariada adjuntada en
calidad de prueba y la declaración del asesor de “TRANSNAVAL”, en sentido de que la hipoteca que pesaba
sobre el inmueble objeto de transferencia comprometida, era de conocimiento de quienes realizaron gestiones,
no desvirtúa la responsabilidad penal de los recurrentes, quienes a pesar de contar con la autorización de la
entidad financiera acreedora para vender el inmueble gravado, sujeta a la condición de destinar el valor al pago
de la suma adeudada, no sanearon la situación del inmueble y no perfeccionaron la venta comprometida; y, c)
Por lo expuesto, son claras las razones que motivaron el rechazo de la revisión de la sentencia, puesto que no se
desvirtuó que no hubieran cometido el delito de estafa y habiendo sido condenados por el delito de estafa y no
por el delito de estelionato, les correspondía desvirtuar los elementos de este tipo penal, en cuyo mérito resultó
irrelevante la prueba adjuntada, por cuanto de ninguna manera desvirtuaron que “TRANSNAVAL” realizó un
acto de disposición patrimonial.

I.2.3. Intervención del tercero interesado

Guido Villarroel Soto en representación de “TRANSNAVAL”, señaló: 1) Que, los accionantes no agotaron los
medios de impugnación que tenían a su alcance, refiriéndose al recurso de complementación por lo que caen
dentro de las reglas de subsidiariedad; y, 2) El Auto Supremo cuestionado contiene la suficiente motivación, al
contrario los accionantes no indican cuál es el cúmulo de prueba y cuáles los hechos que prueban su pretensión.

I.2.4. Resolución

La Sala Penal de la Corte Superior del Distrito Judicial de Chuquisaca, constituida en Tribunal de garantías,
pronunció la Resolución 143/09 de 3 de junio de 2009, cursante de fs. 56 a 62 vta., por la que concedió la tutela
solicitada, dejando sin efecto el Auto Supremo 266 de 1 de diciembre de 2008 y dispuso que las autoridades
demandadas emitan una nueva sentencia en el recurso de revisión y sea en el marco del art. 424 del CPP,
subsanando las omisiones y cumpliendo las normas extrañadas en la Resolución, el fallo contiene los siguientes
fundamentos: i) De la transcripción del fundamento medular del fallo se advierte, efectivamente la ausencia de
valoración y fundamentación probatoria en los términos de los arts. 173 y 124 del CPP; tampoco contiene
respuesta clara, precisa, positiva ni exhaustiva de los puntos objeto del recurso, también carece de análisis y
fundamentación jurídica respecto de las normas invocadas, por los ahora accionantes, como base de su petición,
menos se formulan conclusiones fundamentadas en base a valoración probatoria para determinar la
concurrencia o acreditación de los presupuestos de revisión invocados, lo que transgrede el debido proceso, la
seguridad jurídica y la tutela judicial efectiva; ii) En el recurso de revisión interpuesto por los accionantes,
expresaron que el hecho por el que fueron juzgados, no constituía ilícito penal y por tanto no era punible, en
atención a que el antecedente era un contrato civil con antecedente de compromiso de venta de un inmueble, y
que ambas partes incumplieron obligaciones pactadas en dichos documentos; empero, el fallo emitido en
recurso de revisión, ingresa a resolver un aspecto que inclusive no fue motivo del recurso, como es el tema de la
inocencia, cuando ello no está en el catálogo del art. 421 del CPP y menos fue alegado ni invocado por los
accionantes, por lo que mal puede exigírseles prueba al respecto, por ello esta conclusión del Tribunal Supremo
conculca el debido proceso, la tutela judicial efectiva y la seguridad jurídica; iii) Por otro lado el Auto Supremo
266, limita su análisis a un solo documento, dejando de pronunciarse respecto a la demás prueba, lo que vulnera
el principio de libertad probatoria previsto en el art. 171 del CPP, de donde emerge además la obligación de
valoración prevista en el art. 173 del señalado Código; y, iv) El Auto Supremo impugnado tampoco posee una
adecuada estructura en lo formal y sustancial en la parte resolutiva, por cuanto rechaza sin fundamentar.

I.3. Trámite procesal en el Tribunal Constitucional

Dada la carga procesal, mediante la Ley 040 de 1 de septiembre de 2010, se ampliaron las facultades otorgadas
a este Tribunal a través de la Ley 003 de 13 de febrero de 2010, a objeto de conocer y resolver las acciones de
defensa de derechos fundamentales, presentadas a partir del 7 de febrero de 2009; es decir, bajo el nuevo
orden constitucional; por lo que, mediante Acuerdo Jurisdiccional 001/2011 de 11 de enero, se procedió a la
reanudación del sorteo de causas.
II. CONCLUSIONES

Del análisis del expediente y de la prueba aportada se concluye lo siguiente:

II.1.Consta Sentencia 12/2003 de 3 de abril, emitida por el Tribunal Segundo de Sentencia del Distrito Judicial de
Cochabamba, dentro del proceso penal seguido por el Ministerio Público contra los ahora accionantes por el
delito de estafa, por la que se los declara autores y se los condena a la pena de un año y seis meses de reclusión
(fs. 1 a 6 vta.).

II.2.Por Auto de Vista de 7 de junio de 2003, pronunciado por la Sala Penal Primera de la Corte Superior del
Distrito Judicial de Cochabamba, se declaró inadmisible e improcedente la apelación restringida de la Sentencia
(fs. 12 a 13).

II.3.Mediante Auto Supremo 368 de 25 de julio de 2003, dictado por la Sala Penal de la Corte Suprema de
Justicia, se declara inadmisible el recurso de casación interpuesto por los ahora accionantes (fs. 14 y vta.).

II.4.Cursa memorial por el que se interpone recurso de revisión de sentencia presentado el 25 de septiembre de
2006, por los ahora accionantes, con fundamento en nueva prueba que no fuera conocida en el juicio y que
demostraría que el hecho atribuido no se cometió y que no existe figura de estafa, pues no se produjo daño
alguno o perjuicio, puesto que el inmueble fue entregado a “TRANSNAVAL”, y que éste está bajo su actual
dominio, poseen las escrituras de propiedad y planos originales, comprobantes de pago de impuestos, etc.,
además enumeran y señalan la prueba que no hubiere sido conocida y por lo tanto considerada en el juicio en
seis numerales que luego son desglosados uno a uno (fs. 15 a 19).

II.5.Por Auto Supremo 266 de 1 de diciembre de 2008, pronunciado por la Sala Penal Segunda de la Corte
Suprema de Justicia, se rechaza el recurso de revisión de sentencia interpuesto, por considerar que no es
suficiente la simple manifestación de la concurrencia de causales o motivos que pudieran invalidar la sentencia,
sino que además, se debe sustentar en prueba irrefutable que demuestre la inocencia del condenado y la
injusticia de la sentencia cuya revisión se pretende, y en lo que respecta a la prueba, señala que la misma no
tiene el carácter de irrefutable refiriéndose a la carta notariada de fs. 25 del recurso y la declaración de Gonzalo
David Lazcano Murillo, Asesor Legal de “TRANSNAVAL”.
III. FUNDAMENTOS JURÍDICOS DEL FALLO

Los accionantes denuncian la vulneración de sus derechos al debido proceso, a la “seguridad jurídica” y a la
tutela judicial efectiva, en razón a que habiendo sido declarados autores del delito de estafa, se les impuso la
pena de un año y seis meses de reclusión, por lo que plantearon revisión de la Sentencia condenatoria, en base a
nueva prueba documental, que no fue conocida en el juicio y que acredita que el hecho no es punible y no fue
cometido, siendo denegada ilegalmente por la Sala Penal Segunda de la Corte Suprema de Justicia, bajo el
argumento de que no habrían aportado ninguna prueba que demuestre su inocencia, incurriendo en falta de
fundamentación y violación al debido proceso y a la seguridad jurídica, como tampoco consideró ni valoró un
solo documento probatorio presentado para la revisión de la sentencia, limitándose a señalar que ninguna
merece carácter de irrefutable, sin que exista un solo argumento que permita comprender los fundamentos de
hecho y derecho de la mencionada Resolución. En consecuencia, corresponde en revisión, verificar si tales
extremos son evidentes con el fin de conceder o denegar la tutela solicitada.

III.1. En cuanto a los derechos invocados

Derecho al debido proceso

El art. 115.II de la CPE, establece que el Estado garantiza el derecho al debido proceso. Como garantía en el
ámbito penal y sancionatorio administrativo-disciplinario, halla su consagración en el art. 117.I de la norma
constitucional, al señalar que ninguna persona puede ser condenada sin haber sido oída y juzgada previamente
en un debido proceso. En este sentido, el debido proceso, es entendido como el derecho de toda persona a un
proceso justo, oportuno, gratuito, sin dilaciones y equitativo, en el que entre otros aspectos, se garantice al
justiciable el conocimiento o notificación oportuna de la sindicación para que pueda estructurar eficazmente su
defensa, el derecho a ser escuchado, presentar pruebas, impugnar, el derecho a la doble instancia, en suma, se
le dé la posibilidad de defenderse adecuadamente de cualquier tipo de acto emanado del Estado, donde se
encuentren en riesgo sus derechos, por cuanto esta garantía no sólo es aplicable en el ámbito judicial, sino
también en el administrativo.

El deber de motivación de las resoluciones judiciales

La jurisprudencia constitucional ha sido reiterada y uniforme en señalar que las resoluciones que emiten las
autoridades judiciales, deben exponer los hechos, realizar la fundamentación legal y citar las normas que
sustentan la parte dispositiva de esas resoluciones, exigencia que se torna aún más relevante cuando el Juez o
Tribunal debe resolver en apelación o casación la impugnación de las resoluciones pronunciadas por las
autoridades inferiores, en el caso presente adquiere mayor relevancia, pues como se tiene expresado se trata de
la última vía que tiene a su alcance la persona sobre la cual pesa sentencia condenatoria. La SC 0436/2010-R de
28 de junio, citando a su vez la SC 0937/2006-R de 25 de septiembre, con relación a la motivación de las
resoluciones estableció que es un elemento componente del derecho-garantía-principio del debido proceso,
señalando que: “…las resoluciones que emiten las autoridades judiciales, deben exponer los hechos, realizar la
fundamentación legal y citar las normas que sustentan la parte dispositiva de esas resoluciones, exigencia que se
torna aún más relevante cuando el Juez o Tribunal debe resolver en apelación o casación la impugnación de las
resoluciones pronunciadas por las autoridades inferiores. Este deber de fundamentación de las resoluciones
judiciales, se vincula tanto con la garantía del debido proceso como con el derecho a la seguridad jurídica…” (las
negrillas son nuestras).

Respecto a la motivación de las resoluciones, este Tribunal en la SC 0577/2004-R de 15 de abril, precisó que: “…
es imprescindible que dichas Resoluciones sean suficientemente motivadas y expongan con claridad las razones
y fundamentos legales que las sustentan y que permitan concluir, que la determinación sobre la existencia o
inexistencia del agravio sufrido fue el resultado de una correcta y objetiva valoración de las pruebas, del mismo
modo que se exige al apelante cumplir con la obligación de fundamentar los agravios; por cuanto, en la medida
en que las resoluciones contengan ,los fundamentos de hecho y de derecho, el demandado tendrá la certeza de
que la decisión adoptada es justa; por lo que no le esta permito a un Juez o Tribunal, reemplazar la
fundamentación por la relación de antecedentes, la mención de los requerimientos de las partes o hacer alusión
de que el Juez de instancia obró conforme a derecho (…) con mayor razón, si se tiene en cuenta que el contar
con una Resolución debidamente fundamentada y motivada es un derecho fundamental de la persona y forma
parte del debido proceso…”.

En cuanto a la tutela judicial efectiva.

La jurisprudencia constitucional contendida en la SC 0600/2003-R de 6 de mayo, señaló que: “…según la norma


prevista por el art. 8.1 del Pacto de San José de Costa Rica, 'toda persona tiene derecho a ser oída, con las
debidas garantías y dentro de un plazo razonable, por un juez o tribunal competente, independiente e imparcial,
establecidas con anterioridad por la ley, en la sustanciación de cualquier acusación penal formulada contra ella,
o para la determinación de sus derechos y obligaciones de orden civil, laboral, fiscal o de cualquier otro
carácter', como podrá advertirse la norma transcrita consagra dos derechos humanos de la persona: 1) el
derecho de acceso a la justicia; y 2) el derecho al debido proceso, entendiéndose por aquélla la potestad,
capacidad y facultad que tiene toda persona para acudir ante la autoridad jurisdiccional competente para
demandar que se preserve o restablezca una situación jurídica perturbada o violada que lesiona o desconoce sus
derechos e intereses, a objeto de lograr, previo proceso, una decisión judicial que modifique dicha situación
jurídica. Conocido también en la legislación comparada como «derecho a la jurisdicción» (art. 24 de la
Constitución Española), es un derecho de prestación que se lo ejerce conforme a los procedimientos
jurisdiccionales previstos por el legislador, en los que se establecen los requisitos, condiciones y consecuencias
del acceso a la justicia; por lo mismo, tiene como contenido esencial el libre acceso al proceso, el derecho de
defensa, el derecho al pronunciamiento judicial sobre el fondo de la pretensión planteada en la demanda, el
derecho a la ejecución de las sentencias y resoluciones ejecutoriadas, el derecho de acceso a los recursos
previstos por ley. Finalmente, este derecho está íntimamente relacionado con el derecho al debido proceso y la
igualdad procesal”.

Por su parte, la SC 1044/2003-R de 22 de julio, determinó lo siguiente: “…del contenido del art. 16. IV CPE, en
conexión con los arts. 14 y 116. VI y X constitucionales, se extrae la garantía del debido proceso, entendida, en el
contexto de las normas constitucionales aludidas, como el derecho que tiene todo encausado a ser oído y
juzgado con las debidas garantías, por un juez o tribunal competente, independiente e imparcial, instituido con
anterioridad al

hecho y dentro de los márgenes de tiempo establecidos por ley. A su vez, del texto de los referidos preceptos
constitucionales, en conexión con el art. 6.I constitucional, se extrae la garantía de la tutela jurisdiccional eficaz,
entendida en el sentido más amplio, dentro del contexto constitucional referido, como el derecho que tiene
toda persona de acudir ante un juez o tribunal competente e imparcial, para hacer valer sus derechos o
pretensiones, sin dilaciones indebidas. A su vez, de ambas garantías se deriva el principio pro actione, que tiende
a garantizar a toda persona el acceso a los recursos y medios impugnativos, desechando todo rigorismo o
formalismo excesivo, que impida obtener un pronunciamiento judicial sobre las pretensiones o agravios
invocados”(las negrillas fueron agregadas).

III.2.La valoración de prueba sobre la situación jurídica del proceso de donde emerge la acción tutelar,
corresponde a la jurisdicción ordinaria, salvo excepciones y requisitos fundamentados

La Ley del Tribunal Constitucional en su art. 1.II, establece como fines del Tribunal Constitucional “…ejercer el
control de constitucionalidad y garantizar la primacía de la Constitución, el respeto y vigencia de los derechos y
garantías fundamentales de las personas, así como la constitucionalidad de las convenciones y tratados”; en este
sentido la SC 0854/2010-R de 10 de agosto, entre otras refiere: “…este Tribunal a través de las diversas acciones
tutelares no puede realizar una nueva valoración de la prueba sobre la problemática que motivó la decisión
judicial o administrativa impugnada, pues ello sería invadir otras jurisdicciones desnaturalizando la esencia de
esta acción tutelar por cuanto la valoración de la prueba es una facultad de dichas instancia ordinarias (…) No
obstante, como toda regla en ciertos casos conlleva una excepción, de manera muy especial el Tribunal
Constitucional, puede determinar si se valoró o no la prueba, si se omitió alguna valoración pese a la
presentación oportuna y conforme a ley o la misma resulta arbitraria e irracional; sin embargo, no puede
sustituir la valoración …”.
Al respecto, a través de la SC 0083/2010-R de 4 de mayo, este Tribunal siguiendo el lineamiento ya asumido,
señaló que la competencia de la jurisdicción constitucional: "…guarda límite en cuanto a la valoración de la
prueba y determinación si existe o no responsabilidad penal, pues ello es atribución de las autoridades
ordinarias, o como en este caso, de quienes conocieron y resolvieron el juicio de responsabilidades contra el hoy
accionante, denotándose que el accionante haciendo un uso inadecuado de esta acción de defensa, pretende
utilizar al Tribunal Constitucional como una instancia adicional o complementaria, toda vez que es a todas luces
evidente que pretende que se analice el fondo de la Sentencia pronunciada el 7 de marzo de 2008 y se revise la
valoración de las pruebas presentadas, sin tener en cuenta que al margen de lo expuesto, ello ya ha sido objeto
de análisis por las autoridades competentes, y como indicaron en su amplio informe, en base a la sana crítica, al
señalar que han 'valorado cada uno de los elementos de prueba que fueron incorporados al proceso en base a la
libre valoración' (sic), aclarando que la motivación exige una estructura de forma y de fondo que ha sido
cumplida y que no necesariamente implican exposiciones ampulosas y citas legales extensas, sino que pueden
ser concisas y claras satisfaciendo los puntos demandados.

Ese es el entendimiento que siempre tuvo y tiene este Tribunal, puesto que existe línea jurisprudencial en
sentido de que: «…la facultad de valoración de la prueba aportada corresponde privativamente a los órganos
jurisdiccionales ordinarios, por lo que el Tribunal Constitucional no puede pronunciarse sobre cuestiones que
son de exclusiva competencia de los jueces y tribunales ordinarios, y menos atribuirse la facultad de revisar la
valoración de la prueba que hubieran efectuado las autoridades judiciales competentes» SSCC 0577/2002-R y
0977/2003-R, entre otras; es decir que la competencia en acciones de tutela '…sólo alcanza a determinar -
siempre que exista la acción del agraviado-, si han existido violaciones a derechos y garantías fundamentales
dentro de un proceso por inobservancia de normas de orden procesal o sustantivas, pero no así a determinar si
existen elementos de juicio suficientes para someter a proceso penal a la persona contra la que se hubiere
presentado la acción penal...' SC 0938/2005-R de 12 de agosto. Por tanto este Tribunal no puede ingresar a la
valoración de la prueba".

En consecuencia, se aclara que el Tribunal Constitucional puede ingresar a realizar una valoración probatoria
cuando: “a) exista apartamiento de los marcos legales de razonabilidad y equidad previsible para decidir (…) o b)
cuando se haya omitido arbitrariamente valorar la prueba y su lógica consecuencia sea la lesión de derechos
fundamentales y garantías constitucionales…" (SC 0965/2006-R de 2 de octubre). Circunstancias que como se
tiene explicado deben fundamentarse, no siendo suficiente una simple relación o indicar que ha existido agravio,
por qué se considera esa situación, pero conforme se tiene explicado.

III.3. Análisis del caso concreto

Efectuadas las presiones de doctrina constitucional, corresponde ingresar al análisis de la problemática


planteada
III.3.1. Del recurso de revisión de sentencia

En el presente caso, de la revisión de los antecedentes presentados se tiene que los accionantes interpusieron
recurso de revisión de sentencia, el mismo que fue rechazado por Auto Supremo 266 de 1 de diciembre de 2008,
con el fundamento de que no se aportó prueba nueva que “demuestre su inocencia”, por lo que a objeto de
contrastar el fundamento del Auto Supremo impugnado con las distintas causales que hacen viable el recurso
extraordinario de revisión y el fundamento del recurso de revisión de sentencia interpuesto, es pertinente
recordar la norma respectiva, así el art. 421 del CPP señala: “(Procedencia). Procederá el recurso de revisión de
las sentencias condenatorias ejecutoriadas, en todo tiempo y en favor del condenado, en los siguientes casos:

1)Cuando los hechos tenidos como fundamento de la sentencia resulten incompatibles con los establecidos por
otra sentencia penal ejecutoriada;

2)Cuando la sentencia impugnada se funde en prueba cuya falsedad se declaró en fallo posterior ejecutoriado.

3)Cuando la sentencia condenatoria haya sido pronunciada a consecuencia de delitos propios de la función
judicial, cuya existencia se haya declarado en fallo posterior ejecutoriado.

4)Cuando después de la sentencia sobrevengan hechos nuevos, se descubran hechos preexistentes o existan
elementos de prueba que demuestren:

a)Que el hecho no fue cometido,

b)Que el condenado no fue autor o partícipe de la comisión del delito, o,

c)Que el hecho no sea punible.

5)Cuando corresponda aplicar retroactivamente una ley penal más benigna; y,

6)Cuando una sentencia del Tribunal Constitucional tenga efecto derogatorio sobre el tipo o norma penal que
fundó la condena”.

Todo medio de defensa es de vital trascendencia; sin embargo, el recurso en cuestión, lo es aún más, pues se
constituye en la última vía a su alcance, no de una persona que está siendo procesada, sino de un “condenado”
en este caso a pena privativa de libertad, así, el recurso de revisión de sentencia en los términos definidos en la
mencionada norma, otorga al condenado un medio de defensa cuando después de emitida una sentencia
condenatoria que adquiere la calidad de cosa juzgada, se presentan algunas de las causales precedentemente
señaladas, constituyéndose en un medio idóneo contra la inmutabilidad de la cosa juzgada, para restituir el
derecho del afectado a través de una nueva sentencia.

III.3.2. De los motivos expresados en el recurso de revisión de sentencia

De inicio, en el recurso de revisión los accionantes manifiestan: “Las pruebas demostrarán que el hecho no se
cometió y que no existe figura de estafa (…) El inmueble materia del contrato se entregó a TRANSNAVAL. Está
bajo su actual dominio, lo estuvo siempre desde el momento del contrato y aun antes, lo que descarta toda
posibilidad de daño o perjuicio, (…) El hecho que nos atribuyen como delito no es punible. Se trata de un
contrato civil” (sic).

A continuación, señalan y desglosan en seis numerales a saber la prueba que justificaba según expresan, la
revisión de la sentencia: 1) Declaración de Gonzalo David Lazcano Murillo, como Asesor Jurídico de
“TRANSNAVAL”, cuya importancia radicaría en el hecho de que acredita que no hubo ocultación del estado
jurídico del inmueble, puesto que el mismo afirma que estuvieron en conocimiento de los obstáculos que tenía
el inmueble, que estaban informados que el inmueble reconocía obligaciones; 2) Legajo de auditoría jurídica y
Sumario informativo, instrumento que corrobora plenamente las declaraciones anteriores, refiriéndose a la
declaración de Gonzalo David Lazcano Murillo; 3) Copias legalizadas del proceso penal 30119920020350 o caso
2949/2002, investigación seguida a funcionarios de “TRANSNAVAL” que hubiere sido desdoblada del proceso
que se les siguió, a pesar de existir prohibición de procesos diferentes por un mismo hecho (art. 45 del CPP), lo
que dio como resultado una Sentencia condenatoria en su contra y para los funcionarios de “TRANSNAVAL” el
rechazo de la denuncia; 4) Certificación de la Secretaría del Tribunal Segundo de Sentencia, que corrobora las
afirmaciones anteriores y acredita que el acta de declaración policial de Gonzalo David Lazcano y el legajo de
auditoría y sumario informativo de la Fuerza Naval, no cursan entre los antecedentes procesales de la causa, lo
que evidencia que estos instrumentos no fueron presentados y no fueron conocidos ni considerados por el
Tribunal Segundo de Sentencia; 5) Documental que acredita la legitimidad de sus derechos de propiedad sobre
el inmueble comprometido en venta, que la titulación cumple requisitos legales, que no hubo nada simulado; y,
6) De manera general señalan “otros elementos probatorios” refiriendo que el Fiscal no les notificó con los
memoriales de “TRANSNAVAL”, de modo que no existe duda sobre la exclusión ilegal y arbitraria de estas
pruebas. Finalmente, concluyen señalando que no existe tipificación legal del delito de estafa, solicitando al
Tribunal anule la Sentencia condenatoria y pronuncie nueva resolución declarando su absolución y
rehabilitación plena del delito que les inculparon.

III.3.3. Fundamentos del Auto Supremo 266 de 1 de diciembre de 2008

Ahora bien, al emitir pronunciamiento sobre la solicitud de revisión de sentencia, las autoridades demandadas
lejos de efectuar un análisis de los antecedentes, fundamentos de la solicitud y la totalidad de la prueba
aportada y desglosada en seis incisos por los ahora accionantes, para conforme a ello pronunciarse
fundamentadamente sobre la solicitud presentada, rechazaron la misma limitándose a señalar: “… por su
particular naturaleza, cual es el someter a revisión la cosa juzgada, requiere que el recurso no sólo se sustente
en la simple manifestación de la concurrencia de causales o motivos que pudieren invalidar la sentencia, sino
que además, se debe sustentar en prueba irrefutable que demuestre la inocencia del condenado y la injusticia
de la sentencia”. “Que en la especie no se ha aportado ninguna prueba, ni se ha acreditado ningún hecho nuevo
que demuestre la inocencia de los condenados, los documentos presentados y anexados al expediente en
calidad de prueba, ninguno merece la calidad de irrefutable,…”, al margen de dicha conclusión el Auto Supremo
hace mención a dos documentos, el primero, la carta notariada de fs. 25 del expediente, que fue de
conocimiento de los accionantes el 19 de abril de 2002, manifestando no ser lógico que dicha prueba se reserve
para intentar la revisión de la Sentencia condenatoria, y el segundo documento, la declaración de Gonzalo David
Lazcano Murillo, Asesor Legal del “TRANSNAVAL”, señalando que la sola afirmación de esta persona en sentido
de que la situación jurídica del inmueble era de conocimiento de quienes realizaron las gestiones, no desvirtúa la
responsabilidad penal de los accionantes; determinación de la que se colige existió vulneración de los derechos
al debido proceso y tutela judicial efectiva de los accionantes, toda vez que los Ministros demandados no
fundamentaron en forma debida el rechazo a la solicitud de revisión de sentencia, omitiendo compulsar la
totalidad de la prueba aportada.

En consecuencia, se ha incumplido el deber de fundamentar la resolución judicial, tal cual exige el art. 124 del
CPP, al respecto, la reiterada y uniforme jurisprudencia constitucional ha indicado que las resoluciones emitidas
por las autoridades judiciales, -previsión aplicable también a la Corte Suprema de Justicia, más aún en recurso
de revisión de sentencia de un condenado- deben exponer los hechos, realizar la fundamentación legal y citar
las normas que sustentan la parte dispositiva de esas resoluciones. "…Este deber de fundamentación de las
resoluciones judiciales, se vincula tanto con la garantía del debido proceso como con el principio de la seguridad
jurídica…" (SC 0248/2007-R de 10 de abril). Por lo que corresponde otorgar la tutela solicitada.

Por lo precedentemente expresado, el Tribunal de garantías, al haber concedido la tutela solicitada, ha actuado
correctamente.

POR TANTO

El Tribunal Constitucional, en virtud de la jurisdicción y competencia que le confiere el art. 3 de la Ley 040 de 1
de septiembre de 2010, que modifica el art. 4.I de la Ley 003 de 13 de febrero de 2010, en revisión, resuelve:
APROBAR la Resolución 143/09 de 3 de junio de 2009, cursante de fs. 56 a 62 vta., dictada por la Sala Penal de la
Corte Superior del Distrito Judicial de Chuquisaca; y en consecuencia; CONCEDER la tutela solicitada, en los
términos dispuestos por el Tribunal de garantías.

Regístrese, notifíquese y publíquese en la Gaceta Constitucional.

Fdo. Dr. Juan Lanchipa Ponce

PRESIDENTE

Fdo. Dr. Abigael Burgoa Ordóñez

DECANO

Fdo. Dr. Ernesto Félix Mur

MAGISTRADO
Fdo. Dra. Ligia Mónica Velásquez Castaños

MAGISTRADA

Fdo. Dr. Marco Antonio Baldivieso Jinés

MAGISTRADO

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