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EDUCACIÓN Y TRABAJO EN CONTEXTO DE GLOBALIZACIÓN

Ficha de cátedra Nº3:

Dra. Nidia Piñeyro

Cátedra Introducción a las Ciencias Sociales (2016)

Presentación

Esta ficha de cátedra tiene como propósito introducir al estudiante de la asignatura en uno
de los debates generados en Ciencias Sociales a raíz del surgimiento y consolidación de un proceso
económico, político y cultural conocido con el nombre de globalización. De los múltiples aspectos o
dimensiones que pueden estudiarse en este período (1945 y hasta la actualidad) el documento hace
especial referencia a la relación educación y trabajo. Para contextualizarla se utilizó como insumo
principal el artículo “Educación, globalización y empleo” (Piñeyro y Barbetti, 2002) y, para abordar las
transformaciones, explicaciones y tendencias del mundo laboral y los factores que inciden en su aumento
o disminución, se elaboró una síntesis del artículo “Heterogeneidad estructural, calidad de los empleos y
noveles educativos de la fuerza de trabajo en la Argentina post reformas estructurales” (Salvia y Vera,
2013).

La ficha tiene tres apartados cuya lectura debiera saldar la comprensión de las siguientes
cuestiones: concepto de globalización y características principales; noción de empleo y clasificaciones por
sectores y segmentos; papel de la educación en el acceso al empleo según distintas posturas y
recomendaciones políticas derivadas de cada una de ellas, identificando con claridad la que sostienen los
autores del artículo sintetizado.
1. Globalización: definición y características

Entendemos por globalización a un proceso de integración económica mundial. No es nuevo


ni se dio de manera instantánea, sino que es el resultado de marchas y retrocesos, y en tal sentido,
podemos decir que se configuró en etapas separadas entre sí por períodos variables.

La primera mundialización data de la constitución del Imperio Romano. La segunda, signada


porel descubrimiento de nuevos continentes, es la que se vivió durante los siglos XIV y XV. La tercera, en
el siglo XIX, es más conocida como Revolución Industrial y se caracterizó por elauge del mercantilismo
y del sistema democrático como forma de gobierno en Occidente. De estas mundializaciones previas han
quedado como experiencia para la actual: la liberación del comercio, la apertura de nuevos mercados, el
aumento en la transferencia de capitales y las grandes migraciones (Alfonso, 2000).

Aunque la complejidad del fenómeno exige el detalle de múltiples aspectos, por la extensión
yel objetivo de este trabajo señalaremos solamente las características vinculadas al mundo del trabajo y
la educación en relación con el papel de los Estados en el proceso de internacionalización. Los autores
reseñados coinciden en señalar para esta etapa una serie de transformaciones entre las que destacan: la
transformación de los mercados laborales; eldebilitamiento de los Estados nacionales; la independencia
de los capitales respecto de la producción real de la economía, la tendencia a la internacionalización del
gobierno y la distribución asimétrica de la propiedad de la información tecnológica.

1.1. Transformación de los mercados laborales

Si bien los mercados de bienes y servicios se han integrado, los mercados de trabajo no están
globalizados. Esto trajo como consecuencia una mayor movilidad de la mano de obra que emigra en busca
de mejora a los países desarrollados. Como por lo general, estas migraciones han provocado reacciones
no deseadas, las multinacionales, para evitarlas y sobre todo para abaratar los costes y aprovechar el
recurso laboral se desplazan por todo el mundo asimilandola mano de obra con diferentes calificaciones
y a costos laborales mucho menores que en países de origen.

1.2. Debilitamiento de los Estados nacionales

Como la globalización se sustenta en la lógica del mercado, exige al capitalismo


contemporáneo la creación de una plaza comercial planetaria que pueda armonizar el comercio y los
mercados de capitales (y por supuesto, el consumo). Para lograr un mercado planetario „solvente‟, el
marco legal de las relaciones y los flujos de capitales deben ser similares en los diferentes países. Desde el
punto de vista formal, los Estados nacionales perduran, pero han perdido la capacidad para controlar los
fenómenos y sucesos que trascienden sus fronteras.

1.3 Independencia de los capitales respecto de la producción real de la economía

Los mercados financieros están integrados globalmente y el capital se gestiona sin pausa en
sus redes de telecomunicación. El sistema bancario maneja tanto el ahorro como las inversiones, valores
bursátiles y mercados cambiarios. En este contexto, con la producción real de bienes económicos no
siempre se obtiene mayor rentabilidad que con la especulación.

1.4. Tendencia a la internacionalización del gobierno

Cada vez es más frecuente la adopción de políticas internacionales respecto del desarrollo
económico, la administración, la ciencia y la tecnología. El establecimiento de múltiples políticas
internacionales sugiere la formación de un estado supranacional dotado de coercitividad y capacidad
normativa. Los organismos que funcionan como embriones de ese eventual nuevo macro-órgano son:
Banco Mundial, Fondo Monetario Internacional, Organización Mundial del Comercio; Organización
Internacional para la Cooperación y el Desarrollo. Muchos autores coinciden en afirmar que tales
entidades, más allá de sus declarados buenos propósitos, funcionan como reproductores de un sistema
que en sí mismo asume la dualidad social como algo inevitable.

1.5. Distribución asimétrica de la propiedad de la información tecnológica

La creación y la expansión de las ventajas competitivas en el mercado global están dadas por
lautilización de la ciencia y la tecnología, pero la localización de las actividades científicas y de los productos
del conocimiento académico están sumamente focalizadas en los países desarrollados.

A modo de síntesis podemos decir que la globalización resulta un proceso paradojal: por un
lado, brinda la posibilidad de que por primera vez la humanidad se convierta en una red de relaciones e
interdependencias eficaces que permitan potenciar la capacidad y recursos de los países, a través de la
complementación y el comercio. Pero ella también puede producir la mundialización de algunos males no
deseados, el debilitamiento de valores que desean preservarse, la exacerbación del consumo y la falta de
solidaridad social.
2. Globalización de la economía y mercado laboral. Las
transformaciones más recientesen el mercado de trabajo en Argentina.

Como se desprende del parágrafo anterior la crítica que se plantea al liberalismo de la


globalización no es tanto la internacionalización de las relaciones económicas como la naturalización de la
exclusión social. Un aspecto clave en la tensión entre el modelo de acumulación y el ideal de equidad lo
constituye el acceso a la educación y el acceso al trabajo estable, bien remunerado y con beneficios sociales,
tres rasgos que difícilmente configuren una meta alcanzable para la totalidad de la población mundial
económicamente activa.

Como es de suponer las transformaciones a nivel planetario tuvieron una incidencia sobre las
economías regionales y actualmente también en nuestro país se traducen en claros indicadores dentro del
mercado laboral. Desde la visión de la mayoría de los analistas del empleo se sostiene que en Argentina la
influencia del cambio tecnológico sumado a los efectos del modelo socio -económico implantado a
comienzos de la década del „90 produjeron tendencias hacia un mayor y sostenido grado de
heterogeneización de la fuerza de trabajo y de la estructura de ingreso de la mayoría de los habitantes.

La evolución histórica del mercado de trabajo en la Argentina no se diferencia de la de la


mayoría de los países en desarrollo. En ella podemos distinguir al menos tres períodosdiferentes.

Uno que se corresponde con la época de la posguerra (después de 1945) hasta entrada la
década del `70 donde los niveles de desocupación y subocupación fueron bajos y la distribucióndel ingreso
resultó relativamente equilibrada.

Otro posterior (después de los `70) que se inicia con las primeras señales del modelo sustitutivo
de importación y que se ve agravado con la crisis económica donde se muestran tendencias totalmente
diferentes a las del primer período. (Beccaria, 1998).

Un tercer momento -que coincide en Argentina con la salida de la crisis del 2001-2002- en el
cual se registra como marca una tendencia hacia la heterogeneidad estructural (ver más adelante).

Para entender la evolución de la heterogeneidad de la fuerza de trabajo y la estructura de


ingreso Salvia (2011) propone recordar una clasificación clásica elaborada en base a criterios que remiten
al grado de cumplimiento de normas que tienden a regular la calidad de los empleos en mercados de
trabajo segmentados. Los sectores de la estructura sectorial del sistema económico ocupacional se
distinguen por evidenciar importantes brechas de productividad. Entre los sectores que la componen
encontramos, según esa clasificación dos sectores:

a) los modernos dinámicos son los empleos de un pequeño sector conformado por
quienes trabajan en los estratos más modernos, que registra alta productividad, elevados niveles de
remuneración y que se identifican con el sector privado formal.

b) los modernos rezagados e informales son los empleos de otro sector de mayor
dimensión o alcance en la estructura social que el anterior, con menores niveles de ingreso y productividad
e identificable con el sector privado informal. Estas diferencias, en nuestro país y en la Región de América
Latina, son significativamente mayores a las existentes en las economías centrales y generan
consecuencias negativas en términos de pobreza y distribución del ingreso, afectando a los grupos insertos
en los sectores económicos menos productivos.

La distinción que hace la OIT entre sector formal e informal del mercado de trabajo para el caso
de los trabajadores asalariados y de los patrones se hace midiendo el tamaño del establecimiento, los tipos
de organización, la productividad y las relaciones laborales de la unidad económica. Para el caso del
empleo independiente, a partir de considerar la calificación profesional del puesto de trabajo, como
criterio de participación activa en el sector dinámico de la economía.

Con el objetivo de evaluar no sólo la estructura sectorial del empleo sino también la
segmentación del mercado laboral, Salvia y Vera (2013) distinguen tres segmentos al interior del mercado
de trabajo según el tipo de regulación laboral que incide finalmente sobre la calidad del empleo
demandado:

a) segmentos primarios de empleo a nivel de grandes empresas y del Estado sometidos


a regulaciones laborales de diferente tipo, a veces, flexibles. Son generadores de empleo pleno, regulado
o empleo de calidad.

b) segmentos secundarios de empleo a nivel del sector empresario intermedio formal


o cuasi-informal sometidos a regulaciones particulares, con mayores facilidades de acceso y barreras más
débiles a la entrada. Pueden entenderse como generadores de empleos extralegales;

c) segmentos terciarios (“marginales”) de empleos, atravesados por estrategias


asociativas o de reciprocidad familiar, local o comunitaria que funcionan compitiendo en los
mercados donde operan los segmentos secundarios, pero en condiciones de absoluta “extralegalidad”
económica.

Todos estos segmentos conviven en la actualidad, un período en el que los analistas coinciden
en caracterizar por la positiva evolución registrada por los principales indicadores del mercado de trabajo,
pero cuyas explicaciones difieren según el enfoque utilizado.
3. Crecimiento económico, educación y empleo. Enfoques,
explicaciones y tendencias

Según Salvia y Vera (2013) una revisión de las explicaciones y enfoques utilizados paraanalizar
el mercado laboral distingue tres posturas: credencialismo (o del capital humano), neoestructuraliasmo, y
heterogeneidad estructural.

a) La tesis credencialista predice sobre el mayor nivel de riesgo al desempleo de los


sectores con menor nivel de instrucción. La extensión del análisis al interior del mercado laboral supondría
-de manera similar- una menor probabilidad de los trabajadores de menor nivel educativo para insertarte
en empleos de calidad del segmento regulado del mercado de trabajo. En esta línea, diferentes autores
comparten la noción de riesgo educativo, la cual hace referencia a la posibilidad estadística que tiene un
conjunto de población de quedar marginado de la vida social, política y económica según el nivel de
educación formal alcanzado. En otras palabras, considera que el nivel de educación formal alcanzado es
un factor de riesgo: cuanto menor es el mismo, mayor el riesgo de marginación.

Dado que la receta del pensamiento económico ortodoxo continúa siendo “más mercado y
menos Estado”, se sostiene que las políticas adecuadas son las que buscan “operar” sobre los individuos,
a través del acceso al crédito, la educación, el capital humano, etc. Esto permitiría que se resuelvan los
problemas de pobreza y desigualdad -y asimismo que esta mejora fortalezca el proceso de crecimiento
económico sostenido-. Desde esta perspectiva, los problemas sistémicos lograrán ser resueltos a través
de políticas sociales focalizadas que intervengan sobre los sectores más desfavorecidos. Entre el
lineamiento de políticas recomendadas desde esta perspectiva, las referentes a la educación buscan dotar
a los individuos de las competencias y habilidades necesarias (capital humano) para su plena inserción en
el mercado laboral.

En el marco de la etapa post-consenso de Washington, Birdsall y De la Torre (2001) han


desarrollado una agenda de nuevos lineamientos y políticas de reforma en función de mejorar la
distribución del ingreso sin reducir el crecimiento ni la eficiencia económica. Entre las herramientas de
política que proponen los autores, pueden mencionarse las redes automáticas de protección social, una
política educacional para los sectores de menores recursos, una política impositiva más progresiva,
mejorar las oportunidades para la pequeña empresa, protección de los derechos de los trabajadores, entre
otras. En la misma línea de pensamiento, Kuszinski y Williamson (2003) señalan que la solución no es
disminuir la economía de mercado,sino proveer a los pobres de acceso a los diversos activos que les
permitirá disponer de bienes, conocimientos, habilidades que puedan ser ofrecidos en el
mercado. Esto implica una implementación de reformas en el acceso a la educación, los derechos de
propiedad del sector informal, microcréditos, entre otras herramientas de política.

Dado que la estrategia de políticas continúa estrechamente ligada al libre funcionamiento del
mercado, las metas de eficiencia y competitividad, y coloca -a su vez- el centro del problema en las
características de la oferta de trabajo son múltiples y variadas las corrientes teóricas que cuestionan los
supuestos del credencialismo y la teoría del capital humano.

b) La tesis neoestructuralista

A partir de mediados de los años `80 comienza a tomar cuerpo el enfoque neoestructuralista
como una renovación del pensamiento estructuralista de la CEPAL. Este enfoque pone especialmente
énfasis en las barreras al desarrollo que surgen de la débil competitividad sistémica, la baja densidad
tecnológica, la reducida absorción de los nuevos paradigmas tecnológicos y el escaso encadenamiento
entre sectores de las economías periféricas. De este modo, se considera al cambio tecnológico como un
motor central del cambio estructural, lo cual tendrá efectivamente lugar cuando en el valor agregado
industrial se incremente el papel de los sectores difusores de conocimiento (Rodríguez, 2006; Chena,
2011).

En línea con este pensamiento, Cimoli, Porcile, Primi y Vergara (2005) postulan que la fuente
del crecimiento económico de largo plazo radica en el progreso técnico y en la transformaciónde la
estructura productiva que éste promueve, siendo así la capacidad de innovación y el aprendizaje factores
claves en el proceso de crecimiento. En este sentido, el neoestructuralismoincorpora al aprendizaje y el
proceso de conocimiento como factores de relevancia en el desarrollo socioeconómico y, según la
perspectiva aquí propuesta, se sostiene que supera ensu capacidad explicativa al enfoque fundado en la
oferta de trabajo y la teoría del capital humano -propia del pensamiento neoliberal-. Sin embargo, se
considera que, si bien los postulados del neoestructuralismo dan cuenta del papel del desarrollo científico-
tecnológico sobre la productividad, el empleo y desarrollo en general de manera más precisa que la teoría
del capital humano, poco dicen de la “economía política” que está detrás del modo en que se distribuye el
capital físico y el progreso técnico.

Para Salvia y Vera (2013) los numerosos trabajos que han analizado las características
fundamentales del proceso de crecimiento económico iniciado después de la crisis 2001-2002 son
controversiales en cuanto a sus explicaciones, enseñanzas y pronósticos.

Por un lado, dicen, no es evidente que las mejoras observadas en materia de empleo se
expliquen por un mercado de trabajo más dinámico y menos segmentado en cuanto a la calidad del
empleo; ni tampoco que el aumento de las competencias educativas registrado por la fuerza
de trabajo haya generado un efecto positivo sobre la calidad de los empleos demandados.

Si bien es de esperar que ambas tendencias puedan llegar a confluir en un “círculo virtuoso”
en procura de elevar la productividad general de la economía, mejorar la integración de los mercados de
trabajo y promover la convergencia distributiva, también es factible que bajo determinadas condiciones
ambas tendencias formen parte de un “círculo vicioso” de reproducción de la desigualdad estructural en
el mercado de trabajo, frustrando toda deseable convergencia social. El problema así planteado, abre el
interrogante sobre la capacidad del proceso político-económico para difundir los recursos productivos y
los adelantos científico- tecnológicos, entre ellos el mayor capital educativo de la fuerza de trabajo, sobre
el sector menos productivo de la economía, con efectos efectivamente integradores.

c) enfoque de la heterogeneidad estructural

En su trabajo de investigación Salvia y Vera (2013) problematizan la evolución positiva del


empleo después del 2000 en relación con la calidad del mismo a partir de las siguientes preguntas: 1)
¿cuáles han sido las principales transformaciones ocurridas durante ese período anivel de la estructura
sectorial, composición y calidad del empleo?; 2) ¿cuál ha sido la capacidad del modelo político-económico
para favorecer la convergencia educativa al interiordel mercado de trabajo?; y 3) ¿en qué medida la
heterogeneidad estructural explica tanto la distribución de los mejores empleos y la dotación de recursos
humanos más educados?

Los autores postulan la hipótesis de que, si bien las políticas desarrolladas en la actual fase de
crecimiento han favorecido la ampliación de la demanda de empleo, este proceso no evidencia un cambio
cualitativo en la disminución de la heterogeneidad socio-productiva. Lo que semantiene vigente,
dicen, es la segmentación de los mercados laborales y una alta concentración de recursos económicos
sobre los sectores privados y públicos más dinámicosdel sistema económico.

Según la perspectiva teórica en la cual se apoya su trabajo la probabilidad individual de


inserción en un empleo pleno o de calidad estaría fuertemente condicionada por procesos de tipo
estructural asociados con la dinámica de acumulación y la composición sectorial de la demanda de empleo
que ella genera -dependiendo de su composición tecnológica-, antes que por las propias características
individuales de la población económicamente activa, incluido el potencial capital humano que podría
derivarse de los procesos de formación laboral.

De este modo, se infiere que si bien puede ser parcialmente cierto que la mayor educación
contribuye a aumentar las posibilidades de inserción de la fuerza de trabajo en los sectores productivos
más dinámicos, la asociación entre el nivel de instrucción y las oportunidades de inserción en el segmento
primario del mercado de trabajo estaría sobre todo condicionada porla desigual composición
y sesgo tecnológico del capital al interior de la estructura económica- ocupacional y, por ende, el tipo de
sector económico-ocupacional de inserción.

Tal como se mencionó anteriormente, la investigación que estamos citando examina los
cambios en la calidad de los empleos asociados a una persistente desigualdad estructural y existencia -
asimismo- de diferenciales en lo que respecta a las credenciales educativas de la fuerza de trabajo.

Los autores han reunido evidencia empírica sobre la evolución registrada por la composición
sectorial del empleo, la distribución del mismo por rama de actividad, los tipos de empleo (calidad)
generados y el capital educativo de la fuerza de trabajo ocupada, tomando como momentos testigos los
años 2004, 2007 y 2011. La información utilizada para este análisis surge de los datos de la Encuesta
Permanente de Hogares del INDEC (EPH-Continua), y corresponden al total urbano relevado por dicha
encuesta para los primeros semestres de los años testigo.

La conclusión general de esta investigación consiste en sostener que, bajo condiciones de


heterogeneidad y segmentación del mercado laboral, los diferenciales educativos - medidos en términos
de niveles de escolaridad- pierden -o al menos no ganan capacidad explicativa en la determinación de la
calidad del empleo cuando se consideran como dimensiones de análisis lascaracterísticas de la estructura
económica ocupacional.

Desde la teoría de la heterogeneidad estructural se brinda al respecto una explicación


alternativa para comprender las desigualdades sociales, cuya explicación no radica en el capitalhumano
sino en las condiciones productivas de la estructura económica ocupacional propias de un modelo de
desarrollo desigual característico de los países de la región (Rodríguez; 1998 y 2001, Salvia; 2009). Según
este enfoque, cabe reconocer la existencia de una estructuraproductiva altamente heterogénea, la cual se
manifiesta - a su vez- en una segmentación de las demandas u oportunidades laborales y en una
estructura social desigual y fragmentada. Deesta forma, las desigualdades sociales son comprendidas -
desde esta teoría- por la existencia de diferenciales de productividad que son propios de los procesos de
acumulación capitalista delos países periféricos.

El someter a estudio estas tesis resulta especialmente relevante debido a que sus
consecuencias tienen fuertes implicancias tanto en términos de política económica como de política
laboral, social y educativa. En particular, debido fundamentalmente a la especial aceptación que tiene la

idea de que el acceso a un trabajo de calidad depende tanto de la demanda de empleo como
de las competencias educativas de la fuerza de trabajo, a partir de locual el relato oficial espera lograr un
proceso de “convergencia” tanto a nivel del mercado de trabajo como en la distribución del ingreso.
No sólo el progreso tecnológico se considera relevante para el desarrollo económico, laboral y
social, sino que, desde los lineamientos teóricos de la heterogeneidad estructural, la cuestión de la
concentración de los recursos productivos –entre ellos los científico-tecnológicos y el propio capital
humano- juega un papel de relevancia significativa. Desde el enfoque propuesto, la tesis de la
heterogeneidad estructural constituye una herramienta útil para analizar los procesos de desigualación
económica y social ocurridos en la sociedad argentina durante las últimas décadas. En definitiva, desde la
perspectiva planteada, por mucho que mejoren las credenciales educativas de la fuerza de trabajo, la
demanda de empleo y la productividad observada dependerán básicamente de la calidad del puesto de
trabajo y no del nivel educativo o calificación del trabajador; ésta solamente le permite el acceso a la cola
que existe para ocupar dicho puesto.

Bibliografía

• PIÑEYRO, N. Y BARBETTI, P (2002) “Educación, globalización y empleo”. Resistencia, 2002.S/E.

• SALVIA, A. Y VERA, J. (2013) “Heterogeneidad estructural, calidad de los empleos y noveles


educativos de la fuerza de trabajo en la Argentina post reformas estructurales (2004-2007-2011)”
En: Libro de Actas del XI Congreso Nacional de Estudios del Trabajo. “El mundo del trabajo en
discusión. Avances y temas pendientes. Aset. Buenos Aires 7 al 9 de agosto de 2013.

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