Amor de Dios

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En la India celebran un ritual denominado puja.

En él cogen
unas imágenes que representan a Dios de muy diversas
maneras y las bañan, les dan de comer y les ofrecen su amor.
Incluso les cantan mantras. Las imágenes no son importantes
en sí. Lo que importa es la forma en que celebran el ritual, el
modo en que dicen: “Te amo, Dios”.

Dios es vida. Dios es vida en acción. La mejor manera de decir:


“Te amo, Dios”, es vivir haciendo lo máximo que puedas. La
mejor manera de decir: “Gracias, Dios”, es dejar ir el pasado y
vivir el momento presente, aquí y ahora. Sea lo que sea lo que
la vida te arrebate, permite que se vaya. Cuando te entregas y
dejas ir el pasado, te permites estar plenamente vivo en el
momento presente. Dejar ir el pasado significa disfrutar del
sueño que acontece ahora mismo.

Si vives en un sueño del pasado, no disfrutas de lo que sucede


en el momento presente, porque siempre deseas que sea
distinto. No hay tiempo para que te pierdas nada ni a nadie,
porque estás vivo. No disfrutar de lo que sucede ahora mismo
es vivir en el pasado, es vivir sólo a medias. Esto conduce a la
autocompasión, el sufrimiento y las lágrimas.

Naciste con el derecho de ser feliz. Naciste con el derecho de


amar, de disfrutar y de compartir tu amor. Estás vivo, así que
toma tu vida y disfrútala. No te resistas a que la vida pase por ti,
porque es Dios que pasa a través de ti. Tu existencia prueba,
por sí sola, la existencia de Dios. Tu existencia prueba la
existencia de la vida y la energía.

No necesitamos saber ni probar nada. Ser, arriesgarnos a vivir y


disfrutar de nuestra vida, es lo único que importa. Di que no
cuando quieras decir que no, y di que sí cuando quieras decir
que sí. Tienes derecho a ser tú mismo. Y sólo puedes serlo
cuando haces lo máximo que puedes. Cuando no lo haces, te
niegas el derecho a ser tú mismo. Esta es una semilla que
deberías nutrir en tu mente. No necesitas muchos
conocimientos ni grandes conceptos filosóficos. No necesitas
que los demás te acepten. Expresas tu propia divinidad
mediante tu vida y el amor por ti mismo y por los demás. Decir:
“Eh, te amo”, es una expresión de Dios.

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