Está en la página 1de 30

INTRODUCCIÓN

Dentro de este trabajo de


investigación, se desarrollara
sobre los Títulos Valores,
como su definición de acuerdo
a algunos autores; asimismo, se
señalara sobre los
tipos de títulos valores, las
cuales están señaladas en la Ley
27287.
Sin embargo, el tema
principal de este trabajo de
investigación s sobre los
gravámenes en los Títulos
Valores y la restitución y
presentación del Título Valor.

Dentro de este trabajo de


investigación, se desarrollara
sobre los Títulos Valores,
como su definición de acuerdo
a algunos autores; asimismo, se
señalara sobre los
tipos de títulos valores, las
cuales están señaladas en la Ley
27287.
Sin embargo, el tema
principal de este trabajo de
investigación s sobre los
gravámenes en los Títulos
Valores y la restitución y
presentación del Título Valor.
Dentro de este trabajo de investigación, se desarrollará sobre los Títulos Valores, como su

definición de acuerdo a algunos autores; asimismo, se señalará sobre los tipos de títulos valores,

las cuales están señaladas en la Ley 27287. Sin embargo, el tema principal de este trabajo

de investigación s sobre los gravámenes en los Títulos Valores y la restitución y

presentación del Título Valor.

Los títulos valores, cuyo surgimiento se presentó en el seno de las relaciones mercantiles del

Medioevo, irrumpió en el continente europeo como un mecanismo que permitió a los

comerciantes, y a quienes por sus ocupaciones debían trasladarse a diversas regiones, movilizar

riqueza de manera ágil y segura, por lo general representada en moneda acuñada en diferentes

lugares, para satisfacer las necesidades de determinados grupos sociales ante la imposibilidad de

obtener en un solo lugar todos los productos requeridos para solventar la vida cotidiana.

En este escenario, los comerciantes contaban con una herramienta esencial para el

surgimiento de los títulos valores: el papel. Este invento permitió pre- servar la información

consignada desde tiempos inmemoriales y posibilitó la transferencia del conocimiento de una


generación a otra, hasta convertirse en una matriz cultural que, en su evolución, facilitó el

desarrollo de la ciencia y el registro de los cambios de las sociedades. Esta herramienta, al

adaptarse a las nuevas realidades de la sociedad, también hizo posible incluir en su cuerpo

cláusulas de valor que, debido a su fácil portabilidad y transferencia de una persona a otra,

lograron representar la riqueza, independientemente del lugar de su creación o transferencia. Así,

dada la generalización de su uso, fue posible la configuración de reglas específicas que

terminaron por facilitar el cambio de diferentes tipos moneda y, posteriormente, el crédito.

En efecto, la carta o letra de cambio surgió como una prueba de negocio de cambio local o

trayectico que contenía una promesa de pago. Con este instrumento se plantearon nuevas

posibilidades de uso y satisfacción de necesidades, y por la dinámica de los negocios se fijaron

nuevas reglas para obtener soluciones a los riesgos sobrevenidos en este tipo de transacciones;

como resultado se desarrolla toda la dogmática sobre los títulos valores.

Debido a los innumerables avances en el campo tecnológico que afectan los elementos

integrantes del tradicional documento como el soporte continente de datos, el lenguaje o código

en que se da a conocer la información contenida y el mensaje mismo, esa formidable

herramienta que por siglos permitió transferir el conocimiento y desarrollar los negocios se

volvió claramente insuficiente en la actualidad, dada, entre otras razones, la inmensa cantidad de

transacciones que a diario deben realizarse. Se habla ahora de las nuevas modalidades de

negocios entre ausentes gracias a la internet, de la rapidez con que se realizan los negocios en

masa, de los factores ambientales que hacen perder al papel su posición privilegiada y estratégica

en la realización de los negocios, así como de los costos y beneficios que se reportan en la

negociación a través de nuevos soportes tecnológicos más sutiles como el digital. Gracias a la

irrupción de la globalización de la información, es evidente que el papel ha perdido su


protagonismo como herramienta para contener información y, por ende, derechos, especialmente

el crédito.

El uso de los títulos valores en soporte tradicional o papel permitió el desarrollo de

instituciones como la necesariedad, la incorporación y la legitimación; dichas instituciones,

como conformantes de todo un universo normativo, se concretaron en ofrecer a estos

documentos algunos privilegios de índole procesal, fundamentalmente en ejecutabilidad del

derecho incorporado en condiciones especiales y más favorables a las del resto de documentos

privados; todo ello a favor del tenedor, con sustento en la ley de circulación y en la presunción

de buen derecho para dicho acreedor, lo que llevó a la reducción de excepciones oponibles al

derecho del poseedor del documento.


ANTECEDENTES DE LA TEORÍA DE LOS TÍTULOS VALORES

En el seno del derecho mercantil, nacido en el occidente europeo desde el primer milenio de

la era cristiana como un derecho de clase propiciado por los mismos comerciantes para defender

sus intereses, surgió, después de una extensa evolución, un derecho fundado en la inclusión de

cláusulas de valor en documentos o papeles que revolucionaría el mundo de las transacciones y

la movilidad del crédito, apartándose de la influencia del derecho romano germánico y, en

particular, de instituciones como la de la cesión de créditos. La evolución de esta rama del

derecho mercantil marcó en gran medida la evolución del hombre, al permitirle transferir riqueza

y bienes solo a través de la tenencia o posesión de un documento que los representaba.

Durante el siglo XX, y especialmente después de la Segunda Guerra Mundial, gracias a la

evolución tecnológica y a la aparición del internet, se presenta una revolución en el conocimiento

que da lugar a la realización de transacciones masi- ficadas sin la utilización del papel. El

surgimiento de nuevos lenguajes plasmados en documentos no materiales es decir, soportados

electrónicamente dio lugar a que la comunidad internacional interviniera, por razones de

armonización y coherencia, en la regulación de los nuevos fenómenos generados por la

globalización. Colombia, al no ser ajena a dichas situaciones, ha dado importantes pasos, aunque

de manera tímida, en la regulación de los documentos y firma electrónica, tanto frente al

mercado financiero y bursátil como en lo relacionado con la generalidad de la economía y sus


actores. Esto último fue posible mediante la expedición de la Ley 527 de 1999, el Decreto 2364

de 2012, entre otros.

Los títulos valores, como lo indica el artículo 619 del Código de Comercio (CCo), “son

documentos esencialmente transmisibles, necesarios para legitimar el ejercicio del derecho

literal y autónomo que en ellos se incorpora. Pueden ser de contenido crediticio, corporativos o

de participación, y de tradición o representativos de mercancías”1. La noción anterior pone de

manifiesto la aptitud del documento para transmitirse y la vinculación entre el título como

documento y el ejercicio del derecho que en él se menciona. Ante todo, estos documentos poseen

tres importantes aspectos definitorios que marcan su estructuración como papeles mercantiles,

diferenciados del resto de abundantes papeles de comercio: a) la incorporación del derecho al

documento, b) la legitimación del acreedor por la posesión del documento y c) el aparejamiento

de ejecución judicial del derecho incorporado.

Otros rasgos adicionales, no esenciales, son la característica de numerus

clausus legal de los títulos valores, dado que, conforme al artículo 620 del CCo, para que un

documento sea considerado de esta forma es necesario que la ley expresa o tácitamente así lo

indique; que haya distinción en su tratamiento de tres categorías de títulos valores: los de

contenido crediticio, los de participación y los representativos de mercancías o de tradición,

diferenciadas entre sí por la naturaleza del derecho incorporado; y que la pauta legislativa

relativa a la circula cion o negociabilidad de los títulos valores sometida a la circulación de los

bienes muebles esté alejada de las reglas de la cesión de créditos2.


Frente a su surgimiento, como lo señalan Fernández y Reyes3, en Europa los títulos valores

nacen para los sistemas jurídicos nutridos por el derecho romano germánico, cuando los sistemas

tradicionales de derecho privado resultan insuficientes para atender las necesidades de un tráfico

comercial cada vez más intenso,

valores nacen para los sistemas jurídicos nutridos por el derecho romano germánico, cuando

los sistemas tradicionales de derecho privado resultan insuficientes para atender las necesidades

de un tráfico comercial cada vez más intenso, motivado por el interés de los mercaderes en

aplicar normas rápidas, flexibles y ejecutivas, es decir, que garantizaran de una forma ágil tanto

la circulación de recursos económicos como el cobro de los créditos así surgidos.

Para la época señalada, el derecho común, inspirado en un criterio iusprivatista, estaba

inmerso en un formalismo que, en aras de la seguridad del tráfico, hacía que las instituciones

fueran inadecuadas al naciente derecho mercantil como regulador de las relaciones profesionales

del comerciante. Esta situación se hace especialmente patente en materia de obligaciones y

contratos, pues se trataba de relaciones jurídicas de carácter cerrado, de tal manera que la

transferencia de los créditos a un tercero (novación subjetiva) no afectaba a las obligaciones

contraídas y, consecuentemente, el adquiriente recibía el crédito con asunción derivativa plena de

aquel que traía causa, lo que suponía que se le podrían oponer las mismas excepciones

personales que a este último.

Esta transferencia de derechos crediticios, además de lenta, fue considerada poco segura para

sustentar las transacciones mercantiles, pues la posición jurídica del adquiriente tenía que ser

suplida mediante mecanismos que hicieran posible desligar el contenido del derecho adquirido

por uno y otro, a fin de lograr la suficiente independencia en cuanto al derecho del accipiens.
Para esta época, en especial con el surgimiento de las ferias en el continente europeo, la

necesidad de imprimir seguridad y certeza a las relaciones patrimo- niales entre los particulares

dio origen a unos documentos que facilitaron la realización de las transacciones, especialmente

crediticias, y, por ende, permitieron satisfacer las necesidades personales de los diferentes

actores del mercado de la época, en particular cuando la realización de tales transacciones

comerciales precedían al traslado de personas de un lugar a otro. Jamás se pensó que dichos

papeles, gracias al incremento acelerado de las transacciones entre las personas de diferentes

ciudades y la seguridad que conlleva la incorporación de diversas obligaciones en ellos, se

convirtieran en una modalidad especialísima de documentos que llegasen a representar la riqueza

de las naciones.

La compra y venta, efectuada hasta entonces al contado, se pudo realizar entonces a plazos

mediante la entrega de documentos de crédito firmados por el deudor, que contenían una

promesa de pago diferido.

En el ámbito económico

La economía política define la circulación económica como el movimiento de bienes y cosas

que son transferidas en el mundo de los negocios. A esos bienes se los considera como tales en la

medida en que tienden a satisfacer necesidades y apetencias del hombre, y desde el punto de

vista económico se hallan en la circulación de bienes23. Así, los instrumentos negociables o

títulos valores son una herramienta que utilizan los comerciantes para lograr sus fines; y por

ello, entre otras razones, el artículo 25 del CCo, al definir el establecimiento de comercio, indica

que se trata de un conjunto de bienes para la producción, transformación o prestación de


servicios, lo que constituye un punto importante para el funciona- miento adecuado de la

actividad económica en la sociedad.

Desde el punto de vista antes indicado, los títulos valores son medios o mecanismos jurídicos

creados por el hombre, y por tener un valor económico en sí mismos, desarrollan la circulación

económica de bienes y servicios, asegurando la existencia de un derecho sobre un crédito,

facilitando su realización mediante el traspaso de tales derechos de una persona a otra y

favoreciendo el desarrollo de la actividad económica, industrial, comercial y financiera, pues a

través de ellos y del intercambio de riqueza se apoya el intercambio del crédito24.

Es así como el hombre, de acuerdo con sus particulares necesidades y disponibilidades,

desarrolla diversos instrumentos aptos para resolver eficientemente problemas de incidencia

económica, desde las formas primitivas como el trueque o permuta directa o circular, “por la cual

varias personas efectuaban sucesivamente operaciones de cambio de bienes que ellas producían,

adquirían y transformaban, para obtener otros bienes que regulaban sus necesidades diferentes o,

en su caso, demandas diferentes, pasando por el nacimiento de las transacciones llevadas a cabo

en las nacientes ciudades contrato de cambio, llegando a regular las relaciones económicas

surgidas por la división del trabajo y la producción en masa en la edad moderna, así como el

empleo del crédito a escala ilimitada. Todo ello se ha fundado, en importante medida, en la

actividad económica y en el intercambio de bienes y, por ende, en la circulación económica de

bienes.

En este escenario, la producción y circulación de bienes no se destinan en importante medida

para su consumo directo, sino para su intercambio y circulación, dada la diversificación de las

necesidades, y aquí los títulos valores, materializados o no, son un importante instrumento o

herramienta que agiliza las transacciones económicas, las cuales permiten la circulación del
crédito, los bienes y, en general, la riqueza. Así, el régimen de los títulos valores contiene

normas y leyes especiales que permiten o generan protección de los derechos de los titulares del

crédito que circulan, aunque algunas especies de títulos valores hayan dejado de ser utilizados

generalizadamente por las sociedades, como sucede con el cheque para cierto grupo de

particulares.

Es muy claro que las normas que regulan los títulos valores lo hacen, en esencia, con fenómenos

económicos relacionados con la escasez de bienes y servicios, la maximización de utilidad de

personas o empresas, y la eficiencia en el cumplimiento de compromisos contractuales o no, los

que están presentes en instituciones jurídicas como:

a) la propiedad;

b) los bienes, en especial los muebles y el crédito;

c) la negociación de bienes y derechos de crédito;

d) la realización ágil y segura de los derechos negociados.

Por lo anterior, desde los sesenta comienza a desarrollarse el enfoque económico del derecho,

partiendo de que la economía tiene por objeto el estudio de las elecciones de las personas en

contextos de escasez y, por lo tanto, un ámbito mucho más extenso que el de los mercados de

bienes y servicios.

La hipótesis básica es que las personas toman decisiones con la finalidad de maximizar su

utilidad o bienestar en los más diversos contextos de la vida social, lo que incluye decisiones

relativas a cumplir negocios, actos, contratos o adoptar una unidad especial de cuidado frente a la

perspectiva de pagar daños por accidentes. Lo anterior se explica porque las reglas legales

contienen precios a veces no monetarios, o precios sombra, que incentivan de manera específica
las decisiones humanas, de un modo algo análogo a como lo hacen los precios monetarios. Así,

el sistema legal puede analizarse como un sistema de organización social basado en incentivos27.

En términos económicos sencillos, un valor tiene dos dimensiones: el riesgo y el rendimiento

esperado. Para escoger un valor determinado, quien invierte prefiere evitar el riesgo, pues las

personas no son indiferentes a las diversas formas en que se combinan la incertidumbre y los

resultados para obtener el rendimiento esperado, como cuando se compara el rendimiento de un

bono frente a una acción. Es muy factible que el bono pague menos interés durante un periodo,

pero el riesgo es menor para su tenedor que el que podría reportar la acción de una sociedad,

pues con esta el riesgo de pérdida es mayor y variado.

La eficiencia se aplica al derecho en sentido distributivo, sirve para comparar estados de

cosas desde el punto de vista de utilidad o bienestar, sin necesidad de comparar el nivel de

utilidad de las personas.

Su tratamiento en general

En la mayoría de los sistemas cambiarios reconocidos en el derecho contemporáneo, los

vínculos entre el negocio fundamental y el título emitido que contiene la obligación cambiaria

comprenden diferentes aspectos:

En el derecho de cambio de orientación francesa existe un instituto especial, la provisión de

fondos, destinado a regular las relaciones causales entre el librador y librado, y determina,

además, la influencia que tales relaciones pueden tener respecto del portador de la letra; la

provisión de fondos se ubica en el negocio fundamental existente entre el librador y el librado, de

ahí trasciende a la letra. La doctrina antigua se ocupaba también del negocio originario entre
librador y tomador o entre endosante y endosatario, para lo cual se requería la presencia de la

cláusula valor o “valuta”.

En el sistema cambiario angloamericano, la relación causal aflora nítidamente en la letra

mediante el instituto de la valuable consideration, o “causa onerosa”, y su influencia depende

de la situación de hecho que tenga cada parte en el instrumento, lo cual es decisivo entre las

partes inmediatas, es decir, entre el librador y el librado. La provisión y la valuable

consideration presentan muchos aspectos similares, pues son el factor común que funge como

causa de la letra en el sentido de negocio originario.

En las legislaciones cambiarias de doctrina germánica se regula la letra en sí misma, sin

comunicación con el contrato que le sirve de antecedente. Se hace abstracción del negocio

fundamental, de modo que las conexiones entre este y el documento deben ser estudiadas en el

derecho común; sin embargo, el principio rígido de la abstracción se debilita al autorizarse

excepciones personales entre las partes conectadas directa- mente en la letra, al igual que cuando

se trata de ejercitar la acción de enriquecimiento indebido.

Las diferencias entre los tres sistemas enunciados tienen su raíz profunda en factores

históricos y doctrinarios que han concurrido en la formación de las distintas leyes de cambio: la

“provisión” se arraigó en la jurisprudencia gala aun antes de las Ordenanzas de Comercio de

1673; la “consideración” inglesa es una figura jurídica autóctona, tradicional y característica del

comon law, que ha trascendido en la ley cambiaria angloamericana; finalmente, la “abstracción”

ha sido estimada en el derecho germánico como una conquista científica moderna que justifica la

omisión de referencias causales en el derecho cambiario. Estos tres sistemas generales se

encuentran consagrados, con múltiples variantes y novedosas particularidades, en las diversas


legislaciones de los países latinoamericanos, los que, por lo general, adoptan instituciones de uno

y otro sistema.

Gravámenes sobre los Títulos Valores

Los títulos valores no son sólo objeto de derecho de propiedad sino también de otros derechos

reales sobre cosas muebles, como usufructo o prenda y pueden ser afectados con la medida

judicial de embargo u otra cautelar. De acuerdo con el principio de literalidad, el embargo y

cualquier afectación sobre el derecho indicado en el titulo o sobre mercancías en él

representadas, no surten efecto si no se anotan en el mismo documento, o, según su naturaleza,

en la matrícula o registro del respectivo valor. Si se trata de acciones, la medida o el derecho real

debe constar en el titulo y en el registro. Además, el gravamen sobre los bienes fideicomiso (Art.

13, 56 y sgtes.de la Ley)

La prenda se efectúa mediante entrega y endoso con la cláusula en garantía. Cuando dichas

garantías aseguren el cumplimiento de las obligaciones frente a cualquier tenedor, debe señalarse

en el mismo título o en el respectivo registro, la existencia de tales garantías y, en su caso, las

referencias de su inscripción registral. Las transferencias del título no requieren del asentimiento

del obligado ni, de ser el caso, del constituyente de la garantía, para que estratega plena eficacia

frente a cualquier tenedor del título valor. Si la prenda es sobre acciones de sociedades, la prenda

se efectúa mediante la entrega de los títulos al acreedor. En cuanto al usufructo de acciones, la

calidad de socio reside en el propietario, teniendo el usufructuario el derecho a participar de las

utilidades. El ejercicio de los demás derechos corresponde siempre al propietario de las acciones.

El Titulo Valor como Titule Ejecutivo y el Ejercicio de las Acciones

Cambiarias
El artículo 18º de la Ley señala que los títulos valores tienen mérito ejecutivo, si reúnen los

requisitos establecidos por la ley, según sean su clase. Es indispensable que el titulo reúna los

requisitos exigidos por la ley, debido a que las obligaciones documentales tienen el carácter de

formales, de modo que el juez al dictar el auto de pago tiene que examinar cuidadosamente el

documento.

El artículo 65 de la Ley otorga merito ejecutivo a la copia certificada notarial o judicial del

título valor con la constancia de haber sido parcialmente pagado; la Carta Porte negociable

confiere a su legítimo tenedor acción ejecutiva para reclamar la entrega de las mercaderías (art.

254.1); los valores mobiliarios constituyen títulos ejecutivos conforme a la ley procesal, sin que

se requiera de su protesto para el ejercicio de las acciones derivadas de ellos (art.255.6);El

Pagaré bancario, emitido en forma individual o masiva no requiere de protesto para el ejercicio

de los derechos cambiarias, constituyendo título ejecutivo (art.273.6);El certificado de depósito

negociable, emitido en forma individual o masiva, no requiere de protesto para el ejercicio de los

derechos cambiarios, constituyendo título ejecutivo (art.274.6);Los valores mobiliarios

representativos de deuda, emitidos por oferta pública o por oferta privada constituyen títulos

valores ejecutivos según la ley de la materia (art. 81 Dec.Leg.861).

La acción ejecutiva no es de orden público puede renunciarse a él, e interponerse la acción

cambiaria respectiva utilizando el proceso de conocimiento o abreviado, según corresponda. El

artículo 18.2 de la Ley precisa que el tenedor podrá ejercitar las acciones derivadas del título

valor en proceso distinto al ejecutivo, observando la ley procesal. Cuando se trata de ejercitar los

valores con representación en cuenta o valores desmaterializados, el monto ejecutivo, recae en la

constancia de inscripción y titularidad que expida la respectiva Institución de Compensación y

Liquidación de Valores, conforme a la ley de la materia. El título ejecutivo confiere a su tenedor


legítimo una protección especial, inmediata y provisional, que posterga la indagación de las

circunstancias que invalidad la fuerza del título. Se trata pues de una acción privilegiada que

concede la ley por determinadas motivaciones y que, tratándose de los títulos valores, se concede

en favor de quienes figuran en el ámbito formal de dichos títulos.

La acción cambiaria es una acción de sustantividad propia que faculta a ejercitar, judicial o

extrajudicialmente, el derecho contenido en el título valor. En cambio, la acción ejecutiva es una

de las vías procesales para movilizar el aparato jurisdiccional y obtener el cumplimiento de la

obligación. Las normas sustanciales, regulan en derecho cambiario, la relación obligacional

existente entre los diversos sujetos que han tomado parte en la creación del título circulatorio, sus

recaudas de validez, los límites y contenido, los recaudas para mantener su vigencia, las

circunstancias de tiempo, lugar y modo del ejercicio.

Las normas procesales, por su parte se orientan a una mejor instrumentación jurisdiccional del

ejercicio de los derechos, y, partiendo de la pretensión accionada, regulan sus recaudas formales,

reglamentando la defensa, la prueba y la actuación en los tribunales, en sus diversas instancias o

grados. No existe inconveniente en interponer la acción cambiaría por el proceso de

conocimiento o abreviado, según el monto.

Ello significa en todo caso que el titular del documento habría renunciado a los beneficios

procesales de la vía ejecutiva, lo que podría ocurrir por negligencia en la conservación de la

acción ejecutiva a través del protesto. La acción cambiaria intentada en el proceso de

conocimiento o abreviado, no varía su naturaleza, ya que tendrá su fuente en el titulo valor

presentado por su legítimo tenedor y éste no tendrá necesidad de invocar en su demanda otros

documentos o títulos.
Medidas de Defensa contra las Acciones emergentes de los Títulos Valores

Otro de los medios de asegurar la eficacia del título valor es la limitación de los medios

procesales que él puede hacer uso el demandado frente a las acciones derivadas de tales

documentos. La ley hace referencia a las causales de contradicción para el ejercicio dela acción

cambiaria, señalando que cualquiera que fuere la vía, en la que se ejerciten las acciones

derivadas del título valor, el demandado puede contradecir fundándose en el contenido literal del

título valor o en los defectos de forma legal de éste: la falsedad de la firma que se le atribuye: la

falta de capacidad o representación del propio demandado en el momento que se firmó el título

valor; la falta de protesto, o el protesto defectuoso, o de la forma sustitutoria, en los casos de los

títulos valores sujetos a ello; que el titulo valor incompleto al emitirse, haya sido completado en

forma contraria a los acuerdos adoptados, acompañando necesariamente el respectivo documento

donde consten tales acuerdos transgredidos por el demandante; la falta de algún requisito

señalado por la ley para el ejercicio de la acción cambiaria.

El demandado no puede ejercer los medios de defensa fundados en sus relaciones personales

con los otros obligados del título valor, ni contra quienes no mantenga relación causal vinculada

al título valor, a menos que al adquirirlo, el demandante hubiese obrado a sabiendas del daño de

aquél, con lo cual se consagra el principio de la autonomía y abstracción de los titulas valores.

ACCIONES CAMBIARIAS DERIVADAS DE LA LETRA DE CAMBIO

Es el derecho que tiene el legítimo tenedor de un título valor para reclamar el derecho que se

encuentra señalado en el cambial. Son requisitos para el ejercicio de la acción cambiaria; en los

títulos valores sujetos a protesto, dicho protesto se haya efectuado, en los títulos valores con
formalidades sustitutorias al protesto, es necesario que se haya obtenido la constancia de falto de

pago.

En la acción cambiaria también puede reclamarse, además de los derechos patrimoniales, los

intereses compensatorios, moratorios acordados, o los intereses legales a partir de la fecha de su

vencimiento. El tenedor del título valor posee la acción cambiaria, los obligados tienen el

derecho de ejercer la contradicción señalados en el artículo 700 del Código Procesal Civil.

Se puede hacer valer en dos vías: la judicial y la extrajudicial. En la vía judicial, mediante el

proceso ejecutivo, pero tiene que reunir los requisitos exigidos por la ley, lo mismo que en la vía

de proceso de conocimiento o abreviado. En la extrajudicial, por medio del requerimiento,

presentando el documento para su cumplimiento del pago.

Acción cambiaria directa: Es la facultad concedida al tenedor legítimo del cambial

para interponer un proceso ejecutivo contra el aceptante para conseguirla prestación de la

obligación. El sujeto activo puede ser el tenedor legitimo del documento, obrando en nombre

propio, o actuando por medio de un mandatario. El sujeto pasivo de la acción directa es el

aceptante, y sus avalistas, por cuanto el aceptante ha asumido la condición de obligado principal

y los otros son subsidiarios. La acción directa va dirigida solo contra el aceptante y/o su avalista;

la de regreso contra los endosantes, girador y/o sus avalistas.

La acción cambiaria de regreso: La acción de regreso es la facultad concedida al

tenedor de la letra o a cualquier persona que la hubiera pagado para iniciar un proceso ejecutivo

en contra de los obligados en regreso. Derechos de los tenedores para exigir el cumplimiento de

las obligaciones contenidas en el titulo valor, dirigiéndose contra aquellos obligados distintos a

los obligados principales o sus garantes.


La acción de ulterior regreso: tiene por legitimado a otro deudor anterior de regreso.

Se trata de una especie de la acción de regreso, efectuadas o por los tenedores del título valor,

esta vez es un derecho que asiste a quienes pagaron en vía de regreso para dirigirse contra

quienes lo hayan precedido en la circulación del título valor, o sea es contra los obligados

anteriores a él, a efecto de exigir el reembolso de lo cancelado.

La Intervención: Es un acto jurídico unilateral, abstracto y completo, de naturaleza

cambiaria, por el cual el interviniente queda obligado al pago en forma directa, distinta y

personal, colocándose en la situación de girado aceptante. Permite que una persona que no sea el

aceptante realice el pago del cambial.

Quien intervenga en la aceptación o pago de una letra de cambio, bajo responsabilidad por los

posibles perjuicios que ocasione, debe dar aviso a la persona a favor de quien realiza la

intervención. En el caso de la aceptación por intervención ésta debe hacerse al menos antes de

que se produzca el vencimiento del título valor. Producida la aceptación por intervención, el

interviniente responde frente al tenedor, así como frente a los posteriores endosantes y a la

persona a favor de quien intervino.

Acciones cambiarias derivadas del cheque: para interponer las acciones cambiarias,

derivadas del cheque es necesario que la falta de pago se encuentre acreditada mediante el

protesto, o con la constancia de falta de pago puesta por el banco girado. En el cheque, la acción

cambiaria directa se debe dirigir contra el girador, en su calidad de obligado principal (Art. 90º).

Certificado Bancario

El certificado bancario es un Título Valor que tiene por finalidad principal permitir a las

empresas del sistema financiero nacional obtener de norma rápida, fuentes desfinanciamiento, a
través de la captación de fondos del público. El esquema es el siguiente una persona entrega

un monto determinado de dinero a sea en moneda nacional o extranjera a una empresa del

sistema financiero, recibiendo a cambio de ello el título valor llamado certificado bancario. Este

título valor, que puede ser al portador o a la orden, contiene una obligación de pago a cargo de la

empresa emisora, la misma que será exigible una ve' transcurrido el plazo previsto en el

certificado bancario.

Estos títulos valores solamente pueden ser emitidos por las empresas del sistema financiero

nacional, debidamente autorizadas por la (superintendencia de banca y seguros. asimismo, se

caracterizan por ser emitidos contra la recepción del imponente que representa dicho documento

cambiario, por lo que es necesario el recibo del dinero por parte de la empresa emisora para que

proceda a la expedición" entrega del respectivo certificado bancario. cabe agregar que tos

certificados bancarios no se pueden emitir contra créditos puesto que se requiere el ingreso a la

casa de la empresa emisor de la suma que representa el título valor de acuerdo al Texto ordenado

de la ley N° 0122 de bancos " Entidades financieras al 5 de mayo del 2004.

Las letras de cambio, los cheques y los pagarés, son letras de cambio. Estos tres documentos

son medios de pago y los tres están regulados por la misma ley. El titulo valor va a ser un

documento que incorpora un

derecho o una obligación. Este derecho u obligación va a ser el que contiene de forma literal

el título. Normalmente este derecho u obligación va a ser una cantidad de dinero y promedio de

la letra, del cheque o del pagaré se va a obligar el pagamiento de esta cantidad de dinero. Es un

deber para aquel que tiene que pagar, y un deber para aquel que ha recibido el cheque, el pagaré

o la letra de cambio.
Los requisitos que ha de contener la letra de cambio son ocho según dice la ley. para que una

letra de cambio tenga esa fuerza y sea correctamente elaborada para que se pueda ejecutar, se

deben cumplir estos requisitos.

 Primero de todo la denominación de letra de cambio inserta en el mismo título, debe

aparecer claramente que ese documento es una letra de cambio, expresada en el mismo

idioma utilizado para su redacción.

 En segundo lugar, la letra de cambio deberá contener un mandato de la ley que deberá

ser puro y simple, esto quiere decir que el derecho u obligación será solamente la de

pagar una cantidad de dinero, sin ningún tipo de ornamento, además tiene que ser una

moneda oficial.

 En tercer lugar, deberá contener el nombre de la persona que ha de pagar y éste se va a

denominar LIBRADO.

En la letra también tendremos que indicar el vencimiento. podemos deducir que la letra de

cambio no es un documento para pagarse a la vista -de forma inmediata, sino que se debe pagar

en una fecha concreta. 3asta esa fecha no se podrá cobrar esa letra.

también se deberá indicar el lugar en el que se va a efectuar el pago.

Se indicará también el nombre de la persona a quién se va a hacer el pago o cuya orden se va

a efectuar. puede ser una letra al portador cuando se lleva la letra, se cobra, o no puede ser

nominativa va a cobrarla la persona que consta en la letra y solo podrá pagarla el librado a no ser

que este indicado.

CARACTERÍSTICAS DE LOS TÍTULOS VALORES


Según Risco (2014), las características de los Títulos Valores en nuestra

legislación son:

A. “Son Títulos Valores materializados, aquellos que requieren de un soporte físico,

documento, formato, papel, texto pre impreso como, por ejemplo, la letra de cambio, el

cheque o el warrant.

B. Que, representen o incorporen derechos patrimoniales, lo que significa que el valor

económico de una prestación u obligación está contenido en el título, constituyendo una

unidad, el título y el derecho contenido en el título valor.

C. Que, estén destinados a la circulación, es decir, los títulos valores deben ser transferidos

de un sujeto a otro, haciendo circular los contenidos patrimoniales de los títulos

valores. De esta manera, se cumple con la finalidad para lo cual fueron creados.

D. Que, reúna los requisitos formales previstos en la ley, para que se configure

como título valor, estos requisitos tienen como finalidad de otorgar la calidad de

Titulo Valor sino presumirlos de las eficacia y validez del derecho caratular

E. La desmaterialización de los valores prescinde del soporte papel, forma tradicional de los

Títulos Valores, y sugiere la existencia de un soporte electrónico y virtual, que garantiza

las mismas características y efectos que los Títulos Valores tradicionales” (P. 08; 09)

TÍTULOS VALORES RECONOCIDOS POR LA LEY N.º 27287

De acuerdo a nuestra legislación emitida el 19 de junio del 2000 vigente

actualmente, detalla que los Títulos Valores son:

 “La letra de Cambio

 El pagare
 La factura conformada

 El cheque

 Los certificados bancarios en moneda nacional y/o extranjera

 El Warrant

 El título de crédito hipotecario negociable

 El conocimiento de embarque

 La carta de poder

 Los valores mobiliarios

 Los títulos valores especiales, creados por la superintendencia de Banca y Seguros, la

Conasev y la Superintendencia de administradores de fondos de pensiones conforme al

artículo 276 de la ley de Títulos Valores”.

RESTITUCIÓN Y PRESTACIÓN DEL TÍTULO VALOR

Según Messineo (1954): “La presentación del Título Valor por su tenedor legitimo es

requisito indispensable para exigir la prestación contenida en él. En este sentido, los títulos

valores que tienen un soporte físico (papel), materializados, deben presentarse

materialmente para su pago, y los valores con representación por anotación en cuenta con

soporte electrónico(desmaterializados), quien figura como titular en el registro tiene el derecho

a exigir tales prestaciones, en consecuencia, el deudor de buena fe tiene derecho a exigir que le

sea devuelto el título valor, debidamente cancelado. Por ello, la presentación del título por su

poseedor, para exigir el cumplimiento de las obligaciones en él contenido, implica también la

entrega o, a veces, la restitución del título, a quien lo había puesto en circulación” (p.344).

Esta obligación de restituir el título valor ha sido consagrada en el artículo 17 de la Ley de


Títulos valores. también la entrega o, a veces, la restitución del título, a quien lo había

puesto en circulación” (p.344). Esta obligación de restituir el título valor ha sido consagrada en

el artículo 17 de la Ley de Títulos valores.

Restitución del título valor

Según Risco (2014): “Por restitución del Título Valor se entienda que el Título debe ser

devuelto a quien cumple la prestación contenida en él. Si el pago es parcial debe anotarse en el

documento. La Ley de Títulos Valores trae una innovación de que las partes deciden por acuerdo

la destrucción del título valor pagado totalmente prescindiendo de su devolución física. En caso

de incumplimiento del acuerdo, la carga de la prueba, así como la responsabilidad por

la falta de destrucción, corresponde al obligado de la devolución. La ley autoriza el empleo de

micro formas u otros medios para registrar los títulos que deben ser destruidos cuando el último

tenedor es una empresa del sistema financiero. La empresa deberá entregar al obligado la

respectiva constancia de pago total y mantener dicha reproducción a su disposición

por el plazo de cinco años contados desde la fecha de vencimiento del titular

valor con obligación de expedir las respectivas constancias o reproducciones con validez

legal a simple requerimiento del obligado” (p.32). devolución. La ley autoriza el empleo de

micro formas u otros medios para registrar los títulos que deben ser destruidos cuando el último

tenedor es una empresa del sistema financiero.


CONCLUSIÓN

1. Según la opinión del profesor Montoya Manfredi (2004) Se denomina Títulos

Valores a un conjunto de documentos típicos, como las letras de cambio, pagares,

cheques, certificados de depósitos, entre otras, que atribuyen a promover la actividad

económica, agilizando y dando fluidez al tráfico patrimonial” (p.30).

2. Según Risco (2014), las características de los Títulos Valores en nuestra legislación

son: “Títulos Valores materializados, aquellos que requieren de un soporte físico,

documento, formato, papel, texto pre impreso como, por ejemplo, la letra de cambio,

el cheque o el warrant. La desmaterialización de los valores presciende del soporte papel,

forma tradicional de los Títulos Valores, y sugiere la existencia de un soporte

electrónico y virtual, que garantiza las mismas características y efectos que

los Títulos Valores tradicionales” (P. 08; 09).

3. Gravámenes sobre títulos valores: Según el artículo 886 inciso 5 del Código Civil: “Los

Títulos Valores por su carácter de bien mueble, pueden ser objetos de derechos reales”

(p.324). Es decir, de acuerdo al análisis de Risco (2014) “A los títulos Valores se les

considera no solo en su aspecto de documentos que incorporan el derecho de propiedad,

sino en su aspecto de bienes muebles que pueden ser a su vez objeto de relaciones y de

derechos reales sobre cosas muebles como usufructo, prendas, embargos, etc.” (p.28)
REFERENCIA BIBLIOGRÁFICA

 Messineo, francisco (1954). Derecho civil y comercial, Tomo VI. Argentina, 344.

 Risco, Alberto (2014). Derecho Comercial II. Perú, Lima. Fondo editorial Inca Garcilaso

de la Vega.

 Ley de Títulos Valores 27287

1. Según la opinión del


profesor Montoya Manfredi
(2004): “Se denomina
Títulos Valores a un
conjunto de documentos
típicos, como las letras de
cambio, pagares, cheques,
certificados de depósitos,
entre otras, que
atribuyen a promover la
actividad económica, agilizando
y dando fluidez al
tráfico patrimonial” (p.30).
2. Según Risco (2014), las
características de los Títulos
Valores en nuestra
legislación son: “Títulos
Valores materializados,
aquellos que requieren de un
soporte físico, documento,
formato, papel, texto pre
impreso como por
ejemplo, la letra de cambio, el
cheque o el warrant. La
desmaterialización de
los valores presciende del
soporte papel, forma
tradicional de los Títulos
Valores, y sugiere la
existencia de un soporte
electrónico y virtual, que
garantiza las mismas
características y efectos que
los Títulos Valores
tradicionales” (P. 08; 09).
3. Gravámenes sobre títulos
valores: Según el artículo 886
inciso 5 del Código
Civil: “Los Títulos Valores por
su carácter de bien mueble,
pueden ser objetos
de derechos reales” (p.324). Es
decir, de acuerdo al análisis de
Risco (2014):
“A los títulos Valores se les
considera no solo en su aspecto
de documentos
que incorporan el derecho de
propiedad, sino en su aspecto de
bienes muebles
que pueden ser a su vez objeto
de relaciones y de derechos
reales sobre cosas
muebles como usufructo,
prendas, embargos, etc” (p.28

También podría gustarte