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ÍNDICE
A: evaluación de fuentes_____________________3
B: investigación____________________________4
C: reflexión________________________________7
D: bibliografía______________________________8
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El principal valor de su propósito reside en que, como dice el propio Brenan, “no era
justificar el bando al que presté mi apoyo, sino más bien (…) explicar a los demás por
qué las cosas ocurrieron así”(2011: 23).
La otra obra que se analizará es El holocausto español, de Paul Preston. El principal valor
de esta fuente reside en su origen, y es que su autor es un historiador de gran prestigio,
especializado además en la historia española del siglo XX, que es cuando sucedieron los
hechos de los que parte esta investigación.
En cuanto a su contenido, es valioso que esté repleto de citas de fuentes primarias muy
pertinentes para la investigación. Una limitación es que se centra más en la guerra civil
que en los hechos previos, como la revolución de 1934.
En cuanto a su propósito, un valor es que pretende informar de los hechos históricos,
que es lo que se trata aquí.
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B. Investigación
Como explica Preston, el 4 de octubre de 1934, Largo Caballero, en calidad de presidente del
PSOE y secretario general de la UGT, anunció una huelga general (2012). Según Casanova y Gil
Andrés, en Asturias, esta huelga se convirtió en “levantamiento armado” (2009: 138). ¿Por qué
actuó Largo Caballero así?
Maurín afirmó que “el socialismo español se había formado en el reformismo clásico” (2011), y
Largo Caballero no era una excepción a esta tendencia reformista. En sus propias palabras,
recogidas por Arostegui, “Yo he sido siempre un hombre caracterizado en la organización como
reformista, y de ello no me avergüenzo” (2013).
Otra evidencia de su carácter reformista la aporta Hugh Thomas, quien señala que durante la
dictadura de Primo de Rivera, siendo secretario general del sindicato socialista, la UGT “fue
consejero de Estado”(1979: 67). Dispuesto a colaborar hasta con una dictadura, su sindicato, la
UGT “había sido casi respetada por la burguesía a causa de (…) su comportamiento práctico, e
incluso razonable, en las huelgas (...) estaba dispuesto a evitar toda acción revolucionaria
extremista”(1979: 67).
El reformismo de Largo Caballero se manifestó también cuando en 1931, una vez proclamada la
República, el PSOE se presentó a las elecciones constituyentes (en las que, tal y como se aprecia
en la figura 1, fue la fuerza más votada).
Si Largo Caballero era reformista, ¿a qué se debió que en octubre de 1934 apostase por la
revolución?
Para Preston, esta actitud revolucionaria pertenecía al campo de las “bravatas”, que, según creía
“disuadirían a Alcalá Zamora de invitar a la CEDA a incorporarse al gobierno (...) Las intenciones
de los socialistas (…) eran limitadas y defensivas”(2012: 128). Pío Moa, por otra parte, acusa al
PSOE de declarar la “Guerra civil” (1999: 44), y a Largo Caballero de decidir que “había llegado
el momento de un levantamiento armado en pro de un régimen socialista” (1999: 45). Sin
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embargo, admite que “Hasta el último momento, Largo Caballero (…) esperó que Alcalá-Zamora
cediese a sus exigencias y cortase el paso a la CEDA” (1999: 44). Sabiendo esto, es difícil creer
que buscase realmente la implantación de un régimen socialista, sino que, como asegura
Jackson, “La revolución de octubre estuvo dirigida a impedir que la CEDA participara en el
Gobierno”(2020: 157). La aspiración a impedir que la CEDA formase parte del gobierno sería lo
que más influyó en la decisión de optar por la revolución.
Partiendo de esta premisa, podemos centrar nuestro análisis en averiguar a qué se debía este
rechazo (al fin y al cabo, tal y como se aprecia en la figura 2, había sido el partido más votado en
1933), y por qué la reacción fue precisamente la revolucionaria.
Jackson nos da una pista al señalar que la entrada de la CEDA “parecía, tanto a los liberales de
clase media como a la izquierda revolucionaria, como un equivalente a la implantación del
fascismo” (2020: 157).
¿Estaba esto justificado? Según Moa “en ningún caso el CEDA había (…) planteado un golpe o
un asalto violento al poder” (2021: 187). Seguramente, Pío Moa desconoce este fragmento de
un discurso de Gil Robles, líder de la CEDA, recogido por El debate, periódico en el que, explica
Brenan, el propio Gil Robles había sido editor: “Hay que ir a un Estado nuevo, y para ello se
imponen deberes y sacrificios. ¡Qué importa que nos cueste hasta derramar sangre! (…)
Necesitamos el poder íntegro y eso es lo que pedimos (…). La democracia no es para nosotros
un fin, sino un medio para ir a la conquista de un Estado nuevo. Llegado el momento el
Parlamento o se somete o le hacemos desaparecer” (1933).
Alba, para explicar la creación de Alianza Obrera, sugiere que “Si los socialistas y comunistas
alemanes, en vez de luchar entre sí, se hubieran aliado, no sólo hubiesen detenido el avance
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nazi, sino que habrían podido hacer la revolución” (2002). Podemos inferir que, para Alba, este
temor al fascismo es lo que ocasionó que en el movimiento obrero se desease forjar alianzas, ya
que, como señala “la toma del poder por los nazis confirma, a los ojos de los bloquistas, la
política seguida por el Bloque” (2002), es decir, la alianza entre los grupos obreros. La relevancia
de esta alianza se debe a que permitió a Largo Caballero sumar a su proyecto a trabajadores
ajenos a la UGT y el PSOE, y se evidencia cuando vemos que, en Asturias, donde mayor fue la
alianza, pues, como señala Brenan, logró incluir a los anarquistas, fue precisamente donde más
éxito tuvo la revolución (2011).
Pero no solo con discursos y ejemplos extranjeros se justifica este temor a una deriva autoritaria
en España: en el gobierno anterior (que no incluía ministros de la CEDA pero que dependía de
su apoyo), según Preston “Durante 222 de los 315 días de gobierno radical (…) el país había
vivido bajo la declaración de Estado de alarma, lo que implicaba la suspensión de las garantías
constitucionales (…). La censura, las multas (…), la limitación del derecho de asociación y
reunión, (…), la protección de las actividades fascistas y monárquicas, el recorte de los salarios,
el desmantelamiento de los ayuntamientos socialistas libremente elegidos (…) Gil Robles las
había calificado de débiles” (2012: 127). En sus memorias, Largo Caballero se refiere a esto: “la
Guardia Civil reanudó sus hábitos de perseguir a todo lo que oliese a socialista o simplemente a
asociado; los conspiradores amnistiados trabajaban descaradamente en contra del régimen
republicano. Las derechas reclamaban del gobierno Lerroux la entrada de representantes suyos
en el Gobierno pues querían gobernar directamente y no por representantes indirectos. Todo
hacía sospechar que se organizaba una razia de elementos de izquierda y que se preparaba un
golpe de Estado” (1954).
Conclusión
C. Reflexión
Realizando esta investigación he podido conocer algunos de los problemas a los que se enfrenta
el historiador.
Un gran reto para mí ha sido superar la frustración de no poder hallar una verdad absoluta.
Nunca sabré con total certeza si, efectivamente, Largo Caballero pretendía evitar la entrada de
la CEDA en el gobierno porque creía a la libertad amenazada o si pretendía imponer una
dictadura al estilo soviético en España. Pero si asumir que nunca podría encontrar toda la verdad
ha sido difícil, darme cuenta de que, de ser posible hallarla, esta no coincidiría con mis opiniones
anteriores, ha sido una dificultad aún mayor. Así, he debido asumir, por ejemplo, que Largo
Caballero estuvo dispuesto a colaborar con una dictadura, idea que antes de realizar este
trabajo, habría rechazado por disparatada.
Estos prejuicios han supuesto un gran obstáculo, pues la realización de esta investigación ha
requerido el empleo de fuentes con las que no me encuentro cómodo ideológicamente. He aquí
un problema al que ha de enfrentarse el historiador, pero no el científico, quien no siente hacia
las bases de datos el rechazo que me producen a mí los ensayos de Pío Moa, el cual no existiría
si Pío Moa tuviese una ideología más similar a la mía, si tratase hechos más lejanos en el tiempo
y en el espacio, o a otra figura histórica. Ha sido necesario identificar este rechazo, asumirlo y
tratar de superarlo. Ahora me alegro mucho de haberlo hecho. He adquirido nuevas
perspectivas, pero, sobre todo, me ha hecho ser más crítico. Leer este tipo de fuentes tratando
constantemente de hallar una inexactitud o un error me ha servido para aprender a
identificarlos mejor en todo lo que leo, también con lo que estoy de acuerdo, lo que me ha
hecho ser más crítico con la información que recibo.
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BIBLIOGRAFÍA
«Enemigos del estado» | Enciclopedia del Holocausto. (2016). Enciclopedia del Holocausto.
Consultado el 9 de febrero de 2022. De
https://encyclopedia.ushmm.org/content/es/article/enemies-of-the-state
Alba, V. (2002). La alianza obrera (Edición digital ed.). Fundación Andreu Nin.
https://fundanin.net/2019/02/20/la-alianza-obrera/
Jackson, G., & de Obregón, E. (2020). La República española y la Guerra Civil. Crítica.
La CEDA inicia su campaña en Madrid con un glorioso acto en el monumental. (1933, 17
octubre). El debate.
https://prensahistorica.mcu.es/es/catalogo_imagenes/grupo.do?path=2001110576
Consultado por última vez el siete de febrero de 2022
Maurín, J. (2011). Hacia la segunda revolución (Revisado ed.). Marxists Internet Archive.
https://www.marxists.org/espanol/maurin/hacia_la_2a_revolucion.htm
Moa, P. (1999). Los orígenes de la guerra civil española. Ediciones Encuentro, S.A.