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¿En qué medida se vio influida la


decisión de Largo Caballero de
tomar la vía revolucionaria en
octubre de 1934 por el temor a
una deriva autoritaria en España?
Palabras: 2190
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ÍNDICE

A: evaluación de fuentes_____________________3
B: investigación____________________________4
C: reflexión________________________________7
D: bibliografía______________________________8
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A: identificación y evaluación de fuentes


Por su importancia en la historia contemporánea española, esta investigación trata de
estudiar las causas del estallido de la revolución de octubre de 1934, especialmente en
lo referido a uno de sus protagonistas, Largo Caballero, de tal manera que, una vez
finalizada, podamos contestar a la siguiente pregunta: ¿A qué factores se debió la
decisión de Largo Caballero de optar por la vía revolucionaria en octubre de 1934?

Para ello, se han empleado fuentes primarias (periódicos, memorias y discursos) y


secundarias (artículos y libros redactados por historiadores, que versan sobre Largo
Caballero y/o su contexto exclusivamente o como sección de un ensayo histórico que
abarca un periodo de tiempo mayor).
De todas estas fuentes, dos destacan por la gran pertinencia que han tenido en esta
investigación: un ensayo publicado en 1943, El laberinto español, sin cuya
contextualización de los hechos estudiados no habría podido comprenderlos; y otro
ensayo, esta vez de 2012: El holocausto español, que aporta la información más
pertinente sobre ellos que he podido encontrar.
A la hora de tratar los factores que condujeron a Largo Caballero a proclamar la
revolución en 1934, el principal valor de El laberinto español reside en su contenido,
pues dedica una gran parte de este a tratar los movimientos obreros antes y durante la
II República, y en él encontramos respuesta a la pregunta que nos hacemos.
Un valor del origen es su autor, Gerald Brenan, experto en la historia de España, donde
residió durante mucho tiempo, lo que le permite dar una visión más amplia que la
puramente técnica. Sin embargo, como Brenan reconoce en el prólogo, esto implica
subjetividad: “Tenía además que luchar, dentro de mí mismo, con fuertes sentimientos
y prejuicios” (2011: 23), lo cual supone una limitación.

El principal valor de su propósito reside en que, como dice el propio Brenan, “no era
justificar el bando al que presté mi apoyo, sino más bien (…) explicar a los demás por
qué las cosas ocurrieron así”(2011: 23).
La otra obra que se analizará es El holocausto español, de Paul Preston. El principal valor
de esta fuente reside en su origen, y es que su autor es un historiador de gran prestigio,
especializado además en la historia española del siglo XX, que es cuando sucedieron los
hechos de los que parte esta investigación.
En cuanto a su contenido, es valioso que esté repleto de citas de fuentes primarias muy
pertinentes para la investigación. Una limitación es que se centra más en la guerra civil
que en los hechos previos, como la revolución de 1934.
En cuanto a su propósito, un valor es que pretende informar de los hechos históricos,
que es lo que se trata aquí.
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B. Investigación
Como explica Preston, el 4 de octubre de 1934, Largo Caballero, en calidad de presidente del
PSOE y secretario general de la UGT, anunció una huelga general (2012). Según Casanova y Gil
Andrés, en Asturias, esta huelga se convirtió en “levantamiento armado” (2009: 138). ¿Por qué
actuó Largo Caballero así?
Maurín afirmó que “el socialismo español se había formado en el reformismo clásico” (2011), y
Largo Caballero no era una excepción a esta tendencia reformista. En sus propias palabras,
recogidas por Arostegui, “Yo he sido siempre un hombre caracterizado en la organización como
reformista, y de ello no me avergüenzo” (2013).

Otra evidencia de su carácter reformista la aporta Hugh Thomas, quien señala que durante la
dictadura de Primo de Rivera, siendo secretario general del sindicato socialista, la UGT “fue
consejero de Estado”(1979: 67). Dispuesto a colaborar hasta con una dictadura, su sindicato, la
UGT “había sido casi respetada por la burguesía a causa de (…) su comportamiento práctico, e
incluso razonable, en las huelgas (...) estaba dispuesto a evitar toda acción revolucionaria
extremista”(1979: 67).

El reformismo de Largo Caballero se manifestó también cuando en 1931, una vez proclamada la
República, el PSOE se presentó a las elecciones constituyentes (en las que, tal y como se aprecia
en la figura 1, fue la fuerza más votada).

Se manifestó también cuando, como escribe Preston, Largo participó en la elaboración de la


nueva Constitución, que establecía a España como una República parlamentaria, y cuando formó
parte del gobierno como ministro de Trabajo (2012).

Figura 1. Elecciones a Cortes Constituyentes 28 de junio de 1931

Si Largo Caballero era reformista, ¿a qué se debió que en octubre de 1934 apostase por la
revolución?
Para Preston, esta actitud revolucionaria pertenecía al campo de las “bravatas”, que, según creía
“disuadirían a Alcalá Zamora de invitar a la CEDA a incorporarse al gobierno (...) Las intenciones
de los socialistas (…) eran limitadas y defensivas”(2012: 128). Pío Moa, por otra parte, acusa al
PSOE de declarar la “Guerra civil” (1999: 44), y a Largo Caballero de decidir que “había llegado
el momento de un levantamiento armado en pro de un régimen socialista” (1999: 45). Sin
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embargo, admite que “Hasta el último momento, Largo Caballero (…) esperó que Alcalá-Zamora
cediese a sus exigencias y cortase el paso a la CEDA” (1999: 44). Sabiendo esto, es difícil creer
que buscase realmente la implantación de un régimen socialista, sino que, como asegura
Jackson, “La revolución de octubre estuvo dirigida a impedir que la CEDA participara en el
Gobierno”(2020: 157). La aspiración a impedir que la CEDA formase parte del gobierno sería lo
que más influyó en la decisión de optar por la revolución.
Partiendo de esta premisa, podemos centrar nuestro análisis en averiguar a qué se debía este
rechazo (al fin y al cabo, tal y como se aprecia en la figura 2, había sido el partido más votado en
1933), y por qué la reacción fue precisamente la revolucionaria.

Figura 2: Elecciones a I Cortes de la República del 19 de noviembre de 1933

Jackson nos da una pista al señalar que la entrada de la CEDA “parecía, tanto a los liberales de
clase media como a la izquierda revolucionaria, como un equivalente a la implantación del
fascismo” (2020: 157).

¿Estaba esto justificado? Según Moa “en ningún caso el CEDA había (…) planteado un golpe o
un asalto violento al poder” (2021: 187). Seguramente, Pío Moa desconoce este fragmento de
un discurso de Gil Robles, líder de la CEDA, recogido por El debate, periódico en el que, explica
Brenan, el propio Gil Robles había sido editor: “Hay que ir a un Estado nuevo, y para ello se
imponen deberes y sacrificios. ¡Qué importa que nos cueste hasta derramar sangre! (…)
Necesitamos el poder íntegro y eso es lo que pedimos (…). La democracia no es para nosotros
un fin, sino un medio para ir a la conquista de un Estado nuevo. Llegado el momento el
Parlamento o se somete o le hacemos desaparecer” (1933).

Este miedo se comprende mejor si atendemos al ascenso al poder de Hitler en Alemania y el de


Dollfuss en Austria apenas un año atrás: tal y como consta en El régimen nazi, “Enemigos del
Estado” y en El “austrofascismo” del canciller Dollfuss, ambos ejercieron el poder de forma
autoritaria y persiguieron y asesinaron a los socialistas.

Su ejemplo aumentó el temor a un gobierno autoritario en España, especialmente por la


supuesta relación entre Gil Robles y Dollfuss. Según Vida Nueva, “Órgano de la Unión General
de Trabajadores y del Partido Socialista Obrero”, ambos son “jesuitas sin sotana”. Brenan afirma
que “Gil Robles era discípulo de Dollfuss” (2011: 150).

Alba, para explicar la creación de Alianza Obrera, sugiere que “Si los socialistas y comunistas
alemanes, en vez de luchar entre sí, se hubieran aliado, no sólo hubiesen detenido el avance
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nazi, sino que habrían podido hacer la revolución” (2002). Podemos inferir que, para Alba, este
temor al fascismo es lo que ocasionó que en el movimiento obrero se desease forjar alianzas, ya
que, como señala “la toma del poder por los nazis confirma, a los ojos de los bloquistas, la
política seguida por el Bloque” (2002), es decir, la alianza entre los grupos obreros. La relevancia
de esta alianza se debe a que permitió a Largo Caballero sumar a su proyecto a trabajadores
ajenos a la UGT y el PSOE, y se evidencia cuando vemos que, en Asturias, donde mayor fue la
alianza, pues, como señala Brenan, logró incluir a los anarquistas, fue precisamente donde más
éxito tuvo la revolución (2011).

Pero no solo con discursos y ejemplos extranjeros se justifica este temor a una deriva autoritaria
en España: en el gobierno anterior (que no incluía ministros de la CEDA pero que dependía de
su apoyo), según Preston “Durante 222 de los 315 días de gobierno radical (…) el país había
vivido bajo la declaración de Estado de alarma, lo que implicaba la suspensión de las garantías
constitucionales (…). La censura, las multas (…), la limitación del derecho de asociación y
reunión, (…), la protección de las actividades fascistas y monárquicas, el recorte de los salarios,
el desmantelamiento de los ayuntamientos socialistas libremente elegidos (…) Gil Robles las
había calificado de débiles” (2012: 127). En sus memorias, Largo Caballero se refiere a esto: “la
Guardia Civil reanudó sus hábitos de perseguir a todo lo que oliese a socialista o simplemente a
asociado; los conspiradores amnistiados trabajaban descaradamente en contra del régimen
republicano. Las derechas reclamaban del gobierno Lerroux la entrada de representantes suyos
en el Gobierno pues querían gobernar directamente y no por representantes indirectos. Todo
hacía sospechar que se organizaba una razia de elementos de izquierda y que se preparaba un
golpe de Estado” (1954).

Pero la entrada de la CEDA en el gobierno y la posibilidad de que estableciese una suerte de


régimen autoritario que reprimiese a socialistas y sindicalistas no fue lo único que empujó a
Largo Caballero a optar por la vía revolucionaria. Brenan apunta, por un lado, a la “desilusión de
los socialistas con la República” (2011: 140), una desilusión que tendría su origen,
principalmente en “la negativa de los partidos republicanos a tratar seriamente la reforma
agraria”. Por otro, en el caso de Largo en particular, siendo ministro “se había disgustado porque
se saboteaba mucho de lo hecho por él en la administración (…). Aquello era una conspiración
para hacer fracasar todo” (2011: 141). Sin embargo, cuando ejemplifica el cambio de la actitud
de Largo Caballero hacia la revolución, nos muestra este fragmento de un discurso: <<La única
esperanza de las masas es la revolución social. Solo ella puede salvar a España del fascismo>>.
Como siempre, el temor al fascismo.

Conclusión

Podemos concluir que la entrada de la CEDA en el gobierno influyó enormemente en la decisión


de Largo Caballero de optar por la vía revolucionaria, siendo el principal factor que condujo a
ella, y que el temor a este partido se halla justificado por las declaraciones de Robles
amenazando con someter o hacer desaparecer al Parlamento, los ejemplos de otros países (en
los que figuras similares a Gil Robles, como Dollfuss, habían impuesto regímenes autoritarios) y
la actuación autoritaria del partido Radical, insuficiente, pese a todo, para Robles. No obstante,
podemos considerar que existieron otras causas, como la frustración ante la dificultad de
realizar reformas democráticamente y el sabotaje a la legislación de Largo.
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C. Reflexión
Realizando esta investigación he podido conocer algunos de los problemas a los que se enfrenta
el historiador.

Un gran reto para mí ha sido superar la frustración de no poder hallar una verdad absoluta.
Nunca sabré con total certeza si, efectivamente, Largo Caballero pretendía evitar la entrada de
la CEDA en el gobierno porque creía a la libertad amenazada o si pretendía imponer una
dictadura al estilo soviético en España. Pero si asumir que nunca podría encontrar toda la verdad
ha sido difícil, darme cuenta de que, de ser posible hallarla, esta no coincidiría con mis opiniones
anteriores, ha sido una dificultad aún mayor. Así, he debido asumir, por ejemplo, que Largo
Caballero estuvo dispuesto a colaborar con una dictadura, idea que antes de realizar este
trabajo, habría rechazado por disparatada.

La dificultad de superar, durante la investigación, los prejuicios, ha sido enorme, principalmente


por tres factores: mis fuertes convicciones políticas; la proximidad de lo estudiado geográfica y
temporalmente; y la figura en la que se centra la investigación, Largo Caballero, a quien me hallo
próximo ideológicamente y al que he idealizado durante mucho tiempo.

Estos prejuicios han supuesto un gran obstáculo, pues la realización de esta investigación ha
requerido el empleo de fuentes con las que no me encuentro cómodo ideológicamente. He aquí
un problema al que ha de enfrentarse el historiador, pero no el científico, quien no siente hacia
las bases de datos el rechazo que me producen a mí los ensayos de Pío Moa, el cual no existiría
si Pío Moa tuviese una ideología más similar a la mía, si tratase hechos más lejanos en el tiempo
y en el espacio, o a otra figura histórica. Ha sido necesario identificar este rechazo, asumirlo y
tratar de superarlo. Ahora me alegro mucho de haberlo hecho. He adquirido nuevas
perspectivas, pero, sobre todo, me ha hecho ser más crítico. Leer este tipo de fuentes tratando
constantemente de hallar una inexactitud o un error me ha servido para aprender a
identificarlos mejor en todo lo que leo, también con lo que estoy de acuerdo, lo que me ha
hecho ser más crítico con la información que recibo.
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BIBLIOGRAFÍA
«Enemigos del estado» | Enciclopedia del Holocausto. (2016). Enciclopedia del Holocausto.
Consultado el 9 de febrero de 2022. De
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https://fundanin.net/2019/02/20/la-alianza-obrera/

Andrés, G. C. C. J. Y. (2009). Historia de España en el siglo XX (1.a ed.). Ariel.

Arostegui, J. (2013). Largo Caballero: El tesón y la quimera [Libro electrónico]. DEBATE.

Brenan, G. (2011). El laberinto español (Vol. 1). Diario Público

Brenan, G. (2011). El laberinto español (Vol. 2). Diario Público.

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https://www.congreso.es/docu/constituciones/1931/1931_cd.pdf

El «austrofascismo» del canciller Dollfuss | artehistoria.com. (2020). Artehistoria. Consultado el


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canciller-dollfuss
El régimen nazi | Enciclopedia del Holocausto. Enciclopedia del Holocausto. Consultado el 9 de
febrero de 2022, de https://encyclopedia.ushmm.org/content/es/article/nazi-rule
Elecciones a Cortes Constituyentes 28 de junio de 1931. [Gráfico].
https://www.historiaelectoral.com/e1931.html

Elecciones a I Cortes de la República 19 de noviembre de 1933. [Gráfico].


https://www.historiaelectoral.com/e1933.html

Jackson, G., & de Obregón, E. (2020). La República española y la Guerra Civil. Crítica.
La CEDA inicia su campaña en Madrid con un glorioso acto en el monumental. (1933, 17
octubre). El debate.
https://prensahistorica.mcu.es/es/catalogo_imagenes/grupo.do?path=2001110576
Consultado por última vez el siete de febrero de 2022

Largo Caballero, F. (1954). Mis recuerdos (2.a ed.).

Maurín, J. (2011). Hacia la segunda revolución (Revisado ed.). Marxists Internet Archive.
https://www.marxists.org/espanol/maurin/hacia_la_2a_revolucion.htm

Moa, P. (1999). Los orígenes de la guerra civil española. Ediciones Encuentro, S.A.

Moa, P. (2021). La Segunda República Española. LA ESFERA DE LOS LIBROS, S.L.

Preston, P. (2012). Spanish Holocaust: Inquisition and Extermination in Twentieth-Century


Spain. HarperCollins Publishers.

Thomas, H. (1979). La guerra civil española. Urbión.

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