Está en la página 1de 2

Esta es la historia de un hombre que tuvo que decidir entre la eterna juventud y la

destrucción de su alma. Estamos a fines del siglo diecinueve, en Londres, y es verano,


la única estación pasablemente agradable en esta ciudad de nieblas y lluvias finas. En
el estudio del pintor Basilio Hallward, el joven Lord Henry Wotton, un amigo del artista,
vislumbra, desde el sofá donde está tumbado, el retrato de cuerpo entero de un joven
de extraordinaria belleza. Este joven apuesto llamado Dorian Gray tras algunos
sucesos conoce a Lord Henry Wotton…quien prontamente lo introduce al mundo
maravilloso del hedonismo y lo persuade para que desee por sobre todo que el retrato
envejezca en su lugar para mantenerse bello y deslumbrante como el sol, la luna y las
estrellas.
El maravilloso y apuesto Dorian indaga y comienza su vida llena de excesos y mucha
corrupción a tal punto de ser inefable, mientras que su retrato refleja los efectos más
oscuros de su estilo de vida triste y decadente. Una tarde, Dorian decide salir en busca
de una nueva experiencia. Camina sin rumbo, encuentra un absurdo teatrillo
destartalado con luces brillantes y carteles chillones. Presentan Romeo y Julieta.
Dorian ve aparecer a Julieta. Ella es la criatura más encantadora que jamás ha visto.
Se llama Sibyl Vane. Dorian empieza a acudir al teatro día tras día para verla actuar,
sin atreverse a saludarla después de la función. Hasta que una noche, después de que
ella ha interpretado a Rosalinda, le resulta imposible no acercarse a su camerino. Tras
un tiempo empieza su lamentable relación con la actriz Sibyl Vane y, cuando ella lo
decepciona, nuestro apuesto Dorian la abandona cruelmente sin ningún tipo de
titubeo, tan cruel como si hubiera estado poseído por el mismo demonio. Dorian
deslumbrante como el sol y bello como el amanecer, sin embargo, perseguido y
atormentado por el conmensurado retrato que se deteriora y envejece. Nuestro bello
joven Dorian toma la firme decisión de esconderlo en su espeluznante ático para poder
ocultar la frívola evidencia de su única y propia decadencia moral y llena de corrupción
en esos momentos tan tristes y quejumbrosos que viene viviendo. El joven Dorian trata
de intentar cambiar su vida queriendo mejorarla y hacer llegar a ser tan virtuoso e
increíble como su belleza, pero al poco tiempo lamentablemente se da cuenta de que
su nefasto retrato sigue envejeciendo y deformándose como un grumo en el cielo
pretendiendo ser una hermosa nube pero que deja caer pesadas gotas de dolor y
sufrimiento. Piensa entonces que por cada pecado que él cometa en adelante, una
nueva mancha vendrá a ensuciar su belleza. ¡Pero en el cuadro, solamente en el
cuadro! Ese cuadro será el retrato visible de su conciencia. La idea lo aterra y decide
en ese momento no volver a pecar jamás, regresar donde Sibyl Vane, pedirle perdón,
cumplir su palabra, casarse con ella y busca redimirse a como dé lugar, pero sus
intentos por lograrlo son en vano pues no sirven de nada. El maravilloso Dorian,
desesperado, triste y culpable, apuñala el retrato sin titubeos, lo que resulta en su
propia muerte mientras el retrato recupera su inmensa belleza original. El retrato
queda intacto como si no le hubiera ocurrido absolutamente nada mientras el bello
Dorian envejece. Los criados despiertan asustados y salen corriendo de sus
habitaciones, suben en silencio las escaleras. Nadie contesta a los golpes a la puerta
del ático. Fuerzan la puerta, entran y en ese ático encuentran, colgado de la pared, un
espléndido retrato de su amo, tal como lo han visto por última vez, en todo el
esplendor de su juventud y de su singular belleza. El cuadro está intacto. Y en el
suelo, vestido de etiqueta y con un cuchillo clavado en el corazón, encuentran el
cadáver de un hombre mayor, muy consumido, lleno de arrugas. Su rostro es
repugnante y en la cara lleva una expresión de cínico asombro. No pueden
reconocerlo. Solo cuando examinan cuidadosamente las sortijas que lleva en los
dedos se dan cuenta de que ese… ese es el cadáver de Dorian Gray. Y así esta
majestuosa obra concluye con el descubrimiento del retrato intacto, en contraste con la
horrible apariencia de Dorian en su muerte. La búsqueda de la belleza efímera eterna
y el placer lo termina llevando a un triste final trágico, además de moralmente
desgarrador y doloroso.

También podría gustarte