Solo yo.

Me esforcé tanto.
Mi corazón me pidió llorar hasta romperme.
Escribo una letra, y la termino tirando.
Me exijo, y me exijo, y nunca es suficiente.

Mi cielo se tornó gris.

Las gotas caen quemando mis letras.
Llevando mi cerebro al límite.
Dejando de sonreír.

Mis miedos controlaron mi mente.

Mintiéndome, con la excusa de caerme.
Cayendo en el vacío de mi subconsciente.
Manejando mi vida, sin yo estar consiente.

Me enseñaron a no ser conformista.

Pero aprendí a no ser perfeccionista.
La frustración en encontrar la perfección.
Termina siendo la destrucción hacia tu propio artista.

Tengo miedo a querer a alguien, porque me acaba rompiendo.

¿Será por inseguro?
¿Por ser distinto al resto?
Por mucho que pases página nunca se acaba el cuento.

¿Y si soy cómo una vela en un pastel de cumpleaños?

Por mucho que me pidas, nunca cumplo.
¿Y si soy como una rosa?
Bonito de lejos, pero si te acercas pincho.

Solo yo sé lo que pase.

Pensar que una rosa marchita podría florecer.
Un lirio rojo, fresco junco.
Mi luna, un pergamino quemando mi seco laurel.

Dormiré.
Y si no despierto dejare mi corazón frío.
Le dejaré mi alma.
Para cuando se valla la lleve consigo.

No quiero mi voz para hablar.

La haré una pulsera que llevará mi silencio.
Entre gritos de guerra.
Busco un quiero hacer las pases.
¿Hay enmienda para un espíritu vacío?
En un cuerpo joven.
Un alma anciana.
A veces la vela se queda sin llama.

Pero.
¿Por qué cada vez que me ciegas anhelo viajar a tu lado por el mundo de los muertos?
Perdí mi rumbo buscándola en el cielo. No sabía que un ángel también iba al infierno.

Superé tanto el odio.

Que ahora, el odio me odia a mí.
Pasado pisado, me decían.
Esa frase no vale, si el pasado es quien te pisa.

¿Qué es peor?
¿Intentarlo?
¿O no haberlo conseguido?
Lo peor de todo es lograrlo, y por no cuidarlo darlo por perdido.

Bogando en este piélago.

En el bajel de mi mente.
El ganglio del navío no es tan fuerte.
El mejor nudo de un marinero, es el que hay en su garganta.