Está en la página 1de 1

Un corazón partido

¿De una misma fuente puede acaso brotar agua dulce y agua amarga? ¿o dar aceitunas una
higuera o higos una vid?

En nuestro corazón hay una lucha diaria entre el alma y el espíritu, nuestra alma que la mayoría
de las veces es pesimista y negativo y nuestro espíritu en donde brota la esperanza. Asimismo,
de nuestro corazón no florecerá la ilusión, el optimismo, si constantemente fortalecemos esta
parte sombría de nuestra alma con pensamientos y sentimientos derrotistas.

Si queremos alimentar a diario la esperanza y mantenerla viva, deberemos enfocarnos en lo


bueno que hay a nuestro alrededor, en la bondad que tenga la gente, lo bueno que pasó el día
de hoy, gratitud por la mesa a la hora de la comida, la sonrisa de la familia que amas, la
satisfacción por la cama en la que duermes, demos gracias por la vida, porque cada día que
respiramos es una oportunidad para comprender que todo tiene solución, que todo en la vida
pasa, solo es cuestión de tiempo.

La esperanza aviva nuestro corazón para vivir feliz un día a la vez.

No hay casa que permanezca, si internamente está dividida. Lucas 11, 17

También podría gustarte