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Editorial
Esta publicación es el resultado práctico de los conocimientos obtenidos en la unidad
curricular Diseño Gráfico III durante el trimestre Septiembre-diciembre de 2023. La
edición aborda de manera sustancial los orígenes del trabajo gráfico en la isla de
Margarita. También es una referencia para los estudiantes de diseño gráfico que se
inician en área editorial.
Con esta edición queremos dejar constancia de la importancia del trabajo grafico en
la sociedad como bien cultural, histórico y político, su constante evolución y los retos
que se presentan en la actualidad ante la creciente cultura digital.
Los primeros hombres hicieron libros de piedra. Los caldeos y los asirios escribieron
sus códices y los hechos de su historia sobre ladrillos, pasando, sobre estos, un
punzón antes de que se secasen. Y hubo grandes bibliotecas de tablas de arcilla. Los
egipcios, además de escribir en las puertas de sus prodigiosos templos, escribieron
sobre unas largas tiras vegetales llamadas papiros. Aquí empieza el libro
propiamente dicho
Luego en Pérgamo se les ocurrió utilizar las pieles secas de los animales para escribir
sobre ellas, y entonces nace el pergamino, hasta que se descubre el papel. Entre
hecho y hecho hay muchos siglos.
Luis Patiño
Noviembre 2023
Junto con la invención del papel, los chinos dieron los primeros pasos en el
desarrollo de la imprenta:
Después entintaban la plancha y aplanaban sobre ella hojas de papel. Como ves, es
un sistema parecido a los sellos de hoy en día.
Numerosos han sido los estudios por determinar si fue efectivamente el inventor de
la imprenta y de las letras móviles. Algunos han concluido que no. Antecedentes
corroboran que los babilonios, en la Antigüedad conocieron la impresión con sellos
de arcilla y que los chinos, alrededor del año 1041, también imprimieron con ese
tipo de letras. Más aún, en la Edad Media se hicieron grabados de páginas enteras
usando grabados de madera.
Tenemos una idea escolar de Gutenberg, lo consideramos el padre del libro, pero
Gutenberg no fue el inventor de la imprenta, la invención de la imprenta es un
momento mítico de la historia, lo que inventó Gutenberg era una máquina fantástica
para realizar libros muy parecidos a los manuscritos originales, un manuscrito valía
una fortuna, eran años de trabajo por parte de copistas, iluminadores y
encuadernadores. En 1455, muy pocos tenían el privilegio de acceso a los libros: la
Iglesia, los reyes, los príncipes y algunos acaudalados comerciantes.
1806 La Imprenta que trae Francisco de Miranda a bordo del Leander, nave
capitana de su expedición, no llegó a tocar tierra venezolana. En ella imprime su
proclama A los pueblos y habitantes del Continente Américo-Colombiano, durante
la expedición a Jacmel entre febrero y marzo. Adquirida posteriormente en Trinidad
por Mateo Gallagher
Incunables venezolanos
Así se denominan todos los impresos en la República de Venezuela a partir del 24 de
octubre de 1808, fecha de la impresión del primer número de la “Gaceta de Caracas”
hasta el año de 1821, en homenaje a la Batalla de Carabobo del 24 de junio del
mismo año.
Correo del Orinoco
1818-1822 El Correo del Orinoco (El último número apareció el 23 de marzo de 1822)
Impresor Andrés Roderick.
LA IMPRENTA EN MARGARITA
La primera imprenta de la cual se tiene noticia en Margarita fue traída por el Mariscal
Pablo Morillo en su °Expedición Pacificadora° llegada al Puerto de Pampatar el 7 de
abril de 1815, durante su primera invasión a la isla. A pesar que algunas de sus
proclamas están fechadas en el Puerto de Pampatar, la tipográfica no fue
desembarcada y además, se hundió con el navío “San Pedro Alcántara”, al ocurrir un
misterioso incendio frente a la Isla de Coche, el 25 de abril de 1815.
BAILLIO, Juan: haitiano, establecido en Caracas desde 1810 donde era impresor, "el
impresor del Supremo Congreso" e "impresor del Gobierno".
Después de largo tiempo desde el año 1815, cuando arribó al puerto de Pampatar la
imprenta de la Expedición Pacificadora del General Morillo y el año 1816 cuando
desembarcó en Juangriego la Imprenta del Ejército Libertador que trajo Bolívar, no
volvemos a tener noticias de imprentas en Margarita hasta el año 1845.
Se debe a las gestiones personales del Gobernador del Estado Nueva Esparta, Don
Elías Villalba la introducción de la primera imprenta oficial en este Estado. La
adquirió a crédito del señor Jesús M. Soriano, el año 1874. Desde entonces data la
permanencia de la imprenta entre nosotros. En este taller Publicaba M. Arteaga
Revenga “El Neo-Espartano”.
Varias publicaciones nacen en Margarita a finales del siglo XIX, El Marino, El Sol,
periódicos fundados por los hermanos Rosario Campos, propietarios de la tipografía
El Sol. El primer número de “El Marino”, circula en Porlamar, el 20 de junio de 1891.
En 1894, Eleuterio Rosario Campos funda “El Sol”, periódico de larga duración en
formato 33 x 24 cm a tres columnas. Resalta Rosauro Rosa Acosta en su Diccionario
margariteño, la “valiosísima labor informativa y que sostuvo importantes campañas
por el progreso neoespartano”.
Refiere el maestro Jesús Manuel Subero que: “Desde entonces se cuentan más de
500 periódicos que han visto la luz entre nosotros”. Entre los medios impresos que
circularon después de la década de los 70 se cuentan: El Sol de Margarita, Diario del
Caribe, El Caribazo, La Hora, El Faro de Margarita, El Diario de la Tarde y las revistas
Cuaderna y Margaritenerias y algunos periódicos de circulación ocasional. Solo
queda El Sol de Margarita y La Hora en su versión digital, todos desaparecieron de
manera física.
Se dice que Simón Rodríguez aprendió el inglés en Jamaica, que trabajó como tipista
en Baltimore, labor en la que adquiriría las destrezas que lo dejarían componer más
tarde sus propias páginas y su personal "logografía": el pensamiento pintado en
letras.
En los tiempos de los rollos de papiro, el lugar preferido para anotar el título y el
nombre del autor era el final del texto, la parte más protegida del libro rebobinado
—el comienzo, en el exterior del cilindro, padecía un especial deterioro, y con
frecuencia se rompía—. Fue en el formato códice donde el título conquistó la
posición inicial, el rostro de los libros —y también se apoderó del lomo, su espalda—
. Agustín de Hipona deja claro que ya en el siglo IV era habitual buscar esa
información «en la página liminar», es decir, al principio, en el umbral del relato. Hoy
es lo primero que leemos cuando el libro es todavía una incógnita, y esperamos que
en menos de diez palabras defina su universo. Si el embrujo actúa, alguien levantará
el libro de la mesa y querrá averiguar más sobre él.
Tras una larga travesía entre la indiferencia de los siglos, los títulos se han
transformado en poemas mínimos; barómetros, mirillas, ojos de la cerradura,
carteles luminosos, anuncios de neón; la clave musical que define la partitura
venidera; un espejo de bolsillo, un umbral, un faro en la niebla, un presentimiento,
el viento que hace girar las aspas.
EL INFINITO EN UN JUNCO, Irene Vallejo
Deseaba el Libertador obtener el máximo de eficacia en la administración, y cada día
más comedimiento en la política. Llega hasta a ocuparse en unos lemas que
ostentaba la Gaceta del Gobierno y le indica a Santander: