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CURSO:
HISTORIA DE LOS MEDIOS DE COMUNICACIÓN
DOCENTE:
TIMOTEO PLACIDO, Carol
TEMA:
LA IMPRENTA MEXICANA
ESTUDIANTES:
MESTANZA TEJEDO, Karin Gianella
HUAMAN HUAMAN, Heidi Marisol
MIMBELA ZAMBRANO, Angel David
CHACHAPOYAS – PERÚ
2022
LA IMPRENTA EN MÉXICO
La humanidad a lo largo de su existencia se ha visto con la necesidad de innovar, crear y
concebir ideas para mejorar el mundo, como también para facilitar los trabajos,
pensando de una manera muy inteligente; desde el descubrimiento del fuego hasta la
invención de la rueda y la escritura, ningún invento revoluciono la existencia del
hombre como ocurrió cuando la imprenta llego a tener un lugar privilegiado en la vida
del hombre.
Sin duda uno de los inventos que revoluciono y cambio la historia del hombre, ya que
hizo posible la multiplicación de textos en la Edad Media, cuando la edición de libros
estaba muy restringida, revolucionó la cultura al ampliar el número de lectores
potenciales al multiplicar el número de libros y reducir su coste, gracias a esto los
escritos y manifiestos quedarían inscritos para la posterioridad, esta gran obra del
hombre perduraría para siempre, perfeccionada por Gutenberg en el siglo XV, la
imprenta ha sido parte trascendente en la memoria histórica de la humanidad, cinco
siglos y sigue siendo parte integral de la vida diaria del hombre.
Como todo producto de comercio, esta técnica se expandió por Europa, seguidamente se
comenzó a desarrollar en Alemania de ahí fue trasladada a Roma, Venecia y Paris
llevando así la invención del libro a todos los rincones de las tierras conocidas. Los
colonizadores europeos fueron los encargados de llevar y trasladarla a todo el mundo.
La primera imprenta llego a la Nueva España durante el gobierno del virrey Antonio de
Mendoza, quien junto con Fray Juan de Zumagarra, permitieron la difusión de las ideas
durante la incipiente colonia.
Entre 1532 y 1534 Fray Juan de Zumárraga y el Virrey Antonio de Mendoza realizaron
gestiones para traer la primera imprenta a la Nueva España, concediéndole a Juan
Cromberger (impresor alemán establecido en Sevilla) para establecer la imprenta en el
virreinato, este designó a Juan Pablos para que iniciara entonces los tramites necesarios
para llevar la imprenta a la colonia.
Juan Pablos se comprometió a imprimir 3,000 hojas al día sin goce de sueldo, sino que
después de 10 años, de regreso a Sevilla, cobraría una quinta parte de las ganancias.
Tampoco Pablos tendría permiso para participar en otro tipo de negocios dentro del
territorio mexicano.
Sin embargo, el alcance de la imprenta regida por Juan Pablos fue muy limitado en sus
primeros años. Cabe recordar lo siguiente: “En aquellos tiempos de la industria
editorial, las imprentas eran unos círculos, a modo de clubes, en los que pasaban y
convivían todos los hombres que concurrían al nacimiento del libro: autor, editor,
corrector, cajista, tirador” Por lo tanto, era de esperarse que los frutos tardaran en surgir
dentro de tierras inexploradas para este negocio.
La historia del libro en México, se constituye por ciertos objetivos que impulsaron el
establecimiento y desarrollo de la imprenta, con ello la edición de libros fueron por los
intereses administrativos de la Corona y fines religiosos o educativos. Textos de
doctrina y didácticos fueron lo primero que se interesaban reproducir.
Durante el siglo XVI, se tiene registro que se imprimieron en México 116 obras, entre
ellas, el manual de adultos, el Vocabulario de Alonso Molina, la Physica Speculatio; los
Diálogos de Cervantes de Salazar; el Missale Romanum, entre otros la Opera
Medicinalita.
De la primera imprenta mexicana, la de Juan Pablos, Valton estudió los tipos utilizados,
centrándose específicamente en el tamaño y dejando de lado el análisis minucioso de su
diseño, por ejemplo, registra: tipo canon 280G para grandes títulos; tipo misal 136G
para pequeños títulos, encabezamientos y colofones; tipo texto 98G para texto ordinario;
tipo texto 82G para texto. Con respecto a los tipos redondos documenta los tipos 240 R,
99 R y 81 R, describiendo algunas de sus características (Valton, 1939, p.239-278).
Dejando de lado los orígenes, durante la primera fase identificada, de 1540 a 1550,
Pablos trabajó solamente con cuatro fundiciones de tipos góticos: c. 275G, 132a G, 99a
G, c. 72a G y con alrededor de 40 grabados xilográficos.
Resulta curioso advertir que la imprenta se instala con muy pocos materiales, lo que
lleva a pensar que en sus inicios los Cromberger no tenían demasiado interés en la
producción editorial a realizarse en México.
A pesar de todo, la imprenta en México era de buena calidad; los primeros libros
impresos usaban un papel de excelentes características, tenían marca de agua y la letra
era tipo gótico o semiótico. Ya para los años 1554 a 1589 la tipología alternaba con
tipos romanos y cursivas.
La imprenta en México trabajaba con papel importante, pero en 1575, Juan Cornejo y
Hernán Sanches de Muñón, fundaron la primera fabrica de papiro en el país. En 1737
Francisco Pardo instalo la primera fábrica de papel en nueva España; el privilegio de
dicha licencia lo obtuvo hasta 1740. Recordemos que desde 1554 el arte tipográfico
tuvo un cambio notable.
NECESIDAD DE SU INSTALACIÓN
Pues todos los libros, en su mayoría destinados para la evangelización, eran importados
desde Europa y esto atraía mayores costes, además de atrasos en el desarrollo intelectual
y espiritual de la colonia.
Entre los años de 1532 y 1534, Fray Juan de Zumárraga y el Virrey Antonio de
Mendoza, se encontraban coordinando para traer a la imprenta a la Nueva España, le
concedieron a Juan Cromberger, un alemán que fue establecido en Sevilla, tener el
privilegio de tener una imprenta en México y así poder también, traer libros. El alemán
le confía la imprenta a Juan Pablos (Giovanni Paoli), un italiano impresor que siempre
trabajó en una imprenta, tanto así que en 1539 se firma un contrato que decía que Juan
Pablos, recibiría la 1/5 parte de las ganancias de la imprenta. Cuando Juan Pablos llega
a México, se hospeda en la casa Cromberger, que era propiedad de Zumárraga.
La imprenta que manejaba Juan Pablos, abre sus puertas en 1540. Dando así a la
primera imprenta de México como de América Latina. En la actualidad no se sabe con
certeza cuál fue el primer libro impreso en la Nueva España, pero en la biblioteca
nacional de España, se guardan 3 páginas del “Manual de Adultos” impreso en 1540
justamente en la imprenta que manejaba Juan Pablos. Hay otras teorías que afirman que
el primer libro que se imprimió en 1540, fue la “breve y más compendiosa doctrina
cristiana en lengua mexicana y castellana que contiene las cosas más necesarias de
nuestra sancta fe catholica para el aprovechamiento destos indios naturales y
salvación de sus ánimas” que fue impreso bajo la firma de Cromberger.
Durante esta etapa, la imprenta de México tuvo impresiones de Novenas, vidas de
santos privilegios e indulgencias, esto quiere decir que tenían libros en orden religioso.
Los primeros libros, tenían una buena calidad de papel en donde los imprimían,
mostraban marcas de agua y presentaban letra de tipo gótico y semi-gótico. Ya en los
años 1554 y 1589 la tipografía se trataba con tipos romanos y cursivas.
Algunos autores sostienen que el primer libro en Nueva España fue La Escala Espiritual
de San Juan Clímaco, traducido del latín al castellano por Fray Juan de la Magdalena y
editado e impreso por Esteban Marín en 1539.
Tiempo después volvió a pedir el hábito, pero esta vez con la autorización de su madre
y fue aceptado. Betanzos, le dio personalmente el hábito dominico y se dio cuenta de la
preparación de Juan de Estrada, y se lo llevó a Tepetlaoxtoc para que realice una tarea
muy importante que era aprender la vida reformada a partir de la traducción del latín al
castellano de “La Santa Escala de san Juan Clímaco”.
En aquellas épocas la traducción era una labor muy difícil que implicaba de mucho
tiempo. Así que, mientras hacía su noviciado en la casa de Tepetlaoxtoc en 1536, se
concentró en la práctica de vida virtuosa con el tema de La Santa Escala. En los dos
últimos meses del noviciado, vivió en el convento de Santo Domingo de México, donde
presentó el fruto de su trabajo.
Los dominicos doctos revisaron su trabajo, obteniendo dos importantes logros, primero
la aprobación (Nihil obstat), para imprimir el libro, que sería el primer libro impreso
con imprenta en América (1537).
Segundo, pudo profesar y escogió el nombre de Magdalena, por la siguiente razón, tenía
en honor a santa María Magdalena, que era patrona del convento donde se crio también,
estuvo asignado a esta casa otra vez en 1538, siendo vicario de fray Domingo de
Betanzos que una vez fue su maestro. Fray Juan de la Magdalena aprendió el náhuatl o
mexicano y administró los sacramentos en esa lengua.
PERSONAJES QUE CONTINUARON CON LA IMPRENTA A LO LARGO
DEL TIEMPO EN MÉXICO
Muchos personajes que acontecieron a lo largo del tiempo con la imprenta en México,
como tenemos a Cromberger y Juan Pablos (Giovanni Paoli) que son los más
conocidos, también tenemos a Antonio Espinosa (1559-1576), que fue el segundo
impresor de la Nueva España y también es considerado el mejor tipógrafo del siglo
XVI. El primer libro que imprimió fue Grammatica Maturini del Fray Maturino
Gilberti.
Luego está Pedro Ocharte (1563-1592), que fue el tercer impresor de la Nueva España,
llegó teniendo tan solo 18 años en 1549 aproximadamente. Por ser extranjero y tener
calidad en sus negocios, tuvo relación con Juan Pablos, y tras su muerte, se casó con
una de sus hijas María Figueroa, alrededor del año 1561 o 1562.
Por último, no se debemos dejar atrás a la primera mujer impresora de la Nueva España.
Gerónima de Gutiérrez fue heredera de la tradición de mujeres viudas españolas, que
siguieron con el legado de sus esposos.
Se casó con Juan Pablos que fue el primer impresor de la Nueva España y con quien
fundó la primera imprenta en Latino América, también es la primera mujer de la
genealogía femenina que está relacionada con la historia de la tipografía de la Nueva
España.
Es así, que de entre los tres personajes, se encontraba Antonio de Espinosa, quien era de
la nación de España y aceptó el contrato con un lapso de 3 años, tiempo el cual fue
suficiente para perfeccionar la profesión que había ejercido durante décadas e ingeniar
un plan para destruir el monopolio de Nueva España.
Por otra parte, cabe hacer mención de que Espinosa poseía una carrera poco reconocida
en esta área en el país de España, por lo que, ante la propuesta de Pablos, observó una
gran oportunidad para desarrollar su profesión al máximo en una tierra que poseía una
mínima competencia.
Debido a la tardanza del préstamo del dinero, Espinosa trabajó para Pablos a partir de
1551, prevaleciendo hasta el año 1557. Durante este lapso de tiempo, el auge de la
imprenta empezó a renovarse significativamente, ello gracias a Espinosa, ya que se
implementaron nuevos materiales impresorios, nuevos estilos tipográficos, nuevos
grabados y elementos ornamentales.
Luego de que su tiempo de contrato de trabajo junto a Pablos terminara, Espinosa buscó
seguir con su plan de descentralizar el monopolio de la imprenta de Pablos, razón por la
cual decidió viajar a España y adquirir el privilegio de crear su propia imprenta en
tierras mexicanas, ello por mandato de la carta del Rey a través de la Corte de
Valladolid.
En efecto, en su estancia pudo conseguir dicha orden y el mes de marzo de 1559 regresó
a México con la orden de la Corte Española, siendo así, que las autoridades mexicanas
aceptaron su petición e incluso la autoridad máxima de España le cedió tierras a
Espinosa para construir su imprenta.
Es así, que en 1559 se creó la primera imprenta tipográfica española en México, dando
paso a su amplia modernización, ya que sus primeros libros son evidencia de calidad de
producción, implementación masiva de nuevo estilo tipográfico más cuidado y rico en
detalles. Así mismo, la innovación de su imprenta se evidencia en “los utensilios con
magníficos tipos góticos, romanos y cursivos, y los tipos de notas de canto llano”.
Es así, que la función de la imprenta en la sociedad del México actual, consiste en dos
puntos claves: el de brindar empleos y el de contribuir al PBI de México, puesto que
este conforma el 1.033%.
Por otro lado, cabe mencionar que la imprenta mexicana es muy utilizada por los
sectores de: bienes y raíces, banca múltiple, comercio al por mayor y menor de
abarrotes y alimentos, administración pública en general, escuelas, consumo privado y
exportaciones.
Por lo que nos atrevemos a mencionar, que la imprenta actual mexicana no está en
riesgo de decaer, puesto a que los factores de demanda por los consumidores y trabajo
conforman un gran número, por lo que ello contribuiría a que las imprentas solo se
actualicen de acuerdo al contexto en el que se encuentran.