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EL JUICIO SUMARIO

I. GENERALIDADES

El juicio sumario se halla reglamentado en el título XI del Libro III del Código de
Procedimiento Civil (de ahora en más CPC), en los artículos 680 a 692.

Su origen se encuentra en la Baja Edad Media, en las ciudades italianas. Se afirma


que este molde procedimental surge como una reacción frente a la lentitud y
solemnidades que presentaba el solemnis ordo iudiciarius. Al derecho canónico se
le debe la creación de los procedimientos sumarios; su fuente remota es la Decretal
del Papa Clemente V, en el año 1306. Luego fue secularizado y adoptado en
prácticamente todos los ordenamientos, con el fin de establecer un procedimiento
que a diferencia del juicio ordinario restringiera la etapa de discusión 1.

II. CAMPO DE APLICACIÓN

De conformidad al artículo 680 del CPC son dos las situaciones que determinan la
aplicación del juicio sumario. La primera tiene lugar, cuando, en defecto de otra
regla especial, la acción deducida requiera, por su naturaleza, una tramitación
rápida para ser eficaz. La segunda, en los casos expresamente contemplados por
el inciso segundo del precitado artículo.

Como se comprende, en el primer caso, al tribunal se le reserva la facultad para


que, soberanamente, resuelva si debe aplicarse o no el procedimiento sumario; y en
el segundo, la labor del tribunal y del intérprete se reduce a examinar la ley y a
constatar si contempla o no, para la acción de que se trate, esta tramitación o
procedimiento sumario.2 Tenemos entonces que en nuestro medio, el
procedimiento sumario puede tener, según los varios casos, una aplicación
general o especial, dependiendo de si la ley determina o no nominativamente su
aplicación.

Corresponde en consecuencia determinar cuáles son los asuntos en que el


legislador ha establecido que de modo perentorio deben tramitarse conforme al
procedimiento en estudio, a saber:

1
ROMERO SEGUEL, Alejandro: Curso de Derecho Procesal Civil. Tomo III. Los presupuestos
procesales relativos al procedimiento. Editorial Legal Publishing. Santiago, 2015. Página 165.
2
CASARINO VITERBO, Mario: Manual de Derecho Procesal. Tomo V. Quinta edición. Editorial
Jurídica. Santiago, 1998.página 44.

1
i. A los casos en que la ley ordene proceder sumariamente, o
breve y sumariamente, o en otra forma análoga

Por consiguiente, el legislador contempla, indistintamente tres especies de


fórmulas para dar a entender que una determinada acción se ventile de acuerdo al
procedimiento sumario: a) ordenar que debe procederse sumariamente; b) ordenar
que debe procederse breve y sumariamente; y c) ordenar que debe aplicarse el
procedimiento sumario, pero empleando fórmulas análogas a las anteriores. 3

ii. A las cuestiones que se susciten sobre constitución, ejercicio,


modificación o extinción de servidumbres naturales o legales y
sobre las prestaciones a que ellas den lugar.4

En la práctica, quiere decir que toda controversia sobre servidumbres naturales y


legales se somete al procedimiento sumario, desde su constitución hasta las
prestaciones a que den lugar. Se excluyen evidentemente las servidumbres
voluntarias, pero si la controversia que ellas pueden también originar requiere,
por su naturaleza, de una tramitación rápida para ser eficaz, no se divisa
inconveniente alguno para que la acción se ventile de acuerdo al procedimiento
sumario, en conformidad a lo prescrito en el inciso 1º del artículo 680 del CPC.

iii. Los juicios sobre cobro de honorarios, excepto el caso del


artículo 697 del CPC

Por honorarios se entiende el estipendio o remuneración que se debe a una persona


por su trabajo en algún arte liberal, y que a diferencia de los sueldos y salarios
carece de los caracteres de fijeza y periodicidad. De este modo, la remuneración
3
Por ejemplo, la demanda de jactancia (art. 271 del CPC); el artículo 19º de la Ley General de
Urbanismo y Construcciones para que se declaren las responsabilidades específicas de propietario
primer vendedor, proyectistas, constructores y personas jurídicas responsables con profesionales
competentes que actuare por ellos; El artículo 30º del DL 211, que dispone que la acción de
indemnización de perjuicios a que haya lugar, con motivo de la dictación por el Tribunal de Defensa
de la Libre Competencia de una sentencia definitiva ejecutoriada, se interpondrá ante el tribunal
civil competente de conformidad a las reglas generales, y se tramitará de acuerdo al procedimiento
sumario, establecido en el Libro III del Título XI del Código de Procedimiento Civil, etc.
4
Sobre el particular, debe recordarse que servidumbre predial o simplemente servidumbre, es un
gravamen impuesto sobre un predio en utilidad de otro predio distinto del dueño (artículo 820 del
CC). Se llama predio sirviente el que sufre el gravamen y predio dominante el que reporta la
utilidad. Según su origen las servidumbres pueden ser naturales, legales y voluntarias. Las
servidumbres naturales son las impuestas por la naturaleza y que existirían aun sin que la ley las
reconociera. Por eso, a diferencia de lo que ocurre con las servidumbres legales y voluntarias, el
dueño del predio sirviente no tiene derecho a indemnización alguna (v.gr. la servidumbre de libre
descenso y escurrimiento de las aguas). Las servidumbres legales por su parte son aquellas que han
sido impuestas por la ley, es decir, aquellas que la ley autoriza o impone, aun contra la voluntad del
dueño del predio sirviente (v.gr., servidumbre de tránsito). Las servidumbres voluntarias por
último, son aquellas que son el resultado de una convención entre las partes. ALESSANDRI
RODRÍGUEZ, Arturo, SOMARRIVA UNDURRAGA, Manuel, VODANOVIC HAKLICKA: Tratado de los
derechos reales. Tomo II. Ediciones Jurídicas de Santiago. Santiago, 2016, pp. 175-242.

2
adeudada a un profesional liberal podrá ser cobrada de acuerdo con el
procedimiento en estudio.5

Sin perjuicio de lo anterior, si se trata del cobro de honorarios que procedan de


servicios profesionales prestados en juicio, el acreedor puede elegir, a su arbitrio,
perseguir su estimación y pago de acuerdo al procedimiento sumario, o bien
interponiendo su reclamación ante el tribunal que haya conocido en la primera
instancia del juicio, la que será sustanciada y resuelta en la forma prescrita para los
incidentes (art. 697 del CPC)6.

iv. Los juicios sobre remoción de guardadores y los que se


susciten entre representantes legales y sus representados

La ley contempla en este número dos clases de juicios: a) los de remoción de


guardadores y b) los que se susciten entre representantes legales y sus
representados.

Las personas que desempeñan las tutelas y curatelas- es decir, cargos impuestos a
ciertas personas en favor de aquellos que no pueden dirigirse a sí mismos o
administrar competentemente sus negocios, y que no se hallan bajo potestad de
padre o madre, que puedan darles protección debida- se llaman tutores o curadores
y, generalmente guardadores (art. 338 del CC); y su remoción consiste en privarlos
judicialmente del cargo, cuando exista causa legal que lo justifique (art. 539 del
CC). La acción de remoción corresponde a cualquiera de las personas designadas
en el artículo 542 del CC.

Son representantes legales de una persona, en cambio, el padre, la madre, el


adoptante y su tutoro y curador. En consecuencia, cualquiera sea la naturaleza del
juicio que se suscite entre estas personas, por tratarse de representantes legales y

5
CASARINO. Ob. Cit. Pág. 45. Agrega este autor que hay personas que por expresa disposición legal
reciben estipendios llamados honorarios, como ocurre con los mandatarios, guardadores,
depositarios, tasadores, etc. Para él estas personas pueden cobrar sus honorarios en este
procedimiento, lo que sustentaría en la letra de la disposición y en la historia fidedigna de su
establecimiento. En efecto, en el Código Primitivo existía un título especial que reglamentaba el
juicio sobre pago de “ciertos honorarios”. Dicho juicio fue posteriormente suprimido, merced a la
nueva redacción del artículo 680.
6
“El hecho que el artículo 697 del Código de Procedimiento Civil disponga que cuando la acción de
cobro de honorarios se deduzca ante el mismo tribunal que haya conocido en la primera instancia
del juicio será sustanciada y resuelta en la forma prescrita para los incidentes, no altera la
naturaleza de la resolución que se pronuncia sobre ella. En efecto, no se trata propiamente de un
incidente, toda vez que no es una cuestión accesoria del asunto principal, sino que, por el contrario,
es un asunto ajeno a la materia principal que se debate en el juicio. De esta manera, el artículo 697
ya citado sólo está disponiendo la forma en que se llevará a cabo la tramitación del cobro de
honorarios, sin alterar que se trate de una acción distinta y cuyo fallo es, en consecuencia, una
sentencia definitiva (Considerando 4º) CORTE DE APELACIONES DE TEMUCO, Rol: 496-2014.”

3
representados, se ajustará al procedimiento sumario, sin importar el rol activo o
pasivo que desempeñen en el juicio.

v. Los juicios sobre depósito necesario y comodato precario

El depósito propiamente dicho toma el nombre de necesario cuando la elección del


depositario no depende de la libre voluntad del depositante, como en el caso de un
incendio, ruina, saqueo, u otra calamidad semejante (art. 2236 del CC).

El comodato toma el título de precario si el comodante se reserva la facultad de


pedir la restitución de la cosa en cualquier tiempo (art. 2194 del CC). Se entiende
además precario cuando la cosa no se presta para un servicio particular, ni se fija
tiempo para su restitución. En la práctica también se ha admitido tramitar bajo
este procedimiento el “precario”, es decir cuando se tiene una cosa ajena, sin previo
contrato y por ignorancia o mera tolerancia del dueño.

vi. Los juicios en que se deduzcan acciones ordinarias a que se


hayan convertido las ejecutivas en virtud de lo dispuesto en el
artículo 2515 del Código Civil.

De acuerdo con este último precepto, el tiempo necesario para que las acciones
ajenas se extingan por prescripción es, en general, de tres años para las acciones
ejecutivas y de cinco para las ordinarias; y, convertida la acción ejecutiva en
ordinaria, durará solamente como tal otros dos años. El ejemplo clásico es del
acreedor de un muto celebrado por escritura pública y que dejó pasar 4 años desde
que se hizo exigible.

vii. A los juicios en que se persiga únicamente la obligación


impuesta por la ley o el contrato, de rendir una cuenta sin
perjuicio de lo establecido en el artículo 696.

En general, deben rendir cuentas todas las personas que administran bienes
ajenos, obligación que debe constar del contrato o de la ley. Ejemplos de este
último caso; arts. 415, 492, 1309, 2080 y 2155 del Código Civil. En consecuencia, si
el deudor, desconoce o rechaza la obligación impuesta por la ley o el contrato de
rendir cuenta, la llamada a exigírsela demandará a aquella en juicio sumario, con el
objeto de que se declare el objeto de la obligación. Éste constituye el objeto
preciso del juicio sumario, toda otra cuestión relacionada con la cuenta misma
escapa de este juicio. Una vez que la obligación de rendir cuentas está declarada

4
fehacientemente en una sentencia, puede exigir su cumplimiento compulsivo
mediante la acción ejecutiva o mediante el procedimiento establecido en los
artículos 693 y siguientes del CPC.

viii. A los juicios en que se ejercite el derecho que concede el


artículo 945 del Código Civil para hacer cegar un pozo.

Se debe tener presente que la referencia hecha al precitado artículo debe


entenderse al artículo 56 del Código de Aguas7.

ix. A los juicios en que se deduzcan las acciones civiles derivadas


de un delito o cuasidelito, de conformidad con lo dispuesto en
el artículo 59 del Código Procesal Penal y siempre que exista
sentencia penal condenatoria ejecutoriada.

III. CARACTERISTICAS.

El procedimiento sumario presenta las siguientes características:

i. En cuanto a su objeto, es un juicio de declaración o conocimiento, que


permite conocer y fallar tanto acciones de condena como declarativas y
constitutivas.

ii. Es un juicio común o de aplicación general, puesto que sirve para hacer
valer cualquiera clase de acción siempre que, por su naturaleza, requiera
de una tramitación rápida para ser eficaz, pero, por excepción puede ser
especial o de aplicación particular, cuando así lo ha dispuesto
expresamente el legislador.

iii. Es un juicio extraordinario o especial desde el punto de vista de su


estructura, pues difiere en este aspecto al juicio ordinario de mayor
cuantía.

7
El artículo 56 del Código de Aguas constituye una hipótesis arquetípica de abuso del derecho,
responsabilidad que se persigue mediante la figura de la responsabilidad extracontractual emanada
de delito o cuasidelito civil. El inciso 1° del artículo señala que: “Cualquiera puede cavar en suelo
propio pozos para las bebidas y usos domésticos, aunque de ello resulte menoscabarse el agua de
que se alimente algún otro pozo; pero si de ello no reportare utilidad alguna, o no tanta que pueda
compararse con el perjuicio ajeno, será obligado a cegarlo (…)”.

5
iv. El procedimiento es verbal, pero las partes puede, si quieren, presentar
minutas escritas que establezcan los hechos invocados y las peticiones
que se formulen.

v. Es un procedimiento concentrado.

vi. La contestación de la demanda debe hacerse en el comparendo de estilo.


La rebeldía del demandado puede llevar a decretar una “ejecución
provisional de lo pedido en la demanda”.

vii. Los incidentes deben promoverse y tramitarse conjuntamente con la


cuestión principal, en la audiencia de contestación y no paralizan el curso
de ésta. En el texto de la ley no hay cuestiones de previo y especial
pronunciamiento, quedando para resolver en la sentencia definitiva
todas las cuestiones que digan relación con la correcta configuración de
los presupuestos procesales.

viii. La prueba y la apelación se tramitan conforme a las reglas establecidas


para los incidentes.

ix. Es un juicio en teoría breve, rápido, lo que se demuestra por: la


estructura de su procedimiento, por la oportunidad en que deben
pronunciarse las resoluciones (art. 688 del CPC); por la facultad
otorgada al tribunal de alzada para pronunciarse, a solicitud de parte,
sobre todas las cuestiones que se hayan debatido en primera para ser
falladas en definitiva, aun cuando no las resuelva el fallo apelado, en vez
de casar dicho fallo, o bien ordenar al juez de primera que lo complete
(art. 692 del CPC)); y por la preferencia para el fallo en los tribunales
unipersonales y para la vista y decisión en los tribunales colegiados sobre
el resto de los negocios judiciales (art. 319 COT).

x. Es un procedimiento que admite la substitución del procedimiento (art.


681 del CPC).

IV. TRAMITACIÓN.

(A) LA DEMANDA Y SU PROVEÍDO

6
El juicio sumario, al igual que cualquier otro comienza por la demanda del actor.
Desde que el procedimiento es verbal, en teoría la demanda puede revestir tal
carácter, pero como la ley permite a las partes presentar minutas escritas que
establezcan los hechos invocados y las peticiones que se formulen, nada obsta, y la
comodidad y seguridad aconsejan que el libelo sea escrito (art. 682 del CPC).

Deducida la demanda, citará el tribunal a la audiencia del quinto día hábil después
de la última notificación, ampliándose este plazo, si el demandado no está en el
lugar del juicio, con todo el aumento que corresponda en conformidad a lo previsto
en el artículo 259 (art. 683 del CPC).

La finalidad de esta audiencia es permitir al demandado contestar la demanda,


formular incidente y realizar el llamado a conciliación.

En la práctica la fecha de realización del comparendo presenta algunas dificultades,


debiendo tenerse en cuenta lo siguiente:

- La relación procesal queda trabada cuando se notifique al último


demandado, con lo cual hay que estar en permanente control de la actuación
del receptor o, si lo hay, de la tramitación del exhorto enviado fuera de la
comuna en que funciona el tribunal.

- En el cómputo del plazo no rige la ampliación de tres días que establece para
el juicio ordinario el artículo 258 del CPC, si el demandado es notificado
dentro del territorio jurisdiccional pero fuera de la comuna donde funciona
el tribunal. En efecto, el aumento previsto por el artículo 683 es sólo el de la
tabla de emplazamiento.

Para asegurarse de no cometer errores, conviene cotejar en el libro de comparendos


del tribunal cuál es la fecha que se le asignó al comparendo. Si somos demandados
conviene pedir en el tribunal que lo anoten en dicho libro antes de su realización,
ya que la llamada al comparendo es por orden de anotación.

(B) PERSONAS CON DERECHO A ASISTIR A LA AUDIENCIA.

Por regla general, las personas con derecho a asistir a la audiencia de estilo son las
partes litigantes, es decir, el demandante y el demandado. Sin embargo, hay casos
en que también tienen derecho a asistir otras personas, cuales son, el defensor
público, cuando deba concurrir en conformidad a la ley o el tribunal lo juzgue

7
necesario (art.683 del CPC); y los parientes de alguna de las partes, cuando sea
necesario oírlos (art. 689 CPC).

Por consiguiente, si el defensor público debe intervenir, debe ser oportunamente


emplazado, notificándosele personalmente o por cédula (art. 48 del CPC). También
puede ocurrir que por expresa disposición legal deba oírse a los parientes, en cuyo
caso se citará, en general, a los que designa el artículo 42 del Código Civil, para que
asistan a la primera audiencia o a otra posterior, notificándose personalmente a los
que puedan ser habidos. Los demás podrán concurrir aun cuando tengan
conocimiento privado del acto. Un ejemplo de juicio sumario en que es necesario
oír a los parientes del pupilo y al defensor público es el de remoción de guardador,
contemplado en el artículo 542 del Código Civil.

(C) LA AUDIENCIA O COMPARENDO

Llegado el día y hora fijados por el tribunal para el comparendo, pueden


presentarse las siguientes situaciones:

i. Que comparezcan ambos litigantes, el defensor público y los


parientes cuando deban hacerlo

En este caso, con el mérito de lo que se exponga en la audiencia, el tribunal llamará


a conciliación y recibirá la causa a prueba o citará a las partes a oír sentencia (art.
683, inciso 2º, parte final).

La audiencia en rigor, está destinada a oír a las partes y a los demás que deben
intervenir en ella; y en especial, a escuchar y dejar constancia de la contestación del
demandado. Tanto es así, que la no celebración de la audiencia equivale a la falta
de emplazamiento del demandado, con lo cual se habrá omitido un trámite o
diligencia esencial y, por consiguiente, la sentencia que pudiere dictarse en
semejantes condiciones puede ser anulada por la vía de la casación en la forma.

A los parientes el tribunal les pedirá informe verbal sobre los hechos que considere
conducentes.

ii. Comparece sólo el demandante

8
El comparendo se lleva a efecto en rebeldía del demandado. Luego el tribunal debe
llamar a conciliación obligatoria, y recibir la causa a prueba o si el actor lo solicita
con fundamento plausible, se accederá provisionalmente a la demanda.

iii. Comparece sólo el demandado

Nada dice el Código, pero por aplicación de las reglas generales, el comparendo se
celebrará en rebeldía del demandante y el tribunal deberá llamar a las partes a
conciliación (art. 262), para luego recibir la causa a prueba o citar a oír sentencia.

iv. No comparece el defensor público debiendo hacerlo

La inasistencia de éste no frustra el comparendo, pues el legislador no ha facultado


al juez para suspender la audiencia en ese evento. La solución no es otra, en
consecuencia, que pasar, enseguida, los autos en vista a ese funcionario, para que
dictamine o informe sobre la controversia pendiente por escrito, en razón de que se
trata de un caso en que la audiencia del defensor es obligatoria.

v. No comparecen los parientes, debiendo también hacerlo

Aquí es preciso distinguir la calidad de los parientes inasistentes. En efecto, si el


tribunal nota que no han asistido algunos parientes cuyo dictamen estime de
influencia y que residan en el lugar del juicio, podrá suspender la audiencia y
ordenar que se les cite determinadamente (art. 689, inciso final CPC).

vi. No comparece ni el demandante ni el demandado.

Nada dice el Código sobre el particular. En la práctica podría ocurrir que frente a la
inasistencia el tribunal “no anuncie el comparendo”, al no instar nadie para que se
haga el llamado.

Se discute en doctrina si la posible realización de la audiencia se extingue


indefectiblemente el día fijado para su realización, ello por la rígida regla de la
preclusión del art. 64 del CPC. Esto lleva un problema muy grave para el
demandado, a quien se habrá extinguido la posibilidad defensiva, que sólo puede
ejercitar en el comparendo de estilo.

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En la posición contraria se encuentra Salas quien postula que la realización de la
audiencia es un trámite imprescindible, y por ende la inasistencia de ambos lleva
aparejado que deba realizarse en nuevo día y hora.8

Su tesis se fundamenta en una serie de preceptos del juicio sumario que


demuestran lo insoslayable de este comparendo, extrayendo su argumento más
fuerte del artículo 262 del CPC.

(D) UNA VEZ CONCLUIDO EL COMPARENDO SE LEVANTA ACTA QUE

DEBE SER AUTORIZADA POR EL SECRETARIO Y SUSCRITA POR EL

JUEZ Y TODOS LOS COMPARECIENTES.

En la práctica se debe examinar antes de suscribir el acta: a) que se hayan proveído


los escritos presentados, especialmente el de la minuta de contestación y; b) que se
haya dejado constancia del llamado a conciliación.

(E) LA PRUEBA

Rige sobre el particular un principio fundamental: la prueba, cuando haya lugar a


ella, se rendirá en el plazo y en la forma establecida para los incidentes (art. 686
CPC). Dicho en otras palabras, recibido a prueba el juicio sumario y notificada a las
partes la resolución que así lo disponga, comenzará a correr un término probatorio
ordinario de ocho días; y aquella que desee rendir prueba testimonial deberá
presentar su lista de testigos dentro del plazo de segundo día, a contar de la última
notificación (arts. 90 y 323 CPC).

Éste es el término probatorio ordinario; puesto que sabemos que también hay
término probatorio extraordinario en los incidentes, cuando hayan de practicarse
diligencias probatorias fuera del lugar en que se sigue el juicio, el que no podrá
exceder de treinta días (art. 90, inc. 3º, CPC), e incluso, término especial, de
conformidad a las reglas generales. No está de más recordar que la resolución que
recibe el juicio sumario a prueba se notifica por cédula (art. 48 CPC).

(F) LOS INCIDENTES

8
SALAS VIVALDI, Julio: “Situaciones de interés en el procedimiento sumario”, en Revista de
Derecho. Facultad de Derecho Universidad de Concepción, Nº 196, año LXII, p. 145. En el mismo
sentido expresa CASARINO. Ob. Cit. Pág. 57: Ninguna trascendencia ni gravedad tiene ese evento.
Sólo se habrá perdido la notificación, y la parte que desee activar el procedimiento deberá pedir la
fijación de nuevo día y hora.

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Los incidentes deberán promoverse y tramitarse en la misma audiencia,
conjuntamente con la cuestión principal, sin paralizar el curso de ésta (art. 690,
parte 1ª, CPC). En consecuencia, tratándose de un juicio sumario, las cuestiones
accesorias que requieren especial pronunciamiento del tribunal, tienen una
oportunidad especial para promoverlas; o sea, en la audiencia respectiva; y una
manera especial también de tramitarse, es decir, en esa misma audiencia,
conjuntamente con la cuestión principal, y sin paralizar su curso.
Ejemplo: necesito hacer valer una excepción dilatoria en contra de la demanda
interpuesta en juicio sumario. Debo hacerlo en la audiencia de rigor, en forma
previa a la contestación de la demanda, y, en ella misma, el tribunal conferirá
traslado al demandante; y, con lo que éste exponga, recibirá el incidente a prueba,
si necesita de ella, o, en caso contrario, lo reservará para definitiva. La prueba se
rendirá utilizando el mismo término probatorio de la cuestión principal.
Consecuente con lo anterior, la sentencia definitiva debe pronunciarse sobre la
acción deducida y los incidentes, o sólo sobre éstos, cuando sean previos o
incompatibles con aquélla.

- Ejemplo de un incidente previo: nulidad de la notificación de la demanda.

- Ejemplo de un incidente incompatible: incompetencia absoluta o relativa del


tribunal.

Y si el incidente se funda en un hecho originado con posterioridad a la audiencia,


¿en qué oportunidad se propone? Estimamos que, a falta de regla especial, hay que
recurrir a las reglas generales, y que, por tanto, deberá formularse tan pronto como
el hecho llegue a conocimiento de la parte que lo promueva (art. 85, inc. 1º, CPC),
sin perjuicio de dejar su resolución para definitiva (art. 690 CPC).

(G) LA SUBSTITUCIÓN DEL PROCEDIMIENTO

(G.1) Generalidades

Es principio elemental de derecho que la naturaleza de la acción determina su


procedimiento. Pero a veces en el curso mismo del juicio, por razones de manifiesta
conveniencia, puede ordenarse su continuación como ordinario en el supuesto de
haberse iniciado como sumario, y viceversa. ¿Cuándo puede acontecer esta
situación, tan aparentemente anormal, dentro del proceso?

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En dos casos: (a) Cuando iniciado el juicio de conformidad a las reglas del
procedimiento sumario, en razón de lo preceptuado en el inciso 1º del artículo 680
del Código de Procedimiento Civil, se pide que continúe conforme a las reglas del
procedimiento ordinario, y existen motivos fundados para ello (art. 681, inc. 1º,
CPC); y (b) Cuando iniciado el juicio de conformidad a las reglas del
procedimiento ordinario, se pide que continúe conforme a las reglas del
procedimiento sumario y aparece la necesidad de aplicarlo (art. 681,inc. 2º, CPC).

En el primer caso, el procedimiento sumario ha debido ser aplicado en atención a


que la acción deducida, por su naturaleza, requería de un procedimiento rápido
para que fuera eficaz, sin existir tampoco una regla o procedimiento especial al
respecto; pero, en el curso de la causa, se demuestra que la necesidad de una
tramitación rápida era sólo aparente. En tal caso, se impone la substitución del
procedimiento por el ordinario. Escapan, como se comprende, a este primer caso,
todos aquellos que, por expresa disposición del legislador, deben ser ventilados
conforme a las reglas del procedimiento sumario.

En el segundo caso, la substitución del procedimiento ordinario por el sumario no


tiene limitación alguna; sólo exige que aparezca la necesidad de aplicar este último.
Ejemplo: inicio un juicio sobre contrato de compraventa, de conformidad al
procedimiento ordinario, por no ser de aquellos que tienen una tramitación
especial; y, en el curso del juicio, advierto que la acción, por su naturaleza, requiere
de un procedimiento rápido para que sea eficaz; y pido la substitución de ese
procedimiento por el sumario. Constatada esta necesidad, el tribunal tendría que
acceder a la incidencia respectiva.

(G.2) Oportunidad para solicitarlo

Esta es materia discutida en la jurisprudencia, y dos tendencias se han diseñado al


respecto.

Según algunos, ante el silencio de la ley, la substitución de procedimiento


contemplada en el artículo 681 del CPC debe plantearse de conformidad a las reglas
generales; o sea, si se trata de un juicio ordinario, para ser convertido en sumario,
como excepción dilatoria, esto es, en el plazo para contestar la demanda y como
previa a esta última; y si se trata de un juicio sumario, para ser convertido en
ordinario, como incidente promovido y tramitado en la misma audiencia.

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Otros, en cambio, con cuya opinión concordamos, piensan que la interpretación
restrictiva anterior no se aviene ni con el objetivo ni con los términos empleados en
la disposición legal antes citada. En efecto, no existe silencio del legislador que
obligue recurrir a los principios generales, ya que el instante para promover el
incidente de substitución de procedimiento está claramente señalado. Dicho
instante es desde que existen motivos fundados para ello, si se trata de continuar
como ordinario un juicio sumario, y desde que aparezca la necesidad de aplicarlo, si
se trata de continuar como sumario un juicio ordinario; motivos y necesidad que
pueden presentarse en cualquier momento de las respectivas instancias del pleito 9.
(G.3) Tramitación y efectos

La solicitud en que se pida la substitución de un procedimiento por otro se


tramitará como incidente (art. 681, inc. 3º, CPC). ¿Qué incidente? ¿Los generales
señalados en el artículo 90 del CPC; o, a la inversa, los especiales contemplados en
el artículo 690 de ese Código?

Creemos que el incidente de substitución de procedimiento, por su naturaleza, y


consecuente, además, con nuestro modo de pensar en orden a la oportunidad en
que puede ser planteado, debe ser tramitado con sujeción a las normas generales
señaladas en el Título IX del Libro I del CPC. La substitución deberá pedirse, pues,
tan pronto existan motivos fundados para ello o aparezca la necesidad de aplicar un
nuevo procedimiento. Se conferirá traslado a la contraria por tres días y con lo que
ésta exponga o no, se recibirá aprueba el incidente o se fallará de inmediato. En
todo caso, será de previo y especial pronunciamiento, o sea, se tramitará en la
misma pieza de autos, suspendiéndose el curso de esta.

Cuando se decreta la substitución, el juicio seguirá de acuerdo a las nuevas normas


del procedimiento. Tal continuación significa que las diligencias efectuadas con
anterioridad al cambio, o sea, dentro del procedimiento inicial o primitivo, no
desaparecen. Por el contrario, como el juicio que continúa es siempre el mismo,
aun cuando sometido a diversos trámites o estructura, ellas conservan todo su valor
y eficacia legal.

9
Causa Nº843/2012 (Civil). Resolución de Corte de Apelaciones de Concepción, de 13 de
septiembre de 2012, considerando 5°: “Que en cuanto a la oportunidad para solicitar la sustitución
de procedimiento nada dice la ley al respecto ni el procedimiento sumario ni en el procedimiento
ordinario. El artículo 681 del Código de Procedimiento Civil no restringe la oportunidad para
impetrar la sustitución del procedimiento. Tal norma dispone que si se trata de sustituir el
procedimiento sumario por el procedimiento ordinario, la sustitución puede solicitarse cuando
aparezcan motivos fundados para ello; y si se trata de cambiar el procedimiento ordinario por el
procedimiento ordinario, puede solicitarse cuando aparezca la necesidad de aplicar el
procedimiento sumario. El incidente de sustitución no nace junto con la iniciación del juicio puesto
que "los motivos fundados" o la "necesidad de aplicarlo" pueden aparecer en cualquier estado del
juicio.”

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Muy diversa, en cambio, es la situación que se produce frente a una acción en que,
por expresa disposición de la ley, debe ser tramitada de conformidad a un
procedimiento especial y no obstante ello se la ajusta, en su tramitación, a un
procedimiento distinto. En efecto, si en el curso de la tramitación se advierte el
error y se ordena rectificarlo, o sea, encauzar la acción en su real y verdadero
procedimiento, aquí se está en presencia de una nulidad procesal, la cual, como
sabemos, tiene la virtud e hacer desaparecer todo lo obrado y de restituir el proceso
a su estado inicial. En otros términos, el incidente de substitución de
procedimiento que regla el artículo 681 del CPC produce efectos para lo futuro; y el
incidente de substitución de procedimiento, fundado en las reglas generales, en
cambio, por tratarse de una verdadera nulidad procesal, afecta al pasado.

(H) LA SENTENCIA Y LOS RECURSOS

Vencido el término probatorio, el tribunal, de inmediato, citará a las partes para oír
sentencia (art. 687 CPC). Esta sentencia debe dictarse en el plazo de diez días
(aunque por ser un plazo para el tribunal no tiene el carácter de fatal como vimos el
semestre anterior)10.

La sentencia definitiva se pronunciará sobre la acción deducida y sobre los


incidentes, o sólo sobre éstos cuando sean previos o incompatibles con aquélla (art.
690, parte final, CPC).

Pronunciada sentencia definitiva de primera instancia en el juicio sumario, las


partes agraviadas tienen a su disposición los recursos de casación en la forma y el
de apelación. La sentencia definitiva de segunda instancia es susceptible de
casación en la forma y de casación en el fondo.
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La Excelentísima Corte Suprema conociendo de un recurso de casación en el fondo, señala que el
proceso civil reposa sobre el principio de la pasividad, no obstante se han realizado varias
modificaciones al Código de Procedimiento Civil, instando porque la agilización de la justicia
recaiga también en los jueces que ejercen la competencia, por ello, habrán etapas donde la carga la
tienen las partes pero otras como ocurre en la especie [vencido el término probatorio y debiendo el
tribunal citar a las partes a oír sentencia], que la carga la tiene el tribunal, situación en la cual no
podrá decretarse el abandono.
Así, la Corte Suprema, causa Rol Nº34.475-2017, considerando Sexto: “Que, sin embargo, las
modificaciones de que ha sido objeto el cuerpo de leyes que conforman el Código de Procedimiento
Civil, especialmente las contenidas en la Ley N°18.705 de 24 de mayo de 1988, han tenido por
finalidad dar un mayor impulso a la tramitación del juicio civil, procurando que la agilización de la
justicia recaiga también en los jueces que ejercen la competencia. Así, en el Mensaje con que el
Ejecutivo enviaba esta reforma, se señalaba: “Se amplían las atribuciones de los magistrados, que en
numerosos casos, hasta podrán proceder de oficio; a los jueces se les saca de su rol pasivo de meros
espectadores en la contienda judicial, para llevarlos al plano de personeros activos de la justicia,
premunidos de las facultades necesarias para establecer, con pleno conocimiento de causa, la
verdad jurídica que permita, fundada y rápidamente, dar a cada uno lo que es suyo”. Puede
concluirse, en consecuencia, que actualmente el legislador ha hecho compatibles los principios de
pasividad y oficialidad, reglando el campo de acción de las partes y de los jueces (…)”.

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Empero, el recurso de apelación en el juicio sumario se halla sometido a régimen
especial, en cuanto dice relación a sus efectos, a su tramitación y a las facultades
del tribunal de alzada.

(F.1) En cuanto a sus efectos

La regla general es que todas las resoluciones pronunciadas en el juicio sumario


sean apelables en el solo efecto devolutivo (art. 691, inc. 2º, CPC); por excepción,
son apelables en ambos efectos la sentencia definitiva y la resolución que dé lugar
al procedimiento sumario cuando éste se hubiere iniciado como ordinario (art. 691,
inc. 1º, parte 1ª, CPC).

Sin embargo, la sentencia definitiva y la resolución que ordena substituir el


procedimiento ordinario en sumario serán apelables en el solo efecto devolutivo en
caso de que, concedido el recurso libremente, hayan de eludirse sus resultados (art.
691, inc. 1º, parte final, CPC). Como se ve, en estos dos casos se vuelve a la regla
general.

Recordemos que el artículo 194, Nº1º, del CPC había dispuesto que se concederán
en lo devolutivo las apelaciones deducidas respecto de las resoluciones dictadas
contra el demandado en los juicios sumarios; pero, por tratarse de una norma
general, en su aplicación debe ser pospuesta a la regla especial contenida en el
artículo 691 ya citado.

(F.2) En cuanto a su tramitación


La tramitación del recurso de apelación en el juicio sumario se ajustará en todo
caso a las reglas establecidas para los incidentes (art. 691, inc. 3º, CPC). Por
consiguiente, ninguna importancia tiene la naturaleza procesal de la resolución
recurrida para determinar su tramitación; pues sea esta sentencia definitiva, o bien
cualquiera otra resolución, lo cierto es que, en todo caso, la primera resolución que
se pronunciará en la alzada será “autos en relación”.

(F.3) En cuanto a las facultades del tribunal de alzada

En segunda instancia podrá el tribunal de alzada, a solicitud de parte, pronunciarse


por vía de apelación sobre todas las cuestiones que se (art. 692CPC).

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En consecuencia, para que tenga aplicación legal la norma anterior se requiere: que
se trate de una cuestión debatida en primera instancia y para ser resuelta en
definitiva; que este fallo definitivo no resuelva dicha cuestión y haya sido apelado;
y, por último, que exista petición expresa de parte interesada en orden a que esta
omisión sea subsanada por el tribunal de alzada.

De no existir esta disposición excepcional en el juicio sumario, al tribunal de


segunda instancia, en presencia de una omisión semejante y en conformidad a las
reglas generales, no le habría quedado otro camino a seguir que invalidar de oficio
la sentencia apelada, por falta de decisión del asunto controvertido; o bien,
limitarse a ordenar al de primera que complete la sentencia, dictando resolución
sobre el punto omitido, y suspendiendo entre tanto el fallo del recurso (arts. 170,
Nº6, y 776 CPC).

El artículo 692 del CPC, en cambio, permite evitar este largo rodeo, en obsequio
también a la brevedad y rapidez que informan la estructura del juicio sumario, y
que son una de sus características fundamentales. Sin embargo, es de advertir que
la cuestión no resuelta en el fallo de primera instancia debe ser compatible con las
demás que en dicho fallo se contengan; pues, de no serlo, está facultado el tribunal
de primera instancia para omitir su decisión, y el de segunda, para resolverla sin
nuevo pronunciamiento del inferior (arts. 170,Nº 6º, y 208 CPC), tanto tratándose
de un juicio ordinario cuanto de uno sumario, por ser reglas de aplicación general.

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