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Paul Valery, mira de manera clara la época que atravesamos

actualmente. Llegar a una perfecta reproducibilidad me parece un


hecho lejano, casi imposible, sin embargo, el avance es notorio sí
contrastamos las épocas donde el texto fue escrito y la actualidad.
Pese a que podemos llevar sensaciones visuales y auditivas, me
surge la pregunta de : Por qué seguimos yendo a conciertos y
visitando museos o lugares específicos, a pesar de que podemos
encontrarlos en un sin numero de fotografías y videos en línea?

En una parte del texto se habla del como uno debía adaptar o
posponer el deseo de escuchar una obra a un horario
predeterminado: “Nuestro gozo se debía acomodar a la ocasión, al
lugar, la fecha y el programa… Ahora se acabó esa servidumbre tan
contraria al placer”, creo que son experiencias distintas, que no
pueden ser una reemplazo de la otra, cada una con sus carencias y
dificultades, pero así mismo ofrecen ventajas particulares
características de su naturaleza, sin necesidad de pensar que una
es mejor o peor que otra. El hecho de tener que movilizarse hacia el
lugar donde se presentará el artista, el pasar la experiencia rodeado
de más personas, muchas de ellas desconocidas, ofrece otro tipo de
sensaciones, diferentes a las que tendríamos al escuchar al artista
en casa.

Concuerdo con el autor y su perspectiva de poder llevar esas


sensaciones al hogar, como dice “adornar el ocio”. Creo que en la
época actual (cuarentena), gracias a los avances tecnológicos para
quienes tienen acceso, el encierro es menos agobiante, en cierto
punto. Como mencionaron varios de mis compañeros, el mercado
actual se encarga de que no existan momentos vacíos, pero creo
que aún en compañía de un aparato tecnológico y con la conexión a
un mundo virtual, pueden haber momentos vacíos con la sensación
de estar ocupados.

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