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De buena madera
No podemos menos que sentirnos orgullosos de los
triunfos de nuestros compatriotas que, contra viento y
marea, logran tener su sitial allende fronteras. En
todos los campos los hondureños hemos demostrado
que podemos hacer las cosas de manera más que
excelente, con calidad cinco estrellas. El presente se
refiere al triunfo logrado en un espectáculo musical
que se realiza en nuestro hermano país México y que
ha triunfado nuestra compatriota Cesia Sáenz, quien
demostró de lo que estamos hechos, de buena
madera.
Debemos revisar el evento, quizá quitando la
envoltura del oropel que mantiene mientras estén allí
los aplausos y la admiración, para ver lo que hay
escondido y que de repente es más valioso que el
mismo triunfo y ese es el valor de la disciplina.
Precisamente esta virtud es la que hace crecer al ser
humano, sin tal cualidad nadie jamás podrá superarse
a sí mismo, a menos que se dedique a actividades
ilícitas aplicando la ley del menor esfuerzo.
Esa es la manera en los pueblos han salido
adelante, no pesa tanto la inteligencia como sí gravita
la disciplina. El esfuerzo jamás es en vano, y Cesia lo
ha demostrado con su merecido primer lugar, pero
para lograrlo habría que preguntarle cuantas lágrimas
y sufrimiento implicó esto. Todo esto debemos verlo
objetivamente, ya que los especialistas en temas
musicales, los gustos del público, los críticos,
productores, ingenieros de sonido, tendrán su versión
de esto, pero la versión nuestra es que nos
enorgullece tener personas de altos quilates, ya que
tenemos muchísima más gente descollando afuera de
nuestro bello país.
Esperamos que Cesia disfrute de este momento,
pero que recuerde que este pueblo humilde que le
prodiga sus aplausos y admiración espera que los
logros sigan, que los triunfos continúen dándose,
siempre y cuando haya disciplina, esfuerzo, y, sobre
todo, sabiduría para discernir lo que conviene y lo que
no. Enhorabuena.

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