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REVISTA DE LA

SOCIEDAD GEOLÓGICA DE ESPAÑA


Volumen 36 Número 2, Diciembre 2023 ISSN 0214-2708

Editora Principal
Nieves López González
Instituto Español de Oceanografía, CSIC
Revista de la
SOCIEDAD GEOLÓGICA DE ESPAÑA
Revista semestral editada por la Sociedad Geológica de España

http://www.sociedadgeologica.org ISSN: 0214-2708 (versión impresa)


ISSN: 2255-1379 (Internet)
Depósito legal: S.421-2012

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Foto cedida por: Nieves López-González

Producción e Impresión: Copias Centro, San Máximo 31, Nave 12, 28041 Madrid
REVISTA DE LA SOCIEDAD
GEOLÓGICA DE ESPAÑA

Vol. 36 (2) (2023)


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Revista de la Sociedad Geológica de España 36 (2)


ISSN (versión impresa): 0214-2708 https://doi.org/10.55407/rsge.99327
ISSN (Internet): 2255-1379

RECONOCIMIENTO DE ZONAS AFECTADAS POR


FENÓMENOS GEOLÓGICOS PELIGROSOS A TRAVÉS
DE LA TOPONIMIA. EL ALTO PIRINEO CATALÁN,
ANDORRANO Y ÁREAS CIRCUNDANTES COMO
CASO DE ESTUDIO
Recognition of affected areas by hazardous geological phenomena through toponymy. The Catalan and Andorran
High Pyrenees and surroundings areas as a case study

Xavier Planas-Batlle1, Joan Tort-Donada2 y Jordi Corominas3

1
Ministeri de Territori i Habitatge, Govern d’Andorra, AD600 Andorra la Vella, Principado de Andorra.
xplanas@andorra.ad
2
Departament de Geografia. Universitat de Barcelona (UB), 08001 Barcelona, España.
jtort@ub.edu
3
Departament d’Enginyeria Civil i Ambiental. Universitat Politècnica de Catalunya (UPC), 08034 Barcelona,
España. jordi.corominas@upc.edu

Resumen: El reconocimiento geomorfológico de sectores afectados por fenómenos geológicos


peligrosos no siempre es una tarea fácil, especialmente cuando la suavización de formas,
por procesos de regulación de laderas, actúa y desdibuja los rasgos más característicos
que ayudan a su identificación. Al margen de esta dificultad, las consecuencias de estos
fenómenos –en especial, si son de intensidad considerable o recurrentes– suelen permanecer
en la memoria de los habitantes del territorio en cuestión durante generaciones. Y, en
ocasiones, el recuerdo queda fosilizado a través de la denominación del paraje; es decir:
el topónimo. La información aportada por estos nombres propios es un dato más en la
elaboración de cartografías geológicas, estudios temáticos de riesgo, etc. En este artículo
presentamos ejemplos de series de topónimos relacionados con los riesgos geológicos
localizados principalmente en un sector del Alto Pirineo catalán y andorrano. También
explicamos la metodología, basada en el análisis fisiográfico-toponímico comparado,
utilizada en la identificación e interpretación de aquellos nombres que son opacos, incluso
a la luz de la lingüística.

Palabras clave: toponimia, paisaje, fisiografía, peligros geológicos, geomorfología,


Pirineo.

Abstract: The geomorphological recognition of areas affected by hazardous geological


phenomena is not always an easy task, especially when the smoothing of landforms
through slope regulation processes blurs the most characteristic features that aid in their
identification. Despite this difficulty, the consequences of these phenomena –especially
if they are of considerable intensity or recurrent– often remain in the memory of the
inhabitants of the affected territory for generations. And sometimes, the memory becomes
fossilized through the naming of the place, that is, the toponym. The information provided
by these proper names is an additional data point in the development of geological maps,
thematic risk studies, and more. In this article, we present examples of series of toponyms

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4 TOPONIMIA Y FENÓMENOS GEOLÓGICOS PELIGROSOS

related to geological hazards primarily located in a sector of the Catalan and Andorran
High Pyrenees. We also explain the methodology, based on comparative physiographic-
toponymic analysis, used in the identification and interpretation of those names that are
opaque, even in light of linguistic understanding.

Keywords: toponymy, landscape, physiography, geological hazard, geomorphology,


Pyrenees.

Planas-Batlle, X., Tort-Donada, J., Corominas, J., 2023. Reconocimiento de zonas afectadas
por fenómenos geológicos peligrosos a través de la toponimia. El alto Pirineo catalán,
andorrano y áreas circundantes como caso de estudio. Revista de la Sociedad Geológica de
España, 36 (2): 3-15.

Introducción los geólogos, tanto para la confección de cartografías como


para el desarrollo de estudios sobre riesgos, pero también
Los mecanismos de formación de cada tipo de fenóme- para establecer –a través de la investigación etimológica–
no geológico peligroso (FGP) dan lugar a formas o dejan una acotación temporal aproximada del evento que propi-
huellas distintivas sobre la superficie terrestre. Tradicional- ció, en cada caso, la fijación del topónimo en cuestión.
mente, los geomorfólogos se basan en estas formas para el No siempre los topónimos con origen relacionado con
reconocimiento, clasificación y denominación de los proce- los FPG, también denominados geocindinónimos (término
sos geodinámicos. Si bien los especialistas utilizan técnicas constituido a partir del griego geo ‘tierra’ + kindyn ‘ries-
de estudio específicas para caracterizar estos procesos, con- go, peligro’ + ónimo ‘nombre’) son fáciles de interpretar
viene señalar que la identificación y designación de parajes y, como consecuencia, habitualmente no se contemplan en
afectados por algún FGP, en especial de carácter reciente, la elaboración de este tipo de trabajos técnicos. La consul-
concierne también a toda la población de la zona. Y, en con- ta de obras lingüísticas –en especial, de onomástica y de
creto, en zonas de montaña, donde estos fenómenos acos- etimología– facilita la interpretación de un número signi-
tumbran a tener una intensidad y una recurrencia notables, ficativo de estos nombres. Por otro lado, estas disciplinas,
los parajes afectados por procesos geodinámicos (crecidas que fundamentan el estudio de los topónimos en el análisis
torrenciales, deslizamientos, aludes, etc.) son señalados y del nombre –en tanto que “nombres de lugar”–, no siempre
recordados por la población, a través del tiempo, como es- llegan a resultados concluyentes sobre su interpretación y
trategia de supervivencia y adaptación al medio físico. etiología. En ocasiones, se proponen significados inconsis-
De este modo, el vestigio de las afectaciones por FGP, tentes desde el punto de vista geológico, como se comen-
así como su emplazamiento, han quedado grabados en la tará más adelante. En tales casos, el estudio del “lugar” a
memoria de sus gentes y transferidos generacionalmente través de disciplinas que analizan el medio físico –como la
por vía oral o escrita. Así, el paso del tiempo ha propicia- geología y la geomorfología– permite vislumbrar el posi-
do tanto la aparición de distintas versiones de los sucesos ble sentido original de muchos topónimos.
ocurridos como la incorporación de rasgos extraordinarios, En vista del planteamiento expuesto, el objetivo de
coadyuvando a la conversión de la historia en leyenda. Este este trabajo es mostrar, a través de ejemplos comprensi-
sería el caso, en Andorra, de la leyenda del lago de En- bles y evidentes, la relación entre la toponimia y los proce-
golasters (Sales, 1949; Aristot, 1963; Fiter, 1966; Valls y sos geológicos peligrosos. En segundo lugar, presentar el
Carol, 2010), narración que describe la desaparición de un potencial del análisis toponímico-fisiográfico comparado
pueblo tragado bajo las aguas de un lago como consecuen- para interpretar topónimos que a la luz de la lingüística pa-
cia de una tormenta producto del castigo divino debido al recen opacos o presentan dificultades interpretativas, pero
egoísmo de uno de sus habitantes. A través del análisis mi- que se explican como geocindinónimos. Y, en última ins-
nucioso del relato, el análisis del contexto geomorfológico tancia, es también propósito de este trabajo poner en valor
de Engolasters permite interpretar el fenómeno geodinámi- los geocindinónimos como complemento de los trabajos
co producido y, grosso modo, interpretar los daños produ- relacionados con el riesgo geológico que llevan a cabo los
cidos. Por ejemplo, en el caso descrito se concluye que el especialistas en ciencias de la Tierra.
suceso se corresponde con la ocurrencia de una corriente
de derrubios, que movilizó mayoritariamente materiales Los “topónimos del paisaje”: tipos y singularidades
glaciogénicos existentes en las laderas del enclave. La co-
rriente habría cubierto y destruido un grupo de casas situa- Para poder llevar a cabo un análisis que vincule nom-
do en las inmediaciones de la actual aldea de Engolasters. bres de lugar y paisaje conviene considerar, al menos, dos
En otras ocasiones, el recuerdo o vestigio de las afecta- aspectos básicos implícitos en las relaciones que los unen.
ciones por FGP y su ubicación queda fosilizado en la me- El primero es que, frecuentemente, la toponimia tiende a
moria de los habitantes a través del nombre que recibe; esto reflejar aspectos fisonómicos del paisaje. El segundo, que
es: con su topónimo. Y, en estas circunstancias, la identi- los nombres de lugar no son más que reliquias fosilizadas
ficación de tales nombres puede ser de gran interés para de hablas utilizadas, en cada caso, dentro de un marco

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geohistórico concreto y específico. Y, en esta segunda lí- Son casos de este tipo de paisajes, por ejemplo, la desapa-
nea, no hay que perder de vista que nuestros antepasados rición de un glaciar, la desecación de una zona pantanosa
dieron nombre a los lugares con razón de causa. Lógica- o la alteración del cauce del curso de un río (Fig. 1), etc.
mente, esta motivación siempre ha estado estrechamente
relacionada con la necesidad de los humanos de situarse
en el territorio y organizar este conocimiento en el espacio
(Sauer, 1985). Unas conductas de nominación que corres-
ponden, en cualquier caso, a un principio de nominación
variable en el tiempo, porque están sujetas a los criterios
más significativos del respectivo momento de la historia
(Tsinkoburoba, 2019).
En este plano de establecimiento de los topónimos,
observamos que existen diferentes motivos o aspectos en
la nominación del paisaje: usos o actividades practicadas
y/o asociadas a un lugar (tareas, oficios), hechos históricos
acontecidos en un paraje (batallas, celebraciones, haza-
ñas), puntos geográficos o temporales (referencias hora-
rias, umbrías/solanas, atalayas, fronteras), antropónimos
(dominios de un propietario –o casa‒, de una colectividad), Fig. 1.- El Ter Vell (viejo) de l’Estartit (Baix Empordà, Cataluña).
traslados –frecuentemente asociados a flujos migratorios‒, Ejemplo de una reliquia toponímica asociada a un paisaje variable. Se
trata de un paraje ocupado por unos humedales que coincide con la
etc. De igual manera, otro factor de nominación es el que
antigua desembocadura del río Ter. El río, en el tramo más bajo, fue
apunta a una singularidad paisajística que se destaca dentro desviado durante el siglo XIX hacia la actual Gola del Ter, situada unos
del entorno donde se encuentra. Esta forma de nominación kilómetros más al sur. Desde ese momento, el paisaje ha sufrido una
puede responder a aspectos como el cromatismo o bien a transformación notable asociada tanto al aprovechamiento agrícola de
la percepción del paraje, la morfología o la geología del las tierras desecadas como, también, al desarrollo urbanístico.
terreno –con inclusión del uso de metáforas (Ordinas y
Binimelis, 2018)–; o bien puede aludir a fenómenos que Paisajes estables
se producen en un determinado lugar (inestabilidad del te-
rreno, termalismo, efectos sónicos, meteorológicos u ópti- Son entornos con elementos o contextos de nominación
cos), o bien a elementos hidrográficos (fuentes, ríos, lagos) con una variabilidad escasa, o a muy largo plazo. En estos
e incluso a la presencia de especies vegetales y/o animales. entornos también sucede que los procesos que aquí acae-
Desde la perspectiva paisajística, nos podemos preguntar cen perpetúan a través del tiempo el elemento paisajístico
hasta qué punto el medio físico (o los elementos paisajísticos) significativo que dio origen a su nombre. Aquí se incluyen
mencionados se mantienen o cambian a través del tiempo. Y, muchas características naturales alusivas al relieve, la lito-
en estas circunstancias, nos planteamos discernir si facilitan logía (y su cromatismo –Fig. 2–) o la hidrología (grandes
o más bien dificultan la interpretación de los topónimos que masas de agua, termalismo, etc.). Unas características que,
los conciernen. La respuesta a esta cuestión dependerá del aunque también cambian, lo suelen hacer dentro de una es-
espectro temporal que consideremos. En este sentido, se pue- cala temporal más larga que la de la vida humana.
den distinguir: 1) Paisajes variables, y 2) Paisajes estables. Los paisajes estables proporcionan, pues, las mejores claves
Asumiendo que esta clasificación reduce a un nivel de simple para descifrar el hecho nominativo de los topónimos. Así, los
dicotomía lo que, en rigor, es un rico y matizado gradiente.

Paisajes variables

Con carácter general, se trata de entornos con ele-


mentos o contextos de nominación dinámicos; eso es, son
ámbitos espaciales con un elevado grado de variabilidad
biogeográfica, en los que una determinada especie puede
extinguirse en un determinado momento. En Andorra, por
ejemplo, son nombres de esta naturaleza topónimos con
referencia al lobo o al oso ‒especies ya desaparecidas‒.
También son ejemplos de este tipo los entornos relaciona-
dos con una determinada labor –ciertos tipos de cultivo, la
explotación y transformación de recursos de interés mine-
ral, etc.–. Dentro de este campo de medios físicos variables Fig. 2.- Valle de Montaup (Parroquia de Canillo, Andorra).
también se encuentran paisajes que han sufrido drásticas Montaup (Mont+alb –monte albo, claro–), es un ejemplo de
transformaciones ambientales y biológicas, debidas tanto a topónimo asociado a un paisaje estable: el cromatismo blanco de las
causas naturales como antrópicas. Transformaciones, a su calizas y calcoesquistos que constituyen la montaña de Casamanya
vez, que también tienen incidencia en el registro geológico. (montaña de la parte superior e izquierda de la fotografía).

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6 TOPONIMIA Y FENÓMENOS GEOLÓGICOS PELIGROSOS

nombres de lugar que se refieren a aspectos del medio físico de y/o histórica de su eventual motivación. Como consecuen-
escasa variabilidad tendrán una mayor expectativa de identifi- cia, esto puede dar pie a imprecisiones en algunos topóni-
cación de su motivación original. Consideramos que topónimos mos. Así, por ejemplo, ocurre que un topónimo teóricamen-
de nuestro caso de estudio –con origen en FGP– pueden ser te transparente como pic dels Llacs (2692 metros, Andorra)
calificados como alusivos a “paisajes estables”, ya que muchas hoy en día evoca de forma directa, pero engañosa, un “lugar
de las morfologías asociadas a su dinámica perduran mucho con presencia de masas de agua” (llacs ‘lagos’). El examen
tiempo en el paisaje y pueden ser detectadas mediante el aná- sobre el terreno del pic dels Llacs no muestra evidencias de
lisis geomorfológico. Otro factor que facilita la identificación la presencia de lagos –ni indicio físico alguno de que hu-
de estas morfologías es su eventual repetición, circunstancia bieran existido– (Fig. 4); en cambio, sí que hay constancia
que comporta su rejuvenecimiento (Fig. 3). Es decir, si en un de la existencia de procesos de inestabilidad superficial de
área las condiciones que han desencadenado un fenómeno se ladera con arrastre de material –llac o llacada (lodo, en ca-
mantienen, en un futuro pueden generar más eventos similares. talán). Llacada es una acepción de la voz que en este terri-
torio ha caído en el desuso por parte de la población y, de
forma especial, entre las nuevas generaciones (Planas et al.,
2018a; Planas et al., 2018b)–. A la vista de estas constata-
ciones sugerimos la siguiente clasificación de topónimos: 1)
Topónimos transparentes, 2) Falsos topónimos transparentes
(engañosos), y 3) Topónimos opacos.

Fig. 3.- Bosc de les Llaus (Parroquia de Encamp, Andorra). El


bosque (bosc) se sitúa en una ladera constituida por material
glaciar que, de forma recurrente, da lugar a deslizamientos y
corrientes de derrubios (eso es: llaus, ‘aludes de tierras’).

Tipos de topónimos en función de su inteligibilidad y de Fig. 4.- Pic dels Llacs (Parroquia de la Massana, Andorra). Llama
su verificación geográfica y/o histórica la atención la ausencia en la zona de masas de agua (llac ‘lago’).

En el apartado anterior hemos mostrado los tipos de


topónimos del paisaje que podemos encontrar. Asimismo,
continuando con el análisis de este tipo de nombres de lu-
gar, cabe señalar que su clasificación suele apoyarse en la
transparencia de su sentido original. A continuación, re-
pasaremos cómo se han establecido tradicionalmente las
relaciones entre topónimos y procesos y, a partir de aquí,
plantearemos cómo optimizar su análisis y clasificación
tomando como ejemplo los geocindinónimos.
La interpretación semántica –al menos por los habitantes
del territorio donde se localiza un topónimo (comprensión
popular)– ha sido utilizada como criterio para clasificar los
nombres de lugar. En este sentido, por ejemplo, destacamos
las clasificaciones elaboradas por Moreu-Rey (1999) o por Fig. 5.- L’esllavissada de Puigcercós (Pallars Jussà, Cataluña).
el Centro Nacional de Información Geográfica (2017)1. No Deslizamiento ocurrido el 13 de enero de 1881 que motivó el
obstante, creemos que a menudo estas clasificaciones otor- abandono del antiguo emplazamiento de Puigcercós, cuyos restos
gan demasiado valor a la “inteligibilidad de los nombres” y, son todavía visibles en la imagen.
en cambio, obvian o minusvaloran la verificación geográfica
Topónimos transparentes
1 Estas clasificaciones diferencian entre: (1) Nombres el
sentido de los cuales corresponde realmente al sentido que les fue dado Son nombres cuyo sentido se corresponde realmente al
por sus creadores/Topónimos transparentes, (2) Nombres que tienen un sentido que les fue dado por sus creadores. En este caso
sentido corriente, pero artificial, añadido posteriormente a su creación/
Topónimos aparentemente transparentes, y (3) Nombres de lugar que el nombre es inteligible (comprensible para la gente del
parecen no tener ningún sentido (fósiles)/Topónimos opacos. territorio a través del habla actual) y su sentido puede ser

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fácilmente relacionable con alguna característica tangible del nombre se puede calificar de absurda dentro del contexto
en el paisaje, o vinculado de un modo inequívoco a algún paisajístico donde se localiza el topónimo, y esta interpreta-
hecho histórico o fenómeno acontecido en el lugar, o puede ción tampoco puede ser asociada a ningún hecho histórico
discernirse a partir de alguna otra información verificable. o fenómeno acontecido en el lugar. Cabe señalar que la in-
Son ejemplos de este tipo de topónimos bosc de les Llaus terpretación del sentido original de algunos de estos topóni-
(Fig. 3) –llau ‘avalancha, alud’–, l’esllavissada de Puig- mos puede efectuarse a partir del conocimiento de estadios
cercós (Fig. 5) –esllavissada ‘deslizamiento’–, els xara- antiguos de la lengua actualmente hablada en un territorio y,
galls o terregalls de Llorts –xaragall, terregall ‘formación también, aplicando las leyes de lingüística histórica. En es-
de cárcavas’–, els esterregalls o esturregalls d’All (Fig. 6) tos casos, la verificación del significado descifrado tiene que
‒esterregall o esturregall ‘formación de cárcavas’ o l’esvo- poder ser relacionada con alguna característica tangible en
megada de Basco (Fig. 7) –esvomegada ‘deslizamiento’–. el paisaje, con algún hecho histórico o fenómeno acontecido
en el lugar, o con alguna otra información verificable. Son
ejemplos de este tipo de topónimos: pic dels Llacs (Fig. 4),
Matagalls, Culfreda (Fig. 8), Cantallops (Fig. 9), riu Malo/
arriu Malo (Fig. 10) o Engolasters (Fig. 11)

Fig. 6.- Els Esterregalls o esturregalls d’All (Cerdanya, Cataluña).


El lugar se corresponde con una formación de cárcavas que afecta
unos materiales miocénicos. El origen de la acción erosiva está
relacionado con una antigua explotación aurífera de los sedimentos
ya documentada en época íbero-romana (Olesti et al., 2015). Fig. 8.- Culfreda (Sobrarbe, Aragón). El emplazamiento se
corresponde con una montaña situada en el macizo de Bachimala. A
pesar que el nombre pueda ser más o menos comprensible de forma
recta en aragonés, en un sentido que apuntaría a “nalgas frías”, el
topónimo se nos presenta como engañosamente transparente. En la
vertiente sur de la montaña, que presumiblemente se utilizaba como
majada o cubilar (en el sentido recogido en DRAE, 1984 I, p. 407)
para el ganado, se localizan una serie de fracturas, escarpaduras
y depresiones asociadas a un conjunto de fallas atribuibles a una
deformación profunda de la ladera (sagging) –nótese la grieta
parcialmente en sombra, visible en primer término en el sector
central de la imagen, y también al doble collado en hombrera
que dibuja el horizonte del perfil de la ladera–; por consiguiente,
el topónimo podría ser interpretado como CUBILE FRACTA>
Culfreda en un sentido como de ladera rota o fracturada.

Fig. 7.- L’esvomegada de Basco (Alta Ribagorça, Cataluña). Topónimos opacos


En este caso el paraje se corresponde con la cicatriz de un
deslizamiento que afecta depósitos glaciares cuaternarios, Son nombres de lugar que aparentemente no ofrecen
situados en posición lateral sobre el valle de Boí, al oeste (y ningún sentido a ojos de los habitantes del territorio donde
encima) de la población de Erill la Vall. se localizan; es decir, aquí el nombre no es inteligible a
través del habla actual (sólo significan un lugar geográfico).
Falsos topónimos transparentes (engañosos) Difícilmente la interpretación del sentido original de algunos
de estos topónimos puede efectuarse mediante las leyes de
Son nombres que tienen un sentido corriente, pero artifi- la lingüística histórica aplicadas a partir del latín (porque
cial, añadido posteriormente a su creación. En este caso, el el topónimo, en algunos casos, fue fijado por una lengua
nombre es inteligible por los habitantes del territorio con- previa). Es frecuente, además, que estos topónimos hayan
cernido a través del habla actual, pero su sentido no tiene sido objeto de falsas atribuciones etimológicas ‒también
relación evidente con ninguna característica tangible del llamadas etimologías populares‒. Son ejemplos de este tipo
paisaje. Muchas veces la interpretación directa del sentido de nombres de lugar Llorts, Beixalís o Bixessarri.

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8 TOPONIMIA Y FENÓMENOS GEOLÓGICOS PELIGROSOS

Fig. 9.- Canal de Cantallops (Parroquia de la Massana, Andorra). Fig. 10.- Arriu Malo a su paso por Baqueira (Valle de Arán,
Es evidente que los lobos (Canis lupus, llops) no cantan –en todo Cataluña). El adjetivo malo puede ser interpretado de forma directa
caso aúllan–. El nombre de esta canal, comprensible en catalán, nos en el sentido como de río “peligroso” o “con maldad”, pero también
habla del caso de un topónimo supuestamente transparente. A nivel puede referirse a sus características dinámicas y relacionadas con
geológico, esta cuenca ha sufrido fuertes procesos de dinámica de su contexto geológico: con arrastre de grandes bloques de piedra.
laderas –el mismo barranco aguas abajo es conocido como allau En este sentido, el vocablo mal ha sido interpretado como “roca”
del Mas de Ribafeta (aquí allau es sinónimo de torrente con arrastre en muchos otros topónimos pirenaicos: Puigmal, Maladeta,
de derrubios y Ribafeta debe interpretarse a partir del latín RIPA Vignemale, Malanyeu, Bachimala, etc. (Badia Margarit, 1949).
FRACTA –ladera rota–)–. Estas circunstancias permiten abrigar la
sospecha que, en su origen, el topónimo Cantallops podría tener
que ver con los atributos del terreno (en especial, con los fenómenos
geológicos que lo afectan), más que con una característica zoonímica.

Tipos de geocindinónimos en función de su inteligibilidad e


información complementaria que aportan acerca de un FGP

Desde el punto de vista de su exactitud comunicativa tam-


bién es conveniente diferenciar dos grandes grupos de topó-
nimos con información relacionada con los FGP: 1) geocindi-
nónimos stricto sensu, y 2) geocindinónimos lato sensu.

Geocindinónimos stricto sensu


Fig. 11.- Motas o cordones de bloques fruto de la dinámica por
Es el grupo más común y numeroso. Son el resultado, corrientes de derrubios en la vertiente superior al núcleo habitado
de Engolasters (Parroquia de Escaldes-Engordany, Andorra). Los
en sentido recto, de una forma específica de dar nombre a
sedimentos glaciares dispuestos en las laderas de Engolasters, en
un FGP (o a alguna de sus morfologías, o a sus efectos pro- ocasión de episodios intensos de precipitación, pueden generar
ducidos sobre el entorno); un fenómeno, en todo caso, ob- corrientes de derrubios que desaguan en el rellano donde se sitúa
servado por los propios habitantes del territorio. Se trata de el enclave de Engolasters. Por consiguiente, el topónimo puede
nombres de lugar que hacen referencia directa –al menos, ser interpretado como de AQUALES AESTUARIOS> Egolestes
en origen– a un proceso concreto. En el Pirineo catalán co- (mención más antigua, año 1065)> Engolasters, en un sentido como
rresponden a topónimos formados a partir de términos-raíz de “lugar donde se acumulan las aguas provenientes de las canales
y cárcavas con dinámica torrencial y arrastre de sedimentos o con
como llau/allau (Fig. 3 y Fig. 12), llido, llavei, volví, bufit/
corrientes de derrubios”. A pesar de que la tradición argumente
bofit, solsida/ensulsiada (Fig. 13), ensobinada, llacada, la etimología del nombre Engolasters a través de la fantasía que
bursada, esvomegada (Fig. 7), esturregall/esterregall (Fig. un lago cercano a la localidad “engulle o traga astros” (estrellas),
6), còrrec, etc. cabe poner en relieve que toda la zona se encuentra cubierta por
La transparencia semántica de los geocindinónimos materiales glaciares (en forma de cordones morrénicos) y estos
stricto sensu en el momento de la fijación del topónimo sedimentos han sido afectados por inestabilidades del tipo flujo.
siempre es directa. No obstante, el paso del tiempo, y la
tivos de la realidad paisajística a la cual aluden –se trata
consiguiente evolución o substitución de la lengua que fijó
de nombres “descriptivos” (Coseriu, 1985)–. En este caso
un determinado topónimo en el territorio en cuestión, in-
troduce dificultades a su inteligibilidad. En este sentido, los podremos hablar de geocindinónimos stricto sensu trans-
nombres de lugar cercanos lingüísticamente a un estadio parentes. Asimismo, cuando los geocindinónimos stricto
de evolución de una lengua podrán ser interpretables por sensu dejan de ser inteligibles para la gente del territorio de
sus hablantes y perfectamente identificables como descrip- referencia (a veces lo parecen, pero en estos casos no sue-

Revista de la Sociedad Geológica de España, 36 (2), 2023


Xavier Planas-Batlle, Joan Tort-Donada y Jordi Corominas 9

len ser identificables como descriptivos de la realidad pai- na afectación ya conocida a partir de otros datos recogidos.
sajística que denominan), hablaremos de geocindinónimos En Andorra, por ejemplo, responderían a topónimos del tipo
stricto sensu opacos –se corresponden a topónimos “nomi- camps de l’Església en Llorts (Fig. 16), prat del Campanar
nativos” (Coseriu, 1985)–. Cabe señalar que este tipo de en Arinsal –que documentan la existencia de unas antiguas
nombres de lugar, a veces, a nivel lingüístico, geográfico
o histórico sí que pueden ser reconocidos como posibles
geocindinónimos, pero generan “suspicacia interpretativa”
(o ambivalencia) y plantean la necesidad de estudios geo-
morfológicos para aclarar su posible relación con fenóme-
nos peligrosos. En nuestra zona de estudio pirenaica serían
nombres del tipo Llorts2 (Fig. 14 y Fig. 16), Engolasters3
(Fig. 11), Astrell4 (Fig. 15), Basco5 (Fig. 7) o Basculina6.

Fig. 13.- L’Ensussiada (Alt Urgell, Cataluña). Se corresponde


con una inestabilidad de ladera documentada en septiembre de
1887 (La Vanguardia, 1888).

Fig. 12.- Els esterragassalls de Ribes en primer término –formación de


cárcavas constituida por materiales glaciares– y el Llaviàs (aumentativo
de llau), al fondo y parte baja del barranco –constituyendo el cono
de deyección de la Força d’Àreu (Pallars Sobirà, Cataluña)–. En el
pasado, según cuenta la gente mayor de Àreu –población situada en
el extremo superior derecho de la imagen–, un deslizamiento en estos
materiales, evolucionado hacia una corriente de derrubios (una llau),
alcanzó y dañó severamente el pueblo.

Geocindinónimos lato sensu Fig. 14.- Mota o cordón natural (levée) dejado por una antigua
corriente de derrubios asociada al río de la Angonella en la zona
Se trata de nombres de lugar que per se no tienen un ori- de Billura de Llorts (Parroquia de Ordino, Andorra).
gen estrictamente relacionado con un FGP, pero son intere-
santes porque aportan información complementaria de algu-
2 Coromines (1970 II, p. 36) indica «que podría ser el vasco
lurte ‘deslizamiento de tierras’, ‘alud’ (…)» [la traducción es nuestra].
3 Coromines (1989-1997 IV, p. 63a10) señala, como sentido
más verosímil de Engolasters que es «compuesto con un verbo INGUL
+ AESTUARIOS ‘el engullidor de cárcavas’» [la traducción es nuestra].
Condom (1981) reconoce una relación con ASTARIOS (lat. clásico
AESTUARIUM) mediante la voz catalana esters ‘canal, laguna’.
Asimismo, como hemos apuntado en la Fig. 11, el nombre también puede
ser interpretado como AQUALES AESTUARIOS.
4 Siguiendo los razonamientos, a propósito del topónimo
Engolasters, expuestos por Coromines (1989-1997 IV, p. 63a10) y
Condom (1981), Astrell podría interpretarse como diminutivo de esters
(‘lugar con cárcavas’).
5 Coromines (1989-1997 II, p. 366a51) señala que es
interpretable como «(…) vasco baso-ko diminutivo de baso en el sentido
de ‘terreno empinado’, ‘escarpado’, ‘despeñadero’. El lugar se encuentra
aguas arriba de grandes desmoronamientos (…)» [la traducción es Fig. 15.- Canal dels Astrells en el valle de Claror-Perafita (Parroquia
nuestra]. de Escaldes-Engordany, Andorra). Se puede observar el prominente
6 Coromines (1989-1997 II, 366b5) señala que «a pesar que cono de deyección situado al pie de la canal, con escasa vegetación
no estemos demasiado inclinados a postular etimologías híbridas vasco-
románicas, (…), Bascolina [él lo escribe con ‘o’] tendrá que ser ‘la arbórea (y, la existente, básicamente de tipo oportunista). La
pequeña Basco’ es decir ‘la pequeña zona de desmoronamientos’ (…)» conformación de esta morfología suele ser el resultado de afectaciones
[la traducción es nuestra]. por corrientes de derrubios, pero también por avalanchas de nieve.

Revista de la Sociedad Geológica de España, 36 (2), 2023


10 TOPONIMIA Y FENÓMENOS GEOLÓGICOS PELIGROSOS

Aplicación del análisis toponímico-fisiográfico comparado

En este trabajo, como caso de estudio, para mostrar el


funcionamiento del análisis toponímico-fisiográfico com-
parado a través de un grupo toponímico, a priori opaco
o supuestamente engañoso, para el cual tengamos sospe-
chas sobre la posible atribución geocindinonímica, nos
centramos en unos ejemplos de la serie l’Hortó/l’Hortell
y variantes –agrupados en este trabajo bajo la designación
“serie l’Hortó/l’Hortell”–.
Los nombres l’Hortó y l’Hortell, interpretados en un
sentido recto, semánticamente parecerían ser diminutivos
del catalán hort (huerto). Pero el hecho de que en nuestra
serie estos nombres sean aplicados, en todos los casos, a
Fig. 16.- En primer término, els camps de l’Església en Llorts sectores montañosos abruptos o accidentados, ocasional-
(Parroquia de Ordino, Andorra). En este lugar se erigió una
mente en cotas topográficas elevadas, sin ninguna eviden-
antigua capilla de estilo románico que fue destruida, entre los
años 1633 y 1738, por un episodio de corriente de derrubios (Riba cia de la presencia de huertos (sólo, en alguna ocasión, con
et al., 2017). Este evento dio origen a la leyenda de Sant Serni prados) –es decir, el hecho de que se advierta una relación
de Llorts, que cuenta la hazaña del santo para salvar el pueblo no tangible entre su interpretación semántica popular y
de la destrucción por la corriente de derrubios que lo afectó las características paisajísticas– nos lleva a calificar tal in-
(Coll, 1993). Se aprecia en la imagen, también, la formación de terpretación como no verosímil; y, por tanto, a sospechar
cárcavas de els terregalls o xaragalls de Llorts (mancha grisácea de su supuesta transparencia. En la objeción a la relación
situada en la parte central-izquierda y en medio de la zona del de este grupo con la presencia de huertos (latín HORTU),
pinar); según cuenta la gente mayor, este es el lugar donde se igualmente cabe indicar que, en el contexto pirenaico,
desencadenó el deslizamiento que, concentrado en forma de una
el lingüista Coromines señaló que estos nombres, en su
corriente de derrubios, destruyó la antigua iglesia.
origen, debían ser prerromanos –aunque, a diferencia de
Llorts e, incluso, de pic de l’Hortell (ambos topónimos en
edificaciones, de las cuales se tiene constancia que fueron Andorra), donde propuso una etimología relacionada con
destruidas por aludes de tierras y/o nieve–, o carrer dels Xiu- el vasco lurte (desprendimiento, corrimiento de tierras)
lets (silbidos, en catalán) en Sant Julià de Lòria ‒que, a su (ETC 1970 II, p. 36 y 1970 II, p. 19), para topónimos del
vez, rememora un antiguo sistema de alarma ante desborda- tipo Hortó planteó una etimología *ARTONE, que estaría
mientos de un río que pasa por la población–. relacionada con el nombre de planta ART-/ARTIO-/AR-
TIA que ha dado lugar al aragonés artos, al catalán arç
La identificación de geocindinónimos stricto sensu (espino) o al mozárabe árča (1989-1997 IV, p. 424b34).
opacos a través del estudio del medio físico A nuestro parecer, consideramos que la interpretación de
l’Hortó/l’Hortell se sustenta con más coherencia a través
Metodología de lurte; en este sentido, apoyamos esta vinculación con
una serie de ejemplos que mostramos seguidamente–.
Como ya hemos avanzado anteriormente, para el estu- Como muestra de la utilidad del análisis de la relación
dio de topónimos opacos la relación fisiografía/topónimo paisaje/toponimia presentamos en este apartado el resulta-
puede que no sea, a priori, tan evidente y, en consecuencia, do del análisis toponímico-fisiográfico comparado detalla-
que requiera de enfoques metodológicos distintos de los
tradicionales. En estas circunstancias, para la interpreta-
ción semántica de topónimos fósiles proponemos utilizar
el análisis toponímico-fisiográfico comparado.
Este tipo de análisis consiste en la elaboración de exá-
menes y comparaciones sistemático-paisajísticas de múlti-
ples lugares con coincidencias o similitudes a nivel de su
toponimia. Este procedimiento, que requiere disponer de
series suficientemente representativas ‒cuatro o más topó-
nimos por grupo–, conlleva la exigencia metodológica de
observaciones de experto sobre el terreno, comparaciones
con otros afloramientos con morfologías similares, contra-
posición con otros datos del terreno, recopilación de datos
históricos, etc. Asimismo, el resultado de este análisis per-
mite detectar la existencia de características y/o procesos
coincidentes y establecer proposiciones sobre posibles in- Fig. 17.- Área de estudio, con situación en puntos de todos los
terpretaciones del sentido original de sus respectivos topó- topónimos de la serie l’Hortó/l’Hortell contabilizados por Planas
nimos (Planas et al., 2018a). et al., (2013) –en azul se remarcan los descritos en este trabajo–.

Revista de la Sociedad Geológica de España, 36 (2), 2023


Xavier Planas-Batlle, Joan Tort-Donada y Jordi Corominas 11

do de cinco topónimos ilustrativos de la serie (l’Hortó de


Bixessarri, serra de l’Hortell, els Hortonous, els Hortons
y vall d’Hortons) ‒serie para la cual, en el Pirineo central,
Planas et al., (2013) contabilizaron más de una treintena de
casos (Fig. 17)‒.
A partir de este reconocimiento podemos subrayar unas ca-
racterísticas determinadas de cada uno de estos cinco parajes:

L’Hortó de Bixessarri. El topónimo coincide con un


sector del margen sur de un gran deslizamiento, situado en
la ladera comprendida entre las poblaciones de Bixessarri
y Canòlic (Parroquia de Sant Julià de Lòria, Andorra). La
incisión de un barranco en los coluviones del deslizamien-
to ha provocado deslizamientos superficiales y, antigua-
mente, la formación de cárcavas (Fig. 18). Fig. 19.- Detalle de la destrucción del bosque por causa de una
avalancha de nieve en el año 2013, en la zona de la serra de
l’Hortell (Parroquia de Ordino, Andorra).

Fig. 18.- Visión general del deslizamiento de masa de Canòlic-


Bixessarri (Parroquia de Sant Julià de Lòria, Andorra). Nótese que
la ladera, formada por coluviones, presenta una morfología más Fig. 20.- Visión de los cocoluviones del deslizamiento de grandes
laxa que sus laterales, constituidos por sustrato rocoso. El margen dimensiones de Certers, donde también se encuentra el sublóbulo
sur del deslizamiento, coincidiendo con la incisión del barranco de els Hortonous (Parroquia de Sant Julià de Lòria, Andorra). La
(sector izquierdo), corresponde al ámbito del topónimo l’Hortó de incisión del torrente del Nedó, en las inmediaciones de Nagol,
Bixessarri. En esta hondonada se observan formas de inestabilidad permite observar el extraordinario tamaño de algunos de los
(en especial antiguas roturas en la formación superficial y cárcavas) bloques que constituyen esta masa deslizada.
e indicadores de actividad reciente como inclinaciones y curvaturas
en los troncos de los ejemplares de pino adultos ‒estos arqueos son tencia de una formación de cárcavas generada, principal-
reflejo de distintas pulsaciones de inestabilidad de la ladera–. mente, por desestabilización y desmantelamiento de depó-
sitos de origen glaciar (Fig. 21).
Serra de l’Hortell. Se corresponde con una alineación
montañosa con su cúspide llamada pic de l’Hortell (Pa-
rroquia de Ordino, Andorra). La sierra se caracteriza por
presentar una fuerte dinámica asociada a procesos de ines-
tabilidad de ladera (corrientes de derrubios, deslizamien-
tos, movimiento profundo de ladera –Fig. 23–), y también
aludes de nieve (Fig. 19).

Els Hortonous. Es un topónimo que concuerda con un


lóbulo secundario de un gran deslizamiento situado entre
las poblaciones de Nagol y Certers (Parroquia de Sant Julià
de Lòria, Andorra). En el margen inferior sur de este lóbulo
se observan unas profundas erosiones y cicatrices de rotu-
ras superficiales que dan lugar a corrientes de derrubios
que afectan a coluviones (Fig. 20). Fig. 21.- Visión panorámica de els Hortons al pie de la sierra de
Llats y cerca de la población de Taüll (Alta Ribagorça, Cataluña). El
Els Hortons. Coincide con un sector del alto valle de paraje se caracteriza por la existencia de una marcada formación de
Boí (Alta Ribagorça, Cataluña) caracterizado por la exis- cárcavas (badlands) –nótese en las cuencas-ladera del pico central–.

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12 TOPONIMIA Y FENÓMENOS GEOLÓGICOS PELIGROSOS

Vall d’Hortons. Es una cuenca situada al sur de la Seu por todos ellos, y también que, muy probablemente, tuvo
d’Urgell (Alt Urgell, Cataluña). Geomorfológicamente, la que estar arraigada a alguna característica paisajística sig-
zona destaca por la presencia de inestabilidades de ladera nificativa de los lugares así designados. En este contexto,
(deslizamientos, corrientes de derrubios) y por la forma- la aplicación de un análisis toponímico-fisiográfico com-
ción de cárcavas como consecuencia de la erosión de los parado nos pone sobre la pista de un común denominador
materiales más lábiles. El área inestable más activa se sitúa paisajístico: todos los parajes de la serie l’Hortó/l’Hortell
en la cabecera del barranco de la Bastida (Fig. 22). presentan morfologías destacables (directas o indirectas)
relacionadas con fenómenos geológicos peligrosos como
inestabilidades de ladera o de nieve.
Aquí hemos expuesto una muestra representativa de to-
pónimos del grupo l’Hortó/l’Hortell. Esta serie es mucho
más amplia y puede ser aumentada con otros casos para
otras zonas del Pirineo y áreas circundantes (Planas et al.,
2013). Asimismo, atendiendo a la singularidad geomorfo-
lógica común de los lugares así designados, proponemos
considerar con firmeza la posibilidad de enlazarlos con el
vocablo vasco –y aragonés– lurte (desprendimiento/corri-
miento de tierras), y con su variante alurta (alud de nieve)
(Planas et al., 2008; Planas et al., 2018a). Apuntamos, asi-
mismo, que se trata de voces que han sido relacionadas con
topónimos con o (esto es: con la misma grafía que los cata-
lanes) como, por ejemplo, río de Lorte (Salaberri, 1994) o
Fig. 22.- Visión de la cabecera de la vall d’Hortons (Alt Urgell, apeçal Lortié (Lopez-Mugartza, 2008).
Catalunya). En el área afloran materiales del Permotrías que son
fuertemente arroyados por la acción erosiva del agua.

Discusión de los resultados

Al analizar con perspectiva geomorfológica los resulta-


dos obtenidos de la elaboración de un estudio detallado del
medio físico de lugares con nombres del tipo l’Hortó, els
Hortons, els Hortonous, els Hortells (a veces escritos sin h)
se pone claramente de manifiesto que se trata de topónimos
asociados a procesos de inestabilidad gravitatoria, a menu-
do discrepantes con las asignaciones tradicionalmente más
extendidas de sus valores originales de significación.
Para mostrar a qué tipo de discrepancias nos referimos, Fig. 23.- Visión de las masas rocosas desestructuradas, en forma de
exponemos aquí en detalle, a modo de ejemplo extensible a depresiones y montículos, existentes en la loma constituida entre el
los otros casos de la serie, el ejemplo de la serra de l’Hortell. pico de Arcalís y el pic de l’Hortell (Parroquia de Ordino, Andorra)
Esta sierra presenta evidencias de inestabilidad –corrientes asociadas a la deformación profunda (deep seated gravitational
de derrubios, deslizamientos, movimiento profundo de lade- slope o sagging) que afecta el conjunto de esta ladera.
ra (Fig. 23) y aludes de nieve (Fig. 19)– y se eleva hasta los
2.562 metros. A esta altura el cultivo de hortalizas no es via- Aportaciones de los geocindinónimos en trabajos sobre
ble debido al rigor del clima, ni ahora ni en tiempos históri- riesgos geológicos
cos. Esta obviedad hace que, para este topónimo, sea ilógico
y de poca congruencia pensar en un factor causal atribuible Como hemos expuesto en la introducción, en última
a la práctica de la agricultura. Pero es que, además, a esa instancia, es propósito último de este trabajo poner en valor
altura, que es exactamente la misma que la del pico de Co- los geocindinónimos como complemento para una óptima
mamarja –desde donde desciende el serrat (loma) dels Hor- materialización de los trabajos sobre la cartografía y análisis
tons (Fig. 21)–, la presencia del espino también es inexisten- del riesgo que elaboran los geólogos. Y, en este plano, po-
te; con lo cual, la motivación fitotoponímica planteada por dríamos plantearnos, más concretamente, qué tipo de datos
Coromines (1989-1997 IV, p. 424b34) aparece, igualmente, pueden suministrar los distintos tipos de geocindinónimos
como muy poco probable. En consecuencia, tales consta- en la elaboración de estudios sobre riesgos geológicos.
taciones nos encaminan a pensar que explicaciones de este
tipo para topónimos de la serie l’Hortó/l’Hortell parecen, al Informaciones que aportan los geocindinónimos stricto
menos para esta zona geográfica, poco adecuadas. sensu transparentes
Por otra parte, asumimos como razonable pensar que la
motivación original del hecho nominativo de los nombres Podríamos decir que, de forma bastante clara, en geolo-
que constituyen esta serie tuvo que haber sido compartida gía, los geocindinónimos stricto sensu transparentes son muy

Revista de la Sociedad Geológica de España, 36 (2), 2023


Xavier Planas-Batlle, Joan Tort-Donada y Jordi Corominas 13

útiles para reconocer lugares afectados por FGP. Asimismo, y a un nombre con raíz prelatina, pero con adaptación lati-
quizás no sea tan evidente para los expertos en riesgos geoló- no-románica (a través del sufijo diminutivo, proveniente
gicos, a través de la información etimológica de estos nom- del latín, ‑ELLU, prácticamente fuera de uso en catalán)
bres también se pueden obtener otros datos interesantes. En y sin significado verosímil en la lengua actual, lo cual im-
este sentido, por ejemplo, gracias a la filiación lingüística de plica una “toponimización” del término hortell latina o
un topónimo se puede acotar en el tiempo –aunque de forma catalana arcaica. Y, por otra parte, la forma llau –como ya
aproximada– el evento que dio lugar a su génesis (Planas et hemos apuntado anteriormente para el ejemplo llaueta del
al., 2017; Planas, 2023). La exploración etimológica, en algu- Solà– sería reflejo de una actividad moderna, porque es un
nos casos, también es útil para obtener información sobre la término vigente. En este caso, la tautología incluye infor-
magnitud del evento que dio origen al geocindinónimo. mación geológica indicativa de que los fenómenos que se
Pondremos como ejemplo, en este sentido, el reconoci- dan en esta cuenca son recurrentes y de que, además, han
miento de un geocindinónimo como llaueta del Solà (Pa- sido observados por los pobladores de este territorio en
llars Jussà, Cataluña). Aquí, el topónimo, aparte de ayu- momentos históricos (y lingüísticos) distintos en el tiempo.
dar a identificar geográficamente, en una ladera solana de
una montaña, una quebrada producida por las corrientes
o avenidas de las aguas –este es el significado de llau en
el ámbito territorial de la comarca del Pallars Jussà –, el
análisis etimológico del nombre de lugar también aporta
información relativa a la cronología de la observación, por
parte de los habitantes de la zona, sobre de este tipo de
dinámica. En la práctica, esta dinámica es reflejo de una
actividad moderna, en la medida en que llau es un térmi-
no vigente. Además, en este caso, el examen lingüístico de
llaueta también aporta información sobre la pequeña mag-
nitud (o dimensión) del área afectada –el sufijo -eta es una
terminación diminutiva–.

Informaciones que aportan los geocindinónimos stricto Fig. 24.- Llau dels Hortells (Pallars Jussà, Cataluña). Hoy en día,
sensu opacos la zona se encuentra muy forestada; asimismo se observan algunas
zonas con cárcavas y con morfologías antiguas asociadas a roturas
La interpretación de los geocindinónimos stricto sensu del terreno en los laterales del barranco principal y de sus afluentes.
opacos (incluyendo los topónimos engañosos) –ya sea a
través de la aplicación del análisis toponímico-fisiográfi- Informaciones que aportan los geocindinónimos lato sensu
co comparado o de cualquier otro tipo de examen–, igual-
mente es útil para corroborar lugares afectados por FGP, Finalmente remarcamos que los topónimos que deno-
reconocer episodios antiguos y acotarlos aproximadamente minamos geocindinónimos lato sensu ‒aunque, como ya
en el tiempo ‒a través de su etimología‒. Y, en algunos hemos señalado, que per se no sean nombres de lugar con
casos, de forma parecida a los geocindinónimos stricto un origen directo con FGP‒ aportan datos de interés geoló-
sensu transparentes, su reconocimiento también puede ser gico de forma indirecta sobre afectaciones ya identificadas
útil para obtener datos sobre la magnitud del episodio que o documentadas de algún modo.
dio origen al nombre del lugar en cuestión. Por ejemplo, a través de un topónimo como Sella, si-
Por ejemplo, a través de un geocindinónimo compuesto tuado cerca de la localidad de Canillo (Andorra), en este
como llau dels Hortells (Pallars Jussà, Cataluña), donde caso designativo de un antiguo núcleo de población con
el término opaco o engañoso es hortells (Fig. 24), además la iglesia de Sant Martí de Sella como edificio más icó-
de contribuir a la identificación geográfica de un barran- nico, podemos acotar de forma aproximada el alcance de
co donde se han producido en el pasado fenómenos con un desbordamiento del río Valira d’Orient acaecido durante
dinámica torrencial y flujos del tipo corrientes de derrubi- la Pequeña Edad del Hielo en este sector. El nombre de
os, el análisis lingüístico del nombre de lugar proporciona lugar Sant Martí de Sella aparece identificado en docu-
información relativa a la magnitud del área afectada –el mentos hasta finales del siglo XVII e inicios del XVIII.
sufijo ‑ell es una antigua terminación diminutiva catalana–. En esa época el asentamiento es abandonado –eso sí, el
El geocindinónimo llau dels Hortells, además, incluye la nombre Martisella/Marticella se mantiene de forma aglu-
indicación de dos posibles eventos o fenómenos. En este tinada como apellido, lo que sugiere un traslado de sus ha-
sentido, las dos palabras que constituyen el topónimo (llau bitantes–. Con el paso del tiempo la ubicación exacta del
+ hortells) pueden ser interpretadas como una repetición antiguo asentamiento incluso llega a olvidarse; no obstan-
de un hecho con un mismo significado geológico –una tau- te, en los últimos tiempos, en unos terrenos de propiedad
tología lingüística–, pero atribuibles a dos observaciones parroquial, han sido localizadas algunas estructuras de la
presumiblemente asociadas a distintos momentos históri- antigua iglesia de Sant Martí de Sella y se ha constatado
cos. Por una parte, la forma hortells puede ser atribuida que el emplazamiento presenta rasgos geomorfológicos de

Revista de la Sociedad Geológica de España, 36 (2), 2023


14 TOPONIMIA Y FENÓMENOS GEOLÓGICOS PELIGROSOS

afectación por un antiguo desbordamiento del río. En este logía o la historia geológica reciente. Creemos, igualmente,
caso, pues, atendiendo a la cronología de las últimas men- que el camino que hemos presentado podría ser de interés
ciones documentadas de Sant Martí de Sella, se puede sos- para otras disciplinas: de la geografía a la historia, pasando
tener que una de las causas para explicar el abandono del tanto por las ciencias naturales como por las sociales y, ló-
pueblo es una afectación por una catástrofe natural –con gicamente, por la lingüística. Pero, en especial, pensamos
bastante probabilidad, atribuible a alguna de las dos riadas que los resultados de esta vía ofrecen un potencial muy
más destacables que afectaron a Andorra en esos tiempos: interesante de cara a optimizar la ordenación del territorio
la del año 1617 o la del 1772 (Ayala, 2009; Rama, 2012)–. y, por supuesto, pueden ser de gran ayuda de cara a poder
En consecuencia, en el contexto andorrano, el topónimo convivir con los FGP desde su mayor conocimiento.
Sant Martí de Sella puede considerarse un geocindinónimo
lato sensu. Agradecimientos y financiación

Conclusiones Los autores de este artículo quieren agradecer a los


revisores Antoni Ordinas Garau y Ramon Sistac Vicén la
El hecho que los topónimos del medio físico, inclui- evaluación del trabajo, y a la editora de la Revista, Nieves
dos los que hacen referencia a características geológicas, López-González, por su trabajo de coordinación. La pre-
describan el paisaje en un momento de su formación les sente investigación no ha recibido ayudas específicas pro-
otorga un interés particular. Por una parte, constituyen un venientes de agencias del sector público, sector comercial
amplio registro histórico de las observaciones efectuadas o entidades sin ánimo de lucro.
por nuestros ancestros; y, por otro lado, son el reflejo de la
lengua utilizada en el momento en que fueron concebidos. Contribución de autores/as
Esta característica formativa, que se concreta en la des-
cripción semántica del paisaje, es justamente la que permite Los tres autores han contribuido en la misma medida a
que los topónimos geológicos puedan ser abordados desde la concepción, diseño y redacción del trabajo.
una doble vía para su reconocimiento, estudio y compren-
sión: la vía lingüística y la vía geológica. Esta peculiaridad Referencias
también confiere a las ciencias que estudian estos ámbitos
–la lingüística y la geología– una interesante posibilidad Aristot, A., 1963. L’Estany d’Engulasters. En: Andorra el meu
de proponer conexiones de informaciones. En este sentido, país. Consell General de les Valls d’Andorra, Andorra la
estos dos ámbitos del saber se complementan claramente: Vella, 254-256.
es decir, son interdependientes. Y conviene subrayar que, Ayala, J. Ll., 2009. Detecció i recuperació de riscos naturals
sin esta cualidad de reciprocidad, el análisis de la cuestión a través de les fonts documentals andorranes. https://
planteada no sería completo. www.cultura.ad/images/stories/Arxius/Documents/
TreballsRecerca/Joan_Lluis_Ayala_Diaz.pdf (14/03/2023).
En este artículo hemos presentado un conjunto de to-
Badia Margarit, A., 1949. Mal, roca en la toponímia pirenaica.
pónimos relacionados con los FGP con una finalidad do- Actas de la Primera Reunión de Toponimia Pirenaica,
ble: por un lado, familiarizarlos a ojos de los técnicos en Comunicaciones, 35-58.
riesgos naturales y de profesionales de la geología y, por Centro Nacional de Informaciones Geográficas, 2017. Topónimos:
otro, mostrar algunas potencialidades acerca de su posible Normas para el MTN25. Conceptos básicos y terminología.
consideración en sus proyectos geológicos. Dirección General IGN, Madrid, 133 p.
Asimismo, en este trabajo también hemos explicado y Condom, D., 1981. Contribució a l’estudi del llatí medieval de
puesto de manifiesto cómo la consideración y evaluación Catalunya. Estudi General, 1(2): 15-21.
geológica puede ayudar a discernir sobre el terreno el sig- Coromines, J., 1965 y 1970. Estudis de toponímia catalana (ETC).
nificado original de numerosos topónimos. En este caso, Barcino, Barcelona, 2 vol.
Coromines, J., 1989-1997. Onomasticon Cataloniae (OnCat).
hemos puesto de manifiesto que, operando desde una pers-
Curial, Barcelona, vol. 2-7.
pectiva de estudio netamente paisajística, mediante el aná- Coseriu, E., 1985. La creación metafórica del lenguaje. En: El
lisis toponímico-fisiográfico comparado se dispone de una hombre y su lenguaje, Gredos, Madrid, 66-102.
vía para el razonamiento toponímico en un sentido concre- Real Academia Española, 1984. Diccionario de la Real Academia
to: el de aportar luz sobre la existencia de una relación del Española (DRAE) 20ª ed, Espasa Calpe, Madrid.
tipo “presencia de un elemento paisajístico significativo/ Fiter, R., 1966. L’Estany d’Engolasters. En: Les Llegendes
designación toponímica”. Esta técnica de estudio es útil d’Andorra. Edicions Andorranes, Sant Julià de Lòria, 52-55.
tanto para confirmar motivaciones originales de topónimos Coll, P., 1993. Sant Serni de Llorts. En: Muntanyes Maleïdes.
que se presentan transparentes como –y aquí creemos que Empúries, Barcelona, 325-326.
reside su mayor potencial– para ayudar a esclarecer nom- Lopez-Mugartza, J.K., 2008. Erronkari eta Ansoko toponimiaz.
Tesis Doctoral, Univ. País Vasco, 6262 p.
bres que hasta el momento se han presentado opacos a la
Moreu-Rey, E., 1999. Els nostres noms de lloc. Moll, Mallorca,
luz de la lingüística (o que se intuyen engañosos). 253 p (2ª edit).
Además de la identificación de zonas afectadas por Ordinas, A., Binimelis, J., 2018. Los nombres de lugar: un recurso
FGP, el análisis toponímico-fisiográfico comparado tam- didáctico en la enseñanza geográfica del paisaje natural.
bién puede ser útil para trabajos que pretendan reconstruir Anales de Geografía de la Universidad Complutense, 38(2):
las relaciones entre los pobladores de un territorio y la geo- 385-408. https://doi.org/10.5209/AGUC.62485

Revista de la Sociedad Geológica de España, 36 (2), 2023


Xavier Planas-Batlle, Joan Tort-Donada y Jordi Corominas 15

Olesti, O., Mercadal, O., 2005. La iberització del Pirineu oriental Rama, E., 2012. 400 anys de fenòmens meteorològics extrems a
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Revista de la Sociedad Geológica de España, 36 (2), 2023


16

Revista de la Sociedad Geológica de España 36 (2)


ISSN (versión impresa): 0214-2708 https://doi.org/10.55407/rsge.99637
ISSN (Internet): 2255-1379

EVOLUCIÓN DE LA ENSEÑANZA DE LAS AGUAS


SUBTERRÁNEAS EN LOS LIBROS DE TEXTO Y
DISEÑO DE UNA PROPUESTA DIDÁCTICA PARA SU
ENSEÑANZA EN LA EDUCACIÓN SECUNDARIA
Evolution of teaching groundwater in textbooks and design of a didactic proposal in compulsory secondary school

Manuel de Pedro Rodríguez1 e Isabel Sonsoles de Soto García2

1
Estudiante de Máster Universitario en Profesorado de Educación Secundaria. Universidad Publica de Navarra,
Pamplona, España. manueldepedrorodriguez@gmail.com
2
Departamento de Ciencias. ISFOOD: Instituto de Innovación y Sostenibilidad en la Cadena Agroalimentaria.
Universidad Pública de Navarra, Pamplona, España. isabelsonsoles.desoto@unavarra.es

Resumen: A pesar de que las aguas subterráneas son la mayor fuente de agua dulce
líquida en la Tierra, su naturaleza abstracta ha ocasionado que sea el concepto más
complicado de entender dentro del ciclo del agua, siendo uno de los principales obstáculos
para conseguir una alfabetización científica de la sociedad. En este trabajo, revisamos la
relevancia de las aguas subterráneas y sus amenazas en los libros de texto de la Educación
Secundaria Obligatoria (ESO) debido a que son el principal recurso didáctico en las
aulas y una explicación deficiente puede dificultar su aprendizaje. Asimismo, presentamos
una situación de aprendizaje diseñada para 4º curso de la ESO siguiendo la nueva ley
educativa, LOMLOE. Las actividades intentan fomentar la competencia científica mediante
la modelización, la argumentación y las salidas de campo, con el fin de mejorar la enseñanza
del funcionamiento de las aguas subterráneas y formar una ciudadanía crítica ante las
amenazas que presentan: sobreexplotación y contaminación. En definitiva, pretendemos
promover la alfabetización científica de la sociedad desde la educación obligatoria que
ponga en valor uno de los recursos más importantes que tenemos en la Tierra.

Palabras clave: aguas subterráneas, educación secundaria obligatoria, libros de texto,


situación de aprendizaje, propuesta didáctica.

Abstract: Despite groundwater is the major source of fresh liquid water on Earth, its abstract
nature has made it the most complicated topic inside the water cycle, being one of the main
obstacles to achieve a scientific literacy of society. Here we review the relevance of groundwater
and its hazards in secondary school textbooks since they are the main educational resource
in the classroom and a poor explanation can hinder their learning. Likewise, we present
a didactic proposal for 4th year of secondary school following the new educational law in
Spain, LOMLOE. The activities are intended to promote scientific skills through modeling,
argumentation and field trips in order to improve the teaching of groundwater to promote
critical thinking among citizens to face the groundwater hazards: overexploitation and
contamination. Therefore, we try to promote the scientific literacy of society from compulsory
secondary education that highlights one of the most important resources on Earth.

Keywords: groundwater, secondary school, textbooks, learning situation, didactic proposal.

Revista de la Sociedad Geológica de España, 36(2), 2023


Manuel de Pedro Rodríguez e Isabel Sonsoles de Soto García 17

De Pedro Rodríguez, M., de Soto García, I.S., 2023. Evolución de la enseñanza de las
aguas subterráneas en los libros de texto y diseño de una propuesta didáctica para su
enseñanza en la educación secundaria. Revista de la Sociedad Geológica de España, 36
(2): 16-29.

Introducción las aguas subterráneas, a diferencia del agua superficial,


por lo que merece una atención especial en la educación
Tal es la importancia del agua como recurso esencial obligatoria. Sin embargo, las aguas subterráneas ni siquiera
para todos los seres vivos que su detección es el primer se mencionan en el currículo de la nueva ley educativa, la
paso para buscar vida en otros planetas (McKay, 2004). A LOMLOE (Real Decreto 217/2022). Además, en los libros
pesar de que vivimos en un planeta azul, solo el 1,7% del de texto las aguas subterráneas no se suelen tratar de la
agua total de la Tierra es agua líquida dulce disponible para forma más realista (Reyero et al., 2007; Fernández Ferrer
los ecosistemas terrestres y la humanidad (WSS, 2019). De et al., 2009; Martínez Braceras et al., 2022). Por último,
ese porcentaje, el 97% corresponde a las aguas subterrá- el tiempo dedicado a la geología suele ser menor que el de
neas siendo, por tanto, el principal reservorio de agua dulce la biología cuando comparten materia (Martínez Braceras
líquida del que disponemos; el resto corresponde a ríos, et al., 2022). Por tanto, si queremos tener una ciudadanía
lagos y pantanos (WSS, 2019). crítica sobre la gestión de uno de los recursos más impor-
La demanda mundial de agua ha aumentado en un tantes que tenemos, el sistema educativo debe explicar, de
600% en el último siglo como consecuencia del incre- forma eficaz, el principal reservorio de agua dulce líquida
mento de la población mundial, el desarrollo económico y que existe partiendo desde los conocimientos previos que
los cambios en los patrones de consumo (Boretti y Rosa, posee el alumnado.
2019). Además de estos factores, las necesidades pueden
ser mayores en el futuro como consecuencia del calenta- Conocimientos del alumnado sobre las aguas subterráneas
miento global debido a un aumento en la demanda evapo-
rativa y evapotranspirativa que limitará la recarga de los Las aguas subterráneas suponen el concepto más difí-
acuíferos (Abtew y Melesse, 2013). Por tanto, el acceso cil de entender por el alumnado dentro del ciclo del agua
a agua potable es uno de los problemas más importantes (Dickerson et al., 2005) y los estudiantes presentan diversas
de nuestro tiempo, lo que ha llevado a ser uno de los 17 dificultades de aprendizaje sin importar el lugar geográfico.
Objetivos de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas Para empezar, muchos de ellos ni consideran que existen las
(United Nations, 2015). aguas subterráneas, ya que no las representan en los esque-
Uno de los efectos obvios del aumento en la demanda mas del ciclo del agua (Assaraf y Orion, 2005; Ben-Zvi-As-
de agua es la sobreexplotación de los acuíferos cuando el sarf y Orion, 2005; Santana Armas et al., 2015; Pan y Liu,
agua extraída supera a las infiltraciones, como ya ocurre 2018; García Roldán, 2021), lo que evidencia que solo con-
en el 24% de las masas de agua subterráneas de España sideran las aguas superficiales, que son las que está conecta-
(Andreu Rodes y Fernández Mejuto, 2019). La sobreex- da con sus experiencias cotidianas (Sadler et al., 2017). Esto
plotación puede ocasionar el secado del acuífero, la dismi- no es extraño si consideramos que las aguas subterráneas
nución del flujo hacia las aguas superficiales, la pérdida de fueron desconocidas para la mayoría de la población hasta
manantiales, el hundimiento de la superficie del terreno o bien entrado el siglo XX (Custodio y Llamas, 1983).
la salinización de los acuíferos en las zonas costeras (Cus- Otros estudiantes, en cambio, sí representan las aguas
todio, 2015). subterráneas dentro del ciclo del agua, pero expresan una
Otro factor que amenaza las aguas subterráneas es la serie de ideas que no son del todo correctas, como que no
contaminación, principalmente por nitratos debido al uso ven la relación del agua subterránea con el resto de los
excesivo de fertilizantes en los cultivos (Fernández Ruiz, componentes del ciclo del agua (Ben-Zvi-Assarf y Orion,
2007). El 56% de las masas de agua subterráneas en Es- 2005; Pan y Liu, 2018) o con el sustrato circundante (Ben-
paña presentan problemas de contaminación por nitratos Zvi-Assarf y Orion, 2005), que las aguas subterráneas es-
procedentes de fuentes agrarias (Andreu Rodes y Fernán- tán almacenadas exclusivamente en lagos o cuevas subte-
dez Mejuto, 2019). Este problema es especialmente grave, rráneas, o que el agua subterránea fluye por el subsuelo
ya que el contaminante puede persistir largos periodos de como si fuera un rio (Assaraf y Orion, 2005; Ben-Zvi-As-
tiempo al permanecer el agua en el acuífero desde cientos sarf y Orion, 2005; Covitt et al., 2009; Unterbruner et al.,
hasta miles de años (Poeter et al., 2020). 2016; Pan y Liu, 2018). Estas dos últimas ideas no son
A pesar de la importancia de las aguas subterráneas, del todo erróneas, ya que en algunos casos el agua subte-
estas apenas son conocidas en la población general que rránea sí tiene este comportamiento como en los acuíferos
suele basarse en el comportamiento de las aguas superfi- muy karstificados. El malentendido surge cuando asumen
ciales (Meyer, 1987). Este desconocimiento viene desde que toda el agua subterránea funciona de esa manera y les
la escuela, donde muchos estudiantes ni siquiera las men- supone una gran dificultad comprender que el agua alma-
cionan dentro del ciclo del agua (Ben-Zvi-Assarf y Orion, cenada en poros microscópicos pueda constituir acuíferos
2005; Pan y Liu, 2018; García Roldán, 2021). La raíz del a escala continental (Dickerson et al., 2005), a diferencia
problema puede estar, como apuntan Sadler et al. (2017), a de lo que sucede con los ríos o lagos que están localizados
que no existe una experiencia cercana del alumnado hacia en lugares concretos.

Revista de la Sociedad Geológica de España, 36 (2), 2023


18 ALFABETIZACIÓN CIENTÍFICA EN AGUAS SUBTERRÁNEAS: ANÁLISIS Y PROPUESTA
DIDÁCTICA PARA LA ESO

Por último, en relación con los problemas ambientales, que es un lugar motivador para el alumnado donde pueden
el alumnado de educación primaria apenas menciona la experimentar de primera mano aquello que se estudia en el
sobreexplotación de acuíferos (Pozo Muñoz, 2021). Res- aula, a la par que se fomenta el desarrollo social y personal
pecto a la contaminación, algunos trabajos reflejan que los (Mittelstaedt et al., 1999; Eshach, 2007; Souza y Chiapetti,
estudiantes de educación secundaria sí consideran que las 2012; Aguilera, 2018). Además, las salidas de campo son
aguas subterráneas se puedan contaminar (Santana Armas un elemento insustituible en la enseñanza de Ciencias de la
et al., 2015; García Roldán, 2021), mientras que otros estu- Tierra ya que existen aprendizajes que solo se consiguen
dios constatan que parte del alumnado cree que estas aguas mediante trabajo de campo, como materializar los concep-
no se contaminan porque siempre están limpias y son pota- tos abstractos vistos en el aula en elementos concretos en el
bles (Reinfried et al., 2012) o que los contaminantes no se medio natural o tener la sensación de que no se dispone de
disuelven en el agua (Covitt et al., 2009). Estas diferencias suficiente información para resolver los problemas abiertos
pueden deberse a la experiencia cotidiana que tienen los que se pueden dar en el campo (Pedrinaci Rodríguez, 2012;
estudiantes, ya que la problemática de contaminación es Fernández-Ferrer y González García, 2017). En el caso de
variable geográficamente. las aguas subterráneas y su relación con el ser humano, se
ha comprobado una mejoría en el aprendizaje de estos con-
Oportunidades para la enseñanza de las aguas subterráneas ceptos después de una salida de campo (Pederson, 1979;
con la nueva ley educativa en España: la LOMLOE Endreny, 2010).
Por tanto, la LOMLOE fomenta el uso de procedimien-
El currículo de Educación Secundaria Obligatoria de la tos científicos como la modelización, la argumentación y
LOMLOE enmarca a las aguas subterráneas bajo el saber las salidas de campo, que pueden mejorar el aprendizaje
básico «Relieve y paisaje» (Real Decreto 217/2022) y ofrece de las aguas subterráneas al hacer que el alumnado partici-
estrategias que pueden mejorar el aprendizaje de las mismas. pe activamente mediante trabajo autónomo (Ruiz-Martín,
La LOMLOE establece como novedad que todo alumno/a 2020), a diferencia de las clases magistrales donde el estu-
debe lograr una serie de competencias, no de contenidos, al diante que tiene un papel pasivo en el aula, muestra peores
acabar la educación obligatoria a través de los saberes bá- resultados académicos (Freeman et al., 2014). Además, al
sicos (los antiguos contenidos) que abarcan no solo los co- realizar procedimientos propios de la ciencia también fo-
nocimientos, sino también aprender a utilizarlos (destrezas) menta destrezas y actitudes científicas que podrá dar lugar
para solucionar problemas reales (actitudes). a una ciudadanía crítica con la gestión del agua, a la par
Dentro de la competencia científica que todo estudiante que está alineado con los requerimientos de la nueva ley.
deberá lograr al acabar la educación básica, el currículo
menciona que el alumnado debe saber usar procedimien- Objetivos
tos científicos como la modelización o la argumentación
(Real Decreto 217/2022). La investigación en didáctica Por todo lo expuesto, es necesario seguir desarrollando
avala estas prácticas, ya que el uso de modelos físicos es estrategias didácticas que mejoren la comprensión del as-
una buena forma de aprender conceptos abstractos (Justi, pecto más difícil de entender dentro del ciclo del agua, las
2006) y han sido utilizados para mejorar la comprensión aguas subterráneas, usando las fortalezas de la última ley
de las aguas subterráneas (Castro Encabo y Gracia Santos, educativa (LOMLOE). Para ello, el presente trabajo tiene
1994; Calvo et al., 2007; Nebot Castelló, 2007), a la par dos objetivos: 1) analizar la evolución de la relevancia de
que se aprenden conocimientos procedimentales de cómo las aguas subterráneas en los principales libros de texto,
opera la ciencia. Sin embargo, en todos estos trabajos se ya que son un recurso didáctico esencial que condiciona el
han modelado acuíferos detríticos y no kársticos que pue- aprendizaje de los estudiantes, y 2) diseñar una propuesta
den ser localmente más abundantes y cuya dinámica es didáctica de situación de aprendizaje sobre las aguas sub-
diferente (Custodio y Llamas, 1983). Además de adquirir terráneas y sus principales amenazas que sea aplicable a un
conocimientos y destrezas científicas, la LOMLOE especi- aula de 4º curso de la ESO siguiendo la LOMLOE.
fica que el alumnado también debe conseguir una actitud
científica que les permita afrontar y resolver los problemas Evolución de la relevancia de las aguas subterráneas y
medioambientales mediante acciones fundamentadas en sus amenazas en los libros de texto de ESO
la evidencia (Ley Orgánica 3/2020). A este respecto, las
aguas subterráneas también pueden aportar gran valor, ya Los libros de texto son un recurso didáctico esencial
que se pueden usar las múltiples controversias sociocien- que condicionan el aprendizaje de los estudiantes, lo que
tíficas que existen en torno a la gestión del agua para que puede influir en los errores del alumnado (González Gar-
el alumnado argumente. De esta manera, tendrán que iden- cía y Tamayo Hurtado, 2000). En particular, las imágenes
tificar e interpretar datos, así como reconocer los factores juegan un papel muy importante en la creación o refuerzo
sociales para finalmente tomar un decisión basada en la de las ideas erróneas (Silva y Compiani, 2007) y, en el caso
evidencia (Sadler, 2004). que nos ocupa, la mayoría de las ilustraciones del ciclo del
Por último, la LOMLOE también sugiere que los alum- agua en los libros nacionales de educación secundaria de
nos/as deben adquirir empatía hacia el entorno natural para las últimas décadas, dan prioridad a las aguas superficiales
fomentar un desarrollo sostenible (Ley Orgánica 3/2020). frente a las aguas subterráneas o, si estas aparecen, presen-
Las salidas de campo pueden contribuir a este fin debido a tan diversos errores (Fernández Ferrer et al., 2009).

Revista de la Sociedad Geológica de España, 36 (2), 2023


Manuel de Pedro Rodríguez e Isabel Sonsoles de Soto García 19

Libros de texto analizados y criterios usados actuales dan una definición completa (formación geológica
con capacidad de almacenar y trasmitir agua), mientras que
Dentro de la educación obligatoria, los contenidos de en el pasado ningún libro era tan preciso (Tabla 1). A pesar
las aguas subterráneas se encontraban en Biología y Geo- de esto, aun hay margen para la mejora puesto que el resto
logía de 3er curso de la ESO en el currículo autonómico de los libros actuales (75%) no definen los acuíferos o lo
de Navarra derivado de la antigua ley educativa, LOMCE hacen como formaciones geológicas que almacenan agua,
(Decreto Foral 24/2015), pasando a 4º curso de la ESO en pero no la transmiten.
el nuevo currículo autonómico que desarrolla la LOMLOE La misma tendencia la encontramos en el concepto de
(Decreto Foral 71/2022), aunque en este caso no están nivel freático, ya que antes apenas era mencionado (solo en
mencionadas de forma explícita sino que se enmarcan bajo el 28% de los libros) y ahora lo citan la mitad de los libros
el saber básico «Relieve y paisaje». Sin embargo, actual- (50%) y de forma correcta.
mente no están publicados los libros de 4º curso de la ESO Respecto a los términos de permeabilidad y porosidad,
bajo la LOMLOE y en las aulas se siguen impartiendo las estos también han sufrido una mejora debido a que ahora el
aguas subterráneas en 3er curso de la ESO. Por estos moti- 62,5% de los textos aluden a ellos frente a menos del 45%
vos, el análisis lo hemos realizado usando libros de Biolo- del análisis de Fernández Ferrer et al. (2008).
gía y Geología de 3er curso de la ESO abarcando un total Donde no observamos diferencias es en que la mayoría
de 8 editoriales diferentes, siendo cuatro de ellos editados de los libros (>90%) en ambos periodos indican, de forma
en 2022 (Vicens Vives, McGraw Hill, Bruño y Anaya). El correcta, que las aguas subterráneas no están exclusiva-
resto de los libros han sido editados en 2019 (Edelvives), mente almacenadas en sistemas kársticos, sino que existen
2016 (Santillana) y 2015 (SM y Casals). otros tipos de acuíferos. Sin embargo, la mayoría de los
A fin de establecer una evolución temporal de la re- dibujos actuales no ilustran únicamente sistemas kársticos,
levancia de las aguas subterráneas en los libros de texto, como indicaron Fernández Ferrer et al. (2008), sino que
seis de las ocho variables analizadas son las mismas que ahora los libros (>70%) también ilustran acuíferos de tipo
las usadas por Fernández Ferrer et al. (2008), que reali- detrítico. De esta manera, se puede evitar la idea errónea de
zó un estudio similar en 18 libros publicados desde 2000 que solo existen acuíferos kársticos.
hasta 2007. Las otras dos variables, en cambio, son nuevas En cuanto a las variables analizadas por primera vez en
y reflejan preocupaciones recientes mencionadas en los este estudio, sobreexplotación y contaminación, podemos
últimos currículos oficiales, como que «la disminución de decir que la primera está bien representada y es menciona-
la disponibilidad de agua potable podría poner en grave da en el 62,5% de los libros actuales (Tabla 1), indicando
peligro algunas actividades humanas esenciales» (Decreto en muchos casos las causas y los posibles efectos, como
Foral 71/2022). Debido a que una de las fuentes de agua puede ser la salinización de los acuíferos en zonas costeras.
potable son las aguas subterráneas, las variables nuevas es- En cambio, la contaminación está poco representada y la
tán relacionadas con las principales amenazas de las aguas mitad de los libros actuales ni siquiera la mencionan (Tabla
subterráneas: sobreexplotación y contaminación. A cada 1), pudiendo perpetuar la idea errónea entre los estudian-
variable, y siguiendo de nuevo a Fernández Ferrer et al. tes de que las aguas subterráneas no se contaminan y son
(2008), se le asignó una categoría que reflejara el grado de siempre potables (Reinfried et al., 2012), infravalorando
relevancia y de exactitud que se le daba en el libro, usando las consecuencias de las acciones humanas sobre ellas.
los temas de hidrología subterránea de Sánchez San Ro- En conclusión, las aguas subterráneas están ganando el
mán (2017) para categorizar las dos variables nuevas. Las protagonismo que se merecen dentro del ciclo del agua en
variables y categorías usadas se encuentran en la Tabla 1. los libros de texto, ya que se refieren e ilustran los principa-
les tipos de acuífero que existen, así como las propiedades
Resultados y discusión de la relevancia de las aguas que tienen los materiales geológicos para que puedan alma-
subterráneas y sus amenazas en los libros de texto de ESO cenar agua. Sin embargo, todavía queda margen de mejora
para definir un acuífero (no simplemente una formación que
Los resultados se muestran en la Tabla 1. En general, ha almacena agua) y para incluir las principales amenazas que
habido un progreso a lo largo de los años en cuanto al espa- se ciernen sobre ellas, especialmente la contaminación. Por
cio dedicado a las aguas subterráneas en los libros editados tanto, en muchas ocasiones depende del profesorado el que
entre 2015 y 2022, respecto a los correspondientes entre su alumnado conozca la importancia de las aguas subterrá-
2000 y 2007 (Fernández Ferrer et al., 2008). En concreto, neas en la vida y las implicaciones de una mala gestión.
observamos que la dedicación a este tema en una o más
páginas se ha duplicado desde el 44% en los libros de hace Propuesta didáctica: situación de aprendizaje para la
dos décadas hasta el 87,5% en los libros actuales (Tabla 1). enseñanza de las aguas subterráneas y sus amenazas en
Este gran aumento puede favorecer que el alumnado deje 4º curso de la ESO
de obviar el agua del subsuelo a la hora de representar el ci-
clo del agua, como ocurre habitualmente (Assaraf y Orion, La propuesta que planteamos es una situación de apren-
2005; Ben-Zvi-Assarf y Orion, 2005; Santana Armas et al., dizaje (elemento novedoso en la ley educativa LOMLOE)
2015; Pan y Liu, 2018; García Roldán, 2021). que consiste en 6 actividades con el fin de que el alumnado
Centrándonos en los acuíferos, su definición también ha pueda desarrollar las competencias específicas de la mate-
mejorado a lo largo del tiempo, ya que el 25% de los libros ria usando los saberes básicos de la asignatura (Fig. 1). Las

Revista de la Sociedad Geológica de España, 36 (2), 2023


20 ALFABETIZACIÓN CIENTÍFICA EN AGUAS SUBTERRÁNEAS: ANÁLISIS Y PROPUESTA
DIDÁCTICA PARA LA ESO

Porcentaje de libros

Fernández Ferrer et al., Este trabajo


Variable y categoría
2008 (n=18) (n=8)
Cantidad de texto sobre las aguas subterráneas
No las trata 5,5 12,5
Una frase 11 0
Un párrafo 5,5 0
De dos a cuatro párrafos 33 0
Una página 33 87,5
La mitad de la unidad didáctica 11 0
Concepto de acuífero
No lo utiliza 22 12,5
Depósito o reserva de agua 39 12,5
Roca saturada en agua (sin flujo de agua) 33 50
Capa freática formada por agua infiltrada 6 0
Formación que almacena y transmite agua 0 25
Concepto de nivel freático
No lo utiliza 72 25
Superficie entre zona saturada y no saturada 0 25
Superficie de un acuífero 6 0
Nivel superior de un acuífero 11 0
Altura que alcanza el agua en un acuífero 11 50
Término de permeabilidad
No lo utiliza 67 37,5
Sí lo utiliza 33 62,5
Término de porosidad
No lo utiliza 56 37,5
Sí lo utiliza 44 62,5
Aguas subterráneas en sistemas kársticos
Sí, solo sistema kárstico 6 0
No, también menciona otras formaciones 94 100
Sobreexplotación
No se menciona - 37,5
Simplemente se menciona - 0
Se mencionan las causas - 37,5
Se mencionan las causas y medidas - 25
Contaminación
No se menciona - 50
Simplemente se menciona - 0
Se mencionan las causas - 37,5
Se mencionan las causas y medidas - 12,5

Tabla 1.- Resultados de la relevancia de las aguas subterráneas en 8 libros de texto de Biología y Geología de 3º de la ESO editados
entre 2015 y 2022, comparado con el trabajo de Fernández Ferrer et al. (2008) que analizaron 18 libros desde 2000 hasta 2007.

actividades están diseñadas para que sean proactivas me- Actividad 1 «Conocimientos previos sobre las aguas
diante el trabajo autónomo por parte de los estudiantes con subterráneas y sus amenazas»
el fin de fomentar los conocimientos, destrezas y actitudes
científicas mediante la modelización, la argumentación y Objetivo. Conocer el grado de conocimiento previo so-
las salidas de campo. Está dirigida a Biología y Geología bre las aguas subterráneas.
de 4º curso de la ESO y contextualizada en Navarra. El
problema planteado, los elementos curriculares trabajados Desarrollo. Consiste en responder, de manera individu-
y el producto final están resumidos en la Tabla 2. A conti- al, a una serie de preguntas abiertas sobre las aguas subter-
nuación explicamos el objetivo y desarrollo de cada una de ráneas y sus amenazas, tales como si conocen la extensión
las actividades. de las aguas subterráneas, dónde se almacenan, si se mue-

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Manuel de Pedro Rodríguez e Isabel Sonsoles de Soto García 21

Fig. 1.- Resumen de las 6 actividades de la situación de aprendizaje «¿Bebemos agua segura de los acuíferos de Navarra?».

ven o no, su relación con las aguas superficiales o si es se- el acuífero y los efectos de la sobreexplotación, así como
guro beber agua de manantiales. También hay una pregunta aplicar los conocimientos adquiridos a la resolución de
en la que tienen que dibujar un esquema del ciclo del agua problemas medioambientales.
con el fin de evaluar si mencionan las aguas subterráneas,
dónde las ubican y qué dinámica siguen. Tras responder in- Desarrollo. La actividad consiste en modelar los dos
dividualmente a las preguntas, cada alumno tendrá que co- tipos de acuíferos más comunes y usarlos para ver el com-
mentar las respuestas con un compañero/a para finalmente portamiento de las aguas subterráneas en ellos. Para ello, la
hacer una puesta en común. Es importante que el profesor mitad la clase, en grupos de tres, construirán una maqueta
no dé la respuesta correcta, sino que se limite a escuchar las que simule un acuífero de tipo detrítico y la otra mitad con-
opciones de los estudiantes ya que al final de la propuesta struirá un acuífero de tipo kárstico (Fig. 2). Para que puedan
van a ser ellos mismos los que revisen sus contestaciones utilizar lo antes posible el acuífero, utilizarán un guion muy
para tomar conciencia de lo que ya sabían y de lo que han sencillo donde está ilustrado el tipo de acuífero que tienen
aprendido. que construir y también se les proporcionará los materiales
para no perder tiempo. Es importante no mencionar el tipo
Actividad 2 «Haciendo visible lo invisible» de acuíferos al alumnado para que ellos mismos se vayan
dando cuenta de las características y comportamiento de
Objetivo. Comprender la dinámica de las aguas sub- cada uno. De forma simplificada, la construcción comienza
terráneas mediante la construcción y uso de maquetas que con una capa horizontal de 2-3 cm de arcilla, para mod-
modelen los dos tipos de acuíferos más comunes y así es- elar en los dos tipos de acuíferos, que representa el ma-
tablecer la relación entre las mismas y las aguas superficia- terial impermeable (Fig. 2). Sobre esta capa se depositan
les, el comportamiento de un contaminante que penetra en 15-20 cm de, o bien grava formando una ladera (acuífero

Fig. 2.- Ejemplos de los dos modelos de acuíferos para realizar en la actividad 2 «Haciendo visible lo invisible».

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22 ALFABETIZACIÓN CIENTÍFICA EN AGUAS SUBTERRÁNEAS: ANÁLISIS Y PROPUESTA
DIDÁCTICA PARA LA ESO

¿Bebemos agua segura de los acuíferos de Navarra?

A pesar de que las aguas subterráneas son la mayor fuente de agua dulce líquida en la Tierra, su naturaleza
abstracta ha ocasionado que sea el concepto más complicado de entender dentro del ciclo del agua, lo que
puede conducir a la infravaloración de uno de los recursos más importante que tenemos y a una menor
sensibilización con respecto a los problemas ambientales de las aguas subterráneas: contaminación y
sobreexplotación.
Para hacer visible lo invisible, el alumnado trabajará con métodos proactivos a través de una secuencia de
actividades, individuales y cooperativas, relacionadas con las aguas subterráneas fomentando la
adquisición de conocimientos, destrezas y actitudes científicas. Inicialmente, mediante el uso de modelos
sencillos, reconocerán los principales tipos de acuíferos que existen, la dinámica de las aguas subterráneas,
su relación con las aguas superficiales y los problemas de contaminación y sobreexplotación.
Posteriormente, deberán aplicar los conocimientos adquiridos a diferentes situaciones cotidianas
representadas en esquemas sencillos. Después tendrán que inferir la localización de los acuíferos de
Navarra y sus principales amenazas mediante el uso de mapas temáticos por medio de las TICs.
Seguidamente, deberán argumentar controversias sociocientíficas sobre el uso y la gestión del agua,
usando diferentes fuentes de información, para tomar una decisión basada en evidencias. Finalmente,
materializarán los conceptos abstractos vistos en el aula en elementos concretos al visitar un manantial
situado en el entorno del alumnado, estableciendo así relaciones entre los conocimientos que poseen y la
realidad. De esta manera, adquirirán conocimientos sobre el estado de los acuíferos de Navarra
fomentando la toma de decisiones con base científica ante la gestión del agua, así como proponer
diferentes medidas para su preservación, especialmente relevante en la situación actual de cambio
climático.

Elementos curriculares

Competencias Criterios de
Competencias clave Saberes básicos
específicas evaluación
CCL: 1, 2, 3
CE1 CE1.1, CE1.2 A. Proyecto científico:
STEM: 1, 2, 3, 5
CE2 CE2.1, CE2.2 A2, A3, A5, A6
CD: 1
CE4 CE4.1 B. Geología:
CPSAA: 3, 4
CE5 CE5.1 B1
CC: 3, 4
Producto final

Con toda la información recopilada, se elaborará un producto final que consistirá en una entrevista en
formato artículo periodístico o formato podcast, donde sintetizarán todo lo aprendido mediante una
entrevista ficticia a un responsable de la obtención y gestión del agua potable de un manantial y así poder
responder a la pregunta del título de la propuesta.

Tabla 2.- Resumen del problema planteado, los elementos curriculares trabajados y el producto final de la situación de aprendizaje.

detrítico), o bien rocas carbonatadas (calizas o dolomías) alimentario en la parte superior; Fig. 2) y de los efectos de
previamente fracturadas (acuífero kárstico) que simularán, la sobreexplotación de acuíferos (succionando el agua con
en ambos casos, materiales permeables (Fig. 2). En este un dispensador que simule un pozo; Fig. 2). Los grupos
último caso, las rocas carbonatadas se pueden conseguir de con un tipo de acuífero se tendrán que intercambiar con
afloramientos naturales o de canteras y se colocan de modo los grupos que tienen el otro tipo para responder a todas
que queden fisuras pequeñas (se puede fracturar si las rocas las preguntas.
son muy grandes). Finalmente, el alumnado, de forma individual, ten-
Una vez construidos, los grupos tendrán que ir respon- drá que resolver dos problemas medioambientales apli-
diendo a una serie de preguntas (Tabla 3) haciendo uso de cando los conceptos adquiridos previamente en el uso
sus modelos para comprender el comportamiento de las de las maquetas (Fig. 3). El primer problema trata sobre
aguas subterráneas (arrojando agua en la parte superior), de la sobreexplotación y consiste en señalar los pozos de
los contaminantes en los acuíferos (depositando colorante los cuales se pueden extraer agua y en cuáles podríamos

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Acuífero Acuífero
detrítico kárstico
Intenta generar lluvia en la parte alta vertiendo agua suavemente
¿Por qué el agua no se queda en la superficie?
¿Por dónde fluye el agua en el subsuelo?
¿Por qué no llega el agua a la capa inferior de tierra limosa?
¿El agua subterránea sale a la superficie? Si es así, ¿qué se forma?
¿La velocidad del agua subterránea es igual en los dos tipos de acuíferos?
Si no es así, ¿a qué se debe?
Los campos de regadío han sido fertilizados en exceso. Intenta simular el exceso de fertilizante echando
colorante y simula riego excesivo vertiendo mucha agua de forma suave
¿La contaminación afecta a las aguas subterráneas? ¿Por qué?
¿La contaminación puede afectar al río? ¿Por qué?
Por último, simula un pozo de sondeo succionando agua con un dispensador
¿Hasta que profundidad tienes que insertar el frasco lavador o el
dispensador para recoger agua?
¿Desaparece algún elemento superficial debido a la sobreexplotación del
acuífero? ¿Por qué?
Tabla 3.- Preguntas formuladas al alumnado durante el uso de las maquetas de acuíferos de la actividad 2 «Haciendo visible lo invisible».

variar el régimen hídrico del río, mientras que el segun- de sondeo de un hipotético pueblo y al río, así como
do problema se centra en la contaminación, donde hay intuir la velocidad del contaminante entre las aguas sub-
que deducir si un exceso de purines afectará a los pozos terráneas y las superficiales.

Fig. 3.- Ejemplo de dos problemas medioambientales formulados al alumnado tras el uso de las maquetas de acuíferos de la actividad
2 «Haciendo visible lo invisible».

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24 ALFABETIZACIÓN CIENTÍFICA EN AGUAS SUBTERRÁNEAS: ANÁLISIS Y PROPUESTA
DIDÁCTICA PARA LA ESO

Fig. 4.- A) Visor IDENA con las capas del mapa de litologías 1:1.000.000 del IGME, las zonas vulnerables a la contaminación por
nitratos y el contorno de Navarra, que usará el alumnado en la actividad 3 «¿He estado cerca de un acuífero en Navarra?». B) Masas
de agua en Navarra según el tipo de litología (modificado a partir de Gobierno de Navarra, 2008).

Actividad 3 «¿He estado cerca de un acuífero en Navarra?» Posteriormente inferirán si los acuíferos presentan al-
gún tipo de amenaza cargando las capas que crean con-
Objetivo. Localizar los principales acuíferos de Na- venientes. Es importante dejar que exploren la herramien-
varra, identificar de qué tipo son e inferir las principales ta para que comprendan el funcionamiento básico de los
amenazas que presentan mediante el uso de sistemas de SIG, como que las capas superiores ocultan a las capas
información geográfica. inferiores. El profesor puede guiar este proceso mediante
preguntas como «¿qué tipo de contaminantes podemos en-
Desarrollo. Esta actividad introduce a los estudiantes en el contrar en el agua?», «¿la agricultura puede ser fuente de
uso de sistemas de información geográfica (SIG) para obtener contaminantes?”, «¿qué tipo de fertilizantes se usan?» o
testimonios y sacar conclusiones a partir de datos espaciales, «¿de qué manera le podemos dar nitrógeno a las plantas?».
muy usados en el ámbito de las ciencias ambientales. Para Así podrán llegar a una capa con las zonas vulnerables a la
ello, se utiliza el visor online de infraestructuras de datos espa- contaminación por nitratos y comprobar que los acuíferos
ciales de Navarra (IDENA; https://idena.navarra.es/navegar/) de tipo detrítico, situados en la mitad meridional de Na-
donde el alumnado, en grupos de dos, tendrá que deducir dón- varra, pueden presentar problemas de contaminación por
de puede haber acuíferos en Navarra y de qué tipo, a partir de nitratos (Fig. 4A), ya que es donde se sitúan los campos de
la observación del mapa de litologías a escala 1:1.000.000 del regadío, llegando a establecer una relación causal.
IGME (esta escala permite obtener un mapa de litologías de El resultado final consistirá en un mapa de Navarra
Navarra simplificado) que será cargado como capa WMS me- donde estén delimitados los principales acuíferos, el tipo
diante una dirección URL proporcionada por el docente (Fig. de acuífero que es y si existen amenazas actuales en cuan-
4A). Debido a que el mapa de litologías abarca toda España, to a sobreexplotación o contaminación. Pueden hacer una
es útil cargar la capa “Línea de contorno de Navarra” para captura de pantalla del mapa y delimitar las zonas dónde
centrarnos en esta comunidad (Fig. 4A). Adicionalmente, se se encontrarían acuíferos mediante un editor de imágenes.
puede añadir información que ayude a situarnos, como los
nombres de municipios, de ríos, etc. Una vez cargadas todas Actividad 4 «Argumentado sin ser un cuñao»
las capas, los estudiantes tendrán que identificar áreas donde
puede haber acuíferos en base a la litología que están viendo. Objetivo. Argumentar usando evidencias científicas so-
Se puede guiar este paso indicándoles que se centren en las bre controversias sociocientíficas en torno a la gestión del
rocas carbonatadas (calizas o dolomías en azul) y en litologías agua que permita tomar decisiones informadas.
de rocas detríticas separando las gravas, conglomerados, are-
nas y limos por un lado (color naranja claro) y las arcillas por Desarrollo. En esta actividad los alumnos, en grupos
el otro (color naranja oscuro). Se les indicará que recuerden de dos, han de elegir una polémica sociocientífica en torno
qué propiedades tienen esas rocas para poder albergar y trans- al agua que requiera poner en práctica los conocimientos
portar agua. De este modo tendrán que descartar, básicamen- adquiridos durante las actividades previas. El tema puede
te, las zonas donde aparecen arcillas (naranja oscuro), como ser buscado por el alumnado o pueden elegir uno ofertado
muestra la Figura 4B. por el docente. Una vez escogido el tema, los estudiantes

Revista de la Sociedad Geológica de España, 36 (2), 2023


Manuel de Pedro Rodríguez e Isabel Sonsoles de Soto García 25

Elegir una controversia sociocientífica en torno al agua:


¿Agua embotellada o de grifo? / ¿Uso de agua subterránea para regar campos de cultivo a expensas de
sobreexplotar los acuíferos? / ¿Uso de fertilizantes para mejorar la producción a riesgo de contaminar
acuíferos? / Otra: ..............................................

Primero: NO TE POSICIONES Y PONTE EN EL LUGAR DEL OTRO

¿Cuál crees que son los motivos que sostienen las ¿Cuál crees que son los motivos que sostienen las
personas que defienden una postura? personas que defienden la otra postura?

Segundo: BUSCA EVIDENCIAS Y SÉ CRÍTICO

¿Usa ¿Es coherente


¿Apoyan las
Fuente de ¿Cuál es la idea ¿El autor/a evidencias que con los
evidencias la
información principal? tiene intereses? apoyen la idea conocimientos
conclusión?
principal? científicos?

Tercero: CONCLUYE

Propuesta/conclusión Evidencias a favor Evidencias en contra

Tabla 4.- Guion entregado al alumnado para realizar la actividad 4 «Argumentado sin ser un cuñao».

tendrán que seguir un guion para facilitar el proceso de ar- teta con cuatro paradas (Fig. 5A). En la primera parada, el
gumentación divido en tres grandes apartados (Tabla 4), alumnado tendrá que reconocer las rocas del entorno (caliza
empezando por indicarles que no se posicionen y que pi- y margas) mediante pruebas sencillas (uso de ácido clorhídri-
ensen por qué la gente actúa de una manera o de otra. El se- co, recogida de muestras mediante un martillo de geólogo)
gundo apartado trata de evaluar las piezas de información para poder identificar el tipo de acuífero en el que se encuen-
que vayan encontrando sobre el tema. Por último, el tercer tran (kárstico). Posteriormente, los estudiantes usarán la ficha
apartado consiste en concluir en base a las evidencias de- proporcionada para la salida, donde tendrán que observar un
tectadas, tanto a favor y como en contra. corte geológico que cruza el manantial de Arteta (Fig. 5C)
Una vez completado el guion, se hará una exposición para indicar el posible lugar de salida del agua del acuífero
oral donde cada grupo argumentará su postura en base a (donde el agua, almacenada en las calizas karstificadas, se
evidencias, sin importar si hay grupos que repiten el mismo topa con el material impermeable de las margas) y que dará
tema y las mismas conclusiones. pie a la definición de qué es un manantial (no visto en ninguna
actividad previa). A continuación, en la parada nº 2, pasarán a
Actividad 5 «A mojarnos los pies al manantial de Arteta» ver el manantial donde observarán cómo salen las aguas del
subsuelo a la superficie (Fig. 5B). Posteriormente, en la para-
Objetivo. Reconocer el tipo de acuífero identificando da nº 3 visitarán el centro de información y sensibilización
las rocas in situ, comprender el origen de los manantia- de las Aguas Subterráneas, situado en las inmediaciones del
les, familiarizarse con las diferentes formas del modelado manantial, donde se exponen diversas maquetas sobre las for-
kárstico y conocer la influencia del sustrato en la com- maciones geológicas del modelado kárstico. Deberán escribir
posición química del agua. el nombre de las formaciones en una ilustración en blanco que
aparece en el guion. Por último, en la parada nº 4 se recogerá
Desarrollo. Esta actividad comprende dos partes. La una muestra de agua proveniente del manantial que posterior-
primera consiste en una salida de campo al manantial de Ar- mente analizarán en el laboratorio.

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26 ALFABETIZACIÓN CIENTÍFICA EN AGUAS SUBTERRÁNEAS: ANÁLISIS Y PROPUESTA
DIDÁCTICA PARA LA ESO

Fig. 5.- Ficha proporcionada a los estudiantes en la actividad 5 «A mojarnos los pies al manantial de Arteta». A) Mapa con las 4
paradas de la salida de campo. B) Foto del manantial de Arteta (Mancomunidad Comarca de Pamplona). C) Corte geológico que
cruza el manantial de Arteta (modificado del corte III’-III de la hoja 114-IV del Mapa Geológico de Navarra 1:25.000, Gobierno de
Navarra, 1996).

La segunda parte de la actividad consiste en valorar la probar que los valores de ésta son similares a los valores de
influencia del sustrato en la composición química del agua. las muestras recogidas en el manantial de Arteta (acuífero
Para ello, el alumnado tendrá que medir la conductividad kárstico) y a la muestra en contacto con la caliza, llegando
eléctrica del agua, mediante un conductímetro (Fig. 6A), a la conclusión de que el agua potable de la comarca de
de las muestras de agua que han recogido y compararla Pamplona proviene de un acuífero kárstico.
con el agua de grifo y con muestras de agua en contacto Al finalizar la práctica, el profesor les devolverá el
con granito, caliza o yeso (Fig. 6B), preparadas por el do- cuestionario de cocimientos previos que tuvieron que rel-
cente unas semanas antes. Los valores los escribirán en una lenar al comienzo de esta propuesta didáctica, con el obje-
tabla proporcionada por el docente y tendrán que explicar tivo de que se autocorrijan para que comprendan lo que han
a qué se deben las diferencias (la conductividad eléctrica aprendido a lo largo de esta propuesta.
depende de la cantidad de sales disueltas en el agua que
dependen, a su vez, del sustrato con el que haya estado en Actividad 6 «Preparación del producto final»
contacto). Así comprobarán que el agua en contacto con
el granito apenas contiene sales disueltas, como se men- Objetivo. Elaborar una entrevista en formato periodísti-
ciona en las etiquetas de aguas embotelladas procedentes co o en formato pódcast que sintetice los conocimientos
del centro peninsular donde abundan este tipo de sustratos. adquiridos sobre las aguas subterráneas.
En el otro extremo, las aguas en contacto con yesos pre-
sentan el mayor grado de mineralización debido a la alta Desarrollo. Esta actividad consiste en realizar una en-
disolución de las sales. Opcionalmente, se puede medir trevista ficticia, en grupos de dos, entre un periodista y un
la conductividad eléctrica de aguas embotelladas saladas responsable de la obtención y gestión del agua potable
para comprobar que presenta una concentración muy alta de la comarca de Pamplona, suministrada a partir de un
de sales y aun así sigue siendo perfectamente potable. Por manantial. La entrevista puede hacerse en formato de artí-
último, deberán deducir el origen del agua de grifo al com- culo periodístico (no debe superar más de una hoja) o en

Revista de la Sociedad Geológica de España, 36 (2), 2023


Manuel de Pedro Rodríguez e Isabel Sonsoles de Soto García 27

Fig. 6.- A) Medición de la conductividad eléctrica del agua de grifo de Pamplona mediante un conductímetro planteada en la Actividad
5 «A mojarnos los pies al manantial de Arteta». B) Muestras de agua en contacto con granito, caliza y yeso, con sus respectivos valores
de conductividad eléctrica donde podemos observar que el valor del agua en contacto con la caliza es similar al valor del agua de grifo,
evidenciando que el agua potable de Pamplona proviene de un acuífero kárstico.

formato pódcast (debe durar entre 5 y 10 minutos), donde En conclusión, la situación de aprendizaje propuesta inten-
un miembro del grupo actuará como entrevistador y el otro ta mejorar la alfabetización científica en torno a las aguas
como entrevistado. En ambos casos, los alumnos contarán subterráneas en la Educación Secundaria Obligatoria, sin
con un guion que les indicará que la entrevista debe contar la cual no se entiende el ciclo del agua.
con, al menos, un apartado introductorio presentando al en-
trevistado (breve biografía, puesto que ocupa y funciones Agradecimientos y financiación
que desempeña), seguido de un apartado de preguntas y
respuestas sobre la obtención y la gestión del agua potable Queremos agradecer las sugerencias y aportaciones
de un manantial, y acabar con un apartado de conclusión realizadas por los revisores del artículo, que han sido de
y despedida. De esta manera, la entrevista deberá refle- gran utilidad para mejorar la calidad del documento. La
jar, entre otras posibilidades, de dónde proviene el agua presente investigación no ha recibido ayudas específicas
de un manantial (acuífero), qué tipos de litologías pueden provenientes de agencias del sector público, sector comer-
albergar aguas subterráneas y cómo se mueven éstas por cial o entidades sin ánimo de lucro.
un acuífero, así como los peligros de agotamiento de un
acuífero (escasez de lluvias, sobreexplotación, entre otras) Contribución de autores/as
o de contaminación (fertilización en exceso, animales
muertos arrojados a simas, etc.). Elaboración del manuscrito, investigación, obtención/
análisis de datos, diseño de actividades de la situación de
Conclusiones aprendizaje, figuras, M.P.R.; mejora y completado de las
actividades, revisión, corrección y supervisión del manus-
Respecto a hace dos décadas, la relevancia de las aguas crito, I.S.dS.G.
subterráneas en la mayoría de los libros de texto de la ESO
ha mejorado en los últimos años, dedicando más de una Referencias
página e incluyendo ilustraciones de acuíferos tanto de tipo
kárstico como detrítico. Aun así, los problemas de sobreex- Abtew, W., Melesse, A., 2013. Climate Change and
plotación y contaminación siguen sin ser habituales en los Evapotranspiration. En: Evaporation and Evapotranspiration,
(W. Abtew y A. Melesse, Eds.). Springer Dordrecht, 197-
libros de textos. La nueva ley educativa, la LOMLOE, no
202. https://doi.org/10.1007/978-94-007-4737-1_13
ofrece un mejor escenario ya que las aguas subterráneas no Aguilera, D., 2018. La salida de campo como recurso didáctico
aparecen mencionadas de forma explícita en su currículo. para enseñar ciencias. Una revisión sistemática. Revista
A pesar de esto, la ley sí que ofrece una oportunidad para Eureka sobre Enseñanza y Divulgación de las Ciencias,
mejorar su enseñanza al tener los docentes que diseñar si- 15(3): 3103. https://doi.org/10.25267/Rev_Eureka_ensen_
tuaciones de aprendizaje que impliquen el uso de metodo- divulg_cienc.2018.v15.i3.3103
logías proactivas como la modelización, la argumentación Andreu Rodes, J.M., Fernández Mejuto, M., 2019. Las aguas
y las salidas de campo, que han demostrado ser eficaces subterráneas en España: hacia la sostenibilidad del recurso.
para entender conceptos abstractos, como el de las aguas En: Congreso Nacional del Agua 2019: innovación y
sostenibilidad. Temática: aguas superficiales y subterráneas,
subterráneas. Además, con estas metodologías el alumnado
(J. Melgarejo Moreno, Ed.). Universitat d’Alacant, 1229-
no solo obtiene conocimientos científicos, sino que tam- 1254. https://doi.org/10.14198/Congreso-Nacional-del-
bién adquiere destrezas y actitudes científicas, que también Agua-Orihuela-2019
establece la LOMLOE, con el fin de formar una ciudadanía Assaraf, O.B.Z., Orion, N., 2005. Development of system
crítica capaz de tomar decisiones informadas en torno a la thinking skills in the context of earth system education.
gestión del agua y así contribuir a un desarrollo sostenible. Journal of Research in Science Teaching, 42(5): 518-560.

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Revista de la Sociedad Geológica de España 36 (2)


ISSN (versión impresa): 0214-2708 https://doi.org/10.55407/rsge.99970
ISSN (Internet): 2255-1379

LOS MONTES OBARENES: DIAPIRISMO E INVERSIÓN


TECTÓNICA EN EL MARGEN SUR DE LA CUENCA
VASCO-CANTÁBRICA
The Obarenes Mountains: squeezed diapirs associated with tectonic inversion in the southern margin of the Basque-
Cantabrian Basin

Sergio Mirumbrales Ayllón1, Antonio M. Casas Sainz2 y Teresa Román Berdiel2

Departamento de Ciencias de la Tierra, Universidad de Zaragoza, Pedro Cerbuna 12, 50009 Zaragoza.
1

sergio.2kmil@gmail.com
2
Departamento de Ciencias de la Tierra, Geotransfer-IUCA, Universidad de Zaragoza, Pedro Cerbuna 12, 50009
Zaragoza. acasas@unizar.es, mtdjrb@unizar.es

Abstract: The Sierra de Cantabria and the Obarenes Mountains are the southern limit
of the Basque-Cantabrian Basin, whose tectonic inversion occurred as a consequence of
the Alpine compression during the Paleogene/Neogene. This study presents a structural
analysis in which the main structures of the Obarenes Mountains are mapped in detail,
with special emphasis on the geometry and evolution of the Sierra de Cantabria-Montes
Obarenes Frontal overthrust. To this end, geological mapping was carried out at a 1:25,000
scale and structural data were collected to define the structures present and to construct four
geological cross-sections. The area is characterised by a system of folds and thrusts with
a local E-W direction and southwards vergence. This belt formed by Mesozoic materials is
detached from the basement, implying a case of thin-skinned tectonics in which the Upper
Triassic (Keuper facies) is the main detachment level. From the geometrical point of view,
the thrust front shows features resulting both from the inversion of previous extensional
structures and from the squeezing of Mesozoic diapirs aligned with the basin margin.
Paleostresses inferred from pitted cobbles, indicate a NNW-SSE dominant compression,
thus suggesting a slight strike-slip component for the main thrust.

Keywords: Basque-Cantabrian Basin, Obarenes Mountains, thin-skin tectonics, Sierra de


Cantabria-Montes Obarenes Frontal Thrust, squeezed diapirs.

Resumen: La Sierra de Cantabria y los Montes Obarenes suponen el límite meridional de


la Cuenca Vasco-Cantábrica, cuya inversión tectónica se produjo como consecuencia de
la Orogenia Alpina. En este estudio se presenta un análisis estructural de las principales
estructuras de un sector de los Montes Obarenes, poniendo especial énfasis en la geometría
y evolución del Cabalgamiento Frontal de Sierra de Cantabria-Montes Obarenes. Con este
fin, se ha realizado una cartografía geológica a escala 1:25.000, así como la toma de datos
estructurales que han permitido construir cuatro cortes geológicos y definir las estructuras
presentes. Se concluye que el área de estudio se caracteriza por un sistema de pliegues
y cabalgamientos de dirección localmente E-W y vergencia sur. Este cinturón formado
por materiales mesozoicos se encuentra despegado del basamento suponiendo un caso de
tectónica de piel fina en el que el Keuper actúa como nivel de despegue principal. Desde
el punto de vista geométrico, el frente de cabalgamiento presenta rasgos resultantes tanto
de la inversión de estructuras extensionales previas como del aplastamiento de diapiros
mesozoicos alineados con el margen de la cuenca. Los estados de esfuerzos inferidos a

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Sergio Mirumbrales Ayllón, Antonio M. Casas Sainz y Teresa Román Berdiel 31

partir de lineaciones de disolución de clastos indican la existencia de una cierta componente


direccional.

Palabras clave: Cuenca Vasco-Cantábrica, Montes Obarenes, tectónica de piel fina,


Cabalgamiento Frontal de Sierra de Cantabria-Montes Obarenes, squeezed diapirs.

Mirumbrales Ayllón, S., Casas Sainz, A. M., Román Berdiel, T., 2023. Los Montes Obarenes:
diapirismo e inversión tectónica en el margen sur de la Cuenca Vasco-Cantábrica. Revista
de la Sociedad Geológica de España, 36 (2): 30-45.

Introducción otro en la medida de orientaciones de juntas de extensión


y fallas conjugadas en las calizas y dolomías del Cretácico
La Cuenca Vasco-Cantábrica (CVC) constituye la pro- Superior, además de lineaciones de disolución en cantos
longación occidental de la Cadena Pirenaica. El estudio de impresos de conglomerados cenozoicos. Cabe destacar
esta cuenca se ha realizado desde diferentes puntos de vista que, a pesar del intensivo trabajo de campo realizado, el
a lo largo de las últimas décadas (Portero y Ramírez del número de datos estructurales obtenidos es escaso, debido
Pozo, 1972; Martínez Torres et al., 1984; Rat, 1988; Her- a la densa cobertera vegetal y a la alteración superficial
náiz-Huerta et al., 1993; Cuevas et al., 1999; Pedrera et de muchos materiales de la serie, sin embargo, conside-
al., 2017; Floquet y Martín-Chivelet, 2019; Muñoz, 2019) ramos que la información es valiosa y permite reconstruir
y cabe destacar los perfiles de sísmica de reflexión del pro- una buena parte de la evolución de la zona. Como informa-
yecto MARCONI (Fernández-Viejo et al., 2011; Roca et ción complementaria de cara a la interpretación general, en
al., 2011; Carola et al., 2015) que han permitido interpretar las dos cuencas cenozoicas se midieron paleocorrientes en
la estructura profunda de la misma. El interior de la CVC, materiales del Mioceno. Los datos medidos se procesaron
en su mitad sur, presenta una estructura de pliegues laxos posteriormente mediante los softwares StereoNet (Allmen-
(Ábalos, 2016), pero en su margen sur, en su contacto con dinger et al., 2013; Cardozo y Allmendinger, 2013) y Faul-
la Cuenca del Ebro, su estructura se complica considera- tKin (Marrett y Allmendinger, 1990). Para el caso de las
blemente. En este sentido, Ramírez del Pozo (1973) definió fallas conjugadas, se trataron utilizando el método de los
la “Franja Móvil de Sierra de Cantabria-Montes Obarenes” diedros rectos (Angelier y Mechler, 1977).
como un cinturón de pliegues y cabalgamientos de direc-
ción E-W y vergencia generalizada hacia el sur. Diferentes Situación Geológica
trabajos tratan sobre la estructura en superficie de la Sierra
de Cantabria como son los de Martínez Torres (1984, 1993) La Cuenca Vasco-Cantábrica (CVC) abarca desde el
o los de Ábalos y Llanos (1998). Este cinturón se inscribe contacto con el Pirineo Centro-Oriental mediante la deno-
en el Surco Navarro-Cántabro (Barnolas y Pujalte, 2004). minada Falla de Pamplona hasta el contacto con el Macizo
No obstante, no existen estudios que traten la estructura Ibérico en Asturias. La Falla de Pamplona presenta orien-
en detalle de los Montes Obarenes, que constituyen el seg- tación NNE-SSW y a lo largo de la misma se superponen
mento occidental de esta alineación montañosa. El objetivo una serie de diapiros alineados, cuyo núcleo está formado
principal del presente estudio es la caracterización estruc- por la facies Keuper del Triásico Superior (Brinkmann y
tural de un sector del margen sur de la CVC localizado al Logters, 1968; Cuevas et al., 1999). En su límite meri-
suroeste de la ciudad de Miranda de Ebro (Fig. 1B) y su dional el Pirineo Occidental o Cuenca Vasco-Cantábrica
contacto con las cuencas cenozoicas del Ebro y de Miran- limita con la Cuenca del Ebro (Fig. 1A, Muñoz-Jiménez y
da. La Cuenca del Ebro es el antepaís del cabalgamiento Casas-Sainz, 1997).
surpirenaico (en nuestro caso, la denominada Franja Mó- La CVC se divide geológicamente en tres sectores: El
vil) y la Cuenca de Miranda se define como una cuenca Arco Vasco, el Surco Navarro-Cántabro y la Plataforma
intramontañosa (Robles et al., 2014) rellena por materiales Norcastellana (Barnolas y Pujalte, 2004). El Surco Nava-
de origen continental y transportada como cuenca de pig- rro-Cántabro está caracterizado por ser la parte marginal
gyback en el bloque superior del cabalgamiento surpire- de una zona con elevada subsidencia durante el Mesozoico
naico. (Barnolas y Pujalte, 2004; García-Senz et al., 2019) y por
una tectónica, post-inversión, de piel fina. Limita al ENE
Metodología con el Arco Vasco mediante la falla de Bilbao-Alsasua. El
área de estudio se localiza en el límite meridional del Sur-
Con el fin de caracterizar la estructura de la zona de es- co Navarro-Cántabro de la CVC en el contacto entre este
tudio se realizó una cartografía geológica a escala 1:25.000 y la Cuenca del Ebro (Fig. 1B). En la zona de estudio los
en la que se muestran las estructuras más importantes del materiales mesozoicos (Triásico superior-Maastrichtiense)
área. De forma complementaria a la cartografía se han se superponen a los cenozoicos de la cuenca del Ebro (Oli-
realizado cuatro cortes geológicos seriados de direcciones goceno-Cuaternario) mediante el Cabalgamiento Frontal
N-S y NE-SW. La toma de datos se centró por un lado en de Sierra de Cantabria-Montes Obarenes. Al norte de este
la medida de la orientación de la estratificación (S0), y por contacto, en el bloque superior del cabalgamiento, se loca-

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32 INVERSIÓN TECTÓNICA Y DIAPIRISMO EN LOS MONTES OBARENES

Fig. 1.- A) Contexto geológico y principales sectores geológicos de la Cuenca Vasco-Cantábrica (tomado de Robles et al., 2014).
B) Imagen del Modelo Digital del Terreno con la ubicación del área de estudio. Se delimita el Cabalgamiento Frontal de la Sierra de
Cantabria-Montes Obarenes así como las principales masas diapíricas cercanas: Diapiro de Poza de la Sal, Diapiro de Salinas de Añana,
y Diapiro de Salinillas de Buradón. El recuadro rojo indica el área de estudio.

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Sergio Mirumbrales Ayllón, Antonio M. Casas Sainz y Teresa Román Berdiel 33

lizan los materiales lacustres (Mioceno) de la cuenca intra- gada cobertera de calizas del Cretácico Superior por debajo
montañosa de Miranda (Robles et al., 2014), que presenta de los materiales cenozoicos.
geometría sinclinal (Fig. 1A).
Las estructuras principales del área de estudio, de norte Estratigrafía
a sur, vienen definidas por: 1) el flanco sur del Sinclinal
de Miranda-Treviño-Urbasa, de dirección E-W, estructu- Pese a no aflorar en el área de estudio, en los alre-
ra que se alarga unos 60 Km en la dirección de su eje y dedores de la zona de estudio se encuentran numerosos
presenta una longitud de onda de 15 km, en cuyo núcleo afloramientos del Triásico Superior en facies Keuper
se encuentran los materiales cenozoicos de la Cuenca de constituyendo el núcleo de diapiros salinos. Algunos de
Miranda, que alcanzan los 3500 m de espesor en su de- los ejemplos más relevantes son el diapiro de Salinas de
pocentro (Astibia et al., 2000). 2) Al sur de la Cuenca de Añana, el diapiro de Poza de la Sal y, de menores dimen-
Miranda aparece la mencionada Franja Móvil de Montes siones, el diapiro de Salinillas de Buradón (Fig. 1B). En
Obarenes-Sierra de Cantabria, caracterizada por un cintu- el sondeo Laño 2 (ver situación en la Fig. 1B), cuya pro-
rón de pliegues y cabalgamientos de dirección aproxima- fundidad es de 2195 m, realizado por la compañía CIEP-
da N100E. La estructura principal de este dominio es su SA en 1958 se atribuye a la facies Keuper una potencia
Cabalgamiento Frontal, cuya traza cartográfica presenta de 75 m (Lanaja, 1987). Esta unidad constituye el nivel
dirección E-W. 3) La Cuenca del Ebro, rellena por mate- plástico en el que se enraízan la mayoría de las fallas pre-
riales aluviales, lacustres y fluviales, que ha actuado como sentes en la zona y actúa como nivel de despegue regio-
cuenca de antepaís de la CVC, y cuyo conocimiento en su nal. Los materiales más antiguos aflorantes en la zona de
sector occidental experimentó un fuerte desarrollo a partir estudio corresponden al tránsito Rhaetiense-Hettangiense
de la década de 1950 (Riba, 1956; Muñoz Jiménez, 1991). y se identifican como calizas dolomíticas brechificadas
La compañía CAMPSA realizó el sondeo Rioja-3 (ver de tonos grises con restos de bivalvos y rellenos arcillo-
situación en la Fig. 1B) de 5395 m de profundidad entre sos de tonalidad anaranjada que se corresponderían con
los años 1978-79 (Lanaja, 1987), en el que se atraviesan la Formación Cortes de Tajuña (Fig. 2A). Estos son los
5120 m de sedimentos cenozoicos en las inmediaciones únicos materiales jurásicos aflorantes en la zona. Sobre la
del frente de cabalgamiento. En este sondeo los materiales Fm. Cortes de Tajuña se superponen en discordancia los
cenozoicos se encuentran inmediatamente por encima de materiales del Cretácico Inferior en facies Weald (Valan-
pizarras paleozoicas. No obstante, otros sondeos realizados giniense-Hauteriviense). Esta unidad está formada por ar-
en el Surco Riojano (Casas-Sainz, 1992) muestran una del- cillas de tonos rojizos en las que se intercalan cuerpos de

Fig. 2.- A) Columna estratigráfica del Mesozoico de la franja móvil de los Montes Obarenes-Sierra de Cantabria. B) Columna
estratigráfica del Cenozoico de la Cuenca de Miranda. C) Columna estratigráfica del Cenozoico de la Cuenca del Ebro.

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34 INVERSIÓN TECTÓNICA Y DIAPIRISMO EN LOS MONTES OBARENES

Fig. 3.- Diagrama en rosa de las paleocorrientes. A) Paleocorrientes de la Cubeta de Miranda obtenidas al NE de la zona. B) Dirección
de las paleocorrientes obtenidas en la cuenca del Ebro, en la parte SE de la zona de estudio.

calizas dolomitizadas de color ocre. La Formación Utri- que indican una dirección de aporte SSE-NNW (Fig. 3A).
llas, cuya litología se compone de arenas eólicas y lutitas Asociadas a las arcillas lacustres se superpone “la Facies
con niveles de carbón y frecuentes costras ferruginosas Carbonatada de Miranda” constituida por una serie de cali-
(Aguilar et al., 1971) se presenta discordante por encima zas y margas de tonos blanco-grisáceos bien estratificadas
de la facies Weald. Es una unidad diacrónica cuyo regis- (Mioceno). Bajo los materiales miocenos se encuentra una
tro en la CVC comienza en el Albiense superior y finali- secuencia de materiales constituidos por calizas blancas la-
za en el Cenomaniense inferior (Arostegui et al., 2000). custres y margas ocres en estratos con orientación E-W y
En concordancia con las Arenas de Utrillas se dispone buzamiento comprendido entre 35 y 50ºN. Algunos autores
la denominada “Serie Calcárea del Cretácico Superior”. (Robles et al., 2014) atribuyen a estos materiales una edad
Esta serie abarca desde el Cenomaniense medio hasta el Oligocena.
Santoniense inferior. Se caracteriza por el predominio de En la Cuenca del Ebro se aprecian cuerpos de con-
calizas, generalmente tableadas, de tonos grises (Aguilar glomerados a lo largo de todo el frente de cabalgamiento,
et al., 1971). También hay un tramo de calizas nodulosas correspondientes a las facies proximales de abanicos alu-
que han sido atribuidas al Turoniense (Portero y Ramírez viales. Estos conglomerados presentan esqueleto de cantos
del Pozo, 1972). La Serie Calcárea del Cretácico Superior calcáreos. Algunos de estos cantos contienen bioclastos
se diferencia de las calcarenitas del Santoniense superior (restos de briozoos y rudistas principalmente). Su matriz
en que estas muestran tonos ocres con niveles arenosos se compone de arcillas y arenas de color anaranjado. Esta
a techo. En el Campaniense aparece un nivel de arenas formación se ha definido como Formación Conglomerados
finas de aspecto similar a la Formación Utrillas. No obs- del Perdón (Castiella et al., 1978), atribuidos al Oligoceno
tante, en este caso no aparecen niveles carbonosos ni cos- superior. Estratigráficamente por encima de estos conglo-
tras ferruginosas. Para terminar con los materiales meso- merados (y probablemente también en cambio lateral de
zoicos se distingue un nivel de dolomías grises de 20 m facies hacia el centro de la cuenca) se disponen las are-
de potencia correspondiente al Maastrichtiense (Fig. 2A). niscas de origen fluvial de la Formación de Haro. Estas
En la Cuenca Intramontañosa de Miranda los mate- areniscas presentan tonos ocres y numerosas laminaciones
riales son principalmente de origen aluvial, lacustre y flu- cruzadas en las que se han podido medir direcciones de pa-
vial (Fig. 2B). Destaca en el paisaje la “Facies Detrítica leocorrientes que indican flujo en dirección NW-SE (lon-
de Miranda” constituida principalmente por arcillas de gitudinal a la cuenca, ver Muñoz Jiménez, 1991, Fig. 3B).
tonos rojos (Mioceno inferior). Incluidos dentro de ellas Se han asimilado a las “Facies de Haro” todos aquellos
se encuentra depósitos de conglomerados poco cementa- materiales con características similares a esta formación y
dos de clastos principalmente calcáreos y matriz arenosa edades comprendidas entre el Mioceno y el Plioceno (Fig.
con intercalaciones lenticulares de areniscas de tonos ana- 4), que presentan espesores comprendidos entre 100 y 200
ranjados, correspondientes a materiales de origen fluvial. m en la zona próxima al frente de cabalgamiento (Portero
En los cuerpos lenticulares se midieron paleocorrientes, y Ramírez del Pozo, 1977; Lanaja, 1987).

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Sergio Mirumbrales Ayllón, Antonio M. Casas Sainz y Teresa Román Berdiel 35

Macroestructura La continuidad lateral de este anticlinal es de aproxi-


madamente 1,5 Km y su traza cartográfica presenta una
Desde el punto de vista macroestructural, la estructura dirección aproximada WNW-ESE. Este pliegue volca-
general de los Montes Obarenes-Sierra de Cantabria se co- do hacia el sur con engrosamiento de charnela y flancos
rresponde con un cinturón de pliegues y cabalgamientos de adelgazados afecta, en superficie, a las unidades en facies
dirección variable desde ENE-WSW a E-W y NW-SE, con Weald, a las Arenas de Utrillas y a la Serie Calcárea del
vergencia sur, que cabalga sobre la Cuenca del Ebro (Fig. Cretácico Superior. En profundidad, el núcleo de este anti-
4). La estratificación de las unidades cretácicas tiene una clinal está ocupado por materiales de la facies Keuper y por
dirección media N104E con buzamientos variables tanto las carniolas de la Formación Cortes de Tajuña (Fig. 6B).
hacia el norte como hacia el sur, lo que permite definir una El cabalgamiento frontal se divide en este punto en dos
dirección general de plegamiento WNW-ESE (10/284, Fig. superficies. Más al norte, se identifican también dos fallas
5). Esta dirección es coherente con la mayoría de los plie- normales de orientación NNW-SSE que afectan a los mate-
gues encontrados en la zona de estudio (Fig. 4). riales cretácicos, con buzamiento hacia el norte (Fig. 6B).
Con el fin de caracterizar la macroestructura del área de En la Cubeta de Miranda se reconoce una discordancia
estudio se han realizado cuatro cortes geológicos perpen- angular entre las facies carbonatadas (Mioceno superior)
diculares a la dirección estructural principal, que se descri- y las facies detríticas (Oligoceno-Mioceno Inferior) en las
ben a continuación. inmediaciones de la Llana de Orón (Figs. 6B y 7C). La Lla-
na de Orón es una pequeña elevación (701 m s.n.m.) donde
Corte occidental (carretera Bu-730) se puede diferenciar una secuencia inferior constituida por
calizas blancas y margas que presentan dirección W-E y
Este corte corresponde a la parte más occidental de la que buzan entre 45 y 50º hacia el N. Para algunos autores
zona de estudio coincidiendo con el trazado de la carretera (Robles et al., 2014) esta serie es oligocena, anterior a la
Bu-730 que conecta las localidades de Bugedo y Foncea individualización de la Cuenca de Miranda. Por encima de
(Fig. 4). En el bloque superior se aprecian varios cabalga- estos se encuentra una secuencia posterior que se conforma
mientos siendo el más meridional el Cabalgamiento Fron- por arcillas de tonos rojos y una serie de calizas y margas
tal de Sierra de Cantabria-Montes Obarenes (Fig. 6A). blancas lacustres, que presentan buzamientos suaves (10-
El Cabalgamiento de Peña Mayor se extiende lateralmente 15º) hacia el SE.
desde la carretera Bu-730 hacia el W en dirección a Pancorbo. En el bloque inferior del cabalgamiento frontal se man-
Este cabalgamiento afecta al conjunto de la cobertera mesozoi- tiene la estructura descrita anteriormente. Sin embargo, en
ca enraizándose en la facies Keuper. Esta estructura verge hacia este corte no afloran los Conglomerados del Perdón, siendo
el sur y en superficie presenta un plano de dirección 085/30N. las areniscas y arcillas que constituyen la facies de Haro los
Además, se ha interpretado un retrocabalgamiento asociado, materiales que están en contacto con el frente de cabalga-
de poca entidad, que no llega a afectar a las calizas de la Serie miento de Sierra de Cantabria-Montes Obarenes.
Calcárea Cretácica. Este retrocabalgamiento presenta la misma
dirección que el cabalgamiento principal, y al igual que el Ca- Corte centro-oriental (carretera Bu-733)
balgamiento de Peña Mayor, se enraíza en la facies Keuper. En
conjunto, se define una estructura en pop-up caracterizada por Este tercer corte se localiza 2,5 km al este del anterior
la presencia de un anticlinal de bloque superior con buzamien- coincidiendo con el trazado de la carretera Bu-733 y que-
tos bajos en la zona de charnela (Fig. 7A). dando ubicado al oeste de la localidad de Galbárruli (Fig. 4).
Dentro del relleno cenozoico de la Cubeta de Miran- En el bloque superior se puede observar que las arenas
da se diferencian dos unidades; la primera es previa a la del Santoniense se acuñan a medida que nos desplazamos
discordancia angular del Plioceno (Portero y Ramírez del hacia el sur, al igual que les ocurre a las calizas del Maas-
Pozo, 1972) y la segunda, posterior, abarca el Pleistoceno y trichtiense (Fig. 6C). En relación a los cortes que se encon-
el Cuaternario. En el bloque inferior (Cuenca del Ebro) las traban más al W ciertas unidades experimentan también
unidades de la cuenca de antepaís se encuentran plegadas cambios de espesor. Estas unidades abarcan el intervalo
formando un sinclinal donde las capas llegan a presentar temporal comprendido entre el Valanginiense y el San-
buzamientos invertidos que, a medida que incrementa la toniense, que en los cortes aparecen representadas como
distancia con respecto al frente de cabalgamiento, pasan de la facies Weald, la Formación Utrillas y la Serie calcárea
los conglomerados del borde de cuenca a capas de arenis- del Cretácico Superior (Cenomaniense-Santoniense). En
cas subhorizontales en facies de Haro. el Cabalgamiento Frontal de Sierra de Cantabria-Montes
Obarenes el anticlinal de bloque superior (anticlinal de la
Corte centro-occidental Tolacha) está expuesto en el corte de la carretera Bu-733
(Fig. 6C). Se caracteriza por ser un pliegue tumbado con
Este corte se localiza 3 km al este del previamente des- vergencia hacia el sur, con una traza axial de dirección
crito y pasa al este de la localidad de Cellorigo (Fig. 4). Sus E-W. En el corte se aprecia que la geometría general de
características son similares al corte anterior. En el bloque este pliegue pudo haber sido similar a la del Anticlinal de
superior se reconoce el anticlinal de bloque superior del Cellorigo. El flanco septentrional es prácticamente hori-
Cabalgamiento de Sierra de Cantabria denominándose, en zontal. En él aflora la Formación Carniolas de Cortes de
este caso, anticlinal tumbado de Cellorigo (Figs. 6B y 7B). Tajuña y por debajo de ella se encuentra la facies Keuper.

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INVERSIÓN TECTÓNICA Y DIAPIRISMO EN LOS MONTES OBARENES

Fig. 4.- Cartografía geológica del área de estudio en la que se han representado las principales estructuras tectónicas. Así mismo, se aprecian de forma clara los tres dominios descritos en el apartado
de estratigrafía. Se ha marcado la situación de los puntos de medida de estructuras: hexágonos azules para las juntas de extensión, cuadrados rojos para las fallas conjugadas, óvalo morado para las
lineaciones de disolución de clastos (en las proximidades de Foncea).
Sergio Mirumbrales Ayllón, Antonio M. Casas Sainz y Teresa Román Berdiel 37

bloque se enraízan en el Keuper que actúa como nivel de


despegue regional de las mismas, aunque no llega a aflorar
en esta zona. Sin embargo, sí que es posible apreciar el
material inmediatamente suprayacente; la Formación Car-
niolas de Cortes de Tajuña, aflorante en el anticlinal de La
Tolacha y en la klippe de Galbárruli (Figs. 4 y 6C).
En la Cuenca de Miranda se puede discernir la discor-
dancia del Plioceno sobre el Mioceno (Fig. 6D). No se han
identificado deformaciones destacables. En el bloque infe-
rior las unidades dominantes en superficie corresponden a
la facies de Haro.

Mesoestructuras

Definida la macroestructura del área de estudio, a con-


tinuación, se describen los datos de carácter mesoestructu-
ral. A pesar de su escaso número, la utilidad de estos datos
radica en la diferente naturaleza de los mismos y en la in-
terpretación que permiten sobre la geometría, la cinemá-
tica y los estados de esfuerzo que afectaron a los Montes
Fig. 5.- Estereograma (falsilla de Schmidt, hemisferio inferior) Obarenes.
que muestra la orientación media del eje del plegamiento regional
(cuadrado hueco, 10/284) y el plano de movimiento (014/80 E) Lineaciones de disolución de clastos
obtenido a partir de los planos de S0 en materiales Cretácicos.
Las lineaciones de disolución de clastos se tomaron en
Con respecto a los materiales de la Cubeta de Miranda la Formación Conglomerados del Perdón del Oligoceno
estos buzan ligeramente hacia el sur sin presentar defor- superior, en las inmediaciones de la localidad de Foncea
maciones notables. En el bloque inferior se mantiene la es- (ver la situación del punto de medida en la figura 4). Este
tructura de los dos cortes anteriores, pero en este caso los conglomerado presenta un plano medio de estratificación
Conglomerados del Perdón vuelven a aparecer asociados 068/50S. Las lineaciones de disolución presentes en los
al frente de cabalgamiento. contactos entre clastos del conglomerado sintectónico de
Foncea (Fig. 8A) muestran una dirección dominante NNE-
Corte oriental SSW. Además, se aprecia un máximo secundario en di-
rección NNW-SSE. El diagrama de densidad muestra un
Este corte es el más oriental del área de estudio y co- tercer máximo en dirección ESE-WNW.
rresponde a la transversal ubicada al este de Galbárruli
(Fig. 4). El bloque superior presenta una secuencia de Juntas de extensión
cabalgamientos en la que se distinguen hasta seis lámi-
nas cabalgantes; cinco de ellas en superficie y una sexta En la Serie Calcárea del Cretácico Superior, especial-
en profundidad (Fig. 6D). La cuarta lámina aflora en las mente al oeste de Cellorigo, se aprecian varias familias de
inmediaciones de la localidad de Galbárruli en forma de juntas de extensión (ver la situación del punto de medida
klippe (Fig. 4). Estas láminas se identifican gracias a los en la figura 4). La medida de los planos de estas juntas de
conglomerados cenozoicos que aparecen en ellas (Fig. extensión y la posterior representación de sus polos ha per-
7D). Cada una de las láminas, a excepción de la klip- mitido definir las direcciones de extensión (σ3) de la zona
pe, muestran un cuerpo de conglomerados que subyace de estudio encontrándose el máximo extensivo en direc-
a la traza de cabalgamiento. En todas ellas la secuencia ción NW-SE. Se aprecian otros dos máximos secundarios
es idéntica: las trazas de cabalgamiento se enraízan en en direcciones NNW-SSE y en dirección W-E (Fig. 8B).
el Keuper y en cada una de ellas se aprecia un sinclinal
seguido de un anticlinal. Los anticlinales de bloque supe- Fallas conjugadas
rior de esta secuencia ganan inclinación con cada lámina
hacia el norte, siendo los planos axiales más verticales en Debido a las malas condiciones de afloramiento de la
las láminas más septentrionales. Los cambios de potencia zona de estudio no se han encontrado apenas fallas con es-
descritos en el corte anterior también se mantienen en este trías con las que poder inferir la cinemática de las mismas
corte, así como la ausencia de las arenas del Santoniense y ni las direcciones de los ejes de esfuerzo que permitieron
las calizas del Maastrichiense a medida que nos desplaza- dicho movimiento. Aquellas que se han encontrado afectan
mos hacia el sur dentro del corte. a los materiales de la Serie Calcárea del Cretácico Supe-
En general, las estructuras del bloque superior presen- rior. Estas fallas han aportado dos direcciones de compre-
tan dirección W-E. Como se puede apreciar en los cortes sión principales siendo estas NE-SW y NNW-SSE (Fig. 8C
geológicos, la mayor parte de las fallas presentes en este y D).

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38 INVERSIÓN TECTÓNICA Y DIAPIRISMO EN LOS MONTES OBARENES

Fig. 6.- Cortes geológicos de la zona de estudio. A) Corte N-S de la zona más occidental del área de estudio que sigue el trazado
de la carretera Bu-730 que une los pueblos de Bugedo y Foncea. B) Corte N-S. La traza del mismo pasa al este de la localidad de
Cellórigo. C) Corte N-S que sigue el trazado de la carretera Bu-733 quedando ubicado al oeste de la localidad de Galbárruli. D) Corte
de orientación NE-SW de la parte más oriental de la zona de estudio.

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Fig. 7.- A) Detalle del Cabalgamiento de Peña Mayor y del retrocabalgamiento asociado. B) Detalle del Anticlinal de Cellorigo visto
desde La Muela. C) Detalle de la Llana de Orón. Los materiales calcáreos inferiores que buzan unos 50º hacia el norte, son previos a la
cuenca intramontañosa de Miranda y están datados como Oligocenos (Robles et al., 2014). D) Vista en campo de las láminas cabalgantes
de Galbárruli en las que se pueden observar los cuerpos de Conglomerados del Perdón.

Interpretación y discusión cálculo resulta difícil de precisar. A ello habría que añadir
el acortamiento asociado a las láminas de cabalgamiento
El Cabalgamiento Frontal de Sierra de Cantabria-Mon- descritas en el presente trabajo.
tes Obarenes es la estructura principal que pone en contac-
to los materiales mesozoicos del bloque superior con los Tectónica salina y tectónica extensional en las etapas
cenozoicos de la Cuenca del Ebro. La orientación de esta previas a la compresión
estructura, con variaciones locales, se ajusta a una direc-
ción “Pirenaica” WNW-ESE. Para ciertos autores (Heredia Desde el final de Pérmico y principios del Triásico en
et al., 2019) la mayoría de las fallas actuales que presentan el dominio de la Península Ibérica se generaron cuencas
esa orientación son antiguas fallas tardi-variscas. No obs- extensionales en las que se acumularon importantes can-
tante, el hecho de que la cobertera esté despegada del basa- tidades de sedimentos (Arche y López-Gómez, 1996; De
mento puede ser indicativo de que el origen de esta falla se Vicente et al., 2009; Liesa et al., 2018). Estas cuencas se
encuentra más bien asociado al rift que afectó a la Cuenca ligan a dos procesos de rifting: al este, el Rift Tethysiano y
Vasco-Cantábrica durante el Mesozoico. Esta falla, reacti- al oeste la apertura del Océano Atlántico (García-Lasanta
vada durante la Orogenia Alpina, se movilizó hacia el sur et al., 2018 y referencias allí incluidas). Entre ambos rifts
desde el Eoceno hasta el Mioceno. Su cinemática pudo ver- se generó a lo largo de la Península Ibérica un sistema de
se modificada, o afectada, por las estructuras preexistentes, rift multidireccional, preferentemente con orientación E-W
que a su vez condicionarían la dirección de transporte del a NW-SE, que conectaba ambos (De Vicente et al., 2009;
cabalgamiento en cada etapa de su historia. Globalmente, Liesa et al., 2018; Heredia et al., 2019; Martín-Chivelet et
el acortamiento tectónico en la Cuenca del Ebro por ac- al., 2019). El rift en la Cuenca Vasco-Cantábrica se man-
ción de los cabalgamientos de Sierra de Cantabria-Montes tuvo activo hasta el Cenomaniense inferior (Serrano et al.,
Obarenes y equivalentes, al norte, y del Cabalgamiento de 1993). Durante el Triásico Superior se depositaron las eva-
Demanda-Cameros, al sur, es de más de 40 Km, de los cua- portitas y lutitas que constituyen las facies Keuper (Olivé
les algo menos de la mitad corresponderían al frente norte Davó et al., 1985), y que tendrán una influencia importante
(Muñoz-Jimenez y Casas-Sainz, 1997). No obstante, este en la evolución posterior de la cuenca. Durante la Orogenia

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40 INVERSIÓN TECTÓNICA Y DIAPIRISMO EN LOS MONTES OBARENES

Alpina las fallas normales que actuaron durante el Meso- podemos inferir la contribución de dichos movimientos
zoico se invierten como cabalgamientos. La compresión tanto durante la etapa extensional como durante la com-
provocó que el Keuper se movilizase hacia los bordes de presional. El hecho de que el sistema de cabalgamientos de
la cuenca siendo esta unidad plástica capaz de transmitir Sierra de Cantabria-Montes Obarenes constituya un límite
la deformación como nivel de despegue regional, separan- de cuenca (Fig. 10) permite establecer la hipótesis de que,
do la cobertera mesozoica y cenozoica (jurásico-cuaterna- al inicio de la compresión alpina parte del material evapo-
rio) de aquellos materiales del Paleozoico y del Triásico rítico del Keuper se movilizó hacia este límite por lo que la
inferior y medio en primera instancia, y de los materiales deformación compresiva se vio acentuada tanto por proce-
cenozoicos posteriormente. La existencia de direcciones sos halocinéticos como facilitada por la posible existencia
estructurales variadas en la zona de estudio (desde ENE de estructuras diapíricas en el borde de cuenca que actual-
a WNW) es indicativa de que el cabalgamiento resultante mente no son visibles en superficie, pero que podrían ser
de la inversión probablemente resulta de la unión de dife- responsables del cambio de orientación de las estructuras y
rentes segmentos de fallas normales con diferentes orien- su disposición poco regular en comparación con un sistema
taciones, que probablemente reflejaban los condicionantes de cabalgamientos.
impuestos por la fracturación tardihercínica. De hecho, una
vez “corregidas” las direcciones anómalas probablemen- Direcciones de compresión y cinemática del cabalgamiento
te resultado de los efectos de la tectónica salida anterior
(o posterior) se obtiene un plano de movimiento para las Las lineaciones de disolución tomadas en Los Conglo-
orientaciones de la estratificación (168/85E) que se vincula merados del Perdón de Foncea muestran que la dirección
a un eje de plegamiento promedio de dirección cercano a principal de acortamiento es NNE-SSW (Fig. 8A). Ade-
E-W (05/258) (Fig. 9), coherente con la dirección de acor- más, se aprecia un máximo secundario en dirección NNW-
tamiento en la zona. SSE. Este segundo máximo es compatible con los resul-
La historia diapírica del Pirineo y, por ende, de la Cuen- tados obtenidos a partir de fallas conjugadas mediante el
ca Vasco-Cantábrica comenzó con el depósito de la facies método de los diedros rectos (Fig. 8D) y con el máximo
Keuper en el Triásico Superior y se refleja en la evolución extensional secundario de dirección W-E aportado por las
posterior de la cuenca mediante cambios de facies y de juntas de extensión (Fig. 8B). Del mismo modo, el dia-
espesor de las unidades suprayacentes (e.g. Frankovic et grama de densidad de las lineaciones de disolución de
al., 2016; Casas, 2019; Roca et al., 2021; Ramos et al., clastos (Fig. 8A) muestra un tercer máximo en dirección
2022). En la CVC existen alineaciones de diapiros subcir- ESE-WNW. El hecho de que se registren dos máximos
culares en dirección ESE-WNW en el límite de las distin- principales de acortamiento (NNE-SSW y NNW-SSE), y
tas unidades de la cuenca (Pinto et al., 2005). Evidencias teniendo en cuenta que la dirección de acortamiento prin-
de diapirismo se pueden encontrar en las cercanías de la cipal durante la orogenia alpina en la zona es NNE-SSW
zona de estudio, como los diapiros de Salinillas de Bura- (Casas-Sainz, 1992, 1993), puede indicar que la dirección
dón o el más conocido de Salinas de Añana (Olivé Davó de acortamiento NNW-SSE sea una desviación de la pri-
et al., 1978; Olivé Davó et al., 1985; Cuevas et al., 1999; mera en las proximidades del cabalgamiento o bien que
Frankovic et al., 2016). La posterior inversión tectónica ambas eran direcciones de acortamiento principales (como
de la CVC durante la Orogenia Alpina ha enmascarado en ha sido sugerido por Liesa y Simón, 2009 y Simón, 2019
muchos casos el comportamiento de la actividad halociné- en otras áreas del NE peninsular).
tica precompresional (Saura et al., 2016). Las direcciones de acortamiento identificadas proba-
En el área de estudio propiamente dicha, el efecto blemente afectaron a la cinemática del cabalgamiento mo-
halocinético se puede apreciar en la alta dispersión de la dificando su dirección de transporte por lo que el Cabal-
orientación de la estratificación en relación al eje de plega- gamiento Frontal de Sierra de Cantabria-Montes Obarenes
miento promedio (Fig. 5), así como en cambios de potencia no es una falla inversa pura, sino que presenta también una
de las unidades a pequeña escala (aunque también exis- componente direccional, como muestran algunas rocas de
ten explicaciones alternativas). Los efectos del diapirismo falla en las proximidades de Galbárruli. No obstante, se
también se pueden apreciar en los cortes geológicos como necesitarían nuevos y mejores datos para determinar de
variaciones en la geometría original de los pliegues, o dis- manera fehaciente la componente direccional asociada al
positivos geométricos que son compatibles con un espesor cabalgamiento.
importante del nivel de despegue en relación a la cobertera
(e.g. Santolaria et al., 2015, 2017 y referencias allí inclui- Relación de la estructura con la sedimentación: la
das). Estos efectos se pueden apreciar en el pliegue de la evolución del relieve
Tolacha (Fig. 6C), que presenta una geometría de pliegue
volcado que ha sido modificado en su flanco norte por la El levantamiento de los Montes Obarenes por acción
existencia (probablemente previa) un domo salino. del cabalgamiento frontal surpirenaico explica las paleo-
La cronología relativa de la deformación asociada a la corrientes encontradas en las Areniscas de Haro (Fig. 3B).
tectónica salina no es fácil de establecer, debido a la esca- Estas paleocorrientes muestran que el área fuente de los se-
sez de afloramientos y a la calidad de los mismos. Dado dimentos se encontraba al NW con flujo hacia el SE, donde
que se observan estructuras, compatibles con movimientos se situaría el centro de la cuenca durante el Mioceno (Fm.
diapíricos, previas y contemporáneas con la compresión, Zaragoza).

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Sergio Mirumbrales Ayllón, Antonio M. Casas Sainz y Teresa Román Berdiel 41

A medida que los Montes Obarenes se elevaban por máximo claro en dirección NNW-SSE siendo el resto
acción del Cabalgamiento Frontal de la Sierra de Can- de direcciones menos significativas. A modo general se
tabria-Montes Obarenes, la Cuenca Vasco-Cantábrica puede decir que todas ellas se encuentran entre la direc-
desarrolló, en su extremo sur, dos cuencas intramonta- ción mayoritaria y la NNE-SSW. Estas direcciones de
ñosas; la Cuenca de Villarcayo y la Cuenca de Miranda paleocorrientes evidencian que los relieves de Montes
de Ebro. Según Robles et al. (2014) este tipo de cuencas Obarenes-Sierra de Cantabria se elevaban en el sector
se generan en las últimas etapas de formación de un oró- meridional, constituyendo el área fuente de los depósi-
geno. En el caso de la Cuenca de Miranda las direccio- tos detríticos (abanicos de corto recorrido) de la Cuenca
nes de paleocorrientes obtenidas (Fig. 3A) presentan un de Miranda.

Fig. 8.- A) Diagrama en rosa y diagrama de densidad de las lineaciones de disolución de clastos oligocenos (Kamb contour, intervalo
de contorno de 1%). B) Distribución de los polos de las juntas de extensión medidas en las calizas del Cenomaniense-Santoniense
(método de contaje de 1% del área, intervalo de contorno de 2%). C y D) Diedros rectos de dos pares de fallas. En azul se delimita el
diedro compresivo.

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42 INVERSIÓN TECTÓNICA Y DIAPIRISMO EN LOS MONTES OBARENES

que se plasmaron en el levantamiento de la cadena pirenai-


ca (Muñoz, 2019). Para algunos autores (Quintana et al.,
2015) la Placa Ibérica transfirió el acortamiento orogénico
en su conjunto debido a un nivel de despegue en la corteza
media. Este nivel de despegue pudo transferir igualmente
el estado de esfuerzos por el conjunto de la placa Ibérica
(ver De Vicente, 2018).
Las direcciones de acortamiento obtenidas a partir de
las lineaciones de disolución de clastos (Fig. 8A) son com-
patibles con la macroestructura representada en la cartogra-
fía y los cortes geológicos. Teniendo en cuenta los datos de
paleoesfuerzos recogidos en áreas cercanas (Casas Sainz,
1992), la dirección NNE-SSW podría corresponder a la
dirección de compresión primaria y la dirección de com-
presión NNW-SSE a una desviación de la primera, a escala
regional o a escala local, aunque algunos autores (Liesa y
Simón, 2009) en otras zonas de la placa Ibérica consideran
ambas como direcciones de compresión primarias.

Conclusiones
Fig. 9.- Estereograma (proyección de Schmidt, hemisferio Los Montes Obarenes se caracterizan por ser un cin-
inferior) que muestra la orientación media del eje de plegamiento
turón de pliegues y cabalgamientos de dirección general
regional (10/284, cuadrado negro hueco) y el plano de movimiento
(014/80 E, plano negro) obtenido a partir de todos los planos de E-W en el que dominan los materiales cretácicos. En
S0. En rojo se muestra la corrección de estos valores sin tener en este sector el desplazamiento se transmitió a través de la
cuenta la dispersión de los valores de S0 debida al diapirismo. Facies Keuper que actúa como nivel de despegue de la
mayor parte de las fallas presentes en la zona (Fig. 10),
Como se ha indicado antes, durante el Cuaternario en así como del Cabalgamiento Frontal de la Sierra de Can-
los Montes Obarenes hay pocos flujos de agua que se mo- tabria-Montes Obarenes. Este sistema constituye un caso
vilicen en esta dirección, ya que el drenaje actual está mar- de tectónica de piel fina, en el que la cobertera está des-
cado por el exorreísmo de la cuenca y la instalación del pegada del basamento y se apoya sobre la molasa ceno-
Ebro como cauce principal. El ejemplo actual que refleja zoica a lo largo de un cabalgamiento de desplazamiento
la influencia del paso del endorreísmo al exorreísmo es el plurikilométrico. Los materiales del Keuper, depositados
río Matapán, que fluye en dirección S-N (Fig. 1B), des- durante los estadios iniciales del rift de la Cuenca Vas-
embocando en la Cuenca de Miranda. Este hecho muestra co-Cantábrica permitieron el desarrollo de las estructuras
el cambio paleogeográfico desde el Mioceno, cuando la diapíricas presentes en esta zona (Fig. 10). Estas se pue-
Cuenca de Miranda se encontraba a una altura similar o den caracterizar como squeezed diapirs ya que la activi-
igual a la que se encuentra la cuenca de antepaís, a la situa- dad compresiva posterior ha generado la extrusión de su
ción actual en que el drenaje de la cuenca intramontañosa núcleo y en muchos casos ha dado lugar al paralelismo de
se sitúa a menor altura que el Surco de la Bureba. De este los flancos de los anticlinales resultantes, al contrario de
modo, el ejemplo citado se puede interpretar como un caso lo que ocurre en zonas más internas de la cuenca, donde
de inversión de drenaje controlado por la erosión y no por son claramente reconocibles y presentan en muchos casos
la tectónica. geometría circular en planta. La tectónica salida también
se puede considerar como la causante de la dispersión
Relación con otras estructuras y con la evolución de la en los polos de la estratificación medida en la coberte-
microplaca Ibérica ra mesozoica. La dirección de transporte inferida para el
cabalgamiento estudiando es preferentemente sur. Esta
Desde el Campaniense basal hasta el Paleoceno su- dirección de transporte es congruente con la vergencia
perior, desde el cron 34 hasta el cron 25 respectivamente de los pliegues y cabalgamientos de la zona, con las me-
(Vissers y Meijer, 2012) Iberia presentó un movimiento en soestructuras analizadas y con la dirección de transporte
dirección NE siendo este movimiento el responsable de la principal en la zona Sur-Pirenaica.
unión de la placa Ibérica con la placa Euroasiática y, en el
caso de la Cuenca Vasco-Cantábrica, se mantuvo desde el Agradecimientos y financiación
inicio de la compresión en el Santoniense hasta el Neó-
geno. Desde el cron 25 (56 Ma) hasta el cron 6 (Mioceno Este trabajo muestra los resultados de un Trabajo de
inferior, 20 Ma), la dirección de convergencia es diferente Fin de Grado financiado parcialmente por la Universi-
e Iberia se traslada hacia el NO (Visser y Meijer, 2012). dad de Zaragoza y por la Agencia Estatal de Investiga-
Dichos movimientos se ligan al acortamiento que presentó ción (AEI/10.13039/501100011033), proyecto PID2019-
la corteza de la Placa Ibérica durante la orogenia alpina 108753GB-C22 y el Gobierno de Aragón (E32_20R:

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Fig. 10.- Esquema que muestra la interpretación de las distintas etapas de la evolución del margen sur de la cuenca Vasco-Cantábrica
en el sector estudiado.

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44 INVERSIÓN TECTÓNICA Y DIAPIRISMO EN LOS MONTES OBARENES

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Revista de la Sociedad Geológica de España, 36 (2), 2023


46

Revista de la Sociedad Geológica de España 36 (2)


ISSN (versión impresa): 0214-2708 https://doi.org/10.55407/rsge.100066
ISSN (Internet): 2255-1379

THE LAST GLACIAL CYCLE IN THE LUNA


HEADWATERS, CANTABRIAN MOUNTAINS (LEÓN
PROVINCE, NW SPAIN): A CONTROVERSIAL ISSUE
El último ciclo glacial en la cabecera del río Luna, cordillera Cantábrica (provincia de León, NO de España): un
tema controvertido

Victoria Alonso

Departamento de Geología, Universidad de Oviedo, C/ Arias de Velasco s/n, 33005 Oviedo, Spain.
alonsovictoria.uo@uniovi.es

Abstract: The Cantabrian Mountains (NW Spain) developed small icefields and alpine glaciers
during the Last Glacial Cycle. The Luna Valley, which spreads along the southern slope of
these mountains and shows both glaciation styles, has been studied by several authors, with
different results concerning the position of the glacier fronts during the maximum ice extent
stage. Prominent moraine complexes, in the valley bottom, have been frequently interpreted to
represent the lowest glacier fronts; some studies, however, attribute these moraine complexes
to a recessional phase. In this work, geomorphological mapping based on visual inspection
of aerial photograph and field surveys allowed the maximum glacier extent at this catchment
to be reconstructed. Throrough fieldwork made it possible to identify small till patches and
glacially transported clasts that in turn allowed us to infer the position of the glacier front
during the maximum ice extent (S-I) at an altitude around 1110 m. After this maximum, three
recessional stages (RS-I, RS-II, and RS-III) were identified, followed by a Tardiglacial stage
characterized by rock glaciers. This basin shows similarities with the Porma Valley (also in
the southern slope of the Cantabrian Mountains) with regard to terminus altitudes, absence of
terminal moraines, and glacier length during maximum.

Keywords: Glacier reconstruction, Last Glacial Cycle, Luna Valley, Cantabrian Mountains,
Iberian Peninsula.

Resumen: Durante el último ciclo glacial, en las zonas más elevadas de la cordillera
Cantábrica se desarrollaron pequeños campos de hielo y glaciares de tipo alpino que
originaron un relieve glaciar característico. En diversos estudios realizados en la cabecera
del río Luna, situado en la vertiente sur de esta cordillera y que muestran los dos tipos de
aparatos glaciares, se han propuesto diferentes resultados en cuanto a la máxima extensión
alcanzada por los hielos en esta área. El valle del Luna, fuertemente antropizado y sin
morrenas terminales identificadas, presenta unos complejos morrénicos bien desarrollados
en la desembocadura de los valles tributarios que han sido interpretados frecuentemente
como indicadores de la posición de los frentes glaciares durante el máximo; otros estudios, sin
embargo, los atribuyen a una fase de retroceso. Para tratar de resolver estas discrepancias,
se ha realizado una cartografía geomorfológica basada en la fotointerpretación de
fotografías aéreas y en un detallado trabajo de campo, lo que ha permitido reconocer, a
altitudes bajas, numerosos clastos transportados por el hielo, pequeños afloramientos de till
y afloramientos rocosos pulidos por la acción glaciar. A partir de todos ellos, e integrando
datos de trabajos previos, se ha realizado una reconstrucción glaciar y deducido la posición
de los frentes durante la fase de máxima extensión del hielo (S-I) a una altitud aproximada

Revista de la Sociedad Geológica de España, 36(2), 2023


Victoria Alonso 47

de 1110 m, a unos 20 km de la cabecera del valle y relativamente alejados de los complejos


morrénicos antes citados. Se han identificado tres fases de retroceso (RS-I, RS-II y RS-III)
definidas por la posición de morrenas laterales, complejos morrénicos y morrenas frontales
situadas en zonas elevadas, y, finalmente, una fase caracterizada por el desarrollo de
glaciares rocosos. Al retroceder los frentes glaciares a los valles tributarios, las corrientes
proglaciares formaron grandes abanicos paraglaciares en su desembocadura y, más tarde,
otros más pequeños en las laderas progresivamente deglaciadas. Las inestabilidades
relacionadas con la deglaciación movilizaron los materiales depositados por el hielo y
los frentes rocosos recientemente expuestos, contribuyendo parcialmente a la formación
de morrenas frontales. En todos los valles se han identificado, además, diversas formas
periglaciares, algunas de ellas aún activas en la actualidad. Un intento de correlación
con otras zonas de la cordillera Cantábrica muestra similitudes entre los valles del Luna y
del Porma: altitud de los frentes, ausencia de morrenas terminales y longitud del glaciar
durante la fase de máxima expansión del hielo.

Palabras clave: reconstrucción glaciar, último ciclo glacial, valle del Luna, cordillera
Cantábrica, península Ibérica

Alonso, V., 2023. The Last Glacial Cycle in the Luna headwaters, Cantabrian Mountains
(León Province, NW Spain): a controvesial issue. Revista de la Sociedad Geológica de
España, 36 (2): 46-61.

Introduction 2018) while others have claimed that the frontal moraines
of tributary valleys are not terminal moraines but that they
The glacial features of the Cantabrian Mountains (CM formed during a recessional stage (Alonso, 1998; Alonso
hereafter) (N Spain, Fig. 1) are well known since the begin- and Trombotto Liaudat, 2009; Jalut et al., 2010; Alonso et
ning of the 20th century (Carballo, 1911; Obermaier, 1914; al., 2019). Alonso and Suárez Rodríguez (2004) calculated a
Hernández Pacheco, 1914, 1929; Stickel, 1929; among minimum ice thickness for the main valley at the River Luna
others). Over the last four decades, the glacial development headwaters (Fig. 2). Furthermore, from the distribution of
of the area has been approached from diverse perspectives, till and of glacially transported clasts in the valley bottom, in
including studies on morphology, on paraglacial and post- a fieldwork-based study, Alonso (2020) deduced that glacier
glacial evolution, mapping, identification of glacial stages fronts nearly reached the upper limit of the present-day
and dating. Today it is largely deglaciated, with only some Barrios de Luna Reservoir during the LGC, at an altitude of
localized glacier ice remnants inherited from the Little Ice around 1110 m, which would imply a glacier length of 20 km
Age in the Picos de Europa sector (González Suárez and from the valley head. In a further synthesis on the glaciers
Alonso, 1994, 1996; González Trueba, 2005; Ruiz Fernán- of the Leonese Cantabrian Mountains, Santos-González et
dez et al., 2022) that were identified in the 19th century al. (2021; see their Fig. 4.10.1A) presented a map –different
(Prado, 1860; Saint Saud, 1893; Penk, 1897), close to the from their own previous version of 2018– of the extent of
end of that period. The Luna Valley, one of the Pleistocene the glaciers during the local Last Glacial Maximum (lLGM),
glaciated areas in the western sector of the CM, has been with new glaciarized areas in the Luna headwaters, where
studied by several authors, such as Stickel (1929), Vidal some glaciers termini reached lower or upper altitudes,
Box (1943, 1958) or Nussbaum and Gigax (1952), who whereas others remained unchanged. On this new map, a
proposed lower levels of glaciation for the areas closer to glacier tongue occupies the main valley, reaching an altitude
the coast and very short ice tongues in higher and more of 1200 m a.s.l.; however, till deposits are still common even
inland zones. beyond these new enlarged glacier margins.
Recognition of the extent of past glacial events in Considering much lower limits for the Upper Luna
mountain valleys is essential to making correlations and Valley (Alonso, 2020) than those recently presented by
establishing glacial chronologies (Chinn, 1979). However, Rodríguez-Rodríguez et al. (2015), Serrano et al. (2017),
the extent of the glaciers in the Luna basin during the Last Santos-González et al. (2018), and Santos-González et
Glacial Cycle (LGC) remains controversial. Some authors al. (2021), it is necessary to reassess the glaciation stages
have considered that the main valley was not at all glaciated of the zone since lower moraines in tributaries may have
and that Pleistocene glaciers did not extend further from derived from stabilization of glacier termini during a reces-
the tributary valleys (Castañón Álvarez, 1987; Castañón sional stage, which then would not indicate the maximum
Álvarez and Frochoso Sánchez, 1992; Frochoso Sánchez glacier extent in the area.
and Castañón Álvarez, 1998; García de Celis and Martínez Therefore, the aims of this paper are: (i) to present a
Fernández, 2002; Santos González, 2010; Santos González new geomorphological mapping showing the extent of the
and Fernández Martínez, 2011; Rodríguez-Rodríguez glaciers in the Luna Valley headwaters during different
et al., 2015; Serrano et al., 2017; Santos-González et al., stages of the LGC; (ii) to analyze glacial, periglacial, and

Revista de la Sociedad Geológica de España, 36 (2), 2023


48 THE LAST GLACIAL CYCLE IN THE LUNA HEADWATERS

paraglacial landforms in order to establish the evolution Carboniferous limestone units form the high reliefs of the
stages and compare them with previously published data; Ubiñas Massif and the area of Los Grajos in the north and
(iii) to reconstruct the approximate size of the Luna gla- east. These also occur in the northern tributary valleys and
ciers during the LGM; and (iv) to highlight the importance in the small hills in the valley bottom between Piedrafita
of fieldwork in areas with a modified glacier relief where and Rabanal. Well cemented quartzarenites and sandstones
outermost/lowermost terminal moraines are not preserved. form the highest peaks in the south (Villabandín) and some
other peaks in the valleys to the north. Other less resistant
The Luna Valley: geological and geographical setting siliciclastics units form the lower reliefs of the region. The
Mesozoic is restricted to a small outcrop of siliciclastics
The CM a is an E-W trending range in northern Spain, in the Peña Ubiña area, whereas Quaternary glacial, peri-
adjacent to the Bay of Biscay. It was formed during the glacial, slope and fluvial deposits are patchily distributed
Alpine orogeny, as a western prolongation of the Pyrenees. (see geological map at http://info.igme.es/visorweb; Meri-
Nevertheless, its structure is Variscan with little Alpine no-Tomé et al., 2014).
overprinting (Alonso et al., 1996; Pulgar et al., 1999; Gal- The study area lies in the western CM and contains
lastegui, 2000). It is made up of Palaeozoic sedimentary the second-highest massif of the range, the 2417 m high
rocks, locally with a thin Mesozoic unconformable cover Ubiñas Massif (Fig, 1A). In the south, peaks up to around
(Alonso et al., 2007), and irregularly distributed Quater- 2000 m high are common. Overall, summits are slightly
nary deposits. In the study area, the Palaeozoic succession higher in the north (Somiedo to the west and Ubiñas to the
comprises both carbonate and siliciclastic units. Several east), along the main divide of the CM range.

Fig. 1.- A) Location of the study area in the western domain of the Cantabrian Mountains. The upper Luna basin lies to the southwest of
the Ubiñas Massif which contains the highest peaks in the area. Digital Elevation Model based on data provided by the IGN (Instituto
Geográfico Nacional). B) The Luna basin, including the municipalities of Babia and Luna, has been divided into three zones: 1. north-
west Luna, 2. east Luna, comprising the Ubiñas Massif and Los Grajos, and 3. Villabandín (field view in Figs. 4A, B and C). Asterisk
marks the capture elbow of the River Sil.

Revista de la Sociedad Geológica de España, 36 (2), 2023


Victoria Alonso 49

Fig. 2.- Former glacier fronts reconstructed by different authors. Numbers in circles indicate minimum ice thickness in meters (Alonso
and Suárez Rodríguez, 2004; their Fig. 2). Lines, redrawn from Rodríguez-Rodríguez et al. (2015; their Fig. 2), Serrano et al. (2017;
their Fig. 4), and Santos-González et al. (2018; their Fig. 2C), represent the maximum ice extent. Only the new fronts in the valley bot-
tom proposed by Santos-González et al. (2021; their Fig. 4.10.1) are represented here. The asterisk marks the location of the Piedrafita
moraine complex.

The Luna headwaters, to the south of the main divide, tream of the Barrios de Luna Reservoir. The valleys of the-
spread along 336 km2, mostly in the Babia Region. This se two rivers are highly anthropized due to a long livestock
represents an areal reduction of its extent during glacial tradition (Maceda Rubio and Marcello Barriada, 1988),
times (Fig. 1B). During that period, after draining the So- stemming from the Middle Ages. Long term human action
miedo Mountains in the north, the River Luna bent eas- has possibly contributed to destroying most of the original
twards entering what presently is its new headwaters, a flat glacial relief, except for roches moutonnées at the Luna
wetland, with poorly defined channels, in the surroundings valley bottom. The glacial landscape, however, is better
of Piedrafita. Vidal Box (1943) related this “anomalous preserved in all the tributary valleys.
physiognomy” of the upper Luna Valley to the capture of
the old Luna headwaters by the River Sil (the “capture el- Methods
bow” is marked with an asterisk in Fig. 1B). This enlarge-
ment of the basin to the northwest is marked on our figures Initially, mapping glacial cirques and moraines from ae-
as “old basin boundary”. rial photographs was considered the best way to determine the
From Piedrafita, the River Luna flows to the east along maximum extent of Quaternary glaciers in the area. However,
an up to 3 km wide intramountainous plain, with very low without the main valleys terminal moraines and considering
gradient (< 0.8 %); the altitudinal difference between Pie- that most of the glacial features in this area are subtle and not
drafita and the Barrios de Luna Reservoir, which are 20 km detectable in aerial photographs (Alonso, 2020), thorough
apart, is only 160 m. The river is fed by several tributaries fieldwork was compulsory to allow recognition of glacially
flowing southwards from Somiedo (Torre, La Majúa, and transported clasts and till distribution in low areas. Fieldwork
Torrestío), northwards from Villabandín (Valmayor and was initially focused in zones with anthropic terraces, as they
Riolago), and westwards from the Ubiñas Massif and Los are usually built on till deposits (Alonso 2019), although cases
Grajos. The Luna, flowing eastwards, and the Torrestío, of terraces made on ancient alluvial-fan or slide deposits also
flowing southwards, are the two main rivers of the basin; exist. Glacially transported materials were identified mainly
their confluence occurs in the SE of the basin, 4.5 km ups- based on their exotic lithology, different from the underlying

Revista de la Sociedad Geológica de España, 36 (2), 2023


50 THE LAST GLACIAL CYCLE IN THE LUNA HEADWATERS

bedrock. Surface abrasion degree, presence of striae, and sha- - Zone 3 or Villabandín (to the south of the River Luna),
pe (iron-flat and bullet shaped forms) were also analysed. The mainly constituted by a siliciclastic bedrock with an alpine
clasts that may have been transported by gravitational or allu- style of glaciation, glaciers flowing from cirques and va-
vial processes were discarded. A 1:10,000 geomorphological lley heads with ice-free summits (Fig. 4C).
map was made over orthophotographs with a pixel size of 25 Glacial cirques vary from well-developed forms to
cm by means of GIS software (ArcGis). Orthophotographs small hollows on high gradient slopes. They are common
and DEMs were obtained from the Spanish CNIG (National in Villabandín, with well-preserved mature landforms on
Centre of Geographic Information; http://centrodedescargas. siliciclastics (Figs. 3 and 4C) and mainly with a N−NE as-
cnig.es/). Aerial photographs at a 1:15,000 scale and 22 cm pect, although they are also frequent in northwest Luna.
pixel size (available at http://ftp.itacyl.es/cartografia/03_Fo- In both zones, a few cirques contain small lakes, occup-
togramasAereos/PNOA_CYL_NW_2008/) were also used. ying overdeepened depressions and occasionally dammed
The online 3D viewer of the Instituto Geográfico Nacional by frontal moraines (Fig. 5). However, cirques are almost
(http://www.ign.es/3d-stereo/) was consulted to complete in- absent in the predominantly calcareous Ubiñas Massif and
formation provided by the aerial photographs. Basin bounda- Los Grajos area. In the main Luna Valley, small cirques
ries in the Piedrafita zone were determined on aerial photogra- with a N aspect occur at low altitude (with fronts at 1440-
phs (U.S. Air Force flight from 1957) taken before extensive 1580 m), two of them having well-preserved latero-frontal
coal open pit mining activities changed the landscape. moraines. The main divide between Somiedo and Babia,
Landforms mapped were grouped according to their in the northwest, shows glacially shaped ridges (Fig. 4A).
genetic origin, i.e. glacial, periglacial, fluvial, and slope, Other transfluent or diffluent cols were identified in most
although only the first two groups are featured in the map. of basin boundaries and within the basin (e.g. Fig. 4B).
Moraines were mapped as polylines, whereas patchy till Tributary valleys in northwest Luna, and to a lesser extent
deposits, not recognizable as moraines, were recorded as in Villabandín, display U-shaped transverse profiles. The
points. The map includes features that had not been pre- Villafeliz valley in Los Grajos area also displays a flat bot-
viously reported by Alonso (2019, 2020), such as lateral tom, typical of glacial valleys. Most of the numerous small
moraines, till deposits, scattered erratic boulders and other rock hills in the Luna valley bottom show similarities to
allochthonous clasts, essential in order to determine gla- roches moutonées, with a smooth up-ice side and a rough
cier extent during the LGM. Medium- and small-scale down-ice side, up to 120 m high. Some others occurring at
periglacial features (rock glaciers and protalus ramparts) the valley head are attributable to small whalebacks with a
were also recorded as points. Discrepancies with previous relief up to 50 m. Polished surfaces (not represented on the
maps, presented by other authors, regarding moraine and map of Fig. 3) are best preserved in higher areas (Fig. 4A),
presence of rock glaciers were checked in the field. The where subglacial channels (nye) were also identified in li-
final map (Fig. 3) displays the most outstanding data of till mestones. Striae on abraded bedrock are very scarce and
or glacially transported clasts detected in the field. occur on quartzites and on polished calcareous bedrock re-
cently exposed after till removal.
Results Frontal moraines, either isolated or forming comple-
xes, as well as small lateral moraines (e.g. two 35 m and
The geomorphological map (Fig. 3) shows a great 27 m long lateral moraines, close to San Emiliano) occur
variety of glacial and periglacial deposits and erosional at low and medium altitudes in the main valleys, whereas
features, which are usually best preserved in quartzitic be- large lateral moraines appear in tributary valleys (e.g. Fig.
drock zones and at high altitudes. All the Luna tributary 4C). Main frontal moraine complexes developed in the su-
valleys present classical glacial erosional and depositional rroundings of Piedrafita, at the head of the Luna Valley,
landforms, such as cirque basins, U-shaped valley profi- and at the mouth of tributary valleys in northwest Luna,
les, ice-moulded bedrock, overdeepened zones, truncated all of them at altitudes between 1240 and 1280 m and even
spurs, trimlines, hanging valleys, and lateral and frontal higher in Los Grajos (Fig. 4B), among others in east Luna.
moraines. In order to analyse results and based on litho- Small frontal and lateral moraines exist in high areas at or
logy, physiographic differences and glaciation styles, the close to cirque fronts. Relationships between aspect and al-
study area was divided into three zones (Fig. 1B). titude of frontal moraines in northwest Luna (Fig. 6) show
- Zone 1 or northwest Luna (between the Rivers Luna a wider distribution for moraines above 1600 m controlled
and Torrestío), with alternating siliciclastic and calcareous by the aspect of the feeding areas, while moraines at me-
bedrock This zone includes the old Luna headwaters, to the dium and low altitudes (<1540 m) present an E-SE aspect,
northwest. Here valleys were occupied during the maxi- delineating glacier margins within the main valleys with
mum ice extent phase by outlet glaciers descending from coincident ice flow directions.
the Somiedo icefield (Fig. 4A). Till deposits that do not form moraines occur main-
- Zone 2 or east Luna (to the east of the River Torres- ly in low areas that had not been previously identified as
tío, corresponding to the Ubiñas Massif and Los Grajos), glaciated. These deposits occur as a discontinuous and
mainly formed by a calcareous bedrock, where glaciers very thin cover (Fig. 7A) alternating with erratic boulders
were fed by snow avalanching from the west of the Ubiñas and allochthonous clasts of different sizes and lithology.
Massif and from a small icefield developed in the relatively Both till deposits and allochthonous clasts are more com-
flat calcareous area of Los Grajos (Fig. 4B). mon at the down-ice side of the ice-moulded reliefs, al-

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Victoria Alonso

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Fig. 3.- Map of the glacial and periglacial features of the Luna basin showing cirques, moraine crests and distribution of till and glacially transported clasts. Rock glaciers and protalus ramparts
51

marked by stars. Numbers in italics correspond to zones cited in the text.


52 THE LAST GLACIAL CYCLE IN THE LUNA HEADWATERS

Fig. 4.- A) Accumulation area located to the northeast in Somiedo, in a relatively flat zone. The Somiedo icefield, covering and pol-
ishing the limestones of the main divide, flowed to the Babia Region and fed the glaciers in the Luna Valley. Moraine crests marked
by dashed lines. Far in the background, the Ubiñas Massif. View to the east. B) The frontal moraine complex of La Cazurría in Los
Grajos, partially covered by large boulders detached from a highly fragmented vertical scarp. Note the large volume of the moraine
at 1560 m (altitude corresponds to the moraine ridge). Other frontal moraines to the east of Peña Castillo; arrow marks a transfluence
zone. Villabandín in the background. View to the southwest. C) Villabandín, with the south divide of the Luna basin in the background.
Well-preserved lateral moraines and small frontal moraines in the foreground. Frequent periglacial landforms −such as rock glaciers
(rg) and protalus ramparts (pr)− occur in this siliciclastic area. View to the southwest.

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Victoria Alonso 53

though, glacially transported clasts also exist along the


whole basin. These till deposits contain common we-
ll-rounded clasts and rare striated clasts (Alonso, 2020; see
their Fig. 4E). Due to their importance for glacier extent
reconstruction, several isolated erratic boulders, as well as
most of the small till outcrops recognized by fieldwork,
were recorded on the map.

Periglacial and paraglacial landforms

Periglacial landforms are widely represented in the


Luna basin, where four rock glaciers (Fig. 7B), numerous
protalus ramparts (Fig. 5) and several features related to
solifluction processes were recognized.

Fig. 6.- Relationship between frontal moraines aspect and altitude


in northwest Luna.

its root down to an altitude of 1550 m. Protalus ramparts


are widespread in northwest Luna and Villabandín massifs,
but only one form has been recognized in Ubiña−Los Gra-
jos area. They are mainly formed by siliciclastic clasts at
Fig. 5.- A partially infilled glacial lake closed by a frontal mo- altitudes above 1530 m, and although most of them present
raine, marked by a dashed line, with a southeast aspect attributed NW−NE aspects, some show E and SW aspects and are lo-
to the last recessional stage (RS-III) in the La Majúa Valley. The cated at even higher altitudes (around 1900 m). At medium
dotted line marks the crest of a protalus rampart with a north as- and small scale, several landforms related to solifluction
pect at an altitude of 1830 m. View to the southeast. and creep processes occur mainly on north-facing slopes,
namely, stone lobes, stone-banked lobes, solifluction lobes,
Rock glaciers in the Luna headwaters are constituted ploughing blocks, and terracettes (Fig. 7B). Partially buried
by quartzite and sandstone clasts. They present a N−NE blocks on slopes with a gentle gradient, indicating surficial
aspect, with an initiation line altitude (RILA; Humlum, solifluction, occur at low altitudes and in zones with shaly
1988) at 1860−1700 m and fronts generally above 1680 bedrock and diverse aspects.
m. A well-developed tongue-shaped rock glacier, located Rock falls, flows, and other types of landslides (clas-
to the north in the Torrestío Valley and with a NE aspect sification following Hungr et al., 2014), associated with
and a long tongue-shaped appearance, flowed farther from paraglacial instabilities, are common in northwest Luna,

Fig. 7.- A) Discontinuous till located in the main Luna Valley at 1140 m of altitude, in a zone with no geomorphological evidence of
glacial action (scale given by pole). It has been related to the maximum glacier extent. B) Peña Mala rock glacier, with a northeast as-
pect, at the foot of a steeply dipping quartzite outcrop. The front is at 1690 m of altitude. Terracettes in the foreground. View to the east.

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54 THE LAST GLACIAL CYCLE IN THE LUNA HEADWATERS

Fig.8.- Glacial features in the sourroundings of La Majúa. Glacially transported quartzitic clasts (detail in inset, pole for scale) occur at
higher altitudes than lateral moraines (dashed lines), polished bedrock and the upper scree limit (dotdash line). PUG : Peña Ubiña La
Grande, the highest peak in the area. View to the east.

Villabandín, and to the west of the Ubiñas Massif. Among not be interpreted as ice-free conditions.
the most significant postglacial landforms, several alluvial In this work, the ice limits were mainly established con-
fans, not represented on the geomorphological map, occur sidering deposits, although erosional landforms (subglacial
all over the basin, with the largest features (e.g. Riolago bedforms such as ice-moulded bedrock, roches mouto-
fan, 3.3 km2) at the mouth of the tributary valleys and the nées and polished surfaces) were also used as indicators
smallest systems at higher altitudes, built from reworked of glacier action. In areas devoid of lateral moraines, till
till deposits on slopes located upstream (e.g. in the La Ma- patches and allochthonous clasts were used to determine
júa Valley). the horizontal extent of the glaciation and to calculate the
minimum thicknesses of the corresponding ice masses. In
Discussion the two main valleys, where no terminal moraines can be
detected, the most significant glacial features are the we-
Analysing the position of terminal and lateral moraines ll-developed frontal moraine complexes occurring at the
is the most common method to reconstruct the past glacier confluence of the tributaries with the main valleys. Howe-
extent in deglaciated regions. Since moraines are formed ver, discontinuous till, erratic boulders, and allochthonous
during ice margins stillstands they can indicate the location clasts are very frequent far down these complexes (Fig. 3).
of the glacier limits. Nevertheless, in steep mountain zo- Ice-marginal features, commonly useful for establishing
nes, many of these deposits have been eroded or modified former glacier margins, are very scarce in these valleys and
by several processes that erase or hide the glacial imprints the two subtle and short lateral moraines to the southwest
in the landscape. Due to the difficulties to assess glacier of San Emiliano would indicate ice thicknesses of 160 and
extent in deglaciated areas, Chinn (1979) proposed a com- 140 m respectively. However, the isolated clasts and till
bination of fieldwork and study of aerial photographs in or- patches occurring nearby in higher zones suggest greater
der to detect other features that could contribute to delimit ice thicknesses (240 m above the valley bottom). Alloch-
ice margins, namely, till recognition, stream direction, and thonous clasts also occur at altitudes higher than moraines
alignment of upper scree limits, among others. In addition, in other places (7 in Fig. 3, numbers in italics correspond to
in areas with a faint glacial signature, moraine fragments, location indicated on Fig. 3), pointing to glacier thicknes-
easily ignored because of their size, can be used to extend ses greater than those suggested by the moraine complex
the limits of the glaciers (Kirkbride and Winkler, 2012). at the mouth of this valley. Similarly, in the surroundings
Thus, carrying out fieldwork is a fundamental step that of La Majúa the upper scree limit, an abraded bedrock sur-
has contributed to expanding previous glacier extents in face, and two lateral moraines would indicate an ice thic-
other glaciated zones (e.g. McDougall, 2013). McDougall kness smaller than that suggested by the relative position
claims that the absence of clear moraines in an area should of glacially transported quartzite clasts (Fig. 8). Therefore,

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Victoria Alonso 55

Fig. 9.- Distribution of till and glacially transported clasts identified in this work and glacier limits for the LGM proposed by Rodrí-
guez-Rodríguez et al. (2015), Serrano et al. (2017), Santos-González et al. (2018), and Santos-González et al. (2021).

some of the criteria commonly used to determine ice li- glacier and with a greater thickness than was previously
mits are not valid in the study area, where the most obvious thought. Based on the distribution of till, erratic boulders
signs of glaciation do not provide evidence for the major and frontal moraines in northwest Luna basin (Figs. 3 and
glacier occupation. 6), four glacial phases have been identified, including gla-
cial and periglacial landforms ascribed to these phases (Ta-
Phases reconstruction ble 1). The phase of maximum extent (S-I) was followed
by three recessional stages (RS-I, RS-II and RS-III), and
During the maximum ice extent phase, the northwest by a Tardiglacial phase, probably before the Holocene. In
Luna tributary valleys were occupied by the southern out- agreement with Barr and Lowell (2014), when comparing
let glaciers emitted from the Somiedo icefield, a vast ac- glaciers in plateau and nonplateau topography, glaciers in
cumulation area at a high altitude and with a low gradient these areas could have different dimensions despite having
(Menéndez Duarte and Marquínez, 1996). To the south, similar climatic conditions. Thus, moraines in Villabandín
Villabandín, dominated by steep mountain peaks, had a and east Luna with different glaciation styles have not been
better-defined divide and contained several cirques, from considered.
which ice tongues flowed to the north reaching the main
valley. In east Luna, Los Grajos developed a small icefield, S-I (Maximum extent). The maximum extent has been
while glaciers to the west of Ubiña were mainly fed by deduced from the distribution of till patches, disperse
snow avalanches. The interpretations for the maximum clasts and erratic boulders. These deposits indicate that
extent given by other authors (Fig. 2) seem mainly based the topography did not control the flow path since the ice
on the location of the moraine complexes, except in the tongue crossed divides even at low altitudes. The absence
recent work of Santos-González et al. (2021), in which the of glacial morphology in the low zones of the main valley
criteria followed to stablish the glacier front around 1220 points to a short phase. In order to determine the position
m in the Luna valley headwaters during the local Last of the glacier front, two criteria have been followed: the
Glacial Maximum are not explained. However, the pres- presence of allochthonous clasts at 1120 m, close to Po-
ent mapping shows a wider distribution of till and erratics bladura, and a non-classified deposit with iron-flat shaped
far down the valleys and also at higher altitudes on slopes clasts in the Barrios de Luna Reservoir head (at around
(Fig. 9), which can be interpreted as signs of a longer 1090 m), an area that is submerged during most of the year

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56 THE LAST GLACIAL CYCLE IN THE LUNA HEADWATERS

Pleistocene Holocene
Maximum ice Retreat and Stabilisations at higher Tardiglacial
extent stabilisations positions Tgl
S-I S-II (RS-I) S-III (RS-II) S-IV (RS-III)
- discontinuos till, - lateral moraines in - lateral and - frontal - cirque
isolated clasts main and in tibutary frontal moraines at moraines
and erratic valleys moraines in altitude
boulders - moraine complexes at tributary Fronts at
Fronts at 1110 m the mouth of tributary valleys >1660 m - rock glaciers
valleys Fronts at - cirque
Fronts at 1240-1290 m 1380-1540 m moraines - protalus
- cirque moraines (at - cirque ramparts
low altitude) moraines
- alluvial fans (in part reworked till)
- slope instabilities: rock avalanches and other landslides
- solifluction forms
- stone lobes, stone
banked lobes

Table 1.- Glacial deposits and paraglacial and periglacial landforms ascribed to the different glacial and postglacial phases identified
in the Luna Basin.

(Alonso, 2020; see their Figs. 6D and 7). Close to the front, short stabilizations recorded by small frontal moraines in
the Luna palaeoglacier split into two small tongues, one the valley bottoms (at 1380−1540 m, to the northwest of
heading northwards, reaching the location of Pobladura, the Luna valley). The composite inner moraines of La Ca-
and the other stretching southwards to the head of the res- zurría complex (6 in Fig. 3 and Fig. 4B) were produced
ervoir (Fig. 10). during still-stands and readvances, suggesting a pulsating
ice margin during this stage.
S-II (RS-I). From its lowest position, the recession of
the glacier front took place with short periods of stabili- S-IV (RS-III). Stationary glaciers fronts, progressively
zation, before retreating later to the mouth of the tributary located at even higher positions, were evidenced by mo-
valleys. The two lateral moraines on the valley side, close raines at altitudes higher than 1660 m (e.g. 3 in Fig. 3 and
to San Emiliano (5 in Fig. 3 and Fig. 11A), constitute a Fig. 4A). Finally, moraines formed in the front of glaciers
geomorphological evidence of short still-stands of the confined in cirque depressions, in higher favourable areas
glacier during this recession phase since moraines have a (Figs. 5 and 11B).
climatic significance even when they are only slightly pre-
served laterally (Kirkbride and Winkler, 2012). A moraine Tardiglacial. This phase is characterized by the for-
crest with an NW−SE direction (1 in Fig. 3), located to mation of rock glaciers, which coexisted with some small
the north of the mouth of the upper Torrestío Valley and glaciers nested in cirques. To the west of the study area,
older than the Torrestío complex indicates a later glacier Alonso and Trombotto Liaudat (2009) ascribed cryogenic
stabilization. This phase finished with a sequence of still- landforms to different cryomeres (from the Tardiglacial to
stands registered by the well-developed moraine complex the LIA) and, in the adjacent Laciana Region, Rodríguez
of Piedrafita in the main valley (9 in Fig. 3) and by other et al. (2020) identified two rock glacier phases, which later
complexes located at the mouth of the tributary rivers (8, 7, Santos-González et al. (2022) dated back to the Bølling–
4 and 2 in Fig. 3) at heights between 1240 and 1280 m. To Allerød interstadial. To the east, in the Porma Region, the
the south of Riolago, close to the valley mouth, three late- stop of the rock glacier creep has been dated in 15.7 ± 0.3
ro-frontal moraines (11 in Fig. 3) whose fronts (calculated ka by Rodríguez-Rodríguez et al. (2016). Well-developed
at 1260−1290 m) were destroyed by postglacial activity are rock glaciers in the Luna catchment are scarce (Figs. 3
interpreted to belong to this phase. The small latero-frontal and 7B), showing a great dependence on aspect, altitude
moraines of the cirques at low altitudes in the main valley and lithology. Generally occurring at higher altitudes, pro-
(10 in Fig. 3) are included in this stage. Although located talus ramparts (Fig. 5) are in contrast less dependent on
slightly higher (1390−1410 m) than the moraine complex- lithology than rock glaciers. Considering the low winter
es, the size and altitude of these cirques made them more temperatures in the area –Rabanal thermopluviometric sta-
sensitive to climatic changes, as observed by Chueca et al. tion, located at 1150 m a.s.l., recorded absolute minimum
(2007) in their recent study on the evolution of the small temperatures up to -14.10 ºC– the evolution of other peri-
Pyrenean glaciers. glacial landforms can seemingly reach present times. High
zones experience some periglacial activity with well-de-
S-III (RS-II). Glacier fronts receded to higher positions, veloped stone lobes, solifluction tongues, terracettes and
leaving the mouth of the tributary valleys behind, with slope instabilities affecting glacial and other loose mate-

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Victoria Alonso 57

rials. Evidence of solifluction in the upper soil levels, e.g. Chinn (1979) related large-volume moraines with
boulders partially buried on slopes, can be recognized all landslides or rock avalanches on glaciers. These paragla-
over the study area. cial instabilities could explain the unusual volume of a cir-
que moraine (Fig. 11B) that was previously interpreted as
The rare morphological evidence indicating the position a rock glacier developed on a limestone bedrock by Alonso
of extinct glaciers, e.g. trimlines and lateral moraines, could (2014), Santos-González et al. (2018), and Alonso et al.
also reflect a wide action of mechanisms operating since (2019). The cirque, located in the vicinity of the big afore-
the deglaciation. Mainly in tributary valleys, glacier retreat mentioned avalanche, presents highly fractured walls, and
left a large volume of sediments later reworked by different the deposit, with an abundant fine fraction, is now interpre-
processes during the period defined by Church and Ryder ted as a recessional moraine ascribed to the final recession
(1972) as paraglacial time. Frontal moraine complexes, like stage RS-III, formed similarly to the large moraine at 1560
Torre and Riolago, were partially destroyed by proglacial m in La Cazurría, shown in Fig. 4B.
streams and till was mobilized by fluvial and gravitational In the Luna catchment, geomorphic evidence of ear-
processes. The large alluvial fans, mostly occurring at the lier glaciers during the maximum ice extent phase is either
mouth of the tributary valleys, probably started as progla- absent or poorly preserved. Further data are needed for a
cial fans during the last moments of S-II, being fed later by more accurate reconstruction. Thus, glacier reconstruction
melting waters from retreating fronts progressively located carried out by empirical methods (Fig. 10) is an approach
away from the fan apex. Glaciofluvial outwash sediments that should be refined in the future.
also occur forming fans of smaller dimensions on tributary
valleys slopes, where some are partially dissecting morai- The LGC in other basins
nes, as in La Majúa Valley, where this reworking of till is
still occurring at present. Glacial sculpturing in the tributary Table 2 records the different glacial phases for the LGC as
valleys has been partially lost due to large landslides in de- established by several authors in these mountains. The River
glaciated slopes. Instabilities associated with glacier retreat Sil basin, studied by Santos González (2010) and Jalut et al.
triggered numerous gravitational deposits, including rock (2010), is included due to its proximity to the Luna basin. Ro-
avalanches with a long track on limestones, described by dríguez-Rodríguez et al. (2015) examined the Somiedo/Alto
Rodríguez et al. (2021) in the Torre Valley. Sil/Babia mountain area and Serrano et al. (2017) analysed

Fig. 10.- Maximum glacier extent in the Luna Valley. In circles, local minimum ice thickness, calculated from moraines and glacially
transported clasts distribution, with respect to present valley bottom altitudes.

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58 THE LAST GLACIAL CYCLE IN THE LUNA HEADWATERS

the Somiedo-Upper Sil-Babia massif. Finally, the Porma Val- the Piedrafita moraine complex to a disjunction phase formed
ley (Rodríguez-Rodríguez et al., 2016, 2018), around 65 km during a stabilization period that occurred during a general
to the east, is included because it shows characteristics akin glacial retreat, at approx. 16 ka, which is in accordance with
to the Luna Valley. Both valleys are located on the southern the data given by Alonso and Suárez Rodríguez (2004) for the
slope of the CM, present similar altitudes and have bedrocks Luna Valley and with the results obtained in the present in-
with comparable lithologies, where siliciclastics alternate with vestigation. These moraines in Piedrafita and the complexes
calcareous formations. Highlighted in Table 2, Piedrafita mo- in Lago, Torre, and La Majúa were formed at the time when
raines refer to the moraine complex located in the valley head glaciers were confined in tributary valleys with fronts in their
(indicated in Fig. 2). They were considered by Santos González confluences with the main valley, or close to the confluence as
(2010), Rodríguez-Rodríguez et al. (2015), and Serrano et al. in Torrestío. For the Porma basin, Rodríguez-Rodríguez et al.
(2017) as recording the maximum extent, with the main val- (2016) established a local maximum, followed by four reces-
ley devoid of glaciers. For Rodríguez-Rodríguez et al. (2015) sional phases, with fronts at 1100 m for the maximum, and at
the local glacial maximum took place at 45−36 ka BP (MIS 1210 m for the recessional stage III. Front altitude at maximum
3) and Serrano et al. (2017) propose an age of 48−35 ka (MIS is consistent with the one established for Luna, while the al-
3) for the maximum glacier advance in the CM, including this titudes of the frontal moraine complexes in Luna, although a
area. Previously, Jalut et al. (2010) had dated the yuxtaglacial few meters higher, are comparable to fronts in Porma during
lake deposits of Villaseca (location indicated by an asterisk in RS-III. Rodríguez-Rodríguez et al. (2018) consider that during
Fig. 1A), identifying several phases and concluding that in the MIS 2, glaciers in Porma were occupying the main valleys to
western CM the maximum glacier extent preceded the global an altitude of 1130 m. Hence, from a chronological perspective,
LGM (26.5-19 ka; Clark et al., 2009). Those authors ascribe several questions remain to be solved; a future dating of Luna

Last Glacial Disjunction phase


Jalut et al., 2010 Maximum Retreat phase (valley glaciers) Final
(Sil River Extension Post-maximum stabilisation ~16 ka deglaciation Late glacial
headwaters) (LGME) ~44 ka (48-32 ka) (Piedrafita <16 ka
60-35 ka moraines) *
Maximum
Santos González, glacial stage Cirque
Retreat Rock
2010 >40 ky BP phase
41 ky glaciers
(Sil River >60 ky BP? 16 to 13 ky
phase
headwaters) (Piedrafita BP
moraines) *
Rodríguez- Glacial adv. 45-36 ka BP Glacial advance
Rodríguez et al., MIS 3 23-19 ka BP
Glacial
2015 Local glacial max.> 43 ka BP MIS 2
retreat
(Sil River Fronts: 1250-1300 m a.s.l. (coeval with global
headwaters /Luna) (Piedrafita moraines) * LGM)
Recessional stages
Local
RS-IV
Rodríguez- maximum RS-I (LGM)
RS-II (cirque
Rodríguez et al., MIS 5d >55.7 ka (MIS RS-III
Fronts: 1160 glaciers)
2016 Fronts: 1100 4) Fronts:
and 1190 m Fronts:
(Porma Valley) m a.s.l. Fronts: 1130- 1210 m a.s.l.
a.s.l. 1750 m
1140 m a.s.l.
a.s.l.
Altitude stage and
Maximum glacial advance Deglaciation and glacial
Serrano et al., Pre-maximum Tardiglac. Little
RGM/S-I equilibrium
2017 phases Cirque glac. and Ice
48-35 ka S-II
(Cantabrian S-0 rock glaciers Age
MIS 3 25-18 ka BP
Mountains) MIS 12 MIS 22 S-III
(Piedrafita moraines) * MIS 2
MIS 2
Rodríguez- Local Similar positions to maximum
Rock glaciers
Rodríguez et al., maximum Stage IIa ~56 ka MIS 3 Starting glacier
stabilizations
2018 ~110 ka MIS Stage IIb ~33-24 ka MIS 2 retreat ~21-20 ka
15.7-13 ka
(Porma Valley) 5d (local glacier advance)
Stage 3
Stage 1 local LGM Stage 2 Cirque glac. and rock
Santos-González
Pre maximum 45-35 ka 26-19 ka glaciers
et al., 2022
phase Fronts: 700-1300 m a.s.l. (Piedrafita 19-11 ka
(Leonese CM)
moraines) * Fronts: >1700 m
a.s.l.

Table 2.- Glacial phases identified by different authors in the southern slope of the central and western CM. Original terms given by these
authors have been preserved. Asterisks mark the Piedrafita moraine complex, at the Luna Valley head. For locations, see Figs. 1 and 2.

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Victoria Alonso 59

Fig. 11.- A) Lateral moraine at 1440 m in the Torrestío Valley, close to the confluence of the Rivers Torrestío and Luna. Formed during
a temporary still-stand of the ice margin during glacier retreat after the maximum extent phase, the moraine indicates a minimum ice
thickness of 160 m at this zone. View to the northwest. B) An avalanche supply of debris contributed to creating this unusually large
cirque moraine in the Torre Valley, at an altitude of 1740 m and with an east aspect. View to the southwest.

deposits would allow a better correlation with Porma stages and the different stages established in Porma differ from those
with other massifs within the CM. found in Luna.
With respect to other mountain chains, similarly to what These conclusions suggest caution when trying to cor-
happened during the last glaciation in the Sierra de Béjar, relate glacial chronologies even within the same mountain
located in Iberian Central System and studied by Carrasco et chain, as physiography, glaciation style, altitudes distribu-
al. (2013), glacial maximum in Luna is indicated by erratic tion, aspect, and other particularities of some zones imply a
clasts and boulders while well-developed lateral moraines different response to the same climatic conditions resulting
and posterior moraine complexes register deglaciation. in a diverse occupation for glaciers during a cold period.
They also confirm that, before any glacier reconstruction,
Conclusions it is essential to produce a detailed geomorphological map
(Otto and Smith, 2013) because classical criteria used to
The distribution of glacially transported clasts, erra- identify past glacial activity are not valid for all areas as
tic boulders and till patches on apparently non-glaciated the most prominent features cannot always reveal the full
zones has allowed the position of the glacier front during extent of the extinct glaciers.
the LGM in the Luna Valley to be inferred. The calculated Results obtained in this work would have not been
front, at an altitude of 1110 m, indicates a glacier leng- possible without an intensive fieldwork survey, the most
th of around 20 km from the valley head and a minimum reliable way to identify small size moraines, till deposits
ice thickness of 250 m in the main valley; values greater and individual glacially transported clasts, essential in the
than those interpreted by other authors, who noticeably interpretation of a past glacial extent.
underestimated the extent of the Luna glacier. Although
absolute chronology has not been established, position and Acknowledgements and funding
distribution of lateral and frontal moraines indicate that af-
ter maximum (S-I) glacier retreat took place in three main I am grateful to P. Farias and to an anonymous reviewer
recessional phases (RS-I, RS-II, and RS-III), when glaciers for their constructive comments on the earlier version of
were gradually fragmented into independent valley gla- this contribution. Thanks are due to Nieves López-Gonzá-
ciers and finally into cirque glaciers. These glacial phases lez for her valuable editorial input. This research did not
were followed by a Tardiglacial period, characterized by receive any specific grant from funding agencies in the pu-
rock glaciers and protalus ramparts coexisting with some blic, commercial, or not-for-profit sectors.
cirque glaciers. Proglacial activity in progressively degla-
ciated zones, modifying and partially hindering the former References
glacial landscape, was registered by alluvial fans, both on
valley sides and floors. Numerous paraglacial slope insta- Alonso, J.L., Martínez Abad, I., García-Ramos, J.C., 2007. Nota
bilities related to glaciers retreat contributed to reducing sobre la presencia de una sucesión cretácica en el Macizo de
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Revista de la Sociedad Geológica de España, 36 (2), 2023


62

Revista de la Sociedad Geológica de España 36 (2)


ISSN (versión impresa): 0214-2708 https://doi.org/10.55407/rsge.100114
ISSN (Internet): 2255-1379

ENTRE ROCAS Y REMEDIOS: JOSEFINA PÉREZ


MATEOS (1904-1994), PIONERA DE LA GEOLOGÍA EN
ESPAÑA
Among rocks and remedies: Josefina Pérez Mateos (1904-1994), a pioneering woman geologist in Spain

Isabel Rábano1, Antonio González Bueno2 y Salvador Ordóñez Delgado3

1
Centro Nacional Instituto Geológico y Minero de España, CSIC, Ríos Rosas 23, 28003 Madrid. i.rabano@igme.es
2
Departamento de Farmacia Galénica-Tecnología Alimentaria, Facultad de Farmacia, Universidad Complutense de
Madrid, 28040 Madrid. agbueno@ucm.es
3
Universidad de Alicante, Campus de Sant Vicent del Raspeig, Ap. Correos 99, 03080 Alicante. salvador@ua.es

Resumen: Se presenta un recorrido por la trayectoria vital y profesional de Josefina


Pérez Mateos (1904-1994), desde su doble vertiente, la de farmacéutica y la de científica
en el campo de las Ciencias de la Tierra. Mantuvo farmacia abierta en Madrid, de forma
prácticamente ininterrumpida, entre 1929 y 1965. De manera paralela desarrolló una
carrera docente e investigadora en la Universidad Central desde 1935, y, entre 1940 y
su jubilación en 1974, en el Museo Nacional de Ciencias Naturales y en el Instituto de
Edafología y Fisiología Vegetal del Consejo Superior de Investigaciones Científicas, donde
alcanzó la categoría de profesora de investigación. Se erige así en una de las primeras
mujeres que en España se dedicó profesionalmente a la geología. Su primera etapa de
investigación destacó por los estudios de espectroquímica mineral, aplicados inicialmente
en sus dos tesis doctorales, en Ciencias Naturales y en Farmacia. Tras su formación con
los Profs. Edelman y Correns, en Países Bajos y Alemania, respectivamente, su aportación
fue esencial para la introducción en España de las técnicas del estudio mineralógico
de los sedimentos. Presidenta-editora para España de la International Association of
Sedimentology, impulsó la fundación del Grupo Español de Sedimentología. En sus
laboratorios de Petrografía Sedimentaria y de Mineralogía de Suelos del CSIC se formaron
investigadores e investigadoras que continuaron con el desarrollo, perfeccionamiento y
aplicación de las técnicas sedimentológicas y edáficas.

Palabras clave: geología, sedimentología, farmacia, historia de la Geología, pionera.

Abstract: An extensive biography of Josefina Pérez Mateos (1904-1994) is presented,


from a double perspective, that of a pharmacist and that of a scientist dedicated to
Earth Sciences. She kept a pharmacy open in Madrid, practically without interruption,
between 1929 and 1965. At the same time, she developed a teaching and research
career at the University of Madrid, from 1935, and, between 1940 and his retirement in
1974, at the National Museum of Natural Sciences and at the Institute of Edaphology
and Plant Physiology of the Spanish National Research Council (CSIC), where she
held the position of Research Professor. She stands as one of the first women in Spain
to dedicate herself professionally to geology. The first stage of her research stood
out for the studies of mineral spectrochemistry, initially applied in her two doctoral
theses, in Natural Sciences and in Pharmacy. Her training stays in the laboratories of
Profs. Edelman and Correns, in the Netherlands and Germany, respectively, allowed

Revista de la Sociedad Geológica de España, 36(2), 2023


Isabel Rábano, Antonio González Bueno y Salvador Ordóñez Delgado 63

her to introduce the techniques of the mineralogical study of sediments in Spain.


Promoter of the foundation of the Spanish Group of Sedimentology, and president-
editor of the International Association of Sedimentology, researchers were trained in
their Sedimentary Petrography and Soil Mineralogy laboratories of the CSIC, who
continued with the development, improvement and application of sedimentological
and edaphic research.

Keywords: geology, sedimentology, pharmacy, history of Geology, pioneer.

Rábano, I., González Bueno, A., Ordóñez Delgado, S., 2023. Entre rocas y remedios:
Josefina Pérez Mateos (1904-1994), pionera de la Geología en España. Revista de la Sociedad
Geológica de España, 36 (2): 62-93.

Introducción tica profesional farmacéutica. Mantuvo oficina de farmacia


abierta en Madrid, de forma más o menos continua, entre
La presencia de mujeres en la ciencia española se enri- 1929 y 1965. Para conocer su biografía se han consulta-
queció con aquellas pioneras que, a finales del siglo XIX, do los expedientes personales de Josefina Pérez Mateos
desempeñaron profesionalmente la medicina o las que, a conservados en el Archivo del Colegio Oficial de Farma-
comienzos del XX, se incorporaron de pleno al mundo uni- céuticos de Madrid (ACOF-M), en el Archivo General de
versitario tras la real orden de 8 de marzo de 1910 que la Universidad Complutense de Madrid (AGUCM), en el
permitió el acceso de las mujeres a la enseñanza superior Instituto de Ciencias Agrarias del CSIC (antiguo Institu-
en España, buscando una formación en ámbitos científicos, to de Edafología y Agrobiología) (ICA-CSIC), en la Real
como la física, la química o las ciencias de la naturaleza, Academia de Doctores de España (RADE) y en el Archivo
que les permitiera ejercer la docencia o la investigación. Si General de la Administración (AGA).
bien se vienen realizando estudios sobre la conquista de los
nuevos espacios de ciencia de estas mujeres en un tiempo El entorno familiar. Los primeros estudios (1904-1921)
en el que, todavía, se mantenía un marcado rechazo so-
cial a la culturización y educación de las mujeres, entre los Josefa (o Josefina) Pérez Mateos (Fig. 1) nació en Ciu-
que destacan los pioneros de Capel (1982), Flecha García dad Rodrigo (Salamanca), en los días finales de 1904, el
(1996, 2010) y Magallón (1998, 2010), son muy escasos jueves 15 de diciembre1. Vino al mundo en el seno de una
aquellos relativos a la ocupación de entornos profesionales familia con fuerte abolengo militar; su padre, José Pérez
ligados a disciplinas geológicas por mujeres en España. La Egido, hijo también de militar, había servido en Filipinas,
Comisión de Mujeres y Geología de la Sociedad Geológica de donde regresó en 1903 con una úlcera sangrante y el
de España puso el foco de atención sobre las precursoras empleo de segundo teniente de Infantería en el Regimiento
([Comisión], 2012, 2016), entre ellas Josefina Pérez Ma- de Salamanca (Leguineche, 1998). En 1899 le fue concedi-
teos, que se ha continuado dando a conocer las biografías da la Medalla del Mérito Civil de las Islas Filipinas (Archi-
de algunas de ellas o sobre su presencia temprana en so- vo Histórico Nacional, Ultramar, 53.633/3; Ceballos-Esca-
ciedades científicas (Rábano, 2020; Boixereu et al., 2021; lera, 2021: 20). En diciembre de 1927 figura como capitán
Rábano et al., en prensa). retirado, le correspondía la cartera 9.515 (Gaceta de Ma-
El presente trabajo tiene como objetivo continuar la drid, 10/03/1928). Su madre, África Mateos Iglesias, era
labor de visibilización de estas mujeres que, sin apenas re- originaria de Melilla, también de familia militar. Contra-
ferentes femeninos y en un entorno muy masculinizado en jeron matrimonio en 1903; su padre contaba con 29 años
nuestro país, superaron barreras y abrieron horizontes a las de edad, su madre solo 19. Josefa fue la primera hija del
que las sucedieron. Se presenta la primera biografía exten- matrimonio celebrado un año atrás2; con posterioridad na-
sa de Josefina Pérez Mateos (1904-1994), una de las prime- cieron otros dos hijos más: un varón, Alfonso, y otra mujer,
ras mujeres que en España se dedicó profesionalmente a la Conchita. El hermano falleció en 1946 en accidente de co-
geología desde diferentes ámbitos: la docencia en la Uni- che; Conchita sobrevivió a Josefina.
versidad Central, la conservación de colecciones de mine- Tras su regreso a la metrópoli, José Pérez Egido tra-
ralogía en el Museo Nacional de Ciencias Naturales y la bajó al servicio de Antonio Palacios de la Puente3, dipu-
investigación en mineralogía y petrología sedimentaria en tado provincial de Salamanca, de tendencia liberal, como
el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC). recoge el semanario La Iberia, editado en Ciudad Rodrigo:
El periodo temporal comprendido es el de 1929 a 1974, fe- “El día 12 [03/1907] regresó a Madrid el diputado a Cortes
chas que marcan el inicio de su actividad profesional, tras por este distrito [Ciudad Rodrigo] don Antonio Palacios
finalizar la licenciatura en Farmacia, y su jubilación, cuan- acompañado de su secretario don José Pérez Egido…” (La
do había alcanzado la categoría de profesora de investiga- Iberia [Ciudad Rodrigo], 16/03/1907); lo que obliga a pen-
ción del CSIC en el Instituto de Edafología y Agrobiología. sar que los primeros años de Josefa Pérez Mateos debieron
A su faceta docente e investigadora, hay que añadir la prác- transcurrir en su Ciudad Rodrigo natal.

Revista de la Sociedad Geológica de España, 36 (2), 2023


64 JOSEFINA PÉREZ MATEOS, PIONERA DE LA GEOLOGÍA EN ESPAÑA

Fig. 1.- Josefina Pérez Mateos. Fotografías asociadas a diferentes registros en el Colegio Oficial de Farmacéuticos de Madrid. La
primera por la izquierda corresponde a su primera admisión como colegiada, en 23 de diciembre de 1929. Resto: fechas desconocidas.
ACOF-M, 453/12.

Josefa Pérez Mateos completó los estudios de Bachiller de farmacia. La Junta del Colegio Oficial de Farmacéuti-
en Madrid. Su título le fue otorgado por el Instituto Carde- cos de Madrid aprueba su incorporación unos días después
nal Cisneros el 19 de abril de 1922. Para entonces ya había (23/12), y le asigna el número de colegiada 783 (ACOF-M,
iniciado, en la Universidad Central, sus estudios universi- 453/12; García Garralón y Renau López, 2020: 91). En
tarios. Desde su traslado a Madrid, la familia habitó en la esta ubicación la sitúa Luis Portillo Valcárcel (1934) en los
Glorieta de Bilbao 7 (5º); este será el domicilio de Josefa comienzos de la década de 1930. Con anterioridad a los
Pérez Mateos hasta el final de sus días. años de la Guerra Civil trasladará la oficina de farmacia al
Paseo de Extremadura nº 48.
Los años de formación universitaria (1921-1936) En el curso 1931/32 retomará su contacto con la Uni-
versidad Central a través de los estudios de la licenciatura
Con diecisiete años, en el curso 1920/21, Josefa Pé-
rez Mateos inicia sus estudios en la Universidad Central.
Cursó el año preparatorio en la Facultad de Ciencias, que
habría de abrirle las puertas de la Facultad de Farmacia.
En el curso 1920/21 se examinará, como alumna libre, de
las materias de Física general (aprobado), Química general
(aprobado), Mineralogía y Botánica (notable) y Zoología
general (aprobado). En una instancia, dirigida al decano de
la Facultad de Ciencias de la Universidad Central, fechada
el 06/02/1935, justificará que los “dejó en suspenso [los
estudios de Ciencias Naturales] para completar los de la
Facultad de Farmacia” (AGUCM, 59/99-161). Realizará,
sin aparentes tropiezos académicos, los estudios propios de
la licenciatura en Farmacia, obteniendo el grado de licen-
ciada en mayo de 19284. Su expediente académico incluye
las siguientes calificaciones: curso 1922/23: Técnica física
aplicada a la Farmacia (aprobado) y Mineralogía y Zoolo-
gía aplicada a la Farmacia (notable); curso 1923/24: Botá-
nica descriptiva (aprobado) y Química inorgánica aplicada
(aprobado); curso 1924/25: Materia farmacéutica vegetal
(sobresaliente), Química orgánica aplicada (sobresaliente)
e Higiene con prácticas de bacteriología (notable); curso
1925/26: Análisis química (notable) y Farmacia práctica
(notable) (AGUCM, 151/21-034).
El 12 de diciembre de 1929 Josefa Pérez Mateos soli-
cita su ingreso en el Colegio de Farmacéuticos de Madrid. Fig. 2.- Matrícula en algunas asignaturas de la licenciatura
Acababa de cumplir 25 años y estaba domiciliada en la de Ciencias Naturales. Universidad Central, curso 1931/32.
Glorieta de Bilbao 7, donde establece su primera oficina AGUCM, 59/99-161.

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Isabel Rábano, Antonio González Bueno y Salvador Ordóñez Delgado 65

de Ciencias (Fig. 2). Le fueron convalidadas algunas de de Farmacéuticos de Madrid, manifiesta que el 18/07/1936
las asignaturas cursadas en el año 1921/22, como parte del trabajaba, como farmacéutica, en la farmacia establecida
preparatorio de la licenciatura de Farmacia: Física teórica y en Paseo de Extremadura nº 48, destruida durante la gue-
experimental, Química experimental y Biología; además la rra; que no desempeñó ningún cargo “durante el período
Química orgánica aplicada a la Farmacia (curso 1924/24) de la dominación marxista”, que su establecimiento no fue
se asimilará a Química orgánica 1º. Se examinará por li- incautado y que ella no perteneció a partido político alguno
bre de Matemáticas especiales para naturalistas (notable, ni organización sindical del Frente Popular8.
junio), Histología (notable, junio), Ciencias geológicas 1º Durante los años de la guerra “me afilié en el Sindto. far-
[geografía] (notable, septiembre) y Zoología especial 1º macéutico U.G.T. en noviembre 1936 por las coacciones
[invertebrados no artrópodos] (sobresaliente, septiembre) a que nos sometieron. Cargos, ninguno”. En su confesión
(AGUCM, 59/99-161). Lo hizo en unas condiciones eco- declara que no contribuyó, con fondos ni donativos para
nómicas precarias, por lo que solicitará, y le fue concedida, “combatir el triunfo del Movimiento Nacional”. Y señala su
matrícula gratuita a partir del curso 1932/335. Finalizó los contribución al “triunfo del Movimiento Nacional” en estos
estudios de la licenciatura en Ciencias en septiembre de términos: “No habiendo sido posible pasar a la España Na-
1934 (26/09) con la calificación de sobresaliente y premio cional, por haberme sido negado el pasaporte que solicité,
extraordinario. Su expediente académico revela que, du- me limité a no colaborar con el Gobierno rojo, no prestándo-
rante el año 1932/33, cursó Ciencias geológicas 2º [crista- le mi aportación personal ni profesional a pesar de los reque-
lografía y mineralogía] (sobresaliente), Zoología especial rimientos que en ambos sentidos se me hicieron”. No sufrió
2º [entomología] (notable), Zoología especial 3º [vertebra- persecuciones ni encarcelamientos, declara no pertenecer a
dos] (notable), Fisiología vegetal, comprendiendo Organo- la masonería y, al solicitarle “Relacione aquellos profesiona-
grafía (notable), Dibujo (admisible) e Inglés (admisible). les que, por su significación marxista y su actuación durante
En el año 1933/34 estudió las materias de Ciencias geológi- el período de guerra, causaran perjuicios de cualquier clase
cas 3º (notable, matrícula de honor), Fitografía y Geografía en las personas o intereses de los farmacéuticos” responde:
botánica (sobresaliente), Organografía y Fisiología animal “Por el alejamiento que he tenido de las cuestiones profesio-
(sobresaliente) y Antropología (notable) (AGUCM, 59/99- nales desconozco la actuación de los demás farmacéuticos”.
161). Su título de licenciada en Ciencias (Naturales) por Declara, igualmente, no haber prestado servicio a las mili-
la Universidad de Madrid quedó extendido el 08/03/1935. cias rojas, no haber recibido recompensa por su prestación
Durante su formación como alumna de la licenciatura de servicios al ‘gobierno rojo’ y ante la pregunta ‘Si se en-
de Ciencias Naturales, Pérez Mateos participó, en 1933, en contraba en zona roja al producirse el Glorioso Alzamiento
el seminario dictado por Gabriel Martín Cardoso (1896- Nacional, manifieste si pudo trasladarse a la zona liberada y
1954) sobre “Estructura de los cristales y medios para de- qué medios empleó’ contesta: “Solicité pasaporte en la Di-
terminarla”, impartido en el Museo de Ciencias Naturales rección General de Seguridad el 11 de septiembre de 1937,
de Madrid6 y en el dictado por Arturo Caballero Segares con este propósito y no me fue concedido, según datos que
(1877-1950) sobre “Geografía Botánica”, en el Jardín Bo- allí obrarán” (ACOF.M, 453,12).
tánico de Madrid ([JAE], 1935: 315); además del curso de
trabajos prácticos en la Estación de Biología Marítima de La postguerra (1939-1946)
Santander del Instituto Español de Oceanografía, en julio
de 1934 (AGA, TOP-32/63, leg. 18551). El mismo año de Los primeros años de la postguerra suponen para Jose-
finalizada su licenciatura en Ciencias Naturales se integró fa Pérez Mateos un período de búsqueda de su estabilidad
en la Sociedad Española de Historia Natural; fue presenta- laboral. La falta de profesorado, debida al exilio, conduce
da, en la sesión celebrada el 07/11/1934, por Gabriel Mar- a su pronta integración en el cuerpo docente de la Univer-
tín Cardoso ([Rioja], 1934: 417; Rábano et al., en prensa). sidad de Madrid. Lo hará como ayudante impartiendo la
Al finalizar sus estudios de la licenciatura en Ciencias materia de “Ciencias geológicas 2º curso” entre 1939 y
Naturales comienza los del doctorado en Ciencias, que se 1946 (ver nota 7).
vieron interrumpidos por la Guerra Civil. Durante el curso Durante este mismo período temporal, el que media en-
1934/35 cursará las materias de Ecología vegetal (sobre- tre 1939 y 1943, desempeñará, en el Instituto Lope de Vega
saliente), Psicología experimental (aprobado) y Geofísi- de Madrid, el cargo de profesora encargada de curso en la
ca (sobresaliente) (AGUCM, 59/99-161). Ese mismo año Cátedra de Agricultura, nombrada −sin mediación de prueba
académico fue contratada por la Universidad Central como alguna− por el Ministerio de Educación Nacional (RADE,
ayudante de clases prácticas de la asignatura “Geología con exp. Pérez Mateos). En septiembre de 1943 obtuvo, por
nociones de Geoquímica”, que se extendería al siguiente oposición, una plaza de profesora adjunta de Ciencias Na-
curso, pasando a la categoría de auxiliar temporal durante turales, con destino en el Instituto de Puertollano (Ciudad
el año 1939/40 (AGA, TOP-32/63, leg. 18551)7. Real). Pero rápidamente (noviembre de 1943) fue adscrita al
Instituto Lope de Vega de Madrid por una orden ministerial,
Los años de la Guerra (1936-1939) a propuesta del Consejo Superior de Investigaciones Cien-
tíficas (AGA, TOP-32/63, leg. 18551). Compatibilizó esta
La Guerra Civil sorprendió a Josefa Pérez Mateos en actividad docente con el ejercicio profesional al frente de
Madrid, junto al resto de su familia. En la declaración ju- una oficina de farmacia, la de María Prieto Álvarez, viuda de
rada presentada en abril de 1939 ante el Colegio Oficial Luis Palomino Calvo, sita en Magdalena nº 8 [10]9.

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66 JOSEFINA PÉREZ MATEOS, PIONERA DE LA GEOLOGÍA EN ESPAÑA

El 22 de junio de 1943 defiende su tesis doctoral en “También ha sido investigada la naturaleza y origen de
la Facultad de Ciencias: Investigación del color en la tur- las manchas azules de la turmalina, como propuesta del
malina (Pérez Mateos, 1943), realizada bajo la dirección ingeniero jefe del Laboratorio, Sr. Romero Ortiz, a la se-
de Maximino San Miguel de la Cámara (1887-1961), ca- ñorita Josefina Pérez Mateos, conservadora de la Sección
tedrático de Geología y decano de la Facultad de Ciencias de Mineralogía del Museo Nacional de Ciencias Naturales,
de la Universidad Central. Se trató de una dirección casi quien había solicitado desarrollar, bajo la dirección de di-
testimonial, como reconoce la nueva doctora: cho ingeniero, su tesis doctoral para obtener el título de
Ciencias en la Universidad de Madrid, autorización que le
“He de destacar en primer lugar la amable acogida que fue concedida por esta Dirección, por entender que nues-
en todo momento me fue dispensada, haciendo presente mi tros laboratorios no deben aparecer clausurados para quien
gratitud a su ilustre Director [del Instituto Geológico y Mi- a ellos se acerca con elevados deseos de estudio y trabajo.
nero de España] D. Agustín Marín y Beltrán de Lis, por las En este caso hemos podido ver, con agrado, que la tesis
facilidades brindadas, tanto en los trabajos de laboratorio doctoral antedicha mereció la calificación de sobresaliente
como para visitar la biblioteca de dicho Instituto. / Expreso en la Universidad y el premio extraordinario de doctorado
igualmente mi agradecimiento al Ingeniero Jefe de la Sec- de la mencionada señorita” ([IGME], 1943: 22).
ción de Petrografía, D. José Romero Ortiz, bajo cuya direc-
ción y asesoramiento han sido efectuados los estudios que Los resultados de su memoria doctoral verán la luz en
se refieren a la micrografía de la turmalina, que no omitió los inicios de 1944, tanto en las Notas y Comunicaciones
cuantos desvelos fueron necesarios durante el transcurso del Instituto Geológico y Minero de España (Pérez Mateos,
de estas investigaciones, resolviendo mis dificultades con 1944a) (Fig. 4) como en los Trabajos del Instituto de Cien-
sin igual amabilidad, y asimismo al Ingeniero Jefe del La- cias Naturales “José de Acosta” (Pérez Mateos, 1944b) y
boratorio de Espectroscopía, D. Juan Manuel López de Az-
en las páginas del Boletín de la Real Sociedad Española de
cona, a quien debo toda orientación y ayuda en el análisis
Historia Natural (Pérez Mateos, 1944c).
espectroquímico. / Guardo igualmente el reconocimiento
más respetuoso al Doctor San Miguel de la Cámara, que
tanto ha honrado esta memoria doctoral, apadrinándola en
su presentación en la Universidad Central, y cuyo interés
y estímulo fueron siempre aliento para mí” (Pérez Mateos,
1944a: 223-224).

El tribunal estuvo formado por Luis Lozano Rey (pre-


sidente), Salustio Alvarado y Emilio Fernández Galiano
(vocales). Fue calificada con sobresaliente y recibió premio
extraordinario (AGUCM 151/21-034; RADE exp. Pérez
Mateos). De su contenido se hizo eco la memoria anual del
Instituto Geológico y Minero de España (IGME), puesto que
buena parte de su investigación fue desarrollada en los labo-
ratorios del IGME, el de Petrología, dirigido por el ingenie-
ro de minas José Romero Ortiz de Villacián (1886-1963), y
el de Espectroquímica por Juan Manuel López de Azcona
(1907-1995) (Fig. 3):

Fig. 3.- Laboratorio de espectroquímica del Instituto Geológico y Fig. 4.- Lámina 1 de Pérez Mateos (1944a). Ilustró su tesis doctoral
Minero de España en la década de 1940 (Moya, 1943). Investigación del color en la turmalina (Pérez Mateos, 1943).

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Isabel Rábano, Antonio González Bueno y Salvador Ordóñez Delgado 67

José Romero Ortiz de Villacián (1887-1963) hará pre-


ceder de una “glosa” la versión publicada en la revista del
Instituto Geológico y Minero de España:
“En todos los laboratorios quedan siempre en el aire,
como las mariposas al lado de la hoz que siega la mies,
algunos hechos cuya investigación se aplaza, a veces in-
definidamente por falta de interés o de tiempo. Por esto,
cuando la señorita Pérez Mateos, en unión de mi querido
compañero López de Azcona, vino al mío para expresar-
me un tan injustificado deseo como el de dirigirle su tesis
doctoral, no me fue difícil ofrecerle varios, entre los cuales
fue preferido, como es natural en este caso, el más bella-
mente femenino: el color de la turmalina y, especialmente,
las manchas azules que a veces presenta […] Por esta vez,
la turmalina encontró su poetisa, y a mi, ofrecida la va-
liosa colaboración del Sr. López de Azcona, para dirigir y
comprobar los análisis espectroquímicos, me ha cabido la
satisfacción, gracias a ellos, de elevar mi espíritu por en-
cima de mis tareas habituales, para cultivar a ratos la más
excelsa de las aficiones: la ciencia pura” (Romero Ortiz,
1944: 220-221).

Un apunte más de un patriarcado asumido como hecho im-


perante, que lleva al autor a referirse a la nueva doctora como
“doctor de manos nacaradas” (Romero Ortiz, 1944: 219).
Desde septiembre de 1940, Pérez Mateos estuvo vincu-
lada a la Sección de Mineralogía del Instituto José de Acos-
ta del CSIC como conservadora de colecciones10 (AGA,
TOP-32/63, leg. 18551; Pérez-Rubín Feigl et al., 2020; Fig. 5.- Primer volumen de los Cuadernos de Mineralogía
Lérida Jiménez, 2022), trabajando junto a Pablo Martínez descriptiva (Martínez Strong et al., 1946).
Strong (1887-1968), catedrático de la Facultad de Ciencias
de la Universidad de Madrid y químico analista de la Sec- En la primavera de 1945 opositó, al parecer sin éxito, a
ción de Mineralogía del Museo Nacional de Ciencias Na- una de las cátedras de Ciencias Naturales convocadas para
turales, y Pedro García Bayón-Campomanes, profesor ad- los Institutos de Enseñanzas Medias (BOE, 02/05/1945).
junto de la Facultad de Ciencias y preparador de la Sección Además de su plaza como profesora adjunta en Ciencias
de Mineralogía del citado museo. Con ellos publicaría, en Naturales, seguía ejerciendo como auxiliar temporal de
1946, la primera edición de Cuadernos de Mineralogía Geología para Químicos (el sueldo se incrementó a 6.000
descriptiva (Martínez Strong et al., 1946-1947), una obra ptas. anuales; AGA, Educación y Ciencia, 31/2219, fide
en dos volúmenes (Fig. 5), que habría de convertirse en un Flecha García, 2010: 270) y trabajando en el Museo Na-
clásico, sucesivamente reeditado hasta la década de 1970 cional de Ciencias Naturales, en calidad de conservadora
(Martínez Strong et al., 1952, 1955, 1973). Además, Pérez de las colecciones de Mineralogía.
Mateos realizó la primera descripción, después de la Gue-
rra Civil, de la sala de Mineralogía del Museo Nacional de Entre el Instituto José de Acosta y el Instituto Español
Ciencias Naturales, además de crear nuevas agrupaciones de Edafología, Ecología y Fisiología Vegetal (1946-1949)
de los minerales según diferentes criterios, como el interés
militar, artístico, patogénico y terapéutico, y piedras pre- En junio de 1946 obtiene, por oposición, una plaza de
ciosas de las Sagradas Escrituras. colaborador científico del CSIC, adscrita, inicialmente, al
Pese a su adscripción funcionarial a un instituto de se- Instituto José de Acosta de Ciencias Naturales, donde ejer-
gunda enseñanza y a su trabajo en el Museo Nacional de cerá como conservadora de la Sección de Mineralogía en el
Ciencias Naturales, Pérez Mateos no relegó su interés por Museo Nacional de Ciencias Naturales (RADE, exp. Pérez
la farmacia. El 11 de mayo de 1944 solicitará la apertu- Mateos). Con ello abandona su puesto como profesora au-
ra de un establecimiento en la calle Cea Bermúdez nº 53, xiliar en la Facultad de Ciencias, donde venía desarrollan-
un edificio de nueva construcción, auspiciado por la Obra do su docencia desde 1939 (RADE, exp. Pérez Mateos).
Sindical del Hogar11, cuya apertura no le fue autorizada. Mas no todo habrían de ser buenas noticias en ese año
Lo intentaría en una ubicación próxima, Cea Bermúdez nº de 1946. Su hermano Alfonso, único varón, muere en acci-
52, también un edificio en construcción, propiedad de la dente de automóvil y su padre, José Pérez Egido, también
Congregación de Misioneros del Inmaculado Corazón de fallecerá en diciembre de este año, posiblemente a conse-
María, pero nuevos problemas con el arrendamiento la hi- cuencia de una úlcera sangrante originada en la Campaña
cieron desistir del intento12. de Filipinas (Leguineche, 1998).

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68 JOSEFINA PÉREZ MATEOS, PIONERA DE LA GEOLOGÍA EN ESPAÑA

En octubre de 1946, Josefa Pérez Mateos inicia en la Y de diferentes sulfuros de cobre (Pérez Mateos y Gá-
Facultad de Farmacia los cursos de doctorado. El año aca- rate Coppa, 1948b). A ellos hay que sumar el de los meteo-
démico 1946/47 cursará "Microbiología, técnica bacterio- ritos caídos en España conservados en el Museo Nacional
lógica y preparación de sueros medicinales" (sobresaliente) de Ciencias Naturales, que publicaría años más tarde (Pé-
e "Historia de la Farmacia y estudio comparativo de las far- rez Mateos, 1954a).
macopeas vigentes" (aprobado); en el año 1947/48, "Quí- Al finalizar los estudios reglados de doctorado en Far-
mica biológica con su análisis" (sobresaliente) (AGUCM, macia, en el verano de 1948, realiza una estancia de tres
151/21-034). Cuenta con 42 años de edad y una plaza de meses en el Landbouwhogeschool [Escuela Superior de
conservadora adscrita al Museo Nacional de Ciencias Na- Agricultura y Ciencias] de Wageningen (Países Bajos),
turales. pensionada por el Consejo Superior de Investigaciones
De estos años data su relación con Encarnación Gárate Científicas, bajo la tutela del Dr. Cornelis-Hendrik Edel-
Coppa13. Juntas estudiaron la composición de las antimonitas: man (1903-1964) (Fig. 6), quien mantenía una buena rela-
ción con el Instituto de Edafología, Ecología y Fisiología
“Este trabajo que hoy damos a conocer, entra dentro del Vegetal. Esta estancia trimestral le permitió practicar “las
Círculo que contiene una serie de publicaciones que fueron técnicas que allí se siguen por los investigadores neerlan-
iniciadas por el Instituto Geológico y Minero de España deses en el estudio mineralógico de los sedimentos areno-
[Juan Manuel López de Azcona], y que tiene como finali- sos” (Pérez Mateos, 1948b: 643).
dad el estudio elemental comparado de todos los sulfuros Su actividad investigadora no le hace abandonar su
metálicos, como consecuencia del análisis espectroquími- trabajo como farmacéutica. En el verano de 1948, cuan-
co de los mismos […] Este trabajo ha sido realizado en la do aún se encontraba en tierras holandesas, el Laboratorio
Sección de Espectroscopia del Instituto Gregorio de Roca- Lagar comunica al Colegio de Farmacéuticos de Madrid
solano de Química Física y en la Sección de Mineralogía que Josefa Pérez Mateos ha sido contratada como directo-
del Instituto José de Acosta de Ciencias Naturales, ambos ra técnica de sus instalaciones, ubicadas en Madrid, en la
del Consejo Superior de Investigaciones Científicas. / calle Francisco Silvela nº 2114. No permanecerá al frente
Agradecemos, muy sinceramente, al Dr. López de Azcona de estas instalaciones mucho tiempo; el 6 de julio de 1949
su dirección y cuantas orientaciones hemos recibido de él causa baja, “a petición propia”, como miembro del Cole-
a lo largo de este trabajo” (Pérez Mateos y Gárate Coppa, gio Oficial de Farmacéuticos de la provincia de Madrid
1948a: 109, 121). (ACOF-M, 453/12).
La reforma estructural llevada a cabo en 1948 por José
María Albareda Herrera (1902-1966) en el Instituto Espa-
ñol de Edafología, Ecología y Fisiología Vegetal, fundado
por él en 1942, en la que se definieron varios departamen-
tos dentro del Instituto dedicados a los diferentes aspec-
tos físico-químicos del suelo, así como de microbiología
y fisiología vegetal, llevó a la fundación de una sección
de Petrografía Sedimentaria, cuya dirección asumió Josefa
Pérez Mateos (Pozuelo y de Felipe, 2002: 204).
El 15 de noviembre de 1948 defenderá, en la Facultad
de Farmacia, su segunda tesis doctoral en la Universidad de
Madrid: Las scheelitas españolas (Pérez Mateos, 1948a).
Presidió el tribunal Ricardo Montequi y Díaz de la Plaza
(1893-1979), catedrático de Química inorgánica; entre los
vocales se encontraba Román Casares López (1908-1990),
catedrático de Análisis Químico Aplicado y Bromatología;
recibió la calificación de sobresaliente (AGUCM 151/21-
034). Un resumen de su contenido será publicado años más
tarde en Notas y Comunicaciones del Instituto Geológico
y Minero de España (Pérez Mateos, 1958c). La razón que
motivó este estudio radica en la utilidad de este mineral
como mena del wolframio:

“Como mena de volframio, la scheelita (WO4Ca), es un


mineral que ofrece destacado interés, aunque sea superado
en importancia comercial por el volfram, debido a la esca-
Fig. 6.- El Dr. Cornelis-Hendrik Edelman (izquierda), profesor
sa potencia de sus yacimientos en comparación con los de
de la Escuela Superior de Agricultura y Ciencias de Wageningen volframita. Sin embargo, la scheelita alcanza como especie
(Países Bajos) en 1956, en la entrega del diploma de doctor mineral un valor intrínseco superior al del volfram, debido
honoris causa al ministro de Agricultura Sicco Mansholt. a su mayor pureza […] / En este trabajo se han recopilado
Nationaal Archief NL, 084-0004 (vía Wikimedia Commons). los resultados de un estudio hecho en una serie de muestras

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Isabel Rábano, Antonio González Bueno y Salvador Ordóñez Delgado 69

de scheelitas de yacimientos españoles, destacando las con- mentaria, convirtiéndose los Anales de Edafología y Fisio-
diciones geológico-topográficas de los mismos y los resul- logía Vegetal en su revista de referencia.
tados obtenidos de los análisis químicos y espectroquímicos En los inicios de 1950 publicará, junto a Manuel Mu-
realizados, así como las características morfológicas de los ñoz Taboadela (1917-1963)15, un estudio de los minerales
cristales recogidos de esta especie mineral. / La mayoría de detríticos pesados de Montejo de la Sierra (Pérez Mateos
los ejemplares proceden del Instituto Geológico y Minero de y Muñoz Taboadela, 1950). E iniciará una línea de trabajo
España y algunos de ellos del Museo Nacional de Ciencias sobre los materiales sedimentarios neógenos de la cuenca
Naturales de Madrid” (Pérez Mateos, 1958c: 335). alta del Tajo, comenzando por los de Alcalá de Henares:

El estudio contó con la colaboración del ingeniero de “Habiéndose pensado en un principio en la posibilidad
minas del Instituto Geológico y Minero de España Juan de realizar un estudio detallado de la formación sedimen-
Manuel López Azcona: “El análisis químico por métodos taria de relleno de la cuenca alta del Tajo, se comenzó den-
espectrales fue realizado en el Instituto Gregorio Rocaso- tro de la zona limitada de Alcalá de Henares, recogiendo
lano, del C.S.I.C., agradeciendo aquí, igualmente, al doctor muestras de materiales sedimentarios a lo largo del corte
López de Azcona, Jefe de la Sección de Espectroquímica, geológico efectuado en el cerro del Ecce Homo por mis
su valioso asesoramiento” (Pérez Mateos, 1958c: 336). En compañeros de trabajo Dres. Alía Medina y Muñoz Ta-
definitiva, un paso más en el intento de mantener una eco- boadela” (Pérez Mateos, 1952a: 151).
nomía autárquica, llamada ya a un cambio de modelo.
Apenas un año después, en noviembre de 1949 obtiene, Ese verano de 1950 (24/07-01/08), de nuevo en cola-
mediante concurso oposición, una plaza de investigador boración con Manuel Muñoz Taboadela, participa en el IV
científico del CSIC, en el Patronato Alonso de Herrera, Congreso Internacional de Ciencia del Suelo, celebrado en
adscrita al Instituto de Edafología y Fisiología Vegetal, Ámsterdam. Su comunicación llevará por título “Minera-
nuevo nombre del centro desde 1949 (ICA-CSIC, exp. Pé- logical analysis of sediments from a zone of regional me-
rez Mateos; RADE, exp. Pérez Mateos). tamorphism”. En la sesión del 28/11/1950 de la Sociedad
Española de Ciencia del Suelo presenta “El análisis mine-
En el Instituto de Edafología y Fisiología Vegetal (1949- ralógico de sedimentos aplicado a una serie de muestras
1960) del Sáhara meridional español”; un estudio similar verá
la luz en las páginas del Archivo del Instituto de Estudios
Tras su adscripción definitiva, en 1949, como inves- Africanos (Pérez Mateos, 1950).
tigadora del Instituto de Edafología y Fisiología Vegetal El trimestre del verano de 1952 trabajará en el Sedi-
(Fig. 7), sus estudios girarán en torno a la petrología sedi- ment-Petrographisches Institut [Instituto de Petrografía Se-
dimentaria] de la Universidad de Göttingen, nuevamente
becada por el Consejo Superior de Investigaciones Cientí-
ficas; en esta ocasión

“para trabajar en cuestiones de Petrología Sedimen-


taria y de Optica cristalina, llevé a cabo mi trabajo en el
Sedimentpätrographisches Institut (Instituto de Petrología
Sedimentaria), bajo la supervisión de su Director el Pro-
fesor Dr. C. Correns16, que también dirige el Mineralo-
gisch-Pätrographisches Institut, dependientes ambos de la
Universidad [de Göttingen]. También trabajé con el Prof.
Schumann, practicando los métodos ópticos de aplicación
a la determinación de los minerales petrográficos, tratando
con el Prof. Correns lo referente al estudio de sedimentos,
según sus métodos […] Mi trabajo con el Prof. Schumann17
consistió […] en la práctica de métodos conducentes a al-
canzar un mayor perfeccionamiento en las determinacio-
nes ópticas dentro del análisis mineralógico de sedimentos.
/ Practiqué el Universal Drehtischmethoden, utilizando la
Drehtisch D4; es el método clásico de Fedorow, en el cual
se trabaja con posiciones de oscurecimiento. Se aplica
principalmente […] a la determinación de feldespatos, y,
dentro de éstos, a las plagioclasas (minerales de la fracción
“ligera”)…” (Pérez Mateos, 1953a: 755, 760).

En este mismo viaje visitó otros centros de investiga-


Fig. 7.- Josefina Pérez Mateos en el Instituto de Edafología y ción: Max-Planck Gesselschaft, Bodenkundliches Insti-
Fisiología Vegetal (fecha desconocida). ICA-CSIC. tut y Mineralogisch-Petrographisches Institut; conoció la

Revista de la Sociedad Geológica de España, 36 (2), 2023


70 JOSEFINA PÉREZ MATEOS, PIONERA DE LA GEOLOGÍA EN ESPAÑA

fábrica Zeiss-Winkel, a la que dedicó varias jornadas de nes tectónicas e incluso la orogenia a que pertenecen pue-
trabajo con el Dr. Horst Piller y la fábrica Phyve, asistien- den y suelen ejercer gran influencia en el enriquecimiento
do en ella a un curso sobre aparatos de física y su manejo o empobrecimiento de ciertos elementos químicos forma-
(RADE, exp. Pérez Mateos). dores de los minerales que nos interesan” (Parga Pondal y
A su regreso a Madrid, aplicará los nuevos métodos Pérez Mateos, 1952: 122).
aprendidos durante su estancia en Göttingen al estudio de
los materiales sedimentarios del Neógeno continental, en Entre el 8 y el 14 de septiembre de 1952 se celebró,
la llanura del Guadiana (Pérez Mateos, 1954b, 1955). en Argel, el 19º Congreso Geológico Internacional. Pérez
Tras la partida de Manuel Muñoz Taboadela a Santiago Mateos no viajó en esta ocasión, pero participó con una
de Compostela, Josefina Pérez Mateos dedicará algunos comunicación junto a Gabriel Martín Cardoso −quien la
trabajos al estudio de los sedimentos de las costas gallegas, presentó− sobre los meteoritos caídos en España conser-
realizados tanto en colaboración con Joaquín Gómez de vados en el Museo Nacional de Ciencias Naturales, que
Llarena y Pou (1891-1979)18 como con Isidro Parga Pondal publicaría más tarde en un volumen homenaje a su maestro
(1900-1986)19 (Pérez Mateos, 1952b; Parga Pondal y Pérez Martín Cardoso (Pérez Mateos, 1954a):
Mateos, 1952, 1954, 1956). De hecho, en julio de 1953,
recibirá una ayuda económica del CSIC, a propuesta del “Realizado este trabajo de revisión de los meteoritos
Instituto de Edafología, de 2.183,90 ptas., para trasladarse españoles que se conservan en el Museo Nacional de Cien-
a Galicia, con el objeto de recoger material de los arenales cias Naturales, bajo la supervisión del que fue mi respetado
de la costa (ICA-CSIC, exp. Pérez Mateos). maestro, el profesor Martín Cardoso, de la Universidad de
El estudio de los minerales densos en los aluviones y Madrid, sale a la luz en este Boletín de la Real Sociedad
sedimentos, tanto de territorios peninsulares (Pérez Mateos Española de Historia Natural, cuando ya él no está entre
y Muñoz Taboadela, 1950) como del Sáhara (Pérez Ma- nosotros, por su muerte acaecida tan inesperadamente el 1
teos, 1950) llevó a Isidro Parga Pondal (Fig. 8) y a Josefina de enero de 1954. Este sentimiento viene a oscurecer la na-
Pérez Mateos a plantear un ambicioso programa de estudio tural satisfacción que pudiéramos tener, al ver publicados
a comienzos de la década de 1950: los resultados de los trabajos que, con motivo de esta revi-
sión, llevamos a cabo. Dichos resultados fueron comuni-
cados al XIX Congreso Geológico Internacional celebrado
en Argel en 1952, y leída la Comunicación por el profesor
Martín Cardoso. / Quiero que estas breves líneas sean un
homenaje a su memoria y la expresión de mi gratitud al
sabio Profesor y llorado amigo, por todas las enseñanzas
de él recibidas en el amplio campo de la Cristalografía y
Mineralogía” (Pérez Mateos, 1954a: 97).

En octubre de 1952 emprende un viaje, esta vez a Fran-


cia, donde visitará el Museo de Historia Natural de París, al
que dedicará un par de mañanas (Pérez Mateos, 1953b) y la
Station Marine d’Endoume, dependiente de la Facultad de
Ciencias de la Universidad de Marsella.
Sus primeros análisis mineralógicos de las formaciones
sedimentarias del Neógeno continental, en la cuenca del
Tajo y en la llanura del Guadiana, serán compartidos con
sus colegas de la Sociedad Española de la Ciencia del Sue-
lo, en la sesión celebrada en el Museo Nacional de Cien-
cias Naturales en noviembre de 1953 (26/11), aunque su
Fig. 8.- Isidro Parga Pondal en el Laboratorio Xeolóxico de versión impresa se retrasaría un par de años (Pérez Mateos,
Laxe (1958). Fondo Laboratorio Xeolóxico de Laxe, Centro de 1955).
Documentación e Arquivo da Universidade da Coruña. Los estudios sobre las costas gallegas ampliaron pronto
su horizonte hacia el levante español merced a la colabora-
“El programa que nos prometemos desarrollar en notas ción con Juan José Alonso Pascual mientras este realizaba
sucesivas puede dividirse en dos partes. Estudiaremos pri- su memoria doctoral20 (Pérez Mateos y Alonso Pascual,
mero las rocas ácidas, granitos, dioritas, gneises y rocas de 1957, 1959); y hacia el litoral de Tenerife, en particular la
quimismo análogo, y en segundo lugar las rocas básicas, península de Anaga, junto a Manuel Martel San Gil (1914-
gabros, peridotitas, anfibolitas y sus análogos geoquímica- 2000) (Pérez Mateos y Martel San Gil, 1954).
mente considerados. / En cada uno de estos grandes grupos En el verano de 1954 se celebrará en Göttingen, entre
estudiaremos diferentes rocas del mismo tipo, pues es bien el 7 y el 15 de julio, el IV Congreso Internacional de Se-
sabido que, por ejemplo, la geoquímica de los granitos en dimentología. Asistieron a él José María Albareda, Miguel
lo referente a elementos escasos puede variar mucho para- Delgado y Oriol Riba Arderiu21. Josefa Pérez Mateos no
lelamente a numerosos factores, de los cuales las condicio- viajó en esta ocasión, pero presentó una comunicación,

Revista de la Sociedad Geológica de España, 36 (2), 2023


Isabel Rábano, Antonio González Bueno y Salvador Ordóñez Delgado 71

Fig. 9.- Josefina Pérez Mateos (sentada), junto a Josefina Benayas Casares, a su derecha, y Pilar Arévalo Carretero, a su izquierda
(fecha desconocida). ICA-CSIC.

leída por Oriol Riba, similar a la expuesta, meses atrás,


en noviembre de 1953, ante los miembros de la Sociedad
Española de la Ciencia del Suelo, y que vio la luz en las
páginas de Geologische Rundschau (Pérez Mateos, 1955).
Su presencia en foros nacionales e internacionales se
incrementa sensiblemente en 1956. Durante el mes de mar-
zo presentará, en la sesión de la Sociedad Española de la
Ciencia del Suelo, sus primeros acercamientos a la aplica-
ción del índice de los minerales básicos para deducir la fer-
tilidad de los suelos en los trópicos, sobre muestras de Fer-
nando Poo y de Guinea continental española, entregadas
por Walter Kubiëna (1897-1970)22. Entre el 2 y el 7 de abril
asistirá a la III Reunión Internacional sobre Reactividad de
los Sólidos, celebrada en Madrid, en la que no presentará
Fig. 10.- Ascensión Pinilla Navarro (fecha desconocida). ICA-
comunicación (RADE, exp. Pérez Mateos); y, en el mes de CSIC.
mayo, participará en el Coloquio de Sedimentología orga-
nizado por el grupo francés de sedimentología en Marsella
y Niza, donde mostrará sus trabajos sobre las arenas del le-
vante español y sobre las costas arenosas gallegas (RADE,
exp. Pérez Mateos; Pérez Mateos y Alonso Pascual, 1957b;
Parga Pondal y Pérez Mateos, 1957b).
Una nueva reforma en el Instituto de Edafología y
Fisiología Vegetal conduce al nombramiento de Josefina
Pérez Mateos como jefa del Laboratorio de Petrografía
Sedimentaria en marzo de 1957 (ICA-CSIC, exp. Pérez
Mateos). Este año participa en la reunión de la CRACUS
Tabla 1.- Red de colaboradores de Josefina Pérez Mateos entre
celebrada en Santa Isabel (Fernando Poo), donde presen- 1944 y 1982. Se han considerado aquellas personas que firmaron
tará una nueva versión del estudio sobre la aplicación del con ella cuatro o más artículos entre un total de 154 publicaciones
índice de los minerales básicos para deducir la fertilidad de (ver Anexo).

Revista de la Sociedad Geológica de España, 36 (2), 2023


72 JOSEFINA PÉREZ MATEOS, PIONERA DE LA GEOLOGÍA EN ESPAÑA

los suelos tropicales que había expuesto con anterioridad, a Francos Rodríguez (ACOF-M, 453/12). Su solicitud de
en marzo de 1956, ante la Sociedad Española de la Ciencia reintegrarse al Colegio Oficial de Farmacéuticos de Ma-
del Suelo (Pérez Mateos, 1957). En el mes de septiembre drid fue avalada por Manuel Fornes (colegiado 1042) y
asiste al V Congreso Internacional de la Unión Internacio- Blanca García Silvestre (colegiada 528). En mayo de 1959
nal para la Investigación del Cuaternario (INQUA), cele- (08/05), Juan Comenge Gerpe, secretario del Colegio Ofi-
brado en Madrid y Barcelona; defenderá una síntesis de cial de Farmacéuticos de Madrid, certifica su colegiación;
sus estudios sobre la mineralogía de los arenales gallegos ese mismo día, Pérez Mateos solicita, como colegiada, su
(Parga Pondal y Pérez Mateos, 1957a). integración en el Fondo de Auxilios del Colegio de Far-
Su nombramiento como jefa del Laboratorio de Petro- macéuticos de Madrid, comprometiéndose al abono de las
grafía Sedimentaria conduce a su cese, a petición propia, cuotas correspondientes (ACOF-M, 453/12). Días después,
en los inicios de 1958, como conservadora de colecciones el 22/05/1959, el secretario técnico del Colegio Oficial de
en el Instituto José de Acosta de Ciencias Naturales, cargo Farmacéuticos de Madrid, Enrique Bermejo Goday, expi-
que venía simultaneando con el de investigadora científica de un certificado, a favor de Josefina Pérez Mateos, como
en el Instituto de Edafología (ICA-CSIC, exp. Pérez Ma- colegiada 2564, ejerciente, con farmacia abierta (Madrid)
teos). Su trabajo investigador queda centrado en el análisis (ACOF-M, 453/12).
mineralógico de la fracción “arena”. En este año de 1958
publica una valoración de los sedimentos marinos dentro Al frente del Grupo Español de Sedimentología (1960-
de un trabajo, más amplio, desarrollado por Julia María 1968)
González Peña23 (Pérez Mateos, 1958a, 1958b); al año si-
guiente, el de 1959, seguiría esta misma estrategia con las En los primeros días de 1960, el 18 de enero, se inau-
arenas en sedimentos del Sáhara, dentro de la investigación gura en Madrid bajo la presidencia de José María Alba-
desarrollada por Julia María González sobre las arcillas de reda, el primer “Cursillo de Sedimentología”, organizado
este mismo territorio (Pérez Mateos, 1959). En la sesión por Josefina Pérez Mateos (Pérez Mateos, 1960). En él
de la Sociedad Española de la Ciencia del Suelo, celebrada participaron Antonio Arribas Moreno (1923-2018), Car-
el 12/03/1959, presenta una comunicación sobre el estudio mina Virgili i Rodón (1927-2014), Guillermo Paneque
mineralógico de las fracciones gruesas de unas muestras de Guerrero (1929-2019), Luis J. Alías Pérez (1930-2007),
sedimentos marinos arcillosos del litoral sahariano. Josefina Benayas Casares, Juan José Alonso Pascual y Pi-
En estos años de finales de la década de 1950, Josefina lar Arévalo Carretero. Toda una generación de sedimentó-
Pérez Mateos comienza a configurar su propio grupo de logos, mineralogistas y edafólogos que tuvieron en Pérez
trabajo (Figs. 9 y 10; Tabla 1). En abril de 1958 asiste a Mateos, apenas veinte años mayor, una figura de referen-
la reunión de constitución de la Asociación Internacional cia. Los Anales de Edafología y Agrobiología ofrecen una
de Mineralogía, celebrada en Madrid el 8 de abril, y a las larga reseña del evento:
sesiones del congreso posterior (RADE, exp. Pérez Ma-
teos); en colaboración con Josefina Benayas Casares24 y “Las sesiones tuvieron un carácter eminentemente prác-
Oriol Riba Arderiu25 (Fig. 11) presentará, en el Ve Congrès tico, teniendo como principal objeto el hacer una exposi-
International de Sédimentologie, celebrado en Ginebra y ción y revisión crítica de los métodos de estudio y técnicas
Lausana, entre el 2 y el 7 de junio de 1958, un estudio de trabajo que actualmente se siguen en diferentes Centros
sobre las planicies sedimentarias del Tajo (Benayas et al., científicos europeos (Francia, Inglaterra y Holanda) en re-
1958); así como un análisis de la presencia de circonio en lación con la Petrografía sedimentaria. / Dieron comienzo
los aluviones de Orense y Pontevedra (López de Azcona y las sesiones inaugurándose el cursillo bajo la presidencia
Pérez Mateos, 1958). En esta publicación agradecen el tra- del Director del Instituto, profesor Albareda…” ([IEE],
bajo de la preparación de las muestras estudiadas a Rosario 1960: 123-124).
Sánchez, Conchita Velasco y Ramírez Ortega. A mediados
de noviembre de este 1958 participa en el XXIV Congreso Carmina Virgili (Fig. 11) presentó la aplicación de las
Luso-Español para el Progreso de las Ciencias, celebrado técnicas sedimentológicas a las investigaciones geológicas,
en Madrid, entre el 14 y el 20 de noviembre, al que no pre- compartiendo sus experiencias en los laboratorios de la
sentó comunicación (RADE, exp. Pérez Mateos). Houillères du bassin du Nord et du Pas-de-Calais y en
Desde el Instituto de Edafología y Fisiología del CSIC el Institut Français du Pétrole, en los que había conocido
no sólo se ocupó en su investigación; también proporcio- cómo la sedimentología podía auxiliar los estudios
nó formación en la Escuela-Residencia de Auxiliares de la estratigráficos relacionados con las cuencas hulleras y con
Investigación del CSIC, de la que llegó a ser vicedirecto- las prospecciones petrolíferas, respectivamente. Luis J.
ra, como pone de manifiesto su correspondencia con José Arias Pérez relató las técnicas aplicadas y los resultados
Navarro Latorre (1916-1986)26 (Alares López, 2015: 214). obtenidos durante su estancia en el Laboratoriun voor
Su dedicación al ámbito investigador no le hizo aban- Regionale Bodemkunde, Mineralogie en Geologie,
donar su interés por la farmacia; el 6 de abril de 1959 soli- Landbouwhogeschool de Wageningen (Países Bajos),
cita reingresar en el Colegio de Farmacéuticos de Madrid, centrándose en la importancia del estudio óptico de los
al que había dejado de pertenecer diez años atrás, en julio materiales para conocer la mineralogía de los suelos en
de 1949. El motivo es la apertura de una nueva oficina de relación con los procesos de sedimentación. Pilar Arévalo
farmacia en Madrid, en María de Pedraza nº 13, próxima Carretero se refirió al estudio de la fracción “ligera”

Revista de la Sociedad Geológica de España, 36 (2), 2023


Isabel Rábano, Antonio González Bueno y Salvador Ordóñez Delgado 73

La celebración de este cursillo, en los inicios de 1960,


coincide con su reciente nombramiento como jefa de la
Sección de Petrografía Sedimentaria en el Instituto de Eda-
fología del Consejo Superior de Investigaciones Científi-
cas; Josefina Pérez Mateos había cumplido, pocas semanas
atrás, 55 años.
En la primavera de 1960 se integra en el equipo dirigi-
do por José María Albareda, como miembro del proyecto
financiado por el US Department of the Army [Contract
Nº. DA-91-591-EUC-1424], para el estudio de los suelos
del valle del Ebro. La vigencia del proyecto se extendió
desde el 01/04/1960 al 30/03/1962 (Albareda et al., 1960,
1961, 1962). Trabajará junto a un amplio grupo formado
Fig. 11.- Oriol Riba Arderiu y Carmina Virgili Rodón en 1997.
por José María Albareda, Antonio Guerra Delgado (1923-
Servei de Gestió Documental, Arxiu i Registre de la UVic-UCC, 2017), Francisco Monturiol Rodríguez (1925-2020), José
ES CAT AUVIC AF02-AF02.02-C130-R351-P070504. García Vicente y Juan José Alonso Pascual27.
En estos años de la primera mitad de la década de 1960
dentro de la mineralogía general de sedimentos y de su publicará los resultados obtenidos, junto a Josefina Bena-
importancia en relación con la fertilidad de los suelos, para yas Casares y Oriol Riba Arderiu, sobre los minerales de-
lo que expuso los métodos utilizados en el Department tríticos de la cuenca del Tajo (Benayas et al., 1960); y en
of Geology del University College de Gales y en el colaboración con José María Albareda y Trinidad Aleixan-
Laboratorio de Petrología de la Empresa Nacional Adaro dre Campos, una visión general sobre las fracciones grue-
de Investigaciones Mineras. Guillermo Paneque Guerrero sas de suelos de origen volcánico hispano (Albareda et al.,
dio cuenta de sus investigaciones mineralógicas sobre 1960). De 1963 data su estudio sobre la mineralogía de las
suelos en Andalucía, realizadas en el Centro de Edafología arenas de la playa de la Morena, en Cartagena (Pérez Ma-
y Biología Aplicada de El Cuarto, en Sevilla. Antonio teos, 1963); el elaborado junto a Josefina Benayas sobre la
Arribas Moreno abordó el estudio de los minerales opacos mineralogía de las terrazas del Manzanares, Jarama y He-
en arenas y otros materiales sedimentarios a través de nares (Pérez Mateos y Benayas, 1963) y el realizado junto
técnicas metalográficas desarrolladas en la Junta de Energía a Isidoro Asensio Amor28 sobre la sedimentología de la ría
Nuclear. Josefina Benayas expuso las técnicas seguidas en
el Department of Agricultural Chemistry de Bangor (Gales)
para el estudio de la fracción limo y arena. Y Juan José
Alonso comentó las posibilidades técnicas del microscopio
electrónico aplicado a los estudios mineralógicos.

“A la terminación del cursillo, los investigadores que


participaron en él creyeron conveniente preparar un pro-
yecto que sirva de base para la constitución del Grupo Es-
pañol de Sedimentología, que, al igual que en otros países,
se uniera a la Asociación Internacional de Petrología Sedi-
mentaria” ([IEE], 1960: 123-124).

Esta reunión de enero de 1960 fue la constatación


definitiva de la madurez de una nueva disciplina, la Se-
dimentología, instaurada en nuestro país gracias a los
esfuerzos iniciales de Josefina Pérez Mateos. En el co-
mentario a la publicación de las actas de este Coloquio,
Fernando González Bernáldez [sub G.B.] lo señala de
manera evidente:

“una publicación del C.S.I.C. […] encabezado por una


introducción de la doctora Pérez Mateos, a cuyo cargo es-
tuvo la dirección y organización de este cursillo […] En la
introducción de referencia se hace un ligero esbozo de los
fines perseguidos por el cursillo y de las características más
relevantes del mismo, poniéndose de manifiesto igualmen-
te las peculiaridades y experiencia de cuantos investigado-
res tomaron parte más activa en la realización” ([González Fig. 12.- Análisis mineralógico de arenas: métodos de estudio
Bernáldez], 1960: 300-301). (Pérez Mateos, 1965a).

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74 JOSEFINA PÉREZ MATEOS, PIONERA DE LA GEOLOGÍA EN ESPAÑA

del Eo (Pérez Mateos y Asensio Amor, 1963). En 1965 ve Congreso de Sedimentología, que habría de tener lugar en
la luz un estudio geoquímico y sedimentológico de los ríos 197129. De allí viajará a la universidad alemana de Göt-
Mayor y Guadamejud, publicado en la revista Agua [Bar- tingen para asistir al coloquio homenaje a Carl-Wilhelm
celona] (Aleixandre et al., 1965), la continuación de su es- Correns, celebrado entre el 7 y el 9 de junio30. En el mes
tudio sobre los arenales costeros de Galicia (Pérez Mateos, de septiembre, gracias a una beca de la Organización de
1965b) y un artículo, de carácter general, aparecido en la Cooperación y Desarrollo Económico [OCDE], visitará,
revista Las Ciencias, sobre “Arenas y sedimentos” (Pérez en París, algunos centros de investigación de su interés: el
Mateos, 1965c). Departamento de Sedimentología del Institut Français du
Una de las obras más significativa de estos años es Pétrole, el Laboratorio de Sedimentología del Centre d’Or-
su monografía Análisis mineralógico de arenas: métodos say, el Bureau des Recherches Géologiques, Geophisiques
de estudio (Pérez Mateos, 1965a), publicada dentro de la et Minières y el Laboratorio de Petrología Sedimentaria de
colección “Manuales de Ciencia Actual”, editada por el la Facultad de Ciencias de la Sorbona. Se ocupó de estu-
Patronato Alonso Herrera del CSIC (Fig. 12). Juan José diar planes de investigación y nuevas tecnologías aplicadas
Alonso Pascual reseñó la obra en las páginas de los Anales en sedimentología y edafología, métodos de trabajo, etc.
de Edafología y Agrobiología: (RADE, exp. Pérez Mateos). En el verano de 1964 (20/07)
participará en el XXVII Congreso Luso-Español para el
“hemos de alegrarnos los que trabajamos en temas se- Progreso de las Ciencias, celebrado en Bilbao. Lo hará con
dimentológicos, que la autora haya vertido en este libro su dos comunicaciones: una sobre los arenales de la costa nor-
dilatada experiencia mineralógica, permitiendo contar así te de Carballo (Pérez Mateos, 1965b) y otra, junto a Tri-
con un manual de gran utilidad en el análisis mineralógico nidad Aleixandre Campos, Juan José Alonso Pascual y J.
de la fracción arena. / Esta utilidad se refleja a lo largo Catalán, relativa al estudio geoquímico y sedimentológico
de la obra, que resulta de carácter eminentemente práctico; de los ríos Mayor y Guadamejud. En noviembre de 1965
es manual de los que se tienen al alcance de la mano en asiste, junto a Juan José Alonso Pascual, al Simposio sobre
el laboratorio […] La edición ha quedado clara y de fácil la alteración de materiales pétreos utilizados en los monu-
lectura, englobando en sus 265 páginas abundantes dibujos mentos, organizado, en Madrid, por la Dirección General
y fotografías; estas últimas las extrae de trabajos propios de Bellas Artes y el Consejo Superior de Investigaciones
o de colaboradores suyos, mostrando así una bibliografía Científicas (celebrado entre el 08/11 y 10/11/1965); pre-
española sobre el tema” (Alonso, 1965: 493). sentan un estudio de unas areniscas utilizadas como piedra
de construcción en monumentos españoles y sus causas de
En enero de 1962 tuvo lugar la renovación de la junta alteración (Pérez Mateos y Alonso, 1967).
directiva de la Sociedad Española de la Ciencia del Sue- Con todo, su mayor interés queda dedicado a las reu-
lo; Josefina Pérez Mateos fue elegida tesorera de la nueva niones organizadas por el Grupo Español de Sedimento-
junta, presidida por Vicente Aleixandre Ferrandis. El resto logía. En octubre de 1961 asistirá a la II Reunión de Sedi-
de la composición de esta junta es como sigue: vicepre- mentología, celebrada en Sevilla. Junto a Juan José Alonso
sidente, Antonio Nicolás de Isasa; secretario, José García Pascual presentará sus estudios sobre los arenales costeros
Vicente; bibliotecario, Jesús Aguirre y vocales: José Anto- alicantinos (Alonso Pascual y Pérez Mateos, 1961) y unas
nio Jiménez Salas, Ángel Hoyos de Castro, Félix Gallego consideraciones generales sobre las tres provincias valen-
Queró, Luis Jimeno Martín, Ricardo Abad Botella, Carlos cianas (Pérez Mateos y Alonso Pascual, 1961) y, junto a
Roquero de Laburu y Salvador Rivas Goday (Anales de Oriol Riba Arderiu, un análisis de los aportes sedimenta-
Edafología y Agrobiología, 21(4): 254, 1962). rios de la cuenca navarra del Ebro (Riba et al., 1961); en
Su asistencia a los congresos nacionales e internacio- esa reunión sevillana el Grupo Español de Sedimentología
nales en este quinquenio no cesa. En el verano de 1962 la elige como “presidente-editor” para España de la Inter-
presentará un par de comunicaciones al XXVI Congreso national Association of Sedimentology (RADE, exp. Pé-
Luso-Español para el Progreso de las Ciencias, celebrado rez Mateos). En el verano de 1964 asiste a la III Reunión
en Oporto entre el 22 y el 26 de junio (Pérez Mateos y de Sedimentología, celebrada en Zaragoza entre el 10/06
Benayas, 1963; Pérez Mateos y Asensio Amor, 1963); en y 13/06/1964. Allí defenderá un par de comunicaciones:
septiembre participa en el Primer Coloquio Internacional un estudio, realizado junto a Jesús Galván García, sobre la
sobre las Obras Públicas en Terrenos Yesíferos, que tuvo morfología de la anatasa en relación con sus propiedades
lugar en Madrid, entre el 24 y el 29 de septiembre (Pérez estructurales (Pérez Mateos y Galván García, 1965) y, en
Mateos et al., 1962); en diciembre (06/12/1962) asiste a colaboración con Juan José Alonso Pascual, J. Catalán y
la sesión científica de la Sociedad Española de la Ciencia Trinidad Aleixandre Campos, un análisis de la erosión y
del Suelo, que tuvo lugar en la sede central del CSIC. Allí transporte del río Guadamejud (Aleixandre et al., 1965).
mostró sus estudios, realizados junto a Juan José Alonso En el verano de 1965 tomará parte en el Cursillo de
Pascual, sobre los sedimentos costeros de la Guinea conti- Edafología para Extranjeros, celebrado en Sevilla, en el
nental, del que no nos consta su publicación (RADE, exp. Centro de Edafología y Biología Aplicada de El Cuarto;
Pérez Mateos). Durante la primavera de 1963 asiste al VI desarrolló el tema “La influencia de la fracción arena de los
Congreso Internacional de Sedimentología, celebrado en suelos en su fertilidad futura” (RADE, exp. Pérez Mateos).
Ámsterdam y Amberes, entre el 29 de mayo y el 2 de ju- En los inicios de 1966 (03/01) solicita formalmente su
nio; en él se propuso a España para la celebración del VIII incorporación a la Academia de Doctores de Madrid; en

Revista de la Sociedad Geológica de España, 36 (2), 2023


Isabel Rábano, Antonio González Bueno y Salvador Ordóñez Delgado 75

la que ingresa de inmediato, como correspondiente en la en congresos internacionales. Así, en el verano de 1961
sección de Ciencias (RADE, exp. Pérez Mateos)31. Entre el (30/07), informará al presidente del Colegio de Farmacéu-
18 y el 29 de septiembre de 1966 asiste en Madrid a la Con- ticos de Madrid de que “por motivos familiares y de viaje,
ferencia sobre Suelos Mediterráneos; durante la excursión me veo precisada de cerrar mi oficina de farmacia, durante
realizada en Granada recogió algunas muestras de arenas y quince días, comprendidos entre el 9 de Agosto al 24 del
limos de perfiles edáficos, tomados en el Puerto de El Zegri mismo mes, ambos inclusive, abriendo el día de guardia
(1.080 m) y en las proximidades de Iznalloz, cuyo análisis que me corresponde del 19 de agosto” (ACOF-M, 453/12)
publicó un par de años después (Pérez Mateos, 1968). (Fig. 13), probablemente relacionado con alguna de las ex-
En esta segunda mitad de la década de 1960 seguirá pu- cursiones del grupo liderado por José María Albareda para
blicando con su grupo habitual de colaboradores: en 1966 realizar los mapas de suelos financiados por el US Depart-
dará noticia, junto a Josefina Benayas, de los minerales de- ment of the Army (Albareda et al., 1961).
tríticos en suelos de las Islas Columbretes (Pérez Mateos
y Benayas, 1966a), señalando la presencia de pseudobro-
quita en Isla Ferrera (Pérez Mateos y Benayas, 1966b); en
1967 publica, con Jesús Galván García, un análisis de la
morfología de la monacita en relación con sus propieda-
des estructurales (Pérez Mateos y Galván García, 1967).
En 1968 da a la luz un estudio mineralógico de dos suelos
rojos mediterráneos de la provincia de Granada (Pérez Ma-
teos, 1968a) y, junto a Ascensión Pinilla Navarro32, analizó
los sedimentos de la zona aragonesa de la cuenca neógena
del Valle del Ebro, en lo que habría de convertirse en la
memoria doctoral de esta última (Pinilla y Pérez Mateos,
1968).
De estos años data su traducción al castellano, reali-
zada junto a Josefina Benayas, del texto de Erhard Koster
Análisis mecánico de rocas y suelos: manual de granulo-
Fig. 13.- Carta remitida por Josefina Pérez Mateos (30/07/1961)
metría y morfometría (Pérez Mateos y Benayas, 1966c),
desde su farmacia, instalada en la calle María Pedraza nº 13 de
traducción de la edición alemana publicada un quinquenio Madrid. ACOF-M, 453/12.
atrás (Koster, 1960); Juan José Alonso Pascual realizó una
reseña de esta obra en las páginas de los Anales de Edafo- Estuvo al frente de su oficina de farmacia madrileña
logía y Agrobiología: hasta los inicios de marzo de 1965, en que la traspasó.
Así se lo comunica en escrito, dirigido al presidente del
“debemos agradecer a las traductoras el que hayan rea- Colegio Oficial de Farmacéuticos de Madrid, fechado el
lizado esta tarea, la que, indudablemente, no hubiera sido 01/03/1965 (ACOF-M, 453/12); apenas unos días después,
posible llevar a buen término sin una fuerte voluntad, de- con fecha de 06/03/1965, Francisco Morón Blanco, secre-
dicación y cariño hacia la obra emprendida, ya que la tra- tario del Colegio Oficial de Farmacéuticos de Madrid, cer-
ducción de este texto ofrecía por un lado las dificultades de tifica que
estar en construcción idiomática difícil, llena de términos
científicos, técnicos y más o menos populares, y por otra, “Doña Josefa Pérez Mateos, con oficina abierta en la
encontrar las equivalencias en nuestro idioma que satis- calle María Pedraza nº 13 de esta Capital, no consta que
faciesen a los especialistas. Nos han facilitado el uso de dicha farmacia esté sujeta a traba o embargo alguno; y por
un manual, de verdadera aplicación en diversos campos” lo que respecta a la actuación de dicha colegiada, en re-
(Alonso, 1966: 609). lación con el Seguro Obligatorio de Enfermedad, tampo-
Como en los años anteriores, las reuniones del Grupo co existe constancia de que haya sido objeto de sanción o
Español de Sedimentología fueron sus encuentros obliga- amonestación por infracción de las normas que rigen para
dos. En 1966 participará en la IV Reunión celebrada en la dispensación de recetas a beneficiarios de dicho Seguro”
Oviedo (Virgili Rodón, 1966). Allí, junto a Josefina Bena- (ACOF-M, 453/12).
yas, presentará sus estudios sobre los minerales detríticos
en suelos de las Islas Columbretes (Pérez Mateos y Be- No obstante, por cuestiones relacionadas con su pen-
nayas, 1966a); en colaboración con Trinidad Aleixandre y sión de vejez, siguió vinculada al Colegio de Farmacéuti-
Andrés de Leiva Juan, un análisis de los arenales costeros cos de Madrid33.
de la provincia de Murcia (Pérez Mateos et al., 1967); y,
junto a Ascensión Pinilla Navarro y Oriol Riba, sus análisis De la Petrografía Sedimentaria a la Mineralogía de
sobre la sedimentología de la zona aragonesa de la cuenca Suelos (1968-1974)
neógena del Ebro (Pinilla et al., 1967).
Pese a su continuo trabajo como investigadora, no La reestructuración llevada a cabo en el Instituto de
abandonó la práctica profesional farmacéutica, coordi- Edafología y Agrobiología en marzo de 1968 conduce al
nándola, en la medida de lo posible, con su participación cese de Josefina Pérez Mateos como jefa de la Sección de

Revista de la Sociedad Geológica de España, 36 (2), 2023


76 JOSEFINA PÉREZ MATEOS, PIONERA DE LA GEOLOGÍA EN ESPAÑA

Petrografía Sedimentaria para pasar a ocupar el cargo de costeros de las rías gallegas de Cedeira (Pérez Mateos y
jefa de la Sección de Mineralogía de Suelos, adscrita al Caraballo, 1969a) y de Ortigueira (Pérez Mateos y Cara-
Departamento de Suelos. Este pasó a ser dirigido por Án- ballo, 1969b); su colaboración continuaría en 1970, con
gel Hoyos de Castro, actuando como jefe adjunto Antonio una síntesis sobre la mineralogía de los arenales costeros
Guerra Delgado. El Departamento quedaba compuesto por del noroeste de Galicia (Pérez Mateos y Caraballo, 1970a).
cinco secciones, de las que indicamos sus correspondien- En 1971, junto a Jean Vaudour (1933-2017)35, hace públi-
tes jefes: Génesis (Ángel Hoyos de Castro), Sistemática y co el estudio mineralógico de las formaciones superficiales
Clasificación (Antonio Guerra Delgado), Cartografía y Fo- del páramo calizo de Alcalá de Henares (Madrid) (Pérez
tointerpretación (Francisco Monturiol Rodríguez), Minera- Mateos y Vaudour, 1971), al que seguirá un estudio mi-
logía (Josefina Pérez Mateos), Micromorfología de Suelos neralógico y geomorfológico de las regiones arenosas del
(Josefina Benayas Casares) y Servicio de Análisis [Anales sur de Madrid (Pérez Mateos y Vaudour, 1972). Colaboró
de Edafología y Agrobiología, 27 (3/4): 298, 1968]. también con el estudio mineralógico de los materiales ar-
En 1968 publica, junto a Ascensión Pinilla Navarro, un cillo-arenosos de la cueva del Linar (La Busta, Santander),
estudio sobre la mineralogía de las fracciones gruesas de dentro de un amplio trabajo en el que participaron Alber-
los sedimentos de la zona aragonesa de la cuenca neógena to Alfonso Gómez, José León García, José Alfonso Mou-
del Ebro (Pinilla y Pérez Mateos, 1968); se trató de uno de re Romanillo y Vicente Gutiérrez Cuevas (Pérez Mateos,
los capítulos de la memoria doctoral de Ascensión Pinilla 1971a).
Navarro, Estudio sedimentológico de la zona aragonesa de De 1972 data su estudio sobre los minerales primarios
la cuenca terciaria del Ebro (Madrid, 1968), dirigida por en suelos de Tenerife, realizado en colaboración con En-
Oriol Riba Arderiu. Le seguirá un estudio petrográfico de rique Fernández Caldas (1923-2013)36 (Pérez Mateos y
los materiales sedimentarios de la cuenca neógena del Ebro Fernández Caldas, 1972). En 1973 verán la luz un estudio,
(Pinilla y Pérez Mateos, 1969). En 1969 ven la luz un par realizado en colaboración con Trinidad Aleixandre Cam-
de contribuciones realizadas junto a Luis Felipe Caraba- pos y Antonio Guerra Refega, sobre la mineralogía de un
llo Muziotti34: los análisis mineralógicos de los arenales suelo del área de la Chianga (Angola) (Pérez Mateos et al.,

Fig. 14.- Grupo de participantes en la III Reunión de Geología del Noroeste Peninsular, organizada por Isidro Parga Pondal en
septiembre de 1969. Fotografía realizada en el Instituto de Investigaciones Geológicas, Edafológicas y Agrobiológicas de Galicia
del CSIC (actual Instituto de Investigaciones Agrobiológicas de Galicia), en Santiago de Compostela, la sede española de la reunión.
Josefina Pérez Mateos se encuentra en la segunda fila, a la izquierda de la foto (nº 20). Fondo Laboratorio Xeolóxico de Laxe, Centro
de Documentación e Arquivo da Universidade da Coruña.

Revista de la Sociedad Geológica de España, 36 (2), 2023


Isabel Rábano, Antonio González Bueno y Salvador Ordóñez Delgado 77

1973a) y otro, junto a Trinidad Aleixandre Campos, As- CSIC, exp. Pérez Mateos). En el otoño de 1974 aún dirigirá
censión Pinilla Navarro y Luis Alcalá del Olmo Bobadilla, un curso sobre Mineralogía de Suelos y Sedimentos, reali-
sobre la mineralogía de un tramo de los arenales costeros zado en el Instituto de Edafología y Biología Vegetal entre
del sureste español (Málaga-Águilas) (Pérez Mateos et al., el 15 de octubre y el 15 de noviembre:
1973b).
Pérez Mateos continuará con el hábito de participar en “Las enseñanzas a impartir son a nivel del postgra-
reuniones científicas. En septiembre de 1969 asistirá a la III duado. / Interesan al edafólogo, en cuanto a las fracciones
Reunión de Geología del NW Peninsular, organizada por gruesas del suelo, que constituyen su reserva mineral y que
Isidro Parga Pondal, entre Galicia (Santiago de Composte- pueden ser de influencia positiva en la fertilidad futura del
la y Mondariz) y Portugal (Braga y Barcelos) durante los suelo, según su composición mineralógica; de esta com-
días 1 a 7 de septiembre (Fig. 14). Junto a Luis Fernando posición y de la morfología del grano pueden deducirse
Caraballo Muziotti, presentó un estudio sobre la mineralo- el origen del suelo y sus condiciones de formación. / In-
gía de los arenales del noroeste gallego. El evento reunió teresa igualmente al geólogo-sedimentólogo, pues por el
investigadores de Badajoz, Barcelona, Córdoba, Granada, estudio mineralógico y granulométrico de los materiales
Lage, Madrid, Oviedo y Santiago, entre los nacionales, y sedimentados puede llegarse a reconstruir la historia de
de Ámsterdam, Bruselas, Burdeos, Coimbra, Leiden, Lie- una formación sedimentaria […] / Puede interesar, por úl-
ja, Lisboa, Montpellier, Múnich, Münster, París, Porto, Po- timo, a determinadas industrias, como las del vidrio, cerá-
tiers, Rennes, Tallahassee, Toronto y Vila Real, entre los mica, materiales refractarios (y algunos de aplicación en la
foráneos (Anales de Edafología y Agrobiología, 28 (7/8): construcción), en relación con la explotación de arenales
620-621, 1969). Entre las aproximadamente 70 personas continentales, de origen fluvial, costeros, materiales de alu-
que asistieron a la reunión, únicamente cinco eran mujeres. vión, etc.” (Anales de Edafología y Agrobiología, 33 (7/8):
Entre ellas, además de Pérez Mateos, participaron Ofelia 700-701, 1974).
Suárez, de la Universidad de Oviedo, que contribuyó con
dos comunicaciones; la geóloga gallega Concepción Gon- Junto a Josefina Pérez Mateos, participaron como do-
zález Adán y la portuguesa María Luisa Ribeiro. La quinta centes en este curso el grueso del personal investigador
es la esposa del geólogo americano J. Cutterbuk. La propia adscrito a la Sección de Mineralogía de Suelos: Trinidad
Josefina Pérez Mateos ofreció una reseña del encuentro a Aleixandre Campos, Ascensión Pinilla Navarro y Luis Al-
los lectores de la revista Arbor (Pérez Mateos, 1969a). En calá del Olmo, además de quienes habían trabajado con an-
agosto de 1971 viajará a Heidelberg, con objeto de partici- terioridad en este grupo: Antonio Arribas Moreno, Antonio
par en el VII Congreso Internacional de Sedimentología37. Guerra Delgado y Pilar Arévalo Carretero.
Y, por supuesto, Josefina Pérez Mateos mantiene su En 1972, próxima a su jubilación, describía su trayec-
vinculación con el Grupo Español de Sedimentología. A toria investigadora en un reportaje publicado en la revista
mediados de octubre de 1969 asistirá a la V Reunión del Arbor (Pérez Mateos, 1972). Nadie mejor que la propia
Grupo, celebrada entre Pamplona y Zaragoza. La reunión autora para resumir su actividad en el ámbito de la inves-
tuvo lugar entre el 13 y el 15 de octubre, prologándose has- tigación:
ta el 19 en las excursiones científicas realizadas a las minas
de Ojos Negros, Laguna de Gallocanta, Remolinos, Lagu- “Mi tarea investigadora está centrada en el estudio mi-
nas de Bujaraloz y paleocanales de Caspio [Anales de Eda- neralógico de suelos y sedimentos en general, y en el es-
fología y Agrobiología, 28 (9/10): 757-758; Pérez Mateos, tudio de materiales arenosos considerados materias primas
1969b). Junto a Francisco Monturiol y Josefina Benayas para la industria.
defenderá los estudios mineralógicos y micromorfológicos La rama de Micromineralogía o estudio de minerales
realizados sobre los suelos de la raña de Guadalajara (Pé- en granos, ofrece las más variadas posibilidades por sus
rez Mateos et al., 1970). La propia Josefina Pérez Mateos múltiples aplicaciones tanto en el orden teórico como en el
publicará una reseña del evento (Pérez Mateos, 1969b). No práctico, habiéndose convertido hoy en auxiliar indispen-
asistió a la reunión celebrada en Granada, en 1972, pero sí sable a la Sedimentología y Estratigrafía, como también a
presentó en ella, junto a Trinidad Aleixandre Campos, As- la Edafología […] son bastantes los años que llevo dedica-
censión Pinilla Navarro y Luis Alcalá del Olmo Bobadilla da a la investigación mineralógica, primero en la Sección
un esquema cartográfico-mineralógico de los arenales de la de Mineralogía del Museo Nacional de Ciencias Naturales
costa oriental española (Pérez Mateos et al., 1972). y posteriormente como investigador [sic] dentro del Con-
En estos comienzos de la década de 1970 comienza a sejo Superior de Investigaciones Científicas, en el Instituto
colaborar con Arbor, la revista de ciencia, pensamiento y de Edafología de Madrid, en el que he sido fundadora de la
cultura, editada desde la sede central del Consejo Superior Sección de Mineralogía de Suelo, que dirijo […].
de Investigaciones Científicas. Allí publicará sus trabajos De nuestra exposición anterior se deduce la utilidad de
sobre “Los minerales en el arte” (Pérez Mateos, 1970) y estas investigaciones […] lo que podríamos afirmar citan-
“La petrografía en la arquitectura y la escultura” (Pérez do como ejemplo algunos de los trabajos realizados. En el
Mateos, 1973). estudio de los paleosedimentos, citamos el de los materia-
En los inicios de abril de 1971 (01/04), cumplidos los les sedimentarios del Terciario continental (mioceno-oli-
66 años, obtiene plaza de profesora de investigación en goceno) en Alcalá de Henares y en la llanura del Guadiana,
el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (ICA- en Extremadura, por el que aportamos datos nuevos para la

Revista de la Sociedad Geológica de España, 36 (2), 2023


78 JOSEFINA PÉREZ MATEOS, PIONERA DE LA GEOLOGÍA EN ESPAÑA

historia de estas formaciones dentro de la sedimentología celebró la primera Reunión nacional (1960).
de la cuenca terciaria del Tajo. Otra amplia zona estudia- En el mismo sentido podríamos también citar nues-
da ha sido la aragonesa de la cuenca terciaria del Ebro, tra relación con científicos de diversos países de Europa
cuyo estudio mineralógico de los materiales sedimentarios y América, así como nuestras visitas a Centros de Inves-
ha permitido la delimitación de ‘provincias petrológicas tigación extranjeros y la recepción en nuestra Sección de
sedimentarias’. Otro tema en desarrollo es el estudio de investigadores de otros países […] a cuya buena marcha
las areniscas triásicas de la Cordillera Ibérica, habiendo contribuyen mis colaboradores Trinidad Alexandre y As-
comenzado por las del Buntsandstein de la provincia de censión Pinilla, doctoras, y L. [Luis] Alcalá del Olmo, li-
Guadalajara (Atienza, Sigüenza, etc.). cenciado becario, que forman conmigo el equipo de trabajo
Dentro de la Edafología serían numerosos los ejem- y que han tomado parte activa en muchas de investigacio-
plos que podríamos citar por el gran número de perfiles nes que se citan…”.
de suelos tomados a lo largo y ancho de nuestra geografía
y estudiados en nuestros laboratorios: podemos citar el de Los años de jubilación (1974-1994)
los suelos del valle del Ebro correspondientes a varias pro-
vincias de la cuenca; el de los suelos de origen volcánico Desde finales de 1974, semanas antes de cumplir los
peninsulares e insulares (Canarias, Columbretes, Guinea, setenta años, la edad reglamentaria para su jubilación, Jo-
etc.) y nuestra colaboración en el amplio estudio de los sefina Pérez Mateos comienza el proceso de regularización
Suelos rojos de España, etc. de su nueva situación económica desde su doble vincula-
Refiriéndonos a otros materiales han sido estudiados ción laboral: la organización farmacéutica profesional38 y
numerosos arenales de las zonas litorales del NW. penin- el Consejo Superior de Investigaciones Científicas39.
sular (Galicia), y de Levante, en sus tres provincias; las Su trabajo sería reconocido, en abril de 1975 (01/04),
arenas costeras de la provincia de Murcia (Mar Menor), de con la concesión de la Gran Cruz de la Orden de Alfonso X
Almería y Málaga, cuyas gráficas de composición minera- el Sabio (Diario de Burgos, 01/04/1975). Triste recompen-
lógica han de agruparse en un esquema cartográfico que se sa para quien, apenas unas semanas atrás, el 15/03/1975,
proyecta editar, comprendiendo el tramo de costa desde el había perdido a su madre, África Mateos Iglesias40.
sur del delta de Ebro, hasta Gibraltar. Josefina Pérez Mateos siguió vinculada al Colegio Ofi-
En varias ocasiones hemos investigado la mineralogía cial de Farmacéuticos de Madrid hasta su fallecimiento41
de materiales de aluvión, así en las provincias de Orense, y, en la medida que le fue posible, siguió colaborando en
Pontevedra, Salamanca, Cáceres, Málaga, etc., como po- los trabajos sobre la mineralogía de la fracción arena. En
sibles fuentes de interés económico en orden a su explota- 1982 publicará, junto a Jaume Bech i Borràs, en los Arxius
ción, habiéndose hallado minerales en granos, de estaño, de l’Escola d’Agricultura de Barcelona, un estudio sobre
circonio, titanio y volframio. la mineralogía de esta fracción en unos suelos del delta del
También hemos estudiado materiales arenosos clasifi- Llobregat (Bech y Pérez Mateos, 1982) y, en colaboración
cados como materias primas de aplicación industrial en la con Ascensión Pinilla Navarro, Luis Alcalá del Olmo Bo-
fabricación de vidrios, cerámica, materiales de construc- badilla y Trinidad Aleixandre Campos, la mineralogía de
ción y refractarios, etc. los arenales costeros del tramo Málaga-Ayamonte (Pérez
Como consecuencia de nuestras propias investigacio- Mateos et al., 1982)42, con lo que quedó completado el es-
nes publicamos, dentro de la serie de Manuales de Ciencias tudio de los arenales costeros meridionales de la península.
Actual (C.S.I.C.), una obra sobre Mineralogía de Arenas y Son el canto del cisne de una vida dedicada a la investiga-
métodos de estudio (1965) para la orientación y ayuda en ción.
el laboratorio, de los que se inician en estas cuestiones […] En la primavera de 1994, el martes 14 de abril, Josefina
Creemos haber contribuido a despertar con nuestras Pérez Mateos, cumplidos los 99 años y soltera, falleció en
investigaciones y nuestro trabajo, el interés por estos te- Madrid, en el Centro Médico ICE (San Bernardo 68), a
mas, como lo demuestra el elevado número de personas consecuencia de un infarto agudo de miocardio. Fue ente-
que han pasado por la Sección a lo largo de estos años rrada en la Sacramental de Santa María; residía en Madrid,
para formarse en nuestra especialidad siguiendo nuestros Glorieta de Bilbao 7, junto a su hermana Conchita43.
métodos de estudio y practicando nuestras técnicas, tanto
licenciados de nuestro país de las Escuelas de Geología de Comentarios sobre su producción científica
Barcelona, Granada, Sevilla, Oviedo, Salamanca, Santiago
de Compostela…, como científicos hispano-americanos de Espectroscopía de emisión de luz o de arco voltaico
Argentina, Colombia, Venezuela y Chile y otros de Portu-
gal, Brasil y República Árabe Unida… Durante la formación de Josefina Pérez Mateos como
Podríamos incluir también […] la participación per- alumna de la licenciatura de Ciencias Naturales partici-
sonal en Congresos y Reuniones científicas, nacionales e pó en el seminario dictado por Gabriel Martín Cardoso,
internacionales, con asistencia y presentación de ponencias entre los meses de febrero y mayo de 1934, en el Museo
sobre problemas sedimentológicos o edafológicos de nues- de Ciencias Naturales sobre “Estructura de los cristales
tro país. Intervine, por propia iniciativa, en la organización y medios para determinarla” ([JAE], 1935: 293). Este
del Grupo Español de Sedimentología que surgió en nues- curso, que Martín Cardoso había comenzado a impartir
tra Sección dentro del Instituto de Edafología y en él se en 1930, cuando desempeñaba su cátedra en el Instituto

Revista de la Sociedad Geológica de España, 36 (2), 2023


Isabel Rábano, Antonio González Bueno y Salvador Ordóñez Delgado 79

de Teruel (Calonge García et al., 1988), puede ser con- menos del 1% de hierro, es decir, las pardas y negras no
siderado como el inicio en nuestro país de las técnicas tienen litio; 3) las últimas turmalinas citadas son las que
de identificación de minerales mediante DRX. También tienen mayor proporción de magnesio (≈1%); 4) todas
en 1934, apadrinada por Martín Cardoso, se integró en las turmalinas analizadas tienen magnesio (>0,1%); 5)
la Sociedad Española de Historia Natural. Así, Martín todas tienen plomo; 6) además de plomo, en una muestra
Cardoso apareció, y no sería la última vez, en el deve- existe antimonio; 7) encuentra titanio en dos turmalinas
nir científico de Pérez Mateos, a quien ella consideró su rosadas; 8) el litio entra en proporciones máximas en las
maestro. La contribución científica de este pionero de la azules y en algunas verdes; 9) el hierro entra en propor-
cristalografía en España ha sido analizada por Ordóñez y ciones mínimas en las rosadas, aparece en azules, verdes,
La Iglesia (1996); los autores hacen especial mención a y es máximo en pardas y negras. Llama la atención su in-
las palabras de la necrología de su biógrafo, Rafael Can- terpretación de la estructura zonada de muchos cristales,
del Vila (1903-1976), resaltando su meritoria labor en la como una génesis de
aplicación de las técnicas de rayos X a la identificación
de los minerales. “cristales mixtos, o sea en las soluciones solidas forma-
En los trabajos de Pérez Mateos (1943) para su tesis das por componentes que cristalicen juntamente en todas
doctoral sobre el color de la turmalina, la base experi- proporciones […] en nuestro caso la turmalina no proce-
mental radicó en una técnica entonces novedosa, la es- de de un magma fundido, sino de un proceso neumatolí-
pectroscopía de emisión de luz o de arco voltaico, cuyo tico […] admitiendo la idea de que las pegmatitas y por
descubrimiento se debe a Gustav Kirchhoff y Robert Bun- tanto las turmalinas en ellas contenidas deben su origen a
sen (1860). Esta técnica permitió a los químicos del siglo un residuo acuoso magmático […] nada se opone que dos
XIX detectar elementos que se encontraban en cantidades sustancias isomorfas como el chorlo y indicolita, pueden
muy pequeñas. Fue desarrollada en España a comienzos superponerse en capas dando lugar a un cristal único” (Pé-
de la década de 1910 por Santiago Piña de Rubíes (1887- rez Mateos, 1944a: 278-279).
1940), cuñado de Enrique Moles y alumno de Louis Du-
parc44. Becado por la Junta para Ampliación de Estudios e La presentación y la interpretación de los datos es con-
Investigaciones Científicas (JAE), Piña de Rubíes realizó sistente y novedosa, avanzada y válida a pesar de los años
una excursión a los Urales y llevó a cabo estudios sobre transcurridos, siendo demostrativa de la buena formación
el platino en dunitas45. A su regreso a España en 1913, de la autora en petrogénesis y en óptica mineral.
se incorporó al Laboratorio de Espectroscopía de la JAE, En otro de sus trabajos dedicados a la turmalina, Pérez
dirigido por el químico Ángel del Campo (1881-1944)46, Mateos (1944c) describe con mucha precisión el proceso
iniciando una fructífera etapa de estudios sobre aspectos de turmalinización directa en rocas “granitoideas”, desa-
químicos del platino. Ello condujo a la creación en el rrolladas sobre filosilicatos, tipo biotita. También describe
IGME, en 1928, de un Laboratorio de Espectroquímica los procesos de pinitización de turmalina, desarrollándose
(López de Azcona, 1961), por el que pasaron J. Dorronso- pequeños cristales de moscovita, biotitas o clorita sobre las
ro, Javier Milans del Bosch, Jorge Doetsch y alumnos de turmalinas. Pero su interés se centra en la turmalinización
Ángel del Campo, cuya contribución al estudio geoquí- de biotita (Fig. 15), que constituye su aportación princi-
mico de minerales se prolongó hasta después de la Guerra pal, y que atribuye a la acción de fluidos neumatolíticos
Civil. En este laboratorio del IGME, dirigido por Juan de las fases tardías del emplazamiento de granitoides, que
Manuel López de Azcona, es donde la autora realizó sus puede compararse con las alteraciones magmáticas postin-
estudios espectroquímicos. trusivas, citadas posteriormente por Fernández-Turiel et al.
Pocas especies mineralógicas presentan una diver- (1991).
sidad de colorido como la turmalina (Pezzotta y Laurs,
2011). Pérez Mateos (1944a) menciona en los anteceden-
tes un trabajo de Juan Ximénez de Sandoval, marqués de
la Ribera, publicado en 1874 en los Anales de la Socie-
dad Española de Historia Natural, en el que se describen
ejemplares de turmalinas utilizando “discroscopio” para
caracterizar el clásico pleocroísmo de estos minerales. En
sus estudios espectroscópicos de las diferentes varieda-
des cromáticas de turmalina, Pérez Mateos llega a una
interpretación de su color más próxima a la de los ca-
tiones cromóforos, cuya posición dentro de la estructura
cristalina genera defectos reticulares, y cuya energía es
del orden del espectro visible, sin duda una interpretación
avanzada del color de los minerales. Entre sus conclusio-
nes (Pérez Mateos, 1944a), destacamos: 1) las turmalinas
que tienen mayor proporción de hierro (>1%) son las ne-
gras, las pardas y las dos verdes (noble); 2) las turmalinas Fig. 15.- Biotita en proceso de turmalinización, en un granito. En
que tienen mayor proporción de litio (1-10%) presentan Pérez Mateos (1944c, microfotografía nº 1).

Revista de la Sociedad Geológica de España, 36 (2), 2023


80 JOSEFINA PÉREZ MATEOS, PIONERA DE LA GEOLOGÍA EN ESPAÑA

En una línea de investigación semejante a la descrita Estudio mineralógico de la fracción arena de sedimentos
para las turmalinas, y utilizando también técnicas espec- y suelos
troscópicas, Pérez Mateos y Gárate Coppa (1948a) abor-
dan un estudio descriptivo-estadístico de la geoquímica La investigación, sin duda cardinal, de Pérez Mateos es
de 34 muestras de antimonitas (32 de ellas españolas), la puesta a punto y divulgación del estudio mineralógico
analizando los elementos que como “trazas o impurezas” de la fracción arena de sedimentos y suelos, que inició a
acompañan al sulfuro de antimonio. Su investigación finales de la década de 1940, y que la llevó a colaborar con
arroja algunas conclusiones estadísticas: la presencia de sedimentólogos, edafólogos y geomorfólogos, así como en
Mg en todas las muestras, la ausencia generalizada de Cd, estudios de interés minero. Su formación en este tema se
Ge, Hg, Ti, Ba, Be, Li y Co, y la detección de una fuerte inicia con una estancia en el Laboratorio de Geología y Mi-
asociación de Ag, Cu y Sn. Realizaron el trabajo expe- neralogía de la Escuela Superior de Agricultura y Ciencias
rimental en la Sección de Espectroscopía del Instituto de Wegeningen (Países Bajos), donde asistió pensionada
Gregorio Rocasolano de Química Física y en la Sección por el CSIC, a propuesta del Instituto de Edafología y Fi-
de Mineralogía del Instituto José de Acosta de Ciencias siología Vegetal, para iniciarse en las investigaciones sobre
Naturales, ambos del Consejo Superior de Investigacio- petrología sedimentaria. El estudio mineralógico de sedi-
nes Científicas. mentos gozaba de una gran tradición en este centro desde
Otra contribución, en la misma línea de análisis es- principios del siglo XX. Fueron los estudios de Retgers y
pectroscópico, se centró en sulfo-antimoniuros de meteo- Schroeder van der Kolk, y posteriormente los de J. van der
rización de menas de cobre: calcosina (Cu2S), covellina Baren, Edelman y Doeglas, y otros muchos investigadores
(CuS) y enargita (Cu3AsS4) (Pérez Mateos y Gárate Coppa, como Baak, Cromelin o Böehmers, los que fueron abrien-
1948b). Como conclusiones señalan que la mayoría de las do el camino a la petrología sedimentaria (denominación
muestras presentan cantidades importantes de plata y de que ellos mismos establecen, pero que luego se ampliará
hierro, mostrando siempre una asociación muy fuerte entre conceptualmente), especialmente a la composición mineral
plata y cobre. Los elementos traza más comunes fueron de los componentes detríticos y su interpretación. Josefina
Mg, Si, Ag, Fe, Mn, Al, Pb y Sn; el antimonio se asocia al Pérez Mateos aplicó a partir de entonces las técnicas apren-
plomo y al indio en presencia de estaño. didas durante su estancia, siendo pues su introductora en
Todos estos trabajos de espectroquímica mineral refle- nuestro país. En la memoria de esta estancia, la autora ex-
jan la importante base que la autora tenía en mineralogía, puso que el conocimiento de la composición de la especie
sin duda fruto de su colaboración con Gabriel Martín Car- mineral mediante el estudio óptico de los granos de la frac-
doso, Pablo Martínez Strong y Pedro García Bayón-Cam- ción arena, proporciona una valiosa información que permi-
pomanes. Con dos de ellos llegó a escribir un tratado de te comparar los sedimentos entre sí, definir su área de ori-
mineralogía descriptiva (Martínez Strong et al., 1946- gen y la intensidad de los procesos de meteorización (Pérez
1947). Continuando con las técnicas espectroquímicas, Mateos, 1948b). La estancia en Wageningen la realizó bajo
Pérez Mateos (1958c) aborda el problema de la scheelita la dirección de Cornelis-Hendrik Edelman, un legendario
(CaWO4) a pesar de no ser la mena usual de wolframio, edafólogo, que siguió trabajando en cartografía de suelos
debido al escaso potencial económico de sus yacimientos cuando estaba escondido en Bommelerwaard con algunos
en comparación con los de wolframita. Sin embargo, la de sus estudiantes durante la Segunda Guerra Mundial. El
scheelita alcanza, como especie mineral, un valor intrínse- apelativo Edelman se asocia en las Ciencias del Suelo al uso
co superior al wolframio, debido a su mayor pureza. Otras de la barrena que lleva su nombre, utilizada en la cartogra-
menas de wolframio son la hübnerita (MnWO4) y la fer- fía de suelos. Edelman tuvo la idea de construir esta barrena
berita (Fe²⁺WO₄). Esta investigación constituyó su segun- cuando vio a un agricultor de Lathum perforar agujeros, en-
da tesis doctoral, esta vez en Farmacia. En ella recopiló cargándosela a un herrero local con un diámetro de 7 cm y
los resultados obtenidos en los yacimientos españoles de 1,20 m de longitud. La razón de estas dimensiones se debe
scheelita señalando las condiciones “geológico-topográfi- a que debía de caber en la parte trasera de un Volkswagen
cas”, así como los análisis espectroquímicos de las mues- Escarabajo47. Actualmente es un instrumento común en los
tras procedentes de las colecciones del IGME y del Museo estudios edafológicos de todo el mundo.
de Ciencias Naturales, describiendo con gran precisión los Continuando con lo aprendido en los Países Bajos,
rasgos cristalográficos en algunos cristales idiomorfos. Por Pérez Mateos apuntó que en la interpretación de los re-
último, indica que las scheelitas españolas están asociadas sultados de los estudios de la fracción arena del suelo,
a la “región estannífera-wolfrámica ibérica”, continuación se persigue como principal objetivo identificar el área de
de la portuguesa. El estudio espectroscópico lo realizó con origen (área fuente) del material clástico que constituye la
los espectrógrafos del Consejo Superior de Investigaciones fracción arenosa, ya que estos materiales provienen de la
Científicas de Madrid. denudación de las formaciones geológicas antiguas. Ello
No queremos dejar de mencionar el estudio espectro- permite establecer la relación entre las áreas de erosión y
químico llevado a cabo, bajo la dirección de Martín Car- sedimentación y definir la noción de provincia petrológica
doso, de los meteoritos españoles de las colecciones del sedimentaria, unidad natural definida por asociaciones mi-
Museo de Ciencias Naturales (Pérez Mateos, 1954a). Fue nerales que caracteriza un área de origen. La primera apli-
presentado por este último en el XIX Congreso Geológico cación de la formación adquirida en Wageningen por esta
Internacional de Argel, en 1952. científica fue un estudio en suelos de Santander y El Esco-

Revista de la Sociedad Geológica de España, 36 (2), 2023


Isabel Rábano, Antonio González Bueno y Salvador Ordóñez Delgado 81

que las técnicas de mineralogía de la fracción arena, llevan


a colaborar a Pérez Mateos con los geólogos más activos
de nuestro país, como Joaquín Gómez de Llarena (Ordóñez
y García del Cura, 2016), con el que estudia sedimentos
de las rías gallegas (Pérez Mateos, 1952b), identificando
turmalinas, estaurolita, andalucita, hornblenda, granate
almandino y circón. Un trabajo metodológicamente no-
vedoso lo realiza en colaboración con el geoquímico ga-
llego Isidro Parga Pondal (Parga Pondal y Pérez Mateos,
1952). En él se aúnan dos objetivos: conocer el origen de
los minerales de las formaciones aluvionares gallegas, así
como los procesos de alteración hidrotermal tardíos de ro-
cas granitoideas, que presentan un interés económico por
la alta concentración de algunos de los minerales dispersos
en las masas de granito caolinizadas. Estudiaron el granito
original en Coens (A Coruña)48, que se extiende a lo largo
de ambas orillas de la ría de Laxe. Se trata de granitos muy
deformados, moscovíticos, con estructura neísica, que apa-
recen caolinizados a lo largo de amplias zonas. Para rea-
lizar el estudio se utilizaron cinco toneladas del material
caolinizado, que fue sometido a un intenso proceso de le-
vigado. Una vez separado el caolín y gran parte del cuar-
zo, quedó una tonelada de granos finos de cuarzo y esca-
mas finas de micas. En el estudio de Parga Pondal y Pérez
Mateos (1952), el resultante de la lixiviación del material
caolinizado se sometió a una separación, en varias fases,
de minerales por densidades con la mesa vibradora de con-
Fig. 16.- Gráficos del porcentaje de las asociaciones minerales en centración densimétrica Wilfley49 y luego clasificados por
suelos de Santander (I) y El Escorial (II y III). En Pérez Mateos tamices. La mesa está dotada de unas barras (“rifles”), que
(1948b: 649). suponen un obstáculo al flujo de minerales, en función de
la densidad y tamaño de los granos, es decir, en función de
rial (Pérez Mateos, 1948b) (Fig. 16). Pérez Mateos realizó su tamaño fluido-dinámico equivalente (Ordóñez, 1991).
la puesta a punto del reconocimiento mineral en la zona Los minerales se acumulan en función de su densidad so-
metamórfica de Montejo de la Sierra (Segovia), que pre- bre la tabla desarrollando a modo de bandas en las que se
senta una variedad de asociaciones de minerales índices de concentran minerales densos. En el trabajo identifican ca-
metamorfismo desarrollado sobre rocas silicoaluminosas siterita, monacita y circón, como especies transparentes; y
(Pérez Mateos y Muñoz Taboadela, 1950). Identificaron la entre las especies opacas: ilmenita, columbita, tantalita y
presencia de andalucita, silimanita (fibrolita) y distena, así wolframita; todas ellas, especies minerales de interés co-
como de rutilo, circón, epidota y anfíboles (hornblenda). mercial. En relación con esto, sus análisis arrojaron que
Ello permitió una identificación más refinada del área de las fracciones de densidad media 4,0 g/cm3 acusan un gran
origen. Los autores agradecieron al Prof. Martín Cardoso descenso en casiterita y monacita, apareciendo especies de
las facilidades y orientaciones recibidas para el muestreo peso específico inferior, como son: almandino, broquita,
de la zona de trabajo de campo. anatasa y turmalina. La proporción en circón es elevada en
El interés de la Dra. Pérez Mateos por avanzar en el la fracción < 1 mm. En la fracción de tamaño > 0.1 mm,
conocimiento le lleva a aplicar la técnica del “análisis mi- aumenta la proporción de granate y turmalina, y se con-
neralógico de la fracción arena” al relleno de la cuenca serva constante la proporción de ilmenita y minerales del
Alta del Tajo (Cuenca de Madrid) (Pérez Mateos, 1952a). grupo de la columbita. Y así va describiendo, para las dife-
Acompañada por los Dres. Alía Medina y Muñoz Taboade- rentes bandas, las fracciones de tamaño y su mineralogía.
la en los trabajos de campo, muestrean la serie detrítica Los datos obtenidos pueden ser utilizados en prospección
del cerro del Ecce Homo (Alcalá de Henares). Los datos de minerales de interés económico, estables y susceptibles
permitieron definir, dentro del aparentemente monótono de concentrarse en medios con flujo de corriente de agua u
perfil estratigráfico, tres inflexiones en las abundancias de otro fluido (yacimientos tipo placer).
minerales, dos en la abundancia de circón y una en la de
anhidrita. El circón incrementa su abundancia a base de la Desde la mineralogía óptica de la fracción arena a la
disminución de otros minerales más lábiles como turmali- sedimentología de arenales costeros
na y granate, delatando una fase sedimentaria muy estable.
Los cambios observados pueden atribuirse a variaciones en Josefina Pérez Mateos realizó, durante el verano de
los regímenes de erosión y sedimentación. 1952, otra estancia de investigación en Alemania, en el
Comienza así una fructífera experiencia científica, en la Instituto de Petrografía Sedimentaria de la Universidad de

Revista de la Sociedad Geológica de España, 36 (2), 2023


82 JOSEFINA PÉREZ MATEOS, PIONERA DE LA GEOLOGÍA EN ESPAÑA

Göttingen. El objetivo era perfeccionar su formación con


el “Prof. Schumann practicando los métodos ópticos de
aplicación a la determinación de los minerales petrográ-
ficos, tratando con el Prof. Correns lo referente al estudio
de sedimentos, según sus métodos” (Pérez Mateos, 1953a).
En relación con la investigación de la mineralogía de
la fracción arena, Pérez Mateos la reorientó al estudio de
los arenales costeros del litoral español, comenzando por
la península de Anaga, en Tenerife (Pérez Mateos y Martel
San Gil, 1954), para continuar con los arenales de las rías
gallegas. Al estudio de la ría de Laxe (Parga Pondal y Pérez
Mateos, 1954), le siguió el de la costa de Finisterre (Parga
Pondal y Pérez Mateos, 1956). En el Levante español, co-
laboró con Juan José Alonso Pascual para abordar el estu-
dio mineralógico de las playas de Valencia (Pérez Mateos y
Alonso Pascual, 1957a), de las de Castellón (Pérez Mateos
y Alonso Pascual, 1959) y las de la costa de Alicante (Pérez
Mateos y Alonso Pascual, 1961). Por la misma época co- Fig. 17.- Figura 1 en Benayas et al. (1958): “Distribución de
labora en un trabajo de Julia González Peña analizando la facies en el relleno terciario en relación con la litología de las
composición de los minerales detríticos del Sáhara español áreas fuentes (macizos circundantes): Explicación: 1. Granito;
2. Gneises y esquistos cristalinos; 3. Paleozoico: esquistos
(Pérez Mateos, 1959), y unos años más tarde vuelve a otra
arcillosos, cuarcitas, y niveles calcáreos; 4. Buntsandstein,
ría gallega, la del Eo, en una colaboración concreta con areniscas y conglomerados rojizos; 5. Serie calcárea mesozoica;
Isidoro Asensio Amor, quien la requirió como experta en 6. Facies de Torrelaguna y Jadraque; 7. Facies Madrid; 8. Facies
este tipo de estudios, en una zona que él llevaba trabajando Guadalajara; 9. Facies Toledo; 10. Facies Alcarria; 11 y 12.
desde finales de la década de 1950 (Pérez Mateos y Asen- Facies central de evaporitas (yesos); (12, Las evaporitas por
sio Amor, 1963). encima de las calizas de los páramos); 13. Facies de transición;
14. Calizas de los páramos”.
Los sedimentos detríticos de las cuencas “terciarias” del
centro de la península de los conocimientos del momento, que ha posibilitado in-
terpretaciones más recientes, ajustadas a datos geofísicos
Josefina Pérez Mateos comenzó a interesarse por la (Muñoz-Martín et al., 1998), ampliamente utilizadas en
sucesión septentrional del Ecce Homo, en el entorno de múltiples trabajos sobre los materiales neógenos continen-
Alcalá de Henares, a principios de la década de 1950, y tales del centro peninsular.
continuó esta línea de investigación sobre las cuencas del Por lo que respecta a la cuenca del Ebro, hay que resal-
centro peninsular en la llanura del río Guadiana. Desde Ez- tar la notable contribución de Riba Arderiu y Pérez Mateos
querra del Bayo (1845), pocos autores se habían interesado (1961b), en la que interpretan la migración del surco sedi-
por estos materiales, salvo algunos datos sobre distribu- mentario de la antefosa pirenaica hacia el sur, a partir de un
ción de la red fluvial de la península y la mineralogía de surco único en el Eoceno superior marino-Oligoceno Infe-
la unidad Salina, como ha puesto de manifiesto Ordóñez rior. Los autores realizaron un riguroso trabajo sedimen-
(2022). En su estudio sobre la Cuenca Alta del Tajo, Pérez tológico de campo, con medidas de direcciones de aportes
Mateos constató la abundancia de estaurolita y yeso en los y de estructuras sedimentarias direccionales (rizaduras de
terrígenos de la Cuenca Alta del Tajo (cuenca de Madrid), corriente y de oscilación), grietas de retracción, paleocana-
señalando que el espesor del relleno en esta cuenca es su- les, análisis granulométricos, morfoscopía de granos, natu-
perior al que se observa en la zona del río Guadiana, don- raleza de las fases cementantes, asociación de minerales de
de además los yacimientos de vertebrados fósiles son más la serie inferior (turmalina, circón, granate) con estaurolita
escasos, y constatando que las rañas son restos de una red y cianita, minerales índice de facies metamórficas. En base
fluvial pliocena (Perez Mateos, 1954b). Quizá los traba- a los datos obtenidos, llevaron a cabo una reconstruccción
jos más elaborados y de mayor impacto internacional de la paleogeográfica, identificando una inversión de aportes
Dra. Pérez Mateos fueron los correspondientes a la cuenca sedimentarios en el borde norte de la cuenca del Ebro, que
de Madrid, cuya interpretación ha sido ampliamente de- desde las fases someras marinas portadoras de sales potási-
batida. A modo de ejemplo, Garrido Megías et al. (1983: cas, se trasladan hacia el sur a medida que se definen los
187) discuten el esquema de la figura 1 de Benayas et al. primeros proto-relieves pirenaicos.
(1958) (reproducida aquí en la Figura 17), alegando que se
trata de una generalización discutible y matizable, sobre Consideraciones finales
todo en lo referente a las facies evaporíticas, advirtiendo
que “quizás se ha abusado del término cambio lateral de Josefina Pérez Mateos se encuentra, sin duda, entre las
facies. Desde nuestro punto de vista, el paso lateral de las primeras mujeres que en España se dedicaron a la geología,
facies arcósicas a facies evaporíticas no es un hecho paten- aunando en sus trabajos tanto la faceta docente como la
te ni observable”. No obstante, la autora aporta una síntesis investigadora. Su formación inicial en Farmacia constituyó

Revista de la Sociedad Geológica de España, 36 (2), 2023


Isabel Rábano, Antonio González Bueno y Salvador Ordóñez Delgado 83

el primer peldaño para conseguir una autonomía económi- jo se enmarca en el proyecto PID2021-123323NB-I00 /
ca, al permitirle abrir en 1929 su primera oficina de farma- AEI/10.13039/501100011033/ FEDER, UE del Ministerio
cia. Mantuvo farmacia abierta en Madrid, de forma más o de Ciencia e Innovación y constituye una contribución al
menos continua, hasta 1965. Su segunda licenciatura, en Grupo Español de la Comisión Internacional de Historia de
Ciencias Naturales, le abrió las puertas de una carrera do- la Geología (INHIGEO-IUGS).
cente al acceder, en el curso 1934/1935, a un puesto de
profesora ayudante de clases prácticas de Geología en la Contribución de autores/as
Universidad Central.
Pero su vocación era la investigación en mineralo- Todos los autores han contribuido en la misma medida
gía, y en ello perseveró tras haber entrado en contacto con a la concepción, diseño y redacción del trabajo.
Gabriel Martín Cardoso durante su formación como natu-
ralista. Prueba de ello fueron sus dos tesis doctorales: la Notas
primera, presentada en la Facultad de Ciencias en 1943, y
la segunda en Farmacia, en 1948; ambas centradas en dos 1
En su expediente de colegiación, conservado en el
especies mineralógicas, la turmalina y la scheelita, respec- archivo del Colegio Oficial de Farmacéuticos de Madrid
tivamente. En 1940 accedió a un puesto de conservadora (ACOF-M, 453/12), se custodia una copia del acta de naci-
de las colecciones de mineralogía en el Museo Nacional miento, diligenciada en 10/06/1948.
de Ciencias Naturales, donde tuvo la oportunidad de conti- 2
“Accediendo a lo solicitado por el segundo teniente
nuar su formación junto a Pablo Martínez Strong. de Infantería (E. R.), afecto al regimiento Reserva de Sa-
Las cualidades de Josefina Pérez Mateos debieron de lamanca núm. 108. D. José Pérez Egido, el Rey (que Dios
llamar la atención de José María Albareda, quien en 1942 guarde), de acuerdo con lo informado por ese Consejo Su-
había fundado el Instituto Español de Edafología, Ecología premo en 24 de julio próximo pasado, se ha servido conce-
y Fisiología Vegetal. Tras obtener una plaza de colaborador derle real licencia para contraer matrimonio con Dª África
científico del CSIC en 1946, con destino en el Museo de Aurora Mateos Iglesias, una vez que se han llenado las for-
Ciencias Naturales, en 1949 fue adscrita definitivamente malidades prevenidas […] Madrid, 7 de agosto de 1903”
al Instituto de Edafología. Allí llegó a ser responsable de (Diario Oficial del Ministerio de la Guerra, 08/08/1903).
la Sección de Petrografía Sedimentaria (posteriormente de 3
Antonio Palacios de la Puente fue senador, por la
Mineralogía de Suelos), tras haber realizado una estancia provincia de Salamanca, en las legislaturas de 1908/09,
de formación en los Países Bajos con el Dr. Edelman, para 1909/10, 1910 y 1911. Falleció en San Sebastián, en 1912
implantar en nuestro país las técnicas del estudio mineraló- (Archivo del Senado, HIS-0328-03). Una nota necroló-
gico de los sedimentos arenosos. Inicia de esta forma una gica fue publicada en el semanario Avante [3(125): 1001
carrera investigadora, en la que sus trabajos, junto con sus (31/08/1912)].
colaboradores, implican el desarrollo, perfeccionamiento 4
Así consta en su expediente como miembro del Cole-
y aplicación de técnicas sedimentológicas y edáficas, con- gio de Farmacéuticos de Madrid. Su título como licencia-
trastadas y comunes en muchos laboratorios europeos. El da en Farmacia le fue expedido con fecha de 13/07/1928
grupo de Pérez Mateos colaboró ampliamente con los más (ACOF-M, 453/12). Desconocemos su actividad entre el
activos mineralogistas, sedimentólogos y edafólogos del último curso del que nos queda constancia de su matrícula
momento, contribuyendo en sus investigaciones con sus oficial (1925/26) y la fecha señalada en el expediente.
técnicas y sus contactos, y desarrollando una presencia in- 5
“que hallándose sin colocación mi padre, ya sexage-
ternacional en los campos que les eran propios. nario […] y no contando en la actualidad para el soste-
nimiento de la familia con más ingresos que el modesto
Agradecimientos y financiación sueldo de 1.755 ptas. anuales como militar retirado […]
viéndose precisada la que suscribe a aportar con su traba-
Agradecemos a Raúl Renau López, archivero del Cole- jo otras cantidades con que suplir los gastos familiares...”
gio Oficial de Farmacéuticos de Madrid; a Ángela García (AGUCM, 59/99-161).
Cascales, responsable del Gabinete de Comunicación de la 6
El cursillo se desarrolló en sesiones semanales de tres
Real Academia de Doctores de España; a Isabel Palome- horas, los jueves, de 10:30 a 13:30, empezando en el mes
ra Parra, directora del Archivo General de la Universidad de febrero para terminar a últimos de abril. En la parte teó-
Complutense de Madrid; y a Daniel Gozalbo Gimeno, jefe rica se expusieron los métodos y problemas de la Geoquí-
del Departamento de Referencias del Archivo General de mica contemporánea y, en la práctica, la interpretación de
la Administración, las facilidades prestadas para consul- “roentgenogramas” sencillos como iniciación al estudio de
tar los expedientes personales de Josefina Pérez Mateos. la estructura de los cristales ([JAE], 1935: 293).
José Dorado, Mª Fe Andrés, Antonio Jorge y Ana Mª Pé- 7
Con un sueldo inicial de 3.000 ptas. anuales (AGA,
rez, en el Instituto de Ciencias Agrarias (CSIC), posibili- Educación y Ciencia, 31/2219, fide Flecha García, 2010:
taron el acceso a la documentación y a las imágenes que 270). En su solicitud para optar en 1945 a una cátedra de
sobre Pérez Mateos se conservan en su archivo. Joaqui- Ciencias Naturales en enseñanzas medias, indica que “fue
na Álvarez Marrón (GEO3BCN-CSIC) y Blanca Martí- ayudante de clases prácticas en la Universidad Central de
nez García (IGME-CSIC) realizaron sugerencias que han la asignatura de ‘Geología con nociones de geoquímica’
contribuido a la mejora del manuscrito. El presente traba- durante los cursos 1934-35, 1935-36 y Auxiliar temporal

Revista de la Sociedad Geológica de España, 36 (2), 2023


84 JOSEFINA PÉREZ MATEOS, PIONERA DE LA GEOLOGÍA EN ESPAÑA

durante el curso 1939-40” y “Ayudante en la Universidad del Hogar va a construir en los terrenos de la calle de Cea
de la asignatura de ’Ciencias geológicas 2º curso’ de la Fa- Bermúdez, ya descritos en mi anterior instancia, y que en
cultad de Ciencias, Sección de Naturales y en el desempe- la actualidad no existen allí más edificaciones que midan
ño de la Auxiliaría desde el curso 1940-1941 hasta el pre- la distancia exigida, quedando en espera de su superior
sente” (AGA, TOP 32/63, leg. 18551: Instancia de Josefa aprobación…” (ACOF-M, 453/12). La solicitud le sería
Pérez Mateos para participar en las oposiciones a cátedras denegada en 24/11/1944, “por no presentar el Contrato de
de Ciencias Naturales-Año 1945). Arrendamiento” (ACOF-M, 453/12).
8
La declaración jurada, que el Colegio de Farmacéu- 13
María Encarnación Gárate Coppa obtuvo premio ex-
ticos de Madrid obligó a cumplimentar a todos sus miem- traordinario en los exámenes de Estado celebrados en ju-
bros en abril de 1939, se conserva en su expediente como nio de 1940, en la Universidad de Oviedo ([Universidad de
colegiada en esta corporación (ACOF-M, 453/12). Las ci- Oviedo], 1941: 28). En 21/02/1959 defendió su memoria
tas de Pérez Mateos incluidas en el texto de este apartado doctoral en la Facultad de Ciencias (Química); versó sobre
se han extraído de dicha declaración jurada. Determinación de antimonio en aleaciones técnicas de uso
9
De ello informa al presidente del Colegio Oficial de más frecuente; fue dirigida por Fernando Burriel Martí.
Farmacéuticos de Madrid, en escrito fechado el 11/04/1940 14
El escrito de Laboratorios Lagar se conserva en el
(ACOF-M, 453/12). expediente colegial de Josefa Pérez Mateos. Ese mismo
10
En condición de tal firma el trabajo publicado en oc- día, el 06/08/1948, la interesada escribe al Colegio de Far-
tubre de 1944 en las páginas del Boletín de la Real Socie- macéuticos de Madrid solicitando ser dada de alta en este
dad Española de Historia Natural (Pérez Mateos, 1944c). ejercicio profesional (ACOF-M, 453/12). El Colegio acce-
11
Había solicitado una de estas viviendas y un local co- derá a ello de inmediato; con fecha de 07/08/1948, Ángel
mercial. La solicitud le sería denegada en 24/11/1944, “por Pajares Marques, secretario en funciones del Colegio Ofi-
no presentar el Contrato de Arrendamiento” (ACOF-M, cial de Farmacéuticos de Madrid, informa que en la Jun-
453/12). ta de Gobierno celebrada ese mismo día se ha acordado
12
Con fecha de 18/12/1944 contestará al requerimien- “conceder el canje de cédula solicitado […] queda autori-
to formulado por el Colegio de Farmacéuticos de Madrid, zada para ejercer su profesión como Director Técnico de
realizado días atrás (04/12/1944) en el que se le solicitaba los Laboratorios LAGAR S.A…”; un par de días después,
el documento que acreditara el uso del local: “Que dicho el 09/08/1948, Ángel Pajares Marques certifica que Josefa
inmueble actualmente en construcción, es propiedad de la Pérez Mateos (colegiada 786) ejerce funciones como “Di-
Congregación de Misioneros HH. del I.C. de María, para rector Técnico” [sic] de los Laboratorios Lagar (ACOF-M,
residencia y academia, y con la persona encargada de todo 453/12).
lo referente a las obras, P. Andrés Rodríguez, traté desde 15
Manuel Muñoz Taboadela (1917-1963) fue doctor en
el pasado mes de Mayo el asunto del alquiler del local si- Farmacia (1948), discípulo de José María Albareda; desde
tuado en el último hueco de la fachada a Cea Bermúdez de 1945 disfrutó de una beca en el Instituto de Edafología y
la expresada casa, cosa que al principio pareció perfecta- Fisiología Vegetal; en 1950 obtuvo plaza de colaborador
mente posible, y por eso elevé mi instancia, pero tropecé científico en el CSIC. En 1953 logró plaza de catedráti-
después con la indecisión de dicho señor respecto al al- co de Geología aplicada en la Facultad de Farmacia de la
quiler, que fue demorando sin resolver nada, hasta el mes Universidad de Santiago de Compostela, a la que pronto
de Noviembre en que yo solicité una contestación defini- unió una sección del Instituto de Edafología y Fisiología
tiva. Desde esa fecha, unas veces inclinándose a hacerme Vegetal ([IEFV], 1963).
el compromiso de contrato y otras no, fueron pasando los 16
Carl-Wilhelm Correns (1893-1980) fue un geólogo
días sin lograr una palabra seria y definitiva, hasta que en alemán pionero en el campo de la petrología sedimentaria;
las últimas entrevistas me dijo que podía interesarle tal vez su Einführung in die Mineralogie (1949) se convirtió en
a dicha Comunidad, el establecer la farmacia por su cuenta libro de texto en numerosas universidades europeas y ame-
así como otras indicaciones respecto a este asunto inacep- ricanas (Hoefs, 1982).
tables para mí, negándose últimamente a acceder a ningún 17
Hilmar Schumann (1902-2001) ejercía, desde 1947,
compromiso de alquiler en espera de una disposición mi- como profesor adjunto; en 1954 obtuvo la titularidad de la
nisterial que dice está próxima a publicarse sobre arrien- Cátedra de Mineralogía y Geología en la Forstakademie
dos. / En vista de todos estos interminables inconvenientes Hannoversch-Münden (Degener y Habel, 2001: 1307).
en los últimos días, he podido encontrar un nuevo local que 18
Joaquín Gómez de Llarena y Pou (1891-1979) fue li-
dista aproximadamente exactamente igual que el anterior, cenciado (1914) y doctor (1916) en Ciencias Naturales por
de la farmacia más próxima, situado en la prolongación de la Universidad Central. Entre 1920 y 1933 ejerció como
la calle de Guzmán el Bueno nº 80 (después de atravesada catedrático de Historia Natural en centros de educación se-
la de Cea Bermúdez), por lo que solicito una nueva inves- cundaria, alternando su cátedra con sucesivas estancias en
tigación sobre este último local con el fin de ultimar mis Alemania, Suiza y Francia becado por la Junta de Amplia-
gestiones y poder terminar la formalización del arriendo ción de Estudios. En 1933 ganó, por oposición, la Jefatura
del mismo, ya en tránsito con su actual propietario. / Rue- de la Sección de Geografía Física del Museo de Ciencias
go tenga en cuenta ese Colegio que esta instalación será Naturales de Madrid. Emigró a Alemania al desatarse la
provisional, puesto que tengo concedido local para tien- Guerra Civil. Tras su regreso a España, en 1942, retomó la
da y vivienda en el Grupo de Casas que la Obra Sindical enseñanza secundaria, desempeñando también la función

Revista de la Sociedad Geológica de España, 36 (2), 2023


Isabel Rábano, Antonio González Bueno y Salvador Ordóñez Delgado 85

de inspector, puesto en el que se jubiló, en 1961. Paralela- Ciencias (Químicas) por la Universidad de Madrid en 1948
mente desarrolló su labor investigadora en el campo de la y se doctoró en 1953. Durante su período postdoctoral se
Geología; entre 1965 y 1966 fue becado por la Fundación formó en Bélgica y Holanda (Gante, Lovaina, Vageningen
Juan March para estudiar en Austria y Francia; colaboró y Delft) en la aplicación de la microscopía electrónica a
con el Instituto de Geología Económica (CSIC) y con la la investigación en silicatos, cerámica y vidrio. En 1962 y
Empresa Nacional de Óptica (1966-1974), donde se ocupó 1963 estudió en París microscopía electrónica de transmi-
de la organización de colecciones geológicas para su uso sión (TEM); a ella se debe el establecimiento del Labora-
en la enseñanza secundaria (Suárez Vega et al., 1980). torio de Microscopía Electrónica del Instituto de Cerámica
19
Isidro Parga Pondal (1900-1986) se formó en Cien- y Vidrio del CSIC (Rincón y Barba, 2010).
cias (Químicas) en la Universidad de Madrid. Desde 1923 24
Josefina Benayas Casares (1932-2018), licenciada
ejerció como profesor auxiliar en la Facultad de Ciencias (1955) y doctora (1957) en Farmacia por la Universidad de
de la Universidad de Santiago; se especializó en Geoquí- Madrid. Realizó estudios en el University College de Ga-
mica en Zúrich, gracias a una beca de la Junta para la Am- les. Fue colaboradora científica e investigadora científica
pliación de Estudios, concedida en 1930; permaneció en (1968-1979) en el Centro de Estudios Medioambientales
1932 en Alemania, pensionado por la Agrupación de Fabri- del CSIC; sus trabajos se centraron en la micromorfología
cantes de Cemento de España. Militante del Partido Galle- de suelos (Reparaz et al., 2016).
guista, fue expulsado de la Universidad tras la Guerra Ci- 25
Oriol Riba i Arderiu (1923-2011) ​fue licenciado en
vil, viviendo un exilio interior donde continuó su actividad Ciencias (Geológicas) (1949) y doctor en Geología; inves-
investigadora compaginándola con su trabajo en diversas tigador del Consejo Superior de Investigaciones Científi-
empresas, como Kaolines de Lage y Zeltia. Fundó el Labo- cas, desarrolló su formación postdoctoral en Wageningen
ratorio Geológico de Laxe, desde el que estableció conve- (Países Bajos), en Angers y en Rennes (Francia). Cate-
nios de colaboración con el Instituto Geológico y Minero drático en la Universidad de Zaragoza y, desde 1968, en
de España, lo que le permitió trabajar con Gabriel Martín la Facultad de Ciencias Geológicas de la Universidad de
Cardoso, Eugenio Torre Enciso y Juan Manuel López Az- Barcelona (UB); fue presidente de la Institución Catalana
cona (Vidal Romaní, 1984; Leonardo Docanto, 2013; Leo- de Historia Natural (ICHN). En la Universidad de Barce-
nardo Docanto y Rábano, 2022). lona fundó el Departamento de Estratigrafía y Geología
20
Juan José Alonso Pascual trabajó en el Instituto de Histórica y promovió las especialidades de sedimentolo-
Edafología y Fisiología Vegetal, adscrito a la sección de gía, geología marina y geología del petróleo. Trabajó en la
Petrografía Sedimentaria; con posterioridad ocupó plaza búsqueda de hidrocarburos en el País Vasco, Navarra, La
de profesor de investigación del CSIC, pasando a dirigir Rioja, Cataluña, Guinea Española y el Sáhara Occidental;
el Instituto de Hidrología y Medio Natural vinculado a la sus primeros trabajos versaron sobre la cuenca terciaria del
Universidad Politécnica de Valencia. Ebro y la cordillera Ibérica (Colombo, 2019).
21
Una reseña del IV Congreso Internacional de Sedi- 26
José Navarro Latorre (1916-1986), catedrático de
mentología fue publicada en los Anales de Edafología y Historia en el Instituto Ramiro de Maeztu, fue un activo
Fisiología Vegetal, 13: 935-937, 1954. Sobre la comunica- político falangista, procurador a Cortes (1946-1955) y alto
ción remitida por Josefa Pérez Mateos cf. p. 936. funcionario del Régimen: Comisario de Protección Esco-
22
Walter Kubiëna (1897-1970), moravo de origen, es- lar y Asistencia Social (1956-1962) y director general de
tudió Agricultura [Landwirtschaft] en la Hochschule für Enseñanza Laboral (1957-1962); su archivo personal fue
Bodenkultur (Viena) y Geología en la Universidad de Vie- catalogado y estudiado por Gustavo Alares López (2015).
na; doctor desde 1927, trabajó como asistente científico de 27
En el informe de 1960 se le asigna a Josefa Pérez Ma-
Hermann Kaserer en la cátedra de Producción de cultivos teos “one year’s work at 160 hours per month” (Albareda
agrícolas de la Hochschule für Bodenkultur. Interesado ini- et al., 1960: 105).
cialmente en cuestiones de fertilización, optó pronto por 28
Isidoro Asensio Amor (1915-2001), licenciado y
los estudios micromorfológicos del suelo. En 1948 asumió doctor en Farmacia por la Universidad Complutense de
la dirección del Bundesforschungsanstalt für alpine Land- Madrid; realizó estancias postdoctorales en las Universi-
wirtschaft [Departamento de Ciencias del Suelo en el Cen- dades de Estrasburgo y Leiden; adscrito al Instituto Lucas
tro Federal de Investigación para la Agricultura Alpina] en Mallada del CSIC, fue miembro numerario de la Real Aca-
Admont (Estiria). En 1950 aceptó trasladarse a Madrid in- demia de Doctores de España y correspondiente de la Real
vitado por el Instituto de Edafología y Fisiología Vegetal, Academia de Farmacia. Su trayectoria profesional fue dis-
donde desarrolló una intensa actividad investigadora como tinguida con la Medalla Santiago Ramón y Cajal otorgada
miembro de honor del Consejo Superior de Investigacio- por el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (La
nes Científicas. Ejerció con posterioridad (1955/1966) en Voz de Galicia, 07/05/2001).
el Bundesforschungsanstalt für Forst- und Holzwirtschaft 29
Una reseña del VI Congreso Internacional de Sedi-
[Departamento de Ciencias del Suelo en el Instituto Fede- mentología fue publicada en las páginas de los Anales de
ral de Investigación para la Gestión Forestal y de la Made- Edafología y Agrobiología, 22(5/6): 269-270, 1963.
ra], en Reinbek, puesto que simultaneó con el de profesor 30
Acerca del “Coloquio homenaje al Prof. Dr. C. W.
honorario en la Universidad de Hamburgo (Mückenhau- Correns, de la Universidad de Göttingen (Alemania)”, dan
sen, 1967; Blümel, 1992; Stoops, 2009). cuenta las páginas de los Anales de Edafología y Agrobio-
23
Julia Mª González Peña (1925-2010) se licenció en logía, 22(5/6): 270-271. 1963; en él participaron “Josefina

Revista de la Sociedad Geológica de España, 36 (2), 2023


86 JOSEFINA PÉREZ MATEOS, PIONERA DE LA GEOLOGÍA EN ESPAÑA

Pérez Mateos y Juan Alonso Pascual, que trabajaron en dis- macéutica Doña Josefina Pérez Mateos […]” volviéndole a
tintas épocas con el Prof. Correns en el Sedimentpetrogra- recordar la base XIV de los estatutos colegiales (ACOF-M,
phisches Institut y en el Mineralogisch-Petrographisches 453/12). Conformada con la situación, en abril de 1967,
Institut de la Universidad de Göttingen, que presentaron Josefa Pérez Mateos escribirá al secretario del Colegio
una comunicación en colaboración, sobre el ‘Estudio de Oficial de Farmacéuticos solicitando información sobre la
sedimentos costeros de la Guinea continental española’” situación en que se encontraba el pago de sus cuotas como
(Op. cit., p. 271). colegiada; con fecha 10/05/1967, Carlos Mª. Pérez Accino
31
Su expediente de ingreso se conserva en el archivo le informa de los recibos pendientes de pago al Patronato
de la Real Academia de Doctores de España (RADE, exp. de Huérfanos y de las condiciones de la pensión que le co-
Pérez Mateos); en él se incluye una relación de sus “Publi- rrespondería: 1.500 ptas. tras quince años de cotización.
caciones. 1958-1965” fechada, en Madrid, el 20/12/1965. En la primavera de 1969 (28/04) escribirá al presidente del
Se incorporó, como académica correspondiente, el Colegio Oficial de Farmacéuticos de Madrid, aceptando las
11/01/1966; permaneció en ella hasta su fallecimiento. ‘nuevas cuotas y pensiones’; de 01/06/1970 data su escri-
32
Ascensión Pinilla Navarro (n. 1933) obtuvo el título to renunciando a pertenecer a las entidades de asistencia
de Doctora en Farmacia por la Universidad de Madrid, en médico-quirúrgicas ‘Sanitas’ y ‘Hermandad Farmacéutica’
1966; su memoria doctoral se centró en el estudio sedi- desde el 01/07/1970. En 16/06/1970 propone una nueva de-
mentológico de la zona aragonesa de la cuenca neógena signación de beneficiarios de su ‘Fondo de Auxilios’, que
del Ebro. Fue colaboradora e investigadora científica en volverá a modificar con fecha de 04/12/1970 (ACOF-M,
el Instituto de Edafología, Ecología y Biología Vegetal; su 453/12).
investigación se centró en el estudio de los procesos de al- 34
Luis Fernando Caraballo Muziotti fue un investi-
teración mineral en condiciones superficiales. Presidió el gador venezolano vinculado al grupo de Isidoro Asensio
Comité Organizador del First European Meeting on Phyto- Amor; en 1969 defendió su tesis doctoral en la Universi-
lith Research, que se celebró en Madrid en 1996. dad de Madrid: Estudio fisiográfico sedimentológico de las
33
Con fecha 03/05/1966 presentará una instancia ante rías y frente costero comprendidos entre la Estaca de Vares
el presidente del Colegio Oficial de Farmacéuticos de [sic] y el Cabo Prior (provincia de La Coruña), dirigida
Madrid: “que habiendo sido dada de alta en ese Colegio, por Eduardo Hernández Pacheco. En el capítulo dedicado
por primera vez en el año 1929 con el nº 786 (Carnet de a ‘Agradecimientos’ escribe: “Quiero agradecer también al
identidad del Colegio nº 189, que conserva), continuó co- Dr. Alfredo Hernández Pacheco y a la Dra. Josefina Pérez
legiada sin interrupción hasta el año 1948 (veinte años), y Mateos por su colaboración y ayuda en el estudio de la pe-
colegiada por segunda vez en 1959 hasta el presente, en trografía y mineralogía de las rocas y sedimentos arenosos,
que continua colegiada con el nº 2564 (ocho años) carnet respectivamente” (Caraballo Muziotti, 1969: [7]).
de identidad nº 1598, con una interrupción de diez años 35
Jean Vaudour (1933-2017) fue profesor del Insti-
entre 1949-59, y que durante veintiocho años de colegia- tut de Géographie de la Universidad de Aix-Marseille II
ción estuvo en ejercicio profesional entre 22 y 23 años (dos (Aix-en-Provence, Francia) y director del programa de in-
regencias, dirección laboratorio, farmacia de su propiedad) vestigación del CNRS “Geosistemas kársticos” (ERA 282,
de todo lo cual queda constancia en el reverso de su título después UA 903), miembro del núcleo fundador, en 1973,
por los Sellos correspondientes, título expedido el 13 de del Grupo Español de Trabajo del Cuaternario-GETC. Sus
Julio de 1928 por la Universidad de Madrid […] / Suplica: primeros trabajos sobre suelos españoles datan de la pri-
tenga a bien considerar su situación con respecto a la pen- mavera de 1965 en que se trasladó a Madrid para la inter-
sión que ese Colegio […] concede a los colegiados que lo pretación de las formaciones del entorno del Macizo del
hayan estado un número de años sin interrupción…” A este Guadarrama, los Montes de Toledo y la Depresión del Tajo
escrito contestará, el 06/05/1966, F. Morón Blanco, secre- (las rañas, los suelos, los sedimentos aluviales del Tajo, las
tario del Colegio de Farmacéuticos de Madrid, recordándo- calizas de los páramos) con el objetivo de alcanzar el grado
le la base XIV de los estatutos colegiales: “Los colegiados, de thèse d’état para obtener la habilitación de un puesto de
que al cumplir 70 años de edad, lleven los últimos veinte profesor universitario; la tesis se defendió en Aix, en junio
años ininterrumpidos de colegiación en esta Corporación, de 1977 (Díaz del Olmo, 2017).
tendrán derecho a una Ayuda de Vejez de dos mil pesetas 36
Enrique Fernández Caldas (1923-2013), licenciado
mensuales a partir del día 1º de Enero del año siguiente en en Ciencias (Químicas) por la Universidad de La Lagu-
el que cumplan los setenta años”. No debió quedar con- na, se doctoró en 1950 por la Universidad Complutense
tenta con la respuesta y recurrió a Teodoro de la Fuente de Madrid; fue Master of Science por la Universidad de
y López, farmacéutico, quien en 12/05/1966 escribirá a Birmingham (1952). Entre 1951 y 1954 realizó estudios
Ricardo López Lafuente, a la sazón presidente de la orga- de especialización en las Universidades de Gante, Birmin-
nización colegial, interesándose por la situación de Josefa gham, Bristol y Cambridge, y entre 1956 y 1957, en las
Pérez Mateos: “Te agradeceré muchísimo me pongas unas universidades norteamericanas de Berkeley, Riverside, Los
líneas que me sirvan para demostrar a la Sta. Pérez Mateos Ángeles y Davis. Fue catedrático de Edafología y Química
mi intervención cerca de esa Presidencia…” Y, en efecto, Agrícola en la Universidad de La Laguna, donde desem-
el 14/05/1966, Ricardo López Lafuente escribirá a Teodoro peñó el puesto de rector entre 1973 y 1976 y Consejero
de la Fuente López: “Recibí tu carta en la que con tanto de Educación del Gobierno de Canarias entre 1987 y 1989
interés me recomiendas la solicitud formulada por la Far- (Rivero, 2013).

Revista de la Sociedad Geológica de España, 36 (2), 2023


Isabel Rábano, Antonio González Bueno y Salvador Ordóñez Delgado 87

37
Las páginas de los Anales de Edafología y Agrobio- de los arenales costeros españoles, se han venido desarrollan-
logía [30 (3/4)] recogen la autorización de la División de do una serie de investigaciones sistemáticamente distribuidas
Ciencias Matemáticas, Médicas y de la Naturaleza (CSIC) a lo largo del litoral mediterráneo, tanto en la zona oriental
concedida a “Dª. Josefa Pérez Mateos, Investigador Cien- como en la suroriental de la península […]. / Continuando la
tífico del Instituto de Edafología y Biología Vegetal; y D. línea emprendida damos a conocer en el presente trabajo, los
Juan Alonso Pascual, Investigador Científico del Instituto de últimos datos obtenidos sobre los materiales localizados entre
Edafología y Biología Vegetal, para asistir al VII Congreso Estepona (Málaga) y Ayamonte (Huelva), comprendiendo las
Internacional de Sedimentología, que se celebrará en Hei- provincias de Málaga, Cádiz y Huelva con lo que queda com-
delberg (Alemania) del 30 de agosto al 4 de septiembre”. pletado el estudio mineralógico y sedimentológico de esta
38
Con fecha de 20/11/1974, el jefe de la sección de zona litoral” (Pérez Mateos et al., 1982: 1-2).
Previsión Sanitaria Nacional informa, al presidente del 43
De acuerdo con sus deseos, sería su hermana, Con-
Colegio de Farmacéuticos de Madrid, de la próxima exen- cepción Pérez Mateos, la beneficiaria única del Fondo de
ción del pago de las cuotas de enfermedad e invalidez de Auxilio concedido por el Colegio de Farmacéuticos de Ma-
Josefa Pérez Mateos al montepío, limitándose su abono a drid; con fecha de 05/05/1994, la Junta de Gobierno del
las cuotas de vejez y vida, en razón de cumplir la edad de Colegio de Farmacéuticos de Madrid, a través de su secre-
70 años. Ese mismo día, la interesada será informada de tario, José Lario Torres, expresa las condolencias por su
esa situación; su título de mutualista de Previsión Sanitaria fallecimiento a su familia; ese mismo día, el director técni-
Nacional se expide con fecha de 01/12/1974; como tal, en co del Colegio Oficial de Farmacéuticos de Madrid, Ginés
16/12/1974, solicita la pensión de jubilación del Patronato de Haro Martínez, comunica a Concepción Pérez Mateos
Farmacéutico Nacional y del Colegio Oficial de Farmacéu- que figura como beneficiaria única del Fondo de Auxilio
ticos de Madrid: 2.000 ptas./mes; el 19/12/1974, requerirá que concede el Colegio tras el fallecimiento de uno de sus
su exención del pago de la cuota correspondiente al Patro- miembros; el 20/05/1994, Concepción Pérez Mateos, a
nato Farmacéutico, por haber cumplido la edad de jubila- través de su sobrina, Margarita Pérez Peñasco, recibe la
ción reglamentaria. Será Julián Fraile Ruiz, secretario en cantidad de 50.000 ptas. en concepto de Fondo de Auxilio
funciones del Colegio de Farmacéuticos de Madrid quien, (ACOF-M, 453/12).
con fecha de 23/12/1974, certifique que Josefina Pérez Ma- 44
Véase su biografía en https://www2.unil.ch/elites-
teos (colegiada 2.564) forma parte de la Corporación desde suisses/personne.php?id=75504. En España entró en con-
el 08/08/1959, en la modalidad “sin ejercicio”. En enero tacto con Domingo de Orueta (1862-1926), del Instituto
de 1975 (03/01), Pedro Capilla, a la sazón secretario del Geológico de España (actual IGME), que se encontraba in-
Patronato Farmacéutico Nacional, contesta favorablemen- vestigando la presencia de platino en la Serranía de Ronda.
te al oficio presentado por el tesorero-delegado del Colegio 45
La pensión nº 105 se concedió a Santiago Piña de
Oficial de Farmacéuticos de Madrid, en que Josefa Pérez Rubíes para viajar a Francia y Alemania. En la Sorbona
Mateos solicitaba el reconocimiento de su pensión como trabajó en el Laboratorio de Química Mineral del profe-
“jubilación sin ejercicio” (ACOF-M, 453/12). Su doble sor G. Urbain, en la separación y obtención del espectro
proceso de colegiación ocasionó algún trastorno burocrá- del escandio y de las tierras raras (colección Urbain), ob-
tico; con fecha de 21/01/1978, el secretario del Colegio de teniendo el espectro de arco y chispa de estos elementos a
Farmacéuticos la requiere para una rectificación en el car- partir de óxidos de alta pureza. Trabajó en el mismo tema
net de colegiada, le ha sido expedido con el nº 2.564 [se- en el Physikalisches Institut de Tübingen con Paschen y
gunda colegiación], cuando le corresponde el 786 [primera Back, para aprender la técnica sobre el efecto Zeeman en
colegiación] (ACOF-M, 453/12). los espectros de arco y chispa. Obtuvo otra pensión, la nº
39
El 31/12/1974, Josefina Pérez Mateos es oficialmente 232, para visitar Suiza y los Montes Urales, y estudiar la
jubilada como personal del CSIC, por haber cumplido la composición química de algunos silicatos de rocas ultra-
edad reglamentaria (ICA-CSIC, exp. Pérez Mateos). básicas, variedades platiníferas recogidas en los Urales, y
40
Nacida en Melilla, hija de militar, África Mateos otras rocas volcánicas de Lucas Fernández Navarro. Para
Iglesias residía en Madrid, junto a sus dos hijas, Conchita más información, ver Ordóñez y García del Cura (2016).
y Josefina, ambas solteras, en la Glorieta de Bilbao 7 (Le- 46
Véase su biografía en https://dbe.rah.es/biogra-
guineche, 1998). fias/25265/angel-del-campo-y-cerdan.
41
En su expediente colegial consta que, con fecha de 47
Información extraída de https://www.royalei-
13/03/1980, abonó 400 ptas. al Colegio de Huérfanos de jkelkamp.com/knowledge-hub/articles/the-history-of-the-
esta Corporación; un año después, en 01/04/1981, firma la edelman-auger/.
última designación de beneficiarios del Fondo de Auxilio 48
Los primeros estudios del caolín de Laxe los inició el
del Colegio Oficial de Farmacéuticos de Madrid: establece minero inglés John Rosewarne, quien fundó en 1923, jun-
como beneficiaria a su hermana, Concepción Pérez Mateos to con otros socios locales, la sociedad Kaolines de Laxe
y, en caso de fallecimiento de esta, a su sobrina Margarita (Tuñas Corzón, 2022). Durante unos pocos años, el caolín
Pérez Peñasco; dos testigos avalan la veracidad del docu- extraído se utilizó en la cerámica de San Claudio en As-
mento: María del Carmen Bello y Teresa Barrero, ambas turias. A la muerte de Rosewarne, la sociedad se refundó.
farmacéuticas colegiadas (ACOF-M, 453/12). El máximo desarrollo se alcanzó con la incorporación a la
42
“Desde el año 1957, en que dieron comienzo los traba- empresa, en los inicios de la Guerra Civil, de Isidro Parga
jos referentes al estudio de la sedimentología y mineralogía Pondal, patriarca de la geología moderna de Galicia y fun-

Revista de la Sociedad Geológica de España, 36 (2), 2023


88 JOSEFINA PÉREZ MATEOS, PIONERA DE LA GEOLOGÍA EN ESPAÑA

dador del exitoso Laboratorio Geológico de Laxe, antece- Degener, A.L., Habel, W., 2001. Wer ist wer? Das Deutsche Who’s
dente del Instituto Universitario de Geología Isidro Parga who. [Band 40]. Verlag Schmidt-Römhild, Lübeck, 1.680 p.
Pondal de la Universidad de A Coruña. Díaz del Olmo, F., 2017. Jean Vaudour (1933-2017), uno de los
49
La mesa concentradora Wilfley fue desarrollada, en la nuestros. Cuaternario y Geomorfología, 31 (3/4): 5-6. https://
doi.org/10.4000/mediterranee.8768
década de 1890, por Arthur Redman Wilfley (1860-1927).
Ezquerra del Bayo, J., 1845. Indicaciones geognósticas sobre
Patentada en 1897 y 1918, aún se fabrica en Denver (Colora- las formaciones terciarias del Centro de España. Anales de
do, EE.UU.). Se utiliza industrialmente para realizar separa- Minas, 3: 301-306.
ciones de minerales en función de su densidad, usándose con Fernández-Turiel, J.L., Saavedra, J., Vaquer, R., Duran, M.E.,
gran eficiencia en la separación de menas de estaño, tántalo, Querol, X., 1991. Late postmagmatic alterations in the
tungsteno, oro, zircón, rutilo. El sistema se autolubrica con tin-bearing batholith of Ricobayo (Iberian Massif, NW
el agua que llevan los minerales en suspensión. El equipo Spain). Acta Geologica Hispanica, 26 (1): 17-22.
tiene un sistema de nivelación. La inclinación manual de Flecha García, C., 1996. Las primeras universitarias en España,
la cubierta y la inclinación longitudinal por medio de un 1872-1910. Narcea, Madrid, 263 p.
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volante son posibles para optimizar las condiciones de las
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pruebas. Ver https://www.911metallurgist.com/metalurgia/ [González Bernáldez, F.] [sub G.B.] 1960. Cursillo de
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Isabel Rábano, Antonio González Bueno y Salvador Ordóñez Delgado 93

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94

Revista de la Sociedad Geológica de España 36 (2)


ISSN (versión impresa): 0214-2708 https://doi.org/10.55407/rsge.100231
ISSN (Internet): 2255-1379

APROXIMACIÓN A LA GEOLOGÍA OROGÉNICA DEL


NNE DE CUBA OCCIDENTAL
Approach to the orogenic geology of NNE western Cuba

Wenceslao Martínez del Olmo

San Ramón Nonato 1, 2ºA, 28046 Madrid. wmartinezolmo@outlook.com

Resumen: Los trabajos publicados sobre la Geología de Cuba y, en especial, las imágenes
procedentes de las líneas sísmicas y los cientos de sondeos realizados para la exploración
de hidrocarburos, proporcionan la oportunidad de describir una aproximación geológica,
sedimentaria y estructural, al complejo frente del NNE de Cuba. Se dice aproximación porque
su complejidad no permite asegurar su organización, derivada de: 1) No poder constatar la
ordenación paleogeográfica previa a la deformación, que afectó a series sedimentarias del
autóctono y del parautóctono y a los olistostromas, precoces y tardíos, que deslizaron hacia la
cuenca y más tarde fueron deformados. 2) Los cabalgamientos, retro-cabalgamientos y fallas
extensionales de bajo ángulo, que produjeron tanto una compleja sucesión de estructuras
tipo anticlinales colgados como “ falsos cabalgamientos” que, al ser incorporados al prisma
tectónico, buzan al SSE. Todo ello conlleva una interpretación difícil, que puede sintetizarse
en: creación en el Campaniense-Maastrichtiense de un primer talud de alta pendiente y
un primer Olistostroma, paroxismo contractivo y olistostromas masivos en el Paleoceno,
plegamiento con verticalización y superposición de unidades pertenecientes al Mesozoico y
Cenozoico, y nuevos deslizamientos, desde entonces hasta hoy.

Palabras clave: Perfiles sísmicos, frente tectónico y sedimentario, olistostromas, NNE de Cuba.

Abstract: The published works on the Geology of Cuba and, especially, the images from
the seismic lines and the hundreds of wells carried out for the exploration of hydrocarbons,
provide the opportunity to describe a geological, sedimentary and structural approach
to the complex front of the NNE of Cuba. It said approximation because its undoubted
complexity does not allow to finalize its organization that derives from: 1) Not being able
to verify the paleogeographic ordering prior to the deformation that affected sedimentary
series of the autochthonous and parautochthonous and the olistostromes, early and late,
that slipped into the basin and, later, were incorporated to the deformation. 2) The ridings,
retro-rides and low-angle extensional faults that produced both a complex succession
of hanging wall anticline structures and false thrust rides that, when incorporated into
the tectonic prism, dip to the SSE. All this leads to a difficult interpretation that can be
synthesized as: creation in the Campanian-Maastrichtian of a first slope of high dip and a
first olistostrome, contractive paroxysm and massive olistostromes in the Paleocene, folding
with verticalization and superposition of Mesozoic-Cenozoic units and new slides from then
to the present.

Keywords: Seismic profiles, tectonic and sedimentary front, olistostromas, NNE Cuba Island

Martínez del Olmo, W., 2023. Aproximación a la geología orogénica del NNE de Cuba
occidental. Revista de la Sociedad Geológica de España, 36 (2): 94-101.

Revista de la Sociedad Geológica de España, 36(2), 2023


Wenceslao Martínez del Olmo 95

Introducción auténticos segmentos paleogeográficos previos a la defor-


mación. Ello implica que la estimación de las flechas que
A lo largo de los años he tenido la oportunidad de tra- alcanzan los acortamientos tectónicos y la magnitud y lo-
bajar en segmentos estructurales complejos, que ofrecen calización de las teóricas, pero presentes, rampas laterales,
procesos sedimentarios y estructurales, olistostromas y sea una gran conjetura, por lo que no será tratado en este
cabalgamientos, que serían comparables a los interpretados trabajo.
en este trabajo, que desde la isla de Cuba da paso al mar A modo de resumen, la complejidad de este frente de-
Caribe. Conviene anticipar que ninguno ofrece tal comple- riva de:
jidad geológica, complejidad que fue objeto de una pre- - Un dilatado tiempo (Campaniense-Eoceno Medio-Su-
sentación oral en la Convención Cubana de Ciencias de la perior) de actividad orogénica compresiva al que sucede un
Tierra, realizada en La Habana en abril 2005. Teniendo en proceso, llamado neoplatafórmico, de formación de cuen-
cuenta que el trabajo se presentó hace 18 años, es entend- cas sedimentarias.
ible que otras investigaciones se hayan realizado desde en- - Una elevada pendiente de los sucesivos taludes que
tonces, produciéndose publicaciones más actualizadas so- promovieron el deslizamiento de fragmentos poco o nada
bre el tema, pero que no implican cambios sustanciales en organizados del Mesozoico, junto a otros de tipo olistos-
lo que se pretende trasmitir en esta aproximación. Además, trómico.
puede permitir correlaciones y comparaciones con frentes - La incorporación al prisma tectónico y consiguiente
tectónicos de otras zonas de España, que pueden haber verticalización, en continuo, de unidades tectónicas y olis-
tenido una evolución geológica semejante. tostromas.
Este trabajo trataba de mostrar una visión de la estruc- - Las fallas extensivas rotadas que aparentan “falsos ca-
turación y sedimentación del complejo frente del NNE de balgamientos”, que en ocasiones buzan al SSE, contrarios
la Isla, porque su proximidad al mar Caribe y el embargo a la contracción y estructuración dominantes.
de información, promovido por EEUU, hacía difícil que - La superposición en vertical y la progradación de las
la comunidad geológica cubana accediese a información masas deslizadas, cuyos límites resultan difíciles de segre-
que podría ayudar en la prospección de hidrocarburos de gar en las líneas sísmicas.
sus aguas territoriales. En estas aguas se habían deposit- - La ausencia de una contrastada distribución paleogeo-
ado grandes esperanzas por considerar, equivocadamente, gráfica de los diferentes Terrenos, que las citas bibliográfi-
que gran parte de ellas eran una extensión del productivo cas clásicas describen, lo que motiva que la interpretación
y próximo Golfo de México. Así que, ayudar a la comu- estructural, sea sólo una aproximación.
nidad cubana, constituyó el objeto primordial de aquella - Que la interpretación esté basada en las imágenes sís-
presentación. micas y algunos de los cientos de sondeos que buscaban
El primer problema del cinturón orogénico radica en hidrocarburos y que fueron perforados merced a la colabo-
que no existe un consenso en la ordenación paleogeográfi- ración provista por la URSS.
ca de las publicaciones clásicas que tratan de hacerlo y al - Finalmente, que los afloramientos en el segmento
expresarlo a modo de Terrenos (Furrazola-Bermúdez et al., emergido (isla de Cuba) sean discontinuos, aislados y cu-
1964; Bresznyánszky et al., 1978; Iturralde-Vinent, 1981 y biertos por un suelo con vegetación exuberante, no favo-
1994; Cobiella, 1983; Ball et al., 1985; Hatten et al., 1988), rece ni sirven de modelo tanto sedimentario como estruc-
cabe la duda de si estos Terrenos son coincidentes o no, con tural. A pesar de ello, las fases y procesos que motivaron

Fig. 1.- Situación del área de estudio y dos modelos de ordenación paleogeográfica de los Terrenos existentes desde la plataforma a las
aguas profundas (tomado de Furrazola-Bermúdez et al., 1964; Hatten et al., 1988).

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96 APROXIMACIÓN A LA GEOLOGÍA DEL NNE DE CUBA

la complejidad de este cinturón tecto-sedimentario, pueden los cientos de sondeos que buscaban petróleo y gas, per-
ordenarse en: forados antes, durante y bajo la colaboración de la URSS,
1. Creación en el Campaniense-Maastrichtiense de un se pueden llegar a aproximar los procesos sedimentarios y
primer talud de alta pendiente y deslizamiento de un tectónicos ocurridos. Estos procesos se pueden sintetizar
primer olistostroma. en:
2. Paroxismo compresivo y olistostromas sucesivos y 1. Existencia de un talud de alta pendiente, que fue
masivos, que se superponen y/o progradan por talu- activo mediante tectónica contractiva y gravitatoria
des y cuenca. durante largo tiempo (Cretácico Superior-Eoceno
3. Verticalización de unidades, plegamiento, y nuevas Superior), hasta que la tectónica contractiva culmi-
masas deslizadas, de diverso tipo, entre el Eoceno nó de forma general al final del Eoceno Medio.
Inferior y el Holoceno. 2. Deslizamiento de olistostromas masivos o multiepi-
A diferencia de Cuba, los frentes tectónicos de la pe- sódicos que se intercalan con series sedimentarias
nínsula ibérica no plantean los problemas de ordenación del autóctono y del parautóctono y que, más tarde,
paleogeográfica, a modo de Terrenos, previo a la defor- son incorporados al sistema contractivo.
mación estructural, lo que los hace más accesibles a su 3. Numerosas repeticiones tectónicas en los Terrenos,
interpretación final. Por el contrario, en Cuba, dada la, a no segmentos paleogeográfícos (Zaza, Esperanza,
veces notable, convergencia de facies sedimentarias (talud Órganos, Rosario, Placetas, etc.) y de unos sobre
y cuenca) y la elevada deformación estructural final, así otros, que acabaron por adoptar una estructuración
como la dificultad de los afloramientos, generalmente ais- de alta pendiente.
lados y cubiertos de una densa vegetación, la interpretación 4. Cabalgamientos y retro-cabalgamientos, tanto pre-
no es fácil por falta de consenso, pero se pueden encontrar coces como tardíos, en los segmentos externo e in-
numerosas publicaciones que tratan de aproximar la orga- terno del frente tectónico.
nización pre-tectónica que se utilizó para la presentación 5. Olistostromas precoces que llegan a alcanzar a la
citada inicialmente (Fig. 1). plataforma de La Florida.
6. Antiformas, de origen tectónico desconocido y de
Material y métodos escaso relieve en las sucesiones profundas del Jurá-
sico y Cretácico.
Los perfiles sísmicos que sustentan la interpretación 7. Deslizamientos precoces y tardíos cortados por fa-
presentada en este trabajo provienen en su totalidad de los llas extensionales.
adquiridos por Repsol Exploración con objeto de investi- 8. Apilamiento de viejas unidades deslizadas.
gar las posibilidades petrolíferas del offshore del NNE de 9. Fallas extensivas de bajo ángulo que alcanzan el
la Isla de Cuba occidental. Las líneas sísmicas fueron ad- fondo marino actual y llegan a producir altos y blo-
quiridas con una elevada cobertura (± 90 %), por lo que ques paralelos, que en función de que involucren al
consiguieron una buena definición regional y local de la Mesozoico conforman o no objetivos exploratorios.
deformación tectónica y del registro sedimentario corre- 10. Deslizamientos muy actuales, de reducido espesor.
lacionado. A pesar de ello, conviene añadir que dada la Aunque los diez procesos enumerados, se utilizarán
longitud de estas líneas y la difícil, a veces imposible, para ordenar las figuras y apartados siguientes, conviene
restitución en profundidad, especialmente cuando registra- señalar que, a excepción de los correspondientes a los nú-
ron masas olistostrómicas cuyas velocidades sísmicas de meros 1, 9 y 10, los demás no pretenden indicar una orde-
tránsito son desconocidas y posiblemente muy variadas, nación temporal, porque dada la complejidad de este fren-
las figuras que las ejemplifican en este trabajo no inclu- te, es muy difícil establecerla. Finalmente, hay que indicar
yen escalas horizontal y vertical en profundidad. Por tanto, que no se separan los olistostromas s.s., flujos en masa y
en muchas ocasiones tan solo se presenta una localización demás procesos gravitatorios, porque la resolución de las
regional, localización que proporciona una aproximación imágenes sísmicas no permiten hacerlo con suficiente fia-
sobre la longitud real de las mismas, ya que permite com- bilidad.
pararlas con los 60-80 km de extensión o anchura media de A pesar de las incertidumbres, una posible evolución
la Isla de Cuba. Además, es necesario indicar que, debido tectónico-sedimentaria, podría establecerse en: un primer
a que una sobrecarga de tensión destruyó gran parte de los talud en Rosario, Órganos y Zaza, un primer olistostroma
archivos, el espaciado entre los puntos de tiro y el número en Vía Blanca-Bacunayagua, paroxismo contractivo en
de ellos que podría resolver los problemas de escala, tal Camajuani, deslizamientos masivos en Vega Alta-Sagua,
y como han sugerido los revisores de este trabajo, no ha verticalización y plegamiento de Terrenos y Olistostromas
podido ser satisfactoriamente resuelto, lo que no impide en Colorados y superposiciones anormales producidas por
indicar que los perfiles sísmicos incluidos en las figuras pseudo cabalgamientos producidos por fallas extensiona-
tienen una longitud media aproximada de 100-130 km. les, y finalmente, verticalización por continuidad del sis-
tema contractivo que llega a producir que estos “falsos
Sedimentación y tectónica en el frente NNE de Cuba cabalgamientos” bucen al SE. Todo ello conduce a la di-
ferenciación de un, llamémosle, frente interno, en extremo
Como se ha indicado anteriormente, el cinturón geo- complejo y otro externo con geometría más aproximada a
lógico del NNE de Cuba es tan complejo que tan solo con la clásica de un cinturón o frente compresivo.

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Wenceslao Martínez del Olmo 97

Talud de alta pendiente torio que pueden distinguirse dos tipos de deslizamientos:
masivos o de elevado espesor, dentro de los cuales es difí-
Es evidente que el original o primer talud no ha po- cil segregar los posibles o probables episodios de desliza-
dido ser registrado por ninguna línea sísmica, pero puede miento, y otros en los que esta segregación es factible (Fig.
ser deducido por los procesos que su existencia y actividad 3A) cuando se atiende a los relieves de su techo.
indujeron (Fig. 2), desde el Paleoceno-Eoceno Inferior en
los diferentes dominios paleogeográficos (Pindell, 1994; Repeticiones tectónicas intra-terrenos (Zaza, Esperanza,
Iturralde-Vinent, 1998). Órganos, Rosario, Placetas)

Deslizamiento de olistostromas masivos o multi-episódicos Como en el caso anterior, Iturralde-Vinent (1981, 1998)
muestra cómo tanto los Terrenos diferenciados como los
Son muchas las líneas sísmicas que muestran como los olistostromas que se asignan a los diferentes Terrenos, fue-
deslizamientos tipo olistostroma se intercalan con series ron repetidos por la contracción tectónica que afectó al cin-
sedimentarias del autóctono y del parautóctono, y es no- turón que se describe (Fig. 3B). Nótese que la información

Fig. 2.- Esquema de los deslizamientos hacia los diferentes sectores paleogeográficos desde un posible primer talud de alta pendiente
(modificado de Iturralde-Vinent, 1998).

Fig. 3.- A) Deslizamiento aparentemente masivo que, desde los diferentes relieves de su techo, puede ser segregado en un mínimo de
cuatro-cinco. B) Columnas donde se muestran las numerosas repeticiones que desde los sondeos y el conocimiento de las litofacies y
biofacies han sido reconocidas (tomado de Iturralde-Vinent, 1998).

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98 APROXIMACIÓN A LA GEOLOGÍA DEL NNE DE CUBA

proviene de sondeos de investigación petrolífera, porque chos deslizamientos olistostrómicos, son realmente pocos
solo ellos, y no los afloramientos de la Isla de Cuba, permi- aquellos que pueden ser calificados de precoces, y ya sean
ten constatar estas repeticiones. masivos o delgados, puede interpretarse que su desliza-
miento, muy próximo al techo del Paleoceno, alcanzó hasta
Cabalgamientos y retro-cabalgamientos tardíos en los la proximidad de la plataforma continental de La Florida
segmentos externo e interno del frente tectónico (Fig. 5). Esta circunstancia quizás indica que las primeras
o primitivas fases contractivas fueron las de mayor inten-
Es importante notar que la frecuencia de ambos no es la sidad y, por consiguiente, mayor fue el desplazamiento de
misma, pues es indudable que son mucho más frecuentes los olistostromas que indujeron.
las imágenes de líneas sísmicas que acreditan los cabalga-
mientos hacia el NNE en ambos segmentos estructurales, Antiformas en el autóctono
ante todo, cuando se habla de tardíos; ya que son pocos los
cabalgamientos de vergencia SSO que alcanzan la proxi- Aunque haya problemas para convertir la escala ver-
midad del fondo marino profundo (Fig. 4). tical en tiempo de las imágenes sísmicas a esquemas en
profundidad, por el simple motivo de desconocer las ve-
Olistostromas precoces que llegan a alcanzar a la locidades de intervalo, especialmente de los espesos olis-
plataforma de La Florida tostromas, algunas líneas sísmicas muestran la presencia
de antiformas en el autóctono Cretácico-Jurásico (Fig. 6)
Aunque las líneas sísmicas permitan diferenciar mu- que, en ocasiones, parecen motivadas por fallas inversas

Fig. 4.- Líneas sísmicas con imágenes de cabalgamientos y retro-cabalgamientos.

Fig. 5.- Línea sísmica mostrando un olistostroma multifásico que se desplazó hasta la plataforma de la Florida en un tiempo próximo
al techo del Paleoceno.

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Wenceslao Martínez del Olmo 99

Fig. 6.- Línea sísmica que muestra una probable antiforma en el autóctono Cretácico y posible techo del Jurásico.

de escasa continuidad y magnitud, y que podrían prove- de a esa edad, pero dado el paroxismo del Paleoceno, du-
nir de una fase tectónica no descrita pero, posiblemente, rante este periodo de tiempo se registra no solo una mayor
muy anterior a la que superpuso y verticalizó los Terrenos frecuencia de ellas, sino el apilamiento o superposición de
diferenciados. Cómo esta fase, en el caso de existir, no in- muchas. Este apilamiento, que a veces puede interpretarse
trodujo grandes transformaciones en la evolución tectónica que registra una sensible desaceleración, es el que proba-
y sedimentaria del frente que se trata de describir, no se blemente ocasiona el esquema tipo retrogradación que se
insiste en su importancia para la estructuración final. observa en la Figura 8A.

Fallas extensionales y antiformas Fracturación extensional de bajo y medio ángulo

Las fallas extensionales que cortan los olistostromas A lo largo del frente tectónico aparece un sistema
precoces o tardíos son poco frecuentes, pero vienen a com- de fallamiento extensivo que está muy irregularmente
plicar la interpretación tectosedimentaria de este frente por distribuido, pues se pasa de sectores donde es muy vi-
dos motivos: a) porque no dejan de indicar que dicho frente sible a otros donde prácticamente no existe. El sistema
sigue en extensión, y b) porque producen antiformas en contiene tanto fallas que distribuyen teóricos prospectos
las que es difícil determinar si su origen es contractivo o exploratorios en el Cretácico, como inusualmente fallas
extensivo, y si contienen un potencial exploratorio, fácil de que alcanzan el actual fondo marino, lo que motiva que
investigar por nuevos sondeos (Fig. 7). el episodio sea considerado de una fase de deformación
muy tardía, que se considera exenta de interés explo-
Apilamiento de antiguas unidades deslizadas ratorio. Por el contrario, el sistema puede proporcionar
prospectos exploratorios de interés, si permite visualizar
Las masas deslizadas tipo olistostroma deslizaron des- y cartografiar cierres estructurales en el Jurásico profun-
de el Cretácico Superior, ya que el primer talud correspon- do (Fig. 8B).

Fig. 7.- Fragmentos de líneas sísmicas mostrando la actual extensión tectónica del frente.

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100 APROXIMACIÓN A LA GEOLOGÍA DEL NNE DE CUBA

Deslizamientos de espesor reducido actuales - Mediante las imágenes proporcionadas por las líneas
sísmicas, se pueden diferenciar cabalgamientos y retro-ca-
Por último, para insistir en que una de las caracterís- balgamientos en los segmentos externo e interno de este
ticas más notables de este frente del NNE de Cuba es la frente del NNE de Cuba. Sin embargo, se puede dudar de
continuidad en el tiempo de muchos de los procesos pre- la calificación de tardíos por el hecho de que la traza de los
viamente descritos, se añade la Figura 8C, que muestra un retro-cabalgamientos alcance sedimentos muy posteriores
delgado y actual deslizamiento. al Eoceno, ya que puede deberse a un ligero reajuste tardío
de fallas previas (Fig. 4).
Discusión - Los mapas de posición y las líneas sísmicas no permi-
ten albergar dudas de que algunos olistostromas precoces
Son muchas las incertidumbres que debido a la comple- llegaron a deslizar hasta la proximidad de la plataforma de
jidad del frente tectónico del NNE de Cuba, han sido tras- La Florida (Fig. 5).
ladadas al texto y las figuras precedentes. De todas ellas, la - La presencia de antiformas en el autóctono profun-
diferenciación y ordenación paleogeográfica de los Terre- do no es siempre conceptualmente aceptable, pues de la
nos, quedaría fuera de nuestro alcance y conocimientos, sin Figura. 6, que recoge una de ellas, puede dudarse por la
embargo, se pueden discutir los siguientes aspectos: dificultad de restituirla en profundidad cuando la antiforma
- La exacta o aproximada localización de un primer es observada próxima a un olistostroma de gran espesor,
talud de alta pendiente, porque tal y como se ha indica- ya que si éste es de baja velocidad puede generar un posi-
do, éste ha sido modificado y destruido por la continuidad ble efecto de falso levantamiento (pull-up). La Figura 7B,
contractiva, y es así como habría que imaginarlo por los que recoge otra de estas antiformas, no llega a despejar las
olistostromas que produjo en los diferentes dominios pa- dudas de si se debe a un cabalgamiento o a una falla exten-
leogeográficos (Fig. 2) durante el Paleoceno-Eoceno Infe- sional, dilema frecuente que no puede ser tratado con toda
rior, descritos por Iturralde-Vinent (1981, 1994). la atención que merece por la ausencia de datos fiables.
- Las líneas sísmicas analizadas no permiten albergar - Muchas líneas sísmicas muestran la superposición, el
dudas de la existencia de deslizamientos tipo olistostroma, apilamiento y, quizás, la progradación hacia el NNE de los
de aspecto masivo o con posibilidades de diferenciar más olistostromas, pero debido a la dificultad de segregar dife-
de un episodio, hecho que además es confirmado por las rentes deslizamientos en el seno de las masas deslizadas,
series estratigráficas cortadas por los sondeos (Fig. 3A). el proceso es confuso, como en el caso de la Figura 8A,
- A partir de los sondeos, se pueden constatar las en el que diferenciar el deslizamiento basal es, sin duda,
múltiples repeticiones tectónicas que afectan a Terrenos problemático o atrevido.
y Olistostromas, y que son consecuencia de la activa e - El sistema de fallas extensionales de bajo y medio
incesante tectónica contractiva (Fig. 3B). ángulo (Fig. 8B) compartimenta al Cretácico, pero ni su

Fig. 8.- A) Imagen sísmica que muestra el apilamiento de masas caóticas tipo olistostroma que son especialmente frecuentes en el
Paleoceno-Eoceno Inferior. B) Sistema de fallas de bajo y medio ángulo que, por afectar al fondo marino actual, es considerado de fase
tardía. C) Deslizamiento actual, de delgado espesor que no parece cortado por las fallas precedentes.

Revista de la Sociedad Geológica de España, 36 (2), 2023


Wenceslao Martínez del Olmo 101

Fig. 9.- Las cinco fases principales de la deformación.

tes de agencias del sector público, sector comercial o enti-


edad, ni si es epidérmico (sólo Cretácico) o deriva de una dades sin ánimo de lucro.
extensión que afectó al Jurásico, está comprobado. Para
constatarlo se necesitaría una malla sísmica más densa y Referencias
una mejor definición de los horizontes profundos.
- No hay por qué dudar que el frente tectónico sigue Ball, M.M., Martin, R.C., Bock, W.D., Sylwester, R.E., Bowles,
activo, pues en las líneas sísmicas se pueden observar con M., Taylor, D., Coward, E.L., Dodd, J.E., Gilbert, L., 1985.
nitidez deslizamientos sobre el actual fondo marino (Fig. Seismic structures and stratigraphy of the northern edge of
8C), aunque dada la delgadez de los mismos, si se compara the Bahamas-Cuban collision zone. American Association of
con muchos de los precedentes, cabe preguntarse si se asis- Petroleum Geology Bulletin, 69(8): 1275-1342.
te a una desaceleración de su actividad. Bresznyánszky, K., Iturralde-Vinent, M., 1978. Paleogeografía
del Paleógeno de Cuba oriental. Geologie en Mijnbow, 57(2):
123-133.
Conclusiones
Cobiella, J., 1983. Propuesta de una nueva unidad litoestratigráfica
en el Eoceno de Cuba oriental. Revista Geología y Minería,
Según lo descrito en los apartados precedentes, el cin- 2: 29-56.
turón orogénico del NNE de Cuba es producto de una larga Furrazola-Bermúdez, G., Judoley, C., Mijailovskaya, M.,
evolución tectónica y sedimentaria (Fig. 9). De forma muy Miroliuvov, Y., Novojatsky, I., Núñez-Jiménez, A., Solsona,
sintética, la historia geológica de esta zona se podría aproxi- J.B., 1964. Geología de Cuba. Editorial Universitaria, La
mar a: 1) un primer talud en el Cretácico Superior conforma- Habana. 239 pp.
do por los Terrenos de Rosario, Órganos y Zaza, 2) un primer Hatten, C.W., Somin, M.L., Millán, G., Renne, P., Kistler R.V.,
Olistostroma (Vía Blanca-Bacunayagua), 3) un paroxismo Mattinson, J.M., 1988. Tectonostratigraphic units of Central
Cuba. Memorias XI Conferencia Geológica del Caribe,
contractivo en el Paleoceno y olistostromas masivos (Vega
Barbados: 1-13.
Alta-Sagua), y 4) una verticalización y plegamiento de Terre- Iturralde-Vinent, M.A., 1981. Nuevo modelo interpretativo de
nos y olistostromas, y nuevos deslizamientos desde el talud. la evolución geológica de Cuba. Revista de Ciencias de la
Tierra y del Espacio, 3: 51-89.
Agradecimientos y financiación Iturralde-Vinent, M.A., 1994. Cuban Geology: A new plate tectonic
synthesis. Journal of Petroleum Geology, 17(1): 39-70.
A la editora Nieves López-González por su ayuda y ob- Iturralde-Vinent, M.A., 1998. Sinopsis de la constitución
servaciones al primer texto enviado. A los compañeros de geológica de Cuba. Acta Geológica Hispánica, 33(1-4): 9-56.
Repsol Exploración Cristina Solla, Sofia Soriano, Susana Pindell, J.L., 1994. Evolution of the Gulf of Mexico and the
Caribbean. In: Donovan, S.K., and Jackson, T.A. (Eds.).
Torrescusa, Carlos Riaza y Pujianto Lukito, porque ellos
Caribbean geology: An introduction. University of the West
me proporcionaron el acceso a las líneas sísmicas que sus- Indies Publishers’ Association, Kingston, pp. 13-39.
tentan este trabajo. También me gustaría agradecer a En-
rique A. Castellanos Abella y un revisor anónimo, por las MANUSCRITO RECIBIDO: 06-06-2023
mejoras que sugirieron en el texto y las figuras. La presente REVISIÓN RECIBIDA: 04-10-2023
investigación no ha recibido ayudas específicas provenien- ACEPTACIÓN DEL MANUSCRITO REVISADO: 06-11-2023

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ISSN (versión impresa): 0214-2708 https://doi.org/10.55407/rsge.101061
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ESPELEOGÉNESIS EN PLATAFORMAS
ARRECIFALES MIOCENAS. EL KARST DE BOCA DE
JARUCO (MAYABEQUE-CUBA)
Speleogenesis in Miocene reef platforms. The Boca de Jaruco karst (Mayabeque-Cuba)

Antonio González-Ramón1, Vladimir Otero-Collazo2✝, Leslie Molerio-León3, Marian Alonso-Martínez4 y Oriol


Chávez-Bonora5

1
Instituto Geológico y Minero de España-Consejo Superior de Investigaciones Científicas, Urb. Alcázar del Genil, 4
Edf. Zulema bajo, 18006, Granada, España. antonio.gonzalez @igme.es. Asociación Espeleológica Velezana, Vélez
Rubio, Almería-España.
2
Grupo Ciro Berrios, Sociedad Espeleológica de Cuba. La Habana, Cuba
3
Inversiones Gamma, S.A. Apartado 6246, CP 10600, Habana 6, La Habana, Cuba. especialistaprincipal@gmail.com
4
Sociedad de Ciencias Espeleológicas Alfonso Antxia. Bilbao-Bizkaia, España. alonso.mariam@gmail.com
5
Grupo Martel, Sociedad Espeleológica de Cuba. La Habana, Cuba

Resumen: El karst de Boca de Jaruco tiene una superficie de tan solo 3 km2 donde se conocen
18 cavidades. Se trata de una plataforma costera formada por carbonatos arrecifales en
los que se diferencian tres formaciones de edad Mioceno inferior - Pleistoceno. En 6 de las
cuevas se dispone de una topografía de detalle que incluye modelos digitales 3D. En la de
mayor extensión, denominada Cinco Cuevas, se han estudiado los rellenos sedimentarios
existentes, los rellenos por colapsos, espeleotemas y las morfologías de condensación-
corrosión que se observan en sus paredes. Además, se tomaron muestras de agua de goteo
y de aguas freáticas en las tres cavidades que alcanzan este nivel y en otras partes del
acuífero. También se instalaron sensores de presión, temperatura y conductividad eléctrica
en estas zonas inundadas para estudiar el grado de conexión de las cuevas con el mar.
Los resultados demostraron la influencia de las mareas y la presencia de mezclas de
aguas de diferente salinidad en el agua almacenada en el acuífero. Se propone un modelo
espeleogenético que se iniciaría en el Plioceno o Pleistoceno inferior influenciado por
movimientos tectónicos y eustáticos donde las mezclas de agua salada-dulce habrían
jugado un papel fundamental.

Palabras clave: Cavidades kársticas, disolución-corrosión, influencias de mareas, mezclas


de aguas, plataformas costeras, rellenos en cuevas.

Abstract: Between 2019 and 2020, several work campaigns were carried out in the Boca
de Jaruco karst, which resulted in new advances in the knowledge of the genesis of these
cavities. The Boca de Jaruco karst has a surface area of only 3 km2 where 18 cavities
of speleological interest are known. It is a coastal platform formed by reef carbonates in
which three formations of ages ranging from the Lower Miocene to the Pleistocene can
be distinguished. The area studied extends along the right bank of the Jaruco River to its
mouth. In six of the caves, a detailed topography including 3D digital models is available.
In the largest cave, known as Cinco Cuevas, we studied the existing sedimentary fills,
collapse fills, speleothems and the morphologies of condensation-corrosion observed on
its walls. In addition, drip water and groundwater samples were taken in the three cavities
that reach the water table and in other parts of the aquifer. Pressure, temperature and

Revista de la Sociedad Geológica de España, 36(2), 2023


Antonio González-Ramón, Vladimir Otero-Collazo, Leslie Molerio-León, Marian Alonso-Martínez y Oriol Chávez-Bonora 103

electrical conductivity sensors were also installed in these flooded areas to study the
degree of connection of the caves with the sea. The results showed the influence of tides
and the presence of water mixtures of different salinity in the water stored in the aquifer.
A speleogenetic model is proposed that would begin in the Pliocene or Lower Pleistocene
influenced by tectonic and eustatic movements where salt-fresh water mixtures would have
played a fundamental role.

Keywords: Karst caves, dissolution-corrosion, tidal influences, water mixing, coastal


platforms, cave fills.

González-Ramón, A., Otero-Collazo, V., Molerio-León, L., Alonso-Martínez, M., Chávez-


Bonora, O., 2023. Espeleogénesis en plataformas arrecifales miocenas. El karst de Boca de
Jaruco (Mayabeque-Cuba). Revista de la Sociedad Geológica de España, 36 (2): 102-115.

Introducción recorridos subterráneos. Pero en Cuba existen también


cuevas que no responden a estos condicionantes, donde
Uno de los rasgos que caracterizan a la Isla de Cuba las morfologías de los conductos kársticos, sus patrones
es el extraordinario karst tropical desarrollado sobre los de distribución espacial, su desconexión con cauces su-
carbonatos que salpican buena parte de su geografía. La perficiales y la inexistencia de marcas de corrientes y re-
existencia de abundantes precipitaciones (1375 mm de llenos sedimentarios de origen fluvial, pueden deducirse
media según Molerio-León, 1992), una notable exten- procesos espeleogenéticos no relacionados con aguas de
sión de afloramientos de carbonatos (66% del territorio) infiltración rápida que penetran desde la superficie del
y una temperatura media anual elevada (24°C) (Magaz, terreno.
2017) aportan las condiciones ideales para que hayan En la costa norte de la isla, entre La Habana y Ma-
podido formarse grandes cavidades de dimensiones kilo- tanzas, se localizan varias llanuras costeras formadas en
métricas y una belleza inigualable. La mayoría de estas plataformas de calizas arrecifales (Fig. 1A) donde existen
cavidades presentan los rasgos característicos de cue- numerosas cuevas con rasgos característicos (cavidades
vas epigénicas tropicales, muchas de ellas esculpidas en kársticas litorales, incluyendo tipologías flank margin, cue-
mogotes, con sumideros por donde penetran los cauces vas de abrasión marina, surgencias costeras en cavidades,
de los ríos, para surgir con mayores caudales tras largos cuevas mixtas epigénicas-hipogénicas) (Molerio León,
2013; De Waele et al., 2018).
Boca de Jaruco es una de estas zonas (Fig. 1B), donde
distintas generaciones de espeleólogos cubanos han ido lo-
calizando, explorando y documentando un buen número de
cavidades en las que se observan morfologías de corrosión
y rellenos de sedimentos y espeleotemas que no se corres-
ponden con las típicas cavidades desarrolladas en el karst
tropical. Actualmente se conocen 18 cavidades, concentra-
das en una superficie de tan solo 3 km2 (Otero-Collazo y
Zaldivar-Chateloin, 1986). Los procesos espeleogéneticos
no están del todo definidos y los trabajos científicos publi-
cados que aborden la génesis de estas cavidades son hasta
ahora escasos (Acevedo-González, 1967; Otero-Collazo et
al., 2021; Magaz, 2021).
Las campañas cubano-españolas realizadas en los años
2019 y 2020 han tenido como objetivo principal estudiar
las morfologías y los rellenos sedimentarios que se obser-
van en las cuevas de Boca de Jaruco, proponer los posibles
mecanismos que dieron lugar a este conjunto de cavidades
y estudiar su evolución en el tiempo.

Localización geográfica y geológica

Las cuevas estudiadas se encuentran entre el estua-


rio del río Jaruco (Boca de Jaruco) y la ensenada de
Fig. 1.- A) Imagen 3D generada por Google Earth de la línea de los Roncos. La zona está compuesta esencialmente por
costas donde se localiza la zona estudiada. B) Localización del calizas arrecifales masivas del Mioceno medio (For-
área de estudio. mación Güines) que buzan ligeramente hacia el norte

Revista de la Sociedad Geológica de España, 36 (2), 2023


104 ESPELEOGÉNESIS EN PLATAFORMAS ARRECIFALES MIOCENAS

(Acevedo-González, 1967; De Albear e Iturralde, 1978) cloz, 1963; Iturralde-Vinent, 1985). En la zona se recono-
y tienen un espesor de 50-60 m y por calizas arenosas cen bien tres superficies de erosión principales por encima
algo margosas de la Formación Cojimar de edad Mio- del nivel del mar (S1, S2 y S3 en Fig. 3B) aunque sub-
ceno inferior y medio. Sobre la primera, y recubrién- divididas en otras menores. Magaz (2021) diferencia seis
dola parcialmente, se encuentra otra formación arrecifal terrazas que se desarrollan hasta la cota 55 m (Fig. 3A); a
del Plioceno – Pleistoceno inferior y de escaso espesor las dos terrazas más elevadas (5 y 6) les asigna una edad
(Formación Vedado). Además, existe otra formación Plioceno superior-Pleistoceno inferior; a la 4 Pleistoceno
del Pleistoceno superior (Chappell, 2002; Muhs, 2017), inferior y medio; la 2 y 3 al Pleistoceno medio y la 1 al
también arrecifal, que aparece ligada a la línea de costas Pleistoceno superior.
y que se superpone a todas las anteriores (Formación El exokarst se caracteriza por la presencia de un denso
Jaimanitas). Finalmente, el sustrato general está forma- lapiaz en “diente de perro”, generado bajo cobertura edáfi-
do por los materiales flyschoides del Cretácico superior ca (biokarst pits según la clasificación de Lundberg, 2013),
de la Formación Vía Blanca (De Albear e Iturralde-Vi- aunque actualmente expuesto en muchas zonas, lo que di-
nent, 1978) (Figs. 2 y 16B). ficulta enormemente caminar por su superficie. Otro rasgo
El elemento geomorfológico que define la zona son las característico son las dolinas de hundimiento que se reco-
Llanuras Costeras, cuya anchura varía entre 1 y 3 km (Du- nocen fácilmente por ser los puntos donde se concentra el
arbolado de mayor porte. Las bocas de la mayoría de las
cavidades se abren precisamente en estas dolinas (Magaz,
2017) (Fig. 3B).

Metodología

Muestreos de aguas

Entre el 28 de febrero y el 4 de marzo de 2020 se tomó


una muestra de agua en un manantial localizado junto a la
población de Boca de Jaruco, cerca del cauce del río en
su margen izquierda; otra en un sondeo particular situado
en la misma población y utilizado para uso doméstico y
cuatro más se recolectaron en las únicas cavidades donde
se alcanza el nivel saturado del acuífero de Boca de Jaruco,
una en la Cueva de El Aura, otra en la Cueva de El Cable y
dos en Cinco Cuevas. En esta última cavidad se tomó una
muestra en la galería más profunda sifonada que corta el
Fig. 2.- Mapa geológico del karst de Boca de Jaruco. La línea nivel freático y otra en una galería semi-inundada antes de
negra corresponde a la traza del corte de la Fig. 16. alcanzar esta, que se interpreta que aparece semicolgada y

Fig. 3.- A) Terrazas formadas por abrasión marina diferenciadas por Magaz (2021). B) Relación entre dolinas, cuevas y superficies de
erosión (S1, S2 and S3). (1) Cinco Cuevas, (2) Cueva de La H, (3) Don Martín, (4) Las Muelas, (5) El Aura, (6) El Vaho, (7) El Cable.

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Antonio González-Ramón, Vladimir Otero-Collazo, Leslie Molerio-León, Marian Alonso-Martínez y Oriol Chávez-Bonora 105

en frigorífico hasta su envío a laboratorio. En todas ellas,


excepto en las de goteo, se midieron in situ la Conductivi-
dad Eléctrica (CE), el pH y la temperatura (Tª) mediante
un medidor portátil (WTW® 340i) para la CE y (WTW®
315i) para el pH (Fig., 4C). La precisión fue de ± 0,5%
para la CE y de ± 0,03 para el pH.
Las determinaciones analíticas de las muestras de agua
(Tabla 1) se realizaron en el Centro de Hidrogeología de la
Universidad de Málaga. Los elementos mayoritarios (Na+,
K+, Ca+2, Mg+2, Cl−, F-, Br-, HCO3-2, NO3-, NO2-, PO4-3 y
SO4−2) fueron medidos por un cromatógrafo iónico de alta
presión (HPIC; METROHM® Compact 881 IC Pro) con
una precisión de ±2%. El δ18O y δ2H en el agua fue medi-
do utilizando espectrómetros láser de anillo descendente
de dos cavidades PICARRO™ CRDS L2120-i para δ18O y
Fig. 4.- A) Toma de muestras de agua de goteo de estalactitas
en el Salón Bonito (Cinco Cuevas). B) Labores de topografía en
δ2H referidos al estándar internacional V-SMOW (https://
la cueva de la H. C) Medidas de CE y Tª del agua en la zona www.picarro.com/sites/default/files/L2120-i%20Datas-
saturada de la cueva del Aura. heet.pdf). La precisión de las mediciones isotópicas fue de
±0,1‰ para δ18O y ± 1‰ para δ2H.
alimentada durante las crecidas del nivel y por el agua de
escorrentía que penetra hacia la base de la cueva. En Cinco Cartografía de las cavidades
Cuevas se tomaron, además, dos muestras procedentes del
goteo de estalactitas en el Salón Bonito (Figs. 4A y 8) y una Durante las diferentes campañas de trabajo en la zona
tercera muestra en el mismo sitio varios meses más tarde, se han realizado levantamientos cartográficos de precisión
en diciembre de 2020. Se tomaron dos muestras en cada en seis de las cuevas más importantes, que han inclui-
punto en botellas de polietileno de 150 ml de doble tapón, do un modelo tridimensional en cada una de ellas (Fig.
una para componentes químicos y otra para isótopos esta- 4B). Las topografías se han realizado con un medidor de
bles de oxígeno e hidrógeno. Las muestras se guardaron Leica Disto X310 modificado, que permite medir en un

Tabla 1. Valores físico-químicos e isotópicos obtenidos en los muestreos de Boca de Jaruco.


Fig. 5.- A) Diagrama de Piper y B) de Shochoeller Berkaloff de las muestras analizadas. La flecha morada indica en grado de mezcla
con agua marina.

δ18O δ2H
ID Nombre Fecha CE (µS/cm) Tª (ºC) pH HCO3- Cl- Br- NO32- PO43- SO4-2 Na+ K+ Mg2+ Ca2+
[‰] [‰]
BJ-1 manantial 28/02/2020 2570 26,2 7,11 384 561,4 2,4 7,0 0,0 108,5 345,4 15,7 61,1 118,5 -4,03 -20,29
BJ-2 pozo Marimar 04/03/2020 1391 24,5 7,7 345 201,7 1,0 47,6 0,0 67,4 150,4 17,4 38,1 87,5 -3,82 -18,66
BJ-3 zona inundada 1 5C 29/02/2020 585 22,8 7,67 226 55,4 0,5 31,0 0,0 23,0 41,0 8,1 11,2 78,1 -4,02 -18,69
BJ-4 zona inundada 2 5C 29/02/2020 686 24 7,92 237 79,6 0,6 27,1 0-0 23,1 55,7 6,4 11,7 81,0 -4,37 -21,98
BJ-5 cueva del Aura 01/03/2020 7640 25,8 7,6 359 2142,0 8,6 14,7 0,0 298,5 1303,5 45,4 162,0 172,0 -3,36 -15,58
BJ-6 Goteo 1 5C 02/03/2020 325 387,0 1,6 85,0 0,0 150,7 44,3 24,0 69,0 289,0 -3,79 -17,53
BJ-7 Goteo 2 5C 02/03/2020 342 330,3 1,6 69,2 0,0 116,4 41,1 23,6 64,6 247,7 -3,83 -17,66
BJ-9 Goteo 3 5c 14/12/2020 2810 281 390,0 83,0 391,0 59,0 8,4 96,0 360,0
BJ-8 cueva del Cable 03/03/2020 973 27,8 7,08 260 109,0 0,6 64,2 6,3 64,1 64,7 22,6 24,5 103,1 -3,24 -13,95
Lluvia media lluvia, (Gutiérrez y Travieso, 1974) 5,74 4 2,7 2,38 1,7 0,12 0,3 1,0 -2,74 -16,20

Tabla 1. Valores físico-químicos e isotópicos obtenidos en los muestreos de Boca de Jaruco.

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106 ESPELEOGÉNESIS EN PLATAFORMAS ARRECIFALES MIOCENAS

solo disparo distancia, dirección e inclinación. Los datos


obtenidos han sido tratados con el software Therion, que
ofrece muchas posibilidades, entre ellas una observación
de los conductos topografiados en 3D. La precisión de
calibración del medidor en los ángulos fue de ±0,2. La
mayor parte del trabajo topográfico ha sido realizado en
Cinco Cuevas, con diferencia, la de mayor desarrollo del
conjunto de cuevas de la zona. Otras cuevas topografiadas
fueron Don Martín, La H, El Aura, Las Muelas y, parcial-
mente, El Cable (Fig. 7). Asimismo, también se inspec-
cionó la cueva del Vaho, con el objetivo de realizar en ella
distintas observaciones.

Caracterización de rellenos en Cinco Cuevas Fig. 6.- Relación entre el δ18O y el δ2D para las aguas muestreadas
en Boca de Jaruco. Se representan las líneas meteórica Mundial
Durante la campaña de trabajo realizada en febre- (GMWL) (Craig, 1961) y de Cuba (CMWL) (Molerio-León, 1992).
ro-marzo de 2020 se realizó una cartografía de rellenos en
el interior de Cinco Cuevas, que incluyó un levantamiento Aura. Las tres se alinean en una dirección SO-NE, con una
de cortes estratigráficos de los mismos, para ello se apro- mayor cercanía a la línea de costa desde Cinco Cuevas ha-
vecharon las cicatrices dejadas por las importantes extrac- cia el Aura. Esta alineación no tiene relación con fracturas
ciones de guano realizadas por los agricultores de la zona ni con directrices tectónicas. Aprovechando esta alineación
para su uso como fertilizante. Se levantaron 5 cortes que se instaló un sensor CTD-Diver® de medidas de evolución
han permitido caracterizar las secuencias estratigráficas de de nivel, CE y Tª con una cadencia de medidas diezminutal
esos rellenos (Fig. 8). en la zona inundada de Cinco Cuevas entre los días 1 y 3
de marzo de 2020 que después se trasladó a la cueva del
Monitorización del nivel piezométrico Aura entre los días 4 y 8 de marzo. Los datos de variación
del nivel, referidos al mínimo medido durante el periodo de
Solo tres de las cuevas conocidas alcanzan el nivel freá- control, se han comparado con los procedentes del mareó-
tico del acuífero, la ya citada Cinco Cuevas, El Cable y El grafo de Santa Cruz del Norte (Figs. 11 y 12).

Fig. 7.- Mapa topográfico y modelo tridimensional de las cuevas de Don Martín, La H, El Aura, El Cable, Las Muelas y Cinco Cuevas.

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Antonio González-Ramón, Vladimir Otero-Collazo, Leslie Molerio-León, Marian Alonso-Martínez y Oriol Chávez-Bonora 107

Resultados de las distintas investigaciones realizadas de guano relacionadas con las colonias de murciélagos que
la habitan. El PO4-3 solo aparece en las aguas de la Cueva
Características físico-químicas e isotópicas del agua de El Cable.
subterránea El diagrama de Piper de la figura 5A muestra una evo-
lución del agua analizada en la zona saturada del acuífero
Las aguas analizadas presentan facies bicarbonata- desde Cinco Cuevas hasta El Aura que está en relación con
da-clorurada cálcico-sódica en las zonas inundadas de la mezcla con agua de mar. El quimismo del agua de go-
Cinco Cuevas y la Cueva de El Cable; en el manantial de teo tiene unos condicionantes físico-químicos diferentes,
Boca de Jaruco y en el Pozo de Marimar pasa a clorura- como ya se ha explicado.
da-bicarbonatada sódico-cálcica y a clorurada sódica en la La Tabla 2 muestra las relaciones entre los distintos
zona saturada de la Cueva El Aura. Las aguas de goteo en parámetros medidos, que ponen de manifiesto la elevada
Cinco Cuevas presentan facies clorurada-bicarbonatada o correlación entre los indicadores de mezclas con agua de
incluso clorurada-sulfatada cálcico-magnésica. Los valo- mar, como la CE, el Na+, Cl-, K+, SO42- o el Mg2+. Se han
res medios de CE son de 2379 µS/cm pero con grandes marcado en negrita aquellas con un r ≥ a 0,5. Destacan la
variaciones, entre 585 µS/cm en Cinco Cuevas y 7640 µS/ elevada correlación entre la CE con el Mg2+, Na+ y Cl- y
cm en la Cueva de El Aura, en función de la cercanía a la entre el Cl- con el Mg2+ todos ellos indicadores de mezclas
línea de costas. La Tª media es de 25,2°C valor acorde con con aguas marina. También se observa una elevada correla-
la media anual, con el mínimo en 22,8°C en la zona semi- ción inversa entre la Tª y el pH y directa con el δ18O.
colgada de Cinco Cuevas y el máximo en la Cueva de El Del estudio de la relación entre el δ18O y el δD se obser-
Cable (27,8ºC). van tres agrupaciones de aguas. El grupo 1 estaría formado
En general las aguas evolucionan desde bicarbonatadas por el agua freática de las galerías más profundas de Cinco
a cloruradas y de cálcicas a sódicas en función del grado Cuevas, el grupo 2 por el agua de goteo y el agua semicol-
de mezcla con el agua de mar (Fig. 5A). La mayor varia- gada de las galerías profundas de Cinco Cuevas y por el
bilidad se observa en el Cl- y en el Na+, pero también es Pozo y manantial muestreados en el entorno de la pobla-
elevada en el SO42-, en el Mg2+ y en el K+, y la menor en el ción de Boca de Jaruco. Finalmente, las aguas más pesadas
HCO3- y en el Ca2+. Las variaciones del NO3- responden a forman parte del Grupo 3 y fueron muestreadas en la zona
unos procesos diferentes al resto de iones (Fig. 5B). saturada de las cuevas de El Cable y El Aura.
En cuanto a los isótopos estables, los valores se encuen-
tran entre -4,4 y -3,2 (‰ V-SMOW) para el δ18O y entre Cartografía de las cavidades
-22 y -13 (‰ V-SMOW) para el δD. En la zona inundada
2 de Cinco Cuevas y en la Cueva de El Cable aparecen los En la figura 7 se observan las cartografías realizadas en
valores más ligero y más pesado respectivamente (Fig. 7). las seis cavidades estudiadas. El desarrollo conjunto es de
En la Tabla 1 se muestran los resultados de los análisis 2057 m con Cinco Cuevas como la de mayor extensión con
en los que se incluyen la media de los valores del agua de diferencia (1375 m de desarrollo y 47 m de desnivel). La
lluvia analizados por Gutiérrez y Travieso (1974) para la topografía de la Cueva del Cable es solo parcial debido a
Isla de Cuba. las dificultades para estudiar las zonas donde se encuentran
Sorprendentemente, el agua de goteo muestreada en las colonias de murciélagos que convierten el aire casi en
Cinco Cuevas en dos épocas diferentes, tiene unos valores irrespirable por la gran acumulación de guano y de mate-
en Cl-, SO42- y K+ muy elevados, muy por encima del agua ria orgánica, por la elevada temperatura y por los valores
almacenada en la zona saturada de la misma cueva y en la extremos de CO2 en el aire. Estos valores fueron medidos
cercana Cueva de El Cable. El valor del NO3- resulta ser por Otero-Collazo en 1989, como motivo de la elaboración
el más elevado de los analizados, superior incluso al de la de su “Tesis para categorización del Espeleólogo de Nivel
Tabla 2. Matriz de correlación de los parámetros medidos en el agua subterránea. En negrita se resalta r ≤ -0,5 y r ≥ 0,5.
Cueva de El Cable, donde existen grandes acumulaciones Superior” pero no han sido publicados.

δ18O δ 2H
Tª CE pH Na+ K+ Ca2+ Mg2+ Cl- SO42- HCO3- NO32-
[‰] [‰]
Tª °C 1 0,279 -0,815 0,242 0,511 0,491 0,313 0,251 0,363 0,389 0,243 0,707 0,628
CE uS/cm 1 -3,60E-02 0,955 0,848 0,381 0,97 0,988 0,701 0,605 -0,306 0,488 0,377
pH 1 3,30E-03 -0,21 -0,266 -7,80E-02 -6,70E-03 -0,114 -0,343 -0,128 -0,518 -0,488
Na+ mg/L 1 0,798 2,80E-02 0,797 0,975 0,447 0,407 -0,551 0,158 0,244
K+ mg/L 1 0,117 0,744 0,836 0,342 0,58 -0,115 0,773 0,696
Ca 2+
mg/L 1 0,616 0,239 0,772 0,488 0,704 -0,242 0,1
Mg2+ mg/L 1 0,903 0,843 0,609 -4,30E-02 6,30E-02 0,268
Cl- mg/L 1 0,587 0,47 -0,388 0,146 0,271
SO4 2-
mg/L 1 0,297 0,268 0,555 0,46

Tabla 2. Matriz de correlación de los parámetros medidos en el agua subterránea. En negrita se resalta r ≤ -0,5 y r ≥ 0,5.

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108 ESPELEOGÉNESIS EN PLATAFORMAS ARRECIFALES MIOCENAS

En general, las cuevas presentan un desarrollo horizon- niveles de derrubios, a techo aparecen costras carbonatadas
tal en la parte superior, donde suelen desarrollarse grandes pavimentarías que pueden o no recubrir bloques de colap-
salas muchas veces con una claraboya abierta al exterior, so. Sobre estos se desarrollan rellenos espeleotémicos for-
como ocurre en Cinco Cuevas, Don Martín o Las Muelas. mados por estalagmitas, columnas y coladas, fundamental-
De las cuevas estudiadas, solo Cinco Cuevas, El Cable y mente. Los bloques de colapsos también pueden aparecer
El Aura progresan en profundidad hasta alcanzar el nivel directamente sobre los rellenos de terra rossa (Fig. 9).
freático del acuífero. Entre la Sala de la Raya y la galería que comunica con
la dolina de los Dibujos se observa un cono de derrubios
Caracterización de rellenos en Cinco Cuevas con el ápice en esta última que evoluciona hacia rellenos de
terra rossa y guano hacia el interior de la cueva (Fig. 10).
La cartografía de depósitos pavimentarios realizada ha En las zonas más profundas aparecen niveles de bre-
permitido diferenciar el orden estratigráfico de los rellenos chas y conglomerados canalizados, poco evolucionados
que aparecen, divididos en los siguientes términos (Fig. 8): que se relacionan con pequeños cauces que concentran el
1) niveles laminados de arcilla de decalcificación (terra agua que penetra por las dolinas durante las eventuales tor-
rossa) y guano mezclados en diferentes proporciones; 2) mentas tropicales que azotan la zona.
rellenos de colapsos y caos de bloques; 3) costras carbona-
tadas pavimentarias; 4) arenas con marcas de corriente; 5) Monitorización del nivel piezométrico
rellenos de espeleotemas; 6) derrubios; 7) conglomerados,
gravas y brechas poco evolucionados. En el sensor que se instaló, entre el 1 y 3 de marzo en la
Los 5 perfiles estudiados permiten deducir un orden de zona saturada más profunda de Cinco Cuevas y posterior-
rellenos que comienza con los depósitos de terra rossa y mente en la Cueva de El Aura entre el 5 y el 8 de marzo, se
guano en los que pueden aparecer bloques intercalados o detectan con claridad los mismos ciclos mareales registra-

Fig. 8.- Cartografía de rellenos pavimentarios en cinco Cuevas con los cortes estratigráficos levantados (triángulos amarillos). Se
incluye la localización de los puntos de agua muestreados y el punto donde se situó el sensor para medir la variación del nivel, la CE y
la Tª del agua (triángulo invertido morado).

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Antonio González-Ramón, Vladimir Otero-Collazo, Leslie Molerio-León, Marian Alonso-Martínez y Oriol Chávez-Bonora 109

Fig. 9.- Niveles de terra rossa y guano afectados por bloques de


colapso de los techos en Cinco Cuevas.

dos en el mareógrafo de Santa Cruz del Norte, a unos 7 km


Fig. 10.- Perfiles realizados en la Sala de la Raya que muestran la
hacia el E de la zona de estudio. El punto monitorizado en evolución de la entrada de derrubios a la cavidad por una dolina
Cinco Cuevas se encuentra a 1,72 km de la línea de costa y (C5) hacia niveles laminados de terra rossa y guano (C4).
en la Cueva de El Aura a 0,71 km (Figs. 3B y 16).
En las dos cuevas se observan dos ciclos diarios de variación de la marea similar a lo que ocurre con el nivel.
pleamar y bajamar con distinta amplitud al igual que ocu- La influencia de la marea en la CE no se aprecia tan bien,
rre en las tablas de mareas para las mismas fechas, si bien, pero existe. Curiosamente, a diferencia de la Tª, la varia-
lógicamente, con cierto desfase (Fig. 11). La amplitud de ción de la CE se registra mejor en Cinco Cuevas que en la
los ciclos disminuye con la distancia al mar, como es de Cueva de El Aura, posiblemente debido a que la salinidad
esperar (p. ej., Rodés, 1925; Boop et al., 2017). En la cueva del agua es seis ordenes de magnitud menor en la primera,
del Aura es de unos 15 mm mientras que en Cinco cuevas lo que permite más precisión en la medida del sensor pues
de poco más de 10 mm. el contraste es mayor. Aquí también se observa un desfase,
Estas ciclicidades influyen también en los parámetros pero bastante mayor que en el caso del nivel y la Tª.
físico-químicos del agua, tanto en la Tª con en la CE (Fig.
12), la variación de la temperatura se observa mucho mejor Discusión
en la Cueva de El Aura, con rangos de amplitud de casi
0,2°C, mientras que en Cinco Cuevas es 10 veces menor, El mapa completo de Cinco Cuevas muestra una distri-
mucho más sutil aunque también con la misma oscilación. bución de conductos que no encaja fácilmente con unas di-
En general, se observa en la Tª un desfase con respecto a la recciones predeterminadas por la fracturación (Figs. 7 y 8).
Se observa una complejidad de galerías
superpuestas con trazados laberínticos,
fuertemente modificados por estructuras
de colapsos que han generado espaciosas
salas con morfología de cúpulas, como
la Sala de la Claraboya (Fig. 8). Esta
sala presenta en su cúspide una abertu-
ra que comunica con el exterior, abierta
artificialmente hace varias décadas para
facilitar la extracción de guano (Antonio
Magaz, com. pers.). La extracción mine-
ra de guano, en su mayor parte mezclado
con terra rossa, ha sido de gran impor-
tancia en esta cueva.
El conjunto de espeleotemas tiene un
gran desarrollo en los niveles superiores
de la cueva, especialmente en el Salón
Bonito (Fig. 13B). Se trata de una o va-
Fig. 11.- Variación temporal del nivel freático referido al mínimo registrado (valor 0)
rias generaciones fósiles que no están en
en la zona saturada de Cinco Cuevas (línea roja) y cueva de El Aura (línea azul) y su crecimiento actualmente. Los espeleote-
comparación de la evolución de la marea para las mismas fechas en el mareógrafo de mas activos de edad reciente son escasos
Santa Cruz del Norte (línea de puntos). y de poco volumen. En algunas zonas, las

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110 ESPELEOGÉNESIS EN PLATAFORMAS ARRECIFALES MIOCENAS

costras carbonatadas aparecen par-


cialmente descalzadas por desapari-
ción de parte del relleno de terra ros-
sa sobre el que se sustentan, lo que
ha generado roturas en el pavimento
y en las estalagmitas y columnas que
se le superponen (Fig. 13A).
Donde las paredes y techos no
han sido modificados por colapsos ni
por recubrimientos de espeleotemas,
se observan morfologías de disolu-
ción congruentes con procesos de
condensación-corrosión en presencia
de CO2 en la atmósfera de la cueva
(Sarbu y Lascu, 1997; Audra et al.,
2007; De Waelle y Gutiérrez, 2022,
entre otros). Estos procesos debie-
ron ser muy activos en un momento
determinado de la historia geológica
de la cavidad y son los responsables
del relleno de terra rossa, que es es-
pecialmente importante en la zona
superior de la cavidad. Estas secuen-
cias de relleno también aparecen
en otras cavidades estudiadas en la
zona, como en las cuevas del Aura,
El Vaho, en La H, Las Muelas y Don
Martín, entre otras.
En Cinco Cuevas se observan
varios niveles de cavernamiento que
Magaz, (2021) relaciona con suce-
sivas posiciones del nivel del mar
asociados al desarrollo de terrazas
marinas. En el conjunto de cuevas
topografiadas se pueden diferenciar
bien dos partes: una parte superior,
Fig. 12.- Variación temporal de la Tª (A) y CE (B) en la zona saturada de Cinco Cuevas caracterizada por la presencia de ga-
(línea roja) y Cueva del Aura (línea azul) referidos a los mínimos registrados (valor 0) y lerías laberínticas, grandes salas con
su comparación con la evolución de la marea para las mismas fechas en el mareógrafo de estructuras de colapsos y secuencias
Santa Cruz del Norte (línea de puntos). de rellenos de terra rossa recubiertas

Fig. 13.- A) Costras pavimentarias y espeleotemas rotos por desaparición del relleno de terra rossa sobre el que se asientan. B)
Rellenos de espeleotemas en el Salón Bonito, Cinco Cuevas.

Revista de la Sociedad Geológica de España, 36 (2), 2023


Antonio González-Ramón, Vladimir Otero-Collazo, Leslie Molerio-León, Marian Alonso-Martínez y Oriol Chávez-Bonora 111

Fig. 14.- Morfologías de corrosión en las paredes de la zona más profunda de Cinco Cuevas. En A) se observa un lapiaz subterráneo en
las paredes y solution pockets, B) en la parte inferior un nivel lavado que estuvo en otro tiempo de relleno de terra rossa, por encima
de él destaca un nivel corroído con solution pockets y en la parte superior un nivel de cúpulas de corrosión subaéreas.

por espeleotemas y una parte inferior que aparece a partir cálcicas a sódica, que es función de grado de mezcla con
de 20 m s.n.m. En esta segunda zona no hay rellenos es- el agua de mar. La anómala Tª registrada en la cueva de El
peleotémicos ni arcillosos, o han desaparecido por erosión Cable (27,8°C ver Tabla 1) podría estar condicionada por la
y lavado (Fig. 14B), y las paredes solo están modificadas elevada temperatura de la atmósfera de la cueva debido a la
por morfologías corrosivas generadas en medio subaéreo influencia del calor desprendido por la enorme colonia de
similares a las descritas por Palmer (1991) (acanaladuras, murciélagos que la habita permanentemente.
solution pocket y cúpulas fundamentalmente) (Figs. 14A y El valor del Cl- puede utilizarse para calcular el por-
B). La galería más profunda aparece semi-inundada con un centaje de mezcla con el agua el mar en cada muestra, para
pequeño relleno de cantos angulosos removilizados y sin ello se ha considerado un valor de 19500 mg/l de Cl- como
marcas de corrientes en las paredes. Esta galería presenta un agua de mar (Fagundo et al., 1999) y el valor del Cl- del
perfil ovalado característico de cavidades freáticas. El nivel agua de lluvia, como aguas autogénicas sin ninguna mez-
de inundación aparece a 2 m s.n.m. y la información aporta- cla con el mar, si bien esto no es del todo cierto pues hay
da por los sensores ha demostrado que corresponde al nivel una concentración del Cl- en el suelo por evaporación. El
piezométrico del acuífero en conexión directa con el mar. cálculo se ha realizado a partir de las concentraciones de
De las cavidades estudiadas, sólo Don Martín y Las Cl- (Fagundo et al., 1999):
Muelas, se encuentran sobre la cota 20 m s.n.m. (Fig. 15),
el resto alcanza profundidades cercanas al nivel piezomé- [𝐶𝐶𝐶𝐶 − ]𝑚𝑚𝑚𝑚𝑚𝑚𝑚𝑚𝑚𝑚𝑚𝑚𝑚𝑚 − [𝐶𝐶𝐶𝐶 − ]𝑎𝑎𝑎𝑎𝑎𝑎𝑎𝑎 𝑑𝑑𝑑𝑑𝑑𝑑𝑑𝑑𝑑𝑑
trico o, directamente, llegan a cortarlo. 𝑥𝑥 = ∙ 100
Los datos aportados por el sensor instalado en Cinco [𝐶𝐶𝐶𝐶 − ]𝑎𝑎𝑎𝑎𝑎𝑎𝑎𝑎 𝑑𝑑𝑑𝑑 𝑚𝑚𝑚𝑚𝑚𝑚
Cuevas y posteriormente en la Cueva de El Aura, demues-
tran que la influencia de las mareas afecta en la actualidad
prácticamente a toda la zona saturada del acuífero (Fig. 16),
al menos desde la zona donde se encuentra Cinco Cuevas, Los resultados de este cálculo se han incluido en la figura
a 1,72 km de distancia de la costa. Esta influencia, además, 17. En el agua de las galerías inferiores de Cinco Cuevas la
afecta tanto a la Tª del agua como a la CE (Fig. 12). Los aná- mezcla con agua de mar es muy débil, de tan solo un 0,2%
lisis de aguas realizados, también muestran una evolución en la muestra BJ4, este porcentaje se duplica en la Cueva del
del quimismo desde aguas bicarbonatadas a cloruradas y de Cable y ya es de más del 10% en la Cueva del Aura.

Fig. 15.- Modelo 3D del conjunto de cavidades topografíadas. La cota 20 m marca el nivel que diferencia dos zonas principales
de cavernamiento, posiblemente de distintas edades. La escala horizontal ha sido modificada para poder comparar las cotas de las
diferentes cavidades.

Revista de la Sociedad Geológica de España, 36 (2), 2023


112 ESPELEOGÉNESIS EN PLATAFORMAS ARRECIFALES MIOCENAS

el acuífero cortada por las dos cavidades.


La línea isotópica de mezclas de aguas dulces infiltra-
das en el acuífero y el agua de mar, puede deducirse a partir
de los datos obtenidos en las cuevas y de los valores isotó-
picos del agua de mar en el Caribe tomados por Gonfianti-
ni y Simonot (1987) en las aguas superficiales marinas de
Haiti (Fig. 18). También se han usado los valores obtenidos
en aguas ecuatoriales por Craig and Gordon (1965). La rec-
ta de intrusión marina presenta un ajuste con R2= 0,99 con
la que se obtiene la ecuación: y= 5,39x +2,144 si bien, no
se observa un desajuste entre las aguas muestreadas en el
acuífero con la línea meteórica para la Isla de Cuba.
Llama la atención los elevados valores en Cl-, Na+ y
NO3- que se registran en las aguas de goteo muestreadas
en Cinco Cuevas (Tabla 1). Una posible explicación de los
primeros podría ser la concentración de sales en el sue-
lo procedente de aerosoles de origen marino que podrían
ser alimentados durante los ciclones o los huracanes, pero
esta cuestión necesita una investigación más profunda que
permita confirmar esta hipótesis, ya que los valores que se
observan son demasiado elevados (entre 330 y 390 mg/l).
Los valores de NO3- están entre 64 y 85 mg/l. Estos
valores podrían ser normales si el agua de precipitación
se ha infiltrado en suelos contaminados por actividades
Fig. 16.- A) Extensión del área afectada por las oscilaciones
agrícolas o ganaderas. Sin embargo, sobre la superficie del
mareales en la zona de estudio. B) Corte hidrogeológico del
acuífero de Boca de Jaruco, la línea negra en A) y en la Fig. 2 acuífero no existen actualmente actividades de este tipo,
indica su localización. aunque si hay una cobertura vegetal de matorral sobre el
suelo del lapiaz y arbórea en las dolinas rellenas de terra
En todo caso, esos datos indican que la influencia del rossa. Las observaciones realizadas en la mayoría de las
agua de mar penetra hasta casi 2 km tierra adentro en el cuevas indican que existen depósitos generalizados de te-
acuífero de Boca de Jaruco, tal y como se puede apreciar rra rossa rellenando los huecos, casi siempre mezclados
en la figura 16b. Este hecho fue plenamente confirmado en grandes proporciones con guano (Fig. 19). Aquí podría
por los datos aportados por el sensor colocado en Cinco estar la explicación de estos elevados valores del nitrato
Cuevas y la Cueva del Aura. El sensor mostró claramente si el agua infiltrada desde superficie entra en contacto con
la influencia de las mareas en el nivel freático de las zonas alguno de estos rellenos, que la retienen y la drenan lenta-
inundadas más profundas con un registro que reproduce mente alimentando las aguas de goteo en las estalactitas,
las ondas mareales registradas en el mareógrafo de Santa ya cargadas de NO3- procedente de la descomposición del
Cruz, con una onda de mayor amplitud en función de su guano y en menor medida de la descomposición de la ma-
cercanía al mar (Fig. 11). Además, los registros obtenidos teria orgánica que crece en la superficie.
pusieron de manifiesto que las ondas mareales también Existen numerosos trabajos que ponen de manifiesto
afectan a los valores de Tª y CE en el agua almacenada en los procesos de karstificación en acuíferos carbonatados

Fig. 17.- A) Relación, en ejes logarítmicos, entre el Cl- y Na+ en el agua muestreada en Boca de Jaruco y su comparación con la media
del agua de lluvia (Moleiro et al., 2002) y el agua de mar (Fagundo et al., 2009) B) Porcentaje de agua de mezcla vs distancia al mar
en las tres cuevas muestreadas.

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Antonio González-Ramón, Vladimir Otero-Collazo, Leslie Molerio-León, Marian Alonso-Martínez y Oriol Chávez-Bonora 113

Conclusiones

A partir de las observaciones realizadas se pueden


deducir una serie de etapas que describen la evolución
espeleogenética del conjunto de cavidades: 1) Un pri-
mer episodio de generación de huecos en un medio sa-
turado posiblemente durante el Pleistoceno inferior o
finales del Plioceno. Este episodio debió ocurrir con una
parte del afloramiento emergido (superficie S3 en la fi-
gura 3b). Esto favoreció la mezcla de agua dulce-salada
que generó las protocuevas. 2) Un descenso en el nivel
freático (¿levantamiento tectónico?) que deja los huecos
generados anteriormente, al menos parcialmente, fuera
del agua. 3) Nueva generación de huecos en medio satu-
Fig. 18.- Línea de mezcla entre el agua de mar en el Caribe (Craig rado por debajo de la cota 20 m, acompañado por un in-
y Gordon, 1965; Gonfiantini y Simonot, 1987) y el agua dulce tenso proceso de corrosión subaéreo, que probablemente
almacenada en el acuífero de Boca de Jaruco obtenida a partir de originó un importante relleno de arcillas de disolución
los valores de δ18O y δ2D de las aguas muestreadas. La línea negra residuales (terra rossa) en la zona superior de la cueva y
corresponde a la Línea Metéorica Mundial (GMWL; Craig, 1961) morfologías en paredes y techos causadas por condensa-
y la roja a la Línea Meteorológica de Cuba (CMWL; Molerio-
ción-corrosión. Este proceso pudo repetirse varias veces
León, 1992).
en relación con los movimientos glacioeustáticos a par-
como consecuencia de mezclas de aguas de diferente sali- tir del Pleistoceno medio. 4) Derrumbes generalizados
nidad (p.ej., Palmer and Williams, 1984; Back et al., 1986; que agrandan los huecos con la formación de las grandes
Mylroie y Cariew, 1990; Fagundo et al., 1999; Palmer, salas en Cinco Cuevas y en otras cuevas, que contribu-
2007; Mylroie, 2013; y muchos otros). La disolución de yen a la apertura o ensanchamiento de las comunicacio-
los carbonatos se produce por una conjunción de fenóme- nes con el exterior. 5) Finalmente, se observan fases es-
nos tales como la disolución incongruente de minerales por pecialmente húmedas que generan un gran crecimiento
efecto de ion común, cambios en el pH, incremento de la de espeleotemas en las zonas más elevadas de las cuevas
solubilidad por efecto salino o fuerza iónica, incremento de y que recubren tanto los bloques colapsados como los
la corrosión por mezcla de aguas (Appelo y Postma, 1993; rellenos de terra rossa.
Fagundo, 1996; Fratesi, 2013). En todos estos procesos, la generación inicial de hue-
Los datos obtenidos ponen de manifiesto que actual- cos ha tenido que producirse en la zona de mezcla de agua
mente los procesos de mezclas de aguas marinas y con- dulce y agua salada (zona de interfase), que puede aden-
tinentales afectan a la mayor parte del acuífero y podrían trarse más de 1,7 km desde la línea de costa, tal y como
estar provocando una intensa karstificación en la zona satu- los datos obtenidos en este trabajo han demostrado. Tras
rada del acuífero, especialmente en la zona de mezcla (Fig. el descenso en el nivel piezométrico, los huecos formados
16). Estos mismos procesos debieron ocurrir en el pasado por disolución química en la zona freática son agrandados
a cotas más elevadas, y son la causa principal del elevado en medio subaéreo (¿durante los periodos fríos?) por con-
volumen de huecos existente actualmente que ha podido densación-corrosión. El residuo de estos procesos genera-
ser explorado y cartografiado. ría los rellenos de arcillas de decalcificación. El progresivo
crecimiento de los huecos desequilibra algunas zonas de
la cavidad con colapsos de los techos. Durante las etapas
cálidas y húmedas del Pleistoceno medio y, especialmente,
del Pleistoceno superior debió producirse el relleno de es-
peleotemas que recubre tanto los colapsos como los relle-
nos de terra rossa. En una etapa final se produciría la rup-
tura de espeleotemas, posiblemente por erosión y lavado
de los niveles de arcillas sobre los que se depositaron y/o
por asentamiento del suelo debido a hundimientos en los
niveles inferiores, sin descartar la contribución que la sis-
micidad ha podido tener, tal y como apunta Molerio-León
(2018).

Agradecimientos y financiación

Este trabajo se ha llevado a cabo en el marco de la co-


laboración entre los grupos de espeleología Ciro Berrios y
Fig. 19.- Rellenos de terra rossa y guano en Cinco Cuevas. Perfil Martel de la Sociedad Espeleológica Cubana, la Sociedad
C2 en la Fig. 8. de Ciencias Espeleológicas Alfonso Antxia y la Asocia-

Revista de la Sociedad Geológica de España, 36 (2), 2023


114 ESPELEOGÉNESIS EN PLATAFORMAS ARRECIFALES MIOCENAS

ción Espeleológica Velezana, con la colaboración de In- Ducloz C., 1963. Etude géomorphologique de la région de Matan-
versiones Gamma S.A. y el Instituto Geológico y Minero zas, Cuba. Archives des Sciences Génève, 16: 351-422.
de España (IGME-CSIC). Agradecemos las correcciones Fagundo, J.R., 1996. Química del Agua Kárstica. En: Hidro-
realizadas por los dos revisores, que han contribuido a una química del Karst. J.R. Fagundo, J.E. Rodríguez, J.J. Valdés,
Universidad de Granada, 13-124.
mejora significativa del documento.
Fagundo, J.R., González, P., Jiménez, S., Benítez, G., Ferre-
ra, V., Ramírez, J., González, A., Romero, E., Orihuela, D.,
Contribución de los autores Ramírez, J., Suárez, M., 1999. Metodología para la caracteri-
zación geoquímica de los acuíferos cársicos costeros II. Iden-
El texto del artículo ha sido escrito por AGR con la co- tificación de los procesos de mezcla y modificación de las
laboración de VOC y LML. Las topografías y exploración facies hidroquímicas. En: Contribución a la Educación y la
de las cavidades han sido elaboradas por VOC con la ayuda Protección Ambiental. Ed. ISCTN (CITMA), 182-191.
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drecht: Springer Netherlands. https://doi.org/10.1007/978-
realizados por AGR con la colaboración de MAM, VOC
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y OCB. La coordinación de los trabajos fue realizada por Gonfiantini, R., Simonot, M., 1987. Isotopic investigations of
VOC con la colaboración de AGR y LML. groundwater in the cul-de-Sac Plain, Haiti. Proc. Symp. Isotope
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(Manacor, Mallorca) y su oscilación rítmica de 40 minutos. REVISIÓN RECIBIDA: 20-10-2023
Memorias de la Academia de Ciencias y Artes de Barcelona, ACEPTACIÓN DEL MANUSCRITO REVISADO: 31-10-2023

Revista de la Sociedad Geológica de España, 36 (2), 2023


117

REVISORES Y REVISORAS DEL VOLUMEN 36, NÚMEROS 1 Y 2 (AÑO 2023)

REVIEWERS OF VOLUME 36, ISSUES 1 AND 2 (2023 YEAR)

La Revista de la Sociedad Geológica de España agradece a las personas que han participado en la revisión de los trabajos
que componen los dos números del volumen 36 su esfuerzo y dedicación en la revisión de los manuscritos encomendados.
Su trabajo ha mejorado indudablemente la calidad de la Revista.

Alonso Alonso, J.L. (Universidad de Oviedo, Profesor Honorario)


Alvarez-Marrón, J. (CSIC - Geociencias Barcelona)
Brilha, J. (Universidade do Minho)
Castellanos Abella, E. (Cuba Ministry of Energy and Mines)
Díaz-Martínez, E. (Instituto Geológico y Minero de España, IGME-CSIC)
Farias Arquer, P. (Universidad de Oviedo)
Fernandez Fernandez, J.M. (Universidad Complutense de Madrid)
García Giménez, R. (Universidad Autónoma de Madrid)
Gázquez, F. (Universidad de Almería)
Gil Imaz, A. (Universidad de Zaragoza)
Gines Gracia, J. (Universitat de les Illes Balears)
Jiménez Ballesta, R. (Universidad Autónoma de Madrid)
Martín-Algarra, A. (Universidad de Granada)
Martínez García, B. (Sociedad de Ciencias Aranzadi)
Ordinas Garau, A. (Universitat de les Illes Balears)
Salazar Rincón, A. (Instituto Geológico y Minero de España, IGME-CSIC)
Sistac Vicén, R. (Universidad de Lleida)
Vegas Tubía, N. (Universidad del País Vasco)

Revista de la Sociedad Geológica de España, 35 (2), 2022


118

AUTORES Y AUTORAS DEL VOLUMEN 36, NÚMEROS 1 Y 2 (AÑO 2023)

AUTHORS OF VOLUME 36, ISSUES 1 AND 2 (2023 YEAR)

Achab, M. (Mohammed V University in Rabat)


Alonso, V. (Universidad de Oviedo)
Alonso-Martínez, M. (Sociedad de Ciencias Espeleológicas Alfonso Antxia)
Aoulad-Sidi-Mhend, A. (Mohammed V University in Rabat)
Aziz, A. (Mohammed V University in Rabat)
Basile, M. (Universidad de Huelva)
Benali, H. (Houari Boumediene University of Sciences and Technology)
Boughacha, A. (Houari Boumediene University of Sciences and Technology)
Casas Sainz, A.M. (Universidad de Zaragoza)
Chakiri, S. (Université Ibn Tofail)
Chávez-Bonora, O. (Sociedad Espeleológica de Cuba)
Corominas, J. (Universitat Politècnica de Catalunya)
de Pedro Rodríguez, M. (Universidad Pública de Navarra)
de Soto García, I.S. (Universidad Pública de Navarra)
Domingo-Santos, J.M. (Universidad de Huelva)
García-Villalba, E. (Universidad de Huelva)
González Bueno, A. (Universidad Complutense de Madrid)
González-Ramón, A. (Instituto Geológico y Minero de España, IGME-CSIC)
Hlila, R. (Abdelmalek Essaadi University)
Labdaoui, B. (Houari Boumediene University of Sciences and Technology)
Maaté, A. (Abdelmalek Essaadi University)
Maaté, S. (Université Moulay Ismail)
Martínez del Olmo, W. (Investigador jubilado)
Martín-Martín, M. (University of Alicante)
Mirumbrales Ayllón, S. (Universidad de Zaragoza)
Mohammadi, M. (Mohammed V University in Rabat)
Molerio-León, L. (Inversiones Gamma, S.A.)
Morales, J.A. (Universidad de Huelva)
Moussaoui, K. (Houari Boumediene University of Sciences and Technology)
Ordóñez Delgado, S. (Universidad de Alicante)
Otero-Collazo, V. (Sociedad Espeleológica de Cuba)
Planas-Batlle, X. (Ministeri de Territori i Habitatge, Govern d’Andorra)
Rábano, I. (Instituto Geológico y Minero de España, IGME-CSIC)
Román Berdiel, T. (Universidad de Zaragoza)
Slimani, H. (Mohammed V University in Rabat)
Tort-Donada, J. (Universitat de Barcelona)
Youm, C.I. (Université Cheikh Anta Diop)

Revista de la Sociedad Geológica de España, 35 (2), 2022


NORMAS DE PUBLICACIÓN EN LA REVISTA DE LA SOCIEDAD GEOLÓGICA DE ESPAÑA
La Revista de la Sociedad Geológica de España es una publicación semestral de acceso abierto de la Sociedad Geológica de
España que da cabida a trabajos de investigación científica, en español o en inglés, en relación con cualquier área de las Ciencias de la
Tierra. Los trabajos de geología de la Península Ibérica y áreas próximas son particularmente bienvenidos, además de los relacionados
con la Historia de la Geología, el Patrimonio Geológico, y temáticas similares. Los trabajos de revisión o recopilación de información
de temas específicos con una perspectiva científica actualizada, también serán valorados para su posible publicación en la revista.
Los trabajos deberán ser originales, es decir, no publicados (o no aceptados) en otra revista, sea íntegramente o por partes y/o en otro
idioma. Todos los artículos serán revisados, al menos, por dos especialistas y por el Comité Editorial.

PREPARACIÓN DEL MANUSCRITO


Organización del texto
El texto se elaborará siguiendo la Plantilla RSGE (formato DOC), disponible en https://recyt.fecyt.es/index.php/RevSocGeoEsp/
index. El texto seguirá este orden: 1) Título en español e inglés. 2) Nombre y apellidos de autores/as. 3) Dirección postal y electrónica
completa de autores/as. 4) Resumen en español e inglés, de 200 palabras para el idioma del manuscrito, de 400 en el segundo idio-
ma. 5) Palabras clave (3 a 5, en español y en inglés). 6) Título corto para el encabezamiento, en el idioma del manuscrito. 7) Texto
principal. Los encabezamientos del texto principal se ordenarán jerárquicamente en tres tipos, sin numeración alguna: Apartado,
Subapartado de primer orden y Subapartado de segundo orden, con punto y seguido el texto. En el texto, se incluirán sólo citas de
trabajos publicados o en prensa, con el apellido de autores/as y año de publicación en orden cronológico (ej., Pérez, 2004; Mateos y
Jiménez, 2007; Teixell et al., 2007). Las figuras y tablas se indicarán de forma correlativa (ej., Fig. 1, Fig. 2, Figs. 3-5, Tabla 1, Tabla
2…etc.). 8) Agradecimientos y financiación. Se citarán los agradecimientos personales y a las personas que han revisado el trabajo.
Además, es necesario indicar las fuentes de financiación del estudio. 9) Contribución de autores/as. Se especificará, en un párrafo
corto, la contribución individual de cada persona. 10) Referencias. Deberán ir ordenadas alfabéticamente por el apellido de autores/as
y cronológicamente, en el caso de que se repitan. Deberán indicarse las referencias que dispongan de DOI con un enlace tipo https://
doi.org/... (según los ejemplos indicados abajo). 11) Pies de figuras y tablas.
Arce Durante, J.M., Fernández Tomas, J., Monteserín López, V., 1977. Mapa Geológico de España 1:50.000, hoja nº 24 (Mondoñe-
do). IGME, Madrid.
Díaz Martínez, E., 1988. El Cretácico Inferior del sector de Jubera (norte de la Sierra de Los Cameros, La Rioja). II Congreso Geo-
lógico de España, Comunicaciones, 1: 67-70.
Lobo, F.J., Hernández-Molina, F.J., Somoza, L., Díaz del Río, V., 2001. The sedimentary record of the post-glacial transgression
on the Gulf of Cadiz continental shelf (Southwest Spain). Marine Geology, 178: 171-195. https://doi.org/10.1016/S0025-
3227(01)00176-1
Ortega Gironés, E., Gil Ibarguchi, J.I., 1983. La Unidad de Malpica-Tuy. En: Libro jubilar, J.M. Ríos. Geología de España, Tomo I,
(J. Comba, Ed.). IGME, Madrid, 430-440.
Parra, J., 2001. Análisis paleoambiental de los sistemas continentales y el vulcanismo asociado del Neógeno del Valle del Cajón en
los Andes Occidentales (Catamarca, República Argentina). Tesis Doctoral, Univ. Huelva, 272 p.
Woodroffe, C.D., 2002. Coasts. Cambridge University Press, New York, 623 p. https://doi.org/10.1017/CBO9781316036518

Figuras y tablas
Para el diseño de tablas y figuras (incluyendo dibujos y fotografías) se tendrá en cuenta el tamaño de caja de la revista (248 x 170
mm). Las figuras y tablas pueden ocupar la anchura de una columna (82 mm) o de una página (170 mm). Las tablas irán en formato
DOC. El tamaño de letra deberá ser como mínimo de 7 ptos. y la anchura de línea oscilará entre 0,3 y 1,5 ptos. Las partes de una figura
se denotarán con letras mayúsculas (A, B, C, etc.). Los dibujos deben tener una buena calidad en cuanto a tramas, tonos de grises
y leyendas. Las fotografías deben ser claramente visibles, tener contraste suficiente y acabado brillante, y deben contener escalas u
objetos que sirvan de referencia.
Extensión del manuscrito
Como norma general, la extensión del manuscrito, incluyendo texto y espacio equivalente de figuras y tablas, no podrá exceder
20 páginas. Una página de la Plantilla RSGE (en fuente Times New Roman 10, a espacio simple) equivale a unas 1000 palabras
aproximadamente.

ENVÍO Y REVISIÓN DEL MANUSCRITO


El manuscrito será enviado electrónicamente a través de la plataforma de envío de artículos dentro del Repositorio Español de
Ciencia y Tecnología (RECYT) de la RSGE en https://recyt.fecyt.es/index.php/RevSocGeoEsp/index, también accesible desde el
enlace de la página web de la SGE https://sociedadgeologica.org/publicaciones/revista-sge/, en 2 documentos: 1) el texto en formato
DOC (Plantilla RSGE), y 2) las figuras y tablas en un documento PDF y numeradas correlativamente. En la plantilla, se deberá pro-
porcionar el nombre, institución y correo electrónico de 5 posibles revisores/as. Existe la posibilidad de vetar a personas, siempre que
esté debidamente justificado.
El Comité Editorial valorará la adecuación del manuscrito a las normas de publicación. Si el trabajo se ajusta a las normas, será
enviado para su revisión a 2 especialistas y, en caso de discrepancia, se remitirá a una tercera persona. Teniendo en cuenta la opinión
de las personas que han revisado el trabajo, el Comité Editorial decidirá si el trabajo es aceptado o requiere de modificaciones meno-
res, moderadas o importantes, o si es rechazado. En caso de que sea aceptado con modificaciones, el manuscrito original deberá ser
corregido siguiendo las observaciones de los/las revisores/as. La nueva versión del documento será enviada a través de la plataforma
RECYT para valorar la necesidad de una segunda revisión o, en su caso, se aceptará definitivamente.

MANUSCRITO ACEPTADO
Una vez aceptado el manuscrito se enviará la versión final de las tablas (en formato DOC) y de las figuras (en formato JPG o
TIFF), en archivos individuales. Si se usa el formato TIFF y la figura sólo contiene dibujos de líneas, la resolución deberá ser de
600 ppp. Si la figura tiene trama de grises o es en color, la resolución deberá ser de 300 ppp. Los/las autores/as recibirán las pruebas
de imprenta para la corrección de erratas, sin que se acepten modificaciones del texto original. Para resolver cualquier duda pueden
contactar con la Editora Principal por correo electrónico nieves.lopez@ieo.csic.es.
PUBLICATION RULES OF THE JOURNAL OF THE GEOLOGICAL SOCIETY OF SPAIN
The Journal of the Geological Society of Spain is an open access biannual publication of the Geological Society of Spain. This
journal publishes original research contributions in Spanish or English that cover all Earth Science topics, in particular those con-
cerning the Iberian Peninsula and nearby areas, as well as those related to the History of Geology, Geological Heritage, and similar
topics. Review papers or compilations on specific topics with an up-to-date scientific perspective will also be considered for possible
publication in the journal. The submitted manuscripts must be original research papers that have not been published (or not accepted)
totally or partially elsewhere, in any language. All the papers will be reviewed by a minimum of two referees and by the Editorial
Board.

MANUSCRIPT PREPARATION
Text organization
The text is to be formatted using the RSGE Template (DOC format), which is available at https://recyt.fecyt.es/index.php/Rev-
SocGeoEsp/index. It should be organized as follow: 1) Title in English and Spanish. 2) Name and surnames of authors. 3) Full postal
and electronic addresses of authors. 4) Abstract in Spanish and English, not exceeding 200 words in the language of the main text, and
no more than 400 words in the second language. 5) Keywords (3 to 5, in Spanish and English). 6) Short title to use as header, in the
language of the main text. 7) Main text. Headings should be hierarchically sorted into three types without any numbering: Section,
First-order subsection and Second-order subsection, with dot and followed by the text. In the main text, cite only published or in
press publications. Any cited publications should be referred to the authors’ surname and year of publication, arranged chronologi-
cally (e.g., Pérez, 2004; Mateos and Jiménez, 2007; Teixell et al., 2007). The figures and tables must be sequential (e.g., Fig. 1, Fig.
2, Fig 3-5, Table 1, Table 2…etc.). 8) Acknowledgements and funding. Personal acknowledgements and those to the persons who
have reviewed the work will be cited. In addition, it is necessary to indicate the funding sources of the study. 9) Author contributions.
The individual contributions of each author must be provided in a short paragraph. 10) References. The list of references should be
arranged alphabetically by authors’ surnames and chronologically in case of repetition. References with a DOI should be indicated
with a link such as https://doi.org/... (see examples below). 11) Figure and table captions.
Arce Durante, J.M., Fernández Tomas, J., Monteserín López, V., 1977. Mapa Geológico de España 1:50.000, hoja nº 24 (Mondoñe-
do). IGME, Madrid.
Díaz Martínez, E., 1988. El Cretácico Inferior del sector de Jubera (norte de la Sierra de Los Cameros, La Rioja). II Congreso Geo-
lógico de España, Comunicaciones, 1: 67-70.
Lobo, F.J., Hernández-Molina, F.J., Somoza, L., Díaz del Río, V., 2001. The sedimentary record of the post-glacial transgression
on the Gulf of Cadiz continental shelf (Southwest Spain). Marine Geology, 178: 171-195. https://doi.org/10.1016/S0025-
3227(01)00176-1
Ortega Gironés, E., Gil Ibarguchi, J.I., 1983. La Unidad de Malpica-Tuy. In: Libro jubilar, J.M. Ríos. Geología de España, Tomo I,
(J. Comba, Ed.). IGME, Madrid, 430-440.
Parra, J., 2001. Análisis paleoambiental de los sistemas continentales y el vulcanismo asociado del Neógeno del Valle del Cajón en
los Andes Occidentales (Catamarca, República Argentina). Doctoral Thesis, Univ. Huelva, 272 p.
Woodroffe, C.D., 2002. Coasts. Cambridge University Press, New York, 623 p. https://doi.org/10.1017/CBO9781316036518

Figures and tables


The page size of the journal, 248 x 170 mm, should be considered when preparing figures (both drawings and photographs) and
tables. The figures and tables can occupy either one column (82 mm width) or the whole width of the page (170 mm width). Lette-
ring should be a minimum of 7 pt. Line widths should range from 0.3 to 1.5 pt. Tables shall be in DOC format. Figure parts should
be denoted by uppercase letters (A, B, C, etc.). Line drawings must be of good quality in terms of patterns, grey tones and legends.
Photographs should be clear, have good contrast and a glossy aspect, and employ some indication of scale.
Manuscript length
As a general rule, manuscripts must not exceed 20 pages, including text and the equivalent space for figures and tables. One sin-
gle-spaced RSGE Template page, written with font Times New Roman 10, contains approximately 1000 words.

MANUSCRIPT SUBMISSION AND REVISION


Manuscripts should be submitted electronically through the article submission platform within the Spanish Science and Tech-
nology Repository (RECYT) of the RSGE at https://recyt.fecyt.es/index.php/RevSocGeoEsp/index, also accessible from the link
on the SGE website https://sociedadgeologica.org/publicaciones/revista-sge/, in 2 separated files: 1) the text in DOC format (RSGE
Template), and 2) the figures and tables in a PDF document and numbered sequentially. In the template, the name, address and email
of 5 possible reviewers should be provided. When justified, opposed reviewers can be named.
The Editorial Board will assess the suitability of the manuscript to ensure that it follows the requirements of the journal. If the
manuscript receives a positive evaluation, it will be sent for review to 2 referees, but given conflicting reviews, the manuscript will be
sent to a third referee. Once revised, the Editorial Board will decide whether the manuscript is accepted or requires minor, moderate
or major modifications, or it is rejected. If it is accepted with modifications, the original manuscript must be adapted following the
reviewers´ suggestions. The new version of the manuscript will be sent through the RECYT platform to assess the need for additional
revisions or if it is acceptable for publication.

ACCEPTED MANUSCRIPT
Once the manuscript is accepted, the final version of the tables and figures will be sent in separated files. Tables must be in DOC
format and figure files must be provided as JPG or TIFF files. For TIFF format figures containing only lines drawings, a resolution of
600 dpi is required. For greyscale or colour figures, a resolution of 300 dpi is sufficient. Authors will receive the print proofs, to be
checked for typesetting/editing. Questions should be directed to the Editor-in-chief by email nieves.lopez@ieo.csic.es.
SOCIEDAD GEOLÓGICA DE ESPAÑA

La Sociedad Geológica de España fue fundada en 1985 y tiene como fines la promoción, fomen-
to y difusión del conocimiento, progreso y aplicaciones de la Geología, el asesoramiento en materia
científica y educativa a las Instituciones y Entidades que lo requieran, y la representación de los intere-
ses científicos de la comunidad geológica de España a nivel internacional. Sus miembros tienen dere-
cho a participar en todas las actividades organizadas por la Sociedad, a optar a ocupar cualquiera de
sus cargos directivos y a recibir gratuitamente las publicaciones periódicas de la Sociedad: Geogaceta
y Revista de la Sociedad Geológica de España.

JUNTA DE GOBIERNO

(Presidente) Juan Antonio Morales González


Departamento de Ciencias de la Tierra
Facultad de Ciencias Experimentales, Universidad de Huelva
Campus del Carmen, Avda. de las Fuerzas Armadas s/n, 21071 Huelva (España)
Tel: +34 959 219 815; e-mail: jmorales@dgeo.uhu.es
(Secretario) Miguel Gómez Heras
Departamento de Geología y Geoquímica
Facultad de Ciencias, Universidad Autónoma de Madrid
C/ Francisco Tomás y Valiente 7 (Módulo 06-406), 28049 Madrid (España)
Tel: +34 914 975 407; e-mail: miguel.gomezheras@uam.es
(Tesorera) Blanca Mª Martínez García
Instituto Geológico y Minero de España (IGME, CSIC)
C/ Ríos Rosas 23, 28003 Madrid (España)
Tel: +34 913 495 968; e-mail: blanca.martinez@igme.es

(Vicepresidenta) Ana Ruiz Constán

(Vicesecretario) Ramón Casillas Ruiz

(Secretario 2ª) José Eugenio Ortiz Menéndez

(Vocales) Álvaro Jiménez Berrocoso


Ángel Salazar Rincón
Francisco Manuel Alonso Chaves
Manuel Díaz Azpiroz
Pilar Mata Campo
Pedro Huerta Hurtado
Raquel Martín Banda

SEDE ADMINISTRATIVA

Sociedad Geológica de España:


Facultad de Ciencias, Universidad de Salamanca, Plaza de la Merced s/n, 37008 Salamanca, (España)
http://www.sociedadgeologica.org

Suscripciones: Toda la correspondencia debe ser dirigida a la Sede Administrativa de la Sociedad. El precio de la suscripción
anual es de 67 € para España y Portugal y 76 € para el resto del mundo.
REVISTA DE LA
SOCIEDAD GEOLÓGICA DE ESPAÑA

Volumen 36, Número 2, (2023)

Xavier Planas-Batlle, Joan Tort-Donada y Jordi Corominas


Reconocimiento de zonas afectadas por fenómenos geológicos peligrosos a
través de la toponimia. El alto Pirineo catalán, andorrano y áreas circundantes
como caso de estudio / Recognition of affected areas by hazardous geological
phenomena through toponymy. The Catalan and Andorran High Pyrenees and
surroundings areas as a case study ……………………………………………………………………… 3

Manuel de Pedro Rodríguez e Isabel Sonsoles de Soto García


Evolución de la enseñanza de las aguas subterráneas en los libros de texto y diseño
de una propuesta didáctica para su enseñanza en la educación secundaria / Evolution
of teaching groundwater in textbooks and design of a didactic proposal in compulsory
secondary school …………………………………………………………………………………………………… 16

Sergio Mirumbrales Ayllón, Antonio M. Casas Sainz y Teresa Román Berdiel


Los Montes Obarenes: diapirismo e inversión tectónica en el margen sur de la
Cuenca Vasco-Cantábrica / The Obarenes Mountains: squeezed diapirs associated
with tectonic inversion in the southern margin of the Basque-Cantabrian Basin ……… 30

Victoria Alonso
The Last Glacial Cycle in the Luna headwaters, Cantabrian Mountains (León Province,
NW Spain): a controvesial issue / El último ciclo glacial en la cabecera del río Luna,
cordillera Cantábrica (provincia de León, NO de España): un tema controvertido …… 46

Isabel Rábano, Antonio González Bueno y Salvador Ordóñez Delgado


Entre rocas y remedios: Josefina Pérez Mateos (1904-1994), pionera de la Geología en
España / Among rocks and remedies: Josefina Pérez Mateos (1904-1994), a pioneering
woman geologist in Spain ……………………………………………………………………………………… 62

Wenceslao Martínez del Olmo


Aproximación a la geología orogénica del NNE de Cuba occidental / Approach to
the orogenic geology of NNE western Cuba …………………………………………………………… 94

Antonio González-Ramón, Vladimir Otero-Collazo, Leslie Molerio-León, Marian Alonso-


Martínez y Oriol Chávez-Bonora
Espeleogénesis en plataformas arrecifales miocenas. El karst de Boca de Jaruco
(Mayabeque-Cuba) / Speleogenesis in Miocene reef platforms. The Boca de Jaruco
karst (Mayabeque-Cuba) ……………………………………………………………………………………… 102

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