TU PERRO

NO DEBERÍA
CONOCER
PERROS
TODOS LOS DÍAS.

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Conocer perros nuevos e interactuar un
poco con ellos (nunca es juego, no te
engañes), es como tener una conversación
de ascensor con un vecino.

Si vas a construir una amistad con

alguien, eso empieza por una conversación
insulsa sobre el tiempo, la edad, el trabajo
y algunas aficiones. Pero esto da paso a un
vínculo más profundo con el tiempo.
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Y en esas relaciones afianzadas en el
tiempo de los perros, donde hay un
vínculo fuerte, si ocurre cualquier
incomodidad, la relación hace de
amortiguador para que el problema se
quede en nada.

Pero si son perros que no se conocen o se

ven poco de vez en cuando, ocurren dos
problemas:
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(1) Surgen más desencuentros,
incomodidades y roces.

(2) Cuando surgen estos problemas, las

consecuencias son mayores a si se dieran
en una relación afianzada.

Al igual que nos pasaría a nosotros. No es

lo mismo la interacción con tus amigos
que si solo tratas con extraños.
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Cualquier perro, incluso el más solitario,
necesita tener amistades afianzadas,
vínculos fuertes de los que poder disfrutar.

Y su vez, ningún perro debería estar

expuesto a interacciones continuas con
extraños o poco conocidos la mayor parte
de su rutina.

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ACTIVACIÓN
Tu perro activa el miedo ante los petardos
pero, ¿con una intensidad acorde al
“peligro” de la situación?

¿Siente un miedo excesivo? ¿Se activa

igual con un petardo a lo lejos que con una
traca a su lado? ¿Tiene miedo en lugares
donde escuchó petardos?

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