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IX. A filosofia es un fruto, entre otros, que nace en Grecia cuando sus pueblos entraron en la «época de la libertad. Es un error que ha trivializado y achatado el enorme asunto, entender la palabra «libertad» refitiéndola primariamente o exclusi- vamente al derecho y la politica como si fueran estos la raiz de donde brota Ja figura general de vida humana que Mamamos libertad. Porque de esto, en verdad, se trata. La libertad es el cariz que la vida, enter del hombre toma cuando sus diversos componentes llegan a un punto en su desarrollo que produce entre ellos una determinada ecuacién dinémica. Tenet una idea clara de lo que ¢s alibertady supone haber definido 0 encontrado con algin rigor la formula de esa ecuacién, Probablemente toda civilizacién 0 curriculum vitae de un conjunto de pueblos afines pasa por esa forma de vida que es la libertad. Es ‘una etapa luminosa y breve que se abre como un mediodia entre la mafiana del arcaismo y la declinacién vespertina, la petrificacin y necrosis de su senescencia. Las etapas categéricas de una civilizacién se determinan y disciernen, claro esti, como modificaciones de la relacién fundamental entre:los dos grandes componentes de lavvida -estrictamente, a su sentir, con lo que siene que hacer. Es muy escaso el margen de opcién que le queda, 0 dicho en otro gio: el hombre tiene muy pocas cosas que hacer. aun adscribir originariamente el término «riqueza» a lo econémico. En ‘ambos casos, la relacién verdadera es que la libertad juridicayola El mucho y el poco ha de entenderse relativamente a la conciencia subjetiva que el hombre tenga de sus necesidades. Generalicese ese concepto a todos los dems Grdenes de la existencia humana distintos del econémico y se tendré esto: que hasta una eierta fecha los hombres SupNONENENUS foo de comers on pore deiner, poco de comer, un poco de saber, un poco de placer. Vida es pobreza. El hombre vive ejercitando el sobrio repertorio de comportamientos intclectuales, técnicos, cere- moniales, politicos, festivales que la tradicién laboriosamente ha ido creando y acumulando, En esa ecuacién vital el individuo no ). i ‘tas (1). Aparece la riqueza econémica. Al mismo tiempo surgen con (1) Bntiéndase bien Jo que esto quiere decir. De hecho, aun en esa ecua- cidn vital, el individuo se eneuentra tal o cual vez en la posibilidad do ele- Bir, pero cato acontece tan insdlitamente que no repara en ello y no lo ve como una funeién especial do su vida. Para quo un modo de la vida se des- ‘taque con caractores propios y el hombre se pareato do él:no basta con que litoratmente exista, sino que tiene que presontarse con frecuencia bastante para formar mole ¥ eallar a la vista. @)_ Es sorprendente la sregularidads, diriamos In monotomia de ln his- toria. Fenicia y Cartage disparan su etapa de pleonaxia con el descubrimiento de las minas de Expafia; Grecia con el de las minas del Ponto; Europa con el escubrimiento de La Mina en la costa africana por low portuguesa que, todavia hoy, #8 Tama Elmina, an : ' g 4 é i 2 d - ‘posibilidades. El vocablo se nos ha impuesto sin requerielo; la ida Gal del chumanismon. El ver que se han inventado nuevas cosas se funcionaliza y el hombre se pone deliberadamente a inventar. Crear ‘eva vida se’hace funcién normal de la-vide—una cosa que a la etapa arcaica no le hubiera cabido en la cabeza. Comienzan las revoluciones. Una y misma cosa con todo esto es que el individuo deja de estar ‘totalmente inscrito en Ja tradicién, cualquiera que sea la porcién de ‘su vida que quede atin informada por esta. Es él quien, quiera 0 20, ‘tiene por si mismo que elegir entre las superabundantes posibilidades. z i : a i de ver las cosas, modi res considerandi. Bovwez ide estar atenido’el indi= {tama Herta ol panto de que hemos podido, sin que scaso el tor lo haya notado, descri smas palabras con que andando os sglos va dt Aitrls a clene: so, Se ve con esto claramente lo que significa «riqueza vital? La existencia del hombre y el mundo en que transcurre han crecido enor- memente, se han Ienado exuberantemente de contenidos. Por vez a5 primera en esta civilizacién siente el hombre que Ia vida merece la pena de ser vivida. Esto trae consigo un cambio en Ia actitud ante Ia religi6n. La religién es siempre trascendencia, aun en el caso de la menos trascendente como la griega. Los dioses son poderes ultra © supermundanos. la acto, cada instante de su existir es refetido a la divinidad, conectado con ella, Los utensilios mismos con que se vive son tan toscos, tan poco eficaces de suyo y, en cuanto meras cosas, cismuadanas, que el hombre fia poco en su servicio y solo confia en la virtud que el Dios, mediante un rito mégico, insufle en ellos. Esto quiere decir que, ‘A la par que los susodichos motivos desencajan al hombre de la tradicién, este entrefenerse en el vivir mics dano le desarraiga de Ia religin. Esto leva al extremo lo que todo lo antetior significa: que, : Cuando he dicho un poco més arriba que en las «épocas de liber- tad» vive el hombre sobre Ia base de una emocién de petulancia y prepotencia, no he implicado en ello el atributo de seguridad. La Un cjemplo concreto de esta -conciencia de perdimiento y naufragio en la abundancia (nétese sque el vocablo mismo «ab-undanciay conserva Ia imagen vivaz de “un torrente que;nosanega'y arrolla) se da en el orden del pensamiento, a6 ces decir, de las opiniones, que es muy sintomitico de estas épocas: Por ello ‘inestable. No puede el Hombre quedarse en ella. Tiene que salir ‘de la duda y para ello busca un medio. El medio que hace salir de la duda y nos sitéa en la conviccién firme es el método. Todo método €s reaceién a una duda. Toda duda es postulacién de un método. El haber unido ambas cosas con la mayor sencillez es el maravilloso ejemplo de perspicacia y elegancia intelectual que nos dio Descastes inventando la «duda metédica».

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