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Por sí mismos, los pliegues vocales producen un ruido similar a un zumbido, muy parecido a la
embocadura de una trompeta. El aparato resonador humano está formado por los espacios
huecos de las diversas estructuras que se hallan por encima de las cuerdas vocales; Es decir, la
garganta, la nariz, la boca y los senos para-nasales. La forma de estas estructuras, algunas de las
cuales podemos modificar conscientemente, cambia el sonido de ese zumbido y lo transforma en
el timbre único de la voz humana.
LA GARGANTA Y LA BOCA
LARINGO-FARÍNGEO
La laringe, y los pliegues vocales situados en ella, no sólo tienen la función de producir la fonación,
sino que también actúa como resonador. Merced a su pequeño tamaño, aporta al timbre
armónicos agudos.
RESONADOR BUCO-FARÍNGEO
Este es el espacio más grande en términos de volumen, y aporta armónicos graves, o dicho más
subjetivamente, cuerpo y profundidad a la voz.
LA MÁSCARA
Tal vez los resonadores más influyentes para un cantante con la voz educada sean los faciales.
Tradicionalmente se les llama “la máscara” por estar situados por detrás del rostro entre la
mandíbula superior y la frente. Cuando se activan, podemos notar como si los huesos de esa parte
de la cara fueran, efectivamente, una máscara vibrante.
PALADAR ÓSEO
A través del paladar duro se transmite la vibración a los dientes, por lo que se lo puede describir
como parte del aparato articulador.
RESONADOR NASOFARÍNGEO
Está por encima del paladar blando, y se activa con el movimiento de éste. Puedes comprobarlo
articulando una ‘N’ ,una ‘M’, ‘L’, o una ‘NG’ . Verás que en este último sonido, la parte posterior de
la lengua y el paladar blando se juntan, cerrando el tránsito de aire hacia la boca. Del mismo
modo, se puede producir una resonancia mixta, si se acerca mucho a la lengua pero sin llegar
tocarla, sin cerrar dicho tránsito de aire, como sucede en una ‘O’ francesa, (como al pronunciar
pardon).
LAS FOSAS NASALES
Son dos, y al igual que el paladar duro no podemos moverlas, sólo activar su resonancia
indirectamente.
Son espacios huecos en el cráneo, encargado de producir la mucosidad que protege las fosas
nasales. Tienen una enorme influencia en el timbre de la voz.
DEFECTOS DE LA RESONANCIA
Son aquellos que alteran el timbre, la calidad y el color de la voz y pueden ser ocasionados por:
Mala disposición y desequilibrio en las cavidades de resonancia, velo del paladar caído,
desviación del tabique nasal, mala implantación dentaria, lengua excesivamente grande o
rígida, así como también padecer adenoides (inflamación de las amígdalas faríngeas),
sinusitis o cualquier otra afección nasal.
El aplanar excesivamente la lengua o crear prominencia con ella impiden una buena
resonancia ya que ambas cosas retrotraen la laringe.
La rigidez excesiva del cuerpo no deja que éste actúe como resonador.
Nasalizar la voz provoca en ciertas personas sonidos estridentes y en otras una voz
gangosa. Ambas cosas son defectos provocados por un descenso más o menos
pronunciado del velo del paladar.
Una excesiva concentración del sonido sobre un punto fijo puede también producir falta
de amplitud en la resonancia.
Hablar con la boca excesivamente abierta o cerrada impide la correcta resonancia de los
espacios bucales.
El buen uso de los resonadores es lo que proporciona intensidad y belleza al sonido, además de
ayudar a conseguir el adecuado timbre vocal con sus correspondientes armónicos.