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Tierra

Mg. Manuel Castro Agüero

La Tierra (del latín Terra, deidad romana equivalente a Gea, diosa griega de la feminidad y
la fecundidad) es un planeta del sistema solar que gira alrededor de su estrella —el Sol— en la
tercera órbita más interna. Es el más denso y el quinto mayor de los ocho planetas del sistema solar.
También es el mayor de los cuatro terrestres o rocosos. La Tierra se formó hace aproximadamente 4550
millones de años y la vida surgió unos mil millones de años después. Es el hogar de millones de especies,
incluidos los seres humanos y actualmente el único cuerpo astronómico donde se conoce la existencia
de vida. La atmósfera y otras condiciones abióticas han sido alteradas significativamente por
la biosfera del planeta, favoreciendo la proliferación de organismos aerobios, así como la formación de
una capa de ozono que junto con el campo magnético terrestre bloquean la radiación solar dañina,
permitiendo así la vida en la Tierra. Las propiedades físicas de la Tierra, la historia geológica y su órbita
han permitido que la vida siga existiendo. Se estima que el planeta seguirá siendo capaz de sustentar
vida durante otros 500 millones de años, ya que, según las previsiones actuales, pasado ese tiempo la
creciente luminosidad del Sol terminará causando la extinción de la biosfera. La superficie terrestre o
corteza está dividida en varias placas tectónicas que se deslizan sobre el magma durante periodos
de varios millones de años. La superficie está cubierta por continentes e islas; estos poseen varios lagos,
ríos y otras fuentes de agua, que junto con los océanos de agua salada que representan cerca del 71 %
de la superficie constituyen la hidrósfera. No se conoce ningún otro planeta con este equilibrio de agua
líquida, que es indispensable para cualquier tipo de vida conocida. Los polos de la Tierra están cubiertos
en su mayoría de hielo sólido (indlandsis de la Antártida) o de banquisas (casquete polar ártico).
El interior del planeta es geológicamente activo, con una gruesa capa de manto relativamente sólido,
un núcleo externo líquido que genera un campo magnético, y un sólido núcleo interior compuesto por
aproximadamente un 88 % de hierro. La Tierra interactúa gravitatoriamente con otros objetos
en el espacio, especialmente el Sol y la Luna. En la actualidad, la Tierra completa una órbita
alrededor del Sol cada vez que realiza 366,26 giros sobre su eje, lo cual es equivalente a
365,26 días solares o un año sideral. El eje de rotación de la Tierra se encuentra inclinado 23,4°
con respecto a la perpendicular a su plano orbital, lo que produce las variaciones estacionales
en la superficie del planeta con un período de un año tropical (365,24 días solares). La Tierra
posee un único satélite natural, la Luna, que comenzó a orbitar la Tierra hace 4530 millones de
años; esta produce las mareas, estabiliza la inclinación del eje terrestre y reduce gradualmente

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la velocidad de rotación del planeta. Hace aproximadamente 3800 a 4100 millones de años,
durante el llamado bombardeo intenso tardío, numerosos asteroides impactaron en la Tierra,
causando significativos cambios en la mayor parte de su superficie. Tanto los minerales del
planeta como los productos de la biosfera aportan recursos que se utilizan para sostener a la población
humana mundial. Sus habitantes están agrupados en unos 200 estados soberanos independientes, que
interactúan a través de la diplomacia, los viajes, el comercio y la acción militar. Las culturas humanas
han desarrollado muchas ideas sobre el planeta, incluida la personificación de una deidad, la creencia en
una Tierra plana o en la Tierra como centro del universo, y una perspectiva moderna del mundo como
un entorno integrado que requiere administración. El Sol se clasifica como una estrella de tipo es-
pectral G2 y clase de luminosidad V: una estrella “G2V”. El Sol es la única estrella de nuestro sistema
solar. Su influencia y gravedad mantiene unido todo lo que gira alrededor de él, y su luz, calor y energía
son el motor que propicia la vida en la Tierra. El Sol es la única estrella de nuestro sistema solar. Su
influencia y gravedad mantiene unido todo lo que gira alrededor de él, y su luz, calor y energía son el
motor que propicia la vida en la Tierra.

¿Cuál es la importancia de la luz solar para los seres vivos?

El Sol es fundamental para la vida en nuestro planeta, tanto para las formas vegetales como animales. La
importancia del Sol es primordial, ya que es la fuente energética principal, proporcionando luz y calor
tan necesarios para las plantas, animales y, por supuesto, para el ser humano. Por tanto, sin su
presencia la vida en nuestro planeta sería imposible tal y como la conocemos. Además, es fundamental
para el desarrollo de muchas otras funciones en nuestro planeta, como los factores climáticos o los
ciclos biogeoquímicos, que igualmente influyen sobre la vida.

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¿Cuál es la importancia de la luz solar para los seres vivos y la Tierra?

El Sol es la estrella principal y central del Sistema Solar, su función primordial es la de proporcionar luz,
calor y energía a la Tierra. Esta función es de gran importancia, ya que permite la existencia de vida en
nuestro planeta. Por ejemplo, el ser humano, animales y plantas necesitan regular su temperatura a
nivel biológico y el Sol permite este proceso.
Además, el Sol como fuente productora de energía y calor ayuda que se produzcan ciertas reacciones
químicas en el organismo que permiten el crecimiento y desarrollo en los animales y plantas que viven
en la Tierra. Uno de estos procesos primordiales es la fotosíntesis en las plantas, que permite no solo la
existencia de alimentos para otras especies, sino también de oxígeno en la atmósfera terrestre.
El Sol no solo permite la existencia de organismos vivos, sino también la supervivencia de nuestro
planeta y de otros planetas del sistema solar.
Importancia del Sol para los seres humanos

Los seres humanos, a diferencia de otros animales, son animales endotérmicos (u homeotermos), por lo
que no dependen tanto del sol a la hora de regular su temperatura corporal, ya que buena parte del
calor procede de su metabolismo. Sin embargo, la luz solar sí que influye en el metabolismo del
organismo, permitiendo ciertas reacciones químicas, que producen calor o permiten el crecimiento y
diferenciación de algunos tejidos y células.
Así mismo, la luz solar ayuda a nuestro cuerpo a llevar a cabo otras funciones como es la síntesis de
vitamina D (necesaria para el metabolismo del calcio y el fósforo), la correcta circulación sanguínea,
producción de hormonas, evitar alergias e infecciones en la piel y mejora el sistema inmune. Por lo que
es fundamental para la salud del organismo.
Importancia del Sol para otros animales

Los animales, como los seres humanos, precisan de la energía solar para desarrollarse. La luz solar
influye en los animales puedan obtener nutrientes, vitaminas y calor necesarios. Por ejemplo, a muchos
animales, la luz solar también les permite sintetizar vitamina D, al igual que en el ser humano, que es
fundamental para su metabolismo. Además, en los animales la luz solar tiene una gran influencia sobre
la reproducción, a diferencia de los seres humanos, pues en los animales las épocas reproductivas están
fuertemente influidas por la luz y energía solar (al contrario que en humanos, la finalidad es meramente
reproductiva).
Otro factor muy importante del calor del Sol, particularmente en animales ectotérmicos (invertebrados,
peces, anfibios y reptiles), es la regulación de su temperatura corporal. Estos animales poseen

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diferentes adaptaciones para captar el calor o adoptan diferentes posiciones respecto al Sol según la
época del año.

Importancia del Sol para las plantas

El Sol es muy importante para las plantas, ya que les permite llevar a cabo la fotosíntesis (gracias a la
presencia del pigmento clorofila en los cloroplastos). Durante este proceso las plantas se nutren y
reciben agua, luz y calor, por lo que es fundamental para su crecimiento y desarrollo.
Además, en este proceso liberan energía a la atmósfera, necesario para el resto de seres vivos, y
producen alimentos que permiten la nutrición de otros seres vivos. Así, se producen alimentos como las
hortalizas, las frutas y otros productos agrícolas.

Importancia del Sol para los fenómenos terrestres

Hablar de la importancia de la luz y energía solar para los seres vivos, no tendría sentido sin entender la
importancia del Sol para los fenómenos terrestres.
En primer lugar, el calor procedente del Sol es fundamental para calentar nuestro planeta y así permitir
la vida en él, de lo contrario moriríamos por congelación. Además, el calor permite fenómenos como las
lluvias, vientos, formación de nubes o corrientes marinas y catástrofes o desastres naturales, como
huracanes o incendios. Estos son procesos también muy importantes para la vida en nuestro planeta.
Aquí puedes ver un vídeo sobre este interesante tema.

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¿El Sol está causando el calentamiento global?

El gráfico anterior compara los cambios de temperatura de la superficie global (línea roja) y la energía
del Sol recibida por la Tierra (línea amarilla) en vatios (unidades de energía) por metro cuadrado desde
1880. Las líneas más claras/delgadas muestran los niveles anuales, mientras que las líneas más
pesadas/gruesas muestran las tendencias promedio de 11 años. Se utilizan promedios de once años
para reducir el ruido natural de año a año en los datos, lo que hace que las tendencias subyacentes sean
más obvias.
La cantidad de energía solar que recibe la Tierra ha seguido el ciclo natural de 11 años del Sol de
pequeños altibajos sin aumento neto desde la década de 1950. Durante el mismo período, la
temperatura global ha aumentado notablemente. Por lo tanto, es extremadamente improbable que el
Sol haya causado la tendencia de calentamiento global observada durante el último medio siglo. El Sol

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puede influir en el clima de la Tierra, pero no es responsable de la tendencia al calentamiento que
hemos visto en las últimas décadas. El Sol es dador de vida; ayuda a mantener el planeta lo
suficientemente cálido para que podamos sobrevivir. Sabemos que los cambios sutiles en la órbita de la
Tierra alrededor del Sol son responsables de las idas y venidas de las edades de hielo. Pero el
calentamiento que hemos visto en las últimas décadas es demasiado rápido para vincularlo a cambios
en la órbita de la Tierra y demasiado grande para ser causado por la actividad solar. Una de las pruebas
irrefutables que nos dice que el Sol no está causando el calentamiento global proviene de observar la
cantidad de energía solar que llega a la parte superior de la atmósfera. Desde 1978, los científicos han
estado rastreando esto utilizando sensores en satélites, que nos dicen que no ha habido una tendencia
al alza en la cantidad de energía solar que llega a nuestro planeta. Una segunda prueba irrefutable es
que, si el Sol fuera responsable del calentamiento global, esperaríamos ver un calentamiento en todas
las capas de la atmósfera, desde la superficie hasta la atmósfera superior (estratosfera). Pero lo que en
realidad vemos es un calentamiento en la superficie y un enfriamiento en la estratosfera. Esto es
consistente con el calentamiento causado por una acumulación de gases que atrapan el calor cerca de la
superficie de la Tierra, y no porque el Sol “caliente más”.

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