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Está diseñado para poder ser utilizado como complemento del libro de texto de bachillerato: "Ciencias de la Tierra
y del Medio Ambiente", 1998 Ed. Teide, autor: Luis Echarri.
El autor agradece a Laura García Baglietto y a Unai Castillo Luzuriaga su entusiasta y eficaz colaboración en la
preparación de este libro electrónico.
El medio ambiente es el conjunto de componentes físicos, químicos, biológicos y sociales capaces de causar efectos
directos o indirectos, en un plazo corto o largo, sobre los seres vivos y las actividades humanas. (Definición de la
Conferencia de las Naciones Unidas sobre Medio Ambiente en Estocolmo 1972).
El poder de alterar el ambiente
Una gran parte de la humanidad actual vivimos en una sociedad industrial altamente compleja. En poco más de un
siglo nuestra civilización ha pasado de la carreta tirada por caballos al automóvil y del barco de vela al avión. Los
avances en medicina, agricultura, electrónica, informática, química, etc. han sido tan grandes que se ha producido
una auténtica revolución, muy positiva, en la vida humana. La principal responsable de este profundo cambio ha sido
la ciencia moderna.
Pero en la segunda mitad del siglo XX nos hemos encontrado, de forma un tanto inesperada, con una situación
nueva. Los grandes avances científicos han traído con ellos importantes problemas. La civilización científica y técnica
ha ido alterando el ambiente de una forma tan poderosa que ha llegado a ser amenazante para el equilibrio del
planeta. Los problemas ambientales han pasado a ser protagonistas de la vida social y política en estos últimos
decenios y conocerlos bien, con rigor científico, es una necesidad para cualquier ciudadano. Subir al comienzo de la
página
Precisamente el gran interés por los problemas ambientales -que estudiaremos con detalle en este curso-, nos ha
hecho entender la importancia de tener una visión global de la Tierra.
Los seres vivos, los ecosistemas, el conjunto de la biosfera, la Tierra, el Universo, son sistemas complejos en los que
se establecen infinidad de relaciones entre sus componentes. Cuando introducimos una modificación en uno de
estos sistemas no es fácil predecir cuales van a ser las consecuencias. No son sistemas simples en los que cuando
movemos una palanca podemos predecir el resultado con exactitud.
Por esto, en el estudio de los problemas ambientales se unen muchas ciencias distintas. Biología, geología, física y
química y otras ciencias positivas son imprescindibles para su estudio, pero también lo son la economía, el derecho,
la religión, la ética, la política y otras ciencias sociales. En la problemática ambiental va a ser muy frecuente no
encontrar soluciones únicas a las dificultades. A veces habrá un abanico de soluciones y en otras ocasiones no habrá
ninguna clara y habrá que elegir la que mejor se adapte a las circunstancias en las que nos encontramos. Sería un
grave error estudiar las ciencias ambientales como si fueran un conjunto de recetas claras a unos problemas
perfectamente definidos. Son, más bien, una oportunidad de discutir, consensuar y probar diferentes soluciones y
formas de enfrentarse con el problema, después de conocer bien todos los hechos que afectan al problema que
estemos analizando.
Introducción
Fue en 1961 cuando por vez primera un hombre, el cosmonauta ruso llamado Yuri
Gagarin, vio la Tierra desde el espacio. Al describir lo que veía comentó: "desde el
espacio contemplaba una bonita vista de la Tierra, que tenía un precioso halo azul muy
visible. Pasaba suavemente de un azul pálido a azul, azul oscuro, violeta hasta un negro
absoluto. Era un cuadro magnífico". Desde entonces cientos de vuelos espaciales nos
han familiarizado con la espectacular imagen del planeta azul, nuestro hogar. El único
que conocemos que acoja vida.
La Tierra posee unas características muy especiales en comparación con los demás
astros que forman parte del Sistema Solar. Tiene agua abundante, la que le da, vista
desde el espacio, un característico color azul, y tiene una atmósfera en equilibrio con el
agua y con los seres vivos. Su superficie sólida está formada por gigantescas placas
litosféricas en movimiento constante. La energía que recibe del Sol es la óptima para la
vida. Ni es excesiva, como para evaporar el agua y hacer desaparecer la atmósfera, ni
es tan poca que mantuviera el agua helada.
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Contenido de la página:
Balance energético
Introducción Energía radiante y vida
Situación Placas litosféricas
Forma y tamaño
Movimientos
Historia de la Tierra
Los ciclos geológicos
Estructura
Situación
La Tierra es uno de los planetas del sistema solar. Un astro sin luz propia que recibe la energía
del Sol. El Sol es una de las cien mil millones de estrellas de la galaxia llamada Vía Láctea.
Una estrella roja, situada más cerca del borde externo de la galaxia que de su centro, y que no es
ni de las más grandes ni especialmente distinta de otros muchos millones de estrellas similares a
ella; pero de la que procede la energía que hace posible la existencia de los únicos seres vivos
que conocemos en el Universo.
La magnitud del Universo, formado por miles de millones de galaxias similares a la Vía Láctea,
es tan enorme que nos resulta imposible de imaginar.
La Tierra posee un satélite singularmente grande, la Luna.
Forma y tamaño
Movimientos
a) Movimiento de rotación
La Tierra da vueltas sobre sí misma alrededor de un eje de rotación imaginario que pasa por los
polos. La rotación terrestre es de oeste a este y tarda 24 horas -el llamado día sideral- en dar una
vuelta completa.
Este movimiento de rotación es el responsable de la repetición regular del día y la noche, según
suceda que el punto en cuestión esté en la cara enfrentada al sol o en la resguardada.
b) Movimiento de traslación
La Luna es la segunda fuente de iluminación al reflejar la luz que recibe del Sol por lo que tiene
una notable influencia en la vida de los organismos. Se traslada alrededor de la Tierra siguiendo
una órbita contenida en el plano de la eclíptica que tarda en completar 29,53 días.
Las fases de Luna nueva, cuarto creciente, Luna llena y cuarto menguante se suceden conforme
nuestro satélite va recorriendo su órbita
Figura 2-3 > Movimiento de la Luna
Las mareas son otro fenómeno provocado por la Luna con gran influencia en los seres vivos. Se
deben a la atracción gravitatoria que la masa del satélite ejerce sobre la masa de agua de los
océanos.
Las mareas
Historia de la Tierra
a) Comienzos
El nacimiento de la Tierra, hace unos 4600 millones de años, se produjo a la vez que la
formación de todo el sistema solar. Suponemos, aunque no es fácil saber como ocurrió, que
masas de unos pocos kilómetros de diámetro llamadas planetoides, fueron chocando entre sí
hasta formar, al cabo de unos cientos de millones de años un planeta del tamaño del actual. Su
superficie estaba fundida y rodeada por una atmósfera formada por las grandes masas de vapor de
agua y otros gases liberados por las rocas al colisionar.
Al cabo de unas decenas de millones de años el planeta se había enfriado lo suficiente como para
que gran parte del vapor se hubiera licuado formando los océanos. Los gases predominantes en
la atmósfera de esa época eran el vapor de agua, el dióxido de carbono y el nitrógeno junto a
hidrógeno, y monóxido de carbono que originaban un ambiente ligeramente reductor.
b) La vida
Hace al menos 3600 millones de años, en un océano primitivo que suponemos cargado con
distintos tipos de moléculas orgánicas, aparecerían los primeros seres vivos, similares a las
actuales bacterias.
Aparecieron después organismos capaces de hacer fotosíntesis que comenzaron a producir
oxígeno que iba a la atmósfera. Para hace unos 1000 millones de años la atmósfera ya era similar
a la actual. Oxígeno y nitrógeno eran sus principales componentes y de reductora había pasado
a oxidante.
Hace unos 700 millones de años se aceleró el ritmo de aparición de nuevos tipos de vida. Todos
los grandes grupos de organismos que ahora conocemos: moluscos, artrópodos, equinodermos,
vertebrados, plantas diversas, etc., fueron apareciendo en unos pocos cientos de millones de años.
Durante el Paleozoico los seres vivos dejan de estar limitados a la vida acuática y conquistan el
medio terrestre y aéreo.
Cuando se compara la Tierra con otros planetas vecinos como Marte o Venus se observan
grandes diferencias, aunque el proceso de formación ha sido similar. Mientras en la Luna o en
esos planetas se siguen observando claramente miles de cráteres originados por las gigantescas
colisiones que los formaron, el aspecto de la Tierra es totalmente distinto.
Hay dos grandes procesos que han modelado la superficie de nuestro planeta y que han tenido
una decisiva importancia en la evolución y distribución de la vida:
la existencia, por una parte, de una atmósfera y una hidrosfera ha provocado un continuo
proceso de erosión, transporte y sedimentación de las rocas, en lo que se suele llamar el
ciclo geomorfológico;
por otra parte, durante miles de millones de años se ha ido sucediendo un lento pero
continuo desplazamiento de las placas que forman la parte externa del planeta, originando
la denominada tectónica de placas. Los continentes se unen entre sí o se fragmentan, los
océanos se abren, se levantan montañas, se modifica el clima, influyendo todo esto, de
forma muy importante en la evolución y desarrollo de los seres vivos.
Estructura
La corteza es la capa más externa. Las rocas que la componen son también fundamentalmente,
del tipo de los silicatos, como en el manto; aunque en la parte mas externa son frecuentes los
carbonatos y otras rocas sedimentarias. La estructura de la corteza no es homogénea, y en ella se
puede distinguir una corteza menos densa y más rígida que forma las áreas continentales,
mientras que por debajo de esta y en los fondos oceánicos se observa una corteza más plástica y
más densa.
TEMA 4 Ecosistemas
Introducción
Hay que insistir en que la vida humana se desarrolla en estrecha relación con
la naturaleza y que su funcionamiento nos afecta totalmente. Es un error
considerar que nuestros avances tecnológicos: coches, grandes casas,
industria, etc. nos permiten vivir al margen del resto de la biosfera y el estudio
de los ecosistemas, de su estructura y de su funcionamineto, nos demuestra la
profundidad de estas relaciones.
Páginas dependientes:
Contenido de la página:
Producción primaria
Introducción Producción secundaria
Definición de ecosistema Ciclos de los elementos
Funcionamiento del ecosistema Tipos de especies
Estudio del ecosistema Relaciones entre organismos
Dispersión de las especies
Sucesión
Definición de ecosistema
a) Relaciones alimentarias.-
La vida necesita un aporte continuo de energía que llega a la Tierra desde el Sol y pasa
de unos organismos a otros a través de la cadena trófica.
Las redes de alimentación (reunión de todas las cadenas tróficas) comienzan en las
plantas (productores) que captan la energía luminosa con su actividad fotosintética y
la convierten en energía química almacenada en moléculas orgánicas. Las plantas son
devoradas por otros seres vivos que forman el nivel trófico de los consumidores
primarios (herbívoros).
La cadena alimentaria más corta estaría formada por los dos eslabones citados (ej.:
elefantes alimentándose de la vegetación). Pero los herbívoros suelen ser presa,
generalmente, de los carnívoros (depredadores) que son consumidores secundarios en
el ecosistema. Ejemplos de cadenas alimentarias de tres eslabones serían:
hierba ß vaca ß hombre
algas ß krill ß ballena.
Las cadenas alimentarias suelen tener, como mucho, cuatro o cinco eslabones - seis
constituyen ya un caso excepcional-. Ej. de cadena larga sería:
algas ß rotíferos ß tardigrados ß nemátodos ß musaraña ß autillo
Pero las cadenas alimentarias no acaban en el depredador cumbre (ej.: autillo), sino
que como todo ser vivo muere, existen necrófagos, como algunos hongos o bacterias
que se alimentan de los residuos muertos y detritos en general
(organismos descomponedores o detritívoros). De esta forma se soluciona en la
naturaleza el problema de los residuos.
Los detritos (restos orgánicos de seres vivos) constituyen en muchas ocasiones el inicio
de nuevas cadenas tróficas. Por ej., los animales de los fondos abisales se nutren de los
detritos que van descendiendo de la superficie.
Las diferentes cadenas alimentarias no están aisladas en el ecosistema sino que forman
un entramado entre sí y se suele hablar de red trófica.
Una representación muy útil para estudiar todo este entramado trófico son
las pirámides de biomasa, energía o nº de individuos. En ellas se ponen varios pisos
con su anchura o su superficie proporcional a la magnitud representada. En el piso bajo
se sitúan los productores; por encima los consumidores de primer orden (herbívoros),
después los de segundo orden (carnívoros) y así sucesivamente.
b) Ciclos de la materia.-
c)Flujo de energía
Los 10 kilómetros de espesor aproximado de la troposfera son una fina capa añadida a
los algo más de 6000 kilómetros de radio de la Tierra. Y, sin embargo, en esa tenue
parte de la atmósfera se concentra la mayor parte del aire y ahí suceden los fenómenos
climáticos que tanta trascendencia tienen para la vida en nuestro planeta.
La hidrosfera es, junto con la atmósfera, el otro medio por excelencia de la vida. La
vida surgió en las aguas y multitud de especies viven en los distintos hábitats acuáticos.
Además, indirectamente, las grandes masas de agua influyen en fenómenos como la
lluvia, vientos, corrientes marinas, distribución del calor en el planeta, etc., que son
decisivos para la biosfera.
Contenido de la página: Páginas dependientes:
Introducción Atmósfera
Atmósfera y vida
Hidrosfera y vida Hidrosfera
Atmósfera y vida
Hidrosfera y vida
Llamamos a la Tierra el planeta azul porque este es el color que tiene vista desde el espacio. Lo
que le da esta coloración son las grandes masas de agua que ocupan las tres cuartas partes de su
superficie.
La variedad de formas en las que encontramos el agua también es digna de resaltar. Vapor en la
atmósfera, hielo, aguas dulces o de diferentes grados de salinidad son diferentes manifestaciones
de la misma sustancia que han intervenido e intervienen como protagonistas en la historia de
nuestro planeta.
Placas litosféricas
Contenido de la página:
Litosfera
Placas litosféricas
Pangea. Unión y disgregación de los continentes
Influencia del movimiento de las placas sobre la distribución de los seres vivos
La superficie de la Tierra abarca 510 · 106 km2 de los que tres cuartas partes están
cubiertos por las aguas y sólo 149 · 106 km2 son continentes emergidos.
Litosfera
La parte sólida más externa del planeta es una capa de unos 100 km de espesor denominada
litosfera que está formada por la corteza más la parte superior del manto.
Placas litosféricas
La litosfera se encuentra dividida en placas que están moviéndose a razón de unos 2 a 20 cm por
año impulsadas por corrientes de convección que tienen lugar en la astenosfera.
Hay siete grandes placas principales además de otras secundarias de menor tamaño. Algunas de
las placas son exclusivamente oceánicas, como la de Nazca, en el fondo del océano Pacífico.
Otras, la mayoría, incluyen corteza continental que sobresale del nivel del mar formando un
continente.
La Tectónica Global* estudia como estas placas van formándose en las dorsales oceánicas y
hundiéndose en las zonas de subducción. En estos dos bordes, y en las zonas de roce entre
placas (fallas de transformación), se producen grandes tensiones y salida de magma que
originan terremotos y volcanes.
Figura 2-15 > Fenómenos característicos de la Tectónica de placas
Influencia del movimiento de las placas sobre la distribución de los seres vivos
Los desplazamientos de los continentes y los cambios climáticos y de nivel del mar que han
provocado, han tenido una gran influencia en la evolución que han seguido los seres vivos en
nuestro planeta.
Así por ejemplo, en lugares que han permanecido aislados del resto de las tierras firmes mucho
tiempo como es el caso de Australia o Madagascar, rodeadas por mar desde hace más de 65
millones de años, han evolucionado formas de vida muy especiales, como, por ejemplo, los
marsupiales (canguros) y otras especies endémicas*.
Otra manifestación de la influencia de los cambios de posición de los continentes sería el de las
diferencias de flora y fauna entre América del Norte y América del Sur. Estos dos continentes
han permanecido aislados durante decenas de millones de años y se unieron hace unos 3 millones
de años, cuando emergieron del mar las tierras que forman el istmo de Panamá. En este caso se
comprueba que los seres vivos de América del N y del S difieren entre sí mucho más de lo que
sería lógico si América hubiera estado unida desde hace más tiempo.
Otro ejemplo de como pueden influir los movimientos de los continentes está también
relacionado con la formación del istmo de Panamá, pues originó un fuerte cambio climático
responsable de la formación del casquete de hielo del Artico, hace unos 2,5 millones de años.
Introducción
Conocer el suelo, las praderas, los bosques, los océanos o los humedales, entre otros
varios ecosistemas, es fundamental para entender el funcionamiento de nuestro planeta.
Hay varios tipos de ecosistemas, muy extendidos por todo el mundo, cuyo estudio
permite tener una visión global de la marcha que ha tenido la vida en la Tierra. En este
capítulo estudiaremos los más importantes.
Suelo Suelo
Biomas terrestres y marinos Biomas terrestres
Acción humana en los ecosistemas Oceanos y mares
Estuarios, deltas y marismas
Rios
Lagos y zonas húmedas
Acción del hombre
Suelo
El suelo es una parte fundamental de los ecosistemas terrestres. Contiene agua y elementos
nutritivos que los seres vivos utilizan. En el se apoyan y nutren las plantas en su crecimiento y
condiciona, por tanto, todo el desarrollo del ecosistema.
Formación.
El suelo se forma en un largo proceso en el que interviene el clima, los seres vivos y la roca más
superficial de la litosfera. Este proceso es un sucesión ecológica en la que va madurando el
ecosistema suelo. La roca es meteorizada por los agentes metereológicos (frío/calor, lluvia,
oxidaciones, hidrataciones, etc.) y así la roca se va fragmentando. Los fragmentos de roca se
entremezclan con restos orgánicos: heces, organismos muertos o en descomposición, fragmentos
de vegetales, pequeños organismos que viven en el suelo, etc. Con el paso del tiempo todos estos
materiales se van estratificando y terminan por formar lo que llamamos suelo.
Siempre se forman suelos muy parecidos en todo lugar en el que las características de la roca y
el clima sean similares. El clima influye más en el resultado final que el tipo de roca y, conforme
va avanzando el proceso de formación y el suelo se hace más evolucionado, menos influencia
tiene el material original que formaba la roca y más el clima en el que el suelo se forma.
Composición.
a) Fracción mineral.
> 256 mm
pedruscos
guijarros 64 a 256 mm
grava 4 a 64 mm
gravilla 2 a 4 mm
arena gruesa 1 a 2 mm
arena 0.2 a 2 mm
arena fina 0.02 a 0.2 mm
limo 0.002 a 0.02 mm
arcilla < 0.002 mm
Respecto a su naturaleza química, en principio parecería que no debe haber relación entre tamaño
y composición química, pero en un suelo medianamente maduro, se ve que, como resultado de
los procesos de formación que originan el suelo, la fracción de las arcillas está formada,
principalmente, por silicatos con aluminio y hierro (caolinita, montmorillonita, etc.) y las arenas
son, sobre todo, granos de cuarzo con algunas micas. El pequeño tamaño de los granos de arcilla
hace que esta fracción del suelo tenga una gran superficie por unidad de masa (1 g de arcilla
suma de 25 a 900 m2 de superficie). Esto tiene importantes consecuencias porque facilita
fenómenos que necesitan una gran superficie para producirse, como absorciones, algunas
reacciones químicas, retención de agua, etc. Otra propiedad característica de la arcilla es que
fluye cuando se encuentra sometida a presión por lo que las laderas arcillosas tienen
deslizamientos con facilidad.
En todo suelo hay materia orgánica, llamada humus. En un suelo del desierto puede estar en una
proporción del 1%, mientras que en la turba la proporción llega al 100%. Una cifra media común
a bastantes suelos sería la de un 5% (2% de carbono). Está formada por restos de organismos
muertos, excreciones, etc.; tan profundamente transformados que ya no puede advertirse,
normalmente, su estructura original.
Su composición química es muy variada, pero como conforme pasa el tiempo los productos
orgánicos que son más fácilmente degradables van desapareciendo, al final van quedando en
mucha más proporción las moléculas orgánicas con enlaces resistentes a la degradación biológica
(moléculas aromáticas con abundancia de ciclos y anillos, fenoles, funciones ácidas, etc.,).
Estructura.
El proceso de
formación del suelo
termina por estructurar
a los materiales en unos
estratos o capas
característicos a los que
se denomina
horizontes. El conjunto
de estos horizontes da a
cada tipo de suelo un
perfil característico.
Tradicionalmente estos
horizontes se nombran
con las letras A, B y C,
con distintas
subdivisiones: A0, A1,
etc.
Tipos de suelos.
En los suelos más simples, como pueden ser los de la alta montaña, las zonas árticas o los
desiertos, sólo hay horizonte C.
Otros suelos tienen horizontes A y C pero no B; y, por último, están los que poseen los tres
horizontes bien caracterizados.
Suelo desértico.- Con un horizonte A muy estrecho, con muy poco humus, apoyado
directamente sobre depósitos minerales y rocas fragmentadas.
Renzina. Se forma sobre calizas. Su horizonte A es negruzco o, en algunos casos, rojizo;
y carece de horizonte B. Es el suelo que se encuentra en muchos montañas calizas de la
Península.
Chernosiem. Horizonte A de gran espesor y de color negruzco. Se forma sobre depósitos
sueltos (principalmente de loess) en zonas con fuertes heladas invernales. Carece de
horizonte B. Es muy fértil y muy apto para el cultivo de cereales. Ejemplos de este suelo
son las llamadas tierras negras de Ucrania, las grandes estepas de Rusia, Estados Unidos,
Argentina o el Asia Central.
Ranker. Horizonte A con suelo muy trabado, que hace que se arranque por piezas cuando
se tira de él. Sin horizonte B. Se desarrolla sobre una roca madre poco alterada. Es suelo
típico de la alta montaña, sobre todo si se forma sobre granito u otras rocas ácidas.
Podsol. Con los tres horizontes A, B y C bien diferenciados. Se forma en zonas lluviosas
y es un suelo muy lavado. Su horizonte B, de acumulación, está muy bien marcado. A
veces las acumulaciones forman costras duras y rojizas. Es un suelo muy frecuente en
bosques de pinos.
Tierra parda. Con los tres horizontes, pero menos lavados que los podsoles. El horizonte
B, de acumulación, está bien marcado. Es un suelo propio de zonas menos lluviosas y de
latitudes más bajas que el podsol. Sería, por ejemplo, el característico de los bosques de
hayas y robles.
Lateritas. Se puede considerar como el suelo tropical típico, aunque no es propiamente el
que tiene el bosque selvático, sino el que queda al talar la selva. Con la abundancia de
lluvia en estas zonas el suelo es lavado muy intensamente y, al final, sólo queda una
mezcla de óxidos e hidróxidos de aluminio, hierro, manganeso y otros metales. Contiene
muy pocos elementos nutritivos porque su capa A es muy pequeña y es, por tanto, un
suelo muy pobre para los cultivos.
Permafrost. Es el suelo típico de las zonas cercanas a los polos. Está impregnado de agua
y congelado. En el deshielo, que es superficial, se forman grandes charcos. Por sus
características impide que muchos animales (p. ej. lombrices) vivan en él.
En el suelo viven una gran cantidad de bacterias y hongos, tantos que su biomasa supera,
normalmente, a todos los animales que viven sobre el suelo.
En la zona más superficial, iluminada, viven también algas, sobre todo diatomeas. También se
encuentran pequeños animales como ácaros, colémbolos, cochinillas, larvas de insectos,
lombrices, etc.
Las lombrices tienen un especial interés. Son, dentro de la fauna, las de mayor presencia de
biomasa, y cumplen un importante papel estructural pues sus galerías facilitan el crecimiento de
las raíces y sus heces retienen agua y contienen importantes nutrientes para las plantas.
Los diferentes biomas terrestres: tundra, taiga, bosques templados y tropicales, estepas,
matorrales, etc. Su distribución en la superficie de la Tierra está condicionada por el clima y
forman un gran mosaico de estilos de vida que recubre los continentes.
Los océanos y sus diversas zonas, en las que la profundidad, cercanía a la costa, movimientos de
las corrientes marinas, etc. determinan diferentes ecosistemas con funcionamientos muy distintos
entre sí.
Océanos y mares
de C por m2 y año).
Han sido muy usados por el hombre para depositar sus residuos, por su cercanía a los
lugares habitados y porque poseen gran capacidad de purificación. Actualmente están
revalorizados en su aprecio ecológico y son más protegidas.
Ríos
Los ríos son componentes esenciales del paisaje continental. Su trabajo erosivo moldea el relieve,
forma valles, corta cañones y deposita materiales en sus tramos bajos originando amplias llanuras
aluviales. Para la vida en el medio terrestre son esenciales. Llevan agua y nutrientes a plantas y
animales y transportan a los organismos y a sus estructuras reproductoras. Son muy usados por el
hombre para suministro de agua, deposición de residuos, producción pesquera, etc.
Desde el punto de vista ecológico es totalmente diferente el funcionamiento de los tramos alto,
medio y bajo:
En el curso alto el agua lleva pocos nutrientes pues no ha tenido tiempo de disolver o arrastrar
minerales ni otras moléculas. El agua está bien oxigenada pues es fría y está agitada. Debido a la
fuerte corriente no se pude desarrollar el fitoplancton y hay poca fotosíntesis: el ecosistema es
heterotrofo (más respiración que producción) y los organismos obtienen la energía de los
nutrientes que afluyen desde la cuenca, arrastrados por las aguas de lluvia. Esta es la zona del río
apta para los salmónidos (trucha y salmón) que necesitan aguas bien oxigenadas. También son
frecuentes los cangrejos, tritones, desmán de los Pirineos, martín pescador, mirlo acuático, etc.
En el curso medio el lecho es más amplio y menos abrupto, las corrientes tienen menos fuerza y
crecen plantas que se sujetan al lecho del río. El río es más autotrofo (producción/respiración
mayor que 1 frecuentemente). La diversidad de especies suele ser máxima. Es el lugar de los
barbos, nutrias, ranas, etc.
En el curso bajo las corrientes son lentas y las aguas fangosas y al haber menos luz se hace
menos fotosíntesis, por lo que el río de nuevo es heterotrofo y hay poca variedad de especies en
la mayoría de los niveles tróficos. Los peces más frecuentes son tencas, percas, lucios, anguilas,
etc.
Los ríos son ecosistemas bien adaptados para el tratamiento de residuos: "alcantarillas gratuitas",
porque tienen gran poder de regeneración de las aguas, pero han sido muy alterados por el
hombre, a veces hasta destruir la vida casi totalmente en muchos tramos de ellos. Es muy difícil
hallar un río auténticamente natural.
Contenido de la página:
Lagos y lagunas
Lagos eutróficos y oligotróficos
Embalses y lagos artificiales
Zonas húmedas, ciénagas y pantanos
Lagos y lagunas.
Son sistemas jóvenes, a escala geológica. Las lagunas y la mayor parte de los lagos,
permanecen desde pocas semanas o meses, -las estacionales-, a varios cientos de años,
las más duraderas. Con el paso del tiempo acaban llenándose de sedimentos
y colmatándose. Por este motivo la diversidad de especies es baja pues, aunque por su
aislamiento debía ser alta, su corta duración no da tiempo a la aparición de nuevas
especies. Una notable excepción es el Baikal, que es antiguo, y tiene muchas especies
propias.
En estos lagos la luz penetra con dificultad en el agua y los seres vivos que se
encuentran son los característicos de las aguas pobres en oxígeno (barbos, tencas,
gusanos, etc.)
En la actualidad regulan una cuarta parte del caudal total de los ríos de la Tierra. Se
usan para obtener energía (1 MW por cada 3 o 4 Hm3 de agua), para irrigar, para
regular caudales, para beber, para refrigerar plantas eléctricas, térmicas o nucleares,
para deporte y recreo, etc.
Otro factor que hay que tener en cuenta a la hora de decidir su construcción es que se
van colmatando (llenando de sedimentos que arrastra el río) y envejecen y desaparecen
en unos 60 a 100 años.
A las zonas húmedas se les puede aplicar gran parte de lo expuesto para los estuarios.
Son muy fértiles, con una gran productividad primaria e imprescindibles para la
supervivencia de muchas especies..
Las fluctuaciones de agua por mareas o fuertes lluvias y los incendios estacionales las
hacen más fértiles, porque liberan nutrientes solubles. Si no hay estas fluctuaciones se
van acumulando sedimentos y turba que facilitan la invasión por la vegetación terrestre
y el humedal desaparece.
La acción del hombre sobre el planeta ha sido tan notable, especialmente en el último
siglo, que se puede afirmar que no existe ecosistema que no esté afectado por su
actividad. Desde hace milenios el hombre ha explotado y modificado la naturaleza para
subsistir, pero en los últimos decenios además ha producido miles de sustancias nuevas
que se han difundido por toda la atmósfera, la hidrosfera, los suelos y la biosfera.
Acción del hombre sobre el ecosistema.
a) Agricultura y ganadería
Cuando se cultivan los campos, se talan los bosques, se pesca o se cría ganado, se
"explota" al resto de la naturaleza y se provoca su "regresión" en el sentido ecológico;
es decir, el ecosistema se rejuvenece y deja de seguir el proceso de sucesión natural.
c) Reciclado de residuos
El hombre siempre ha confiado en los sistemas naturales para limpiar y depurar sus
residuos y los ha vertido a ríos, mares y vertederos terrestres. La capacidad de la
naturaleza para reciclar los materiales, diluir los tóxicos y limpiar el aire y el agua es
muy grande, pero la actividad industrial genera tan gran variedad y cantidad de
contaminación que sobrepasa la capacidad equilibradora y depuradora de la atmósfera.
Especial interés tienen los compuestos que como el DDT se van acumulando en
la cadena trófica y llegan a alcanzar concentraciones muy altas en los tejidos de los
consumidores secundarios o terciarios, provocando importantes alteraciones en su
metabolismo.
También veremos con detalle como la emisión de algunos gases en grandes cantidades
a la atmósfera, como el CO2 o los CFC, está produciendo alteraciones en el
funcionamiento normal del clima o de la protección contra las radiaciones peligrosas.
El uso de recursos por el hombre deja en ocasiones a los ecosistemas sin componentes
que les son imprescindibles. Así sucede cuando desviamos cursos de agua para usarlos
en regadío o abastecimiento de ciudades y el cauce de los ríos queda sin caudal
suficiente para mantener el ecosistema. O cuando se construye en las zonas del litoral
sobre marismas.