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TEMA

LLAMADOS A CUMPLIR LA VOLUNTAD DE DIOS


PROPOSITO
Dar a conocer a la iglesia, que, como hijos de Dios, estamos llamados a cumplir la voluntad suya.
TEXTO
JUAN 4:31-34
31
Entre tanto, los discípulos le rogaban, diciendo: Rabí, come. 32 Él les dijo: Yo tengo una comida
que comer, que vosotros no sabéis. 33 Entonces los discípulos decían unos a otros: ¿Le habrá traído
alguien de comer? 34 Jesús les dijo: Mi comida es que haga la voluntad del que me envió, y que
acabe su obra.
INTRODUCCIÓN
Cuando el hombre entiende, reconoce y recibe la salvación por medio de la fe, está llamado a
cumplir la voluntad de Dios en toda la magnitud de la palabra, a tal punto que la vida del creyente
ya no gira en torno a su vida y sus prioridades, sino que se concentra en el día a día a cumplir con
esfuerzo la voluntad de Dios, para así asegurar la vida eterna, por ello quiero compartir con ustedes
esta enseñanza que se centra el versículo 34 y dejar en claro cómo debemos poner a Dios como
prioridad en cualquier aspecto nuestras vidas, aun en nuestras propias necesidades.
Jesús en su aspecto físico, estaba cansado, porque había recorrido varios lugares como lo menciona
los primeros versículos del capítulo 4, una distancia de 150 km aproximadamente entre Judea y
Galilea y con el calor intenso del medio día, en el trayecto Jesús se detuvo a cumplir su misión con
la mujer Samaritana; pues ello era el objetivo de Jesucristo, anunciar su verdad. Debemos entender
también, que Jesús usaba muchos métodos de enseñanza, lo que muchos no comprendían; en este
panorama los discípulos habían dejado a Jesús para comprar alimentos, ellos estaban preocupados
por su salud, porque no había comido nada y le dijeron: Rabí, come. Él les dijo: Yo tengo una
comida que comer, que vosotros no sabéis. Los discípulos quedaron completamente confundidos
porque su Maestro no había comido nada, o se preguntarían si la mujer le había ofrecido algo y ya
no tenía necesidad, pero no era así: Entonces los discípulos decían unos a otros: ¿Le habrá traído
alguien de comer? entonces Jesús respondió dándoles la siguiente explicación: Mi comida es que
haga la voluntad del que me envió, y que acabe su obra.
Nuestro Señor Jesucristo no estaba preocupado en satisfacer sus propias necesidades y menos las
priorizaba a pesar de ser importante para su estado físico, todo lo contrario estaba preocupado por
cumplir la voluntad de Dios( su padre) de anunciar el mensaje del Evangelio y salvar almas
alcanzado a cuantos pudiera, Jesús siempre nunca perdió el horizonte, ni el objetivo por la que había
venido a esta tierra, que era cumplir la voluntad de Dios; sin duda nuestro Señor Jesucristo es el
mejor ejemplo de obediencia y lo hizo desde niño, recordemos:
1. Cuando se perdió en el templo “Entonces él les dijo: ¿Por qué me buscabais? ¿No sabíais
que en los negocios de mi Padre me es necesario estar?”, (Lucas 2:49).
2. Cuando fue llevado al desierto para ser tentado“Jesús, respondiéndole, dijo: Escrito está:
No sólo de pan vivirá el hombre, sino de toda palabra de Dios”, (Lucas 4:4).
3. Cuando dedicó toda su vida a cumplir la obra que su Padre le había encomendado: “Mas yo
tengo mayor testimonio que el de Juan; porque las obras que el Padre me dió para que
cumpliese, las mismas obras que yo hago, dan testimonio de mí, que el Padre me ha
enviado”, (Juan 5:36).
4. cuando expirando dijo: “Consumado es”, (Juan 19:30).
Jesús fue obediente en cumplir la voluntad de Dios hasta la muerte en la cruz; de ahí que cada
hijo de Dios, su objetivo principal de vida terrenal y nuestro afán debe centrarse en hacer
realidad la voluntad de nuestro buen Dios y de ello el apóstol Pablo entendió perfectamente,
Pues el Apóstol sabía que Dios le había dotado un ministerio y su vida giraba alrededor de
ella, por ello él dice: “Pero de ninguna cosa hago caso, ni estimo preciosa mi vida para mí
mismo, con tal que acabe mi carrera con gozo, y el ministerio que recibí del Señor Jesús, para
dar testimonio del evangelio de la gracia de Dios”, (Hechos 20:24). Y aun estando en aflicción
y desde la prisión el sigue afirmando lo que el Señor Jesús le había encomendado: “Porque yo
ya estoy para ser sacrificado, y el tiempo de mi partida está cercano. He peleado la buena
batalla, he acabado la carrera, he guardado la fe. Por lo demás, me está guardada la corona de
justicia, la cual me dará el Señor, juez justo, en aquel día; y no sólo a mí, sino también a todos
los que aman su venida”, (2 Timoteo 4:6-8).
El apóstol pablo entendió su llamado e hizo la voluntad de Dios y muchos más quienes
hicieron la voluntad de Dios; así mismo con ese mismo fervor debemos buscar la forma de
cómo entender y hacer la voluntad de Dios que es compartir la salvación a nuestros semejantes,
sin embargo en nuestros afanes y objetivos todos nos hemos olvidado de Dios, realzando y
cumpliendo sueños que muchas veces no es lo que Dios preparó para nosotros, el éxito, el
dinero, los bienes, la comodidad, los placeres y demás han hecho que estemos fuera de la
voluntad de Dios y estemos lejos de cumplirla, tal es los afanes de esta vida que no tomamos
importancia del trabajo arduo que el Señor demanda dentro de nuestra familia y nuestra
iglesia, peor aun cuando se trata de actividades de iglesia (ministeriales) todos están ocupados,
que el pastor muchas veces tiene que rogar.
Por ello el apóstol Pablo nos dice que: “No os conforméis a este siglo, sino transformaos por
medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál sea la buena
voluntad de Dios, agradable y perfecta”, (Romanos 12:2). Pero
¿cómo podemos lograr esta transformación mental capaz de conocer la voluntad de Dios? Cuán
importante es no solo leer la palabra de Dios y cumplir con la lectura del día. Si queremos
realizar la voluntad de Dios es importante leer, meditar en las sagradas escrituras para que se
cumpla lo que dice “Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir,
para corregir, para instruir en justicia, a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente
preparado para toda buena obra”, (2 Timoteo 3:16-17). Y solo así lograremos conocer la
voluntad de Dios a la medida que nos dejamos guiar por el Espíritu Santo a través de su
palabra.
Debemos recordad siempre que Tu y Yo fuimos creados con un propósito que es de hacer la
voluntad de Dios para su gloria y alabanza; por encima de cualquier sueño personal o nuestra
más triste necesidad, para ser agradables ante los ojos de nuestro Padre Celestial.

CONCLUSION O APLICACIÓN
¿Qué nos impide hacer la voluntad de Dios?
El hombre siempre tendrá necesidades en su vida terrenal, pero todo es vanidad si no se realiza y no
se camina de acorde con la voluntad de Dios, pueda que sea muy difícil, pero el Espíritu Santo está
dispuesto a ayudarnos a caminar dentro de la voluntad de Dios, para obtener la vida eterna al lado
de nuestro Señor Jesús; entonces vale la pena decir no aun a nosotros mismo y decir Sí, Jesús quiero
hacer tu voluntad en toda circunstancia.
Que Dios nos ayude a hacer su voluntad.

Por: Hna. Elisa Bravo de Romero.

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