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Vulnerabilidad social y desarrollo cognitivo Vulnerabilidad social y desarrollo cognitivo

VULNERABILIDAD SOCIAL Y DESARROLLO COGNITIVO

CONTRIBUCIONES DE LA
NEUROCIENCIA COGNITIVA DEL DESARROLLO

Serie
CUADERNOS DE CÁTEDRA

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SEBASTIÁN LIPINA Vulnerabilidad social y desarrollo cognitivo

Serie
CUADERNOS DE CÁTEDRA
Director: Alejandro Storni
Sebastián J. Lipina
rge
¿Qué debatimos hoy en la didáctica? : las prácticas de enseñanza en la
educación super– 1ª ed. 1ª reimp. – Buenos Aires: Jorge Baudino: Uni-
versidad Nacional de Gral. Sa.
150 p. ; 20x14 cm.- (Cuadernos de cátedra dirigida por Alejandro Storni)

ISBN 987-96-7

1. Educación Superior. I. Título. VULNERABILIDAD SOCIAL


CDD378 Y
DESARROLLO COGNITIVO

CONTRIBUCIONES DE LA
1ª edición agosto de 2006 NEUROCIENCIA COGNITIVA DEL DESARROLLO
I.S.B.N. N° 987-9020-
©2006 Sebastián J. Lipina
©2004 Universidad Nacional de General San Martín
©2004 Jorge Baudino Ediciones
Fray Cayetano Rodríguez 885
(1406) Buenos Aires - Argentina
jbaudino@fibertel.com.ar
Queda hecho el depósito que dispone la Ley 11.723
Editado e impreso en la Argentina Jorge Baudino Ediciones
UNSAM
Colaboraron en esta edición: UNIVERSIDAD
NACIONAL DE
SAN MARTÍN
Daniela Verón
Alfredo Seiler, procesos técnicos
Diseño de tapa: Ángel Vega (angelvega@arnet.com.ar) BUENOS AIRES - ARGENTINA
Se utilizó papel obra nacional de 80 gr. para el interior,
y para la tapa, papel ilustración de 300 gr. 2006
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INDICE

PRÓLOGO .............................................................................................................. 9
CAPÍTULO 1
POBREZA: CONCEPTOS Y MEDICIÓN
1. Definiciones conceptuales de la pobreza .................................................... 13
2. Definiciones operacionales (métodos de medición) de la pobreza ........ 21
2.1. Método de ingreso ..................................................................... 21
2.2. Método directo ............................................................................ 25
2.3. Comparaciones entre los métodos de ingreso y directo ...... 29
3. Comentarios sobre medición de pobreza en estudios locales ................. 32

CAPÍTULO 2
EFECTOS DE LA POBREZA SOBRE EL DESARROLLO INFANTIL
1. Introducción ...................................................................................................... 35
2. Efectos sobre el crecimiento .......................................................................... 36
3. Efectos sobre las competencias cognitivas desde la perspectiva
psicométrica .................................................................................................... 38
4. Efectos según el tipo de estimulación en el hogar ..................................... 39
5. Mecanismos mediadores de los efectos de la pobreza ............................. 40

CAPÍTULO 3
APORTES DE LA NEUROCIENCIA AL ESTUDIO DE LOS EFECTOS DE
LA POBREZA SOBRE EL DESARROLLO INFANTIL
1. Conceptos básicos sobre desarrollo cerebral .............................................. 53
2. Efectos de la experiencia sobre el cerebro: Modelos experimentales .... 58
3. Procesos de plasticidad y desarrollo cerebrales en niños ......................... 64
4. Paradigmas de evaluación cognitiva: Aportes de la neurociencia cogniti-
va del desarrollo ............................................................................................ 70

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CAPÍTULO 4
PAUTAS CONCEPTUALES Y METODOLÓGICAS
DE LAS INTERVENCIONES EN POBLACIONES INFANTILES
EN RIESGO SOCIAL
1. Introducción ...................................................................................................... 75
2. Caracterización de los programas de intervención temprana. ................ 79
2.1. Aspectos generales ..................................................................... 79 PRÓLOGO
2.2. Ejemplos de programas de intervención temprana .............. 85
2.3. Nuevas tendencias en el diseño de módulos de “Si la miseria de nuestros pobres
estimulación cognitiva: Aportes de la Neurociencia Cognitiva no es causada por las leyes de la naturaleza,
y la Psicología cognitiva del desarrollo ......................................... 91 sino por nuestras instituciones,
2.4. Caracterización de los programas de educación inicial ........ 93 cuán grande es nuestro pecado”
2.5. Ejemplos de programas de educación inicial .......................... 94 Charles Darwin, Diario del viaje
3. Programa de intervención escolar (p.i.e.) .................................................... 98 de un naturalista alrededor del mundo
3.1. Introducción ................................................................................ 98
3.2. Síntesis de resultados ............................................................... 102
El estudio científico de los efectos de la pobreza sobre el
CAPÍTULO 5 desarrollo infantil tiene más de ocho décadas de historia. Am-
EPÍLOGO: CUESTIONES PENDIENTES,
PLANES FUTUROS ........................................................................................... 105 bos fenómenos, pobreza y desarrollo, se caracterizan por su
naturaleza multidimensional. Tanto para el estudio de los pro-
Bibliografía ........................................................................................................ 114 cesos básicos subyacentes a sus asociaciones, como para el di-
seño de intervenciones orientadas a modificarlas, es necesario
incorporar abordajes multidisciplinarios que además incluyan
la consideración de diferentes cuestiones epistemológicas, his-
tórico-culturales, éticas e ideológicas.
Actualmente, no es posible sostener ideas y acciones
que aborden el tema en forma lineal y desde una sola perspec-
tiva. Si bien esto último es consenso en la mayor parte de la
comunidad científica, no implica la inexistencia de profundos
debates acerca de la interpretación de los efectos y procesos
implicados, además de las formas de implementación de pla-
nes de solución en función a ellos. Esto último está atravesa-
do por el posicionamiento ideológico de los modelos con que
las sociedades proponen sus políticas sociales.
Los hallazgos más frecuentes en el estudio de la pobre-
za y desarrollo infantil, incluyen diferentes alteraciones del cre-
cimiento y del desarrollo tanto cognitivo como socioafectivo
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desde el nacimiento hasta la adolescencia, y la existencia de En los últimos diez años, diferentes disciplinas neuro-
diferentes factores de riesgo y mecanismos mediadores que científicas, en particular la Neurociencia Cognitiva del Desa-
modulan el grado y alcance del impacto. Dado que gran par- rrollo, comenzaron a contribuir significativamente con esta área
te de los factores de riesgo es evitable con políticas adecuadas, de estudio a nivel conceptual, metodológico y de aplicación. En
la investigación básica y aplicada es fundamental para el dise- tal contribución resultan de importancia la permanente actua-
ño de planes de solución. Sin ello, no es posible identificar los lización de los conocimientos acerca de los fenómenos de plas-
momentos apropiados para implementar planes, el tipo y or- ticidad cerebral, la emergencia y desarrollo de diferentes ope-
den de dimensiones a considerar y el establecimiento de los cri- raciones mentales básicas (como paradigma alternativo de de-
terios de efectividad. Por lo tanto, tampoco es posible un uso sarrollo y desempeño cognitivo), su modificación por entrena-
racional de recursos materiales y humanos en la implementa- miento en contextos clínicos y comunitarios, y su asociación
ción de las acciones. Asimismo, la investigación es crítica para con la adquisición de aprendizajes tempranos específicos. El
evitar la formación de representaciones sociales erróneas que abordaje neurocientífico en esta área de estudio constituye una
puedan generar efectos epistemológica y éticamente erróneos, alternativa genuina para establecer en primer lugar, perfiles de
que potencialmente pueden traducirse en prácticas discrimina- desempeño sensibles y específicos, y diseñar en base a ello es-
torias. A pesar de lo obvio que pueda resultar, es necesario trategias orientadas a impactar sobre cada uno de ellos en par-
aclarar que las contribuciones de la investigación científica en ticular, con el fin de lograr su optimización. Existen ejemplos
términos de conocimientos básicos y aplicaciones controladas, de tales experiencias tanto a nivel internacional como local,
no tienen como objetivo suplir aquello que debiera ejecutarse varios de los cuales se abordan.
desde diferentes instancias e instrumentos públicos y comuni-
tarios. Por otra parte, sigue siendo incomprensible y desconcer- En síntesis, el presente libro revisa las formas en que la
tante la falta de compromiso político y económico en relación pobreza en general y la pobreza infantil en particular son
a estas cuestiones, ante el cuerpo de conocimientos acumula- conceptualizadas y medidas, y su impacto sobre el desarrollo
dos en prácticamente todo el mundo. infantil, particularmente en el área del desarrollo cognitivo
desde la perspectiva neurocientífica1 . En el Capítulo 1 se tra-
Si bien en el presente libro no dejan de abordarse cues- ta el problema de las definiciones conceptuales de la pobreza
tiones generales del desarrollo infantil, el énfasis está puesto
en el área del desarrollo mental desde la perspectiva 1. Esta obra es una versión modificada de la tesis doctoral del autor, titu-
neurocientífica. Ello no implica de ninguna manera un posi- lada “Efectos de la pobreza sobre el desarrollo cognitivo (ejecutivo) de una
cionamiento de tipo reduccionista o la pretensión de que con muestra de niños argentinos en edad preescolar“, presentada y defendida
en la Universidad Nacional de San Luis en 2004, bajo el asesoramiento científico
tal abordaje se agote la comprensión del tema en detrimento del Dr. Miguel De Bórtoli y de la Prof. Haydée Echeverría. Los estudios ex-
de otras consideraciones conceptuales y metodológicas. Espe- perimentales correspondientes a la misma fueron desarrollados por un grupo
cíficamente, se propone tratar las contribuciones que la Neu- de investigadores de la Unidad de Neurobiología Aplicada (UNA) (CEMIC)
rociencia viene haciendo al área durante las últimas cinco dé- entre los años 1996 y 2004 (Lic. María I. Martelli, Lic. Beatriz L. Vuelta, Lic.
cadas y destacar su potencial en relación al diseño de pro- María S. Segretin, Lic. Verónica Cristiani, Lic. Marisol Blanco más un gru-
puestas orientadas a contribuir con la optimización de la ca- po de más de 30 operadores) bajo la dirección del Dr. Jorge A. Colombo y
la coordinación del autor. Para todos ellos vaya mi más profundo agradeci-
lidad de vida infantil en el mundo actual y futuro. miento por sus contribuciones y apoyo constantes.

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y sus métodos de medición y las dificultades de la metodolo-


gía actual para identificar los procesos que caracterizan espe-
cíficamente a la pobreza infantil. El Capítulo 2 incluye el tema
de los efectos de la pobreza sobre diferentes áreas del desarro-
llo y los mecanismos mediadores por los cuales tales efectos
tienen lugar. El Capítulo 3 trata sobre los efectos de la experien- CAPÍTULO 1
cia en el desarrollo cerebral. Ello incluye una revisión de los
principales modelos experimentales sobre plasticidad cerebral POBREZA: CONCEPTOS Y MEDICIÓN
con modelos animales y humanos. El Capítulo 4 presenta una
síntesis conceptual y metodológica de los programas de inter-
vención orientados a optimizar el desarrollo de poblaciones in- 1. DEFINICIONES CONCEPTUALES DE LA POBREZA
fantiles afectadas por pobreza, ejemplos en diferentes socieda-
des y los aportes recientes de la perspectiva neurocientífica. Fi-
La pobreza es un fenómeno multidimensional, hetero-
nalmente, en el Capítulo 5 se recapitulan los aspectos centra-
géneo y no generalizable conceptualmente, que afecta a
les del estudio del área y se incluyen comentarios acerca de las
aproximadamente al 40% de la población mundial (2.560 mi-
líneas de investigación actuales y las proyecciones para los
llones de personas) y entre ellos al 50% de los niños menores
próximos años, desde la perspectiva de la Neurociencia Cog-
de 18 años (1.088 millones de niños) (PNUD, 2005; UNICEF,
nitiva del Desarrollo.
2005). Su estudio es y fue abordado históricamente por dife-
Sebastián J. Lipina (Buenos Aires, Julio de 2006) rentes disciplinas científicas, organismos públicos y organiza-
ciones no gubernamentales, con el fin de profundizar el cono-
cimiento y de generar estrategias que permitan modificar sus
múltiples consecuencias sobre el desarrollo humano en sus
diferentes dimensiones. En este contexto, su definición concep-
tual es un tema crítico, ya que determina significativamente la
forma de estudiar el fenómeno, y por lo tanto el tipo de estra-
tegias o políticas de intervención a implementar para modifi-
car sus efectos. Específicamente en lo que al desarrollo cogni-
tivo se refiere, dados los múltiples condicionamientos ambien-
tales y culturales de éste, se impone la necesidad de analizar
el tipo de definición conceptual de la pobreza a utilizar y el
utilizado en los estudios de referencia, para establecer su per-
tinencia, limitaciones e indagar sobre su significado en térmi-
nos de la vida cotidiana de las personas afectadas.
Por una parte, existen aspectos conceptuales compar-
tidos por todas las disciplinas y abordajes, como por ejemplo
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la referencia a un tipo de relación entre carencias materiales punto de vista metodológico este criterio podría ser conside-
y psicológicas y la falta de recursos para satisfacerlas rado correcto y necesario, tampoco resuelve de manera ex-
(Boltvinik, 1999). Pero además, existen diferencias epistemo- haustiva la evaluación de necesidades. De hecho, a pesar de
lógicas e ideológicas que hacen que cada disciplina plantee que en el mundo el 40% de las personas es considerado pobre
problemas y formas de análisis específicos. Por ejemplo, des- (PNUD, 2005), el discurso sobre la pobreza es dominado por
de la perspectiva económica, según el concepto utilizado por profesionales, políticos y funcionarios de distintas organiza-
los organismos oficiales de Argentina y diferentes países de ciones gubernamentales y no gubernamentales. Esto significa
Latinoamérica, la pobreza remite a un conjunto de requeri- que en la definición de las necesidades no está incorporada la
mientos psicológicos, físicos y culturales, cuya satisfacción re- perspectiva de las personas que viven en pobreza (Narayan y
presenta una condición mínima necesaria para el funciona- cols, 2000; Vasilachis de Gialdino, 2003).
miento y desarrollo de la vida humana en sociedad (CEPAL,
1994). En tal definición se distinguen las dimensiones necesi- Para los organismos oficiales, la privación a la que ha-
dades y satisfactores. Las necesidades se refieren a una tensión cen referencia este tipo de definiciones es tratada como pre-
latente entre una carencia o falta y la motivación o potencia sentando tanto aspectos relativos como absolutos (Sen, 1981).
para conseguir su cancelación. Por otra parte, las necesidades El concepto de pobreza relativa postula que las necesidades
fundamentales se consideran teóricamente finitas (clasifica- humanas no son fijas y que varían de acuerdo a los cambios
bles) y permanentes, es decir sin determinación cultural; mien- sociales y a la oferta de productos en un contexto social deter-
tras que los satisfactores se definen como los medios por los minado (Townsed, 1979). A esta perspectiva se opone otra
cuales se cancela una necesidad, y en tal sentido estarían de- que sostiene que existiría un núcleo irreducible de privación
terminados histórica y culturalmente (Peteta, 2001). absoluta, independiente de un panorama relativo. Finalmen-
te, una tercera posición sostiene que la pobreza es un concepto
Otros enfoques proponen, en cambio, revisar estas for- absoluto en el espacio de las capacidades y realizaciones, y un
mas de plantear el estudio de la pobreza profundizando el aná- concepto relativo en el espacio de los bienes y servicios (Sen,
lisis de las consecuencias de sus límites y de sus sesgos, para 1981). En cambio, desde la perspectiva de las personas que
evitar perspectivas epistemológicas que impidan el reconoci- viven en pobreza, la privación es una experiencia psicológica
miento de las personas involucradas como pares, es decir, per- intensa y penosa que se traduce en impotencia y pérdida de
sonas con expectativas, deseos, esperanzas, temores, tristezas libertad para elegir y actuar (Narayan y cols., 2000).
y alegrías (Vasilachis de Gialdino, 2003).
Si bien algunas de estas dimensiones son contempladas
También se ha planteado que el concepto pobreza no por las definiciones conceptuales de uso en los organismos ofi-
debiera constituir en si mismo un juicio de valor ni una defi- ciales, aquellas asociadas al sufrimiento psicológico general-
nición política y que su medición debiera ser considerada como mente suelen ser las menos consideradas en las políticas orien-
un ejercicio descriptivo, que evaluara los estándares prevale- tadas al desarrollo de las comunidades que viven en pobreza.
cientes de necesidades. Es decir, desde esta perspectiva debiera Las razones de esta ausencia son variadas: criterios conceptua-
ser un ejercicio empírico y no ético, en el que los hechos se re- les y metodológicos sesgados, falta de recursos materiales y hu-
lacionen con lo que es considerado privación y no directamen- manos idóneos, corrupción, y la dificultad real para definir
te con las políticas recomendadas (Sen, 1981). Si bien desde un operacionalmente variables que permitan avanzar en el cono-
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cimiento de los efectos y los procesos involucrados. Entre ellas, tran que los niños que viven en familias que experimentan
una de las más críticas es sin duda el planteo de una relación tanto pobreza persistente como ocasional, tienen cocientes in-
directa entre el sujeto cognoscente (investigador) y el sujeto telectuales (CI) más bajos y más problemas de conductas de
conocido. Esta relación está mediada en realidad por un con- internalización y que la pobreza persistente tiene efectos más
junto de representaciones a las que ambos sujetos apelan para fuertes que la ocasional (Duncan y cols., 1994).
conocer, que se interponen entre ellos y que cuando la ima-
gen que han producido de uno de ellos es negativa (el “po- Otra dimensión de la pobreza es su localización en el
bre”) y está unida a las acciones que la comunidad rechaza, continuo urbano-rural. Si bien es posible encontrar algunos
desdeña o cuestiona, difícilmente el proceso de conocimiento estudios del efecto de la pobreza sobre el desarrollo infantil en
pueda concluir sino produciendo una descripción recortada, poblaciones rurales, donde la incidencia de la pobreza y la
reducida y maniatada del sujeto conocido (Vasilachis de indigencia es potencialmente mayor que en los centros urba-
Gialdino, 2003). nos, prácticamente no existen estudios que comparen resul-
tados entre centros urbanos y rurales. Particularmente en
Otra fuente de variación en las definiciones conceptua- nuestro país, la información de pobreza rural proviene casi
les de la pobreza es el tiempo histórico. Por ejemplo, los abor- exclusivamente de los censos poblacionales, expresándose en
dajes previos a 1980 solían sostener concepciones unidimen- términos de Necesidades Básicas Insatisfechas (NBI, ver más
sionales y estáticas, tratándosela además como sinónimo de adelante), ya que la Encuesta Permanente de Hogares (EPH)
nivel socio-económico bajo (SES de aquí en adelante). Poste- del INDEC involucra sólo a 28 aglomerados urbanos que re-
riormente, la pobreza comenzó a ser concebida como fenóme- presentan al 70% de la población urbana y al 60% de la po-
no multidimensional, diferenciada del concepto de SES y ana- blación total (INDEC, 2006). El desequilibrio en la incidencia
lizada como proceso dinámico en su impacto sobre diferen- de la pobreza entre aglomerados urbanos y rurales es una
tes aspectos del desarrollo cognitivo y el crecimiento cuestión muy significativa que debiera figurar en la agenda
(McLoyd, 1998). El momento de inicio de las privaciones y su pública, ya que las diferencias en la estructura familiar, las ca-
duración comenzaron a ser consideradas como información racterísticas de las comunidades y de las redes sociales entre
de importancia significativa (Brooks-Gunn y Duncan, 1997), otros factores, plantea serios interrogantes sobre la posibilidad
dando origen a los estudios sobre las variaciones del efecto de de extrapolar a los procesos psicológicos propios de la pobla-
acuerdo al momento de inicio de la exposición, los mecanis- ción rural que vive en pobreza, los hallazgos y procesos des-
mos mediadores (McLloyd, 1998) y los modelos de acumula- criptos en muestras de lugares urbanos (Huston y cols., 1994).
ción de riesgo, que asumen que la exposición sostenida a con-
diciones de pobreza y sus correlatos ambientales resultan en A pesar de la naturaleza multidisciplinaria de estas in-
consecuencias más adversas (Burchinal y cols., 2000; Evans, vestigaciones, poco se sabe aún de la experiencia psicológica
2004). Por ejemplo, algunos estudios indican que cuanto más y subjetiva de la pobreza en los niños y sus familiares. El mis-
tiempo vive una familia en situación de pobreza [definida en mo nivel de ingreso o confort material puede ser percibido de
función a ingreso insuficiente (ver adelante, definición opera- manera diferente por los miembros de una familia, dependien-
cional de línea de pobreza)], menor es la calidad de sus am- do de si los padres comunican o no sus preocupaciones sobre
bientes hogareños (Garret y cols, 1994). Otros estudios mues- la inseguridad económica, o si se rechazan con frecuencia los

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pedidos de materiales y experiencias de los niños por falta de di- cuentemente, los niños son considerados como parte de sus ho-
nero. Por ejemplo, en estudios con diferentes poblaciones de ado- gares y como consecuencia de ellos se asume que comparten las
lescentes de hogares pobres, se ha demostrado que la experien- situaciones y condiciones de vida en igualdad con los adultos.
cia subjetiva de la privación económica es un factor mediador de Asimismo, hay diferentes razones por las que este tipo de abor-
los efectos de la pobreza sobre el bienestar psicológico (McLoyd dajes para medir la pobreza infantil son inadecuados. En primer
y cols., 1994), y que su percepción del apoyo familiar, de la sen- lugar, el conocimiento insuficiente acerca de las relaciones entre
sación de control sobre el desempeño escolar, de los sentimien- ingreso, gasto y necesidades de consumo entre los niños y cómo
tos de auto-valoración y de las relaciones afectivas con sus ma- estas necesidades varían de acuerdo a la edad, género y área
dres, son factores que explican mejor su desempeño escolar en geográfica. Por otra parte, el ingreso basado en el hogar y la re-
comparación con las condiciones socioeconómicas del hogar. Por lación gastos-consumo, usualmente asume semejanzas de recur-
otra parte, la experiencia subjetiva de vivir en pobreza también sos entre hogares. Finalmente, los problemas técnicos en la me-
dependería de las comparaciones sociales en las escuelas, vecin- dición, y la extensión de la pobreza infantil, no dependen nece-
darios y medios masivos de comunicación (Huston y cols., 1994). sariamente del ingreso familiar sino también de la disponibilidad
de infraestructura y servicios, como salud, educación y servicios
Aplicando metodologías cualitativas, el Banco Mundial de agua potable. Esta situación ha generado la necesidad de uti-
ha efectuado a fines de la década de los noventa estudios en 52 lizar métodos de medición específicos de la pobreza infantil, que
países sobre la experiencia subjetiva de vivir en condiciones de se comentarán en la siguiente sección (definiciones operaciona-
pobreza. Las conclusiones fueron que la privación económica les).
constituye una experiencia psicológica intensa y penosa que se
traduce en impotencia y pérdida de libertad para elegir y actuar, En síntesis, las definiciones conceptuales provenientes
asociada a: 1) medios de sustento precarios, transitorios e inade- de los estudios de los organismos oficiales son parcialmente
cuados, 2) viviendas aisladas, inseguras, sin servicios y social- útiles para satisfacer criterios metodológicos de los estudios de
mente estigmatizadas, 3) hambre, cansancio y enfermedad cró- los efectos de la pobreza sobre el desarrollo cognitivo infan-
nica, 4) inequidad y problemas en las relaciones de género, 5) til. Las diferentes formas utilizadas para referirse a la pobre-
discriminación y aislamiento en las relaciones sociales, 6) insegu- za, cuya reducción conceptual a sólo una cuestión de ingre-
ridad tanto en el sentido de la protección como en la tranquili- so suele ser un error grave y frecuente, se basan fundamen-
dad de espíritu, 7) conductas de indiferencia y abuso por parte talmente en metodologías que miden privación de bienes y
de quienes detentan posiciones de poder, 8) exclusión institucio- servicios de la población general. Ello deja de lado cuestiones
nal, 9) fragilidad y aislamiento de las organizaciones sociales pro- insoslayables de la pobreza, como los derechos humanos y la
pias, y 10) disminución de las capacidades por falta de informa- forma de experimentarla por parte de los niños. Sólo los in-
ción, educación, habilidades y confianza (Narayan y cols., 2000). dicadores IPH-1 e IPH-2 utilizados por el PNUD involucran
componentes referidos a la privación de derechos humanos
A pesar de los avances en el estudio de la pobreza y de básicos (PNUD, 2005). Pero aún en este último caso, tampo-
sus efectos sobre el desarrollo infantil, especialmente en los paí- co se incluye la noción de cómo la pobreza afecta a las pobla-
ses en desarrollo se verifican pocos análisis sobre el estándar de ciones infantiles, ni las dimensiones específicas de privación
vida y el bienestar infantil. La mayor parte de la información es- involucradas.
tadística sobre los niños deriva de su situación en las familias. Fre-
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Hasta el presente, sólo existe un estudio que da cuenta de 2. DEFINICIONES OPERACIONALES


estos aspectos discriminados por región mundial (Gordon y cols., (MÉTODOS DE MEDICIÓN) DE LA POBREZA
2003). Según el mismo, la situación de la pobreza infantil en tér-
minos de privaciones graves, en el año 2003, para la población En los procedimientos de medición de la pobreza utiliza-
de menores de 18 años de América Latina y el Caribe, era la si- dos por los organismos oficiales se identifican dos operaciones
guiente: a) el 21% (41.397.930 niños) habitaba en viviendas don- básicas: identificación y agregación. En forma habitual se defi-
de compartía habitaciones con más de cinco personas o no tenía nen primero las necesidades básicas o mínimas y se considera
pavimento como mínimo en sus pisos, b) el 16% (31.541.280 ni- pobre a quien es incapaz de satisfacerlas. Una vez definidas las
ños) no tenía acceso a ningún tipo de letrina en las cercanías de necesidades básicas, la identificación de personas pobres puede
su vivienda, c) el 7% (13.799.310 niños) sólo tenía acceso a agua llevarse a cabo mediante dos métodos alternativos con múltiples
de superficie para beber, o vivía en hogares cuya única fuente de combinaciones posibles: a) el método directo, que consiste en ve-
agua potable se encontraba a más de quince minutos de distan- rificar el conjunto de personas que no pueden satisfacer alguna
cia, d) otro 7% no había sido vacunado contra ninguna enferme- necesidad básica, b) el método de ingreso, que consiste en calcu-
dad, o siendo menores de 5 años había sufrido recientemente dia- lar el ingreso mínimo o línea de pobreza (LP) con la cual todas las
rrea y no había sido atendido por ningún médico ni recibido tra- necesidades básicas se satisfacen, o bien el ingreso mínimo o línea
tamiento, e) el 5% (9.856.650 niños) tenía altura y peso en pro- de indigencia (LI) con la cual se puede obtener una Canasta Bá-
porción a la edad en un nivel de más de tres desviaciones típi- sica de Alimentos (CBA), capaz de satisfacer un umbral mínimo
cas por debajo del percentil medio de la población internacional de necesidades energéticas y proteicas, e identificar a aquellos
de referencia, f) otro 5% de niños entre 3 y 18 años (9.856.650) cuyo ingreso se ubica por debajo de ambas líneas.
carecía en el hogar de acceso a radio, televisión, teléfono o pe-
riódicos, y g) un 3% de niños entre 7 y 18 años (5.913.990) nun- 2.1. Método de ingreso
ca había ido a la escuela (Gordon y cols., 2003) (Figura 1).
Si bien en la actualidad el INDEC está desarrollando una
nueva metodología de medición que implica cambios en la de-
finición de la LP (INDEC, 2006), la renovación de la CBA y la
extensión de la cobertura geográfica de las mediciones, el proce-
dimiento en uso para establecer la LI parte de utilizar una CBA
determinada en función de los hábitos de consumo de la pobla-
ción, definida como población de referencia en base a los resul-
tados de la Encuesta de Gastos e Ingresos de los Hogares de
1985/86. Una vez establecidos los componentes de la CBA se los
valoriza con los precios relevados por el Índice de Precios al Con-
sumidor (IPC) para cada período de medición. Dado que los re-
querimientos nutricionales son diferentes según la edad, el sexo
Figura 1. Privación grave en menores de 18 años latinoamericanos y la actividad de las personas, es necesario hacer una adecuación
(N=197.000.000). Fuente: Gordon y cols., 2003. que refleje las características de cada individuo en relación a esas
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variables, para lo cual se toma como unidad de referencia al dientes del IPC. En función de la variación relativa de esos
varón adulto, de 30 a 59 años, con actividad moderada. A esta precios, se determina para cada mes de medición de la pobre-
unidad de referencia se la denomina «adulto equivalente» za el valor del coeficiente. Para expandir el valor de la CBA
(AE), se le asigna un valor igual a uno y finalmente se cons- y obtener el valor de la CBT, lo que se hace es multiplicar su
truye una tabla de equivalencias. valor por la inversa del CdE, es decir, CBT = CBA * inversa
del CdE.
Por ejemplo, un hogar de cinco miembros compuesto
por un matrimonio (ambos de 40 años) (1,00 de AE el mari- En abril de 2006, en el distrito metropolitano y el Gran
do y 0,74 de AE la esposa), y tres hijos de 5 (0,63 de AE), 3 Buenos Aires, el valor de la inversa del CdE fue de 2,16 y la
(0,56 de AE) y 1 año (0,43 de AE), suma 3,36 unidades de AE. CBA de $128,49. Entonces, el valor de la CBT para un AE se
Es decir que la composición de cada hogar en AE determina calcula de la siguiente forma: $128,49 (CBA) * 2,16 (inversa del
un valor de CBA específico para ese hogar. Por ejemplo, para CdE) = $277,54. Por último se multiplica dicho valor por la can-
el Gran Buenos Aires, en abril de 2006 el valor de la CBA tidad de unidades AE de un hogar y se compara el valor de la
para el adulto equivalente fue de $128,49. Por lo tanto, el va- CBT de cada hogar con el ingreso total familiar de dicho hogar.
lor de la CBA para el caso ejemplo es $128,49 * 3,36, es de- Si el ingreso es inferior al valor de la CBT se considera que el
cir, $431,73. Por último, se compara este valor específico de hogar y los individuos que lo componen se hallan por debajo de
cada CBA con el ingreso total familiar del hogar. Si el ingre- la LP; de lo contrario, se encontrarán en el grupo de hogares y
so es inferior al valor de la canasta se considera que el hogar personas no pobres. Retomando el ejemplo, la LP correspon-
y los individuos que lo componen, se hallan por debajo de la diente al hogar es de $932,53.
LI. Siguiendo con el ejemplo, si el hogar tuviera un ingreso
total familiar de $400 sería considerado indigente. Entre las limitaciones del método LP se encuentran: a) el
requerimiento de un conocimiento detallado sobre el compor-
La LP se establece a partir de evaluar si el ingreso de tamiento de consumo de la población, información que no siem-
un hogar es capaz de satisfacer —por medio de la compra de pre se halla disponible o si se halla está por debajo del nivel de
bienes y servicios— un conjunto de necesidades alimentarias detalle requerido o no está actualizado, b) para su aplicación
y no alimentarias consideradas esenciales. Para calcular la LP sistemática durante un período de tiempo se requiere de un mé-
es necesario contar con el valor de la CBA y ampliarlo con la todo de evaluación que además permita estimar variaciones tem-
inclusión de bienes y servicios no alimentarios (vestimenta, porales y espaciales, y c) se requiere de fuentes confiables de
transporte, educación, salud, etc.) con el fin de obtener el va- medición de los ingresos a nivel familiar. Por otra parte, dado
lor de la Canasta Básica Total (CBT). Para ampliar o expan- que la unidad de análisis es la familia y no el individuo, se re-
dir el valor de la CBA se utiliza el «Coeficiente de Engel» (CdE), quiere la construcción de escalas de equivalencia y la conver-
definido como la relación entre los gastos alimentarios y los sión de cada familia en un cierto número de unidades AE. Si
gastos totales observados en la población de referencia —en bien se genera información específica sobre menores de 14 años
este caso, la del año base de estos cálculos fue 1985/86. Es de- (ver figura 2) , este abordaje no informa sobre aspectos específi-
cir: COEFICIENTE DE ENGEL = GASTOS ALIMENTARIOS / GASTOS TOTALES. cos de privación de los niños, a pesar de que la comunicación
En cada período se actualiza tanto el numerador como el de- masiva de datos de este tipo pareciera indicarlo.
nominador del CdE con la variación de los precios correspon-

22 23
SEBASTIÁN LIPINA Vulnerabilidad social y desarrollo cognitivo

2.2. Método directo

Frente a las limitaciones que presenta el método LP, mu-


chas veces se opta por el método directo. En este caso la defini-
ción utilizada es de carácter normativo y el método consiste en
identificar los recursos que cuando se presentan en forma insu-
ficiente remiten a una vida de privaciones y quien padece su fal-
ta es considerado pobre. La medición se lleva a cabo de acuer-
do al concepto de necesidades básicas, identificando por lo gene-
ral un núcleo amplio de ellas: a) alimentación adecuada, b) vesti-
menta funcional y en buen estado, c) alojamiento y equipamien-
to doméstico mínimamente apropiado para el funcionamiento
del hogar, d) el equilibrio psicofísico de sus miembros, e) dispo-
nibilidad de agua potable y de sistema de eliminación de excretas
Figura 2. Incidencia de la pobreza e indigencia en los menores de 14 años
de 28 aglomerados urbanos de Argentina según región geográfica [CBA:
que garanticen estándares sanitarios mínimos, f) condiciones am-
Ciudad de Buenos Aires; GBA: Gran Buenos Aires; CUY (Cuyo): Gran Mendoza, bientales sanas que posibiliten la realización de actividades esen-
Gran San Juan, San Luis-El Chorrillo; NEA (Noreste): Corrientes, Formosa, ciales para el desarrollo individual y la integración social, g) acceso
Gran Resistencia, Posadas; NOA (Noroeste): Gran Catamarca, Gran Tucu- a medios de transporte apropiados para trasladarse a los lugares
mán-Tafí Viejo, Jujuy-Palpalá, La Rioja, Salta, Santiago del Estero-La Banda; de trabajo o estudio y para las otras actividades de interacción
PAM (Pampeana): Bahía Blanca-Cerri, Concordia, Gran Córdoba, Gran La
social, y h) acceso a servicios adecuados de salud, educación y cul-
Plata, Gran Rosario, Gran Paraná, Gran Santa Fe, Mar del Plata-Batán, Río
Cuarto, Santa Rosa-Toay; PAT (Patagonia): Comodoro Rivadavia-Rada Tilly, tura, así como los recursos mínimos para los gastos complemen-
Neuquén-Plottier, Río Gallegos, Usuahia-Río Grande]. La línea continua (49.5%) tarios que permitan el aprovechamiento efectivo de esos servicios.
representa la media de pobreza para todas las regiones y la discontinúa (20.5%)
la de indigencia. Fuente: INDEC, 2006. Estas necesidades básicas dan lugar a una combinación
de diferentes indicadores de privación y a la elaboración de un
Con respecto a los indicadores de pobreza que el método LP indicador compuesto de insatisfacción construido de acuerdo
permite generar se encuentran: a) la tasa de incidencia, que es la pro- a criterios uniformes para distintas poblaciones. Este método
porción de la población total que es identificada como pobre, b) el ín- permite comparar grados de insatisfacción y elaborar mapas de
dice H, que expresa la proporción de hogares que está debajo de la insatisfacción a nivel nacional (CEPAL, 1994).
línea de pobreza sobre el total de hogares, que si bien es un índice sim-
En nuestro país y en base a los datos de los Censos Na-
ple y de fácil comprensión resulta insensible a la magnitud del défi-
cionales de Población y Vivienda de 1980 y 1991, y a la elabora-
cit de ingresos de aquellos que se encuentran por debajo de la LP, c)
ción de un estudio previo donde se midió la correlación entre
la brecha estandarizada del ingreso, que es el déficit porcentual del in-
las necesidades básicas insatisfechas y una medida de la pobre-
greso promedio de los pobres con respecto a la línea de pobreza, y d)
za basada en el ingreso per capita (INDEC, 1994), se construyó
el índice FGT, que mide el promedio ponderado de la distancia entre
un indicador de Necesidades Básicas Insatisfechas (NBI) que in-
el ingreso de los hogares y la línea de pobreza.
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SEBASTIÁN LIPINA Vulnerabilidad social y desarrollo cognitivo

cluye a los hogares que: a) tuvieran más de tres personas por Con respecto a las limitaciones del método directo, los
cuarto, b) habitaran en una vivienda de tipo inconveniente (pie- investigadores de organismos oficiales consideran que una co-
za de inquilinato, vivienda precaria excluyendo casa, departa- rrecta identificación de la pobreza debe reconocer que se está
mento o rancho), c) no tuvieran ningún tipo de retrete, d) tuvie- frente a un síndrome de carencias. Esto no implica que forzo-
ran algún niño en edad escolar que no asistiera a la escuela, samente todas las necesidades estén identificadas en el indica-
e) tuvieran cuatro o más personas por miembro ocupado y dor compuesto, pero si que se detecten carencias en aquellas
cuyo jefe tuviera baja educación (hasta 2º del nivel primario consideradas un impedimento decisivo para el desarrollo. Por
según la ley previa a la Nº 24.521) (CEPAL, 1994) (Figura 3). otra parte, el principal problema del método directo es cómo
agregar familias que presentan diferentes cantidades o tipos de
indicadores de NBI (Beccaria y Minujin, 1991). El método usado
en América Latina entre los años 1980 y 2000 para identificar
la pobreza mediante NBI, fue considerar pobre a una familia
cuando no alcanzara el umbral de satisfacción en al menos una
necesidad básica.
Dos hipótesis básicas orientaron este procedimiento: a) to-
das las necesidades son consideradas básicas, en el sentido que
identifican una situación de privación crítica, y b) todas las necesi-
dades son igualmente importantes. Siendo así, la presencia de cual-
quier NBI identifica a una familia como pobre. Pero este procedi-
miento no asegura la correlación entre necesidades. Es más, en una
alta proporción de casos las familias son consideradas pobres por
presentar sólo uno de los indicadores. Esto debilita el principio de
correlación sobre todo ante la ocurrencia de umbrales poco exi-
gentes (Beccaria y Minujin, 1991; Boltvinik, 1995).
En síntesis, parece evidente que la referencia exclusiva a
una NBI puede en muchos casos aumentar el error estadístico que
lleva a considerar pobre indebidamente a aquellos que tienen un
solo indicador NBI positivo, sin que por eso se caracterice como
Figura 3. Mapa de la pobreza argentina según NBI por provincia según pasible de privación (ver p. e., el trabajo del Centro de Estudios
Censo 2001. En ese año el total de hogares en estas condiciones alcanzaba sobre Nutrición Infantil en Tierra del Fuego de 1996). Por otro
en promedio al 14.3%. El mismo año, el porcentaje de hogares pobres se- lado, una acumulación de dos o tres indicadores NBI positivos
gún ingreso fue de 26.2%. Tales diferencias indican dos clases de pobreza representa evidencia de mayor intensidad de privación y depen-
diferentes según el método de medición (estructural y reciente). No obs- diendo de las circunstancias, puede representar una señal inequí-
tante, ninguno de ambos métodos brinda información sobre la situación específica
de los niños. Fuente: INDEC, 2001, 2003. voca de prioridad para la acción social.

26 27
SEBASTIÁN LIPINA Vulnerabilidad social y desarrollo cognitivo

Otra variante en el abordaje del método directo consiste 2.3. Comparaciones entre los métodos de ingreso y directo
en reconocer que existen dimensiones significativas que pueden
ser consideradas prácticas de situaciones de pobreza. Por ejem- Mientras el método de NBI identifica pobreza de más
plo, las condiciones de empleo de los miembros de la familia larga data, el método de la LP permite detectar a aquellos hoga-
pueden presentar inadecuaciones que coexisten con déficit de res, que aunque cuenten con una vivienda conveniente y acceso
vivienda, lo que aumenta la vulnerabilidad de las mismas con- a servicios, ya no pueden satisfacer adecuadamente sus necesida-
diciones de pobreza (Lustosa y Peteta, 2001; Peteta, 2001). Por des debido a la baja de sus ingresos. Este último grupo conforma
otra parte, desde la década del noventa se observa en la sociedad al sector de lo que desde mediados de la década de los noventa
argentina una tendencia relacionada con la dimensión trabajo que se dio en llamar nuevos pobres, de progresivo aumento en la me-
compromete el bienestar de las familias, que depende del empleo dida que se incrementa la desocupación, la subocupación y la pre-
de sus miembros y de la inserción de los mismos en el mercado de carización laboral y se reducen los ingresos. Se trata fundamen-
trabajo: el aumento del desempleo y la informalidad (INDEC, 2004). talmente de hogares de clase media que siguen viviendo en el es-
La dimensión trabajo puede, por lo tanto, incluir indicadores que pacio urbano pero cuyo nivel de vida ha caído significativamen-
representan prácticas de otros indicadores de bienestar. te. Por otra parte, la pobreza estructural ha sido tomada específi-
camente como objeto de políticas públicas focalizadas y asisten-
Las evidencias de un deterioro de las condiciones educa- cialistas, por ejemplo, los programas alimentarios y de empleo.
cionales en la mayoría de los países latinoamericanos, justifica que Complementariamente, el sector de los nuevos pobres carece casi
se consideren no sólo la asistencia escolar como indicativo de la por completo de políticas públicas de todo tipo.
pobreza, sino además la presencia en el hogar de adultos analfa-
betos, y otras situaciones de deterioro en el acceso a los servicios La categoría de privación económica más comúnmente
educativos, por ejemplo, el rezago escolar o escolaridad insuficiente utilizada en los estudios sobre impacto de la pobreza en el de-
en infantes y jóvenes (INDEC, 1994). sarrollo cognitivo infantil, ha sido la de ingreso. A pesar que
la validez de este indicador ha sido cuestionada por diferen-
El confort de la vivienda ha sido una dimensión privilegiada tes razones, es ampliamente utilizado tanto en la investigación
en los estudios pioneros de NBI. En la actualidad suelen mantenerse como en las políticas públicas de asistencia social. Dos aspec-
la mayoría de indicadores de vivienda que han demostrado en el pa- tos son los más importantes a tener en cuenta respecto de este
sado su capacidad de discriminación de situaciones de carencia crí- indicador: 1) representa una suma de dinero absoluta y no un
ticas y a su vez se agrega otro, como la tenencia de vivienda precaria porcentaje del ingreso medio o un percentil, por lo cual es teó-
que se correlaciona significativamente con situaciones de extrema po- ricamente posible que cualquier persona pueda estar por enci-
breza (INDEC, 1994). ma del umbral, y 2) el indicador no refleja la distancia al umbral
de las personas (brecha) (Huston y cols., 1994).
En síntesis, al utilizar el método NBI debe intentarse abar-
car diferentes tipos de carencias, relacionadas sobre todo con res- Otros indicadores de privación económica utilizados en
pecto a las condiciones habitacionales, de acceso a servicios sani- investigaciones del campo son el desempleo parental, el em-
tarios, la inserción en el mercado laboral y la educación. pleo inestable, la pérdida de ingreso y nivel socioeconómico
(medido por diferentes escalas denominadas en conjunto por su
sigla en inglés SES) bajo. El concepto de pobreza en términos de
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SEBASTIÁN LIPINA Vulnerabilidad social y desarrollo cognitivo

LP difiere de estas otras, ya que representan a un conglome- Las investigaciones que analizan el impacto aislado de la
rado de condiciones y eventos centrales más que periféricos. pobreza per se, sugieren que el ingreso familiar tiene efectos
Es decir, que intentan representar más directamente las con- específicos sobre determinados aspectos del desarrollo. Por
diciones de vida en pobreza, como la exposición a malas con- ejemplo, las habilidades cognitivas verbales y de ejecución pa-
diciones sanitarias, viviendas inadecuadas, tóxicos ambientales recen ser más sensibles al ingreso que los problemas de con-
y contextos comunitarios inadecuados en términos de mode- ducta, salud mental y física, aún cuando se controlan otras con-
los sociales. Por otra parte, el desempleo, el empleo inestable diciones familiares como la educación materna, la edad mater-
o la pérdida de ingreso, no necesariamente colocan a una fa- na al nacimiento del niño, la monoparentalidad o el empleo
milia en situación de pobreza, a pesar que estos fenómenos (Brooks-Gunn y Duncan, 1997; Duncan y Brooks-Gunn, 2000).
están sobre-representados entre las familias que viven en con- Por otra parte, en algunas sociedades con alta presencia de di-
dición de pobreza (Huston y cols., 2000). ferentes minorías culturales, las relaciones entre ingreso y SES
pueden variar de acuerdo a la pertenencia cultural de las pobla-
Asimismo, a diferencia del método de la línea de pobre- ciones que se analizan (Huston y cols., 1994).
za, las escalas de nivel socioeconómico proponen un ranking je-
rárquico individual, familiar o grupal, de acuerdo a su acceso a Finalmente, diferentes estudios recientes sobre desarro-
alguna combinación de valores de confort (satisfactores). Si bien llo infantil proponen la aplicación de nuevas metodologías de
entre los investigadores sociales existe un debate acerca de cómo medición de pobreza, entre las que se incluyen: 1) los Presu-
debe ser definido y cuantificado el SES, hay acuerdo respecto puestos Básicos Familiares, que difieren de los utilizados por
de que los niveles de educación y ocupación parental, el ingre- organismos oficiales en que reflejan con mayor precisión las
so familiar y el prestigio social asociado al tipo de estilo de vida, necesidades de ingreso familiar en base a hábitos y costos ac-
son componentes centrales (McLoyd, 1998). Además de su na- tualizados, el número y edades de adultos y niños en el hogar,
turaleza multidimensional y de denotar una posición relativa, así como también las variaciones geográficas, 2) la Tasa de In-
el SES es considerado menos volátil que la LP. Esta distinción greso para cubrir Necesidades, consistente en la razón entre in-
entre categorías de privación económica es importante, debido greso total y el umbral de LP establecido por los organismos
a su efecto potencialmente diferenciado sobre el desarrollo in- oficiales, cuya ventaja metodológica esencial es la de poder ser
fantil. Por ejemplo, algunos estudios demuestran que los nive- utilizada como variable continua u ordinal, 3) los indicadores
les de pobreza e ingreso tienen efectos en el desarrollo infantil de Presión Económica, definidos como el estrés psicológico re-
independientemente del nivel de educación parental (Duncan y sultante de la presencia de dificultades financieras, 4) los indi-
cols., 1994). No obstante, aún no está definitivamente estableci- cadores de Hambre e Inseguridad Alimentaria, algunos de los
do cómo actúan las variaciones en el ingreso en combinación con cuales incluyen encuestas directas a niños, y 5) los indicadores de
otros indicadores más estables como el SES (Huston y cols., 1994). Exclusión Social, referidos al grado en que las familias y los niños
Finalmente, las políticas públicas de intervención pueden variar no pueden integrarse a diferentes situaciones sociales elementales
de acuerdo a si se busca impactar sobre el ingreso familiar o por deprivación económica (Roosa y cols., 2005).
sobre otros aspectos asociados a la pobreza, como por ejemplo
el nivel educativo de los padres o la estructura parental (Duncan
y Brooks-Gunn, 2000).

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SEBASTIÁN LIPINA Vulnerabilidad social y desarrollo cognitivo

3. COMENTARIOS SOBRE MEDICIÓN DE POBREZA Guo y Mullan Harris, 2000; Bradley y Corwyn, 2002). En con-
EN ESTUDIOS LOCALES secuencia, la optimización de los métodos de medición de po-
breza infantil que se ha iniciado recientemente, no sólo es una
Una limitación propia de los estudios del área es la au- cuestión pendiente de continuo desarrollo local e internacio-
sencia de información confiable y suficiente sobre las caracte- nal, sino que además permitirá mejorar el conocimiento de sus
rísticas de la pobreza en poblaciones específicas. En nuestro efectos sobre diferentes dimensiones del desarrollo infantil.
país, si bien el INDEC cuenta con información periódica, la mis-
ma es a nivel de aglomerados urbanos y no diferencia grupos
en el sentido que los estudios sobre la niñez requieren. Ello obli-
ga a que los investigadores obtengan información propia sobre
la situación de pobreza de las poblaciones incorporadas a sus
estudios. Para ello es crítica la elección de los instrumentos para
medir pobreza. Si bien la mejor opción es la combinación de los
métodos directo e indirecto (ingreso), la información sobre este
último es muy poco confiable y en épocas de crisis socioeconó-
micas muy profundas como la que vivió nuestro país entre 2001
y 2002, pierde rápidamente valor informativo. En consecuencia,
la mejor opción pareciera ser el uso del método directo de NBI
combinado con otros instrumentos de evaluación de procesos
sociales. No obstante, aún resulta necesario el trabajo multidisci-
plinario con el objeto de construir métodos adecuados que con-
templen específicamente las necesidades de los niños de diferen-
tes regiones geográficas y momentos históricos, de manera de ga-
rantizar condiciones adecuadas de comparación en el tiempo.
En síntesis, no todos los métodos de medición de pobre-
za evalúan los mismos aspectos, ni tampoco las dimensiones que
contemplan tienen el mismo impacto en el análisis de las varia-
bles y mecanismos asociados al desempeño cognitivo infantil
(Hill y Michael, 2001). Tanto en los estudios sobre los efectos
como en los que analizan los mecanismos mediadores (ver si-
guiente sección), se utilizó mayoritariamente el método de me-
dición de la pobreza en base al ingreso (LP), o bien su combina-
ción con el nivel educativo y ocupacional parental (SES) (Brooks-
Gunn y Duncan, 1997; Corcoran y Chaudry, 1997; McLloyd, 1998;

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SEBASTIÁN LIPINA Vulnerabilidad social y desarrollo cognitivo

CAPÍTULO 2

EFECTOS DE LA POBREZA SOBRE EL


DESARROLLO INFANTIL

1. INTRODUCCIÓN

Dada la naturaleza multifactorial tanto del fenómeno de


la pobreza como del desarrollo infantil, el análisis de sus posi-
bles asociaciones requiere estudios experimentales con diseños
metodológicos que permitan controlar múltiples variables y
factores concurrentes. Entre los aspectos metodológicos que
han demostrado tener incidencia en los estudios tanto de los
efectos como de los mecanismos mediadores, son de importan-
cia central: 1) los métodos de medición de la pobreza (Hill y
Michael, 2001); 2) los paradigmas e instrumentos de evaluación
cognitiva (Hughes y Graham, 2002; Sternberg y cols., 2003); 3)
la idiosincrasia cultural de las poblaciones evaluadas (Rogoff,
2003; Sternberg, 2004); y 4) la edad de las poblaciones evalua-
das (Anderson, 2002; Hughes y Graham, 2002).
La mayor parte de los estudios realizados desde hace
más de ochenta años en diferentes sociedades, se orientó al aná-
lisis de los efectos de la pobreza sobre la salud física, el desem-
peño cognitivo en términos de inteligencia general o pautas
madurativas alcanzadas, el desempeño escolar y la conducta
socioafectiva de los niños (Brooks-Gunn y Duncan, 1997; Espy
y cols., 2002; Keegan Eamon, 2001; McLloyd, 1998; Bradley y
Corwyn, 2002; Marmot, 2002; Ornoy, 2004; Wilkinson, 1999).

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SEBASTIÁN LIPINA Vulnerabilidad social y desarrollo cognitivo

En cuanto a los factores mediadores entre pobreza, cre- vés de la niñez y la adolescencia. El bajo peso para la edad es
cimiento y desarrollo mental infantil, estudios de las últimas uno de los factores más prevalentes entre los niños provenien-
dos décadas postularon como factores más críticos a la salud tes de hogares pobres (Brooks-Gunn y Duncan, 1997; McLloyd,
física, el estado nutricional, el ambiente del hogar, las interac- 1998). Si bien la ingesta de macro y micronutrientes es necesa-
ciones de padres e hijos, la salud mental parental, las caracte- ria durante todo el desarrollo para el funcionamiento cerebral,
rísticas edilicias de las comunidades o barrios, el acceso al cui- incluyendo la fase prenatal, algunos nutrientes tienen un efecto
dado médico prenatal, la exposición a tóxicos ambientales, la más profundo que otros. Por ejemplo, los niños con anemia
provisión de experiencias de aprendizaje fuera del hogar, la ca- por deficiencia de hierro tienen más probabilidad de manifes-
lidad de la educación en las escuelas, y las relaciones con pa- tar retardos en su desarrollo tanto cognitivo como motor, y más
res (Brooks-Gunn y Duncan, 1997; Corcoran y Chaudry, 1997; aún si provienen de hogares pobres (Pollit, 2000). Efectos del
Grigorenko, 2003; McLloyd, 1998; Guo y Mullan Harris, 2000; mismo tipo se han sugerido ante el déficit de otros micronutrientes
Adler y Newman, 2002; Evans, 2004). como zinc, yodo y selenio, además de ciertas vitaminas (por ejemplo
A y B6), e hidratos de carbono y proteínas (Gerogieff y Rao, 2001;
Grigorenko, 2003; Bhatnagar y Taneja, 2001).
2. EFECTOS SOBRE EL CRECIMIENTO La exposición a tóxicos como plomo, mercurio, o
policarburos, presentes con mayor probabilidad en los materia-
Los niños que provienen de hogares pobres tienen mayor les de las viviendas o zonas de residencia de las poblaciones de
probabilidad de nacer prematuros, tener bajo peso al nacimiento bajos recursos, tiene efectos nocivos sobre la salud infantil
(o para la edad), padecer defectos de nacimiento, incapacidades (Ornoy, 2004; Wasserman y cols., 1998, 2001; Wilkinson, 1999).
diversas o nacer con síndrome alcohólico fetal y VIH (Adler y Por ejemplo, la exposición al plomo está asociada con bajo peso
Newman, 2002; US Dep. Health y Human Services, 2000b). Com- para la edad, pérdida de pelo, trastornos en el metabolismo de
plementariamente, los nacidos antes de término tienen mayor pro- la vitamina D, trastornos en la producción de células sanguí-
babilidad de padecer trastornos durante su desarrollo posterior, neas y efectos tóxicos renales (Ornoy, 2004).
como por ejemplo: complicaciones infecciosas; promedio mayor
de estadía en hospitales por períodos breves; problemas de creci- Finalmente, los problemas de salud tempranos también
miento durante los primeros tres años; riesgo de trastornos neuro- pueden estar asociados a cuidados prenatales inadecuados,
lógicos a largo plazo con alteraciones en sus habilidades cogniti- abuso materno de drogas y estilos de vida parentales (taba-
vas básicas; y habiendo tenido complicaciones perinatales mayor quismo, alcoholismo) que incrementan la probabilidad de in-
probabilidad de presentar fallas académicas durante su escolari- fecciones y otros trastornos del desarrollo (Bradley y Corwyn,
dad primaria (Bradley y cols., 1994; Espy y cols., 2002; Luciana y 2002; Brooks-Gunn y Duncan, 1997; Marmot, 2002; Ornoy,
cols., 1999; McLoyd, 1998; US Department of Health and Human 2004; US Dep. Health y Human Services, 2000a; Wasserman
Services, 2000b; Marmot, 2002). y cols., 1998, 2001).

Por otra parte, el bajo peso al nacimiento está asociado


con un potencial incremento posterior de problemas de salud,
cognitivos y emocionales, que a su vez pueden persistir a tra-
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SEBASTIÁN LIPINA Vulnerabilidad social y desarrollo cognitivo

3. EFECTOS SOBRE LAS COMPETENCIAS COGNITIVAS ciones pueden resultar particularmente útiles para niños en
DESDE LA PERSPECTIVA PSICOMÉTRICA riesgo social.
En relación a la progresión de estos efectos en fases pos-
Desde su inicio, el estudio científico de los efectos de la teriores del desarrollo, algunos estudios muestran una dismi-
pobreza sobre las habilidades cognitivas genera diferentes de- nución del impacto negativo de la pobreza sobre el CI en ado-
bates en relación a las influencias genéticas y ambientales sobre lescentes (Brooks-Gunn y Duncan, 1997; Bradley y Corwyn,
el CI. Ello también implicó el surgimiento de preocupaciones 2002). Pero no necesariamente se verifica la misma tendencia al
éticas en la comunidad científica acerca del uso inapropiado de analizar otras medidas del funcionamiento mental, por ejem-
estos conceptos para alimentar prejuicios sociales. Al presente plo, el rendimiento en matemática y las habilidades de lectura
existe consenso sobre la dificultad de definir con especificidad (Eamon Keegan, 2002). Por lo anterior, es necesario continuar
la contribución de los factores genéticos y ambientales al desa- con la investigación, incorporando indicadores complementa-
rrollo de las conductas inteligentes y la necesidad de continuar rios y alternativos a las pruebas o escalas generales de inteligen-
con su investigación integrando diferentes niveles de análisis cia (Bradley y Corwyn, 2002).
(Bartels y cols., 2002; Scerif y Karmiloff-Smith, 2005).
El efecto más comúnmente descrito del impacto de la
pobreza sobre el desempeño cognitivo ha sido la disminución 4. EFECTOS SEGÚN EL TIPO DE ESTIMULACIÓN
del CI correspondiente a las habilidades de lenguaje y de ejecu- EN EL HOGAR
ción en un rango de 6 a 25 puntos, dependiendo de los estudios
que se tomen en cuenta. A ello se agrega también una mayor Para evaluar el efecto de algunas dimensiones del nivel de
incidencia de trastornos de aprendizaje y retraso en el desarro- estimulación familiar sobre el desarrollo cognitivo, Bradley y co-
llo (Brooks-Gunn y Duncan, 1997; McLloyd, 1998), el aumento laboradores (1994) desarrollaron el inventario HOME, que brin-
del ausentismo escolar y la disminución del número de años de da información sobre el hogar y el nivel de impacto de las actitu-
escolaridad completados (Bradley y Corwyn, 2002). Estos ha- des parentales en los primeros aprendizajes infantiles. El mismo
llazgos han sido descritos fundamentalmente en poblaciones de evalúa las áreas de organización del ambiente físico y temporal,
niños entre 3 y 8 años de edad. En niños de 6 a 36 meses, tam- las respuestas emocionales y verbales de la madre, la disponibili-
bién se observó la disminución de cocientes de desarrollo de ha- dad de material de juego apropiado, la aceptación de las conduc-
bilidades verbales y motoras (Brooks-Gunn y Duncan, 1997; tas del niño por parte de los adultos a cargo, la capacidad de la
Bradley y Corwyn, 2002). Un hallazgo reciente de significativa madre para involucrarse con el niño (afecto y calidez), la estimu-
importancia mostró que entre las familias de niveles socioeco- lación para el desarrollo del lenguaje y el aprendizaje, la estimu-
nómicos bajos, la variación en el CI tenía mayor influencia am- lación académica, y los modelos de conducta.
biental que genética; mientras que lo contrario ocurría en las fa-
milias con niveles altos (Turkheimer y cols., 2003). Es decir, que Su amplia utilización en diferentes sociedades (incluidos
la historia de riesgo social habría influido significativamente su diferentes países de América Latina), permitió identificar corre-
desarrollo cognitivo, sin que los aspectos genéticos pudieran laciones positivas y significativas con cocientes de desarrollo
predecirlo. Este rol de la experiencia sugiere que las interven- motor y mental (verbal y de ejecución) en infantes y de inte-
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SEBASTIÁN LIPINA Vulnerabilidad social y desarrollo cognitivo

ligencia en preescolares. Es decir, la evidencia obtenida en di- hijos, d) la salud mental de los padres), y e) las condiciones de
ferentes países confirma que la estimulación que proporcionan los barrios en los que viven los niños (Guo y Mullan Harris,
los padres se asocia al desarrollo mental de sus hijos (Bradley 2000). Otros mecanismos mediadores potenciales que requieren
y cols., 1996; Centro de Estudios sobre Nutrición Infantil, 1996; de más estudio, son el acceso y uso de servicios de cuidado
NICHD, 2005). prenatal, el acceso al cuidado pediátrico, la exposición ambien-
tal a tóxicos, la estabilidad del hogar, la provisión de experien-
Por otra parte, estudios que analizan el rol parental en cias de aprendizaje fuera del hogar, la calidad de las escuelas
el desarrollo cognitivo, sugieren que variaciones en los niveles a las que asisten los niños y los grupos de pares (Adler y cols.,
de instrucción de los padres, en las habilidades verbales de las 1994; Brooks-Gunn y Duncan, 1997; McLloyd, 1998). Como
madres durante los primeros tres años de vida de los niños y puede verificarse, los mecanismos mediadores están asociados
en el tipo de prácticas de crianza que se implementan, modu- a los factores de riesgo descritos previamente.
larían significativamente la emergencia de las habilidades cog-
nitivas de control ejecutivo en los niños (Gauvain y cols., 2002; Algunos obstáculos en el estudio de los mecanismos
Laundry y cols., 2002). mediadores, como los propuestos en el párrafo anterior, tienen
que ver con que no han sido adecuadamente explorados, es-
pecialmente en términos de su aplicabilidad a grupos cultural-
5. MECANISMOS MEDIADORES mente diferentes (Bradley y Corwyn, 2002). Por otra parte,
muchos de ellos no han sido integrados en su análisis a mo-
DE LOS EFECTOS DE LA POBREZA
delos de desarrollo infantil, por lo cual sólo proveen informa-
ción parcial de procesos ecológicos mucho más amplios y com-
La investigación acerca del impacto de la pobreza sobre plejos.
el desarrollo y bienestar infantil en sus diferentes dimensiones, no
deja dudas respecto de sus efectos deletéreos. No obstante, ello no Con respecto al SES, no resulta sencillo determinar con
necesariamente explica las formas por las cuales la pobreza genera precisión los procesos a través de los cuales influye sobre el
sus efectos, es decir sus múltiples causas. La exploración de los bienestar infantil. Ello se debe en parte a que el SES bajo fre-
mecanismos mediadores es importante para el logro de una me- cuentemente es concomitante con otras condiciones que tam-
jor comprensión de los efectos de la pobreza sobre los niños. Más bién afectan a los niños, como por ejemplo: las condiciones de
aún, su exploración podría permitir identificar aspectos a tener en minoridad o inmigración, los hogares monoparentales, la pre-
cuenta para las políticas de intervención ante la ausencia de infor- sencia de miembros de la familia con discapacidad o enferme-
mación, por ejemplo, cambios en el ingreso familiar (Brooks-Gunn dad mental grave, y la exposición a agentes teratógenos y a
y Duncan, 1997). otras condiciones ambientales de riesgo. En consecuencia, es
difícil desagregar el SES de sus cofactores cuando hay evidencia
Lamentablemente, la investigación sobre los mecanismos que estos podrían modular sus efectos. Complementariamen-
mediadores no es lo suficientemente extensa y profunda. En ge- te, el daño biológico directo también contribuye a las diferen-
neral, los mecanismos mediadores que se discuten en los prin- cias del SES. Más específicamente, los trastornos cerebrales
cipales trabajos de revisión son los siguientes: a) salud física y pueden resultar de traumas o exposición a agentes patógenos,
nutrición, b) el ambiente hogareño, c) las interacciones padres-
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SEBASTIÁN LIPINA Vulnerabilidad social y desarrollo cognitivo

ambos más comunes en situaciones de riesgo social. Otros fac- ción en fases tempranas del desarrollo, como lo muestra el es-
tores concomitantes están asociados a la mayor probabilidad tudio que estos investigadores efectuaron con adolescentes de
de padecer alguna de las formas de abuso, agresión por par- Guatemala (Figura 4).
te de pares y exposición a actos de violencia comunitaria, en
niños que viven en hogares con riesgo social. Finalmente, du-
rante el desarrollo la importancia y el sentido de los cofactores
pueden cambiar. Por ejemplo, para niños de edad preescolar
vivir en un vecindario deteriorado puede significar menos ac-
ceso a recursos de estimulación y facilidades de recreación;
mientras que para los adolescentes, el mismo vecindario puede
significar un incremento en la probabilidad de afiliarse a pa-
res con trastornos de conducta social (Bradley y Corwyn,
2002). En síntesis, para un niño cualquiera de un hogar con SES
bajo, el mecanismo asociado a un desarrollo pobre podría estar
asociado al SES familiar, a un cofactor particular o a una com-
binación de factores.
Dentro de las asociaciones más citadas entre nivel econó-
mico social y bienestar, se encuentra el acceso a los recursos. Por Figura 4. Relaciones entre factores de riesgo temprano y desempeño es-
colar (matemática y conocimiento) de adolescentes guatemaltecos. Fuente:
ejemplo, el modelo propuesto por Klerman (Guo y Mullan Harris,
Gorman y Pollit, 1996.
2000; Bradley y Corwyn, 2002), incluye siete vías que asocian in-
greso bajo con la salud, incapacidad para adquirir bienes y servi-
cios esenciales para la salud, o bien, para asegurar un servicio sa- Respecto de la nutrición como factor mediador, la inves-
nitario adecuado. Por otra parte, Martorell propuso un modelo en tigación ha indicado que el nivel económico social bajo impacta
el que se identifica la incorporación dietaria inadecuada como cla- sobre: a) el crecimiento (Brooks-Gunn y Duncan, 1997), b) el
ve para la salud. De acuerdo a este modelo, ello resulta en una incremento de la probabilidad de defectos del tubo neural de-
absorción y utilización de nutrientes defectuosos y defensas insu- bido a la incorporación inadecuada de ácido fólico durante el
ficientes contra las infecciones (Bradley y Corwyn, 2002). El estado embarazo (Wasserman y cols., 1998; 2001), c) la prevalencia de
nutricional pobre, a su vez, contribuye a un conjunto de factores déficit de hierro debida a la incorporación inadecuada de car-
de morbilidad y mortalidad. ne y vegetales ricos en hierro (Pollit, 2000; US Dep. of Health
and Human Services, 2000a), y d) las habilidades de la memoria
Gorman y Pollit (1996), también ofrecen una formulación de largo plazo luego de episodios largos de nutrición inadecua-
semejante, complementándola con evidencias de que el estado da (Brooks-Gunn y Duncan, 1997). Por otra parte, Valenzuela
nutricional pobre afecta el crecimiento cerebral tanto en el perío- (1997) ofreció evidencias de que la desnutrición crónica puede
do prenatal como en el postnatal, alcanzando a alterar signifi- disminuir los recursos energéticos tanto de los padres como de
cativamente el desempeño escolar. Tal impacto estaría modula- los niños, generando síntomas de letargia y menos capacidad
do además, por la cantidad de factores de riesgo de exposi-
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SEBASTIÁN LIPINA Vulnerabilidad social y desarrollo cognitivo

de atención y cuidado hacia los niños. El resultado no sólo com- brajados e instalaciones eléctricas precarias (Adler y Newman,
promete el crecimiento sino que también aumenta la probabilidad 2002; Bradley y Corwyn, 2002; Guo y Mullan Harris, 2000;
de un apego inseguro, afectos negativos y motivación limitada. Marmot, 2002). Estas condiciones de la vivienda no sólo se aso-
cian al incremento en la morbilidad sino también a diferentes le-
Por otra parte, resulta complejo determinar cuánto con- siones producto de accidentes domésticos. La calidad física de un
tribuye el déficit nutricional a los problemas de desarrollo, dado ambiente hogareño y su nivel de hacinamiento han sido asocia-
que los niños que pierden su acceso a una nutrición adecuada tam- das además con el bienestar intelectual y social de los niños
bién tienden a perder su acceso a otros recursos, como el cuidado (Brooks-Gunn y Duncan, 1997; Guo y Mullan Harris, 2000;
médico. No es fácil determinar si una condición conectada a la Bradley y Corwyn, 2002).
nutrición pobre resulta de esta o si refleja cuidados prenatales y
preventivos inadecuados, fallas para obtener tratamientos médi- Diferentes investigaciones han sugerido que los niños de
cos adecuados para condiciones agudas o crónicas, o el incremen- hogares con niveles socioeconómicos bajos, tienen más probabili-
to de la exposición a agentes infecciosos debidos a una higiene dades de perder su acceso a recursos materiales y experiencias
personal pobre (US Dep. of Health and Human Services, 2000a, cognitivamente estimulantes. Ello no sólo se asocia a una limita-
2000b; Adler y Newman, 2002). Por ejemplo, la prematurez y el ción de sus oportunidades para el desarrollo cognitivo, sino tam-
bajo peso al nacimiento también están asociados con ausencia o bién a la reducción de sus opciones para beneficiarse de la educa-
retardo del cuidado prenatal (Bradley y Corwyn, 2002). Por otra ción escolar (Bradley y cols., 2001a, 2001b; Bradley y Corwyn, 2002).
parte, muchas familias pobres no pueden pagar servicios de sa- Los niños en riesgo social tienen menos acceso a una gran varie-
lud, por lo cual tienden a utilizar los servicios de emergencia en dad de diferentes recursos materiales y oportunidades para el
momentos en que se verifica un estado avanzado de alguna enfer- aprendizaje desde la infancia hasta la adolescencia. También tie-
medad, aumentando a su vez el riesgo de mortalidad y/o nen menos posibilidades para realizar viajes con fines educativos
comorbilidad. Complementariamente, la falta de información en o recreacionales, como visitar bibliotecas, museos, o asistir a fun-
los adultos y ciertas prácticas culturales, podrían también reducir ciones teatrales. El acceso a este tipo de materiales y recursos cul-
la probabilidad de buscar la ayuda necesaria ante los síntomas de turales modula la relación entre el nivel socioeconómico y el des-
las enfermedades (Guo y Mullan Harris, 2000; Marmot, 2002; Rutter; empeño cognitivo y escolar desde la infancia hasta la adolescencia
2003; Adler y Newman, 2004). (Bradley y cols., 1994; Brooks-Gunn y Duncan, 1997; Guo y Mullan
Harris, 2000). Tal como fuera ilustrado por Gorman y Pollit (1996),
Los inconvenientes estructurales de las viviendas y el haci- el impacto es mayor a medida que el número de eventos vitales
namiento, también constituyen factores asociados a efectos negativos (por ejemplo, disolución familiar o pérdida de empleo)
deletéreos sobre la salud infantil (Brooks-Gunn y Duncan, 1997; y las condiciones de riesgo (por ejemplo, hacinamiento o presen-
McLloyd, 1998; Bradley y Corwyn, 2002). Los niños que viven en cia de un progenitor con enfermedad mental) se incrementan
hogares con problemas edilicios por falta de mantenimiento, sue- (Brooks-Gunn y Duncan, 1997; Sameroff y MacKenzie, 2003).
len estar expuestos a pisos rotos o de tierra, calor y humedad ex-
cesivos, plagas, estufas abiertas, escaleras sin barandas, en algu- Parte de la asociación observada entre nivel socioeconó-
nas sociedades paredes con pintura fabricada en base a metales mico, experiencias de estimulación cognitiva y el bienestar in-
pesados muy tóxicos (plomo) que se descascaran, techos resque- fantil, refleja en parte las actitudes y expectativas parentales. En

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SEBASTIÁN LIPINA Vulnerabilidad social y desarrollo cognitivo

este sentido, algunos estudios han permitido identificar ocho tabilidad laboral y la privación económica persistente, son
diferencias centrales en los patrones de socialización en dife- más frecuentes en las condiciones de riesgo social (Bradley y
rentes clases sociales (por ejemplo, énfasis de las habilidades Corwyn, 2002). Ello impacta significativamente sobre la autoes-
verbales, independencia, desempeño y creatividad). En estu- tima y los procesos de autorregulación tanto de adultos como de
dios comparados, se ha observado que padres de hogares con niños, promoviendo la aparición de reacciones emocionales de
nivel económico social alto conversan, leen y proveen más ira y depresión también asociadas al abuso (Brooks-Gunn y
oportunidades de aprendizaje para sus hijos (Bradley y cols., Duncan, 1997; McLloyd, 1998; Shonkof y Phillips, 2000). A su
2001b). Otros estudios han mostrado que establecen conver- vez, el afrontamiento de este tipo de tensiones también reduce
saciones más ricas en términos de contenidos lingüísticos, res- la probabilidad de comprometerse en actividades de promoción
puestas sensibles y estímulo para que los hijos se involucren en de salud (National Center for Children in Poverty, 1990).
conversaciones (Hoff y cols., 2002). Asimismo, su estilo de en-
señanza incluye más soporte y estrategias verbales complejas. Fisiológicamente, la exposición crónica a tales condiciones
Estos efectos se aplican a niños desde la infancia hasta la ado- se asocia a reacciones tanto de corto como de largo plazo. Dife-
lescencia y de diferentes orígenes étnicos (Bradley y Corwyn, rentes investigadores proponen el concepto de carga alostática
2002). para analizar el impacto del estrés sobre las conductas de adap-
tación del mismo (Bradley y Corwyn, 2002). El concepto de alostasis
Otro de los mecanismos mediadores postulados por la se refiere a la capacidad de los diferentes sistemas del organismo
investigación se relaciona con las actitudes y expectativas que para adaptarse y ajustarse a las demandas impuestas por los
algunos docentes pueden tener de sus alumnos provenientes estresores ambientales. La activación y desactivación constantes
de hogares en riesgo social, lo cual modularía en parte sus de las respuestas fisiológicas asociadas al estrés, crean una carga
desempeños escolares y conducta social (McLoyd, 1998). La alostática, que generan efectos a largo plazo, por ejemplo, la ele-
potencial tendencia a percibir negativamente a alumnos de vación persistente de la presión arterial. La investigación efectua-
niveles socioeconómicos bajos en términos de sus habilidades da con primates indica que la carga alostática se asocia a procesos
cognitivas y de autorregulación, conduciría a prestarles menor biológicos y metabólicos propios del desarrollo, que modularían
atención y ofrecerles menos refuerzos para su desempeño. A como cofactores la susceptibilidad para padecer diferentes en-
través del tiempo, la frustración asociada a dificultades en el fermedades.
desempeño escolar pueden incrementar la probabilidad de
ocurrencia tanto de comportamientos impulsivos como de ais- Entre los procesos asociados al estrés que se asocian a la
lamiento (Bradley y Corwyn, 2002). carga alostática, también deben incluirse procesos vinculados a las
prácticas de crianza. El estrés y la incertidumbre que generan las
Otros estudios también consideran el estrés como uno condiciones de deprivación económica, aumentan la probabili-
de los mediadores más significativos del efecto del nivel socio- dad de ocurrencia de estados emocionales negativos (ansiedad,
económico sobre el desarrollo cognitivo y socioafectivo (McLoyd, depresión, ira) que afectan significativamente las interacciones
1998; Shonkoff y Phillips, 2002). Las amenazas, eventos vitales entre los miembros de la familia. Ello puede a su vez, inducir
negativos, exposición a peligros ambientales, violencia familiar más frecuentemente el uso de estrategias de control negativas, poca
y comunitaria, disolución familiar, mudanzas, desempleo o ines- calidez y sensibilidad, negligencia y fallas para promover ajustes

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SEBASTIÁN LIPINA Vulnerabilidad social y desarrollo cognitivo

socioafectivos adecuados en los niños (McLoyd, 1998). En algu- Una de las principales limitaciones de la investigación
nos estudios se ha verificado que aún en condiciones de riesgo sobre mecanismos mediadores, es la dificultad para considerar
social, el mantenimiento de las pautas de crianza contrarias pue- simultáneamente cómo un proceso particular puede influir so-
de constituir un factor protector del desarrollo (Brody y cols., bre un aspecto determinado del desarrollo. Por ejemplo, el mis-
1994, 2002). mo niño que experimenta carencias nutricionales, también tiene
más riesgo de estar expuesto a peligros ambientales en las fases
Otro proceso frecuentemente mencionado como media- pre y postnatales, o vivir en un contexto familiar en donde está
dor es el estilo de vida o las conductas relevantes para la sa- expuesto a pautas de crianza inadecuadas (Pollit y cols, 1996).
lud de los padres (Bradley y Corwyn, 2002), como el consu- Otro ejemplo es el de los niños que tienen más probabilidad de
mo de drogas legales e ilegales o la promiscuidad sexual. Tam- estar expuestos a los efectos del consumo de drogas durante la
poco resulta posible controlar las dietas o realizar ejercicio fí- fase prenatal (McLoyd, 1998; Wasserman y cols., 1998, 2001).
sico como actividades preventivas y promotoras de salud física Ello ha sido asociado a mayor probabilidad de prematurez, bajo
(Shonkoff y Phillips, 2000; Hoff y cols., 2002). peso al nacimiento, retardo de crecimiento intrauterino y compli-
Bradley y Corwyn (2002), consideran la necesidad de caciones perinatales. Finalmente, la exposición a sustancias legales
utilizar los principios de causalidad paralela, convergente y re- como el alcohol (Korkman y cols., 2003), o ilegales como la cocaína
cíproca, al momento de interpretar los resultados de los estu- (Espy y cols., 1999), ha sido asociada con efectos a largo plazo tan-
dios, tanto sobre efectos como de mecanismos mediadores. El to en el crecimiento como en el desempeño dependiente de proce-
principio de causalidad paralela sostiene que diferentes proce- sos de control cognitivo.
sos o factores debieran ser suficientes, pero no necesarios, para Específicamente, al analizar las posibles asociaciones en-
producir un resultado de desarrollo particular. El de causali- tre nivel socioeconómico y funcionamiento cognitivo a través de
dad convergente plantea que un proceso particular debe ser la nutrición, es importante incluir una consideración acerca de
necesario pero no suficiente para producir un resultado par- uno o más de estos factores (Pollit y cols., 1996; Pollit, 2000). En
ticular, es decir, que su efecto depende de la presencia de un la investigación sobre nutrición, el control de los materiales y
segundo factor. En cambio, el principio de causalidad recíproca experiencias de estimulación cognitiva es un requerimiento esen-
propone que se requieren influencias bidireccionales entre di- cial (Pollit y cols., 1996). Pocos investigadores usan técnicas es-
ferentes procesos y factores interactivos a través del tiempo, tadísticas complejas, por ejemplo, los modelos de ecuaciones
para producir un resultado de desarrollo particular. Por ejem- estructurales, para examinar la función de múltiples mecanis-
plo, Bradley y colaboradores (2001b) examinaron la relación mos mediadores (Dodge y cols., 1994, 2003; Brody y cols., 1999,
entre tres aspectos del ambiente hogareño (estimulación para 2002; Dodge y Pettit, 2003). La falta de especificidad de los mo-
el aprendizaje, sensibilidad materna y castigos físicos), desde la delos continúa siendo un obstáculo mayor para comprender los
infancia hasta la adolescencia, utilizando un modelo lineal jerár- mecanismos involucrados.
quico. Encontraron que cada factor contribuyó, independiente-
mente de los otros, a las habilidades de lectura y que los últi- En el estudio del desarrollo infantil es importante consi-
mos dos (sensibilidad materna y castigos físicos) contribuían más derar también el análisis de los factores asociados a las caracte-
a la presencia de problemas de conducta. rísticas comunitarias, dado que hay evidencia de que el barrio

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SEBASTIÁN LIPINA Vulnerabilidad social y desarrollo cognitivo

de residencia o vecindario está vinculado con la salud, el des- examinaron diferentes aspectos de estas teorías con infantes y
empeño y la conducta, aun cuando se controle estadísticamente adolescentes. Los resultados que observaron fueron: 1) la presen-
el ingreso y la educación parentales (Brooks-Gunn y Duncan, cia de vecinos con nivel socioeconómico alto tenía un efecto po-
1997; Wasserman y cols., 1998). Los hallazgos más consisten- sitivo en el desempeño cognitivo, 2) los nacimientos provenien-
tes sugieren que los niños que crecen en ambientes urbanos ca- tes de madres adolescentes, la deserción escolar, las influencias
renciados están más expuestos a ver situaciones sociales en las de modelos de rol adulto y el monitoreo de los adultos fueron
que se verifica el uso de armas de fuego, armas blancas, co- identificados como los principales mecanismos mediadores, y 3)
mercio de drogas ilegales y actos de violencia aleatorios. Al- el contagio sólo fue efectivo en la población de adolescentes. Pos-
gunos estudios han encontrado asociaciones entre estas con- teriormente, Leventhal y Brooks-Gunn (2000) utilizaron un abor-
diciones y el desarrollo de trastornos de estrés postraumático daje más conciso en su revisión de los mecanismos mediadores
y alteraciones en la habilidad para resolver problemas que asocian el vecindario predominantemente pobre y el bienes-
(Garbarino y cols., 2002). tar infantil. Reconocieron tres clases de mediadores: 1) recursos
institucionales (escuelas, servicios de cuidado infantil, servicios
De acuerdo a las hipótesis que plantean las teorías de médicos, oportunidades de empleo), 2) familiares (características
desarrollo ecológicas, cuando el número de factores de estrés de padres y redes de apoyo disponibles para asistir a los padres,
en un barrio aumenta y el apoyo social se reduce, el estrés de y 3) normas comunitarias eficaces.
sus habitantes se incrementa (Bradley y Corwyn, 2002). Los
barrios con altas tasas de desempleo y familias monoparenta- Un gran número de hipótesis plantea asociaciones en-
les, tienden a producir la sensación de aislamiento social en los tre la calidad física y social de los barrios y las pautas de crian-
adultos (Narayan y cols., 2000). La cronicidad de tales circuns- za [el tercer tipo de mediador potencial propuesto por
tancias socava a la vez las posibilidades de planificación fami- Leventhal y Brooks-Gunn (2000)]. Por ejemplo, las decisiones
liar, aumentando la probabilidad de prácticas de socialización y parentales acerca de cuán lejos pueden irse sus hijos de su ho-
estilos de vida familiar que no conducen a funcionamientos adap- gar sin ser supervisados, dependería del potencial temor
tados (por ejemplo, solución activa de problemas, organización parental sobre los riesgos presentes en su barrio. En algunos
del hogar, calidez y crianza estimulante, foco en la escolaridad, estudios se encontró que algunos padres, que viven en barrios
monitoreo adecuado). con alta indicencia en crímenes y delitos, admitían el uso de
estrategias de control físico o violencia verbal con sus hijos
Se han identificado cuatro clases de teorías que asocian (Bradley y Corwyn, 2002).
barrio de residencia con predominio de nivel socioeconómico
bajo y trastornos de conducta: a) teorías de contagio (los pares Finalmente, a nivel metodológico resulta difícil estable-
influyen sobre la propagación de las conductas), b) teorías de cer las relaciones causales entre los complejos escenarios socia-
socialización colectiva (el modelo de rol y el monitoreo son crí- les (como los barrios) y los comportamientos individuales. Ello
ticos para el funcionamiento saludable y adaptado), c) teorías se debe a que los resultados generalmente son consistentes con
de competencia (las personas compiten por los recursos esca- más de una explicación posible (Duncan y Brooks-Gunn, 2000)
sos), y d) teorías de privación relativa (los individuos evalúan su y a la existencia de diferentes factores de confusión y variacio-
posición relativa a la de sus vecinos). Brooks-Gunn y Duncan (1997) nes culturales, por los cuales ciertas diferencias observadas en

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SEBASTIÁN LIPINA Vulnerabilidad social y desarrollo cognitivo

los efectos podrían deberse a las características de las perso-


nas que eligieron vivir en un barrio determinado. Por otra par-
te, los estresores sociales más importantes pueden tener un
efecto directo en una larga proporción de residentes del barrio
(efecto de agregación). Aún así, para cierto tipo de efectos en
el desarrollo infantil, vivir en barrios con carencia de recursos CAPÍTULO 3
puede constituir un riesgo serio para diferentes aspectos de su
desarrollo físico y mental. APORTES DE LA NEUROCIENCIA AL ESTUDIO
DE LOS EFECTOS DE LA POBREZA SOBRE EL
DESARROLLO INFANTIL

1. CONCEPTOS BÁSICOS SOBRE DESARROLLO


CEREBRAL

La organización inicial del sistema nervioso sigue una se-


cuencia de procesos plásticos de generación, conexión y elimina-
ción de componentes (células) que incluye a los siguientes:
neurogénesis, migración neuronal y diferenciación, formación de
sinapsis y remodelado, desarrollo de componentes críticos no
neuronales y neurodegeneración o muerte neuronal. Asimismo, parte
de estos mecanismos de plasticidad son los que se ponen en juego
durante la organización y reorganización del sistema nervioso
durante todo el ciclo vital (Grossman y cols., 2003).
Los elementos constituyentes del tejido nervioso,
neuronas y células gliales, tienen su origen en una región
embrionaria común denominada neuroectodermo. Específica-
mente, el desarrollo del sistema nervioso comienza con la in-
ducción de tejido de células neuroepiteliales pluripotenciales
(es decir que previo a su diferenciación funcional tienen la
capacidad de convertirse tanto en neuronas como glía). Estas
proliferan progresiva y activamente, plegándose en una cavi-
dad central (tubo neural) y diferenciándose en dos grupos pro-
genitores: neuroblastos (de los que derivarán las neuronas) y

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SEBASTIÁN LIPINA Vulnerabilidad social y desarrollo cognitivo

glioblastos (que darán origen a las células gliales). A pesar de Una vez que la fase de proliferación celular se ha
su origen común, estos dos tipos celulares tienen característi- iniciado, el desarrollo de la corteza cerebral continúa con la
cas propias que los diferencian, siendo ambos mutuamente migración radial y tangencial de sucesivas olas de nuevas cé-
indispensables para el funcionamiento del sistema nervioso. lulas. Las células generadas más tempranamente migran desde
Una de las diferencias más importantes es que las neuronas de las zonas de proliferación hacia la superficie de la corteza en
prácticamente todo el sistema nervioso (las únicas excepciones desarrollo, a través de las células de la glía radial, para ocupar
serían las del giro dentado del hipocampo y el bulbo olfatorio), las láminas corticales más superficiales. El resto de la corteza
interrumpen su actividad mitótica —replicación celular— una cerebral se forma siguiendo este patrón de organización en
vez que logran su estado de diferenciación final. Por otra par- sentido exterior-interior. En la medida en que las células pre-
te, el rol de las células gliales dista de ser sólo de sostén cursoras migran, diferentes señales intrínsecas y extrínsecas
neuronal, ya que participan en diferentes formas de la con- interactúan modulando su expresión genética. Por ejemplo,
ducción del impulso nervioso y en prácticamente todos los los factores de transcripción (intrínseco) u otras señales extrín-
procesos tróficos durante el desarrollo y los procesos de reor- secas, por ejemplo, las proteínas de la matriz extracelular, cier-
ganización cerebral. tas moléculas de adhesión celular o diversos factores tróficos y
de crecimiento, pueden activar o suprimir la expresión de
A medida que la porción anterior del tubo neural se genes específicos.
agranda por proliferación celular, va dando lugar a los compo-
nentes básicos del cerebro. Durante este proceso, una variedad Dado que el desarrollo normal de la corteza cerebral de-
de factores de transcripción (proceso por el cual se fabrica áci- pende de la distribución y organización apropiada de neuronas
do ribonucléico o ARN, a partir del ácido desoxirribonucléico o y células gliales, toda disrupción que ocurra durante las fases
ADN) y diferentes genes inducen la generación de nuevas de migración y diferenciación pueden tener efectos dramáticos
neuronas (neurogénesis). Las experiencias adversas que impactan en su organización. Ciertos factores ambientales durante la fase
en este momento pueden alterar significativamente la tasa de prenatal, como la exposición a metilmercurio o las infecciones
neurogénesis y en consecuencia la integración funcional celular. virales, pueden impedir el desarrollo normal de ambos proce-
Por ejemplo, la exposición prenatal (in utero) al mercurio y al sos (Grossman y cols., 2003).
etanol interrumpe el proceso de neurogénesis, dando lugar a di-
ferentes tipos de retardo en el desarrollo (Choi, 1989). A las fases de migración y diferenciación, le sigue la de
crecimiento dendrítico, formación y eliminación de sinapsis.
Tal como fuera mencionado, en el hipocampo (giro Ambos procesos son críticos para el mantenimiento de la na-
dentado) y el bulbo olfatorio se generan un número pequeño turaleza plástica cerebral durante todo el desarrollo y se ex-
de poblaciones de neuronas en forma eficiente y continua — presan a través del fortalecimiento de algunos circuitos (por
en relación a las células no neuronales (gliales) y al número to- sinaptogénesis o remodelado) o el debilitamiento de otros (por
tal de neuronas— durante la vida adulta (Gould y cols., 1999). eliminación de sinapsis o neurodegeneración). Excepto en fa-
Asimismo, también se ha verificado que variaciones en la ex- ses muy tempranas, la maduración y el mantenimiento de los
periencia durante la fase postnatal modulan las tasas de pro- contactos sinápticos dependen de los patrones de actividad
liferación y supervivencia de estas células. neural, es decir de la experiencia. Diferentes estudios han per-

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SEBASTIÁN LIPINA Vulnerabilidad social y desarrollo cognitivo

mitido identificar cinco fases diferentes de sinaptogénesis en neurales, y para seleccionar los patrones apropiados de
la corteza cerebral de los primates desde la concepción hasta conectividad sináptica (Grossman y cols., 2003). La exposición
la muerte. Las primeras dos fases, con una densidad baja de prenatal a agentes tóxicos como el etanol, el metilmercurio y el
sinapsis, suceden durante la vida embrionaria. A ello le sucede plomo, también pueden inducir muerte celular y alterar el nú-
una tercera fase de acumulación rápida de sinapsis alrededor mero de neuronas en diferentes regiones cerebrales, causando
del nacimiento. Durante la cuarta fase, la densidad sináptica impedimentos cognitivos significativos (Mohammed y cols.,
se mantiene a un nivel alto desde la vida postnatal hasta la 2002). Asimismo, el traumatismo cerebral y la secreción de
pubertad. Ello es seguido por una pérdida significativa de glucocorticoides en situaciones de estrés, también han sido aso-
sinapsis durante la pubertad. Una quinta fase, que comienza ciados a procesos de muerte celular en diferentes áreas cerebra-
después de la madurez sexual y se extiende hasta la vejez, se les. Finalmente, la exposición de roedores a ambientes
caracteriza por la pérdida lenta de la densidad. Las primeras deprivados (ver punto 2), se ha asociado a la reducción de muerte
fases están determinadas por mecanismos básicamente intrín- celular por apoptosis en hipocampo (Grossman y cols., 2003).
secos y comunes a todo el manto cortical. Progresivamente,
durante las siguientes fases postnatales se van ajustando di- El estudio del fenómeno de los períodos críticos tiene más
ferentes aspectos de la arquitectura sináptica en base a la ex- de cincuenta años de historia. Su origen puede rastrearse hasta
periencia. Finalmente, esta última se superpone con los perío- los estudios etológicos en los que se describían períodos parti-
dos críticos de máxima organización (ver adelante) de los di- culares durante los cuales la experiencia podía afectar la con-
ferentes procesos cerebrales hasta la pubertad. Asimismo, den- ducta en forma permanente. Uno de los ejemplos clásicos es el
tro de cada una de estas fases postnatales, se suceden diferen- de imprinting en aves, por el cual las crías tenían que ser ex-
tes olas sucesivas de sinaptogénesis (Bourgeois, 2001). puestas a miembros de su especie en el término de horas luego
de su nacimiento, para poder desarrollar conductas de apego
El desarrollo y refinamiento posterior de las redes filiales adaptativas y preferencias de género posteriores apro-
neurales, casi siempre involucran la remoción de subconjuntos piadas para su especie. Estudios posteriores con pájaros, gatos,
de neuronas a través de un proceso programado de eliminación perros, monos y de lenguaje en humanos, condujeron a la idea
de células denominado apoptosis. Esta secuencia de señales de que los períodos críticos constituían un fenómeno significati-
intrínsecas y extrínsecas que disparan eventos apoptóticos, se vo en el desarrollo cerebral y del comportamiento. Estudios más
diferencian de aquellas formas de neurodegeneración como la profundos revelaron que estos períodos no eran críticos en tér-
necrosis y muerte celular por excitotoxicidad causada por ni- minos del momento y la especificidad que previamente se su-
veles elevados de glutamato o sus análogos. Cerca de la mitad ponía. Por ejemplo, el período crítico para el imprinting de aves
de las neuronas en el sistema nervioso de los mamíferos son fi- domésticas se puede extender en el tiempo en ausencia de esti-
nalmente eliminadas por apoptosis, la cual ocurre no sólo en mulación apropiada, o revertirse bajo ciertas condiciones de
neuronas funcionalmente conectadas y maduras, sino también aprendizaje (Michel y Tayler, 2005). Es decir que el cierre del
en células jóvenes antes de que se integren activamente a las período crítico puede constituir una consecuencia natural de un
redes neurales. En roedores y otros mamíferos, períodos tar- proceso de aprendizaje. Esta línea de evidencia, condujo a dife-
díos de apoptosis sirven en términos generales para la remo- rentes investigadores a preferir los términos período sensible u
ción de células que no contribuyen activamente a las redes óptimo.

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SEBASTIÁN LIPINA Vulnerabilidad social y desarrollo cognitivo

Específicamente en relación al sistema nervioso central, tenía que cuando una célula nerviosa (neurona) estimula a otra
diferentes estudios indican la existencia de múltiples períodos repetidamente, se produce un cambio en una o ambas células
sensibles en los sistemas sensoriales. Por ejemplo, en el domi- de forma que una de ellas deviene más eficiente (Hebb, 1949).
nio auditivo hay diferentes períodos sensibles para diferentes Este abordaje conceptual ha sido extendido desde entonces
aspectos del procesamiento del habla y otros relacionados con para incluir el estudio de la plasticidad de diferentes compo-
aspectos básicos de la percepción musical. Por otra parte, para nentes neurales como sinapsis, neuritas o neuronas completas,
el sistema visual se han identificado diferentes períodos sen- cuyos cambios involucran necesariamente otros a nivel mole-
sibles para agudeza, dirección y procesamiento de rostros. cular. Hebb también fue el primer investigador en proponer el
Más aún, estos períodos para diferentes sistemas sensoriales no concepto de “ambiente enriquecido” desde un punto de vista
parecen coincidir en el curso de su desarrollo. A pesar de es- experimental, a partir de la descripción de mejoras en el com-
tas diferencias, los mecanismos plásticos de base son semejan- portamiento de ratas domésticas en comparación con otras
tes en todos los casos. Por otra parte, dada la importancia de de laboratorio. A principios de la década del sesenta, se inicia-
las conexiones entre diferentes áreas cerebrales, los daños tem- ron dos abordajes experimentales para investigar los efectos de
pranos de áreas corticales involucradas en el procesamiento la experiencia sobre el cerebro. Por una parte, Hubel y Wiesel
de un dominio, pueden influir el período sensible de otro no establecieron un programa para examinar los efectos de la
afectado por la lesión. deprivación visual selectiva durante el desarrollo anatómico y
fisiológico de la corteza visual. Por otra, Rosenzweig y colabo-
La finalización del período sensible para una función radores introdujeron el paradigma de los ambientes complejos
puede coincidir con la edad en la cual esa función deviene es- (EC de aquí en adelante) como concepto evaluable científicamen-
pecializada. Por ejemplo, entre los 6 y 12 meses de vida, los te (Rosenzweig y Bennet, 1996). En los estudios iniciales se
correlatos electrofisiológicos del procesamiento de rostros son evaluaban los efectos de la estimulación ambiental sobre varia-
específicos para ese estímulo, indicando especialización del bles como peso total del cerebro, contenido total de ADN o ARN,
procesamiento cortical. A la misma edad, las regiones o proteínas cerebrales totales. Posteriormente, diferentes estu-
corticales activadas por los rostros parecen reducirse. Es de- dios mostraron que la estimulación ambiental inducía distintas
cir, que el cierre del período sensible para el procesamiento de respuestas plásticas en el cerebro adulto, como cambios en pa-
rostros puede coincidir con el logro de la especialización de rámetros bioquímicos, la arborización dendrítica, la generación
esa función (Johnson, 2005). de células neuronales (neurogénesis) y gliales (gliogénesis),
además de mejoras en las habilidades de aprendizaje.

2. EFECTOS DE LA EXPERIENCIA SOBRE EL En un contexto experimental, un ambiente complejo lo


es en relación a las condiciones de cuidado estándar en labo-
CEREBRO: MODELOS EXPERIMENTALES
ratorio. En general, los animales “enriquecidos” son colocados
en grupo dentro de jaulas grandes con diferentes tipos de ob-
El interés por analizar los efectos de la estimulación am- jetos, que en conjunto les dan oportunidades de establecer in-
biental sobre el funcionamiento cerebral ha sido sostenido por teracciones sociales complejas y de exploración. Los elementos
investigadores y pensadores desde el siglo XIX. En 1949, Donald inanimados y la ubicación del alimento son cambiados de lugar
Hebb postuló una teoría sobre la plasticidad neuronal, que sos-
58 59
SEBASTIÁN LIPINA Vulnerabilidad social y desarrollo cognitivo

frecuentemente. Es decir, que este ambiente implica la combi- dos para la especie (patrones de luz). Inicialmente, los axones
nación de estimulación compleja social e inanimada. Si bien ello inervan la corteza visual de una forma superpuesta. Durante el
implica que no resulta fácil aislar factores específicos; es la inte- desarrollo, estos axones se retraen parcialmente o son podados,
racción entre estos factores lo que hace al ambiente tener carác- de manera que emergen columnas de células alternadas, llama-
ter de enriquecido. No obstante, para el análisis de factores es- das columnas de dominancia ocular porque la información
pecíficos se generan diferentes controles experimentales tanto aferente es dominada por uno u otro ojo. El desarrollo de las
del factor social (animales aislados en jaulas estándar con y sin columnas de dominancia ocular parece involucrar la competen-
estimulación inanimada) como del de actividad general (anima- cia entre axones que conducen información de cada ojo. En es-
les en grupo en jaulas estándar sin estimulación inanimada) tudios en los que un párpado es suturado al nacimiento, se ha
(Figura 5). verificado que las columnas de dominancia ocular inervadas por
el ojo abierto eran más anchas que las columnas inervadas por
el cerrado. Por otra parte, las sinapsis de la columna que recibe
un patrón normal de estimulación lumínica (del ojo abierto),
exhiben una morfología madura; mientras que las sinapsis en la
columna deprivada, otra inmadura (Grossman y cols., 2003). En
el desarrollo cortical humano temprano, también hay evidencia
de procesos de sobreproducción neuronal y poda sináptica si-
milares a los descriptos en estudios con animales, seguidos por
una fase estable (meseta) y posterior reducción general en el
número de sinapsis (Huttenlocher, 1999).
Figura 5. Condiciones de vida de diferentes grupos experimentales. A: jaula
de enriquecimiento [estimulación vía interacción social, objetos para activi- Los cambios cerebrales que dependen de la experiencia
dades exploratorias (pelotas, túneles y juguetes diversos) y una rueda para correr de un individuo (no comunes a la especie) han sido referidos
(ejercicio)]; B: condición de aislamiento en jaula estándar.
como plasticidad dependiente de la experiencia (Grossman y
cols., 2003). En este tipo de plasticidad, las experiencias aso-
ciadas a aprendizaje parecen disparar la formación de nuevas
Se han sugerido al menos dos formas básicas de plastici- sinapsis en oposición a la selección de sinapsis ya existentes.
dad. Una es aquella que precisa de experiencias particulares para El paradigma EC también ha sido utilizado para caracterizar
todos los miembros de una especie, cuyos estímulos sensoria- ese tipo de procesos. La exposición a ambientes diferenciados
les guían el desarrollo hacia un punto particular por medio de ha sido asociada a: a) cambios en la plasticidad neuronal y
la selección de ciertos contactos y la eliminación de otros (plas- sináptica (número de sinapsis, morfología de las sinapsis, per-
ticidad expectante de experiencia). La organización del sistema sistencia de los cambios neuronales), b) cambios en los compo-
visual de los mamíferos puede ilustrar este concepto. En la ma- nentes gliales (número de astrocitos, número de contactos
yoría de los mamíferos, al momento del nacimiento o cuando gliales por sinapsis, mielinización), c) cambios en la vasculatura
los ojos se abren, la corteza cerebral visual está organizada y cerebral, d) peso y grosor de la corteza cerebral, e) cambios en
preparada parar iniciar el procesamiento de estímulos espera- la tasa de neurogénesis del hipocampo, f) cambios en la canti-

60 61
SEBASTIÁN LIPINA Vulnerabilidad social y desarrollo cognitivo

dad y metabolismo de factores neurotróficos en diferentes re- de comportamiento, 3) la exposición prenatal al etanol puede
giones de la corteza cerebral incluyendo a los núcleos amigdalinos causar cambios en la morfología dendrítica en regiones especí-
y al cerebelo, y g) alteraciones de las habilidades de aprendizaje ficas del cerebro, 4) la arborización dendrítica de ciertas áreas del
en diferentes tipos de pruebas espaciales y de memoria hipocampo se reduce después de períodos prolongados de estrés
(Grossman y cols., 2003; Kozorovitski y cols., 2005; Mohammed o la administración de glucocorticoides (Grossman y cols., 2003).
y cols., 2002).
La naturaleza persistente de algunos cambios neuronales
Los factores que gobiernan la plasticidad dependiente de después de la experiencia puede ser tanto desadaptativa en el
la experiencia, también han sido estudiados comparando el ce- sentido que potencia la respuesta a experiencias futuras adver-
rebro de roedores entrenados en una tarea de aprendizaje mo- sas; o adaptativa en el sentido en que el cerebro responde más
tor con el de otros a los que se les permitía ejercicio libre pero eficientemente ante diferentes demandas de conducta. El incre-
con poca oportunidad para aprender. Estos estudios mostraron mento de la arborización dendrítica y en el número de sinapsis
que el número de sinapsis por neurona en las cortezas motoras que resulta de la exposición a ambientes complejos del paradig-
y cerebelosas era mayor en los entrenados (Black et al., 1990), lo ma EC, por ejemplo, persiste por al menos 30 días después de fi-
cual sugiere que un patrón de actividad neural específicamente nalizada la experiencia (Rosenzweig y Bennet, 1996). Asimismo,
relacionado con el componente de aprendizaje de la tarea moto- tanto los efectos neuroanatómicos del entrenamiento motor
ra, es necesario para inducir plasticidad sináptica; mientras que como el número de sinapsis por neurona en la corteza motora,
el patrón de actividad neural asociado sólo con la actividad físi- se mantienen entre uno y dos meses después de la interrupción
ca involucrada en la tarea motora no es suficiente. Es decir, que del entrenamiento (Kleim, Vij, Ballard y Greenough, 1997). Es-
la plasticidad dependiente de la experiencia representa una va- tas observaciones sugieren que aún en ausencia de la continui-
riedad diferente de adaptación cerebral en comparación con la dad de niveles elevados de estimulación, el cerebro mantiene re-
plasticidad de la experiencia esperada para el desarrollo de pa- siduos de experiencias pasadas en términos estructurales y fun-
trones de la especie, e incluye las formas comunes de aprendi- cionales.
zaje y memoria (Grossman y cols., 2003).
La inducción de cambios estructurales por la experiencia
Un concepto de importancia significativa es que las ex- en componentes no neuronales (células gliales y vasculatura),
periencias que cambian la morfología dendrítica o sináptica también puede afectar el funcionamiento cerebral. Por ejemplo,
también pueden ser negativas para el desarrollo de las habilida- los astrocitos son responsables de la regulación del ambiente
des cognitivas. Es decir, la plasticidad neural define la habili- sináptico y del mantenimiento apropiado de niveles de
dad de incorporar los efectos de la experiencia, tanto si son nor- neurotransmisores y neurotrofinas. La hipertrofia astrocítica lue-
mativas como negativas. Por otra parte, estas influencias no es- go de la experiencia, puede reflejar el incremento en las deman-
tán limitadas al aprendizaje. Por ejemplo: 1) la nutrición inade- das de mantenimiento del microambiente sináptico, o alteracio-
cuada durante el desarrollo postnatal, se asocia con alteracio- nes que afectan el procesamiento de la información neuronal de
nes dendríticas y neuronales y con déficit comportamentales, 2) forma más específica, modificando la organización funcional de
la exposición postnatal al plomo causa disminución de la arbo- forma relativamente transitoria o incluso más permanentemen-
rización dendrítica en áreas como el hipocampo y diferentes áreas te. Los oligodendrocitos, a través de la mielinización de los
de la corteza cerebral y cerebelo y un amplio espectro de déficit axones, incrementan la velocidad de conducción del impulso
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SEBASTIÁN LIPINA Vulnerabilidad social y desarrollo cognitivo

nervioso. Y los cambios en la mielinización son otra vía por Durante las últimas tres décadas, estudios de compor-
la cual el cerebro cambia en respuesta a demandas ambien- tamiento e imágenes cerebrales han permitido acumular evi-
tales. Es decir, las funciones específicas de procesamiento de dencias significativas sobre la presencia temprana de mecanis-
información de astrocitos y oligodendrocitos, pueden ser sig- mos plásticos de diferentes sistemas sensoriales y de procesa-
nificativas al punto de contribuir a la etiología de trastornos miento multimodal. El estudio de la emergencia temprana de
mentales. las competencias lingüísticas ha sido de los primeros en con-
tribuir con evidencia de ello. Diferentes estudios dan cuenta
Mientras que los cambios inducidos por experiencia en la de la sensibilidad de los neonatos para discriminar elementos
morfología de los astrocitos parecen ser relativamente transitorios, fonéticos novedosos en el habla de los adultos y de la habili-
los de la mielinización oligodendrocítica parecen ser más estables. dad de infantes de 5 meses para imitar sonidos específicos del
La vasculatura cerebral también puede jugar un rol importante en habla después de ser expuestos a ellos por solo 15 minutos. En
la adaptación cerebral a demandas ambientales y cuantitativamente estudios comparativos entre infantes de diferentes contextos
muestra mayor plasticidad en respuesta a la crianza en ambientes socioculturales se verificó que la discriminación de consonan-
complejos (EC), que cualquier otro elemento del cerebro. La natu- tes en el lenguaje materno se produce aproximadamente a los
raleza de la plasticidad en estos componentes no neuronales de- 10 meses, sugiriendo la posibilidad de la existencia de un pe-
pende, como con las neuronas, de la experiencia (Grossman y cols., riodo sensible para la discriminación de fonemas basada en la
2003; Mohammed y cols., 2002). experiencia. Asimismo, estudios con niños sordos que nunca
habían sido expuestos al habla sonora o codificada manual-
mente, o que habían experimentado deprivaciones sociales
3. PROCESOS DE PLASTICIDAD Y DESARROLLO severas, sugieren que si la experiencia lingüística no se produ-
CEREBRALES EN NIÑOS ce tempranamente, el desarrollo de las competencias lingüís-
ticas sufre alteraciones significativas, por ejemplo, en el pro-
El progreso conceptual, metodológico y técnico de la Neu- cesamiento gramatical e incluso en el desarrollo lexical, sugi-
rociencia Cognitiva ha permitido extender el conocimiento de riendo la existencia de períodos sensibles para el desarrollo de
diferentes sistemas sensoriales y cognitivos en el cerebro huma- estas competencias (Elbert y cols., 2001). Por otra parte, estu-
no en desarrollo; así como también incrementar el conocimien- dios de imágenes cerebrales (potenciales evocados) en infan-
to de las asociaciones entre cerebro y comportamiento (Banfield tes sugieren que la sensibilidad al sonido del habla se origina-
y cols, 2004; Morris y Goldman-Rakic, 2000; Nelson y cols., 2002; ría en la fase prenatal; mientras que la transición de un len-
Segalowitz y Schmidt, 2003). Al igual que con los estudios con guaje universal a la percepción de otro específico, que depen-
animales, existe evidencia de que el desarrollo de diferentes sis- de de la experiencia, lo haría entre los 6 y 12 meses (Elbert y
temas neurocognitivos, es modulado por factores tanto intrínse- cols., 2001). En conjunto, los datos obtenidos en estos estudios
cos como extrínsecos; es decir, que procede de acuerdo a un pro- sugieren que los diferentes subsistemas sensoriales y lingüísti-
ceso que incluye un menú de factores genéticos, modulado por cos evidencian variaciones en su plasticidad dependientes de
factores ambientales no definidos a priori, que interactúan epi- la experiencia (Neville, 1995).
genéticamente dando forma al sustrato neural de los sistemas Uno de los objetivos fundamentales de la Neurociencia
de percepción y cognitivos (Mitchel y Neville, 2002). Cognitiva del Desarrollo es comprender cómo los cambios ana-
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SEBASTIÁN LIPINA Vulnerabilidad social y desarrollo cognitivo

tómicos y fisiológicos, debidos a la edad, se asocian a la madu- rrollan progresivamente durante las dos primeras décadas de
ración de las habilidades cognitivas. Diferentes estudios han uti- vida y diferentes estudios de imágenes cerebrales muestran
lizado análisis de resonancia magnética estructural (MRI) para que los patrones de activación durante el desempeño de prue-
generar mapas del desarrollo neuroanatómico. Si bien a la edad bas con tales demandas, son de mayor extensión y difusión
de 6 años el tamaño total del cerebro alcanza a aproximadamen- que lo observado en adultos. Según diferentes estudios sincró-
te en un 90% el de un adulto, sus componentes continúan cam- nicos y longitudinales, el patrón de actividad dentro de la re-
biando dinámicamente hasta aún después de la adolescencia. gión cerebral involucrada en el desempeño (que se correlacio-
Datos recientes de estudios longitudinales indican que el patrón na con éste), se va focalizando o sintonizando con el incremen-
de desarrollo de la sustancia gris (cuerpos neuronales corticales to de actividad; mientras que las regiones cerebrales que no se
y subcorticales) sigue la forma de una U invertida, con más va- correlacionan con el desempeño, reducen su actividad con la
riaciones regionales que la sustancia blanca (axones), es decir, edad. Este patrón de actividad, observado en diferentes para-
que entre medio de dos fases de crecimiento hay una de pérdi- digmas de evaluación, estaría reflejando el desarrollo y refina-
da de componentes (Gogtay y cols., 2004; Sowell y cols., 2003). miento de las conexiones de estas áreas en maduración (Casey
Estos cambios en el desarrollo de la sustancia gris se correlacio- y cols., 2005).
nan además con medidas de desempeño en diferentes pruebas
cognitivas. Por ejemplo, en un estudio reciente se demostró una Las diferencias en el desarrollo de los patrones de ac-
asociación entre la maduración estructural del lóbulo prefrontal tividad cerebral durante las pruebas de control cognitivo, po-
y procesos de memoria (Sowell y cols., 2001). En general, las drían reflejar tanto maduración como diferencias individua-
áreas cerebrales que regulan las funciones primarias, como los les en el desempeño. Dado que los niños tienen peores desem-
sistemas sensoriales y motores, maduran más tempranamen- peños que los adultos, es difícil especificar si estas diferencias
te; mientras que las áreas de asociación que integran las fun- en los patrones de activación se deben a la edad o simplemente
ciones primarias lo hacen más tarde en el desarrollo, como en reflejan una diferencia general en el desempeño. Para abordar
el caso de la corteza prefrontal (Gogtay y cols., 2004; Sowell esta cuestión, los investigadores adoptaron diferentes vías. Una
y cols., 2003). de ellas es conformar subgrupos con niveles de desempeño se-
mejantes. En base a este método se han identificado tres pa-
A diferencia de la sustancia gris, el volumen de la sustan- trones de activación: 1) patrón independiente del desempeño
cia blanca se incrementa siguiendo un patrón lineal hasta la vida y la edad; 2) patrón asociado sólo al desempeño; 3) patrón aso-
adulta. En conjunto, estos datos sugieren que el desarrollo cere- ciado sólo a la edad. Estos patrones ayudan a identificar las
bral —y posiblemente también el cognitivo— se basa en proce- bases de las activaciones observadas y/o las diferencias regio-
sos tanto regresivos como progresivos. nales y cómo se relacionan con el desempeño. Este abordaje
permite comprender cómo la maduración se relaciona con el
Particularmente, el desarrollo de la corteza prefrontal avance de las habilidades cognitivas. Por ejemplo, en un estu-
juega un rol significativo en la maduración de las competencias dio sobre habilidades de control cognitivo asociadas a activa-
cognitivas de control. El desempeño maduro correpondiente a ción, los niños fueron divididos en “mejores” y “peores” en
este tipo de tareas requiere filtrar y suprimir información, pen- términos de desempeño. Aquellos con desempeños efectivos
samientos y acciones irrelevantes. Estas habilidades se desa- no reclutaron las mismas regiones prefrontales que las que se

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SEBASTIÁN LIPINA Vulnerabilidad social y desarrollo cognitivo

activan en los adultos, sugiriendo un patrón de actividad de- colares y escolares, estudios recientes muestran patrones de des-
pendiente de la edad en esta región (Casey y cols., 2005). Por empeño diferenciados según nivel socioeconómico en pruebas
otra parte, si se verificó el reclutamiento del mismo subconjun- con demanda de control ejecutivo (Lipina y cols., 1999, 2000,
to de áreas de asociación posteriores (regiones parietales) que en 2004, 2005; Noble y cols; 2005a) y de procesamiento fonológico
adultos ante la misma demanda. En cambio, en los niños con me- (Noble y cols; 2005a). También se ha descrito la modulación se-
nores habilidades de control no se verificó el reclutamiento de estas gún el nivel socioeconómico de las habilidades de niños de edad
áreas, sugiriendo que la mejora de las habilidades de control que re- preescolar para asignar estados mentales y emocionales a sus pa-
quieren primero de un patrón maduro de activación de las áreas res (teoría de la mente) (Carlson y Moses, 2001), significativa-
parietales posteriores, es específica para la prueba. Finalmente, las mente asociadas a la emergencia de las habilidades de control eje-
pruebas con demandas menores (por ejemplo, atención selectiva sin cutivo (Hughes y Graham, 2002). Finalmente, en un estudio re-
demanda de solución de conflictos), no parecen mostrar patrones de ciente también se ha verificado la modulación del nivel socioeco-
activación asociados a la edad. nómico sobre los patrones de activación cerebral en pruebas que
demandan procesamiento fonológico (Noble, 2005). Esta eviden-
Un segundo abordaje consiste en la manipulación cia, la primera en el área de estudio, confirma que la alteración
paramétrica de las dificultades de las pruebas para igualar el des- a nivel del desempeño cognitivo de niños que provienen de ho-
empeño entre grupos. En un diseño paramétrico, la dificultad de gares pobres, se asocia a una modificación a nivel de la activa-
la prueba se modula de acuerdo al incremento en la demanda ción cerebral.
(por ejemplo, incrementando el conflicto, la carga de memoria
o la degradación del estímulo). De esta forma se pueden efectuar Los niños que crecen en hogares donde se verifican
comparaciones entre niños y adultos para ensayos igualados se- trastornos en la comunicación, violencia y abuso, tienen ma-
gún su eficiencia. En un estudio en el que se utilizó el paradig- yor probabilidad de tener aumentados sus niveles hormona-
ma de Go/NoGo (control inhibitorio), se observó que tanto adul- les asociados a las reacciones de estrés. El mismo perfil tam-
tos como niños incrementaban sus errores ante el mismo tipo de bién ha sido descrito en niños provenientes de orfanatos, en
ensayos. No obstante, los niños cometían más errores de otros los que además se han verificado alteraciones en sus niveles de
tipos. A nivel de la activación, los adultos manifestaron un incre- desempeño cognitivo. En un estudio reciente en el que se apli-
mento monotónico de la actividad en áreas ventrales de la cor- có un paradigma de control cognitivo, se observó que el des-
teza prefrontal y en la corteza parietal posterior, de acuerdo al empeño de niños criados en orfanatos difería significativamen-
tipo de ensayos que resolvían. En cambio, los niños manifesta- te del de pares criados por sus padres. Se observó que el des-
ron un incremento general de su activación independientemente empeño se correlacionó negativamente con la edad de adop-
del tipo de ensayo que resolvieran. Estos datos sugieren que la ción. Es decir, que cuánto menor edad de adopción tenían,
inmadurez cognitiva se caracteriza por un aumento de la sen- más puntajes obtenían. Ello sugiere que el estrés asociado a la
sibilidad a las interferencias que coincide con la inmadurez de las institucionalización parece asociarse con una alteración de las
áreas de asociación cortical, específicamente en las regiones habilidades cognitivas medidas tanto con instrumentos de in-
prefrontales y parietales posteriores. teligencia general como pruebas específicas de control cogni-
tivo, aprendizaje y memoria (operaciones mentales básicas).
Específicamente, en el contexto del estudio de los efectos En estudios de resonancia magnética estructural también se ve-
de la pobreza sobre el desempeño cognitivo en infantes, prees- rificó una asociación moderada entre el total de tiempo que los
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SEBASTIÁN LIPINA Vulnerabilidad social y desarrollo cognitivo

niños pasaron en los orfanatos y el volumen de la corteza a mejorar el desarrollo de niños que viven en pobreza
prefrontal y el hipocampo (Noble y cols., 2005b). (Colombo y Lipina, 2005; Noble y cols., 2005a).
Por otra parte, otros estudios han mostrado que las ex- Tal como se mencionó previamente, en los estudios so-
periencias enriquecedoras también pueden generar cambios a bre los efectos de la pobreza, el paradigma de inteligencia ge-
nivel de la activación de diferentes regiones cerebrales. Un neral ha sido el más utilizado (Brooks-Gunn y Duncan, 1997;
ejemplo de ello es el del aprendizaje de una segunda lengua, McLloyd, 1998; Bradley y Corwyn, 2002). Exceptuando su
del que recientemente han comenzado a analizarse sus bases utilidad clínica, este tipo de paradigmas no da información
neurobiológicas. En niños bilingües que aprenden la segunda específica sobre operaciones mentales básicas y, con la excep-
lengua antes de los siete años de edad, la actividad cerebral en ción de desarrollos más actuales, suele sesgar la evaluación ha-
respuesta a las dos lenguas es semejante y tiene lugar en áreas cia factores lógico-matemáticos (Sternberg y cols., 2003). Por
superpuestas del hemisferio izquierdo; mientras que los que lo estas razones, en estudios actuales sobre desarrollo infantil se
hacen después de esa edad, las activaciones se producen en ha planteado la necesidad de incorporar otras medidas del des-
áreas no superpuestas. En ellos, la lengua materna activa las empeño cognitivo, que no sólo involucren su aspecto lógico-ma-
áreas típicas del hemisferio izquierdo, mientras la segunda len- temático sino también procesos básicos incluyendo, por ejem-
gua genera un patrón variable que es más probable que se pro- plo, los de autorregulación cognitiva y emocional (Pollit, 2000,
duzca en el hemisferio derecho. A pesar que el cerebro conser- Sternberg y cols., 2003; Posner y Rothbart, 2005).
va su naturaleza plástica para el aprendizaje de una segunda
lengua, el patrón específico para estos procesamientos parece La Neurociencia Cognitiva del Desarrollo aporta al área
depender de la edad en la que comienza el aprendizaje (Bavelier de estudio de los efectos de la pobreza y de la estimulación cog-
y Neville, 2002). nitiva, conceptos, métodos, tecnología e instrumentos que per-
miten satisfacer algunas de estas necesidades. Tal es el caso del
paradigma de los procesos de control cognitivo, también deno-
minado de funcionamiento ejecutivo. Estos incluyen diferentes
4. PARADIGMAS DE EVALUACIÓN COGNITIVA: operaciones que forman parte de todo comportamiento orien-
APORTES DE LA NEUROCIENCIA COGNITIVA DEL tado a un fin (Alexander y Stuss, 2000; Anderson et al., 2001;
DESARROLLO Luciana y Nelson, 1998; Zelazo y cols., 1997), organizados en
diferentes componentes: a) control atencional (atención selecti-
La importancia del paradigma de evaluación cognitiva va y sostenida), b) flexibilidad cognitiva (memoria de trabajo
que se utiliza en los estudios sobre pobreza y desarrollo cogni- espacial y objetal, cambio atencional, autorregulación y transfe-
tivo, reside en la definición conceptual del funcionamiento cog- rencia conceptual), y c) logro de objetivos (iniciación, planifica-
nitivo, en los instrumentos utilizados y en su sensibilidad para ción, resolución de problemas, comportamientos estratégicos).
identificar desempeños globales, componentes u operaciones Estudios de análisis de correlatos neurales de estas operacio-
básicas. Particularmente, la posibilidad de identificar operacio- nes han permitido identificar redes de activación neural que
nes mentales con mayor especificidad es de significativa utili- involucran de manera preferencial a la corteza prefrontal
dad para su incorporación a módulos de estimulación cogni- (Baker y cols, 1996; Duncan, 2005; Luciana y Nelson, 1998).
tiva de programas de intervención multimodulares, orientados
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SEBASTIÁN LIPINA Vulnerabilidad social y desarrollo cognitivo

En términos de comportamiento cotidiano, las opera- se deben a aprendizaje, desarrollo, o ambos. Los estudios de in-
ciones de control están involucradas en situaciones en las que tervención y de tratamiento han comenzado a aprovechar este
hay que efectuar planes y tomar decisiones, en la corrección de abordaje, por medio del análisis de cómo las intervenciones cog-
errores, en el inicio de secuencias de acción novedosas, en si- nitivas y farmacológicas influyen la activación neural en trastor-
tuaciones de dificultad técnica o ambiental, y ante la necesi- nos del desarrollo como la dislexia y el trastorno atencional con
dad de interrumpir una respuesta habitual o eliminar opcio- hiperactividad (Klingberg y cols., 2002).
nes que interfieren o no son adecuadas para la solución de un
problema (Shallice, 1982; Anderson, 1998; Anderson, 2002;
Hughes y Graham, 2002; Zelazo y cols., 2003). Recientemen-
te, se han identificado asociaciones significativas entre el con-
trol ejecutivo y el desempeño en tareas de demanda de com-
petencias de lenguaje y matemática (Chiappe y cols., 2000;
Hooper y cols., 2002; Sikora y cols., 2002), dando cuenta de
su importancia para la adquisición de aprendizajes tempra-
nos específicos.
Algunos estudios han incorporado diferentes aspectos
de las operaciones de control en programas de entrenamien-
to e intervención, cuyos resultados indican que estas operacio-
nes mentales básicas son modificables por entrenamiento tan-
to en niños (Rueda y cols., 2005) como en adultos (Olesen y
cols., 2004) sanos. En estos estudios se ha verificado que la
modificación del desempeño por entrenamiento se correlacio-
na con cambios en los patrones de activación de diferentes re-
des neurales asociadas a tales sistemas cognitivos. En algunos
de estos estudios ya se ha comenzado a analizar en forma con-
junta aspectos del desempeño, la activación neural asociada
al desarrollo emocional durante los primeros años (Rueda y
cols., 2004). Es decir, que el estudio del desarrollo de las fun-
ciones de autorregulación forma parte de los abordajes con-
ceptuales integrados acerca del desarrollo infantil
(Bronfenbrenner y Ceci, 1994; Sameroff y MacKenzie, 2003).
En conjunto, estos estudios enfatizan la importancia de
determinar en qué medida los cambios en la organización funcio-
nal de la corteza cerebral observados con métodos de imágenes,

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SEBASTIÁN LIPINA Vulnerabilidad social y desarrollo cognitivo

CAPÍTULO 42

PAUTAS CONCEPTUALES Y
METODOLÓGICAS DE LAS INTERVENCIONES
EN POBLACIONES INFANTILES EN RIESGO
SOCIAL

1. INTRODUCCIÓN

Tal como fuera tratado en los capítulos previos, estudios


realizados en diferentes sociedades durante los últimos ochen-
ta años, ilustran reiteradamente cómo las desventajas socioe-
conómicas afectan la salud física y mental de los niños duran-
te su desarrollo, condicionando significativamente sus habili-
dades cognitivas y sociales actuales y sus oportunidades de
inserción escolar y social futuras. Sintéticamente, los principa-
les factores de riesgo asociados a tales efectos son el estado de
salud mental (cognitivo y socioafectivo), físico y nutricional de
los niños, la exposición a tóxicos ambientales durante las fases
de desarrollo pre y postnatales, la provisión de experiencias de
aprendizaje fuera y dentro del hogar, la salud mental de los
padres o cuidadores, las características de las comunidades en
las que viven, la calidad de educación que reciben, y las rela-
ciones con los pares (Evans, 2004; Guo y Mullan Harris, 2000;
McLloyd, 1998).

2. Una versión previa de este capítulo ha sido incluida en un volumen compilado


por el Dr. Jorge A. Colombo, actualmente en revisión editorial.

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SEBASTIÁN LIPINA Vulnerabilidad social y desarrollo cognitivo

Dada la naturaleza multidimensional del fenómeno de diferentes concepciones sobre el desarrollo infantil, de mane-
la pobreza y también del desarrollo infantil, todo abordaje de ra que involucran a niños, responsables y docentes, de formas
intervención orientado a optimizar las condiciones y oportu- variadas. Asimismo, los programas de educación inicial son
nidades de desarrollo de poblaciones infantiles en riesgo so- motivo de continuos debates en función a la calidad de los pro-
cial, también requiere ser del mismo tipo. Ello implica el dise- gramas, el respecto a la particularidad del niño y la construc-
ño de programas de múltiples módulos de intervención que ción de nuevos paradigmas, independientemente del formato
incorporen acciones a diferentes niveles (niños, padres, docen- que asuma la modalidad de servicio. Cuando esta es de tipo
tes, organizaciones civiles, gobiernos) y elaboradas a partir de escolar, coexisten dos tradiciones. Una que propone acompa-
la integración adecuada de diferentes perspectivas conceptua- ñar y propiciar el desarrollo del niño y otra que concentra sus
les y metodológicas (Ramey y Ramey, 2003). esfuerzos en la búsqueda de instrumentalización para la edu-
cación básica. En ambos casos, se busca el mayor desarrollo del
Diferentes organizaciones internacionales plantean que las niño, pero mientras en uno se parte de su potencialidad y se
respuestas a la pobreza infantil dependen, en primer término, de privilegian sus modos de expresión; en el otro se gradúan y
la voluntad política y económica de la comunidad internacional. seleccionan los conocimientos considerados como válidos para
Ello significa que es necesario diseñar políticas de estado integra- la etapa siguiente (Patricia Sarlé, comunicación personal).
das (economía, salud, educación, desarrollo, seguridad y bienes-
tar social), con el fin de lograr cambios en el ingreso familiar, ma- Al articularse ambos tipos de programas a las políticas
yor acceso a los servicios sociales básicos, protección de la infan- públicas lo hacen en el contexto de diferentes modelos de po-
cia en función a sus derechos, intervenciones concebidas en el lítica social, cuya eficiencia depende de la combinación del rol
plano local en lugar del suministro de programas genéricos (fór- del Estado como agente de subsidios y la estructura del mer-
mulas de intervención) y aumento de la participación de niños y cado laboral formal. En las sociedades desarrolladas donde
familiares en los programas, considerando la perspectiva de gé- predomina el modelo liberal, como por ejemplo Estados Uni-
nero y el fortalecimiento del entorno protector durante la infan- dos, los mercados de trabajo suelen ser muy flexibles y contar
cia (Johnson y Knitzer, 2006; UNICEF, 2005). con tasas bajas de desempleo, aunque al mismo tiempo gran
cantidad de trabajos precarios. El mercado es el principal pro-
A pesar de que el problema de la pobreza infantil requie- veedor de servicios sociales, limitándose el Estado a proveer
re de respuestas y acciones a nivel global como las descritas en el programas asistenciales a las poblaciones en riesgo social y que-
párrafo anterior, la realidad local de diferentes sociedades plan- dando parte de la población desprotegida. Por otra parte, en la
tea necesidades de planificación o emergencias sociales que re- mayoría de los países desarrollados de Europa, el modelo pre-
quieren respuestas más apropiadas en tiempo y forma. Durante dominante es el corporativo —también lo fue para algunos paí-
el siglo XX se han desarrollado en el mundo dos líneas de traba- ses latinoamericanos como Argentina, hasta la década de los
jo en tal sentido. Por una parte, existen diferentes programas de noventa—. En este modelo, si bien los trabajadores están prote-
intervención temprana orientados a mejorar el desarrollo integral gidos, el costo laboral es caro y se verifican altas tasas de des-
de niños que viven en riesgo social, más o menos articulados a las empleo. Y como el gasto público social proviene de los impues-
políticas públicas con financiación estatal dependiendo de cada tos deducidos de los salarios, aquellos que se desempeñan en
caso. Por otra parte, en algunos países se han diseñado y eje- el mercado informal no están protegidos. Finalmente, los paí-
cutado programas de educación inicial y escolar, basados en
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SEBASTIÁN LIPINA Vulnerabilidad social y desarrollo cognitivo

ses escandinavos adoptaron un modelo socialdemócrata que también existen en los países latinoamericanos programas de
sostiene el financiamiento estatal universal con impuestos que educación, aunque no necesariamente se inscriben en la línea
gravan la renta y la riqueza. Como son países con mayor fle- integradora que se verifica en los países de Europa occidental
xibilidad laboral que los que aplican el modelo corporativo, o Asia Oriental, tanto por razones conceptuales como presu-
pero tienen tasas de desempleo más bajas, existe una alta pro- puestarias. En los países industrializados de Asia Oriental
tección estatal para prácticamente todos sus ciudadanos, in- existen ejemplos tanto de programas de intervención tempra-
cluyendo a los desempleados. Por otra parte, el Estado invierte na, como de educación, aunque esta última línea es la que más
fuertemente en la capacitación de estos últimos para favore- desarrollo ha tenido. Lamentablemente, dado que la informa-
cer su inclusión al mercado laboral (Esping-Andersen, 2005; ción sobre efectividad y comparabilidad se limita a algunos
Isuani, 2006). trabajos de revisión y a la información provista por algunos
gobiernos, resulta difícil efectuar comparaciones entre las di-
La línea de trabajo de los programas de intervención ferentes experiencias (Boocock, 1995, 2003).
temprana orientados a poblaciones en riesgo social (que son
diferentes a los que se ofrecen para poblaciones clínicas duran-
te los primeros meses de vida en contextos clínico-asistencia- 2. CARACTERIZACIÓN DE LOS PROGRAMAS DE
les), se ha desarrollado en todo el mundo. No obstante, los INTERVENCIÓN TEMPRANA.
programas más extensivos en cuanto a la oferta de sus servi-
cios y soporte financiero se han diseñado y ejecutado en Es- 2.1. Aspectos generales
tados Unidos, en donde 29 millones de menores de 18 años
(40%) viven en hogares con bajos ingresos y 13.5 millones Tal como fuera mencionado, en muchos países del mun-
(18%) en hogares pobres, siendo la mayoría de ellos de origen do se han diseñado programas para la atención de las necesida-
afro-americano y latino [National Center for Children in des de niños y familiares en riesgo social. Es frecuente que estos
Poverty (NCCP), 2006]. formen parte de un conjunto de programas ejecutados como par-
te de las políticas públicas de educación, salud y desarrollo social.
En cambio, diferentes países de Europa, donde la po-
No obstante, un problema grave común a muchos países y espe-
breza infantil afecta entre el 2.5% (Luxemburgo) y 20% (Gre-
cialmente en América Latina, es la falta de coordinación en la eje-
cia) de niños (Sutherland, 2001), han optado más frecuente-
cución de estos programas y la falta de integración entre los di-
mente por la segunda línea, es decir por incluir sus interven-
ferentes sistemas de atención social (fragmentación); además de
ciones en políticas públicas educativas, sanitarias, sociales y
la discontinuidad financiera debida a diferentes razones como los
económicas, ejecutadas integralmente. En América Latina se
cambios políticos o las fallas en el diseño para la evaluación de su
verifican pocos ejemplos de programas de intervención tem-
efectividad (Johnson y Knitzer, 2006).
prana con diseños adecuados. En general, tienen una oferta
menor de servicios y sufren serias dificultades para lograr su Por otra parte, no es tarea fácil integrar a los diferentes
continuidad, además de tener poca articulación con las polí- programas bajo una misma definición conceptual. Si bien en la
ticas públicas educativas y sociales, que en términos de mode- actualidad existen decenas de programas, se verifica entre ellos
los de política social han fluctuado del corporativo al liberal una gran variación en cuanto a objetivos específicos, diseño, me-
durante la década del noventa. Como en otras sociedades, todología, contenidos y medición del impacto de su aplicación
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SEBASTIÁN LIPINA Vulnerabilidad social y desarrollo cognitivo

(Boocock, 2003; Brooks-Gunn y Duncan, 1997; Reynolds y evaluación de impacto y que se articulan a los sistemas de edu-
cols., 2003). cación (por ejemplo, el programa Head Start en Estados Unidos,
ver 2.2). En un segundo grupo se encuentran los programas fi-
En este contexto, el concepto de programa de interven- nanciados en forma privada o pública y ejecutados por institu-
ción temprana hará referencia a la provisión múltiple y preven- ciones con interés científico en la determinación de metodologías
tiva de servicios educativos, sociales y sanitarios durante cual- y contenidos específicos para intervenciones eficaces [como por
quiera de los primeros diez años de vida de niños que viven en ejemplo, el Proyecto Abecedario de Estados Unidos o el Progra-
condiciones de riesgo social (Reynolds y cols., 2003). En términos ma de Intervención Escolar en Argentina (P.I.E.), ver adelante]
generales, los objetivos principales de este tipo de programas (Administration on Children, Youth and Families, 2006; Boocock,
pueden resumirse en la promoción del desarrollo de capacida- 2003; Colombo y Lipina, 2005; Ramey y Ramey, 1998, 2003;
des y habilidades que les permitan a los niños un nivel de esco- Reynolds y cols., 2003). Finalmente, en un tercer grupo se en-
laridad satisfactorio; y contribuir a corto, mediano y largo pla- cuentran todos aquellos programas con financiación privada o
zo a la prevención de trastornos cognitivos y socioafectivos, por pública, pero sin diseños adecuados para la evaluación de su
ejemplo, los involucrados en el fenómeno complejo del fracaso impacto, que no se tratarán aquí.
escolar (Ramey y Ramey, 1998; Reynolds, 1994, 2003).
En cuanto a las características de diseño, luego de más
El objetivo general de estos programas de mejorar la pre- de cuarenta años de investigación en el área, se han establecido
paración de los niños para la escolaridad primaria continúa siendo un conjunto de criterios de calidad conceptual y metodológica
una cuestión de agenda actual. La falta de preparación ha sido necesarios para garantizar el logro de los objetivos (Ramey y
asociada por lo general a una mayor probabilidad de obtener ba- Ramey, 2003). En primer lugar, se postulan una serie de meca-
jos niveles de desempeño escolar, altos niveles de permanencia en nismos primarios críticos para el desarrollo infantil, que debe-
grado durante los primeros tres años de escolaridad primaria, rían estar presentes en forma progresiva y frecuente en la vida
mayor necesidad de incorporación a programas de educación es- cotidiana de los niños desde su nacimiento: exploración ambien-
pecial y de deserción escolar (Brooks-Gunn y Duncan, 1997; tal, expresión de diferentes habilidades cognitivas y sociales
Jonson y Knitzer, 2006; Nation y cols., 2003; Rutter, 2003). Por su- básicas, refuerzo de los adultos a cargo ante la aparición de nue-
puesto, la conceptualización e instrumentalización de lo que sig- vas habilidades, fomento de los adultos a cargo del ensayo y la
nifica estar preparado son motivos de debates continuos entre las expansión de nuevas habilidades, evitación de castigos inapro-
diferentes posiciones epistemológicas del área de educación. piados y ridiculizaciones sobre los avances de los niños durante
Si bien no existe una clasificación de estos programas, es su desarrollo, y estimulación del lenguaje y de la comunicación
posible verificar la existencia de tres grandes grupos de acuerdo simbólica (Ramey y Ramey, 1998). Nótese además, la relación
a sus fuentes de financiación, objetivos y diseño. Este último as- que guardan estos principios con los estudios sobre factores de
pecto es de gran importancia, debido a que sin un diseño ade- riesgo, efectos y mecanismos mediadores, además de los de ni-
cuado para evaluar el impacto de las intervenciones, no es po- ños criados en orfanatos, mencionados en el Cap. 2.
sible realizar una adecuada planificación de los recursos finan- Las mejorías observadas en los niños luego de su partici-
cieros y humanos para ajustar los programas. En un primer gru- pación en este tipo de programas, han sido asociadas al impacto
po están aquellos financiados con fondos estatales, que incluyen de un conjunto amplio de servicios intensivos y de alta calidad

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SEBASTIÁN LIPINA Vulnerabilidad social y desarrollo cognitivo

(módulos múltiples) para el refuerzo de aprendizajes, al man- (2) Los programas más intensivos (más cantidad de horas por
tenimiento o mejoramiento de la participación parental, a la día durante semanas y meses al año) producen efectos posi-
coordinación de servicios sociales y académicos (Baker y cols., tivos más significativos que los de menor intensidad.
1999; Black y Krishnakumar, 1998; Burchinal y cols., 1997;
(3) Aquellos niños que reciben las intervenciones en for-
Campbell y cols., 2001; Huston y cols., 2001), y al uso de dise-
ma directa, muestran más beneficios y perdurabilidad
ños de estudios con controles adecuados para la correcta eva-
de los efectos, que aquellos otros niños involucrados
luación de su impacto (ver adelante) (Devaney y cols., 1997;
en programas cuyas intervenciones son dirigidas sólo
Reynolds, 1994, 2003; Ramey y Ramey, 1998, 2003). En cuanto
a agentes mediadores, como por ejemplo, por medio
a los enfoques conceptuales de base, se han priorizado aquellos
de entrenamientos específicos o talleres participativos
de tipo social y ecológico, es decir, los que toman en cuenta a
para padres o cuidadores. La combinación de ambos
la familia como a la unidad primaria sobre la que se intervie-
enfoques es considerada por lo general como la mejor
ne y luego en forma diferenciada a padres o cuidadores y ni-
opción (múltiples módulos de intervención).
ños (Bronfenbrenner y Ceci, 1994).
(4) En cuanto a la envergadura o amplitud y a la flexi-
La recolección y análisis continuos de información adi- bilidad del programa, las intervenciones que ofrecen
cional sobre el desarrollo de los módulos de intervención y su una gama más amplia de servicios y que utilizan di-
modificación en base a ello, también forman parte de este con- ferentes vías para mejorar el desarrollo de los niños,
junto de criterios de calidad de los programas. Su importan- generalmente tienen mejores resultados.
cia reside en que reflejan los efectos acumulados de las histo-
rias personales de los niños y de las interacciones propias de (5) Los efectos positivos iniciales de toda intervención co-
su universo cultural (ambiente prenatal, normas y prácticas rren riesgo de disminuir progresivamente si no existe un
socioculturales, características y recursos de la comunidad, soporte ambiental de mantenimiento posterior de las
características de contención y estresores de la familia que actitudes positivas y el comportamiento de los involu-
afectan la calidad y cantidad de interacciones entre sus miem- crados. Este mantenimiento, que involucra también a
bros, creencias, valores y rutinas que complementan las nor- los potenciales aportes provenientes de la familia, los
mas y prácticas sociales) (Ramey y Ramey, 1998, 2003). pares y la escuela, tiene influencia directa sobre la trans-
ferencia de los logros al desempeño escolar durante la
A partir de los resultados obtenidos luego de la ejecución de escolaridad primaria (Zigler y Styfco, 2003).
programas de intervención de alta calidad en término de diseño y oferta
(6) Respecto del momento más apropiado para el inicio
de servicios, se han elaborado al menos seis principios a tener en cuen-
de las intervenciones, aquellos programas que co-
ta para el desarrollo y aplicación de este tipo de programas:
mienzan a brindar sus servicios en fases bien tempra-
(1) El principio de oportunidad de las intervenciones establece nas y continúan proveyéndolos por muchos años in-
que los programas que involucran a niños de edades tem- cluyendo a las fases de transición de los niños (por
pranas (infantes) y que continúan incluyéndolos hasta eda- ejemplo, la comprendida entre el último año de edu-
des posteriores (cuanto más tarde mejor, incluso hasta la ado- cación inicial y el primero de escolar), han logrado
lescencia), producirían los mayores beneficios. mejores resultados en los desempeños cognitivos y

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SEBASTIÁN LIPINA Vulnerabilidad social y desarrollo cognitivo

socioafetivos, además de reducir significativamente 2.2. Ejemplos de programas de intervención temprana


algunos de los factores de riesgo de fracaso académi-
co (Ramey y Ramey, 1998, 2003). En la literatura sobre programas de intervención tempra-
Conceptualmente, los hallazgos mencionados indican na de los últimos treinta años, se verifican variaciones en el cum-
que el impacto de los eventos proximales de las intervenciones plimiento de los criterios de calidad para el logro de los objetivos
sería función de su regularidad durante períodos extensos de mencionados. Dado que a mayor oferta de servicios y extensión
tiempo (Bronfenbrenner y Ceci, 1994). No obstante, no todos en el tiempo, se incrementan las necesidades de inversión finan-
los niños se benefician de la misma forma por su participación ciera y de capacitación de recursos humanos, los ejemplos de
en este tipo de programas. Estas diferencias individuales se programas que cumplen con la mayor cantidad de criterios se
deben a distintos factores asociados fundamentalmente a la reducen, por lo general, a algunos casos en las sociedades más in-
situación inicial de riesgo de los niños y a las variaciones en dustrializadas. Son ejemplo de ello los programas Head Start y
calidad de los ambientes de crianza (NICHD Early Child Care Early Head Start, Abecedario, Milwaukee, CARE, Infant Health
Research Network, 2005; Reynolds, 1994 y 2003; Devaney y and Development Project (IHDP), Perry Preschool y el Estudio
cols., 1997; Ramey y Ramey, 1998; 2003; Baker y cols., 1999; Longitudinal de Chicago en Estados Unidos (ver adelante para
Campbell y cols., 2001). Estas cuestiones son precisamente las detalles de algunos de ellos); o el Proyecto de Investigación Vic-
que los programas de intervención con diseños experimenta- toria Day en Canadá y el Estudio de Infancia Temprana en Aus-
les adecuados permiten explorar. tralia (Boocock, 1995; Boocock y Larner, 1998).

Finalmente, en cuanto a la evaluación de impacto de En los países en desarrollo también se han diseñado y eje-
las intervenciones, la participación de los niños en diferentes cutado programas que han logrado cumplir con algunos de los
programas ha sido asociada reiterada y consistentemente con criterios de calidad mínimos, aunque de menor envergadura. Por
mejoras en el desarrollo cognitivo, el desempeño escolar y la ejemplo, el Proyecto Cali en Colombia; el estudio Village
motivación en el corto plazo y con tasas más bajas de repeti- Preschool y el Servicio Integrado para el Desarrollo Infantil en
ción de grado y necesidad de educación especial o comple- India; el Programa de Instrucción Preescolar en el Hogar en Tur-
mentaria durante la fase de escolaridad primaria en el media- quía; y el Programa de Intervención Escolar (P.I.E.) en Argenti-
no plazo (Reynolds y cols., 2003). Asimismo, se han verifica- na. Finalmente, el Proyecto Portage es un ejemplo de programa
do avances en la adaptación de los niños a la dinámica de tra- multicéntrico, desarrollado en Estados Unidos, India, Bangladesh,
bajo en el aula y en su compromiso con las actividades esco- Jamaica e Inglaterra (Andersson, 1992; Baker y cols., 1999; Boanida
lares, lo cual estaría modulado, a su vez, por el nivel de apo- y cols., 2000; Boocock, 1995, 2003; Colombo y Lipina, 2005;
yo de familiares y docentes (Reynolds, 1994). Por otra parte, Devaney y cols., 1997; Huston y cols., 2001; Reynolds, 1994;
en los programas con diseños longitudinales extensos que in- Ramey y Ramey, 1998; Sturmey y cols., 1992).
cluyeron la asignación aleatoria de casos a los grupos de in- A continuación se comentan algunos aspectos de los
tervención y control, la participación se asoció a mayor can- programas Head Start y Abecedario, a manera de síntesis ilus-
tidad de años de escolaridad completados y a una tasa mayor trativa de programas con cumplimiento de criterios de calidad
de empleo a largo plazo (Boocock, 1995; 2003). para el logro de los objetivos. Ello no significa en forma alguna

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SEBASTIÁN LIPINA Vulnerabilidad social y desarrollo cognitivo

que constituyan modelos a seguir de forma universal, dado Precisamente, en cuanto a esto último, el Head Start ha
que cada sociedad plantea un perfil de emergencias, idiosincrasias sido y sigue siendo motivo de debate y múltiples críticas. Los
culturales y limitaciones de recursos que obliga al diseño de progra- estudios de evaluación de impacto han sido efectuados por di-
mas específicos. Lo mismo es pertinente para los programas de edu- ferentes grupos de investigación a lo largo de la historia del pro-
cación inicial que se describen más adelante. grama (cuarenta años). Durante su primera década de desarro-
llo (1965-1975) el foco de atención fue puesto en la verificación
El programa Head Start es un programa nacional estruc- de mejoras cognitivas a través de cambios en los puntajes del
turado en base a centros locales que atienden a niños de 3 a 5 CI. Los primeros informes mostraban rápidos incrementos en
años que mayoritariamente viven en condiciones de riesgo social. los participantes de hasta 10 puntos. Pero también era cierto que
La mayoría de estos niños asisten a un solo turno durante un año luego de que los niños dejaban el programa (a partir de los 6
académico. No obstante, en algunas localidades también hay años), este efecto no necesariamente se sostenía durante la fase
centros con oferta de doble turno. Una condición esencial para de escolaridad primaria. En la siguiente década, un estudio efec-
la inscripción de niños a los centros es que al menos el 90% de tuado por el Consorcio de Estudios Longitudinales, confirmó
ellos provengan de familias con ingresos por debajo de la línea que los niños incrementaban sus CI en fases inmediatas, pero
de pobreza y sólo un 10% tengan algún tipo de trastorno del que luego durante la escolaridad primaria estos incrementos des-
desarrollo. Por ley, el 80% de los fondos que recibe cada centro aparecían progresivamente. No obstante, también se verificaron
proviene de fondos del gobierno federal. El 20% restante provie- efectos positivos a largo plazo en otras áreas, por ejemplo, me-
ne de fuentes locales. En 2005 se encontraban enrolados 1604 nor necesidad de educación especial y de retención, que en Es-
centros Head Start en todo Estados Unidos, que atendían a un tados Unidos representa un problema presupuestario de impor-
total de 906.993 niños y familias (Administration on Children, tancia significativa. Tampoco se verificaron mejoras en los indi-
Youth and Families, 2006). cadores de impacto a largo plazo como las tasas de delincuen-
Cada centro Head Start debe brindar servicios de educa- cia, embarazo adolescente o la necesidad de ayuda social gu-
ción inicial, salud mental, sociales y educación sobre nutrición a bernamental (Boocock, 2003; Boocock y Larner, 1998).
niños y padres; realizar exámenes de salud de los niños y efectuar En cuanto a los incrementos a corto plazo en el CI y su
derivaciones a centros sanitarios de la comunidad en caso de nece- pérdida progresiva a mediano plazo, se han postulado dife-
sidad, servir comidas calientes, y asegurar la participación de los rentes hipótesis. Además de críticas a posibles artefactos en la
padres y otros miembros de la comunidad. Los programas locales medición, el análisis estadístico y los procedimientos de mues-
son dirigidos por un comité responsable de las decisiones operati- treo (Barnett, 1998), también se ha cuestionado una interpreta-
vas, conformado por padres, personal de los centros y represen- ción unidimensional del CI que no tenía en cuenta las variacio-
tantes de la comunidad. Si bien la mayoría de los centros Head nes por influencias ambientales y de personalidad en los niños
Start adhiere a un cuerpo de regulaciones nacionales, cada uno las (Zigler y Styfco, 2003). Específicamente, que el incremento in-
adapta a las necesidades y recursos locales. Es decir, que el Head mediato en el CI no sólo estaría asociado a la expansión de una
Start no es una fórmula de intervención, sino más bien un conjunto capacidad intelectual, sino además a una mejora en el procesa-
diverso de programas locales que comparten estructura y prácti- miento emocional (motivación), a la familiaridad con los ma-
cas comunes (Zigler y Styfco, 2003), lo cual genera limitaciones para teriales de las pruebas por exposición a situaciones estimulan-
la evaluación de su impacto.
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SEBASTIÁN LIPINA Vulnerabilidad social y desarrollo cognitivo

tes de aprendizaje y a una mayor confianza durante la situa- este tipo son particularmente informativos: Perry Preschool,
ción de administración con los operadores. Por otra parte, al- Milwaukee, Abecedario, CARE e Infant and Health
gunos investigadores sugirieron que la pérdida del efecto a Development Project (IHDP). En estos casos, además de efectuar-
corto plazo, podría asociarse a una posible interrupción de se la asignación aleatoria de los niños a los grupos de interven-
estas circunstancias al momento que los niños dejaban el pro- ción, se brindó una amplia gama de servicios educativos, socia-
grama para ingresar a la escuela primaria, donde el ambien- les y sanitarios (multimodularidad) en forma intensiva (doble jor-
te y las condiciones para el aprendizaje cambian significativa- nada al menos durante 12 meses antes de los 5 años). Las diferen-
mente y condicionan el uso del potencial y las habilidades lo- cias entre los niños de estos programas estaban dadas fundamen-
gradas en la fase de educación inicial (Zigler y Styfco, 2003). talmente por sus factores de riesgo inicial. El Milwaukee sólo
reclutó niños sanos cuyas madres tenían CI por debajo de 75
Este tipo de análisis cambió el énfasis del impacto en (considerado como nivel de retardo mental); mientras que el
base al CI hacia el de competencias sociales, generando a su Perry Preschool reclutó a niños de 3 y 4 años que ya habían de-
vez la necesidad de mejorar no sólo su definición conceptual mostrado tener algún retardo en su desarrollo cognitivo (CI en-
sino las formas de evaluación. La competencia social comen- tre 70 y 85). El Abecedario y el CARE reclutaron a familias pobres
zó a ser considerada como la integración de variables sanita- con factores de riesgo adicional (educación materna baja, madres
rias, cognitivas, de rendimiento escolar y emocional. Esta con- adolescentes y con CI debajo de 90, ausencia de familiares mater-
cepción a su vez influyó sobre las agendas de investigación, nos). Finalmente, el IHDP reclutó infantes prematuros y con peso
que ganó protagonismo e importancia como función vital para bajo al nacimiento.
el desarrollo del programa, para mejorar los diseños de com-
paración y los aspectos metodológicos básicos (incluyendo el Si bien en todos se brindaron servicios intensivos, también
cambio conceptual en la evaluación de impacto). No obstan- se verificaron diferencias entre ellos. El Perry Preschool proveyó
te, aún continúa habiendo una tendencia a privilegiar los lo- uno o dos años de dos horas y media diarias de educación inicial,
gros cognitivos por sobre los socioafectivos por parte de los di- complementada con visitas a los hogares para promover habilida-
señadores de políticas públicas (Johnson y Knitzer, 2006). des parentales de crianza. En cambio, el Abecedario brindó un
mínimo de cinco años de educación inicial, cuidado de la salud,
Este proceso dialéctico entre investigación y diseño de nutrición infantil y apoyo familiar en un sistema de jornada com-
las intervenciones es el que fue generando además la aparición pleta. Además, la mitad de los participantes recibieron tres años
de otros programas asociados al Head Start. Tal es el caso del de intervenciones adicionales durante la escolaridad primaria en
Early Head Start, que expandió los servicios del Head Start a la escuela y en los hogares. El Milwaukee también proveyó un
franjas etarias más bajas (0 a 3 años), o el Transition Project, que programa educativo de jornada completa durante los años de
ayuda a los niños que terminan su fase de educación inicial en educación inicial y dio a las madres un entrenamiento para mejo-
el Head Start durante su transición a la escolaridad primaria hasta rar sus habilidades de crianza y sus capacidades laborales. El
el tercer grado. CARE comparó sistemáticamente dos formatos de interven-
Las diferencias en los efectos a corto y mediano plazo ob- ción con idéntico currículo: uno basado en centros (el del Abe-
servadas en el Head Start no se verificaron en los programas di- cedario) y otro en el hogar con visitas semanales en los prime-
señados con fines de exploración experimental. Cinco estudios de ros tres años y quincenales durante los últimos dos. Por otra

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SEBASTIÁN LIPINA Vulnerabilidad social y desarrollo cognitivo

parte, el Abecedario, el Milwaukee y el CARE enfatizaron sig- do en cuenta criterios específicos (básicos) del desarrollo o des-
nificativamente las actividades de estimulación de desarrollo del empeño cognitivo, sino por medio de pruebas o escalas de inte-
lenguaje. Finalmente, el IHDP concentró sus intervenciones en ligencia general o rendimiento (Boocock, 2003; Ramey y Ramey,
los tres primeros años de vida, adaptando componentes del 1998).
Abecedario y del CARE (Boocock, 1995; Ramey y Ramey,
1998, 2003).
2.3. Nuevas tendencias en el diseño de módulos de
En todos los casos se verificaron mejoras a corto plazo en
estimulación cognitiva: Aportes de la Neurociencia
términos del incremento del CI y de la reducción de las tasas de
retardo mental durante los años de educación inicial. En cuatro Cognitiva y la Psicología cognitiva del desarrollo
de estos estudios (todos menos el IHDP), los beneficios persistie-
ron hasta la infancia media o más, a pesar de que las diferencias Tal como fuera tratado en el capítulo anterior, a par-
en el CI declinaron o dejaron de existir en la adolescencia (como tir del avance en el estudio de la emergencia de operaciones
en el Perry Preschool). Por otra parte, aparecieron beneficios en mentales básicas durante el desarrollo y su integración con
términos de otros indicadores, como la reducción en las tasas de procesos emocionales de autorregulación, la Neurociencia Cog-
retención de grado o de necesidad de educación especial y mejo- nitiva y la Psicología del Desarrollo comenzaron a aportar ele-
ras en el desempeño escolar (a excepción del Milwaukee), en el mentos conceptuales, metodológicos y técnicos, potencialmen-
mediano plazo. En el Perry Preschool estos beneficios incluyeron te incorporables a módulos de estimulación cognitiva en los
otros a largo plazo, en términos de autonomía económica, mejor programas de intervención. Además de los estudios provenien-
desempeño académico y reducción de problemas legales (Boocock, tes de la aplicación clínica de intervenciones neurocientíficas (por
2003; Ramey y Ramey, 2003). ejemplo, para niños con trastornos disléxicos o atencionales con
y sin impulsividad), son ejemplo de lo anterior: (1) el programa
En relación a la identificación de necesidades específicas para niños de 4 años sanos orientado a estimular las redes
de estimulación cognitiva de diferentes poblaciones según sus atencionales asociadas a la activación de diferentes áreas de la
factores de riesgo inicial, el Abecedario y el CARE tomaron el corteza cerebral que Posner y colaboradores iniciaron en 2002
modelo de Ramey y Ramey (1998), que asume diferencias de (Rueda y cols., 2005); y (2) el módulo de estimulación cognitiva
acuerdo al impacto sobre el sistema nervioso central de diferen- aplicado en el Programa de Intervención Escolar (P.I.E.) para ni-
tes condiciones ambientales y biológicas. Los módulos de estimu- ños sanos de 3 a 5 años provenientes de hogares con NBI (ver
lación cognitiva ensayados en la mayoría de este tipo de progra- detalles adelante). La importancia de este tipo de abordajes re-
mas generaron mejoras en los niveles de desarrollo del lenguaje, side en su especificidad y sensibilidad para impactar sobre
de las habilidades cognitivas de ejecución y en el procesamiento operacionales mentales básicas, que constituyen la materia pri-
emocional, mejorando la preparación de los niños al momento de ma para la adquisición de aprendizajes tempranos de compe-
iniciar su escolaridad primaria (Reynolds, 1994; Ramey y Ramey, tencias de lenguaje y matemáticas (Goswami, 2006; Posner y
1998; Baker y cols., 1999; Boocock, 2003). Sus contenidos estaban Rothbart, 2005).
basados en adaptaciones curriculares provenientes de las áreas de
educación inicial y escolar de los sistemas oficiales de cada estado Estos abordajes proponen considerar que un aspecto cen-
o localidad. No obstante, su impacto no ha sido evaluado tenien- tral en la asociación entre el conocimiento básico sobre el desarro-
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SEBASTIÁN LIPINA Vulnerabilidad social y desarrollo cognitivo

llo cerebral y la educación escolar, es si las intervenciones en las 2.4. Caracterización de los programas de educación inicial
aulas pueden modificar las redes neurales asociadas al funciona-
miento cognitivo, de forma tal de lograr generalizaciones que su- En este contexto, los programas de educación inicial se
peren los dominios específicos de instrucción. Este aspecto depende definen como los sistemas de provisión de servicios educativos
de un mejor conocimiento de cómo las redes corticales se desarro- diseñados, ejecutados y supervisados por las autoridades esco-
llan bajo las influencias genéticas y la experiencia. Diferentes estu- lares de un país. Si bien su historia es más extensa, entre 1970 y
dios de imágenes cerebrales demuestran patrones de activación 1980 se produjo un fenómeno de significativa expansión de es-
comunes ante la solución de situaciones como las que se desarro- tos programas en la mayoría de los países integrantes de la Unión
llan en la escuela, como por ejemplo en los casos de la lectura y el Europea (UE). Las tasas de niños inscriptos entre 3 y 7 años (en
cálculo (Dehaene y cols., 1999; Feigenson y cols., 2004). Los resul- algunos de estos países esta última es la edad de ingreso a la
tados, que se han verificado a la fecha, conforman una base cientí- escolaridad primaria), se duplicó o triplicó. Al menos en la mi-
fica de significativa importancia para el desarrollo de intervencio- tad de estos países, el 80% de estos niños asiste a escuelas con
nes experimentales que promuevan la mejora de habilidades en estos programas que son subsidiados completamente por sus
los niños. estados (Boocock, 2003). La apertura de fronteras entre los paí-
ses de la UE, a principios de la década del noventa, también es-
Otro tipo de intervenciones experimentales, que si bien
tuvo acompañada por un incremento en la circulación de infor-
no provienen directamente del ámbito de la Neurociencia
mación, planificación conjunta de programas y colaboraciones
Cognitiva, comparte con ésta conceptos y criterios de evalua-
científicas para debatir sobre principios guía de diseño y eva-
ción. Su objetivo es mejorar el rendimiento escolar de niños (pro-
luación de impacto. Ello contribuyó al establecimiento de con-
venientes de todo tipo de condición socioeconómica) a partir del
sensos conceptuales y operativos entre especialistas y funcio-
entrenamiento de habilidades atencionales, de autocontrol y de
narios, respecto del tipo de provisión de servicios educativos
inteligencia práctica y creativa (Bedrova y Leong, 1996; Boekaerts
en estos programas. El consenso actual establece que el reque-
y Corno, 2005; Sohlberg y cols., 2003; Sternberg y Grigorenko,
rimiento fundamental de todo programa de educación inicial es
2004; Strayhorn, 2002). Se trata de propuestas que se desarro-
el cuidado de la salud, la seguridad, la socialización y la educa-
llan en ámbitos educativos, cuyas intervenciones se adaptan a
ción personal de los niños y sus familias en forma integrada.
los requerimientos curriculares de los sistemas escolares. No obs-
tante, distan de los paradigmas tradicionales de evaluación edu- Al igual que en el caso de los de intervención temprana,
cativa e incorporan nociones amplias e integradas del desarro- existe una considerable diversidad en la definición y oferta de
llo, incluyendo el de operaciones mentales básicas y funciona- servicios de estos programas, dadas las diferencias históricas y
mientos de autorregulación. culturales de los países integrantes de la UE. Por ejemplo, si bien
hay consenso respecto de la importancia de proveer ambientes
estimulantes a los niños pequeños, al igual que en otras partes
del mundo, aún se debate si la incorporación a centros de edu-
cación formal fuera del hogar es el mejor abordaje, si hay un
balance apropiado entre el aporte de fondos públicos y priva-

92 93
SEBASTIÁN LIPINA Vulnerabilidad social y desarrollo cognitivo

dos a estos centros, y sobre la calidad de las relaciones entre y el desempeño escolar, se desarrollan y ejecutan en los países
las instituciones educativas y las familias. europeos con mayor desarrollo de sistemas educativos.
Respecto de la evaluación del impacto de este tipo de En Francia, la escuela maternal está totalmente subsidiada
programas, existen algunas dificultades al momento de efectuar por el estado y provee un programa completo de doble jorna-
comparaciones de datos provenientes de diferentes países da. El currículo y los criterios de entrenamiento de los maestros
(Boocock, 1995). El problema se debe a diferentes razones, en- para su aplicación, fueron desarrollados por el Ministerio de
tre las que las diferencias en la definición de los objetivos o la Educación y se aplica en todo el país atendiendo al 100% de los
organización de los servicios son las más importantes. En algu- niños de 3 a 5 años y a un número cada vez más grande de 2
nos países, estos se orientan a preparar a los niños para el in- años. Para evaluar su impacto sobre la retención durante la es-
greso a la escolaridad primaria, al igual que en los programas colaridad primaria, el Ministerio de Educación efectuó una en-
de intervención mencionados previamente. Pero en otros, el foco cuesta a 20.000 niños de sexto grado, comparando además en-
se orienta a la provisión de servicios educativos para hijos de tre aquellos que asistieron a uno, dos o tres años al programa.
padres trabajadores, o a la oferta amplia de servicios educati- Los resultados indicaron que cada año de participación reducía
vos, sanitarios y sociales. Por otra parte, las medidas de impac- la probabilidad de fallas escolares, especialmente en los niños
to también difieren entre países: desarrollo cognitivo, desem- provenientes de hogares con riesgo social. Es importante men-
peño escolar, desarrollo emocional, habilidades sociales y reduc- cionar que los niveles de efectividad alcanzados eran más bajos
ción de desigualdad basada en razones étnicas, de género o so- que en programas de intervención temprana como el Abeceda-
cioeconómicas. También se verifican diferencias significativas en rio. Algunos autores consideran que parte de estas diferencias
la forma de recolectar datos y su posterior análisis. Al igual que residiría en la cantidad de alumnos por clase, es decir, en la tasa
en el caso de los programas de intervención, pocos estudios de maestro/alumnos superior en los programas de educación ini-
evaluación de impacto utilizan diseños experimentales con asig- cial franceses (Barnett, 1998, Hurless, 2004).
nación aleatoria de los niños a los grupos de intervención y de
control. Finalmente, la experiencia europea con los programas En Inglaterra, la inversión pública en programas de edu-
de educación inicial también ha generado una guía de criterios cación inicial de doble jornada es limitada y muchas familias
para el logro de objetivos, que coinciden en gran parte con los contratan niñeras para el cuidado de sus hijos, al igual que en
mencionados para los programas de intervención: servicios de muchos países latinoamericanos entre las familias con altos ni-
educación inicial amplios, combinados con políticas adecuadas veles de ingreso. Por otra parte, menos de la mitad de los ni-
para los padres (Boocock, 2003). ños entre 3 y 4 años concurren a escuelas públicas o privadas. Y
muchos de los que tienen a uno de los padres en el hogar du-
rante el día, también concurren a grupos de juego varias veces a
la semana. En los años noventa se efectuó una encuesta a 9000
2.5. Ejemplos de programas de educación inicial
familias que exploró los efectos de los programas de educación
inicial y otros programas de cuidado infantil, sobre las habilida-
Algunos de los programas que cumplen con los criterios des cognitivas, socioafectivas y de desempeño escolar de los
mínimos de calidad para el logro de sus objetivos, con clara evi- niños a los 5 y 10 años de edad (Centre for Longitudinal Studies,
dencia de impacto sobre el desarrollo cognitivo, el socioafectivo
94 95
SEBASTIÁN LIPINA Vulnerabilidad social y desarrollo cognitivo

2005). Las comparaciones entre los niños que habían concu- bilidad mental de los niños, su sensibilidad social, sus habili-
rrido a grupos de juego, programas de educación inicial pú- dades de comunicación y de autorregulación (Dencik, 1995,
blicos o privados y ningún tipo de experiencia de educación citado en Boocock, 2003).
inicial, indicaron que la experiencia en cualquier sistema de
programa de educación inicial contribuyó al desarrollo cogni- Sin importar si los niños asisten a un programa de edu-
tivo y al desempeño escolar, pero no al desarrollo socioafectivo cación inicial, o quedan bajo cuidado familiar supervisado, en
(Boocock, 2003; Centre for Longitudinal Studies, 2005). comparación con los que no asisten a ninguno de los dos o los
de menor tiempo de exposición a alguno de ellos, los primeros
En lo que previamente a 1991 era Alemania Occiden- dos son los que más impacto generan en términos del desem-
tal, entre el 65% y el 70% de los niños entre 3 y 6 años asiste peño cognitivo y socioafectivo de los niños. Por otra parte, es-
a escuelas públicas de media jornada. Un estudio sobre eva- tos efectos persisten a través de la escolaridad primaria. En base
luación del impacto de asistir a estos programas de educación a estas experiencias, los investigadores suecos sugieren que es
inicial indicó las mismas tendencias mencionadas para Fran- posible incluir en los programas, módulos de estimulación del
cia e Inglaterra: asistir a alguno de estos programas reduce las desarrollo emocional y de habilidades sociales sin necesidad de
tasas de retención de grado y la asignación a cursos de edu- sacrificar el desempeño escolar posterior.
cación especial (Boocock y Larner, 1998; Boocock, 2003).
Este mismo tipo de conclusiones son las que se derivan
El sistema sueco es probablemente uno de los más com- de la aplicación de programas de educación inicial en Hungría,
pletos en términos de servicios y condiciones que ofrece a sus cuyo sistema público de escuelas se basa en una concepción pe-
habitantes. Los gobiernos locales subsidian el cuidado de todos dagógica constructivista, que estimula de forma específica y
los niños y sus familias, proveyendo además de una supervi- apropiada habilidades cognitivas y sociales de acuerdo a las po-
sión cuidadosa, la posibilidad de elegir entre un programa de sibilidades de desarrollo de los niños, en contextos de trabajo
educación inicial o el cuidado en el hogar, desde el nacimiento colectivo y cooperativo (Mills y Mills, 2000). Esta cuestión no es
hasta los 7 años (cuando se produce el ingreso a la escuela pri- abordada en general en los currículos de otros países, incluidos
maria). Por otra parte, el gobierno efectúa sistemáticamente es- los mencionados para Francia, Alemania e Inglaterra, además
tudios longitudinales desde 1965, con diseños que cumplen con de varios programas de intervención en el resto del mundo.
los estándares de calidad para la evaluación de impacto del
ambiente familiar y el desarrollo infantil. Ello ha permitido ob- Finalmente, resultados de estudios efectuados en países
tener información sumamente valiosa sobre efectos a largo pla- industrializados de Asia Oriental son consistentes con el mode-
zo de formas alternativas de cuidado y educación tempranos. lo de socialización dual vigente en Suecia. En Japón, Hong Kong,
Conceptualmente, el sistema sueco está basado en un modelo Taiwán, Corea del Sur y Singapur, la tasa de nacimientos ha caí-
de socialización dual que asume, que en la sociedad contempo- do recientemente a niveles en que muchos niños crecen en fa-
ránea, la mayor cantidad de niños vive en dos universos socia- milias con uno o a lo sumo dos hijos. En este contexto social los
les diferentes (el hogar y las instituciones escolares). En conse- programas de educación inicial son vistos como una alternativa
cuencia, requieren que los sistemas de educación y desarrollo de socialización a la familiar. Los resultados también son con-
social estén integrados para optimizar las habilidades de flexi- sistentes con la experiencia sueca. Por ejemplo, en Singapur se
verificó que niños entre 3 y 6 años, que asistían a algún tipo de
96 97
SEBASTIÁN LIPINA Vulnerabilidad social y desarrollo cognitivo

estos programas, no sólo habían incrementado sus habilidades


lingüísticas en mayor proporción que los que no habían asisti-
do, sino que mostraban mayores niveles de desarrollo
socioafectivo. Por otra parte, en estos países y al igual que en
Francia y Suecia, los estudios de evaluación de impacto contri-
buyen a modificar de forma dinámica y continua las políticas pú-
blicas del cuidado temprano de las poblaciones infantiles (Boocock,
1995), verificándose una significativa interacción dinámica entre in-
vestigación e intervención.

3. PROGRAMA DE INTERVENCIÓN ESCOLAR (P.I.E.)

3.1. Introducción Figura 6. Puntajes medios en la prueba de Tres y Cuatro Colores (deman-
da de memoria de trabajo espacial) según grupo económico (NBS/NBI) y
Entre 1996 y 2002, un grupo de investigación de la Unidad edad. Nota: *** p<0,001. Nótese cómo en todas las edades los puntajes del
de Neurobiología Aplicada (UNA), efectuó tres estudios diagnós- grupo NBS fueron significativamente superiores a los del grupo NBI.
ticos para analizar el impacto de la pertenencia a hogares con
Necesidades Básicas Insatisfechas (NBI), sobre el funcionamien- Los resultados obtenidos en los estudios diagnósticos con
to de control cognitivo de niños de entre 5 meses y 5 años de edad niños de edad preescolar permitieron identificar perfiles de des-
de la ciudad de Buenos Aires y el Gran Buenos Aires (Lipina y empeño diferenciales, a partir de lo cual se diseñó el programa
cols., 1999, 2000, 2004, 2005). Los resultados permitieron identifi- P.I.E., orientado a entrenar y optimizar habilidades de control
car en los niños provenientes de hogares NBI perfiles de desem- cognitivo de niños de 3 a 6 años provenientes de hogares NBI.
peño caracterizados por: a) menor eficiencia en el mantenimien- El mismo se aplicó con alumnos de tres escuelas del Distrito
to de la información relevante para lograr fines, b) dificultades Escolar IV de la Ciudad de Buenos Aires (Boca-Barracas), una
para controlar las interferencias provenientes de las fuentes irre- de las áreas con mayor proporción de pobreza. Sus objetivos
levantes de información durante la ejecución de pruebas que re- principales fueron: 1) enriquecer el desarrollo cognitivo de ni-
quieren la intervención de otros mecanismos de control además ños de edad preescolar provenientes de hogares NBI, desde un
del inhibitorio, c) dificultades para integrar y coordinar representacio- enfoque social y ecológico, que incorporaba a la familia y a la
nes numéricas y espacio-temporales en planes de acción motrices sin escuela, y 2) generar un instrumento de prevención e interven-
modelos presentes, d) dificultades de control atencional para reutilizar ción integral multimodular e intensiva, con variables de ajuste
las ayudas verbales concomitantes a acciones no verbales de control, que permitiera su adaptación a comunidades socioculturalmente
e) dificultades para organizar y monitorear representaciones necesa- diversas y su articulación con programas de intervención con
rias para generar planes de acción en presencia de modelos, y f) difi- impacto en poblaciones de niños menores a 3 años (Colombo y
cultades para mantener la intención de actuar (Figura 6). Lipina, 2005).

98 99
SEBASTIÁN LIPINA Vulnerabilidad social y desarrollo cognitivo

El diseño del P.I.E. correspondió al de un estudio experimen- reprogramaba la sesión para otro día en la misma semana. Se ensa-
tal, prospectivo, controlado y randomizado. Al inicio de cada ciclo lec- yaron tres esquemas de estimulación: 16, 25 o 32 sesiones de estimu-
tivo se incluyeron a los niños de acuerdo a diferentes criterios (ver ade- lación durante 16 semanas de uno o dos ciclos lectivos.
lante) y posteriormente se los asignó en forma aleatoria a los siguien-
tes grupos: 1) grupo estimulado, expuesto a todos los módulos del El módulo de suplemento con hierro y ácido fólico consistió
programa (ver adelante), y 2) grupo control, que fue expuesto a todos en la administración semanal en forma simultánea al desarrollo del
los módulos con excepción del de estimulación cognitiva, en lugar del módulo de estimulación cognitiva, de un comprimido con 60 mg. de
cual se implementaron actividades sin demandas de control cognitivo hierro elemental y 0,4 mg. de ácido fólico. En la población de niños
con igual frecuencia. Durante sus tres años de desarrollo, el P.I.E. menores de 2 años de América Latina, la incidencia de anemia es del
involucró a alrededor de 700 niños. Dados los múltiples factores de 50% y si bien en niños mayores se reduce, ello no asegura que los de-
riesgo sobre el desarrollo cognitivo inherentes a las condiciones de pósitos de hierro en el organismo se mantengan estables durante lar-
pobreza, a la necesidad de identificar casos con mayor necesidad de gos períodos de tiempo. Dado el conocido impacto de la anemia
estimulación y otros con requerimientos clínico-asistenciales específi- ferropénica sobre el desempeño cognitivo (Pollit, 2000) y tratándose
cos, se determinaron los siguientes criterios de inclusión: 1) ausencia de poblaciones de niños en riesgo social, se implementó este módu-
de historia de prematurez, 2) peso al nacimiento superior a 2.500 g., 3) lo de intervención para asegurar que su potencial reducción no afec-
edad gestacional correspondiente a la esperable para el momento de tara el desempeño durante el proceso de estimulación.
gestación, 4) percentiles de peso y talla actuales y al nacimiento supe- El módulo de orientación social y sanitaria a padres se im-
riores a 25, 5) ausencia de historia de trastornos del desarrollo y/o pa- plementó en cada ciclo lectivo completo, e incluyó las siguientes
tologías neurológicas, 6) CI entre 70 y 90, 7) nivel educativo materno actividades: a) consultas de padres a demanda espontánea, b) exa-
hasta el segundo año de la escolaridad secundaria (incompleto), 8) pre- men clínico de los niños, c) procedimientos de extracción de san-
sencia en el hogar de indicadores NBI (criterio de pobreza), 9) ausencia gre para determinación de anemia, y d) entrevistas de devolución
de certificación por cédula judicial o sumario escolar de prácticas de de resultados de exámenes de sangre a padres. Las demandas de
abuso infantil en el hogar, 10) español como primera lengua, y 11) au- consulta podían requerir diferentes tipos de intervenciones, que
sencia de anemia [11.1 g./dl. de hemoglobina en niños de 3 y 4 años y podían ser resueltas por los profesionales a cargo durante la en-
11.5 g./dl. en niños de 5 años, de acuerdo a las recomendaciones de la trevista o requerir una nueva consulta con profesionales de cen-
Organización Mundial de la Salud (World Health Organization, 2001)]. tros sanitarios, de desarrollo social o legales correspondientes al
El módulo de estimulación cognitiva consistió en la adminis- área programática de distrito escolar, con quienes se generó una
tración de ejercicios de demanda ejecutiva de dificultad creciente. La red de interconsulta y derivación.
modalidad de trabajo fue individual (un operador por niño). Las ac- El módulo de Capacitación docente consistió en activi-
tividades se desarrollaron fuera de la sala y la duración de cada sesión dades que se desarrollaron durante todo el ciclo lectivo y variaron
fue de aproximadamente 30 a 40 minutos. En cada sesión se evaluaba cada año. Durante el primer año se efectuaron talleres cuyos conte-
el nivel de motivación de cada niño, la comprensión de la tarea a reali- nidos de capacitación incluyeron diferentes temas sobre desarrollo y
zar y el desempeño en una actividad con demanda ejecutiva. Sólo se educación, con énfasis en problemas de poblaciones en desarrollo con
administraban ejercicios a niños cuyos niveles de motivación y com- riesgo social. Durante el segundo y tercer años, la organización Lekotek-
prensión de la consigna eran adecuados. En el caso contrario, se

100 101
SEBASTIÁN LIPINA Vulnerabilidad social y desarrollo cognitivo

Argentina capacitó a los docentes en técnicas de juego y uso de Un hallazgo de interés significativo fue que los niños
juegotecas. Al final del primer año de esta última capacitación, se ins- expuestos a la condición de control de 32 sesiones en dos ci-
taló una juegoteca en cada una de las escuelas involucradas. clos lectivos no se diferenciaron en su desempeño de los esti-
mulados durante un ciclo lectivo en 16 sesiones. Ello sugiere
un efecto de la interacción con el operador sobre el desempe-
3.2. Síntesis de resultados ño, es decir, del desarrollo de un vínculo social durante 32 se-
manas, más el suplemento de hierro con ácido fólico.
La exposición al módulo de estimulación durante 32 se- Por otra parte, al comparar los esquemas de estimula-
siones durante dos ciclos lectivos, en combinación con el suplemen- ción entre sí, se observó que el grupo expuesto a 32 sesiones
to de hierro y ácido fólico, fue la condición más eficaz para mejorar durante dos ciclos lectivos fue el de mejor desempeño en las
el desempeño de niños sanos de hogares NBI, en comparación a las actividades de planificación, seguido por los de 25 y 16 sesiones
condiciones de base y de control (Figura 7). en un ciclo lectivo (Figura 8), sugiriendo que la frecuencia de
estimulación moduló el efecto.

Figura 7. Porcentaje relativo (puntaje total de la batería de seis pruebas) de los


grupos EST1 (estimulado durante un ciclo lectivo, 16 sesiones), CON2 (control de
dos ciclos lectivos, 32 sesiones) y CON1 (control de un ciclo lectivo, 16 sesiones),
Figura 8. Puntaje medio en la prueba Torre de Londres (demanda de pla-
en relación al grupo EST2 (estimulado durante dos ciclos lectivos, 32 sesiones).
nificación) de los grupos EST2 (estimulado durante dos ciclos lectivos, 32
Nota. Línea discontinua: nivel de desempeño del grupo EST2; línea continua: ni-
sesiones); EST1 (estimulado durante un ciclo lectivo, 16 sesiones); y EST1i
vel de desempeño basal (Colombo y Lipina, 2005, reproducido con permiso).
(estimulado durante un ciclo lectivo, 25 sesiones). Nota. **: p<0.01; ***: p<0.001;
líneas punteadas: nivel de desempeño basal; líneas continuas: nivel de des-
empeño del grupo NBS de estudios previos; asteriscos sobre líneas punteadas:
significación de la diferencia entre puntajes basales y finales; asteriscos so-
bre líneas punteadas: significación de la diferencia entre puntajes NBS y NBI
(grupos estimulados) finales (Segretin y cols., 2005)

102 103
SEBASTIÁN LIPINA Vulnerabilidad social y desarrollo cognitivo

En conjunto, los resultados indican que los desempeños


basales observados en los estudios diagnósticos y al inicio del
P.I.E. en los grupos de niños sanos provenientes de hogares NBI,
pudieron ser modificados por exposición a un entrenamiento sis-
temático y estructurado de operaciones cognitivas básicas. En
términos de las operaciones cognitivas evaluadas, los resulta- CAPÍTULO 5
dos indican una mejora comparativa en la capacidad de identifi-
car fuentes de información, sostenerlas, organizar la informa- EPÍLOGO:
ción visuoespacial, descartar información irrelevante para el lo- CUESTIONES PENDIENTES,
gro de las tareas, armar secuencias de pasos y ejecutar planes
orientados al logro de fines (Colombo y Lipina, 2005). Ello im- PLANES FUTUROS
plica la existencia de niveles de plasticidad eficientes para mo-
dificar los desempeños basales bajos, en niños mayores a los tres “La libertad no constituye
un concepto filosófico abstracto,
años que viven en condiciones de riesgo social. sino la posibilidad vital y concreta
de cada ser humano
para llevar a su pleno desarrollo
todas las aptitudes y talentos
con que la naturaleza lo haya dotado
y convertirlos en provecho social”.
Rudolf Rocker, Anarchism and anarcho-syndicalism.

Independientemente de los instrumentos utilizados para


definir la pobreza y evaluar su impacto sobre el desarrollo infan-
til, la evidencia sobre sus efectos deletéreos es contundente e in-
cuestionable. Ello no significa de ninguna manera que no sea
necesario seguir investigando la complejidad de la asociación
entre ambos procesos, las formas más adecuadas de conceptua-
lizarlos y evaluarlos en función a múltiples variables modulado-
ras, y redefinir dialécticamente diferentes criterios de aplicación
eficientes. Ello es de particular importancia en un momento his-
tórico en el que no existen voluntades políticas y económicas ge-
nuinas en favor de la infancia. En este contexto, el rol de la in-
vestigación en el área resulta esencial.
Si bien en la actualidad se verifica un avance significa-
tivo en las definiciones conceptuales y operacionales de la po-
breza, estas siguen resultando insuficientes para describir y
104 105
SEBASTIÁN LIPINA Vulnerabilidad social y desarrollo cognitivo

mejorar la comprensión de las necesidades no sólo materiales, que en cada contexto se efectúen validaciones o bien se diseñen
sino también psicológicas y culturales de las familias que vi- nuevos instrumentos. Dado que este tipo de desarrollos precisa
ven en tales condiciones. Es cierto que existen obstáculos ope- la financiación y disponibilidad de recursos humanos capaces
rativos de difícil solución, por ejemplo, la obtención de medi- de llevarlos a cabo, algo que no siempre ocurre en los países en
das confiables sobre ingreso familiar, o la determinación de un desarrollo, muchas veces se utilizan de todas formas instrumen-
número representativo de indicadores de necesidades básicas. tos desarrollados en otras sociedades. No deja de ser interesan-
No obstante, ello no significa que se sigan utilizando sin cues- te que a pesar de los cuestionamientos conceptuales y metodo-
tionarlos. Por una parte, es necesario diseñar instrumentos de lógicos, cuando se utilizan sólo los puntajes brutos de pruebas
medición cuya aplicación sea factible en diferentes comunida- estandarizadas (es decir, no se utilizan los valores de referencia)
des. Ello sería posible a partir de la conformación de grupos ni se determinan umbrales de desempeño normativo (por ejem-
multidisciplinarios que trabajen en colaboración para elaborar plo, 80 para el cociente de desarrollo en escalas motoras o de len-
un indicador compuesto integrado por información directa guaje para infantes), las tendencias en el impacto son siempre se-
sobre ingreso, consumo, acceso a servicios sanitarios, sociales mejantes. También es esperable que en el futuro, los estudios so-
y educativos, en la línea de sugerencia de Roosa y colaborado- bre operaciones mentales básicas asociadas a la activación neural
res (2005). Por otra parte, ello también es necesario por los re- de áreas involucradas en el control cognitivo, también incorporen
querimientos del diseño de las políticas orientadas a poblacio- el análisis de potenciales diferencias culturales, a pesar de la asun-
nes infantiles en riesgo social, que son significativamente dife- ción de universalidad de la activación para la especie en relación a
rentes a las políticas de desarrollo económico. Ello requiere in- los procesos de control. Ello ha comenzado a estudiarse sólo re-
cluir concepciones que incluyan aspectos psicológicos del pa- cientemente y los primeros estudios confirman tales hipótesis
decimiento (Narayan y cols., 2000) o indicadores de privación [ver por ejemplo el estudio de Tang y colaboradores (2006) so-
asociados al incumplimiento de derechos básicos para los ni- bre la adquisición temprana de habilidades de cálculo en niños
ños (Gordon y cols., 2003), que suelen ser incluidos en los da- de diferentes contextos culturales].
tos sin discriminación respecto de los adultos. Finalmente, tam-
bién resulta necesario incluir en esta área de estudio, aportes Otra cuestión de importancia significativa en el estudio
conceptuales y metodológicos provenientes de disciplinas que de los efectos es la difusión de mitos falsos sobre su irreversi-
aún no han sido incorporadas, como por ejemplo, la Antropolo- bilidad por parte de los medios masivos de comunicación y/o
gía Social (ver Bourgois, 2006). fundaciones privadas dedicadas al trabajo con niños en situa-
ción de riesgo social o simplemente a la promoción del desa-
El análisis de los efectos de la pobreza sobre el desarro- rrollo infantil (Bruer, 2000; Thompson y Nelson, 2001). Estudios
llo cognitivo infantil, se efectúa aplicando distintos paradigmas de intervención como el P.I.E. (ver Cap. 4), sugieren fuertemen-
de evaluación, con variaciones entre sociedades. Criterios con- te la conservación de posibilidades de desempeños esperados
ceptuales y metodológicos basados en estudios realizados du- con estimulación específica en niños con historias de riesgo so-
rante el siglo XX, indican que no se deben generalizar los re- cial mayores a los tres años. Gran parte de los argumentos de
sultados obtenidos en un contexto a otros, fundamentalmen- estos mitos se apoyan en la traspolación errónea de los estudios
te por la naturaleza cultural de la organización mental y de plasticidad en modelos con animales (ver Cap. 3). Y la im-
socioafectiva durante el desarrollo. Por lo tanto, es necesario portancia de los estudios sobre plasticidad en roedores y pri-

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SEBASTIÁN LIPINA Vulnerabilidad social y desarrollo cognitivo

mates no humanos, tiene que ver con la elucidación de meca- ventaja de analizar, en forma separada y asociada, la informa-
nismos básicos de organización y reorganización cerebral, que ción sobre el desempeño y la activación de redes neurales es-
en todo caso requieren más investigación antes de generar dis- pecíficas (Noble y cols., 2005b).
positivos adaptados a niños. No se puede buscar en ellos argu-
mentos para justificar la efectividad de intervenciones orienta- Los conceptos, metodologías y técnicas provenientes de la
das a entrenar comercialmente diferentes habilidades cognitivas Neurociencia Cognitiva del Desarrollo también son plausibles de
(Goswami, 2006; Noble y cols., 2005b). adaptación a propuestas pedagógicas. Aunque provenientes de
otras áreas conceptuales y metodológicas, el Programa Tools of
Por otra parte, el avance conceptual, metodológico y téc- the Mind (Bedrova y Leong, 1996), o los estudios de Sternberg con
nico que se verifica en la Neurociencia Cognitiva del Desarro- niños de edad escolar (Sternberg y Grigorenko, 2004), son aproxi-
llo, está permitiendo comprender diferentes mecanismos de maciones en las que se incluyen el conocimiento sobre el desa-
plasticidad cerebral durante el desarrollo de niños normales rrollo de las funciones de control cognitivo en articulación con
o con diferentes tipos de trastornos. Si bien es aún prematu- los diseños curriculares de los ciclos de educación inicial y prima-
ro recomendar intervenciones específicas sobre la base de ta- rio. Si bien ésta es un área que aún requiere mayor exploración
les evidencias experimentales, el resultado de estudios prelimi- y análisis experimental, diferentes estudios recientes pueden ser-
nares de intervención resulta enriquecedor y prometedor para vir de guía sobre qué aspectos de la plasticidad cerebral, durante
su pronta aplicación en contextos no sólo clínicos sino también el desarrollo, son necesarios tener en cuenta al momento de pen-
pedagógicos. Por ejemplo, en un estudio con niños afectados sar el diseño de un programa curricular en las áreas de matemá-
de trastornos atencionales se verificaron mejoras en sus habi- tica y lengua. Por ejemplo, los estudios de imágenes en niños so-
lidades de control cognitivo, luego de recibir entrenamiento bre la adquisición de las habilidades de lectura y cálculo, ofrecen
con pruebas de laboratorio asociadas a la activación de áreas la oportunidad de identificar indicadores cerebrales sobre las po-
prefrontales (Klingberg y cols., 2002). Otro ejemplo es el del tencialidades o debilidades de aprendizaje de niños con diferen-
entrenamiento de funciones básicas de atención en niños nor- tes perfiles de desempeño. Ello permitirá elaborar diferentes tipos
males de 4 a 6 años, en el que se verificaron cambios en pro- de intervenciones orientadas a mejorar el desempeño de los últi-
cesos cognitivos generales y los patrones de activación cerebra- mos (Goswami, 2006; Casey y cols.,2005).
les, que luego del mismo se asemejaron a los de adultos (Rue-
da y cols., 2005). También se han verificado mejoras y cambios Sintéticamente, los objetivos de estudio de la Neurociencia
en los patrones de activación neural, en niños disléxicos des- Cognitiva del Desarrollo al presente en esta área de estudio, son:
pués de haber participado en diferentes programas de entre- a) el análisis de los efectos a mediano y largo plazo de los módulos
namiento con tareas de procesamiento fonológico y lectura de estimulación cognitiva que se están ensayando actualmente; b)
(Shaywitz y cols., 2004). En relación a niños en riesgo social, el análisis y la determinación de las condiciones más eficientes para
aunque sólo en la dimensión de comportamiento, el programa generalizar las mejoras cognitivas en diferentes dominios
P.I.E. también forma parte de este tipo de investigaciones ex- cognoscitivos; c) el desarrollo de diferentes modalidades de entre-
perimentales que muestran posibilidades de mejora en habili- namiento cognitivo que involucren no sólo la perspectiva de la
dades básicas de control cognitivo (Colombo y Lipina, 2005). En neurorehabilitación sino también la pedagógica; d) el análisis de
este tipo de abordajes será de vital importancia capitalizar la las diferencias individuales entre los niños (por ejemplo, su tem-

108 109
SEBASTIÁN LIPINA Vulnerabilidad social y desarrollo cognitivo

peramento) como predictoras del mejor tipo de intervención o en- con los hallazgos de estudios sobre plasticidad cerebral en ni-
trenamiento cognitivo a utilizar; e) el análisis de los efectos de las ños y articulaciones pedagógicas.
intervenciones a nivel de la activación de diferentes redes neurales
y su estabilidad en el tiempo; y e) el análisis del tiempo, tipo y tasa En primer lugar, los programas deben ser amplios en su
operador/niños necesarios para propiciar efectos generalizables en alcance a fin de poder atender a los múltiples factores que
diferentes áreas del desarrollo y en la activación neural (Johnson y subyacen al complejo fenómeno del desarrollo infantil. Los
Munakata, 2005; Posner y Rothbart, 2005; Lipina y Segretin, 2006). servicios deben incluir actividades que estimulen en los niños
sus habilidades sociales, emocionales, cognitivas, al mismo
Tal como se mencionó en el Cap. 4, las acciones para mejo- tiempo que su curiosidad, creatividad y conductas de coopera-
rar y prevenir los efectos, que la privación material y social produ- ción para integrarse a los ritmos de la actividad escolar y a sus
cen en la salud infantil, requieren la planificación y ejecución de grupos de socialización. Todos los niños necesitan experiencias
estrategias complejas en las que deben intervenir necesariamente de aprendizaje para estar preparados al momento de iniciar su
actores y organizaciones internacionales y nacionales con capaci- escolaridad primaria. Pero aquellos provenientes de hogares
dad de decisión política y económica. En este contexto de necesi- pobres tienen necesidades que requieren soluciones específicas:
dad de diseño y ejecución de políticas públicas, los programas de hambre, problemas de salud física y mental, falta de oportuni-
intervención multimodulares orientados a mejorar el desarrollo dades para el aprendizaje, habitar en ambientes familiares con
integral de niños que viven en pobreza, constituyen una alternati- múltiples riesgos (abuso y falta de estimulación para el apren-
va complementaria valiosa. Prácticamente, todos aquellos progra- dizaje), falta o carencia de viviendas adecuadas, habitar en co-
mas, que fueron diseñados de acuerdo a criterios mínimos de cali- munidades con altas tasas de delincuencia y modelos sociales
dad para el logro de eficacia, mostraron un efecto positivo a corto inadecuados. Específicamente, los programas de educación ini-
plazo en los índices de desempeño en pruebas de demanda cogni- cial que atienden a estas poblaciones de niños deben intentar
tiva (Ramey y Ramey, 2003; Reynolds y cols., 2003; Colombo y satisfacer necesidades que van más allá de la misión tradicional
Lipina, 2005). Y aquellos que lograron continuidad financiera du- de las escuelas. Esto, que forma parte del debate actual en nuestro
rante períodos largos de tiempo, permitieron verificar además efec- país, debe efectuarse con la participación de los diferentes acto-
tos a mediano y largo plazo sobre indicadores de desempeño es- res que conforman las comunidades educativas (estado, fami-
colar e inserción social (Zigler y Styfco, 2003). lias y docentes) y orientarse hacia planes no compensatorios (asis-
tencialistas) que naturalicen la pobreza.
El desarrollo continuo de conceptos, métodos e instru-
mentos calificados para programas efectivos y su aplicación al Precisamente, las actividades de estos programas deben
diseño de políticas públicas, depende de la adecuada articu- incluir no sólo a los niños sino también a sus familiares. Es
lación de la investigación básica y la aplicación en programas necesario adoptar un abordaje familiar ya que los logros per-
a mediana y gran escala. La experiencia en los programas de sistentes han sido asociados a programas de intervención de
intervención temprana y de educación inicial para niños con jornada completa durante un año escolar completo.
riesgo social durante los últimos cuarenta años en diferentes
países, ha permitido elaborar un conjunto de criterios y prin- Las intervenciones deben empezar lo más temprano
cipios guía, cuyo desarrollo puede incluir acciones coherentes posible en el desarrollo del niño y tener continuidad. De ello
depende la persistencia de los efectos a mediano y largo plazo.
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SEBASTIÁN LIPINA Vulnerabilidad social y desarrollo cognitivo

Los que diseñan programas y políticas públicas deben tener en Dado que la efectividad de los programas de interven-
cuenta los problemas analizados por diferentes investigadores ción es función de la extensión, calidad y amplitud de los ser-
sobre su diseño y evaluación de impacto, durante los últimos vicios, la forma en que deben efectuarse las inversiones es un
cuarenta años. Algunas de las cuestiones pendientes en este tema punto crítico para establecer la mejor fórmula costo-beneficio.
tienen que ver con determinar cuáles son las condiciones am- Esta última varía en cada sociedad de acuerdo a cómo los
bientales que promueven la persistencia de los efectos de los presupuestos son asignados para la ejecución de diferentes
diferentes programas, para quiénes son más efectivos, qué as- políticas públicas. En los países en desarrollo es particularmen-
pectos son los que se asocian a los logros, y cuáles serán los te necesario fomentar el esfuerzo y garantizar la financiación
efectos a largo plazo de los programas. Actualmente en desa- requerida para generar información válida y fiable que permi-
rrollo. Todo ello significa que es necesario efectuar fuertes in- ta efectuar este tipo de comparaciones. Cualquiera sea el costo
versiones en la capacitación del personal a cargo de brindar los de un programa, para evaluar su fórmula costo-beneficio es
servicios educativos, sanitarios y sociales a los niños y sus fami- necesario tener la información sobre los costos educativos, so-
liares. ciales y sanitarios de las poblaciones en riesgo durante varios
años en cada comunidad en la que se requiera intervenir. El mo-
La experiencia en el diseño y ejecución de programas de delo de política social que adopta un país determina las posibi-
intervención, ha mostrado el significativo rol de la investigación lidades de diseño, aplicación y sostenimiento de este tipo de
por sus aportes efectivos en el diseño, ejecución, análisis de programas, por lo cual es necesario incluir y mantener en las
impacto y mejora de programas y políticas públicas. Específica- agendas gubernamentales tales cuestiones.
mente, la investigación ha contribuido a analizar y establecer
diferentes mecanismos mediadores en los efectos de las inter- Finalmente, toda perspectiva conceptual y operativa debe
venciones, identificar principios guía para el diseño de progra- enfrentar el desafío permanente del incremento continuo de la
mas y políticas, establecer los criterios mínimos para la evalua- pobreza infantil, la existencia insuficiente de voluntades políti-
ción de impacto y las prácticas más efectivas, establecer las ne- cas y económicas a niveles nacionales e internacionales y la ne-
cesidades específicas de diferentes grupos de acuerdo a su idio- cesidad de financiación continua para el diseño de programas
sincrasia histórico-cultural, y analizar qué prácticas de interven- complejos con base científica que nutran con evaluación de im-
ción benefician a qué grupos poblacionales (Ramey y Ramey, pacto el diseño de políticas sanitarias, educativas y sociales.
2003; Reynolds, 2003).
Desde el punto de vista de las inversiones nacionales para
el diseño y ejecución de políticas públicas, aún quedan pendien-
tes de solución desafíos como la fragmentación de los sistemas
nacionales de cuidado y seguimiento infantil, cuyos múltiples
mecanismos de financiación y sistemas administrativos limitan
y dificultan la coordinación y continuidad de los servicios
(Johnson y Knitzer, 2006; Reynolds, 2003).

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