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Fuente: INEI
Se puede apreciar el dinámico proceso de urbanización que ha vivido el país en los
últimos 70 años. Se aprecia la paulatina disminución de la proporción de la población
asentada en el campo, en área rural, proceso reflejado por los Censos Nacionales de
1940, 1961, 1972, 1981, 1993 y 2007. La población rural en los años 70 representaba
más del 50% de la población total del país, bajó a 40% en el año 1981, a 30% en el año
1993 y a 25% en el año 2007, se estima que para este año 2015 la población asentada en
el área rural apenas representará el 23% de la población total. Los cambios se dieron
con fuerza desde mediados del siglo pasado, los Censos Nacionales de Población de los
años 1940 y 1961, señalaban que la población mayoritariamente aún se asentaba en el
área rural, superaba el 50% del total de la población al año 1961. Ya en el Censo de
Población del año 1972, en forma abrupta, los datos indicaban que cerca del 60% de la
población peruana residía en las ciudades, en una década (1961-1972) el 12,1% de la
población peruana se volcó a las ciudades, principalmente a Lima. La tendencia se
mantiene a lo largo de los 90, el crecimiento de las ciudades, las reformas en materia
económica cuyo impulso inicial se da en las Al año 2007 la población rural apenas si
representa el 25% de la población total del país. Se estima que en este año 2015 el 77%
de la población peruana residirá en las ciudades, aún con un protagonismo
hegemónico de la Capital de la República, pero con un fortalecimiento de ciudades
intermedias que exhiben gran dinámica, especialmente en las capitales regionales,
donde el crecimiento económico ha sido sostenido y se proyectan, avizoran como
nuevos polos de desarrollo. (INEI, 2022)
Fuente: INEI
FUENTE: INEI
La pregunta es: ¿por qué la población peruana se ha acurrucado en la franja costera? La
respuesta es porque allí se encuentran las principales ciudades del país, empezando por la
ciudad de Lima, seguido de Chimbote, Trujillo, Chiclayo, Piura hacia el norte, o Ica,
Arequipa, Moquegua y Tacna al sur. En las ciudades se asienta la industria de alimentos, de
bebidas y tabaco, de productos químicos, la metalmecánica. El crecimiento de la ciudad, su
urbanismo dinamiza la industria de la construcción, que se nutre por la pujanza de la
población migrante interna, que reclama vivienda, que impulsa la autoconstrucción, que
demanda agua, luz, desagüe, transporte, con ello inversión pública. Las ciudades son imán
de la migración interna, por las mayores posibilidades de empleo e ingreso. También, en la
franja costera se desarrolla lo mejor de la actividad agroindustrial, allí están las mejores
tierras de la costa peruana, irrigadas con el agua de grandes proyectos de irrigación, surgidos
en las últimas décadas. Las actividades industriales, comerciales y los servicios, demandan
más empleo, por tanto mejores posibilidades de empleo y de emprendimiento empresarial
informal, primero, pujante y formal después. La región sierra ha sido, y es, proveedora
natural de población migrante disminuyó su peso poblacional, absoluto y relativo, en
beneficio de costa y selva. Esta última región, la selva, ha ganado población, especialmente
en el último cuarto de siglo, por la riqueza de sus recursos naturales, grandes extensiones, el
atractivo de la naturaleza, porque posibilita la insurgencia de potenciales industrias como la
explotación y transformación de madera, la extracción de hidrocarburos, también minerales
como el oro aluvial, que ha atraído como imán a cientos de pobladores, principalmente al
sureste del país, y una actividad prospera y con futuro, el turismo, con la preservación de la
naturaleza, y los recursos de fauna y flora. (Aguilar)