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(INEI, 2022) (Aguilar)MIGRACION INTERNA DEL PERU 1950-2022

En el último medio siglo, el país ha experimentado cambios sustantivos en su realidad


demográfica, social y económica, dichos cambios, especialmente los experimentados en
el último cuarto de siglo, han sido determinantes en la nueva configuración de la
realidad nacional. en estos cambios, las migraciones internas, que son desplazamientos
poblacionales de un lugar a otro, cambios que se dan con ánimo de residencia, entre
unidades político administrativas mayores (departamentos), y entre las unidades político
administrativas menores (distritos), han sido decisivos en la nueva configuración de la
realidad del Perú, a inicios del siglo XXI. las migraciones internas han incidido
positivamente en el escenario de la realidad peruana de hoy, han posibilitado mejores
condiciones de vida de cientos de miles de peruanos que, en un proceso de auto
redistribución poblacional en el territorio, han activado capacidades para un mejor
aprovechamiento de los recursos económicos, naturales, humanos, tecnológicos y
sociales, ahora con mayor dinámica por todo el país. más allá del hegemonismo que
sigue teniendo lima, la capital de la república, que aún se mantiene como principal imán
de población migrante interna e incluso extranjera, el crecimiento económico
descentralizado del país está configurando nuevas áreas productivas que atraen
población, que aportan a una mayor actividad económica de las partes, es decir de las
regiones, proceso que abona al crecimiento del todo el país. por cierto, las regiones más
dinámicas son las que mayormente ganan población migrante, como veremos a lo largo
del presente trabajo. se observa intensa movilización de recursos económicos por todo
el país, dentro de ellos el capital humano, acondicionado a los procesos productivos que
se manifiestan en la diversidad geográfica de nuestro territorio. en este proceso han
tenido incidencia positiva los desplazamientos de población a lo largo y ancho del país.
la densidad demográfica se manifiesta en la costa peruana, por las intensas migraciones
provenientes de los andes o en dirección hacia la selva amazónica, con grandes
extensiones que contienen ingentes recursos, configura un escenario promisorio para el
futuro, con un mercado interno mucho más integrado y pujante. en esta parte
introductoria, se resumen esos cambios trascendentes en lo demográfico, en lo
económico, en lo social, que distinguen al país en este nuevo siglo.
En el Perú hoy, la proporción de la población menor de 15 años, representa el 28,3% de
la población peruana, y se estima que dicha participación disminuirá hasta 18,5% en el
año 2050, en tanto la población adulta, de 65 años y más, que ahora representa el 6%
pasará a representar el 18% de la población peruana, en el 2050. La proporción de la
población activa, en plena edad de trabajo, representa el 65% de la población, cuyo
tamaño se estima vigente por un espacio de medio siglo hacia adelante, con tasas de
dependencia bajas, que configuran el bono demográfico que debe aprovecharse para el
desarrollo del país, es una etapa de oportunidades, de mayor trabajo, ahorro e inversión,
que redunda en crecimiento económico. Significa además posibilitar un aumento de los
gastos en salud, seguro social y educación especialmente orientada a la población joven,
en la proyección de un escenario de mayor vejez, en plena vigencia de lo que se llama
bono demográfico,2 del cual hoy el Perú debe aprovechar al máximo. “Esta evolución
de los pesos y cantidades de población en los grupos etarios más significativos
configura etapas de gran relevancia para el país, para hoy y para la construcción de los
escenarios futuros. En primer lugar, la disminución relativa que se viene presentando
desde la década del 70 del siglo pasado, en la población en edad escolar, libera al
sistema educativo de una parte de la presión por aumentos de cobertura y permite
ahorros de recursos que podrían dedicarse al mejoramiento de la calidad. Este es un
fenómeno muy conocido, pero quizás poco capitalizado de manera practica en las
políticas públicas. En segundo lugar, el momento de máxima expansión de la población
en edad de trabajar con relación a los otros dos grupos está en plena vigencia en el Perú
y se extenderá al menos por tres décadas más. Esta es la etapa del bono demográfico, en
que el escenario demográfico favorece el incremento del ahorro y la inversión, la
inversión en capital humano a través de la mejora de la calidad de la educación y en fin,
el desarrollo económico y la sostenibilidad. En tercer lugar, si bien hoy el peso de la
población adulta mayor no es alto, puede afirmarse que en el horizonte proyectado, el
Perú alcanzará a experimentar un envejecimiento relativamente acelerado de su
población de manera que la sociedad peruana tendrá que prepararse desde ahora para
atender las demandas específicas de este grupo de población, adecuando sus sistemas de
salud y pensiones y apoyo a los hogares para atender sus necesidades y cuidados, pero
también invirtiendo en una buena educación de los jóvenes de hoy quiénes serán el
soporte para las generaciones envejecidas de mañana. La importancia de este panorama
es que el país cuenta con un lapso dilatado en el que se pueden realizar las previsiones
en la política pública, para atender las demandas y oportunidades que plantean las
transformaciones de los grupos de jóvenes y adultos, antes de que el envejecimiento de
la población empiece a operar como una fuerza en contra”, remarca Ciro Martínez, en
recomendación a la política pública.3 En el año 2014, el tamaño de la población peruana
se estima en cerca de 31 Millones de habitantes, en el año 2021 seremos 33 millones,
año del bicentenario de la independencia nacional, y para el año 2050 se proyecta la
población peruana a más de 40 millones de habitantes. Los 31 millones de habitantes de
hoy representan el mercado interno peruano que demanda bienes y servicios, que
participa en el proceso productivo ya sea como productor o demandante. Es un mercado
cada vez más integrado, con gran dinámica económica, que propicia mayor demanda de
recursos de inversión, capital, maquinaria, equipo, tierra, para generar bienes y
servicios, recursos que provienen del ahorro privado y público, o que asimila ahorro
externo. Sigamos en lo demográfico, ilustra bastante a nuestro propósito el gráfico N°
01, en primer lugar, el Perú es un país relativamente joven, la mediana de la edad de la
población es de 25 años, es decir mitad de la población tiene menos de 25 años y mitad
de la población son mayores a esa edad. También, el 25% de la población, tienen edades
entre 15 y 29 años de edad, cerca de 8 millones de peruanos, que no hay que descuidar,
el rol de la juventud es gravitante para el futuro del país, es determinante con mayor
educación y capacitación para el trabajo. Casi un tercio de la población peruana el
28,2%, son menores de 15 años, observándose una importante disminución de las tasa
de mortalidad y de la tasa de fecundidad, por el mayor acceso de la mujer al trabajo y a
la planificación familiar. El bono demográfico, continuará en las próximas décadas,
aportando con ello al crecimiento económico y el desarrollo del país. Se estima, se
inició en el año 2005 y debería culminar al año 2049. (Aguilar)

Fuente: INEI
Se puede apreciar el dinámico proceso de urbanización que ha vivido el país en los
últimos 70 años. Se aprecia la paulatina disminución de la proporción de la población
asentada en el campo, en área rural, proceso reflejado por los Censos Nacionales de
1940, 1961, 1972, 1981, 1993 y 2007. La población rural en los años 70 representaba
más del 50% de la población total del país, bajó a 40% en el año 1981, a 30% en el año
1993 y a 25% en el año 2007, se estima que para este año 2015 la población asentada en
el área rural apenas representará el 23% de la población total. Los cambios se dieron
con fuerza desde mediados del siglo pasado, los Censos Nacionales de Población de los
años 1940 y 1961, señalaban que la población mayoritariamente aún se asentaba en el
área rural, superaba el 50% del total de la población al año 1961. Ya en el Censo de
Población del año 1972, en forma abrupta, los datos indicaban que cerca del 60% de la
población peruana residía en las ciudades, en una década (1961-1972) el 12,1% de la
población peruana se volcó a las ciudades, principalmente a Lima. La tendencia se
mantiene a lo largo de los 90, el crecimiento de las ciudades, las reformas en materia
económica cuyo impulso inicial se da en las Al año 2007 la población rural apenas si
representa el 25% de la población total del país. Se estima que en este año 2015 el 77%
de la población peruana residirá en las ciudades, aún con un protagonismo
hegemónico de la Capital de la República, pero con un fortalecimiento de ciudades
intermedias que exhiben gran dinámica, especialmente en las capitales regionales,
donde el crecimiento económico ha sido sostenido y se proyectan, avizoran como
nuevos polos de desarrollo. (INEI, 2022)

Fuente: INEI
FUENTE: INEI
La pregunta es: ¿por qué la población peruana se ha acurrucado en la franja costera? La
respuesta es porque allí se encuentran las principales ciudades del país, empezando por la
ciudad de Lima, seguido de Chimbote, Trujillo, Chiclayo, Piura hacia el norte, o Ica,
Arequipa, Moquegua y Tacna al sur. En las ciudades se asienta la industria de alimentos, de
bebidas y tabaco, de productos químicos, la metalmecánica. El crecimiento de la ciudad, su
urbanismo dinamiza la industria de la construcción, que se nutre por la pujanza de la
población migrante interna, que reclama vivienda, que impulsa la autoconstrucción, que
demanda agua, luz, desagüe, transporte, con ello inversión pública. Las ciudades son imán
de la migración interna, por las mayores posibilidades de empleo e ingreso. También, en la
franja costera se desarrolla lo mejor de la actividad agroindustrial, allí están las mejores
tierras de la costa peruana, irrigadas con el agua de grandes proyectos de irrigación, surgidos
en las últimas décadas. Las actividades industriales, comerciales y los servicios, demandan
más empleo, por tanto mejores posibilidades de empleo y de emprendimiento empresarial
informal, primero, pujante y formal después. La región sierra ha sido, y es, proveedora
natural de población migrante disminuyó su peso poblacional, absoluto y relativo, en
beneficio de costa y selva. Esta última región, la selva, ha ganado población, especialmente
en el último cuarto de siglo, por la riqueza de sus recursos naturales, grandes extensiones, el
atractivo de la naturaleza, porque posibilita la insurgencia de potenciales industrias como la
explotación y transformación de madera, la extracción de hidrocarburos, también minerales
como el oro aluvial, que ha atraído como imán a cientos de pobladores, principalmente al
sureste del país, y una actividad prospera y con futuro, el turismo, con la preservación de la
naturaleza, y los recursos de fauna y flora. (Aguilar)

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