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Utopía y Praxis Latinoamericana / Año 15. Nº 50 (Julio-Septiembre, 2010) Pp. 129 - 142
Revista Internacional de Filosofía Iberoamericana y Teoría Social / ISSN 1315-5216
CESA – FCES – Universidad del Zulia. Maracaibo-Venezuela

Ignacio AYESTARÁN URIZ: Wittgenstein, el vie- tamos satisface notablemente esta necesidad profe-
nés errante. La filosofía entre la ciencia y el nazis- sional. La espina dorsal de este libro es una cuantiosa
mo. Ediciones Coyoacán, México, 2009, 317 pp. colección de citas del filósofo, extractos de su episto-
lario personal, recortes de sus propias obras filosófi-
Álvaro GARCÍA RENDO. Universidad del País cas, así como retazos de textos de otros pensadores y
Vasco, España. escritores a los que probablemente leyó y que marca-
ron su vida. Esta cualidad que posee el libro de Ayes-
tarán supone un estimulante para el lector, que puede
Presentamos la nueva obra de Ignacio Ayes- ver con sus propios ojos e interiorizar en su propia
tarán, en la que aborda distintos aspectos de la vida mente las experiencias del extraordinario vienés. Las
del peculiar filósofo austriaco. Sin embargo, no po- aportaciones del autor en forma de comentarios ana-
demos considerar que este libro constituya una bio- líticos a los extractos arrojan además la luz necesaria
grafía en sentido estricto. En primer lugar, la obra no para andar un camino que precisa de matizaciones y
sigue un orden cronológico, sino que sus capítulos se explicaciones para un completo entendimiento del
dividen teniendo en cuenta la temática de los mis- mundo de Wittgenstein.
mos. En segundo lugar, la preocupación del autor es
alumbrar el camino que media entre las experiencias El libro está estructurado en doce grandes ca-
vitales de Wittgenstein y su pensamiento filosófico. pítulos precedidos por una introducción, en la que se
Así pues, nos encontramos ante un análisis biográfi- encuentran las claves fundamentales de cada uno de
co y cultural necesario para comprender al autor en ellos. De esta forma el lector puede tener acceso pre-
su contexto. La versatilidad del libro radica en que vio a la obra para elegir los capítulos que más le intere-
cada capítulo es una unidad temática independiente, sen. He de apuntar que “Wittgenstein, el vienés erran-
por lo que el orden de lectura no es una prioridad. Por te” no es una biografía al uso; sus capítulos no se en-
otro lado, el conjunto de los capítulos forma un todo cuentran temporalmente ligados. El acercamiento a la
necesario para un completo conocimiento del filóso- vida de este autor es temático, por lo que no se hace
fo vienés. El tipo de vida que llevó Wittgenstein, lle- obligatoria una lectura ordenada del libro, sino que
na de idas y venidas, de filias y fobias, de célebres cada uno de los capítulos puede considerarse una uni-
amistades y fructíferos desencuentros, hacen que na- dad temática, emparentada con el resto de unidades,
vegar a través de este obra sea una auténtica aventura pero no ligada a ellas temporalmente. Esta propiedad
llena de sorpresas. El análisis que hace el autor de le confiere a la obra una versatilidad impropia de las
cada una de las vivencias y de los pensamientos de biografías, pero muy interesante para el lector.
Wittgenstein hacen las veces de cierre, de pilar últi- En la introducción el autor nos presta una
mo para la comprensión de cómo llegó este austriaco amplísima selección de autores y obras sobre la vida
a asombrar al mundo con sus pensamientos. Se hace de Wittgenstein. Además hace una pequeña descrip-
necesario recordar que estamos tratando con el que ción del marco teórico y cultural del filósofo. Tam-
posiblemente sea el mayor filósofo del siglo veinte, bién describe el ethos de la sociedad austriaca del si-
pero cuyo carácter dificulta el rastreo de su verdade- glo XIX, y cómo marca este hecho la obra de un au-
ra personalidad. tor. En el primer capítulo, “El yo tractariano, el rostro
No se puede asegurar con total rotundidad vienés y otros animales” narra la historia de una ob-
que las circunstancias que rodean la vida de una per- sesión propia del filósofo austriaco: establecer la di-
sona actúen de forma que podamos explicar actos fu- ferencia fundamental entre el ser humano y el resto
turos de esa persona en base a sus anteriores viven- de los animales. Sumido en esta labor, Wittgenstein
cias. Pero tampoco podemos obviar que todo orga- busca en los archivos de su conciencia y en los auto-
nismo vivo, incluidos los seres humanos, está condi- res que le preceden en el tiempo algún tipo de res-
cionado por el medio en el que desarrolla su vida. Y puesta. Analiza al ser humano como si de un animal
el medio intelectual en el que Wittgenstein desarro- cualquiera se tratara; sin embargo, su punto de vista
lló la suya puede aportarnos pistas sobre por qué eli- con respecto al objeto estudiado es un yo tractariano,
gió unos caminos y no otros para sus investigaciones un sujeto que analiza la realidad y el lenguaje, y la
en el campo de la filosofía. La tarea del biógrafo con- forma que ambos tienen de presentarse.
siste en encontrar evidencias que expliquen ciertas En su segundo capítulo, “Kakania o lo que
consecuencias. Y en este sentido el libro que presen- quedó del imperativo categórico kantiano” aborda la
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cuestión del nihilismo que barre Viena, una concep- Dejando a un lado el mundo matemático, el
ción de la vida heredada del primer romanticismo, autor se centra en el séptimo capítulo en el giro de vi-
que suponen la exaltación de yo y la muerte de Dios. sión del vienés hacia el sistema socio-político del
Hay que sumar a esto la crisis de la cultura del a prio- oriente europeo: Rusia y el socialismo. Se transluce
ri kantiano, de forma que el individuo se erige como el pesimismo y la desilusión de Wittgenstein acerca
dueño de sí mismo en un aquí y ahora radicales, de las posibilidades que ofrecía un régimen tal vez
apartados de absolutos intemporales o de intentos de idealizado por muchos centroeuropeos. La experien-
dominación por parte de fuerzas que no emergen del cia de su estancia en la Rusia estalinista, así como la
propio sujeto. visión del ejército de ocupación rusa en Viena trun-
“Entre Loos y Kraus: arquitectura y lenguaje, caron las ilusiones de un judío austriaco en vísperas
ornamento y delito” es el tercero de los capítulos de de la Segunda Guerra Mundial.
la obra. Ayestarán nos introduce en el mundo de la En el octavo capítulo aparece una relación
estética vienesa, cargada de rasgos contrarios al gus- poco frecuente pero esencial para conocer al hom-
to de Wittgenstein. La crítica de Karl Kraus a la ar- bre: Wittgenstein y la herencia de Goethe en la socie-
quitectura superflua vienesa, así como la aportación dad tradicional germana. La perspectiva desde la
de Loos a una estética más sobria y puramente fun- cual examinar los fenómenos es un punto a tener en
cional serán algunos de los referentes del vienés cuenta en el austriaco; la clave para entenderlo se en-
errante que perfila el autor. A fin de cuentas, la filo- cuentra en este capítulo. La idea del fenómeno pri-
sofía de Wittgenstein carece del adorno de la retóri- mordial como causa del todo aparece en la obra de
ca, acercándose más bien a una concepción de la Goethe, y permite a nuestro vienés acercarse un poco
estética propia de los dos teóricos que encabezan el más a la tradición filosófica germana, de la que aca-
título de este capítulo. Tras todo el proceso de inte- bará siendo deudor en algún aspecto. Este capítulo
riorización de esta nueva teoría artística, la catarsis desvela el cómo.
estalla en Wittgenstein con el diseño de la casa de la En el capítulo noveno encontramos el aspec-
Kundmanngasse; de alguna forma esto representa la to político y antropológico de Wittgenstein. Tam-
materialización de sus pensamientos filosóficos más bién trasluce el misticismo de una vida feliz y sin te-
allá de puro ámbito de la lógica, y también más allá mor a la muerte, que impulsa al vienés a tomar parti-
del lenguaje. do en la Primera Guerra Mundial del lado austriaco.
En cuarto lugar nos encontramos con un ca- La oposición aparente entre goce y dolor se convierte
pítulo que conjuga la interpretación wittgensteiniana en una relación de necesidad retroalimentada: estar
de un hecho histórico, como lo es la muerte del poeta instaurado dentro de una cultura es sinónimo de con-
Georg Tralk, con la de Heidegger, gran filósofo de tinuas fricciones internas entre un quiero y un puedo
reconocido prestigio en la época de Wittgenstein, so- muchas veces irreconciliables. La crítica al reduc-
bre el mismo hecho. Se rastrea aquí cómo la historia cionismo británico, el impacto de las lecturas de
pasa de ser un objeto de estudio a considerarse una Freud sobre su pensamiento, así como las lecturas de
parte más del pueblo alemán, la más importante: su Frazer y Prescott serán parte fundamental de este ca-
ser. pítulo, que embarca al lector en un viaje hacia el co-
En el quinto capítulo se pone en relación a razón humanista de la tumultuosa sociedad Europea
Wittgenstein con el mundo de las matemáticas. Se de principios de siglo.
abordan distintos aspectos de esta relación. Por un El décimo epígrafe de esta obra recoge una
lado tenemos la visión que nuestro filósofo tenía so- parte de la vida de Wittgenstein escasamente estu-
bre Frege, todo un revolucionario que usó el concep- diada: su faceta como profesor de primaria en la Baja
to matemático de función para hacer análisis lógicos Austria durante seis años. Estas experiencias profe-
del lenguaje, y cuyas huellas pueden rastrearse sobre sionales son las que le llevaron a cuestionarse cuál es
todo en la obra del comúnmente conocido como pri- el uso de lenguaje fuera de los parámetros del análi-
mer Wittgenstein. Por otro lado nos acercamos a las sis lógico del mismo. También suscitó en nuestro au-
conversaciones que mantuvo con Ramsey, así como tor la duda de cómo aprenden a usar los niños el len-
las discordancias intelectuales entre ambos que lle- guaje, y como lo empiezan a entender. Todas estas
varon a Ramsey a calificar a Wittgenstein de bolche- aventuras, además de otras percepciones personales
vique matemático. Aparecen además personalidades del autor vienés sobre la paideia y la psicagogé tra-
de la trascendencia de Sraffa, Brouwer o Weyl. zan el rumbo de este capítulo.
El sexto capítulo retoma el tema del estado de El penúltimo capítulo se centra en la inquie-
las matemáticas en la Europa de principios de siglo. tante coincidencia de Adolf Hitler y Ludwig Witt-
Se recoge el ataque de D. Hilbert al intuicionismo de genstein en la escuela de Linz. Un atípico estudiante
Brouwer y Weyl, siempre con un profundo sentido judío y el futuro cabeza de partido antisemita juntos
de la marca política que sobrevolaba la interpreta- en un cuarto recibiendo la misma educación. El des-
ción de sus trabajos. También aparecen las discre- tino final de cada uno de estos personajes, ambos
pancias entre Wittgenstein y Turing, uno de los pa- preocupados por el origen de la raza aria, transluce la
dres de la computación y la informática. ruptura que en algún momento traspasó los límites
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del lenguaje para convertirse en el más horrible de pueden contribuir a aclarar hipótesis o evaluar el
los periodos de la historia reciente de Europa. La peso de un fenómeno. El objetivo del texto es esen-
condición de judío fue un tormento para el filósofo cialmente práctico, generando un diálogo entre los
vienés en muchos momentos de su vida: las crisis de problemas concretos y las cuestiones históricas, in-
identidad religiosa, ligadas a su homosexualidad, re- tentando superar los prejuicios que muchas veces
conocida por él mismo desde adolescente, perturba- conllevan los métodos cuantitativos. La elección de
ron la mente del autor toda su vida. Es interesante un método para estudiar realidades socio históricas
leer las notas de Wittgenstein y de Hitler sobre esta no puede realizarse de manera rígida, y las autoras
época de sus vidas, y hacer un balance del posterior plantean una serie de recomendaciones para tal fin.
final de cada uno de ellos. Ignacio Ayestarán nos En sus páginas no se encuentran acabadas explica-
conducirá a través de este peligroso sendero hacien- ciones de los métodos abordados, sino las recomen-
do uso de un rigor histórico envidiable, dada la tras- daciones para su mejor aplicación.
cendencia de los textos que se exponen. El libro comienza con un recorrido por la
El capítulo que cierra este apasionante viaje historia cuantitativa, sus momentos de auge y crisis.
es, quizás, una continuación temática del anterior. El primero de estos momentos puede centrarse entre
En el duodécimo epígrafe el autor de esta obra nos las décadas de 1960 y 1970. Los historiadores, tanto
presente la posición del filósofo vienés ante el auge de derecha como de izquierda, se acercaron a este
del totalitarismo y la propaganda que empapelaba método, en consonancia con un momento general
las calles de todas las ciudades alemanas. Haciendo de auge del positivismo en las ciencias sociales. El
uso de su delicado sentido del análisis del lenguaje, segundo momento, el desencanto, vino aparejado
Wittgenstein repasará los aspectos más importantes con críticas a los estudios anteriores: se la consideró
del discurso nazi, para acabar aborreciendo esta for- una práctica pesada, compleja y frustrante. Los ex-
ma de perversión del lenguaje y de la mente de los cesos y los errores en la cuantificación contribuye-
ciudadanos alemanes. El cine será para nuestro filó- ron a su descrédito. A estas críticas se sumó, lo que
sofo un modo de comprender el error de Hitler, y las autoras llaman, el regreso al individuo, en la na-
apreciar el gusto por el buen humor en una Europa rración, en la política y en los textos, en antagonis-
barrida por una crisis cultural que amenazaba con mo con la cuantificación. Una buena parte de la iz-
destruir el cosmopolitismo de un continente marca- quierda universitaria mundial concedió más aten-
do por la división. ción a la experiencia vivida de los actores, y a su ca-
La pretensión de esta obra no es el adoctrina- pacidad de acción.
miento en la filosofía analítica del austriaco, sino la En la actualidad se estaría transitando por un
comprensión de la vida del mismo, y la influencia de “renacer” y las autoras plantean contar para buscar
ésta en su pensamiento filosófico. No se puede decir mejor. Las cifras permiten matizar resultado obteni-
que sea una interpretación de unos hechos, pues el dos, hacer nuevas preguntas y a partir de identificar
profesor Ignacio Ayestarán pone a nuestra disposi- grandes pistas, devenir a análisis más finos.
ción todos los documentos en los que él se ha basado El segundo capítulo Frente a las fuentes:
para producir esta obra. Nos encontramos ante he- corpus y muestra, plantea la primera cuestión a la
chos objetivos y reconstrucciones a partir de ellos. que toda investigación se enfrenta: como constituir
Pero esas reconstrucciones no se aventuran a alimen- las fuentes en bases de datos cuantificables. Los tra-
tar consideraciones peregrinas, sino que resultan ser tamientos cuantitativos pueden ser aplicados a fuen-
las explicaciones más plausibles teniendo en cuenta tes muy variadas: estadísticas o normativas, pero
los hechos. Lejos de constituir un manual sobre Witt- también textuales o iconográficas. El punto en co-
genstein, esta obra tiene la virtud de ser el compañero mún entre ellas es investigar no a costa de su tipo o su
de viaje ideal para todo aquél que quiera conocer los forma, sino de su adecuación a la cuantificación en
aspectos personales más importantes de uno de los función de problemas de investigación. Sobre la sig-
filósofos más grandes de la historia. nificatividad de las muestras, advierten que la ex-
haustividad constituye en general una tentación más
que una elección razonable.
Claire LEMERCIER & Claire ZARC: Méthodes
quantitatives pour l’ historien. La Découverte, Pa- En el tercer capítulo De la fuente a los datos,
ris, 2008. se señalan dos grandes momentos en esta etapa de la
investigación. Por una parte la saisie, que no puede
Natalia RIZZO. Centro Científico Tecnológico, ser traducida solo como la recolección de los datos,
Mendoza-Argentina. E-mail: rizzonatalia@yahoo. sino como un momento que consiste en la recolec-
com.ar. ción y en reescribir el archivo en un documento in-
formatizado. Un segundo momento consiste en la
codificación, que modifica la investigación recogida
El objetivo de esta guía, como la llaman sus para construir las categorías, a fin de hacer posible
autoras, es comprender los métodos cuantitativos. La un tratamiento cuantitativo. Estos dos momentos de-
historia no es una ciencia exacta, y estos métodos ben ser claramente distinguidos, advierten, quedan-
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do el primero cerca de las fuentes y con el objetivo de son presentados normalmente en dos formas: como
lograr una trascripción lo más fiel posible del docu- gráficos (de red) o matrices. Los primeros se utilizan
mento original aprovechando el momento para normalmente para presentar resultados, pero señalan
aprehender realmente los datos y comenzar a refle- que es importante que sean claros, ya que muchas ve-
xionar sobre su estructura, y el segundo fuera de los ces parecen arañas gigantes, con muchas líneas y
archivos y sobre todo rehaciendo tanto como sea ne- puntos que los hacen ilegibles, en estos casos se po-
cesario. De cara a las fuentes conviene adoptar una dría complementar el trabajo con una matriz. Esta es
aproximación lo más amplia posible, para evitar te- más sencilla para hacer un primer abordaje, contie-
ner que volver después. Sobre la etapa de codifica- nen información más rica. Técnicamente es designar
ción se presentan varias recomendaciones, una de una tabla de cifras con líneas y columnas.
ellas es reconocer que la elección de los términos En este capítulo también se plantean los mé-
para clasificar, no es neutral. Toda categorización todos cuantitativos para el tratamiento de datos bio-
pretende construir clases de objetos equivalentes gráficos, relacionando causalidad y la temporalidad.
desde un cierto punto de vista, lejos de intentar ne- De esta manera se logra el uso de técnicas cuantitati-
garlo lo más productivo resulta reflexionar sobre sus vas para un análisis cualitativo. Después de todo, po-
límites y potencialidades. cos atributos sociológicos son en realidad “estáti-
Contar las palabras nos permite explorar los cos”, y sería interesante para los historiadores ver su
textos, como propuesta para el cuarto capítulo. Sin evolución.
reducir un texto solo a sus palabras, las autoras pro- Como conclusión las autoras dejan en claro
ponen dar un giro cuantitativo que permita leer un que estos métodos no son solo para la historia econó-
texto de otra manera, más controladamente. Una for- mica y tampoco necesariamente estáticos. No reco-
ma sencilla podría ser interponer entre el texto y el miendan el uso de métodos complejos si no valen la
investigador una computadora, pudiendo esto arro- pena, podríamos concluir en que los métodos cuanti-
jar resultados interesantes. Algunas de las posibili- tativos deben aportar a la comprensión y no a la con-
dades es hacerlo a través de la lematización o de opo- fusión.
ner registros de discursos.
En el quinto capítulo se preguntan si es posi-
ble pasar De las correlaciones a las causalidades? Juan José TAMAYO: La teología de la liberación.
Este es probablemente el capítulo más rico, y com- En el nuevo escenario político y religioso. Tirant Lo
plejo, del libro ya que en él se abordan los distintos Blanch (www.tirant.com), Valencia, 2009, 548
métodos y técnicas cuantitativas. págs.
A pesar de que la expresión historia cuantita-
tiva parece remitir a “cuentas”, lo más interesante de Reseña editorial
observar no son los números, sino los vínculos: entre
una palabra u otra o entre muchas variables de un
mismo individuo. El interés por estos vínculos, lla- “Este libro de Juan José Tamayo tiene algo
mados correlaciones, data del origen de las ciencias de monumental. Tal vez nunca antes se ha hecho una
sociales con el “Método de variaciones concomitan- investigación tan amplia, abarcando todo el espec-
tes”. John Stuart Mill en 1843 lo describe como un tro de la teología de la liberación como nuevo para-
“fenómeno que varía de cierta manera todas la veces digma, contenidos y exposición de algunos de sus
que otro fenómeno varía de la misma manera es o una principales representantes, teólogas y teólogos.
causa o un efecto de ese fenómeno, o está vinculado Prácticamente todo lo que es significativo en esta
por algún efecto que produce”. Durante este ejerci- teología se encuentra aquí contemplado”. Leonardo
cio se debe resistir a la tentación de establecer corre- Boff.
laciones a priori, no directamente observables. Y, a decir verdad, no exagera Boff, ya que lo
También describen distintos métodos de aná- que en él nos ofrece Juan José Tamayo es un recorri-
lisis, sugiriendo aplicación según los tipos de datos: do completo por las diferentes etapas de la Teología
análisis factorial de correspondencias, análisis de de la Liberación, una de las corrientes más creativas
componentes principales y análisis de corresponden- en la historia del cristianismo. Y lo hace desde sus
cia múltiples. orígenes latinoamericanos a mediados de la década
de los sesenta del siglo pasado, en un clima de eleva-
El sexto capítulo, llamado Cuantificación, da temperatura utópica, hasta su implantación en los
red y trayectoria, pretende dejar en claro que la diferentes continentes que conforman el llamado
cuantificación no puede solucionar todos los proble- Tercer Mundo. Analiza en detalle las condiciones de
mas y plantea recomendaciones para la mejor aplica- posibilidades del nuevo paradigma, tanto las inter-
ción de estos métodos. nas como las externas, sus líneas programáticas, los
El análisis de red nace ante la imposibilidad nuevos desarrollos y el impacto provocado no sólo
de tratamiento clásico de cierto tipo de fenómenos, en el mundo religioso, sino también, y de manera es-
esto se aplica a los datos relacionales. Estos datos pecial, en los movimientos sociales.
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En la actual situación mundial caracterizada se completa con una información exhaustiva de su


por la diversidad cultural, el pluriverso étnico y el bibliografía y, en algunos casos, de los estudios so-
pluriverso religioso, la teología de la liberación se bre ellos. Este capítulo ocupa casi dos terceras partes
está configurando como teología intercultural e inte- de la obra (pp. 219-534) y ha contado con las aporta-
rreligiosa de la liberación en los Foros Mundiales de ciones y sugerencias de no pocos de los autores y au-
Teología y Liberación (Porto Alegre, 2005; Nairobi, toras estudiados, como se apreciará fácilmente de la
2007; Belem de Pará, 2009), donde se han puesto las lectura.
bases para el desarrollo de una teología, una espiri- Cuarenta años después de su nacimiento, la
tualidad y una ecología para “Otro Mundo Posible” Teología de la Liberación sigue viva, se reconstruye
en sintonía con el Foro Social Mundial y sus proyec- como teología contrahegemónica y crítica del impe-
tos alterglobalizadores. Destacan a este respecto los rialismo teológico, incorpora nuevas categorías so-
dos capítulos dedicados a los Foros de Porto Alegre y ciológicas y teológicas, se reformula en los actuales
Nairobi respectivamente: “Teología para otro mun- procesos históricos de liberación y plantea desafíos
do posible” “¿Y si África rechaza el mercado?” Son irrenunciables a las iglesias, a las teologías, a las so-
textos que no pueden pasarse por alto y que provocan ciedades y a los movimientos sociales del Primer
un impacto especial en el lector por su rigor analítico Mundo. A ellos han de responder desde la intercultu-
y por su fuerza profética. ralidad y el diálogo interreligioso, desde una meto-
La obra presta especial atención a las nuevas dología inductiva y una epistemología inclusiva de
y más importantes tendencias actuales del nuevo pa- todos los saberes, desde una cultura de resistencia
radigma teológico: teología feminista, ecológica, in- frente a la globalización neoliberal y una ética de la
dígena, afroamericana, campesina, económica e in- solidaridad, desde la afirmación de la igualdad y el
terreligiosa de la liberación, cuyas líneas fundamen- reconocimiento de la diferencia.
tales expone desde el más profundo respeto a su pro- La obra ha sido escrita en su mayor parte du-
pia metodología y el reconocimiento a su creatividad rante las frecuentes estancias del teólogo Juan José
teológica. A través de estas teologías la TL se re-con- Tamayo en varios países de América Latina. De-
textualiza en el nuevo escenario político y religioso, muestra, por ello, un profundo conocimiento de la
muy diferente del de sus orígenes hace más de cua- realidad latinoamericana y ofrece una información
renta años. Es quizás la parte más innovadora del li- exhaustiva de la bibliografía sobres el tema. Como
bro en la que aparecen los nuevos sujetos emergentes dato de especial relevancia cabe destacar que el pró-
de transformación social y se dan a conocer los teólo- logo está redactado en dos lugares emblemáticos de
gos y teólogas de la tercera generación, poco conoci- las dos teologías contrahegemónicas de la libera-
dos todavía fuera de América Latina, pero con una ción: Machu Picchu, donde nació la teología contra
proyección internacional asegurada en el futuro el Imperio español, y el Cerro San Cristóbal en Lima,
dado su rigor metodológico. en la parroquia de Gustavo Gutiérrez, donde cinco
Pero el capítulo donde el autor demuestra siglos después nació la nueva teología de la libera-
ser uno de los mejores y más profundos conocedo- ción contra el actual Imperio. Esa doble ubicación
res mundiales de la teología latinoamericana de la constituye otra prueba más de la importancia de esta
liberación es el que dedica a la exposición de las obra, que compagina el rigor científico con la opción
principales aportaciones de veinticinco represen- por los pobres, el trabajo hermenéutico con el com-
tantes latinoamericanos de dicha teología y de su promiso ético, la razón anamnética de los condena-
precursor Bartolomé de Las Casas, a quien presen- dos de la tierra con la propuesta de la utopía de la li-
ta, certeramente, como “precursor del diálogo inter- beración.
cultural y de la teología de la liberación”, funda-
mentando dicha aseveración en textos lascasianos
de gran lucidez. He aquí sus nombres: Rubem Rolf WIGGERSHAUS. La Escuela de Fráncfort.
Alves, Hugo Assmann, Mª Pilar Aquino, Leonardo FCE, México, 2010.
Boff, Clodovis Boff, Père Casaldáliga, Josep Com-
blin, la revista feminista Conspirando (Chile) (re- Beatriz SARLO, Universidad de Buenos Aires,
dactado por la teóloga venezolana Gladys Parente- Argentina.
lli), Enrique Dussell, Ignacio Ellacuría, Segundo
Galilea, Yvone Gebara, Gustavo Gutiérrez, Franz
Himkelammert, Diego Irarrázaval, José Míguez El último capítulo del marxismo filosófico
Bonino, José Porfirio Miranda, Jung Mo Sung, Pa-
blo Richard, Julio de Santa Ana, Juan Carlos Scan- Inútil buscar una definición sintética de la
none, Juan Luis Segundo, Ion Sobrino, Paulo Escuela de Fráncfort. Existieron diferencias (no
Suess, Elsa Tamez. Ciertamente son todos los que siempre las mismas ni en el mismo momento) entre
están, aunque quizás no estén todos los que son. El sus integrantes más ilustres como Theodor W. Ador-
análisis de cada teólogo y teóloga, al que dedica en no, Max Horkheimer y Herbert Marcuse. Cada uno
torno a diez páginas en apretada y rigurosa síntesis, de ellos exploró a su manera y con distintos acentos
la dialéctica, el marxismo y el freudismo. Algunos
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hicieron sus contribuciones más profundas en la de allí la fundación metodológica y teórica de un pro-
estética y otros, en lo social. Finalmente, un nombre yecto que investigara las relaciones de economía, so-
icónico, como el de Walter Benjamin, no perteneció ciedad y cultura.
realmente al Instituto que fue la base administrativa Como queda ampliamente probado por Rolf
de la Escuela; y la teoría de la acción comunicativa Wiggershaus, la llegada de Horkheimer fue inespe-
de Jürgen Habermas no es una consecuencia inevita- rada, estratégicamente astuta y finalmente providen-
ble del pensamiento de sus mentores de juventud. cial. Con todo detallismo, Wiggershaus cita las car-
Sin embargo, casi todos creemos saber de tas, las instrucciones y las observaciones ministeria-
qué se habla cuando se menciona a la Escuela de les que armaron el tinglado en el cual pareció pru-
Fráncfort y la Teoría Crítica. Versiones difundidas dente aprovechar la enfermedad de Grünberg para
en el sentido común culto fusionan las posiciones imprimir un giro.
de Adorno sobre estética y su intervención decisiva En la extensa lista de nombres que protagoni-
en el campo de la música moderna, la mirada deta- zan o son figuras secundarias de este primer capítulo,
llista e innovadora de Benjamin sobre la cultura ur- Wiggershaus ofrece pruebas de una recurrencia: son
bana y material, la gran suma filosófico-histórica de muchos los judíos (conservadores o liberales, pero
Horkheimer y Adorno sobre la razón ilustrada, las siempre ilustrados y de sentimientos profundamente
exploraciones de Marcuse sobre la subjetividad en alemanes, es decir, judíos integrados), burgueses ur-
el capitalismo. Ellos, los francfortianos, discutieron banos, grandes comerciantes o industriales con incli-
largamente mientras mantenían una identidad que, naciones a la acción pública prestigiosa y el mece-
pese a los conflictos, es rara en otros grupos. Son un nazgo de las artes y las ciencias.
mosaico, pero los unía una tarea común que hoy ya
podemos definir (sin olvidar, por supuesto, el pro- Aunque Wiggershaus no lo subraya espe-
yecto de Sartre) como el último gran capítulo de la cialmente, es significativa esta tipología porque,
dialéctica, el último capítulo posible del marxismo frente a ella, las persecuciones del nazismo, que su-
filosófico. cederían muy pocos años después, no se vuelven in-
comprensibles para quienes las desataron, pero sí,
en gran medida, para quienes las padecieron en esta
Los comienzos franja que no estaba habituada ni a la segregación ni
al desprecio.
En 1940, murió, después de años de parálisis
física e inhabilidad mental, el primer director del Personalidades
Instituto para la Investigación Social que se fundó en
1924 con dinero aportado por Felix Weil, hijo de un Después del “relato de comienzos”, se pasa a
exportador de cereales que se había enriquecido en la las biografías tempranas de los principales integran-
Argentina. Los tres años y medio que lo dirigió Carl tes del grupo: desde las novelas escritas por Horkhei-
Grünberg son un comienzo. Las autoridades univer- mer en su juventud a la formación judaica y psicoa-
sitarias alemanas miraban con desconfianza a ese nalítica de Erich Fromm, que se plantea el cruce teó-
Instituto financiado por un joven mecenas marxista, rico entre la teoría de los instintos y la teoría de cla-
que promovía un programa marxista de investigacio- ses, y termina fijando en el Instituto la primera sede
nes y repartía sus becas entre estudiantes también universitaria del psicoanálisis en Alemania.
marxistas, muchos de ellos militantes del Partido Co- Estas detalladas e interesantes “vidas franc-
munista. fortianas”, de todos modos, interrumpen el curso de
Providencialmente, la enfermedad de Grün- una historia. Arman un friso biográfico, donde no es
berg hizo posible un nuevo comienzo. Cuando, en posible detenerse en lo que quizás hubieran sido al-
1930, dejó la dirección del Instituto, el nombramien- gunos paralelos significativos (Horkheimer como
to de un casi desconocido Max Horkheimer fue una una especie de Engels joven y judío, por ejemplo, po-
decisión administrativa que contenía en su centro el niendo de manifiesto, por si hiciera falta una vez
futuro institucional de la Teoría Crítica. Los anales más, la pertenencia de los judíos al suelo de la cultura
del Instituto pasaron a llamarse Zeitschrift für So- alemana, y también las insospechadas superviven-
zialforschung, nombre que se volvió clásico. En su cias de romanticismo social en sus obras juveniles).
conferencia inaugural, Horkheimer establecía un de- Quizás, el intercalado de las vidas en curso de forma-
licado equilibrio entre el programa francamente mar- ción intelectual no haya sido la mejor estrategia ex-
xista de su antecesor (suscripto por el mecenas Weil) positiva, aunque cada vida tomada en sí misma es in-
y una fórmula que pudiera sonar aceptable en el me- teresante como una miniatura. Otra estrategia de ex-
dio universitario alemán que, aunque singularmente posición habría partido de los grandes teóricos leídos
avanzado en Fráncfort, de todos modos no habría to- por casi todos, como Lukacs o Korsch o Weber, para
lerado por mucho tiempo un programa de investiga- delinear un trayecto común a la época.
ción exclusivamente centrado sobre el marxismo. Sin embargo, aunque las biografías juveniles
Así, Horkheimer se refiere a la filosofía clá- interrumpan la historia de los primeros años del
sica alemana, a la idea de totalidad en Hegel y extrae Instituto, abren una perspectiva desde la que se com-
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prueba que allí se reunieron tendencias que estaban les como Kracauer, disidencias pequeñas pero signi-
un poco por todas partes en la izquierda marxista ale- ficativas que terminaron en separaciones, como con
mana intelectual y juvenil, que se consolidaron por- Erich Fromm. Ambos, Adorno y Horkheimer, sen-
que el Instituto les dio una adscripción académica y tían en cambio una rara atracción por Benjamin, pre-
el dinero que la universidad de Fráncfort no habría cisamente el que no llegó nunca al exilio.
invertido. Wiggershaus deja dos cosas en claro. La pri-
El capítulo donde transcurren estos primeros mera, más indiscutible por menos teleológica, es que
años lleva el nombre significativo pero intrigante de tanto Horkheimer como Adorno estaban fascinados
“El ocaso” (Dämmerung, que la edición en inglés con Benjamin, y se lo comunicaban mutuamente en
traduce, menos herméticamente, por “Amanecer”, varias cartas de 1936, aunque quizá nunca pensaron
tal como lo permite la palabra alemana). El título es que pudiera integrarse del todo a la empresa común,
el de un libro de Horkheimer, publicado en 1934, por la persistencia en Benjamin en “conceptos teoló-
donde Wiggershaus encuentra la prueba de que tenía gicos” insertados en una filosofía donde tampoco
ya el programa de una filosofía futura y de una “teo- terminaba de reconocerse la dialéctica. La segunda,
ría científica de la sociedad”. Ese programa atravesó que era casi inevitable que Adorno y Horkheimer ter-
más de tres décadas, como convicción, como prome- minaran trabajando juntos en la Dialéctica de la Ilus-
sa, como horizonte discutido por la propia Teoría tración, como si el nazismo, los desencuentros del
Crítica. José Sazbón, gran especialista argentino año 34, en que uno ya estaba en Nueva York y el otro
desparecido hace dos años, sintetizó el conflicto fi- todavía tentado en seguir una carrera como crítico
nalmente generado por la idea de totalidad que los li- musical en Alemania, hubieran sido detalles de una
neamientos de Horkheimer compartían con Lukacs. historia empírica que nunca llegaron a poner en peli-
Sazbón concluye que el hegelianismo totalizante del gro esa obra esencial. Sin embargo, Wiggershaus
programa de Horkheimer se “dislocará” en las vías también muestra que Horkheimer, siempre tajante en
recorridas por muchos francfortianos: el psicoanáli- sus intervenciones como organizador, vaciló entre
sis, la antropología, la crítica nietzscheana una colaboración filosófica de gran alcance con
Las historias intelectuales que incluye Wig- Adorno y el camino multidisciplinario inscripto en el
gershaus en este primer capítulo son una demostra- programa fundador nunca abandonado, incluso
ción de que, desde el comienzo, la teoría crítica era cuando el Instituto regresó a su primera sede alema-
mucho más y mucho menos de lo que prometía. Lo na después de la guerra.
muestra el itinerario, en los años veinte, de Theodor
Adorno, que hace un pasaje breve y frustrante por el
Diálogos en el exilio
Instituto, se va a Berlín donde tiene una relación
fundamental con Benjamin y regresa para trabajar Durante el período norteamericano, esa vía
con Paul Tillich y establecerse en ese marco institu- multidisciplinaria hizo posible la alianza con Paul
cional, aunque desconfiando o recusando la idea de Lazarsfeld, trazando un desvío más académico y em-
una totalidad inalcanzable en la filosofía contempo- pirista. Eran, sin embargo, hombres de texturas inte-
ránea. lectuales muy diferentes: Lazarsfeld, cuando en
Pero un verdadero ocaso, no simplemente el 1938 Adorno se sumó al proyecto de investigación
de la idea hegeliana de totalidad, amenazaba a los jó- sobre la radio y sus efectos, le estampó el estereotipo
venes de Fráncfort. El mismo día en que Hitler fue del “profesor alemán que, no obstante, dice una can-
nombrado canciller del Reich, las SA (tropas de cho- tidad de cosas interesantes”. Por esta misma extrañe-
que de camisas pardas) se apoderaron de la casa de za de origen y formación, Horkheimer se ve obligado
Horkheimer. Comenzó el exilio que llevó a los franc- a explicar varias veces por qué la Zeitschrift für So-
fortianos a Estados Unidos. Adorno, siempre si- zialforschung siguió siendo publicada en alemán
guiendo un camino diferido o diferente, intentó una hasta 1939, evitando las traducciones siempre peli-
carrera en Oxford, donde se lo ubicó, para su humi- grosas (por su tendencia a las “simplificaciones y po-
llación, en el lugar del estudiante de doctorado. Wig- pularizaciones”), y también porque en ese momento
gershaus cita largamente la correspondencia de 1934 era la única revista independiente publicada en esa
entre Adorno y Horkheimer: “Usted (le escribe lengua. Precisamente en su último número en ale-
Horkheimer) si no ha cambiado mucho, es una de las mán, se publicó un artículo de alto impacto de Hork-
pocas personas de las cuales el Instituto y la especial heimer: “Los judíos y Europa”.
tarea teórica que busca cumplir tienen algo que espe- Es característico del relato de Wiggershaus
rar en el plano intelectual”. recorrer cuántos caminos laterales aparezcan. El pro-
Aunque la afirmación fuera, en ese momen- yecto inconcluso de Benjamin sobre París, capital
to, injusta con Erich Fromm, todo acontece en el rela- del siglo XIX es abordado en una pequeña monogra-
to de Wiggershaus como si Horkheimer conociera el fía intercalada en uno de los capítulos dedicados al
borrador del futuro o como si algunos rasgos perso- Instituto en Estados Unidos. Con excelentes fuentes
nales de Adorno alcanzaran para explicarlo. “Fija- documentales sigue el tortuoso itinerario del inter-
ciones” o celos, desconfianza hacia otros intelectua- cambio entre Adorno y Benjamin, y las objeciones
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de Horkheimer, que son menos significativas. Sin sino también grandes nombres como Margaret Mead
duda, el intercambio entre Adorno y Benjamin es un o Robert Merton. Wiggershaus, al compilar esos
punto muy alto de debate y colaboración, de desa- nombres, pone en evidencia que, originarios de
cuerdo, reconocimiento y también ceguera, pero sur- Fráncfort, sólo quedaban Adorno y Horkheimer,
ge el legítimo interrogante de si también lo fue en la además de Leo Löwenthal. En las infinitas manio-
historia del Instituto, donde Benjamin no aparece bras que exigió la aceptación del proyecto queda de
nunca como una figura central, sino como aquel inte- manifiesto no sólo la destreza administrativa de
lectual magnético que atrae a algunos de sus miem- Horkheimer sino también la inserción lograda en el
bros. exilio.
Otro ejemplo de excelente análisis intercala-
do es el de Filosofía de la nueva música; Wiggers-
El regreso
haus rastrea las razones del extraordinario impacto y
la “felicidad intelectual” que el texto de Adorno le Llega, justo en ese momento, el fin de la gue-
produjo a Horkheimer. Esas páginas, como las dedi- rra. Quienes, como Marcuse, trabajaban en agencias
cadas a Benjamin, son también intermezzi felices de los Estados Unidos especializadas en los proble-
dentro del tono predominante de análisis de relacio- mas del conflicto, se quedaron sin trabajo y Horkhei-
nes intelectuales e institucionales. La tercera inser- mer les hizo saber que no les estaban esperando sus
ción monográfica de estas características es dedica- antiguos puestos, aunque el futuro de la Zeitschrift
da a la génesis y discusión de Dialéctica de la Ilus- ocupara a Marcuse tanto como a él y a Adorno. En la
tración, esa obra magna que se convierte en una cla- nueva situación, la revista podía recuperar un espa-
ve de bóveda del proyecto, recoge líneas inconclusas cio público europeo que estuvo clausurado durante
del pensamiento benjaminiano y le da una centrali- el nazismo. Europa, visitada en esos años de posgue-
dad a Horkheimer y Adorno, desplazando hacia rra, puede que “esté condenada por la historia”, pero
otros espacios, de manera definitiva o por bastantes “el hecho de que todavía existe pertenece también a
años, a Fromm, Pollock y Marcuse. la imagen histórica y abriga la débil esperanza de que
El libro de Wiggershaus es una historia de la algo de lo humano sobreviva” (escribía Adorno a
línea central y de múltiples caminos laterales. Cada Horkheimer en 1949).
una de las ocasiones en que Adorno disiente con Muchos de los exiliados regresaron. En este
Horkheimer (por ejemplo acerca del ensayo de Mar- punto del relato de Wiggershaus podría hacerse un
cuse sobre el carácter afirmativo de la cultura, para señalamiento. Su historia es increíblemente detalla-
mencionar sólo un caso), prueba que el mismo térmi- da en lo que concierne a la génesis de obras y proyec-
no de Escuela es poco apropiado. Parece mejor, refe- tos; los desplazamientos internos del grupo por afini-
rirse al Instituto, ya que esta denominación adminis- dades filosóficas y personales; y las infinitas tácticas
trativa y académica no establece los mismos compro- ensayadas frente a las instituciones norteamericanas
misos de unidad que estuvo siempre amenazada por en los planos financiero y académico. Una dimen-
las desavenencias filosóficas de un grupo que se di- sión se extraña en toda esta prodigiosa reconstruc-
ferencia a medida que pasa el tiempo. ción: la del campo del exilio en su conjunto y la del
Pero las disensiones no fueron solamente impacto en estos europeos pura cepa de la sociedad
teóricas o metodológicas. Sobre todo en los Estados americana en la que se insertaron. En este punto, el
Unidos, en los difíciles años de fines de los treinta y relato, que sigue todos los desvíos necesarios, no se
comienzos de los cuarenta, cuando llegan definitiva- propone la reconstrucción de una escena más amplia.
mente todos los emigrados, valen también los con- Digamos que no es suficientemente materialista en
flictos por la escasez de fondos; los manejos finan- lo que concierne al paisaje urbano, cultural y social
cieros de Horkheimer que, secretamente, se reserva en el que los exiliados vivieron y que había provoca-
una parte importante de los de la Fundación que ha- do en ellos el famoso reflejo del “espléndido aisla-
bía financiado al Instituto en Alemania; su tenacidad miento”.
para presentar proyectos que intersectaran aquello Esa ausencia de atmósfera no ocurre, en cam-
que los financiadores académicos americanos y tam- bio, en el comienzo del sexto capítulo, el del regreso
bién del American Jewish Committee podían aceptar definitivo a Fráncfort. El choque es violento porque
y lo que la gente del Instituto podía y se interesaba en los hombres del Instituto habían emigrado de una
hacer. Horkheimer, por otra parte, incitaba a los Alemania donde la cultura producida por judíos e in-
miembros con quienes simpatizaba menos a buscar fluida por ellos era esencial. La nación dividida a la
sus medios de vida en otras agencias, especialmente que regresaban les presenta sólo el vacío donde esa
en las del Estado norteamericano, como en los casos cultura había vivido enérgicamente.
de Marcuse y Pollock. Fráncfort los recibió en triunfo. Sin embar-
El proyecto sobre antisemitismo fue el últi- go, para refundar el Instituto, era necesario conse-
mo gran proyecto diseñado en los Estados Unidos. guir los fondos. Para convencer no a inexistentes
En el comité consultivo de la investigación se alinea- mecenas judíos sino a la burocracia estatal, Hork-
ron celebridades no sólo originadas en el Instituto heimer argumenta casi con las mismas palabras de
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su programa inicial: unir la tradición filosófica y so- vibración personal y el lector adivina en Rolf Wig-
cial alemana con las investigaciones empíricas, gershaus (nacido en 1944) un testigo muy próximo
sólo que, en esta ocasión acaecida veinte años des- de los avatares con los que compone su historia de la
pués, sumando los aportes metodológicos de la so- génesis y realización de la Teoría Crítica, de la re-
ciología norteamericana (con la que Adorno ya no vista y el Instituto. Toda ella provocaba a construir
tendrá más nada que ver). En 1951 se reabre el Insti- un libro al que es difícil llamar simplemente exten-
tuto. Pero sus miembros van y vienen. En 1952, so. Es, al mismo tiempo, agotador e imprescindible.
Adorno vuelve a Estados Unidos, en un viaje que le Wiggershaus ha sido implacable en la recopilación
resulta más duro que el exilio. Marcuse, que desea de fuentes documentales inéditas y en la revisión de
regresar a Fráncfort y estrechar una colaboración las ya conocidas; se mueve en un terreno que le es
con Horkheimer, una vez más, fracasa. Pero en familiar desde su doctorado con Habermas, pero no
1955 él publica Eros y civilización, el libro que da nada por descontado: revisa todo y no se permite
Wiggershaus llama con justicia la Dialéctica de la una elipsis en el relato; no da respiro, porque es un
Ilustración de Marcuse. investigador que tampoco se lo permite. La escuela
Fue la consagración intelectual y pública de de Fráncfort es un atlas, una guía exhaustiva, un re-
los fundadores. Pero también la aparición de nuevos pertorio bibliográfico completo y una enciclopedia
personajes, como Jürgen Habermas, nacido en 1929 razonada.
cuando se estaba fundando el Instituto, y que elegía
escribir en los diarios sobre autores por los que Ador-
Francisco HIDALGO FLOR. Encrucijada. Proce-
no sentía lejanía y hostilidad. Habermas recuerda el
sos políticos y movimientos populares en el Ecua-
impacto de su primera reunión con Adorno: lo escu-
dor actual. CINDES-CETRI, Ed. Somos punto y lí-
chó como si estuvieran hablándole Marx o Freud, los
nea. Quito, Ecuador, 209. 121pp.
grandes de la cultura alemana en el pasado. Prevale-
ció la continuidad y, en 1965, Habermas obtuvo la
François HOUTAR. Foro Social Mundial, Centro
cátedra que había sido de Horkheimer.
Continental (CETRI). Louvain -la- Neuve, Belgi-
La doble imagen que se le ocurre a Haber- que.
mas (la de una envergadura pretérita aunque pre-
sente) es también la que ilustra el final del libro de
Wiggershaus. Los jóvenes de los sesenta encontra- El libro de Francisco Hidalgo Flor presenta
ron una referencia en Fráncfort y, sobre todo, en las un panorama de las varias problemáticas de cambio
fórmulas que sintetizaban su proyecto marxista y de la sociedad en el Ecuador de la primera década
dialéctico original. Pero quienes habían escrito y del siglo XXI. Este trabajo constituye una base de
hecho posible ese proyecto estaban cada vez más le- reflexión importante, porque plantea cuestiones ge-
jos de ese nuevo mundo insurreccional y cultural- nerales de la globalización neoliberal, dentro de un
mente revulsivo. Quizá la única excepción fuera contexto muy específico. Todo pensamiento teóri-
Marcuse, que miraba intensamente esa sociedad ca- co tiene que pasar por una referencia empírica, sino
pitalista tardía mientras Adorno, alejado, coronaba corre el peligro de quedarse en la abstracción. La
su obra filosófica y estética. lectura de estos trabajos situados en el tiempo, pero
cada vez recordando que el tiempo es dialéctico y
Wiggershaus reconstruye, con testimonios
que la sociedad es el resultado de actores sociales en
muy próximos a los hechos, el año 1967, donde
relación recíproca. Recuerdo varios encuentros con
Adorno va de un malentendido a otro en reuniones y
actores claves de esta historia social reciente del
conferencias con los estudiantes radicalizados. El re-
Ecuador.
lato deja ver perfectamente la naturaleza cultural,
ideológica y generacional de una comunicación casi Uno de ellos fue con Lucio Gutiérrez, en el
imposible: ni a Adorno le interesa la reforma de la primer Foro Social Mundial de Porto Alegre en
universidad (que fue la bandera con la que comenza- 2002. Él participó en el evento como uno de los acto-
ron muchas de las revueltas juveniles de esos años), res políticos posibles de este “otro mundo” soñado.
ni los estudiantes están en condiciones de seguirlo en Nuestra conversación abordó el tema del neolibera-
el proyecto más duro, más difícil, con que el filósofo lismo y de sus consecuencias. Le expliqué lo que pa-
está terminando su vida. Malentendidos diferentes, saba en el Foro Económico Mundial de Davos y
pero igualmente insalvables, separaron a los estu- cómo el pensamiento dominante que tenía una ex-
diantes de Marcuse, que fue recibido por ellos como presión privilegiada en esta iniciativa era el fruto de
una voz de la revolución para escuchar que, en vez de una lógica económica y social: la forma contemporá-
darles un lugar de primera fila en ese futuro, les dice nea del capitalismo. Le obsequié el libro publicado
que no son ellos, los estudiantes, los principales pro- por el Centro Tricontinental de Louvain –la– Neuve,
tagonistas. en Bélgica, El otro Davos.
Este final, melancólico pero inevitable en Su liderazgo político ulterior se apoyó sobre
esta gran biografía intelectual colectiva, tiene una los movimientos populares, lo que en Ecuador sig-
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nifica principalmente indígenas, para después utili- social democracia, de la tercera vía? Estamos en ple-
zarlos en beneficio de la clase política tradicional na ambigüedad, lo que exige un nuevo cuadro de re-
representadas en las élites de siempre. La historia flexión.
dirá cuál fue el mecanismo que funcionó en este Sin embargo, hay una gran urgencia frente a
caso, pero el resultado fue la confiscación del poder la destrucción social y ambiental provocada por el
popular. modelo económico contemporáneo. La hegemonía
Un poco más tarde, en 2003, he tenido una global del capitalismo, en su forma neoliberal, no so-
larga conversación, en el Centro Tricontinental…, lamente fue edificado sobre nuevas bases materiales
con el líder Miguel Lluco. Su preocupación al formar (las tecnologías de información y comunicación)
parte del gobierno que se iniciaba, era la de promover sino que permitió universalizar la subordinación del
una reconstrucción del liderazgo indígena en la so- trabajo al capital (subsunción, según Marx). No sola-
ciedad ecuatoriana a todos los niveles; sin embargo, mente se trata de una subordinación real (es decir,
no parecía darse cuenta de cuál tipo de sociedad este dentro del proceso mismo de la producción vía el sa-
proceso realizaba. Las estructuras de la economía y lario), sino también formal, es decir, por medios fi-
del Estado no cambian de naturaleza por el simple nancieros: precios de las materias primas y de los
hecho de que indígenas ocupaban puestos de respon- productos agrícolas, deuda externa, paraísos fisca-
sabilidad. Tomar esta última meta como objetivo pri- les, fiscalidad interior promoviendo la riqueza indi-
vilegiado revelaba una cierta ingenuidad política y vidual y por medios jurídicos: normas de las organi-
una falta de análisis socio-económico, perfectamen- zaciones internacionales, como el FMI, el Banco
te comprensible en la coyuntura histórica de los mo- Mundial, la OMC.
vimientos indígenas, pero bastante dramática para la Este último tipo de subordinación afecta a to-
dinámica de cambio. Fue demasiado fácil para el sis- dos los grupos humanos tanto por la destrucción am-
tema dominante el mantener o reconstruir su hege- biental, como por la sumisión a la ley del valor. Hoy
monía. día, los pueblos indígenas están afectados en su posi-
Luego, en el 2004, en las vísperas del Foro bilidad de supervivencia, por la explotación de los
Social de las Américas, que tuvo por sede a Quito, se bosques o la explotación de la biodiversidad; las mu-
efectuó la cumbre de los Movimientos Indígenas del jeres son las primeras víctimas de las empresas trans-
Abya Yala, reunión presidida por Blanca Chancoso, nacionales del agrobusiness. De hecho, es la vida de
otra dirigente indígena ecuatoriana. Ahora ella reve- la humanidad en su conjunto que está agredida. Las
laba un paso cualitativo impresionante. La vincula- consecuencias culturales y sociales son profundas,
ción entre la política neoliberal y la suerte concreta porque este proceso agudiza las contradicciones
de los pueblos indígenas del continente está presen- dentro de todas las relaciones sociales, no solamente
te; se trataba de combatir en una doble dirección, por una desigualdad económica y social creciente,
bien integrada, la emancipación de los pueblos au- sino por un aumento de los conflictos de género, de
tóctonos y la construcción de otro modelo de globali- razas o de castas.
zación. La traducción concreta de una tal perspectiva Por estas razones, el proyecto nuevo debe
es sin duda un proceso largo, pero ya está presente en empezar por una deslegitimación clara y radical del
el Ecuador, como se comprobó a mediados de 2005, capitalismo, en su lógica misma y en sus aspectos
con la lucha contra el TLC, y en el 2006 con el triunfo concretos en cada sociedad. La conciencia que no se
de Correa a la Presidencia. puede humanizar el capitalismo constituye la base de
Aparece claramente que un trabajo de refle- un nuevo proyecto concreto. A este propósito, pode-
xión es necesario para acompañar el proceso y esta es mos proponer tres niveles de reflexión: el nivel de la
la tarea de este libro. Constituye una contribución utopía (¿qué sociedad queremos?), el único que
importante para la articulación entre una consciencia abordaremos aquí; y otros dos, los medios y estrate-
colectiva y los actores colectivos. La preocupación gias que tienen que ser elaborados localmente, en
del futuro, colocada en el ensayo final de la obra función de la situación particular a cada sociedad.
(“Giro a la izquierda y socialismo”, pp. 104-121), Trataremos de aplicar este pensamiento a los varios
plantea la cuestión clave del tipo de sociedad que se componentes de la realidad humana: ecológicos,
desea construir. Nadie piensa evidentemente en un económicos, políticos y culturales y de proponer de
modelo impuesto “desde arriba”, sino de una cons- manera muy sintética, una serie de hipótesis como
trucción compartida entre los actores sociales de pro- base de discusión.
greso, combinando luchas, experimentos y refle- ¿Qué sociedad queremos? Esta pregunta
xión. De ahí la interrogante sobre el socialismo. puede aparecer muy general, un conjunto de ideas
El socialismo es un proyecto ante que ser un abstractas, un sueño. Pero seríamos todavía seres
concepto. Por esta razón es necesario abordar el con- humanos si se suprimiera la capacidad. Queremos
tenido, como paso preliminar a la utilización de esta vivir en una sociedad humana de cooperación y paz.
palabra. De hecho, ¿qué es el socialismo hoy? ¿Se Ya eso significa que no queremos vivir en un mun-
trata del stalinismo, del maoísmo, de Pol Pot, de la do de pura competividad y de agresión. Desde su
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inicio tal perspectiva introduce la contradicción limitado al sector político. En este sentido, se puede
con la sociedad neoliberal. Para definir de manera decir que toda la realidad es política, empezando
más concreta lo que podemos llamar la utopía, se por la economía. El principio de la participación de-
pueden distinguir cuatro objetivos o principios, se- mocrática tiene que aplicarse a todos los niveles de la
gún las dimensiones citadas: ecológicas, económi- vida humana, desde el local hasta el global.
cas, políticas y culturales.
4) Interculturalidad
1) Prioridad de una utilización renovable
de los recursos naturales Todas las culturas participan en la vida cultu-
ral y espiritual de la humanidad. Ninguna de ellas
Existe una simbiosis fundamental entre la na- puede ser eliminada o marginalizada. Eso incluye a
turaleza y el ser humano. La naturaleza es fuente de todas las expresiones culturales, el derecho, la cien-
vida (la pacha-mama, tierra-madre, como dicen los cia, las religiones y las espiritualidades. Las transfor-
pueblos indígenas de América del Sur). No se puede maciones que derivan de intercambios, de enriqueci-
agredirla ni destruirla, sin atentar contra la vida hu- miento mutuo son bienvenidas porque la cultura no
mana. La naturaleza no puede ser explotada en fun- es estática. Pero tampoco ella existe fuera de la es-
ción de una racionalidad puramente instrumental, tructura de clases construidas por el capitalismo neo-
característica del tipo de modernidad vinculada eco- liberal, que muy a menudo utiliza las diferencias cul-
nómica y culturalmente con el capitalismo. Ella re- turales para establecer su hegemonía.
sulta en su destrucción progresiva. El “grito de la tie- Estos cuatro principios pueden servir de guía
rra”, como escribe Leonardo Boff, se llama hoy: de- para la adopción de medios adecuados y la propuesta
sertización, deterioro del clima, gripe aviar, sida… de estrategias de lucha y de nueva construcción so-
Este principio es la prioridad de la utilización cial, es decir, de un socialismo nuevo. Este libro es
renovable, significa el rechazo de las producciones y una contribución valiosa, porque refleja la realidad
actividades que destruyen de manera durable el am- de la sociedad ecuatoriana y permite así una refle-
biente natural. El uso de recursos no renovables será xión para confrontarse con los hechos.
el objetivo de una gestión colectiva asegurando su
racionalidad. Sin embargo, este principio forma so-
lamente una parte de la realidad y debe entrar en co- Daniel MATO (Coord). Políticas de identidades y
rrespondencia con las lógicas que siguen. diferencias sociales en tiempos de globalización.
FACES-UCV, Caracas, 2009, 363 pp.
2) Predominio del valor de uso sobre el valor
de cambio Daniel MATO, UCV, Venezuela.
Esta distinción, hecha por Carlos Marx, es útil
para pensar el futuro. El valor de uso es lo que contri- Los ensayos reunidos en este volumen estu-
buye a la calidad de la vida humana en todas sus di- dian algunas experiencias significativas que ilustran
mensiones. El valor de cambio es el mercado, que tie- acerca de las formas en las cuales, en estos tiempos
ne una función subordinada al valor de uso. Sin em- de globalización, las políticas de identidades y dife-
bargo, dentro de la lógica del capitalismo, el mercado rencias sociales se relacionan con procesos sociales
domina hoy no solamente la actividad económica, transnacionales. Es decir, procesos en los cuales par-
sino toda la organización colectiva de la vida humana. ticipan actores sociales cuyas prácticas, de maneras
Para el capitalismo no existe valor económico, si el diversas, se desarrollan a través de las fronteras de
trabajo, los bienes y los servicios, no se transforman los Estados nacionales.
en mercancías. Es lo que se denomina la imposición Si bien estos estudios resultan sumamente di-
de la ley del valor, que, según Franz Hinkelammert, versos, tanto en cuanto a los abordajes teóricos,
significa el fin del sujeto. Los seres humanos están so- como respecto de la localización y características de
metidos a esta ley que invadió la realidad social, so- los procesos analizados, exhiben, no obstante, algu-
metiendo a la humanidad en su totalidad a la lógica del nas convergencias significativas: Estas páginas ofre-
capitalismo y favoreciendo a ciertas clases sociales. cen algunas reflexiones basadas en estas convergen-
Es por eso que Karl Polanyi, economista estadouni- cias que pueden observarse más allá de lo específico
dense, historiador del capitalismo, concluye en la ne- de cada caso y de las diferencias teóricas. Es justa-
cesidad de reinsertar la economía en la sociedad. mente por la diversidad en que se asientan que resul-
tan especialmente significativas.
3) Participación democrática en todos La primera de ellas es que estos estudios en
los sectores de la vida colectiva su diversidad comparten una perspectiva que pode-
mos llamar “político-cultural”. Es decir, una pers-
La participación democrática, es decir, el
pectiva que examina combinadamente tanto los as-
poder de decisión del sujeto humano, no puede ser
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pectos simbólicos sociales como los aspectos políti- y justicia social. Por eso, tal vez, es que todos estos
cos de los procesos sociales estudiados. Esto es así, estudios comparten otras dos características que re-
independientemente de que tal perspectiva se expre- sultan imprescindibles para quien se proponga inter-
sa en el uso de categorías analíticas diversas, como venir en procesos sociales. Por un lado, todos ellos
por ejemplo, representaciones, discursos, imagina- están situados de manera explícita en contextos so-
rios, sentido, significación, u otras. Por eso, al hablar ciales específicos, independientemente de que las
de una perspectiva político-cultural no aludo a nin- maneras de construir esos contextos, para la práctica
guna suerte de teoría común, sino que planteo que y la escritura, varían, como se verá, de un texto a otro.
esta diversidad de enfoques teóricos resultan signifi- Por otro lado, todos ellos poseen componentes
cativamente semejantes en la manera de ver y anali- auto-reflexivos, como en el resto de ellos, esta
zar los procesos sociales. Esta semejanza en la diver- auto-reflexividad se enmarca en experiencias y con-
sidad nos habla de la vitalidad, de lo promisorio del textos específicos, se trate de un movimiento social,
campo así constituido; o para decirlo de manera más la universidad, la disciplina, etc. De un modo u otro,
consistente con las ideas que expondré a continua- en todos ellos la condición auto-reflexiva constituye
ción: así visto. un aspecto visible del acercamiento.
La segunda reflexión que puedo ofrecer es Esto último se relaciona además con otro ele-
que todos estos ensayos de un modo u otro, en mayor mento característico importante de este conjunto de
o menor profundidad, utilizan esa perspectiva para estudios: todos ellos incluyen elaboraciones sobre
observar las prácticas de actores sociales específi- diversas modalidades de prácticas intelectuales. Así
cos. Es decir que, en este sentido, puede argumentar- una de tantas lecturas posibles de esta colección es
se que la perspectiva que comparten no es sólo políti- como un conjunto de reflexiones críticas sobre las
co-cultural, sino además centrada en el estudio de las prácticas intelectuales, incluyendo en esto aspectos
prácticas de los actores sociales. éticos, políticos y epistemológicos.
Esto tiene tres consecuencias relevantes. La Visto en conjunto y precisamente gracias a su
primera es que las elaboraciones teóricas ofrecidas diversidad, estos ensayos aportan de diversas formas
en estos ensayos no son meramente hipotéticas o es- a los debates teóricos sobre los procesos de globali-
peculativas, sino que buscan mediante estrategias, zación contemporáneos, así como a las teorizaciones
y otra vez en mayor o menor medida, confrontar las y debates sobre las representaciones sociales, los dis-
ideas expresadas con la experiencia social, a través cursos sociales, y la producción social de significa-
de la construcción (inevitablemente cargada de teo- dos o del sentido. Elaborar detenidamente sobre las
ría) de referentes empíricos. La segunda es que la contribuciones diversas, e incluso contradictorias
hacer esto, estos ensayos proveen pautas interpreta- entre sí, que realizan estos ensayos a esos debates,
tivas para comprender las prácticas de actores so- escapa al alcance previsto para este texto… En todo
ciales específicos. La tercera es que al examinar la caso, lo que queda claro de la lectura de esta colec-
variedad de prácticas sociales, se hace evidente que ción de estudios es que no es posible reducir la idea
son numerosos y variados los actores sociales que de “globalización” a la de “globalización económi-
desarrollan políticas de identidades y diferencias ca”, ni menos aún a la de políticas económicas neoli-
sociales, es decir, una modalidad específica de lo berales, o a la de “libre comercio”. Como tampoco es
que suele llamarse “políticas culturales”. Esto últi- posible reducirla a la de alcance global de los medios
mo es importante porque al hablar de políticas cul- de comunicación (incluyendo Internet). Esas políti-
turales con demasiada frecuencia se asume de ma- cas, ese libre comercio, ese alcance global de los me-
nera implícita (es decir, a priori, compulsivamente, dios, son sólo algunos de los aspectos salientes de los
o sin reflexión crítica) que sólo los Estados, o los procesos de globalización contemporáneos. Pero es-
gobiernos, tienen esas políticas culturales, sean es- tos últimos no se agotan en aquellos, ni son simple-
tas referidas a identidades y diferencias, o a otros mente una consecuencia sobredeterminada por
asuntos, como por ejemplo: ciudadanía y sociedad aquellos.
civil, ambiente, desarrollo, etc. Globalización alude ante todo a interrrela-
La tercera reflexión que surge de la mirada cionamientos a escala planetaria entre actores socia-
conjunta a esta colección de ensayos es que todos les. Y, en este sentido, las políticas de comercio libre
ellos responden de manera más o menos directas a in- son el resultado de las prácticas de ciertos actores so-
tereses de intervención. Esto se debe, en algunos ca- ciales, las cuales resultan tan globalizadoras como
sos, a que los respectivos autores son activistas en las de por ejemplo el movimiento ecologista, el de
movimientos sociales, y en otros a que si bien se trata los derechos humanos, el feminista, o el llamado
de investigadores que trabajan en universidades, és- “movimiento antiglobalización” (sería más apropia-
tos desarrollan algún tipo de práctica fuera o más allá do llamarlo “anti-neoliberalismo”. O “de globaliza-
del ámbito académico. En general, los intereses de ción de la solidaridad”, como en efecto lo llaman al-
intervención que guían estos estudios están orienta- gunos de sus ideólogos, aunque no la prensa interna-
dos por sensibilidades o preocupaciones de equidad cional).
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Me limitaré por tanto a señalar muy breve- xión sobre estas mediaciones; ni tampoco sobre el
mente tres elementos respecto de los cuales pienso carácter analíticamente construido de parcelacio-
que estos ensayos muestran significativas conver- nes tales como las ya mencionadas: “lo económi-
gencias, y que a mi modo de ver resultan particular- co”, “lo político”, etc. Omitir esa reflexión conduce
mente importantes para una lectura del conjunto a visiones reduccionistas de eso que llaman la “rea-
orientada por inquietudes de intervención en las di- lidad”, y a la naturalización de constructos como “la
námicas sociales. realidad económica”, y “el mercado”, es decir a vi-
En primer lugar quiero hacer referencia a la siones por ejemplo “economicistas”; o también, y de
importancia que en los procesos sociales tiene formas igualmente cuestionables a visiones “cultu-
aquello que sólo como una manera de introducir el ralistas”. En estos tiempos de visiones reduccionis-
punto enunciaré como lo simbólico social, o los tas y supuestamente “objetivas” no es posible basar
imaginarios, o la producción de sentido y/o de sig- ningún tipo de acción social. Significativamente, la
nificaciones; ideas que desde luego no son equiva- omisión de estos “detalles” es lo que permite expli-
lentes pero que como argumentaba anteriormente car el fracaso de las aplicaciones de algunas teorías.
resultan convergentes desde el punto de vista de lo Este, muy lamentablemente para nuestras vidas coti-
que vengo argumentando. Con respecto a esto, dianas, es un problema común en las visiones econo-
pienso que este conjunto de ensayos contribuye a micistas, de las cuales las teorías y políticas llamadas
poner de relieve que las formas en las cuales los in- neoliberales son sólo un ejemplo.
dividuos actúan en sociedad no responde de manera En segundo lugar, pienso que los estudios in-
simple y directa, ni predeterminada, a estímulos su- cluidos en este volumen muestran que en estos
puestamente “objetivos” que les presentaría algo a “tiempos de globalización” esa relaciones y media-
lo cual alguno suelen llamar “realidad”, cuando no ciones a que hacía referencia en el párrafo anterior de
más enfáticamente “realidad objetiva”. Por el con- ningún modo se limitan a restringidos ámbitos loca-
trario, estas formas de acción social responden a les o nacionales, Sin embargo, como también ilus-
sistemas complejos de mediaciones entre los que tran estos estudios, no por ello los contextos locales y
estos individuos sienten y piensan, tanto respecto nacionales resultan irrelevantes; por el contrario, en
de sí mismos, como de sus relaciones con los demás, general, resultan altamente significativos. Es decir,
y de lo que observan e interpretan más allá de ellos estos estudios entre otras cosas nos muestran lo ina-
mismos y de esas relaciones directas. También res- propiado de uso de clichés tales como la idea de
ponden a las relaciones que estos individuos sostie- “desterritorialización”.
nen entre sí dentro de cualquier orden social que Finalmente, pienso que si se reconoce la im-
consideremos, así como a su participación en dife- portancia de los imaginarios (y su relación con ex-
rentes tipos de organizaciones e instituciones socia- periencias sociales, subjetividades, sensibilidades,
les, de manera más general a su experiencia social. etc) y de los contextos (tanto de la producción de
Todas estas mediaciones y relaciones también son teorías, como de los procesos en los cuales se inter-
constitutivas de esa “realidad”. viene, así como las diferencias entre unos y otros)
Lo anterior nos permite llamar la atención brevemente argumentada en estas páginas y sobre
respecto de lo arbitrario de inventarnos ideas sepa- lo cual ilustra esta colección de estudios, la defini-
radas de eso que así se suele llamar realidad y repre- ción de políticas de participación en las dinámicas
sentación, objetividad y subjetividad, etc. Estas se- sociales no puede omitir el análisis deliberado y sis-
paraciones, así como aquellas otras que suelen ha- temático de ambos asuntos. En otras palabras, si se
cerse entre supuestos ámbitos diferenciados de la desea participar con alguna eficacia en los procesos
experiencia social (“lo económico”, “lo político”, sociales en curso en estos tiempos de globalización,
“lo cultural”, “lo social”) resultan necesarias como es necesario no perder de vista eso que para simpli-
recursos analíticos o expositivos, y en tanto tales ficar podemos llamar los aspectos culturales (sim-
pueden resultar útiles, pero sólo a condición que no bólico sociales) de esos procesos, ni tampoco pode-
olvidemos el carácter analíticamente construido de mos olvidar el carácter necesariamente artificioso
tales artificios (categorías, ámbitos, etc.), y en espe- de nuestros análisis, ni la validez contextualmente
cial sus formas institucionalizadas (las disciplinas relativa de todas las teorías (interpretaciones siste-
académicas, los discursos de los medios y otras ins- máticas), ni las condiciones contextuales específi-
tituciones, “el mercado”, etc.). En otras palabras, cas de nuestras acciones, ni la importancia presente
sólo es posible hacer análisis parciales y construir- y potencial de las relaciones transnacionales en jue-
los sobre categorías analíticas, y en tal sentido son go en cada uno de esos contextos, aparentemente
válidos; lo que no podemos es olvidar su carácter tan estrictamente “locales”.
parcial y su validez condicionada por las caracterís- Las políticas de identidades y diferencias so-
ticas de esas categorías (siempre necesariamente ciales de los actores sociales estudiadas en esta co-
marcadas por intereses y contextos). Por eso, al tra- lección constituyen ejemplos de todo esto, y dan pis-
tar de aplicar teorías no es posible omitir la refle- tas de algunas transformaciones sociales en curso y
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de algunas de nuestras posibilidades de intervención Yolanda Salas. Cap. III: Políticas de identidades ju-
en ellas. Los autores que colaboran en esta colección veniles, de género y orientación sexual: Emilia Ber-
son los siguientes: Cap I: Racismo, democracia y múdez, Virginia Vargas, Carlos Muños. Cap. IV.
medios de comunicación: Michel Wieviorka, Jun Organización indígena, escenarios globales e Inter-
Ishibashi, María Martha Mijares Pacheco. Cap. II: net: Joanne Rappaport, Ramón Pajuelo Teves, Glo-
Estados, colonialismo y corporaciones transnacio- ria Monasterios, Daniel Mato.
nales: Yoshinobu Ota, Emeshe Juhász-Mininberg,

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