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ExhibiCIón y PercepCIón

Tras hondas indagaciones, conocimiento y experiencia,


me encuentro preparado para retratar la esencia
de la más sucia falacia y disimulada creencia,
compuesta por bocas necias, la llamada inteligencia.

Ni siquiera sabría por dónde empezar,


hay tanto bosque que talar, que no sé ni qué árbol cortar.
Si mi boca se desboca con el paisaje incendio,
pero mi plan es educar, no trasladar el infierno.

La aceptación sin cuestión, un mal evidente,


nadie sabrá si miente la simiente.
Y al ver crecido el fruto, el más astuto debe reprender su astucia,
pues la falacia no enraíza si la ignorancia no auspicia.

Lo incierto repta de manera subrepticia,


y cuando nos damos cuenta la pitón nos asfixia.
El humano está demasiado ocupado en el alarde,
por eso llega al caos pronto, y al razonamiento tarde.

Espero que este tratado sirva de algo,


que capten el mensaje y no el ropaje del heraldo.
No hay joya ni carruaje que valga lo que aquí traigo,
y este denso lenguaje es solo un maquillaje vacuo.
De ahí he de decir que es prescindible, lo discuto,
cuanto más gruesa es la cáscara, más agradable el fruto.
De este modo girará la vista quien no sepa verlo,
porque hasta un diamante es insignificante para un cerdo.

Motivos tengo miles y versos como misiles


para rebatir el clasismo que exhiben esos serviles.
Su ignorancia es su desgracia, y su necedad los oprime,
presos de la ‘mendacia’ en supersticiones más viles.

Diles que he venido a liberarlos de su crimen,


y para sentir placer antes hay que romper el himen.
Soy la oposición de esa aliteración que tanto exhiben.
Importa mi palabra, no que mis palabras rimen.

Están tan anonadados, mirando al genio asombrados,


que nunca se han preguntado qué es lo que hubiera pasado
si el azar le hubiera privado al compositor del piano,
de unos padres músicos y un entorno adinerado.

Somos lo que nos hicieron, no nacemos formados,


influye el ámbito y las decisiones que tomamos.
Nunca serás lo que fuiste, pues el ‘yo’ es perecedero,
pero no serían quienes son actualmente sin lo que fueron.

La sombra, la virtud de ese científico de renombre,


el que lleva haciendo cálculos desde antes de ser hombre.
Es fácil obviar el sendero y admirar la cumbre,
aquí no hay casas de estambre, ni depredador sin hambre.

Cada vez tengo más claro que el término inteligente


si no fue un vanidoso, lo supuso un indolente,
porque solo hay dos vertientes que aceptan esta corriente;
quien se cree superior y quien se quiere indiferente.

Nadie nace predefinido para nada,


¿No ves que nuestra raza actualmente está perturbada?
Priva de conocimiento a la ‘crew’ humana,
y verás al pedante y al erudito pelear por una banana.

Mucho inculto, incluso, en el campo científico,


que cree que existe el cerebro matemático y lingüístico.
Ignorando la raíz primigenia del humano,
que no es más que un animal socialmente desarrollado.

Pero esos idiotas creen que quienes nacen para el cálculo,


convirtiendo la fría biología en algo místico.
Creen que el tigre y el mono surgen para el espectáculo,
su objetividad se encuentra en un estado tísico.

Hablan de lo mundano alojados en lo fantástico,


para ellos tengo una lección y un látigo.
Préstame atención porque aquí no hay objeción que se resista,
y recuerda que no sólo soy agnóstico, soy nihilista.

Tú no crees en Dios y te las das de intelectual,


pero tienes mil creencias de origen irracional.
Has cambiado el infierno y el alma por el karma,
solo eres otro igual, así que calma.

No hay diferencia entre el cielo y reencarnación,


el destino o la idealización del amor.
Quédense con la magia si prefieren la ilusión,
para mí la desgracia, la ciencia y la razón.

La aptitud es una marioneta de la sugestión,


y la luz ajena condiciona nuestra proyección.
Son muy pocos los locos que escapan de esta prisión,
en efecto, no hay defecto sin efecto Pigmalión.

Y lo mismo se aplica y explica la cuestión del don,


hay quienes son vasallos de la resignación.
Así como el que cree en otra vida o en un dios,
buscando una coartada con la que eludir su acción.

Pocos saben de la mente y de su propiedad elástica,


el cerebro no avanza en quienes no lo trabajan.
A la vista es evidente y se siente de forma drástica,
quien ignora la teoría, no puede ponerla en práctica.

Por eso, quienes se sienten dentro de una jerarquía


harán de sus posibles jardines mera sequía.
Como si una suerte de naturaleza impía
hubiera limitado y marcado su travesía.
Repito que no hay libertad sin capacidad,
hecho por el que el dinero se ha hecho una necesidad.
Y siendo el intelecto la más pura voluntad,
quien se crea inferior en esto no llegará a capitán.

El cerebro funciona por conexiones neuronales,


potencialmente todas las mentes son iguales.
A excepción de algunos casos, como SD y retraso,
pues parte de una base que dificulta el proceso.

Maldigo este método educacional nocivo,


en el cual no se instruye, se destruye al individuo.
Pero no arremeteré contra el sistema educativo,
no será en este momento, al menos es lo que digo.

Hay un asunto por tratar aún más vital,


un engaño que ha embaucado la ingenuidad social.
Un concepto errado que es aceptado como real,
me refiero, por supuesto, al coeficiente intelectual.

La infiltración en la ciencia de los test de inteligencia,


no es ni más ni menos que un síntoma de su decadencia.
El humano en su afán de definir va dando bandazos,
y es como intentar medir un edificio con los brazos.

Tan irrisorio como suena…


Ojalá fuera una comedia para darles mi enhorabuena.
Pero dada la seriedad que requiere este mal asunto,
sólo me limitaré a refutarles punto por punto.

Para empezar, es necesario conocer toda la historia,


nunca hay muerto sin bala, ni bala sin trayectoria.
Comprobar la procedencia es primordial para admitir,
con esto quiero decir que hay que ver antes de asumir.

Algo que surgió como medida discriminatoria,


para ensalzar las clases altas y la raza blanca.
Parece que a los docentes les falla la memoria
o en ocasiones la historia la escribe una mano manca.

Una raíz supremacista cimentada en la eugenesia,


pero a mí no me traman ni en la escuela ni en la iglesia.
Demasiados indocumentados abriendo la boca
y no saben ni siquiera quien fue Goddard o Paul Broca.

Échense a un lado idiotas…


Que cuando acabe esta obra tal insulto nos parecerá deshonra.
Pues aquí desmitificó toda inmutabilidad,
y no ataco tu poder mental, sino su estado actual.

Para traerles una verdad tras un crimen vine.


Desvirtuaron el trabajo de Alfred Binet;
tergiversando como test de coeficiente intelectual
lo que era un test de predicción del rendimiento escolar.
Me siento astuto entre tanto bruto,
que dicen que Einstein tuvo un CI de tanto y que no sé cuánto de Newton.
Incluso de Da Vinci y de Galileo o de Beethoven,
ancianos en perspicacia, su candidez es joven.

En 1905 surgió el test, ignorante,


casi todas las personalidades que mencioné murieron antes.
¿Y qué piensas?, si es que piensas sobre eso,
¿Crees que los resucitaron y obligaron a rellenar el impreso?

Varias lumbreras repartieron dichas cifras,


figuro que seguro ahí no faltó aceituno y birras.
¿Y qué podemos esperar más que un final dramático
cuando la arbitrariedad se trasviste de lo pragmático?

Lo ves en boca de todos con total aceptación,


divulgado por periódicos, radio o televisión.
Una farsa que ha alcanzado gran volumen,
incluso científicos del calibre de Stephen lo asumen.

¡Qué puta mentira!


Y luego se quejan de que el psicoanálisis desacredita a la psicología…
Midiendo la inteligencia como entidad estática
con algo que ni siquiera acierta la lógico-matemática.

Ahora pasemos a la superdotación,


ese concepto derivado de un error.
Lo único que existe es el desarrollo mental precoz
y tiene poco que ver con ser innata condición.

Se debe a varios factores en los que no voy a entrar,


lejos de la conjetura hablo a nivel celular.
El cerebro funciona por sinapsis y conexiones,
en los que influye la química y los neurotransmisores.

Todo va cogiendo forma desde el nacimiento,


y el más sutil de los cambios a la larga será inmenso.
Quienes piensan burdamente no pueden concebir esto,
obvio que sin telescopio no se observa el universo.

No se sientan humillados por su desconocimiento,


para necios mi tratado no es frustración, sino aliento.
Sería un acto tonto, tras tratar con tanto tiento,
refutarme de esa forma y hacer parecer que miento.

Para todo aquel que busque la verdad erijo un templo.


Para aquellos que no teman mirar lo que yo contemplo.
Para oídos corroídos, huidos del ruido del rezo.
Aquel que persigue un fin aquí encontrará un comienzo.

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