Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Royally 02.5 - Royally Raised - Emma Chase - Unlocked
Royally 02.5 - Royally Raised - Emma Chase - Unlocked
de la Serie
Royally
Traducido por:
Compartiendo Lecturas (Blog)
-Es curioso.
-Sí.
Es lo más maldito.
-Oigan, chicos.
La sonrisa de Olivia regresa con toda su fuerza. Luego mira hacia mi hija. -
Janey se ve genial. - Y entonces ríe. - Dios, me recuerda a tu abuela.
Después que ellos salen discretamente, cruzo mis brazos sobre mi pecho, me
inclino contra la pared y veo a Jane hacer lo que hace tan bien.
-Princesa.
Oh chico
-Uh-uh, - Jane alza su dedo, como un maestro de escuela con voz aguda
regañando a un alumno travieso. – Sin interrumpir. Silencio. - Lo despide de
nuevo. - Siguiente.
Es completamente espeluznante.
Más tarde, me siento detrás del escritorio de la Oficina Real, una pintura de mi
orgullosa y elegante abuela con su corona y túnica cuelga en la pared detrás
mio. Me consuela su presencia, es como si estuviera aquí conmigo,
sosteniendo mi espalda como siempre lo hizo, a su manera. La justa
valoración de su apoyo y guía, realmente no me impactó hasta que se fue.
-Adelante.
-¿Fue fantástica, verdad? - Los ojos de Jane miran al cuadro. - Creo que la
abuelita estaría encantada que hayamoa creado, en su honor, otra causa digna.
Sonrío forzadamente. - Sí, lo estaría. En general, lo hiciste muy bien, Jane ...
estoy orgulloso de ti.
-¿Qué cosa?
-Mientras que eso es técnicamente cierto, tu respuesta salió más bien como ...-
Me doblo la mano, buscando la palabra correcta. con soberbia.
Su ceja frunce. - Pero yo ... tengo derecho. Ese es el punto, ¿no? Has sucedido
a la bisabuela y yo te sucederé. Tengo derecho a la posición, por nacimiento.
Eso es lo que significa ser la heredera.
-Pero él abdicó, como debía. No lo quería. Mis primos están contentos por
eso. No lo hubieran querido, tampoco. Yo, sí. ¿Por qué no debería actuar así?
-Sólo porque puedes decir algo, no significa que debas hacerlo. Eres la
princesa heredera, tu actitud nos afecta a todos nosotros. Debes comportarte, -
Me ahogo cuando pronuncio la siguiente palabra, - ... correctamente.
Luego miro el techo y me preparo para el rayo que seguramente bajará del
cielo y me golpeará el culo. Por ... la ironía.
-Se merece tu respeto. Todos ellos son nuestros súbditos, nuestros ciudadanos.
Me quedo boquiabierto.
Esto es lo que Obi-Wan debe haber sentido cuando Anakin pasó al maldito
lado oscuro.
Alzo la voz. Con frustración y también preocupación. Por mi querida hija que
piensa que lo sabe todo, cuando en realidad sabe muy poco.
-Con éxito o no, ¿por qué querrías gobernar un pueblo que está abiertamente
sublevado contra ti? ¿Por qué piensas que podrías?
-Y eso, querida muchacha, se llama dictadura. Eso nunca termina bien. Para
nadie.
-El hecho de que tú eres la única opción de la gente es la razón por la que
debes ver esta posición como un honor. Un servicio. Un deber sagrado, Jane.
-Jane ...
-No, entiendo. Tienes razón. Lo haré mejor. Voy a tomar todo esto en serio,
papá.
Ella asiente con dulzura. - Por supuesto que sí. Lo entiendo, - aparta el
teléfono - ¿Algo más? Sasha, Mellie y yo vamos el fin de semana a Mónaco.
No quiero llegar tarde.
-No. - Suspiro. - Supongo que eso es todo por ahora. ¿Quieres que le diga a
seguridad que te acompañe vestidos de civil?
-Moverte en público será más fácil si no es obvio que eres quien eres.
Jane parece genuinamente confundida. - Pero me gusta ser yo. ¿Por qué
querría fingir ser otra?
La abrazo de nuevo, añorando que vuelva a ser una niña, cuando todo era
mucho más fácil.
La siguiente vez que levanto la vista del trabajo de mi escritorio, está oscuro
afuera, son casi las nueve. La mayoría de los días trato de cenar con Sarah y
nuestros hijos que no están en el internado. Pero cuando no puedo, Sarah me
espera, así podemos cenar juntos.
Oigo sus voces antes de llegar a la puerta del cuarto de los niños, y la
comisura de mi boca automáticamente se curva en la mejor sonrisa.
-... y luego James subió de nuevo al pegajoso, super melocotón listo para
visitar lugares más increíbles y ver las cosas más extraordinarias.
Se escucha el eco del chasquido de un libro que se cierra, antes de que una
pequeña voz se oponga.
-Ese es el final del capítulo, Gilly - dice Sarah con su tono suave. -
Descubrirás qué sucede mañana.
Gilbert, el más chico, cumplirá seis en dos semanas. Si Jane era nuestra bebé
de la luna de miel, bien ... un poquito antes de la luna de miel, si soy honesto,
Gil fue nuestra sorpresa. Sara tenía cuarenta y tres años cuando dio a luz,
aunque el médico dijo que tenía el útero de una chica de veintiún años. Jane,
que tenía catorce años y Edward, nuestro segundo hijo, un año más chico que
ella, se mortificaron por la noticia de que otro hermano estaba en camino. Nos
llamaron monstruos de la naturaleza, los ingratos. Mientras sus hermanitas, la
tranquila Margaret y la feliz Isabel, que tenían diez y ocho años,
respectivamente, en aquel momento, no sabían de qué se trataba todo aquello.
Y sí, yo estaba tan orgulloso como un viril pavo real, había noqueado a mi
esposa maravillosamente tan cerca de la mediana edad. Resultó que el último
embarazo fue el más fácil para Sarah, no tenía náuseas matutinas, tenía más
energía, insaciable impulso sexual ... yo estaba jodidamente extasiado en
cuanto a esa parte también.
Espío por la puerta justo a tiempo para ver a mi hijo arrojarse de nuevo sobre
la alfombra blanca dramáticamente, con los brazos extendidos, su cabello
rubio ondulado y salvaje.
Todos lo son.
-¡Nanny! ¡Ella iba a decir que sí! - Él agita su mano, con su pulgar y la punta
del dedo índice, apretados. - Estaba tan cerca y lo arruinaste.
Gilbert se ríe como si fuera la cosa más tonta que jamás haya escuchado. La
niñera Alice lo adora y él lo sabe, pero, afortunadamente para nosotros, ella no
deja que el más pequeño de todos logre todo lo que quiere.
Ella atenúa las luces antes de salir mientras nos damos las buenas
noches. Deslizo mi mano a lo largo de la espalda de Sarah y avanzamos hacia
la cama.
Sarah se inclina sobre nuestro chico, con voz baja. - Puedes hacer lo que
quieras, cualquier cosa, siempre y cuando seas bueno y honesto y te esfuerces.
– Se abalanza sobre su frente y mejillas dándole besos, rozando su nariz
contra la suya. - Buenas noches, mi pequeño amor.
Y entonces es mi turno.
Y con mi brazo alrededor de los hombros de Sarah, la guío por la puerta, por
el largo e interminable pasillo a nuestras habitaciones.
Es una noche suave por lo que cenamos en el balcón, bajo el cielo negro
manchado con estrellas centelleantes, en una mesa preparada con porcelana
para dos. Esta vez con Sarah sola, es la mejor parte de mi día, de cualquier
día, punto final.
La luz de las velas bailan a través de su cara que hace sombras rosadas y
naranja, suaves y me sorprenden no solo por lo absolutamente bella que sigue
siendo, sino que se mantiene igual, constante. Cómo ha podido conservar su
fuerza silenciosa y la inocencia esperanzadora de siempre a pesar de las
traiciones, del mundo político desagradable en que le tocó vivir.
Sarah se ríe y me da "la mirada", la que amo. Una pequeña sonrisa, un suave
movimiento de cabeza.
-Ella habla dando rodeos porque se lo permites. Porque en el fondo estás
encantado por lo lista, testaruda, fuerte y rápida que puede ser. Como tu
abuela. Adoras eso de ella.
Inhalo cuando me doy cuenta que estoy siendo desafiado. Luego miro la
servilleta arrugada sobre la mesa.
-¡Pero no estamos criando una hija! Estamos criando una reina. Y todo esto se
me ocurrió hoy, no creo estemos haciendo un trabajo muy bueno, - digo
miserablemente. - No me di cuenta de lo difícil que ... es. Una cuerda floja.
-No lo he olvidado.
-No es lo mismo.
-Pero, ahora, es lo mismo. Un día Jane será como tú, ella se sentará donde te
sientas, se enfrentará con los mismos ensayos y opciones que enfrentas. Sería
cruel y peligroso no prepararla para eso. Tenemos suerte que todavía vive aquí
con nosotros, que apenas está en su primer año en la Universidad. Pero el
tiempo pasa rápidamente y en poco, se nos escapará de las manos, Henry. Sus
opiniones serán irrefutables y no podremos influenciarla. Si nosotros tenemos
alguna esperanza de replantear sus puntos de vista, me temo que tiene que ser
ahora ... o nunca.
Sarah se acerca a la mesa para tomar mi mano, y se la doy sin dudarlo. - Pero
sostuviste tu promesa. Me mantuviste a salvo para poder ser valiente. Y no
tengo duda de que harás lo mismo por nuestra hija. - Ella me aprieta la
mano. -No tengo dudas de eso, Henry.
Henry pensó que todo era hilarante, pero no pude mirar al pobre hombre a la
cara durante un mes. Asi que, mi marido le dio al personal instrucciones
estrictas de no entrar en nuestras habitaciones sin llamar, en cualquier
momento del día, a menos que el palacio estuviera ardiendo en llamas.
Hay aposentos para la reina cerca de estas habitaciones, pero nunca los hemos
usado. Henry no me permitiría dormir en cualquier lugar que no sea a su lado.
O como si yo, alguna vez, quisiera. A veces, todavía no puedo creer que sea
real, que esta sea mi vida. El más milagroso felices para siempre.
-Quiero decir, ¿por qué pensamos que tener cinco sería de alguna manera una
buena idea? No recuerdo haberlo conversado. ¿Tú si?
Miro por encima de mi hombro, mis ojos se arrastran de sus dedos de los pies
a sus ojos de color verde salvaje. Henry fue coronado a los cuarenta años, un
Rey joven desde todo punto de vista. Él cumplirá cincuenta este verano, y ya
se están planeando las fiestas más grandes para celebrar la ocasión. Pero,
además, de las atractivas pinceladas gris claro que se mezclan con los pelos
rubios de su pecho, él todavía está fuerte y provocador en todas los lugares
correctos.
-No creo que conversar tenga nada que ver con eso. - Mi voz baja a un nivel
sensual cuando lo miro. - Fue más ... tú ... siempre me corrompiste
llevándome por el mal camino.
Entonces sus ojos ardientes se encuentran con los míos en el espejo. - Cristo,
mírate.
Gimo y cubro mi cara. - Uh, por favor no. - Dejo caer mis manos y me vuelvo
hacia él en la silla. - ¿Ves esas arrugas que me rodean los ojos cuando me
río? Me di cuenta el otro día, están allí todo el tiempo, ahora. Estoy muy vieja.
-Estás tan hermosa como el día que te vi por primera vez en ese pub. - Él se
ríe entre dientes. - Cuando pegaste tu libro en mi cara y me dijiste que lo
oliera.
Siento sus labios en la parte superior de mi cabeza. - Me gusta pensar que era
sucio. El mejor juego previo. Ciertamente, me hizo entrar.
Henry pasa las manos por mi cabello, inclinándose hacia atrás, mirándome
con adoración. - Pero sabes que, estaba equivocado. No eres tan hermosa
como ese día. Ahora eres más exquisita.
-Oh, definitivamente. - Henry suspira, y me tira el pelo hacia atrás. - Eres una
mujer ahora. - Su nudillo acaricia mi mandíbula. - Una madre increíble, una
activista ...
Mis ojos regresan a los suyos y sus cariñosos dedos acarician mi rostro.
Su voz es baja, áspera con suave sinceridad. - Ver que te conviertes en quien
eres ha sido el mayor privilegio de toda mi vida, Sarah.
-Eres un rey. Estoy seguro de que se supone que ese es el mayor privilegio.
Y susurro, - Así es como Gilbert llegó. Te dije que era culpa tuya.
Fin…por ahora