Está en la página 1de 7

16 de Septiembre Independencia de

México
Uncategorized @mx, Uncategorized @mx | 0 comments

La noche del 15 al 16 de
Septiembre todo México celebra un aniversario más
del inicio de la Guerra de Independencia de nuestro país, donde
cuenta la historia que en la madrugada del 16 de Septiembre el
cura Miguel Hidalgo y Costilla en compañía de Ignacio Allende y
Juan Aldama incitaron a la población de Dolores (hoy Dolores
Hidalgo, Guanajuato) a levantarse en armas en contra del
Virreinato de la Nueva España, al grito de “Viva la Virgen de
Guadalupe”, “Abajo el mal Gobierno”, “Viva Fernando VII”.

Este acontecimiento
conocido como el “Grito de Dolores” se conmemora cada año en
todo México, para lo cual autoridades locales embellecen Palacio
de Gobierno y lugares aledaños a éste con motivos patrióticos
donde prevalecen los colores de la bandera mexicana verde,
blanco y rojo.
Los festejos del Grito de
Independencia inician la noche del 15 de Septiembre, donde
miles de familias se reúnen para disfrutar de antojitos mexicanos,
bailes folklóricos y música mexicana. Poco antes de la media
noche, el Alcalde de cada ciudad y el Presidente de México en el
Zócalo de la Ciudad de México, salen al balcón de Palacio de
Gobierno a dar el Grito de Independencia recordando a todos
aquellos que dieron su vida luchando por la libertad del país, para
posteriormente tocar la campana y ondear la bandera
mexicana. Acto seguido, una lluvia multicolor inunda el cielo con
un impresionante espectáculo de juegos pirotécnicos.

La fiesta se prolonga hasta


el 16 de Septiembre con el tradicional desfile militar, el cual es
esperado con mucho entusiasmo por las familias mexicanas.
Te invitamos a ser parte de nuestros festejos patrios y decir con
nosotros ¡Viva México!
15 de septiembre: El Grito de Independencia
Un evento histórico que marcó el inicio de la lucha por la independencia de México

Servicio de Información Agroalimentaria y Pesquera | 15 de septiembre de 2021

Un evento histórico que marcó el inicio de la lucha por la independencia de México

El Grito de Independencia es uno de los eventos históricos más importantes de nuestro país,
pues marca el inicio de la lucha por la independencia de México y se conmemora cada 15 de
septiembre.

El inicio del movimiento independentista comenzó cuando el cura Hidalgo incitó al pueblo de
Dolores a levantarse en armas en contra del Virreinato, al convocarlos a todos a través del sonar
de las campanas de su parroquia y gritando con elocuencia los motivos por los cuales no podían
quedarse esperando sin participar de esta lucha. Es por esto que dicho evento es denominado
como “El Grito”.

Para celebrar este acontecimiento histórico, se lleva a cabo una ceremonia liderada por el
presidente de la República, en donde se tocan las campanas de Palacio Nacional, haciendo
alusión al llamado de Hidalgo, al mismo tiempo que se ondea la bandera de México y se brindan
respetos a los héroes de la patria.

Mientras el presidente grita el nombre de cada uno de ellos, el pueblo reunido en la explanada
del Zócalo de la Ciudad de México, grita con entusiasmo ¡Viva! ¡Viva!, expresión que representa
el respeto y la admiración de la nación hacia estos personajes.

De acuerdo al protocolo El Grito de Independencia se lleva a cabo de la siguiente forma:

“¡Mexicanos!

¡Vivan los héroes que nos dieron patria!

¡Viva Hidalgo!

¡Viva Morelos!

¡Viva Josefa Ortiz de Dominguez!

¡Viva Allende!

¡Viva Aldama!

¡Viva la independencia Nacional!


¡Viva México!, ¡Viva México!, ¡Viva México!”

El Grito no solo se da a nivel nacional, sino que también puede ser representado a nivel estatal y
municipal, en donde los gobernantes correspondientes llevan a cabo este acto desde sus
respectivas sedes de gobierno.

Este evento es tan importante que en las escuelas de nivel básico en México, se incluye esta
conmemoración como parte de los actos cívicos que ayudan a los jóvenes y niños a conocer la
historia de su país, rememorando el momento histórico en el cual se inició la lucha por la libertad
nacional.
Los Niños Héroes
Nombre genérico con el que se designa a los seis cadetes mexicanos del Colegio Militar que
murieron heroicamente en la defensa del castillo de Chapultepec durante la invasión
estadounidense de 1847. Los seis cadetes fueron Juan de la Barrera, originario de la Ciudad de
México, nacido en 1828; Juan Escutia, nacido en Tepic, Nayarit, alrededor de 1830; Francisco
Márquez, nacido en Guadalajara, Jalisco, en 1834; Agustín Melgar, oriundo de Chihuahua, nacido
entre 1828 y 1832; Fernando Montes de Oca, originario de Azcapotzalco, y Vicente Suárez, quien
nació en Puebla en 1833.

De la anterior lista de nombres de los Niños Héroes debe destacarse su edad: tenían entre 14 y 19
años, pues estaban recibiendo su formación en el Colegio Militar. Todos ellos perecieron el 13 de
septiembre de 1847, cuando una columna del ejército de Estados Unidos tomó por asalto, a pesar
de su heroica resistencia, el castillo de Chapultepec, donde se ubicaba el Colegio Militar. Situado
en la ruta de hacia ciudad de México, el castillo era el último bastión defensivo que conservaban
los mexicanos, y su caída permitió la entrada de las tropas estadounidenses en la capital mexicana
al día siguiente. Aunque ya estaba perdida, la guerra se prolongaría hasta principios de 1848.

Un enclave histórico

Chapultepec, que en lengua nahuátl significa "En el cerro de chapulín" (que equivale a langosta),
era un lugar perteneciente a la jurisdicción de los tepanecas del señorío de Azcapotzalco. Cuando
llegaron al lugar, los mismos aztecas lo calificaron de paradisíaco. Instalados en Chapultepec
después de su larga peregrinación desde la mítica Aztlán, los aztecas realizaron grandes obras para
fortificarlo y convertirlo en un lugar inexpugnable (probablemente, en 1280). Pero la frecuencia de
sus guerras floridas y su crueldad levantaron la animosidad de los pueblos vecinos, que se aliaron
contra ellos y les infligieron una dura derrota en el año Caña (1299), expulsándolos de Chapultepec
para confinarlos en las inhóspitas tierras de Culhuacán.

Tras la fundación de Tenochtitlán en 1325, Chapultepec se convirtió en un santuario para los


mexicas, en el que construyeron diversos monumentos. Nezahualcóyotl, rey de Texcoco y aliado
de los aztecas, mandó construir en 1428 un adoratorio, y en 1465 Moctezuma Ilhuicamina,
hermanastro de Itzcoatl e iniciador del imperio azteca, hizo construir en la misma loma un
acueducto con la finalidad de abastecer de agua a los habitantes de Tenochtitlán.

Cuando, a comienzos del siglo XVI, Hernán Cortés quiso tomar la populosa ciudad azteca, dirigió la
estrategia desde el inmejorable puesto de mando que constituía el cerro de Chapultepec, lugar
donde el virrey español Bernardo de Gálvez, a finales del siglo XVIII (1783-1787), hizo levantar
sobre las ruinas aztecas un edificio que sería destinado a albergar la residencia estival de los
máximos representantes de la Corona española en el país mexicano, aunque las obras fueron
abandonadas. Aprovechando parte de este edificio, en 1842 se instaló en él el Colegio Militar, bajo
la dirección del general José Mariano Monterde, que sería tomado al asalto por las tropas de Pilow
durante la invasión estadounidense de 1847, marco de la defensa heroica de los cadetes.

La Guerra Mexicano-estadounidense (1846-1848)

El expansionismo yanqui por los diversos territorios que en el futuro serían los estados de Texas,
Nuevo México y California se había camuflado siempre bajo la excusa de la protección de sus
intereses en esta región fronteriza. Esta forma de actuar de Washington se repitió cuando,
después de la proclamación de la República de Texas, en 1836, y de la anexión pura y simple de
Nuevo México en 1845, las tropas yanquis invadieron la República de México, aprovechando una
coyuntura de inestabilidad social y política.

La batalla de Chapultepec
(12-13 de septiembre de 1847)

Después de la anexión de Nuevo México en 1845 y la ruptura de relaciones diplomáticas, el


gobierno estadounidense había insistido en reclamar los territorios al norte del río Bravo; ante la
negativa, ordenó en abril de 1846 su ocupación y se produjeron los primeros enfrentamientos
militares. La declaración oficial de guerra tuvo lugar en mayo de 1846, y los mexicanos perdieron
prácticamente todas las batallas. El general Zachary Taylor penetró por el norte; el coronel
Stephen Kearny tomó Nuevo México y California; Winfield Scott, al mando de la marina,
bombardeó el puerto de Veracruz y logró desembarcar y tomar la ciudad el 29 de marzo de 1847.

Al frene de un ejército de 13.000 hombres, el general Winfield Scott avanzó hacia la capital,
batiendo a su paso al ejército mexicano en distintos puntos: Cerro Gordo, Contreras y Churubusco.
Más tarde ocupó Casa Mata y Molino del Rey. Tras esta serie de victorias, la columna del mayor
Gideon Johnson Pillow se presentó el 12 de septiembre de 1847 ante el castillo de Chapultepec,
último obstáculo cuya caída dejaría expedito el paso a la capital mexicana.

Los Niños Héroes de Chapultepec

De nuevo el cerro de Chapultepec volvía a ser escenario de un acontecimiento histórico. La


defensa, que corrió a cargo de 200 cadetes y 632 soldados del Batallón de San Blas, no pudo evitar
la pérdida del bosque y el cerro, y la resistencia se trasladó al Colegio Militar. Los cadetes, en lucha
cuerpo a cuerpo, resistieron heroicamente el asalto de las tropas norteamericanas, muy
superiores en número. Tras sufrir graves pérdidas, los soldados norteamericanos consiguieron
tomar la plaza. La tragedia de la derrota no pudo empañar la gloria del heroísmo sin par de unos
jóvenes cadetes que prefirieron la muerte a entregarse al invasor.

Los seis cadetes, junto con parte de la guarnición de la Academia, tuvieron en jaque durante dos
días al ejercito estadounidense antes de perecer en la trágica batalla. Si bien hasta el momento se
había atribuido erróneamente a Juan Escutia el acto heroico de haberse envuelto en una bandera
mexicana y lanzado al vacío desde la azotea del Castillo, con objeto de que el enemigo no se
apoderara de la enseña patria, en la actualidad todo parece indicar que el autor de este sublime
acto patriótico fue Fernando Montes de Oca.

Hubo de transcurrir, sin embargo, algo más de un siglo para que los restos mortales de los seis
jóvenes cadetes fueran descubiertos en el bosque de Chapultepec y reconocidos como tales
oficialmente en 1947. En la actualidad, sus despojos descansan desde 1952 en el Monumento a los
Niños Héroes, erigido en su memoria y situado al pie del cerro de Chapultepec. Dicho monumento
es el resultado del trabajo conjunto del escultor Ernesto Tamariz y el arquitecto Enrique Aragón
Echegaray.

También podría gustarte