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Introducción:

Hace un tiempo en la antigua Japón existían dos tribus taiyo-zuko y tsuki no


buzoku, (la tribu del sol y la luna). Los líderes de estas tribus no tenían una
buena relación, ya que desde muchas generaciones ninguno de los pueblos tuvo
una amistad o cercanía, pero aun así ambos decidieron mantener un contrato
de paz para que su gente no entre en peligro, hasta que un día uno de los dos
jefes rompió la regla de paz, hubo una guerra grande que mato a casi la mitad
de la población de cada uno, sus habitantes estaban cansados de tanta guerra
que decidieron dejar sus hogares o algunos de ellos eran asesinados por los
guardias del sol hasta dejar completamente abandonado el lugar. Cerca de ahí
había un bosque donde nadie habitaba, o almenos eso creían, dentro de ese
bosque había una cabaña muy vieja, que parecía que nadie vivía en ella, en esa
cabaña vivían dos gemelas con sus padres, ellos estaban muy lejos del exterior
tanto que no sabían que estaba pasando afuera del bosque, un día las
hermanas jugaban cerca de un lago muy bello, hasta que la mayor le dijo a la
menor.

-Kat: ¡hermana siento que alguien me siguió adentro de todo el bosque!!


-Ailyn: segura, y no te debió seguir un animalito o algo como... ¿?
Antes de que la menor terminara de hablar se dieron cuenta que dos hombres
salían de entre los árboles, tenía una espada muy afilada en la mano, se
fijaron bien en su físico y se dieron cuenta que eran de la tribu del sol, ambos
agarraron a las niñas bruscamente del hombro

Allisson: ¡¡no se muevan arrodíllense!!

Ashley ¡¡niñas dejen de llorar y cállense!!

las niñas comenzaban a llorar muy fuerte, pero sus gritos no valieron la pena
para salvarse, a la más pequeña para que no siga gritando le atravesaron la
espada, apuñalando a la niña varias veces, a la mayor la hicieron sufrir más,
ya que pusieron
piedras grandes sobres sus piernas y después atravesaron su espada por su
vientre, después de este suceso, ambos guardias se fueron como si nada, pero
sin antes por los cuerpos de

las niñas en el lago donde estaban. El jefe del sol al enterarse de tal hecho
macabro hecho por sus guardias, mando a hacer un santuario en honor

los cuerpos de las niñas, y a sus guardias los dejo encerrados sin comer y sin
beber, hasta que se los coman lo gusanos.

Hoy en la actualidad dicen que, si te acercas a ese lago y escuchas gritos de unas
niñas, no las sigas, porque son las almas de las gemelas que están.

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