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C A P Í T U L O 11

LA SOCIEDAD Y LA POLÍTICA:
Votantes, partidos y grupos
de interés

E s í e capítulo examina una de las cuestiones que la participación política en Estados Unidos, realizado
más interés han suscitado en la ciencia política del en los años 60 del pasado siglo, calificó al 30 por cien­
siglo XX: las diferentes formas a través de las cuales to de la población adulta como “apática” porque no
la sociedad participa en la actividad política. En la se interesaba prácticam ente nada por la política; un
primera sección se analiza la diversidad de formas 60 por ciento merecía el calificativo de “espectadora”
de participación política en las democracias, pres­ porque prestaba cierta atención a la política, aunque
tando especial atención a la participación electoral con intensidad variable y sin involucrarse demasiado.
como modalidad más importante y extendida, y a
Sólo entre el 5 y el 7 por ciento de los ciudadanos eran
los partidos políticos como principales organizacio­
calificados como “activistas”, ya que colaboraban en
nes de intermediación entre la sociedad y el Estado
democrático. En la segunda sección se exponen dos las cam pañas de las elecciones presidenciales; los
tipos de comportamiento político opositor en las so­ años en los que éstas no se celebraban, este grupo de
ciedades gobernadas por dictaduras: la disidencia y activistas políticos descendía hasta el uno o el 2 por
la revolución. El capítulo se cierra con un ejercicio de ciento de la población. Incluyendo a los “activistas” y
comprobación de hipótesis que postula la existencia los “espectadores” más activos políticamente, sólo el
de una relación entre el tipo de sistema electoral vi­ 20 por ciento de la población se implicaba regular­
gente en una democracia y el número de partidos que mente en discusiones sobre cuestiones políticas. Ellos
conforman el sistema de partidos. integraban el grupo de los “líderes de opinión”.
Estos porcentajes no son sustancialmente diferentes
1. LA PARTICIPACIÓN DE LA en nuestros días. En la década de los 90, menos del 10
SOCIEDAD EN LAS DEMOCRACIAS por ciento de los estadounidenses participó activamen­
te en campañas electorales, y menos del 5 por ciento se
De acuerdo con una de las premisas centrales de la involucró en manifestaciones políticas o actividades
teoría democrática, los ciudadanos deberían partici­ de protesta. En otras democracias, la mayoría de la
p ar activamente en la vida política, tratando de dar a gente tampoco se implica en la vida política.
conocer sus opiniones a los gobernantes y haciéndo­ A pesar de ello, por regla general, una cantidad ele­
los responsables de sus actuaciones. Sin embargo, en vada de ciudadanos, con frecuencia la mayoría, votan
contra de estas expectativas, la observación empírica en elecciones periódicamente convocadas. Votar re­
m uestra que buena parte de los ciudadanos no partici­ presenta la principal forma de participación política
pan activamente en las democracias. Un estudio sobre en prácticamente todos los países democráticos. Sin

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188 Política y ciencia política: Una introducción

T A B L A 11.1
P a rtic ip a c ió n e le c to ra l e n a lg u n a s d e m o c r a c ia s s e le c c io n a d a s (p a r tic ip a c ió n m e d i a c o m o
p o r c e n ta je s o b re la p o b la c ió n m a y o r d e e d a d en c a d a p aís)

País A ños 50 A ños 60 Años 70 Años 80 Años 90


Australia 83 84 85 83 82
Austria 89 90 88 87 77
Bélgica 88 87 88 89 84
Canadá 70 72 68 67 59
Dinam arca 78 87 86 85 82
Finlandia 76 85 82 79 69
Francia 71 67 67 64 61
Alemania 84 82 86 79 74
Islandia 91 89 89 90 88
India < 61 59 61 63 63
Irlanda 73 74 82 76 70
Israel 79 82 81 81 84
Italia 93 94 94 93 90
Japón 74 71 72 71 61
Luxemburgo 62 70 71 63 59
Países Bajos 88 90 85 82 73
Nueva Zelanda 91 84 83 86 79
Noruega 78 83 80 83 76
España - - 73 73 78
Suecia 77 83 87 86 81
Suiza 61 53 43 40 37
Reino Unido 79 75 74 74 72
Estados Unidos 49 56 46 46 43
Fuente: IDEA (International Institute for Democracy and Electoral Assistance) (www.idea.int)

embargo, los porcentajes de participación difieren lo hacen? Olson sugirió que los individuos que for­
según países, como indica la Tabla 11.1. m an grandes grupos no suelen com portarse así. No
¿Por qué muchas personas que disponen del privi­ es habitual que se impliquen en la acción colectiva
legio de la participación democrática no hacen uso junto a ciudadanos que com parten sus ideas; ni si­
de él? Como ya vimos en el Capítulo 4, M ancur Olson quiera los ciudadanos que tienen motivos de queja
ofreció una respuesta en su célebre libro La lógica de legítimos e im portantes acostum bran a organizarse
la acción colectiva (1965). colectivamente. Suelen preferir la inacción personal
a la acción colectiva.
1.1. La lógica de la acción colectiva Olson m antenía que esta inacción responde a una
lógica de elección racional del individuo. La mayoría
Según la teoría dem ocrática tradicional, las per­ de los científicos sociales definen la racionalidad
sonas que gozan de libertad para participar en la como la conducta encam inada a m axim izar (o al
actividad política aprovecharán esta oportunidad, menos a incrementar) las ganancias esperadas y a
organizándose e intentando ejercer presión sobre m inim izar (o reducir) los costes o riesgos esperados.
quienes tom an las decisiones, con el fin de prom o­ Aplicada a la lógica de la acción colectiva, Olson hi-
ver sus intereses o satisfacer sus dem andas. ¿Pero potetiza que las personas, cuando tienen que decidir
Capítulo 11 / La sociedad y la política 189

si se implican en algún tipo de actividad política de suficientemente afectados por alguna cuestión política
grupo, razonan de la siguiente manera: como paira protestar y manifestarse, firmar una peti­
ción o desafiar al gobierno en las calles. La política no
• Los costes y riesgos de esa acción pueden ser de­ es sólo una cuestión de costes y riesgos; ofrece también
masiado altos (sacrificar tiempo, confort, quizá grandes oportunidades y beneficios materiales reales.
dinero y, si la actividad es ilegal, incluso poner en Para algunas personas, la participación constituye una
riesgo la propia integridad física). actividad más expresiva que instrumental. Es decir,
• Si ya hay un grupo formado que defiende los in­ independientemente de los beneficios materiaJes que
tereses del individuo, la contribución p articular puedan obtener, organizarse colectivamente junto a
de éste puede resultar prescindible (si 10.000 otras personas afines o que comparten los mismos pro­
personas se m anifiestan en las calles o firm an blemas representa una forma de “expresair” la impor­
peticiones, ¿qué añadirá uno más?). tancia de alguna característica que define al grupo.
• Si el grupo no logra cam biar la política del gobier­ Si bien el grado de participación política en las
no de acuerdo con sus preferencias, quienes se han democracias puede variar considerablemente, las
implicado en la acción colectiva ganan exactamen­ principales formas de participación democrática son
te lo mismo que quienes no lo han hecho: nada. generalmente las mismas: el voto en las elecciones, así
Pero si el grupo tiene éxito, quienes no participa­ como la movilización organizada por partidos políti­
ron com parten las ganancias colectivas igual que cos y grupos de interés. Examinemos éstas y alguna
los comprometidos activistas que asumieron los otra forma más de participación popular y analicemos
costes y riesgos de la acción. algunas hipótesis relevantes sobre estos temas.

Esta lógica se aplica en particular a los bienes co­ 1.2. Los votantes
lectivos: bienes materiales o inm ateriales compartidos
por amplios sectores de la comunidad y no divisibles A los politólogos les interesa prim ordialm ente hallar
entre los individuos. Entre estos bienes cabe citar la pautas de com portam iento electoral. Por ejemplo,
defensa de la nación, la ampliación de las prestacio­ ¿qué características definen a los votantes? Una
nes sociales, la mejora de los transportes públicos o respuesta a esta perm anente pregunta liga el voto
la protección del medio ambiente. al estatus socioeconómico: de acuerdo con esta
Dadas estas consideraciones, Olson argumentó que hipótesis, los sectores más acomodados votan a
la mayoría de las personas optarán por ser gorrones los partidos defensores de una escasa intervención
(free riders), que no participan y dejan que los demás del Estado en la economía (como el Partido Repu­
hagan por ellos el trabajo “sucio” de la actividad po­ blicano en Estados Unidos, el Partido Conservador
lítica. De ahí que la inacción sea más probable que la en Gran Bretaña, la Unión Cristiano-Demócrata en
acción colectiva. “La paradoja”, concluía Olson, reside Alemania y el Partido Popular en España), m ientras
en que “grandes grupos constituidos por individuos que los menos acomodados votan a partidos de iz­
racionales no actuarán en interés de su grupo”. Esta quierda o centro-izquierda, más favorables a que el
conclusión es sorprendentemente contraintuitiva: Estado priorice la protección social (como el Partido
contradice el supuesto de sentido común según el Demócrata en Estados Unidos, el Partido Laborista
cual los individuos racionales emprenden acciones en en Gran Bretaña, el Partido Socialdem ócrata en
su propio interés, o en interés del grupo al que perte­ Alemania y el Partido Socialista en España). Como
necen, si se les da la oportunidad de hacerlo. ocurre con todas las pautas, hay excepciones. De
Aun cuando la lógica de la elección racional de Ol­ hecho, las pautas de voto en la mayoría de las de­
son explica por qué muchas personas no participan en m ocracias se ven afectadas por muchos factores. Si
actividades políticas, no descubre por qué otras sí se bien los niveles de renta influyen en el voto de los
involucran en tales actividades. De hecho, decenas ciudadanos, tam bién lo hacen variables tales como
de millones de personas del m undo votan regular­ la identificación partidista, la etnia, la religión, el
mente y otras tantas se implican más activamente género, la edad o la ideología.
de una u otra forma en política. Y aunque tal vez Además de por factores dependientes de los pro­
representen una pequeña minoría en su propio país, pios votantes, como la renta, el nivel educativo, el
muchos ciudadanos corrientes se sienten en ocasiones interés en la cam paña y la percepción de la eficacia
190 Política y ciencia política: Una introducción

política (¿importa realmente mi voto?), las pautas a sus propios objetivos personales. Si un votante quiere
de participación electoral se ven también afectadas promover la protección medioambiental o la seguridad
por factores tales como los requisitos exigidos para nacional, puede seguir siendo considerado un votante
ejercer el derecho al voto, la eficacia de los partidos racional mientras vote a candidatos que persigan esos
políticos para atraer a los electores, e incluso el día objetivos. Incluso en estos casos, esos individuos soli­
de la sem ana en el que se celebran las elecciones (los darios con la comunidad obtendrán también ventajas
estadounidenses votan los m artes y la mayoría de los personales si se alcanzan sus objetivos generales de
europeos, los domingos). Por ejemplo, las tasas de bienestar (como una atmósfera limpia o una defensa
participación electoral más bajas que registra Esta­ nacional fuerte).
dos Unidos (Tabla 11.1) pueden deberse a un cierto Como ya expusimos en el Capítulo 4, en su libro
cansancio del electorado, al que se convoca con más Teoría económica de la democracia (1957), Anthony
frecuencia a participar en elecciones al Congreso. És­ Downs sostenía que los votantes de las democracias
tas tienen lugar cada dos años, mientras que en otras piensan y actúan de forma muy similar a los consu­
democracias europeas se celebran cada cuatro años. midores en una economía de mercado: saben qué tipo
Pero ¿son conscientes los votantes de lo que significa de productos quieren, salen "de compras” y recogen
el acto de emitir un voto? Sin un nivel mínimo de com­ información sobre las alternativas, consideran cómo
prensión política por parte del electorado, el acto de les van a afectar al bolsillo las diferentes opciones
votar puede carecer de sentido, y la noción misma de posibles, y finalmente tom an una decisión basada
soberanía popular resultaría así ilusoria. La democra­ en lo que más les conviene. Así, según Downs, todos
cia se fundamenta en el supuesto de que los votantes se los ciudadanos "dan su voto al partido que creen que
comportan de forma racional, pero ¿lo hacen? les proporcionará más beneficios”. Por su parte, los
De acuerdo con la variante estándar de la teoría políticos se com portan como vendedores, ajustando
de la elección racional, los votantes individuales son racionalmente sus "productos” (sus políticas y pro­
"racionales” en la medida en que mesas electorales) para atraer al máximo número de
"compradores” (votantes). De acuerdo con esta teoría,
1. saben cuáles son sus preferencias y prioridades; los gobiernos democráticamente elegidos y los partidos
2. recogen la información accesible sobre los diver­ de la oposición siempre actúan en su propio interés:
sos candidatos y entienden sus posiciones sobre impulsan sólo aquellas políticas que maximicen los
las diferentes cuestiones (especialmente las que se votos, independientemente de que beneficien más o
refieren o afectan a sus preferencias individuales); menos a la sociedad.
3. comprenden cuáles podrían ser las consecuencias Downs explicó la lógica del comportamiento electoral
si este o aquel candidato saliera elegido; en términos puramente teóricos. Pero, poco después
4. y votan a los candidatos de los que esperan que, de la publicación de su libro, un estudio empírico de
cuando empiecen a desempeñar sus cargos, satis­ referencia obligada, basado en resultados electorales
farán mejor aquellas preferencias y prioridades. y entrevistas a votantes, proporcionó considerable
evidencia de que la mayoría de estadounidenses eran
Algunos teóricos de la elección racional sostienen cualquier cosa menos racionales cuando iban a votar.
que los votantes se comportan racionalmente sólo En efecto, The American Voter (1960) (El votante
cuando buscan promover sus propios intereses ma­ estadounidense), un análisis muy exhaustivo de las
teriales. Esta estricta definición acentúa el egoísmo elecciones de finales de los años 40 y 50 realizado por
personal como ingrediente esencial de la racionalidad. un equipo de politólogos de la Universidad de Michigan,
Los votantes con este tipo de orientación son racionales reveló que el grueso de los estadounidenses contaban
si votan a candidatos que pueden satisfacer sus prefe­ con información demasiado escasa y pobre para
rencias individuales (bajar sus impuestos o aum entar poder basar su voto en un análisis puntual de la oferta
sus prestaciones sociales, por ejemplo); no les interesa política de los partidos o los candidatos. La variable
el bienestar general de la comunidad. Otros teóricos que mejor explicaba el comportamiento electoral de
adoptan una idea más amplia de la racionalidad y la mayoría durante ese período era la identiñcación
mantienen que se puede seguir considerando racional partidista. Por lo general, los que se identificaban
el comportamiento de una persona, aunque el día de como demócratas tendían a votar a candidatos del
las elecciones anteponga los objetivos de la comunidad Partido Demócrata, y los que se identificaban como
Capítulo 11 / La sociedad y la política 191

republicanos tendían a votar al Partido Republicano. probable que, con el aumento de la formación educa­
Sólo en torno a un 20 por ciento del electorado tiva, crezca el colectivo de votantes instruidos capaces
cambiaba su voto de un partido a otro. de procesar la información política de forma rápida e
Esta explicación del comportamiento electoral acen­ inteligente. Todo ello redunda en el aumento de votan­
túa las ligaduras psicológicas o los vínculos emocio­ tes independientes y el correspondiente descenso de
nales de los votantes con los partidos: las opciones las lealtades de partido, fenómenos observables tanto
de los votantes expresan su identificación con la en Estados Unidos como en Europa Occidental duran­
orientación general de un partido político particu ­ te las últimas décadas.
lar (por ejemplo, “pro-em presa” o “pro-bienestar
social”). Así, la gente no vota necesariam ente sobre 1.3. Los partidos políticos
la base de un conocimiento detallado de los asuntos
políticos, o tras una com paración estratégica de las Los partidos políticos son instituciones indispen­
posturas de los candidatos, como predice el enfoque sables para el funcionamiento de las democracias
de la elección racional; y ello porque, según datos de contemporáneas, en la medida en que proveen a los
encuesta, son pocos los ciudadanos bien inform ados votantes de una oferta de candidatos y program as
sobre los asuntos políticos. entre los que elegir. Pero los partidos también existen
Los estudiosos del comportamiento electoral en las en los regímenes no democráticos. La Alemania de
últimas décadas han modificado un poco esta descrip­ Hitler, la Unión Soviética, la China comunista, Cuba,
ción tan poco positiva del ciudadano medio. Si bien Corea del Norte y muchos otros países han estado go­
reconocen que muy pocos electores cumplen estricta­ bernados por partidos únicos que monopolizaban el
mente los criterios de racionalidad que hemos definido poder del Estado. También pueden existir dos o más
antes, algunos investigadores afirm an que los votantes partidos rivales en regímenes no democráticos, como
no necesitan un nivel alto de conocimiento político ni Irán, Pakistán y Marruecos. Cualquier análisis de los
de sofisticación analítica para decidir de una forma partidos políticos debe tener en cuenta las distintas
razonada y razonable. Argumentan que la mayoría de funciones que pueden representar bajo diferentes
votantes tienen una comprensión “instintiva” de los sistemas políticos.
candidatos y los asuntos políticos, derivada en parte Los partidos políticos son organizaciones que pro­
de los eslóganes electorales y otras informaciones que curan colocar a sus líderes y cuadros en instituciones
obtienen de los políticos y los medios de comunica­ a través de las cuales pueden ejercer poder político.
ción. Las consignas partidistas y los mensajes de los Situados entre la sociedad y el Estado, concurren
medios son utilizados como “atajos” que proporcionan ante el electorado con propuestas de acción política,
conocimientos simples, pero suficientes. Estos cono­ al objeto de conseguir suficiente respaldo electoral
cimientos simples, basados en informaciones sueltas para dirigir la acción de gobierno o, al menos, influir
más que en lecturas y análisis exhaustivos, les bastan en ella.
para adoptar decisiones electorales coherentes con sus Ahora bien, esta definición es tan general que
propias preferencias políticas, por muy vagamente que puede incluir varios tipos de partidos políticos: desde
hayan podido ser articuladas. Desde esta perspectiva, los que predom inan en las democracias hasta los que
sin cumplir estrictamente los criterios de la elección im peran en las dictaduras, pasando por los que no
racional, los votantes, en general, no pueden ser consi­ buscan consolidar el sistema político dentro del cual
derados como actores irracionales. Actúan de acuerdo operan, sino subvertirlo. Una prim era clasificación
con un tipo de racionalidad limitada debido, entre permite distinguir entre partidos políticos competiti­
otras razones, a la falta de información completa. vos, anti-régimen y hegemónicos o únicos.
Algunos politólogos rebaten el argumento según el
cual los votantes ignoran las cuestiones políticas hoy • Los partidos com petitivos aceptan los principios
día tanto como hace 30 o 40 años. Se ha señalado acer­ democráticos y compiten, a través del proceso
tadamente que el tiempo que cuesta en la actualidad electoral, por los puestos desde los que se ejerce el
obtener información sobre cuestiones políticas es mu­ poder político.
cho menor que antiguamente, gracias a la extensión de • Los partidos anti-régimen no aceptan las reglas
la televisión y otros medios electrónicos como fuentes del sistema existente de gobierno, aspirando a
de noticias accesibles a un gran público. Además, es revocarlas. En algunas ocasiones, estos partidos
192 Política y ciencia política: Una introducción

compiten en elecciones democráticas, pero no con fracturas o cleavages de clase social. Estos partidos
el objetivo de consolidar la democracia, sino más reivindicaban a menudo la representación exclusiva
bien de hacerla fracasar. de determinados grupos sociales, a los que atribuían
• Los partidos hegem ónicos y/o únicos monopo­ una particular identidad política. La oferta ideológi­
lizan el poder del gobierno en muchos regímenes ca, de contenidos precisos y bastante estables en el
dictatoriales. tiempo, se presentaba como un reflejo de los intereses
explícitos del grupo al que representaba el partido.
Un elemento común de los tres partidos es su in­ Los partidos confesionales, que buscan los votos
tención de alcanzar el poder de gobierno. En efecto, de los fieles a diversas religiones en países con pro­
a través de procedim ientos democráticos o de la fundas rivalidades religiosas, tam bién constituyen
violencia, el objetivo último de los partidos consiste en un tipo particu lar de partidos distintivos. Aunque los
alcanzar el poder de tom ar decisiones vinculantes para partidos dem ócrata-cristianos existentes en algunos
la comunidad. Vamos a dedicar el resto de esta sección países europeos (por ejemplo, Alemania) son here­
a los partidos competitivos, que son los que promueven deros de partidos confesionales, en la actualidad su
la participación popular en las democracias. orientación se define principalm ente por intereses
socioeconómicos y cuestiones políticas, más que por
Partidos distintivos y partidos "atrapalotodo" consideraciones religiosas. Sin embargo, en algunos
(catch-all) países la religión representa todavía un factor im por­
tante de identificación de los partidos políticos. Así,
En la ciencia política conviven diversas tipologías o por ejemplo. Irlanda del Norte tiene partidos protes­
modos de clasificación de los partidos políticos. Su tantes y católicos; en la India hay partidos hindúes y
diversidad refleja, en buena medida, las dificultades m usulm anes que reúnen a muchos seguidores; y los
de captar en categorías la variada realidad que han partidos islámicos han cobrado en los últimos años
configurado los partidos políticos a lo largo de su fuerza en varios países con poblaciones m usulm a­
historia. Aquí presentamos una sencilla clasificación nas numerosas.
basada en dos grandes categorías que consideramos Algunos partidos distintivos se organizan con el
de utilidad para identificar, en una prim era aproxi­ fin de promover intereses de minorías regionales o
mación, las características fundamentales de los nacionales (como el Partido Nacional Escocés en el
partidos políticos. Reino Unido, el Partido Popular Surtirolés en Italia o
Podemos denom inar partidos distintivos a aque­ el Partido Nacionalista Vasco en España), y otros se
llos que establecen distinciones dentro del conjunto centran en una cuestión específica como, por ejem­
del electorado en la medida en que apelan a grupos plo, el medio ambiente, los derechos de la mujer o la
o sectores específicos dentro de la estructura social oposición a la Unión Europea. En últim a instancia,
del país. Bajo la categoría de "partidos distintivos” lo que im porta es si un partido de estas característi­
cabe incluir a los que en la literatura han recibido la cas, es decir, orientado hacia grupos específicos del
denominación de partidos de afiliados o militantes, electorado, acepta o no las reglas de la democracia,
de clase, de masas, particularistas, confesionales y incluido el compromiso y la cooperación con otros
étnicos. Cuando en el siglo XIX surgieron los p arti­ partidos en caso necesario para im pedir el bloqueo o
dos políticos modernos en Europa y América, éstos se la crisis del régimen democrático.
orientaban hacia segmentos particulares de la pobla­ A diferencia de este tipo de partidos (cuyos votan­
ción. Los partidos conservadores tendían a reflejar tes registran bastante homogeneidad, al menos en
las posiciones de las clases altas aristocráticas y los alguna dim ensión im portante de su identidad polí­
miembros más ricos de la clase empresarial, mien­ tica, como la clase a la que pertenecen, la confesión
tras que los partidos obreros buscaban sus votos casi que profesan, la lengua que hablan o el grupo étnico
exclusivamente entre las clases trabajadoras de los del que form an parte), los partidos '^atrapaloto-
centros industriales urbanos. A ellos se añadían en do" (catch-all) son interclasistas y buscan am pliar
algunos países los partidos agrarios, que promovían el máximo posible su base de apoyo popular. Para
específicamente los intereses de los campesinos. lograr su principal objetivo de ganar las elecciones
Tanto los partidos conservadores, como los obre­ y acceder al gobierno, los partidos "atrapalotodo”
ros y los agrarios se fueron formando a p artir de intentan captar votos procedentes de diversas clases
Capítulo 11 / La sociedad y la política 193

sociales, religiones, grupos étnicos y otros segmentos mostró que, a pesar de que su tradición ideológica po­
de la población. Relajan, por tanto, sus compromisos pular le acercaba más a la democracia, el SPD dirigía
con grupos sociales específicos y adoptan progra­ sus asuntos internos de una manera apenas conforme
mas políticos más flexibles e incluyentes para atraer con los procedimientos democráticos. En concreto,
a amplios sectores del electorado. Muchos partidos circunscribía la toma de decisiones clave a sus cuadros
europeos, inicialmente “distintivos” y m arcadam en­ ejecutivos, con escasa consideración por las opiniones
te ideológicos, se han convertido en partidos “atra- de los m ilitantes de base. Michels concluía que la
palotodo” a p a rtir de la Segunda G uerra Mundial. búsqueda de eficiencia en la adopción de decisiones
Estos partidos tienden a ser moderados ideológica­ favorecía que todas las organizaciones grandes (in­
mente, tratan de evitar los extremos políticos de la cluidos los gobiernos) se hallaran gobernadas por un
izquierda y la derecha, y prefieren tejer una am plia puñado de dirigentes, haciendo así prácticamente im­
red a ambos lados del centro político. posible la democracia. Denominó este fenómeno la ley
De acuerdo con una hipótesis am pliam ente acep­ de hierro de la oligarquía.
tada, los partidos “atrapalotodo” fomentan más la Los partidos políticos de las democracias actuales
estabilidad de la dem ocracia que los “distintivos”. m uestran diferentes pautas de organización inter­
En efecto, se ha afirm ado que los partidos intercla­ na. En Estados Unidos, el Partido Demócrata y el
sistas promueven la moderación y el compromiso Partido Republicano están muy descentralizados y
en todas las clases sociales y en otros grupos de la tienen organizaciones separadas en cada uno de los
sociedad porque son muy inclusivos. En cambio, 50 Estados. Cada partido tiene un “comité nacional”,
los partidos que defienden causas específicas y los pero estas estructuras organizativas se ocupan prin­
intereses particulares de sus m ilitantes y votantes cipalmente de recaudar fondos, más que de form ular
pueden m antener posturas más intransigentes y políticas de partido sobre asuntos de interés general.
refractarias al compromiso. La evidencia de las Ningún partido cuenta con un líder, reconocido por
dem ocracias contem poráneas presta algún respaldo todos los cuadros y las bases simultáneamente, al que
a esta hipótesis, pero es dem asiado variada como se le atribuya la responsabilidad de articular la línea
p ara perm itir form ular un argum ento concluyente del partido sobre cuestiones específicas; y ninguno es
al respecto. un partido de m ilitantes o afiliados que invite a las
En Europa Occidental se han formado familias personas a pagar cuotas y participar en las reuniones
de partidos integradas por formaciones ideológica­ del partido. Los candidatos individuales son libres
mente próxim as que pertenecen a diferentes países. de recaudar fondos para sus cam pañas electorales y
Algunos de estos partidos encajan mejor en la cate­ de expresar sus propias posiciones sobre los asuntos
goría de “distintivos”, como los com unistas en Italia, políticos, mientras que la participación de los ciuda­
Francia, Grecia o Portugal, o los partidos verdes que danos estadounidenses en la vida de los partidos se
han proliferado desde los años 80 en muchos países produce principalmente cuando votan en las eleccio­
europeos. En cambio, otros responden mejor a la nes prim arias (para elegir a los candidatos de cada
definición de partidos “atrapalotodo” o interclasis­ partido a los puestos susceptibles de elección).
tas, con bases más amplias, como los conservadores, En cambio, la mayoría de los partidos europeos po­
liberales o dem ócrata-cristianos, de un lado, y los see una estructura piramidal. En España, por ejemplo,
socialdem ócratas o socialistas, de otro. Los partidos tanto el PSOE como el PP están más centralizados y
integrados en cada fam ilia cultivan relaciones estre­ jerarquizados que los partidos Demócrata y Republi­
chas y form an grupos políticos en instancias supra y cano en Estados Unidos; tanto el PSOE como el PP
transnacionales, como el Parlam ento Europeo. cuentan con una sede nacional o federal en Madrid,
que se ocupa de recaudar y gastar la mayor parte del
¿En qué medida son democráticos los partidos? dinero que cuestan las campañas electorales. Por lo
demás, los candidatos individuales están más someti­
En 1911 Robert Michels publicó un estudio sobre el dos a la disciplina de partido, es decir, tienen menos
Partido Social-Demócrata de Alemania (SPD), la for­ libertad para desviarse de la línea “oficial” de éste, toda
mación política que aspiraba a representarlos intereses vez que su presencia en las listas electorales depende
de la clase obrera alemana y defendía una mayor parti­ normalmente de los órganos ejecutivos del partido, y
cipación política de ésta en el sistema político. Michels no de elecciones prim arias en las que participan los
194 Política y ciencia política: Una introducción

afiliados. Cuando un partido proporciona a los ciuda­ como la adopción de una decisión no contemplada en
danos oportunidades significativas de participar en la el programa electoral o la reacción ante un escándalo
definición del programa y la selección de los líderes de corrupción. Y en otros casos, un partido se puede
—por ejemplo, ofreciendo foros para el debate abier­ dividir por lealtades a diferentes dirigentes que aspi­
to o permitiendo la participación de los afiliados en ran a encabezar el partido. Las divisiones internas
elecciones prim arias—, muestra una mayor apertura de este tipo suelen complicar el proceso de lo que los
hacia la sociedad civil. politólogos llaman agregación de intereses.
La agregación de intereses es el proceso por el cual
Gobierno de partido responsable los partidos políticos articulan (agregan) los diversos
intereses, las prioridades y opiniones diferentes de sus
Algunos estudiosos de la democracia han identificado líderes y votantes potenciales, convirtiéndolos en ob­
tres condiciones necesarias para que una democracia jetivos y propuestas políticas comunes. Este proceso
electoral funcione eficazmente. La primera consiste representa el prim er paso del modelo del gobierno de
en que los partidos rivales expongan lo más explícita­ partido responsable. Para todos los partidos políticos
mente posible qué harán en caso de obtener suficientes de las democracias actuales se trata de una complica­
votos para acceder a puestos de responsabilidad en el da tarea que normalmente implica una considerable
gobierno. Por tanto, cada partido debe formular un cantidad de negociaciones y transacciones entre las
programa coherente y especificar a los votantes antes elites políticas de los partidos. Cuanto más complejo
de las elecciones cuál es su postura sobre la política es el proceso interno de agregación de intereses, más
económica, la política social, la política exterior, etc. La difícil le resultará al partido dirigirse a los votantes
segunda condición requiere que los votantes comparen con voz clara y unísona.
detalladamente los programas de los partidos rivsdes Lo cierto es que los program as que presentan los
y voten a los candidatos que mejor representen sus partidos a los votantes pueden ser tan ambiguos
propias preferencias. Y la tercera condición exige que, o internamente incoherentes, que resulte difícil
cuando llegue cd gobierno el partido vencedor, haga anticipar con precisión qué va a hacer el partido si
realidad su programa y sus promesas electorales. resulta elegido. Los grandes partidos interclasistas
Estas tres condiciones plasm an un modelo ideal de son especialmente propensos a estos problemas.
gobierno de partido responsable; un modelo que En Estados Unidos es muy frecuente, por ejemplo,
proporciona a los votantes claras opciones en las elec­ que los candidatos a la Presidencia del país ignoren
ciones y convierte los deseos de la mayoría electoral despreocupadamente o rechacen los program as con
en acciones de gobierno efectuadas por los represen­ principios generales y propuestas específicas que se
tantes elegidos. Sin embargo, el funcionamiento de la han aprobado en las convenciones de sus partidos.
democracia en la mayoría de los países democráticos El segundo paso del modelo de gobierno de partido
rara vez se ajusta a este modelo. responsable supone que los votantes comprenden las
Uno de los problemas surge cuando un partido po­ cuestiones políticas lo suficiente como para tom ar una
lítico se divide internamente. En algunos casos, estas decisión razonable a la hora de votar. Sin embargo,
divisiones pueden reflejar diferencias fundamentales como hemos visto, el votante medio puede carecer de
que perduran mucho tiempo. Por ejemplo, algunos tiempo o información para valorar los programas y las
partidos pueden tener un ala izquierda con actitudes propuestas de los diferentes partidos en el momento de
más favorables a la subida de impuestos y al aumento las elecciones. En tales circunstancias, la lealtad y las
del gasto social, y un ala derecha que se inclina por ba­ preferencias partidistas pueden constituir im portan­
jar los impuestos y reducir el gasto social. Estas fisuras tes factores condicionantes del voto.
pueden, a su vez, reflejar la diversidad de la base social No obstante, en la mayoría de las democracias con­
del partido (especialmente en los "atrapalotodo"). Los solidadas, los partidos políticos encuentran cada vez
partidos que recogen votos de diversos grupos étnicos, más difícil conservar un núcleo estable de votantes
religiones, niveles de renta, regiones geográficas, etc., y m antener la lealtad partidista. En Estados Unidos,
son proclives a experimentar divisiones internas arrai­ la identificación del votante con los demócratas o los
gadas en los intereses de estos diferentes grupos. En republicanos, que tan m arcada fue en los años 50 y
otros casos, los desacuerdos en el seno del partido pue­ 60, ha disminuido de forma muy notable. En Europa
den referirse a determinadas cuestiones de actualidad. Occidental, las lealtades de partido en los años 60
Capítulo lì ! La sociedad y la política 195

eran muy parecidas a las de los años 20. Aunque to­ partidarios incondicionales de un determinado parti­
davía siguen siendo fuertes en muchos casos, se han do en el pasado ya no votan automáticamente a favor
debilitado en varios países europeos y han aparecido de éste. Pueden votar a algunos de sus candidatos en
nuevos partidos. Las lealtades partidistas también función de la postura que adopten respecto a diferen­
se han atenuado en otras democracias establecidas tes cuestiones; pueden acercarse a otro partido, o tal
desde hace años, como Japón y la India. vez se muevan entre dos partidos en elecciones suce­
En parte, esta atenuación de los vínculos parti­ sivas. Los votantes que no muestran estabilidad en el
distas refleja los cambios que se han producido en voto, que no sienten lealtad hacia un partido concreto
la naturaleza de las cuestiones políticas candentes configuran un electorado volátil.
en muchas democracias desde los años 60 y 70. Los En condiciones de desalineam iento del electorado,
viejos partidos como el Republicano y el Demócra­ a los partidos les resulta más difícil elaborar progra­
ta en Estados Unidos y sus equivalentes en Europa mas a largo plazo que atraigan a seguidores estables.
Occidental desarrollaron su núcleo de seguidores Al verse obligados a efectuar cambios y revisiones
en la prim era mitad del siglo XX, si no antes. Estos frecuentes de sus program as para atraer a votantes
núcleos de votantes constituían principalmente gru­ volátiles e imprevisibles, encuentran dificultades
pos socioeconómicos —las clases alta y media alta para representar las ideas de su electorado poten­
formaban los partidos conservadores de derecha, y la cial de una m anera nítida y permanente, así como
clase trabajadora y los estratos más bajos de la clase tam bién para apoyar iniciativas políticas que tarden
media integraban los partidos socialdemócratas de iz­ muchos años en desarrollarse. En pocas palabras,
quierda—. Pero el surgimiento de las cuestiones de la los desalineam ientos complican aún más la tarea de
nueva política, como el ecologismo, los derechos de establecer un gobierno de partido responsable.
la mujer y la igualdad racial, ha fomentado el desarro­ En algunas ocasiones, los votantes cam bian sus
llo de nuevos grupos de votantes para los cuales han hábitos aún más radicalmente. Cuando un bloque
perdido im portancia los vínculos socioeconómicos numeroso de ciudadanos que tradicionalmente votaba
que se establecían con los partidos tradicionales. Los a un partido traslada su apoyo a otro partido, adhi­
votantes más interesados por estas nuevas cuestiones riéndose a él durante un largo período de tiempo, se
políticas no constituyen grupos sociales de contornos produce un realineamiento partidista. En Estados
suficientemente nítidos, como los de los empresarios Unidos, el grueso de los varones protestantes blancos
o los obreros fabriles, y tienden menos a unirse como del sur votaba a los demócratas. Sin embargo, desde la
grupo a un determinado partido. Otra posible causa década de los 70 muchos se han convertido en republi­
de la disminución de las lealtades partidistas estriba canos. Asimismo, en Europa, una parte importante de
en el declive generacional de la participación cívica: la base electoral de los partidos xenófobos de extrema
parece que las personas que hoy día cuentan entre 20 derecha se ha nutrido de los votantes tradicionales de
y 30 años son menos activas políticamente y están los partidos de izquierda. Los realineamientos impli­
menos comprometidas ideológicamente que las de can importantes cambios en las pautas electorales de
ese rango de edad en generaciones anteriores. una sociedad que, en algunos casos, obstaculizan aún
Los votantes que se identifican sistemáticamente más el gobierno de partido responsable.
con un partido político y votan a sus candidatos en Tras las elecciones, los representantes electos
sucesivas elecciones pueden ser calificados como vo­ deberían convertir sus programas y promesas en ac­
tantes leales. En ocasiones, ciertos grupos reconocibles tuaciones del gobierno (el tercer paso del modelo de
de la sociedad, como las diversas clases socioeconómi­ gobierno de partido responsable). Pero este proceso
cas, los grupos religiosos o étnicos, han apoyado a un suele estar sembrado de riesgos. En aquellas democra­
partido específico durante largos períodos de tiempo. cias en las que los ciudadanos votan al presidente del
Cuando determinados grupos sociales votan al mismo país y a la asamblea legislativa en elecciones diferentes
partido en sucesivas convocatorias electorales, nos ha­ —como, por ejemplo, Estados Unidos, Rusia, Francia
llamos ante el fenómeno de alineamiento partidista o Polonia— puede ocurrir que los votantes elijan a
estable. En cambio, cuando elevadas cantidades de un presidente que pertenece a un partido distinto del
votantes retiran el apoyo a su partido favorito (hasta que conforma la mayoría parlamentaria. Estos casos
ese momento), se distancian de él y se hacen más in­ de “cohabitación” entre partidos rivales pueden difi­
dependientes, se produce un desalineam iento. Los cultar la acción de gobierno si el poder legislativo y
196 Política y ciencia política: Una introducción

el ejecutivo se bloquean mutuamente a través de los transición de la dictadura a la democracia se tienen


diferentes mecanismos previstos en la ley. que form ar nuevos partidos desde la base, o recrearse
En las democracias con sistema parlamentario de en los casos en los que quedan restos de partidos de
gobierno, como ya hemos explicado en el Capítulo 9 de regímenes democráticos anteriores. A los partidos les
este libro, dos o más partidos se pueden ver obligados corresponde un papel muy im portante en el arraigo
a formar un gobierno de coalición o una alianza par­ de estas democracias jóvenes, toda vez que forjan los
lamentaria para constituir una mayoría suficiente en principales vínculos entre la sociedad y el Estado.
la asamblea. Las leyes y las actuaciones de gobierno
deben entonces reflejar escrupulosamente los acuer­ Sistemas de partidos
dos y compromisos alcanzados entre los partidos que
forman el gobierno. De nuevo, cuantos más partidos El término sistema de partidos hace referencia al nú­
estén implicados en el proceso de toma de decisión, mero de partidos de un país, a sus relaciones y posibles
más difícil es que un partido dé a sus votantes lo que alianzas, así como sus orientaciones ideológicas. Aquí
les prometió. En algunas ocasiones no se puede cons­ nos ocuparemos sólo de dos variables características
tituir una mayoría estable de gobierno y se paraliza de los sistemas de partidos: el número de partidos
el proceso de toma de decisión. En estos casos, cabe dentro de un sistema dado y sus relaciones, es decir, su
afirm ar que las asambleas legislativas y los gobiernos tendencia a la competición centrípeta o centrífuga.
están divididos porque el electorado también lo está. En algunas dem ocracias ha gobernado durante
Otra posible razón para explicar por qué los p arti­ un largo período un solo partido, configurando un
dos políticos ganadores en unas elecciones no cumplen sistem a de partido hegem ónico. Por ejemplo, Ja­
las promesas que formularon al electorado reside en pón estuvo gobernado ininterrum pidam ente por el
la ausencia de disciplina de partido en las votaciones Partido Democrático Liberal (PDL) desde 1955 hasta
de la asamblea. La disciplina de partido significa que 1993. Aunque otros partidos concurrieron con el
los representantes del partido en el parlamento votan PDL en sucesivas elecciones libres, nunca lograron
los proyectos legislativos unánimemente y de acuerdo una mayoría parlam entaria hasta que el PDL expe­
con lo que establece la dirección del partido. rim entó pérdidas considerables de apoyo electoral
En Estados Unidos, la disciplina de partido ha sido en los años 90, propiciadas por los escándalos de
tradicionalmente muy laxa. Los representantes del corrupción. En México, el Partido Revolucionario
Congreso se suelen financiar sus propias campañas Institucional (PRI) gobernó desde 1929 hasta 2000.
electorales y no dependen económicamente de su par­ Si bien desde los años 70 varios partidos aum entaron
tido. Además, el sistema estadounidense de separación su porcentaje de voto, el PRI siempre fue el partido
de poderes proporciona a los congresistas independen­ dom inante de México hasta que el candidato del
cia institucional de la Presidencia. Como consecuencia, Partido de Acción Nacional (PAN), Vicente Fox, con­
los presidentes del país no siempre pueden convencer a siguió la Presidencia de la República.
los congresistas de su propio partido de que suscriban En aquellas democracias en las que dos partidos
sus políticas, como pudo comprobar Bill Clinton en suelen alternarse en el gobierno nos encontramos con
1994, cuando no consiguió que la mayoría demócrata un sistema bipartidista. Muy pocos países tienen
del Congreso aprobara sus propuestas de reforma del un sistema predominantemente bipartidista. Esta­
sistema sanitario. La disciplina de partido es, en cam ­ dos Unidos es uno de ellos. Aunque ocasionalmente
bio, relativamente alta en democracias parlamentarias surgieron terceros partidos en la escena nacional, no
como Gran Bretaña, Alemania y España. lograron que sus candidatos accedieran al Congreso
El ideal del gobierno de partido responsable puede o a la Presidencia. El sistema de partidos británico
resultar difícil de m aterializar en democracias con­ también ha sido clasificado a menudo como biparti­
solidadas, pero lo es aún más en los países en vías de dista. Ciertamente, el Partido Conservador y el Partido
democratización. Rusia y muchos de los Estados que Laborista han ocupado el gobierno alternativamente
en su día formaban la Unión Soviética cuentan con desde la Segunda Guerra Mundial, sin necesidad de
pocas o nulas experiencias democráticas en su histo­ contar con un tercer partido como socio de coalición.
ria. Han tenido que p artir de cero y construir nuevos Pero otros partidos obtienen regularmente represen­
partidos. También están surgiendo nuevos partidos tación parlamentaria e, incluso en algunas ocasiones,
en la Europa del Este. En los países en proceso de desempeñan un importante papel en el diseño de las
Capítulo 11 / La sociedad y la política 197

políticas públicas. Sería más apropiado referirnos al la democracia han señalado que si los parlamentos
sistema británico como un sistema bipartidista im­ de los países en vías de democratización se fragmen­
perfecto. Estos sistemas suelen tener de tres a cinco tan entre muchos partidos muy polarizados, pueden
partidos con representación parlamentaria, aunque plantearse graves problemas de bloqueo del sistema
dos de ellos acaparan la mayor parte de los escaños político y, por tanto, de las reformas democráticas.
parlamentarios. Francia, la República Federal de Ale­
mania, Japón y Canadá pertenecen en la actualidad a 1.4. Los grupos de interés
esta categoría.
Y hay otros países que tienen un sistem a m ulti­ Las organizaciones que representan y expresan los
partidista. En los sistemas multipartidistas, seis o intereses y las demandas de grupos particulares de
más partidos obtienen representación parlam entaria, personas, a menudo con el fin de influir en el Estado
pueden participar en gobiernos de coalición o prestar para que actúe en su beneficio, se denominan grupos
apoyos a gobiernos minoritarios. Los países escandi­ de interés o grupos de presión. Proporcionan otro
navos, España, Polonia, Israel e Italia son ejemplos de medio de participación de la sociedad en los sistemas
sistemas multipartidistas. políticos democráticos, promoviendo los objetivos de
Algunos politólogos han valorado las ventajas del sectores sociales específicos, así como presionando a
sistema bipartidista imperfecto porque si, por una par­ los partidos políticos, a los altos funcionarios y los go­
te, ofrece a los votantes más opciones que el sistema bernantes. En palabras de Almond y Powell (1966), los
bipartidista en sentido estricto, por otra, crea vínculos grupos de interés cumplen la función de la articula­
partidistas más estables que un sistema multiparti­ ción de intereses. Es decir, dan expresión, agregan o
dista. Este último, al aum entar la oferta de partidos “articulan” las demandas y los deseos de varios grupos
disponible a la hora de votar, puede facilitar que los de la sociedad. Tanto los partidos políticos como los
votantes cambien su voto en sucesivas elecciones. grupos de interés son organizaciones intermedias: se
La caracterización de un sistema de partidos con­ sitúan entre la sociedad y el Estado. Uno de los objeti­
creto también exige conocer si los partidos integrantes vos de estas organizaciones, al menos en las democra­
tienden hacia la moderación o al extremismo. Un cias, consiste en capacitar a los ciudadanos para influir
sistem a de partidos centrípeto es aquel que favorece en las actuaciones de los poderes públicos.
la constitución de partidos moderados y centristas en Al mismo tiempo, algunos grupos de interés atienden
lugar de radicales. En un sistema centrípeto, los prin­ los intereses de las elites de la sociedad. Por ejemplo,
cipales partidos y la mayoría del electorado se sitúan los que defienden las posiciones y articulan las reivin­
en el centro del espectro político, posibilitando así el dicaciones de los directivos de las grandes empresas,
consenso. Estados Unidos y Reino Unido tradicional­ de los médicos, los abogados y otros grupos muy de­
mente, así como Alemania y España en nuestros días finidos, se distinguen de los que tienen una base más
ofrecen algunos ejemplos. En cambio, un sistem a de amplia, como los grupos que representan los intereses
partidos centrífugo es aquel en el que los partidos de los obreros industriales, los ancianos, las mujeres o
principales y grandes grupos de votantes tienden un grupo étnico determinado. Así pues, los grupos de
hacia los extremos de la izquierda y la derecha. La interés son vehículos para la articulación de los intere­
Alemania de la República de Weimar (1919-33) y la ses tanto de las elites como de colectivos extensos.
España de la Segunda República (1931-1936) repre­ No todos los grupos de interés se dirigen exclu­
sentan ejemplos de esta polarización. En los últimos sivamente al campo de la política. En muchos casos
años de la República de Weimar, cada vez más votan­ intentan promover sus intereses de grupo sin implicar
tes abandonaron los partidos de centro para apoyar al a los gobiernos. Por ejemplo, los sindicatos pueden
Partido Comunista Alemán, en la extrema izquierda, y expresar las reivindicaciones salariales y de mejora de
al Partido Nacionalsocialista de Hitler, en la extrema las condiciones de trabajo por medio de la interacción
derecha. También en la Segunda República española directa con los empresarios o patronos, recurriendo a
el sistema de partidos fue polarizándose hasta plas­ negociaciones, huelgas y otros medios. Cuando los sin­
m arse en dos grandes bloques en las elecciones de dicatos o las asociaciones patronales piden al gobierno
febrero de 1936: el Frente Popular, que aglutinaba a que interceda en su favor en una disputa laboral o que
las izquierdas, y la CEDA, que englobaba al grueso apoye medidas económicas específicas, sus acciones
de las derechas. Los especialistas en transiciones a adquieren una impronta política. En Estados Unidos
198 Política y ciencia política: Una introducción

y otras muchas democracias hay numerosos grupos presión informales. Entre otros ejemplos cabe citar a
de interés que forman lobbies (grupos de presión) y los consumidores que participaron en una cam paña
diseñan y apHcan estrategias para influir en quienes de envío de cartas al Congreso de Estados Unidos
adoptan las decisiones gubernamentales. dem andando leyes que prohibieran la fabricación de
Los politólogos han propuesto diferentes categorías juguetes peligrosos; o los ciudadanos de diferentes
para diferenciar los grupos de interés. Aquí ofrecemos países europeos que, a través de distintas vías, han
algunos criterios de distinción entre grupos de presión tratado de presionar a sus respectivos gobiernos a
asociativos, institucionales, informales y anómicos. fin de que destinen el 0,7 por ciento del PIB para la
Los grupos de presión asociativos son organiza­ cooperación al desarrollo de los países más pobres.
ciones que representan a segmentos específicos de La globalización electrónica ha producido sus propios
la población de un país que com parten problemas grupos informales. Por ejemplo, Jody Williams utilizó
y objetivos comunes. Suelen encontrarse en las Internet desde su casa en Vermont para organizar
democracias, ya que éstas reconocen la libertad de la Campaña Internacional de Prohibición de Minas
asociación. En cambio, los Estados dictatoriales Personales y ganó el Premio Nobel de la Paz en 1997.
impiden, por lo general, que se establezcan estos Los grupos de presión informales suelen disolverse
grupos al m argen del control estatal. Los grupos una vez resuelto el problema. Sin embargo, a veces
de presión asociativos son muy variados. Algunos forman grupos asociativos más permanentes o se
articulan los intereses económicos de sus miembros, fusionan con otros ya existentes.
como los sindicatos y las asociaciones patronales. Un tipo especial de grupo de presión inform al es
Otros pueden representar grupos étnicos (como las el grupo anómico, que se forma espontáneamente
asociaciones de inm igrantes o de gitanos), grupos de entre la población para m anifestar su ira o sus frus­
género y preferencia sexual (como las asociaciones traciones. En estos casos, la protesta puede venir
de mujeres o de homosexuales), grupos generaciona­ ocasionalmente acom pañada de violencia. Las m ani­
les (como las asociaciones de jubilados o de jóvenes), festaciones espontáneas, los disturbios y las huelgas
grupos religiosos (como las asociaciones de católicos salvajes son ejemplos de comportamiento anómico,
o de protestantes), así como grupos centrados en calificativo que procede de la palabra griega anomia,
una cuestión determ inada (por ejemplo, la protesta que significa ausencia de normas.
contra la construcción de un embalse). Un análisis de los grupos de interés quedaría in­
Los grupos de presión institucionales son p rin ­ completo si no se m encionaran los grupos sociales
cipalmente organizaciones no gubernam entales que no articulan con claridad sus intereses comunes.
que representan a instituciones consolidadas en la Incluso en las democracias prósperas puede haber
sociedad o en la economía y que, en principio, per­ segmentos de la sociedad con intereses políticos
siguen propósitos diferentes de la acción política. identificables que, por una u otra razón, no logran
En España, por ejemplo, integran esta categoría form ar grupos de presión o llam ar la atención sobre
instituciones tales como la Asociación Española de los agravios que padecen. Así sucede, por ejemplo,
Banca o la Conferencia Episcopal Española. Estos con las personas que carecen de algún tipo de seguro
grupos institucionales no surgen de la asociación de médico en Estados Unidos. En 2002 este segmento de
las bases que los integran, sino de las iniciativas de la población superaba los 43 millones de personas.
las elites. Aunque los líderes de los dos grandes partidos reco­
A diferencia de los grupos de presión asociativos nocen el problema, este conjunto de ciudadanos sin
y de los institucionales, hay otros que intentan protección sanitaria carece de una organización for­
promover sus intereses sin contar con el respaldo mal u otro mecanismo para articular colectivamente
de una organización estable. A veces, un segmento sus preocupaciones. Los países de todo el mundo
particular de la población que com parte una identidad ofrecen ejemplos de grupos sociales no organizados
común —una m inoría étnica, los practicantes de una incapaces de articular eficazmente sus necesidades
religión determinada, un grupo de personas con la políticas. Temporeros, niños trabajadores, mujeres
misma ocupación o que viven en la misma zona— oprimidas o m altratadas y otras personas privadas
puede reunirse espontánea y puntualm ente para de voz pública que se cuentan por millones, confir­
denunciar un agravio particular o perseguir alguna m an la enorme im portancia de los grupos de interés
meta concreta. Estas asociaciones son grupos de precisamente porque carecen de ellos.
Capítulo 11 / La sociedad y la política 199

El funcionamiento de los grupos de interés puede La ley federal debía garantizar a todos la cobertura del segu­
diferir notablemente según el diseño y las prácticas ro, mientras que el gobierno impondría límites estrictos a la
capacidad de las empresas aseguradoras de subir los precios
institucionales del país. A este efecto, los estudiosos
de sus seguros médicos. El Gobierno de Estados Unidos tam­
de los grupos de interés suelen distinguir entre plura­ bién exigiría la formación de cooperativas de consumidores
lismo y corporatismo. de seguros que se preocuparan de controlar los precios de los
Como señalamos en el Capítulo 5, el enfoque de in­ cuidados médicos.
vestigación pluralista parte de que, en la mayoría de La propuesta de Clinton, presentada en el Congreso en
las democracias, el poder político no lo monopoliza octubre de 1993, constituía un proyecto de ley de 1.342 pági­
nas de extensión. Antes incluso de que se hubiera terminado
un grupo particular (como una gran empresa) o una
de preparar, algunos detractores se habían organizado para
combinación de grupos vinculados que forman una suscitar la oposición de la opinión pública y del Congreso.
elite de poder estrechamente trabada. Antes bien, el La Asociación de Seguros Médicos de América (HIAA), un
poder político se encuentra disperso entre una plura­ grupo de interés que representa a las empresas privadas de
lidad de grupos e intereses. Aplicado a los grupos de seguros médicos más importantes, financió una serie de
interés, el pluralismo acentúa: espacios publicitarios de televisión en los que salían “Harry
y Louise”, una pareja ficticia de clase media, con una pesada
copia del plan de Clinton criticando que el Gobierno de Es­
• la libertad de asociación, que dota a los ciudadanos tados Unidos interviniera en el funcionamiento del sistema
de autonomía para organizar sus propios grupos sanitario. Estos espacios publicitarios se retransmitieron a
de interés; escala nacional en el canal Cable News NetWork (CNN) y
• la competencia por la influencia, que implica que se difundieron también entre audiencias más concretas en
los grupos de interés con diferentes posturas sobre Washington D.C. y en los quince Estados donde residían los
una cuestión compiten libremente por obtener la miembros clave del Congreso. Durante el año siguiente la
Asociación de Seguros Médicos gastó 15 millones de dólares
atención de los legisladores y otros representantes en publicidad en televisión, radio y prensa para poner a la
gubernam entales e influir en sus actuaciones. opinión pública en contra de la propuesta de Clinton.
Mientras los comités del Congreso analizaban minu­
Estados Unidos proporciona seguramente el mejor ciosamente el proyecto en 1994, el bombardeo publicitario
ejemplo de este modelo de pluralismo de grupos de en televisión y prensa se intensificó. En el verano de 1994,
interés. El fracaso del Presidente Bill Clinton a la cuando el Congreso estaba a punto de terminar de con­
siderar el proyecto, cerca de 49 grupos de presión habían
hora de conseguir que, durante su prim er mandato,
gastado la suma de 50 millones de dólares en publicidad
el Congreso aprobara un proyecto de ley de reforma para situar a la opinión pública en contra o a favor de las
del sistema de sanidad pública, ilustra bien el funcio­ propuestas presidenciales. La publicidad en contra del plan
namiento del pluralismo de grupos de interés. de Clinton resultó especialmente eficaz para cambiar las ac­
titudes públicas. En octubre de 1993, el 51 por ciento de los
estadounidenses se declaraban a favor de la propuesta de
Clinton. En enero de 1994, el porcentaje había descendido
PL U R A L ISM O DE G R U PO S DE IN T E R E S al 48 por ciento, y en septiembre al 42 por ciento. Como
EN ESTADOS U N ID O S hemos señalado, los casi 40 millones de estadounidenses
La p o lít ic a d e i c l o n i i a del s i s l c m a s a n i l a r i o , 1993-94 sin cobertura sanitaria carecían de grupos de interés que
los representaran. También cundía la ignorancia sobre la
“Este año”, proclamó el Presidente Clinton en enero de 1994, propuesta de Clinton. Las encuestas realizadas en enero de
“vamos a hacer historia reformando nuestra sanidad”. Con este 1994 revelaron que el 69 por ciento de los jubilados cono­
anuncio televisado en todo el país, el Presidente inició la fase cían poco o nada las disposiciones del plan.
final de su campaña para que el Congreso aprobara una impor­ Entretanto, las peculiaridades del sistema político de
tante reforma del sistema nacional de salud. La propuesta del Estados Unidos se sumaban a las dificultades del Presidente.
Presidente planteaba la creación de un seguro sanitario univer­ Los demócratas, correligionarios de Clinton, controlaban
sal que ofreciera cobertura a los milione s de estadounidenses ambas cámaras del Congreso. En el verano de 1994 había 256
que carecían de seguro sanitario y que mejorara el acceso a los demócratas en la Cámara de Representantes, 178 republicanos
servicios sanitarios para otros muchos que disponían de una y un independiente. El Senado tenía 56 demócratas y 44
cobertura insuficiente o sólo temporal La financiación de este republicanos. Pero los demócratas no fueron capaces de
programa requería que la mayoría de empleadores pagara el mantener la unidad del partido. El espíritu individualista del
80 por ciento de las primas del seguro de sus empleados. Por Congreso se reafirmó fuertemente cuando varios demócratas
otra parte, los impuestos del tabaco subirían para contribuir presentaron una propuesta de reforma de la sanidad que
a financiar parte de los subsidios federales a los más pobres, se alejaba del plan de Clinton, Cinco comités del Congreso
de modo que pudieran pagar sus propias pólizas de seguros. presididos todos por demócratas celebraron audiencias sobre
200 Política y ciencia política: Una introducción

sanidad y debatieron diferentes propuestas. Por su parte, los capítulo nos vamos a lim itar a esbozar un modelo muy
republicanos no ofrecieron un plan alternativo. Sin haber generalizado (un "tipo ideal” en el sentido que dio a
consensuado una alternativa clara, los republicanos del
este término Max Weber) de corporatismo moderno
Congreso se contentaron con dejar “morir” la propuesta de
los demócratas. que se desarrolla actualmente en varias democracias.
Durante años, los sectores de las empresas aseguradoras Sin perder de vista que las democracias pueden diferir
y sanitarias han invertido elevadas sumas de dinero para notablemente en la aplicación de las ideas corporatis­
“lubricar” sus relaciones de influencia en el Congreso. De tas a sus circunstancias específicas, conviene insistir
acuerdo con una estimación, estas empresas han aportado en las diferencias más importantes entre el corporatis­
en quince años un total de 40,1 millones de dólares a las
mo y el pluralismo del tipo estadounidense.
campañas electorales de los senadores de Estados Unidos.
Los 100 representantes que componían el Senado en 1994 re­ El tipo ideal de corporatism o de las dem ocracias
cibieron aportaciones de este grupo de presión que oscilaban contem poráneas (en ocasiones llamado neocorpo­
entre 3.000 dólares y más de 1,25 millones de dólares. ratismo) se asienta sobre las siguientes prácticas
Pero era el Congreso el que, en definitiva, tenía la última institucionales:
palabra sobre la sanidad en 1994. Sobre el trasfondo
de la creciente pérdida de confianza de los congresistas
L Los principales grupos de la sociedad implicados
demócratas en el proyecto de Clinton, a finales de septiembre
los dos partidos renunciaron a seguir negociando la reforma en la producción económica —en concreto, los
sanitaria. Al final, los grupos opuestos a la reforma habían em presarios, los trabajadores y los agricultores—
invertido más de 46 millones de dólares en la campaña contra form an grandes grupos de interés que representan
la propuesta de Clinton. También a 46 millones ascendía el a una proporción considerable, a veces la mayo­
número de residentes en Estados Unidos sin seguro médico ría, de las personas en sus respectivos sectores.
en el año 2004 (16 por ciento de la población). Estas organizaciones tienden a estar organizadas
jerárquicam ente; es decir, sus líderes nacionales
ejercen una influencia considerable en las bases a
A diferencia del pluralismo del tipo estadounidense, escala regional y local.
el corporatismo representa una implicación diferente 2. Los líderes de las principales organizaciones, es­
de los grupos de interés en la política. En términos pecialm ente las que representan al sector de los
generales, el corporatismo es un sistema de participa­ em presarios y los trabajadores, se reúnen regular­
ción formal de los grupos de interés en los procesos de mente con los representantes del gobierno al más
toma de decisiones del Estado. alto nivel (sobre todo, con los m inistros del ram o
Las prácticas corporatistas han adquirido diferen­ correspondiente). En el modelo corporatista, el
tes formas en distintos países, momentos y sistemas poder ejecutivo desempeña un papel más im por­
políticos. El corporatismo fue adoptado por muchas tante en el trato con em presarios y trabajadores
dictaduras, como la de Mussolini en Italia, Hitler en que el poder legislativo.
Alemania, Franco en España y Salazar en Portugal, 3. Juntos, estos representantes de las principales orga­
así como también por algunas dictaduras militares nizaciones y del Estado negocian sobre cuestiones
de Latinoamérica. En estos casos, las organizaciones económicas tales como el nivel de los salarios y las
corporatistas se distinguían escasamente del Estado y cotizaciones sociales, las condiciones laborales, los
del partido único que monopolizaba el poder político. beneficios sociales, etc.
Muchas democracias modernas —entre ellas, Austria, 4. Una vez que se alcanzan acuerdos, los intermediarios
Alemania o Suecia— también han utilizado reiterada­ vuelven a sus respectivos grupos y los exponen a sus
mente prácticas del corporatismo (como la concerta- miembros. Si las bases no aceptan esos acuerdos, se
ción entre sindicatos, patronal y gobierno), pero bajo emprenden habitualmente nuevas rondas de negocia­
condiciones de libertad de asociación y expresión. ción. No obstante, los líderes de las organizaciones
Uno de los denominadores comunes del pensa­ suelen presionar a sus bases para que acepten los
miento corporatista establece que los representantes acuerdos alcanzados en las negociaciones tripartitas
más importantes de los grupos clave de la sociedad sobre la base de que son los mejores posibles en las
—especialmente las organizaciones empresariales y condiciones del momento.
los sindicatos— deben negociar directamente con los 5. Si las bases aprueban los acuerdos, éstos se transpo­
representantes del gobierno para sacar adelante las nen a la legislación. En los sistemas parlamentarios,
principales políticas económicas y sociales. En este el gobierno ve facilitado el procedimiento si cuenta
Capítulo 11 / La sociedad y la política 201

con la mayoría parlam entaria. Con mucha fre­ han formado movimientos sociales en muchas de las
cuencia, el parlamento se limita a votar un acuerdo dem ocracias del mundo, sobre todo, en los años 60
ya consensuado. y 70. Como consideran ineficaces los métodos con­
vencionales para expresar la protesta social y atraer
En comparación con el pluralismo estadouniden­ la atención del Estado, los movimientos sociales sue­
se, el neocorporatismo se materializa normalmente len im plicarse en form as de actividad política con
en un proceso más ordenado y regularizado. Las elevada repercusión pública, como manifestaciones,
negociaciones tripartitas y bilaterales entre empresa­ huelgas y, eventualmente, diferentes actos de desafío
rios, trabajadores y gobierno suelen ser constantes. a las autoridades públicas.
Sin embargo, las prácticas neocorporatistas son más Pero, ¿por qué se implican tantas personas en ac­
cerradas y opacas que las pluralistas. Estas últimas ciones políticas potencialmente arriesgadas en lugar
se desarrollan prim ordialm ente en el parlamento, a de quedarse al margen y comportarse como "gorro­
veces incluso bajo la atenta m irada de las cám aras nes”? Expertos en el análisis de los conflictos sociales,
de televisión. Los procedimientos corporatistas de como Sydney Tarrow (1994), han afirmado que, tanto
negociación son generalmente menos competitivos en las democracias como en los regímenes que no lo
que los pluralistas. Como se vio en el caso de la son, suelen formarse movimientos sociales cuando
fallida reforma sanitaria de Clinton, en un sistema las personas descontentas con el statu quo perciben
pluralista los grupos de interés con preferencias súbitamente la existencia de nuevas oportunidades
opuestas buscan influir en la opinión pública y los de presionar a quienes ostentan la autoridad (quizá
legisladores mediante costosas cam pañas mediáticas porque ha llegado al poder un gobierno teóricamente
u otras técnicas de presión. En el corporatismo, una más sensible a sus demandas o porque han cambiado
serie de organizaciones se erigen en representantes las circunstancias económicas). En definitiva, estas
prácticam ente exclusivos de un sector de la sociedad, personas estarían dispuestas a actuar cuando esti­
y son reconocidas como tales por el gobierno. A cam ­ men que las limitaciones se han relajado y los costes
bio, éste espera que las organizaciones garanticen la de la acción han disminuido. Si son capaces de hacer
adhesión de sus miembros a los pactos establecidos. causa común y unirse a otros grupos con semejantes
Los defensores de los procedimientos corporatistas preocupaciones, pueden constituir alianzas y redes de
afirm an que éstos proveen al gobierno de m ecanis­ cooperación para desarrollar acciones políticas sos­
mos eficaces para lograr que la economía funcione tenidas en el tiempo. Así ocurrió, por ejemplo, con el
sin sobresaltos, con negociaciones constantes entre movimiento de los derechos civiles en Estados Unidos
los líderes empresariales y sindicales que disponen de entre 1955 y 1965, los movimientos feministas en los
amplios poderes de negociación. En cambio, en los años 60 y 70, el movimiento ecologista que comenzó
países en los que predom ina el modelo pluralista el a fraguar en los años 80 en Europa Occidental o el
gobierno ejerce menos influencia directa en los em­ movimiento de protesta contra la dictadura en los an­
presarios o los trabajadores. Los críticos del sistema tiguos países comunistas en 1989. La supervivencia de
pluralista estadounidense argum entan que la econo­ los movimientos sociales depende, en buena medida,
mía de Estados Unidos está menos coordinada y es aunque no exclusivamente, de la solución a los proble­
menos eficiente. mas que denuncian.

L5. Los movimientos sociales 1.6. Un caso especial: las relaciones patrón-cliente

Los m ovim ientos sociales surgen cuando grupos Por último, a la hora de exam inar los vínculos entre
de personas, convencidos de que ni el Estado ni los las elites políticas y la sociedad, es preciso hacer re ­
partidos políticos o grupos de interés establecidos ferencia a uno que, en determ inados m om entos de
han abordado correctam ente sus preocupaciones, la historia de sociedades (al menos, form alm ente)
organizan una acción colectiva que logra definir dem ocráticas, ha cobrado notable protagonism o:
de forma atractiva una causa, suscitar eficazmente las relaciones patrón-cliente, tam bién denom ina­
la adhesión de un grupo numeroso de activistas y das clientelism o. A diferencia de la participación
atraer la atención pública. Las mujeres, los hom o­ electoral y de la actividad de los grandes grupos
sexuales, los ecologistas y los pacifistas, entre otros. de interés, las relaciones patrón-cliente suelen
202 Política y ciencia política: Una introducción

darse generalm ente a u n a escala m enor y m ás constituyen sólo algunos ejemplos de formaciones po­
individualizada. Sus orígenes se rem ontan a los líticas que, en cierta medida, han articulado sus rela­
vínculos personales que se form aban en las socie­ ciones con la sociedad sobre la base del clientelismo.
dades preindustriales entre las autoridades locales
y los aldeanos o cam pesinos que necesitaban de 2. LA PARTICIPACIÓN POLÍTICA DE LOS
aquéllas asesoram iento, favores o trabajo. En estas CIUDADANOS EN LAS DICTADURAS
relaciones, el patrón podía ser el alcalde del pueblo,
un terrateniente respetado o los notables de la lo­ Los regímenes dictatoriales, por definición, impiden
calidad, que no necesariam ente ocupaban cargos o lim itan la participación política libre de los ciuda­
oficiales. Sus clientes eran aquellos que les pedían danos. Algunas dictaduras se dotan formalmente de
favores a cam bio de lealtad y otros servicios. Los las instituciones que caracterizan a las democracias,
patronos que concedían este tipo de apoyo a una como elecciones, partidos y grupos de interés, pero
am plia clientela podían llegar a acum ular mucho la capacidad de la población para usar esos m ecanis­
poder y prestigio personal en la localidad. mos de forma efectiva es muy limitada, ya que suelen
Ya en el siglo XIX, con el desarrollo de la indus­ estar sujetos al control de los dirigentes. Aunque las
trialización, el crecimiento de los centros urbanos y dictaduras no excluyan la participación popular, la
la expansión de la democracia electoral en Estados vigilan rigurosamente y la canalizan desde arriba.
Unidos y algunos países europeos, las relaciones De ahí que se la pueda calificar como participación
patrón-cliente llegaron a las grandes ciudades y se tutelada y restrictiva.
politizaron. Las personalidades políticas, particular­ No obstante, en la medida en que los dictadores
mente las vinculadas con los aparatos de los partidos conocen el riesgo de basar su gobierno únicamente
políticos ávidos de votos, se convirtieron en patronos en el ejercicio de la violencia y tratan de obtener algu­
para toda suerte de clientes que luchaban por ganarse na aprobación de los gobernados, no es extraño que
la vida: los residentes locales que intentaban salir de celebren elecciones no competitivas. Éstas se utilizan
la pobreza, los recién emigrados del campo o de otros para pedir (y en algunos casos obligar) a la población
países. Su control sobre el gobierno municipal, sus in­ que dé su aprobación al líder máximo en unas “elec­
fluencias en las instituciones gubernamentales y sus ciones” o un referendo organizado en el que no hay
contactos con las diversas elites les perm itían repartir oposición. También se puede pedir el apoyo popular
trabajos, contratos y otros favores a una clientela cada para candidatos previamente seleccionados por las
vez más numerosa. A cambio de esta protección y estos autoridades, sin que los votantes tengan otra opción.
favores, los clientes proporcionaban a sus patronos los En muchos de estos casos, el poder de la asamblea
votos que necesitaban para controlar el gobierno. así elegida es puram ente formal, puesto que las prin­
Sobre estas relaciones clientelares se sustentaba cipales decisiones políticas se tom an en otro lugar,
lo que en la España de la Restauración (1876-1923) concretamente en la cúspide del apartado ejecutivo
se denom inaba “caciquismo”. Los partidos políticos del Estado. Estas elecciones no competitivas y los
entonces dominantes (el Conservador y el Progresista) órganos “electos” adquieren un carácter simbólico:
disponían de hombres de confianza en las provincias los símbolos de la democracia están presentes, pero
y municipios (caciques locales) que ejercían el con­ el régimen no funciona como tal. Los dirigentes
trol político de estos territorios y, a cambio de apoyo usan estos procedim ientos principalm ente para
electoral, procuraban trabajo o ayudas a las familias m anipular y controlar a los ciudadanos, dando a la
residentes en ellos. población una impresión falsa de participar en los
En la actualidad siguen existiendo redes clientela- asuntos públicos. Antes de 1989, la Unión Soviética
res de diferente tipo en muchos países. Con frecuencia y los antiguos Estados com unistas de Europa del
suele ser un partido político poderoso con acceso a Este y Central celebraban regularm ente elecciones
fondos públicos y puestos de trabajo el principal no competitivas y constituían asambleas legislati­
patrón en estas relaciones. En algunos casos, estas re­ vas con muy escaso poder político basadas en este
laciones están marcadas por el soborno, el nepotismo modelo. Cuba, China y la mayoría de las dictaduras
y otras formas de corrupción. El Partido del Congreso africanas y asiáticas existentes en nuestros días han
de la India, el Partido Revolucionario Institucional incorporado nom inalm ente a sus sistemas políticos
de México y el Partido Democrático Liberal de Japón estas instituciones propias de la democracia.
Capítulo lì ! La sociedad y la política 203

Otra forma de participación popular que utilizan darse en los regímenes no democráticos. Ahora bien,
al menos algunas dictaduras es la m ovilización de no siempre funciona. Los líderes comunistas de la
m asas. Además de ser llamados a las urnas para Unión Soviética y de sus países satelites intentaron
votar en elecciones no competitivas, adultos y niños m antener tranquilas a sus poblaciones por medio
pueden ser invitados u obligados a participar en m a­ de un "pacto social” no escrito que estipulaba la
nifestaciones o desfiles de masas organizados por el aquiescencia de la población mientras el régimen le
gobierno, a escuchar discursos propagandísticos o proporcionara acceso a determinados productos y
a involucrarse en cam pañas extraordinarias en su servicios (educativos, sanitarios, de ocio...). El comu­
escuela o lugar de trabajo. Todo ello no excluye que nismo fracasó debido, en parte, a que los dirigentes
las dictaduras puedan disfrutar de cierto apoyo entre no lograron sacar a sus economías del estancamiento
algunos colectivos de la sociedad. Muchas dictaduras y, en cierto modo, incumplieron su parte del trato.
han cultivado abiertam ente el apoyo popular au­ Si los líderes de una dictadura son realmente im ­
m entando el bienestar económico de la población o populares y la población rechaza de forma categórica
ensalzando su orgullo nacional a través de conquistas el sistema político, cobra protagonismo la oposición.
militares o propaganda nacionalista. En muy pocos Este tipo de com portamiento siempre entraña consi­
casos, estos regímenes logran realmente construir derable riesgo para quienes lo secundan y adopta dos
una base amplia de popularidad. El general argenti­ formas básicas: la disidencia y la revolución.
no Juan Domingo Perón (1895-1974) proporciona un
ejemplo significativo. Con la ayuda de su mujer Evita 2.1. Disidencia
Perón, cuyo carism a y poder de movilización social
han quedado reflejados en múltiples documentos Por disidencia se entiende el com portamiento m a­
audiovisuales (además de .en películas y musicales nifiesto en contra de un gobierno dictatorial. Puede
diversos), consiguió el apoyo de la clase trabajadora adoptar muchas formas: desde la distribución de
en Argentina gracias a la puesta en m archa de una panfletos y otras actividades pacíficas hasta actos
serie de medidas de bienestar social. Aunque ganó las terroristas. Los disidentes suelen estar dispuestos a
elecciones en 1946, 1951 y 1973, presidió un gobierno correr riesgos extraordinarios, incluso cuando son
no democrático que ha sido descrito como una forma conscientes de que la sublevación masiva no es pro­
de "autoritarismo popular”. Otras dictaduras también bable a corto plazo. La vigilancia, el encarcelamiento
han intentado granjearse el apoyo de la población con y la to rtu ra son las respuestas que reciben habitual­
diferente grado de éxito. mente de los dirigentes de la dictadura.
Este tipo de propuestas de las elites políticas a Pero la disidencia política no es exclusiva de los de­
la población se conocen como populism o. En rea­ fensores de la democracia. Algunos disidentes pueden
lidad, el térm ino populism o tiene dos significados. querer rem plazar una forma de dictadura por otra.
Cuando nace del pueblo, el populismo hace referen­ Ahora bien, los disidentes políticos más destacados
cia al anti-elitismo de determinados sectores de la en las últimas décadas han sido abiertos defensores
sociedad. Expresa la hostilidad del pueblo hacia el de las libertades y los derechos democráticos. Sin
arrogante poder de las elites. En algunas ocasiones, ánimo de exhaustividad, se relacionan a continuación
estos sentimientos pueden traducirse en una activi­ algunos de ellos:
dad política significativa, como el Partido Populista
que organizaron los agricultores y trabajadores es­ • Andrei Sajarov (1921-1989), padre de la bomba
tadounidenses en la década de 1890 contra el poder atómica soviética, fue desterrado a la aislada ciu­
de los grandes empresarios. Cuando la fuente de las dad de Gorky en los años 70 por criticar el sistema
ideas populistas se encuentra en las elites políticas, el de gobierno com unista y defender la democracia.
térm ino alude a los esfuerzos de éstas por ganarse el Cuando el dirigente soviético Mijail Gorbachov le
apoyo de los grupos desfavorecidos. rehabilitó, Sajarov exigió la libertad para todos los
Rasgos de este populismo se encuentran a menu­ presos de conciencia, convirtiéndose en 1989 en
do en las democracias cuando los políticos intentan diputado electo del último parlamento de la Unión
conseguir votos entre los sectores que sufren más de Repúblicas Socialistas Soviéticas.
problemas prometiéndoles solucionarlos. Pero, como • Nelson Mandela (1918), defensor sudafricano de la
en el caso de la Argentina peronista, también puede igualdad racial, estuvo encarcelado 27 años, antes
204 Política y ciencia política: Una introducción

de que lograra establecer con los líderes blancos del por otro diferente. Estos cambios de régimen político
apartheid (sistema de segregación racial) el acuer­ suelen implicar el uso de la violencia e ir acom paña­
do histórico que permitió a la población negra de dos de transformaciones profundas en las actitudes
Sudáfrica votar en 1994. políticas de la población y las elites.
• Vaclav Havel (1936), aclamado dram aturgo checo, Son raras las revoluciones que alcanzan el objetivo
denunció la represión y la restricción de libertades que las pone en marcha. La Revolución Americana
que el gobierno com unista de Checoslovaquia (1945- y la Revolución Francesa de finales del siglo XVIII,
1989) imponía a su población. Fue varias veces la Revolución Rusa de 1917, la Revolución China que
encarcelado entre 1970 y 1989, antes de convertirse empezó en 1911 con la caída de la dinastía Manchú
en este último año en el prim er Presidente de la y culminó en la toma de poder por parte de los co­
Checoslovaquia poscomunista y, posteriormente, m unistas en 1949, y la Revolución Iraní que derribó
de la República Checa. al Sha en 1979, constituyen tal vez los ejemplos más
• Kim Dae Jung (1925), defensor de la democracia im portantes de la historia moderna. En las últimas
en Corea del Sur durante tres décadas de gobierno décadas, la caída del comunismo en la Unión Soviéti­
autoritario, pasó 16 años en situación de prisión, ca y Europa del Este han sido consideradas auténticas
exilio y arresto domiciliario, antes de ser elegido revoluciones pacíficas a favor de la democracia.
Presidente de su país en 1997. En el año 2000, tras ¿Cuándo ocurren las revoluciones? La ciencia polí­
propiciar la reconciliación con Corea del Sur, le fue tica ofrece varias explicaciones. Todas ellas subrayan
otorgado el Premio Nobel de la Paz. la im portancia de la oposición popular al gobierno
• Aung San Suu Kyi (1945), también ganadora del vigente y, como elemento central, el deseo vehemente
Premio Nobel de la Paz en 1991 por sus esfuerzos y generalizado de mejorar las condiciones de vida.
en pro del establecimiento de la democracia en Aunque son los activistas políticos —las elites revolu­
M yanmar (Birmania), sufrió arresto domiciliario cionarias— quienes dirigen siempre las revoluciones,
desde 1989 a 1995. Sin cejar en sus reivindicaciones su éxito depende crucialmente de que logren sintoni­
en favor de la liberación de presos políticos y del es­ zar con la población.
tablecimiento de acuerdos políticos, los dirigentes Entre las diferentes explicaciones, cabe destacar las
de la dictadura birm ana han sometido a Aung San que se centran en las fuentes psicológicas de la violen­
Suu Kyi a detenciones y arresto domiciliario. cia revolucionaria. Algunas, por ejemplo, consideran
• Wang Dan (1969) encabezaba la lista de personas la actividad revolucionaria como una elección racional
más buscadas del régimen chino a la edad de 20 y ponen de relieve que la “lógica de la acción colectiva”,
años por su liderazgo en la manifestación estudian­ que parte de la pasividad política de la mayoría de los
til de 1989 a favor de la democracia en la plaza de ciudadanos, no siempre explica los comportamientos
Tiannanmen de Pekín. Tras su arresto pasó cuatro de los gobernados. El descontento de éstos puede ser
años en prisión. Cuando fue liberado en 1993, con­ tan grande que estén dispuestos a sacudirse la pasivi­
tinuó con sus actividades a favor de la democracia y dad y participar activamente contra el régimen, aun­
volvió a ser arrestado. Las autoridades comunistas que corran el riesgo de ser arrestados o heridos. Este
lo entregaron a Estados Unidos en 1998. comportamiento puede ser muy racional si se trata de
• Ali Lm rabet (1960), periodista m arroquí, fue con­ una oportunidad “única en la vida” de derrotar a un
denado en 2003 a prisión por ultraje al Rey de gobierno despreciado, si los riesgos son tolerables y
M arruecos al haber publicado caricaturas y artícu­ las probabilidades de éxito altas. Otras explicaciones
los (entre ellos, un reportaje sobre el presupuesto de prestan atención a las condiciones sociales y políticas
la Casa Real marroquí) sobre el monarca. Defensor que enm arcan las situaciones revolucionarias. Una
de la libertad de expresión, en abril de 2005 Lmra­ explicación general de las causas y los resultados del
bet fue condenado a diez años de prohibición del fenómeno revolucionario exige seguramente la combi­
ejercicio del periodismo. nación de ambos tipos de análisis.
Muchos de los mejores estudios psicológicos sobre
2.2. Revolución la revolución se basan en la teoría de la frustración-
agresión, de acuerdo con la cual las personas recurren
El térm ino revolución alude normalmente al derro­ a la violencia cuando ven frustrados repetidamente
camiento de un sistema de gobierno y su sustitución sus intentos de alcanzar objetivos. Según la hipótesis
Capítulo 11 / La sociedad y la política 205

formulada por James C. Davis (2005), las revoluciones libertad, justicia y prosperidad menos satisfactorios
no suelen ocurrir simplemente debido a la pobreza o la para la población que los que predijo Marx.
opresión, como el sentido común sugiere, sino cuando Un enfoque estructural más reciente explora las
muchas personas que han experimentado una mejoría causas de las revoluciones francesa, rusa y china,
reciente de sus condiciones de vida ven, de repente, identificando paralelism os políticos y sociales en­
empeorar su situación. En estas circunstancias, las tre los tres casos. Según Skocpol (1979), en el nivel
expectativas de estas personas se ven bruscamente político, el Estado prerrevolucionario en Francia,
frustradas y crece el temor a regresar a las deplorables Rusia y China consistía en una m onarquía absoluta
condiciones previas. Esta frustración puede conducir decadente que ya no podía resolver las presiones
a un aumento súbito del comportamiento violento, que procedentes de las potencias extranjeras. En el nivel
finalmente se dirige contra el propio régimen político. socioeconómico, en los tres países tuvieron lugar
En una línea de argumentación parecida, Ted Ro­ violentas rebeliones de campesinos, hastiados de su
bert Gurr, en su conocido libro Why men rebel (1971) inferior condición económica y social. Finalmente,
(Por qué se rebelan los hombres), identifica la priva­ en los tres países, los revolucionarios m ovilizaron a
ción relativa como la fuente principal de la frustración la población y, después de conquistar el poder, esta­
que, al menos en algunos casos, desencadena la vio­ blecieron un Estado centralizado y poderoso, dota­
lencia popular y conduce a la revolución. La privación do con una imponente burocracia. Las revoluciones
relativa se da cuando las personas perciben una gran dieron así paso a regímenes dictatoriales en lugar de
diferencia entre lo que creen que merecen y lo que se a gobiernos democráticos.
sienten capaces de conseguir en las circunstancias La actividad revolucionaria no ha disminuido en
vigentes. Si sus esfuerzos por satisfacer objetivos absoluto en los tiempos que corren. En la década de
sociales, políticos o económicos básicos se ven con­ los 80 y los primeros 90, por ejemplo, un movimiento
tinuamente frustrados y no perciben modos alternati­ de guerrilleros peruano, conocido como Sendero Lu­
vos de alcanzarlos, aumenta la probabilidad de que se minoso, realizó una cam paña sistemática de terror
impliquen en alguna forma de violencia colectiva. En con el objetivo de alcanzar el poder del Estado. La
última instancia, estas frustraciones pueden generar mayor parte de los militantes de Sendero Luminoso
grados excepcionalmente altos de violencia política procedía de zonas rurales y urbanas pobres de Perú
dirigida directamente a las autoridades gubernamen­ que atravesaban grandes penurias económicas. Su
tales. Otros estudios psicológicos se han centrado en la líder fue capturado y encarcelado en 1992. También
personalidad de los líderes revolucionarios. Colombia ha padecido durante varias décadas intentos
Entre las investigaciones sobre las revoluciones revolucionarios de derrocar a los gobiernos naciona­
también destacan las centradas en las re 2ilidades (o "es­ les. En 1999, las guerrillas rebeldes controlaban casi
tructuras”) políticas, económicas y sociales existentes la mitad del país. En nuestros días, en países como
cuando estadía la actividad revolucionaria. La teoría de Egipto y Argelia hay focos revolucionarios activos
Karl Marx (que en el Capítulo 13 se presenta con más con agendas políticas basadas en el fundamentalismo
detalle) predecía que cuando un país hubiera alcanza­ islámico. Grupos rebeldes han intentado asimismo
do una fase avanzada de capitalismo, la sociedad se tom ar el poder en Congo, Costa de Marfil, Liberia,
dividiría entre una pequeña clase de empresarios rica y Sierra Leona y otros países africanos, con objetivos
políticamente dominante (la burguesía) y una ingente políticos a menudo nada claros.
masa de trabajadores y desempleados (el proletariado).
A medida que la clase de los desposeídos aumentara y 3. EJERCICIO DE COMPROBACIÓN DE
adquiriera "conciencia de clase”, los proletairios orga­ HIPÓTESIS: LA LEY DE DUVERGER
nizarían la revolución y arrebatarían a la burguesía el
control de la economía. La existencia de numerosas
sociedades capitcdistas con grandes desigualdades 3.L H ipótesis y variables
sociales en las que no se ha producido esta revolución
ha desmentido la teoría formulada por Marx. Por otra ¿Qué factores explican las variaciones en el número de
parte, la experiencia del comunismo soviético puso partidos que presentan las democracias? El politòlogo
de manifiesto que la revolución de los trabajadores y francés Maurice Duverger (1959) estableció una rela­
la dictadura del proletariado producen resultados de ción entre el número de partidos y la naturaleza del
206 Política y ciencia política: Una introducción

sistema electoral. Duverger sostuvo que los sistemas presidió dos gobiernos m inoritarios en varias ocasio­
electorales mayoritarios a una sola vuelta producen nes durante los siguientes años y tuvo que pactar con
casi siempre sistemas bipartidistas. De acuerdo con varios otros partidos más pequeños para asegurarse
Duverger, estas dos variables se hallan tan frecuente­ el respaldo de la mayoría parlam entaria a sus pro­
mente correlacionadas, que constituyen una suerte de yectos e iniciativas. Cuando le retiraron su apoyo en
“ley” (la ley de Duverger). Entre otros ejemplos cabe 1979, el Gobierno laborista de James Callaghan cayó.
citar los sistemas electorales empleados para elegir la Aunque estos hechos ejemplifican excepciones a una
Cámara de los Comunes en Reino Unido y los sistemas pauta de predominio bipartidista, dem uestran que,
empleados en Estados Unidos para elegir la Cámara a diferencia del sistema estadounidense, el británico
de Representantes y el Senado. no responde al modelo bipartidista puro.
En esta hipótesis, la variable independiente es el De acuerdo con la ley de Duverger, Italia tendría
sistema electoral (concretamente, la existencia o au­ que haber desarrollado asimismo un sistema bipar­
sencia de un sistema electoral mayoritario a una sola tidista después de cam biar su sistema electoral en
vuelta), y la variable dependiente, el tipo de sistema los años 90 de uno de representación proporcional
de partidos (concretamente, la existencia o ausencia a otro parcialm ente mayoritario, a una sola vuelta
de un sistema bipartidista). (desde 1994, el 75 por ciento de los escaños de la
Cám ara de los Diputados se elige mediante el siste­
3.2. Expectativas y evidencia ma mayoritario y el resto m ediante representación
proporcional). Si bien se han consolidado sólo algu­
Si la hipótesis es correcta, la evidencia empírica nos partidos en Italia, aún no se ha desarrollado un
revelará que los sistemas electorales mayoritarios sistema bipartidista. El propio Duverger adm itió que
se asocian, sobre todo, a democracias dominadas los países con una tradición m ultipartidista profun­
electoralmente por dos partidos y en los que terceros dam ente arraigada pueden ta rd a r mucho en adoptar
partidos apenas representan algún papel político. el bipartidism o tras introducir el sistema electoral
La evidencia de Estados Unidos ofrece la confir­ mayoritario a una sola vuelta.
mación más sólida de la hipótesis de Duverger. En La India proporciona otra evidencia discordante
las elecciones a la Cám ara de Representantes y al con la ley de Duverger. Allí el sistema mayoritario a
Senado se aplica el sistema mayoritario para deter­ una vuelta favoreció en el pasado la dominación de
m inar quiénes obtienen los escaños. Estas elecciones un solo partido, el Partido del Congreso, que gober­
establecen una sola vuelta: los votantes no vuelven a nó ininterrum pidam ente desde 1947 hasta los años
las urnas una o dos semanas después de la prim era 80. Pero desde entonces, otros partidos, además de
vuelta para elegir entre los candidatos que ganaron obtener escaños en el Sansad (Parlamento de India),
en la prim era (como ocurre, por ejemplo, en las elec­ han participado en la formación de los ejecutivos. La
ciones a la presidencia de Francia). En consonancia India nunca tuvo un sistema bipartidista sólido, y sus
con la hipótesis de Duverger, el sistema político de gobiernos más recientes han estado formados por
Estados Unidos ha estado dominado por dos p arti­ una pluralidad de partidos en coalición.
dos, el Partido Demócrata y el Partido Republicano,
durante más de un siglo. 3.3. Conclusiones
La situación de Reino Unido reviste, sin embargo,
mayor complejidad. Este país cuenta también con La evidencia sólo confirma parcialmente la hipótesis
dos partidos —el Laborista y el Conservador— que de Duverger. Estados Unidos y Reino Unido la respal­
han dominado la política desde la Segunda Guerra dan, aun cuando el sistema de partidos británico no es
Mundial, hecho que corrobora la ley de Duverger. exclusivamente bipartidista. Ahora bien, la evidencia
Pero también algunos partidos más pequeños han de países como Italia y la India desafía las pretensiones
conseguido escaños en la Cám ara de los Comunes y, de universalidad de la ley. El propio Duverger recono­
en ocasiones, han desempeñado un papel crucial en ció que el procedimiento electoral mayoritario a una
la formación del gobierno británico. Así, por ejem­ sola vuelta “no conduce necesaria y absolutamente” a
plo, en las elecciones de 1974, ni laboristas ni conser­ sistemas bipartidistas en todas las circunstancias; más
vadores obtuvieron suficientes escaños como para bien se trata de una “tendencia general”. Con todo,
form ar una mayoría suficiente. El Partido Laborista hay suficiente evidencia en contra de la hipótesis de
Capítulo 11 / La sociedad y la política 207

Duverger, incluso formulada como tendencia general. Ley de hierro de la oligarquía


Hasta en un sistema mayoritario a una sola vuelta los Gobierno de partido responsable
pequeños partidos pueden encontrar modos de atraer Agregación de intereses
a los votantes que no están satisfechos con una oferta Alineamiento partidista estable
de sólo dos partidos. No obstante, como vimos en el Desalinemiento partidista
Capítulo 9, los sistemas electorales de representación Nueva política
proporcional tienden más que los sistemas electorales Electorado volátil.
mayoritarios a promover la proliferación de partidos Realineamiento partidista
políticos con posibilidades de obtener escaños, un he­ Sistema de partidos
cho que destacó acertadamente Duverger. Sistema de partido hegemónico
Sistema bipartidista
T ÉR M IN O S CLAVE Sistema m ultipartidista
Sistema de partidos centrípeto
(en negrita en el texto)
Sistema de partidos centrífugo
Racionalidad Grupos de interés o de presión
Lógica de la acción colectiva Articulación de intereses
Gorrón {free rider) Pluralismo de grupos de interés
Identificación partidista Corporatismo
Racionalidad lim itada Neocorporatismo
Partidos competitivos Movimientos sociales
Partidos anti-régimen Relaciones patrón-cliente (clientelismo)
Partidos hegemónicos y/o únicos Movilización de masas
Partidos distintivos Populismo
Fractura (cleavagé) Disidencia
Partidos "atrapalotodo” {catch-all) Revolución

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