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Los grandes centros y mecenas que propiciaron su despliegue.

Una nueva concepción del hombre y del mundo. Así se define la época del
Renacimiento, un movimiento cultural y humanístico que tuvo lugar en varios países de
Europa Occidental durante los siglos XV y XVI.

Una parte importante de ese esplendor cultural se debe a la existencia de los mecenas: personas
adineradas que invertían parte de sus riquezas en el arte.

El mecenazgo tuvo su época dorada durante el Renacimiento. Consistía en proveer de


alojamiento, comida o vino a un artista, a fin de que este realizase su obra. En
ocasiones, aunque pocas, se les pagaba por ello.

La figura del mecenas

Después la Edad Media, una época oscura en la que el conocimiento estaba reservado a unos
pocos, el Renacimiento intentó recuperar parte de los estudios y artes que habían sido tan
importantes durante la época clásica: filosofía, matemáticas, arte, poesía, filosofía...
Este movimiento cultural estuvo impulsado por la burguesía, una nueva clase social que se
enriqueció con el comercio y desarrolló la vida en las ciudades. Los burgueses se convirtieron
en una clase culta y refinada que se interesaba por el arte y la cultura.

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