Está en la página 1de 9

El susurro en la Casona Encantada

En un oscuro y apartado rincón del pueblo, se alzaba


majestuosa la Casona Encantada. La mansión, de
aspecto tenebroso, estaba envuelta en un halo de
misterio y tragedia. Sus paredes de piedra grisácea
cubiertas de musgo y hiedra, daban testimonio del paso
del tiempo y de un pasado olvidado.
Las ventanas, una vez esplendorosas, ahora estaban
rotas y despojadas de sus cristales. Los marcos de
madera carcomida por el tiempo crujían con cada ráfaga
de viento, como susurros desesperados en busca de
liberación. El tejado, antes majestuoso, presentaba
agujeros por donde se colaban los rayos de luna,
iluminando el interior con una luz fantasmal que tocaba
cada rincón de la casa.
Los habitantes del pueblo evitaban acercarse a la
casona debido a las historias que circulaban. Se decía
que, al caer la noche, se escuchaban susurros
provenientes del interior de la mansión. Se creía que
eran las almas en pena de aquellos que habían perdido
la vida en circunstancias misteriosas.
Martín, Laura y Alejandro eran tres amigos inseparables.
Martín, un joven de cabellos oscuros y mirada decidida,
era conocido por su astucia y valentía. Laura, una
intrépida chica de cabello rizado y ojos avispados,
poseía un espíritu curioso y una habilidad innata para
descifrar enigmas. Alejandro, un chico alto y fornido, de
voz profunda y ojos penetrantes, siempre había sido un
líder nato y no temía enfrentarse a lo desconocido.

Un día, durante una tarde lluviosa, mientras los tres


amigos compartían historias de misterio y aventuras,
surgió el tema de la Casona Encantada. Martín,
fascinado por los relatos escalofriantes, propuso la idea
de explorar la mansión y descubrir la verdad detrás de
los susurros.
 Martín: (Con entusiasmo) "Chicos, ¿han
escuchado las historias sobre la Casona
Encantada? Se dice que hay susurros misteriosos
y almas en pena. ¡Sería increíble explorarla y
descubrir la verdad!"
 Laura: (Curiosa) "Sí, he oído hablar de ella. Pero
también dicen que es peligrosa y que nadie se
atreve a entrar. ¿Estás seguro de que es una
buena idea, Martín?"
 Martín: (Decidido) "Sé que puede parecer
arriesgado, pero ¿No es emocionante enfrentar
nuestros miedos y descubrir lo que se oculta allí?
Además, somos valientes y astutos. Juntos,
podemos desvelar el misterio de la casona y tal
vez encontrar respuestas que nadie más ha
encontrado".
 Alejandro: (Interesado) "Martín tiene razón, Laura.
Imagina las historias que podríamos contar si
logramos adentrarnos en esa mansión encantada
y salir ilesos. Sería una experiencia única".
 Laura: (Dubitativa) "Está bien, lo admito, me
intriga saber qué hay detrás de esos susurros.
Pero debemos estar preparados para cualquier
cosa. ¿Creen que podemos hacerlo?"
 Martín: (Con confianza) "Claro que sí. Confío en
nosotros y en nuestras habilidades. Si nos
mantenemos juntos y seguimos nuestros instintos,
podremos superar cualquier obstáculo que
encontremos".
 Alejandro: (Animado) "Vamos a necesitar
linternas, cuadernos para tomar notas y cámaras
para capturar cualquier evidencia. Hagamos una
lista de todo lo que necesitamos y estaremos
listos para enfrentar la Casona Encantada".
Los tres amigos se prepararon con determinación y se
dispusieron a enfrentar el desafío que les esperaba en la
Casona Encantada. La emoción y la incertidumbre
llenaban el aire mientras se adentraban en lo
desconocido, listos para descubrir los secretos ocultos y
desafiar sus propios miedos.
Intrigados por el desafío y con un toque de excitación en
sus corazones, Martín, Laura y Alejandro planearon su
incursión a la Casona Encantada. Prepararon linternas,
cuadernos para tomar notas y cámaras para capturar
cualquier evidencia que encontraran.
La noche llegó y los tres amigos se acercaron
lentamente a la casona. La lluvia golpeaba las ventanas
y el viento susurraba historias antiguas. Martín, Laura y
Alejandro intercambiaron miradas llenas de
determinación y, sin decir una palabra, ingresaron al
oscuro interior de la mansión.

A medida que avanzaban, los susurros se volvían más


intensos, llenando cada rincón de la casona con voces
inquietantes y susurros incomprensibles. El aire se volvía
pesado, cargado de una energía ancestral y malévola. El
olor a humedad y a moho impregnaba el ambiente,
envolviéndolos en un abrazo frío y desolador. Sus
paredes contenían historias de tragedia y misterio, y su
presencia imponente dejaba un sabor amargo en la
boca.
En lo más profundo de la mansión, los amigos
descubrieron un estudio antiguo. Estanterías llenas de
libros polvorientos se alzaban como guardianes
silenciosos del conocimiento perdido. Los pergaminos
desgastados contenían escritos ilegibles, como susurros
del pasado atrapados entre sus pliegues.
Laura, con su mirada inquisitiva, señaló una puerta
entreabierta en un pasillo lateral. Martín asintió y, sin
dudarlo, lideró el camino hacia ella. Alejandro seguía de
cerca, protegiendo a sus amigos de cualquier peligro
inminente.
La puerta crujía al abrirse y revelaba un antiguo
estudio lleno de libros polvorientos y pergaminos
desgastados. Los susurros cesaron abruptamente,
dejando un silencio pesado y ominoso. Los amigos se
adentraron en el estudio, buscando pistas sobre el origen
de los misteriosos susurros.
Mientras exploraban la habitación, Martín encontró un
viejo diario en una estantería. Con manos temblorosas,
abrió el diario y comenzó a leer en voz alta.

 "Estoy atrapado en esta casona, rodeado de


susurros y sombras. Algo maligno acecha en
cada rincón, atrapando las almas de aquellos
que se atreven a ingresar. Si estás leyendo
esto, te suplico que te vayas y no vuelvas
nunca más".
El corazón de Laura latía con fuerza, y sus ojos se
encontraron con los de sus amigos.
 "Tenemos que salir de aquí."
Justo en ese momento, la puerta se cerró de golpe
detrás de ellos, atrapándolos en la habitación. La
oscuridad los envolvió mientras intentaban
desesperadamente encontrar una salida.
 "Maldición, estamos atrapados", exclamó
Alejandro, su voz resonando en el silencio
opresivo.
 "No podemos perder la calma", instó Martín.
 "Tenemos que encontrar una solución. Laura,
¿encuentras algo en los libros que pueda
ayudarnos?"
Laura, comenzó a buscar desesperadamente entre los
libros polvorientos. Encontró un pergamino antiguo
oculto entre las páginas de un libro titulado "El Pacto de
las Almas".
 "¡Aquí está!", exclamó emocionada. "Es un
conjuro de liberación. Si recitamos estas
palabras juntos, tal vez podamos abrir la
puerta".
Unidos recitaron el conjuro.
 Martín: (Preocupado) "¿Por qué no está
funcionando? Recitamos el conjuro tal como
decía en el pergamino".
 Laura: (Nerviosa) "No lo sé, Martín. Tal vez
hicimos algo mal o falta algo más. Debemos
encontrar otra forma de salir de aquí".
 Alejandro: (Mirando a su alrededor) "La puerta
sigue cerrada y no parece haber otra salida
visible. Necesitamos pensar rápido".
 Martín: (Respirando hondo) "No podemos
rendirnos. Debemos buscar en los libros, en los
pergaminos, cualquier pista que nos ayude a
encontrar otra solución".
Laura: (Examinando los libros) "¡Espera! Encontré
algo. Este antiguo libro del Pacto de las Almas menciona
un ritual que puede transportarnos en el tiempo.
Podríamos regresar antes de entrar a esta casa".

 Alejandro: (Entusiasmado) "Si logramos volver


atrás en el tiempo, podremos evitar todo esto y
encontrar una salida diferente".

Los tres amigos siguen las instrucciones del libro y


realizan el ritual con determinación. Una ráfaga de
energía los envuelve, y de repente se encuentran en el
mismo lugar, pero antes de haber ingresado a la Casona
Encantada.

 Martín: (Sorprendido) "¡Lo hicimos! Hemos


regresado en el tiempo. Ahora tenemos una
nueva oportunidad para evitar entrar a la
casona".
 Alejandro: (Mirando a su alrededor) " Donde
esta Laura!"
En ese momento, un grupo de sombras oscuras
emerge de las sombras y rodea a los amigos. Martín y
Alejandro intentan defenderse, pero son superados en
número y fuerza. Las sombras les advierte que ese es el
precio por devolver el tiempo.
 Martín: (Gritando) "¡No, Laura! ¡Dejen a mi
amiga!"
 Alejandro: (Luchando) "¡Suelten a Laura! ¡No
se saldrán con la suya!"
A pesar de sus esfuerzos, los amigos son incapaces
de detener el secuestro de Laura. Las sombras
desaparecen con ella en la oscuridad, dejando a Martín y
Alejandro con un sentimiento de impotencia y
desesperación.
 Martín: (Con voz temblorosa) "Tenemos que
encontrarla. No podemos rendirnos hasta que
la rescatemos".
 Alejandro: (Determinado) "Estoy contigo,
Martín. No dejaremos que se salgan con la
suya. Buscaremos pistas, buscaremos ayuda y
haremos todo lo posible para traerla de vuelta".
Después de que secuestran a Laura, pasan dos
meses llenos de angustia y determinación. Martín y
Alejandro no se dan por vencidos y continúan buscando
incansablemente durante el día en la Casona Encantada,
desesperados por encontrar el paradero de Laura.
En una fría tarde, mientras exploran una habitación
abandonada, sus ojos se posan en un retrato antiguo
colgando en la pared. La imagen muestra a un grupo de
personas sonrientes, pero lo que más les llama la
atención es que Laura aparece en la foto junto a ellos.
 Martín: (Sorprendido) "¡Mira, Alejandro! ¡Es
Laura en el retrato! ¿Cómo es esto posible?"
 Alejandro: (Asombrado) "No lo sé, Martín, pero
parece que esta foto tiene alguna conexión con
su desaparición. Debemos investigar más".

Decididos a obtener respuestas, intentan tomar el


retrato de la pared, pero era imposible moverlo.
 Martín: (Luchando contra la fuerza) "¡No
podemos permitir que nos detengan!
 Alejandro: (Con determinación) "Estoy de
acuerdo. Debemos buscar cualquier pista,
cualquier indicio que nos lleve a encontrar una
solución".

Los amigos comienzan a examinar minuciosamente la


habitación en busca de pistas adicionales. Revisan los
libros, los objetos antiguos y las notas esparcidas por la
habitación, buscando desesperadamente una respuesta.
De repente, encuentran una carta oculta entre las
páginas de un libro antiguo. La carta está escrita por un
antiguo habitante de la casona y revela un pacto oscuro
que involucra a Laura.
 Martín: (Conmocionado) "¡Escucha esto,
Alejandro! Parece que Laura fue víctima de un
antiguo hechizo que la atrapó en esta
dimensión."
 Alejandro: (Con determinación) "No dejaremos
que este hechizo maligno se salga con la suya.
Busquemos la manera de romperlo y salvar a
nuestra amiga".
Los amigos se sumergen en una investigación
intensiva, buscando conocimiento y magia antigua para
romper el pacto que mantiene a Laura atrapada. Se
enfrentan a numerosos desafíos y pruebas, pero su
determinación no flaquea.
Con el tiempo, logran descifrar el hechizo necesario
para deshacer el pacto. Con el libro del Pacto de las
Almas en sus manos, regresan a la habitación con el
retrato colgando en la pared.

 Martín: (Sosteniendo el libro) "Con el poder de


este antiguo conocimiento, rompemos el pacto
que mantiene a Laura prisionera. ¡Libérala!"
Al pronunciar estas palabras, una luz brillante
envuelve la habitación y la fuerza que los mantenía
atrapados desaparece. El retrato se desprende de la
pared y cae al suelo, revelando una imagen cambiante
de Laura, quien parece estar libre y a salvo.
 Martín: (Emocionado) "¡Laura!¡Estás aquí!
Estamos aquí para salvarte".
 Laura: (Mirando a sus amigos con gratitud)
"Martín, Alejandro, los extrañé tanto. Encontré
a las demás almas que están atrapadas en la
otra dimensión. Trate de convencerlos a que
regresaran conmigo, pero me dijeron que
tenían que guardar el secreto".
 Alejandro (confundido) “Cual secreto?”
 Laura (asustada) “No me quisieron contar, pero
salgamos de aquí antes de que cambien de
opinión.”

Los tres amigos se abrazan emocionados, sintiendo el


alivio de reunirse nuevamente. Juntos, se dirigen fuera
de la Casona Encantada, dejando atrás el oscuro pasado
y las fuerzas malignas que los acechaban. Los susurros
nunca volvieron a escucharse, y la Casona Encantada
permaneció en silencio, esperando su próxima víctima.

También podría gustarte