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MONOLOGO SOBRE EL SER Y LA

NADA.

En el vasto teatro de la existencia, el ser y la nada entrelazan sus sombras,


como danza eterna de opuestos. El ser, un susurro de existencia que se aferra
a la trama del universo, mientas la nada, un abismo silencioso, espera
pacientemente su turno en el escenario.
En la paradoja de nuestra propia existencia, somos seres condenados a ser,
pero también arrojados hacia la vida inevitable.
¿Qué significa ser? ¿es simplemente la suma de nuestras acciones y
pensamientos, o hay una esencia mas profunda que se escapa entre las
grietas del tiempo?
La nada, ese vacío que acecha en los márgenes de nuestra conciencia, nos
confronta con la de todo lo que somos. En el vértigo de la nada, descubrimos la
esencia misma de nuestra fragilidad, la certeza de que, al final, todo se
desvanecerá en la oscuridad.
¿Es el ser una construcción ilusoria para mitigar el miedo a la nada? O, por el
contrario, ¿es la nada un recordatorio implacable de la finitud que da valor y
significado a cada instante de existencia? En este dialogo perpetuo, buscamos
respuestas en la filosofía, la religión y el arte, pero la verdad se escapa como el
agua entre los dedos.
Quizás, en la intercesión entre el ser y la nada, encontramos la paradoja
fundamental de nuestra humanidad. Somos seres condenados a ser consientes
de nuestra propia finitud, enfrentándonos a la nada con cada latido de nuestro
corazón. En este escenario cósmico, interpretamos el papel de protagonistas y
espectadores de nuestra propia tragedia, mientras el telón cae inexorablemente
hacia el misterio del no ser.
En el dialogo entre el ser y la nada, se revela una danza de paradojas. La
nada, aparentemente vacía, se convierte en el espacio fértil donde germina la
posibilidad. El ser, aunque tangible, se desvanece en la efímera realidad de
cada instante. Nos encontramos en un equilibrio inestable, entre la creación y
la destrucción, entre la plenitud del ser y la vacuidad de la nada.
Así en este escenario filosófico, cada uno de nosotros es un actor solitario,
buscando significado en un guion que se escribe mientras avanzamos. En la
intercesión entre el ser y la nada, tejemos el tapiz de nuestra existencia,
sabiendo que, al final, el telón caerá, pero de nuestra influencia persistirá en las
huellas que dejamos en el vasto escenario del cosmos

Alumno: Jesús David Ortiz Chable.

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