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REPÚBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA

UNIVERSIDAD NACIONAL EXPERIMENTAL


“RAFAEL MARÍA BARALT”
VICERECTORADO ACADÉMICO
DOCTORADO EN CIENCIAS SOCIALES
ASIGNATURA: LAS FINANZAS PÚBLICAS EN AMERICA LATINA

ACTIVIDAD I
UNIDAD I. PENSAMIENTO ECONÓMICO
EN EL SECTOR PÚBLICO
MACROECONOMIA Y POLITICAS MACROECONÓMICAS

Elaborado por:
MSc. Andreina Hernández
MSc. Angeli Herrera
MSc. Paticia Machado

Maracaibo, Octubre de 2023.


INTRODUCCION

Avance, progreso, crecimiento, desarrollo, bienestar, calidad de vida,


satisfacción y felicidad son algunos de los términos que asoman derroteros
deseables para las sociedades. Mientras se señala con frecuencia, que el
crecimiento económico no genera necesariamente desarrollo, y que los altos
niveles de desarrollo tampoco aseguran la satisfacción de las necesidades de las
poblaciones, simultáneamente, se reconoce que sin crecimiento no se alcanza el
desarrollo y sin éste, resulta imposible mejorar la calidad de vida de la ciudadanía.

En 2014 y 2015 la economía venezolana evidenció el peor desempeño


macroeconómico de América Latina, caracterizado por una importante contracción
de su actividad económica, la más alta inflación del mundo y altos niveles de
desabastecimiento. Las proyecciones para 2016 son aún más desalentadoras en
términos de actividad económica, inflación y escasez, ubicando a Venezuela como
la economía con el peor desempeño macroeconómico mundial.
MACROECONOMIA

El origen de la macroeconomía se remonta a la aparición de las primeras


monedas acuñadas. En la Antigua Grecia, filósofos como Aristóteles o Platón
escribieron acerca de temas relacionados con la economía de la civilización en la
que vivían. Con el paso del tiempo, las diferentes corrientes de pensamiento
económico como el mercantilismo, los fisiócratas o los clásicos, con Adam Smith a
la cabeza, estudiaron aspectos a nivel macroeconómico.

De hecho, algunas de estas obras son las siguientes:

François Quesnay – Tableau Economique (1755).

Adam Smith – Investigación sobre la naturaleza y causa de la riqueza de las


naciones (1776)

David Ricardo – Principios de Economía Política y Tributación (1817)

Pero no fue hasta el año 1933 cuando se acuñó el término que hoy
conocemos como macroeconomía. Fue acuñado por el primer Premio Nobel de
Economía, Ragnar Frisch. Posteriormente, gracias a las contribuciones de John
Maynard Keynes, el concepto de macroeconomía se fue extendiendo entre la
comunidad económica. Esto supuso la aparición de un nuevo campo de estudio
que se encargaba de analizar las variables económicas agregadas.

DEFINICIONES BÁSICAS

La macroeconomía como "Estudio de los fenómenos que afectan el


conjunto de la economía como la inflación, el desempleo y el crecimiento
económico" desempleo y el crecimiento económico"

Según Susana Gil, la macroeconomía estudia el funcionamiento global de la


economía como conjunto integrado, para así poder explicar la evolución de los
agregados económicos.
QUÉ ESTUDIA LA MACROECONOMÍA

La macroeconomía estudia temas relacionados al análisis global de la


economía. Es decir, no se centra en las dinámicas generadas entre dos agentes
del mercado, sino que observa el conjunto del país (o región). Los aspectos en los
que más suele centrarse la macroeconomía son la producción y los precios. Así,
ambos se analizan con el fin de tomar decisiones de política económica.

Otro de los aspectos más importantes de la macroeconomía es que suele


ser más abstracta que la microeconomía. Por ejemplo, cuando se habla de
Producto Interior Bruto, es difícil relacionar ese concepto con algo tangible. En
cambio, cuando en microeconomía hacemos alusión al precio de una mercancía
es algo perfectamente identificable en la vida diaria.

¿PARA QUÉ SIRVE LA MACROECONOMÍA?

La macroeconomía es útil porque nos permite analizar la mejor forma de


conseguir los objetivos económicos de un país. La política económica es la
herramienta que tienen los gobiernos para alcanzar esos objetivos como, por
ejemplo, conseguir la estabilidad en los precios, lograr el crecimiento económico,
fomentar el empleo y mantener una balanza de pagos sostenible y equilibrada.

Los datos utilizados para el análisis macroeconómico se derivan de la


observación y de la estadística. De este modo, si se quiere analizar el
comportamiento de los precios desde un punto de vista macroeconómico, se
realiza un promedio de todos los precios de los bienes y servicios que conforman
la economía de un país o región, obteniendo el nivel general de los precios
mencionados. Por otra parte, si se desea estudiar el desempleo, se tendrán que
obtener aquellas características comunes a las distintas industrias y definir las
medidas que permitirán reducir la tasa de paro a lo largo del conjunto de la
economía.

La macroeconomía estudia la ley de oferta y demanda desde un punto de


vista agregado, es decir, la oferta agregada de bienes y servicios de un país y la
demanda agregada, como el consumo total de un país. Asimismo, es una de las
ramas en que se divide la teoría económica. La otra es la microeconomía, que
analiza el comportamiento económico de las personas, familias y empresas.

Entre los ejemplos más destacados de variables macroeconómicas, nos


encontramos: el nivel de precios, el desempleo, la balanza de pagos o el
crecimiento económico.

POLÍTICAS MACROECONÓMICAS

Una de las ramas de la ciencia económica es la economía normativa en la


cual prevalece los juicios de valores y el pensamiento sobre lo que debería ser,
esta rama de la economía constituye la política económica, cuya esencia es
determinar la prioridad de objetivos y la idoneidad de los instrumentos elegidos (O
´Kean, 2000). En este sentido, la política económica es fundamentalmente acción
(Praxis) y hasta se define como un arte, ya que su implementación y éxito en
cuanto al logro de los objetivos es sumamente complejo debido a que los recursos
son escasos y tanto las necesidades como los objetivos son múltiples.

La política macroeconómica se refiere a las acciones e intervenciones del


Estado para influenciar el desempeño de las variables macroeconómicas
(crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB), tasa de inflación, nivel de empleo,
ingresos y gasto público, balanza de pagos, etc.) y alcanzar objetivos previamente
definidos.

El producto interior bruto (PIB) es un indicador económico que refleja el


valor monetario de todos los bienes y servicios finales producidos por un territorio
en un determinado periodo de tiempo. Se utiliza para medir la riqueza que genera
un país. También se conoce como producto bruto interno (PBI).

Entre los objetivos relevantes de la política macroeconómica se encuentran


el logro del crecimiento económico, esto es, la expansión sostenida a través del
tiempo del producto Interno Bruto por habitante (PIB per cápita) en un clima de
estabilidad de precios (baja tasa de inflación), de pleno empleo y de mejora de la
distribución del ingreso. En el corto plazo son objetivos relevantes de las políticas
generales el mantenimiento de los equilibrios macroeconómicos fundamentales.
Entre los diferentes objetivos de política económica siempre existe una
prioridad que está en función de las condiciones estructurales y coyunturales de la
economía, así como también de la posición ideológica de los responsables de la
toma de decisiones.

Las políticas macroeconómicas y sus efectos han sido ampliamente


estudiadas, sobre todo a partir de 1980, cuando los programas de estabilización y
ajuste estructural se ejecutaron en diversos países para enfrentar los problemas
originados por la crisis de la deuda externa. La relevancia de los impactos de la
política macroeconómica por ejemplo sobre los sistemas alimentarios nacionales
hoy no se discute. En tal sentido, Schejtman ha planteado que:

"...la política fiscal, la política monetaria y crediticia, la política salarial y la


política de comercio exterior y, en particular, los principales " precios
macroeconómicos" (tasas de interés, tasa de salarios y tipo de cambio) inciden de
modo tan significante en los precios relativos de los alimentos, en los términos de
intercambio rural urbano y en el poder de compra de los consumidores, que buena
parte de la política alimentaria debe dedicarse a corregir (y no siempre con éxito)
los efectos indeseados de las políticas indicadas"

A través de la política monetaria y cambiaria, la política fiscal y la política


comercial el gobierno afecta los precios relativos de la economía. Esto es, los
incentivos o señales que sirven para que los agentes de los diferentes sectores,
entre estos el sector agroalimentario, tomen sus decisiones sobre qué, cuánto,
cómo y para quién producir. En el largo plazo las políticas macroeconómicas
determinan las tasas de crecimiento tanto de las actividades económicas urbanas
como de las rurales.

Mediante la política monetaria y cambiaria se afecta: a) las tasas de interés


(el precio de usar dinero ajeno) y, b) el precio de la moneda extranjera en términos
de la moneda nacional (tipo de cambio). En una economía abierta al comercio
internacional el tipo de cambio se convierte en el macro-precio relevante, por
cuanto determina los precios relativos de los bienes nacionales en relación con
aquellos que pueden ser importados.
El carácter de la política monetaria (expansiva o restrictiva de la oferta
monetaria) afectará también los precios domésticos (entre ellos los de los
alimentos y de las materias primas agrícolas). Así, una política monetaria
expansiva ejercerá presiones inflacionarias al estimular la demanda de bienes y
servicios. No obstante, una política monetaria expansiva al aumentar la liquidez
disminuye el precio del dinero ajeno y facilita los créditos para los sectores
productivos a menores tasas de interés. En contraste, una política monetaria
restrictiva de la oferta de dinero puede producir efectos contrarios a los antes
señalados.

La política cambiaria afecta el precio en moneda nacional de las


importaciones y de las exportaciones. Así, un tipo de cambio real depreciado
disminuirá las importaciones (agroalimentarias) al encarecerlas y estimulará las
exportaciones (agroalimentarias) debido a su abaratamiento. Por el contrario, la
apreciación del tipo de cambio real tendrá el efecto opuesto al abaratar las
importaciones mientras que encarece la producción nacional. Este tipo de política
termina por producir un efecto equivalente al de un impuesto sobre el sector
productivo nacional. Las políticas que tienden a apreciar o a depreciar
exageradamente y durante períodos largos el tipo de cambio terminan por
distorsionar la asignación de recursos y evitan que las inversiones se dirijan hacia
la producción de bienes transables (aquellos que pueden ser exportados o
importados) para los cuales el país está mejor dotado de recursos.

Mediante la política fiscal (política de ingresos, gastos y endeudamiento) el


gobierno decide la aplicación de impuestos y sus prioridades al asignar recursos
para diferentes programas sectoriales (financiamiento, subsidios y apoyo a los
productores agrícolas, infraestructura, capacitación y transferencia de tecnología,
subsidios a consumidores, etc.). Los impuestos, dependiendo de su naturaleza
directos (impuesto sobre la renta) o indirectos (como el impuesto al valor agregado
(IVA) pueden contribuir a aminorar la regresiva distribución del ingreso. Los
impuestos indirectos tienden a incidir negativamente en mayor proporción sobre
los pobres, en tanto que el impuesto sobre la renta de carácter progresivo permite
que quienes tengan mayores ingresos paguen más al Estado, para que éste
redistribuya de acuerdo con sus prioridades. Una estructura impositiva donde
tengan importancia relativa elevada los impuestos indirectos (como el IVA) puede
incidir negativamente sobre el poder de compra de los pobres y afectar
negativamente su seguridad alimentaria.

La política fiscal si es de carácter expansivo también puede afectar la oferta


monetaria incrementándola y por esta vía ejercer presiones inflacionarias. De otro
lado, si el gobierno central requiere de financiamiento para cubrir el déficit fiscal
puede aumentar la demanda de créditos o de dinero de los bancos y por esta vía
aumentar las tasas de interés, lo que afecta negativamente las inversiones del
sector privado de la economía.

La política comercial define las acciones del Estado para incidir sobre los
flujos de comercio exterior. Esto repercute sobre los precios de las importaciones y
exportaciones, y consecuentemente en la disponibilidad doméstica de bienes y
servicios (entre éstos los bienes agroalimentarios). La política comercial se
expresa mediante la fijación de aranceles a las importaciones y exportaciones,
cuotas-contingentes de importación, subsidios a importaciones y exportaciones y
otras medidas.

Los tres macro-precios relevantes de la economía: el tipo de cambio real, la


tasa de interés real y los salarios reales se conforman como un resultado de la
acción de la política macroeconómica. Dichos precios sirven de orientación para la
asignación de recursos en los diferentes sectores de la economía. El tipo de
cambio real define la relación entre los precios de la producción nacional y los
bienes y servicios importados. El tipo de interés real define el costo de oportunidad
de las inversiones. Los salarios reales por su parte definen el poder de compra de
los consumidores (capacidad para demandar bienes y servicios, entre ellos los
alimentos). La determinación de los macro precios incide en los términos de
intercambio entre la ciudad y el campo (urbano-rural) y el precio-renta de la tierra.
CASO VENEZUELA

La política macroeconómica nacional, que establece como objetivo principal


aumentar el empleo y la producción, es temporalmente consistente, se refiere a
que si en el largo plazo la economía podría mantener el nivel de empleo con altas
y volátiles tasas de inflación, que representa un desequilibrio macroeconómico, y
con la inestabilidad temporal de los ingresos petroleros cuyo principal elemento de
variabilidad lo ejerce los niveles de precios de la cesta petrolera.

Es importante destacar que el desempeño negativo de Venezuela en


términos de actividad económica se inició en el primer y segundo trimestre de
2014; paradójicamente, cuando el precio del petróleo era todavía muy alto: 88,4
dólares por barril promedio para ese año. Es decir, la crisis económica de
Venezuela comenzó antes de la caída del principal producto de exportación de
Venezuela, el petróleo. En este sentido, la caída de la materia prima más volátil
del mundo en el periodo 2014-2018 ciertamente exacerbó el desequilibrio
macroeconómico, pero no fue el origen del colapso.

En su lugar, un desacertado modelo de desarrollo implementado durante


dieciocho años fue el verdadero origen del colapso de la economía venezolana,
particularmente:

1) una incoherente política económica, caracterizada entre otros factores


por una inflexible política cambiaria, con controles de cambio y tipos de cambio
múltiples, que produjo una fuerte apreciación de los tipos de cambio oficiales (y
que generó un auge de importaciones y la destrucción del aparato transable de la
economía)

2) un ambiente de hiperregulación (controles de precios, de cambio, de


tasas de interés, en el ámbito laboral, etc.)

3) sistemáticas expropiaciones y nacionalizaciones que contrajeron el


aparato productivo y generaron flujos de inversión privada nacional e internacional
de los más bajos de su historia
4) crecimientos sustanciales de los niveles de endeudamiento y completo
agotamiento de los recursos ahorrados en el Fondo de Estabilización
Macroeconómica (FEM).

A ello se une una deuda pública contraída a precios muy bajos y en altos
volúmenes, gracias al efecto colateral que generaron los altos precios del petróleo
durante el periodo 2004-2014, lo cual condujo a que la deuda pública total
venezolana creciera de manera significativa en ese periodo. Todo esto dejó al país
sin ninguna posibilidad de realizar una política fiscal contracíclica durante la caída
de los precios del petróleo.

Al analizar la evolución del PIB de los países de Sudamérica para el periodo


1999-2018 (Gráfico I), observamos que Venezuela exhibió el crecimiento más bajo
de la región, e incluso fue el único país del bloque que mostró un crecimiento
acumulado negativo en los últimos dieciocho años, producto de una desacertada
política económica y la profundización de un modelo rentístico petrolero que,
aunado a la ausencia de disciplina fiscal y monetaria, han derivado en un entorno
económico ampliamente desfavorable caracterizado por el deterioro del aparato
productivo nacional, alta y persistente inflación, altos niveles de escasez de bienes
y servicios, endeudamiento creciente y reducción de la inversión extranjera en el
país.

En definitiva, el modelo de Venezuela representa, en primer lugar, el


agotamiento de un modelo de desarrollo basado en la inyección de petrodólares
en la economía. Junto a ello, constituye un ejemplo de crecimiento basado en los
incrementos del gasto público, gracias a los coyunturalmente altos precios del
petróleo, a la alta tasa de endeudamiento, el déficit del Fondo de Estabilización
Macroeconómica y al aumento del consumo, que no estaba respaldado por una
mayor producción bienes y servicios e inversión privada. En esencia, una política
económica muy inconsistente, que incrementó el control del gobierno en la
economía y, en general, la implementación de un modelo de desarrollo que
rechazó completamente la iniciativa privada y llevó a la economía venezolana al
colapso macroeconómico.
El petróleo puede generar esas paradojas económicas y crear las
condiciones para que proyectos políticos completamente desprovistos de un
mínimo de sensatez económica gobiernen por un largo tiempo. Inclusive, esos
proyectos políticos pueden retardar los tiempos de los ajustes, pero tarde o
temprano, hasta una economía petrolera con abundantes recursos naturales, tiene
que enfrentar las consecuencias del mal manejo macroeconómico y del errado
modelo de desarrollo adoptado. Para la economía venezolana, desafortunada o
afortunadamente, el momento de rendir cuentas sobre estas decisiones ha
llegado, la forma de hacer y de formular las políticas macroeconómicas en
Venezuela ha tenido diferentes cambios estructurales e institucionales.

Después de siete años y medio de contracción, la economía venezolana


experimentó un leve crecimiento durante el segundo semestre de 2021 y el primer
semestre de 2022. Este giro en el comportamiento de la actividad económica fue
promovido por un incremento del gasto del sector privado, incentivado por la
superación de los efectos del COVID-19, el levantamiento de facto de los controles
de precios y el tipo de cambio y una mejora en los precios del petróleo. El ritmo de
la actividad económica comenzó a debilitarse con rapidez a partir del segundo
semestre de 2022, como consecuencia del impulso monetario generado por las
compensaciones salariales que el Gobierno otorgó al sector educativo público.
Gráfico I. Evolución del PIB per cápita 1951-2018
(Miles de Bolívares a precios de 1997)

Fuente: http://www.bcv.org.ve/c2/indicadores.asp BCV AGREGADOS


MACROECONÓMICOS: PIB a precios corrientes y constantes. Serie desde 1950
CONCLUSIONES

América Latina afronta una compleja situación económica causada por

diferentes factores, entre ellos la caída del precio de los productos básicos, la

disminución del comercio mundial y los escasos avances en la productividad. A

pesar de esos factores, las estimaciones señalan que la región se contraerá un -

0,5% promedio, aunque la mayoría de las economías tendrían un buen

desempeño en términos de crecimiento. La gran excepción es Venezuela, que

tendrá una fuerte contracción del PIB y un año consecutivo de recesión combinado

con la inflación más alta del mundo.

La historia reciente, la evidencia empírica y lo antes descrito muestran que

en Venezuela un ciclo negativo de desempeño macroeconómico y caída en la

aprobación de gestión del gobierno están correlacionados y, como indican las

proyecciones económicas, estarán presentes por un tiempo más. Sin embargo, la

gran incógnita sigue siendo cuándo y cómo terminará este muy “inestable

equilibrio” económico y político de Venezuela.


BIBLIOGRAFIA CONSULTADA

https://economipedia.com/definiciones/politica-macroeconomica.html

https://www.realinstitutoelcano.org/analisis/venezuela-en-colapso-

macroeconomico-que-se-puede-esperar/

https://www.ucab.edu.ve/wp-content/uploads/2023/05/Informe-de-coyuntura-IIES-

UCAB-abril-2023_compressed.pdf

https://cedice.org.ve/ogp/reporte/venezuela-en-cifras-marzo-2023/

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