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EFESIOS: LAS RIQUEZAS DE SU GRACIA

LECTURA BIBLICA: EFESIOS 4. MEMORIZAR: EFESIOS 4:31


EL ANTIGUO Y EL NUEVO ANDAR. (Continuación)
16.-MALICIA. La palabra malicia se puede definir como el deseo de hacer mal a alguien o de
actuar en forma mala hacia alguna persona, la palabra griega que se usa para malicia, habla en
términos generales de una inclinación hacia mal con énfasis en el engaño y la falsedad. La
malicia está asociada con la soberbia, siendo joven David fue mal acusado de parte de su
hermano Eliab, al ver que David había sido enviado por su padre para llevar provisiones a sus
hermanos y llegó al campo de batalla lo consideró como malicioso con un corazón de soberbia.
(1ª. Samuel 17:28) y ciertamente así es la persona maliciosa actúa con soberbia sobre otros.
También el siervo de Dios llamado Job fue acusado indebidamente por uno de los que se
consideraban sus amigos, Elifaz le dice que su malicia es grande, (Job 22:5) por supuesto esto
era una acusación falsa ya que claramente Dios da testimonio de que Job era un hombre recto. La
malicia es una fortaleza espiritual de maldad, y tiene relación con la desconfianza es decir que el
que tiene malicia prefiere pensar con astucia, tal fue el caso de aquellos hombres religiosos que
buscaban a Jesús para encontrar alguna falta, haciéndole preguntas con el aparente interés pero
en realidad buscaban encontrar algo para acusarle, Jesús les llamó hipócritas, porque el malicioso
así actúa con aparente interés y amistad pero en realidad busca alguna falla para juzgar a otros.
(Mateo 22:15-22) el malicioso no es compasivo como Jesús, por el contrario, buscará alguna
falta y buscará derribarlo aún más, el corazón del hombre en general es malicioso, así lo dijo el
profeta que engañoso es el corazón y perverso. (Jeremías 17:9) y desafortunadamente así
vivimos en el pasado en nuestra vida sin Cristo, siguiendo lo malo y actuando maliciosamente.
(Tito 3;3) pero no debemos justificarnos sino más bien reconociendo que eso ya quedó en el
pasado y por lo tanto como hemos estudiado en nuestras lecciones debemos vivir en un nuevo
andar, ya no seguir el andar antiguo. La malicia, así como la maldad son dos palabras que se
usan para hablar de una persona carente de bondad, así que se puede considerar malicioso a todo
ser humano que no está dispuesto a brindar ayuda a quien lo necesita, ni demuestra compasión
por los que sufren especialmente por aquellos que viven sin Cristo. Malicia y maldad van de la
mano, así como la sinceridad y verdad van de la mano, esto contrasta notablemente, por lo tanto,
somos llamados a celebrar la nueva fiesta, no con los panes de maldad sino de sinceridad y
verdad. (1ª. Corintios 5:8) la palabra de Dios insiste que debemos quitar de nuestra vida la
malicia, así se nos recuerda también en la carta que se escribió a los creyentes en Colosas,
(Colosenses 3:8) para que el creyente pueda crecer espiritualmente se debe desechar toda
inmundicia y abundancia de malicia y recibid con mansedumbre la palabra implantada. (Santiago
1:21) La malicia es la tendencia o inclinación apasionada a lo malo o lo contrario a lo virtuoso,
habla de la intención oculta y mala con la cual se procede, propensión a hacer mal, habla de una
sagacidad para engañar, así como es lo contrario a la equidad o igualdad, a la falta de equilibrio y
también a lo que es injusto. Los niños se caracterizan por no ser tan maliciosos, por eso el
apóstol Pablo los puso como ejemplo, a los cuales debemos tratar de imitar, “Sed niños en la
malicia” (1ª, Corintios 14:20) No solamente el apóstol Pablo nos habla sobre la importancia de
desechar la malicia, sino también el apóstol Pedro nos da esta exhortación. (1ª. Pedro 2:1)
nuestra vida cristiana va a ser saludable y creciente en la medida que desechemos la malicia y
nos llenemos de la palabra de Dios.

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