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Este documento resume dos conceptos bíblicos: la gritería y la maledicencia. La gritería se define como un bullicio fuera de control debido a la ira y el enojo, lo que refleja al viejo hombre. La maledicencia implica difamar y dañar a otros a través de chismes y calumnias, lo que proviene de un corazón amargo. Ambos son conductas que los creyentes deben evitar y en su lugar vestirse del nuevo hombre caracterizado por el amor, el perdón y la bondad hacia los demás.
Este documento resume dos conceptos bíblicos: la gritería y la maledicencia. La gritería se define como un bullicio fuera de control debido a la ira y el enojo, lo que refleja al viejo hombre. La maledicencia implica difamar y dañar a otros a través de chismes y calumnias, lo que proviene de un corazón amargo. Ambos son conductas que los creyentes deben evitar y en su lugar vestirse del nuevo hombre caracterizado por el amor, el perdón y la bondad hacia los demás.
Este documento resume dos conceptos bíblicos: la gritería y la maledicencia. La gritería se define como un bullicio fuera de control debido a la ira y el enojo, lo que refleja al viejo hombre. La maledicencia implica difamar y dañar a otros a través de chismes y calumnias, lo que proviene de un corazón amargo. Ambos son conductas que los creyentes deben evitar y en su lugar vestirse del nuevo hombre caracterizado por el amor, el perdón y la bondad hacia los demás.
EL ANTIGUO Y EL NUEVO ANDAR. (Continuación) 15.-GRITERÍA. La gritería se puede definir como el bullicio de una contienda fuera de control, es una reacción negativa a las provocaciones de otras personas, desde luego es una manifestación del viejo hombre, es también la manifestación de una lengua desenfrenada, debido a la soltura de las emociones para ventilar un disgusto y resentimiento, es una característica de un mal genio, es parte del mal tesoro del cual Jesús habló en Mateo 12:35, es una de las tantas manifestación de una mala lengua, la cual es “un mundo de maldad”. (Santiago 3:2-12) esta palabra describe la conducta de la persona que no controla el enojo y que no está dispuesta a perdonar, cuando hay amor en el corazón no cabe la amargura, el enojo, la ira y la gritería. No se puede pasar por alto que otros nos pueden afligir, pero dejarnos llevar por la ira y gritería es un daño que se hace uno mismo, la lista que el apóstol Pablo menciona son las reacciones de la persona provocada y no son en ningún sentido necesarias o ineludibles, esas palabras describen la reacción del viejo hombre a las provocaciones de la vida, pero el creyente debe ser renovado en el espíritu de su mente y se ha vestido del nuevo hombre. La gritería viene de un corazón enojado, (2ª. Samuel 19:42,43) Seba hijo de Bicri fue un hombre perverso. (2ª. Samuel 20:1) No hay reposo cuando uno contiende. (Proverbios 29:9) el furioso muchas veces peca. (Proverbios 29:22) la gritería viene de la ira, (Hechos 19:28) la gritería en algunos casos va acompañada de furia. (Hechos 22:23) nace también de un corazón envanecido, (1ª. Timoteo 6:4) es manifestación de hombres corruptos de entendimiento. La gritería también se puede definir como: Clamores fuertes de enojo, llorar ruidosamente, discutir violentamente y todo es por la carnalidad del creyente que vive y actúa según el viejo hombre. 16.-MALEDICENCIA. Esta palabra significa: Acción o hábito de maldecir o denigrar. Es una acción asociada a la murmuración, calumnia y engaño, es parte de una manifestación de la amargura, la maledicencia incluye burlas, chismes y enredos lo que conduce es a denigrar a los demás, se ve en personas que buscan dañar a los demás. Esto significa que se divulgan informes que dan conocer los chismes. Este pecado como otros más viene de un corazón malo, (Marcos 7:21,22) en la Iglesia de Corinto que era mayormente una Iglesia llena de carnalidad, aparece entre otros pecados. (2ª. Corintios 12:20) Es muy importante mantener un buen testimonio, como en el caso de las viudas que menciona el apóstol Pablo a Timoteo: “…que no den al adversario ninguna ocasión de maledicencia” (1ª. Timoteo 5:14) mucha gente estará buscando algún detalle o defecto o error o inclusive algún pecado para mostrar su carnalidad, será leña para el chismoso. Es un término que hace referencia al hábito o la mala costumbre de maldecir e incluso de difamación que causa daños en la gente, es muy importante no nos dejemos influenciar por el mal. Es lamentable, pero es muy frecuente entre los creyentes, que comienzan con palabras suaves en el oído al hablar de otros y luego va creciendo hasta convertirse en un gran incendio por las llamas avivadas de la maledicencia. Los creyentes afectados por la amargura y la envidia son quienes son más maledicentes, asimismo los creyentes que practican la calumnia se insultan a si mismos. Al ser maledicentes es claro que no hay amor hacia el prójimo y a la vez hacia Dios, porque como dice la palabra del Señor, como podemos decir que amamos a Dios y aborrecemos a nuestro prójimo, en realidad somos mentirosos. (1ª. Juan 4;20) no debemos dar lugar al diablo como nos advierte la Escritura, ya que lo que el enemigo quiere es destruir la obra de Dios.