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El lugar

Ubicado a 75 km. al sudeste de la ciudad de San Cayetano, y a 40 km. de la


intersección de la ruta nacional 228 con la ruta provincial 75, se accede con facilidad a
través de un camino entoscado, entre médanos y aguadas, bordeado por una frondosa
vegetación que, a la par que fija los médanos, enmarca la belleza con que ha dotado la
naturaleza este sector del Atlántico.

Este atractivo lugar ofrece las comodidades necesarias para gozar de unas vacaciones
en contacto directo con la naturaleza: campings dotados de todas las comodidades
(luz, agua, sanitarios, parrillas, cantinas, restaurant, etc.). Más de 100 propiedades
forman la villa balnearia de San Cayetano, con una construcción muy moderna e
inmejorable plantación de árboles y plantas en calles y espacios libres. Las playas son
de gran amplitud y representan un gran atractivo para los turistas que las visitan, sobre
todo por su tranquilidad para pasar las vacaciones en familia.

CONOCÉ NUESTRA PLAYA

Geografía[
El Balneario de San Cayetano dispone de un solo camino (21 km de ripio) que parte desde la Ruta Provincial
72. El camino posee diversos paisajes antes de llegar al balneario en sí. Podremos observar grandes chacras
hasta un punto donde nos encontramos un lago próximo a una subida con elevación, donde atravesaremos un
pequeño pinar. Luego de esto pasaremos por el pequeño poblado del lugar y nos asombraremos al ver las
dunas que nos dan el aviso de que llegamos a la costa.

Podés practicar deportes de agua, pesca deportiva, gozar de la vida al aire libre y, por supuesto,
descansar.
El Balneario está a 75 km. de la ciudad de San Cayetano, se encuentra emplazado entre
médanos, una amplia vegetación y hermosos paisajes. La tranquilidad y la naturaleza son sus
rasgos distintivos. La vida en la villa se caracteriza por la posibilidad del disfrute en familia de
espacios verdes y recreativos.

Paseá por los 28 km. de playa donde se forman pequeñas bahías, hay afloramientos rocosos
y muchos médanos.

Contás con servicios hoteleros, gastronómicos, proveedurías y de boliche.


IMPORTANTE: El Balneario no cuenta con estación de servicio, cajeros, bancos,
farmacias o señal de telefonía celular. Para comunicarse con prestadores turísticos,
utilizar Whatsapp.

QUE HACER
Conocé los paseos e historias del Balneario

Centro Cívico

En el edificio del Centro Cívico funciona la Oficina de Turismo (abierta en verano), el Museo Svend
Fabricius y una delegación de la Biblioteca Bernardino Rivadavia del Club Juventud Ciclista. Aquí podrá
solicitar toda la info necesaria para el viajero, la clásica tabla de mareas, las ecobicis para pasear por la villa
de manera amigable, usar material de lectura o simplemente conocer un poco la historia del Balneario.

Sendero Interpretativo SEEA «La Salada»

Comienza a unos 200 mts. del Centro Civico, recorre 2,7 kms y finaliza en la laguna recreativa «La Salada».
Es un sendero peatonal autoguiado, con miradores y cartelería indicativa de las diferentes especies de
aves y plantas que habitan en el lugar.

Área recreativa laguna «La Salada»

La laguna “La Salada” posee área recreativa, la cual es un excelente complemento de la playa. Allí podés
pescar, andar en kayaks y hacer deportes acuáticos. También cuenta con servicio de parrillas, sombrillas y
baños públicos. Es un excelente espacio para estar en contacto con la naturaleza y la flora y fauna autóctona.

Concurso de pesca «LA RUBIA DE SAN CAYETANO»

Organizado por el Club de Pesca San Cayetano, se realiza los últimos días de febrero de cada año. El
premio mayor se otorga a la corvina rubia de mas peso. También son premiadas las piezas variadas de
mayor peso.

Pagrus I

Es un barco pesquero que encalló en abril de 2006, y está a 9 km al oeste de la villa balnearia. La empresa
dueña decidió donarlo a la comuna y el municipio lo emplazó sobre la playa. Posee un casco de madera, de
17,90 metros de eslora, 6,40 metros de manga y 2,45 m. de puntal. En febrero de 2021, una sudestada lo
partió en 2 partes.

Centro Cívico
Laguna La Salada

Pagrus I

Biblioteca Rivadavia

Museo Svend Fabricius


Ecobicis

Laguna La Salada

Postales del Balneario

Laguna «La Salada»

Sendero Interpretativo SEEA «La Salada»


Charrúa

Es un barco de origen italiano. Desde noviembre de 1951 hasta agosto de 1963 estuvo al servicio de
Transportes Navales de la Armada Argentina. Luego de varios dueños, en 1978 fue vendido a una empresa
uruguaya y rebautizado CHARRÚA, hasta que el 7 de marzo de 1979 encalló en una zona rocosa a 4 km hacia
el oeste de la villa balnearia. La mayor parte de la embarcación está en el agua y es fácilmente identificable,
sobre todo cuando hay bajamar; también hay partes que el mar se ha encargado de desmembrar y luego la
marea las ha diseminado sobre la playa. A unos 100 metros de la costa pueden hallarse fragmentos
importantes de las “costillas” de su casco.

Monolito

Inaugurado en enero de 1971. Está ubicado a 3 km. hacia el este de la zona de baño en Punta Sliper, punta
rocosa que se interna en el mar donde se dan las mayores profundidades de la costa. Es un lugar
equidistante entre los faros de Claromecó y Quequén, lugar en el que se anhelaba un puerto pesquero con
su respectivo faro.

Pinarte

Nace del cruce de dos ejes: el cambio de la oferta cultural tradicional en el Balneario y la decisión de
incorporar el arte público. Del trabajo conjunto con el Grupo Ciudad Creativa de Necochea surge el proyecto
de realizar una intervención artística en «El Pinar» y sobre el carro regador de calles. Durante 3 días un
equipo base de 15 personas con la participación de 150 turistas realizan ambos proyectos culturales.

Charrúa

Restos del Charrúa


Monolito

Pinarte

Pinarte

Pinarte
Postales

Postales

Plazas

Espacios verdes y de esparcimiento para toda la familia


Secreto de la costa: El balneario exclusivo de
sosiego y playas inmensas que pocos conocen
Con una poblacion estable de 60 habitantes, el numero de visitantes trepa hasta casi dos mil en
temporada.Gentileza Municipalidad San Cayetano
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LA NACION>Revista Lugares

Evoca a Mar de las Pampas o a Carilo en sus inicios. Aunque ya cumplio 54 anos, el balneario
San Cayetano mantiene un ritmo propio, sereno, sin estridencias y al ritmo de la naturaleza, a
80 km de Necochea.
28 de marzo de 202303:00
Cristina Noble
ESCUCHAR

La mayoría de los porteños –e incluso muchos vecinos de localidades más cercanas– ni siquiera
escucharon hablar de este pequeño paraíso. Ubicado en el sudeste bonaerense, a no más de 80 km
de Necochea, 200 km de Mar del Plata y 557 km de la ciudad de Buenos Aires, el balneario San
Cayetano seduce a quienes eligen descansar lejos de la agitación de los grandes centros urbanos y a
los amantes de la naturaleza.
Las playas son amplísimas y estan enmarcadas por medanos y una vegetacion frondosa de siempre verdes y
pinos.Gentileza Municipalidad San Cayetano

Allí no llegan ni colectivos locales, ni ómnibus de larga distancia. La costa amplísima está ceñida
por bosques cercanos y calles sombreadas por acacias, aguaribayes y fresnos entre casas bajas –
unas 100– de estilo californiano y moderno.

Con una población estable de apenas 60 almas, aunque esa cifra se multiplica en los veranos, el
balneario logra conservar el pulso singular, casi zen, que le imprimen sus habitantes. “Cada
temporada, entre los vecinos que tienen casas de fin de semana y los turistas que llegan, el número
de gente puede trepar a más de 15.000 , aclara Lucía Camejo, encargada de turismo del partido de
San Cayetano. Año a año esa cifra paulatinamente se incrementa: se dice que el que alguna vez
veraneó aquí irremediablemente vuelve.

Los encantos del balneario

Hay dos momentos del día ideales para llegar: el alba es uno, instante en que los campos
cultivados de las chacras que bordean el tramo final del camino – unos 21 kilómetros sinuosos de
tosca desde la Ruta Provincial 72– se iluminan con la luz del amanecer, y el brillo verde de la soja o
el oro de la canola en flor, se vuelve más intenso.

Sin musica fuerte ni cuatriciclos como en otros balnearios, la vida agreste y la paz son la prioridad.

El atardecer es otra alternativa recomendable para ingresar. La luz del crepúsculo es perfecta para
manejar y gozar del último tramo del paisaje, con los giros del camino entre sembradíos, y las
sombras de algunas vaquitas pastando. El vehículo particular es la única alternativa directa de
acceso.

Después del sencillo pórtico que anuncia el comienzo del balneario, se atraviesan sucesivamente el
pinar y el pequeño poblado para finalmente descubrir las dunas imponentes de arena fina que se
yerguen protegiendo una costa de 28 kilómetros. Playas amplísimas, infinitas, aparecen detrás de
los médanos enmarcadas por una vegetación frondosa de siempre verdes y pinos. No hay edificios
muy cercanos: el mar, la arena y el cielo se funden sin interferencias edilicias, como en las pinturas
marinas de William Turner.

Espacio de sobra para desplegar sillas y sombrillas, una particularidad de esta playa.Gentileza Municipalidad
San Cayetano

“Uno de los encantos de este lugar es el silencio y la calma que se respira – dice Natalia C,
emprendedora, propietaria de varias cabañas que alquila todos los veranos–. Nuestro balneario es
un espacio sanador. Apenas llega, la gente cambia de ánimo, la mente comienza a estar más
relajada. Será que hay mucho bosque. Será el sonido del océano que te acompaña todo el día. Uno
va entrando en un estado de meditación y así dejás las preocupaciones atrás junto con el apuro”.

El ambiente irradia una energía hecha de sosiego y organización. Contagia. Lo que describe Natalia
se percibe en la playa, que tiene un ordenado estacionamiento a 200 metros del mar: la gente lleva
sus sillas y sombrillas, elige sus metros cuadrados y despliega sus pertenencias sin invadir. Difícil
hacerlo, hay espacio de sobra. No se escucha música altisonante, y tampoco hay cuatriciclos que
circulen por la arena a toda velocidad. Impera una actitud civilizada. Si comparamos con lo que
normalmente ocurre en los balnearios, es algo inusual. ¿Cómo se explica? No parece depender
tanto del control policial (que existe y es visible sin ser invasivo), como de la asimilación del orden
que trasmiten “los estables”, claros custodios de San Cayetano.

La dimensión de su costa sin duda ayuda. Pero hay otra explicación, y viene de su historia. El
nacimiento del balneario, en la década del sesenta, provino de una iniciativa conjunta de vecinos
acompañados por la autoridad del municipio de ese entonces.

Atardecer con vista al mar en San Cayetano.

Cuenta Lucia Camejo, encargada de Turismo: “La primera excursión al lugar se organizó en 1969.
No se podía pasar, era médano vivo. Hubo que gestionar para abrir un camino, gran parte era
propiedad privada de la familia Sáenz Rosas y parte de la familia Caballero. Ellos donaron cientos
de hectáreas. No había acceso al océano. Una vez donadas las tierras, Horacio Sieber, el intendente
de entonces, convocó a todo aquel que quisiera ayudar a crear este balneario. La respuesta fue
inmediata, hubo mucha participación de los vecinos. Se acarrearon más de dos mil plantas que
proveyeron viveros oficiales de Necochea, Claromecó y Miramar. Los chacareros vecinos,
enfardaban y llevaban la paja de los rastrojos de lino para tapar las semillas y plantines que se
enterraban en la arena, para protegerlas de la voladura de los vientos. Desde el principio, todos los
domingos se armaba un ejército de voluntarios que salían en camiones, cargaban y plantaban. La
iniciativa fue colectiva.”

Esa historia de alguna manera se continúa en el presente. “Existe una sinergia entre vecinos y
municipalidad, tenemos conciencia de la necesidad de cuidar entre todos nuestra casa, así,
separamos, reciclamos residuos, ponemos cercos vivos, arbolamos…” , cuenta Eugenia Chipulina, a
cargo del complejo de cabañas normandas Cielito Lindo.

Una de las cosas que le da un valor agregado a este balneario para los turistas, es, sin duda,
el cuidado del medio ambiente –se nota en la limpieza de las playas y la prolijidad de las calles-,
sin olvidar el tema seguridad. Poder pasear sin miedo por las calles, los pinares o la playa y
disfrutar de un cielo estrellado sin otras sorpresas que un cruce eventual con una liebre o un zorro
es casi un milagro. “Es así en San Cayetano –confirma Chipulina–. Acá podés relajarte, dejás tu
casa sin llave con el kayak estacionado afuera en el jardín a la vista de todo el mundo. No hay
delitos. Eso sí: no esperes que un delivery te traiga sushi a tu casa. Los lujos de este lugar son que
podés dejar el estrés atrás y te podés encontrar con vos misma”.

Donde dormir y que se puede hacer

En San Cayetano no hay hoteles, pero el balneario ofrece cabañas y casas confortables, algunas con
piscina y la mayoría con quincho. Hay además tres campings muy bien equipados, con duchas,
lugares para cocinar, pequeñas cabañas y proveedurías bien surtidas.

San Cayetano

“Actualmente la temporada se alarga cada vez más. Originalmente arrancábamos en año nuevo y
todo se terminaba a mediados de febrero, cuenta la dueña de Cielito Lindo, ahora recibimos
huéspedes hasta semana santa, y desde agosto en adelante.”

El número de turistas aumenta, pero San Cayetano sigue siendo un balneario exclusivo. No es un
lugar al que se llegue de casualidad o por descarte. Los que vuelven son los que disfrutan de su
singularidad. Las actividades son variadas; para los amantes del avistaje de pájaros, el escenario es
privilegiado: se han registrado en los bosques y la playa 60 especies diferentes: pueden verse
surcando el aire patos gallaretas, torcacitas, gaviotas, terus y hasta cigüeñas americanas, entre
otras aves.
Hay días que el movimiento del oleaje alcanza gran altura , entonces el horizonte se puebla de
velas de distintos colores; es de los que se internan mar adentro para practicar windsurf. Otros,
cuando las olas se calman un poco se suben a sus tablas de surf a disfrutar de esa sensación
inigualable de volar sobre el océano.

Un antiguo barco encallado en la costa, uno de los atractivos locales.

La pesca es otra propuesta. Con una playa de casi 30 km de extensión, la actividad pesquera es
excelente, tanto desde la costa como embarcándose mar adentro. Para los pescadores novatos la
sugerencia es que realicen una excursión de pesca con profesionales, que disponen de
embarcaciones y conocen como nadie los secretos de estas aguas. La temporada comienza a fines
de septiembre, cuando aparecen el pez gallo y los tiburones de gran tamaño. Ya a partir de esa
fecha aparecen la corvina rubia, rayas, chuchos y cazones que permanecen durante todo el verano.
También se pueden encontrar especies muy codiciadas como la corvina negra y el salmón de mar.

Además, la villa cuenta con un centro deportivo gratuito al aire libre donde se practican básquet y
tenis: hasta tarde puede verse gente de todas las edades, especialmente grupos de adolescentes
peloteando.

Y si uno elige comer afuera, en el centro comercial del balneario hay un restaurante donde sirven
sabrosos y abundantes platos, se recomienda especialmente el asado. Un dato aparte es la casita de
Analía Stefano, una pastelería ubicada a metros del pinar, puesta con muy buen gusto y con unos
postres y unos brownies caseros imperdibles. Conviene hacer una reserva con anticipación porque
la demanda es mucha.
Al balneario no llegan ni colectivos locales, ni omnibus de larga distancia: solo se llega en vehículos particulares.

Analía es una vecina famosa en el balneario, no sólo por sus tartas o alfabrownies de limón y
chocolate. “¿Como empecé? Puedo decir que este lugar y yo nacimos casi juntos…El balneario
nació en 1969 y yo en 1970, Mi padre, Otto Stefano, fue uno de los pioneros que plantaron árboles
por acá cuando sólo había médanos y mar. Amo la villa: pura naturaleza y paz. Yo heredé esta casa;
empezamos con mi hija Luisina a vender postres, alfajores y budines en el living y nos fue genial.
Al poco tiempo pusimos tres mesas en el patio y después una pérgola techada. Ahora a la noche,
anexamos otra especialidad, la pizza casera. Los pedidos son tantos que no damos abasto”.

El balneario crece año a año, si pensamos en el desarrollo imparable de otros lugares de la costa,
uno se pregunta si acá podrán crecer manteniendo sus virtudes actuales. Analía dice que prefiere
que la comunicación siga como ahora, sin transporte público. Y agrega con una sonrisa: “Eso
quizás pase dentro de unos años, el camino de tosca no entusiasma mucho.”

Por su parte Lucía Camejo dice que el Municipio apuesta a un crecimiento paulatino y ordenado:
“La idea es que el Estado pueda ir acompañando con la cobertura de los servicios que
correspondan. También incentivamos la inversión del sector privado (comercios, alojamiento). La
paz característica seguramente se mantendrá con un trabajo de concientización, coordinado con
propietarios y pobladores de la villa; en cuanto a la seguridad en caso de ser necesario se ampliará
la cantidad de efectivos que día a día cumplen sus funciones.”

Los vecinos estables, celosos de la tranquilidad, apuestan a la selección natural. Creen que los que
vienen, y vuelven una y otra vez todos los veranos, es porque se enamoraron de San Cayetano, de
su paz y seguridad. Un verdadero lujo, que una minoría sabe apreciar.

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