llaman el Horóscopo, son los astros que determinan las partes siempre fijas del zodíaco,
tienen como OUSIARCA o príncipe al que llaman PANTOMORFOS u omniforme, el que
consolida las diversas formas sensibles de las diversas especies. Los que se llaman "las siete esferas", tienen como príncipes o OUSIARCAS a la que llamamos Fortuna o EIMARMENE ("Destino"). Por ellas se transmutan todas las cosas, bajo la ley de la naturaleza y la constante estabilidad del orden. El Aire es el órgano o instrumento de todos por medio y a través del cual se hacen todas las cosas. El OUSIARCA del Aire es el segundo dios que provee a los mortales las cosas mortales y a éstas sus semejantes. De esta forma, desde el fondo hasta la sumidad de la esfera, influyendo unas en otras, todas las cosas están interconexas y en dependencia mutua, y los seres mortales están en contacto y en dependencia de los inmortales, e igualmente las cosas perceptibles por los sentidos de las que no lo son. En verdad, los sumos principios obedecen al Gobernador, sumo Señor, y no son muchos o mejor uno sólo. Porque de uno dependen todas las cosas y de él emanan, pero cuando se observa a la distancia, parece como si fueran muchos. Juntando todo se ven que son uno, o mejor dos, de lo qué y por quién se hacen todas las cosas, es decir, de la Materia, que es de lo que están hechas, y de su Voluntad, por cuya decisión han sido hechas diferentes entre sí. 20 - De nuevo, Trimegisto, ¿cuál es la explicación de esto? - Esta, Asklepios. Dios, pues, o Padre, o Señor de todas las cosas, o nombrado con cualquier otro nombre más excelso o más reverente que los hombres quieran darle, que entre nosotros debe ser sagrado y secreto para que nos entendamos mútuamente (Porque, tomando en consideración la excelsitud de tal Numen, no lo nombramos definitivamente con ninguno de estos nombres. Porque si el nombre no es más que un sonido producido por la agitación del aire, para expresar la voluntad o el pensamiento que un hombre tal vez haya podido concebir en su espíritu a partir de impresiones sensibles, y si toda la realidad de un nombre se define y se circunscribe en unas pocas sílabas, y del tal forma justifica el intercambio entre la voz y el oyente, entonces todo el nombre de Dios es a la vez una impresión sensible, una agitación, un aire y todas las cosas que en estas tres se consideran, y por las cuales y de las cuales resulta. No puedo creer que el Hacedor de la majestad del Todo, el Padre o el Señor de todas las cosas pueda nombrarse con un sólo nombre, aunque sea compuesto de varios. Este pues Innombrable o, mejor, Omninombrable es el Uno y el Todo, y así es necesario que todas las cosas sean su nombre o que se nombre con el nombre de todas las cosas), Este, pues, el Único y el Todo, inmensamente repleto de la fecundidad de ambos sexos, cuya Voluntad siempre está preñada y siempre pare todo lo que quiere procrear. Su Voluntad es la Bondad total. Esta misma Bondad de todas las cosas ha nacido, de su propia divinidad, Naturaleza, para que todas las cosas sean, como son y como fueron, y para que se provean de allí la naturaleza de hacer nacer de sí mismas a todas las cosas futuras. 19