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CAPITULO II

Antecedentes del problema


La Seguridad Industrial es un área multidisciplinaria que se encarga de minimizar
los riesgos en la industria. Parte del supuesto de que toda actividad industrial tiene
peligros inherentes que necesitan de una correcta gestión. Los principales riesgos
en la industria están vinculados a los accidentes, que pueden tener un importante
impacto ambiental y perjudicar a regiones enteras, aún más allá de la empresa
donde ocurre el siniestro.

La evolución de los Equipos de Protección Personal (EPP) empezó desde la


antigüedad con los primates, cruzó guerras y grandes batallas laborales para que
llegara a ser lo que conocemos hoy.

Rodellar (1999) afirma que, desde la Edad Media, en la que surgen las
corporaciones profesionales o gremios, hasta la segunda mitad del siglo XIX que
son los sentimientos humanitarios, como resultado de graves accidentes
sucedidos, el trabajo bajo la visión tayloriana de producir máximos niveles de
cantidad de producción, pero en esta época las preocupaciones preventivas
basadas en las adecuaciones físicas de las instalaciones y equipos.

Es en 1931 cuando H. W. Heinrich hace su gran aportación a la seguridad en el


trabajo con la publicación del Industrial Accident Prevention que la consecuencia
para la prevención es que se cuida la formación y aspectos incidentes en los
factores humanos de la seguridad en el trabajo. También influyó la productividad y
que es necesario que el lugar de trabajo tenga que ser el más sencillo y rápido, el
menos fatigoso, costoso y el más seguro. (p.p. 7-8).

Durante el Porfiriato (1876 a 1911), había una explotación desmedida de los


trabajadores de campo con jornadas laborales de por lo menos 14 horas diarias y
los salarios muy bajos.
En 1915 en el periodo de Venustiano Carranza, el Departamento del Trabajo se
incorporó dos años después la Constitución Política de los Estados Unidos
Mexicanos, que en su artículo 123 decretó fijar la jornada máxima de ocho horas,
la indemnización por despido injustificado, el derecho de asociación y de huelga,
el establecimiento de normas de Previsión y Seguridad Social. Tiempo después, la
primera Ley Federal del Trabajo se decretó el 18 de agosto de 1931; asignado al
Presidente Pascual Ortiz Rubio se le otorgó plena autonomía al Departamento del
Trabajo, con el paso de los años ya no respondía a las características y a la
complejidad del sector laboral.

Así, el presidente Manuel Ávila Camacho promulgó en 1940 una nueva Ley de
Secretarías de Estado, en la que se estableció que el Departamento del Trabajo
se convertía en la Secretaría del Trabajo y Previsión Social (STPS).

El 29 de diciembre de 1970, el Congreso aprobó la Ley Williams-Steiger sobre la


Seguridad e Higiene Laboral, que instituyó la Dirección de Salud y Seguridad
Laboral u OSHA (Occupational Safety and Health Administration), dependiente del
Departamento del Trabajo de los Estados Unidos. La OSHA tuvo un mal comienzo
y de inmediato se convirtió en el blanco de agudas críticas por parte del público.
Pero al mismo tiempo, la oficina llamó de inmediato la atención sobre el campo de
la seguridad y la higiene industrial. (Asfahl, 2000, p. 81).
Fundamentación Teórica

Teoría de las enfermedades profesionales.

Rodríguez (2007) afirma que las enfermedades profesionales producen ausencia


en el trabajo, lo cual provoca que disminuya la producción. Además, repercuten en
forma negativa en el desarrollo económico, social y cultural del país en los
aspectos siguientes:

a) Producción. Principalmente por dos causas: ausentismo (costo de lo que no se


produce) y falta de energía (apatía), que conduce a una baja producción.

b) Mortalidad. Que disminuye el número de la población económicamente activa y


puede significar la pérdida de talentos.

c) Gastos. Que impide aplicar recursos financieros a otros objetivos.

Hay indicadores de que las enfermedades de trabajo más comunes son las que
resultan de la exposición a temperaturas externas, ruido excesivo, polvos, humos,
vapores o gases. Por lo tanto, es vital que los trabajadores ayuden a prevenir
estas enfermedades. (p. 342)

Seguridad e higiene.

Asfahl & Rieske (2010) opinan que la seguridad trata de los efectos agudos de los
riesgos, mientras que la salud trata de los efectos crónicos de los mismos. Un
efecto agudo es una reacción súbita a una condición severa; un efecto crónico es
un deterioro de largo plazo debido a la exposición prolongada a una condición
adversa más benigna. Los conceptos comunes de salud y seguridad concuerdan
con esta definición, que separa a ambos. (p. 4).

“La higiene se entiende como las condiciones o prácticas que conducen a un


estado de buena salud” (Rodríguez, 2007, p. 339). De acuerdo a I. Chiavenato,
citado por Rodríguez (2007), “La seguridad e higiene es un conjunto de normas y
procedimientos que protegen la integridad física y mental del trabajador,
preservándolo de los riesgos de salud inherentes a las tareas del puesto y al
ambiente físico donde son ejecutadas” (p. 339).
En este mismo sentido de ideas C. Heyel, citado por Rodríguez (2007) menciona
que: “La seguridad e higiene es un término utilizado para referirse a las diversas
actividades y disciplinas que se ocupan de mantener y promover la salud, la
seguridad y la productividad de los trabajadores” (p. 339).

En relación con Rodellar (1999) comenta que la protección personal está


constituida por aquellos elementos que utiliza el trabajador con objeto de disminuir
o evitar las lesiones o pérdidas de salud susceptibles de ser originadas por los
accidentes y exposiciones a enfermedades profesionales. Estos elementos los
calificamos de medidas de protección porque actúan frente a un accidente o la
enfermedad profesional evitando las consecuencias que ocasiona el contacto o la
reiteración de contactos en el tiempo. (p. 67).

En 1999, Rodellar define un accidente como un suceso no deseado que ocasiona


pérdidas a las personas, a la propiedad o a los procesos laborales. El accidente es
el resultado del contacto con una substancia o fuente de energía (mecánica,
eléctrica, química, ionizante, acústica, etc.) superior al umbral límite del cuerpo o
estructura con el que se realiza el contacto. (p. 23).

Importancia de la cultura de seguridad e higiene.

Grimaldi-Simonds (1996) sostiene que en los casos en que las ocupaciones tienen
un riesgo de peligro, es necesario facilitar un programa de entrenamiento más
especializado. Puede que no sea considerado suficiente el entrenar a los
trabajadores en las prácticas seguras de trabajo, ya que habrá de prestarse
también consideración a la posibilidad de un error que se produzca y que tenga
como consecuencia una lesión.

Entonces es necesario dar a los trabajadores el entrenamiento adicional que los


prepare para reducir la gravedad de la lesión, cuando se produzca un accidente.
(p.p. 534-535).

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